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4. EN CLAVE DE GRiS 19205 - 20005 VIEJOS CANAVERALES, CASAS NUEVAS EI fin de La ciudad caminable 2002. La PuntilLa -en tres dimensiones. Aurelio (astro. (RIM 1967. Proyecto de puente San Juan-Catano. La Islelo. BPPR Los pLanos reguLadores y los estudios de tra- fico para Las- areas urbanas preparados por La Junta de PLanificacion y el Departamento de Transporta- cion y Obras PClblicas en las decadas de 1960 y 1970 son tam bien documentos lmportantes que dejan ver las intenciQnes del Estado para ordenar un territorio cada vez mas dependiente deL automoviL donde se priorizaban los as-untos de movilidad. Los pLanes pro- ponen soLuciones estandarizadas para una ciudad funcional. Del autom6viL familiar se paso veLozmente al carro individual. AL comienzo del auge industrial y constructlvo, las famiLias podian tener un soLo carro, perc en la medida en que se fueron distanciando las actividades diarias, el carro individual se ha hecho practicamente indispensabLe. Las cifras de autos en Puerto Rico registran niveles sin paraLelo ell todo mundo, pues en aLgunos periodos el incremento en autos ha rebasado el aumento poblaclonal. En 1956 una Ley federal conocida por la Interstate Highway Act dat6 de fondos La construc- ci6n intensiva de carreteras y autopistas. Al igual que todos Los estados, Puerto Rico aprovech6 La afiuencia casi ilimitada de fondos y comenz6 a cons- truir La red de carrete-ras. Si se dibujan hoy s6Lo las carreteras, se perfiLa con- nitidez un mapa de La isla. En La decada de 1950 se descart6 eL tren que se percibia como casi exclusivamente cafiero y se subsidi6 de todas Las formas imaginabLes La econo- mia del autom6viL En 1940 hab1a en Puerto Rico 22,800 en 1950 esa cantidad ascendi6 a 60,600; una decada mas tarde, en 1960, habra 179,700; en 1970 La cantidad ascendi6 a 614,200; en 1980 a 1,130,000; en 1990 habia 1,583,000 au- tom6vlles y en el ana 2000 La cifra era de 2,508.160. A medida que SE' distanciaron entre S1 los Lugares de residencia, de trabajo, de los despLazamientos se hlcieron mas Lar- gos y complicados. las horas deL tap6n, La busqueda de estaclonamlento, ta contaminaci6n y La gravE' mutiLaci6-n de los centros urbanos son aLgunas de Las repercusiones det automoviL ell La vida ciudadana. 75

BPPR Los los estudios de tra funcional. paso constructlvo

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4. EN CLAVE DE GRiS 19205 - 20005 • VIEJOS CANAVERALES, CASAS NUEVAS

EI fin de La ciudad caminable

2002. La PuntilLa -en tresdimensiones. Aurelio (astro.(RIM

1967. Proyecto de puente SanJuan-Catano. La Islelo.BPPR

Los pLanos reguLadores y los estudios de tra­fico para Las- areas urbanas preparados por La Juntade PLanificacion y el Departamento de Transporta­cion y Obras PClblicas en las decadas de 1960 y 1970son tam bien documentos lmportantes que dejan verlas intenciQnes del Estado para ordenar un territoriocada vez mas dependiente deL automoviL donde sepriorizaban los as-untos de movilidad. Los pLanes pro­ponen soLuciones estandarizadas para una ciudadfuncional.

Del autom6viL familiar se paso veLozmenteal carro individual. AL comienzo del auge industrial yconstructlvo, las famiLias podian tener un soLo carro,perc en la medida en que se fueron distanciando lasactividades diarias, el carro individual se ha hechopracticamente indispensabLe. Las cifras de autos enPuerto Rico registran niveles sin paraLelo ell todo e~

mundo, pues en aLgunos periodos el incremento enautos ha rebasado el aumento poblaclonal.

En 1956 una Ley federal conocida por laInterstate Highway Act dat6 de fondos La construc-

ci6n intensiva de carreteras y autopistas. Al igualque todos Los estados, Puerto Rico aprovech6 Laafiuencia casi ilimitada de fondos y comenz6 a cons­truir La red de carrete-ras. Si se dibujan hoy s6Lo lascarreteras, se perfiLa con- nitidez un mapa de La isla.

En La decada de 1950 se descart6 eL tren quese percibia como casi exclusivamente cafiero y sesubsidi6 de todas Las formas imaginabLes La econo­mia del autom6viL En 1940 hab1a en Puerto Rico22,800 autos~ en 1950 esa cantidad ascendi6 a60,600; una decada mas tarde, en 1960, habra179,700; en 1970 La cantidad ascendi6 a 614,200;en 1980 a 1,130,000; en 1990 habia 1,583,000 au­tom6vlles y en el ana 2000 La cifra era de 2,508.160.

A medida que SE' distanciaron entre S1 losLugares de residencia, de trabajo, de consumo-entre~

tenim~ento, los despLazamientos se hlcieron mas Lar­gos y complicados. las horas deL tap6n, La busquedade estaclonamlento, ta contaminaci6n y La gravE'mutiLaci6-n de los centros urbanos son aLgunas de Lasrepercusiones det automoviL ell La vida ciudadana.

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LUQUILLO

~

4, EN CLAVE DE GRIS 19205· 20005 • VJEJOS CANAVERALES, CASAS NUEVAS

Presagios del futuro

En su uLtimo mensaje a La LegisLatura comogobernador, el dia 11 de febrero de 1964, de LuisMunoz Marin recalcaba su mayor preocupacion: Te­nem05 que seiialamos (0 que debo llamar con tetramayuscu[o el PROPOSITO DE PUERTO RICO Ydeterminamo5 a realizarJo.

El gobernador, que comenz6 su gesti6n enun Puerto Rico rural, ya no se dirigia a los campesi­nos en quienes apoyo su ascenso al poder. La situa­cion del pais se habia transformado asombrosamen­teo Puerto Rico estaba habitado ya por una socie-dadurbanizada. En su ultimo mensaje a La LegisLaturatenia ante S1 un pais totaLme-nte transformado en s6lo16 anas.

Esos cambios se hici-eron mas patentes en Laque ya se denominaba eL Area MetropoLitana de SanJuan. Dos imagenes de la region (en La pagina 5i­guieote), que muestran eL tejido construido en 1950y en 1965, son prueba elocuente deL desparra­mamiento experimentado en solo 15 arios. Munozestaba con6ente deL asunto y preocupada par la ca­Lidad de vida suburbana de La cludad funcional de­claraba: Queremos ciudades vivibles, no gigantescosalmacenes de gente. Oueremos ciudades que seanhogares de convivencia y no meros mecan;smos deproducci6n y camerdo durante e[ dia y meros dormi­ton'os durante ta noche. De los planos reguiadores queesta hacienda ahara la Junta de Planificaci6n debe­mos de,;var Lo mas aproximadamente posjble 10 ciu­dad que ie sirva at espin"tu de Puerto Rico, ciudad deiniciotivos arquitect6nicas, de lIecindarios que facili­ten fa buena relaci6n humana, de rica producci6n in­dustrial, de excelentes s€rvicios de educaci6n, cu!tu­ra, reposa, comercio, vida social- actividad cfvica yreligiasa. Nuestro legistacion y planijicaci6n debenencaminarse a estimuiar dillersidad y descentraUza­cion...

El gobernador conduye su discurso con las;guiente frase lapidaria. No queremos convertir anuestro pais en una enorme dudad de piedra con al­gunos manchas verdes de parqu€s y de sembrados, nien una jungla de hormig6n ... (Fundacion LMM, men­saje ala Legislatura, 11 de febrero de 1964) EL 90­bernador intuy6 el futuro que hoy vivimos de unaisLa en clave gris construida sobre los esquemas deun urbanlsmo desparramado.

La acelerad6n del cambio. 1968-2004

En el ano de la inauguraci6n del centro co­mercial mas grande de La isLa (1968), denominadoPlaza las Americas, gan6 las eLecciofles un nuevopartido Liderado por luis A. Ferre, partldario de Laestadidad federada. Ferre, ingeniero de profesion yfilantropo de vQcaci6n, era propietario de una fabri­ca de cementa que habia com prado en eL momento

en que eL Estado privatizaba Las industrias estataLesfomentadas en el despegue de La industrializaci6n.Durante su gobemaci6n S€ aceler6 la construcci6nde obra pubLica.

A partir de 1968 el Partido Nuevo Progresis­ta y el Partido Popular Democratlco se han aLternadoel poder en una historia de bipartidismo que ha do­millado La escena poLltica hasta el presente. EL Parti­do Nuevo Progresista constituye hasta eL presenteuna oferta politica que apuesta por eL consumo y Laconstrucci6n como estrategia de crecimiento ecollo­mica. Su contraparte, mientras t.anto, h.a hecho Lapropio, desatandose aSl una inercia de construcciondispersa que las nuevas generaciones de urbanistasintentan atajar en una isla que se achica a rnedidaque La cubrimo5 d€ hormigon.

El censo de pobLaci6n de 1970 deja v€r porprimera vez en La historia deL pais que la mayorla desu poblaclon, eL 5-6 par ciento, era considerada urba­na. Sin embargo, es necesario matizar esa defin.icionpuesto que, a partir de ese censo, los para metros dedefinicion de lo que s.ignified poblaci6n urbana semodificaron para incluir en esta categoria a las urba­nizaciones dis-persas y distantes de los espacios cons~

truidos contiguos que se asoclan con eL urbanismo.El censo de ese ana definla coma un E'spacio urbanocuaLquier comunidad que tuvlera sus casas congre­gadas y sobrepasara los 2,500 habitantes. Se tratabade las urbanizaciones que surg'ian como hongos dis­persas par el territorio. los camiolles de mudanzaeran cada vez mas frecuentes, pues en las ultimasdecadas deL sigLo 20 los puertorriquenos se mudaronuna y otra vez, de urbanizaci6n ell urbanizacion,v€ndiendo y revendiendo las hipotecas de sus casas,buscando superar segregacioll€s mentaLes y fisicas.

Los espectacuLares indiCES de crecim;entoecon6mico de mediados del si-gLD se raLentizan en losanos setenta. La crisis deL petr61eo de 1973 puntua­Liza eL inlcio de un periodo de estancamiento econo­mico. A medida que las lLlchas obreras y La inflaci6nhacen -que aument-en los salarios, La mana de obradel pais deja -de ser barata. A esto se aAaden losaltos costos de La -energia para hacer menos compe­tltivas Las antiguas industdas manufactureras queutilizaban mucho empteo y poco capital. El pais co­mienza a padecer un creciente des€mpLeo y a depen­der cada vez mas de las transferencias federales.

Desbancada La agricultura como fuente detrabajo y de abastecimiento, una modalidad de be­nencencia publica surgi6 en La decada de 1970 aLimplantarse los cupones de aLlmentos para la pobla­cion sin recursos. Muchas familias se beneficia ron deeste subsidlo que transformo el mercadeo de viveres.La cultura del. cup6n tambien ha tenido repercusio­nes en la socioLogia deL trabajo y en -las. convacato­rias pol'iticas.

1968. Irlicio deL bipartidisrno.Et Mundo.UPR

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I ".,...",,, EL MUNDO '~

FERRE (iOBERNADOR

77

PUERTO RICO UR8ANO

1950-1965. Latransformad6n delArea MetropoLitanade San Juan.

JP _ YPadilla y GraCla,Wilbur Smith &Ass.ociates.DTOP

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P LANMAS, E ROPOLITAN

JUAN METR GRO .... TH"

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AREA

4, EN CLAVE DE GRIS 19205 - 20005 • vmos CANAVERALES, CASAS NUEVA~

Para apoyar La industria se crearon nuevasformulas de incentivos econ6micos que Liberaban deimposidones fiscaLes a los capitales en la isla y enLos Estados Unidos. De la industria manufacturera,que utHizaba mucha mana de obra y poco capital, seevoluciona a las industrias farmaceuticas y eLectro­nicas que reducen La mana de obra y aumentan eLcapital. De esta manera se generan menos empleos,pero son mejores los saLarios. DeL incremento de ca­pitaLes resuLta una pujante industria bancaria que seafinca en el pals convirtiendolo en ta pLaza financie­ra mas importante de ta region caribena.

ParaLelamente va 5urgiendo una economiasubterrfmea que generan Los mercados Hegales, comoeL reLacionado at consumo de drogas, que crece amedida que La economia formal es incapaz de incor­parar a buena parte de La pobLaci6n a los mercadasde trabajo. Soci6logos e historiadores achacan esefen omena a las presiones que supone una sociedadmaLdeada cada vez mas por eL consumo y Los mediasmasivos de comunicaci6n. Los agudos contrastes quegenera la segregaci6n sociaL de Los espacios urbanosson otro de Los factores que pueden incidir en esoscomportamientas. que la iLe-galidad acarrea. La pre­sencia, por ejemplo, de los Lugares cLandestinos deexpendio de drogas conocidos como puntos, dibujauna geografia s6rdida de la isla.

La actividad econ6mica. tanto formal comoinformal, deja profundas hueLLas en sus espacios cons­truidos que son una manifestaci.on espaciaL de feno­menDs 50cioL6gicos y economicos complejos queencapsuLan muchas de las contradicciones urbanas.Se habla, por ejempLo, de estilos de construcctonneobanocos, hibridaciones esteticas, que mas alLade ta exuberancia tropicaL combinan elementos pu­bLicitarias que se compran en ferreterias c-omo ima­genes gtobales. Somas, que duda cabe, excesivos. Elvaclo nos causa horror y tenemos que adomar 10 cosocan tantos andan"venes para que no quede un 50[0

huequito por don de se cuelen antiguas pobrezQs y

desamparos (Alvarez Curbelo, 2003)Otra repercusi6n sobre el espacio deL estado

de La e-conomia en La decada de- 1970 fue La pmlifera­cibn de Los rescates a invasiones de terrenos paraconstruir vlviendas. La crisis de vivienda se haclainsostenible para cientos de familias sin hagar y envarias ocasiones se suscitaron serios episodios devioLencia. Muchos de estos rescates de terrenos seconstituyeron en comunidades qlle hoy forman partedel paisaje urbano. En muchos casas, las ocupacio­Iles y posteriores constfllcClones s-e han reaLizado enterrenos inundables La que abona a una urbanizaci6npeLigrosa y ca-6tica.

Tras un breve periado de exito relativo, Laopci6n de Los caserios 0 residenciaLes publicos, comose renombraron a finaLes de siglo 20, se han vistoaquejados par probLemas de administraci6n y de

mantenimiento a los cuaLes se han sumado persis­tentes probLemas sociales. La tendencia mas recien­te ha sido L.a de privatizar su administraci6n y hac€rdisponibLe a 1.05 vecinos su titularidad. La poLiticapubl~ca subsidiada por e1 gobie-rno federal de elimi­nar Los arrabaLes mediante La demoLici6n de Las vi­viendas y el traslado de sus residentes se abandonoen tas recientes decadas. En su lugar, se intenta re­habilitar Las comunidades en s-u propio espacio y canLa participacion activa de los vecinos.

En otro extrema del arco que conforma Lageografia habitacionaL otro fen6meno de la realidadurbana de lluestras ciud-ades son Las urbanizacionescerradas para establecer eL control de acceso que sepopuLariz6 en las ultimas dos decadas del siglo 20.Son respuestas civiles a problemas de seguridad quereflejan nuevos temores y tam bien nuevas formas demercadeo.

1968. Plaza dp las AmRPPR

2000C<l. Puerto Rican

PonceAHP

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PUERTO RICO URBANO

2001. PLaza EscoriaL CaTOLina.Ana ArzoLa.

Migraciones

El rnosaico de facto res que inciden en eL pai­saje construido estaria incompleto 5i no se tiene encuenta eL fenomeno omnipresente de La migraci6n.Con cas; cuatro millones de puertorriquenos que re-­siden en Estados Unidos, La emigraci6n continua siell­do una alternativa para muchos puertorr;quefJos. Laguagua aerea de Los arias s€senta permanece como

una reaLidad para muchas famiLias que v~ven en tran­sito y comparten su residencia entre Puerto Rico yLas ciudades norteamericanas. La ciudad de Orlando,en eL e-stado de La Horida, curiosamente Lugar denacimiento del desarrollador Long, ademas de ser hoyet pdncipaL de-stino tUTistico para miles de puertorri­que-nos, €s tambien un destino migratorio para fami­lias atraidas por fuentes de trabajo y disponibilidadde vivienda. Este Intercambio trashumante con lasformas de hacer ciudad en Estados Unidos., es atrofactor que se ha de tener en cuenta al estudiar eLurbanismo deL Puerto Rico de hoy.

A partir de 1959, luego de la Revoluc~6n

Cubana, una importante ola migratoria arrib6 a PuertoRico. La diaspora cubana se hizo sentir sabre todoen la cultura empresariaL en la aferta de entreteni­miento y consumo, y en el mundo de La publicidad.Mas tarde, se inicia otro importante movimiento mi­gratorio, esta vez desde La Republica Dominicana.Los emigrantes dominicanos se integran como unapujante fuerza trabajadora con vlnculos entrailablescon su tierra de origen han ocupado muchas areascentrales del area metropolitana de San Juan devol­viendeLes su vitalidad. Estos dos grupos migratoriostrajeron consigo formas de concebir La ciudad que sehan sumado a la geografia urbana puertorriquena.

Sociedad de consumo

Opacadaslas identldades tradicionales de loscentros- urbanos como centros poblacionales, religio­50S, politicos, civicas y de produccion, fueron sur­giendo nuevas espacios suburbanos acotados para e~

consumo. A La vez que s.e dinam,za la economia, et

creciente cons.umo opera tambien en el terreno, cadavez mas privatizado, de las practicas cotidianas. lasutopias y Las urgenclas de gratificaciones inmediatasse cristal"izan en eL urbanismo at instante de tas nue­vas urbanizaclones.

A medida que se acercaba eL cambio de si­gLe, La sociedad norteamericana suburbana de cLasemedia se convirti6 en el mode~o a imitar para mu­chas sectores soci.ales en Puerto Rica. Las imagenesde Ese estiLo de vida han sido transmitidas mayor­mente por el cine, la television y las revlstas. Losejes de esta seduccion son la':> aparentemente ~limi­

tadas afertas de consumo y entretenimiento.A partir de La decada de 1960 y 1970 La

modalidad deL centro comercial irrumpe con brios enel escenario comercial puertorriqueiio. Los bajos pre­cios, el lay-away, eL aire acondicionado, el permane­cer abiertos al mediodla, fueron ventajas de me-rea­deo iniciales con las que Los grandes aLmacenes nor­teamericanos compeban con las tiendas Locales. Pri­mero en el area metropoLltana capitatina y lue-go entoda la isla, una primera generaci6n de centros co­merciaLes modifie6 la mane-ra de ubicar direcciones,los ritos de los fines de semana y la mirada respectoa Los comereios tradleionales. El corazon del shoppingcenter era el supermercado que comenzo par alterarlos habitos de consumo. Sus defensores apuntabanhacia la libertad de seLecci6n que permitian sus ana­queLes, repLetos de mercancias enlatadas, mientrasque sus de-tractores Lamentaban el fin del colma dodel barrio y el golpe a La tradiclonal plaza deL merca­do.

El mall. es una segunda generaci6n de espa­cios acotados para eL eonsumo. Cuando en 1968 seinaugura Plaza Las Americas en San Juan, con el es­logan publicitario ei centro de todo, se inicia unaformula que iria mas alla de La compra de convenien­cia para convertirse en una experiencia total de COI1­

sumo y entretenimiento. En las ultimas dos decadasdel siglo 20, Los malls se convirtieron en los nuevoscentros de actividad urbana. Estrategicamente Loca-

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." EN CLAVE DE GRIS 1920, 20005 • VIEJOS CANAVERALES, CASAS NUEVA'

tizados en las intersecciones de autopistas y expre­50S, reproducen formulas homogeneizantcs de mer­cadeo y sociabilidad probadas globalmente.

AL iniciarse el siglo 21, fa metropoLitanizacionde Puerto Rico se estructura con molls que desaf'ianlas fronteras municipales y se convierten en espa­cios de nueva centralidad. Una nueva generaci6n demail.s se Uaman a S1 mismos town centers. Los viejoscentros urbanos tradicionales eontinuan perdiendovitalidad, de all] Que las iniciativas de revitaLizacionhan de presentar opciones distintas que gratifiqueny atrai-gan nuevos residentes y consumidores.

A me-dida que eL tiempo se hace cada vezmas vaLioso surge una nueva modaLidad de consumo,las megatiendas, a los LLamado5 big-box, donde eLconsumidor encuentra de todo en un solo estabLeci­miento. Estos espacios rivaLizan con Los introvertidosmalls privados de consumo y entretenimiento. SiLviaALvarez Curbelo (2003) ha Uamado al fen6meno Lawalmartizacion de Puerto Rico.

Esa competencia con Las megatlendas hacepensar a much os en te-rminos paleontoLog1cos sobrelos malts. ALgunos de estos espacios de consumo­entretenimiento se han convertido en dinosaurios,que al agigantarse y estandarizarse, al aumentar susgastos, y en medio de una competencia feraz, hanperdido La vitaLidad y se muestran fragiles.

The thn"U is gone. from this place, asi des.cri­be Daniel Henninguer deL Wall Street Journal al mallmas grande de Los Estadas Unidos. En Puerto Rico lasaturaci6n de estos espacios de consumo-entreteni­miento comienza a mastrar un cierto agatamientoen los uLtimos tiempos.

Todos Los urbanistas coinciden en que Losmails fueron un factor determinante en ladesertifieaei6n de Los centros urbanos tradicionaLes.Si n embargo, ahora los desarroLladores einversionistas estan tratando de resucitar lo que ellosinterpretan es el espfn'tu de los viejos centros y mar­can un nuevo giro en la industria deL consumo que semezcLa can los bienes raices como una forma de so-

brevivir aL fenomeno de La walmartizacion. Se plan­tean ahara Los bfestyle centers donde Las em presaspueden ubicarse en espacios pdvados apaisajados,junto a las vlviendas de sus ejecutivos y empLeados,comereios, escuelas y areas de ocio. Son Los nuevosenclaves privados que illfluencian Los adentro y losafuera en una sociedad que se segrega_

Otro fenomeno del urbanisma de Las ult1masdecadas deL sigLo 20 y cornienzos deL 21 son las ave­nidas eomerciales. Algunas de Las avenidas principa­les dentro de los espacios construidos de La isla sehan convertido en arterias comerciales donde privanlos- criterios espeeializados deL mercado y no Los dedis-efw urbano. En eHas prolifera la contamlnaci6nvisual de Letreros y anuncios y La Ll1cha por eL escasoestacionamiento. Una nueva industria de r6tLlLos ycTUzacaLLes prospera y se ha hecho importante de Lamano del consumo. La ciudad ha sido lnvadida parpropaganda en todas Las formas imaginables.

Los ruidas son parte de una cotidianidad quealtera los estados de .animo de los ciudadanos. Alar­mas, sirenas, motoras, bocinas, trimmers, guagi.iitascan ampLlficadores, veClnos alborotosos; eL surroundsound inunda las dudades can decibeles que sabre­pasan los Limites de to habitable. Las ciudades aCJnno asumen Los peligros de La contaminaci6n sonicani redaman siLeneio.

Una reatjdad contundente que acapara bue­na parte de Los espacios eomerciaLes en la isla es ~a

de los negocios de corn1da en cadena que encontra­ron en lajuventud de Las decadas de 1950 y 1960 suspdmeres cUentes. Los heLadas de maquina y elhamburguer transportaban a muchos jovenes puerto­rriqueFios aL mundo juveniL que asociaban can Esta­dos Unidos. Lo que para entances constituia unaabsoluta novedad, aL comienzo deL siglo 21 es unarutina diaria para una gran parte de la poblacion.Las comidas rapidas han modificado La dieta, aLtera­do los ritos famiLiares y afectado La distribucion deLos presupl1estos_ Sus- espacios estandarizados se Ilanconvertido en marcadores urbanos, en referenciascomunes para identiflcar direcciones.

los tlempos de la gLobatizacion han trans­formado Lo que antes se consideraba como exdusiva­mente norteamerica no, en identidades y comporta­mientos que rebasan fronteras nacionales. Puerto Ricoesta poblado de sign05 de la gLobaLidad, muchos deLas cuales asumen rasgos locaLes sin mayor dificul­tad. Desde La publicidad y el mercadeo, La ciudad esLugar de negociaclon entre los s19110s globales y Laspersistencias nacionales.

Puerto Rico com parte con et resto deL mun­do contemporimeo el imperio de Las franquicias quedomina la eseen-a urbana en todo el planeta. LagLobalizaci6n t1a acentuado La homogenizaci6n yestandarizacion de Los gustos y los s-ervicios. Sin elapoyo publicitario y de mereadeo que poseen las frafl­quicias globales, resuLta difieil para Las iniciativaslocales tener el mismo niveL de exito.

1957.1nauguraci6nSuperrnercado Todos, HatQAGPR

PUERTO RICO URBANO

2000ca. Carreter.as de PuertoRico. Tiger Map.DTOP

82

2000. Viviendas renovadas enPonce.AHP

2002. PlaLa dt' Mprcado deSanturce.Emilio Martinez, Arquitect-os

La dudad del automovil

Con el incremento de automoviles por uni~

dad familiar, las horas del tap6n no se limitan ya alas lLamadas horas pico de La manana y La tarde. Haytap on a toda hora y en todos Los lugares deL pais.Los estacionamientos y Las plazas de peaje en Lasautopistas son nuevas hitos de referencia y se hancanvertido en Las nuevas puertas de las ciudades.

La busqueda de estacionamiento y el pagade peaje es quizas una de Las actividades mas comu­nes de tos puertorriquenos de cornienzos del siglo21. Los parkings ocupan Lugares centrlcos en todasLas cludades. Muehas estrueturas vaLiosas de Los pue­bLos son demoLidas para dejar espacio aL auto. Si bienLos autom6vHes ofTeeen una mayor fLexibiLidad paradesplazarse, La dependencia excesiva de esc medioha convertido a La isla en un espacio para La cireuLa­cion y eL estacionamiento de mas de dos miLLones devehkulos. Las calles y aceTas son cada vez menoshospitalarias al peaton. El fin de Las aceras parece

2003. t.stacion Rio PiedrJ.s.TTen Urbano.ASR

2004. CoLheo Jose MigueLAgrclot, Hato Rey. ArquileLto,Segundo Cardona.ASR

2003. La exticnci-6n de Lasaceras. Avenida Domenech,Hato Rey.ASR

4. EN CLAIlE DE GRIS 1920, - 2000, • VIEJOS CANAVERALES, CASAS NUEVAS

Renovacion de los espacios urbanos

augurarse a medida que aumentan los autos y La res­ponsabiLidad civiea se atenua. Las aceras son invadi­das por automovitistas que estacionan sabre Los es~

pac;os otrora peatonaLes, por La que las aceras sevan convirtiendo en espacios del pasado, sabre todoa La Largo de las avenidas comereiates.

Ante La hipertrofia de las ciudades, se des­pierta un nuevo inten§s en el transporte coLectivD amedida que los sectores financieros, comereiates ylos pol'iticos cDineiden en La necesidad de hacer mas

habitables y competitivos los espacios urban os. EneL area metropolitana de San Juan, donde hoy seconcentra La mayoria de La pobLaci6n y Los autos, Laconstrucci6n de un metro conoeida locaLmente comoeL Tren Urbano aspira a una renovacion en Los habi­tos ciudadanos de desplazamiento y transporte. Lasestaclones del tren prometen crear nuevascentraLidades, hitos y demarcaciones y a la vez queconsoLidar espacios de vitali dad urbana en un areametropolitana desparramada. A su vez, varios muni­cipiDS de la region capitalina como CaroLina y Caguasapuestan por el futuro de la trallsportac;on coLectivapara frenar eL avasaLlante impacto deL autom6viL pri­vado como (inica media de transportacion.

El exito de La restauracion historica Lleva­da a cabo en el Viejo San Juan dicta en un periodoLas poL,ticas publicas y Los intentos de revitaLizaci6nde otros centros urbanos en La is-la. Sabre todo enPonce, que conserva un gran centro urbano de va­Lor historico-arquitect6nico, se intent6 en un prin­cipia traspLantar Las llletodoLogias y est; lossanjuatleros, La que result6 en fracasa. No es hastaet 1989, bajo La gobernaci6n del ponceno RafaeLHernandez Colon, que se disena un esquema con­ceptual mas adecuado a las- caracteristicas de cadacentro. En ese periodo se concibia un pLan paradotar a La isla de un polo aLterno que des-centraliza­ra en todos los frentes La concentracion excesiva delas actividades y la poblaci6n en La region metro­poLitana de San Juan. Se estabLecio un v'90rosoprograma para la restauracion del centro monumen­tal ponceno. EL proyecto consistla en reconvertir aPonce como centro de una region productiva para

mitigar, hasta cierto punta, los graves desequilibriasurbanos que ocurrian en la isLa.

La region ponceFia se data en ese periodode autopista'S adecuadas, abastecimientos de agua,de energia eLectrica, de facilidades hateLeras, se re­novo su aero puerto y se estabLecio un programa deordenaci6n deL territar'io que partid de La situaci6nparticuLar de La c1udad sin apoyarse en soluciones

2004. Plaza de Is.abeLaAndres M~~nucci, Arquite-ctos.Kenneth Rexach. fot6grafo.

83

PUERTO RICO URBANO

de espados2004. proyect0Condado.abiertos en El . Arquitectos.Andres MignuCC1,.

Lie Central, Santurce.2000. par

ql

arquitecto.MigueL Car 0,

adre, Parque de LosEn et recu _ Mlgnuccl.Ninos. AndresArqultectos.

4c EN CLAVE DE GRIS 1920, - 2000s . VIEJOS CANAVERALESc CASAS NUEVAS

genencas. EL programa de rehablLltaci6n deL centrohist6rico devoLvi6 a Los poncenos una connanza ci­

viea que hab'ia estado maLtratada por mucho tiempo.La experiencia de Ponce genera un campo

de experimentaci6n con ayuda internacional que des­emboc6 en una ley denominada Ley de MunicipiosAut6nomos de 1991.

Se aspiraba a repLicar el esfuerzo poncenoen otrOS centros urbanos deL pais. La ley fue y sigu€siendo un factor importante para devoLver a Los mu­nicipios gran parte de las competencias administra­tivas y AscaLes que tuvieron en el pasado y que apartir de 1942, can La creaci6n de La Junta de PLani­ficaci6n, se habian limitado en funci6n de una pLa­nificaci6n centraLizada. Una enmienda de 2002 a L.aLey de Municipios Aut6nomos enfoca especificamenteLa revitalizad6n de los centros urbanos, dotando deincentivos contributivos Las inversiones en Los vie~

jos centros, que se quieren reintegrar a ta vida urba­na.

La ciudad comunicada

Una marana de redes, cabLes y ondas pen desabre Los espacios urbanos de Puerto Rico. Ya sea encabLes aereos 0 soterrados, 0 con and-as inaLambricas,Las ciudade-s puertorriquenas se comunican a travesde redes eLectromagneticas cada vez mas complejasy sonsticadas. En ocaslones, como cuando nos visitaun huracim, los sistemas electricos y de agua pota­ble revelan su precariedad.

c:.Alo, donde estas? Ya no se sabe donde estala persona at otro lado deL aparato. A partir de suintroducci6n en La decada de 1980, Los puertor6que­nos, al igual que much os otros habitantes del plane­ta, acogieron Los teLe-fonDs m6viles como parte de su-equipo de subsistencia.

Con La posibiLidad de socializar, consumir,informars€, divertirs€, aprender, hay quienes predi­cen que eL Internet es eL fin de La ciudad de Los espa­cios concretos. Las comunicaciones aLternas generannuevos espacios virtuates de sociabitidad. En La me­dida que los espacios concretos se degradan y sehacen inh6spitos, los ciudadanos conectados por eLInternet buscan opciones que consideran mas segu­ras y convellientes. Los espacios de fLujo v}rtuaLesadquieren relevancia en la misma proporci6n que Laciudad deja de ser amabte aL usuario. De aqui la im­portancia de recuperar Los espacios pubLicos parahacerLos pertinentes aL cludadano y aSl a La v1da ensociedad.

Par muchas decadas, la fragmentacion urba­na y La dependencla deL automoviL hicieron que Losespacios publicos de Las ciudades puertorriqu€Fiasfueran relegados a un segundo plano. Muchas que­damn como remanentes 0 espacios perdidos entreLas carreteras y Los edificios funcionaListas. Sin em­bargo, at comienzo del sigLo 21 comienzan a revaLo-

rizarse Los espacios pubLicos y su caLidad. Hoy seproponen en estos espacfos 1ntervenciones que re­conciLien patrimonios internacionales conidiosincrasias puertorriqlleiias.

Los tiempos actuaLes de La ciudad se carac­te-rizan por una mayor heterogeneidad ide-ntitaria. Nilas razas ni Las cLases socioecon6micas agotan lasidentidades urban as. [ada vez mas Los diferentes sec­tores de La soci-edad civiE definen espacios y compor­tamientos particulares en La ciudad pue-rtorriquena.

Si como parece, son Las ciudades las grandesprotagonistas de La economia, y Lucen me-jar equipa­das que Las naciones para aprovechar las oportunida­des que preselltan Los tie-mpos actuales, La condicionactual del pais nos pide que se Le ubi que en Ese ho­rizonte de logros y desafios. El mundo contempora~

neo es un mundo urbano y Puerto Rico es ya un paiscasi totaLmente construido. Sin embargo, no nos re­ferimos en absoluto a derta formula demag6gfca que,enarbolando ei. ejemplo de SingapuG propane que Puer­to Rico se constituya y se maneje como una gran ciu­dad (SiLvia ALvarez CurbelO, 2004). Ese modeLo he­cho a La medida del despojo amblentaL y La depreda­ci6n, nada tiene que ver con eL urbanismo que aspi­ramos para et. futuro. Vivir en clave de ciudad es Laopcion de nuevas arraigos y comportamientos pubLi­cos, es tambien requisito indispensable de respetopar La naturaLeza y La geografiaisLenas.

La ciudad digital

iDesde d6nde miramos L05 espacios construi­dos de Puerto Rlco en eL s~gLo 21? Si los pLanos ma­nuscritos y ias fotos panoramicas mostraban Los pue~bLos deL sigto 19, si Las fotas aereas a partir de 1936hasta finaLes deL sigLo 20 fueron C1tiLes para entendereL complejo crecimiento de Las ciudades puertorri­que-nas, ;.cuaLes son ahora las imagenes pertinentespara ayudarnos a €ntender eL proceso generaLizadode suburbanizacion que se esparce por toda La isLa?

EL termino ciudad, entendido como una es­tructura bien definida en un territorio con integri­dad administrativa carece hoy de pertinencia, dadoeL hecho de La fragmentad6n y expansion territoriaLde La canstruido. Las ciudades del pais, como las decasi todo el mundo, han cambiado rapida y radical­mente a partir de La Segunda Guerra MundlaL. L.a pla­nificaci6n tiene ahora La dable responsabiLidad demirar La totalidad del fen6meno a escaLa deL autolllo­vit y de atendcr et proceso a escaLa humana ell pe­quenas unidades de espacios caminabLes.

En 1996 reaLizamos un recorrido por todosLos puebLos de La isLa y obtuvimos fotos de sus espa~

cios urbanos. En Ese recarrido utilizamos las colec­ciones de fotos que Llalllamos histo,icas para inten­tar retratar los espacios desde Las mismas perspecti­vas mostradas en eLlas y 2151 tener una representa­ci6n actual de los mismos. En muchas instancias nos

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PUERTO RICO URBANO

1945. Cafe- La Esperanza,Comedo.Louise Rosskam.AGPR

1996. Cafeteria NuevoASR

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fue dinclL lograr lOS angulos adecuados para obtenerel efecto de ayer y hoy. No obstante, aUi donde pudi­mas obtenerlo comprobamos que La tecnica contribu­ye aL anaLisi-s y vatoraci6n de Los espacios actuates.

La dispersion de La construcci6n ha hechoirreconocibles Los viejos centros que ahara s6to sonparte de una gigantesca mancha. Oespues de La de­cad a de 1980 un nuevo resorte teciloL6gico nos per­mite tener un nuevo campo de visi6n, una miradadistinta deL fenomeno a escala isLena, se trata de lasimagenes de sateLite. A partir de entO\1ces se hanobtenido imagenes sateLitaLes de segmentos de Laisla.

En eL 2002 eL gobierno de Puerto Rico ad­quiri6 par primera vez, un mosaico completo que in­cluye La totalidad deL territorio. El gobierno obtuvoen ese ana las imagenes de satelite Ikonos-2 y conella se reinaugura una nueva mirada panop-tica alcomplejo proceso de urbanizacion. Se adquiri6 paracomplementar la planimetria existente y adecuarLa alas nuevas tecnoLogias. La imagen des-de eL espaciose hizo dlsponible a las agendas y los municipios deLa isLa.

El concepto Ikonos-2 es un producto comer­claL lanzado aL mercado par La campania SpaceImaging con base en Colorado. En eL momento enque et gobierno adquiri6 La imagefl su resoLuci6n deun metro era la mejor disponible en eL mercado.

El sateLite esta a 681 kilometros de distan­cia, pero con su tecnologia nos podemos aproximaral territorio construido can sentldos que el hombres6Lo sonaba hace algunas decadas-. La ventaja de lasimagenes satelitaLes es que ofrecen La oportunidadde tener la perspectiva ampLia del fenomeno, pero aLa vez admiten acercarnos a Las escalas humanas. Lasimagenes de Ikonos-2 ayudan a entender La com pie­jidad de las areaS metropoLitanas y su reLacion COll elresto de la isla. Ademas, Las imagenes digltaLes to­madas desde el sateLite nos permiten analizar otrasreaLidades no visuaLes.

El mosaico que compone La imagen de sate­lite conesponde bandas entre febrero de 2001 y oc-

tubre de 2002. La imagen esta: ortorreferenciada alsistema mas reclente de coordenadas utilizado en Lacartografia digitaL. Lo que pademos verT como si setratase de una foto a colDr, en reaLidad es una com­binacion de bandas del. campo visible al ojo humanorojas, verdes, azules mas La que Llaman los tecnicos,infrarrojo cercano. A esto se Le ha superpuesto otrabanda pancromatica. Su grado de certeza metrica 0

exactitud es de dos metros para las escalas horizon­tales y tres metros para las vertlcaLes. Su resoluci6nde un metro es producto de una mezcla multlespectraty pancromatica.

Esta imagen del Ikanos 2 comptementa otTOtipa de imagenes obtenidas desde aviones que porsupuesto vuelan mas bajo. Otro mosaico de image­nes aereas obtenidas conesponde aL sistema LandInformation Management System (1996-1997) que

esta corregida para que no aparezca La presencia denubes-. El mosaico de todo el territorio €sta com­puesto par miles de fotos digitaLes obtenidascenitalmente, par La que no hay sombras significati­vas sabre La imagen_ Para las zonas construidas LaresaLuci6n de estas fotos es de 0.125 metros y paraLas zonas nQ construidas es de 0.25 metros. Como eneL caso de las satelitaLes, tambi€n se obtienen conesta tecnologia multiples capas de informacion que,segCln los prograrnas utHizados y el proposito de soumaneja, incluyen datos reLativos a la hidrografia yLos humedales. las estructuras urbanas. Las calles, etc.Este sistema combinado de imagenes sateLitaLes y defotos aereas digitaLes es La mejor metodologia con Laque dispone La ordenaci6n urbana y territorial en estecomienzo de sigLo.

A la era del urbanismo desparramado le co:­rresponde una nueva mirada. Las imagenes de sat€~Li­

te a 681 kiL-6metros de distancia pueden parecer unamirada distante, pero es La que La dimension fisico­espaciaL y conceptuaL de lo que ahara lLamamos ur­banis-mo requiere. Can esta recien nadda perspecti­va se "inicia eL s~gLo 21 habiendo recorddo en estoscuatro vo[umenes La evoLucion del urbanismo puer­torriqueno durante 500 anos.