10
Este trabajo no pretende ser un estudio histórico so- bre las herramientas de carpintería como los traba- jos realizados por historiadoressobre estas herra- mientas sino ofrecer una visión más intemporal de los tipos y usos de herramientas del carpintería, ba- sándonos en los pocos cambios sustanciales acaeci- dos en las herramientas manuales usadas por los carpinteros a lo largo de la historia (Petrie 1917; Mercer 1960; Hodge 1960; Goodman 1964; Mc Grail 1982; Izenour 1992). También podemos ras- trear el uso histórico de estas herramientas básica- mente romanas, en otros investigadores de la histo- ria de la construcción y no solo en la construcción edilicia sino en carpintería de ribera e incluso en carpintería de puentes (Adam 1981, 1994; Giuliani 1990; Jackson 1976). Este es el caso por ejemplo del hacha, quizá la he- rramienta de trabajo de la madera más antigua y de mayor pervivencia.Para poder hacer mella en un ma- terial y trabajarlo por frotación o por corte se necesi- ta otro material más duro. El primero fue la piedra a la que siguieron diversos metales o aleaciones metá- licas hasta llegar al control del hierro colado y luego forjado que fue el que se acabó convirtiendo en el material básico para la fabricación de herramientas. El coste elevado de la fabricación manual de elemen- tos metálicos para realizar uniones en la madera fo- mentó el desarrollo de uniones carpinteras madera- madera y con ello el diseño y desarrollo de herramienta metálica adecuada para realizar tales operaciones. Existe un gran consenso entre arqueólogos en reco- nocer al hacha como la herramienta más antigua para trabajar la madera y muchas otras herramientas han derivado de esta ideacomo es el caso de los escoplos y los formones. Las cuñas, aunque no se puedan consi- derar propiamente como herramientas, han sido una idea fundamental en el diseño de herramientas basán- dose en el principio de su funcionamiento que no es otro que limitar al mínimo la zona de contacto con el material a cortar para con la misma fuerza ejercida au- mentar la presión reduciendo la superficie de contacto. Al mismo tiempo que la cuña va penetrando su incre- mento de sección progresiva empuja lateralmente y ayuda a abrir el material en el que penetra. Esta sec- ción acuñada característica de las hachas es la misma que la de los escoplos y formones y en general la de todo herramienta de corte por empuje o golpeo. En nuestro ámbito occidental nuestras referencias culturales más antiguas vienen de Mesopotamia y principalmente de Egipto, de donde tenemos mayor información arqueológica. En el mundo de la cons- trucción el principal referente occidental es la cultura romana por haber formado, impregnado y pervivido a través de más de veinte siglos. La mayoría de he- rramientas romanas ya existían en Egipto aunque en Egipto no se conocía el cepillo (se planificaban las tablas por frotamiento con piedras). El uso de la tabla (de cedro) en barcos data del faraón Keops (c. 3.000 a.C.) por lo que hay que suponer que ya en esas fe- chas tan tempranas ya se había conseguido algún sis- tema de aserrado de tablas. 1 Breves comentarios sobre técnicas y herramientas en la carpintería de armar tradicional Miguel Carlos Fernández Cabo José Alonso LIbro 2 Congreso.indb 593 LIbro 2 Congreso.indb 593 28/09/15 13:19 28/09/15 13:19

Breves comentarios sobre técnicas y herramientas en la

  • Upload
    others

  • View
    0

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Breves comentarios sobre técnicas y herramientas en la

Este trabajo no pretende ser un estudio histórico so-bre las herramientas de carpintería como los traba-jos realizados por historiadoressobre estas herra-mientas sino ofrecer una visión más intemporal de los tipos y usos de herramientas del carpintería, ba-sándonos en los pocos cambios sustanciales acaeci-dos en las herramientas manuales usadas por los carpinteros a lo largo de la historia (Petrie 1917; Mercer 1960; Hodge 1960; Goodman 1964; Mc Grail 1982; Izenour 1992). También podemos ras-trear el uso histórico de estas herramientas básica-mente romanas, en otros investigadores de la histo-ria de la construcción y no solo en la construcción edilicia sino en carpintería de ribera e incluso en carpintería de puentes (Adam 1981, 1994; Giuliani 1990; Jackson 1976).

Este es el caso por ejemplo del hacha, quizá la he-rramienta de trabajo de la madera más antigua y de mayor pervivencia.Para poder hacer mella en un ma-terial y trabajarlo por frotación o por corte se necesi-ta otro material más duro. El primero fue la piedra a la que siguieron diversos metales o aleaciones metá-licas hasta llegar al control del hierro colado y luego forjado que fue el que se acabó convirtiendo en el material básico para la fabricación de herramientas. El coste elevado de la fabricación manual de elemen-tos metálicos para realizar uniones en la madera fo-mentó el desarrollo de uniones carpinteras madera-madera y con ello el diseño y desarrollo de herramienta metálica adecuada para realizar tales operaciones.

Existe un gran consenso entre arqueólogos en reco-nocer al hacha como la herramienta más antigua para trabajar la madera y muchas otras herramientas han derivado de esta ideacomo es el caso de los escoplos y los formones. Las cuñas, aunque no se puedan consi-derar propiamente como herramientas, han sido una idea fundamental en el diseño de herramientas basán-dose en el principio de su funcionamiento que no es otro que limitar al mínimo la zona de contacto con el material a cortar para con la misma fuerza ejercida au-mentar la presión reduciendo la superficie de contacto. Al mismo tiempo que la cuña va penetrando su incre-mento de sección progresiva empuja lateralmente y ayuda a abrir el material en el que penetra. Esta sec-ción acuñada característica de las hachas es la misma que la de los escoplos y formones y en general la de todo herramienta de corte por empuje o golpeo.

En nuestro ámbito occidental nuestras referencias culturales más antiguas vienen de Mesopotamia y principalmente de Egipto, de donde tenemos mayor información arqueológica. En el mundo de la cons-trucción el principal referente occidental es la cultura romana por haber formado, impregnado y pervivido a través de más de veinte siglos. La mayoría de he-rramientas romanas ya existían en Egipto aunque en Egipto no se conocía el cepillo (se planificaban las tablas por frotamiento con piedras). El uso de la tabla (de cedro) en barcos data del faraón Keops (c. 3.000 a.C.) por lo que hay que suponer que ya en esas fe-chas tan tempranas ya se había conseguido algún sis-tema de aserrado de tablas.1

Breves comentarios sobre técnicas y herramientas en la carpintería de armar tradicional

Miguel Carlos Fernández CaboJosé Alonso

LIbro 2 Congreso.indb 593LIbro 2 Congreso.indb 593 28/09/15 13:1928/09/15 13:19

Page 2: Breves comentarios sobre técnicas y herramientas en la

594 M. C. Fernández y J. Alonso

Es sorprendente que las herramientas romanas no cambiaran hasta la revolución industrial (Gaitzsch1980) e incluso en esta época con nuevos medios científicos y tecnológicos, lo que cam-bióesencialmente fue la maquinaria de aserrado y es-cuadrado de la madera de rollizo para su transforma-ción en diversas escuadrías. Esta pervivencia de la herramienta básicamente romana hasta casi princi-pios del siglo XX se puede observar a través de las ilustraciones de diversos tratados de carpintería (Bar-berot 1911; Arias y Scala 1895).

Después de estas primeras máquinas industriales para los aserraderos comenzaron a producirse maqui-naria semi-pesada accesible a las carpinterías de ta-maño medio e incluso pequeño. Este es el caso de las sierras de cinta y de los bancos de cepillado que con ligeras variaciones constituyen la herramienta semi-pesada de todo taller de carpintería medio o pequeño. Esta nueva maquinaría permitiría a los carpinteros proveerse de escuadrías más grandes en los aserrade-ros para luego deshilar y labrar la madera según sus necesidades. En el caso de España, la industrializa-ción no llega hasta finales del siglo XIX comenzan-do con las regiones de Catalunya, Levante y Vascon-gadas alcanzando más tarde al antiguo reino de León, Galicia, y Asturias.2

Sin embargo la herramienta manual de trabajo si-gue siendo muy parecida a la de los carpinteros ro-manos. Cepillos, formones, gubias, gramiles, escua-dras, cartabones, serruchos y otros enseres manuales típicos del ajuar de un carpintero, podrían intercam-biarse entre un faber tignarium (carpintero de armar) romano y un carpintero contemporáneo sin tener que dar explicaciones sobre su manejo y utilidad.

Todo este tipo de herramientas tradicionales de carpintero las podemos encontrar en diversos museos nacionales e internacionales3 y las semejanzas a lo largo de las distintas regiones del globo terrestre son asombrosas. En algunos casos, como en Oriente, cambia la dirección de empuje (en Oriente se tira de la herramienta mientras que en Occidente se empu-ja). Lo mismo ocurre con las uniones carpinteras ta-les como embarbillados, esperas, medias maderas, cola de milano o caja y espiga, que se repiten igual-mente a lo largo del globo a través de varios miles de años con muy poca variedad en las soluciones. Todo esto lo podemos seguir no sólo a través de restos ar-queológicos sino también en teselados y frescos ro-manos así como en posteriores policromías, ilustra-

ciones y grabados medievales y renacentistas (figura 1).También podemos seguir la pista de estas herra-mientas tradicionales a través de la literatura como es el caso de los tratados clásicos de arquitectura y de los tratados específicos de carpintería. Incluso en otras obras literarias genéricas como es el caso de Las Etimologías de Isidoro de Sevilla (s. VI-VII).

HERRAMIENTAS DE TALA Y DESPIECE DE LOS TRONCOS

El sistema de cuarteado con cuñas,4 quizás el primer sistema de sacar piezas de un tronco,consiste en aprovecharse de las fendas de secado introduciendo cuñas en línea para luego ir golpeándolas progresiva-mente para forzar el rajado de la fenda hasta el cora-zón. Si la cuña era de madera se solía empapar de agua para que al aumentar su volumen absorbiendo agua aumentara la presión incrementando así el fen-dando hasta llegar al corazón y dividir en dos al tron-co; esta técnica solo da resultado con las maderas de frondosas ya que con las coníferas es más difícil por el motivo de que los nudos impiden que el fendado radial se prolongue hasta el corazón.

Después de la piedra, las primeras hachas fueron de cobre (posiblemente aleaciones) y bronce hasta llegar al hierro que ha perdurado a través de los si-glos. La fundición del metal permita hacer un aguje-ro en el hierro para que pase el mango y no tener que recurrir a fendar en dos el mango para poder alojar la piedra-hacha, como se hacía en la Edad de Piedra. Los egipcios clavaban el hacha en la cabeza del man-go.El hierro ha sido el mineral base evolucionando hasta las actuales aleaciones hierro-carbono. Este

Figura 1Careado del canto de una viga con hacha (izda) y aserrado al hilo con una sierra de aire manejada por dos operarios (dcha). Policromía sobre madera en la armadura de cubierta de la Catedral de Teruel (s. XIII). (Foto del autor)

LIbro 2 Congreso.indb 594LIbro 2 Congreso.indb 594 28/09/15 13:1928/09/15 13:19

Page 3: Breves comentarios sobre técnicas y herramientas en la

Técnicas y herramientas en la carpintería de armar tradicional 595

nuevo diseño propició que la parte opuesta al filo de la hoja del hacha se pudiera utilizar como martillo obteniéndose de este modo una herramienta mixta que sirve tanto para cortar y trabajar la madera como para golpear y clavar clavos (figura 2). Este tipo de hachas era parte habitual de ajuar de un soldado ro-mano, pues además de ser una herramienta de trabajo también servía como arma de combate (Hanson 1982).

El abatimiento de árboles mediante hachas es uno de los procedimientos más arcaicos. Para este menes-ter las hachas habrán de tener un mango largo y todo el peso posible en su cabeza (hasta donde un hombre pueda manipularlas) ya que el brazo de palanca y el peso en la cabeza aumentan su eficacia de corte. La longitud del filo tampoco deber ser larga pues para la misma fuerza, la presión (penetración) aumenta si se reduce la superficie de impacto. Esta idea de hacha la podemos observar en la que actualmente usan los aizcolaris vascos en sus concursos de cortar troncos. Por el contrario, las hachas usadas para perfilar tie-nen mayor longitud de filo. Aunque existe una gran variedad en la forma exacta de la cabeza del hacha, una diferencia fundamental está en el tamaño del mango. Esto genera una clasificación básica según que el hacha esté pensada para usarse con dos manos o con una sola. Las de dos manos se conocen tam-bién como hachas de vuelo y son las que se suele uti-lizar para talar y para hacer leña.

La evolución importante en las herramientas de tala se produjo al inventarse la sierra, que consiste en

una hoja plana de una aleación metálica a la que se le han practicado unos cortes en forma de dientes afila-dos que son capaces de producir desgarros en las fi-bras de la madera cuando se pasa repetidamente so-bre ella en ambas direcciones. El origen del dentado de las sierras es incierto aunque puede suponerse que se haya inspirado en las filas de dientes de los anima-les carnívoros que se clavan en la carne y luego tiran y la desgarran. Las sierras de tronzar utilizadas en el desmote y desenrolle (figura 3) ya aparecen en algu-nos pictogramas egipcios. Consiste en una hoja gran-de con el filo dentado y suelen tener dos mangos para usarse entre dos hombres, tirando alternativa-mente uno de cada lado.

HERRAMIENTAS DE ASERRADO

Una vez descortezado el tronco con hachas o azuelas, se podía utilizar sin más como piezas estructurales de una primitiva estructura de cubierta o bien se podía proceder a planificar una de sus caras para que sirvie-ra de apoyo fácil a un entablado que formaría un forja-do habitable. Estas vigas de rollizo también se podían carear por la parte inferior para clavar un cañizo como soporte de un enyesado para mejorar el aislamiento y acabado del techo del forjado. El careado de la cara horizontal superior e inferior de las vigas se realizaba con azuelas mientras que el careado vertical o de can-

Figura 2Diversos tipos de hachas: (de izda a dcha) hacha pequeña, hacha mediana con culata para clavar, hacha grande de pos-tear en minas, azuela pequeña. En la parte superior, tadonjo labrado con un hacha. (Foto del autor)

Figura 3 Tronzador para el desenrolle de vigas. El utilizado para el desmonte tiene los mangos en el mismo plano que la hoja de la sierra. Centro de Interpretación de la Carpintería de lo Blanco en Villamayor de Campos, Zamora.(Foto del autor)

LIbro 2 Congreso.indb 595LIbro 2 Congreso.indb 595 28/09/15 13:1928/09/15 13:19

Page 4: Breves comentarios sobre técnicas y herramientas en la

596 M. C. Fernández y J. Alonso

to se realizaba con hachas de carear que sólo tenían el afilado a una cara y que se diferenciaba de las corrien-tes de tala. Tenían los mangos curvados para la protec-ción de las manos y poder controlar mejor las líneas que se marcaban con cuerdas sobre el tronco. La lon-gitud de los mangos de estas herramientas ha de per-mitir trabajar cómodamente encima de la viga; los lar-gos de mangos sueles variar entre 75 y 85 cm. Estas herramientas se califican como de vuelo.

Cada herramienta de trabajo deja una huella o im-pronta específica en la madera por su manera de ata-carla y cortarla (figura 4). El análisis de la impronta de la herramienta en la madera es un buen procedi-miento para detectar las técnicas utilizadas en su ela-boración y atribuirlas a distintos períodos históricos (Darrah 1982).

La viga careada a los cuatro caras y escuadrada –en ángulos rectos– es la base para obtener otros pro-ductos como son el cuartón o vigueta,5 que es el re-sultado de serrar la viga longitudinalmente en dos mitades dando lugar a cuatro piezas (de ahí «cuar-tón», cuarto de viga).

Esta división de la viga en escuadrías menores no fue posible hasta que se inventaron las sierras brace-ras o de cuartear, también conocidas como sierras de aire6 (figura 5). Existen dos formas básicas de sierras de aire, que como en el caso de las hachas, colocan el plano de la hoja de la sierra en diferente posición en relación al plano de la herramienta. En un caso la hoja se sitúa en el mismo plano que el plano de la he-rramienta.

Este tipo de sierra conocido como sierra de basti-dor o bien su versión más simple y pequeña de sierra de arco o sierra de espigar y se utilizaba para serrar perpendicularmente a la fibra o para tramos cortos en la dirección longitudinal. La otra variante consis-tía en colocar la hoja perpendicular al plano de la he-rramienta. Esta se conocía como sierra de aire, bra-ceras o de cuartear y se utilizaba para serrar en la dirección longitudinal de la fibra, que no es otra que la dirección longitudinal del tronco. Estas, junto con los tronzadores, eran las utilizadas para sacar los cuartones, los tablones y las tablas.

Los romanos usaban varios tipos de sierras según el trabajo a que se destinaban: sierras de arco, sierras de bastidor (pequeñas y grandes), tronzadores, sie-rras de aire para deshilar y diversos serruchos de mano (Gaitzsch1985) (figura 6).

De los serruchos de mano cabe diferenciar entre los que llevas costilla o rigidizador en la parte supe-rior de la hoja para evitar que no se curve la hoja al

Figura 4Viga de rollo careada por la cara superior para asentar la ta-bla. Se puede apreciar claramente los golpes de la azuela en el descortezado del rollo. (Foto del autor)

Figura 5Uso de cuñas en el aserrado de vigas con una sierra de aire para evitar que se atore la hoja por causa del serrín verde y el secado rápido del corazón. Centro de Interpretación de la Carpintería de lo Blanco en Villamayor de Campos, Zamo-ra. (Foto del autor)

LIbro 2 Congreso.indb 596LIbro 2 Congreso.indb 596 28/09/15 13:1928/09/15 13:19

Page 5: Breves comentarios sobre técnicas y herramientas en la

Técnicas y herramientas en la carpintería de armar tradicional 597

empujar, y los que no llevan costilla para permitir que la hoja atraviese completamente la madera. La costilla aumenta la rigidez de la hoja de la sierra pero en contra impide que pueda atravesar la made-ra siguiendo el ancho de filo de la hoja. De los se-rruchos sin costilla tenemos los grandes conocidos como serrotes o serrones, y otros más pequeños co-nocidos como serruchos sin costilla y los serruchos de punta o de contonear, que son de hoja de poco canto para permitir realizar aserrador siguiendo tra-zados curvos.

Serrar la madera en el sentido longitudinal y en tramos largos para obtener tablas siempre fue uno de los retos tecnológicos de la antigüedad. La sos-pecha de la primera aparición de esta herramienta de corte de la madera se atribuye al comienzo del período Helenístico en el que comienzan a ser habi-tuales restos arqueológicos de puertas de casetones en los que se utilizaban tablas producidas con este tipo de herramientas que las hacía asequibles a mu-chas familias y no solo a los reyes o a la nobleza (Ulrich 2007).

La producción económica de tablones y tablas su-puso un cambio tecnológico de gran impacto no solo en la arquitectura sino en todo tipo de mobiliario, aparatos e instrumental que tenía su materia prima en la madera.

Este impacto fue aún mayor en la revolución in-dustrial con la aparición de máquina a vapor y luego electromecánicas que movían sierras de cinta en ase-rraderos industriales. Los rollizos se cargaban sobre unos trenes de aserrado que avanzaban sobre la sierra de cinta en movimiento produciendo tablas, tablones y todo tipo de escuadrías según demanda del merca-do (figura 7).

HERRAMIENTAS DE LABRA

Los primeros cepillos para planificar perfiles en los procesos de labra de la madera se atribuyen al perío-do helenístico griego lo que permitió que empezaran a proliferar las puertas de casetones (entre V y II dC) aunque no se han encontrado cepillos griegos. Las investigaciones etimológicas sobre la palabra latina –runcina- derivado del griego –rhykane- avalan esta hipótesis. Los cepillos romanos más antiguos se han encontrado en Pompeya (79 aC, entre 21 y 43,9 cm). Los cepillos con solera metálica suponen una innova-ción tecnológica (Gaitzsch 1980) (figura 8).

La idea proviene del uso de la azuela, arrastrándo-la en vez de golpeando la madera. El invento lo que hace es utilizar una base plana en hierro o madera, e incorporar una cuchilla desmontable bien afilada que sobresale ligeramente por la base plana del soporte

Figura 6Diversos tipos de sierras romanas similares a las utilizadas en la actualidad (Gaitzsch 1985)

Figura 7Sierra de cinta del siglo XIX que supuso un avance extraor-dinario por la facilidad de conseguir escuadrías de tablones y tablas, además de carear las vigas (Arias y Scala, 1895)

LIbro 2 Congreso.indb 597LIbro 2 Congreso.indb 597 28/09/15 13:1928/09/15 13:19

Page 6: Breves comentarios sobre técnicas y herramientas en la

598 M. C. Fernández y J. Alonso

que fija la cuchilla. En varios museos europeos pue-den observarse restos de estos cepillos romanos en diferente grado de conservación (Ulrich 2007), aun-que también es cierto que solo han llegado hasta no-sotros menos de 20 unidades (Gaitzsch 1980).

La variedad de cepillos utilizados por los carpinte-ros es enorme, evolucionando a lo largo de los años en perfección y adaptabilidad en función del trabajo específico requerido. Cada uno tiene su propio nom-bre: garlopa, garlopín, cepillo de testa, guillamen, etc. (figura 9).

HERRAMIENTAS DE DESPIECE Y ARMADO DE UNIONES

Las uniones típicas más universales en la madera son la media madera y la caja y espiga7 así como las es-peras y embarbillados, muy similares a las utilizadas por los romanos y otras culturas milenarias (Weeks 1982). Para su mecanización suelen utilizarse estos dos tipos de serruchos aunque es necesario también el uso de formones para remates y ajustes a la hora de armar las piezas (figura 10). También es impres-cindible el uso de escoplos para vaciar las cajas, mor-tajas o escopleaduras. El formón es básicamente una cuchilla formada sobre una pletina de hierro afilada a pico flauta por uno de sus extremos y embutida en un mango de madera por el otro. Los laterales de la hoja suelen también biselarse aunque sin corte, salvo en el caso del escoplo en que los bordes son rectos a escuadra para facilitar la rectitud en el escopleado de las cajas.

Figura 8Armazón metálico de un cepillo romano (Gaitzsch, 1980)

Figura 9Cepillo de mano y guillamen. El cepillo sigue siendo esen-cialmente una herramienta similar a la usada por los carpin-teros romanos. Centro de Interpretación de la Carpintería de lo Blanco en Villamayor de Campos, Zamora. (Foto del au-tor)

Figura 10Gubias, formones y cuchillas de desbaste y alisado de pro-cedencia romana (Ulrich 2007)

LIbro 2 Congreso.indb 598LIbro 2 Congreso.indb 598 28/09/15 13:1928/09/15 13:19

Page 7: Breves comentarios sobre técnicas y herramientas en la

Técnicas y herramientas en la carpintería de armar tradicional 599

Para afianzar las uniones se utilizaban clavijas de madera –no hay que olvidar que históricamente el hierro siempre fue un producto caro para un carpin-tero- para evitar que se movieran o salieran de su cu-nadebido a acciones imprevistas como por ejemplo las succiones provocadas por el viento. La clavija es una especie de pasador hecho de madera para lo cual se necesita taladrar primero el perfil sobre el que se iba a insertar. Si son clavijas de sección grandes se pueden hacer un vaciado previo con un formón, pero si son pequeñas lo usual es utilizar un taladro manual o berbiquí que no es otra cosa que una especie de tornillo con un mango excéntrico que permite avan-zar el tornillo a la vez que se empuja (figura 11).

Una vez realizado el agujero se introduce la clavija y ésta evita que la unión se mueva de su sitio. Anti-guamente existía un tipo de berbiquí que se conecta-ban a una especie de arco con cuerda que provocaba manualmente su giro, al igual que se hacía con los tornos antiguos para provocar el giro y la fricción en la punta del berbiquí. Este tipo de instrumentos de ta-ladrado aparece en la carpintería de ribera del anti-guo Egipto. Arquímedes es el que nos hace llegar el conocimiento científico de la espiral del taladro con las características de su trazado geométrico y sus propiedades mecánicas.

Cuando eran inevitables o compensaban la labor de mecanización, las uniones se afianzaban con cla-vos y pasadores de hierro forjado a base de mazo y yunque (figura 12). El clavo romano y el clavo del renacimiento son prácticamente iguales en formato y

en proceso de fabricación. En las excavaciones de Numancia se pueden observar todo tipo de clavos de hierro tanto por su forma como por su aplicación.

HERRAMIENTAS DE TRAZA

Entre carpinteros era usual el uso de escantillones y gramiles que permitían mediante un punzón incorpo-rado, marcar trazas paralelas a un borde con toleran-cias próximas a 1 mm (figura 13).Los gramiles tam-bién se han utilizado para realizar rayados decorativos en los papos de las alfardas y además servían para separar las bandas de colores en la poli-cromía. Para esta función también se utilizaban aca-naladores que son parecidos a cepillos con una cu-chilla estrecha y un poco más profunda. Ya en el mundo romano existían este tipo calibres para trans-portar medidas precisas.

Cuando se está practicando la labra de los perfiles era usual utilizar compases de grueso, tanto de cali-brado interior como interior (para las cajas). Igual-mente era común el uso de compases de puntas para trasladar distancias cortas así como el compás de va-raspara distancias largas (figura 14). Otra herramien-ta de traza fundamental es la escuadra de mano con la que podemos asegurar el escuadrado de perfiles en la labra. En carpintería es usual que las escuadras tengan hojas de distinto grosor para de esta manera apoyar el borde de la más gruesa sobre el borde del perfil y así poder deslizar y ajustarse mejor a la hora de marcar con la otra hoja. Otro juego de herramien-

Figura 11Diversas herramientas de carpintería usuales en el s.XIX: Tronzador, sierras de aire, serruchos, berbiquí, cepillos, garlopas y cepillos curvos (Arias y Scala 1895)

Figura 12Clavos y clavijas de hierro de diferente tamaño y forma (izda.). Herrajes de una puerta quicialera (dcha.). (Foto del autor)

LIbro 2 Congreso.indb 599LIbro 2 Congreso.indb 599 28/09/15 13:1928/09/15 13:19

Page 8: Breves comentarios sobre técnicas y herramientas en la

600 M. C. Fernández y J. Alonso

tas muy usual eran los cartabones, especie de trián-gulos de madera cortados a distintos ángulos muy útiles en la traza y corte de la carpintería de armar. Los cartabones son imprescindibles en el trazado de cubiertas y en la carpintería de lazo (figura 14). La falsa escuadra, también conocida como saltarregla en cantería, es una herramienta de traza muy útil cuando trabajamos con ángulos distintos de 90º lo que es ha-bitual en armaduras de cubierta.

La cuerda de replanteo se utiliza sobre todo para el replanteo de la traza a la hora de carear vigas y tablo-nes y también es útil en los replanteos de obra en la carpintería de armar. Y por supuesto el nivel de plo-mada sobre un cartabón cuadrado es una referencia básica para el replanteo en la obra. Los romanos uti-lizaban mesas de agua con mirillas niveladas para pa-sar niveles a distancias grandes como era el caso de la construcción de acueductos o canales de suminis-tro de agua donde la precisión en la nivelación era fundamental para que no se produjera una excesiva velocidad en la corriente del agua, lo que acabaría provocando un excesivo desgaste de los paramentos del canal.

CONCLUSIONES

Desde que los Hititas introdujeron el mineral de hierro en las aleaciones metálicas para fabricar ar-mas y herramientas, el hierro, en sus diferentes aleaciones y tratamientos ha sido el material básico para la fabricación de herramientas manuales a lo

Figura 13Gramiles sencillos y dobles. (Foto del autor)

Figura 14Juego de herramientas de traza habituales en el ajuar de un carpintero. Centro de Interpretación de la Carpintería de lo Blanco en Villamayor de Campos, Zamora. (Foto del autor)

LIbro 2 Congreso.indb 600LIbro 2 Congreso.indb 600 28/09/15 13:1928/09/15 13:19

Page 9: Breves comentarios sobre técnicas y herramientas en la

Técnicas y herramientas en la carpintería de armar tradicional 601

largo de la Historia. Igualmente la madera ha sido la extensión de la mano humana como mango para el uso de estas herramientas. Las primeras ideas que dieron lugar a herramientas muy básicas siguen siendo válidas hoy día con ligeras variantes. Las ha-chas, sierras, formones y cepillos son muy similares a las herramientas usadas por un carpintero romano. En la revolución industrial hubo un gran avance en la fabricación de maquinaria y en el siglo XX hubo una revolución en la incorporación de la energía eléctrica a las herramientas manuales electromecá-nicas. Sin embargo todo carpintero siempre lleva consigo ciertas herramientas manuales como for-mones, serruchos, escofinas o pequeños cepillos que siguen siendo útiles hoy día. Los hierros dulces que mantenían poco tiempo el filo en buen estado han sido sustituidos por aceros que conservan du-rante más tiempo la calidad de corte. Pero aún así hoy en día, cuando realmente queremos una corte o ajuste muy fino, debemos buscar un compromiso entre la dureza del acero y su ductilidad. Las herra-mientas tradicionales de carpintero no solo se han conservado con pocas modificaciones a lo largo del tiempo sino también del espacio a través de las dis-tintas culturas del planeta. La gran variedad de úti-les y herramientas para el trabajo de la madera así como la precisión en su ejecución, han convertido a la carpintería en todos sus ámbitos –carpintería de taller, de armar, de ribera, etc.- en uno de los pilares básicos del desarrollo tecnológico de la Humani-dad. Ningún otro oficio o actividad ha tenido una variedad tan grande y especializada de tipos de he-rramientas.

NOTAS

1. En la maqueta procedente de la tumba de Meket-Ra, podemos observar el sistema que empleaban para hacer tabla los egipcios; fijaban la madera a un madero eleva-do sobre el suelo al que ataban a garrote la pieza a cor-tar para luego aserrarla, empleando grandes serruchos sin costilla con mango curvado que se manipulaba en-tre dos personas, a diferencia de los tronzadores de los últimos tres siglos que tienen empuñadura guarda-mon-tes para proteger la mano en caso de rotura de la made-ra.

2. Un caso concreto como el de la provincia de Zamora -con gran tradición carpintera- nos puede ilustrar hasta donde llegaba en España la mecanización de las herra-

mientas de carpintería en los pequeños y medianos ta-lleres. En esta ciudad en los años 60 del pasado siglo XX solo existían cuatro máquinas combinadas y tres sierras de cinta que se dedicaban al aserrado de vigas y cuarteado de madera para carpinteros. De ellas dos eran propiedad de talleres de carpintería y las otras dos se dedicaban a mecanizar para pequeños talleres. Hasta ese momento todo el proceso de transformación se ha-cía a mano por lo que aún quedan carpinteros vivos que conocen todas las técnicas y uso de herramientas ma-nuales de carpintería que han sobrevivido a lo largo de varios miles de años.

3. Algunas de las herramientas de carpintería expuestas en las vitrinas de varios Museos Internacionales están mal catalogadas o están atribuidas a oficios distintos.

4. Esta práctica de cuarteado de rollizos con cuñas se em-pleó hasta los años 60 del pasado siglo XX en las zonas rurales de las zonas asturleonesas y la Raya de Sala-manca y Portugal hasta Cáceres.

5. Una práctica muy empleada hasta principios del siglo XX en el espacio rural español era que la madera llega-ra a los talleres artesanales escuadrada a hacha y en ellos se serraban a las escuadrías que necesitaban; otra práctica consistía que para su venta por piezas en los corrales de la madera (almacenes) se cuarteaba en divi-siones regladas como eran la de viga, la de media viga, y la de cuarta o cuarta parte de la viga dependiendo de la escuadría de la viga; para esta práctica conocida como de cuartear, existía una sierra igual que la bracera de aire, algo más pequeña, conocida como de cuartear que tenían una hoja de sierra montada sobre un arma-zón de madera que se tensaba con cuerdas a garrote. Se usaban para serrar escuadrías medias y también para espigar –formar espigas-, nombre con el que también eran conocidas.

6. Los romanos tenían varios tipos y tamaños de sierras parecidos a los utilizados en nuestros días como la sie-rra bracera o de cuartear, también conocida como de aire, si bien en España para nosotros la de aire es una sierra singular en diseño parecida a un gran tronzador con soportes metálicos y un mango torneado para ma-nejarlas con las dos manos dos personas; en la zona de la Raya –Entre España y Portugal- son conocidas como portuguesas, por ser de esta tierra los jornaleros nóma-das que recorrían la frontera desde Oporto a la Coruña y Asturias. Basándose en este diseño de sierra de aire se construyeron en España algunos aserraderos semi-industriales que utilizaban sierras maquileras movidas por agua como la que existió en Santa Marta de Tormes (Salamanca) y aun funcionó hasta principios del siglo XX.

7. No hay datos precisos de la procedencia del sistema de unión a base de caja y espiga aunque la lógica contun-dente de la solución se ha manifestado desde muy anti-

LIbro 2 Congreso.indb 601LIbro 2 Congreso.indb 601 28/09/15 13:1928/09/15 13:19

Page 10: Breves comentarios sobre técnicas y herramientas en la

602 M. C. Fernández y J. Alonso

guo a lo largo de las distintas culturas del planeta. Como ejemplo podemos citar su presencia en las ma-quetas egipcias de Deir el Bahari y de la tumba de Me-ketre; en ambos casos hay una representación de un hombre escopleando en una posición y manejo de la herramienta que cualquier carpintero actual puede re-conocer de inmediato.

LISTA DE REFERENCIAS

Adam, J.-P. and T. Adam. 1981. La Techniche construttive a Pompei. In Pompei 1748-1980. I Tempi della Documen-tazione. Exibition Catalog. Rome.

Adam, J.-P. 1994. Roman building. Bloomington. Alberti, Leon Battista (1404-1472) 1991. De re aedificato-

ria. Akal.Arias y Scala, Federico. 1895. Carpintería antigua y moder-

na: tratado general teórico práctico para uso de carpinte-ros…

Barberot, E. 1911. Traité pratique de charpente. Librairie Polytechnique Ch. Béranger.

Darrah, R. 1982. Working unseasoned oak. In Woodworking Techinques before A.D. 1500, BAR-IS. Mc Grail, Lon-don. pp. 219-230.

Gaitzsch, Wolfgang. 1980. Eiserhe römische Werkzeuge. Studien zur römischen Werkzeugkunde in Italien und den nördlichen Provinzen des Imperium Romanum, 2 vols. BAR-IS 78. Oxford.

Gaitzsch, Wolfgang. 1985. Werkzeuge und Geräte in der röminischen Kaiserzeit, eine Übersicht. ANRW II.12.3

Giuliani, C. F. 1990. L’edilizia nell’artichitá. Rome.Goodman, William L. 1964.The History of Woodworking

Tools. London.Hanson, W.S. 1982. Roman Military Timber Buildings:

Construction and Reconstruction. In Woodworking Te-chinques before A.D. 1500, BAR-IS. Mc Grail, London. pp. 169-186.

Hodge, A.T. 1960. The Woodwork of Greek Roofs. Cam-bridge.

Jackson, D. A. and T.M. Ambrose. 1976. A Roman Timber Bridge at Aldwincle, Northants. Britannia 7:39-72.

Mercer, H.C. 1960. Ancient Carpenter’s Tools. 3d. ed. Doyleston.Mc Grail, S. ed. 1982. Woodworking Techniques Before

A.D.1500. Paper presented to a symposium at Greenwich in September 1980 (BAR-IS 129). Oxford.

Izenour, G.C. 1992. Roofed Theaters of Classical Antiquity. New Haven.

Petrie, W.M.F. 1917. Tools and Weapons Illustrated by the Egiptian Collection in University College, London. London.

Ulrich, R.B. 2007. Roman Woodworking. Yale University Press, New Haven and London.

Vitrubio Polión, Marco. [I a.C]. 1997. De architectura. Giu-lio Einaudi.

Weeks, J. 1982. Roman Carpentry Joints: Adpoption and Adptation. In Woodworking Techniques Before A.D.1500. Paper presented to a symposium at Greenwich in Sep-tember 1980 (BAR-IS 129). Oxford.

LIbro 2 Congreso.indb 602LIbro 2 Congreso.indb 602 28/09/15 13:1928/09/15 13:19