Brigadas Asturiana y Santanderina

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Sobre la Guerra Civil

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    Este artculo se centra en la historia de las unidades militares asturianas y santanderinas queactuaron en Euzkadi durante la pasada Guerra Civil. Las Brigadas de Asturias y Santander participa-ron de forma destacada en la defensa del territorio vasco frente al ejrcito franquista. La recons-truccin de dicha intervencin contribuye al conocimiento ms profundo de la historia de la guerraen el frente Norte.

    Palabras Clave: Guerra Civil Espaola. Ejrcito republicano del Norte. Cuerpo de Ejrcito Vasco.Cuerpo de Ejrcito de Asturias. Cuerpo de Ejrcito de Santander.

    Artikulu honek Euskadin Gerra Zibilean jardun zuten Asturias eta Santanderreko unitate milita-rretan jartzen du arreta. Asturias eta Santanderreko Brigadak era nabarmenean parte hartu zuteneuskal lurraldearen defentsan armada frankistaren aurrean. Parte hartze horren berreraiketak lagun-tzen du Ipar fronteko gerraren historia sakonago ezagutzen.

    Giltza-Hitzak: Espainiako Gerra Zibila. Iparraldeko armada errepublikanoa. Euskal Gudarostea.Asturiasko Armada Gorputza. Santanderreko Armada Gorputza.

    Cet article est ax sur l'histoire des units militaires des Asturies et de Santander qui intervinrenten Euzkadi durant la Guerre Civile. Les Brigades des Asturies et de Santander participrent de faonnotable la dfense du territoire basque face l'arme franquiste. La reconstruction de cette inter-vention contribue une connaissance plus profonde de l'histoire de la guerre sur le front Nord.

    Mots-Cls : Guerre Civile Espagnole. Arme rpublicaine du Nord. Corps d'Arme Basque. Corpsdes Asturies. Corps d'Arme de Santander.

    Euzkadi y el Norte republicano.Las Brigadas Asturianas ySantanderinas en el frente vasco*(Euzkadi and the Northern Republican Spain. Asturiasand Santander Brigades on the Basque Front)

    Vargas Alonso, Francisco M.Centro de Educacin de Adultos (C.E.A.) Real Aquende. Dpto. deCiencias Sociales. C/ Arboleda n 6. 09200 Miranda de Ebro [email protected]

    Recep.: 16.05.2008BIBLID [1136-6834 (2012), 38; 867-917] Acep.: 09.10.2012

    * Este trabajo ha contado con una ayuda a la investigacin del ao 1997 de Eusko Ikaskuntza.

  • En este artculo estudiamos la historia de las unidades militares asturianas ysantanderinas que participaron en la campaa vasca durante la pasada GuerraCivil. Las Brigadas de Asturias y Santander actuaron de forma destacada, y dis-cutida, en la defensa de la Euzkadi autnoma frente al Ejrcito franquista. Lareconstruccin de dicha intervencin contribuye al conocimiento de la historia dela guerra de forma ms completa, aclarando la actuacin de los batallones deorigen forneo, hasta ahora estudiada de forma parcial, lo que ha favorecido unavisin fragmentaria de los acontecimientos. Las dimensiones de este estudionos obligan a obviar las relaciones poltico-econmicas entre las diferenteszonas leales a la Repblica en el frente Norte, en este caso la Historia de lasRelaciones Euzkadi-Asturias-Santander, para centrarnos en la colaboracin mili-tar de Asturias y Santander en defensa del frente vasco.

    1. EL POTENCIAL MILITAR DE ASTURIAS Y SANTANDER EN EL FRENTE NORTE

    En el Norte republicano surgieron tres entidades de gobierno autnomodurante la guerra civil. En el Pas Vasco la revolucin proletaria que se dio enzona leal al iniciarse el conflicto qued pronto paralizada, debido al peso delnacionalismo vasco, reformista moderado en el tema social y contrario a un pro-ceso revolucionario. En las otras dos regiones del Norte el poder, pese a la legi-timacin de la legalidad estatal republicana, se transform ante la presin de lostrabajadores y sus representantes, los partidos y sindicatos de corte marxista yanarquista.

    En Asturias el poder qued inicialmente fragmentado con la constitucin deComits municipales. Entre ellos destac el de Sama, sede del poderoso Sindi-cato Minero Asturiano, que se autodenomin Comit Provincial del Frente Popu-lar bajo la direccin del dirigente socialista Belarmino Toms, uno de los lderesde la revolucin de octubre del 34. El Comit de Sama, monopolizado por lossocialistas de la UGT, se marc el objetivo de conseguir la unificacin de las fuer-zas proletarias antifascistas, vinculando a una accin de gobierno efectiva a lapoderosa organizacin anarquista asturiana, con sede en Gijn. En septiembrede 1936 se form en Asturias el llamado Consejo Regional, -o Interprovincial-,de Asturias-Len, con participacin de los partidos y organizaciones frentepopu-listas y de la CNT. Con sede en Gijn, el Consejo se convirti en la autoridadmxima asturiana, medida que refrend finalmente el Gobierno central el 23 dediciembre de 1936, quedando el citado Belarmino como presidente del Consejoy delegado general en Asturias del Gobierno central.

    El Departamento de Guerra, bajo la autoridad del comunista Ambou, se apo-y en la labor de un militar profesional, el comandante Gllego, jefe de la plazade Gijn, de quien se haba servido ya el anterior Comit de guerra gijons. El 10de septiembre el Comit Provincial del Frente Popular acord la militarizacin delas Milicias defendida por Ambou y los militares leales, pese a la oposicin anar-quista. A partir de entonces se seguiran en Asturias las directrices emanadasdel Estado Mayor del Ministerio de la Guerra del Gobierno central. Sin embargo,el recelo anarquista a la detentacin de la Consejera de Defensa por un comu-

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  • nista, llev a una crisis de gobierno el 23 de diciembre. Esta qued saldada conla salida de Ambou del Departamento, pasando a detentar la cartera de Instruc-cin Pblica, y quedando la de Guerra en manos del propio Gobernador y Presi-dente del Consejo, Belarmino Toms1.

    El teniente Francisco Ciutat de Miguel lleg al Norte como Jefe de Operacio-nes designado por el Estado Mayor. A partir de entonces se transformaron lascolumnas milicianas en batallones, establecindose una normativa disciplinariay de eleccin de mandos. En definitiva, a partir de septiembre las milicias astu-rianas se organizaron constituyendo una parte del Ejrcito Popular republicanoen el Norte. La asturiana fue una fuerza militar que, como pronto veremos, inter-vendra de un modo notorio en tierra vasca2.

    En Santander, el poder qued fragmentado en multitud de entes locales, loscomits establecidos a nivel municipal. Sin embargo, en torno al Gobierno Civilse gest el organismo centralizador de la dispersin a la que hemos aludido.Este fue el Consejo Regional de Santander-Burgos-Palencia, reconocido, comoel asturiano, por el Gobierno central por el ya citado decreto de 23 de diciembrede 1936. El Consejo lleg a contar con 19 carteras, de las que los socialistascoparon ocho, incluidas las ms importantes, como la de Presidencia y Guerra,detentada por Ruiz Olazarn, Presidente del Consejo y delegado del Gobiernocentral en la provincia3.

    En Santander las fuerzas del Ejrcito y de Orden Pblico permanecieron lea-les a la Repblica gracias a la labor de las autoridades civiles, y al comandanteGarca Vayas. Este y el diputado socialista Bruno Alonso, que qued como jefedel Departamento de Defensa establecido hasta su sustitucin por Olazarn,coordinaron la accin de las pequeas columnas milicianas que establecieronlas lneas de lo que iban a ser los Frentes de Burgos y Palencia. Con la moviliza-cin de reemplazos comenz la expansin de las fuerzas santanderinas. Estas,llegaran a constituir el II Cuerpo del Ejrcito republicano del Norte, -denominadoms tarde XV Cuerpo-, reuniendo ya entrado 1937 algo ms de 40 batallonesen cuatro Divisiones. Sin embargo, a finales de 1936, cuando las fuerzas deSantander emprendieron su primera operacin ofensiva de peso, el II Cuerpo,mandado por Garca Vayas, se reduca a 16 batallones, equipados con 26 cao-nes, otros tantos morteros, cinco blindados, y 173 ametralladoras. Aparte de enAsturias, las fuerzas santanderinas tuvieron sus principales frentes de operacio-nes en Palencia y Burgos, donde los santanderinos participaron en numerosas

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    1. AMBOU, Juan. Los comunistas en la resistencia nacional republicana (La guerra en Asturias,el Pas Vasco y Santander), Madrid: Editorial Hispamerca, 1978; pp. 74-92, y GARCA MIRANDA,J.C.. La crisis de diciembre. En: VV.AA.. La Guerra Civil en Asturias, Tomo I, Madrid: Ediciones Jcar,1986; pp. 203-204.

    2. VV.AA. La Guerra Civil en Asturias, op. cit., Tomo I, pp. 41, y 156-160; Para la guerra en elNorte: IBRRURI, Dolores (Dir.). Guerra y Revolucin en Espaa 1936-1939, 4 Vols., Mosc: Edito-rial Progreso, 1967-1977; Vol. I, pp. 155-163; Vol. II, pp. 69-98; Vol. III, pp. 115-144 y 239-261.

    3. PALACIO, Solano. La tragedia del Norte (Asturias mrtir), Barcelona: Ediciones Tierra y Liber-tad, 1938; pp. 183-193.

  • acciones. En noviembre-diciembre atacaron en buena parte de su frente burga-ls, desde las Loras hasta Mena. Frente a Espinosa de los Monteros las fuerzasatacantes las formaban los ocho batallones de la columna santanderina nmero1, llamada de Bercedo-Villasante, reforzados durante varios das por un bata-lln comunista vasco, el n 26 Karl Liebknecht4.

    A principios de 1937 los batallones de Santander y Asturias se integrabanen Brigadas y Divisiones, estructura militar que permiti un mejor control de lasunidades, y que en el caso vasco no se logr imponer hasta abril de ese ao, porla oposicin de los nacionalistas vascos a la autoridad del general jefe del Ejr-cito del Norte, Llano de la Encomienda. A pesar de estos problemas de ndolepoltica, el Ejrcito del Norte trat de sacar partido a la nueva organizacin, aun-que el xito fue muy limitado, dada la carencia de medios. En enero, el Cuerposantanderino emprendi pequeos ataques en el frente palentino, y en las zonasde Noceco y Las Loras, en Burgos.

    Un captulo importante de las relaciones entre las diferentes entidades delNorte republicano fue el del armamento. El evidente cantonalismo impidi unaprovechamiento racional de los recursos, incluida la industria de armamentoexistente. Asturias y Santander contaban con fbricas, las de Trubia y Reinosa,capaces de fabricar armamento pesado, mientras Euzkadi poda acometer lafabricacin de armas de fuego, morteros y vehculos blindados. Sin embargo, enconjunto se realiz menos de lo esperado, y el mayor aporte procedi de laimportacin de armamento desde el exterior, por va martima y siempre ante elpeligro de la superioridad naval adversaria que bloqueaba el acceso a la costaleal. Varios factores contribuyeron a que el esfuerzo industrial blico del Nortefuese escaso comparado con su potencial: la desorganizacin inicial de la zonarepublicana, la difcil adaptacin a una economa de guerra y aqu debe apuntar-se la importante merma que para la produccin supona la movilizacin de lasmasas proletarias. Decenas de miles de trabajadores, muchos de ellos especia-listas, se sumaron a las unidades combatientes privando a la industria de unpotencial humano fundamental. A esto se uni que tanto Trubia como Reinosatrabajaron a un ritmo pobre. Ambas quedaron demasiado cercanas a la lnea defrente, y sufrieron las consecuencias de ello. Trubia fue atacada repetidas veces,y las instalaciones de la Naval de Reinosa sufrieron importantes daos por unbombardeo areo el 20 de diciembre de 1936. En Trubia se sum, igualmente,la labor retardadora sino saboteadora del coronel Franco, responsable de la mis-ma. Eso no evitara su posterior ejecucin por los franquistas triunfadores. Ycuando Reinosa estaba a punto de entregar su primer gran pedido de artillera,en agosto de 1937, cay ante la ofensiva adversaria sobre Santander. En Euz-kadi, el esfuerzo movilizador, la evacuacin y los traslados de maquinara, y la

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    4. MARTNEZ BANDE, Jos Manuel. Nueve meses de guerra en el Norte. Monografas de laGuerra de Espaa. Nmero 4, 2 ed. Madrid: Editorial San Martn, 1980; pp. 205-206, 209, 213,215, y 221; un testimonio santanderino de la lucha en el frente de Espinosa en: MATARRANZ GON-ZLEZ, Felipe. Camaradas Viva la Repblica! (Memorias de Felipe Matarranz Lobo, miliciano, com-batiente en la resistencia y enlace general de la VI brigada guerrillera del Norte o brigada Machado,Carraceledo (Len): Asamblea 1023, 2005; pp. 58-79.

  • adaptacin de nuevos espacios industriales, fruto de los tiempos blicos, impi-dieron igualmente desarrollar una produccin a gran escala. El recurso a lasimportaciones fue, por tanto, un hecho incuestionable. Y dio lugar a las natura-les suspicacias de regin a regin al procederse al reparto entre Asturias, Euzka-di y Santander.

    A principios de 1937 el problema del armamento era fundamental en el Nor-te republicano. No haba suficientes armas individuales para todos los comba-tientes. Muchas, dado el deficiente estado en que haban llegado desde el exte-rior, se haban inutilizado en las ofensivas lanzadas por los tres Cuerpos deEjrcito a finales de 1936. El material importado se reparta proporcionalmenteentre los tres Cuerpos del Ejrcito republicano del Norte, y a pesar de que lascifras de material llegado parezcan confundir a algunos historiadores milita-res, los Salas o Martnez Bande, cantidad no equivala a calidad. La Repblicacompraba lo que poda a precios desorbitados, ya que la poltica de No Interven-cin de las democracias (Francia e Inglaterra) le haba vetado la compra libre ytransparente en los mercados mundiales. Los mismos mandos rebeldes del fren-te Norte reconocan que el armamento republicano no era el mejor. El generalAranda, refirindose al capturado en los combates anteriores deca "ametralla-doras, fusiles ametralladoras, morteros, fusiles de multitud de marcas, chatarra[]" y un comunicado de su Cuartel General aada5:

    [] siendo de notar el empleo de ametralladoras y fusiles de modelo ms anticuado,tales como Remington, Gras y Level, en uso hasta hace treinta o cuarenta aos, yametralladoras Colt, viejsima chatarra con la que se engaa a los hombres recluta-dos [].

    Durante el ao 1936, hasta el 23 de noviembre, poco antes de iniciarse laofensiva de Villarreal, llegaron a Euzkadi, y segn las cifras manejadas por loshermanos Salas, un total de 97 caones, 181 morteros, 632 ametralladoras,658 fusiles ametralladores y 50.946 fusiles. De ellos, 26 caones, 125 morte-ros, 380 ametralladoras, 220 fusiles ametralladores y 32.969 fusiles estaban afecha 23 de noviembre en manos del I Cuerpo de Ejrcito del Norte (el propia-mente Vasco), mientras que 42 caones, 56 morteros, 250 ametralladoras,103 fusiles ametralladores y 14.149 fusiles se haban remitido a los Cuerpos deEjrcito de Asturias y Santander. Estos, naturalmente, haban recibido previa-mente otros envos de material que fueron totalmente absorbidos por sus res-pectivas fuerzas. El resto del material citado llegado a Euzkadi estaba comoremanente a la espera de su reparto. Con el material citado y el remanente de loque haba en julio o lo que se fabric localmente, aparte de algunos blindados yaviones igualmente importados, las fuerzas vascas afrontaron su ofensiva sobreAraba. Durante la misma las prdidas de material fueron cuantiosas, con la pr-dida de millares de fusiles, decenas de ametralladores, ametralladoras y morte-ros, siete caones reventados por desgaste, nueve blindados destruidos o inuti-lizados, y varios aviones derribados o averiados. La mayor parte del material

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    5. Regin (Oviedo), n 4.119 (28-11-1936), pg. 1, y n 4.120 (29-11-1936), pg. 1.

  • ligero perdido lo fue por el desgaste que presentaba, vejez o mala conservacin.De hecho, los rebeldes slo reclamaron la captura de 32 ametralladoras, unos500 fusiles, dos morteros y ocho blindados, aparte de municiones y granadas.

    Entre enero y marzo llegaron al Norte varios barcos, con armamento deimportacin. Este hecho permiti reponer el consumido en las ofensivas de fina-les de 1936, emprender la ofensiva sobre Oviedo y, por ltimo, sostener la ofen-siva franquista sobre Vizcaya, iniciada el 31 de marzo de 1937. Para entonces,los tres Cuerpos de Ejrcito republicanos en el rea cantbrica disponan de unpotencial importante, aunque muy por debajo de lo defendido por Ramn Salasen sus estudios, y claramente insuficiente para arrostrar las consecuencias deuna ofensiva enemiga manifiestamente superior en los planos artillero y areo. Apartir de enero los envos fueron fundamentalmente a Santander, pasando prc-ticamente todo el material a nutrir al II Cuerpo de Ejrcito y, sobre todo, al III deAsturias, donde a finales de febrero se iba a lanzar una ofensiva contra Oviedo ysu pasillo. De ese modo, a principios de febrero, da 5, el armamento de quedisponan las fuerzas vascas era, segn las sumas totales que constan al final deun documento de poca, de: 21.944 fusiles, 502 ametralladoras y fusiles ame-tralladores, 157 morteros, 4.521 pistolas y revlveres. El despliegue artilleroconsista en 81 caones de campaa de todos los calibres, cinco contra-carrosy ocho lanzaminas6.

    A finales de marzo de 1937 el Cuerpo de Ejrcito Vasco, I del Norte, conta-ba con ms de 55.000 hombres en la primera lnea y en la retaguardia. De ellos,unos 5.000 haban combatido en Asturias, -sufriendo ms de mil bajas enaccin-, y en su mayor parte no estaban disponibles para defender Euzkadi, afecha 31 de marzo, por estar en trnsito de Asturias a Euzkadi o permanecer enaquel territorio. El Cuerpo dispona de 55 batallones completos y ocho en orga-nizacin repartidos en los 13 Sectores en que se subdividan los tres Frentesdiferenciados en Euzkadi (Guipzcoa, lava y Burgos). Haba adems tres regi-mientos y un grupo independiente de artillera, unos 11 batallones de ingenieroscompletos y en organizacin, un pequeo batalln de carros orugas, un escua-drn de Caballera, y fuerzas de Intendencia, Sanidad y Transportes. De los algoms de 55.000 hombres, casi 15.000 realizaban funciones de retaguardia(organizacin, intendencia, sanidad, transportes, etc). El armamento de lasunidades de combate, unos 65 batallones por entonces, ascenda a 26.327fusiles, 5.662 pistolas y revlveres, 508 ametralladoras y fusiles ametralladores,unas 90 piezas de artillera, y 240 morteros. Al armamento individual citadohabra que aadir el de las fuerzas de la Marina Auxiliar, Orden Pblico, Ertzaao Polica Motorizada, lo que aadira varios miles ms de armas largas y cortas.En todo caso una cifra global muy por debajo de los clculos de Salas. ste,basndose en la plantilla de armamento terica por batalln, de 432 fusiles,ocho ametralladoras, 12 fusiles ametralladores, 12 morteros de 50 mm. y cua-tro de 81 mm, pretenda que slo los 65 batallones existentes disponan de

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    6. CDMH, P.S. Bilbao, Leg. 156, Expte. 15.

  • 28.080 fusiles, 1.300 armas automticas (520 ametralladoras y 780 ametra-lladores) y 1.040 morteros (780 de 50 mm y 260 de 81 mm). Comparado conlo existente no queda ms remedio que apuntar que Ramn Salas nunca com-prendi que una plantilla "ideal" no tiene que reflejar, necesariamente, la reali-dad7.

    Un problema aadido en el Cuerpo Vasco es que el mismo eludi cumplir laestructuracin de sus fuerzas en Divisiones y Brigadas, tal como orden al con-junto de las fuerzas del Norte el general Llano y su Estado Mayor. Efectivamente,desde principios de 1937 los batallones de Santander y Asturias se fueron inte-grando en el nuevo sistema de Brigadas y Divisiones, organizacin militar quepermita un mejor control de las unidades, y que en el caso vasco no se logrimponer hasta abril de ese ao, por la oposicin de los nacionalistas vascos a laautoridad del general jefe del Ejrcito del Norte.

    El 28 de marzo las fuerzas presentes en la Asturias republicana, sin contarlos batallones vascos y santanderinos todava en aquellos frentes, ascendan a72 batallones (69 de infantera, -de ellos 19 acabando su organizacin-, dos deametralladoras y uno de morteros y mquinas de acompaamiento). La artillerase evaluaba en 29 bateras (de ellas 11 agregadas del Ejrcito del Norte), msdos bateras de morteros independientes (una de pesados y otra de ligeros), ycinco piezas contracarro (no las 20 que citan Martnez Bande y los Salas). Conello la artillera disponible en Asturias lleg hasta 138 piezas (incluidos seis mor-teros pesados). El mando republicano en el Norte dispona de ms de un 30%de artillera en la batalla defensiva que libr en marzo contra los contraataquesde Aranda que cuando lanz la ofensiva contra Oviedo y su pasillo. El resto defuerzas asturianas se componan cuatro batallones de Zapadores, una compaade pontoneros, una de dinamiteros, cuatro de intendencia, cuatro de camilleros,una de ambulancias, dos secciones de artolas, un batalln de automovilismo yun escuadrn de caballera en formacin. El Cuerpo de Ejrcito asturiano seimplic, en definitiva, en terminar su estructuracin tras el fracaso de la ofensi-va sobre Oviedo y su pasillo, empleando la amplia recluta de reservistas y reem-plazos emprendida no slo en cubrir bajas, sino en acabar de organizar o empe-zar el encuadramiento de 19 batallones de infantera que le faltaban hasta los69 previstos; pero los miles de hombres instruyndose o en unidades de reta-guardia o sin organizar y por tanto no disponibles para su inmediata entrada encombate no pueden ser computados, tal como hacen Martnez Bande y losSalas cuando hablan de los 70.000 hombres disponibles por los gubernamenta-les en Asturias hacia finales de marzo, cifra a todas luces sobrestimada. En lamisma medida deberan incluirse en el despliegue rebelde las decenas de uni-

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    7. AGUIRRE Jos Antonio. El Informe del Presidente Aguirre al Gobierno de la Repblica sobrelos hechos que determinaron el derrumbamiento del Frente Norte (1937), Bilbao: Editorial La GranEnciclopedia Vasca, 1978; 344-345; SALAS, Jess. Guerra Area 1936/39. La Campaa del Norte,Madrid: IHCA. Instituto de Historia y Cultura Aeronuticas, 1998; Vol. II, pg. 332; SALAS, Ramn.Historia del Ejrcito Popular de la Repblica, Volumen II, Madrid: Editora Nacional, 1973; pp. 1.416-1.417.

  • dades en formacin o en instruccin, con decenas de miles de hombres, en laszonas cercanas a Asturias (Galicia, Len, Palencia, Zamora, etc...)8.

    En cuanto a las fuerzas de Santander, el II Cuerpo del Ejrcito del Norterepublicano era el ms dbil y el menos fogueado de los del Cantbrico leal. Enrealidad, sus mayores combates los haba librado en el frente a su cargo a partirde finales de noviembre de 1936, y antes de esa fecha, aparte de escaramuzasy pequeos combates en los frentes de Burgos y Palencia, sus mayores accioneslas libraron Columnas y batallones remitidos a Asturias, y tambin actu en elfrente vasco un batalln santanderino entre finales de septiembre y las primerassemanas de octubre. A principios de 1937 el Cuerpo santanderino habacomenzado a cumplimentar la orden de estructuracin en Divisiones y Brigadas.Por entonces dispona de 27 batallones de infantera, de los que tres estaban enAsturias y 16 colocados en primera lnea en los frentes de Palencia y Burgos, -en las cuatro antiguas Columnas que estaban ya organizadas como Brigadas-.Haba adems 10 compaas de Zapadores, Pontoneros y Ferrocarriles, un bata-lln de Transmisiones, dos batallones de Transporte, ms fuerzas de Sanidad,Intendencia y Municionamiento. En total, el Cuerpo santanderino deca contar,en el Informe que seguimos, con unos 30.000 hombres en sus fuerzas plena-mente organizadas, y adems, para adelantar la organizacin en Divisiones y Bri-gadas se haba iniciado la formacin de 15 batallones con las ltimas llamadasa filas. Esto significaba que al menos otros 9.000 hombres estaban iniciando suintegracin en la estructura militar montaesa. El mismo Informe aada quecon la movilizacin forzosa que se preparaba de todos los varones de entre 20 y45 aos se esperaba alcanzar los 60.000 movilizados desde el inicio de la gue-rra. Sin embargo, lo importante es considerar los efectivos que cubran las fuer-zas de primera lnea montaesas en los frentes palentino y burgals. A finales demarzo pueden cifrarse en el equivalente a una veintena de batallones con losservicios correspondientes. Esto equivala a un mximo de 15.000 hombres,adems de 2.000 que estaban actuando en Asturias. El resto de las soldadossantanderinos permaneca en retaguardia, bien adscritos a servicios, o a nuevosbatallones que terminaban su instruccin o se equipaban con las armas llegadasel 20 de marzo9.

    El grave problema del Cuerpo santanderino era el del armamento, apenascontaba con 15.000 fusiles, y la prioridad dada a otras zonas del Norte hizo quehasta el 20 de marzo no se le asignarn 10.499 fusiles recin llegados (Level de8 mm.) con lo que los fusiles a disposicin del Cuerpo llegaron hasta los23.439. Las ametralladoras eran al menos 133 (13 dedicadas a defensa antia-

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    8. Centro Documental de la Memoria Histrica, de Salamanca (CDMH), Poltico-Social (P.S.)Gijn, Serie "I", Legajo 82. No se da un clculo de efectivos humanos asturianos; pero la cifra total afinales de marzo no sera inferior a los 55.000 del Cuerpo Vasco. Segn Martnez Bande, al iniciarsela ofensiva de febrero de 1937 sobre Oviedo y su pasillo haba unos 50.000 hombres en Asturias,incluidos los refuerzos vascos y santanderinos, y 60 batallones, adems de una masa artillera deunas 200 piezas. Los efectivos ascendieron despus a 70.000: MARTNEZ BANDE, Nueve meses,op.cit., pg. 240.

    9. Informe contenido en Archivo General Militar de vila (AGMA), Legajo 855, Carpeta 5, Arma-rio 63.

  • rea); los fusiles ametralladores llegaban a 138, de los que 25 haban llegadohacia poco "estando en construccin las cintas"; y de los 70 morteros 35 esta-ban sin municin y otros 20 con muy escasa municin. La artillera montaesatena 40 piezas repartidas entre ocho bateras y dos secciones, ms las piezascontracarro. Su nmero ascendera bastante entre enero y marzo gracias a lallegada por mar de nuevas remesas, con lo que a finales de marzo contaba el IICuerpo en sus frentes con 75 piezas10.

    No slo no se cubra la plantilla terica de las unidades, sino que a ello sesum la superioridad enemiga en los planos areo y naval. En el primero, el des-pliegue areo franquista concentr inicialmente 152 aviones, mientras el Norterepublicano dispona de apenas 40 aparatos, segn Jess Salas. En realidad elnmero de aviones gubernamentales en condiciones de vuelo era de unos 35. Elfactor areo, y la clara inferioridad global republicana en artillera y reservas, ibana ser decisivas en la evolucin de la campaa en los frentes del Norte. El Ejrci-to republicano slo pudo contrarrestar su inferioridad material aportando elmximo de recursos humanos. Y estos eran igualmente limitados al reducirse atres regiones aisladas del resto del territorio de la Repblica. La suerte de la zonacantbrica en manos gubernamentales dependa de que la zona principal repu-blicana reaccionase, paralizando primero la accin enemiga en el Norte y lan-zando operaciones decisivas que cambiasen el curso de la guerra. Al fracasarseen esos objetivos el Norte cay, no sin combatir duramente, y la Repblica inicisu larga marcha hacia la derrota final.

    2. ASTURIANOS Y SANTANDERINOS EN EUZKADI EN 1936

    Las primeras fuerzas Asturianas que participaron en Euzkadi lo hicieron en elverano de 1936, cuando acudieron a la lucha en el frente guipuzcoano decenasde combatientes que actuaron de dinamiteros en los frentes de Irn y SanSebastin, dirigidos por futuros destacados comandantes asturianos, comoCelestino Fernndez "Celesto", Julio Garca Roza, y Enrique Garca Vitorero. Tam-bin pas a las fuerzas vascas el capitn del ejrcito Flix Casero Menndez, quellegara a mandar uno de los batallones vascos de las JSU, el 5 de Euzkadi oUHP, y que morira ms tarde en Vizcaya.

    Los asturianos que participaron en la defensa de Guipzcoa en agosto y sep-tiembre formaban parte de los siguientes contingentes: el llamado "Grupo de

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    10. AGUIRRE, op.cit., pp. 337-345; MARTINEZ BANDE, Nueve meses, op.cit., pg. 183, cifraen 76 las piezas santanderinas; El Informe citado AGMA, Leg. 855, Carpeta 5, no tiene fecha, aun-que el contexto general nos permite fecharlo a finales de enero o en febrero de 1937. Martnez Ban-de cifraba el armamento santanderino para el anterior mes de diciembre en 147 ametralladoras, 87fusiles ametralladores, 47 morteros y 31 caones. En el Informe sin fecha, excepto el nmero deametralladoras todos los dems apartados han crecido significativamente. Adems, en el mismoalguien corrigi a mano en el original cifras de efectivos humanos y materiales, y junto a la partida de10.499 fusiles aadi el apunte "llegados el da 20 de marzo "; BELDARRAIN, Pablo. Historia Crticade la Guerra en Euskadi (1936-1937), 1 ed. Bilbao: Ed. del autor, 1992; pp. 99-102 y 108;ROMAA, Jos Miguel. Historia de la Guerra Naval en Euskadi, 6 Vols., Bilbao: Ed. Amigos del LibroVasco, 1984; Vol. V, pp. 1.182-1.183 .

  • Dinamiteros de Asturias", formado por cuatro hombres y mandado por GregorioVelasco; "Grupo Dinamitero de Ciao", con 12 combatientes comandados porNicasio Gonzlez Antua; los "Dinamiteros de Sograndio", 17 hombres en total,con Jos Ordiz como Jefe de Grupo; los llamados "Mineros de Mieres" eran ungrupo de 18 milicianos dirigidos por Estanislao Estevez, Jefe de Grupo; la "Com-paa de Dinamiteros de Lada", en realidad un grupo de cuatro hombres manda-do por el sin duda autotitulado capitn Silvino Pandiella; el "Grupo de Caseros deSama", el ms numeroso, con 22 hombres mandados por Arturo Corral, Jefe delmismo; los "Dinamiteros de Sotondrio", grupo formado por un total de 19 mili-cianos mineros encabezados por el capitn Ricardo Garca.

    Los asturianos tuvieron al mismo tiempo, durante su primera actuacin enEuzkadi, no menos de siete grupos, que en la documentacin consultada conta-ban con 96 hombres, aunque la cifra original era mayor, debido a que para lasfechas de los recuentos ya haban sufrido varias vctimas mortales y heridos enla lucha. En octubre, quedaba todava en tierra vasca el "Grupo de Dinamiterosde Ciao". ste, el 10 de dicho mes, segua mandado por Gonzlez Antua,estando situado ahora en Eibar. Diez de los hombres seguan activos, incluido elchfer, y otros dos estaban de baja por heridas11.

    La difcil situacin en Asturias en septiembre-octubre, con el implacableavance de las Columnas Gallegas para romper el cerco a Oviedo oblig al regre-so de la mayora de los contingentes asturianos en Euzkadi. Aqu slo quedaronalgunos hombres a ttulo individual, caso del citado capitn Casero, o de su Ayu-dante en el batalln UHP de la JSU vasca, Fructuoso San Martn Zapico. Estemorira el 10 de mayo del 37 en el frente de Euba, y su superior en junio, enSanto Domingo. Al menos tres milicianos naturales y residentes en Asturiasmoriran entre diciembre del 36 y mayo del 37, tras haberse integrado en elbatalln comunista Larraaga. Aparte de Casero y San Martn, otros dos lo har-an en el lapso temporal diciembre del 36-abril el 37 en dos batallones de la JSUde Euzkadi, los Rusia y Octubre. En total, los batallones vascos integraron untotal de entre 150 y 200 vecinos de Asturias en sus filas. La mayor parte enbatallones comunistas, de las JSU, y republicanos, seguidos a distancia por lossocialistas. Los citados combatientes parece que se integraron en batallones deEuzkadi durante la estancia de los mismos en Asturias. Nos referimos siempre aresidentes en Asturias, porque en el plano de naturales asturianos afincados enel Pas Vasco destacaba el 7 batalln de la UGT, Asturias, que como indica sunombre fue un potencial bandern de enganche para los asturianos residentesen Euzkadi.

    Un ejemplo destacado de esa integracin de asturianos en batallones deEuzkadi fue el del sargento Jos Mara Garca Cepedal, de la compaa de ame-tralladoras del batalln Dragones, de la JSU de Euzkadi. Cepedal era un soldadoasturiano de cuota que se haba pasado del bando nacional a las filas vascas a

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    11. Un ejemplo de los cados astures en Guipzcoa lo ofrece el diario La Prensa (Gijn), N4.684 (6-9-1936), pg. 4, En el Frente de San Sebastin.

  • mediados de octubre de 1936, en Campanzar. Veterano de las luchas libradaspor el Dragones desde entonces, falleci en Pea Lemona el 5 de junio de1937, cuando su seccin de ametralladoras se encarg de proteger el replieguede los defensores. Eustasio de Amilibia, comisario delegado de la 1 DivisinVasca, describi su actuacin en Joven Guardia, rgano de la JSU de Euzkadi12:

    [] una granada ha enterrado una ametralladora, quedando otra sin servidores. Nohay quien pueda bajarla [] slo, [] sube al puesto destrozado y baja jubiloso consu mquina [] la retirada hecha [] hay que bajar las mquinas. Quin protege-r el repliegue? El sargento no duda. Coge un fusil y, slo, parapetado tras una pea,hace frente al enemigo, mientras se salvan armas y servidores. All mismo [] lealcanz el plomo enemigo []. Su cadver no pudo ser recogido.

    Los contactos con sus correligionarios de Santander por parte de frentepo-pulistas y cenetistas de Euzkadi fueron fluidos desde el principio. Por ejemplo, enlos primeros das del conflicto el Comit de guerra de Torrelavega mantuvocomunicacin continua con Bilbao y San Sebastin mediante coches que actua-ban de enlace llevando partes verbales y escritos. Adems, dos grupos de mili-cianos de dicha localidad cntabra, cada uno formado por una treintena dehombres, acudieron a Donostia a finales de julio, participando en el aplasta-miento de la insurreccin. A continuacin regresaron a su base, controlando unamago de sublevacin en el llamado cuartel de Alta, de la capital montaesa, y,tras actuar despus en los frentes de Barruelo y Asturias, algunos de ellos retor-naron a Guipzcoa. Aqu, actuaron a partir del 10 de agosto en la defensa deTolosa, que cay el 11, y por ltimo se sumaron a la defensa de Irn, comba-tiendo en Puntza y San Marcial. Tras la cada de la localidad fronteriza, el grupoactuante retorn a Torrelavega, con un balance de 15 bajas (cuatro muertos y11 heridos)13.

    Otro ejemplo de la relacin Santander-Euzkadi fue la visita girada al frentevasco, a principios de septiembre, por el Presidente del Sindicato Minero de Vio-o, Lorenzo Villaverde, saldada con tan mala fortuna que el citado falleci enDurango a causa de un accidente de automvil. Su entierro en Castro Urdialescongreg a las autoridades santanderinas. El mismo mes de septiembre, ante elavance rebelde en Guipzcoa, llegaron fuerzas santanderinas a colaborar en ladetencin de la ofensiva enemiga sobre Vizcaya. Un batalln santanderino actuprimero en la zona costera, cerca de Motrico, pasando a los pocos das al frenteeibarrs. Se trataba de uno de los batallones organizado en base a las fuerzasregulares del regimiento Valencia y contingentes milicianos. Miguel de Amilibiadescribe la llegada de la unidad santanderina a Eibar el 28 de septiembre14:

    [] el batalln en camino era uno de las fuerzas regulares, en las que la oficialidad,comprometida, sin duda, en la sublevacin militar, haba sido sustituida por sargen-

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    12. Joven Guardia (Bilbao), n 36 (9-6-37), pg. 4 "Hroes modestos. El sargento asturiano".

    13. MATARRANZ GONZLEZ, Felipe. Camaradas, op.cit., pp. 51-57.

    14. El Comercio (Gijn), N 18.084 (5-9-1936), pg. 4, Noticias de Santander, y AMILIBIA,Miguel de. Los batallones de Euskadi, San Sebastin: Editorial Txertoa, 1978; pp. 86-94.

  • tos y cabos ascendidos a capitanes y tenientes de la noche a la maana []. Lossantanderinos bajaron de sus camiones, se agruparon en secciones y compaas y,bien uniformados, con las mantas en bandolera, atendan disciplinadamente lasrdenes de su improvisada oficialidad y, comparados con nuestros milicianos, parec-an tropas de verdad. Pero Cristbal Errandonea [] nos ech encima, no unasgotas, sino todo un jarro de agua fra.

    -Qu tropa!-exclam-. Los soldados son simples reclutas sin ningn entusiasmoni la menor idea de lo que es la guerra. Y los oficiales son sargentos y cabos muysatisfechos de sus estrellas, pero sin la menor autoridad []. Yo ya he dicho a mishombres que recojan maana todos los fusiles y mantas que encuentren tirados enel campo.

    [] el suboficial convertido en comandante del batalln santanderino -nos pare-ci un necio presuntuoso, sin idea de lo que tena entre manos- y los sargentos queactuaban de capitanes de las compaas. Todos muy pulcros, con flamantes unifor-mes. Se les dijo que, dotados ya de nuevos elementos podamos intentar la recon-quista de Arrate. El batalln cenara y luego, encuadrado por guas eibarreses, sepondra en lnea para emprender la operacin sin prdida de tiempo, a ser posible denoche o, por lo menos, con las primeras luces del alba. El suboficial-comandante,ms hecho a la obediencia que al mando, acept la tarea sin rechistar [].

    Se habl a la improvisada oficialidad. El pregonero eibarrs interrumpi sus des-propsitos y cedi la instalacin para que aquellas vagas autoridades dirigieran pala-bras de aliento a los soldados []. Los vtores a la Repblica con que terminaban lasarengas fueron contestados con muy escaso entusiasmo [] al filo de la mediano-che, las compaas comenzaron a desfilar en silencio con sus guas eibarreses y,siempre bajo la lluvia, se fueron perdiendo en la oscuridad. [] Antes de muchashoras, tendremos a todos estos hombres de nuevo en la plaza sin sus fusiles y sinsus mantos [].

    El tiroteo era muy intenso y estaba surcado por el tableteo de las ametralladorasy punteado por los caonazos. En la plaza -las previsiones de Cristbal Errandonea sehaban cumplido-, los desbandados reclutas santanderinos suban a los camionesque deban alejarlos de una guerra para la que no estaban preparados.

    El testimonio de Amilibia es, sin embargo, sesgado, l no particip en laaccin, y no vio lo que pas en primera lnea. Los combatientes del batalln vas-co Amuategui que sirvieron de guas reconocen que se lleg hasta las posicionesadversarias, aparentemente por sorpresa; pero se encontraron con una defensaalertada que les oblig a retirarse precipitadamente, abandonando bajas propiasy santanderinas. El parte rebelde del 29 de septiembre, perteneciente al GrupoDez de Rivera, de la columna Los Arcos, presenta los hechos de forma msexacta, y no denigra, como Amilibia, a los atacantes. Fue un combate costosopara ambos bandos15:

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    15. AGMA, Legajo 458, Carpeta 20 A, Armario 10; Archivo Sancho de Beurko, Biblioteca Cen-tral de la Universidad del Pas Vasco (ASB), Fondo ngel Mendoza, "Notas..."., segn el testimonio deeste gudari del Amuategui: "A la tarde llegaron refuerzos de Santander (...) a la noche subimos (...)estaba amaneciendo (creo que les hubiramos barrido a todos) pero en aquel momento por la par-te de Kalamua vena una compaa de requets, salimos al encuentro y gritaron Viva la Repblica ynosotros contestamos con todo jbilo Viva!, nos hicieron una descarga que cayeron muchos (...)total que fue una emboscada". Las bajas las cifra Mendoza en tres eibarreses y tres santanderinosmuertos, ms unos diez heridos.

  • [] Grupo Dez de Rivera.-Creyendo, sin duda, que nuestras fuerzas no ocupabantodava Arrate, a las tres y cuarto de la madrugada se aproxim numeroso enemigohasta pocos metros de la posicin, sosteniendo un vivo tiroteo y dejando en el cam-po siete muertos, cuatro prisioneros y gran cantidad de fusiles mosquetones y muni-ciones; durando varias horas el ataque, pero sin dejar de hostilizar durante todo elda. A las seis y media se present una fuerte columna que atac por el flancoizquierdo, despus de una dura resistencia en la que sufri catorce muertos y veinteheridos, se retir el enemigo, despus de ser batido por la batera de montaa y serbombardeado Eibar por nuestros aviones. Entre los heridos estn el capitn Arocenay el Alfrez Larrnaga.

    Revilla Cebrecos, en su obra sobre el Tercio de requets de Lcar, que guar-neca la zona de Kalamua-Arrate el 29 de septiembre, eleva las bajas del Lcara ocho muertos y 35 heridos. Afirma que en el "duro combate" en que se pele"cuerpo a cuerpo", se hicieron numerosas bajas republicanas, pasndose a losrequets 12 Guardias Civiles, y hacindose 18 milicianos prisioneros. Eso s, seequivoca al afirmar que el ataque republicano lo llev a efecto " un batalln rojode Garellano, en que la mayor parte eran Guardias Civiles y de Asalto ". Revilla,que no se incorpor al Lcar hasta febrero de 1938, basa sin duda la etapaanterior de su unidad en documentos y testimonios, y los ltimos confundieron,sin duda, la uniformidad del batalln santanderino con la del nico batalln delEjrcito regular presente en Vizcaya al estallar la guerra, el Garellano. Arsteguievala las bajas de Lcar en las cifras citadas, pero apunta para ese combate"contraataques nacionalistas vascos ", lo cual es inexacto y se repite para otrasacciones que cita de la campaa vasca y en las que las unidades nacionalistasvascas no participaron o no llevaron el peso de la accin, caso de la del 29 deseptiembre. En dicha accin de Arrate, tras el ataque inicial santanderino guiadopor hombres del Amuategui, fueron compaas del 1 de la UGT las que actua-ron. Por otro lado, Revilla seala poco despus lo siguiente16:

    [] tena Lcar frente a sus posiciones un batalln que se denominaban "los dina-miteros de Castro Urdiales", gente muy alegre que siempre estaban cantando, peroque no les iban a la zaga los navarros de Lcar, donde haba varios que destacabancantando jotas navarras, entre ellos uno que lleg a ser conocido por los "dinamite-ros", que por las noches le llamaban por su nombre para que cantase jotas.

    Francisco Ciutat, por entonces Jefe de Estado Mayor del Ejrcito de la Rep-blica en el Norte, destac que el batalln, formado en base al regimiento deinfantera de guarnicin en Santander y Santoa, lleg a Vizcaya hacia el 22 deseptiembre, participando en los contraataques del Kalamua, cerca de Eibar.Otras fuentes nos permiten saber que el batalln no march de Eibar a Santan-der, sino que permaneci en Euzkadi. El batalln santanderino era el llamadoMalumbres, y a principios de Octubre pas a operar a la zona de Ondarroa.Como agregado llevaba al alfrez instructor del batalln vizcano Baracaldo, Jos

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    16. REVILLA CEBRECOS, C.. Tercio de Lcar, Madrid: G. del Toro, 1975; pp. 71-78, y AROSTE-GUI, Julio. Los combatientes carlistas en la guerra civil espaola 1936-1939, Tomo I, Madrid: Apor-tes XIX, 1991; pg. 129.

  • Gonzlez Lpez. El testimonio de ste aporta datos sobre la actuacin del bata-lln en los primeros das de octubre17:

    El da tres, con siete soldados y un sargento, pertenecientes al Batalln "Malum-bres" de Santander, realiz una incursin en el campo enemigo, entre Saturrarn y elpuente de Motrico, pudiendo observar las fuerzas que el enemigo posea en aquelsector. Tambin, con motivo de la incursin, practic dos detenciones [] consistanen un sacerdote y un seminarista, ambos portadores de una bandera monrquica, elprimero, con el itinerario de todos los movimientos nuestros y un salvo-conductopara circular libremente por el territorio faccioso []. Acto seguido y con los objetosque quedan dichos, los entreg en la Comandancia Militar de Lequeitio, sindoleordenada la conduccin de los presos citados, hasta el pueblo de Zaldivar, a disposi-cin del Comandante San Juan.

    El da cuatro, intervino en la retirada de Ondrroa con el referido batalln deSantander, quedndose slo en el pueblo. All, con intencin de prolongar e inte-rrumpir la entrada del enemigo en el mencionado pueblo, quedose al objeto de abrirla pasarela giratoria, lo que consigui. Ms tarde fue nombrado Jefe-Posicin en elMonte llamado "Urquiaga-Mendi".

    Aparte de los cados santanderinos recogidos por el enemigo el 29 de sep-tiembre, sobre media docena segn combatientes del Amuategui que tambinperdieron a compaeros, al menos otros cuatro santanderinos cayeron en stasu primera intervencin en tierra vasca. Dos, Antonio Gonzlez Gonzlez y EloyRuiz Blanco, muertos el 25 y 30 de septiembre, fueron enterrados en Durango.Otro, Julin Dez Lpez, falleci el 29 de dicho mes, siendo enterrado en Eibar.Por ltimo, Pedro Daz Fernndez muri el 4 de noviembre y fue enterrado en sulocalidad de origen, Santoa. Probablemente, ese mismo mes regres la unidadmontaesa a Santander, porque en diciembre, durante la batalla de Villarreal,tambin hubo numerosas acciones en el frente guipuzcoano, con vctimas en lazona donde despleg el batalln montas, y no aparece ya ningn cado de eseorigen; pero s de otras unidades18.

    Como en el caso asturiano, tambin hubo santanderinos integrados en uni-dades vascas, aunque en nmero ms apreciable. Muchos de ellos eran inmi-grantes con residencia en Bilbao y la zona industrial del Nervin; pero tambinhubo un contingente de residentes en la provincia de Santander enrolados enbatallones frentepopulistas vascos, y en ellos nos centraremos. La causa de suintegracin en unidades vascas fue, sin duda, la cercana geogrfica que deter-min una vinculacin poltico-sindical y laboral vizcana de los miembros dedicho contingente. En lo que respecta a las fuerzas frentepopulistas, el contin-gente ms numeroso de santanderinos estuvo en los batallones del PCE de Euz-kadi. El personal de los mismos cont, segn nuestras ltimas investigaciones,con un 3,66% de vecinos de la provincia de Santander, lo que equivale a algo

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    17. CIUTAT, Francisco. Relatos y reflexiones sobre la guerra de Espaa, Madrid: Forma Edicio-nes, 1978; pp. 23-24.

    18. Sobre dichas bajas mortales y para porcentajes de combatientes por lugar de naturalezavanse las fichas de defuncin en: Archivo Histrico Provincial de Vizcaya (AHPV), Registro de Falle-cidos en campaa, letras A-Z.

  • menos de 300 combatientes. Casi el 60% de ellos militaron en el batalln KarlLiebknecht. El resto se repartan en los Perezagua, Larraaga, y Leandro Carro.La mayora procedan de los militantes y simpatizantes comunistas de localida-des como Ontn, Mioo, Laredo, Castro Urdiales, Smano, La Cavada, Guriezo,Villaverde de Trucios. Tambin haba algn residente en Santander.

    Las JSU vascas tuvieron cerca de un 2,6% de vecinos de la Montaa en susunidades, lo que equivale a unos 200 hombres repartidos en siete batallones.Procedan de las JSU de Castro Urdiales, Solares, Noja, Guriezo, Cicero, Matapor-quera, Hoz de Anero, y Los Corrales de Buelna. En cuanto a socialistas y republi-canos diremos que los batallones de los primeros contaron con algo menos del1,2% de vecinos montaeses en sus filas, lo que hace poco ms de un centenarde combatientes, repartidos en tres batallones. La mayor parte eran de CastroUrdiales, Laredo, y Otaes. Por ltimo, los republicanos contaron con alrededorde medio centenar de residentes en Santander (menos del 1,5% de sus efecti-vos), la mayora integrados en el Azaa-Vizcaya de Izquierda Republicana.

    Los anarquistas de Euzkadi contaron con unos 200 combatientes montae-ses. La mayor parte integrados en los batallones Isaac Puente, -45% del total-,y Sacco Vanzetti, y en menor grado en los Durruti, Bakunin, y Malatesta. Lamayora eran de la zona de Castro Urdiales y Laredo, habiendo alguno de San-tander. En definitiva, aportado el dato del contingente montas cenetista,podemos concluir que los efectivos santanderinos integrados en batallones vas-cos, excluidos los naturales residentes ya en Euzkadi, equivalan algo ms de unbatalln, -cerca de 850 hombres-, que sumados a los asturianos nos dan uncontingente de alrededor de un millar de combatientes.

    La ayuda asturiana y santanderina de 1936 fue ampliamente correspondidadesde Euzkadi, fundamentalmente por frentepopulistas y cenetistas. Entre octu-bre y diciembre de 1936 desfilaron por Asturias los batallones vascos Larraaga(PCE), Largo Caballero-1 de Meabe (JSU), Rusia (JSU), y Malatesta (CNT).Todos ellos tenan ms de 2.500 hombres, y sufrieron ms de 300 bajas, inclui-dos un centenar de muertos. En febrero-abril de 1937 fueron a la ofensiva sobreOviedo y su pasillo un grupo ms nutrido de unidades: el ya citado batallnRusia, el Perezagua (PCE), el Indalecio Prieto-2 UGT (PSOE-UGT), el IsaacPuente (CNT), el Fermn Galn (UR), el Euzko Indarra (ANV), el Amayur (PNV),una compaa del Olabarri (ANV), y otra del Ariztimuo (PNV). Esta segundaintervencin afect en total a ms de 4.500 hombres que, esta vez, sufrieronms de 1.000 bajas en accin, incluyendo alrededor de 300 muertos.

    El fracaso de la ofensiva republicana sobre Oviedo tuvo como consecuenciael que el nacionalismo vasco, a travs de Jos Antonio Aguirre, jefe del gobiernoautnomo y consejero de Defensa del mismo, llevase a la prctica una separa-cin absoluta de las tropas de Euzkadi respecto a las del resto del Norte y algeneral jefe republicano, Francisco Llano de la Encomienda. El Cuerpo Vasco, oI del Norte, acab haciendo caso omiso de las ordenes emanadas de la jefaturamilitar del Norte, viendo Llano como sus competencias no eran reconocidas porAguirre y el PNV, que apostaron por relacionarse con el Ejrcito del Norte de iguala igual, y no como una parte subordinada. A pesar de que las relaciones nece-

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  • sariamente se mantuvieron, dada la necesidad de refuerzos del resto de la zonaNorte que Euzkadi hubo de recibir para contrarrestar la ofensiva enemiga inicia-da el 31 de marzo, hasta principios de junio de 1937 la Repblica no logr queAguirre admitiera para el Cuerpo de Ejrcito de Euzkadi (Ejrcito Vasco desde elpunto de vista nacionalista) un general en jefe designado por el poder central,Mariano Gmir; pero actuando no bajo las rdenes de Llano, sino con mandoindependiente y exclusivo sobre el Cuerpo Vasco. La dualidad fue sin duda unerror, subsanado cuando el propio Gmir tom el mando de todas las fuerzasrepublicanas en el Cantbrico a finales del citado mes de junio. Para entoncesBilbao, y buena parte de Vizcaya, haba cado19.

    3. LAS PRIMERAS BRIGADAS EXPEDICIONARIAS ASTURIANAS EN EUZKADI

    La Historia de la actuacin de las unidades asturianas y santanderinas entierra vasca constituye uno de los captulos ms controvertidos de la guerra civilen el Frente Norte. El nacionalismo vasco, y admiradores como George L. Steer,un periodista britnico que simpatiz abiertamente con el nacionalismo, se cebcon los batallones llegados de Asturias y Santander para colaborar en la resis-tencia vasca, cargndoles a ellos, y a los frentepopulistas y anarquistas locales,la responsabilidad de las derrotas.

    La ofensiva franquista sobre Vizcaya, iniciada el 31 de marzo, oblig al man-do republicano en el Norte a remitir refuerzos. A lo largo del mes de abril seenviaron a Euzkadi las primeras fuerzas, cuatro Brigadas Asturianas y dos Mon-taesas. Vamos a ver la actuacin de las primeras. Por otro lado, el da del iniciode la ofensiva facciosa, el director general de Comunicaciones del Gobierno deEuzkadi, Collen, se entrevist con el Consejero del ramo asturiano, el ugetistaAquilino Fernndez Roces. No trascendi a la prensa el contenido exacto de lareunin, pero es evidente que se trataba de coordinar la llegada de los primerosrefuerzos asturianos al Pas Vasco, efectuada a partir del 4 de abril20.

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    19. Sobre la pugna entre el nacionalismo vasco y el general Llano, y el papel del general Gmir:VARGAS, Francisco M. Mariano Gmir Ulibarri. General de Brigada, y MUOZ BOLAO, Roberto.Francisco Llano de la Encomienda. General de Divisin. En: GARCA FERNNDEZ, Javier (coord..).25 militares de la Repblica, Madrid: Ministerio de Defensa, 2011; pp. 393-418 y 543-585, y VAR-GAS ALONSO, Francisco Manuel. La actuacin de la Infantera (Marzo-junio de 1937). En: URGOI-TIA BADIOLA, Jos Antonio (Dir.). Crnica de la guerra civil de 1936-1937, en la Euzkadi peninsular.La batalla de Bilbao y el final de la Guerra en el Norte, Tomo V, Oihartzun (Gipuzkoa): Sendoa, 2003;pp. 149-189; testimonio de Gmir en: GMIR ULIBARRI, Mariano. De mis Memorias. Guerra deEspaa 1936-1939. Campaa del Norte-Comisin Internacional, Pars: Ediciones Estrella, 1939;140 p .

    20. Avance (Gijn), (1-4-1937), pg. 3, El director general de comunicaciones de Euzkadi seentrevist ayer con el Consejero de Asturias y Len; sobre la participacin de unidades asturianasen el frente vasco durante las batallas de finales de abril y el mes de mayo: VARGAS ALONSO, Fran-cisco Manuel. Bermeo y la Guerra Civil. La batalla del Sollube, Donostia: Eusko Ikaskuntza, 2007;pp. 171, 179, 193-194, 213-214, 230, 280-379, y 451-454, y VARGAS ALONSO, FranciscoManuel. La Agrupacin de Milicianos Socialistas. Grupo Vizcaya. Los batallones Socialistas de Euz-kadi en la Guerra Civil, Bilbao: PSE-PSOE. La Agrupacin de Milicianos Socialistas. Grupo Vizcaya,2008; pp. 89-91.

  • Aunque no vamos a profundizar en su estudio. Junto a las fuerzas de Infan-tera procedentes de Asturias llegaron contingentes artilleros. Jess Salas evalusu potencial en 16 piezas de artillera, equivalentes a una batera por cada Bri-gada de Infantera remitida. Sin embargo, las bateras republicanas solan cons-tar de tres piezas, y no de cuatro, lo que reducira los caones de las baterasexpedicionarias a una docena. La actuacin de dicho material en la campaa deVizcaya conoci un recorrido geogrfico parejo al que vamos a explicar para lasdiferentes Brigadas llegadas en esta primera fase de la intervencin asturiana. Afecha 3 de mayo de 1937 el total de bateras asturianas y santanderinas queactuaban en el frente vasco ascenda a ocho, cinco de calibre ligero (de 75 y 77mm) y tres medio (de 105 mm)21.

    3.1. La Primera Brigada Expedicionaria Asturiana

    La llamada Primera Brigada Expedicionaria asturiana (en origen 2 Brigadaasturiana) fue mandada primero por Ramn Garsaball Lpez, y luego por elMayor (Comandante) Jos Rodrguez Fernndez. El primero era un antiguo subo-ficial de ingenieros que desde el primer da de lucha se incorpor a las MiliciasPopulares. En plena campaa vasca Garsaball regres a Asturias para tomar elmando de la 7 Divisin Asturiana, siendo reemplazado en el frente vasco por elcitado Jos Rodrguez. Esta Brigada Expedicionaria lleg a Euzkadi a primeros deabril de 1937. El 12 de ese mes contraatac en el Macizo de Altn, quedandoen el frente alavs, donde tras la reorganizacin del Cuerpo de Ejrcito Vasco definales de mes qued agregada a la Tercera Divisin Vasca, de Ibarrola, comba-tiendo en esos das en la zona de Durango y ms tarde en las proximidades deRigoitia. Su actuacin en la zona de Rigoitia le vali una felicitacin del jefe deEstado Mayor del Ejrcito del Norte, Ciutat. A finales de mayo pas al frente dela Primera Vasca, tomando posiciones en el Cinturn de Hierro y en las estriba-ciones del monte Bizcargui. El 11 de junio result muy castigada durante el asal-to rebelde contra Urcullu, operacin preliminar de la definitiva ruptura del Cintu-rn de Hierro, efectuada al da siguiente, jornada en que, como en lassiguientes, la Brigada result diezmada y desarticulada por los combates22.

    El 15 de junio la Brigada, tras ser retirada del frente, permaneci acuartela-da en el cuartel de Garellano, sufriendo con otras unidades un bombardeo deaviacin que caus tres muertos y dos heridos, aunque slo uno de estos lti-mos perteneca a la Brigada. Para el 16 de junio la Brigada dispona de 1.191hombres (419 en el batalln 223, 380 en el 228, y 392 en el 234), equipadoscon 1.107 fusiles de diferente tipo, hasta el punto de que dos de los batallones

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    21. SALAS, Jess. Guerra Area., op.cit., Vol. II, pg. 332; Sobre los contingentes asturianosy santanderinos en Euzkadi: MARTNEZ BANDE, Jos Manuel. Vizcaya. Monografas de la Guerra deEspaa. Nmero 6, Madrid: Librera Editorial San Martn, 1971; pp. 131, 154-156, 159-160 y200-201.

    22. BLAS, Juan Antonio de. El frente de Len. Asturianos en Euzkadi. En: VV.AA.. La GuerraCivil en Asturias, op.cit., Tomo 2, pp. 257-269; ENGEL, Carlos. Historia de las Brigadas Mixtas delEjrcito Popular de la Repblica, Madrid: Ediciones Almena, 1999; pp. 165-166.

  • los tenan de dos tipos diferentes, y el tercero de tres. Slo el batalln 234 dis-pona de morteros, -tres-, y las tres unidades se repartan un total de 27 armasautomticas de diferente tipo y calibre. En total, sus bajas en Vizcaya entremuertos, heridos, enfermos, y desaparecidos, ascendan a cerca de un tercio delos efectivos llegados. La unidad acab desapareciendo en la campaa finalasturiana.

    3.1.1. Batalln 23 de Asturias

    El primer batalln de la Brigada era el 23 de Asturias, luego 223 al asignar-se a los batallones del Cuerpo asturiano la numeracin superior al 200, mientrasel santanderino quedaba con la comprendida entre el 101 y 200, aunque no lle-g a completar ni la mitad de la secuencia que se le asign, mientras para elCuerpo Vasco, I del Norte, se le dejaba la numeracin del 1 al 100. Este bata-lln 23 de Asturias era el antiguo Juanelo de Laviana, mandado por el socialistaFermn Lpez Naves. Este batalln actu en Euzkadi en Dima, situando suComandancia en Cenuri. Ms tarde actu por Durango, Rigoitia, y fue desarti-culado por el ataque franquista en Urrusti-Gaztelumendi, durante la ruptura delCinturn de Hierro los das 12 y 13 de junio. En la tarde del da 13, tras recibirrdenes del jefe de la Segunda Brigada, se repleg sobre Lezama, con bastantedesorden dada la desorganizacin creada por el ataque enemigo y las bajas. Ladesmoralizacin llev a algunos de los milicianos a iniciar por su cuenta la reti-rada a Asturias, resultando al menos cuatro de ellos detenidos el 15 en Carran-za, siendo remitidos como detenidos al batalln Disciplinario de Euzkadi. Poste-riormente qued diezmado en la campaa santanderina, de modo que el 1 deseptiembre de 1937 contabilizaba 135 muertos y desaparecidos desde su crea-cin, y el da 7 de ese mes le quedaban tan slo 152 hombres en armas. Labatalla final por Asturias supuso su desaparicin definitiva23.

    3.1.2. Batalln 28 de Asturias

    El batalln 28 228, antiguo Mateotti, era socialista, y estaba mandado porJos Torre Antua. En Euzkadi se distingui en los combates librados en las pro-ximidades de Rigoitia. Como las otras dos unidades de la Brigada result muycastigado durante los combates por el Cinturn de Hierro. El 13 de junio la uni-dad tuvo que replegarse ante el intenso ataque enemigo, sufriendo numerosasbajas. Todo el material que se esperaba ese da para reforzar la potencia de fue-go de la unidad fue destruido con la camioneta que lo trasladaba por un bom-bardeo areo en Erleches, perdindose 67 fusiles ingleses, una ametralladoraColt, tres carabinas automticas Suomi, 16.500 cartuchos, 200 bombas defen-sivas, y 40 antitanques. El da 15, el 228 estaba reducido a 380 hombres yapartado de primera lnea. Con ello su contribucin a la guerra vasca ces. La

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    23. Para el batalln 223 vanse las memorias de su comandante en Euzkadi, ejecutado mstarde por los franquistas: ROJO PREZ, Carlos (Ed.). Memorias de Fermn Lpez Naves (Comandan-te del Ejrcito republicano), Oviedo: KRK ediciones, 2011; 112 p.

  • unidad destacara en luchas posteriores, como anteriormente a su llegada alPas Vasco lo hizo en Asturias. De hecho, desde su fundacin hasta el 1 deagosto de 1937 llevaba 149 muertos entre sus filas, y el 7 de septiembre, trasel desastre santanderino el batalln slo contaba con 170 supervivientes enlnea, desapareciendo poco despus en el curso de la batalla por Asturias24.

    3.1.3. Batalln 34 de Asturias

    El batalln 34 de Asturias, luego 234, era conocido como Somoza por suprimer jefe, el comunista Jos Rodrguez Somoza, que fue comandante de launidad durante su estancia en Bilbao. En Vizcaya el batalln combati entre el13 y el 16 de abril en la zona de Urquiola-Sabigain, sufriendo numerosas bajas.En mayo pele en Mgica y Bizcargui, y entre sus vctimas mortales, el da 9 enel primer trmino citado, se cont la miliciana Cesrea lvarez. Esta presenciade elemento femenino en los batallones asturianos result negativa y escanda-losa para las autoridades vascas, fundamentalmente para las nacionalistas, queya haban tomado medidas para erradicar dicha presencia entre las unidadesizquierdistas y anarquistas de su propio territorio. El batalln fue igualmente muycastigado en la ruptura del Cinturn de Hierro. El Somoza fue un batalln diez-mado por los avatares blicos. Desde su aparicin hasta el 1 de septiembre de1937 sufri la impresionante cifra de 343 muertos y desaparecidos. En Santan-der qued en cuadro, con slo 182 supervivientes a fecha 7 de septiembre.Continuaron la lucha en Asturias hasta el amargo final.

    3.2. La Segunda Brigada Expedicionaria Asturiana

    Esta Brigada (1 de Asturias en origen) sali hacia el frente vasco, junto a laPrimera Expedicionaria, el 4 de abril. La mandaba el capitn de infantera MateoAntoanzas Gutirrez, entrando en combate sus avanzadas en la tarde del da 5,distinguindose a partir de entonces. Esta Segunda Brigada protagoniz el victo-rioso contraataque sobre el Sabigain el 12 de abril, y antes, en la tarde del 5 deabril, sus hombres capturaron un coche enemigo con tres oficiales de la LeginCndor. Sus tres batallones eran veteranos de la lucha en Asturias, aunquemuchos de los voluntarios de primera hora haban desaparecido en los comba-tes desarrollados entre octubre de 1936 y marzo del siguiente ao. En Euzkadi,tras operar al Norte de Ochandiano, por Durango, y en Pea Lemona, la Brigadapas a Valmaseda a primeros de junio, para formar parte de la llamada Divisinde Enlace entre Santander y Euzkadi durante unos das, retornando al frente caside inmediato y operando como Reserva del Cinturn de Hierro, aunque laSegunda Brigada Expedicionaria se libr del castigo sufrido en el mismo porotras unidades asturianas. Al final de la guerra en el Norte estaba en el frenteovetense25.

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    24. CDMH, de Salamanca, P.S. Bilbao, Legajo 23.

    25. CDMH, P.S. Santander, Serie "A", Legajo 210; ENGEL, op.cit., pg. 165.

  • 3.2.1. Batalln 8 de Asturias

    El primer batalln de la Segunda Brigada Expedicionaria era el numerado ini-cialmente como 8 de Asturias, luego renumerado 208, antiguo batalln Vctor,organizado por el anarquista Vctor lvarez. Posea una notable experiencia bli-ca fruto de los combates en torno a Oviedo de octubre-noviembre de 1936, y enla gran ofensiva sobre Oviedo de febrero de 1937. La unidad lleg a Euzkadimandada por el Mayor Jos Montero Riego. El 12 de abril destac en el contra-ataque que recuper el monte Sabigain, capturando armamento y prisioneros deun batalln del Regimiento San Marcial. El da 20 el batalln, como los del res-to de su Brigada, fue visitado por Belarmino Toms, llegado a Bilbao para felici-tar a los combatientes asturianos por la captura de varios oficiales de la Cndory numeroso armamento enemigo (cuatro ametralladoras, incluidas dos antiare-as, y 34 fusiles)26.

    Una ancdota que muestra que los batallones forneos dependan en Euz-kadi de s mismos para cuestiones como el abastecimiento de productos bsi-cos, como comida y ropa, nos lo ofrece el que el 15 de abril, el Secretariado deMilicias de la CNT informaba a los parientes de los milicianos del batalln quedepositasen en las oficinas de la Secretara (edificio del Comit Regional de laCNT) los efectos que quisieran remitir a la unidad, ya que el sbado 17 de abrilsala hacia Euzkadi el enlace de la CNT asturiana, con el fin de ponerse al dasobre la situacin del 8 batalln en aquel frente. Idntica misin de enlace seefectu el 6 de mayo. Esto explica, sin duda, la mala fama que el nacionalismovasco atribuy a estas unidades que procedan a saquear su zona de desplie-gue27.

    Tras actuar en la zona de Urquiola el 8 batalln pas, junto al resto de laBrigada, a Durango, en cuyas inmediaciones combati a principios de mayo, trasla cada de la localidad en manos del adversario. Despus actu por la zona deAmorebieta, participando a principios de junio en la lucha por la Pea Lemona.Steer, crtico hacia la unidad, dice que en el contraataque sobre la citada Peael 2 de junio, al batalln 208 le toc avanzar por el flanco derecho hacia la cota365, pero su avance fue detenido al pie del risco por granadas y fuego cruzado

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    26. CDMH, P.S. Santander, Serie "A", Legajo 210; STEER, George L.. El rbol de Guernica,Madrid: Ed. Felmar, 1978; pg. 176, atribuye la captura de los oficiales de la Cndor a los "vascos",y BELDARRAIN, Pablo. Historia Crtica de la Guerra en Euskadi (1936-1937), 1 ed. Bilbao: Ed. delautor, 1992; pg. 134, dice de la primera recuperacin del Sabigain que "no se cual o cuales fuer-zas participaron en esa accin ". VARGAS ALONSO, Francisco Manuel. Los batallones vascos y laprimera fase de la ofensiva del general Mola sobre Bizkaya (31 de marzo-19 de abril de 1936). En:URGOITIA BADIOLA, Jos Antonio. Crnica de la guerra civil, de 1936-1937, en la Euzkadi peninsu-lar. La ofensiva del general Mola sobre Bizkaya (del 31 de marzo al 10 de junio de 1937), Tomo IV,Oihartzun (Gipuzkoa): Sendoa, 2002; pp. 163-190, que utilizaba informacin de la primera versinde esta investigacin, desarrollada como Ayuda a la Investigacin de Eusko Ikaskuntza a mediadosde los aos noventa del pasado siglo, ya indicaba la presencia de fuerzas asturianas en los comba-tes del Sabigain (en la actualidad Saibigain), estudiada en profundidad ms tarde en: LEZAMIZ, Julen/ TABERNILLA, Guillermo. Saibigain. El monte de la sangre, 2 ed. Bilbao: Beta III Milenio, 2010;288 p.

    27. Avance (Gijn), n 105 (15-4-1937), y n 121 (2-5-1937), pg. 5 Noticias Militares.

  • de ametralladora. El batalln no volvera a entrar en accin hasta los momentosfinales de la campaa vasca. El 24 de junio combati en San Pedro de Galda-mes junto a uno de los batallones recin llegados de Asturias, el 233 de la 8Brigada, sufriendo entre ambas unidades unas 70 bajas. Con posterioridad, el208 sigui combatiendo en el Frente Norte, constando que desde su creacincomo tal batalln, hasta el 1 de septiembre del 37 llevaba 163 muertos encampaa. Desapareci en la batalla final asturiana28.

    3.2.2. Batalln 25 de Asturias

    El segundo batalln de la Brigada era el 25, luego numerado 225 y antiguobatalln de milicias Taboada o Lenin, organizado por el comunista Jos LpezTaboada. Llegado a Vizcaya el 5 de abril, destac en las mismas acciones inicia-les del 208, recibiendo igualmente, el 20 de abril, la felicitacin personal deBelarmino Toms. A finales de mayo y principios de junio combati en PeaLemona. Sobre su actuacin Steer se mostr igualmente muy crtico, viniendo aacusar a la unidad de no hacer nada durante los contraataques de los das 30,y 31 de mayo, y 2 de junio, pese a que en su obra se deja ver igualmente elpeso de la aviacin rebelde para desbaratar la accin asturiana en las citadasacciones blicas. Acab desapareciendo fruto del desastre en que acab lacampaa del Norte para las fuerzas republicanas29.

    3.2.3. Batalln 43 de Asturias

    El batalln 43, luego 243, era conocido tambin por sus nombres de la eta-pa miliciana. Estos eran Crspulo, por su comandante, el comunista CrspuloGutirrez, y Sotrondio, por formarlo voluntarios de esa zona asturiana, muchosde ellos mineros. Lleg a Vizcaya el 5 de abril, y su trayectoria combativa vascacorri pareja a la de sus compaeros de Brigada. El 29 de abril sufri un bom-bardeo areo en Erleches, y en la primera mitad de mayo combati en la zonaentre el Bizcargui y Amorebieta. Sus hombres fueron pronto conscientes de laescasa simpata que despertaban entre la poblacin y la parte del Cuerpo deEjrcito Vasco que militaba con el nacionalismo. En la tarde del 31 de mayo, unode sus milicianos, estando en Bilbao de baja y encontrndose en el bar Adrada,ante la tardanza con que le serva un camarero del local, sac un revlver y dis-par sobre el empleado, hirindole de gravedad. El minero asturiano, trasladadoal Batalln Disciplinario de Euzkadi tras ser detenido declar30:

    Esta tarde en compaa de un miliciano estuvieron en el bar Adrada con el fin detomar unos bos de cerveza, pero que (como) el camarero tardara mucho en servirley el viera que a otros les servan sigui protestando por la tardanza, diciendo a ver silos asturianos no tenan derecho a beber nada, respondindole el camarero que

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    28. STEER, op.cit., pp. 302-303).

    29. STEER, Idem.

    30. CDMH, P.S. Bilbao, Legajo 16.

  • esperara a que llegara su turno, pero sin embargo otros repetan los vasos de conti-nuo y a ellos no les atenda, sacando entonces la pistola y pegndole un tiro. Que notiene ms que decir, sino que guard el revolver sin oponer ninguna resistencia en elmomento de su detencin.

    Era el 243 el menos fogueado de los batallones de la Segunda Expediciona-ria, debido a su ms tarda creacin. Tras la retirada del frente vasco, en julio del37 contabilizaba slo 19 muertos y 18 desaparecidos, la mayor parte cados enla campaa vasca. Como sus compaeros de Brigada acabara desapareciendopocos meses despus, a la cada del Norte republicano.

    3.3. Tercera Brigada Expedicionaria Asturiana

    Esta Tercera Brigada (3 de Asturias en el III Cuerpo de Ejrcito) sali haciael frente vasco el 27 de abril, entrando en fuego en la zona de Durango el da30. La mandaba el Comandante Joaqun Burgos Riestra, y fue asignada a laSegunda Divisin Vasca, mandada por Vidal. Dos de sus batallones fueron asig-nados a la zona de Amorebieta, y un tercero a la de Miravalles. Sus unidadescombatieron por Ajurias, Zugastieta, Mungua, Lemona, y en la lucha que prece-di la cada de Bilbao. Desapareci en la campaa final del Frente Norte.

    3.3.1. Batalln 13 de Asturias

    El batalln 13, luego 213, era el antiguo batalln Juventudes Libertarias. Lomandaba el cenetista Jess Garca Escaln. La unidad haba destacado conanterioridad en Asturias, y su actuacin en Vizcaya se sald con numerosas vc-timas, tras combatir en las proximidades de Guernica y Lemona. Hasta el 1 deagosto haba sufrido desde su constitucin 108 muertos y desaparecidos encampaa, muchos de ellos en Euzkadi.

    Algunos testimonios negativos recogidos en el Pas Vasco presentan a losasturianos, y en general a todas las unidades izquierdistas, como unidades pla-gadas de mozalbetes que slo buscaban la paga diaria de miliciano. Indudable-mente, en toda guerra y bando hay soldados que se alistan por la paga, pero enel caso asturiano la precariedad en el cobro no avala precisamente la versinapuntada. A mediados de abril, algunos heridos y los familiares de cados ydesaparecidos en los combates de febrero todava no haban cobrado sus habe-res. En otros batallones de la Brigada se daban, como veremos, situacionesparecidas, tal como puede seguirse en diarios de poca como el gijons Avance.Como otras unidades, los hombres del batalln deban recurrir a la ayuda fami-liar para recibir ropa y abastecimiento extraordinario durante su estancia en Euz-kadi. El 28 de mayo se haca en la prensa un llamamiento a los familiares que lodeseasen para que acudieran a la oficina del batalln, en Gijn, con el fin deremitir ropas y otros objetos al batalln31.

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    31. Avance (Gijn), n 145 (28-5-1937), pg. 5 Noticias Militares.

  • La unidad, tras acabar su intervencin en Euzkadi, sigui con su Brigada,actuando en la ltima ofensiva asturiana, lanzada el 1 de agosto sobre el pasilloovetense y saldada con un sangriento fracaso. La Brigada cambi la numeracina 204, que sigui comandando Joaqun Burgos. Acab su intervencin en elNorte durante el desastre de la cada de Asturias, tras actuar por Panes, Llanes,Celorio y Arriondas32.

    3.3.2. Batalln 16 de Asturias

    El batalln 16 216, era el antiguo batalln de milicias Dutor n 1 u Otero.Mandado por el socialista Aniceto Rodrguez lvarez, se distingui en Euzkadi enla zona de Zugastieta en los primeros das de mayo. A mediados de abril, con launidad batallando en Euzkadi, todava haba hombres a los que se adeudaba lapaga de los ltimos diecisis das de Diciembre del 36, y las de Enero y Febrerodel 37. Llevaba 55 muertos hasta el 1 de agosto de 1937, y precisamente enese da particip en un fracasado ataque al monte Cimero, durante la ltimaoperacin republicana contra el pasillo ovetense. En esta ocasin perdi al msconocido de sus hroes, el sargento Victoriano Puerto, quien encabez los tresasaltos de la unidad sobre Cimero, cayendo muerto en el ltimo intento. Acabla campaa del Norte como II batalln de la 204 Brigada. Qued destacado enla zona de Belmonte, y luego en Trubia. Varios de sus hombres fueron captura-dos, junto a otros combatientes de su Brigada originaria y de otras unidades,cuando intentaban huir del Norte por va martima, durante los ltimos das deresistencia33.

    3.3.3. Batalln 30 de Asturias

    El batalln asturiano nmero 30, luego 230, era el antiguo batalln MximoGorki n 2, y lleg a Euzkadi con su organizador al frente, el comunista JoaqunBurgos. Durante la precedente ofensiva republicana sobre Oviedo perdi, el 25de febrero, a su primer comandante, el famoso Horacio Argelles. El batalln,junto a los de su Brigada, entr en combate en Euzkadi a finales de abril de1937, sufriendo sus primeros cados el da 30, en el frente de Durango. El 6 demayo dispona de 567 hombres en Vizcaya, y desde su fundacin haba sufrido50 muertos, 35 desaparecidos, y 146 heridos. Hasta entonces, slo un peque-o porcentaje de esas bajas se produjo en el frente vasco, -incluidos unos 15muertos-, dado el escaso tiempo que llevaba incorporado al mismo. Destac enla lucha por Ajurias y Zugastieta a principios de mayo, y ms tarde en los com-bates por Lemona.

    Steer descalifica totalmente a esta unidad con motivo de los combates por

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    32. VV.AA., La guerra civil en Asturias, op.cit., Tomo II, pg. 358.

    33. Avance (Gijn) , n 107 (17-4-1937), pg. 5 Noticias Militares.

  • Pea Lemona. El 30 de mayo sealaba que a las ocho horas de la maana

    [] se poda ver a los hombres del nmero 230 con sus kepis marrones que lescubra toda la cabeza, el uniforme asturiano, avanzar en gran desorden a travs delmonte bajo. Un avin enemigo, alertado por nuestra artillera, hizo un rpido pase sinhacer nada. El terror se apoder del batalln 230 que rompi a correr en desbanda-da colina abajo. No vimos a ningn oficial que tratar de detenerlos: todos corran yse escondan. Unos cinco minutos ms tarde llegaron cuatro aviones de caza msque ametrallaron el monte desde una altura de 1.200 a 1.500 pies. El pnico del230 continu. No sufrieron bajas. A las ocho y veinte, los aviones se haban ido, perocomo el 230 no estaba listo para el ataque, el comandante Gorritxu envi una ordena aquel hombre con gorro asturiano, barba negra y mal aspecto, que comandaba elbatalln, para que estableciera contacto con el batalln 225.

    La accin del da 30 se frustr, pues el 230 no fue capaz de restablecer elcontacto con el 225, y el mismo 230 estaba disperso, apareciendo, segn Ste-er, "con muchos de sus hombres durmiendo entre los pinos, muy lejos de la lneade fuego, mientras otros se dedicaban a devorar pedazos de cordero asado". Elsiguiente contraataque, el da 31, fracas igualmente. Segn Steer ni el 225 niel 230 hicieron el ms mnimo movimiento. Sin embargo, las apreciaciones deSteer contrastan con el crecido nmero de bajas que el 230 sufri durante suactuacin en Euzkadi, extremo este que dicho autor desconoca totalmente,seguramente porque no estaba siempre tan en primera lnea como presumeconstantemente en sus relatos. Todo indica que los batallones asturianos no selimitaban a correr ante la aviacin enemigo, algo que en realidad tambin hac-an los hombres de los batallones vascos para no ofrecerse en campo abierto aun tiro al blanco que slo contribua a un intil nmero de bajas.

    Como indican la documentacin consultada, en mayo y junio las bajas del230 se incrementaron considerablemente. El 1 de agosto sus bajas ascendanya a 85 muertos, 94 desaparecidos, y 245 heridos. Dado que desde finales dejunio haba pasado a reorganizarse, sus bajas en combate en el frente vascoentre el 6 de mayo y finales de junio fueron 193 (35 muertos, 59 desapareci-dos, y 99 heridos), que pueden elevarse a unas 250 si sumamos las sufridasentre finales de abril y el citado 6 de mayo. Algo que no contribuye precisamen-te a mantener la negativa visin que diese Steer sobre este batalln. Posterior-mente sigui la suerte de sus compaeros de Brigada. En la fase final de la gue-rra en el Norte lo comand Jos Santos Rodrguez, antiguo capitn ayudante dela unidad. El mismo fue capturado al intentar salir de Asturias en un vapor, sien-do condenado a muerte, pena que le fue conmutada tras acabar la guerra34.

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    34. Sobre la represin en Asturias, con millares de casos en que consta la suerte de los com-batientes all juzgados tras la derrota republicana: LARUELO ROA, Marcelino. La Libertad es un bienmuy preciado. Consejos de Guerra celebrados en Gijn y Camposancos por el ejrcito nacionalista alocupar Asturias en 1937. Testimonios y condenas, Gijn: En la estela de Aldebarn, 1999; p.478+CD de Consejos de Guerra con p. 603.

  • 3.4. Cuarta Brigada Expedicionaria Asturiana

    Esta Brigada fue la ltima asturiana enviada al frente vasco en abril de1937, partiendo de Asturias el da 30 de ese mes. Su comandante era el capi-tn profesional Toms Dez Ipiens. Llegada al frente vasco, la Brigada participen la batalla por el Sollube, destacando el batalln 212 por su combatividad,mientras el bisoo 252 fracasaba al perder la cumbre tras ser sorprendido portropas moras de la V Brigada de Navarra.

    Tras los combates del Sollube la Brigada qued reducida a dos tercios desus efectivos originales. El 3 de junio se situaba en el Cinturn, reuniendo sustres batallones 1.100 hombres. El 212, el ms castigado por la lucha, slo con-taba con 316 combatientes. La brigada estaba muy mal armada, ya que sus tresbatallones tenan fusiles diferentes, lo que complicaba el municionamiento de laBrigada. La mayora del armamento automtico y pesado (ametralladoras y mor-teros) estaba en poder del 212, (3 fusiles ametralladores y 2 morteros), contan-do el 252 con un nico mortero. El batalln 231 careca de armamento pesado.La Brigada, para compensar su escaso nmero de armas de apoyo, recibi elrefuerzo de una compaa de ametralladoras del batalln Saseta, nacionalistavasco, equipada con 12 mquinas. Curiosamente, tambin tena adjunta unacompaa de la Polica Ertzaa, sin duda por el temor nacionalista a los "revolu-cionarios" asturianos, y a sus posibles actos de "pillaje" en la zona del frente.Algo lo ltimo que era muchas veces obligado, dada la discriminacin que laIntendencia vasca tuvo con los asturianos.

    La Brigada result muy afectada el 11 de junio, en la operacin del monteUrcullu, un espoln del Bizcargui que fue atacado ese da tras un brutal bombar-deo, y cuya ocupacin precedi la ruptura, en la jornada siguiente, del Cinturnde Hierro. La unidad fue retirndose hasta la zona del monte Banderas, dondelibr un ltimo combate en defensa de Bilbao. Como siempre, Steer presenta ala unidad en negativo, retirndose de Banderas en la tarde del jueves 17 dejunio. Primero afirma que los asturianos, hacia las 20,10 de la tarde habanabandonado. Luego, a las 20,30 los presenta combatiendo junto a las tropasvascas que van a contraatacar, y ms tarde dice que "todava se estaban reti-rando". Una muestra ms de los prejuicios de dicho autor, y de la escasa consis-tencia de unas crticas teidas siempre de subjetividad. Tras la campaa vascala Brigada acab tomando el nmero 194, comandada por Felipe AvilleiraRojo35.

    3.4.1. Batalln 12 de Asturias

    El batalln asturiano 212, antiguo batalln CNT n 6, tambin llamadoMario, por su jefe, el cenetista Mario Cuesta, de Avils, era una unidad veteranade los sangrientos combates librados en torno a Oviedo, destacando en la ofen-

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    35. STEER, op.cit., pp. 378-379.

  • siva republicana de febrero del 37. En Vizcaya el batalln brill en los combatesdel Sollube, donde recuper una cota al asalto, a los gritos de "Arriba Asturias!Viva la F.A.I.!". Hasta ser relevado, el batalln se mantuvo en sus posiciones, lle-gando a capturar varios prisioneros marroques. Ms tarde, en junio, luch en lazona del monte Banderas, cayendo el 17 de junio su comandante, Mario Cues-ta. Steer viene a apuntar que Mario cay asesinado por uno de sus hombres enDeusto, al reagrupar a los hombres para contraatacar, "orden a los asturianosvolver a la lnea en el puente. Un hombre sali de las filas y lo mat". Pero Ste-er, aunque lo cuenta no parece que estaba presente, y ninguna de las fuentesasturianas consultadas cita ese episodio.

    Mario Cuesta fue reemplazado en el 212 por Emeterio Daz Huerta, quiendirigi la unidad durante la retirada posterior. Hasta el 1 de julio el batallnsufri 81 muertos y 11 desaparecidos. De acuerdo con los datos que tenemoscasi la mitad de ellos haban cado en Euzkadi. El batalln qued despus comobatalln I de la 194 Brigada, nueva numeracin de la 4. En la campaa finalpor Asturias actu por Piedrafita, retirndose por Bayo y Moreda, hasta Gijn,donde sus hombres intentaron la salida por mar, resultando capturados muchosde ellos36.

    3.4.2. Batalln 31 de Asturias

    El batalln 31 de Asturias o 231, antiguo Mximo Gorki n 3 organizado porel PCE, lo mandaba Manuel Santos. De esta unidad, veterana de los combatesde Oviedo, puede decirse que destac por su tesn en la ofensiva asturiana defebrero, en la que sufri 162 bajas, incluidos 41 muertos y desaparecidos. Parasu intervencin en Euzkadi no hemos encontrado testimonios adversos o favora-bles, al contrario de lo que acontece con sus compaeros de Brigada. Puededecirse que el batalln cumpli con su deber, combatiendo en las zonas de Mor-ga y Sollube, y en la batalla que sigui a la ruptura del cinturn. Hasta principiosde julio sufri, desde su constitucin, 121 muertos y desaparecidos, al menos latercera parte fueron baja en Euzkadi. Transformado en III batalln de la 194 Bri-gada, qued bajo el mando de Toms Dez, quien al parecer fue degradadoperdiendo el mando de la Brigada y siendo relegado al rango inferior de jefe debatalln. Al derrumbarse el frente asturiano el batalln estaba incorporado alsemicerco mantenido por los republicanos en torno a Oviedo.

    3.4.3. Batalln 52 de Asturias

    El batalln 52 252 de Asturias se form en base al batalln Puerto de Tar-na, conocido tambin como Mjico/Mxico (no confundir con el n 63 de Euzka-di Mjico del PSOE-UGT). Lo mandaba el socialista Luis Gonzlez Rodrguez, yera una unidad con escasa experiencia blica, destacada en el frente leons, en

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    36. PALACIO, op.cit., pp. 158-160; STEER, op.cit., pg. 378.

  • el Puerto de Tarna que le daba nombre. El 20 de abril fue relevada all por elbatalln 267, incorporndose a continuacin a la Cuarta Brigada Expedicionariacon destino a Euzkadi. Su entrada en combate en el Sollube result desafortu-nada, al verse sorprendida por los moros de un experimentado Tabor de Regula-res rebelde.

    Steer, que pareca regodearse en el fracaso de los no vascos, sin analizarseriamente las causas, apunt que en la noche del 6 de mayo un batalln astu-riano tom el relevo de la posicin del Sollube, y que entre las 6 y 7 de la maa-na del da 7, segn los propios asturianos, se vieron sorprendidos por la apari-cin de los moros, lo que les oblig a escapar ladera abajo. Naturalmente, Steeraprovecha para exagerar diciendo que los asturianos "decidieron abandonar laposicin al amanecer, sin tan siquiera tener la excusa de un ataque por sorpre-sa". Sin embargo, el periodista franquista Ruiz Albniz, confirm en sus crnicasque un enlace vasco desorientado condujo por error a los moros a espaldas delbatalln astur. Tampoco hemos encontrado confirmacin documental que avalela versin de Steer de que algunos de los asturianos fuesen fusilados a causadel desastre. El 252 sigui luchando en Euzkadi hasta junio, sufriendo durasbajas los das de la ruptura del Cinturn de defensa de Bilbao. Hasta el 1 deagosto del 37 la unidad sufri 53 muertos y desaparecidos, de los que una par-te sustancial lo fueron en Euzkadi. De regreso a Asturias el batalln pas a la17 Brigada, que cambi su numeracin a 188 Brigada, comandada por elfamoso Manuel Snchez Noriega, alias El Coritu. El 252 desapareci comoconsecuencia del derrumbe final del frente asturiano37.

    3.5. La Compaa Mixta de Sanidad nmero 11

    Adems de las cuatro Brigadas Expedicionarias citadas, la ayuda asturiana aEuzkadi anterior a la ruptura del Cinturn de Hierro incluy una serie de peque-as unidades de Sanidad o Servicios. La nica de relieve identificada, fue la"Compaa Mixta de Sanidad Militar nmero 11". De su contribucin nos ocupa-remos a continuacin.

    Esta compaa sanitaria asturiana sali de Gijn, con destino a Euzkadi, el12 de mayo de 1937, donde lleg el da 13 para apoyar a la Primera Brigadaexpedicionaria. La mandaba el teniente Julin Pelayo Martn, de 40 aos. Lapolmica actuacin de la unidad fue sancionada con una instruccin sumarialcontra la misma. El 14 de mayo la compaa fue sorprendida en Amorebieta porel bombardeo de la aviacin rebelde, que le ocasion seis heridos. Dos das des-pus, durante la gran ofensiva rebelde que llev al abandono de la localidad, lacompaa se neg a subir al monte, alegando sus miembros que el 90% de ellosestaban enfermos y que la unidad estaba formada por gente slo apta para ser-vicios auxiliares segn el dictamen del Tribunal mdico de Asturias.

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    37. STEER, op. cit., pg. 286; EL TEBIB ARRUMI (Ruiz Albniz, Vctor). La conquista de Vizcaya,Valladolid: Librera Santarn, 1938; pp. 92-94.

  • El 18 de mayo la compaa tena trabajando a 20 hombres en la localidadde Lemona. Al da siguiente una seccin de camilleros particip en el auxilio delas vctimas del bombardeo sufrido en Galdcano, donde el hundimiento de unrefugio provoc 13 muertos. Sin embargo, ese mismo da, al consultrsele alpersonal la prestacin de servicios en los frentes, "los camilleros se niegan poralegar que poseen enfermedades que se lo impiden, y para ello exponen un cer-tificado, del Tribunal Mdico". Esto llev al Inspector mdico de la Sanidad Mili-tar asturiana a arrestar al teniente al mando, por ineptitud en el desempeo desu cargo al no implantar la disciplina, pasando el mando al sargento ms anti-guo. Pese a ello el teniente Pelayo sigui desempeando el mando. Entre losdas 21 y el 22 de mayo la unidad regres a Asturias, con un total de 143 hom-bres, a excepcin de ocho heridos y enfermos hospitalizados en Bilbao, seis ch-feres y ayudantes con sus correspondientes coches, y los servicios de artolas dela seccin de montaa de la compaa.

    El 28 de mayo los miembros de la compaa remitieron al Comandante delas tropas de Sanidad Militar en Asturias un escrito, exonerando a Pelayo de todaculpa, y justificando lo acontecido en base a que "habiendo sido destinados alFrente de Vizcaya, Sector Amorebieta, e integrada en su mayora con un 95% degente intil para los servicios a que iba encomendada, no pudo desarrollar sucome