4
BÚSQUEDA BÚSQUEDA EN EN LONDRES LONDRES Por : María Pía Peláez Caro

Búsqueda en Londres

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Texto de Maripi sobre Tea Stilton

Citation preview

BÚSQUEDA BÚSQUEDA EN EN

LONDRES LONDRES

Por :

María Pía Peláez Caro

BÚSQUEDA EN LONDRES(Primera parte)

Un día, estaba sentada en mi sillón leyendo un buen libro, cuando alguien llamó a la puerta. Tocó igual que mi hermano Jerónimo Stilton (con dos toquecitos) así que como creía que era él abrí sin preguntar quien era. En vez de mi hermano, había un hombre vestido de negro que me cogió, me ató de pies y manos, y me inmovilizó, así que mi cinturón negro en kárate no me sirvió de nada, porque me había cogido totalmente por sorpresa.

Ah, se me olvidaba. Yo soy Tea Stilton, la hermana del famoso editor Jerónimo Stilton y trabajo en su periódico como enviada del Eco del Roedor.

Total, yo seguí inmovilizada, y el hombre me metió en un saco que olía fatal. Yo gritaba y pataleaba tanto como podía… De repente oí cinco voces de chicas, eran inconfundibles, ellas eran: Paulina, Pamela, Violet, Colette y Nicky; el club de Tea.

Intenté llamarlas y avisarlas por todos los medios, pero fue en vano. Vi por un agujerito que ellas se dirigían a mi casa, y yo me dirigía a un gran coche negro. Cuando ellas llegaron a mi casa, se encontraron con toda mi casa patas arriba y comenzaron a buscarme por cada rincón de mi casa, y posteriormente de Ratonia.

Cuando se dieron cuenta de que no estaba en Ratonia, yo ya me encontraba en un barco pesquero rumbo a Londres; Allí me esperaban unas personas muy, pero que muy raras. Esas personas querían algo de mí, pero no tenía ni la más remota idea de que era.

Mientras, las chicas alquilaban un barquito para llegar a Londres. Cuando llegaron, estaban totalmente perdidas, y se pelearon por, porque cada una quería buscarme por un lugar, y de una forma distinta: Paulina me buscó por con su ordenador, Pamela me buscó por el Big Beng, y ¡hasta le echó un vistazo al mecanismo del gran reloj! Por el lado opuesto de la ciudad, me buscaba (por lo centros comerciales mas lujosos) Colette, ¡mientras que hacia algunas compras¡ También Nicky me buscaba saltando y corriendo por todas partes. Por ultimo, Violet se había perdido, en realidad... ¡todas estaban perdidas¡

Mientras... yo seguía en mi rara situación, con aquellos raros hombres. Allí estaba yo, sentada en una silla en la oscuridad. De repente, apareció de las sombras un hombre que me pidió enérgicamente una cosa muy rara... ¡un mapa¡ Yo no tenía ni idea de qué estaba hablando, pero él seguía insistiendo. Al final, otro hombre (que parecía su hermano gemelo) y le susurró algo al primero, y después lo repitió en voz alta: ´´Señor, lo sentimos, pero nos hemos equivocado. Nosotros no buscamos a Tea stilton, sino a Tia Stiltune``

Yo me acordaba de Tia, porque ella había estudiado conmigo en la Universidad de Ratford, y fuimos muy buenas amigas. Yo no podía aguantar mi curiosidad y le pregunté quienes eran. Ellos me enseñaron un carné que ponía: ADR (agencia de Detectives Ratonil) Detective privado. Ellos me contaron que habían visto a Tía con un mapa del tesoro entre las patas y que era confidencial y patrimonio nacional, pero ella no lo sabía. También me dijeron que como ella sabía demasiadas cosas, si no les devolvía el mapa, sería gravemente castigada en la cárcel.

Yo no lo dudé un instante, y les pedí que me soltaran, para poder encontrar a Tia y advertirle el peligro que corría. Cuando me soltaron, y me dejaron libre, las busque (a las chicas del club de Tea) por todas partes, y cuando ya creía que nunca las encontraría, las vi sentadas en la acera, abatidas. Por lo que me contaron, ellas se habían peleado, pero se dieron cuenta de que ellas solas no conseguirían nada, y solo cuando se juntaron, consiguieron encontrarme. Todo fue gracias al poder de la amistad. Todas nos Abrazamos tan fuerte, que me faltaba el aire.

Cuando ya nos relajamos, les conté lo de TIA, y ellas se pusieron de inmediato a mi disposición. Yo me acordé de que Tia se había trasladado a vivir a Londres, y que trabajaba en el periódico de su hermano, el Ratino Rat. Es un nombre bastante raro para un periódico, pero se lo había puesto Gironimus Stiltune, su hermano. También ella se parecía a mí, aunque su pelaje era mas marrón que el mío.

Nosotras estábamos buscando a Tia por todos los lados y medios, hasta que de pronto me encontré con una ratonita que me pareció familiar…¡era ella¡ Tras un largo rato , le dije lo que tanto me preocupaba, y ella me dijo que ese mapa se lo había encontrado entre unos libros de su tatarabuelo, y que tenía pensado ir a buscarlo mañana. Nosotras le preguntamos si podíamos acompañarla, y a ella le pareció una magnifica idea.

Horas después, salimos en barco hacia la isla, y encontramos un cofre que aparentemente estaba vacío, pero cuando nos dimos cuenta, vimos una esmeralda tan grande como el puño de un ratón (esa esmeralda, junto al mapa, eran la que querían los agentes de la ADR). Tia dijo que dársela a los de la

ADR sería la mejor opción, para que nadie saliera perjudicado. Unas horas después fuimos a devolvérselos, pero de pronto ellos empezaron a correr, porque decían que al principio, el padre de Tia los había mandado para ver si su hija era realmente una ratoncita responsable, y que sabía hacer las cosas bien. Nosotras casi nos desmayamos de la noticia. Cuando Tia les entregó la esmeralda, ellos comenzaron a correr, mientras decían: ´´yupi, yupi, tenemos la esmeralda, yupi, ya podremos dar de comer a nuestros hijos``

Lo que había empezado como una lección, estaba terminando con la desaparición de la maravillosa esmeralda. Nosotras corrimos tanto como nuestras patitas dieron de si, hasta que llegamos a un gran callejón sin salida, donde les exigimos que nos devolvieran la esmeralda. Después nos contaron que cada uno tenía cinco hijos, a los que no podían dar de comer por su bajo sueldo, y nos pidieron que no lo dijéramos nada al padre de Tia, porque si no los mataría. Un ratito después, fuimos a decírselo al padre de Tia para que les diera lago más, porque nos habían dado mucha pena, y así lo hizo él.

Cuando todas habíamos vuelto a nuestras casa (después de una larga despedida), todas recibimos una llamada dándonos las gracias. -¿Sabéis quienes eran?- Ellos eran los hijos de los agentes.

Aquí termina una larga historia, que espero que os haya gustado.

María Pía Peláez Caro