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Fundación Tierra FirmeLa Fundación Tierra Firme es una institr¡ción sin fines de luoo, destinada a
fomentar el desanollo de los estudios históricos de nuestro país y especialmente losestudios históricos regionales y locales. EI vertiginoso desanollo que en los úlümos añosha observado es'ra parcela del conocimiento históricq ha planteado la urgencia de crearlas instancias organizativas y financieras necesarias para darle continuidad a este intensoproceso de rescate de la memoria histórica de las regiones y las localidades venezolanas.
El proceso de investigación se entiende, en este caso, estrechamente articuladocon la enseñanza en los niveles básico y diversificado, partiendo de la importancia deque los educandos conozcan, no sólo la historia de la nación venezolana como totalidad,¡'l sino también lo acontecido en sus respectivos espacios regionales y locales.
B pertinente mencionar el hecho de que en la actualidad los estudios históricosregionales y locales han adquirido mucha importancia en todas partes del n¡undo, yVenezuela se ubica junto con México, entre los países líderes en lo referente a laproducción de este tipo de conocimiento histórico en América Latina.
f f-a Fundación sin fines de lucro Tierra Firme persigue alcanzar los siguientesobjetivos:
1o Promover, estimular y realizar la investigación de la historia de Venezuélay en particular la referida a los procesos históricos regionales y locales,así como también su discusión y divulgación en los medios académicos,docentes y culturales del país, con elpropósito de facilitar la comprensiónde las especificidades regionales.
2" Btimular la consolidación y el progreso de las regiones, los estados, lasparroquias, los municipios y las localidades que constituyen al país, todocomo partes de un conjunto armonioso y coherente.
3' Auspiciar la publicación de la Revista Tierra Firme, revista de historiay ciencias sociales, como órgano principal de difusión de las investigacionesque adelanta la Fundación así como de otras investigaciones auspiciadasy realizadas en otras instancias institucionales.
4" Contribuir a la ampliación de los conocimientos acerca de los movímientoshistóricos regionales y locales con el objeto de fortalecer la enseñanza enla escuela básica y diversificada en lo relativo a los ritmos históricos propios
de cada región y de cada localidad.
5' Estimular la formación especializada de maestros y profesores en losasuntos atinentes a la investigación y la enseñanza de la historia de sus
comunidades y entidades federales. En ese sentido la Fundacióncontribuirá a la divulgación del conocimiento en manuales adoptados alos requerimientos de la enseñanza básica y diversificada.
6' Contribuir al mejoramiento del conocimiento histórico del país, a travésde los procesos regionales.
7" Contribuir a la difusión de los nuevos conocimientos que están apareciendoen los espacios historiográficos venezolanos.
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TIERRAFIRME
TIERRA FIRME
Revista de historia y ciencias sociales
Comité Editor:Arístides Medina Rubio, Pedro Calzadilla Alvarez, Luis Cipriano Rodríguez, Carlos
Viso C., Germán Cardozo Galué, Federico Villalba F., Belín Yázquez, Manuel
Rodríguez Campos, Tarcila Briceño de Bermútdez
y José Ramírez Medina.
Director: Federico Villalba F.
Asistentes a la Redacción: Alexandcr Tort'cs y Mikc Aguiar
Conse.io de Redacción:Cecilia Vivas, Manuel Beroes, Fabricio Vivas, Germitrr Yépez, Pcdro Calzadilla P.,
Enrique A. González O., Luisa Rodríguez, David Ruiz Ch., Alcjandro Mendible,
Francisco Javier Pérez y Zalcna Salazar.
Coordinador: Lioncl Muñoz Paz
Asistente a la Coordinación: Torrrás Straka
Traducciones al inglés: Carnten Isabel Rosales
Traducciones al francés: Carmen Isabel Rosales
Corrección: Rcina León Beretta
Corresponsales en el interior del país:
Magaly Varillas deBáez (Los Teques), Antonio Trujillo (San Antoniode los Altos), Armando Orasma (Sarrta Tcrcsa), Sandra Pércz (Maracay)'
Luis Rafael García (Valencia), Luis Carruido (San .loaquín), Luis Calcía Miiller(Barinas), Nelson Montiel (Barinitas), Niria Suhrcz (Mórida), Nóstor Abad
Sánchez (Tovar), Gladys Niño (San Cristóbal), Alcxi Bclríos Bcrríos (Valera)
Diana Rengifo (Trujillo), Ligia Bcrbesi (Maracaibo), Luisa Rodríguez
(Barquisimeto), Pedro Oropeza (San Felipe), Stevc Ellncr (UDO-Barcclona),
Aracelys Morales (Puerto La Cruz), Giovanis Medina (Cuma¡á), Ricardo Mata
(carúpano), Francisco Rodríguez (La Asunción), carnren villarroel (San Félix),
Juanita Buchollz (Puerto Ordaz), Ricardo Quero (La Villa), José Aquino(Calabozo), Manuel Camero (Valle La Pascua), Pedro Pablo Olivares
(San Fernando de Apure).
Diagramación: Daisy Portillo-JaimesImpresión: Formas Láser, C.A.
TMRRA 78FIRMErevista de historia y ciencias sociales
Tierra Firme. Caracas, Venezuela, Abril-Junio, 2002, No 78, Año 20, Vol. XX
Cocina al aire libre, por Camille Pissarro.'lbmado del Libro <Historia de Venezuela en Imágenes>. - Fundación Polar y El
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TIERRAFIRME
TIERRA FIRMERevista de historia y
ciencias sociales
Agradece el auspicio financiero del
Consejo Nacional de Investigaciones
Cientfficas y Tecnológicas (CONICIT)
y del Consejo Nacional de la Cultura
(coNAC)
Los trabajos publicados en Tierra Firme aparecen reseñados en: Social and
Human Sciencies Documentation, Unesco, París; Clase, Departamento de
Biblioteca Latinoamericana, México; Word List of Ciencies Socials, Unesco,
Francia; Sociological Abstracts, UCLA, Estados Unidos y RevistaInteramericana de Bibliografía, O. E. A., Washington, Estados Unidos.
TIBRRA FIRME. Revista trimestral arbitrada.
TIERRA FIRME. Año 20 - Volumen XX. Abril-Jun io,2002
SUMARIO
Presentación. 103
El crédito como lazo social. El caso vasco español(siglos XVI-XVIJ). Jean-Philippe Priotti. lll
La inmigración vasca y la constitucién de redes familiares enCentroamérica a mediados del siglo XVIII.Teresa García Giráldez. 129
La justicia como laboratorio para Ia historia. Relaciones personalesy recursos en procesos judiciales (Santa Fe, Rfo de la Plata, Siglo XVII).Darío C Bariera. 143
Prácticas del poder y configuración de identidades en Maracaibodurante la primera mitad del sigto XIX. Belin Vázquez de Ferrer yNereyda Feter. 167
El rol del matrimonio en las redes de integración delos inmigrantes europeos en la ciudad de Puebla (México),segunda mitad del siglo XIX. Un estudio del registrocivil.EvelyeSánchez-Guillermo. 189
La quiebra de la economla familiar de los Rubio en Guatemala:la historia de una red social de "antiguo régimen" al finalde la época colonial. Christophe Belaubre. 209
La arena pública de las ambiciones privadas. Relaciones socialesy asociacionismo en la difusién de la cultura burguesa:Juan Áharez y el Círculo de Rosario (1912-1920).Sandra R. Fernández. 229
Las relaciones Cataluña-Argentina. "sangre nueva" o crdnica de
la legitimidad anunciada. Gabriela Dalla Corte. 249
Reseñas y Recensiones. 271
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TTMRAFIRMERrvlsr¡ on Hnron¡¡ y Cruxc¡¡s Soct¡,nsPu¡¡,rcrc¡ów p¡ r.a Funo¡c¡óx Tunn¡ FrnmpAvenida Edison, Centro Comercial Los ChaguaramosPiso 9, Oficina No 9-9Telefax: (58-0212) 662.45.17 - 693.69.50Apartado Postal 47.687Caracas, l04l -4, Venezuela
TIERRAFIRME
PRESENTACIONTIERRAFTRI\{ERtlrsr¡ pn Hrsron¡¡ y Clpxcr¡s Socrn¡,ssCaracas, VenezuelaFundada en 19831983 - 2002, Números l-78ISSN:0798-2968Depósito Legal pp. 198302DF882
¿Por qué proponer a los lectores de laTierra Firme w dossier entomo a una temática
cuyo eje cenfal resulta ser algo ambiguo cuando
no contradictorio? Para el sentido común, el"Poder", de por sí, oftece toda una amplia gama
de posibilidades, desde lo político hasta loeconómico pasando, claro está, por lo cultural
y lo social. Recordemos nada más nuesüos viejos
libros escolares a parlir de los cuales se nos
enseñaba la Historia. En la propia forma
narrativa de aquellos manuales de nuestra
infancia o juventud, todo empezaba siempre
con el "acceso al poder" de tal o cual, sea éste
un rey, un presidente o un dictador. A línea
seguida, se enumeraban las realizacioneslogradas, o impuestas, durante su período de
"ejercicio del poder" como si nada pudiese
interferir en esta actuación. Cuando algún
obstáculo se presentaba, por lo general se
trataba de acontecimientos de tipo político-
militar -guerra, rebelión, revuelta...-, cuya
solución siempre se situaba en este mismo
campo de actuación. Por lo tanto, la percepción
o representación del poder ofrecida por dichos
libros escolares era como un ejercicio solitario
ouya esencia se fundamentaba más que nada en
un conflicto de fuerzas totalmentedesequilibrado a favor de aquellos que se iban
sucediendo en el poder. Dicha visión, que aún
no hemos abandonado del todo, se apoyaba
por lo tanto en una coltcepción de la historia
que hacía de lo político su elemento central.
Esta vieja historia, positivista, muchas veces
anecdótica y a la sazón patriótica, asumía como
un hecho incuestionable que el "ejercicio delpoder" sólo podía fracasar si quien lo detenta
mostraba alguna que otra debilidad o
incapacidad propia.
La apuesta de este dossier se insc¡ibe
exactanente en una hipótesis inversa. En los
textos aqui reunidos, el "ejercico del poder" no
viene a ser un hecho bruto ni elaborado de una
vez para siempre, de manera definitiva yunifomre. A modo de definición, se podría decirque, en la perspectiva tomada en cuenta aquí,
es un modo de actuar lentamente elaborado a
partir de estrategias concebidas por actores
sociales, tanto individuales como colectivos,
con la perspectiva de alcanzar, o de mantener,
una posición de poder particulam_lente atractiva
por los beneficios que de ella se consiguen o se
esperan. Sin enrbargo,.no todas las esperanzas
se concretan siernpre. Por lo tanto, en el'Juegodel poder" las ganancias de algunos significannecesariamente las pérdidas de otros, lo cual
supone la int¡oducción en el análisis históricode algunas variables hasta hace pocodescuidadas como pueden ser la incertidr.unbre,
los conflictos, Ios enores, todo ello en el origen
de los fracasos sufridos por los perdedores.
Esta conciencia del riesgo polifacético, inherente
a todo juego social, aun cudndo se trate del
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Correo AéreoUn año, cuatro volúmenes,
Venezuela:Suscripción normal:Suscripción de apoyo:
Extranjero:América Latina, USA, Europay otros Continentes:
Bs. 10.000,00Bs. 20.000,00
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poder, justifica para nosotros el concepto de
ambigüedad de los recursos que le h emos
asociado.
Por otra parte, cabe también insistir en ladimensión colectiva de esta aspiración hacia elpoder. Tal afirmación no tiene en sí nada nuevo,
salvo si nos detenemos a delimitar másconcr€tamente su contenido, Bien sabemos,
desde K. Marx y, más aún, con los trabajos
historiográficos que, en la línea de E. Iabrousse,
se reclarran de lallan:e¿daEcole des Annales,elpapel fundamental de las clases sociales dentro
de la historia. Sin embargo, a pesar de su peso
decisivo en la actuación colectiva, las clases
sociales no agotan la capacidad de sociabilidad
de los actores sociales. Mas aún, de Iapertenencia a tal grupo o a tal categoría social,
no se puede deducir automáticamente lapresencia ni la pertinencia de cualquier relación
de solidaridad o de identidad entre todos sus
miembros. De esta forma, sin negar laoperatividad y funcionalidad del concepto de
clases sociales para entender el funcionamiento
de las sociedades, aún las relacionadas a unpasado más o menos lejano, pareció pertinente
enriquecer el c ontenido de d ichos actores
colectivos considerando otras formas de
relaciones sociales. De ahí lanecesidad, común
a losdiversos trabajospresentados en este
dossier, de recurrir a una misma herramienta,
aunque desde múltiples perspectivas, comopuede ser la categoría de "redes sociales"configuradas en tomo al control diversificado
de recursos, los c uales incluyen tanto I os
económicos y estrictamente mercantiles, como
los judiciales, políticos, religiosos yparentelares. I De hecho, los vínculos sociales
constituyen en gran medida el fundamento de
la sociedad, y este es un hecho percibible a
partir de la aplicación analógica de la idea de la"red" en términos sociales, la cual posibilitaconsiderar a las personas en continuainteracción y en dependenciaunas de otrascomo si de un tejido se üatara. Como bien señala
John Scott, la utilización del vocabulariomatemático y el aprovechamiento de meliforastextiles pueden comprenderse por estanecesidad de dar cuenta de la "textura"delentramado social.2 El postulado del enfoque
de red implica entonces el continuo proceso decambio que afecta a las personas involucradasen la malla de relaciones, al tiempo querevitaliza la valoración de las relacionespersonales frente a la imagen de la estructura
social. Tal y como afirma F. Requena Santos,
"la interacción entre partes abstractas delasociedad -la familia, la economía, etc.- se
desanolla normalmente entre individuos reales
que se conocen unos a otros. Esdecir, se
producen en el interior de redes personales",3
En todos I os textos d e este d ossier se
debate y reflexiona acerca de las lógicas delfuncionamiento de las redes en la articulaciónde los diversos niveles de expresión del poder:
local, regional e imperial. En este sentido,representan una apuesta por el mundo de lasrelaciones sociales que condicionan, de diversas¡naneft¡s, a cada individuo tanto en el senofamiliar como en el espacio más amplio de lavecindad, de la amistad o de la lógica política,para acercarse mejor a las prácticas socialesproducidas dentro de las sociedadesconsideradas. El control de los recursos es elleitmotiv que adquiere derecho de ciudadanía
en todos estos análisis rclativos al capitalrelacional ya que condiciona claramente laconstitución de lazos -algunos fundados en lanecesidad instrumental y otros en un consenso
de nús lrgo alcance- que permitan el acceso a
esos misÍios recursos, En este s€ntido, las redes
que nos han interesado, en su multiplicidad yvariabilidd concret4 se concennan en el flujode penonas que tiende a repercutir en la propia
constitución de la red. Esta última no es
percibida sólo en términos de un dibujo que
recuerde el clásico sociogram4 sino como un
patrón d e comunicación, d e circulación d e
información, bienes, servicios y recursos. Por
ello, las redes que ve¡rx,s aparecer en las páginas
que siguar remiten a las relaciones de amistad,
paren&sco y vecindad, pero lo hacen tomando
cotno r€fer€nte el significado que &iu¡nen en la
vinculación humana"
En la mayor parte de los casos presentados
a lo largo de los diversos artículos compilados
en el dossler, es eüdente que las redes sociales
tiender¡ a mantenerse er¡ una ambigua posición
de infornnlidad y de fornnlidad. En los diversos
contextos estudiados, estas redes, quizas por
su propia naturaleza extraeconómica, permiten
configurar espacios legítimos de inserciónjudicial, política, económica, y en ello radica
tanto la i mportancia del c oncepto como I a
riquezadel contenido supuesto en este último.
Vemos que en estas redes sociales circula gran
parte de la información necesaria para actuar
en el espectro social, garantizando, en forma
paralel4 la asignación de recursos y de sujetos
concretos. Los beneficios de ésa realidad er¿n
perfectamente intuidos por las personas que
apr¡recen identificadas con nombre y apellido,
y cuya individualidad se resiste a ser
catapultada por un análisis abstracto que omita
laparticularidad yla peculiaridad de las
situapiones.
Un último c riterio que i ntervino en e I
monrcnto de reunir los textos propuestos al
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lector merece ser subrayado. Rompiendo con
un criterio historiográfico todavla dominante
en el caso latinoamericano, se ha consideradoque la ruptura polltica de la independencia no
es tal para el planteamiento desarrollado. De
hecho, los si€te trabajos q ue constituyen eldossíer cubren tanto el período colonial como
el nacional en varios palses de LaÍinoamérica.
No faltarán lectores críticos que consideren con
razón e sta decisión c omo un e lemento de
conftsión surgido de una innecesaria dispersióg
tanto cronológica conn geográfica Sin embargq
ac€ptamos el desafio y el riesgo como uria forma
de afirmar que los planteamientos aquídesarrollados no son propios de tal o cualpcríodo, de tal o cual espacio, Al insistiren las
dinámicas que los actores sociales son capaces
de desarrollar paraalcanzar uno o variosobjetivosrelacionados con lapráctica del poder,
se pretende favorecer el desenvolvimiento de
una reflexión comparativa, aspecto que es
todavia incipiente en la historiografíaamericanista. También nos ha parecidopertinente y sugestivoel hechode poder
confrontar modalidades de actuaciones entre
sociedades coloniales y sociedadespostcoloniales, c omo ha d emostrado hace
tiempoy enel campode lopolítico F.X.Gue¡ra.4 La idea de aprovechar sus propuestas
sobre el surgimiento de la modernidad al carnpo
social nos interesó en virtud de la posibilidad
de proponer nuevas orientaciones de reflexión.
De hecho, modalidades del funcionamientosocial propias del llamado "Antiguo Régiman"
no desaparecieron de la noche a la mañana al
ser alcanzadas las indepandencias. De lamisrna
manera, en ciertos contextos urbanos o,globalmente, mrás abiertos hacia el exterior y la'modernidad, los nuevos ideales o normas
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sociales-y, muy especialmente, la afirmación
del individuo en detrimento de lapertenenciaa
grupos o cuerpos apremiantes-- no esperaron
al siglo XIX para manifestarseespontárier¡mente. Nuestra apuesta, al aceptar
este amplio espacio tanto cronológico como
geografico como lugarde experimentación yde
análisis, consiste entonces en una forma de
acercarse a I a complejidad y la diversidad
latinoamericanas.
Tomando como eje de análisis el caso
vasco, J. Philippe P¡iotti muestra cómo las
estrategias familiares se organizaban dentro y
fuera del núcleo familiar aliededor de distintos
tipos de préstamos, tales como censos, juros,
préstamos clásicos y dote. El préstamo es
entonces analizado en clave de "lazo social" ya
que las redes tenían otra función: acfuaban
como garantía moral y financiera.S Desde esta
perspectiva, una de las traiciones mas grandes
que podían cometerse en contra del cimiento
de la red era tener actitudes "deshonestas" que
arriesgaran la permanencia de pactos y
contratos tanto explícitos como tácitos.6 Las
redes sociales reconstruidas por J. Philippe
Priotti muestran entonces la existencia de una
economía "grupal" preocupada por beneficiar
prioritariamente a parientes y aliados. Noobstante, lo esencial de este enfoque reside en
que ofrece una nueva lectura del papel de la
sociedad vasca dento de la monarquía castellana
para los siglos XVI y XVII. Los vascos, al ser
los principales acreedores capaces de prestar
fondos tanto al monarca como a los
conquistadores enviados a América, se
encontraron "naturalmente" en posición ideal
para ocupar cargos políticos y ejercerresponsabibilidades administrativas en el
"Nuevo Mundo". Al mismo tiempo, esta
práctica sistemática del cÉdito extrafamilia¡ les
permitió catapultarse en calidad de
intermediarios privilegiados a ambos lados del
Atlantico.
Al pensar el sistema judicial como un"laboratorio" en el que confluyen redespirsonales y lealtades --el uso de testigos es
clave en esta idea-, Darío Barriera se inserta en
un período histórico original, no sólo para la
sociedad colonial santafesina de la América
meridional, sino para todo el territorioconquistado por la Corona peninsular. El autor
conprueba que, con la finalidad de hegemonizar
el poder, los 'hotables" de Santa Fe, en la actual
Argentina, construyeron en torno a sí una densa
red social que se sostuvo de manera originalpor el uso condicionado de los recursosjudiciales. La contribución mrls importante de
D. Barriera es su hipótesis de que esas redes se
alimentaron no sólo de un proyecto homogéneo
y respetado incondicionalmente por todos los
interesados, sino también del conflicto entre
grupos d iversos, los cuales no dudaron enrecurrir a lajusticia para conseguir construir,
como afirma el autor, un pasado esgrimido en
un clarojuego de legitimaciones. La noción de
"laboratori<i" utilizada por el autor para hacer
hinc3pié en los ritos expue3tos y ensayados en
el seno del conflictojudicial, no nos conduce,
sin embargo, a la maximización de la distancia
entre el estudioso y el oljeto de estudio.T Por
el contrario, su aproximación nos aceÍcaaelementos verdaderamente signifrcativos de la
formajurisdiccional de hmer Derecho, así como
al .sentido otorgado por la sociedad en su
conjunto. La propia categoría elegida, la de
"laboratorio", elude considerar el propio debate
que alimentalos esfudios de casos, al poner en
tela dejuicio su eventual representatividad. Su
rlitllrl't,I
..,¡flffi,
estudio, finalmenten se inserta plenamente en
una de las variantes más novedosas de los
análisis relativos a las redes sociales. Nos
referimos a la ponderación del cambio y del
conflicto, así como de la coerción negociada
que supone el aprovechamiento de las
instancias jurisdiccionales.
La notabilidad, así como el aprovecha-
miento estratégico de recursos religiosos,judiciales y familiares, es también un referente
de análisis de Christophe Belaubre, quien
estudia el proceso de integración social de una
familia originaria de Madrid, los Rubio, en la
Guatemala de la segunda mitad del siglo XVIIIy principios del XIX. El interior de la catedral
guatemalteca, dice el autor, no sólo albergó la
actividad religiosa sino una jurisdicción que
parangonaba y hasta competía con la de la
Audiencia Real. La tesorería diocesana fue el
peldaño que sirvió a los Rubio para impulsarse
en este poder paralelo, ya que la actividad
administrativa y financiera caía bajo
responsabilidad de un mayordomo de renüas,
encargado de gestionar los fondos de las
capellanías y los diezmos. Tal como demuestra
C. Belaubre, esta dinastia tejió una red de
sociabilidad a partir del control de los recursos
materiales y simbólicos de la lglesia. La
particularidad de sus actoreE sociales reside en
que no incentivaron el establecimiento de redes
a nivel parentelar, es decir, contrayendo
matrimonio con miembros de las viejas familias
criollas. sino que buscaron el apoyo de la
Corona y, en particular, de la lglesia, para
integrarse social y culturalmente en la sociedad
receptora" La metodología utilizada por
Belaubre privilegia la densidad de los problemas
más que su carácter descriptivo y, de esa
man€ftr, las acciones valorizadas en su relato,
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si bien signihcativas a nivel local, permiten
comprobar la textura de la interconexión en un
sentido holístico.8 En síntesis, la significa-
local abre el escenario social para
mostramos qué era lo verdaderamente relevante
para las personas involucradas en las estrategias
patrimoniales. En el caso estudiado, emerge la
presencia fortalecida de la institucióneclesiástica como un poder potencialmente
privilegiado para garanlizar la continuidad de
las transacciones así como la acumulación de
recursos políticos y económicos controlados
por una red social. Este análisis, finalmente, se
inseribe en un campo más amplio que insiste
en pensar la culhrra de empresa como resultado
de los vínculos sociales y no sólo de la mano
"invisible" del mercado.
Un esquema claramente opuesto al de C.
Belaubre permite a Teresa García Giráldez
abordar la constitución de redes familiares
vascas en Centroamérica en el siglo XVIIItomando como punto de partida las alianzas de
familias y negocios, la proximidad local o regional
y el factorsocio-racial como criterio clifereirciador
de otros grupos con quienes entran en contacto
los vascos, los cuales constituyen su objeto de
estudio. Siguiendo una línea abierta por una larga
lista de obras dedicadas a los lazos de parentesco
como plataforma explicativa del vínculo colonial
que unió a España y Amfica, T Gmcía Ginildez
se centra en la peculiaridad vasca para mostrar
que los negocios con las colonias se apoyaban
en gran medida en las redes institucionalizadas
de parentesco. La red parentelar es aquí el nudo
del problema tanto como el desenlace de la
historia familiar, y ello porque constituye el
cimiento de los negocios durante el Antiguo
Régimen. Como bien ha descrito la situación
gaditana Paloma Fernández Pérez, "casa
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familiar y casa mercantil eran, en la práctic4una sola unidad regida por similaresprincipios".9 Los esfudios sobre el comerciohan demostrado la dependencia de este últimorespecto de los contactos fiables a corta y largadistancia, en especial en una época en que lossistemas de comunicación se caracterizaban porsu lentitud. La densa malla de lazos familiaresfue el dispositivo que permitió articular la redcomercial y el propio modelo colonial a partirde la conectividad múltiple de diversos tiposde vínculos, no sólo de parentesco, pero queencontraron en estos últimos la simiente m¿ás
propicia para su configuración.10 Lacentralidad del parentesco espiritual -a vecesdenominado "ficticio"*, de las alianzas yde laconsanguinidad, permitía mantener elmonopolio explicativo en €ste terreno. Elmatrimonio y el tejido parentelar-espiritual ypor consaguinidad- no constituían un asuntoprivado sino una alianza pública, controladapor el resto del grupo familiar. A tavés delmétodo prosopográfico, García Giráldezcomprueba que los vascos consiguieron constifuirun grupo social hegernónico haciendo uso de unregistro variado d e estrategias económicas,sociales, políticas y culturales. El densoentramado garantizaba no sólo la seguridadpatrimonial, sino también el mantenimiento dela propiedad privada y de la vida" y lo hacía porla combinación entre pafiones élricos comunes,los cuales daban a luz la protección política. Lared social dibujada por la autora a través de laconcierzudarecopilación de fuentes de prfurrcramano permite comprobar el rol de las personasde carne y hueso en el crecimiento económicofamiliar; también permite intuir que lacompetencia empresarial se fundó menos en lalusha entre personas individuales que en las
múltiples redes que competían entre ellas por elcontrol de los recursos existentes. Esta ideallevaría a disminuir la preferencia analíticadepositada e n las .. firmas" para t omar enconsideración los vínculos interpersonales, enespecial en un contexto espacial caracterizadopor la distancia geognáfica entre la localidad deorigen y la de residencia.
Belin Vázquez de Ferrer y Nereida Ferrer,por su parte, abordan el tema del poder enMaracaibo a través de tres categoríasconceptuales: redes, identidades y dimensionessociales. El perlodo elegido les permite aplicarla perspectiva de la larga duración con lafinalidad d e comprender la naturaleza delcomportamiento d e los actores sociales enaquella área venezolana y en un contextohistórico de profundos cambios. Desde esaperspectiva, las autoras revelan su imaginariosimbólico yexplican el poder social comopráctica y representación. Los resultados dancuenta de lo que identificaba y cohesionaba alos vecinos de esta ciudad portuaria. para ello,estudian el poder desanollado en un procesode intermediaciones que reproducían lasacciones, intenciones y decisiones de quienesparticipaban en la diruimica social. Ejemplo deello lo constitula el intercambio cotidiano entreactore3 significativos que se entrecruzaban,taspasaban y creaban continuamente nuevasfronteras. Ips actores sociales elegidos por BelínYázquez y Nereida Fener aspirabanindudablemente a reconstruir el mapa socialentretejido en las esferas política, económica,jurídica y eclesiástica, al igual q ue en lasdiferentes formas asociativas tradicionales ynacisntes. Estas múltiples acciones descubrenlos campos de formación de vínculos en laestructuración de r edes g ue d aban I ugar a
encuentros ydesencuentros en la práctica
social. Identificar estas prácticas y sus
significaciones en un contexto de cambios
históricos, es clave para comprender las
identidades individuales y colectivas que se
concretaban en accion€s singulares y plurales.
Para d evelarlas y d escubrir la I ógica de I a
dimensión social del poder, se recure a log
fondos eclesiásticos, civiles y notariales, asl
como a la conespondencia privada y a los
papeles privados. Todos estos recursos
documentales aportan datos para reconstruir
la üda cotidian4las pnícticas de moral cristiana
y el cumplimientó de la vida sacramental, así
como el tejido social de la red y su dinámica.
Sobre este complejo panoramaque articula
múltiples espacios de representación y el papel
jugado por los inmigrantes en tiena también
americana, e n este caso mexicana, E velyne
Sánchez se interesa por las redes tejidas por
los diplomáticos europeos, en particularfranceses, a lo largo del siglo XIX. Su objetivo
reside en comprobar cómo la inserción en el
espacio es una de las formas en que se manifiesta
el Estado en la vida cotidiana. La autora aborda
el ¡imbito de la diplomacia como insumo de los
vínculos de carácter inte¡nacional y en su
calidad de espacio creador, es decir, como una
dimensión del Estado moderno que aparece
menos como un i nstrumento q ue como unespacio que ocupa y se deja ocupar por los
vínculos que se producen en su interior.llHaciendo uso de una documentación inédita
conservada en Puebla, E. Sánchez pone en
discusión un axioma que se hareiterado en los
estudios sobre los inmigrantes franceses enMéxico. En general se ha afirmado que I os
inmigrantes apoyaban las políticas europeas
llevadas adelante por I os diplomáticos. La
"r.]st3-.:.1
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autora, en cambio, compnrebe que muchos de
esos inmigrantes se iden*ificaban mucho més
con los intereses del país receptor que con los
de la nación de origen, ya que un buen número
de etlos prefirieron ligarse y apoya¡ a sectores
sociales locales para disminuir el peso de las
redes que les mantenían unidos con otros
grupos más allá dcl Atlántico. Esta hipótesis
es comprobada mediante un análisis puntual
de las ¡edes tejidas por los diplomáticos, un
ma¡co que permite analizar desde el punto de
vista inst¡umental tanto las relaciones de
transacción como las dc autoridad y poder.12
La perspectiva que los textos compilados
consensúan en presentarnos es la de vínculosy lazos que se organizan en sentido procesual
yque modifican su constitución en función del
propio cambio histórico. Desde estaperspectiva, la red no es sólo una estructura
invisible y real en la que está inserto elindividuo, una imagen que quizás nos remitiríaa posicionar de manera ahistórica, sincrónica ypuramente formalista tanto a los actores comoa los v ínculos. El d ossier presentado pone
énfasis en I a gran c apacidad de a utotrans-
formación de las redes sociales a partir de lapropiavoluntad subjetiva de sus miembros.
Tal proceso necesita de una constantetransaccién ynegociación entre ellos para llegar
a un acuerdo en las expectativas sobre las cosas
-en e I mejor s entido adoptado p or Hans-George Gadamer* mas que sobre las opiniones.
Quedaría la pregunta -muchas veces presente
tácita o explícitamente en estudios históricos,
antropológicos y sociológicos- acerca del rolque le tocajugar a los análisis en clave de "redsocial", es decir, si coresponde considerarlos
un área específica y especializada, si merece eltratamiento de cuerpo teórico, o si se trata sóio
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TIERRAF{RME
de un corpus metodológico.l3 Hay quienesprefieren pensar las redes de relacionespersonales como un mero método heurísticode ordenación de datos cuya finalidad es, lisa yllanamente, la interpretación de trayectoriasindividuales y colectivas y la evaluación de lacapacidad de acción de las personas. Desde
esta perspectiva, las redes no suprimirían laposibilidad de un orden social mas global, pero
tampoco quedarían reducidas a reconstruirbiografias personales o de grupo que pocopodrían hacer para explicar el tejido derelaciones.14 Ot¡os autores, como H. G.
Gadamer, proponen pensar la "red social" como
una "categoría histórica", es decir, como algo
mas que el concepto de una época o el.conceptohistórico de un estilo. Una categoría histórica,aflrm4 tiene que ser casi suprahistóric4 es decir,no debe designar cualidades que se atribuyan a
determinados fenómenos históricos, "sino un
modo característico del mismo ser histórico".l5La c ategoríá "red social" se n os presenta
entonces en toda su plenitud con ese bagaje de
historicidad q ue, a su vez,habilita para su
aplicación en el estudio d e fenómenos más
globales. Nuestra ilusión es que los textos aquí
compilados contribuyan a profundizar una
reflexión y un debate que apenas acaba deacercarse a las riberas de la historiografiarelativa a Amé¡ica Latina.
Michel Bertrand
Gabriela Dalla Corte
NOTAS
I Véase sobre esta categoría, Michel Be¡Fand ,,De la familiaa la red de sociabilidad", en R€vista Mexic¡na deSociología, Vol. 61, nún 2, abril-jmio, México, 1999,pp. 1 07-l 35.2 John Scott Social Network Analysis, A HandboohLondon, Sage Publications, I 991, pp.4-5.3 .Félix Requena Sattos Amigosy red€s soc¡ales.Elementm par¡ una sociología de la ¡mistad, Madrjd,Centro de Invesügaciones Sociológicas (CIS) y SigloXXI Ed., 1994, p.48.
4 F. X. Ouerra Modemidad e independencias, Emayossobre las revoluciones hispánicas, Editorial M apfre,Madrid, 1992 (reedicióu por el Fondo de CulturaEconómica, México, 1993).5 Charles Jo[es "Entrepreneu¡ial Networks in BuenosAires", en Miclrael Moss y Anthony Slav€n Entrepr€-neurial networls ¡nd buslnes culture, Sevilla, Univer-
_ sidad de Sevílla, 1998, pp. 105-l'14, cita de p. 108.6 Ma¡k Casson "Entrepreneurial Networks: A TheoreticalPerspective", en Michael Moss y Anthony SlavenEntrepreneurial..., cit., pp. l3-28.7 Al respecto, véase Robe¡t Emereon,,Inhoduction", enContemporary F ield Research, A collection o fReadings, Boston, Toronto, Little-Brown andConpany, 1983, pp. l-16.
I Cfr. RenatoRos¡ldoCulture&Truth,TheRemakingof Social Analysis, Boston, Beacon press, 1989.9 Paloma Femández Pérez El rostro f¡míliar de la
'metrópoli. Redes de pa¡ent€sco y lazos mercantil€s
- en Cádizb 1700-1812, Madrid, Siglo.XXI, 1997, p. 259.l0 Gabriela Dalla Corte Vida í mort d'una ¡v€ntura ¡lRíu de la Plata, Jaime Alsina i Verjés, t770-lB3ó,Colección Biblioteca Serra D'Or, Barcelona,
.. Publicacions de l'Abadia de Montsenat,2000.I t Roger Bartra Las redes imaginarias del poder político,
México, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM,Ediciones Era, 1981, p. 257.l2 Fétix Requena Santos Redes soclales y mercado detrabajo. Elementos p¡rr una teoría del capitalrelacional, Madrid, Cent¡o de InvestigacionesSociológicas (CIS) y SigldXXI Ed., 1991, p.43.
13 John Scott Social Network..cit.l4 Re¡.na Pasúor "Diferenciación, moülidad social y redes
de relaciones en g¡upos intermedios inferiores.Comunidades campesinas y foreros en el Monasterio deOseira, siglo XIU ", en Reyna Pastor (et.al.)Tl¡nsacciones sin m€rcado: Instituciones, propiedatly redes soclales en la G¡licla monástica, 120G1300,Biblioteca de Historia, Madrid, CSIC, 1998, pp. 193-244. Véase en particular del libro colectivo, pp. 26-29.
15 Hans-George Gadanrrverdad y Método, Fuodamento!de una herme¡éutic¡ filoséfica, Salamanca, Siguerne,1991, p. 356.
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TIERRA FIRME
Tlcnl Ftmc. C ms - VocaelaN' 78. Alo 20 - Vol. XX, pp. I I I - I 27, 2002
El crédito como lazo social.El caso vasco español(siglos XVI-XV[)
Jnlrr¡-PHluppE PRrorrrCnNTn¡ DE REcHERCHE EN HISTOIRE ATLANTIQUE ET LITToRALE
(UNwnnsrÉ DU LrrroRAL)FnnNcs MÉruproNru-e Er EspAcNE DU MoyEN-AcE Á Nos JoURS
(Tourouse II La-Mnr,rr)
RE$UMEN: En este artículo se muestracómo las estrategias familiares seorganizaban dentro yfuera
del núcleo familiar alrededor de distintos tipos de préstamos, tales como censos, juros, préstamos
clásicosydote. Elpréstamoesentoncesanalizadoenclavede"lazosocial"yaquelasredesteníanotra función: actuaban como garantía moral y financiera. Desde esta perspectiva, una de las
fraiciones miis grandes que podían cometerse en contra del cimiento de la red era tener actitudes"deshonestas" que arriesgaran lapermanenciade pactos y contratostanto explícitos como tácitos,Las redes sociales reconstnridas poi el autor muestran entonces la existencia de una economía"grupal" preocup¿da por beneficiar prioritariamente a parientes y aliados.
PALABRAS
familia.
redes sociales, mentalidades, microeconomía, de la
sí como se desarrolla en el
centro del funcionamientoeconómico, el crédito se
encuentra en la articulación
de las relaciones socialesl.
Para poder refinar lacomprensión del éxito de cual o tal otro grupo
de ernpresarios, resulta oportuno pues estudiar
sus estrategias sociales en términos de crédito.
En este trabajo analizaremos, fuera del ámbito
familiar, los anticipos de dinero y préstamos
personales realizados por un grupo de familias
de mercaderes vascos al rey y a miembrosdestacados de la nobleza (militares, clérigos yfuncionarios reales). Resulta que gracias a sus
¡ecursos monetarios, estos grupos "vascos" deparentesco se welven auténticos brokers de
miembros de lás élites vasco-castellanas y del
mon¿¡rca en los campos económico, político yreligioso. De este modo, manipulan yhastacierto punto orientan las decisionesgubemamentales a su favor, y se adaptan mejor
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TIERRA FIRME
que cualquier otro grupo a los cambioscoyunturales dadas las i nteracciones que
existen entre guera, comercio, enseñanza yconquista espiritual. En este sentido, el estudio
de las actividades de la familia Recalde y sus
parientes y aliados es muy sr¡gestivo y dignode un análisis en profundidad.
DONES, ANT¡CIPOS Y PRÉSTAMOS DEDINERO: LOS MERCADERES€UERREROSY EL REY
En la época medieval, y en particulardurante I a guerra de Cien Años, los va.scos
prestan servicios financieros y de armas tanto
a los franceses colno a los ingleses. Comocontrapartida, reciben privilegios económicosy sociales que refuerzan su presencia comercial
en Europa occidental. Por otra parte, durante
la Reconquista, el uso del dinero y de las
fuerzas arnadas de las élites vascas por los
nlonarcas castellanos abre paso a corrientes
comerciales haciaAndalucía, confroladas hasta
cierto punto por los comerciantes del Norte.Pero, en este caso, los envíos de material de
guerra, soldados y navíos a Sevilla preexisten
al desarrollo comercial entre el País Vasco yAndalucía2 mientras que durante la guerra de
Cien Años no hacen mils que reforzar contactos
comerciales ya establecidos. Este movimientoguerrero y comercial del norte al sur da lugar
al establecimiento de una colonia vasca
importante en Sevilla, a partir del siglo XIII,lo que explica la participación de los vascos
en las empresas de ultramar. La presencia de
los vascos en Andalucía se explica también por
la concesión del señorío de Huelva al potente
Señor de Yizcaya, don Diego López de Haro
V, por parte del rey de Castilla. Es preciso
señalar que d esde al menos el s iglo X, I os
Señores deYizcaya se enfrentan y colaborancon los reyes de Castilla3. Es decir queparticipan activamente en la construcción de
la monarquía hispana. Su poder es decisivo en
la política castellana. Aprincipios del sigloXIII, el Señor de Yizcaya, don Lope Díaz de
Haro II, figura principal de la Cofie, se cosa
con la hermana del monarca castellano4. Lafamiliaridad de los Señores de Vizcaya con losmonarcas se d esprende de I os servicios d e
dinero y armas en compensación de los cualesreciben tienas y otros favores. El traslado delseñorío a Íunos del monarca castellano nohace más que confortar la colaboración entre
el rey y las élites vascas.
Así como durante la Reconquista, la luchapor la sumisión de los indígenas en el NuevoMundo precede I a expansión c omercial yconquista espiritual española. Este desarrollogueirero y económico permite a las provincias
vascas poder contar con la flota nrás inrportante
de los reinos Ce España a finales del siglo XVy principios del siglo XVI. No es extraño pues
que algunos linajes vascos participen en ambas
actividades. Un buen ejernplo de estas fbmiliasde mercaderes-guereros es la de los Recalde
cuyos miembros echaron raíces tanto en
Vizcaya como cn Guipúzcoa. Aprincipios del
siglo XVI, ocupan ya los puestos clave de las
Casas de Contratación del Atlántico español,
Juan Martínez y su herhrano Sancho LópezdeRecalde en Bilbao, Juan López de Recalde,
factor de la Casa de Contratación desde I 5 I 0,
en Sevilla. Además, figuran entre losnavegantes y armadores de más confianza de
Carlos V y sus sucesores. Como tales,desempeñan el papel de proveedores de lasarmadas del rey enYizcaya. En otros términos,
a principios del siglo XVI, son a la vez
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comerciantes y miembros de 1a administración
militar. Y por si fuera poco, el primer general y
fundador de la compañía de Jesús, Iñigo López
de Recalde, pertenece a este mismo linaje' Esta
familia y sus allegados nos servirán de guía en
este trabajo.
El servicio de armas
al rey genera dones Yanticipos de dinero Porparte de las élites vascas.
En 1534, en las armadas
reales que se deben de
encontrar en Cerdeña Para
enfrentarse con Barbarosa
"1500 Biscayans are
going at their own
expense".s A semejanza
de los servicios Prestados
a los monarcas extranjeros,
Ios vascos reciben
contrapartidas : entre otras
prerrogativas se confirma
Analizaremos los anticiPos de
dinero realizaóos Por un
gupo de familias alreY Y a
miembros destacados de la
nobleza. El estubio de las
actividades de la familiaRecaldi y sus Parientes Y
aliados es muY sugestivo Y
digno de un análisis en
TIERRA FIRME
them, to serve him on all occasions"'8 Los que
se encargan de la organización de la guerra o
logran distinguirse por sus actuaciones
heroicas, reciben favores personales y a
menudo ingresan en la administración militar.
Para el armador, la construcción de navíos de
guerra por cuenta del
rey significa anticiPos
de dinero. Después de
haberse terminado la
construcción de seis
galeones, un armador
de Bilbao reclama
4.000 ducados que el
rey le sigue debiendo.g
No sabemos si logra
recuperar su dinero,pero sí consigue ser
nombrado superin-
tendente y capitán de
1os soldados resi-dentes en las cuatro
villas de la costa.
En Elorrio, como en las demás villas
vizcainas, cuando se necesita reclutar a
soldados, son los regidores de la villa y el
alcalde quienes proceden a la elección del
capitán de guerra. El rey les encarga el
aparejamiento de la armada, lo que significa
adelantos de dinero de su parte y de la del
conjunto de vecinos de las villas'10 Se entiende
mejor por qué son ellos los que eligen al
capitán de guerra. A través de estos dos
ejemplos, podemos observar cómo las lógicas
de funcionamiento que permiten asociar a una
actividad meramente económica un grado
militar evolucionan a base de entregas previas
de dinero. Cabe señalar que los puestos en la
administración militar se consiguen tanto más
protundidad.
la nobleza colectiva de los vizcaínos y
guiprucoanos, se protegen los distintos sectores
de su economía y hasta cierto punto se les
conceden exenciones fiscalees.6 Cincuenta
años más tarde, la defensa del imperio sigue
estrechando las relaciones entre el monarca y
las élites vascas. En un momento en el que el
Atlántico se ha vuelto el principal teatro de la
guerra, los monarcas recufren cada vez más a
las firerzas navales y al dinero vasco.T Esta
participación les vale compensaciones. En
efecto, "the spanish king has granted the
Biscayans certain privileges, with a promise ofpayment, ofa yearly pension ofmone¡ upon
condition.that they shall have always in
readiness 50 ships of500 tons and above, with
2000 solciien and mariners for the manning of
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fácilmente cuanto que los vizcaínos yguipuzcoanos son todos nobles. Es decir que
la confirmación de privilegios con referenciaa un territorio, como es la hidalguía universal,debida a los servicios de dinero y armas delconjunto de habitantes de I as provinciasmarítimas del pueblo vasco, sirve de estribo a
los miembros de las élites vascas para su
carrera. Por otra parte, los mercaderes-guerreros que pertenecen a estas élitessuscriben rentas de Estado parareforzar el lazo
creado con la persona real.
Estos anticipos de dinero del conjunto delpueblo vasco más los préstamos a largo plazo
otorgados por sus miembros más ricos funden
los intereses de las élites vascas con los de la
monarquía. Al participar en la formación del
imperio y en su defensa, se vuelven criados
del r ey. Así, I os miembros d estacados delpueblo vasco tienen una relación directa con
la principal fuente de poder: al lado de los que
consiguen un puesto en la administraciónmilitar, otros cargos ! actividades se derivan
de estos préstamos. Aprovechandose de las
redes de negocios de los mercaderes-guerreros,
el rey cuenta también con diplomáticos, espías
y hastapistoleros vascos procedentes del
medio mercantil o vinculados a éste último.
El dinero adelantado al rey para laconstrucción de barcos y la organización de laguerra genera el aumento de la flota. A su vez
la e xte¡sión de I os tenitorios conquistadospromueve la construcción de nuevos barcos ypor lo tanto mrís anticipos de dinero de parte
de las élites marítimas, en particular vascas.
Además, los privilegios reales otorgados en
consideración de estos servicios refuerzan laposición comercial de estas élites y de sus redes
sociales en Europa. De e sta relación mutua
entre guerra y corirercio se desprende que losvascos tengan un cierto grado de control sob¡e
la circulación de I a i nformación m ilitar yeconómica entre los reinos de España y sus
territorios europeos (en particular los Países
Bajose Italia), yentre éstosy los de sus
enemigos. Por su mediación, el monarca tiene
relación con el exterior. La inversión de su
dinero en la guerra empuja a los me¡caderes-
guereros d el País Vasco tanto a dirigir I a
guerra como a mantener la paz. -No son los
únicos en hacerlo, pero tienen un lugarprivilegiado, también fruto de su peso históricoen la formación de Castilla, dentro del núcleode representantes p ersonales del r ey en I os
asuntos exteriores europeos. De este modo, los
vascos tienen un acceso aún más privilegiado
a la información política y milita¡ lo que no
deja de ser una ventaja para sus negocios. En
resumidas euentas, préstamos y anticipos de
dinero en épocas de guerra desembocan en que
miembros de las élites vascas desempeñen una
funciBn de intermediarios ymediadores del rey.
Comola conquistade Américaes en
buena parte privada, la actuación de losmercaderes-guerreros tiene dos aspectos. Enprimer I ugar, participan d i¡ectamente en I aguerra: miembros de la familia Recalde actúan
tanto en [a Conquista como en la defensa de
América. Juan López de Recalde, homónimo
del contador de la Casa de Contratación de
Sevilla, es señalado como fundador de
Arequipa junto a Lope d e ldiáquez, ambospartidarios de Almagro.I I .Pero la a ctividad
militar no desaparece del todo con el fin de la
Conquista. A finales del siglo XVI, un tal Pedro
de Recalde, de Azcoitia (cuna de la ramaguipuzcoana de los Recalde), va e Chile a
prestar sus servicios.l2 Gasta sumas
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considerables al defender Valparaíso conha los
araücanes. Antes de que Recalde salga por su
segunda misión, el capitán general y
gobernador Quiñones 1e da el título de capitán
de guerra. Hasta entonces, Recalde había sido
capitán de barco en el trayecto El Callao-Valparaíso. G racias al dinero adelantado,
consigue integrarse en la jerarquía militar. Aligual que sus paisanos en Vizcaya, loga asociar
a sus actividades económicas un puesto militar.
Pedro no se contenta con esto. Exige de los
oficiales de la Real Hacienda que revisen la
información de sus servicios y la certifiquen.
Después de varias expediciones militares, su
barco naufraga en 1600. El capitán general le
nombra entonces corregidor de la ciudad de
Valparaíso. En aquella época, además de sus
negocios y de su función militar, puede contar
con un puesto de representante del viney del
Perú. Ya incorporado en la adminishación, pide
que se le devuelva el dinero gastado por el
servicio real.
Pero, ¿cómo es que Recalde llega a
Valparaíso? Gracias a su ftnción de
intermediación económica (transportista) entre
el Perú y Chile se entera de la rebelión de los
araucanes de diciembre 1598 y de la muerte
del segundo gobernador de Chile MartínGarcía Oñez d9 Loyola, a manos de los
indígenas. El asesinato del gobemador, sobrino
del fundador de la compañía de Jesús y por lo
tanto pariente de Recalde, hace necesario el
envío de tropas sin lasque no se puede
mantener la presencia española en Chile. Como
Pedro de Recalde, Ascencio de,Zabala y Felipe
de Axpé, otros vascos, todos capitanes de
navíos en el trayecto El Callao-Valparaíso están
asentados en Chile a principios d el siglo
XVU.13 No es extraño que Ascencio de Zabala,
TIERRA FIRME
al seguir un camino sin duda bastante simila¡ al
de Pedro, aparczca como corregidor de
Santiago, otro puestode representación del
viney del Peru en Chile.
Los vascos aparecen entre los financieros
de I a C arrera de Indias y prestan también
fondos y servicios a los conquistadores, sean
vascos o n o. Alrededor de cada n úcleo d e
conquistadores actúan financie¡os vascos. En
los años 1520, Sancho Ortiz de Urrutia,vinculado por lazos mercantiles con losRecalde de Sevilla, presta 2.000 pesos al
almirante Colón y a Diego Ordás.la En I a
relación mantenida por I os vascos c on el
conquistador, los préstamos se combinan con
relaciones matrimoniales. Sancho López deAgurto, mercader y capitán vasco, cuya familiajunto a la de los Recalde está presente enSevilla, Amberes y Burgos, y dirige el
consulado de Bilbao, se casá con Bernarda
Pérez de la Tore, de una familia de allegados
de Cortés.Is Miguel de Ibarua, por su parte,
llega a Nueva España con Cortés y uno de sus
compañeros, Juan de Tolosa, acaba por casarse
con una hija ilegítima del conquistador.16 En
1528, Sancho López de Agurto y Juan de
Urrutia, sobrino de Sancho Ortiz de Urrutia,tienen casas que lindan con otras que habíanpertenecido a Miguel de Ibarra. l7 Todos son
a la vez mercaderes, capitanes y propietarios
de navíos con estrechas relaciones sociales
entre sí.18
Este Miguel d e Ibarra es uno d e losconquistadores que apoya a Nuño de Guzmán
en su carnino hacia el norte de México. Los
Ibarra y su red desempeñan un papelfundamental en la conquista y en lacolonización del no¡occidente de México.Financian y hacen la guerra; fundan y
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gobiernan las principales villas.le Para
recuperar la inversión de 200.000 pesos
Diego de Ibarra consigue en 1562 que su
suegro, el virrey Luis de Velasco, nombre
gobernador a Francisco de lbarra.20 Las
"apuestas" de dinero sobre tal campaña
militar o tal otra no se hacen al azar. Estánrespaldadas por vínculos matrimoniales o
nexos económicos tejidos tanto en Méxicocomo en la Península.2l Otro grupo de vascos
defiende la causa de los Pizano con annas,
mercancías y dinero mientras que otros mrás
son antipizarristas. 22
Al fin y al cabo, por su s adelantos d e
dinero los vascos logran establecer un lazo
social con las que controlan las fuentes delpoder: la realeza, sus representantes en el
Nuevo Mundo y los conquistadores. Después
de haber controlado buena parte de las
expediciones de armas de Sevilla a la Nueva
España -el Faís Vasco es uno de los primeros
productores de armas de la Península-, que
formaron el grueso de los envíos hasta I 503 yluego entre el área azteca y andina, se
encontraron en una posición privilegiada para
extender su s redes comerciales, tanto más'cuanto que hasta 1570-80, al menos el 80%
del armamento de la Carrera procede de lacosta vasco-cantihrica.Z3 Se entiende mejorpor qué los conquistadores y los representantes
del rey en el l¡truevo Mundo se dirigen con
preferencia a ellos. En este sentido, lospréstamos se combinan con su función de
transpoñistas, lo que les vale la obtención de
títulos militares y puestos de representación
política del rey o del virrey que favorecen la
construcción de una red social.
LOS HOMBRES DE NEGOCIOS VASCOS YEL CLERO: PRÉSTAMOS Y MAYORDOMíAS
Volvemos a encontrar a los Agurto, IbarrayUmrtia intercambiando dinero y servicios degestión e intermediación cont¡a favoies con el
obispo Zumárraga. En los años 1539-40,Sancho L6pezde Agurt2a presta dinero a
Zumánaga, primer obispo de México,originario de Durango, en Vizcaya.2s Esto levale de inmediato el puesto de mayordomo del
obispo y por lo tanto la gestión de sus negocios.
Ademas, dos de los diez hijos de Sancho entrany perrnanecen e n el s ervicio de Z umárragahasta su muerte en 1548: Pedro y Diego López.
Gracias al apoyo del clérigo, Pedro se vuelveuno de los diez primeros estudiantes de laprimera universidad del Nuevo Mundo.y ocupa
a continuación el cargo de rector del colegiojesuíta de San Pablo y de prior del conventode San Agustín de México. En 1573, se lenombra calificador de la Inquisición cuyafundación en la Nueva España debe mucho a
Zumánaga.26 A finales del siglo XVI, Pedro
es nombrado obispo en las islas Filipinas, hasta
su muerte en ló08.27 Diego López, por su
parte, se vuelve canónigo de I a catedral ycapellán de la Real Audiencia.2s
A través de préstamos d e dinero a unmiembro destacado del clero, Sancho obtieneun puesto de gestor de los negocios del obispo,
lo que le da acceso a informaciones de todo
tipo, tanto de carácter religioso como seglar,
Este puesto es idóneo para favorecer a
miembros de su parentela al ponerles en
contacto con el obispo.29 Asimismo, Ie permite
alargar su propia clíentela. Por otra parte, al
integrar a algunos de sus hijos en el serviciodel obispo, logra establecer un lazo entre laiglesia y la administración vineinal en la que
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él mismo desempeña varios cargos. Asimismo
consolida sus relaciones económicas con los
fbana instalados en el norte de México, que
son parientes del obispo. Asistimos, pues, a
una compenetración de las actividadesreligiosas, guerreras y económicas de los
hombres de negocios vascos, a partir de su rolde finar.rcieros y de intermediarios-mediadores.
Estos puestos de mayordomos son esenciales
para la construcción y articulación de una red
social.3o
Rodeado por mercaderes-gueneros como
los Agurto, los Urrutia e lbarra3l -prestamistasy/o parientes del descubridor, y al necesitar su
dinero, sus ba¡cos y sus redes comerciales-, es
lógico que el obispo franciscano Zámanaga,
llegado al Nuevo Mundo en diciembre 1528,
se hayainclinado afavor de Cortés y haya
identificado el partido del conquistado¡ al buen
trato a los indios. En una carta mandada en
1 529 al monarca, el obispo acu saaYeltuquez,gobernador de Cuba, de crueldad hacia los
indígenas.32 Esto no impide que Zumírragatenga esclavos en su casa y que los Agurto,inclusive los frailes, los Um¡tia y los Ibanahagan el comercio de esclavos.33 Sea lo que
fuere, el obispo y los miembros influyentes de
su red social arbit¡an de cierta manera el debate
entre Cortés yYeWquez e informan al rey de
las actuaciones de sus funcionarios. Tomaposición en el debate pues pide la destitucióny confiscación de bienes de los oidores. En
esta misma carta, muesffa que la Audiencia está-actuando de maneraparcial al otorgar los
repartimientos de indios de los conquistadores
de la facción de Cortés a los funcionarios ysus allegados. Zumárraga desempeña un papel
importante en la destitución de los poderes de
la primera Audiencia.34
TIERRA FIRME
Sigamos la huella de Don Martín Cortés,
hijo del conquistador, quien hace los ejercicios
de San Ignacio en Alcalá y decide entrar en lacompañía de Jesús. En I 56 I , trata con el padre
Nadal, en Toledo, de dar un colegiojesuíta en
México en virtud del testamento de su padre35,
cuya proximidad del medio mercantil-guerrerovasco no pudo hacer menos que tenerinfluencia en esta decisión. En 1a capitalnovohispana, las familias acaudaladasfinancian Ia fundación del colegio de S an
Pedro y San Pablo, de la compañía de Jesús.
La oferta de dinero para la fundación autorizaque cada uno de los fundadores presente su
colegial, el cual tiene derecho a gozar de ocho
años de beca.36 A pesar de que se desbaratara
la fundación por las contiendas entre los treintapatrones que ocupan el gobierno del colegio,es obvio que los vascos participan en estos
dones y préstamos. Los Agurto son losprimeros en aprovecharse de estas fundaciones.
En los años 1580, Pedro Diaz de Agurto es
mayordomo del colegio de San Pablo y San
Pedro de México. Por otra parte, un talCristóbal de Agurto es fray en uno de ellos en
1578 mientras que Pedro López de Agurto, hijode Sancho López, es vicerrector y luego rector
de San Pablo.37 En este otro contexto,encontramos a miembros de las familias de
mercaderes-guerreros, en los puestos clave de
gestión y representación de las institucionesjesuítas.
Y así como el obispo, los jesuítasdesempeñan el papel de mediador en las riñaspolíticas y económicas, y constituyen un apoyo
de interés para los negocios de la red "vasca",
En P otosí, a p rincipios del si glo XVII, u n
grupo de empresarios, formado de vascos y sus
allegados, controla además de la explotación
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T]ERRA FIRME
del mineral la mayor parte de los cargosmunicipales y reales. Se enfrentan con otra
facción constituida en buena proporción de
andaluces y extremeños. Parainducir alasautoridades a usar mano fuerte, ciertosreligiosos actúan bajo las consignas del bando
vasco. Entre ellos, figura un padre de lacompañía de Jesús.38 Yparece ser que elgntramado de lazos trazados hasta ahora entre
los mercaderes-guerreros vascos, el rey y los
altos dignatarios de la iglesia nos remita a la
historia tanto familiar como personal de IñigoLópez de Recalde, el futuro San Ignacio de
Loyola. De hecho, en la mente y en las
actuaciones de este personaje encontr¿¡mos el
cruce de valores militares, comerciales y
religiosos. Dejoven, Iñigo defiende en Navarra
lo ganado por los Reyes Católicos.39 Se pone
también del lado de los Reyes Católicos a lolargo de la guerra civil de Sucesión e¡ 1475.
Esto es el servicio a los Reyes. Ad.rnñ, Doñu
María de Velasco, emparentada con la madre
de Iñigo y mujer del tesorero general de
Castilla, acoge al joven en su residencia de
Arévalo. Recordamos que esta familia de los
Velasco tiene en la misma época lazos con los
Ibarra que se estrechan mils tarde en Méxicoentre el Viney Velasco y los Ibarr4 fundadores
de Zacatecas. Esta señora es favorita de
Germaine de Foix, segundaesposa del reycatólico. Después del ca¡nbio de reinado en
1516, Iñigo entra al servicio del duque deNájera, virrey de Navarra, desde su conquista
por Fernando en I 5 12. El duque e Iñigo toman
el partido de Carlos durante las Comunidades.
A este punto, conviene notar el deseo por parte
de Iñigo de aproximarse lo m¿is posible a los
poderosos sin dejar de lado el servicio real.
Los franceses se aprovechan de las
Comunidades para apoderarse de las tierras del
duque. Iñigo es encargado de defenderlas, con
lo cual representa militarmente a un noble de
mríxima autoridad.
Al haber dejado las armas por labúsquedaespiritual, Iñigo se encuentra más tarde enParís, sin dinero. Entonces, decide salir con
destino a Flandes en busca de comerciantes
españoles que podrían sacarle d e apuros.
Realiza hes viajes en los años I 529-3 I . Ciertos
mercaderes de Amberes le mandan sus
limosnas directamente a París. Por offa parte,
Diego Laínez, uno de los más cercanoscolaboradores de lñigo, es hijo de mercader,
como buenaparte de los jesuítas. Sabemos
también que el futuro San Francisco Javieq
compañero de Iñigo, pide prestado dinero a
mercaderes españoles. La sensibilidad de losjesuítas p or los i ntereses del c omercio se
encuenffa hasta en los árnbitos de su enseñanza.
Además de las matemáticas, dan clases d e
política y economía.40
Aparte de su papel en el concilio de
Trento, Iñigo participa ei el casamiento entre
la princesaportuguesa y el principe Felipe.
Otravez,encontramos al vasco en un papel de
representante-mediador. Iñigo d a también
consejos al emperador en materia de asuntos
exteriores a propósito de las conquistasmilitares en el Mediterraneo que abrirían paso
a la conquista espiri¡ual. Para esta empresa,
piensa también en la participación de los
mercaderes. Llevarían una contribución a un
gran número de navíos, pues enconfaríanasífacilidades para el transporte de sus
mercancías. Es evidente que en este esquema
et valor de los mercaderes-guerreros -a la vez
armadores, financieros, militares y
evangelizadores- es de primera importancia.
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TIERRA FIRME
de las actividades comercia¡es de los Ruiz. En
el contexto comercial, volvemos a observar las
mismas actitudes: financiar para poder servir
de intermediario. En trabajos anteriores yahemos analizado cuáles eran las ventajas que
se podían sacar de estos servicios a miembros
del medio mercantil.4l
Al tiempo que sirven delazo militar yadminishativo al rey en sus relaciones conAmérica y Europa, los vascos sirven de lazo
económico entre el corazón de los reinos de
España (Castilla) y el resto de Europa. EnSevilla, sus actividades de capitanes de navíos,
de financieros de la Carrera y de cargadores
llevan a las mismas conclusiones. Constituyenlos lazos vivos de la monarquía. De esta
actividad de intermediación se deriva un ciertogrado de control de la información económica.
En un puerto, el huésped es el primer y últimoenlace terrestre en los respectivos contextos
de importación y exportación. Se encuentra en
la articulación de dos mundos, el terrestre y elmarítimo, donde c onfl uyen inforrnacionesprocedentes de distintas regiones. Loscapitanes de navíos tienen la misma funciónal relacionar dos economías terrestres entre sí.
Es u n puesto i deal para c onocer entre d os
puertos o plazas mercantiles, el estado delmercado, el precio de las mercancías, lasoportunidades de despacho, las buenas ditas,etc. De hecho, los capitanes de navíosdesempeñan un papel fundamental en losintercambios, No es ninguna casualidad que
entre los miembros destacados del Consulado
de México aparezaan capitanes de navíovascos.
Otros tipos de préstamos dan cohesión yfuerza a esta red de lazos: los censos y losjuros.Las familias vascas de mercaderes y
Si un grupo social pudiera reunir todos estas
cualidades, tendría en la formación y
supervivencia de la monarquía un papel
esencial. A través de sus actividades.definanciación y sus servicios de mediación-intermediación, Ia red "vasca" reúne todosestos medios. Los hornbres de negocios vascos
encontraron formas de compatibilidad enhe laconquista guerrera, espiritual, y los negocios.
LOS HOMBRES DE NEGOCIOS, LOSTíTULOS Y EL REY: PRÉSTAMOS YACTIVIDADES DE MEDIACIÓN
Lo observado hasta ahora en los campos
militar y religioso, se averigua también en el
ámbito económico. El mercader vasco está a
menudo vinculado a otros hombres de
negocios a través de actividades de
intermediación. EI huésped es bu€n ejemplo
de ello. Efectúa en los puertos trabajos
comisionados por cuenta de un pafón. No se
trata de una relación puntual, pues para facilitarla importación y exportación de mercáncías,
el comisionista adelanta dinero a su patrón. Apartir de ello, se instaura un intercambio de
servicios duradero. Lo más importante en el
marco de este trabajo es señalar que por el
mercader castellano o extranjero la capacidad
financiera del huésped es un elementofundamental a la hora de elegir su corresponsal
en un puerto.
Bartolomé del Barco, vinculado por lazos
de sangre y comerciales a los Recalde, está
instalado en Bilbao y actúa como huésped de
Simón Ruiz, hombre de negocios castellano
bien conocido. Al encaminar a Castilla lasmercancías de su patrón, Bartolomé adelanta
con frecuéncia el dinero de los fletes y averías.
Por lo tanto, desempeña un papel de financieroI
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mercaderes-guerreros fundan rentasconstituidas sobre las haciendas de los títulosy prestan grandes cantidades de dinero al rey
con la suscripción de rentas del Estado. En
I 583, Diego de Echávani funda un censo sobre
los bienes del conde de Aguilar. A la muerte
del bilbaíno, catorce años miis tarde, el censo
sigue vigente. Asimismo, Ma¡ía Ortiz de
Anuncibay, mujer de Diego de Vitoria, funda
el mismo año que Diego de Echávarri un censo
de 1.000 ducados de renta al año por 18.000
ducados de principal sobre el mismo conde de
Aguilar.a2 Y "aunque el precio es mui subido
deseo executar esta determinagion por lamucha seguridad que ay" y "de que tenemos
satisfagion por I o negociado c on el m ismo
conde I os señores S imón Ruiz, D iego de
Echávani y Pedro d e Nobia q uienes 1o anmirado mui bien y por no faltar ocasion tan
buena",43 Esto nos indica que estos pféstamos
se hacen de forma esfratégica en asociación
de otros mercaderes. Por lo tanto, es dificilafirmar con Cellorigo que una de las razones
de la crisis política y económica en España era
que el mercader dejaba sus negocios "por el
dulzor del seguro provecho de los censos".44
Los censos son a menudo un medio más para
seguir negociando. Desconocemos el principal
invertido por Simón Ruiz, pero sabemos que
en 1568, Felipe Ramírez de Arellano, conde
de Aguilar y señor de Cameros pidió prestado
por medio de un censo 7.000 ducados a Pedro
de Nobia.as Uno puede notar cómo la red de
sociabilidad compuesta por estos hombres de
negocios "apuesta" sobre el conde de Aguilar.
Otros mercadeies de Bilbao, vinculadosprofesionalmente a este gupo también prestan
dinero al mismo conde. Sin contar laparticipación de Simón Ruiz, el importe
prestado al conde aproximaría los 40.000ducados, suma nada desdeñable. Los importesinvertidos no son capitales muertos. A laprimera ocasión "despiertan" lazos sociales.
Cuando JuanMartínez de Recalde, cuyafamilia es vinculada por vía matrimonial y/o
de negocios a los prestamistas del conde, se
presenta para lograr el hábito de Santiago en
1582, fray d octor Ramírez de A¡ellano s e
enaarga de informarse sobre el pasado de su
familia.a6Yeste fraile formaparte de la familia
de los condes de Aguilar.aT
Volvamos a atriis: en 1528, es una hija de
los condes de Aguilar y sobrina del duque de
Béjar quien se casa con Hernrin Cortés,48 En
su viaje a Nueva España en 1562, don MartinCortés, hijo del conquistador, está acampañado
por su prima y mujer doña Ana de Arellano,
también hija del conde de Aguilar, y una de
sus hermanas se casa también con un miembro
de la familia del conde.49 Es interesante
apuntar cómo larelación observada enAmérica
entre I os Cortés y los hombres de negocios
vascos mediante p réstamos y q ue se h abía
complementado por lazos de sangre entre la
familia del c onquistador y m iembros de I a
nobleza que desempeñaron un papelimportante en la Conquista, se consolida en
España con préstamos a largo plazo otorgados
a estos nobles por mercaderes vinculados a la
misma red. Es más, pues los Ramírez de
Arellano, condes de Aguilar, imitan las
actividades de intermediación de los miembros
de su red de relaciones. En 1608, año de su
muerte, Juan Ramírez de Arellano es secretario
del duque de Lerma. El licenciado Gil Ramírez
de Arellano, por su parte, administra hacia
1612 los bienes del duque de Alba y los del
duque de Osuna (virrey d e Nápoles) h acia
1615.50 Esto si gnifica acceso a fuentes de
información política de primer orden y a una
amplia clientela desde el punto de vista
económico. Esta familia está también
involucrada en el mundo de la navegación y
de los negocios. Como señor de Yanguas, el
conde de Aguilar cobra las alcabalas de lavillasl, y sabemos que los arrieros yangüeses
tienen negocios y relaciones sociales
particularmente estrechas con las familias que
fundan censos sobre el estado del conde.
Además, los condes de Aguilar, y por 1o
tanto los Cortés, están emparentados con los
duques de Béjar!2, otros nobles quienes, como
el conde de Aguilar y los Cortés, apa¡ecen entre
los que ¡eciben dinero de la comunidad
vizcaina, y en particular de los allegados de
los Recalde. Es preciso notar que ya a
principios del siglo XV, uno de los antepasados
del duque, Diego López de Striñiga (Zúñiga),
barón (sic) de España, era propietario de un
navío en Bilbao.53 Esta familia está
emparentada con la del conde-duque de
Olivares, valido de Felipe IV.sa
Aparte de I os condes de Aguilar Y
Béjar, otros títulos se benefician de importantes
préstamos de los mercaderesss, entre otros el
duque de Ciudad Real. En términoseconómicos el ac'ercamiento entre nobleza y
negocios puede dar lugar a otro tipo de
colaboración. En efecto, algunos meibaderes
vascos gestionan las haciendas de estos noblqs
con cargos en la Corte. Juan de Trauco y Juan
de Arauco; ambos vecinos y mercaderes de
Bilbao, si¡ven de administradores al duque de
Ciudad Real entre 164l y 1644.s6 Y asimismo,
en el inventario de los bienes de un mercader
de Elorrio se encuentra un libro de cuentas de
los diezmos de esta ciudad pertenécientes al
TIERRA F]RME
duque de Ciudad Real y anendamientos hechos
ppr é1.57
Las rentas del Estado constituyen otro
capítulo de la historia de estos préstamos
otorgados por los vascos. En 1578, Diego de
Echávani invierte 33,75 millones de
maravedís en juros. Al lado del ilustrevizcaíno volvemos a encontrar otrosbilbaínos, aomerciantes y tambiénmercaderes-guerreros: 16,6 millones de
maravedís son invertidos en juros por la
familia Martinez de Recalde y L6pez de
RecaldesS, 10,8 millones por Pedro de
Nobia y su hijo Aparicio de Ugarte Nobiasg,
3,7 millones por Martín García del Barco,
vecino de Vitoria y Logroño (en 1551) y de
Bilbao (en 1544 y 1549) y su hijo Sancho, de
Bilbao.60 Mas allá de la actitud de tal o cual
grupo de familias, lo que conviene señalar es
la adhesión del medio mercantil vasco en su
totalidad a estos préstamos a la Corona6l, pues
los privilegios confirmados u otorgados por
losreyes muya menudose refierena un
territorio. Todos los ricos de Y izcaya y
Guipúzcoa tienen interes en seguir ñnanciando
el Estado. Asl se mantiene el lazo con el rey.
Los hombres de negocios vascos instalados en
Indias no actuan de otra manera. El gébonador
y capitan general de la Nueva Vizcaya, Diego
de Ibana, el mismo que vimos relácionado con
los Agurto, el obispo Zumánaga y el virreyVelasco en la primera mitad del siglo XVI, pide
mediante un mercader guipuzcoano el cob¡o
de los réditos'de un capital de 41.000ducados.62 No abordaremos el tema aquí, pero
los vascos participan también en los asientos
(contratos financieros firmados con el rey),
tanto en España como en Flandes, que son una
fuente añadida de crédito al monarca.
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Como vimos, censos y juros no se
invierten al azar. Puede que en algunassituaciones hayan sido bien una inversión pma
huir de las dificultades vinculadas al comerciotradicional o e I resultado d el se cuestro de
metales preciosos. Sin embargo, en el caso de
la r ed " vasca" constituyen e I fruto de u na
estrategia. Censos yjuros no son en sí capitales
muertos, sino más bien objeto deespeculaciones. Cuando un mercader se
encarga de los negocios de Pedro de lbarra,residente en Milán y con cargo en laadministración real, el dinero invertido enjurospor su cuenta Io es en eabezadel mercader.63
De esta manera, el hombre de negociosacrecienta la importancia de sus serviciosfinancieros a la Corona, lo que corrobora loesencial que son'estos préstamos en laestrategia de los hombres de negocios. Ademris,
por poco que encuentren a un comprador, los
mercaderes pueden deshacerse tanto de loscensos como de losjuros.
Mientras que los préstamos a corto plazo
sirven para c¡ear un lazo social duradero, los
censos yjuros parecen más bien reforzar una
relación ya establecida. Sin embargo, si losjuros se su scriben a I o largo d el siglo, I os
censos, por su parte, se contraen sobre todo en
los años I 580- I 600. En este período, la guerra
pone en peligro el comercio de la red "vasca"
con el noroeste europeo y sus miembros sienten
la necesidad de invertir en la consolidación de
sus lazos con los nobles, represantantespolíticos yguerreros. Esto significa que se
refluetzael interés dela red "vasca" haciapotenciales apoyos políticos, en una época en
la que más que nunca Io político y Io militarcondicionan lo económico. De esta manera, la
red "vasca" quiere asegurar su participación
en actiüdades guerreras que son en el caso vasco
un medio más para seguir con los negocios.
Según esta lógica, se opera un faslado de dinerode las actividades comerciales hacia lasactividades guerreras mediante la financiaciónde los nobles.
Cambiemo.s de siglo y de gruposfamiliares. Según parece, los comportamientos
respecto al crédito se repiten. En el siglo XVII,miembros de una red de familias de otrosmercaderes y mercaderes-guerreros con cargos
en la Corte tienen la misma política respecto alos censos yjuros. Resulta sintomítico el hecho
de que consejeros de Castilla como Juan de
Arce y Otalora (consejero de 1657 a 1669),pariente de un grupo de parentesco de Elonio(Vizcaya) adquiera en I 663 un censo de 24.200
¡eales sobre el duque de Béjar.6a Durante los
doce años en los que fue consejero de Castillallegat constituir la cantidad de 6 I 8.700 reales
en censos y créditos. De los tres consejerosque invierten más del 45% de sus bienes-en
censos y otros créditos, dos son de origen vasco
y vinculado al medio mercantil de su tiena de
origen.
Los secretarios reales, puestos reservados
en buena medida a los vascos bajo losHabsburgo por I as razones evocadas más
arriba, no actuan de ofro modo. Juan de Otalora
Guevara, padre de dos consejeros de Castillay secretario del rey én 1627, posee 19 juros
cuyo principal representa un 44%o del cuerpo
de hacienda. Además de abastecer las arcas
reales, desempeñan el mismo papel que losdemás miembros de su red de sociabilidad. En
1649, Juan Bautista de Arespacochaga(emparentado con los Otalora) ya sirve almonarca desde hace treinta años en la secretaría
de Estado de la parte de ltalia.65 Es elegido
TIERRA FIRME
para servir en el puesto de sec¡etario de Estado
y guerra de Don Juan de Austria, hijo de Felipe
fV, en sus cargos de gobernador de todos las
armas marítimas del rey y virréy y capitán
general del reino de Sicilia. Y como tal, trata
todos los negocios de Estado y guerra que se
olrecen en el dicho cargo, entrando en todos
los consejos y juntas de las materias. Le toca
también hacer los decretos, consultas ydespachos necesarios y tiene a su cargo laconespondencia del hr.¡o del rey. Destacan la
proximidad de miembros de la familia real y
la responsabilidad de I a circulación de lainformación. ¿Quién entra por paje al servicio
de Juan Bautista?: el capitán Juan de Urquizu,mercader-guerrero, con negocios en Bilbao y
en América, vinculado por vía matrimonial y
de negocios con los Arespacochaga de Elonio.Cerca del 50% de su hacienda está invertidoen censos yjuros. No cabe duda de que Juan y
Juan Bautista se beneficiaron mutuamente de
sus puestos respe0tivos de financiación y
mediacióniintermediación. Así como Juan
Bautista, otros muchos vascos ocupan
secretarías, Alonso de Idiáquez de Carlos Ven 1537, Juan, Francisco y Martín de Idiaquez
en I 579 y 1586, Martín de Matienzo en I 600,
Luis Ortiz de Matienzo en 1602, Clemente de
Ochandiano en 1612, Fernando Matienzo en
1666 (los Matienzo y los Ochandiano son ya
parientes y/o socios de los Recalde de Sevilla
a principios del siglo XVI; los Idiáquez 1o son
al menos a partir d e la se gunda m itad d el
siglo).6ó
A lo largo de este trabajo, dimos laprioridad al c¡édito de los poderosos en las
relaciones extrafamiliares de u n frente de
pureni.r.o, pero.el crédito se encuentratarnbién en e[ corazón de las relaciones
intrafamiliares asi como entre estas familias ylos grupos mas humildes de la sociedad. Como
si fuera poco, los lazos de dine¡o se combinan
con estrategias familia¡es ylo solidaridades
étnicas. Analizar la substancia en función del
tipo de lazo debería arrojar nuevas luces sobre
el tema. Sin embargo, resulta preciso dar
algunas conclusiones. El crédito es en el caso
de los vascos de sumo interés para conseguir
puestos d e intermediación-mediacíón t anto
económicos, como politicos y religiosos, lo que
promueve el crecimiento de su red social. Estos
puestos de huéspedes, secretarios ymayordomos suponen un vínculo directo con
los poderosos y la persona real que permite a
la red tener cierta independencia respecto a los
consejos y otras instituciones. Estas actividades
son muy importantes, pues así comb el huésped
tiene varios comitentes, una comisiónasegurada (cualesquiera sean las ganancias de
sus patrones) y una red de lazos de la que se
puede aprovecha¡ los secretarios del rey y de
los nobles cobran su salario, ejercen su función
al amparode loscambios dereinados ydefacciones al poder, y se benefician también de
la red de so ciabilidad de sus jefes. Corren
menos riesgos económicos a la vez que
aseguran la longevidad de su participación en
los asuntos políticos, militares y religiosos del
imperio. Con lo cual, los mercaderes-guerreros
vascos y su red de sociabilidad forman uno de
los grupos de presión más potentes y duraderos
de Españaen laEdadModema. Elreyno puede
prescindir, ni de su dinero, ni de su
colaboración p olitica, militar y religiosa,menos aún cuando se sabe que debe compartir
el provecho de su fidelidad con una autoridad
trascendental, aniba del Estado, gobeinada por
un jefe extranjero, el Papa. l
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TIERRA FIRME
NOTAS
I Véase el conjunio de articulos publicados en Ann¡lesHlrtohe, Scienc$ Sochles, nov.dic. t994, N" 6 sobre
cl crédito; el interesante análisis de JohnPadgeu yChristopher K. Ansell "Robust Action and the Rise ofthe Medici, 1400-1434", Amerlcsn Journ¿l ofSoclology, vol. 98 N' 6, 1993, pp.-1259-l 3 19; el fabajode Marie-Noélle CIIAMOUX y alii (coord.) Prerter ypedir prc¡t¡do. Rel¡clon€¡ socirler y cróditoenMéxicodel rlgloXVI el XX, CIESAS-CEMCA,México, 1993; y también, en Io que toca a la cart¡ de
recomendación, que es una forma de crédito, y susconsecu€ncias soci¿les, Gabriela Dalla Corte, Vld¡ imort d'un¡ ¡ventur¡ ¡l Riu de l¡ P¡tt¡, J¡lmeAl¡¡naI Verjér, 1770-1896, Publicacions de I'abadia deMonts€rrat, Barcelona, 2000,
2 Jean-Philippe Priotti "Guerr€ €t exp¿nsion conrrrrciale:le r6le des Basques dans lenpire espagnol au XVIesiécle", Rewe d'Hirtolre Moderne etContempor¡lne,París, en prcnsa.
3 Julíán Lucas De la Fuente D. Dlego López de Hero V:M¡gn¡te de C¡sdll¡, Scñor de Vizcaye y fundadorde Bilb¡o, Caja de Ahonos Vizcaina, Bilbao, 1986, p.lo7.
4 Julián Lucas De la Fr¡ente D. Dlcgo Lóp€¿..cit, p. 44.
5 Public Record Office (en adelante PRO): Letters ¡ndpapers foreign and domesdc-Henry VIII (1534), Noló00.
6 Para más detalles, véase Jean-Philippe Priotti, Bilb¡o etle commerce europécn ¿u XVIe slécl€ (ven 1520-vers1620), Presses du Seplention, Lille, enprema, año 2002.
7 Entre 1588 y 1623, el 55% de los 242 naüos fabricadospor cunta del rey se consbuyen en los astilleros vascos,
Proporción elaborada a partir de Ian A.A. ThonpsonW¡r ¡nd Govcrnment in Habsburg Spaln (1560-1620), University ofLondon, London, 1976, pp. 304-
306.
8 PRO: C¡lendarof Strtc Paperr-Forcign series (1582),
N'472.9 Carla R. Phillips Slx g¡lleons for the king of Sprln,
The J,Hopkins Univ€rsity t'ress, Baltimore, 1986.
l0 Jean-Philippe Priotti "Réseaux sociaux, commerceinbmational et pouvoir ar¡¡r XVIe-XVIIe siécles", Tlrce,C€ntro Francés de Estudios Mexicanos yCentroamericanos, junio 2000, México, pp. 86-97;Archivo Foral de Bizkaia (en adelante AFB)" ArchivoMunicipal de Elonio (en adelalte AME) c¡ryeta 290,leg. 3801.
I I Eusebio Quiroz Paz-Silün "[¡s vascos en la ciudad de
Arequipa", en RonaldEscobedo Mansilla; Ana d€Zaballa Bedscoechea, y Óscar Álvarcz Gila (coords.)
Emigrrclón y redes soci¡l€s de lo! v¡rcoe enAméricr,Universidad del Pais Vasco, Vitoria, 1996, pp. 393-394..
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Por otra parte, enl624, el sarg€nto nuyorJuandeRecalde, capitán de guerra y alcalde nrayor del puertode Hu¿trfco lo defiende bajo orden de la Real Ardienciacontra los holandeses que andan e n e I mar dci s ur.Conpra pólvora, balas y otros pert¡echos con su dineroy gast¿ r¡ás de 300 p€sos. Se los dewelven en 1628,
Archivo Gene¡al de laNación(en adelante AGN), RealesCédulas Drplicaüs, vol. 9, exp. 567, 356v.
I 2 J. Abel R osales " El c apitrin don P edro de R ecalde",Revl¡t¡ Chllcna de Historlr y G€ogr¡li¡, N" 65, vol.61,1929, pp. 253-309.
13 Jean-Paul Zúñiga Esp¡gnol¡ d'outr*mer, Emlgratlon,rcprodnction rociate et ment¡lités ¡ SandegeduChlll¡u XVIIe rl écle, tesis del Instituto UniversitarioEuropeo, Florencia, 1995, pp. 133,192.
14 Enrique Otte "I¡s nrrcaderes vizcalnos Sancho Ortizde Urutia y Juan de Urrutia", Boletín HistóricoFud¡ción J. Boul¡o4 l9&, N' ó, pp. 7, 8, I t y 17.
1 5 Otos vascos con familiares en el Consulado de Bilbaoson Diego de Guinea, mayordorno de Cortés en 1 53 I yel capitán Francisco de l.ezama qüen conqüsta Méxicoal tado de Hemán CoÍes, Peter Boyd-Bowrnan fndicegcoblográfico de cuarentr mil pobladorer españolclde Amérlc¡ en el riglo XVI, Ed. Jus, México, 1968,
torro II, p. 372. También fndice geobiográfico de más
de 56 mil pobladores de la América hispánica, Fondo de
Cr¡ltu¡a Económica, México, t 985, tomo I, (prir¡rra cd.
en 1964), p. 156.
16 Chantel Cramauseel Emigration, p¡renté €tcolonls¡tion: les lbrrre, DEA d'Hirtoire, Ecole de¡H¡utca Etudcr en Science¡ Sociales, París, 1985, p.
47. Robef Hinrnerich y Valencia The EncomenderosofNew Spain, 1521-1555, Univenity ofTexas Press,
Austin, 1991, p. 147.
l7 Agratln Millarcs y José Montecón f ndice y ertrectorde |os proacolos de la clud¡d de Méxlco, El Colegiode México, México, 1945, p. 331.
l8 Por otra parte, sabernos que por estas fechas Sancho
lópez deAgúto time podergeneral de Migrcl de lbana,Instituto de Investigacioncs Históricas (UNAM): Basede daos Teocalli Cami.
19 Jainr Olveda "[,os vascAs en la región de Guadalajan"en Jainr Olveda (coord") Los vascoc en el noroccidentede Méfco, slglor XVI-XVIII, El Cotegio de Jalisco,Tapopán,1998, p. 37
20 José De Ia Cn¡z Pacheco "La formación de la Nr¡elrVizcaya y el origen de las élites vascas en cl Norte" en
Jaime Olveda (coord.) Lor vascos en el noroccldentede Méxlco.,.cit., p. 72.
2l Las dos familias ya tenían relaciones, al menoseconómicas, en la Penlnsula. Los Velasco son condes
de Haro y condest¡bles de Castilla desde el siglo XV ydon Diego López de Haro fue señor de Yizcaya yfundador de la ülla de Bilbao a principios del siglo XIV.
Véase al respecto, Jr¡lián Luc¿s De la Fuenb D. DlegoLépez...cit.; Chantal Cramaussel Emlgratlon,p¡renté,..cit..
22 Errrique One "l-os nrrcade¡es vascos y los Pizarro. Carasineditás d€ Gonz¿lo y Hemando Pizarro y su mayordonnDiego Martin", en Tr¡v¡ux de rlnstitut d'Etude¡lbéro-¡méricaines de I'Université de Strasbourg,m¡i-juln 1966, pp. 25-42.
2.1 Huguette y Pierre Chauu Séville et I'Atlrntique,Sevpen, París, 1960, tono VIII, p. 255.
24 En la ciudad de México, Sancho ocupa varios caryos:enhe ellos el de alcalde nnyor y conegidor. Es tambiénrecept¡r de la audiencia de México, y tiene relacionescon otros mercaderes vascos. Uno de sus hijos, Agustínde Agur¡o, es abogado de la Real Audiencia en 1563,AGN: RCD 112341209. Luego, se vuelve alcalde de laciudad de México en 1572. Otro Sancho de Agufo, hijohonróninro, se vuelve secretarío de la Real Audiencia.P€ter Boyd-Bowman fndice geobiogrático...cit., ¡onpII, p. 370.
25 José Mallea-Olaeke 'Tbe Privale Basque World ofJuande Zwnfuraga, First B ishop of Mexico", Rcviste deHi$tori¡ de América, ¡992, No ll4, pp. 43-ó0.Asimismo el obispo tenía rel¿ciones con 8 o 9 maestres
de navío. Uno de sus secretarios de confianza se llanuNliguel López Lrgazpi, €l futum adelanbdo de Filipinas,y en I 547 tiene como agente personal en Sevilla e I
durangués Hortufro de Abendaño, en José Mallea-Olae8e "Los valorcs étnicos en la ñgura de Juan deZunranaga, prirner obispo de México", en Anuya GanieLos Vascos en las regiones de Méxlco, siglos XVI-XX, LNAM-Minis¡erio de cultur¿ del gobiemo vasco-
lnstituto vasco-mexicano de desanollo, México, 1996,
tom I, p. 58.
l(r Otro mienüro de la fandlia Agurto, Marth de Agurto,nacido en Filipinas, es nonrbrado comisario de lalnquisición eu I 619, S olange Albeno I nquisition etsociété au Mrxique, 157l-1700, México, CEMCA,I 988, p. 315 y 351 ; Richard E. GreeuleafZumárragay la inquislción mexi$ana, 1536-1543, Fondo de CultunEconómica, México, I 988 (prirne¡a ed. en inglós, I 962).
.17 A¡laya Carritz "L¡s alcaldes ordinarios vascos de laciuüd de México en el siglo XVl" en Amaya Caritz(coord.) Los vascos en las reglones de México, siglos
XVI-XX, tonn IIl, p. 33-34. Discípulo de Veracro,defenso¡ de los indios, pasa por ser el mejor catonista
de su tiempo, Luciano Pereña La escuela de Salamanca.
Proceso a la conquista de An¡éric¿. Caja de Ahonos yMonte de Piedad de Salamanca, Salanlanca, 1986, p.
¡ 06.
.18 Peter Boyd-Bowman in¡licc geobiográfico.,.cit., lonro
ll, p. 370.
.¿,1 Estibaliz Ruiz de Azúa vascongadas y América,Editorial Mapfre, Madrid, 1992, p. 65.
TIERRA FIRME
30 En este sentido, estamos de acuerdo con CrégoireSalinero "Au service des Pizarro: un réseau dedépendants efficaces, (1530-1578)", comunic¿ciónpresentada en el Coloquio Intemaciorul, "Poderes de lafamilia y familias de poder", 5-7 de octub¡€ de 200qUniversidad de Toulouse ll Le-Mirail.
3l El obispo er¡ ftanciscano y fueron miembros de cstaorden los que aconpañaron a los lbana eu su conqüisiade la Nueva Vizcaya. Sabenns que los lbana eran muycer€anos a los tanciscanos de Eibar, su ciudad de origen,en Guipúzcoa, Chantal Cramaussel Em¡gr.tion,parenté...cit., p. 48,
32 Julün Ganitz "Fray Juan de Zunlinaga y el p¡otectoradode indios" enAmaya Ganitz (coord.) Los vascos en la¡regiones dc Móxlco, s iglos XVI-XX, UNAM-Ministerio de cul¡ra del gobiemo vasco-institulo vasco-rneúcano de desarrollo, Méúco, toÍro lII, 1997,p.21y passim.
33 lnstituio de Investigaciones Hisdricas (UNAM): base
d€ datos Teocalli, SAFP2
34 José Mallea-Olaetxe "Los valores... " cit., p. 58.Intercambia inform¿ciones con los lbanz y los Oñate yhasta les manda un esclavo para combatir a loschichinrcas, José Mallea-Olaetxe "The private...", cit.,p. 53.
35 Jua¡ Sánchcz Baquero Fundación de la compañía deJe¡ús en Nueva Españr, l57l-1580, Edi0orial Patrí¡S.A., México, 1945, p. 15.
36 Ju¿n Sánchez Baquero Fundación... cit., p. 72. Treirtapatrcnos señalan cada uno 100 pesos de reilta.
37 Este material me ha sido facilitado por J. Sanchjz,
38 Alberto Crespo La guerra entre Vicuñ¡s y Vascongados,
1622-1625, La Paz, 1969, p, 105-106 y 129.
39 Excepto indicaciones contr¿rias, las infomraciones que
siguen proceden de Marie-Fnnce Schmidt lgnace deLoyola, Editions du Rocher, Monaco, 2 000; J anrcs
Brod¡ick S¡int-Franqois Xaüer (l 50ó-l 552), Editiorl\Spes, París, 1954; José Luis Orella Uuué (ed.) Elpueblo vasco en el Ren¡cimlento (149I-¡521),Universidad de Deusto, Bilbao, 1994.
40 Anne DubetRéformer les linances espagnoles au Si¿cle
d'Or, Presses Universitaires Blaise-Pascal, Clermont-Fenand, 2000, p. I I 5.
4l "Uso material e inmaterial del dinero. Un análisis social. para el estudio de los patrinrcnios mercantiles en España
y America (siglos XVI-XVII)", comunicación en elCongreso de Hisloria Económica, Zaragoza,septiembre de 2001.
42 Archivo Histórico Provincial de Bizkaia (en adelanteAHPB), leg. 539ó. Los condes de Aguilar son scñoi'esen La Rloja, véase Santiago Ibáirez Rodriguez, NoemiAmas Lerena y José Luis Gónrz U¡dáriez Los scñoríosen la Ríoja en cl siglo XVIII, Logoño, 1996, p. 39.
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43 Archivo Histórico Provincial y Universitario dev¿ll;dolid (en adelmte AHPUV), C8 l -1 28, MAO a SR.
44 F, J, Sánchez "A Discouse on Wealth in Golden AgeLit€rafire", en T. Lewis y F. J. Sánchez (éd.) Cuttureand the St¡te in Sp¡in 155G,1850, Garland, NewYork-londoq 1999, pp. 56-58.
45 AFB, Judicial ll75/039.46 Martine Lanb€f-Gorges Barques et Navarrals dans
I'ordre de Sandago (1580-1620), Editiors du CNRS,Paris, 1985, p. 174.
47 AFB, leg. 1420 N" 26.
48 Santiago lbáñez Rodríguez; Noemi Arnns Lerena y José
Luis Gómez Urüiñez Los señoríos...ci! p. 39. JoaquinGarcia lcazbalceta Fray Juan de Zumárraga, Espasa-
Calpe, Buenos Aires, 1952, p. ó2. Robert Hirrrierich yValencia (The Encomenderos... cil p. 147) afirma que
la boda tuvo lugar en 1529.
49 L. Romera In¡ela y M, del C. Calbis Diez Catálogo depa¡ajeros ¡ Indi¡s, siglos XVI, XVII y XVIII, rol. IV(1560-66), Ministerio de Cultura, Sevilla, 1980, p. 293y 95; Robert Himmerich y Valencia Losencomendero¡..., cit., p. 147,
50 Jean-Marc Pelonon Les letr¡dos, Juristes castillanssous Philippe III, Univenité de Poitiers, Poitiers, 1980,
W. 220 y 261.
5l AFB,leg.1420N"26.
52 Al ÍFnos desde finales del siglo XV, véase Santiago
Ibáñez Rodrfguez; Noemí Armas Lerena y José LuisGómez Urdáñez Los señorlos...cit, p. 40.
53 Wendy R. Childs Anglc.Castilian Ti¡de in the laterMiddle Ages, Univenity Press, Manchester, 1978, p.
1ó3.
54 J ohn H. Elliott Olivares (1587-1645), Editions R.Laffont, París, 1992 (primer¿ edición en inglés 1986),véase árbol genealógico.
55 Sobre las ayudas financieras de estos títulos a los reyes
sucesivos, su actividad militar y supapelpolítico, véase
Ramón Carande C¡rlos V y sus brnqueros, Ed. Critica,Barcelona, 1983 (segmda edición), tomo U, pp. 170-
1 7 I . Más datos se pueden encontrar en Ignacio AtienzaHernández "Refeudalisation in Castile during theseventeenth century: a cliché?", en Ian A. Thonpson yBartolonÉ Yr¡n Casalilla (editorcs) The Castilian Crisisof the Sevent¡enth Century, CaÍrbridge UniversityPress, Cambridge, 1994,pp. 249-276 y Bartolor¡é Yun
Casalilla "The Castilian aristocracy in the sevenieenthcentury: crisis, refeudalisation, or political offensive?",en Ian A. Thorpson y BartolonÉ Yun Casalilla (editores)
The Castili¡n..,cit, pp. 277-300; C. JACO "la crisisde la aristocracia en la Castilla del siglo XVII", en JohnH. Elliott Poder y rociedad en la España de losAustrlas, Barcelona, 1982, pp. 247 -286; John H. ElliottOlivares..., cit ; Antonio Feros Kingshlp andFavorldsm ln the Spain of PNlip III: 159&1621,
Cambridge University Press, Cambridge, 2000;BartoloÍÉ Bernassar ( dir.) Hlstolre des Espegnols,VIe-XXe slécle, R. Laffont, París, 1992 (prirnera ed. en1985), p. 3 36 y p assim; Ian A. Thor¡pson War ¡ndGovernment...cit. , p. 147-159:, Natalia Bausela y aliiEl licenciado Poza en Flandes, Diputación Foral deBizk¿ia, Bilbao, 199ó..
56 AFB, leg. 1283/008 yA4161003.
57 AFB-Archivo Muicipal de Elo¡rio, carpeta 306, leg.403 I
58 Archivo General de Simancas, Contaduría de Mercedes(en adelante AGS, CM), legs. 62 N' 3l, ó5 N" 67, 68N'1,77N'76,65 N" 15.
59 AHPB, Iegs. 2530,3301, AFB, leg. 86 N" 47.
60 AGS, CM, legs. lll N"43, 1ll N'48, teg. 85N" 13.
6l Teresa de Usmsola, habitante de Bilbao, viuda de Ped¡ode Goronda muerto en Seülla, invierte nrás de 5 millonesen juros AHPB, leg. 3871. Jun Pérez de Mujica, otroiluste mercader bilbaíno de principios del X\{I, lo hacepor2,25 millonesy los hermanos FuicaLadrón de
Cegama por 10,5 millones, AHPB, leg. 2520 y 3811.Ofros ejenplos de mercaderes de Elonio, conffrnan estatendencia. A mediados del siglo XVII, M¿rtín de
Arespacochaga y Juan de Urquizu tienen invertidos enjuros y censos la mitad de su patrinnnio. En lo que tocaa ¡rrcrcaderes vascos de Seülla, parece que pos€en enjuros, censos y tnbutos verdaderas forhmas: Juan Pérez
de Zubiaune por rm valor superior a 45.000 pesos deprincipal y AndÉs de Arriola por más de 40 millones de
nuravedís Lutgardo Ga¡cia-Fuentes Sevlll¡, los vascosyAmérica, Funclación BBV Bilbao, 1991, p. 56-57.
62 José Anúonio Azpiazu Un mercader en el reino de FelipeII: el eibarrés Mertín López de Isasi, Almtamien¡ode Eibar, Eibar, 1999, p. ló4.
63 José Anüonio Azpiazu Un merc¡der...cit., p. I 53.
64 Janine Fayard Los miembros del Consejo de CastillaQ62l-1746), Siglo XXI Editores, Madrid, 1982 (prinrraedición en francés 1979), p. 361-420.
ó5 José A¡tonio Escudero Los secret¡rios de Estado y delDespacho (1474-1724\, Instituto de EstudiosAdminishativos, Madrid, 1969, tomo I, p. 262; tarmIU, p. 695-696.
ó6 José Antonio Escudero Los secretarios..,cit., tomo III,p.703-7t3.
Tie¡r¡ Flrne. Ca¡ac6 - Venezuela
N" 78. Año 20 - Vol. XX, pp. I I l-127, 2002
Loans as a social link. The Basque *Spanish case (XVI-XVII Centuries)
J. Philippe Priotti
Abstract:This article deals with the organization offamily strategies within and outside the familynucleus, according to different kinds ofloans,such as living pledges, perpetuities, classic
loans and dowries. Loans are then regarded
as a key neNvork of "social links", aimed at
acting as moral and financial guarantees.
Within this context, one of the worst ways to
undermine the foundations of such network
was to have "dishonest" attitudes likely tojeopardize the implementation of pacts and
contracts, whether they be explicit or tacit. The
social networks plotted by the author show the
existence of a "group" economy mainly aimed
at benefiting relatives and allies.
Family, social networks, mentality, micro-economics, family history.
lrr,.+.ffi
TIERRA FIRME
Le prét comme lien social. Le cas basque-
espagnol (XVIe - XVIIe siécles)
J. Philippe Priotti
L'article porte sur I'organisation d€s stratégies
familiales i¡ I'intérieur et á I'extérieur du noyau
familial, plus particuliérement surI'organisation des préts, tels que le cens, les
promesses, les préts classiques et la dot. Leprét y est montré conrne un "lien social" quijadis fonctionnait autrement: il représentait une
garantie morale et financiére. Sur la base de
cette idée, tout comportement "malhonnete"qui mettait en péril des pactes et des contrats,
explicites ou implicites, constituait une
trahison impardonnable envers les réseaux
sociaux. Les réseaux sociaux reconstruits par
I'auteur refl¿tent I'existence d'une économie"de groupe" qui bénéficiait aux parents et aux
alliés.
Mots-clé:Famille, réseaux sociaux, mentalités, micro-économie, histoire de la famille.
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Libros Raros; Biblioteca NacionalTomado del Libro "Historia de Venezuela en Imágenes"
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Tkr¡ Flrm€. Cm€6 - Venezucla
M 78. Año 20 - Vol. XX,pp 129-142,2002
La inmigración vasca y la constituciónde redes familiares en Centroamérica amediados del siglo XVIII
T¡nrs¡ Genci¡ GnÁloozUxrv¡nsr>R¡ Coprprut¡Nsr o¡ Meon¡o
RESUMEN: Siguiendo unalíneaabiertaporunalargalistadeobrasdedicadas alos lazosdeparentesco
comoplataforma explicativadel vínculo colonial que unió a EspañayAmérica,la autorase centra
enlapeculiaridad vascaparamostrarque los negocioscon lascolonias seapoyaban engran medidaen Iasredes institucionalizadasdeparentesco. Lared parentelares aquí elnudo del problematanto
como el desenlacede lahistoria familiar, yelloporque constituyeel cimiento de losnegocios durante
el Antiguo Régimen. Como bien ha descrito la situación gaditana Paloma Femández Pérez, "casafamiliar y casa mercantil eran, en la práctica, una sola unidad regida por similares principios".
PALABRAS CLAVE: Parentesco, familia, historia de la familia, antiguo régimen, colonia,
América Colonial, economía colonial, redes sociales.
- Fundación Polar y El
I presente trabajo constituye
un estudio sobre las élites
locales, tema q ue en los
últimos años ha gozado de
graninterés. Porlo que
respecta a Centroamérica,
los estudios de D. Balrnori, S. Voss y M. Wortnan,
de M. Casaús, C. M. Vilas, D. Euraque yS. Stone
han contribuido a escla¡ecer el comportamiurto
de las oligarquías en los dos últimos siglos.l Elmarco teórico del presente análisis hace referencia
fundamentalmente al concepto de redes
familiares, cuyo fundamento lo constituyen las
alianzas de familias y negocios, la proximidad
local o regional y el factor socio-racial como
c¡iterio diferenciador d e o tros grupos conquienes entran en contacto. El nuesfo es un
trabajo comprendido dentro de la corriente
elitist4 y para su realización nos hemos apoyado
en algunas fuentes primarias a las que hemos
tenido acceso diiecto, españolas ycentroamericanas, lo que ha facilitado nuestro
trabajo. - He mos utilizado el métodoprosopográfico y el estudio de genealogías
aplicados al grupo vasco por considerar que,
mediante intereses y alianzas, se ha idoconformando como un grupo social, que crea
sus redes familia¡es en el marco de una realidad
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compleja que abarca aspectos económicos,
sociales, políticos y culturales. Partimos del
supuesto según el cual los vascos integraron un
segmento de la élite de poder, por lo que nos
resultamas fácil delinearlo e identiñcarlo der¡tro
del marco de los grupos estructurados,conformados en redes familiares y, en nuestro
caso concreto, sus redes constituyen una
estructura de larga duración. El elemento vasco
perdura,hasta la actualidad, como parte del
imaginario regional y ha sido el que nos ha
servido de hilo conductor del estudio.
Los inmigrantes vascos proyectaron enCentroamérica y trataron de reproducir los
conceptos e ideas que emn viilidos ur el espacio
peninsular. Integraron aquí la élite y fueron
capac,€s de unir fortuna y calidad, favorecidos
por un imaginario local deseoso de adquirir,
adernás del poder económico, la apariancia de
status social, como dirá Pilar Sanchiz.2
Representaban el grupo cuyas relaciones de
negocios y matrimoiriales constifuian una de las
estrategias nTris sólidas de control de poder. Por
otra parte, el sistema hereditario vasco, aunque
expulsa a sus miembros del seno de la familia,
no los abandona completamente a su suerte yles da la posibilidad de seguir perteneciendo al
linaje, en la medida en que confibuyan al éxito
del mismo. I¿ aceptación del sisternaheredihio
hace que la lejanía no constituya un obstáculo
para la búsqueda de la continuidad del apellido.
La colonización de America proporcionó
beneficios a quienes carecían de hidalguí4 y
alcanzó, con el grupo vasco, uno de los objetivos
buscados mediante las alianz¿s matrinpniales
y de negocios: unir al prestigio las fortunas de
las familias enriquecidas. En el impulso
inmigratorio d e los v ascos confluyeron tres
expectativas: la ocupacional, la de
enriquecimiento ylade continuidad de los linajes
Para los emigrantes era claro que el sistema de
familia alargada y su numerosa descendencia
ayudaban en la consolidación de la propiedad; yque ésta, indiüsible por lo que se refiere a su
detentación, podía ser e xplotada de forma
diversificasa por más miembros de la familiaAyudaba a todo ello la concepción utilita¡ia del
tra@jo y, corm consecue,nciade ello, lapresencia
multiocupacional y ladispenión espacial de los
v¿¡scos. Sirva de ejernplo, y en apoyo a este
hecho, que en el siglo XVIII -cuando se abren
más posibilidades de hacer comercio y entar en
la burocracia* hay una gran presencia en el
Consulado de Sevilla de individuos de origen
vasco, como cargadores: 40 sobre 240 entre
1720-1723 (17%); n el Consulado de CMiz385 de 1523 entre 1743-1778 (25,97o), lo que
les facilitó el paso a Indias gracias además a laprerrogativa que se les concedió de podo vender
in situ. Por lo tanto, los fundamentos de su éxito
ñ¡eron: hallarse en los puestos neurálgicos para
el comercio, estar próximos al poder
metropolitano, y actuar como grupo compacto
y homogéneo. De ello derivó su incorporación
inmediata a la a¡istocracia criolla: por negocios,
Bam¡tia y Urbina; por matrimonio, Aycinena"
Marticoren4 Iri suri, Arzú, Díazde Arcaya, etc.
La presencia de los vascos en
Centroaméric4 aunque no fue muy nr¡merosa
en los prirneros decgrios de la conquista, contó
con individuos y organizaciones que lepermitieron perdurar a lo largo del tiempo.
Muchos de los individuos que componían la
inmigración vasca adquirieron gran prestigio yunaposición priülegiada" No quiere ello decir,
sin embargo, que todos los vascos que
participaron en la conquista y colonización de
Guaternala acabaran formando parte de la élite
dominante, española o criolla. Algunosobtuvieron encomiendas y después las
perdieron. Otros decidieron volver a su país de
origen y, ccn lo reca¡dado en Indias, consolidaon
su linaje. Otros, an fin, seperdieron por el cadno.Era inevitable que así sucediera, siendo
Cuatermb, segun pala-brasde Stefen Webre, "rma
sociedad de inmigrantes,
fundada por inrnigrantes yconti nua-mente r efonadapor la inmigación".3
Dadoquemuchosde
ellos eran marineros, no
figuraban en los viajescomo pasajeros, por loque una vez en Americaprobablemente se convir-
tier¿n er¡ colonizadores ypobladores. EsposiblequemuclosnÉsde losque
conocemos llegaran a
América a lo largo del
Partimos del supuesto según
culturales de un lado a otro, así como esclmecer
los procesos de cambio o continuismo social
de la misma sociedad vasca. La inmigraciónvasca en Guatemala fue, como otrasinmigraciones, el agregado de muchos
movimientos mas pequeños. Dice Ida Altman
respecto a las e migraciones e xtremeñas (yconsideramos que es
valido para todas): "estos
movimierfos regionales ylocales tenían elementos
comunes y algunascqrexiones directas, Pero
tanüie¡r nacieron de unas
circunstancias concretas
ligadas a cada localidady punto de origen, así
como del grado de
relación y conocimiento
de las Indias que poseían
los habitantes de cada
lugar".s En el caso de los
el cual los vascos integraronun segmento de la élite de
poder, por lo que nos resultamas facil delinearlo e
identificarlo dento del marcode los grupos estructurados,
conformados en redes
familiares, y en nuesto caso,
sus redes constituyen unaestructura de larga duración.
siglo XVI, sin que haya quedado constancia de
ello. De estos inmigrantes, nosotrosestudiaremos los que consiguieron tener éxito,
en el sentido de gue han permanecido, ocupando
una posición privilegida, a pesar de las crisisque sacudieron a esta región, a lo largo de los
siglos. Había vascos en los puntos neurálgicos
dcl comercio y de la política y muchos de los
rcsidentes en Ciidiz se traslada¡on a América
como comerciantes: Marticorena, Aycinena,
Beltranena, Unuela, Isasi, Irisani, Arce, Umrti4Batres, Barruti4 Anibillaga,etc.a El análisis de
lu posición social que ocuparon los ernigrantes
dcfinitivos y los que regresaron a sus sociedades
dc orígen, puede damos una base concreta para
cl estudio de la transmisión y transformación
dc I as estructuras sociales y I as actitudes
vascos, no sólo conocían la realidad americana
sino que su sistema de relaciones familiares les
permitía elegir la zona más conveniente. Lo que
hizo el grupo de los vascos nriis afortunado fue
incorporarse a la aristocracia criolla participando
en el despojo del indio y de sus recursos, de la
tierra y el trabajo, apropiándose de lacomercialización de sus productos. Un ejemplo
de lacapaclladde integrane en lasociedadagraria
de estos vascos lo proporciona, ya en 1712, el
hecho de que fueran propietarios de grandes
explotaciones en Totonicapán. Situada cerca del
pueblo de indios de Chiantla, había unaexplotación de 69 caballerías de extensión, un
teneno dedicado a c¡ía y pasto de ovejas con
r¡.ás de 12.000 cabezas que pasó a manos'de
Barrutia, el cual ya poseía dos mas en la región y
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otras aún en Sololá En I 797 se consideraba que
en esta hacienda había mas de 30.000 ovejas yde ellas se obtenía la lana más fina de la región,
que se empleaba como materia prima en los
obrajes situados en el pueblo de
Quetzaltenango .6
En la alcaldía mayor de Sololá" se verificaba
otro modo de acaparamiento de la propiedad,
cuyo número deexplotacionesagrícolas ennnnosprivadas eramuypequeño (5 haciendas), según
un Informe de 1765, pero que, sin embargo, tres
de esas haciendas pertenecieran a un mismo
propiehrio: Frarrcisco lgnacio Bamrtia, que había
llegado a Guatemala por otros motivos, es decir
con e I n ombramiento de alcalde mayor d e
Tegucigalpa en I 744. Aderds de las propiedades
anteriormente indicadas, Bamrtia tenía ofas fres
haciendas en la alcaldía de Totonicaprín: dos de
ellas eran de ganado mayor y un ingenio de caña
de azúcar. Ora de aquellas haciendas, llamada
"Argueta" (probablemente de algin descendiente
de Pereña-Elgueta), la había adquirido Juan de
Carr¿scosa: era una hacie'nda de labores, de trigo
y malz, la más i rnportante abastecedora d e
Santiago de Guatemala, eri cuya producción
participaban indlgenas de repartimiento. Undocumento de 1773, firmadopor Juan de
Carrascos4 propietario de Argueta, decía lo
siguiente: "Don lgnacio de Urbina y yo somos
los que a más de proveer todo el afio conregularidad de tan precisos abastos en las más
urgentes ocasiones somos el asilo y fuente de
este socorro como lo acredia la experiencia".T
El arzobispo Cortés y Larraz por su parte, añade:
l'el dueño de la haciend4 Ignacio de Urbina
tiene estecha amisüad con el alcalde ma¡or. El
alcaldemayor es demasiado codicioso yUrbina
4nuy rico". D ice también d e esta h acienda:
"anualmente las fanegas de rigo y maíces que
produce se cuentan por muchos miles".E
En la época del auge del añil ( I 750- 1 800)
llegaron y se asentaron en el espaciocentroamericano quienes llegarían a ser los
representarites rniás cualificados de las ciases
dominantes centroamericanas: Juan Fermín de
Aycinena e Irigoyen ( I 753), el coronel Antonio
ArzúyDiaz de Arcaya (1756), Pedro JoS de
Beltranena y Aycinena ( I 778), Juan de Bamrtia
Irisani (1770), el capitrtur Gregorio Umrela yAngulo (1780), v¿rscos y navaÍos que, junto
con otros peninsulares procedentes de otras
regiones de España (el extremeño Cayetano
Pavón, el catalán José Piñol y el gaditano Pedro
Carrillo), constituyeron las familias con ¡nayor
poder social, económico y político durante los
siglos XVIII y XIX. Se intodujeron en algunas
instituciones, a las que dieron un nuevo inpulso.
El renacimiento del cabildo de los años l76l-I 763 se debió, en gran parte a una nueva y más
poderosa alianza alrededor de la figura de don
Juan Fermín de Aycinena.g La ransformarción
de algunas unidades de producciónconespondió a o tros representantes vascos,
como Anibillaga, B atres, Barrutia, Urbina,Olaverria...
Lo que les atrajo de Centroamérica yfavoreció su asentamiento en esta región, a
mediados del siglo XVIII, fue el añil, cuyo ciclo
expansivo Pinto Soria sitúa en I 750-1800.
Centroamérica se había destacado desde los
tienpos de la conquista por la producción de
este t inte. Nicaragua h abía sido c itada ya
entonces como la región de la Audiencia de
Guatemala con nús cantidades de a¡1il silvesre.
También San Salvador y San Miguel fueron
zonas en las que se desanolló la producción del
colorante, porque siendo zonas eri las que no
había habido gran expansión de plantaciones
de cacao, tenían un suelo mas fértil. Muchas de
las plantaciones y obrajes de añil del siglo XVIIestaban atendidas directamente por sus dueños
esparloles y criollos y constituyeron la industria
dominante de la vida económica de
Centroamérica durante este período, dado que
se exportaron grandés cantidades de colorante
s Europa, México Y Peru.
Esta industria se vio siempre amenaeada
por las catástrofes naturales, propias de la
región, y por las plagas de langostáI0, aunque
se trataba de una actividad que requería menos
¡nano de obra que la plantación de cacao o las
minas, y su trabajo era estacional, de pocos
meses, y por las medidas de la Corona que se
mostraba seriamente preocupada por la caída
demográfica de los indígenas.ll Sin embargo,
el añil era la producción que se adaptaba mejor
ra la escasez de trabajadores, aunque fuera
también cau$a de su mortandad por la
insalubridad de los métodos de elaboración del
cólolante. También I as autoridades 1 ocales
estaban muy interesadas en este tipo de
producción, y hubo trabajos relacionados con
cste producto, como el de alcalde.mayor'
-convertido en cargo aPetecible Y
económicamente rentable. I 2
Las estrategias que emplearon los vascos
para introducirse enla élitelocal yocupar
puestos relevantes en las instifuciones coloniales
integraron un proceso gradual, pero con
características distintas de las de otras áreas
latinoamericanas, en las que la oleada masiva de
inmigrantes del siglo XVIII acabó alterando por
completo el panorama de la clase donrinante
hansformandolas en sociedades mercantiles
.TIERRAF¡RME
ilustradas. Aquí los recién llegados vascos
produjeron también un impacto notable, pero
las familias, las prácticas y las instituciones
tradicionales n o desaparecieron, sino que
siguieron siendo fuertes.13 Lo que hicieron los
recién llegados fue fusionarse con ellas, no
suprimirlas.
Los burócratas b orbónicos, militares,
comeriiantes y mineros que fueron llegando a
lo largo del siglo XVIII, sobre todo a partir de
1750, se integraron en la posición económica
de los viejos grupos de tenatenientes, formando
lo que Balmori, Voss y Wortnan llaman la "clase
notable".14 En poco mas de dos generaciones
se apoderaron de la economía y de la política
de la región, estableciendo una hábil estrategia
de alianzas matrimoniales con viudas y ricas
herederas criollas y desanollando una poderosa
red de negocios con otras familias vascas qué
emigraron a América d urante este período.
Aunque el caso de I os Aycinena e s el m ás
significativo, otros vascos ocuparon también los
cargos locales. Algunos de estos puestos no
estaban bien retribuidos, pero el hecho de que
en ellos aparecieran las familias importantes,
quería decir que eran cargos desde los que se
podía manejar alguna forma de poder y que' a
la larg4 se convertirían en una ftieirte de riqueza.
Señalamos, por lo tanto, algunos individuos y
familias que ocuparon el puesto de alcalde
mayor con sus respectivas alcaldías (Cuadro
N" 1).
El vasco Francisco Ignacio Bamrtia que
había llegado a Guatemalacomo Alcalde Mayor
de Tegucigalpa en I 744, era diez años mas tarde
Alcalde primero del Cabildo de Santiago de
Gabrie
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a-Cort
e Cab
allero
i:!tiI
I
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1i'
*
TIERRA FIRME
Cuadro No IIntegración de familias vascas
Familias e indiüduos Alcaldla Mavor Año
Francisco Ienacio Bam¡tia Olabeeoitia Tegncisalna 744
Familia Gálvez San Salvador 761
Lorenzo Montufar Montes de Oca Sacateoéquez 786
Familia Coronado Chimaltenango 806
Cayetano José Pavón Múñoz Chimaltenango 8 0
Familia Arribillaga Chiouimula. Yeraoaz. 8 0-1818
Isnacio Batres Muñoz Chimaltenanoo 8 4
Familia Lara Totonicapán 8 5
José Nájera Batres Sonsonate 1818
Füente: Elabomción propia con base en la documentación citada en este ffabajo.
Guatemala. Felipe Manrique y Guzmán, que
era Alcalde mayor de Totonicaprin en 1737,
ocupó también el puesto de alcalde segundo en
1749. Murdo Macleod sostiene: "en realidad el
añil fue sólo una solución parcial al problemade
encontrar un artículo dinrírnico de exportación
que no dependiera del trabajo de las poblaciones
desaparecidas...el añil permitía que las
exportaciones continuaran y constituyó unpequeño soporte financiero para los españoles
locales; pero la verdaderaprosperidad -aun para
unos pocoF tenía que esperar el resurgimiento
de la población". 15 Pero la vena del añil estaba
destinada a agotarse, porque la falta de mercados
cercanos obligó a los comerciantes de añil a
volver la vista hacia Europa, en particular hacia
Españq mercados demasiado lejanos en los que
el tinte se exponía a los problema5 y peligros
de la larga distancia. Se habilió el puerto de
Honduras, pero como se acabó dando prioridad
a los cargamentos de plata sobre los de tinte,
los contactos ion este puerto se hicieron cad¿
vez más esporiidicos. Todo ello provocó ei
estancamiento del comercio del añil, para cuyr
exportación, así como para la de los metale¡
hondureños, se estaban utilizando las rutas dr
Veracruz y Granada, lo que encarecí¿
ulteriormente el producto.l6 Los dato¡reportados por Castellanos Camb¡anes sobre l¿
producción de añil durante los años que van dr
1772 a l78l arrojan un promedio anual de
697,200 libras y de 1783 a 1 892 de 972,189.ti
Por lo tanto fue el floreciente mercado del tinte
yaw 1749, con su precio triplicado a lo largc
de la década de I 750, lo que constituyó el motor
de desanollo de estaproducción que atrajo unr
oleada de emigrantes vascos, asentada er
América Central a mediados de siglo y qur
empezó a producir grandes cantidades de tintr
porque estaba al corriente de la demanda dr
dicho producto en Europa, sobre todo por el
desarrollo de la actividad y de la indushia textil
inglesa. :
La revolución comercial, por lo tanto, y de
acuerdo a los datos aportados por Balmori, Voss
y Wor[nan, produjo los siguientes resultados:
generó una corriente sin precedentes de capital,
gente e influancia intelectual hacia el Nuevo
Mundo; las reformas del gobierno d e los
Borbones modificaron las reglas coloniales y
trajeron una nueva y nutrida clase de burócratas;
el creóimiento d e la población i ambió I as
dimensiones de la sociedad colonial; las redes
de transporte y comunicación se ampliaron:
caminos, puertos, métodos de transportemarítimo; los diarios propagaron la Ilustración,
desde el cenbo comercial de Guatemala hacia
el resto de la región.t8
Las reformas borbónicas además de lademanda de añil, atrajeron a nuevossomerciantes con capital para invertir en esta
región, considerada una de las mejores zonas
productoras de añil. Todo el espacio fue
concebido como terreno de cultivo de añil, sobre
todo en El Salvador. Gran parte de los tenenos
se dedicaron a la producción del tinte y, en un
primer m omento, todos I os productores se
dedicaron a ello. Más tarde se prescindió de lospequeños productores, pero no de sus tienas,
que fueron absorbidas por los grandes
plantadores. t¿s otras regiones acabaron por
transformarse en proveedoras de productos de
apoyo a la produccién de añil. Y todos losproductores estaban a merced de loscomerciantes de Guatemala. Esto desató el
antagonismo entre los grupos del interior, de
los sectores productivos con la blase nrercantil.
El crecimiento de las exportaciones de añil
fue el motor que hizo despertar la economía
centroamericana y que trajo, por unos años, gran
prosperidad a la élite comercial residente en laciudad de Guatemala. Un fuerte y bien instalado
grupo de comeiciantes rebidentes en la capiialcontrolaba mayoritariamente el proceso ttecomercialización y exportación del añil. Y no
sólo ello, sino que como sostiene Palma Murga,
esos mismos comerciantes-exportadorescontrolaban la producción de dicho frutonrediante un sistemabien establecido de qéditos
y habilitaciones de los agrícultores-productores. l9 las habilitaciones consistian eh
préstamos en dinero efectivo o en mercancfas a
los pequeflos y medianos cultivadores, con lagarantía do las cosechas y a cambio delcompromiso de que les res€rvaran la venta de
la produccién.2
En este tipo de préstamos Juan Fermín de
Aycinena constituyó un ejemplo emblemático.
Los creditos que concedió a los ariileros de San
Salvador, entre 1780 y 1800, le permitieron
controlar más de la cuarta parte de las
exportaciones del tinte yconvertirse en los
mayores productores, iras haber áaquiriaomuchos de estos obrajes poi falta de pago de
dichos préstamos. Ello le permitió ademásmanejar y controlar los precios internos del añily en el caso de no poder ser devueltos,apropiarse de las fincas de los deudores. En elgupo de los recién llegados, en el que estaba
Aycinena, había un nrimero elevado decargadores comerciantes, qrie se hasladaron aesta región cenhoamericana comg paficulareso como agentes.de las casas comercialesgaditanas, catalanas o vascas. Juan Fermín ter¡ía
parientes tanto en Crídiz como en GuatemalaSuagente de Indias, Aguineurena,jugó un papel
muy importante en la comercialización del añil
de los obrajes guatemaltecos, propiedad de los
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TIERRA FIRME
Aycinena en Guatemala. Tladicionalemente las
empresas mercantiles eran empresas familiares
con alcance intemacional. Aycinenano hizo sino
utilizar la organización basada en el parentesco
y en los lazos familiares para introducirse en el
ámbito de las familias tradicionalesguatemaltecas: Ana Carrillo y Gálvez, Micaela
de Nájera y Mencos y Micaela Piñol y Mufioz
fueron las esposas que le permitieron esta veloz
escalada social. Dice, a este propósito, Marta
Casáus: "observamos c omo e I matrimonio
estratégico en un momento adecuado,
juntamente con el 'boom' intemacional del añil
permite al joven empresario navamo explotar
las plantaciones de índigo heredadas de los
Gálvez a través de su mujer, en Guatemala y El
Salvador".21 El establecimiento del libre
comercio favoreció el comercio intemacional
en Centroamérica, permitiendo el cambio deañil
y plata por textiles ingleses baratos, lo que en
definitiva, contribuyó a la destrucción de la
industria textil indígena. En el último tercio del
siglo XVIII los recién llegados habían logrado
imponerse con habilidad y habajo, amasando
enornes fortunas. Pero a principios del siglo
XIX, el añil sufrió una grave crisis de la que
no se pudo sobreponer. La situación europea
interrumpió la llegada de los barcos, laproducción disminuyó a causa del mal
tiempo, de las sequías y los precios bajaron.
Se había convertido en un producto de coste
elevado, ya no rentable en el momento en que
se estaban descubriendo los colorantes
artihciales.
Sin embargo, las v iejas tradiciones no
murieron como el colorante, a pesar de las
:f i\r; ,.tlPdwüro,i
reformas borbónicas. Siguió üva la búsqueda de
priülegios y títulos y el modo de conservarlos;
seguían valiendo el título y la linpieza de sangre,
y a través de las redes familiares se fueron
extendiendo los negocios y el poder. El priülegio
duradero lo daba el control de la tierra; en otros
términos, el poder emanaba de la tiena; pero sin
la alianza con los comerciantes no se podía
mantener el ideal de la hacienda, de ahí que se
abriera un período de exogamia entre las familias
tradicionales respecto a los vascos recién
llegados. Si hubo aumento del poder mercantil
sobre el agrícola se debió a la transformación de
la economía de subsistencia en otra basada en el
comercio intemacional.Z2 Al estudiar a algunos
de los vascos que entraron a formar parte de la
clase privilegiada gracias a susconexiones
comerciales o burocráticas, sepuede verlaimportancia que para ello tuvieron algunas
instituciones locales y cómo proyectaron y
ampliaron su i nfluencia a o tros ámbitos y
espacios de la región. Según Manuel Cobos
Batres, citando a "GA.Thompson, Esq., ex-
secretario d e la C omisón mexicana de S u
Majestad Británica y Comisionado para
informar al Gobiemo británico sobre el estado
de la República Central", entre los muchos
informes publica una lista de las principales
familias de la ciudad de Guatemala, con el valor
estimado de sus caudales, en 1825. Comprende
esta listatreinta y cinco capitalistas, de los cuales
los nombres que hemos encontrado son:
Los capitales detodos los demás no
llegaban a I os 500.000 p esos por p
sumando la lista en total 7.780.000 pesos. Al
Cuadro No 2
Familias n"r.".l po, actividades
Fuente: Elabonción propia con base en la documentación citada en este trabajo.
TIERRA
fueron Cónsules en el Consulado de Comercio.Uno de sus parientes, José Antonio ArribillagaBatres, era Subteniente de milicias y otropariente, José Ignacio Lanazábal Arribi llaga,Teniente. El personaje indudablemente másinteresante de esta primera ola de vascos, cuyatrayectoria existencial conviene resumir, fueJuan Fermín de Ayóinen4 navarro procedentede Nueva Españaen 1748.24 Casó en primerasnupcias en 1755 con una criolla emparentada ydescendiente de vascos (Barón de Berrieza yCanillo y Mencos y también con los Micheo).Llegó a ser alcalde segundo en I 759 y fuealcalde primero en 1784. Mediante su hermanaemparenta con otros vascos, los Beltranena,presentes en Guatemala ya en I 770. pero
además de ello tuvo conexiones con laadministración fi scal, con vascos comerciantesde ganado (Batres) y de tejidos (Marticorena).Ocupó personalemente cargos en laadministración local, y en la peninsular, en laintendencia, e indirectamente, a través de sus
pie de la lista se leía: "N.B.EI cálculo del valorde los caudales, propiedades y empleos, está
muy por debajo del que me dieron personas quetenían los medios para estar bien informadas
sobre su naturaleza y cuantía".23 Volvemos, porlo tanto a encontrar nombres que empiezan a
resultamos familiares. No sólo como decíamos,los Aycinena, También la familia Batres, a
quienes la vemos figurar entre las 35 familiasmás importantes de la ciudad con ingenios deazúcar por un valor de 500.000 pesos, además
de hallarlos desempeñando oho tipo de cargos,
como el de la alcaldía mayor de Chimaltenango,
Algunos de ellos establecieron alianzasmatrimoniales y de negocios con los Arce, yapresentes en el Consulado de Come¡cio deSevilla y en la Audienci4 con los Anibillagacomerciantes vascos con mayorazgo desdeI 656. En I 740, los Arribillaga se alían con losIrisarri, otros comerciantes vascos, y juntoscr€aron una compañía de comercio, que despuésquebró. Ocuparon el cabildo en 1771 y 1785 y
Familia Activldad Valor(estimado en pesos)
Asturias Comercio, haciendas 750.000Aycinena Comercio, haciendas 750.000Balles Añil, comercio 600.000Batres Ingenios deazucar 500.000García Granados Comercio. añil- haciendas ó50.000Olaverría Comercio, haciendas 750.000Pavón Comercio, añil, haciendas de ganado 1.250.000
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TIERRAFIRME
innumerables pa¡ientes entraron en la SociedadEconómic4 etc, Con ocasión del Faslado de lacapital, y por haber ayudado a la Corona, fuerecompensado: Juan Fermín fueprior delConsulado de Comercio en 1794 y su hijo José
cónsul en 1798 y Coronel de milicias.
Los Bam¡tia llegaron como comerciantes
en 1770, procedentes de Navarr4 ocuparon elCabildo. Del comercio extendieron su actividad
a laganadería, habiendo adquirido variashaciendas en el SE de Guatemala" El primer
Bamrti4 Francisco Ignacio, llegó a Guatemala
en 1744 como alcalde mayor de Tegucigalpa yfue después alcalde de Guatemala en 1754 y1758. Esta familia estuvo presmte en el cabildomás de veinte a¡1os. También Basilio Bam¡tiaRoma fue capitrin de los dragones provincialesy su hermano, Luis Francisco, capitán de
voluntarios distinguidos. Los Batres, que se
instalaron eri Guatemala a mediados del sigloXVII, obtuvieron cargos en el cabildo de laciudad durante dos generaciones. Se
ernparentaron con losArribillagay los Montrifarenel sigloXVIII; entraron en alianzasconAycinena y con los Bum¡tia y controlaron el
comercio textil. Eran ganaderos. Juan José
Batres Arribillaga fue canónigo de la catedral
de Guatemala en 1760, maestrescuela en 1767,
chanüe en 1773, arcediano en I 776 y deán del
cabildo esclesiástico en 1779. Fue propuesto
para obispo de Santa Marta (Colombia), pero
renunció. Además de ello, fue Rector de laUniversidad en 1773, 177 8, 17 88, 1792 y 1793.
Otro pariente, José Antonio Arribillaga Batres
estuvo en las milicias con el título de
subtsniente.
Los Beltranena, los lrisarri, vascos, ycomerciantes rivales de los Aycinena, su hijocasó en 1794 con unaArribillag4 y r€alizaron
;iril:,li-{f
también alianzas matrimoniales con Aycinana.Juan Bautista fue tanrbien cónsul del Consuladode Comercio en 1796, Siguiendo lamismatrayectoria, Manuel Juarros, que llegó en I 752,desernpeñó el cargo de cónsul del Consuladode Comercio en 1794y en 1804. Ofio pariente,Juan de Dios, fue Rector de la Universidad ycanónigo en lT6g,maestrescuela en I 784,chantre en 1793 y arcediano en 1797. En lasmilicias encontramos a Antonio Juanos Lacunzacon el título de subteniente. Representando alos vascos con agentes en lapenínsul4 elnaval Larraábal fue un cornerciante de textiy plata. Se casó con una criolla descendiente decolonizadores y mantuvo relaciones con losArribillaga, con Aycinena y Montufar. AntonioLanaábalAnibillag4 Rector de laUniversidaden 1805 y I 821, así como Diputado en las Cortesde Cádiz. En las milicias con el título de Tenienteestaba otro parlenie, José Ignacio Lafiaz¿Lbal
Arribillaga. Los Marticorena, los Mencos,ambos navarros, y descendientes de navarrosse emparentaron entre compatriotas.Establecieron alianzas familiares con losAycinena y Delgado de Nájera y,Mencos. LosDelgado de Nájera constituyeron el punto deconfluencia de los vascós con éxito enCentroamérica, en el siglo XVII y XVIII.Sus hijos emparentaron en una solageneración con ocho de los vascos másfamosos del siglo XVIII y XIX. LosMicheo, navarros, se establecieron enGuatemala a mediados del siglo XVIII. Enlas dós últimas décadas lo hicieron losUrruela, vascos procedentes de Alava" queocupan el cabildo en I 780.
Son también del mismo período losVidar.rre, varos con conexiones conrerciales conCádiz, cuyo pafriarcarealizael mafimonio con
lahijade un comerciante criollo de Nicaragua y
hermana del deán de la catedral de León, como
una d e I os e xportadores más fuertes de la
Capitanía. El matrimonio de un hijo lo remontó
a familias de conquistadores, cabildantes y
eclesiristicos. Detentaba éste la doble actividad
de comerciante y funcionario local. Sus
descendientes se relacionaron con ilustrados,
militares (Pedro Vidaurre era Teniente de
milicias), y ejercen el poder local como miembros
del cabildo.
Dice Palma Murga que el ayuntamiento, la
burocraci4 la Universidad y la Iglesia fueron las
instituciones en que se concentraron las energías
y las inversiones. La política de alianzas
matrimoniales fue el elemento de consolidación
y a fianzami€nto de I as mismas. E s dificilestablecer, cuando se trata de cotnerciantes, el
tiempo que tardaron en afianzarse en el poder
centroamericano a causa de la movilidad de esta
actividad. Para quienes ocuparon cargos en el
Cabildo, en laAudienciao en otras instituciones
públicas y privadas, resulta más fácil su
identificación. Si tenemos en cuenta los datos
del Cabildo de Santiago de los criollos y los
recién llegados, como élites establecidaspermanentemente en la colonia, vemos que casi
desde el principio ambos grupos compartieron
muchos intereses económicos, que buscaron
.defender contra la autoridad central del imperio.
Las modalidades de ascenso a la categoría de
grupo dominante fueron distintas, dado que no
todos los vascos que se trasladaron a Améric4
como funcionarios de la Corona o como
comerciantes, se queclaron allí, pues una de las
aspiraciones de los emigrantes era la de ¡roder
mejorar la situación económico-sociai en su país
natal. Otros, sin embargo, una vez finalizado su
cargo administrativo decidieron pernanecer
TIERRA FIRME
establemente. Otros, en fin, habían elegido
quedarse en el espacio centroamericano como
meta consciente.
Uno de los motivos por los que pudieron
realizar las inversiones agrícolas que
posteriormente los convertirían en hacendados,
se debió a los ingresos que en concepto de sueldos
de altos funcionarios algunos percibían.25 Nada
impedía la inversión agraria, a pesarde que existía
la prohibición expresa dc hacer negocios con los
locales, de poseer hacicndas e indios y realizar
direca e indirectanpnte cualquier tipo de negocic.
Su posición privilegiada les brindaba la
oportunidad para articular su poder político con
los privilcgios económicos y la posibilidad de
actuar indirectamente a través del conjunto de
familiares y amigos que habitualmente les
acom¡rañaban, motivó que se violarancontinuamente estas disposiciones. Los
ejemplos de inversioncs en agricultura son
numerosos: ÁWarez, Mencos, Osorio,Maldonado, Nájera,Asturias, Batres, Marroquín,
Zavaletas,Arribillaga.26 En este proceso dc
capitalización de la agricultura, BernardoBclzunegui sostiene que estos funcionarios:
"incluso en los casos en los que no se prolongó
su pcrmanencia en el país, -y, al terminar en su
cargo, sedeshicieron de sus propiedadesy
exportaron la inversión inicial junto con las
ganancias acumuladas, contribuyeron a lacapitalización agrícola al constituirse en
vehículos para la introducción de cultivos ytécnicas europeos. Promcvieron nuevas formas
de gestión de las hacicndas y sirvieron corro
elementos de renovación de esos hacendados
de la Colcnia (criollq5¡".27
Podemos concluir que, aunque no fueron
numerosos, los vascos que llegaron a Guatemala
amediados del siglo de las Luces consiguieron
'. t.r.l.i
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ftrTIERRA FIRME
integrarse en la élite de poder y establecer un
sistema de alianzas que les permitió sobrevivir
y reproducirse aún en los momentos de crisis,
gracias a su capacidad de reaccionar y gestionar
el poder económico y político''Por ello algunas
de las conclusiones a que hemos llegado las
podemos resumir como sigue' En primer lugar'
el abandono del espacio vasco y la ocupacién
del centroamericano comporta un proceso de
identilicación étnica por parte de los vascos,
cuya proyección en el n¡evo espacio se traduce
en un modo concrcto de actuar, en el que se
rnaniñestan de forma evidenteel prejuicio socio'
¡acial y la p:esunción de la superioridad de su
monoetai4 alirnentado todo elio por unafuerte
endogarnia. En segunda lugar, la presencia de
los vascos coadyuva a I a modihcación del
espacio, mediante lacreacíén de redes formales
e informales de poder, de lo que deriva su modo
de apropiarse de los recursos centroameric¿¡los'
.En tercer término, los canales de acceso a la
élite de poder los constituyen las instituciones
políticas y religiosas y las agociaciones
gremiales. La estrategia utilizada consiste en la
combinación de alianzas matrimoniales y de
negocios, mediante las cuales las redes
familiares se garantizan 1 a pervivencia' E n
cuarto lugar, I as redes familiares vascas'
constituyen, por lo tanto, estructuras de larga
duración en la medida en que los procesos de
cambio, que han tenido lugar en la sociedad
guatemalteca, t ienen constantemente como
protagonistas a los miembros de estas redes
familiares, constituyendo ello un elemento que
perdura, una variable que permanece, sufriendo
nariacionet aparentemente poco perceptibles'
Los pactos interelitarios que han sellado esta
larga duración constituyen un ulterior objeto de
análisis que nos hemos ProPuesto'
NOTAS
I Véasc tanibien J. M' AzconaPastorLos p¡r¡ísos posibles'
Historle de la emigraciónvascr aArgentina y Uruguay
en elslglo XIX, Bilbao, 1992; AA. VV', F¡mlli¡snovohsianas en Nueva Eepañl, México, El Colegio de '
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Amórlcas, l¡s élites colooi¡les cubanas en el siglo Xl)tMadri4 Alia¡za America, 1992: Marta Elena Casars Arzu
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8.
4 l¡s hailanns corrc cargadores de Indias: a ManwlAntonio
de Arce en 1753; a José Orosio de A¡ce e¡r 1775 y a Juan
José Um¡tia en 1748.
5 lda Algnan Emlgrant¿s y socl¿dad' Extrem¡dur8 y
América en el siglo XVl, Madri4 Atianza América, I 992'
p. 18.ó 'Juan Carlos Solórz¿no "Haciendas, ladinos y exploación
coloniat Guaten¡ala, El Salvador y Chiapas en el siglo
XVüI", p. 101. ¡\
? Lesley Bird Simpson "S¡¡dies in the administration of tlte
Indians in New Spain', pp. 104, l0ó' y 158-161'
8 Pedro Cortes y Lanaz Descrlpclón geográfico-moral de
la diócesls de Goathemal| hecha por su rrzobispo en el
dempo que ta üsitó (17ó9-1770), tonn II, p' 105' Véase
tambien;A¡o de tzó3. Autos fornndos para que esta Real
Auttiencia con la brevedad y reserva posible remita rma
relación indiüdual de los conegimientos y Alcaldias
Ma)orcs de este Reyno", p.283. Era la de U¡bina un de
las íaciendas que araia ladinos en periodo de cosecha y
que constituyeron poco después la población de Salcajá'
9
ll
Stephen Webre "El CabíIdo...", ci.. p. 12.
Mu¡do J. Macleod I{ istoria socio-económica de laAmérica Central española, ¡5¿0-1720, Guatemala,
1980, p. l5ó.
Mu¡do J, Macleod Historia... cit.. p. 158. Prohibiciónque los indigenas habajasen en obrajes de añil, en I 58 l;inposición de las üsitas de inspección en los obrajes en
1592; incompatibilidad de cargos públicos para lospropiebrios de obnjes.
I-os alcaldes mayores eran lo3 encargados de realizar l¿s
visit¿s s los obrajes de añil para ver si se cunplian las
disposíciones reales. ül Alcalde Mayor de San Salvador
sc opuso continuarnente a la infusión de h Audienci¡ en
esta finción de con8ol y contó a rnenudo con el apoyo de
la Corona, en Mudo J. Macleod Historia.,.cit, p. 159,
Díana Balrn¡ri, Stuart R Voss y Miles Wortrnan Las¡ll¡nza! d€frmll¡as y la formaclóndel prís enArnérlc¡ L¡üna, México, FCE, 1990,p.74.
Dana Balrmriy otsos L¡s ali¡nza¡,.. cit., p. 260.
Mu¡do J. Macleod Hl¡torla.,. cil, p. 163.
l¿s autoridades de Veracruz inpusieron en 1669 uria cuota
de I 0 pesos por caja de añil gu¿temalteco, adenús de a
otros pfoductos, en Murdo J. Macleod Historia... cit., p.
I 70.
Julio Castellanos Cambnnes Café y campesinos enGuatemala, 1853-1897, Gualemala, EditorialUniversitaria, 1985 , p. 26 .
Di¿na Balmcri y ohos L¡s alianz¡s... cit., p. 81.
Gustavo Palma Muga "Núcleos de poder localy relaciones
familiares en Cenroanprica", en Me¡oamórica, Antigu4Cuatemal¿, 1986, p. 288.
Bernardo Belzuegui Ormzábal Pensamienb económicoy reforma agraria en el Reino de Guatemala, 1797-
1812, Comisión Interuniversitaria Guatemalteca deConmemoración del Quinto C€ntenario del
t3
t4
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l6
t7
18
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20
Tier¡¡ Firme. Caraco - VenczuelaN" 78. Año 20 - Vol. XX,pp. 129-142,2002
The Basque immigration and theconst¡tution of family networks in CentralAmerica by mid XVIII
Teresa García Giráldez
Abstract:Within a wide context of several works dealingwith family relationships as an explanation ofthe colonial ties between Spain and The
TIERRA FIRME
23
Descubrimiento de América, GLntenula, CICDA, 1992,
p. 34.
Mana E. Cas¿im Arzú Guat€mata: Línaje y racismo,Sal José de Costa Rica, Flacso, 1992, pp. 78-79.
Diana Balmri y otros Las ali¡nz¡s... cit.,pp.251 y 262.
Citadü porAlfonso Otazu y Llana Hacendistas n¡varrmen Indias, Bilbao, GÉficas Ellacuía, 197A,p.314.
Vascos y navanos en Guatc¡nala se considerarcn del n¡igmgn4o local.
A principios del siglo XVIII el presidente d€ la Audi€nciade Gmtenlala tenia un sueldo de 5.000 ducados, losoidor€s 2.750 pesos y el fiscal 1.835 pesos. A ñnal delsiglo al presidente se le drplicó, los oidores recibieron3.300 pesos y los intendentÉs 4.000. Todos ellos obtsnidos
de l¡ rent¡ misma del pals. Bemardo Belzuncgu OnuzábalPemaniento,..cit., p. 28, Y ello a pesar de las ¡efonnasbummáticas de 1718 que redujemn los sxldos en lasAudiencias, para disminuir sus gastos.
Bemardo Belzuegui Omazábal P€nsarüento,..cit., pp.
29-30. Jorge Luján Muñoz "Los caciques-gobemadores
de San Miguel Petapa (Guaüemala), durante la colonia",en Mesoamérica, C uaderno l, Antiguá, G uatenula,enero-junio, 1980, pp. 58-59. [¡ hacienda de Sebastián
de Zavaleas que producía gtan cantidad de azucar, consesenta esclavos en la propiedad. El nayor de los ingenios
de azucar e¡a de don Tornis de Arribillaga, que segrlrFuentes y Guztnán, producía con el de los dominicos de
San Jeronimo Verap az, de 17 a I 8.000 anobas anuales.
Benardo Belzmegui O¡uzábal Pensamiento...ciL, p.
29,
L'immigration basque et Ia formation deréseaux familiaux en Amérique centrale versle milieu du XVIIIe siécle
Teresa García Ciráldez
Résumé:
Sur I a b ase d'une longue liste d'ouvragesconsafés aux liens de parenté comme facteürqui explique le lien colonial entre I'Espagne
21
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TIERM FIRME
Americas, the author focuses on the Basque
specificity to show that trade relations with the
colonies were mainly based on theinstitutionalized networks of kinship. Kinshipis seen both as the core ofthe prgblem and the
conclusion of the family history, given that itpaved the way for trade relations during the
Old Regime. The situation, as described by
Paloma Fernández Pérez, was the following:"family businesses and business firms were,
in practice, a single unity governed by similarprinciples".
Key words:Kinship, family, farnily history old regime,
colony, colonial Americas, colonial economy'
social networks.
et I'Amérique, I'auteur analyse lesparticularités basques afin de montrer que les
échanges commerciaux avec les coloniesétaient fondés sur les réseaux institutionnalisés
de parenté. Le réseau parental ainsi que ledestin de I'histoire familiale constituent les
principaux enjeux du travail car ces deux
facteurs représentaient la base des négociations
pendant I'ancien régime. La situation est bien
décrite par la g aditaine Paloma F ernández
Pérez:"la maison familiale et la maison
mercantile étaient, dans la pratique, une seule
unité régie par des principes similaires".
Parenté, famille, histoire de la famille, ancien
régime, colonie, Amérique coloniale, économie
coloniale, réseaux sociaux.
TIERRA FIRME
Tlarrr F¡rme. C sracas - vmzu€laN' ?8, Año 20 . Vol. XX, pp. 143- ló5, 2002
La justicia como laboratorio parala historia. Relaciones personalesy recursos jurídicos en procesosjudiciales (Santa Fe, Río de la Plata,Siglo XVIII)'
DlnÍo G B.lnnrrnqUNrvEnsloRo N¡cloNn¡. o¡ Rosep¡o (AncrNrne), PIHSRO
RESUMEN: El autor de este ensayo, al pensar el sistemajudicial como un "laboratorio" en el que
confluyen redes personales y lealtades, se inserta en un periodo histórico original, no sólo parala sociodad colonial santafesina, sino para todo el tenitorio conquistado por la Coronapeninsular,visto el desierto historigráfico que sobre el siglo XVII caracteriza la historiografia de Américalatina. El autor comprueba que, con la finalidad de hegemonizar el poder, los "notables" de SantaFe, en la actual Argentina, construyeron en torno a sí una densa red social que se sosfuvo demanera original por el uso condicionado de los recursos judiciales. La contribución másimportante aquí es la hipótesis de que esas redes se alimentaron no sólo de un proyectohomogeneo y respetado incondicionalmente por todos los interesados, sino también del conflictoentre grupos diversos, los cuales no dudaron en recunir a lajusticia para conseguir construiqcomo afirma el autor, un pasado esgrimido en un claro juego de legitimaciones.
PALABRAS CLAVE: América colonial, justicia, instituciones jurídicas, elites, redes sociales.
a concepción de una historia
hecha "desde abajo" forma
parte de una de las
saludables tendencias que,
durante el pasado siglo XX,constuyeron historiadores e
historiadoras para reponer un sueño que noparece haber muerto. Detrás de la aparente
diversidad que ofrece el espectáculohistoriográfico abie¡to después d e los años
1.970s., su byace -como u n magma t odavíapalpitante- el inacabado idilio entre unadisciplina que no puede ni quiere resignar lavocación romántica de hacerse cada vez más
científica y m¡is viva. La voluntad resurrectora
reaparece por doquier, bajo la forma debiografias, de estudios centrados en personajes
intrascendentes, de una microhistoriaconcentrada en sujetos a los que voluntariamente
construye como secundarios o de una sociología
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TIERRAF]RME
de redes que poneen evidencia el valor de
relaciones aparentemente desaguisadas o que,
sans logiciel,permanecían en la oscuridad.2
Dentro del ensanchado arco de
proposiciones que construyero\ este trend,hubo quienes encontraron la pista para otorgar
una nueva y merecida centralidad a losfenómenos políticos, desde unas perspectivas
que se sostienen, sobre todo, en el apego a una
sensibilidad cadavez más refinada puesta al
servicio del estudio de la administración social
de los recursos en sus manifestaciones menos
estridentes. En este plan, el universojurídicoen general y el judicial en particular se
ofrecieron y siguen ofreciéndose como algunas
de las opciones contingentes más feraces a lahora de .elegir u na puefta d e e ntrada. E sta
puerta, una vez abierta, nos pone de narices
frente a un espacio cuyas perspectivas para el
análisis no son menos abultadas que las
difrcultades que presenta. El desafio que se
abre detrás suyo, revive el problema irresuelto
de losjuegos entre agentes y estructuras, el de
la tensión entre el agente y el conjunto,proponiendo un horizonte que, aunqueinalcanzable, invita a h acer el i ntento delcamino.
Esta indagación en el ámbito de las
disputas judiciales se realiza desde una
observación teóricamente cargada por algunos
supuestos. En principio, que cualquier tipo de
disputa se libra sobre el telón de fondo de una
relación entre recursos disponibles y el número
de hombres dispuestos a luchar por el control
de los mismos; se abre aquí una primera
(aparente) disyuntiva que consiste en evaluar
los planos en que se da esa lucha en términos
de pruebas de fuerza o pruebas de derecho. En
segundo lugar, se parte del supuesto según el
cual una discusión o una diferencia llevada a la
instancia judicial, contenida dentro de las
"pruebas de derecho", detenta la condición de
ofrecerse a los actores como una arena en lacual "pueden escoger" plantear -concapacidades enhe las cuales a veces se cuentan
el acceso a, o la connivencia de factores do
poder político- una manera específica de librarla disputa por unos recursos que I es son
negados, más allá de que tengan o no derechos
sobre los mismos. "Ir a laj usticia" puede
funcionar, en algunos casos, como una opción
entre otras. Parece importante tener presente
la advertencia realizada por Richard Kagan en
su estudio sobre los pleitos y los pleiteantes
de la Castilla moderna, según la cual un
incrernento cuantitativo en la utilización de este
recurso puede estar señalando canrbios de nivel
cualitativo en el orden social.3 Tanto en Castilla
estudiada por Kagan como en el área del Río
de la Plata durante el siglo XVII, ámbitogeohistórico de este estudio, muchos actores
utilizaban el inicio de un pleito como unaherramienta, como una táctica para precipilar
un acuerdo extrajudicial: incumplimiento de
contratos, recuperación de dotes, herencias,
cobro de pesos, eran las causas más comunes
en los tribunales de justicia ordinaria o deprimera instancia.4 Kagan propone
insistentemente -y con t ino- r elacionar el
fenómeno de la litigabión con el proceso social
más amplio. "El aume¡rto de Ia población -dice-estaba sobrepasando con rapidez ios recursos
disponibles, fomentando las condiciones para
enemistades entre los aldeanos, incluso los que
estaban emparentados por matrimonio o lazos
de sangre".s El tercer supuesto tiene que ver
con el objeto de labúsqueda. Como señalaba
acertadamente Arlette Farge, "no se trata aquí
tl,i;3rii.::
rle discutir lo verdadero ni lo falso, sino de
cilcontrar, bajo I as palabras destinadas a
c()nvencer, la forma"6, forma que puede
ilcotarse, se expresa en los discursos con los
cuul€s el actor se Presenta a sí mismo, con los
(frrc espera convenc€r al juez y obtener una
rcntencia a favor suyo. Palabras que permiten
visualizar cómo se allnea,
con quiénes se alínea y qué
objetivos persigue con
cstos alineamientos.
Esta es la plataforma
r¡uc define las aristas del
nrurco desde el cual va a
lccrse un tipo de
tlocumentación particular,
como son los Pleitosjudiciales: iniciados Por
nlgunos actores (que
funcionan como agentes de
los intereses de una familia"
dc un grupo de familias o
dc ciertas coaliciones
Tanto en Castilla estudiada
porKagan como en elárea
del Río de la Plata durante el
sigloXVII,ámbitogeohistórico de este estudio,
muchos actores util izaban el
inicio de un pleito como una
herramienta, comounat ác tíc a paruprecipitar un
acuerdoexmjudicial:incumplimiento de conüato..'
TlERRAFIRME
Quedan algunas cosas que decir acerca de
las fuentes de este tipo. En los pleitos por
herenciag probanzas de títulos o derechos, los
actores aparecen libnindose a voluntariosos
esfuerzos de justificación y muchas veces de
creación, negación u omisión de vlnculos
familiares, exaltación de servicios de los
antepasados, cone-
xión de los méritos de
aquellos con laubica-
ción social propia en
el momurto del pleito,
criterios acerca de
pesos y medidas,
concepciones en tomo
a los derechos, las
dotes, la legitimidad
de deudas y obliga-
ciones documentadas
o no y, sobre todo,puede leerse laexposición bru¡al de
los capitales sociales
lbrmadas en tomo a intereses concretos), en
gcneral involucran a un n úmero bastante
rignificativo de miembros de la comunidad: el
n(¡mero de participantes que llegan a tener
ulgunos de ellos en Santa Fe, población fundada
sobre el río Quiloazas, cerca del Paraná, hacia
I 573, los ponderacomo un excelente reemplazo
pura detectar relaciones de toda la comunidad,
sobre todo teniendo en cuenta las dificultades
prcsentadas por los libros de matrimonios y
rrucimientos.T A título de ejemplo, sólo en uno
librado durante trece años, entre 1627 y 1640,
cuando la ciudad no superabalas mil quinientas
irhnas "españolas", se han detectado más de
(loscientos n ombres de h ombres y mujeres
involucrados en diferente grado'8
que estos agentes e stán en condiciones de
esgrimir: es el caso, por ejemplo, de lapresentación de relaciones de mérito, filiaciones
o testigos.
Ademas de esto -que ya constituye alga-
para el estudio de pequeñas sociedades como
la q ue aquí se aborda, e stos fondos t ienen
algunas ventajas s.uplementarias' En primer
lugar, generalmente, los Iegajos incluyen una
buena cantidad de pleitos subsidiarios, de los
que no aparece noticia en I a carátula, cuyo
traslado ha sido pedido por las partes en su
momento, en aPoyo de una u otra
argumentacióir. De estamanera, se multiplican
las posibilidades obtener información de larga-dutu
c o.o así t ambién la o bservación de
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TIERRA FIRME
cambios o permanencias desde el punto de vistade lo formal. En segundo lugar, dada la dificultady flaqueza de los archivos santafesinos para elperíodo estudiado, I a otra v entaja de e stoslegajos radica en la cantidad de actores queconcentran, mostrándose muy generosos a lahora de tener que elegir una manoa de suplantarla ca¡encia mencionada. En tercer lugar, si bienestos actores estarán librados a esfuerzos dejustificación de tales o cuales argumentos, existeun buen número de "verdades secundarias" alas que podemos echar mano con menorcuidado, debido a que son declaraciones ofragmentos de las declaraciones que se hacenpor fuera de lapresión de los criterios de"verdad" requeridos por el cuestionario,comentarios que muchas veces no tienen ningúntipo de conexión con los propósitos de ladisputa y que se constituyen para elhistoriador en información de primera mano,siempre que se la considere como parte de lasrepresentaciones q ue su declarante se estáhaciendo para sí y para lajusticia, del mundoen que vive.
El abordaje permite, además, la facturade ciertos cortes coyunturales, notablementeoperativos cuando se tratade obtener imágenesmóviles de procesos configuracionales: Iasrelaciones de parentesco no se traducenabsolutamente siempre en el presupuesto devínculos de lealtad que puedan considerarseinalterables. En este sentido, si se conviene quela familia y el ámbito de lo doméstico sonproductores de lealtad, lo que aquí se proponees no congelar esa imagen que, a la postre,resultaría la promotora de cierto estupor frentea la conducta real de los actores. Lo"esperado", o lo "previsible", no siempreocurre, ni siquiera en el régimen político {ue
se considera más estático y menos proclive apermitir la independencia de criterios de laspersonas, consideradas como ,.miembros
de uncuerpo". Si 1a sociedad del período temprano-colonial americano es corporativa, esto no deberesultar constrictivo para la investigación, quese debe a la sensibilidad por los matices y laaparición de grietas en los muros firmes: laelaboración de las genealogías de una decenade familias santafesinas notables del primercuarto del siglo XVII, cruzada con ecomportamiento de sus miembros enpleitos conectados enhe sí, ha mostrado que,en muchas ocasiones, asociaciones temporalesrealizadas en torno a intereses específicosrecorta¡on redes parentelares o expectativas delealtad que, a priori, aparecían compactas,previsibles y funcionalmente solidarias.g Laconcentración del foco de observación en losexpedientesjudiciales, por una parte, muestraa las mismas familiaq en momentos deconfrontación -por lo general, instancias de"dispersión" de los patrimonios o de luchasabiertas por el reparto del mismo-. Reducido elfoco de observación, sólo resta agregar que lomicroanalítico no se desprende necesariamentede esa reducción de la observación. Estadimensión, Ia analítica, pasa por laminuciosidaden el estudio del recorrido de esas relaciones,examinadas esta vez bajo el foco de la disputapor derechos sobre animale¡ o tierras, es decir,sobre aquellas instancias que .,aseguraban"
dealgún modo la vida de aquellos hombres y deaquellas mujeres.
LA HERENCIA DEL CRIOLLO: EL JUIcIo DELAHISTORIA
La herencia de Hernando Arias deSaavedral0 ha sido ya objeto d e algunos
rq?;il .:ltl
estudios. Oportunamente se expusoll el
tratamiento que d iera al tema don M anuel
Cervera en su clásica Historia de la ciudad yprovincia de Sanfa Fe, escrita en la primera
década del siglo XX; aunque de una manera
tangencial, también se ocupó del punto en su
hora don Agustín Zapata Gollán en "La hija
de Garay. Sus últimos años y su muerte".l2
No obstante, quien ha pretendido ir al grano
del asunto ha sido Juan Carlos Crespo Naón,
cuyo trabajo servirá como punto de partida para
desandar e I camino h echo por estos tres
estudiosos.13 Su "actitud" frente a los actores
de la historia que narraban se acerca más a la
del juez que a la del historiador.14 Esta
metáforajudicial aplicada al trabajo de nuestra
disciplina, según el historiador alemán
Reinhart Koselleck, "reste toujours en vigueur:
les meilleurs témoins doivent étre interrogés,
leus déclarations doivent étre soupesées les
unes par rapport aux autres, méme la partie
adverse est ¿ entender pour découv¡ir les faits
véritables, Malgré toutes les différenciations
méthodologiques, cette exigence reste encore
actuellement valable. Dans cette mesure, les
principes réglant la justesse des pocédures
appartiennent á l'établissement de la vérité."15
No obstante el válido esfuerzo comparativo
contenido en la propuesta citada, e incluso
acordando con alguna de las afirmaciones(tales como "interrogar" a los testigos de ambas
partes), personalmente me siento poco
inclinado a sostener lavalidez de la metáforajudicial. Menos que poco aun si se consideran
los resultados producidos al abrigo del
supuesto que la articula.
De esta manera, nuestra propia herencia
historiográfica comprende también, o sobre
todo, juicios de valor más o menos canonizados
TIERRAFlRME
acercade las virtudesmorales y éticas de aquellos
"personajes" que hoy, desde ofra perspectiv4
deben ser revisitados, a partir de sus testimonios,
a partir de sus huellas, como "actores" de un
escenario que es necesario mantener alejado yexcluido de una utilización ideológica El anáisis
de los pleitos por la herencia de Hemandarias
que realiza Juan Carlos Crespo Naón plantea el
tema desde una perspectiva que tiene en cuenta
los siguientes puntos, que pueden considerarse
como sus su puestos: en p rímer término, e I
patrimonio de Hemandarias, caracterizado como
muyimponentehacia lafecha en que Góngorale
hiciera eljuicio de residencia, eratodavíaimportante cuando aparece declarado en el
testamento de su viuda, Gerónima de Contreras.
En segundo término, del conjunto señala como
"aparte" de lo contenido en el testamento
"derechos y acciones en cuyo resguardo levantó
una información sumaria en Buenos Aires, en
el mes de mayo de 1628".16 Segun la opinión
de Juan Carlos Crespo Naón, durante un siglo
los herederos "abandonaron por completo el
cuidado y administración de los mismos lcomo]tampoco se ocuparon mayormente del manejo
del resto de la fortuna heredada de Hemandarias,
fuera de algunos actos jurídicos tendientes a
mantener I atentes sus d erechos". En tercertérmino, el cuerpo de pleitos que toma Crespo
Naón es recorrido retrospectivamente, partiendo
de una petición hecha por Don Femando Arias
de Cabrera en 1728 (se trata de un pedido de
vistas de la ínformación hecha por Hemandariasjusto cien años antes, en 1628).17 Finalmente,
el autor se ocupa entonces de localizar losreclamos de los herederos del ex Gobernador
recalcando la actitud de "abandono" del asunto
por parte de las generaciones anterio¡es.
' Este estudio ofrece información -en
r:,,i$,¡q
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TIERRAFIRME
algunos prírrafos sin aparato erudito- aunque
se desanolla sin problematizar en absoluto el
temade la herencia yla genealogía comoprácticas sociales, o bien como espacio delectura donde el historiador puede captar el
desarrollo de ciertas relaciones socialesparticulares. Su preocupación fundamental,
aparte de denostar a los herederos anteriores a
Femando Arias de Cabrera ("los descuidados"
o "los indiferentes') es lade trazar el denotero
legal que siguió la parte de la herenciaconstituida por dos islas en el Río Uruguay yotras tierras ubicadas en tiena firme -siempreen "la otra banda" del Río Paraná!8- desde el
reclamo de aquél hasta la venta de las mismas
al gobierno de laprovinciade Entre Ríos en el
siglo XIX. Propongo echar una miradadiferente a la documentación referente a este
tema en dos sentidos: en el cronológico y en
el analítico. Por una part€, ya se ha mostrado
que el mentado Fernando Arias de Cabrera
(bisnieto de Hernandarias) no fue el primero
en reclamar derechos sobre estas tierrasl9;lo hablan hecho con anterioridad su padre
-Gerónimo l¡is de Cabrera hijo- y un tío suyo
-Pedro Ramlrez de Velazco, marido de Juana
de Cabrerr. En segundo lugar, los yemos de
Hemandarias y Jerónima de Conreras (Miguel
Jerónimo Cabrera y Gerónimo Luis de
Cabrera) "usufructuaron" todo aquellg que
suponlan patrimonio de su suegro, partiendo
por supuesto de las dotes correspondientes a
cada una de sus esposas.2o
Por lo tanto, me ocuparé de lo ocurrido
durante el siglo XVII partiendo desde el
momento en que Hernandarias discute en vida
sus derechos con otros vecinos, dando lugar
también a pleitos que tendrá que enfrentar, en
el crepúsculo de sus días, la viuda del
3W¡
Gobemador, Jerónima de Contreras. En tercerlugar, claro está, la perspectiva será diferentetanto en lo que concierne al "contenido" de laherencia como a lo que significan losexpedientesjudiciales en su calidad de fuente
para la historia social. Si bien el trabajo de
Crespo Naón contiene apreciaciones acertadas
en el plano de lo procesal, trataré dehacerhincapié en las prácticas judiciales, el uso de
lostestigos, la naturaleza de la atestaciónjudicial, en los tipos de representaciones que
los actores se hacen de ellos mismos, de su
genealogla, de sus derechos y en la forma en
que las relaciones sociales (parentelares
incluidas) son invocadas u omitidas con el finde evitar deterioros o de obtener mejoras en
su situación patrimonial -material ysimbólica-, expresadasiempre en clave de
lucha sobre derechos.
LA VIUDA SU HIJA, EL FINADO JUGADORY LOS PLEITOS
Pásese ahora a considerar otro caso. Nose trata aquí de una simple herencia, nitarnpoco de actores tan notables. Sin arbargo,el hilo que despunta tras la desesperada
situación de una viuda que no vio satisfecha
su dote antes de la muerte de su esposo,
conduce, poco a poco, a desanudarciertosfragmentos de la madeja antsrior. El legajo que
se analiza contiene variosjuicios: resumir cada
uno deellos ocuparía de porsí unespaciobastante nukido. No obstante, una descripción
general de la situación puede resultarutilidad. Toda esta recopilación de papeles
debe -como en el caso anterior y, la verdad,
como casi siempre- a la intervención de los
Jezuítas. En marzo de 1683, una viuda y su
hija se presentan ante el alcalde de la ciudad, el
Capitán Francisco Resquín, con el objetivo de
registrar una venta de tienas y de derechos de
vaquería sobre ganado (una acción de ganado),
Isabel María.de la Cruz, viuda de Juan de Vega
y Robles, y la hija legítima de ambos, Ana de
Vega y Robles, "dijeron que tienen bendidos ybenden en ventta Real desde ahora para siempre
jamas" al Padre Luis Gomes del Colegio de la
Compañia de Jesús "el derecho y accion que,
el dicho cappn. Juan de Vega y Robles su marido
difuntto y padre de la dicha D. Ana de vega y
Robles tiene en la otra banda del Rio parana
sobre el Río de Felisianos, al ganado Bacuno
Simarron en que fue amparado por 1a Rl.Audiencia que Residio en el puerto de Buenos
Aires".2l
La carta de venta que la viuda y su hijarubrican ante el Alcalde Ordinario constituye,vale decirlo, el tramo final del legajo. Final de
una compilación de títulos y papeles realizadas
por los Je suítas que, e videntemente, fue e I
origen de la recuperación de los traslados de
todos los pleitos o fragmentos de pleitos que
la anteceden. El entonces difunto Juan de Vega
yRobles, quien en vida fuera el legítimo esposo
de Isabel María de laCruz y el padre de Ana,
había sido un vecino más o menos acomodado
de la ciudad de Santa Fe y, al menosaparentemente, parece haber gozado de lamisma condición en la ciudad de San Juan de
Vera (Corrientes). Las actas capitularessantafesinas reflejan su actuación comoRegidor en I os años 1 637, 1648, I 650 y1655.22 Su origen, linajudo, era ciefamente
extraordinario. Pertenecía a la cuartageneración (tercera de los nacidos en el Río
de la Plata) de una familia que entroncaba a
los Centurión-por esa vía sus antecesores
TIERRA FIRME
llegaban hasta Andrea Doria y el mismísimo
Carlos V- con la casa de los Espinosa de losMonteros en Burgos. Uno de sus bisabuelos
era el conquistador Garci Rodríguez de
Vergara, natural de Fontiveros, Ávila, ya que
Felipe de Vega -padre de Juan* habíacontraido matrimonio con una nieta del mismo(véase Gráfico No l; Ascendencia de Juan de
Vega y Robles por vía matema y Gráfico N" 2:
Apertura d e la v ía matrilineal - Isabel de
Espinosa- por la ascendencia de su abuela).
La construcción de esta cuna ciertamente
ilustre presenta, como puede verse, algunas
particularidades, La más notable de entre ellas
es, sin lugar a dudas, la deuda que Juan de
Vega y Robles tiene, en materia genealógica,
para con las mujeres de su famili4 comenzando
claro está por su madre. La unión de hecho
ent¡e Catalina de Centurión y Rodrigo deOsuna -los p adres de su bisabuela, nacidaentonces de una unión no matrimonial-noopacaba el asunto: la prosapia de la familia de
Catalina como la notoriedad de su compañero
-por otra parte padre de varios hijos naturales-tanto como el hecho de que esta unión se
produjera en la alborotada Asunción de losprimeros años de la conquista, evitaronseguramente comentarios engorrosos. Suabuela Beatriz de Espinosa, unió el prestigio
de los Centurión y de la casa de Espinosa de
los Monteros al de Feliciano Rodríguez, unode los fundadores de Santa Fe, hijo é1 tambiénde un conquistador rioplatense de los primeros
años.
No obstante el brillo de la estirpe matema,
su ascendencia patema no puede considerarse
del todo opaca para la época y la ciudad de
Santa Fe, en la que Juan de Vega y Robles se
avecinda con su esposa. Su abuelo, Felipe de
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TIERRAFIRME
Veg4 eramadrileño, igual que supadre. Ambospasaron al Río de la Plata con la expediciónde Juan Ortíz de Zárate.Z3 Su padre, tambiénllamado Felipe de Vega, revistó en el Cabildolocal como Alcalde de la Hermandad; la linea
le proporcionaba de un entronque peninsulary para más datos, madrileño, pero carecía de
la ralea traída a las casa por la madre de Juan,
doña Isabel de Espinosa (véase Gráfico N" 3:
Descendencia de Isabel de Espinosa y de Felipe
de Vega)
Juan de Vega y Robles fue uno de los tres
hijos varones del matrimonio entre Isabel de
Espinosa y Felipe de Vega. Una de sus
hermanas, Antonia de Vega, contrajomatrimonio con Cristóbal de Santuchos,
encomendero que ocupó cargos importantes
en el cabildo santafesino en 163ó (Alcalde de
primer voto y procurador) y 1647 (regidor).
Isabel, había sido casada con Manuel Martín(de la Rosa), antiguo escribano de Santa Fe
que fuera también el Teniente de Gobernador
ante quien se llevó el juicio por acción de
ganado entre Juan de Osuna y Hernandarias
de Saavedra. Si algo de dinero había en lafamilia, é ste fue a parar a la d ote de d oña
Beatriz de Robles y Vega: casada con el
Capitán Juan Domínguez Pereiro, Beatriz fue
dotada (por su madre) nada menos que con
ocho mil pesos "en géneros nobles como son
esclavos, plata, pesos y otras cosas".24 Todas
estas cuestiones, como se verá, tendrán su peso
al momento de discutir el derecho a algunos
recursos.
Su casamiento c on I sabel M aría de I a
Cruz, parecla proyectarlo hacia "afuera". Lospadres de la consorte, Phelipe Rui Días y Ana
de Frías, eran de una buena familia, vecinos
de la ciudad de San Juan de Vera-Corrientes-
y ofrecieron con suhija una dote de 1.278pesos.2s Algunas de las propiedades que
componían esta dote, todas ellas en la ciudadConientes, fueron vendidas porel matrimoniopoco después del enlace: las cartas de venta a
Lucas Gómez de Saravia y al PresbítFrancisco de Almirón, otorgadas en 1647 y1649 respectivamente, preceden temporal-mente a una curiosa escritura por la cual Juan
de Vega y Robles se comprometía a no jugarpordinero.26 Ladote, en buenaparte ya
dispersada, no pudo ser repuesta por el maridoantes de su fallecimiento. Por lo tanto, Isabel
María de la Cruz, ya viuda y en situación de
pobreza extrema, vende la acción yel sitio de
las estancias que fueran propiedad d e su
difunto marido a los padres de la Compañía
en trescientos cincuenta pesos de plata.
Esta venta originó el recupero y traslado
de sucesivos pleitos que, como se verá, elfinado sostuvo durante largos años con varios
actores. Uno de los juicios le fue interpuesto a
Juan de Vega y Robles por Jerónimo Luis de
Cabrera y Pedro Luis de Cabrera dos
descendientes directos de Jerónimo Luis de
Cabrera, fundador de Córdoba.27 La causa de
la inclusión de este pleito en el legajo, encuentra
su razón en la tarea de compilación de las fuentes
que corroboraban losjustos títulos de los
compradores. Con ellos, los Jesuítas pretendían
conseguir el lanzamlento de los Cabrera de la
estanciayel saneamiento de laacción de vaquear
que acababan de comprar.
EL USO DE LOS RECURSOS: PRUEBAS DEDERECHO, PRUEBAS DE FUERZA
La relación de los pleitos contenidos en
el legajo, a causa de la venta que la viuda hízo
al Colegio d e la C ompañía de Je sús, es I a
ry
siguiente. El 5 de abril de I 67 I , Juan de Vega
y Robles, vecino de la ciudad de Santa Fe de
la Vera Cruz, parece ante el cabildo pidiendo
amparo de la acciónde ganadosen laotraband4 "sobre las costas del río dg Feliciano".28
Con gran celeridad, el día2l del mismo mes yafio, el maestrede campo Antonio de Vera
Mújica, por entonces Conegidor y j usticia
mayor, mandó un comisionado a ver y levantar
la vara de lajusticia para poner aVega y Robles
en posesión quieta y real de "las tienas y los
ganados cimanones". El solicitantedel amparo
habría logrado tal medida en razón de unaprobanza, resultante de una "causa de filiación"de 1658 quo se traslada en el mismo legajo.
Por entonces, Juan de Vega y Robles se había
presentado ante el Cabildo santafesino *enpleno proceso de transmuta de la ciudad al sitionuevo- dici€ndo:
Yo thengo nezesidad de hazerynformazion de
cémo soy con los demas yo heredero delcapítan Phelipe de bega y deysavel de*pinosamis legiltímos p adres y n íelo d el c apíttan
Jilizíano rodrigez vezinos quefueron desu dhaciudad heredero de los susodichos de losdercchos ae.iones nietlos y transversales y delque ttenie el dicho mi abuelo desolra parttedesterio parana de aczion de bacas y el dichomí padre y para ello hago presenuazion delintterogsttorio de preglntas por donde sean
exsaminados las lestigos que por mi pafre
fueron presentados.29
En esta causa de filiación, los !estigos(todos ellos notables vecinos feudatarios de
Santa Fe, a la sazón en pleno proceso detransmuta al nuevo sitio) aseguraban que el
mencionado Juan de Vega y Robles era
heredero legitimo de su padre-Felipe de Vega.-
y en consecuencia, uno de losderechohabientes sobre la acción de vaquear
y tienas de la otra banda (sin especificar lo de
las costas del río de Feliciano). Estos bienes
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habían venido a dar al patrimonio de Felipe
de Vega a partir de la dote que FelicianoRodríguez, conquistador y benemérito,otorgara a su hija Isabel de Espinosa (madre
de Juan) al momento de conhaer inatrimoniocon aqué1.30 Terminadas las intervenciones de
los testigos -la mayoría d e los c uales se
encargó'de recalcar que Vega y Robles era uno
de los herederos con derecho- el actordeclaraba haber pretendido dar información del
derecho de sus padres sobre unas vacas que se
alzaron unos cuarenta años atrás, en lostiempos de un alzarniento de los Chamias. De
esta manera, el derecho reclamado consiste en
un derecho sobre la capacidad de hacer o darlicencia para h acer vaquerias sobre unosganados que, hace unos cuarenta años, sehabrían "alzado" en el área dejurisdicción de
la estancia de su abuelo, Feliciano Rodríguez,quien también tenía el mismo derecho sobre
el cimanonaje. Esta reserva de derechos que
hace Juan de Vega y Robles, remitenuevamente, como en el caso delenfrentamiento judicial entre Osuna yHernandarias, al período posterior a laepidemia de I 608 cuando, a causa de lamortandad masiva de hombres y animales, las
estancias de la Otra Banda del Río P araná
(actual Entre Ríos) quedaran despobladas.3l
La argumentación p or la c ual Juan d e
Vega y Robles reserva su parte en los derechos
-recuérdese que tiene tres hermanas mujeresy d os varones- reposaba, en e sta causa d e
filiación de 1658 sobre la construcción de su
propia genealogía: como hijo de quienes era,
era también nieto de Feliciano Rodríguez y portanto uno de sus herederos. El motivo de esta
reconstrucción solicitada ante lajusticia y contestigos, estápuesto en estos términos "que se
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me de el derecho para que use el derecho que
me toca." Es decir que Vega y Robles, sabiendoque no era el único derechohabiente de lasacciones y las tierras, necesitaba poderdisponer de su parte. Un día después de esta
declaración, el 12 de diciembre de 1658, el
alcalde ordinario Diego de Vega y Frías, comojusticia a cargo, sentenciabaque habiendo vistole información, Vega y Robles resultaba ser
efectivamente uno de los herederos y que por
ello debia entrar y gozar de los derechos quejustifi cadamente le pertenecieran "sin perjuicio
de terceros".
Casi inmediatamente, Juan de Vega yRobles otorga u na licencia p ara vaquear oconcertar vaquerlas a Pedro Pérez de Castro,
a quien cede también el derecho a cobrar las
proporciones de beneficio resultantes de los
conciertos. Como se trata de un traslado, no
se dispone del contexto de esta probanza,
seguramente incluida en un pleito que
involucraba a otros actores. Pero hay dos cosas
que quedan claras. En principio, Vega no había
estado vaqueando ni tenía la posibilidad de
hacerlo ya que resulta evidente que quien se
ocupaba y se seguiría ocupando de esto (pero
desde la probanza con un documento que
definía quién era el titular de la acción) era
Pérez de Castro, un acreedor a quien Vega yRobles consigue contentar frasladándole en un
acuerdo legal la posibilidad de vaquear o hacer
conciertos sobre vaquerías de ese cimarronaje,
cuyos beneficios en cualquier caso quedarían
en manos del primero. Esta situación -en laque Vega y Robles cede su derecho a terceros-
se repetirá en 1672 y 1676, confrrmando su
incapacidad material para realizar las vaquerlas
personalmente. En segundo lugar, hay otracertezai s€ trata de una acción de vaquear o
(dicho de una maneramas genérica y nais acorde
con los primeros planteosjudiciales a los que
haremos referencia ahora) del reclamo por las
"delimitaciones territoriales del derecho sobrelos ganados alzados" en la otra banda que fueran
objeto de un muy largo pleito entre el alcalde
Juan de Osuna, el Capitan Diego Ramírez yHernandarias de S aavedra c uya parte más
sustanciosa -la contradicción- se desanollóentre 1627 y 1629.
HEREDEROS Y FILIACIONES:1627 VTSTO DESDE 1672
En los inicios de la defensa que
Hernandarias de Saavedra prepara para esacontradicción iniciada en 1 627, el por entonces
ex-gobemador había incluido una pregunta que
descalificaba de lleno a Feliciano Rodríguezcomo derechohabiente de ganado cimarrón.Los testigos, ante la cuarta pregunta32,contestaban de la misma manera en que
h¿cía en primer término Pedro de Alcaraz:"A la quarta pregunta dixo este testigo quesabe por averlo visto que los herederos cleldicho feliciano rodrígez como fue juon deEspinosa su hijo se empeño con un portuguesmercader que en esta ciudad estava llamadoantoniofrancisco que posava en las casas que
fueron del Capitan ontonio tomfls al qual seoblígo de darle canlidad de sebos, cueros ypara aver de cumplir con el vio este testígoque el dichoJuan de Etpinosa fue a laestancia del dicho su padrc que ya era tliffuntoy mato en ella todas las bncns que el capítánDiego Ramlret le habla datlo en dote ydespués para el cunpllmlcnto hizo matangadel ganado bacuno que tenln cl dicho su padreen la dlcha ottdnclo y Io poco que habíaqucdado porlalla de gcnte por averles dadr¡la pule y cabodo y vlrlo desnmparada las
dloha atanela pawo deilu vundo el ganadoqua Pudo tla tusrle que quedaron en la
dícha estancia ysu assienlo cosa dehastatreynld cavezas de ganado chiquilomanchos y hembras, y que todo ello de oya dias fue este testígo en compañia del dichoJuan de espinosa y otras personos a ver siavía quedodo; digo aver el ganado queavía quedado en el assiento de la díchaeslancia y no hallaron nínguno y aviencloaulado cosa de quatro leguas el río arrívapor lierra vínieron a lopar cosa de quatroreses, y cle essas dize este tesrigo malaron launa y que tiene por coia cierta que por lamucha canliclad de tiSres que avíaacabaron el tlicho ganado que assi quedopor se r mentido y que I o que m as le h aze
cntender es cíerto es que siendo menudo
como era no podía faltar del assíento de ladicha estancia donde avía nacido y que
después aca d ize esle I estigo que ha ydomuchas veces a cavallo por la dichaestancia y la lierra adenlro hasla la Reducciónque estuvo cosa de ocho o clíez leguas ríoarriva y la Í.ierra adenlro hacia el notro cosade tres o quatro leguas, y no vio ninguna res
por tlontle quedo enterado las acabaron los
tigrcs, porque sino fuera ansi no dejavan de
topar c on algunos y esto responde deslapregunta ".3 3
Según testimonios como este y por otros
elementos, el por entonces Teniente de
Gobemador Manuel Martín, había resuelto en
1628 que los ganados cima¡rones de la Otra
Banda, incluso los que habían llegado hasta el
río Feliciano hacia el norte, no podían ser sino
los de la acción de Hemandarias de Saavedra,
quien no había despoblado su estancia, a cuyo
cuidado había quedado durante algún tiempo
Pedro Alcaraz. En 1 ó58, no se hace referencia
a esta situación por parte de Vega y Robles
quien, si se sigue el hilo de la sentencia de
I 628, podría reclamar derecho sobre las tierras
pero no sobrc e I ganado c imarrón. Pero lalsenténcia que redacta en diciembre de 1658
Diego de Vega y Frías, Alcalde de primer voto
a cargo de lajusticia, incluye,junto conel
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otorgamiento a Vega y Robles del derecho "quejustificadamente le pertenezca" la formula "sinpe{uicio de terceros que a ellos tehengan mejor
derecho".34
A comienzos de 1672, Juan Mendoza de
Carbajal presenta en nombre de Juan de Vega
y Robles un pedido de amparo ante la Real
Audiencia de Buenos Aires, por los mismos
derechos que catorce años antes le habían sido
confirmados a su representado por una Real
Provisión. En esta nueva presentación,Carbajal afirma que "sin embargo de lo que
probado tiene Vega y Robles, algunas personas
poderosas y otras no tanto, pero con el fomento
de I a justicia, entraban ahacer vaquerías
dejando el ganado destruido".3s El 7 de abril
del mismo año, el fiscal y el oidormás antiguo
de la mencionada Audiencia (a la sazón sinjueces) se expide a favordel solicitante,mientras que cuatro meses después el despacho
es tratado en el cabildo santafesino, que
resuelve se guarde y cumpla lo resuelto por el
tribunal.
Sin embargo, la intranquilidad delaccionero i ba a v erse incrementada cuandopasados unos s esenta días d e la resolución
capitular, el Capitán Cristóbal Domínguez de
Sanabria-en representación de Gerónimo Luisde Cabrera y de Pedro Luis de Cabrera "mipadre", díce- pide vista de las actuaciones a
fines de comprobar "si son legítimos losfundamentos", ya que entiende que sus partes
constituirían la figura de "tercerosperjudicados" que no habían s ido citados aofrecer contradicción en el momento de otorgar
la licencia a Vega y Robles.36 Este responderá
rápidamente, ofreciendo dos argumentos y un
pedido de carácter procesal: Vega afirma que
a los Cabrera toca el derecho desde el río de
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Aharaz para abajo (es decir en el iá¡nbito de lasestancias que Hemandarias habla poblado haciaI 59 I , aquellas que gustaba caracterizar como"a la vista de la ciudad", frente a las costas delantiguo asentamiento santafesino) y que ellostienen su acción "amojonada", amuchas leguasal norte de la suya. En cuanto al curso delproceso, Vega y Robles pide al Teniente deGobemador se declare por ,ho juez de la causa",en raz6n de que sobre el particular ya se haexpedido la Real Audiencia de Buenos Aires,un tribunal que, entiende, se €ncuentrafacultado por encima de su autoridad yjurisdicción.37
Y aquí es en donde aparecen algr¡nos usosde las representaciones que los actores se hacenen torno a la cuestión de la..herencia" y de suilustre legatario: cuando Vega y Robles se
refiere a los Cabrera, Ios menta como"herederos de Cristóbal González". EsteCristóbal González,s egún Cervera, h abríarecibido "aunque no legítimamente" unaparteal derecho de vaquear obtenido porHernandarias y Gerónima tras el pleitosostenido con Juan de Osuna entre 1627 yI 629. Unos herederos de Cristóbal González,apellidados G ómez Recio, vendieron a I osJesuítas {ervera no da las fechas- cinco, diezo mas leguas de tiena y la acción de vaquearso.bre los ganados cimarrones de esosterritorios. Sin embargo, cuando el Tenientede Gobernedor envía a su comisionado con lasnotificaciones al domicilio de los Cabrera,éstos son nombrados como "los Herederos delGobernadq Hemandarias de Saavedra" lo cualpara Vega y Robles debió haber sido evidenteno sólo por la continuidad en los apellidos delos yernos del ex gobemador (que conxr se
sabe, en todo caso, eran objeto de unaelección
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más o menos aleatori4 en la que se recuperabanapellidos de los abuelos y hasta de bisabuelos)sino porque hace una referencia absolutamenteprecisa para la época cuando se refiere a lastierras ("del río de Alcaraz para abajo,') quefueron primero de Garay y luego deHernandarias -por la dote de su mujer, hijadel conquistador- lo que en todo papel aparececomo "cossa por todos conossida, publica vozy fama" en varios pleitos. Tampoco se I osmenta como descendientes de otro notable, elfundador de Córdoba. A menos que unacreciente del río se hubiera cobrado lamemoria, no existe ningún motivo para pensarque Vega y Robles *antiguo vecino d e I aciudad, incluso del sitio vieje* desconocieraesta genealogia para todos evidente (véaseGráfico N" 4: Alianzas matrimoniales entre losdescendientes de Gerónimo Luis de Cabrera yJuan de Garay).
El procurador de los Cabrera, CristóbalDomínguez de Sanabri4 vuelve a la carga connuevos argumentos. En primer término afirmaque "mis partes tienen el derecho de más deochenta años ahora", alegando una..posesióncontinuada", pero también ..la
miás antigua",en clara pero tácita alusión a la dote deJerónima-referente a las tienas- y el cruce deganados realizado por Hemandarias en l59l-referente a la acción-. En segundo término,que Vega y Robles no'había usado su derechoy que, para reclamarlo, esperó hasta tener.,unjuez a propósito" - Vega y F rías primero yAntonio de Vera Mújica después*, Sanabriasugiere una cierta connivencia entre elpretendiente y eljuez, manto de sospecha quetiene un fuerte asidero si se considera, entreotros factores, que comopresentación firmó nada
testigo de su
menos que un
hermano de Vera Mújica. En tercer término,
que la justificación esgrimida por Vega y
Robles -la acción de Feliciano Rodríguez, su
¡¡buelo- es nula ya que Hernandarias había
hecho contradicción en 1627 a muchas
personas, "con toda justificación, consentencias definitivas, pasadas y cosa juzgada",
cn clarísimareferencia al pleito que antes
mencionábamos. En último término, una
objeción de procedimiento ajustándose a lalctra de la.Audiencia: que la Real Provisión
dada por la Real Audiencia de Buenos Aires
dice claramente que la misma debía otorgarse
"sin perjuicio de tercero". Como puede
percibirse, Sanabria entiende que esto no es
rma fórmula de cortesía sino una instancia que
se convierte en parte del proceso, por lo tanto
subraya que la acción fue otorgada sin consulta,
sin haber citado a sus partes -públicamentereconocidas como derechohabientes en este
punto- y fue ejecutada "cuando pudieron haber
rcparado en las palabras expresas de dicha Real
Provisión".38
Sanabria entiende que los únicos dueños
dc laacción -ylas tienas- son sus partes;
usegura también que tiene elementos auténticos
y pide aljuez que prohíba a Vega dar licencias
sobre un derecho que, según ha dicho, no lepcrtenece más que a su padre y su primo. Pero
Vega y Robles no cede: conoce perfectamente,
rul menos de mentas, la existencia y el texto
dcl despacho de la Real Audiencia de(lhuquisaca (La Plata o Charcas) de 1 639, que
había amparado a la viuda de Hernandarias del
río Alcaraz h acia e I s ur; señala q ue estos(labrera son personas poderosas "que este año
nrc sacaronbajo cuerdala tropade Fdez
Montiel", y vue lve a pedir al Teniente se
dcclare por nojuez, pedido que es complacido
TIERRA FIRME
el 2 de diciembre de 1672 cuando Hemando
Rivera de M ondragón da p or concluida su
intervención esgrimiendo la pertinencia de este
pedido.3e
Demás está decir que, a pesar de lavoluntad del Teniente de Gobemador, el finde las actuaciones de este proceso no está
cercano. Sin embargo, es hora de hacer un
primer balance. Aunque no interesa aquí
desentrañar q uiénes están e n lo c ierto, sí
interesa tratar de volver explícito qué cosas
hacen y dicen estos actores para "demostrar"que están en posición de ser los que tienen el
mejor derecho, en dehnitiva, que tienen razón.
Como dije más aniba, uno de los aspectos más
interesantes en estas fuentes radica en que los
actores se libran a esfuerzos de justificac.ión
donde exponen de u na manera o rganizada
ciertas representaciones que se hacen de lo que
"es justo" para ellos y, por oüa parte, queofrecen mucho material a partir de esas
"verdades secundarias", pequeños (o grandes)
deslices a los que se debe prestar atención.
Cuando Vega dedica sus esfuerzos a laconstrucción de la probanza de su derecho, en
1658, lo hace a través de una "filiación". Es
decir: en ningún momento supone que no tiene
el derecho, sino que elige la arenajudicial para
mostrar que una cantidad "bastante suficiente"de vecinos notables de su ciudad aseguran que
es hijo de Felipe de Vega e Isabel de Espinosalo cual es el precedente que considera como
único necesario para la consecuencia -ser uno
de los herederos de la acción de sus padres
sobre los ganados de la otra banda-, Con gran
criterio, Juan de Vega y Robles escogió a los
testigos de su filiación entre los násprestigiosos y los mrís viejos del lugar. Bemabé
Sánchez era vecino feudatario (encomendero)
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y tenía a la sazón 74 años de edad; aunque nolo diga el texto, se puede agregar que para la
época esta condición era homologable a la de
benemérito -sin alusión a la facción políticadel mismo nombre. El Capitán Juan de
Espinosa también eravecino feudatario, lomismo que Sebastián de Santa Cruz el viejo yel Capitán Francisco Hernández. Los dosprimeros alcanzaban los 75 años de edad
mientras que el último acusaría 60 años más o
menos. El Capitán Juan de Hortíz Montiel e¡a
vecino,tenía68 años y-en un dato para
recordar- fue el único de los cinco testigos que
pudo afirmar que no le tocaban las geierales
de la ley: el resto, estaban emparentados con
el hombre que los presentara como testigos y,
en todos los casos, por parte de su madre.
En base a esto, Juan de Vega y Robles
consideraba que debía dársele el derecho que
le tocaba, entonces, por haber probado ser hijode sus padres y nieto de Feliciano Rodríguez
-por lo tanto un claro heredero suyo- con
testigos "de los más antiguos y en bastante
número'n,40 Podría citarse una extensa
bibliografia para sustentar que estos criterios
eran válidos en esa sociedad, pero no es este
el momento de hacer un estado de la cuestión,
sino de detenerse aún más en ciertascaracterísticas propias de la elaboración de esta
representación.
En primer lugar, aun cuando Vega no haya
estudiado leyes -aunque quizrís sí estuvo bien
asesorado-, sabe que en la probanza son más
importantes I os t estigos que los títulos de
propiedad o las Reales Cédulas mismas. En
segundo término, tampoco desconoce cuáles
deben ser las características de estos testigos
¡ evidentemente, el tipo de declaraciones que
éstos debían hacer. Es necesario entonces ver
quiénesson estos testigos que eligió y qué
dijeron.
Por una parte, todos los testigos que Vega
y Robles presentó el I I de diciembre de I 65 8
eran personÍls "notables".41 Cuatro sobre loscinco son encomenderos. Como han señalado
acertadamente Areces y Tarragó, si bien I a
encomienda no es en Santa Fe 1a base delsistema económico, permitía a un vecinoconvertirse en feudatario, pudiendo "controlarindios de servicio [que] más allá de losbeneficios económicos directos, los diferencia
del resto de la población y los marca con el
sello del prestigio".42 Por otra, y esto sí 1o dice
Vega, son "de Ios más antiguos", es decir,aquellos a quienes puede acreditarse elconocimiento de lo "inmemorial". Una persona
de 70 años que haya sido residente en el sitiopuede dar testimonio acerca de 1o inmemorial.
Es miis, su "testimonio" es, sin más, este "saber
inmemorial", Esta recurrencia a los más
antiguos e s p articularmente i mportante e n
sociedades "nuevas", donde 1a antigüedad está
directamente ligada a la cuestión de losorígenes, Hacia 1658, estos testigos son casi
tan "viejos" como la ciudad misma, son ellos
mismos la memoria viva de la ciudad.,.
En cuanto al contenido de los testimonios
de éstos, se puede decir que están estructurados
según una escala de criterios que coincide con
lajerarquía otorgada en el derecho castellano
-inclusive en el marco del Tribunal del Santo
Oficio- a la c alidad de I os mismos: t odos
afirman que Vega y Robles era hijo de Isabel
de Espinosa y Felipe de Vega por haber visto
que unos a otros se daban el tratamiento de
padres ahUo (yviceversa) yhaber visto,también, que hablan echado las vacas en la
estancia. Por citar un ejemplo, Bernabé
tr
Sáncheztestifica que "como primo de lamadre,
vido el trato de padre a hijo", que como deudo
que era, "estuvo en el Casorio" y está al tanto
de la dote de Feliciano, y que entendió y vio
como se mandaban los ganados a la dichaparte
de la otra banda, porque los acompañó varias
veces a cn¡zar el ganado. Francisco Hemandez
asegura haber visto también el tratamiento de
padre a hijo, la estancia que se menciona y que
lo de la cruza de las vacas 1o sabe porque lo
oyó (testimonio de segundo orden) de Juan de
Espinosa, quien lo vio (testimonio de primer
orden).43
Para completar el cuadro, cuatro de los
cinco testigos están emparentados -endiferente grado- con el actor que los presenta'
En las declaraciones, parece evidente que no
son "incondicionales" de su pariente, lo que
puede leerse en el gesto d e prudencia q ue
significa insistir en avalarlo solamente como
uno de I os derechohabientes del legado de
Rodriguez, tanto como en el acento que ponen
respecto de la amistad que les unía óon su padre
o el vínculo con su madre y abuelo. Aunque
en otras ocasiones se hamostrado cómo lalealtad familiar fue recortada por otros tipos
de relaciones, en esta oportunidad, el vínculo
familiar parece funcionar, aunque se intuye que
por la fuerza que conlleva el linaje de lamadre,
Isabel de Espinosa, que dispone de relaciones
de amistad y parentesco que devienen de las
alianzas trabadas en Santa Fe por su padre,
Feliciano Rodríguez.
. Como ya dÜe más arriba, la sentencia del
alcalde ordinario a cargo de lajusticia, Diego
de Vega y Frias, favorable a Juan de Vega y
Robles, se basa en "las razones y fundamentos
que los testigos dizen y definen". Por lo tanto,
de una y otra parte, desde quienes piden justicia
TIERRAFIRME
y desde quienes la otorgan, prestigio, memoria
y sentidos son los elementos fundamentales
para la organización de úna representación de
lo que es j usto que so cialmente puede ser
admitida. Los argumentos de Sanabria *laposesión continuada de sus partes, la
connivencia de Vega con losjueces, la relación
a un pleito anterior como cosa juzgada y el
ajuste a la letra de la Real Provisión- se ciñen
bastante bien a cuestiones de procedimiento y
al peso de la costumbre. Tras el acto en que H.
Rivera de Mondragón se declara por no juez,
Sanabria insistirá mostrando algo más que el
peso de un proceso mal actuado: si bien insiste
en que no hubo 'Juicio contradictorio"(refrriéndose por enésima vez ala letra de la
Real Provisión que indicaba "sin perjuicio de
tercero") pide a Su Majestad enmiende el auto
por d iversos motivos. P rimero, p orque I as
partes llevan 80 años de posesión en esas
tienas; segundo, que este tiempo es
"inmemorial", y que por lo tanto constituye
"sobradajustificación" y, finalmente, que ellos
siempre fueron reconocidos como dueños y
accioneros, "sobre todo cuando hace algunos
años el Cabildo pidió un donativo de veinte
mil vacas a Francisco Luis de Cabrera,hermano que fue de mis partes, que se las dioy les ofreció otras tantas, como consta del libro
del cabildo".44
Cristóbal D omínguez de S anabria ha
ventilado algunas cuestiones que no parecen
de derecho pero que aluden directamente a las
representaciones que el Cabildo mismo se hizo
en su momento a cerca de quiénes eran los
titulares de ese derecho que hoy se les niega a
sus partes. Aún cuando no lo diga, Sanabria
sabe que ha tocado un punto sensible: aquellas
cabezas fueron donadas al cabildo para costear
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el traslado de la ciudad (un interés de todos).
Sin embargo, y aunque Sanabria omitadecirlo,
quienes apoyaban en I 65 8 a Vega y Robles -lafamilia Vera Mújica, por ejemple- también
habían hecho lo propio, tal ycomo lo comenta
Cervera y como consta en las actas del cabildo
del período.
Vega había replicado a esa presentación
caracterizándola como "intempestiva y
dilatada", afirmándose en sus argumentos
permanentes (filiación y Real Provisión), pero
agregando un pedido que sube el tono: "que
no altere a los vecinos que están quietos y son
antiguos como yo". Es decir: cuidado con el
orden y, sobre todo, con los "vecinos" de Santa
Fe. Sucede que los Cabrera hace ya tiempo
que habían perdido o dejado tal condición.
Radicados en Córdoba y Santiago del Estero,
en este tribunal, ellos son "de afuera" y aún
cuando tengan lazos de parentesco con vecinos
notables (este Sanabria o los Garay) ellos ya
no forman parte "presente" del grupo de
familias que detenta el control de los capitales
simbólicos de esia pequeña sociedad.
Sin embargo, Rivera de Mondragón, en
su penúltima intervención en esta causa, parece
abrirles un crédito: si bien afirma su actitud de
improcedurcia apoyando de esta forma a Vega
y Robles, dice que reserva a los herederos de
Hemandarias reclamar ante quien les convenga.
Aquí el recurso genealógico -ubicando en el
origen de la trama al ex gobemador y no a
Gómez Recio- vuelve a ser exhibido desde la
administración de la justicia y no desde los
reclamantes, quienes se habían apoyado en un
comienzo en la mención al propietario
cronolégicamente mis reciente y no al miis
antiguo, menos discutible desde el orden de la
memoria y de los títulos'
En enero de 1673, Domínguez de Sanabria
da cuentas de su indignación frente al juez que
ni siquiera revisó sus apelaciones. Informa que
hizo apelación ante laRealAudienciade Charcas
ypide se le señalen estrados donde pueda llevar
sus testigos, "último recurso de los indefensos".
Además; retoma I a h abilitación simbólica
realizaila por el juez en dos oportunidades y
nombra a sus partes como los nietos de
Hemandarias de Saavedra, a la vez que asegura
que el juicio de Hernandarias contra Osuna y
Ramírez "se extravió", reconociendo por
primera vez la filiación directa de sus partes con
los Garay-es decir, con su yemo, Hemandarias
de Saavedra-, a partir de reconocer que aquél
pleito constituye la matriz de la discusión sobre
estos derechos.45
Rivera Mondragón, aunque ya se había
declarado por no juez de la causa, opta por una
solución salomónica: suspende las vaquerías
hasta que se presenten los legitimos dueños de
las acciones. Así las cosas, el pleito no continúa.
Pero, no,obstante las sanciones d e la Real
Audiencia de Buenos Aires y la prohibición de
Rivera de Mondragón para vaquear, los Cabrera
se han mantenido ocupando el lugar y
vaqueando los ganados. Cuando en 1684 los
Jesuitas concretan la compra de la acción y el
sitio de la estancia a la viuda de Vega, afirman
que, a I no h aber mejorado I os Cabrera I os
términos de su apelación, deben sanear la
estancia yque, hasta tanto lo hagan, los
considera¡án inquilinos de la misma.
Curiosamente, Cristóbal Domínguez de
Sanabria en ningún momento apeló por vía de
derecho cargando sobre lo quejudicialmente
era más viable o más frecuente c uando se
tratabade testigos: la tacha. Como se dijo,
cuatro de los cinco testigos que Juan de Vega
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y Robles había ofrecido en 1658 para laprobanza de sus derechos como heredero eran
parientes suyos, estaban afectadospor las
generales de la ley y, por consiguiente, podían
ser objetables. Bernabé Sánchez era primo de
Isabel de Espinosa, su madre. El Capitán Juan
de Espinosa era tío suyo, hermano entero de
Isabel; Sebastián de Santa Cruz el Viejo estuvo
casado con una sobrina del Capitán y la mujer
de Francisco Hernández era pariente de Juan
de Vega y Robles, aunque el testigo no sabía
bien en qué grado. No tengo hipótesis alguna
acerca de por qué Sanabria no apeló al recurso
de la tacha, pero sí queda claro que, de todas
maneras, eran él y sus partes -también sus
parientes, entodo caso- quienes estaban
ocupando las estancias y vaqueaban
efectivamente-con o sin licencia- los ganados
cimarrones objeto de la acción en disputa.
A partir del análisis de estos procesos, se
ha pretendido señalar algunas de las vías posibles
para indagar sobre aspectos relacionales de esta
sociedad. Las líneas que ofrecen los mísmos
procesosjudiciales conducen a un reconido que
lleva la investigación por el camino de las
diferentes maneras en que los actores
usufructuaban los recursos, la forma en que se
representaban su derecho sobre los mismos, en
que disputaban por esos mismos derechos a los
que se creían acreedores y, conelativamente, el
mismo r ecorrido permite p ercibir a lgunas
representaciones enunciadas por los actores y
de las distintas prácticas ligadas a la satisfacción
de i ntereses mediatos e inmediatos. P uede
decirse que en el marco de las pruebas de razón
y de derecho -prestigio, memoria y sentidos*
Vega y Robles, como I o había conseguido
Hemandarias medio siglo antes, había llevado
las de g anar; pero a d iferencia d el ilustre
TIERRA FIRME
antepasado de sus demandantes, nunca estaba
de cuerpo presente en el terreno dondeefectivamente sejugaba el usufructo efectivo de
la acción d e vaquear s obre la c ual había
pretendido demostrar su condición de
derechohabiente. Ahí, e n el t erreno de I as
pruebas de fuerza, donde los Cabrera,"indefensos" ante la justicia, hacían prevalecer
su "derecho", para ellos suficiente. Suficiente
al punto tal que consideraban por todos conocido
el hecho de la posesión inmemorial esgrimida
por sus antepasados. Los usos de la víajudicialque realizaron los Cabre¡a, através de Cristóbal
Domínguez de Sanabria, permiten afirmar la
existencia de una cultura judicial utilizadaincluso con alguna fineza -por ejemplo I autilización precavida de un pasado ilustre que
no se con dice demasiado bien con la tenencia
de títulos justos (se menta como extraviado el
mas importante de los documentos) pero sí con
la continuidad en la ocupación del espacio--.
Uno de los actores -Vega y Robler se
apoya fuertemente en la filiación, que lleva por
el camino de la dote de su madre, otorgada por
un abuelo que había confrontado con el abuelo
de sus demandantes medio siglo antes; los otros
(los Cabrera)dueños deuna genealogía de
mucho mérito -descienden directamente d e
conquistadores de primera línea en el área-
desisten de utilizar este recurso como argumento
' principal. La sentencia de aquél pleito de 1627
a 1629, luego objeto de algunas apelaciones a
la Real Audiencia de Charchas, hubiera acortado
el camino (también es cierto, la recuperación de
los codicilos del testamento de su abuela,
Jerónima de Contreras, lo hubiera entorpecido
enormemente, dado que la anciana "desheredó"
a sus yemos, Jerónimo Luis de Cabrera y MiguelJerónimo de Cabrera, por haberse quedado con
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TIERRAFIRME
parte de su fortuna antes de tierpo). Quizásconociendo mejor que nadie estos mismosentuertos judiciosos, eligiaon afirmar que su
derecho se basaba inenos en títulos de dificilconstatación y de dudosa ayuda para el caso,
que en el recurso a la memoria de todos.
Vigorosanrcnte aferrados a"la continuidad" de
una posesión familiar e inmemorial que
consideran objeto de conocimiento del común,
pretenden inponerlo como aquello que esjusto.
En consecuencia, lejos de mi intenciónreconocer cuál de las prtes estaba realmente en
lo cierto (lo que por ota parte se diñculta a partir
de I a inexistencia de una corología de I as
propiedades y de manciones sie¡rpre confi¡sas
a derechos que se refieren sobre anirnales que
semu€r/en en rm enormeespficio contenido ente
resrlos) el redito mayorradicaen lamuesüade
un ámbito, de una cultura de la justicia que da
cabida a I os argumentos ensayados por I os
' :'?.i:lffiltrllt;r',,.
actores. El hecho de que la sentencia definitivano hayra favorecido a los Cabrera no sigrificaque hayan estado equivocados en los principios
sobre los cuales cinpntaron su argumentación,
ynnrcho nrnos que este planteo estuviera't¡srade la ley''. Lo que parece inporante y zubrapble
es q ue las condiciones de e xistencia y I as
relaciones sociales que funcionaban en esta
sociedad, permitían y autorizaban que estos usos
correspondieran al plano de lo posible, deaquello que es aceptable en el marco de un
proceso judicial. L¿ memori4 la continuidad,
la posesién inmernorial y el usufructo efectivo,
lasmores, las costumbres, constituyen losrnateriales predilectos y omnipresentes de esta
justicia casuístic4 incomprensible si se disocia
de la antropología de la sociedad en la que
hombres y mujeres libraban sus disputas por la
satisfacción de sus intereses materiales ysimbólicos.
Grálico N" IAscendencia de Juan de Vega y Robles por vfa materna
cüci Ro&igEz de vcrgúa (Ét dc Fo¡üivüc, Avila.)c.G.
Vctoria Rodllglrz(Bt dc Ste Cru dc la Sima)
Fclicim Rodrlg&zc.c. la ngci8
Bc¡úlz dc Espircs
Isab€l dc Espilwc.c.
FcliP3 dc vct¿ y Roblcs
Jm dc VGfr y RobGrc,c,
l¡¡bcl lrl¡rl¡ dc l¡ Cru
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TIERRAFIRME
Gráfico Nn 2
Apertura de la vla matrilineal (Isabel de Espinosa) por la ascendencia de su abuela
hija de Rodrigo de Osuna y de--Catalina Centurión, unidos de
Gráfico N" 3
Descendencia de Isabel de Espinosa y de Felipe de Vega
Iuan de Espinosa el mozo
lsabel de Espinosa
Felipe de Vega y Robles
Juan de Vega y Robles
lsabel Muia de la Cruz
Isabcl dc Fspirss¿
Felipc dc VcA y Robl6
Jw do VeB y Roblesa.c,
Is¡b.l M¡¡l¡ dc l¿ C@(dc Corier¡f.s)
ls¿bel dc Veg¡
Maud l,,l¡liedc la Ross
Aü de Vega y Robl€s
Früiso dc los Rios.
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TIERRAFIRME
NOTAS
Partc del contcnido de este stlculo fue discutido enámbitos talcs como las rpunioncs del Ccntro dc EEtudios
Sociales Regionalcs (CESOR) de la UniversidadNacional de Rosario, y del Séminaire Histoire ctAnihropologie du Monde Hispanique, en la Ecole des
hautcs étudcs cn scicnces socialcs de Parls. Agradczcolos comentaric que cn aquellas oportunidadcs mcoÉecieran Marta Bonaudo y Grisclda Tanagó (por clCESOR) tanto coÍro los aportes que Gabriela VallejoCervantes, Zac¡rlas Moutoukias, José Javier RuizIMñez, Jean-Frédéric Schaub y Bemrd Vincent rEbrindaron durante su discusión en el séminaire deI'EHESS. La prcssnt€ versión no hubiera sido posible
sin el al¡ento y las sicÍp¡r concctas sugcr€lrcias de MarlaInés Carzolio y Gab,ricla Dalla Coñc. El Dr. Ca¡los F.
Romitti ft¡e un consultor atento y eficiente acerca de las
cucstiones gencalógicas rclativas ¡ las fa¡nilias sob,re lasquc invesigo, Mi agradecimieno a todqs cllos, a quicncs
dcbc cximirse de los enorcs y omisiones que cstaspáginas seguranrntc ab'rigan.
Para una pusstá al día de los estudiosjurídicos desde la
Historia y la Antropologia, véasc en particular elmonográfico dcl quinto número de la Revi3t¡
Gráfico N'4Alianzas matrimoniales eDtre los descendientes de
Gerónimo Luis de Cabrera y Juan de Garay
,':t¡;:iilll'4#.
Prohlstorl¡ (Rosario, 2001) coordinado por DaríoBarricra y Gabriela D¿lla Corte y que incluyc lossiguientes trabajosl "Cambio político, disciplinanormativa y persistencia de la mentalidad jurídicaDisputas y rcsolución de conflictos en la CatsluñaFranccsa", de Silvia Gómez I Mestres; "Rcalismo,Antropología Jurídica y derechos, Entrevista a lgnasiTerradas i Saborit", por Gabriela Dallla Corte;'Enseñando al hombre blanco, abogando por lajusticiaindia. Un contexto antropológico y político para TheCheyenne Way de Llewellyn y [oebel", de José MarlaCa¡dcsín, "Los criminalcs ante h concesión del indultoen la España del siglo XVlll", deTomas Mantecón;'L¿represión y la Cuena civil espanola. Memoria ytratámiento histó¡ico", de Frangois Codicheau;'Turisdicciones en Tensión, Poder patriarcal, legalidadmonárquica y libertad cclcsiástica en las dispensas¡mtsi¡¡nr¡iales del Bucne Aires vinrinal", de Elsa Caul4"ltincrarios dc la Ciudadanfa en Buenos Aires. La leyde eleccioncs de 1821", de Oreste Ca¡los C¡nsanello;"Los vogos de la campañ¡ bonaercnse. La conem¡cciónhistórica de una ñgura delictiva (1730- I 830)", de FabiánAlonso; María E. Barral; RaúlO. Fradkin; CladysPeni;
t.,i r. ,
"La justicia civil en la campaña bonaerense: unaaproximación c uantitativ¿ ( 1825-1 834)", d e Nidia N.Robles; "P¡ocesos judiciales y reconi dosadministrativos. l¿ conflictiva propiedad de los Dí¿zVélez, Buenos Aires, siglo XIX", de Maía VerónicaSecreto; "Ju¡idicidad, política y sociedad", de Bemardosod.
Richard Kagan Pleltos y pleiteantes en Castilla, 1500-1700, Dípuüación de Salamanca, S¿lamanca 1991.
Aunque puede asegwane que, si tenenns en cuenta una
relación que pueda establecerse entr€ el número deapelaciones y la magnitud de las distancias y los costos,la propensión de los santafesinos a apelar ante la RealAudiencia de la Plata puede calihcane conro inrportante.
Richard Kagan Pleitos y pleiteentes.., cit., p. 103.
Arl€tteFargeLa vida frágll, Yiol¿nc¡a, pod€res ysol¡daridades en el París del siglo XVUI, [La vlefraglle. Violence, pouvoirs et ¡olidarités I Paris auXVIIIe slécle, Hachette, Paris 19861, Instituto Mora,México I 994, Trad. de Gab¡iela Montes de Oca, p. 36.
Los lib¡os de M¿trir¡onios y Nacinúeutos de Santa Fe
están conservados en el Arzobispado de la ciudad y sus
onginales no son accesibles. De todos mdos, se hanconsultado bajo fomra de nicrolilmado en la Bibliotecade Estudios Fanriliares de la lglesia de Jesucriito de losSantos de los Últimos Dias, Estaca Oeste, Rosario. Losregistros comieuan en el año I 634 y son verdaderanEnt€escasos hasta pasadas alguras décadas.
Me reliero al extenso (ter¡poralnrcnte y en número defojas) pleio librado por Hemandarias de Saavedm y Juan
de Osuna por nrjor de¡echo sobre una acción de vaqueo.
Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales deSanta Fe (en adelante DEEC - SF), Expedientes Ciüles(EC), Tomo LII, legajo 10.
Darío Barriera Vers une histoire pol¡tlqueconfigurationnel. Conquéranb, familles €t rapporbde pouvoir dans une ville aux confins de l'EmpireEspagnol - (S¡naa F€, Río de la Ptata, XVI-XVIIcitcles), Thése de Doctorat, realizada bajo la direcciónde Bemard Vincent y María Inés Carzolio, EFIESS, Paris,presenhda para su lectura en el período académico 200 l/2002.
Hijo de Martín Suárez de Toledo y María de Sanabria(en segundas nupcias). Su padre fue quien apoyó a Juan
de G aray cuando I legara a Asunción desde el P enl.Hemandarias se convirtió en su honrbre de confianzaprimero yluego en su yemo. Fue gobemadorde laprovincia del Paraguay y Río de la Plata durante cutroperíodos, siendo el máxinro representar¡te del partido de
los "benemerios", denominación atribuida a un grupo
conpuesto sobre lodo por descendientes de los primeros
conquistadores del área, Hacia l618 fue desplazado delajefatura de la gobemación por el gnrpo Confederado,slianza enúe los nnrginados del primer gn:po, nuevosfuncionarios y comerciantes portugueses que prevalece
TIERRA FIRME
desde esos años eu los cabildos de BuenosAires y Santa
Fe, tonnndo el control de la nueva gobemación del Riode la Plata.
Darío Baniera "De Capitanes y Vacas", en Vers unehistoire politique... cit., p. 55 I y ss. Un primer estadode la cuestiól ofiecido en Dario Bariera "Derechos,ganados, pleitos, tierras...", en Varia História, I 9, BeloHorizonte 1998, pp. 5-37.
En Agustin Zapat¿ Collán Obras Completas, U.N.L.,Tomo IV, Santa Fe 1990, pp. 109-l 72.
Juan Carlos Crespo Naón "La herencia del GobernadorHemando Arias de Saavedm y los pleitos a que ella diólugar", en lnstituto de Estudios lberoamericanos, Vol.II, Buenos Aircs 1984, pp. I I 5-l 35.
Sin duda ligada, anacrcnicanrcnte, a la riefáfom deferididatodavia en nuestros dias por Reinhart Koselleck"Histoire, droit etjustice", en L'experience d€ I'histoire,Gallimard-Le Seuil, Paris 1997, pp. 1ól y ss.Particularmente e n el primer apartado, " Histoire etJustice".
15 Reinhart Koselleck "Histoire, droit et justice", cit., p.'t63.
16 Reinhart Koselleck "Histoire, droit et justice", cit., p.I 16.
17 Archivo General de la Nación, Buenos Aires, Sala IX"40-l-4, leg. A 3, expte. 5.
Par¿ el lector no familiarizado con el área, se denominala "otr¿ banda" del Rio Paraná a las islas y tiena firmeenfrentadas con la ciudad de Santa Fe en la margenizquierda (oriental) del mencionado río. Estas lierr¿sestaban enioncesbajo lajuisdicciónde la ci"d¡d fiudadapor Gamy, mientas que desde la conformación de losestados proünciales i¡iciada durante el primer cuartodel siglo XIX, quedarou bajo la de la Provincia de EntreRíos. Hoydia, lasislas, riachos y bafladosque seextienden, por ejemplo, a pocos riehos de la ribera dela ciudad de Rosario (pcia. de Santa Fe) pennanecenbajo jurisdicción entrerri¿n¿. lo que es nrateria de nopocos conflictos por la explotación turistica y *porejemplr su implicaciones fiscales.
Darío Barriera "Derechos, ganados, pleitos, tienas....",cit.
Auque, como ya se puede obsewar muy bien en loscodicilos del testanrento de Jerónima de Contreras queZapata Gollánpublícara en el articulo citado Íús arriba,estos y€mos se habían cargado con mucho miis de aquelloindicado en la dote, yendo a ejenplos que hoy podrianconside¡a¡se "extremos", tomando créditos -¿,con lacomplicidad de los vendedores o con el capital sinüólicootorgado p or el I azo parentelar?- a nombre d el ex
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gobemador o de su viuda.
DEEC - SF, E. C.. LX. 181. f
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AHSF - ACSF, 2". Serie, Tono II y tomo III.
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TIERRA FIRME
Juan Carlos CrespoNaón "Familias fundador¿sde Santa
Fe de Ia Vera Cruz (Vega)", en Boletin interno dellnstltuto Argentino de Clencl¡s Gene¡lóglc¡s, Vol.4,Núm 54, Buenos Aires, | 975, pp. I 2- 14. -
Luis Marla Calvo Pobhdoreo españoleJ de Santa Fele VleJa (1573-1660), AcadcmiaNacional de la Historia,BuenosAires 1999,p. 180.
DEEC - S4 E. P., Tomo ll, f. 3 I 7 a 19, su testamento.La dote fue otorgada el ó de abril de 1639.
DEEC-SF, E. P. Tomo I, f. 93ó a939yTomo II, ff. 145y l4é. DEEC - S4 E. P., Tomo II, ff. 267 y 268.
Estas alianzas, tramadas a partir de los matrimonios de
la hija de Garay con Hemandarias y la de sus hüas conlos hijos del fundador de Córdob4 han sido ya descritasy analizadas en "Derechos, ganados,.,",cílado ul supra.
Rio que había tomado su nombre -y que aún lo conserva-de la primera repartición dc tierr¿s eri la otra banda (hoyPcia. de Entre Ríos) realiz¿da por G¿ray. Este río -aveces mencionado como arroyo, otras como riocaudalosc- siwió como límite sur de las posesiones.
inicialcsde Feliciano Rodríguez, integrante dc lahueste '
conquistadora.
DEEC- SF, E. C., LX, l8l, f. 259 v y 260.
DEEC - SB E. C., LX, l8l, f. 259 v.
Darío Baniera "Derechos, ganados..,", cit.
La €uarta pregunta: "Si saben que el dicho Feliciano
Rodrlguez la despoblo o sus herederos matando ytrayendo el ganado que en clla avia respeto de que les
falto los yndios que en ella avia por la peste por cuya
causa quedo desierta y €l dicho ganado desamparadoque les obligo a matar lo quc pudieron y tra€r lo demas
por cuya causa no dejaron ninguna rrs, digan lo que saben
etta.", en DEEC - SR E. C., LIl, 10, f. 393.
DEEC - SB E. C., Lll, I 0, 395v-39ó.
DEEC - SF, E. C., LX, ¡81, f 2ó7.
DEEC - SF, E. C., LX, 181, f. 2ó7 vDEEC - SR E. C., LX, lEl, f.270 y 270 v.
DEEC-SF, E. C., LII, l0; 8.C., Lll,7. Cabe acotarqu€
estamos en visperas de su disolución.
DEEC - SR E. C., LX, l8l, f. 270 y ss.
Sin embargo deberlamos decir que no tan perfecta¡nente,
sino que "convenientemente": el citado despacho,justarnerite, aÍ¡para a Hemandarias y sue hered€ms sobre
ganados que han ido mris allá de ese límite. Una parte
{uert€ dc la argurn€ntación del entonces ex gobemador
radicó en aválar los hábitos vacunos de migración hacia
el norte y presentar tesligos visuales que aseguraran no
haber visto nunca ganado en las tierras de sus
conhadictores, quienes, camino de la madera -Paranáaniba--no habrían cüidadodel ganadodesde laepidemia
de ló08/1609. Y precisamente porque Hemandariaspretendía vaquear es€ ganado alzado más allá delpcríÍ¡etro de sus tieiras es que realiza todo estc csfuer¿o
justificativo ya que en ningún momento se refirió a lasti€rras de sus opon€ntes, río de Alcaraz al norte, sino alhecho de que los ganados que por alll andabanpertenecían a una alzada aquerenciada en sus terrenos.Véase el análisis del pleito anterior, DEEC - SF, E. C.,LX, l8l, fl 275 v.
Idem, petición del I I de diciembre de I 658.
La definición'hotable" debe se¡ leida en el contexlo deesta sociedad. Algunas definiciones, utilizadas pothistoriadores y antropólogos europeos, en función dp
sociedades medit€rráneas, vinculan este estatus, porejemplo, como emergentes del sufragio censitarioostablecido a mediados del siglo XIX en casi todqEuropa. Tudesq lo define cono un "intermediario entr¿
la comunidad local y el poder central", que concentraun estilo cultural de protocolo y de comportamienl,osocial. Nouschi, sin apartarse demasiado, recalca l¡instancia de "diferenciación" del resto de la comunida4basada gn estos elementos. Conzález Alcantud resalt¡su ulilización "para designar el alto estatus social ycultural alcanzado por ciertos grupos sociales, étnicosparentales en las culturas urbanas". A pesar de estos
más contemporáneos, el término aparece también en l¡!fuentes, y aquí se utiliza ligado fundamentalmente *factores de distinción bastante tajantes: lacondición &vecino -muy restrictiva, pues supone propiedad urbanay legítimo matrinnnio- y la de vecino feudatario -vecinodueño de una encomienda-, en definitiva, subrayando'el componentc de prestigio. Para los mediadoru,notables o no, se utilizan vocablos especificos, el mág
apropiado es el de broker, Para este caso, notables ymediadores coinciden bn algunas oportunidades, pero
no siempre. Cf. A-J. Tudesq "Le conc€pt de 'notable'etles dilferentes dimensions de l'étude dcs notables", cnC¡hlers de l¡ Medlterr¡née, 1986, pp. l-12; AndréNouschi "D'hier A aujourd'hui: bourgeois et notablct€n Mftiterran9c", en Aw¡|, Csh¡ers d'étudec berb¿r!!,N" tl, 1994; José Antonio González AlcantudAnarcpologí¡ (y) polÍtic¡. Sobrr l¡ form¡ción cultur¡ldel poder, Anthropos, Barcclona I 998, p. I 93, a quienGn particular agfadEzco su amabilidad al facilitan¡ndesinter€sadarnente gran cantidad de rnateriales. Su libeoEl cl¡entelismo Bolítico. Perspectiva socioantrG,potóg¡ca constituye una excelcnte guía para ahondar en
estas cuestiones.
Nidia A¡eces y Griselda Tanagó "Encomiendas y vecinosi
cstrategias y transgresiones", en Nidia Areces (comp)Poder y Socleded. S¡nt¡ Fe 1573-16ó0, Edicioncs dcla Escuela de Historia de a UNR, Manuel Suárce &Prohistoria Editor€s, Rosario, I 999, p. 82.
P¡r¡ un análisis formal de la calidad de los iestigos entos juicior dcl S¡nto Oficio y sus similitudes con loc
"civilc¡'cf, Jc¡n-Picnc Dcrtieu "L lnquisition et le droiiAnalyrc formcllc dc la procedure inquisitoriale en cause
dc foi", cn Mélrn3er de lr Cesa de Vcláz4uez, T, Xxllt,
'?.c \i:i.:tj\,i
1987,pp.227-zsl. Cfr. también el habajo de Renaud
Dulong Lc témoin ocul¡ire. Les condidons soci¡lesd€ I'attertatlon personnelle, EHESS, París, 1998.
¿¿ o¡Ec-sR E. c., LX, 1gt,f. 279.
Tlcrr¡ Ft¡ma Cü¿cr - VqczuclaN" 78. Año20 - Vol. XX, pp. 143-165, 2002
Justice as a laboratory for history. Personal
relationships and legal resources in legalproceedings (Santa Fe, Río de la Plata, XVIICentury)
Dario Barriera
Abstract:The author pfthis article, who sees the legalsysten) as a "laboratory" containing individualand loyalty networks, deals with a particularperiod ofhistory, not only for the Santa Fe's
colonial societl but also for the overallterritoryconquered bythe Spanish Crown.
Such period is said to be "particular" given
the lack ofhistorical sources that characterizes
the Latin American H istory of the XVIIcentury.The author shbws that, in order to gain
power, the "notable" people of Santa Fe
(currently Argentina), built a strong socialnetwork around them, thanks to the limited use
of legal resources. The most importantcontribution ofthis studyis its hypothesis:
those networks were strengthened not onlythrough the homogeneous Projectunconditionally respected by the partiesinvolved, but also through a conflict befween
different groups who usedjustice to build, as
stated by the author, a past wielded within a
clear game of legitimacy.
Key words:Colonial Americas, justice, legal
élites, social networks.
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Refiriéndose al misnn proceso qw el Padre Suárez, rectordel Colegio de la Compañla de Jesus, consigue sinembargo en I 676 un traslado de este pleito para adosarloa uns causa conüa Gómez Recio, cf. el expediente citadocorno DEEC - SF, E. C, , LII, 10, cuerpo l, prinnras 6fojas; lo qtr sigue es el tsaslado que ya se ha analizadoen "De Capitanes y Vacas...", cit.
La justice comme laboratoire pourI'histoire. Relations personnelles etressources juridiques dans les poursuitesjudiciaires (Santa Fe, Rfo de Plata, XYIIesiécle)
Darío Ba¡riera
Résumé:
Tout en considérant que le systéme judiciaire
est un "laboratoire" oü des réseaux personnels
et moraux se rejoignent, I'auteur de cet essai
s'insére dans une période historique originale,non seulement pour la société coloniale de
Santa Fe mais aussi pour la totalité du territoireconquis par la Couronne espagnole. Il s'agitd'une période originale car ce travail comblele vide qui existe sur I'historiographie latino-américaine du XVIIe siécle. L'auteur constate
que l es "notables" de Santa Fe ( I'actuelleArgentine), voulant étendre leur hégémonie,
ont développe un réseau social dense et originalfondé sur I'emploi conditionné des ressourcesjudiciaires. La contribution la plus importantede ce travail est I'hypothése montrant que ces
réseaux relevaient non seulement d'un projethomogéne et respecté inconditionnellement par
tous les intéressés, mais aussi du conflit entre
des groupes divers qui n'ont pas hésité ¿ faire
appel ¿ lajustice pour se construire un passé
fondé sur unjeu de légitimations assez évident.
Mots-clé:Amérique coloniale, justice, institutionsjuridiques, élites, eéseaux sociaux,
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Tlerr¡ Fl¡mc. Ceacas - V€nezuela
N" 78. Alo 20- Vol. XX, pp. ló7-188, 2002
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Prácticas del poder y configuración deidentidades en Maracaibo durante laprimera mitad del Siglo XIX'
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Ut uv¡nsrol¡ ovr ZuLr A, VEN¡zuEle
RESUMEN: En este artículo las autoras abordan el tema del poder en Maracaibo a través de tres
categorías conceptuales: redes, identidades y dimensiones sociales. El período elegido lespermite aplicar la perspectiva de la larga duración con la finalidad de comprender la naturalezadel comportamiento de los actores sociales en aquella área venezolana y en un contexto históricode profundos cambios. Desde esa perspectiva, las autoras revelan su imaginario simbólico yexplican el poder social como pnictica y representación. Los resultados dan cuenta de lo que
identificaba y cohesionaba a los vecinos de esta ciudad portuaria. Para ello, estudian el poderdesarrollado en un proceso de intermediaciones que reproducían las acciones, intenciones ydecisiones de quienes participaban en la dinámica social.
PALABRAS CLAVE: Venezuela Colonial, Maracaibo colonial, poder, imágenes, símbolos, redes
sociales, historia regional.
ás allá de lo que cada
sociedad produce comoaiontecimiento, ello es
solamente la expresiónvisible de su existenciacomo tal.2 Por ello, al
penetrar las estructuras profundas del sentido
y frmción de lo social, se descubren y significan
identidades colectivas configuradas ydesanolladas en el interior de los individuos ygrupos que vivencian los afectos y sentimientos
presentes en la acción relacional. En este caso,
nos proponemos resifuar el comportamiento
social desde los códigos de moral cristiana,para explicar el poder social como práctica yrepresentación en su dimensión ritual y social
dentro del contexto sociocultural sagrado
impregnado de creencias reproducidas por lainstitución eclesiástica, rectora de los actos
espirituales y tenenales de los fieles creyentes.
Este estudio particulariza sobre algunos de
estos patrones culturales que identifican a los
vecinos notables de Maracaibo entre finales
del siglo XVIII y las primeras décadas del XIX,
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pues en sus redes de sociabilidad confluyen
códigos y significaciones morales y religiosas,
que descubren campos de formación de
vinculos que materializan la dimensión social
del poder. Las significaciones de los actos
ceremoniales durante la vida y la muerte, es
clave para develar las identidades individuales
y colectivas que se concretaban en acciones
singulares y plurales, afianzadas por lazos
espirituales mediante el cumplimiento de la
vida sacramental. En este caso, se trata valores
religiosos y sociales que orientaron loscomportamientos cotidianos3, con signifi cados
particulares según la posición que ocupaban.
Detenernos en ellos y desentrañar sus
signihcaciones culturales, anoja luces para
conocer la dinámica histórica de esta ciudadque por su misma naturaleza era un espacio
abierto al entramado de relaciones y encuentros
humanos que diariamente recorrían tierras
lejanas y cercanas por las naturales rutas
fluviales, lacustres, marítimas y terrestres,
Entre las fuentes documentales utilizadasdestacan las actas bautismales, de defunción,
los libros de gobierno eclesiástico de laParroquia Santa Bárbara. Igualmente, del
Archivo del Registro Principal de Maracaibo
en las secciones de escribanías y civiles, Ios
testamentos y actas mortuorias, Asimismo, han
sido valiosos los aportes de los autores que
han investigado la temática desde sus
signifi caciones teológicas y socioculturales.
REPRESENTACIÓN SOCIAL DEL PODER ENLOS VINCULOS SACRAMENTALES.BAUTIZADOS Y COMPRADRES
En estüdios anteriores hemos analizado
el otorgamiento de poderes y la deuda comoprácticas que representaban la transmisión e
intercambio simbólico entre los agentes
significativos de la red social del poderestablecido en Maracaibo alrededor del grupo
más influyente que emergió de la sociedad
conyugal Baralt-Sánchez. Ciertamente,lográron reproducirlo desde vínculos que
surgían y se desarrollaban en múltiplesdimensiones, en un proceso de relacionesrecíprocas de entrega y recepción de bienes
materiales y espirituales que acercaban ycomprometían socialmente, además de
transmitirse acciones y decisiones a través de
mediaciones en distintos espacios que
reafirmaban identidades colectivas y creaban
nuevas fronteras.4 En esta ocasión, a partir de
los vínculos espirituales, las prácticas se
abordan en su dimensión ritual y social para
captar las significaciones socioculturales y su
reproducción en un contexto social y sagrado
desde la entidad que las sustenta y los códigosque reglamentan el comportamiento social.
Los ceremoniales sacramentales revelan
la configuración de identidades religiosasrecreadas por la institución eclesiásticaintroducida en la vida de los creyentes,"abarcándolo todo, llenándolo todo,explicándolo todo.S Por el sacramento del
bautismo nacía el cristiano a la vida espiritualy pasaba a formar parte de los hijos de Dios y
miembro de la iglesia instituida por Cristo,
celebrarlo implicaba renacef, a un estado de
gracia. El bautismo "lava con la gracia elpecado original, y cualquier otro, si lo hay;
imprime en el alma el carácter, que es la señal,
con que somos marcados los cristianos:infunde la fe, esperanza y caridad; y nos hace
hijos de Dios y herederos del cielo".Ó Según
la Constitución Sinodal de ló87, era uno de
los sacramentos necesarios para la eternidad,
l1f i1:tq.1
pues estaba zujeta a las creencias, valores yprácticas cristianas iniciadas en la infancia conel sacro bautizo. Cristo se hacía presente pormedio del bautismo para borrar con sus méritoslas faltas cometidas y heredadas. El Conciliode Trento recomenüba administrarel bautismoa los niños "dentro de los ocho días después denacido" e introducía "lacostumbre de darles elnombre de un santo".7Esta pnlctica fue adoptadapor los fieles quieneselegían nombres cristianospara los niños bautizados,
los santos eran protectores
y modelos de virtudes para
el nuevo católico.8 pablo
Rodríguez, afrrma que unaspecto interesante rela-tivo al bautismo lo consti-tuía la influencia devo-cional y religiosa; durantelos siglos XVII y XVIII se
hicieron familiares los
Las significaciones de losactos ceremoniales durantela vida y la muerte, es clavepara develar las identidades
individuales y colectivas quese concreüaban en acciones
singularesyplurales,afianzadosporl¿Lzos
espirituales mediante elcumplimientodelavida
sacramental.
TIERRA FIRME
bautismo se convertía la persona en discípulode Cristo. La vida sacramental se iniciabamediante el acto bautismal y el bautizadoentraba a Ia iglesia de Dios como miembro .del
mismo cuerpo del Señor". La metáforacorporal expresaba la simbolización de laconformación e integración de la vida espiritual
y terrenal. Los padrinosde bautizo requeríanprofesar públicamente
la fe y conocer ladoctrina cristiana para
instruir religiosamente a
su pariente espiritual,porque de tales condi-ciones en los padrinos,respondían las obliga-ciones y deberes cere-moniales en este sacra-mento marcado profun-damente por creencias
sacras, El bautismocreaba un vínculo, unparentesco de carácter
nombres de santos y jerarcas tutelares de lascomunidades religiosas y el culto marianodeterminó dec ididamente.9
Resultaba común poner al niño bajo elpatrocinio de un santo del cielo. Esto ilustrael arraigo de las creencias cristianas y laformación de vínculos entre la divinidadsantoral y el infante; el santo se convertía enel intercesor, protector espiritual y modelo devirtudes cristianas para el nuevo creyente. Enuna sociedad en la cual los valores y virtudessociales estaban fundados en las tradicionescristianas, estaban arraigadas lasrepresentaciones sagradas que controlaba laacción social. Con el recibimiento del
espiritual enhe padres, padrinos y ahijados eigualmente entre el bautizado, el sacerdote ysus padres; generaba pluralidad de relacionesentre los actores involucrados queconfi guraban múltiples vinculaciones iniciadaso complementadas con este parentescoespiritual.lo
En cuanto al "compadrazgo", Montes delCastillo destaca que es preciso abordar elvínculo en su dualidad espiritual y socialabarcando "la ideología y el contexto, el contextoritual y el contexto social, las relacionesceremoniales y las relaciones sociales, laesfuctura de la institución y sus repercusionessociales", y que "los mutuos deberes y
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obligaciones enhe compadres no sonsólo rihrales
sino sociales, exigen intercambios de bienes yde servicios...El ritual es el contexto Que ofrece
la oportunidad para el establecimiento de las
relaciones sociales, que desde ese momento
adquieren consistencia, obligatoriedad yreciprocidad. De esta manera se expresa la
continuidad entre contexto ritual y contexto
social. El compadrazgo como ritual opera a nivel
simbólico, pero las relaciones que desencadena
se ubican en un contexto social determinado,...lo
específico del compadrazgo, en síntesis, no es el
ritual ni las relaciones aisladamente, sino la
conjunción de ambos elementos",l I
En consecuencia, el compadrazgobautismal era un intercambio ri¡ral y social,
un encuentro colectivo que acercaba ycomprometía espiritual y socialmente. Alentender las relaciones de poder como pnicticas
de intercambios entre los actores que
compartían intereses recíprocos en la acción
social, en el funcionamiento de su lógica social
este acto sacramental representaba dary recibir
prestaciones y contraprestaciones de bienes y
servicios desarrollados en sus vertientes
horizontal y vertical. De una parte, se
altanzaban las relaciones entre quienes
compartían el poder en la vida social. De la
otra, también beneficiaba a quienes detentaban
posiciones diferenciadas en la jerarquía social,
que participaban en esta práctica ritualsocialmente rentable, aunque evidentemente
asimétrica. Por tanto, materializaba redes de
relaciones decisivas en la construcción social
del poder y representaba un capital intangible.
Como estrategia del poder, poseo6ignificados
particulares para los actores que participan,
según la posición social. Los "compadres
horizontales", poseían capacidad de acción y
decisión sobre recursos y personas, su
relacionamiento era recíproco; los "compadres
verticales" participaban desigualmente en las
relaciones sociales del poder fortalecidas en
la práctica rirual.
Si ha quedado demostrado que los "actos
bautismales" tienen su base originaria en la
reafirmación de las relaciones parentales entre
parientes consanguíneos, es éste el caso de la
familia Baralt que hemos analizado desde otras
dimensiones del poder en los trabajos citados
más arriba. Por ejemplo, la niña Petra, hijalegítima de don José María Baralt y su
consorte, la dominicana Doña María Josefa
Perote, su abuela paterna Doña AgustinaSanchez figura como madrina siendo advertida
por el reverendo padre, Francisco Velarde de
sus obligaciones y el parentesco espiritualcontraído. Nuevamente en 1810, DoñaAgustina Sánchez fue madrina de otra de sus
nietas, en esta ocasió¡r junto a su hijo don
Sebastián Barait, ambos bautizaron en acto
solemne a María Agustina Antonia, hijalegítima de don Manuel José Amador y Doña
María Dolores Baralt,l2 En l8l3 en laParroquia Santa Bárbara fue bautizada
solemnemente Agustina María Valeria a quien
el cura puso óleo, crisma y dio bendiciones,
hija legltima de don Manuel José Amador yDoña María Dolores Baralt, fueron sus
padrinos don Lucas Baralfy Doña Agustina
Sánchez a quienes se advirtió el parentesco yobligaciones. También la niña lv{aría Eufemia
Sebastiana de Jesús, recibió este solemne
sacramento en la iglesia Matriz de parte del
presbítero don Lázaro Ábalos el 2i de enero
de 1816, figurando como pacirinos su rio don
Lucas Baralt y Doña María Fra¡cisca Dunin a
nombre de Doña Josefa Menacho y el
,.,.;.. ü:/-, r¡ : :"'-' .j. .$::
celebrante les advirtió el parentesco y las
obligaciones espirituales para con su ahijada. l3
A propósito de la solemnidad de estesacramento, vale citar el caso de un hijonatural, el presbítero Miguel Antonio Baralt,cuyo padre fue Miguel Antonio Baralt. Elpresbítero José María Angulo, Rector de laSanta Iglesia Panoquial Mayor de la ciudad,certificó en el libro parroquial sobre su bautizosolemne el l8 de noviembre en la Santa lglesiaCatedral de la ciudad por el presbítero ManuelRomero, quien advirtió el parentesco yobligaciones espirituales a la madre delbautizado, María Concepción Gatón y alpadrino, peftenecientes a la Parroquia Mayor.Por su parte, el joven Nemesio Baralt habiasido bautizado solemnemente en la IglesiaMatriz el 27 de diciembre de 1828 por elpresbítero Rafael Torrens, teniente cura de laParroquia. t4
La reiterada presencia de Doña Agustinacomo madrina de sus nietas, explica laimportancia espiritual y social de lapreservación del vínculo familiar en su
condición de albacea, tutora y curadora de sus
herederos. Por una parte, el parentesco yobligaciones anunciadas por los sacerdotes en
las ceremonias, expresa la trascendencia ysignificación simbólica de este sacramento.
Para la iglesia, los padrinos asumían junto alos padres el adoctrinamiento de los fieles, de
allí el énfasis en sr¡s competencias espirituales,
al igual que la reafirmación de los vínculossociales en múltiples dimensiones que se
iniciaban o complementaban con el ritocristiano, el sagrado y solemne bautismo. Laafinidad espiritual integraba a padres, padrinos
y ahijados y las advertencias del sacerdotesobre el parentesco y obligaciones asumidas
TIERRA FIRME
implicaban un acto de fe revelado en la acciónsocial fundada en las creencias sacras. Con elpadrinazgo y madrínazgo de abuelos y tíos,los vínculos y afectos familiares se
representaban recíprocamente en un rifual que
reforzaba las relaciones y el prestigio social.La solemnidad de la ceremonia comportaba elacto de ingreso a la iglesia y a la vida cristiana,además revelaba la jerarquia social de losparticipantes y celebrantes.
En la conformación de las redes sociales,
como ha quedado indicado, estas relacionesverticales formaban parte esencial delintercambio entre actores que compartíanprácticas conjuntas en el contexto social. Sus
eniuentros y desencuentros tenían lugar ensociabilidades corporativas establecidas sobrela base de valores socioculturales de referentes
antiguos. El intercambio desigual de servicioso prestaciones dominaba estos vínculos. l5 Aúncuando no referiremos a las relaciones declientela, importa advertir que forman parte delos vínculos estructurantes de la sociedad ensus vertientes horizontales y verticales. Dehecho, el poder se capta en multiplicidad deprácticas, en los intercambios y relacionesiguales y desiguales, así como en sussignificaciones. Citemos como ejemplo, laconcesión de libertad que en I 8 I 5 realizó DoñaAgustina Sánchez a una niña, hija natural deuna esclava de su propiedad y ahijada de doñaTeodosia Baralt; esto evidencia los lazos entreios diferentes socialmente, pero unidos envariedad de vínculos. En la escritura por la cualotorga la gracia la otorgante exponía:
Por la lealtad y buenos servicios de laindicada su madre...y ser ahijada de mi hijadoña Teodosía Baralt y por el amor que leliene a dicha esclavita quiero hacerle lagracia de su libertad, en cuya virtud, otorgo
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y conozco por la presente que ahorro yliberto de todo cargo de esclavitud, sujecióny cauttverio a la índicada Á¡rico para quedesde hoy en adelante sea y quede librecomo si fuese desde su nacimiento sin reatoalguno por lo que podrá irse, morar y residirdonde le parecíere y por bien tuviere, tratary contratar con todas personas decualesquier estado, calidad y condición que
sean, otorgue lestamenlo y disponer de lbsbienes que Dios nuestro,fuere servido darle,sin que por mis herederos ni otra personase le ponga el menos...libertad que le otorgode mi esponlónea volunlad.l6
La presencia del don como entrega de
prestaciones y contraprestaciones explica ysignifrca la relación. Por una "parte la lealtad
y buenos servicios" de la madre de la esclavitajustifica la concesión al igual que la estima y
el amor qvela expresada doña Teodosia Baralt,
madrina de la niña, profesa a su ahijadasentimiento del cual da fe su legítima madre,
Ciertamente, la entrega representaba unintercambio de dádivas, afectos y sentimientos
entre actores que se encontraban en la acción
social. De otra parte, la "confirmación" era uno
de los siete sacramentos y el acto ceremonial
lo administraba únicamente el obispo como
Ministro de Cristo para confirmar la fe yfortalecer el espíritu de todo creyente mediante
la forma signo te signo crucis, conJirmo te
crismate Salutis, in nomini Patris, Fili, Spiritus
Sancti. El cristiano mediante el bautismo
renacía a la vida de gracia y la Unción delCrisma aumentaba espirirualmente esa gracia,
aunque no era necesario para salvarse, se
celebraba para fortalecer el alma y para
co¡roborarla en la fe, su carácter era
esencialmente sagrado. Las Constituciones
Sinodales normalizaron este sacramento yconvocaban a los fieles a cumplir laconfirmación eclesiástica "pues no pueden ser
rylX$f 'r' ' lrrr,f,i,,ont
padrinos, los que no estén confirmados, y los
demás que excluye el pontifical".lTCiertamente, Ia confirmación constituía un acto
simbólico de esencia sacramental que
vinculaba a compadres y ahijados social yculturalmente.
La fe comprometía a los creyentes a velar I
por la integridad del cristiano en la vida terrena,
su estado de gracia en Cristo requería de la
contribución de la red parental espiritual, es
decir, de obispos, padres y padrinos; el lazo
espiritual imponía vigilar el comportamiento,
Este parentesco originado del sacramento
vertebraba a padres, compadres y ahijados en
los asuntos espirituales y terrenales,igualmente, proyectaba y extendía lae
influyentes redes de relaciones. A decir dc
Guerra, el compadrazgo reforzaba los lazos ya
existentes de amistad, de intereses y de
clientela.18 Citemos como ejemplo el poder
otorgado en I 8 1 7 por don Luis Andrés Baralty Cavé a don Ignacio Baralt en primer lugar y
en segundo, a don Juan Evangelista Delgado;
"especialmente para que en defecto del primero.
pueda el segundo a nombre del exponente ser
padrinos de confirmación de don José María,'don Pedro José y don Manuel, hijos de dofla
María de Jesús Santander, siempre que el
Ilustrísimo SeñorObispo de esta Diócesis haga
confirmaciones en los valles de Cúcuta de
donde son oriundos':,19 En este parentesco
espiritual el poder otorgado es un bien, un don,
un vínculo, una relación identitaria que expresa
lazos fuertes.
APODERADOS TESTAMENTARIOS:ALBACEAS, TUTORES Y CURADORES
Este apartado identifica las redes de
relaciones colectivas que se configuran entre
apoderados y poderdantes mediante el acto
testamentario y las significaciones sociales
contenidas en la representación. El vínculo"naciente" comportaba una alianza especial
entre actores cercanos que compartíanidentidades colectivas, en términos de acciones
sociales y repr€sentaciones mentalesconstruidas y compartidas grupalmente. En elacto testamentario figuraban como apoderados,
albaceas y tutores, parientes consanguíneos,
políticos, espirituales y de negocios vinculados
al entomo familiar del testador, lo cual informa
de la trascendencia del proced€r para asegurar
las cuentas de vivos y muertos.20
El apoderado era el receptor, depositarioy mediador del testadorpara cumplir fielmente
su voluntad póstuma para el bien de los suyos
y de su alma. Vale decir, que comopoderhabientes testamentarios representaban
los múltiples intereses de los actores que
participaban en el proceso concerniente a
causas moftuorias, Las escrituras de poder
extendidas a los allegados a la hora segura de
la muerte, se basaba en la confianza como valoresencial de los vínculos establecidos, así como
la trascendencia y el-impacto social, económico
y religioso que implicaba morirse. Laproximidad, el intercambio y los fuertes lazos
entretejidos en la convivencia social hacían
posible que se delegaran en los parientes demayor confianza las cosas temporales,terrenales y espirituales. Máximo García,
refiere la existencia de un parentescotestamentario, que acercaba social y
culturalmente a miembros de redes colectivasy en el caso de los apoderados y poderhabientes
para causas mortuorias, los vínculosconstituían una estrategia parentelar para unapráctica particular.2 I
TIERRAFIRME
Don Igracio Baralt le confiere a zu consorte
el albaceazgo testamentario "para que comobien instruida de todos mis negociog después
de mi muerte, otorgue a mi nombre mitestamento" y con iguales facultades a suprimogénito don José Ignacio Baralt y pordefecto de ambos a su hijo don Luis AndrésBaralt, En el acta mortuoria los albaceasprincipales sostienen que: "Los dos somos
albaceasín solidum,cuyaconftanza nos €s tangrata y de tanta estima, que ojalá ladesempeñemos al nivel de nuestros deseos,
exhibiendo en el discurso de la particiónpacifica de bienes, nuevas pruebas no sólo delamor que vincula la huérfana familia, sitambién del que tuvimos a nuestro beneméritocausante y reconocidos tributaremos siemprea su memoria pósfuma". Igualmente, quiso donIgnacio que la otorgante doña AgustinaSánchez fuese respectivamente tutora ycuradora de sus hijos menores con ampliospoderes civiles y criminales, para gobemarlos,
alimentarlos, educarlos, administrar sus bienespor la satisfacción que le asiste de susprocedimientos y el maternal afecto. Comoapoderada confesó que aceptaba el encargo"persuadida de la recomendación que se
merecen, de lo dulce de las funciones queabrazan, y del propósito que desde hoy meanima a ejercerlas con todo aquel exquisitointerés tan propio de una madre".22
El comerciante de la ciudad, don Antoniode León dispuso que el Diputado Consular delpuerto de Maracaibo y Alcalde Ordinario de
Segunda Elección, José Simón Baralt, lorepresentara en los asuntos relativos a latestamentaria de don José de León de quien
era su único albacea. En I 8 I 6 Baralt sustituyóel poder en don Joaquin Faría "para que lo use
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y lo ejerza en los propios términos y con las
mismas facultades...ya que no permitiéndole
las muchas ocupaciones de su empleo y otras
varias en que atiende como encargado de la
policia...y la agencia de otros negociosparticulares" que le imposibilitaban cumplircon las responsabilidades conferidas.23 En
1818 el comerciante maracaibero don
Bonifacio Femández, teniendo que ausentarse
a la ciudad de Santa Fe del Nuevo Reino de
Granada, suscribió poder primeramente a favor
de su esposa doña Joset'a Antonia Menacho y
en segundo lugar a favor de don José Vicente
Fernández de Paz, abogado de la RealAudiencia territorial; de don José Ignacio
Baralt, regidor del Ilustre Ayuntamiento, y del
comerciante don José Simón Baralt para
resolver algunos pleitos pendientes relativos a
la testamentaría de su tío don Manuel Díazdequien era albacea universal don Manuel Díaz
de Hoyos. En la representación la consorte
asume la primacía del poder unida a los socios
de don Bonifacio Femández para gestionar los
pleitos pendientes de la testamentaría. En 18 i9don José Simón Baralt y Cavé otorgó poder a
favor de don Francisco Capilla y don Juan
Rarnón, comerciantes de Santa Marta, para
diligenciar la causa mortuoria de su hermano
don Lucas Baralt y Cavé. Al respecto declaraba
"para que a su nombre se presenten en ias
diligencias de los inventarios de bienes que
hayan quedado por la defuncién de dicho su
hermano, y causa mortuoria que se siga;
reclamando sus derechos, créditos y demás
acciones que le competan".24
También el doctor José Vicente Femández
de Paz dispuso antes de su muerte que el doctor
Lucas Baralt formalizara legalmente su
testamento "asistiéndole por otra parte como
le asiste pl€na confianza...de quien se promete
el mejor y más pronto desempeño". Elotorgante concedía absoluto poder a su esposa
doña María Vicenta Aizpurua y al doctor Lucas
Baralt nombrándolos comisarios y albaceas
ejecutores para administrar todo lo conducentp
al poder testamentario. La confianza constituía
un valor fundamental a la hora de dar y recibirpoderes que comprometían moral yjudicialmente a los involucrados. En 1 8l 9 don
Jaime Alsina conhrmaba las competencias de
sus aibaceas testamentarios, su legítimaconsorte dofia María Teresa Baralt y elpresbítero Antonio María Romana, para que
cumplieran con todas sus disposicionestestamentarias. Doña Juana Tomasa Baraltnombró a su hermano don Lucas Baraltpoderhabiente testamentario y rinico heredero
universal "de todos mis bienes, deudas,
derechos y acciones y futuras sucesiones, en
atención al bien que me ha hecho, de
someterme en todo, asistirme y cuidarme efr
mis enfermedades y particular cariño que m€
ha dispensado a que no puedo menos que
reconocida".25 La otorgante y concesionaria
del bien legó su patrirnonio, al igual que
pleitos y deudas pendientes, fundada en el
cariño y atenciones profesadas porsu hermano
Lucas.
En 1 834, Josefa Baralt confirió poder
ilimitado a su legítimá hermana María Teresa
Baralt para que otorgara su testamentc. quien
se inStnriría mediante las cláus¡¡lastcstamentarias dispuestas por la interesada. En
el acto de testarJosefa Baralt le encargaba a ia
apoderada disponer del entierro, encomendar
su alma a Dios, nombrar aibae e as
fi deicomisarios, realizar donaciones, confesar
todos los bienes, derechos y acciones, revocar
y anular testamentos, memorias y codicilosanteriores al presente poder e instrucción e
instituir herederos. Los albaceas ejecutores querepresentaban la última voluntad de doñaJosefa son Ia referida hermana "y la personaque ésta tenga a bien asociarse para que obrencn todo lo dicho de mancomún".26 Maria'Ieresa Baralt se asoció con el presbítero Juantle Dios Castro quien paficipaba con igualesfacultades en la representación, suincorporación al igual que la presencia de lostestigos presbíteros José de Jesús Romero,José Maria Angulo, Francisco María Romeroy José Lorenzo Cardozo, muestran losarraigados nexos entre los prelados de laigtesia y miembros de la familia Baralt. Lapresencia clerical como cumplidores y testigostcstamentarios soportaba legal y espiritual-rnente el acto mortuorio de doña Josefa.
Don José Ignacio Baralt delegó en su
legítima consorte el albaceazgo testamentariounida a su yerno el señor Manuel Armas,csposo de Eudocia Baralt y Menacho e hijolegítimo de Juan Antonio Armas y de LuisaPadrón. El otorgante expresaba la solidaridadde su esposa y yerno para desarrollarf'avorablemente las disposiciones testadas. porsu parte, Rafael María Baralt designó únicoalbacea testamentario al vecino de Madrid, donLuis Estrada con facultades amplias paracjercer sus funciones. Según el otorgante supoderhabiente eskba autorizado para nombrar,de ser necesario, otro u otros albaceas quecontribuyeran a ejecutar sus últimasvoluntades.2T En fin, el poder testamentariocontenía la última voluntad de quien testabapara descargo de su conciencia y bien de sualma, con las disposiciones testamentarias seordenaban los asuntos espirituales y terrenos.
TIERRA FIRME
BUEN VIVIR Y BUEN MORIR PARA LA VIDAETERNA
En un trabajo anterior sobre la sociedadmaracaibera de fines del siglo XVIII y primerasdécadas del siglo XIX hemos analizado estascreencias y representaciones cristianas quedominaban las actitudes y prácticas relativasal acto omnipresente de morir. La vida terrenay la vida eterna estaban unidas en el actoliberador de quien revelaba sus últimasdisposiciones. Las actas testamentarias ymortuorias manifiestan símbolos ysignificaciones del poder y el testamentoconstituía el instrumento jurídico quelegitimaba la última voluntad del testatario,quien en el tránsito al más allá expresaba susdisposiciones espirituales y materiales. Testarera un acto simbólico jurídico y espiritual, enel cual el testador realizaba la confesión de fe,creencias, devociones e igualmente registrabasu mundo material y sus asuntos paganos.2S
La profesión de fe contenida en lasdisposiciones testa¡nentarias revela el apego alas creencias cristianas, en las cláusulas secohfirma la fe en el Padre, el Hijo y en elEspíritu Santo, juntos constituían la divinidadeterna que regulaba los actos del creyentesegún los principios en los cuales ..cree,
confiesa y predica la Santa Madre IglesiaCatólica Romana". El misterio de laEncarnación y una piedad cristocéntricadominaban profundamente las actitudes de loscreyentes ante la proximidad de la muefe. Elejemplo catalán es oportuno para significarestas actitudes, asumiüs y compartidas por loscomerciantes y mercaderes castellanos, loscuales invertían en la otra vida confiados enunos beneficios espirituales muy colizados.29
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'1,
TTERRA FIRyE
Para nuestro estudio, este planteamiento merece
particular atención, debido a que se analiza una
familia de comerciantes de ascendencia catalana.
Al respecto, don Ignacio Baralt declaró que
creía en las predicaciones y enseñanzas de la
santa iglesia católica, apostólica y romana:
"bajo cuya santa fe he vivido y protesto morir,
detestando cualesquier error contrario y
temeroso de la muerte como natural a todo
viviente". En 1819, su yemo, don Jaime Alsina
y Planas, confesaba "que como católico, fiel
cristiano que es, cree en Dios todopoderoso
Padre, Hijo y Espíritu Santo tres personas
distintas y un solo Dios verdadero y en todo
cuanto predica y enseña nuestra Madre Santa
Iglesia de Roma bajo cuya santa fe he vivido y
protesta morir detestando cualesquier error
contrario". En 1824, Juana Tomasa Baralt
expuso en su testamento que "hallándome
enferma del cuerpo, en mi enterojuicio, confieso
que creo en el Altísimo Mist€rio de la Trinidad
Santísima, Beatísima, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, tres personas realmente distintas y un
solo Dios verdadero y en todo lo demás que
cree y enseña nuestra católica señora Iglesia
Romana, bajo cuya santa fe he vivido yprotesto morir, detestando cualesquier error
contrario y temerosa de la muerte, como
natural". Igualmente, en 1834, su hermana
Josefa Baralt manifestó que "hallándome algo
enferma pero en mi entero juicio, buena y
cumplida memoria, creyendo y confesando
como creo firmemente en el Misterio de la
Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres
personas que aunque realmente distintas tienen
los mismos atributos y son un solo Dios
verdadero y una sola ciencia y justa; asimismo
creo en todos los demás misterios Y
sacramentos que cree y confiesa nuestra Madre
Iglesia, Catélica, Apostólica y Romana, en cuya
fe y creencia he vivido, vivo y protesto morir
como catélica fiel cristiana.,.temerosa de la
muerte que es tan natural y precisa como incierta
su hora". En 1853 su hermano José Ignacio
Baralt confesaba creer "en el Misterio Altísimo
de la Trinidad beatísima, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, tres persooas distintas y un solo Dios
verdadero y en todos los demás misterios y
sacramentos que cree, predica y enseña nuestra
Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica,
Romana, bajo cuya fe y creencia he vivido y
protesto morir, y temeroso de la muerte que es
tan natural a toda criatur4, deseoso de que
cuando esta llegue se hallen bien dispuestas las
cosas corespondientes al descargo de mi
conciencia",3o
En 1859 Rafael María Baralt, confesó que
creía "en el Misterio de la Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas
distintas y un solo Dios verdadero, y en todos
los demás misterios, artículos y sacramentos
que tienen cree y confiesa nuestra Madre Santa
Iglesia Católica, Apostólica, Romana' en cuya
fe y creencia he vivido y protesto morir como
católico cristiano".3 I La apremiante necesidad
de salvar el alma conducía a los fieles creyentes
a prepararse espiritual y materialmente para
lograr la intención principal. Era imperioso el
perdón de los pecados terrenales mediante el
sacramento de la confesión y realizardiversidad de acciones cristianas para lograr
el cometido. También el primogénito de la
familia, don José Ignacio, confió prirneramente
su alma a Dios "que ia creó y redimiú correl
precio infinito de su sangre y el cuerpo mando
a la tierra de que ftre formado"' En ei poder
conferido por doña Josefa Batalt a su
poderdante, le solicitó encomendar su alma "a
Dios que la creó de la nada, y mande mi cuerpo
a la tierra de que fue formado"; igualmente,
Rafael María Baralt, en su disposicióntestamentaria, encomendó su alma "a Dios,
nuestro señor, que la creó de la nada, y el
cuerpo mando a la tierra de que fueformado".32
Salvar el alma era necesario para todos yayudar a lograrlo era el compromiso de laiglesia, quien actuaba como mediadora en la
relación sacra.33 Esta mediación "espiritual"permitió a la institución eclesiástica adquirirun importante patrimonio material que figuraba
en las declaraciones testamentarias. En este
sentido, la iglesia mantenía un riguroso control
en el desarrollo de los litigios hereditarios para
reclamar la concreción de las obras pías dejadas
por los difuntos, cuya materialización ayudaba
a salvar a las almas e incrementaba los caudales
eclesiásticos.
La etemidad era tiempo de descanso y paz
absolutos, siempre y cuando, claro está, el
individuo se hiciese merecedor del cielo. El
cielo es el lugar a donde irian a parar todos los
creyentes en la fe cristiana, arrepentidosoportunamente de sus pecados. El arribo al
cielo debia lograrse básicamente con buenas
acciones, confesión, penitencia y absolución.
Una vida limpia de pecados era el mejorrecurso de que podia disponer un cristiano,porque si la muerte llegase sin dar tiempo a la
confesión y la absolución póstuma, el alma
tendría alguna posibilidad de no caer en las
llamas del infierno.34 Cielo e infiernoconstituían el espacio para el descansoperpetuo del alma y la trascendencia a uno u
otro dependía de! cumplimiento de lospreceptos cristianos. El purgatorio se convirtióen un espacio intennedio para los celestiales
TIERRA FIRME
que requerían purgar algunos pecados para
merecer la gracia etema, el cielo, Si los fieles
se arrepentían sinceramente antes de la horaincierta de morir podían transitar temporal-mente por el purgatorio, su condenación no
sería defrnitiva, y luego podían merecer elparaíso. Las ánimas benditas del purgaiorio se
encontraban expiando sus culpas y pecados
para evitar en el más allá la condenaciónperpetua, y sus deudos intercedían desde el más
acá con sus asiduas oraciones.
LOS MEDIADORES DE LA GRACIA DIVINA
En el momento seguro de la muerte los
fieles acudían y se refugiaban en los santos de
mayor confianza para que les sirvieran de
mediadores. Las súplicas a los intercesorespara implorar por el bien del alma eranfrecuentes y comunes en los mortales. Ante las
adversidades terrenas se acudía a la honrada yvenerada, Virgen María para solicitar su
protección y amparo. La Iglesia predicaba la
devoción a la r¡iadre de Dios por todas las
virtudes que simbolizaba y la presentaba como
intercesora entre el Misterio Divino y sus
devotos. García Villoslada, señala que los
teólogos medievales calificaban el culto a
María con el nombre de "hiperdulía, superioral que se tributa a los demás siervos de Dios(dulia), aunque esencialmente inferior al que
se debe a la infinita Majestad divina (latría)".Afirma el autor que en la devoción e intercesión
la iglesia ensalzaba sus privilegios y virtudes,
particularmente "su maternidad divina, su
plenitud de gracia, su virginidad perpetua, su
intemerada pureza y su impecabilidad".3s
En el tnínsito a la muerte se esperaba que la
virgen confortara el alma del difunto y actuara
iri.lsL11il
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ante Dios corho su abogada y protectora. En sus
declaraciones testamentarias los testadores
expresaban sus ruegos e intenciones a la santísima
virgen y los santos, al igual que el intercambio
de prestaciones y contraprestaciones materiales
y espirituales. El intercambio de dones entre el
datario y la divinidad comportaba concesiones
mutuas, por una parte los bienes píos legados
por el difunto y por la otra la gmcia concedida
por Dios y sus mediadores, la salvación del alma
y la vida etema.36 Por su parte, Josefa Ba¡alt
declaraba tomar'por mis intercesores para con
las tes divinas personas de la Santa Trinidad a
los santos de mi devoción, a la virgen de
ChiquinquiÉ y a todos los demás de la corte
celestial impetren de nuestro señor Jesucristo
redentor nuestro, que por su preciosísirna pasión
y muerte me perdone mis culpas y pecados", En
las instrucciones a su hermana María Teresa,
dispuso donar de sus bienes una limosna para la
fiesta principal de la Inmaculada Concepción de
laparroquia Santa Brírbara, al igual que un vestido
para dicha santa en su fiesta. La poderhabiente,
'tumpliendo con lo ordenado porsu poderdante
manda qne sa saquen de lo mejor y más bien
pasado de los bienes cincuentapesos para la fiesta
del día de nuestra señora, y el vestido de manto ymonjil se le entregue al mayordomo de la
cofradía, pues así fue la voluntad de su
mandante". Entre los bienes de la difunta se
encontraba la imagen de la Inmaculada
Concepción con su tabemáculo, la cual donó a
su hermana y apoderada testamentaria,3T
Sin embargo, la Constitución Sinodal de
I 687 prohibía vestir profanamente a las imágenes
"en las fiestas y procesiones de sus festividades,
ni en otras, con vestidos secr¡lares, que se piden
prestados, y que se le pongan zarcillos, pulseras,
gargantillas y otros aderezos indecentes: y damos
sólo licencia, para que lasjoyas, que los fieles les
hubieren dado de limosn4 sepongan en las andas,
y sirvan para su adomo".38 Esta donación de la
fiel testadorase desanolló enr¡n contexto religioso
que resignificaba algunas creencias y pÉcticas,
t¿ dualidad de las nuevas sociabilidades anunciaba
la presencia de innovaciones socioculh¡rales en
los antiguos actos de fe de la iglesia católica,
expresión de ello lo confirma la renovación de la
devoción santoral y mariana,
Asimismo, en la sociedacl maracaiben la vida
de los santos sirvió a la institución eclesiástica
para persuadir a los fieles sobre la necesidad de
vivenciar sus sentimientos y pautas de
comportamiento. Ello se evidencia en lapastoral3g expresada en julio de 1813 por el
lice¡rciado Francisco Javier de lrastorza, dean de
la santa iglesia catedral, comisario diocesano de
cruzada, subcolector nato de medias annatas ymesadas eclesiásticas, por autoridad apostólica,
y real'¡;e;z hacedor general de diezmos, vicario
capitular y gobemador sede vacante del obispado
de Mérida de Maracaibo; le comunicaba a los
fieles de Maracaibo la importancia delcumplimiento de los preceptos divinos y lanecesidad de vivir según el espíritu y no según la
came. Expresaba el vicario: 'ho hay felicidad sino
el servicio de Dios que consiste en la santa
observancia de sus mandamientos y el
cumplimiento de nuestras obligaciones según el
estado y oficio en que noshallamos constituidos".
En su reflexión consideraba que la felicidad,desde el principio del mundo y en todos los
tiempos tanto en la vida terrena como en la vi¡la
etem4 se fundabaprecisamente en la obsewancia
de la volunad del altísimo.{
Refería que los santos y varcnes justos
¿¡sumisron como norma de vida l¿x leyes sagradas
en contaposición a laprevaricación. Su santidad
t
r
t
y conssuente felicidad obedecía a la continua
meditación para combatir el pecado, heredado a
partir de la desobediencia del primerhombre. [¿spasiones y tentaciones terrenas conducían a la
muerte del cueryo y del almq para combatir el
mal era fundamsntal vivir unido a Cristo. Dios
concedía a quianes elegían el camino de lasantidad infinidad de gracias "en esta vida y en
la o0a", los fieles debían seguir el ejemplo de los
santos, quienes daban testimonio de la religiónque profesaban. En el camino de la santidad era
esencial "dirigira este ftn nuesfros sentimientos
y nuesta conducta",4l
LAS MISAS: SIMBOLO DE BIENESMATERIALES Y ESPIRÍTUALES
También como manifestación de lasrepresentaóiones de la muerte, las misassimbolizaban los bienes espirituales ymateriales, pues además de lograr la salvacióndel alma con su valor liberador, daban muestasde la significación social del difunto y zu grupo
famitiar. De otra parte, rogar por los muertosreducía y apresuraba su p€rmanencia cn elpurgatorio, se imploraba a la divinidad por el€torno descanso de las almas ¡ a zu vez, las
ánimas benditas socorrían a sus intercesores. Se
creia que las benditas rínimas det $urgatorioservían de mediadoras €nte lo terreno y lodivino. El sacrificio santo de la misaproporcionaba salud espiritual'larticularmentea aquellos por quien se dican, las oyen y las
ofrecen", es decir, vivos y difuntos.a2 Lossacerdot€s oficiaban las misas, los fieles las
escuchaban y los interesados las ofrecian,desarroll{ndose asi la acción piadosa.
En la oración se originaba un encuentro
espiritual enúe el morihurdo y sus deudos. I¿smisas constitulan una acción pía "de
TIERRAFIRME
propiciación y para tener propicios a losmu€rtos, y a travéq de las cuales se moldeabaplenamente la relación y ayudamutuanecesaria
entre mortales y celestiales purgantes".43 Lacreencia en las ánimas benditas conducía alintercambio simbólico, a un encuentroespiritual que permitía sostener vinculosdespués de la muerte entre los parientes y elalma del difunto. Los actos piadosos eranvehículos que redimensionaban el intercambiosocial y la$creencias provenían de pnícticasrecreadas y arraigadas en la concienciacolectiva..
Latadición cristiana dcstinó el lunesparalos difuntos, semanalmente los fielesparticipaban de la celebración eucarísticaseguida de una procesión para elevar plegarias
a Dios por el descanso etemo de las ánimasbenditas del purgatorio. La calidad y cantidadde las misas dependía de la capacidadpatrimonial del difunto y de su grupo familiar,debido a que tenían un valor material, con elcual deblan cumplir los interesados para hacer
la celebración. Su solicitud implicaba un costo,
es decir, los mo¡tos a cancetar por larealización, los cuates eran calificados comolimosnas, recibidas por los colectores de laparroquia del difunto, quienes debían dejarasentadas las d¡idivas entregada en reales deplata cuñada.#
La celebración de las numerables misas
evidenciaba el prestigio social del difunto ysus parientes quienes acudían a prácticas en
las cuales hacían osteritación material de su
calidad social, representa un bien intangiblereconocido socialmente por el colectivo en elproceso rrlacional. A decir de Claval, paraquienes detentan el poder el prestigioreprescntauna mon& invisible gue*agrega a
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TIERRA FIRME
las relaciones materiales flujos inversos que
hacen evidentes los méritos de las personas:
su estatus social se refuerza, su posición social
se mejora en la medida misma de su aptitudpara responder a las expectativas de los otros
y para ajustarse a los modelos recibidos por lacolectividad".45
Las misas celebradas a la muerte de don
Ignacio Baralt expresan la calidad social del
difunto. Por str alma se ofició misa de cuerpo
presente, honores y cabo de año, muchas misas
privadas el día de su fallecimiento y en losucesivo. Igualmente, el doble mayor ftieprecedido en las cuatro iglesias de la ciudad.
En 1&53, don José Ignacio Baralt, pidió a sus
albaceas mandar a celebrar por el bien de su
alrna l,as 30 misas de San Gregorio. Doña
Joscfa Earalt también encargó asu poderdante
testamentario disponer de su entierro, dobles,
misas por su alma y demás cosas relativas a ia
ceremonia fi¡nebre.a6 El Sinodo de Caracas de
1687 especificaba los dobles a tañer por lamuerte de los fieles en lodas las parroquias:
. Par los seglares varones, se darón tres golpes,
y por las mujeres dos, y se clamoreará porespacio de un cuarlo de hora, y se concluiránlos dobles con otros tantos, respectivamenle.
En los enfierros de párwlos no se doblará,sino con repíques de campanas, al ir por elenlierro, aunque sea de solo cura, sin capa, yel sacristán, y en el cem¿nterio. Conadverlencia, que así los dobles, como losrepiques, en los enlierros menores, han de sercon l1s fres can,pünas mós pequeñas, y lostres dobles sencillos. Por nadie se ha de doblarde noche, dada que sea la oración. sino fuerepor e! Pontífce, por el Rey, por el Prelado,por los Capitulares d.e la Catedral, y por loscuras bene.Jiciados en sus propias iglesia. Y ucualquier hora, que falleciere el prelado,harán señal en todas las iglesías, y locontinuardn loda la noche, de laforma, quese acoslumbra en las iglesias catedrales. En
Ia noche sntes de laconmemoración de los difuntos setoda Ia noche. Y no podrá doblar toda ldnoche en entieno, honras, o cabo de afio,de persona particular; síno sólo despudl:de la oración, por breve rato, como s¿'
. acostumbra eil este nuestro obispado.lT .,
Al parecer, el toque de las ánima¡funcionaba también como control social ya quo
determinaba el tiempo de reclusión noctum¡en el espacio doméstico. El porqué se originabr,en la creencia de que las horas de la nocho'
eran propicias para los actos carnaasociados al pecado y por lo tanto los fiedebían mantenerse distanciados'detentacíones terrenas. Katty Solórzano, afinrEque en Caracas a las nueve de la noche sc
anunciaba "ia queda", toqr¡e de campánas
convocaba al recogimiento nocturno. Elrelajamicnto de las costumbres era unapreocupación para las autoridades civiles yeclesiásticas, ello condujo a la necesídad
aplicar sanciones y penas judiciales a losvecinos que incumplieran con las normasestablecidas después del repique dc "laQueda".48
CAUSAS PíAS Y OTRAS GRACIAS
La moral cristiana inculcaba actitudes
benévolas, de entrega al prójimo para aliviarlas penas y descargar las conciencias de los
fieles. A la hora de la niuerte los testantes daban
mueshas de actos piadosos y espíriru generoso.
Las obras pías eran instituciones constituidasy mantenidas con el aporte individual y
colectivo de quienes realizaban una labor social
o espiritual y pretendían obtener l.,i gracia
divina de la salvación del alma. La iglesia
estableció sistemas de fiscalización en el
cumplimiento de los actos piadosos de sus
fieles.49
En la Constitución Sinodal de 1687 se
declaró el papel de la iglesia en la ejecución
de los testamentos, legados y obras pías. De
tal forma que la última voluntad de los
testadores se encontraba igualmente depositada
en manos de las altas dignidades religiosas,
quienes seguían de cerca el desenvolvimientojurídico de la herencia. La norma establecida
acordaba que "pasado el año fatal, y no
habiendo cumplido los albaceas lostestamentos y sus disposiciones, los vicarios ycuras nos den cuenta, para que los mandemos
cumpli¡ y ejecuta¡ según que por derecho
podamos". La ley eclesiástica obedecia al
incumplimiento de algunos albaceastestamentarios en relación a las cláusulas
declarativas de capellanías, misas y obras pías
que beneficiaban al difunto y también a la
iglesia. Las "pías causas" competían a ella
directamente, por lo cual se justificaba su
capacidad de intervención y disposición.50
Igualmente, a los albac€as testamentarios
se les tenia prohibido salir de la provincia sin
rendir cuentas a la justicia de los bienes
mortuorios del difunto. Se pretendía controlar
las acciones realizada$ con el fin de evitar
fraudes que atentarÍrn contra el patrimonio del
testador y de sus legítimos herederos. En el
caso concreto de los legados a la iglesia y sus
fines, se disponía que "si en los testamentos
que estuvieren a su cargo, hubicre legados píos,
como son, imposición de cape llanías, Iimosnas,
donaciones a iglesias, etc., antes de salir, den
razón, de haberlas pagado, y satisfecho; de tal
suerte, que esté cumplido el testamento, en lo
que toca a las pias causas".sl Los tenedorss
fideicomisarios debían acudir ante las
instancias eclesiásticas para anunciar lo
TIERRA FIRME
pertinente a las causas pías. En un lapso de
tres días las autoridades religiosas debían
conocer las declaraciones testamentarias del
difunto, pues se trataba de reconocerprontamente el legado piadoso para sufragar
por el alma del fallecido.
Don Igrracio Baralt quiso que a las maridas
forzosas y acosturnbradas se les diera la
limosna ordinaria, igualmente a la cofradía del
Santísimo Sacramento en la Iglesia Panoquial
y la Casa Santa de Jerusalén. Su yemo, don
Jaime Alsina y Planas dispuso "que a cada
manda forzosa se den ocho reales por una vez
y tres pesos para el fondo pío americano
establecido por Real Cédula a once de mayo
de 181 1". Igualmente, donó 25 pesos para ser
distribuidos entre los pobres de su feligresía y
ordenó "que a sus tr€s psclavos si acompañaren
y sirvieren fielmente a su esposa por toda su
vida, de lo que produzcan en su venta se les de
y entregu*a cada uno...veinte y cinco pesos
de lo que corresponda de su valor que les deja
y dona graciosamente en recompensa de su
servicio".S2 También las dádivas de Alsina a
esclavos de su propiedad fueron comunes en
el momento postrero de la vida terrena, tiempo
en el cual los moribundos mostraban actos de
gratitud a quienes les habían servido fielmente.
En su codicilo añadido al testamento declaraba
los asuntos pendientes de los bienes de doña
Ana MaríaAniaga; como albacea de la difunta
exponia los variados pleitos inconclusos,particularmente las deudas contraídas por don
Francisco Más y Rubí, don Pedro Antonlo
Zunora y el doctor don Mariano Ponce. Alrecaudar lo adeudado perteneciente a la citada
doña, los tenedores fideicomisarios del
comerciante catalán debían cumplir por él con
las mandas asignadas por la difuntapara el bien
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TIERRAFIRME
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María Asunción Bozo recibió por los buenos
servicios que prestó a la difunta, veinte pesos
y dos mudas de ropa. Igualmente, por voluntad
de la difunta, la poderdante testamentaria
declaró que según el particular mandato se
"sacare en la misma forma una limosna para
los pobres y que se distribuyese con doce
mudas de ropas a las personas que dispusiese
prefiriendo a dos mujeres nombradas Paula y
Magdalena Prieto y cumpliendo con la
voluntad de su poderdante manda que se
saquen de los bienes seis pesos plata corriente
y las doce mudas de ropa y se entreguen a doce
pobres vergonzantes prefiriendo las dos
indicadas".s5
LA HONORABILIDAD PÚBL¡CA
En el tránsito de la vida terrena a la vida
celestial se exhibía la notoriedad de la posición
y atribución ocupada en la acción social'
Respetabilidad y prestigio social eran
cualidades expuestas públicamente a la hora
de morir. García Fernández refiere que en el
acto de morir los gruPos de Poderexteriorizaban su condición social en
escenificaciones colectivas de gran renombre.
En la ceremonia mortuoria de don Ignacio
Baralt se realizó vigilia solemne, entierro
cantado en público y lo acompafiaron 24
pobres. Igualmente, asistiergn a su entierro los
religiosos del Seráfico Convento de San
Francisco y todos los clérigos de la ciudad' El
sepulcro, ataúd, sufragio y todas las exequias
funerales se desarrollaron según la voluntad y
calidad social del difunto y de su grupo
familiar. La concurrencia masiva del clero y la
inversión suntuaria en la ceremonia denota la
riqueza y el poderque detentaba el reconocido
comerciante catalán arraigado desde fines del
lii
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de su alma.53
El destino del patrimonio de dofla María
Aniaga era para las arcas eclesiásticas a quien
le correspondería administrar los capitales
concedidos en actos religiosos de importancia,
como eran las fiestas patronales celebradas en
cada parroquia, entre las cuales destacaban la
festividad de la Santísima Trinidad cuyos actos
tendrían lugar en el Seráfico Convento, las
celebraciones carnestolendas realizadas en la
Panoquia Santa Bárbara en honra al Santísimo
Sacramento y las nueve pláticas o semlones
morales predicados en la Parro{uia de Nuestra
Señora del Rosario durante los festejos anuales
en honor a la virgen de Chiquinquirá.s4 En
cada ceremonia se realizarían los actos que la
religiosidad católica establecía en su
conmemoración: misas solemnes, rezos, sánto
rosario, via crucis, letanías a la santísima
virgen, himnos y cánticos, novenas y otras
oraciones desarrolladas solemnemente por
sacerdotes, cofrades, músicos, cantores, freles
y creyentes en honor a Dios, a sus mediadores
y por el alma de la otorgante.
En un acto de donación, doña Juana
Tomas Baralt autorizó a su hermano Lucas para
entregarle a Juana Montero, quien había sido
su ama de leche, veinticinco pesos de plata al
igual que algunas prendas de vestir de su uso'
También le concedió a la negra Ramona,
esclava de su propiedad, la gracia de cien
pesos. La donación efectuada por la difunta
tuvo lugar ante la proximidad de la muerte,
tiempo en el cual los moribundos hacían
algunas gracias a los socialmente diferentes
pero vinculados en redes de intercambio y
relaciones que no excluian los afectos' Por su
parte, Josefa Baralt dejó limosna a los pobres
y a las mandas forzosas y acostumbradas'
-l''i
siglo XVIII en la ciudad. Su yerno, don Jaime
Alsina dispuso en su testamento quc su
enterramiento y demás cosas relativas a él se
hicieran según: "su volunt4d y así lo manda
que su cadávgr sea sepultado en la parroquia
que dispusiese mi legítima consorte doña
Maria Teresa Baralt y mi entierro cantado con
acompbñamiento de ocho sacerdotes; que en
la iglesia panoquial de mi feligresía se cante
vigilia y misa en sufragio de mi ánima porquien también se celebrarán el día siguiente al
de mi entierro las cuatro misas llamadas del
alma y en seguida las treinta de san
Gregoriq".56
También su cuñada, doña Juana Tomasa
Baralt declaró: "es mi voluntad que en
sirviéndose la divina lleva¡ mi alma de esta
temporal vida a la etema, mi cadáver se sepulte
en la parroquia Matriz y mi entierro y demás
exequias funerales se me hagan como
dispusiese mi legítimo hermano don Lucas
Baralt". Resultaba común realizar el entierro
en la iglesia de la parroquia o el convento al
cual pertenecía el difunto. En el poder para
testar, conferido por Josefa Baralt a su hermana
María Teresa, ie encargó encomendar su alma
a Dios, disponer de su entierro, dobles y dernás
cosas anexas a é1, celebrar las misas, legar ydonar a las mandas forzosas io acostumbrado.
La apoderada de doña Josefa dispondría de los
bienes por ella dejados para cubrir todos los
gastos de su entierro y los sufragios por su
alrna.57
José María Angulo, Rector de la Iglesia
Panoquial Mayor de los apóstoles San Pedro
y San Pablo, reunido cr¡n el clero de la ciudad
realizó el entierro canlado, pormayor, del señor
José Ignacio Baralt. La ceremonia eclesiástica
se efectuó en la Panoquia de San Juan de Dios
TIERRAFIRME
y Chiquinquira y había recibido el enfermo los
santos sacramentos de penitencia y
exfemaunción. Desde la iglesia fue conducido
el cadáver al cementerio general.sS En sus
honras fúnebres también se realizaron lás
acostumbradas y tradicionales prácticas para
el velorio y entierro. Los dobles en lasparroquias de la ciudad, la vigilia, la música,
los cargadores del cuerpo hasta el campo santqlas treinta misas a san Gregorio y todos losgastos destinados para despedir de la vidaterrena a tan prestigiado difunto. En el acta
mortuoria queda¡on regisfados igualmente, losgastos relativos a las consultas médicas y las
medicinas suministradas en la enfermedad. Su
hermano Miguel Antonio Baralt tambiónrecibió una ceremonia luctuosa digna de su
estatus social, Ana Joly de Baralt y el presbitero
Miguel Antonio Baralt figuraron en lacancelación de los gastos mortuorios entre los
cuales destacaron: el entierro cantado, laconducción del cadáver al campo santo, las
limosnas destinadas a los sacerdot€s de las
diferentes panoquias que oficiaron misas porsu alma, los dobles en las iglesias de la ciudad,la hermandad de Nuestra Señora del Carmenque vistió el finado en artículo mortis, la lápid4los gastos de exhumación,laloza de mármol
con inscripción y sufragios, los 25 pesos para
la fiesta de Nuestra Señora de Chiquinquirá,entre otros gastos desarrollados para realiz:rr
la ceremonia fi¡nebre.
A propésito dé una demanda realizada en
los años 1841 y 1842 por Nicolás Baralt aJuana Tomasa para invalidar la escrituradonaticia otorgada por Lucas a favor de su
hermana, el demandante argumentaba que laagraciada se ocupó distinguidamente de los
actos mórtuorios del difunto Lucas y ella
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I:
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reconoció que hizo todo cuanto pudo para
"solemnizar el entierro y honras de su
hermano" las cuales pudo realizar "condonación o sin ella".59 Los gastos mortuoriosde Lucas Baralt expresaron la calidad socialdel difunto, su entieüo cantado por mayor, los
dobles en las parroquias de la ciudad, el
Convento y en el Hospital, las misas durante
Ia vigilia y el día del entierro, las treinta misas
a san Gregorio, los acompañantes durante lavigilia, el traslado al campo santo, el ataúd,
los sonetos y todos los objetos adquiridos
revelaban la suntuosidad de la ceremonia. Las
honras realizadas correspondían a la posición
que ocupaba el doctor Baralt en la acción
social, cada gasto expresaba púbficamente la
honorabilidad y prestigio social del difunto yde su grupo familiar. En las testamentarias de
don Lucas Baralt, don José lgnacio y don
Miguel Antonio Baralt, se registran los gastos
mortuorios realizados.60 En los distintos casos,
los familiares destinaron considerablesrecursos económicos para satisfacermaterialmente lo que implicaba en aquel
tiempo a los actores prominentes el hecho
cierto de morirse. Los ceremoniales mortuorios
revelaban las cualidades individuales y
colectivas reconocidas ?t¡blicamente, los
objelos expuestos a la hora de morirreafirmaban la honorabilidad y prestigio del
difunto y su grupo familiar.
En las instrucciones dadas por Rafael
Maria Baralt, señalaba que hecho cadáver, seré
"amortajado, conducido y sepultado en la
forma que determine mi testamentario, a cuya
elección dejo así bien la forma del funeral,
número de misas y demás sufragios que se
hayan de celebrar por el bien de mi alma".6l
ta expresión del pésame fue notoria a la muerte
de Rafael Maria Baralt. En Madrid a 6 de enero
de 1860 la Real Academia Española dio elpésame a sus familiares y habilitó una comisiónpara asistir al sepelio y sufragios por su alma.
"Con sumo pesar se enteró esta Co¡poración...de haber fallecido... su ilustrado individuo de
número Sr. D. Rafael María Baralt (Q.E.P.D.).
Para acompañarle a su última morada en latierra, se nombró una comisión, y para implorara favor de su alma la divina misericordia se
acordó el sufragio de cincuenta misas
tA SEPULTURA COMO PROXIM]DAD A DIOS
Adquirir "asiento y lugar" en la catedral
o panoquia eclesiástica a la que se pertenecia
era propio y distintivo de quienes disponian
de recursos económicos. El "asiento"garantizaba un espacio cómodo y conforme a
la calidad social en los actos sacramentales ysociales y el "lugar" reservaba un sitio etemoen la iglesia y cercano al santo de su
devoción.ó3 El acercamiento a Dios en su
morada terrena constituía un privilegio de los
grupos de poder en la sociedad colonial,enterrarse en el espacio sagrado era un signo
de distinción social. La iglesia era el ámbito
reservado a-las altas dignidades, el entierro
opulento revelaba la reafirmación socialindividual y colectiva de quienes detentaban
el poder social. El diñinto tenía derecho de
sepultarse en la panoquia a la cual pertenecía.
Al respecto, cualquier persona que "siendovarón, tuviere catorce años, y siendo hembra
doce, puede elegir sepultura, en iglesiaparroquial, regular, u otra, a su voluntad; y que
muriendo sin elegirla, han de ser enterrados
en su propia panoquia", Previo a la abertura
de la sepultura en el recinto parroquial era
TIERRAFIRME
necesario desembolsar una "limosna".destinadapara tal propósito, para "que las personas, quetuviervr sepulfura, sean obligadas a ofrendarlastodos los años, en Ia general conmemoraciónde los fieles difuntos, o en cualquiera día de suoctava. Y si pasados dos años continuos, lodejaren de hacer, pierden el derecho de enterr¿rse
en ellas, y recaiga en el de la iglesia, para quepueda dar a ota persona; y lo mismo se guarde,si mudaren vecindad a otra ciudad".fl
El cadáver de don Ignacio Baralt fuesepultado en el cementerio de la Vice parroquia
de San Juan de Dios. EI 19 de abril de 1811,en la parroquia Santa Bárbara, el presbíteroJuan Antonio Faría dio "sepultura eclesiásticaa Maria Petra, párvula, hija legítima de donJosé María Baralt y de doña María JosefaPerote, su entierro fue cantado y en tramo de20 reales". Segun el ritual romano de UrbanoOctavo, los cuerpos de los infantes bautizadosdebían enterrarse separados de los adultos. El17 de noviembre de 1820, Felipe Romeropárroco de la Iglesia Santa Bárbara ofició lasepultura eclgsiástica de don Jaime Alsina, aquien le suministró los santos sacramentos, ysu entierro se hizo cantado, doble mayor, convigilia y misa, ataúd propio y fue sepultado enSan Juan de Dios. En la cláusula testamenúariael difunto habia anunciado las disposicionesde su causa mortuoria al declarar..que es suvoluntad y así lo manda que su cadáver seasepultado en la panoquia que dispusiese milegltima consorte doña Maria Teresa Baralt, ymi er¡tieno cantado con acompañamiento deocho sacerdotes; que en la iglesia parroquialde mi feligresía se cante vigilia y misa ensufragio de su ánima por quien también secslebrarán el dia siguiente al de mi entigrro lascuatro misas llamadas del alma y en seguiü las
treinta de san Gregorio".ós
NOTAS
I Este trabajo es un resultado parcial del proyecto"Construcción social del poder, espacio públiio y redessociales cn Maracaibo, I780,1g60", adscrito alPrograma de Invesrigación ..ldentidades, poder yprácticas sociales", cuyas autoras son la invesiigadorarcsponsable y asistente de investigación. El proyecto €sÉfinanciado por el Consejo de Desarrollo Humanlstico(CONDES) de ta Universidad del 2ulia, Venezuela.2 Emanucle Amodio "Aproximaciones a un lugar deencucnho cntre historia y antropología", e¡¡ Le vld¡cotldl¡n¡ en Venezuele durante et slglo XVII!,Gobern¿ción del Estado Zulial Universidad del Zulia,Mamcaibo, 1998, p. 6.
3 Para las prácticas del honor en la idenlidad crioll¿¡nantuana, remitimos a Frédérique Langue ..El honor esuna pasión honrosa. Vivencias femeninas e imaginariocriollo en Venezuela colonial," er¡ Anusrlo de EstudlosBolivarianos, Instituro de Invesligaciones HistóricasBolivarium,. Año VIl, Universidad Simón Bolívar,Caracas, 1998-1999, No 7 y 8.
4 Vóase nsestros trabajos: Belin Vázquez y Nercyda Fener"La empresa familiaren un Sr¡po de poder cn Maracaibo,1778-1853", XVII Jomadas de Hisroría Económica,Simposio Familia, Empresa y Mercado, Tucumán,Argentina, 20-22 de septiembre dc 2000; de las mismasautoras, "Redes, poder social y construcción deidcntidades en un grupo de poder en Maracaibo, I 790.I 830", VI Congreso Nacional de Hisroria Regional yLocal, Trujillo, 22-24 de ocrubre de 200q Beti;Yázquez. Ligia Berbesi y Nereyda Fencr ..Dc la élitemaracaibera a la dimeneión social del poder enMaracaibo, siglos XVIII-XIX", ll Seminario Hispano-Venezolano en Espaf,a e lbemarnérica, eiglog XVi-XX,Maracaibo, 29.3 I dc nuyo dc 2001.
5 Cracicla Ssisndc Cdcfa pcb)o..Aproxi¡¡ción hio&icar'loprúblico'y'lopivado',aorasmciü¡csafirrsyasusn¡¡¡astthci¡rs,d6dernapcrqctiu¡d¡sidüÍsu¡md",ar t.o púbüco y b prtv¡do. R€dcítr¡clóD de l0. anblto.tldefrdoybrodcdrd,Furdacidntr{mrrlCarchhla¡o,Cracas, lfi,Tqml,p.39.
ó Manucl Gutiénez dc Arcc Apéndlcc A El $l¡odoDloce¡rno de S¡ntl¡go dc Lcón dc C¡r¡c¡¡ de I 6t?.V¡lor¡clón cruónlc¡ del rcglo plrcet ¡ l¡reo¡¡tttuclonc¡ ¡lnod¡le¡ lndhnrr, gíbliotcca dc laAcademia N¡cional do la Histori4 I 25; Fuentes para laHistoria Coloniel dc Vcnezucla, Caracas, 1975, TomoII, p. 57.
7 Ricardo Ga¡cía Villoslada y Bemardino Llorc¡ Hlstorl¡del¡ lglesl¡ C¡tóllc¡. Ed¡d Nuev¡, La fglerl: en tr
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It
f,¡!l.'i.
i.aI
TIERM FIRME
épocr del Renacimiento y de la Reform¡ c¡tólic¡,La Editorial Católica, Madrid, I 960, Tomo III, pp. 76 Iy 1052.
8 Manuel Gutiénez de Arce Apéndlce&... cit., p. I 57.9 Pablo Rodríguez Sentlmlentos y vld¡ famillar en el
Nuevo Relno de Granad¡ siglo XVI[, Colombia,Editorial Ari€I, Santa Fe de Bogotá, I 997, p. 99.
t0 Frangois l¡brun "L¿s ¡efor¡nas: devociones comrmitariasy piedad personal", en Historia de la vide privada,dirigida.por Philippe Aries y Georges Duby, Tomo YTaurus, 1992, p. 83. Bemardino Llorca Hlstorla de laIgleslr C.tólic¡. Ed¡d Ant¡gu¡. Lr lglesla en elmundo grecorromano, La Editorial Católica, Madrid,1960, Tomo I, p.271. Manuel Gutiénez de ArceApéndlces..., cír., p. 152 y 157. Ángel Montes delCastillo (Simbolismo y poder, Un estudioantropológico sobre Comprdrazgo y Priostazgo enun¡ comunid¡d ¡ndina, Editorial Anthropos, Barcelona,
I 989, pp. I 75- I 76) citando a Stephen Gudeman, sostieneque el bautismo convierte el ser natural en scr espiritual,lo cual eonstituy€ un referente de la teologla cristianaque simboliza ¡enacimiento, patemidad y relaciones
espirituales construidas y vivenciadas en las creencias yprácticas católicas,
tl Angel Montes del Castillo Simbollsmo...cit., pp. 183-
184.l2 Archivo Iglesia Santa B¡árbara Maracaibo (en adelante
AISBM), Tomo l, Bautizos de blancos, f. l0 v Tambiénfs.4l v-42.
13 AISBM, Tomo l, Bautizos de blancos, f. 6ó, Archivodel Registro Principal de Maracaibo (en adelanteAMM), Sección Civil, Año 1837, Tomo 94, fs. l-4 v,
José León Lucena pide el depósito de la niña Eufemia
Baralt, con quien ha celebrado esponsales por oponene
al matrimonio su padre el señorJose lgnacio Baralt,14 ARPM, Seccién Civil, Año I 85 l, Tomo 2 I 6, Legajo 23,
fs. I -8, Miguel Antonio Baralt solicita se l€ autorice para
administrar sus bienes. También fs. l-9, Civiles no
contenciosas, José Ignacio Baralt solicita laenuncipación de su hijo Nemesio.
15 José María lmizcoz Beunza "Comunidad, red social yelites. Un análisis de la vertebración social en el AntiguoRógimen", en Énteg poder y red soclal. Lrs elites del
. P¡ls vasco y N¡v¡rra en la Edad Modernr (estado
de l. cuestlón y perspectlvas), Universidad del Pals
Vasco, Bilbao, I 996, p. 39.16 ARPM, Sección Escribanía. Tomo I 0, fs. 200-20 l.l7 Ref€rencias dc este párafo cn Manuel Gutiénez de Arce
Apéndices.... cit:, p. 58 y pp. 159-160.18 Luis Wickmann L¡ her€nc¡¡ medlevrl de Méxlco, El
Colegio de México, Fondo de Cultura Económica,México, I 994, p. 464. También Frangois-Xavier Guerra
Móxlco, Del AntlguoRéglmen e le Revoluclón, Fondo
de Cultura Económic4 México, 1988, p. 10.
Ie ARPM, Seccion Escribanía, Tomo 12, fs.ó-ó v.20 T. A. Van Dijk ldeologÍa. Una rproximrclón
multidisciplinarla, Gedisa, Barcelona, 1998, pp. 158-
I 6 I . Máximo García Fernrindez Herencia y patrlmonlof¡mlllsr en la Castllh del Antiguo Réglmen (1650-1834). Efectos socloeconómicos de la muerte y lep¡rtltlón de blenes, Universidad de Valladolid,Valladolid, 1995, pp. 27 2-27 4.
2l Máximo García Femández Herenclr...cit., p. 289.22 Referencias en ARPM, Sección Civil, Año 1853, Tomo
224, fs.2 v, 5, 6 v y 12, Mortuoria de don lgnacioBaralt.También fs. 9 y l2 v, y fs. l3 v-15 v.
23 ARPM, Sección Escribanía, Tomo 9, fs. 34-34 v ARPM,Sección Escribanía, Tomo 10, fs.265 v-266.
24 AttPM, Sección Escribanía, Tomo 16, Vf y fs.4 v-ó.25 Todas rcGrencias en ARPM, Sección Escribanía, Tomo
5, slf; Tomo I 2, f. 132, Testamento de don Jaime Alsina(Codicilo); Tomo l3 Vf, Testamento de Juana Tomasa
Baralt.2ó Referencias en ARPM, Sección Escribanía, Tomo 27,
fs. 136 v-I38; fs.l5-24.27 Kurt Nagel Von Jess Br€ve reseñ¡ histórico- geneelóglca
del poder económlco político de algunas farnilirsmaracaiberas, Tesis de Maestría, Maracaibo,Universidad del Zulia, Facultad do Humanidades yEducación, Maestría en Historia de Venezuela, 1998.
ARPM, Sección Civil, Año 1853, f. 3 v, Mortuoria de
José Ignacio Baralt; Agustín Millares Carlo R¡faelMarh Bar¡lt (1810-1860). Estudio biográflco,crf tlcoy bibliográflco. Universidad Central de Venezuela,Ediciones de la Biblioteca, Caracas, I 9ó9, p. 433.
2E Belin Váaquez de F. y Gregorio Rijos "Represeniacionesdel hono¡ poder y riqueza en la familia elitista deMaracaibo", en Revlst¡ del Caribe, N'35, Casa delCaribe, Santiago de Cuba, 2001; Pablo Rodríguez"Teslam€nto y vida familiar en el Nuevo Reino deGranada (siglo XVIII)," en Boletín Cultural yBlbllográIicq Vol. XXXI, N" 37, Banco dela República,
Colombia, Santa Fe de Bogotá, 1994, pp. 3-4.2e
. Pablo Rodlguez "Testamento"....cit., p. 27; RogerChartier Esprcló públlco, crltica y desacr¡liz¡ción en
el siglo XVIII. Los orfgenes cultur¡les de laRevoluc¡ón Frrnces¡, Gedisa, Ba¡celona, I 995, p. I I 2.
Máximo García Fcrnández Herencla...cit., p. 4ó.s Referencias en ARPM, Sección Civil, Año I 853, Tomo
22, 4, f. 2, Mortuoria de don Ignacio Baralt; SccciónEscribanía, Tomo I 2, f. I 29 v, Test¿mento de don JaimeAlsina (Codicilo); Sección Escribania, Tomo 13 Vf,Testarncnto de Juana Tomasa Ba¡alt; Sección Escribania,
Tomo 27, fs. 136 v-l 37, Testarnento de Josefá Baralt;Sección Civil, Año I 853, Torno 224, f. l, Mortuoria dsdon lgnacio Banlt.
3l Agustín Millares Carlo R¡f¡el M¡rí¡ B¡r¡lt.,.cit., p.
430.
32 Referencias de ARPM, Sección Escribanía, Tomo 27, f.
137 v,Testamento de Josefa Baralt; Sección Civil, Año
I 853, Tomo 224, f. l, Morruoria de don Ignacio Baralt;
Agustín Millares Carlo Rafael Marla Baralt...cit., p'
430.13 Ermila Troconis de Veracoechea Los censos en la iglesia
colonial venezol¡na. Shtema de préstamos a intereseq
Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia I 53,
Fuentes para la historia colonial de Venezuela, Caracas,
l982,TomoI,p.19.la Kany Solórzano Se hizo seña' Medición y percepción
del tlempo en el siglo XVIII caraqueño, Planeta
Venezolana, Caracas, 1998, P' 220.l5 Ricardo Ca¡cia Vlloslada Hlstori¡ de la Iglesi¡ C¡tóllce.
Ed¡d Medi¡. La cristirndad en el mundo europeo y
feudcl, La Editorial Católica, Madrid, 1958, Tomo I' p.
l0l l.16 Emesto Mora Queipo "Marla, la esclava de lá virgen'
La identidad y la cotidiana lucha por la virtud en la
Venezuela del siglo XVlll", en L¡ vid¡ cotidirna en
Venezuela durante el siglo XVIII, Gobemación del
Estado Zulial Universidad del Zulia, Maracaibo, 1998,
pp.128-129.l7 Referencias en ARPM, Sección Escribanía, Tomo 27'
fs. I 37 v, Testamento de Josefa Baralt. También fs. I 5 v
y 24. lnstrucciones qu€ yo Josefa Baralt doy a mi
heimana María Teresa para que despuós de mifallecimiento otorgue mi testamento con aneglo al poder
que para el efecto le tengo conferido.18 Manuel Gutiérrez de Arre Apéndices....cit', p. 227.
39 Pastoral que obedecía a la influencia de los cambios
socioculturales ilustrados €n las creencias y pnácticas
cristianas de los maracaiberos.40 AISBM, Libro de Gobiemo, Años 1808 a 1885, Tomo
l, fs l7 v-33.4l AISBM, Libro de Gobiemo, Años I 808 a 1885, Tomo
l,fs l7v-33.a2 Mriximo Oarcía Femández Herenci¡...cit., pp. 66'67.
También Mairuel Gutiérrez de Arce Apéndic6... cit.' p.
66.a3 Máximo Garcia Femández Herencir'..cit., p. 69'4 Sobre estas probletnáticas, véase en particular, Katty
Solórzano Se hlzo señ¡...cit,, p. I l7; Máximo García
Fernández Herencl¡...cit., pp. 6ó-67; Manuel Gutierrez
de Arce .Apéndices.... cit., p. ó6.45 Paúl Claval: Espaclo y poder, México, Fondo de Cultura
Económica, 1982,p.24.
ARPM, Sección Escribanía, Tomo 27, fs. 137 v'Testamento de Josefa Barah. ARPM, Sección Civil' Año
I 853,'lbmo 224, f.7 v, Mortuoria de don lgnacio Baralt.
ARPM, Sección Civil, Año I E53, f. l, Mortuoria de José
lgnacio Baralt.
Manuel Gutiérrez de Arcc Apéndlces.'.. cit., p. 102.
TIERRAFIRME
a8 Katty Solózano Se hizo seña..,cit., p. l0ó. Rafaela Vos
Obeso "La religiosidad en Ia vida de las mujeresbananquilleras", en Boletín Cultural y Bibllográfico,Vol. XXXIII, N'42, Banco de la República, ColombiaSanta Fe de Bogot6,1997,p. 53.
49 Emila Troconis de Veracoechea Los censos...cit,, pp.
l9-10.50 Manuel Gutiénez de Arce Apéndices.... cit., pp. 22l-
222.5l Manuel Cutiérrez de Arce Apéndices.... cit., p' 223.52 ARPM, Sección Escribanía, Tomo 12, fs. 129 v l30v-
130 v, Testamento de don Jaime Alsina (Codicilo).
ARPM, Sección Civil, Año 1853, Tomo 224, fs. 2-8,Mortuoria de don lgnacio Baralt.
53 ARPM, Sección Escribanla, Tomo I 2, fs. 129 v, 130 v-132, Testamento de don Jaime Alsina (Codicilo).
54 En referencia a estas ceremonias públicas y sus
disposiciones para hacer cumplir los preceptos de laSanta Iglesia en las fiestas religiosas caraqueñas,
recomendamos el tsabajo de Frédérique Langue "La fetc
travestie: Diversions et passions dans le Venezuela
@lonial", en C.M.H,L.B. Carlvelle, N" 73, Toulouse,
I 999, pp. 95-l I 0.55 ARPM, Sección Escribanía, Tomo 13 Vi Testamento
de Juana Tomasa Baralt. ARPM, Sección Eslribanía,Tomo 27, fs. I 5 v, | 6, 21, 22 v -23. Insaucciones que yo
Josefa Baralt doy a mi hermana María Teresa para que
después de mi fallecimien¡o otorgue mi testamento con
aneglo al poder que para el efecto le tengo conferido.só ARPM, Sección Civil, Año 1853,Tomo224,fs.2,1-7
v, Mortuoria de don Ignacio Baralt; ARPM, Sección
Escribanía, Tomo I 2, f. I 29 v, Testamento de don Jaime
Alsina (Codicilo).5? Referencias en ARPM, Sección Escribanía, Tomo I 3 s/
f, Testam€nto de Juana Tomasa Baralt. ARPM, Sección
Escribanía, Tomo 27, C 137 v, Tgstainento de Josefa
Baralt. ARPM, Sección Escribanía, Tomo 27, f. I 5 vlnstrucciones que yo Josefa Baralt doy a mi hermana
María Teresa para que despúés de mi fallecimientootorgue mi testamento con arr€glo al poder que para el
efecto le tengo conferido.s8 ARPM, Sección Civil, Año 1853, Tomo 224, f. 85,
Mortuoria de don Ignacio Baralt..5e ARPM. Sección Civil, Año I 842, Tomo I 39, Legajo I 5,
fs. I - I 2, Demanda propuesta por Nicolás Baralt contra
Juana Tomasa Baralt como herddera de su hermano
Lucas.m ARPM, Sscción Civil, Año 1832, Tomo 140, Legajo 9,
fs. l-15. Asuntos Varios. Demanda de Nicolás Baraltsolicitando se exhiba unos documentos pertenecientes
al finado Lucas y Sebastián Baralt.6l Agustin Millares Carlos Rafael M.ri¡ B¡rslt... cit., p.
430431.62 Agustín Millares Carlos R¡f¡el Marli Berelt... cit., p.
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TIERRAFIRME
434.
Pablo Rodríguez SentimientDs.., cil, p. l2g,Referc¡rcias cn Manuel Gutiérrcz de Arce Apéndlces..cit., p. 213.
Rcfc¡encias en ARPM, Sección Civil, Año 1g53, Tomo
Tlcm ¡Irm. C&u - VcwuelsNo 7t. Año 20 - Vol. XX, pp. t67-lEE, 2002
Power ¡nd the configuration of identity inM¡r¡calbo during the first h¡lf of tbe XIXCeutury
Belin Vázquez de FerrerNereyda Ferrer
Abstract:This article deals with the issue of power inMaracaibo through three categories ofconcepts: networks, identities and socialdimensions. The period studied makes itpossible for the authors to use the long-lastingperspective with a view to undentanding thenature ofthe social actors' behavior in that areaand within a historical context characterized'by deep changes. Within this context, theauthors reveal the symbolic imaginary andexplain the notion ofsocial power as practiceand r€presentation. The outcome ofthe studyhighlights rhe elemenrs that ídentified and kepttogether the inhabirants of that port city. Inorder to obtain such outcomc, the authorsarnlyzn the kind of power devetoped withinan intermediation process depicting the actions,intentions and decisions ofthose involved inthe social dynamics.
Key wordr:Colonial Venezuela, colonial Maracaibo,power, images, symbols, social networks,regional history.
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TIERRA FIRME
Tllrr¡ Flrme. Carcu - VoezuclaN'78. Año 20 . Vol. XX, pp. 189-20?,2002
224, f.7 v, Monuoria de don tgnacio Baralr. AISBM,Años I 808 a I 8l 7, Libro de defunciones, Tomo l, f.44; ARPM, Seccíón Escribanía, Tomo I 2, f. I 29 v,Testamcnto de don Jaimc Alsina (Codicilo). ManueiGutiénez de Arce Apéndlces... cit., p.2¡3. AISBM,Años I 8 I 7 a I 825, Libro de defuncioneq Tomo 2, f.48 v.
El rol del matrimonio en las redes deintegración de los inmigranteseuropeos en la ciudad de Puebla(México), segunda mitad del Siglo XIX.Un estudio del Registro Civil
Evalyxs SÁxcn¿z-GUTLLERMo
FRAMESPA(Fnencn MÉruDroNALE er EsencNr)-CNRS, FReNcn
RESUMEN: Sobre un complejo panorama que articula múltiples espacios de representación y elpapeljugado por los inmigrantes en tierra americana, en este caso mexicana, la autora se interesapor las redes tejidas por los diplomáticos europeos, en particular franceses, a lo largo del sigloXIX. Su objetivo radica en comprobar cómo la inserción en el espacio es una de las formas enque se manifiesta el Estado en la vida cotidiana. La autora aborda el ámbito de Ia diplomacia comoinsumo de los vínculos de carácter internacional y en su calidad de espacio creado¡ es decir, comouna dimensión del Estado modemo que aparece menos como un instrumento que como un espacioque ocupa y se deja ocupar por los vínculos que se producen en su interior.
PALABRAS CLAVE: Vda cotidiana, matrimonio, inmigración, historia diplomática, espacios de
representacién. -
Pratiques du pouvoir etd'identltés i M¡rac¡ibo d¡usmolttédu XIXe
Belin Vázquez de FerrerNereyda Ferrer
Résumé:
formationla premiére
Dans cet article, les aut€urs analysent le thémedu pouvoir á Maracaibo selon trois catégoriesconceptuelles : les réseaux, les identités et lesdimensions sociales. La période choisie leurpermet d'avoirune perspective á longue duréeafin de cornprend¡e la nature du comportementdes acteurs sociaux dans cette région duVenezuela et dans un contexte historiquemarqué par des changements importants. Lesauter¡rs montrent I'imaginaire symbolique etexpliquent le pouvoir social commé unepratique et une représentation. Les resultatstémoignent des aspects qui identifiaient etinfluengaient les habitants de cette vi[eportuaire. Les auteurs étudient aussi le pouvoirdéveloppé dans le cadre. d'un processusd'inüermffiations qui reflétaient les actions, lesintentions et les décisions de ceux quiparticipaient á la dynamique sociale.
Mots-clé:Venezuela colonial, Maracaibo colonial,pouvoir, images, symboles, réseaux sociaux,hisfoire régionale.
os historiadores que han
estudiado el tema de las
estrategias y las redes de las
élites novohispanas han
insistido en la importancia
del matrimonio en laconformación de las redes que unían a los
españoles recién llegados con las antiguas
familias locales. Desde David Brading, el autor
pionero en el tema, la cuestión de la integración
de los españoles inmigrantes a la sociedadnovohispana giró alrededor de las estrategias
familiares y de la comunidad de intereses entre
criollos y "gachupines" que nació de esta
unión, Estudios más recientes subrayan el
interés de las familias locales en promover
estas alianzas con los europeos recién llegados,
otros siguen el ritmo generacional de
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TIERRA FIRME
integración de estos inmigrantes en las
sociedades latinoamericanas o destacan el
caráctet endogámico de las alianzas entre
ciertos inmigrantes.l Todos estos trabajos
subrayan el rol clave del matrimonio como
forma de crear una unión sóüda y duradera
entre familias que ningún otro tipo de lazo era
capaz de establecer. En consecuencia, mienhas
el contexto era más inestable, más el
casamiento podía ofreceruna solución para que
los actores sociales pudieran tejer lazos a largo
plazo sin someterse a la coyuntura política y
económica2. Para los inmigrantes españoles,
el casamiento presentaba además la ventaja de
permitirles integrar la sociedad local, siendo
el símbolo de su aceptación por parte de esta
última y de la adecuación de sus intereses con
los de los nativos. En suma, el matrimonio era
la forma más eficiente de tejer lazos duraderos
para el conjunto de la sociedad colonial y
además de integrarse a ella en el caso de los
inmigrantes.
Después de la independencia, México, así
como todas las nuevas naciones creadas a partir
del antiguo imperio español y de ladisolucióndel orden colonial, se abrió a la inmigración
europea fuera del control que ejercían las
autoridades españolas. A pesar de que México
era conocido como la joya de la corona, no
pudo atraer a tantos inmigrantes como lo
deseaban sus gobiernos sucesivos y no reunía
a más de 57.000 extranjeros en su suelo en
19003. La mayoría de ellos eran originarios de
Estados Unidos y los franceses, el grupo
europeo más numeroso instalado en México,
sólo representab an al 7o/o de los extranjeros.4
Como consecuencia de esta apertura, se
encuontran entre los inmigrantes del siglo XIXperfiles mucho más heterogéneos que el de los
españoles en Nueva España. Una de las
diferencias más fuertes era de tipo cultural,
incluyendo el idioma, la religión y elcomportamiento social en su sentido más
amplio. Por el mismo carácter heterogéneo do
estos inmigrantes europeos, existen muy pocos
estudios generales que permitan presentar una
tipología de sus estrategias, de sus modos de
integración o no a la sociedad local y de sus
relaciones con esta última. Los trabajos que se
han publicado hasta hoy son más bien de tipo
biográhco, centrado en un grupo específico dc
inmigrantes tales como los "franceses de
Barcelonnettes",5 la "comunidad" alemana...
Adem¡,is de este aspecto biográfico, los trabajos
publicados insisten en la conservación de l¡identidad por parta de estos grüposrpresentándolos como una sociedad dentro de
la sociedad y analizando sólo sus relacioneg
internas. Falta en cambio un análisis de los
lazos entre inmigrantes y mexicanos ya que eú
un tema tratado únicamente desde el punto dc
vista estatal a través del estudio de las
relaciones intemacionales.6
El objetivo de este trabajo es al mismo
tiempo modesto y ambicioso, modesto porquc
se trata de presentar aqui los primeroiresultados de una investigación a partir de
muestra limitada, escogida en la ciudad do
Puebla, y ambicioso porque se trata do
proponer algunas hipótesis suficien
válidas como para empezar a comparar
resultados obtenidos con las informaciones quo
nos proporciona la bibliografia más amplia yprecisa que existe sobre las redes de lo¡inmigrantes, subrayando las evoluciones quc
ia independencia de México pernritióindirectamente. Sin embargo, no vamos a tr¿t8r
aquí de todos los inmigrantes europeog
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presentes en la ciudad de Puebla ya que
propon€mos dividirlos en dos grandes grupos
originales en el sentido que no utilizamos para
eso el criterio de su origen sino el de sus
esffategias. En efecto, podemos considerar cpriori que el objetivo de todos los inmigrantes
era el mejoramiento de su situación económica
y/o social. Para conseguirlo,
se proponían seguir dos
estrategias distintas, una que
necesitaba integrar lasociedad del país que les
acogía, y otra en que
planeaban enriquecerserápidamente antes de
regresar a su pais de origen.
Obviamente, sólo conside-
ramos aqui el caso de las
migraciones individuales y
farniliares, dejando de lado
las migraciones comuni-tarias que debían original-mente formarcolonias como las que se instalaron
con poco éxito en el Estado de Veracruz y donde
los inmigrantes intentaron vivir en una casi
autarquia. Como ejemplo de esta situación, yhaciendo referencia a la colonia francesa de
San Rafael, en el Estado de Veracruz,Martinez
Montiel y Reynoso Medina sostienen que "elaislanriento de San Rafael, rodeado porpequeñas rancherías de humiildes campesinos
que hacían destacarse aún más a la colonia
exhanjera, permitió la unidad del grupo francés
así como la conservación de su idioma y sus
costumbres, adaptadas naturolmente al medio.
Los matrimonios eran endogámicos y sólo
exepcionalmente se dieron uniones conmestizos; el francés era la lengua de la colonia,
y sólo se hablaba español al salir de eila o por
de los productos
La CUeStión de la industriales, los france-
integración de los ::: t1T::i' er gruPo
españolés inmisrantes a la [ffiT;Jffl;'jjJJsociedadnovohispanagiró y de los muy pocos
alfededOf de laS ingleses que se intere-
estrategias familiares y de sar:n :n
vivir en esta
la comunidad de interÉset 'JJ::.i:j: ;:TJ'i::ente criollos y Franceses estaban los
"gachupines"quenacióde famosos empresarios
estaffnión. industriales y comer-ciantes originarios de
los Barcelonnettes, en
TIERRAFIRME
razones de comercio".T También debemos
tomar en cuenta el contexto poblano y sus
consecuencias sobre las características de los
extranjeros instalados en la ciudad para medir
la representatividad del grupo estudiado. En
esta ciudad que orientó su actividad hacia la
industria textil principalmente y el comercio
los Bajos Alpes, que recrearon a partir de los
años 1840 con más éxito el tipo de actividadque habían conocido en Francia. Atraídos por
Puebla, se especializaron en la industria textily en la venta de ¡'ropa y novedades",consiguiendo de esta manera unaconcentración vertical de sus actividades. Losmás exitosos de ellos, como los Couttolenc,
consiguieron diversificar los sectores en que
invirtieron hacia los préstamos, las minas etc.8
En cambio, los alemanes preferían dedicarse
al comercio internacional y decidieron por eso
instalarse de preferencia en zonas portuarias.g
El caso de los ingleses es distinto ya que se
interesaron en instalarse en México muytemprano en los años que siguieron laindependencia, atraidos por las minas de plata
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TIERRAFIRME
que los escritos de Humboldt les habían dado a
conocer con precisión y por el desarrollo del
sistema bancario en que iban a participar. Los
ingleses más pobres que decidieron emigrarprefirieron irse a Estados Unidos, dejando
México a los que podían invertir en los sectores
más atractivos del país. Pero pronto la Foreign
Office se dio cuenta de que el potencial
económico de México habia sido sobre-evaluado y, en la segunda mitad del siglo XIX,todas las propiedades mineras de los brikánicos
habían regresado a manos de mexicanos.lo Elúnico polo atractivo para los británicos en
México era entonces la implantación delfenocarril, Para llevar a cabo los proyectos
ferroviarios, varios técnicos, mecánicos,ingenieros, etc. llegaron a México. I I Algunos
de ellos se quedaron y los encontramos en el
archivo del registro civil de Puebla, por donde
pasaba la línea que unía el puerto de Veracruz
a la ciudad de México, casados con mexicanas
o con inglesas,
Finalmente, el tipo de fuentes que
utilizamos aquí no nos permite abarcarcompletamente a los inmigrantes que
escogieron la segunda estrategia ni, de forma
más amplia, a los muchos que escogieron
quedarse solteros.12 En cambio, permite medir
la importancia del papel del marimonio denfode las estrategias de los que decidieronquedarse en México. Las fuentes demognificas
con que trabajamos fueron el resultado de la
política emprendida por los hombres de laReforma que quitaron a la iglesia el monopolio
de la función de registrar los nacimientos,
matrimonios y defunciones por vía de los
sacramentos de bautizos, bodas y funerales. La
"ley orgiínica del registro civil" fue votada el
27 de enero de 1857 y complementada por la
ley sobre el matrimonio civil del 23 de juliodel mismo año; aunque el establocimiento del
registro civil tiene fecha del 28 de julio de
1859, no existió en Puebla sino hasta el año
de 1861 €n que empezamos nuestro estudio.
Es más que probable que, como pasó antes en
Europa, los mexicanos tardaron en presentarse
delante de esta nueva administración,prefiriendo seguir pasando únicamente por la
Iglesia como lo siguen haciendo hasta ahora
en el caso del matrimonio. Pero, si losgobemadores se quejaron de esta resistencia
pasiva de parte de la población frente al registocivil, debida al "fanatismo, apatía, ignorancia,pobreza, escasez de oficinas e indolencia de
los encargados", también reconocieron que lasituación mejoró sensiblemente al hnal del
siglo XIX, mejorando también la calidad de
esta nueva ñ¡ente.l3 A pesar de las reservas
que debemos tener hacia estos documentos por
este motivo, resulta ser una de las fuentes más
ricas y más olvidadas para estudiar a lapoblación inmigrante en México.14
Como ya lo advertimos, los inmigrantes
europeos en México no pueden serconsiderados como un grupo homogéneo.
Fuera de los convenios bilaterales firmados
entre varios países de Europa y México que
incluían diferencias legales entre inmigrantes
según su nacionalidad, en particular sobre el
tema del comercio, las diferencias culturales
eran las más acentuadas en su país de adopción.
Más que ninguna otra, la diferencia religiosaponía en una situación depesigualdad a los
distintos grupos de inmigrantes frente al tema
de la integración a la sociedad local en México.
El tipo de fuente que utilizamos en este trabajo
subraya aún más estas diferencias ya que el
hecho de ser protestante por ejemplo (los
mexicanos desconocían las diferencias que había
ente el protestantismo y el anglicanismo) podia
impedir un matrimonio entre un inmigrante
Eüopeo y r¡na mexicana. D. G. Beminger rescató
el caso de un extranjero protestante llamado
Archibald Ritchie a quién las autoridades de
Guadalajara negaron en 1828 el derecho de
casa$e con una católica "a pesar de que prometió
educar a todos sus hijos en el catolicismo".l5
La iey que permitió la libert¿d de cultos votada
en diciembre de 1860 y la creación dél registro
civil peimitieron por lo menos levantar laprohibicién juridica y las cifras que presentamos
aquí tienden a demostrar gue la.legislacióntambién fue capaz de modificar los€omportamientos sociales tanto de losinmigrantes como de ios mexicanos,
Sin embargo, la infon¡ación más evidente
que presenüan estas fuentes es la función muy
secuncfaria que jugó el matrimonio denho de
las redes de ios furmigrantes zuropeos durante el
siglo XIX si lo comparamos con su papel en las
redes de los españoles durante la época colonial.
Es importante subrayar de entrada este aspecto
de nueska investigación ya que el riesgo de sobre
evaluar el pagrcl detr matrimonio en las estrategias
de iniegracién rie los inmignntes al focalizarse
en un solo tipo de fuentes era real. Sin embargo,
la calidad de estas mismas fuentes, es decir la
cantidad de detalles que reúnen así comrj su
conflontación con los resultados publicados por
varios historiadores, permitieron evitar este erordc perspectiva.
MATRIMONIO, REDES SOCIALES E INMI.GRANTES EUROPEOS EN LA CIUDAD DEPUEBLA
Aunque el Registro Civil ft¡e creado en
Puebla en 1861, no encontramos matrimonios
de ouropecs sino hasta el año de 1867. Esta
cronología dernuesffi que los eventos políticos,
o sea la interveniióe francesa que marcóparticuiarmente a los pcbiancs, tuvieronconsecuóncias directas sobre ias posibilidades
TIERRAFIRME
de integración de.los europeos a la sociedad
poblana, apartándolos e identificándolos comogrupo ajeno. Con la caída de Maximiliano ydel imperio, los matrimonios entre europeos ymexicanas se celebraron a un ritmo muy alto,comparable al que se encuentra también alprincipio del siglo XX. La evolución delnúmero de matrimonios por año nos enseña
dos pistas de investigación que quedan por
cstudiar. Primero, es muy probable que estos
matrimonios que siguieron la caída del irnperioforman parte de un fenómeno de recuperaciór¡
es decir que las bodas que no pudieroncelebrarse antes por los eventos poHticos ymilit¿res se celebraron en cuanto el contextodejó de ser desfavorable. Segundo, estosmatrimonios demuestran que muchoseuropeos, franceses en particular, no eslaban
dispuestos a f€gfesar a 9u pais de origen una
vez terminada la ocupación militar de México,lo cual nos permite emitir dos hipótesisprobables en el contexto de estos años. Laprimera de estas es que los inmigrantespudieron considerar en est€ momento almatri¡nonio más como un remedio parajustificar su permanencia en México delante
de las autoridades que como una unión con unclan familiar. En efecto, los inmigrantesfranceses tenian motivos suficientes parapensar que podían ser expulsados del país yaque, después de obtener la independencia, elgobierno mexicano decidió la expulsión de losespañoles, temiendo que ayudaran a la antiguametrópoli a recupcrar los territorios perdidos.
En Puebla, más que en cualquier glra ciudad
de la República ftrera de la capital federal, estos
acontecimientos marcaron durablemente lamemoria de ia población. Casarse con unamexicana podia ser entonces para los franceses
una forma de convencer a las autoridadeslocales dc sus buenas intenciones, usando
r;: I
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e Cab
allero
TIERRAFIRME
además un medio promovido en las
Constituciones mexicanas. Las constituciones
mexicanas del siglo XIX promovieron el
matrimonio entre extranjeros y mexicanas
como r¡na de las formas de probar para los
inmigrantes que sus intereses estaban en
México. En consecuencia, el hecho de estar
casado con una mexicana otorgaba ciertos
derechos impor{antes como él de comprar
propiedad :.aiz en el pais. Como ejemplo,podemos citaral artlculo l3 de la Constitución
de 1836: "El extranjero no puede adquirir en
la República propiedad raí2, si no se ha
naturalizado en ella, casare con mexicana y se
arreglare a lo demas que prescriba la leyrelativa a estas adquisiciones. Tampoco podni
frasladar a otro pais su propiedad mobiliaria,sino con los requisitos y pagando la cuota que
establezcan las leyes". Así los inmigrantes
podían gozar de casi todos los derechos de los
mexicanos sin tener la obligación de perder su
nacionalidad, lo que presentaba una ventaja
que no podían ignorar.lóEn este caso, y almque
esta primera hipótcis sea enónea, parece muy
probable que el matrimonio sirvióprincipalmente como medio de asegurarintereses locales fuertes que preexistieron al
compromiso familiar. La verdadera cuestión
que se plantea entonces es de saber si los
matrimonios contraidos en este contexto .
podían fortalecer realmente estos intereses o
si, temiendo una expulsión, los inmigrante8 ."
sólo pensaron en aseg¡¡rar su permanencia en .
México. 1'l
El registro de matrimonio contienc ;algunas informaciones que corroboran esür ,,1
propuesta y la detallan para no generalizar I
indebidamente al conjunto de inmigrantes.
Entre los datos contenidos en los libros do
matrimonios, encontramos de forma muyirregular el número de años que los dos
contray€ntes tenían en
Desafortunadamente el resumen quc 8€
presenta en el Cuadro I no puede pretendcr
tener valor estadlstico, particularmente para loc
ingleses, por los pocos casos en que lotdocumentos incluían este dato. Sin embargo,
las cifras que tenernos tienden a demostrar qt¡o
el .matrimonio era para los inmigrantes,franceses sobre todo, un paso más hacia l¡integración de la sociedad local que podían dusolamente después de haber asegurado su
situación en la ciudad en el ámbito del rabajoy de los ingresos pero también en el sentido
de su aceptación por parte de los poblanos.
No encontramos aquí nada sorprendente
ni nuevo r€specto a las estrategiasrnatrimoniales de los españoles durante laépoca colonial y que consistía en numerosos
casos en trabajar unos años para un ricocomerciante, pariente u originario del mismopueblo en España, antes de casarse con su hija.Incluso encontramos en el siglo XIX esta formade tejer vínculos dentro del grupo de loslranceses que venían de los Barcelonnettes. L.Gamboa estudió cómo los parientes pobres ylos vecinos llegaban a México dondeempezaban trabajando como cajeros de uncomerciante francés adinerado. Dormían en la
tienda y no se independizaban hasta que podían
instalarsus propios negocios y, en varios casos,
casarse con la hija de su "protector".l? No es
posible sin embargo generalizar al conjturto de
los inmigrantes europeos en México los datos
que proporciona la historiografia sobre loslazos sociales y las estrategias de mejoramientosocial y de perpetuación de estatus de losBarcelonnettes. Lo que si llama la atención en
los datos colectados de las actas de matrimonioes que, a pesar del recuerdo reciente y potente
en Puebla de la invasión francesa y a pesar de
la barrera del idioma, el tiempo de residenciaen Puebla antes de la celebración de la boda
no fuera más largo. Así pues, parece justificado
suponerque los inmigrantes europeos del sigloXIX tenian una gran capacidad de integracióna pesar de la'novedad" cultural que podian
representar para los mexicanos. Sin embargo,
es necesario analizar en detalle y de formadiferenciada sus actas de matrimonio para nogeneralizar abusivamente las hipótesispresentadas aquí. En efecto, los que trabajaron¡¡ita cue.stión sobre el caso de los franceses
subrayaron más bien que las bodas celebradas
cntre los inmigrantes y las rrexicanas eran, sino
excepcionales, por lo menos l'aros, creando una
TIERRA FIRME
fuerte endogamia que hubiera originado un
sentimiento comunitario fuerte. Sin embargo,
hay que subrayar que los autores que pusieronde relieve estos rasgos de la sociabilidad de
los franceses en México esfudiaron esencial-
mente a los que consiguieron enriquecerse yformar parte de las élites locales y/o nacionales.
En términos de Martínez Montiel y ReynosoMedina, "aquellos que decidieron establecerse
definitivamente en el país tuvieron rasgos
culturales distintos al resto de la sociedadmexicana al considerarse socialmente superiores
por su éxito económico y su posición de clase;bajo estas condiciones habrán de integrarse a lasociedad mexicana".18 Es probable, como lomuestra el comportamiento social de loseuropeos en Puebla, que el conjunto de losinmigrantes de udtivel social menos elevadono buscaba tanto la endogamia como laintegración a la sociedad en que decidieroninstalarse. Para estos inmigrantes, elmatrimonio no tenia el mismo sentido que para
las élites y, en consecuencia, no dependía delas mismas estrategias.
De hecho, si comparamos la ocupacióndel inmigrante casado con la de su suegromexicano (no consideramos aquí el caso delos matrimonios entre personas del mismoorigen geográfico), parece que el ámbitoprofesional estaba lejos de determinar las
alianzas matrimoniales. En efecto, sobre lostreinta casos en que las fuentes nos procuranlos datos, 2 I de los novios tenían una actividaddistinta de la de su suegro. Ocho de los nueveque compartían la misma ocupación que sus
suegros eran comerciantes. Es probable que
estos datos signifiquen que el matrimonio no
servía a los inmigrantes europeos para mejorarsu situación profesional y que la conformaciónde su red social y familiar que tejieron enMéxico no estaba subordinada a su trabajo. Si
Cu¡dro IAños de res¡dencis en Puebl¡ de los innlgrantes euroPeos al c¡s¡rüe
Años Fr¡nceses Alem¡nes lnol
1871-1880 4.35* 6.75**
r Ref-l Ron 4.31* g** ?i ?{t
l89l-1900 24 2 777
l90l-t910 1.47r l0rr 6 7
Fuente: Archivo Gcncral dcl Estado de Puebla (AGEP) Libros de rmbimonio 1867- l 900; Archivo dcl Regisr¡o
Civil del Esa¡to de hrcbla (ARCEP) Lib,ros de rnatrirnonios, l90l-1910. Leyenda: rPromedio calculado sin
ircluir a la segunda boda de los vir.dqs; rrPromodio calculado incluyendo a la segunda bóda de los viudoo.
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añadimos a estos datos el hecho de que, sobre
65 matrimonios, 30 de las esposas mexicanas
eran huérfanas de padre, podemos suponer que
las alianzas matrimoniales de los inmigrantes
no tenían un objetivo de elevación social tal
como lo entendían las élites locales, ya que no
podían contar con el apoyo de un miembro
importante de su familia politica.19
Estas conclusiones podrían parecer
exageradas si no estuvieran conoboradas por
otros datos que nos proporcionan las mismas
fuentes del registro civil. La edad de los
inmigrantes y de sus esposas al casarse,
presentada en el Cuadro 2, muestra que los
reqién llegados tardaban en contraermatrimonio. Si consideramos que calculamos
para este grupo una esperanza de vida de sólo
45 años, los limites del impacto de una
supuesta estrategia matrimonial sobre la
movilidad social de los inmigrantes parecen
más obvios, en particular en el caso de los
franceses quienes eran los que tardaban más
en casarse. Es importante remarcar que la
esperanza de vida de los inmigrantes europeos
es mucho más baja que lo que parece a primera
vista ya que, como consecuencia de su
característica de inmigrantes, nuesfros cálculos
no toman en cuenta la mortalidad infantil que
suelen incluir los cálculos sobre las poblaciones
nativas. Una lectura de los registros de la
Beneficiencia de Puebla en los mismos años
muestra que los inmigrantes europeos se morian
sobre todo de enfermedades respiratorias y de
gripes. Las batallas militares durante la
intervención francesa no afectaron nuestros
cálculos ya que ninguno de los muertos
registrados murió durante un combate.20
En cambio, como lo veremos también al
estudiar el origen geográfico de las esposas y
rápida integración, en una generación, a la isociedad local por la adopción de un '
comportamiento maffimonial que cortespondía i,
con las normas. La evolución de la edad de las {esposas, así como de la diferencia de edad enúc {los esposos (Cuadro 3) también puede ilustrar {una relativa dificultad pára los inmigrantes para i{i
encontrar con quién casarse en México, ',dihcultad que se redujo notablemente para sus
fu
de los testigos, los de la segunda generación, es
decir los hijos de los inmigrantes nacidos en
México, tuvieron un comportamiento social
más conforme al resto de la poblaciónmexicana. Solían casarse más jóvenes, con
excepción de los ingleses (pero los datos sobre
este grupo son insuficientes para sacar
conclusiones), con mujeres más jóvenes
también. Este dato tiende a demostrar una
inmigrantes afectaba muy sensiblemente su
comportamiento demográfico, limitando el
número de hijos que podían tener en el corto
tiempo que duraba su matrimonio, ademá!
nipidamente intemrmpido por la muede prec@
de los recién llegados. En una escala de tiempo
más larga, podemos emitir la hipótesis de quc
la forma en que los inmigrantas euroPeol
contraían matrimonio afectaba durablemento
sus redes sociales limitando los lazos quo
podían tejer a través de las alianzalmatrimoniales de sus tdjos. En este seniido, el
rol de estas uniones, por su canácter particulffy sumamente distinto de lo que se ha observado
en el caso de las élites novohispanas, tenfl
consecuencias duraderas sobre sus redes socialcl
y en el conjunto de las estrategias de i
de los inmigrantes, obligándolos a buscar otr¡lformas para conseguir sus objetivos y a
zus ambiciones sociales y económicas.
w?1
TIERRAFIRME
Cuadro 2
Edad de los inmigrantes y de sus esposas cuando se casan (*Hombres, **Mujeres)
Fuente: ACEB Libros de matrimonio I 867- 1900; Archivo del Registro Civil del Estado de Puebla (ARCEP)Lib¡os de matrimonios, l90l-1910.
Cuadro 3
Diferencia de ed¡d entre los esposos
l;r¡ente: Archivo üeneral del Estado de Puebla (ACEP) Libros de rnatrimonio 1867-1900; A¡chivo delRegistro Civil del Estado de Puebla (ARCEP) Libros de matrimonios, 1901-1910.
I
hijos. Aunque no 1o calculamos, podemos .$
suponer que este aspecto de las alianzas de los -ii
b,
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q;h'
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I$S¡
Años Primera generación Segunda generación
Franceses Alemanes lngleses Franceses Alemanes Ingleses
H* M** H M H M H M H M HMr 867- l 870 36 28 36,5 23 3 1,5 25
l 871-l 880 34 24 25 22 27 18 22 19 24 'r) 22,5 15
r88l-1890 36 26 27 22 32,5 18,5 32 24
I89l-l900 3l 30 3l 24 31,5 35,5 32 22 29 21 40 27
l90l-1910 42 .32 33 25 36 29 29 25 29 24
Promedios 36 28 31 23.5 30 26 29 2t 29 23 31 21
Años Primera generación Segunda generacién
Fr¡nceses Alemanes Ingleses Franceses Alemanes Ingleses
r 8ó7- 1 870 8 t4 6,5
I871-1880 l0 3 J J 9 7
I88l-1890 i0,5c l4 8 5
l89l-1900 I 7 11 8 -4 13
t90 t - l9l0 l0 9 4,50 5 7
l'romedios 8 8 8 6 4 l0
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TIERRA FlRME
ir'r '' )l
emitieron leyes especiaies de protección de los
empresarios que decidían emigrar. También
hay que tomar.en cuenta la política mexicana
en favor de la inmigración alemana,
considerada como menos peligrosa que la
liancesa ya que los migrantes alemanes no
gozaban del apoyo político y militar de su
gobiemo.2l
ta explicación religiosa e institucional
parece ser la má6 útil para interpretar estas
cifras. La gran mayoría de los inmigrantes
franceses eran católicos y, aunque la creación
del registro civil abolió la prohibición que
existía de facto para unir a un no católico con
una mexicana, esta pertenencia religiosafavorecia la integración de los recién llegados
a una familia poblana. Los alemanes que se
instalaban en México también eran católicos
en su mayoría, lo que les facilitaba también
casarse con mexicanas. Cabe agregar que
utilizamos el ténnino que encontramos en las
fuenies. A pesar de que Alemania no existia,
los inmigrantes originarios de Prusia, de las
ciudades hanseáticas y a veces hasta los
austríacos eran presentados como alemanes en
todos los tipos de fue¡rtes. Esta lerminología
corespondía a una realidad lingüística, y no a
una división política de Europa en Estados,
que los mismos inmigrantes habían integrado.
El caso del viajero Isidore Lórvcnstern ilustra
csta situación ya que, a pesar dc que nació en
,Austria, declaró en varias ocasiones"pertenecer a Aleniania" y ilamó "compatriota"
a un alemán de Hamburgo que encontró en el
¡;erto de veracruz.Zz
En cambio, los ingleses tardaron más en
tener las mismas posibilida.Jes en la medida
TIERRA FIRME
que los anglicanos eran vistos por los mexicanos
como protestantes. En consecuencia, no
gozaron de medidas tomadas porlas autoridades
mexicanas en favor de su instalación como las
que habían facilitado la llegada de franceses,
alemanes católicos e irlandeses. La ley de
libertad de cultos y el matrimonio civil no
fueron en un primer tiempo suficientes para
superar esta banera y México seguía teniendo
fama de intolerancia religiosa para los ingleses
que preferían migrar hacía Estados Unidos.
Aunque fue escrito por una autora austríaca, el
texto siguiente, publicado en Londres, es
representante de la opinión de muchos ingleses
sobre México y de no pocos emigrantes sobre
la ciudad de Puebla: "of all towns in Mexico,Puebla is most distinguished for the blindignorance of its inhabitants, in whose minds is
fostered the fiercest fanaticism, religious as well
as political, strangely accompanied by the most
unblushing depravity of morals".23 Esta
distancia que mantuvo la comunidad inglesa
con la sociedad mexicana se verifica también
en su comportamiehto sociai y matrimonial ya
que, como lo enseña el censo del estado de
Puebla de 1900 (Cuadro 5), estos migrantes
tendían a llegar ya casados con compatriotas
suyas cuando los otros inmigrantes europeos
llegaban solteros.
Sobre los 315 inmigrantes instalados en
el estado de Puebla, 221 o sea'10%o eranhombres. Las francesas eran las mujcres
relativamente menos representadas ya que sólo
formaban 25% del total de los franceses del
estado de Puebla en 1900, cuando las inglesas
liegaban a 35% y las alemanas a 347á. Si ahora
nos centramos en las cifras que corresponden a
La evolución del rol del matrimonio en las
redes sociales de los inmigrantes y su capacidad
de integración es más obvio si consideramos la
nacionalidad de sus esposas así como la de sus
testigos. El Cuadro 4 reúne los datos sobre lanacionalidad de las esposas de los inmigrantes,
permitiendo seguir una evolución y comparar
los casos en función del origen de los esposos.
Las cifras absolutas demuestran un fenómeno
general de la inmigración europea en Méxicobien conocido y visible a Ia escala de lapoblación de la ciudad de Puebla: ladisminución muy sensible de la poblaciónfrancesa al final del siglo XIX principio delXX y su rápido remplazo por los alemanes. Lapresencia inglesa se ahrma también en este
mismo período.
Observando los porcentajes, vemos quo
si la opción de los inmigrantes franceses y
alemanes en favorde esposas rnexicanas pareco
clara (dos tercios de los casos registrados), tpesar de la diferencia cronológica enunciadtdebida a un contexto intemacional cambiante,
la preferencia de los ingleses no lo parecl¡
tanto. Hay que subrayar además la influencia
de las leyes migratorias de algunos paísel
europeos sobre los flujos. Por ejemplo, hasttI 867 un emigrado alemán (de la Confederación
de Alemania del Norte) perdía al mismo tiempo
su nacionalidad y su posibilidad de regreso,
Después de esta fecha, la Confederaciónalemana y luego la Constitución imperialempezaron a defender los derechos de lo¡candidatos a la emigración. A partir de 1898,
Cuadro 4
Nacionalidad de las esposas de los inmigrantes europeos en la ciudad de Puebla
Años Nacionalidad esposas
Franceses
Nacionalidad esposas
Alemanes
Nacionalidad esposat
Ingleses
Mexic. Franc. Otras Mexic. Alem. Otras Mexic. Ingles Otra¡
1 867- I 870 10 2 0 4 0 0 0 0 0
1871-1880 t2 5 0 0 I 0 I 0 0
I88l-1890 t2 J 0 0 I 0 J 0 0
l89l-r900 7 0 4 I 3 5 0
l90l-1910 5 3 l1 3 3 2 0
Total 46 ló t9 6 2 l0 7 0
o/o 73 25 2 71 22 7 59 4t 0
Fuente: AGEP, Libros de matrimonio 1867-1900; ARCEB Libros de matrimonios. l90l-1910.
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Dlstrito Alemanes Franceses In sleseshombres muJeres hombres muJeres hombres muJeres
Huauchinango Huauchinango I
Atlixco
Pantepec 7 I 3 IAtlixco I I 5 4
Z,acatlin
Tiangui^s¡r¡onalm 9
Zacatlán
Huejotzingo Tlahuapan I I ,)
Texmelucan
Chiautzingo
Cholula Cholula
Teziutlán Teziutlán I I 4 5
S. José Acatenro I
San Juan de
los Llanos Cuvuaco I
Libres I
Tlatlauquitepec Hueyapan IPuebla Puebla 32 t6 95 37 30 24
Tehuacan Tehuacan 3 2 4 2 2
Chalchicomula Atzizintla )Chiautla Chietla I 2
Acatkin Piaxtla 2
Tetela Tetela
Total 4t 21 tt7 39 63 34
TIERRA FIRME
lapoblación que estudiamos en el registo civil,es decir los inmigrantes instalados en la ciudad
de Puebla, la diferencia entre los tres grupos se
vuelve aún nr¿ás notable ya que las fiancesas son
28% del conjunto de los franceses, las alemanas
33%oy las inglesas 44%.
Cuadro 5
Los inmigrantes en el estado de Puebla en 1900
Fuente: Censo general de la República Mexicana verificado el 28 de octubre de 1900, Estado de puebla,México, Secretaría de Fomento, l-902.
El interés de este censo es el de completar
las actas de matrimonio permitiendo medirhasta donde podemos generalizar las
conclusiones de los fenómenos que
observamos en una zona urbana, por lo menos
para el caso del comportamiento matrimonial
de los ingleses, En efecto, las tendenciaspresentadas aquí parecen, a la luz de esta nueva
fuente, haber sido de mayor amplitud en la gran
ciudad comercial e industrial que era Puebla
en la segunda mitad del siglo XIX que en las
zonas rurales que la rodeaban. Así, los ingleses
que llegaron a Puebla con sus esposas del
mismo origen que ellos se instalaronprioritariamente en la capital del estado y lavilla cercana de Atlixco, dejando los pueblos
y las haciendas más lejanas a los inmigrantes
solteros. A pesar de estos matices, parece que
el factor cultural y religioso provocó formas
originales de migración -individual o familiar-y de integración por via del matrimonio a la
sociedad local como lo ilustran loscomportamientos muy distintos de losinmigrantes franceses e ingleses. Ahora bien,
¿es posible considerar que el objetivo de estos
i¡gleses casados con compatriotas suyas era
la integración? Es cierto que varios de ellos
llegaron a México como trabajadores de las
líneas de fenocarril que se estaba construyendo
entre la cir¡dad de México y la costa atlántica
y podían tener previsto regresar a Inglaterra o
irre a Estados Unidos unavez terminados su
contrato de trabajo. Sin embargo, encontramos
a varios que se quedaron en Puebla donde
nacieron sus hijos que, a su vez se casaron en la
ciudad. Que la integración ha;va sido uno de sus
objetivos o no, podemos considerar pues que
su situación peculiar cuando llegaron -casadoscon inglesas- pudo tener efectos sobre el
TIERRAFIRME
conjunto de la conformación de su red. O bien,si la hipótesis que emitimos más arriba sobre
el límite del impacto de las alianzasmatrimoniales de los inmigrantes resultacorrecta, esta particularidad de los ingleses no
provocaría consecuencias importantes sobre su
red social.
La identificación de la nacionalidad de los
testigos escogidos por los inmigrantes y por
sus hijos en su boda es una forma de medirestas consecuencias y de medir la capacidad
de integración de los Europeos sobre unageneración. En los tres casos podemos notarel fuerte aumento de la presencia de mexicanos
entre los testigos de los inmigrantes entre laprimera y la segunda generación. Así pues, lanacionalidad pierde rápidamente suimportancia como factor de conformación de
las redes de los europeos en México,favoreciendo su integración a la sociedad local
en una sola generación. Fuera de estemovimiento general común a los tres grupos
de inmigrantes, podemos notar algunasdiferencias en la orientación de sus redes. Losfranceses de la primera generación, a pesar deque eran los que escogían más a mujeresmexicanas como esposas preferían escoger a
sus testigos dentro de su comunidad. Losalemanes, en cambio, no favorecían a sus
contactos con sus compatriotas a la hora de
elegir a sus testigos y, más sorprendentemente,
los ingleses, a pesar de casarse preferentemente
con inglesas, tenian casi tantos testigos ingleses
como mexicanos. Este último punto, aunque
puede explicarse por el bajo número de
ingleses disponibles en la ciudad, no deja de
demostrar la capacidad de este grupo para
desanollar lazos con la sociedad local (Cuadro
6). El viajero francés Mathieu de Fossey, quien
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FTIERRAFIRME
se quedó en México desde el inicio de los años viajero, esta situación era el resultado de log
ientrasde los franceses está comprobada por las
creaciones de compañías que se encuentxan en
varios archivos notariales de México que
muestran que los franceses buscaban sus socios
entre sus compatriotas2s, actitud que repetían
a la hora de escoger los testigos de sus bodas.
En el caso de los franceses instalados en
Puebla, el tipo de inmigración puede explicar
esta sociabilidad peculiar. En efecto, como la
mayoría venía de los Barcelonnettes, los lazos
que existían en Francia pudieron ser reforzados
en México tanto en el ámbito comercial comopersonal. Sin embargo, los datos que ofrecen
las actas de matrimonio son suhcientes para
matizar esta impresión de sociabilidad de tipocomunitaria, subrayando que numerosos
franceses elegían a sus esposas entremexicanas. El caso inglés es más complicado
de explicar ya que el origen no determinaba la
elección de los testigos.
A partir de esta constatación surge una
interrogación: ¿Si el origen geográfico, el
hecho de compartir una misma cultura, un
idioma, una religión no eran el principal factor
TIERRA FIRME
capaz de orientar la conformación de las redes
sociales de los inmigrantes, qué otros factores
actuaron en este sentido? Las fuentesdemográficas sólo permiten identificar a uno,la actividad profesional, que nos ayuda a
aclarar este punto sin dar respuestascompletamente satisfactorias. El Cuadro 7
reúne los casos en que novio y testigos fuvieron
una actividad idéntica y cuando sus profesiones
eran diferentes. Al contrario del factorgeógrafo-cultural, la actividad profesional notuvo un impacto parecido sobre ia evolución
de los criterios de elección de los testigos en
los tres grupos de inmigrantes. Para losfranceses de la segunda generación, el hecho
de abrirse a la sociedad local fue acompañado
de una apertura socio-profesional. Estaevolución generacional corresponde con la que
se observó en el caso de los españoles que s€
instalaron en América26 pero tiene laparticularidad de que ninguno de los testigos de
los europeos que se casaron en la ciudad de
Puebla era miembro de los cuerposadministativos locales. En el contexto mexicano
tiI
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Cuadro 7
Correlación de profesiones de los inmigrantes de primera y segunda generación
y de sus testigos
I 830 hasta I 857, se dio cuenta de que lranceses
l ingleses tenían lazos distintos con los
mexicanos, en parte por su forma de
socializarse y en parte por la imagen que tenían
los mexicanos de estos europeos. Así describió
sus observaciones: "La persuasión que tiene
el extranjero de que no 1o quieren, hace que,
en general, solicite poco la sociedad de los
mexicanos; los franceses particularmente, con
cortas excepciones, se mantienen del todo
aislados; esta circunstancia hace que sean poco
conocidos; y como el mundo no titubea en
fundar su opinión en meras apariencias, se cree
generalmente que los franceses que vienen a
la república son menos gentlemen, menos
decentes, que los ingleses que la frecuentan;
error grave que conviene deshacer". Según el
Cu
Nacionalidad de los testigos d
origenes socrales nmrgranles: m
I los franceses eran principalmente artesanos,
| "gente del pueblo", los ingleses eran personas
I más acomodadas y atraian así la amistad de
I los "mexicanos cultos".24 Esto no sirve para
I explicar las diferencias de sociabilidad quo
I obsewamos en las actas de matrimonio ya quc
I tomamos en cuenta el conjunto de inmigrantes
I y de testigos citados en estos documentos sin -
I distinguir su pertenencia social. En cambio,
I d" Fot..y sólo considera los lazos tejidos con
I las élites locales y da por este motivo ung '
I explicación limitada al nivel social de los
I Europ.or. Sin embargo, es interesante notar t
| 9u. ..t. testigo del siglo XIX observó un
I fenómeno que nos enseñan varios tipos do.;
| fuentes. Así, la actitud que describe de Fossey ?
adro 6 *e boda de los europeos en Puebla $
Años Primera generación Segunda generación
Franceses Alemanes Ingleses Franceses Alemanes Ingleser
M F o M A o M I o. M F o M A o M o
I 8ó7- I 87r 9 22 0 4 9 I 0 0 0 6 0 0 0 0 0 2 0 0
l87l-188( l2 39 0 0 0 0 4 0 0 l5 0 I 6 0 0 ) 0 0
r88l-189r 24 38 0 0 0 0 4 3 t9 4 0 ,4 0 0 0 0
l 891-190( t1 ll 3 u 5 I l5 t4 0 29 3 I 7 0 I 6 0 0
l90l - l9l ( 7 23 3 28 23 0 7 l5 4 7 il 0 5 5 0 0 0 0
Total 69 r33 6 43 37 ) 30 32 5 76 l8 ) 22 5 I l0 0 0
o/o 33 64 3 52 45 J 45 48 7 79 l9 2 78 l8 4 00 0 0
Fuente: AGEP, Libros de matrimonio 1867'1900; ARCEP, Libros de matrimonios, l90l-1910Leyenda: M: mexicanas; F: francesas; A: alemanas; I: inglesas; O: otra nacionalidad.
Pr<¡fesión Primera generación Segunda generacién
Franceses i Ate-aoesl Ineleses Franceses Alemanes Ingleses
Igual 92 4,1Y" \ 29 49% I t4 26% 2t 29% 16 620/o 0 0o/o
üiferentc 104 53Tot, J0 5l% I 40 74o/o 57 7t% l0 38c/o I 100%
Fuente: AGEP, Libras de rnatrimonio 1867-1900; ARCEB Libros de nntrimonios; 1901-,l910.
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I
TIERRA FIRME
de ñnales del siglo XIX principio del XX, la
diversil¡cación de las actividades y de las
inversiones fue promovida por la estabilidad yla política económica del porfiriato,2'
^uyfavorable a la industrialización del país y a sus
relaciones económicas con Europa. Esta
diversificación fue lógicamente acompañada de
una ampliación de los sectores presentes en
las redes sociales de los franceses en Puebla.
Para los alemanes, al contrario, el criterioprofesional de desarrollo de la red socialremplazó al criterio de la nacionalidad. En
cuanto a los ingleses, sería muy atrevidoarriesgar una obse¡vación sobre casos
numéricamente tan limitados.
Diversas explicaciones pueden ayudamos
a comprender estas diferencias en las
orientaciones de desar¡ollo de las redes sociales
de los inmigrantes, que podemos clasificar en
dos tipos. Primero están los factores propios a
los ewopeos. La casi totalidad de los alemanes
instalados en la ciudad de puebla eran
comerciantes cuando los francesesdesarrollaban actividades mucho más diversas.
Es muy probable que esta diferencia haya
tenido un papel importante en la conformación
de sus redes a largo plazo: los hijos de los
inmigrantes franceses tenían más
oportunidades de desarrollar y crear vínculos
en esferas distintas de las suyas. También
interviene la recepción de la sociedad local a
los inmigrantes como uno de los factores
determinantes a la hora de crear nuevds lazos.
Existen pocos datos sobre este punto. Por un
lado, sabemos que las élites mexicanas eran
sensibles a un cierto "afrancesamiento", visible
en la moda, la difusión del idioma; por otro
lado, los viajeros eu¡opeos y los diplomáticos
fueron testigos de la xenofobia del pueblo
El análisis de los datos del registro civil y ",
en particular el contenido de las actas dc 'matrimonio permite subrayar el rol particular;que tenía el matrimonio en las estrategias dO
"los inmigrantes europeos instalados en laf.',zonas urbanas de México en la segunda mitad Y*
del siglo XIX. A1 contrario de lo que presento $la historiografia sobre las élites novohispanar ila integración a ellas de los españoles recién ,llegados, las alianzas matrimoniales tenían para !r
mexicanb hacia todos los que sospechaban quc
no eran católicos.28 De allí pudo surgir de partc
de los alemanes una tendencia a encerrarse en
su grupo socio-profesional ya que podían tener
dificultades para tejer lazos fuera de é1. En
cambio, los franceses, al gozar de prejuiciospositivos, tenían más facilidades para tener
amistades fuera de su entorno inmediato en el
ámbito profesional.
CONCLUS¡ONES
los inmigrantes llegados al Méxicoindependiente un rol relativamente menoú
importante para la conformación de su red
social. Más que estas uniones, las di
culturales parecen haber sido de
para la creación de lazos con lamexicana, lo que permite explicardiferencias que notamos entre las redes de
inmigrantes en función'de su origen.
También hay que subrayar el impacto deltipo de migración sobre los lazos que tejilos europeos una vez instalados en Pueblal
migración individual o familiar, miembros
una comunidad ya presente en México opionero. A pesar de las numerosas diferenciagi
entre los tres grupos analizados, resalta ung
rápida integración de los inmigrantes a la
sociedad local visible en la elección de la esposa
o de los testigos según los casos, la carga
simbólica de los dos sigue siendo indiscutible,
demostrando que las vías que llevaban a laintegración eran múltiples. Siendo esta una
investigación incipiente, hay que precisar los
límites de estas conclusiones. Ellas tratan sobre
inmigrantes europeos que llegaron en un medio
urbano denso, con una larga tradición industrial
y comercial en un contexto de estabilidad
recobrada. Los numerosos franceses y
descendientes de franceses nacidos en Méxicoque se fueron a Francia dwante la Revolución
mexicana podrían demostrar que la integración
conseguida era limitada y que, a lahora delpeligro,
el factor de identidad era el más fuerte. Pero esta
historia está por escribirse.
NOTAS
David Brading Mlneros y comerciantes en el Méxicoborbónico (1763-18f0), FCE, México, 1975; MichelBertrand "De la richesse en Amérique: La genése des
patrimoines familiaux des officiers de finances deNouvelle-Espagne (XVIIe-XVIIIe siécles|', Revued'hlstolre moderne et contemporaine, 4l -2, awil-juin1994, pp. 221 -236;Di¿na Balmori, Stuart F. Voss y MilesWortman, L¡s alianzas de familles y la formación delpals en América Latina, México, FCE, 1990; MartaElena Casaus Arzu "Las redes familiares v¿scas en laconfiguración de la élite de poder centroamericana", en
Emígración y redes soci¡Ies de losvascos en Amérlca,Universidad del País Vasco, vitoria-Gasteiz, 199ó, pp.
285-3 I 5: también Teresa Carcía Girald€z "La formaciónde las redes familiares vascas en Centroaméric4 1750-1880", en Emigraclón y redes sochles...cit, pp. 317-348.
"El casamiento fue el principal mecanismo mediante elcual las familias se fusionaban en un solo grupo o red.Los partidos políticos del siglo XIX inspir¿ban lealtades
débiles yefimeras comparadas con aquellas creadas por
los casamientos; y las asociaciones comerciales eran
laxas y de duración relativamenl€ corta. En realidad,gracias a que €stas otras fo¡mas eran tan débiles, laestrategia del casamiento fue esencial y muy pÉcticapara el éxilo de la familia", en Diana Balmori y otros,L¡s ¡lianzas de familias.... cir., p.29.
!fti*,si
#XIiñ
,rf'.(,ili{
TIERRA FIRME
Dieter George Beminger, La inmigración en México(1821-1857), México, SepSetentas, 197 4, p.l 5.
Leticia Gamboa Ojeda, Los empresarlos de ayer, Elgrupo domlnante en la lndustrla textil de Puebla,1906-1929, México, 1985, p. l6l.L€ticia Gamboa Ojeda "Los Barcelonnettes en la ciudadde Puebla. Panorama de sus actividades económicas en
el Porfiriato", en Javier Pérez Siller (coord.) México-Francia. Memoria de una sensibilidad común, slglosXX-XX, BUAP-EIColegiode San LuisA. C.-CEMCA,México, I 998, pp. l7 l-193.
6 Javier Pérez Siller, "Historiografia general sobre MéxicoFrancia: 1920-1997", en Javier Pérez Siller (coord.),México-Francia. Memorl¡ de una sensiblidad común,siglos XIX-XX, México, 1998, pp.2l-83. Sobre losalemanes, véase Brígida von Mentz "El Colegio Alemanen México, 1894-1942", en Brígida von Mentz, V.
Radkau, D. Spenser y M. Pérez Monfort, Los'empresarios alemanes, el tercer reich y Ia oposiciónde derecha a Cárdenas, Tomo 2, Ediciones de la Casa
Chat¿, México, 1988, pp. 197-248.? Luz María Martínez Montiel y Araceli Reynoso Medina
"lnmigración europea y asiática, siglos XIX-XX", enGuillermo Bonfil Batalla (comp) Simbiosis de culturas.Los inmigrantes y su cultur¡ en México, México, FCE,1993,pp.325-326.Véase también los trabajos de DavidSkerritt sobre los colonos franceses y en párticular Iagráfica V.ó, "Porcentaje de niños nacidos de losmatrimonios entre descendientes de franceses e
hispanoamericanos", en David Skerritt G¿rdner Colonosfranceses y modernización en el Golfo de México,Universidad Veracruzana, Jalapa, 1995, p. 192.
8 Leticia Camboa Ojeda, "Los Barcelonnettes en laciudad...", cit. pp. I 7l - I 93. Esta autora precisa que ontrclos 6000 Franceses que residían en México en 1910,4800 venían de Barcelonnettes.
I Luis Antonio Martínez Peña "Las casas comerciatesalemanas en Mazatlán", en Jaime Olveda (ed.),Inversiones y empresarios extranJeros en elnoroccidented€ México. Siglo XIX, El Colegio deJalisco, México, I 996, pp. 8l-97.
10 Lorenzo Meyer, Su M¡j€strd Brltúnic¡ contr¡ l.Revolución Mexicana, 1900-1950. El fin de unimperio lnformal, México, l99l, pp.3840.
ll Sergio Ortiz Hernán, Los ferrocrrriles de México, Un¡visión social y económica, Tomo l, México, 1987,Sandra Kuntz Ficker, Empresa extranjera y mercadointerno. El ferrocarrll centr¡l mexicano, 1880-1907,México, 1995.
l2 Varios autores subrayan la importancia de la soltería entrclos inmigantes franceses en México: Jean Meyer: "LesFrangais au Mexique au XIXo siécle", Cahier desAmériques Letines, núms. 9 y 10,1914, pp. 43-8ó;Jaime Olveda "Franceses y afrancesamiento de
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TIERRAFIRME
Guadalajara a finales del siglo XIX", Eslabones, No 9,Sociedad Nacional de Estudios Regionales, México,junio de I 995, pp. 64-77. lsabel Monroy notó tambiénel carácter endogámico de los lazos comercialesseñalando qüe los casos de cre¿ción de una compañíade qomercio entre un extranjero y un potosino eraexcepcional, ya que los exhanjeros preferían tejer susredes con otros extranjeros, bien que fueran del mismoorigen o no. Isabel Monroy, "Una forma distint¡de mira¡.Los francescs de San Luis Potosí durante la prirnera mitaddel siglo XIX", en J. Pérez Siller (coord.), México-Francia. Memoria de una senslbllldad común, slglosXIX-XX, México, 1998, pp. 155-156.
13 Moisés González Navano, Sociedrd y cultur¡ €n €lporliriato, México, CONACULTA, I 994, pp. 23-24.
14 Miguel Marín Bosch Puebla neocolonis¡, 17Z7-1831.Crstarocupaclón y m¡trlmonio en l¡ segunda ciudrdde Nuev¡ España, Colegio de Jalisco/BUAp-lCSH,México, 1999, p. 81.
| 5 Dieter George Beminger, Lr inmigracíón... cit., p. I I 8.16 Evelyne Sánchez "El inmigrante esperado, el inmigrante
encontrado. De la ilusión a la realidad", ponenciapresentada en el IV coloquio intemacional México-Francia, Afrancesamiento y modernid¡d en México:slglos XIX-XX, Universidad Veracruzana, Jalapa, del25 al 27 de abril 2001.
l? Leticia Camboa Ojeda, "Los Barcelonnettes en laciudad.,." cit.
I I Luz Marla Martínez Montiel y Araceli Reynoso Medina"lnmigración europea y asiática...cit., p. 335; véasetambien el articulo de Jaime Olveda sobre los Francesesde Cuadalajara, citado más arriba.
19 Sobre el rol clave del suegro en la nnbilidad social de unactor y en la conformación de su red, vsr el caso deEstevan de Antuñano €n Evelyne Sánchez L'indépen-d¡nce économique du Mexlque. Le parcours deI'entreprenoürEstev¡n deAntuñ¡no (1792J847), Tesisde doctorado, Capítulo IV "t¿s arurées I 820. Des activitesmultíples, une reconnaíssancc sociale acquise",Unive¡sidad deToulouse le Mirail,junio 2000.
20 Archivo General del Estado de Puebla (en adelanteAGEP) Actas de defunción, de 186l a 1872.
2l Jean-Pierre Blancpain Mlgratlons el mémoiregermanlques en Amérlque L¡tine, Pr€ssesUniversitaires de Strasbourg, Strasbourg, 1994, p. 43 y72. También Robert Randall Real del Monte. Unaempresa minerr británica en México, FCE, México,t977 _
22 Marganta Pierini Virjar para (des)conocer, IsidoreLüwenstern en el México de 183E, UAM, México,1990,p.62.
23 G. F. von Tempsky, Mitla. A narr¡tive of lncldeltrllpersonal adventures on a journey in MerlotGuatemrl¡ durind the years 1843 and l{iPhiladelphia, London, 1846, p. 228.
2a Mathieu de Fossey, VlaJe a México, México, l994, ¡rt 95.
25 Sobre el caso de Puebla, ver Leticia Gamboa, L,r¡lempresarios de ayer, ..cit. y Mariano Tones, L¡ frnlllM¡urer de Atlixco, Puebla. Entre el porflrlato y l¡Revolución, 1994. Ver también el caso de.San LUllPotosl y de Guadalajara en Isabel Monroy, ,,Una forÍtdistinta de mirar..." cit, pp. 155-15ó, así como J¡intOlveda, "Franceseíy afrancesamiento..." cit. pp. ó1.77.
2ó "La secuencia ocupacional es estándar. La prirno¡generación empezó con una actividad económl0¡específica y luego la diversificó... La segunda genenclóttdivcrsificó aún más sus actividades y utilizó ltcomplementari€dad mucho más extensament€ p$lintegrar y ampliar la empresa familiar", en Di¡ilBalmori, StuaÍ F. Voss y Miles Wortman, Las ¡¡lrnzÍde f¡mlliss... cia., p. 27.
27 Moisés Gonález Sociedad y cultur¡ en el porfirl¡b¡CONACULTA, México, I 994.
28 Mathieu de Fossey, Vlaje a México, cir., pp. 142-l4l¡Leticia Gamboa, Los empresaríos de ayer... cit. pp.183-185.
'l l..1r Flrmc C.BCN - VoaelsNo 78. .4ño 20 - Vol. XX, pp. 189-207, 2002
The role of marriage within the integrationnetworks of European immigrants in the cityof Puebla (Mexico), second half of the XIXCentury. A survey on the civil register
Evelyne Sánchez-Guillermo
Abstract:Within a complex scenario linking severalrcpresentation spaces and the role played bythose who emigrated to the Americas,particularly to Mexico, the author deals withtlre networks established by Europeanimmigrants, specially the French, in the XIXCentury. The article aims at proving thatintegration in a given space is one of theexpressions ofthe State in the day-to-day life.The author deals with diplomacy as an inputto the intemational links established, and withits creative space character, that is, diplomacyas a dimension of the modem State who is no
longer an instrument but a space composed ofinner links.
Key words:Day-to-day life, marriage, immigration,diplomatic history, ripresentation spaces.
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TIERRAFIRME
Le r6le du mariage dans les réseauxd'intégration des immigrants européens A
Puebla (Mexique) dans la $econde moitié duXIXe siécle. Une étuüe sur le registre civil
Evelyne Sánchez-Guillermo
Résumé:Fondée sur un complexe panorama qui articulede multiples espaces de représentation et le róledes immigrants dans le continent américain,particuliérement au Mexique, I'auteur analyseles réseaux existants entre les diplomateseuropéens, particuli¿rement les Frangais, toutau long du XIXe siécle. Son but est de constaterque I'insertion dans I'espace'témoigne de lamanifestration d€ l'État dans la vie quotidienne.L'auteur consid¿re la diplomatie comme unélément fondamental pour les liensintemationaux et comme un espace créateur,c'est-¿-dire, commc une dimension de l'Étatmoderne qui constitue un espace, plutót qu'uninstrument, et qui peut étre occupé par les liensproduits á I'intérieur.
Mots-clé:Vie quotidienne, mariage, immigration,histoire diplomatique, espaces de repré-sentation.
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TIERRAFIRME
Tlcrr¡ flrm. Crero - Vc¡quel¡N' 78. Año 20 - Vol, X)l pp. 209-227 , 2M2
La quiebra de la economía familiar delos Rubio en Guatemala: la historia deuna red social de ooantiguo régimen"al final de la época colonial
Cnnrsropnn Brr,.lunnrUNrvensrrÉ Tout-ousE Le Mneu-
RESUMEN: En este articulo donde se estudia el proceso de integración social de una familia originariade Madrid, los Rubio, en la Guatemala de la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX.El interiorde la catedral guatemalteca, dice el autor, no sólo albergó la actividad religiosa sinounajurisdicción queparangonabay hastacompetía con la de la Audiencia Real. Latesorería diocesanafue el peldaño que sirvió a los Rubio para impulsarse en este poderparalelo, ya que la actividadadministrativa y financiera caía bajo responsabilidad de un mayordomo de rentas, encargado degestionar los fondos de las capellanias y los diezmos. Esta dinastía tejió una red de sooiabilidada partir del control de los recursos materiales y símbólicos de la lglesia.
PALABRAS CLAVE: Familia, inmigración, antiguo régimen, Historia de América, Guatemalacolonial, Real Audiencia.
on sus numerosos trabajos,
Jean-Louis Flandrin contri-buyó de manera decisiva a
ubicar la historia de lafamilia en el centro de las
ciencias sociales dando un
nuevo impulso a una de las disciplinas miís
antiguas del ser humano, I Desde entonces, los
trabajos se han multiplicado dejando de lado
los individuos para desarrollar estudioí'""i,le
antropología social e históricos con el fin de
estudiar las relaciones sociales tejidas entre
algunos grupos sociales bien determinados. Enese campo los trabajos clásicos en lahistoriografia hispanoamericana siguen siendo
los de David Brading, John E. Kicza, DorisLadd, Susan Socolow y John Tutino, entre
otros.2 En esa escuela historiográfica, los
historiadores que se han dedicado al papel de
la iglesia no fueron más allá de una descripción
acerca de la importancia de los nexosentablados por aquellos grupos con lasinstituciones eclesiásticas como medio para
acceder a deseados beneficios económicos.3
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ff"'TIERRAFIRME
Son escasos los trabajos que subrayan el
papel de la iglesia institucional en laconformación de un espacio de poder
familiar con características específicas y que
aceptan 1a oleratividad del concepto de "red
social". La toma en consideración de la red
nos ayuda a rebasar los acercamientos
clásicos c onsidQrando la Iglesia como u n
agente s ocial en s í, capaz d e servir a los
intereses de algunos grupos reducidos de
familias.a Siguiendo los trabajos de
Giovanni Levi intentamos demostrar así en
este trabajo cómo la familia Rubio, radicada
en Guatemala, vivió dentro de una red muy
densa de relaciones e intercambios entre
padres, es decir con grupos familiares y con
individuos que pertenecían a diferentes
"núcleos" familiares.5 El tratamiento de
dicha problemática presenta un carácter
operativo debido a que su único objeto
consiste en utilizar la red como un
instrumento de trabajo para entender el
proceso de integración y de consolidación
social de la familia Rubio. La info¡mación
cualitativa sobre la red de sociabilidad,
recaudada en las fuentes notariales que
aonstituyen el insumo fundamental de este
estudio, nos permite calificar el grupo
familiar dentro de los redes de i'antiguo
régimen" vinculadas a la lglesia.6
Estudiaremos entonces el conjunto de
decisiones que permitieron a un hombre,
Felipe Rubio y Morales, consolidar su
posición social sin pasar por el casamiento
con la vieja élite criolla y apoyándose
principalmente en la iglesia y en su círculo
de parientes para organizar sus actividades
comerciales. Con la segunda generación de
los Rubio, se celebró una alianza matrimonial
"clásica" dentro del pequeño grupo de
familias de poder de la ciudad de Guatemala,
pero la estrategia de utilizar los fondos de la
Iglesia sin separar claramente esos fondos
de los de la empresa familiar provocaron
reveses de fortuna. Más allá de un caso
aseverado de conclusión, el tipo de la red .
social de los Rubio, quizás demasiado ,
centrada en la parentela, explica la rapidez
de la quiebra económica.
FELIPE RUBIO Y MORALES, SU PAREN. I.
TELAYSU "ESTRECHA'RED SOCIAL :.
_iEl madrileño Felipe Rubio y Morales, de
fuerte corpulencia (murió a la edad de 88 años), '
emigró a Guatemala para servir en el puesto I'
administrativo de alto rango de secretario dc {.
Cámara del Capitán General Tomás de Rivera $,
y Santacruz en 1742.7 Cuando decidiórnigrar $contaba sólo con 29 años, edad que le impedía Ien teoría ocupar un puesto de tanta tJ
responsabilidad. Cuando Tomás de Rivera y
Santa Cruz partió con otro destino, nuestro
secretario decidió quedarse en el Reino d
Guatemala; su habilidad como admini
fue apreciada en la Real Hacienda donde
nombrado, poco después, como tesore
interino.8 De hecho, -us primeras ami
se formaron dentro de la R*al Hacienda en la
que sirvió durantedos años. Allí entró cn
relación con el tesorero Francisco Nájera,
quien posteriormente declararía habcr
conocido a Rubio en Madrid antes de viajar a
.Guatemala. Sus relaciones en Madrid ysuc
nexos con los oficiales de la Real Hacienda lo
llevaron a o cupar la prestigiosa función do
Gobemador interino del Soconusco, cargo que
ejerció entre 1749 y 1751. Carecemos de
detalles sobre su red de sociabilidad "local"en esa primera fase de su integración, Noobstante, parece que mantuvo relaciones
estrechas con su grupo familiar de origen, en
particular con Francisco Rubio y Peñaranda,
un santiaguista que se
dese mpeñaba como
teniente general de los
Reales Ejércitos y
Gobemador de la villa de
Madrid.g A su muerte,recayó en Felipe elregimiento perpetuo de la
Villa de Madrid y también
mantuvo correspondencia
con su hermano, el Dr.
Francisco Rubio yMorales; cuando este
ultimo murió en 1786, los
capitales de capellaníasrecayeron en beneficio del
...intentamos demosüar eneste fabajo cómo la
familia Rubio, radicada enGuatemala, viüó denfro de
unaredmuydensaderelaciones e intercanrbiosentepadres, es decir, congupos familiaresycon
individuos que pertenecían
a"núcleos" famiüares.
TIERRAF}RME
pero sabemos que la elección de compadres
respetaba los cánones de la época entre los
sectores sociales poco o escasf¡mente insertos
en la estructura social, Los Rubio estaban
entonces en una posición social bastante débil yel compadrazgo servía para reforzar los lazos
internos de la parentela e incrementar las
obligaciones mutuas con
los Benítez.
La muerterepentina de la esposa de
Felipe tuvo conse-cuencias sobre la historia
de la casa Rubio. Elmatimoniocon lacasade
los Benítez tenía unalógica específica cuyopropósito era constituiruna alianza estecha con
una de las casas comercia-
les más activa en laCapitanla General de
Guaternala. Sabemos que
hijo mayor de Felipe quien hacía por entonces
su catrera en España.lo
En 1753, Felipe decidió cÍ¡sarse con r¡na
criolla nativa del Reino de Peru. Ese primer
matrimonio ss celsbró en la ciudad de
Guatemala con Ana de Benítez y Marín de
Valenzuel4 hija de un Sargento Mayor oriundo
de la ciudad de Trujillo y también radicado en
el.Reino de Guatemala. La mujer sólo tuvo
tiempo de tener un bebé dado que muriódurante el parto. El niño, nacido en 1 754 en la
ciudad de Antequera, ñrc bautizado Manuel;
como madrina fue elegida Josefa Benltez,
hermana de Ana.l I Carccemos de información
acerca dc bodas y bautismos de la parentela,
la dote de ese mafimonio fue de 7.300 pesos:
Felipe no cobró el dinero para dejarlo en poder
del padre de su esposa esperando sacar beneficio
del comercio de ropa de China pero, según su
testimonio, en onc€ años jamas tuvo utilidad.
Francisco Benítezy Felipe Rubio se conocieron
bien y mantuvieron una relación eshecha ente1753 y 1764, año en el cual murió el primero,
un hecho que posibilitó al segundo recuperar el
capital. El suegro dejó un capit4f¡[amiliar que
superaba los 300.000 pesos. l2'íeguramente
ese nonto lo ubicaba al nivel de loscomerciantes más pudientes de la primera
mirad del siglo XVIII (hay que tomar en cuenüa
quc el auge del añil sólo estaba comenzando).
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;'TIERRA FlRME
Pero ¿cómo y por qué esa relación pudomantenerse tan estrechamente a pesar de I a
muerte repentina de su primera esposa y de larapidez con que Rubio contranjo nuevamente
Leyenda
A va¡ón A hqedqo
matrimonio en I 755 con María Gemmir yLleonart, la hija del gobemador de Costa Ricr?La genealogía social, es decir, la reconstitucióide Ia parentela mrís allá del tronco de la familltRubio, nos da I a respuesta a esa preguntl(véase el gnífico N' l).13
JG¿ Antonio Rubíqy Alvez dc 16 Astui6
(r 8r t-1860)
Gráfico N" 1
Las relaciones matrimoniales entre las familias Rubio y Benltez
O mujer
I nonja
Mria dc la ConccpciónGmir y Lleonna¡l
AnaBenitez y
Fclipc Rubio y Mmlcs(1713-180t)
Mmuel Vicent€ C. Jum MiguclRubio y Gmmir Rubio y Gomir.
(t764-t778) (1759-1812)
Muia Joefa del Cor. de J. Bcnitczy Msin de Valruuela
il-'.' . - ' :!,{]jl"{.?*i:ifli'+'
. 1. ' ",;-'
Laalianza permitió a Felipe volver a
estrechar sus lazos con los Benítez porque su
cufiada, Marla de laConcepción Gemmir yLlenoart, se había casado con FranciscoBanítez, hermano de su difunta esposa. Lapareja tuvo dos hijos, Felipe y José Leandro,que densificaron la red de poder de la familiaRubio en la capital del Reino de Guatemala.
Puesto que los hijos de Francisco Benítez
eran muyjóvenes, Felipetuvo que hacerse
cargo de la fortuna de Francisco Benítez en
forma m ancomunada con M aría Benltez yMaria Concepción Gerffnir. La administración
del caudal fue confiada a Juan José Montes dc
Ocaquierr ejerció el oficio de cajero entre 1764
y t 767 a cambio de un salario. Montes de Oca
se rnantuvo durante toda su vida al lado de
Felipe y cuando la quiebra de la familia Rubio
se hizo pública, apareció en las cuentas como
un apoderado que estaba especialmenteencargado de cobrar a los inquilinos los
diezmos en las Provincias de San Salvador,
San Vicente y San Miguel. Juan José Montes
de Oca debía por lo menos 20.000 pesos a la
Iglesia, pero sus bienes estaban igualmente
concursados y el juicio de los acreedores se
segulan ante el Real Consulado.l4
La documentación no nos permite saber
si la fortuna de la familia Benítez fue utilizadapor Rubio y Montes de Oca para d ar un
irnpulso nuevo a sus respectivas actividades
comerciales pero se trata de una sospecha muy
bien fundadals En 1767 se celebró un contrato
entre Marla B enítez, Felipe Rubio y M aría
Concepcién Gemmir para que Montes de Oca
pudiese quedar en calidad de compañero para
interesarse en la terc€ra Parte de losacrecentamientos que se pudieran hacer en el
caudal global. Siendo entonces alcalde mayor
TIERRAFIRME
de Totonicapán, Montes d e O ca i ntrodujo6.000 pesos de su caudal. Pero todo terminó
con el segundo matrimonio de María de
Concepción con el comerciante Joseph de
Plazaola. Plazaola consideraba que laadministración de Montes de Oca no leconvenía ni a su mujer ni a sus hijos menores,
y que podía ser muy perjudicial. P lazaola
reprochabaa Montes de Ocahaber fiadocrecidas cantidades de mercaderías a loscomerciantes en las Provincias salvadoreñas,
y de haber formado una nueva compañla con
María B enítez para c uyo giro c ontrajo el
crecido empeño del comerciante FranciscoPacheco. Por entonces, la casa Benítez se
hallaba exhausta de dinero, y con losmandamientos de Plazaola se hizo un estado
de cuentas de los negocios que manejaba por
entonces Juan Montes de Oca: entre muchas
partidas, aparece Juan José Montes de Oca
como deudor de la casa Benítez de una suma
cercana a los I 0.000 pesos.l ó El núcleo familiarformaba una red eficaz de solidaridad pero no
cabe duda de que, a p€sar de casi diez años al
servicio de su rey, la integración social de los
Rubio era lenta e imperfecta. En ese caso el
cuadro de la parentela fusiona racionalidadeconómica, seguridad objetiva y Iegitimación
moral, pero la reil social emerge en términos
reducidos y, ademas, lejos de estar adaptada a
una época marcada por el aumento de losintercambios trasatklnticos.
A los c incuenta años en I 760, Felipeestaba todavía muy lejos de poder comprar una
regiduría en la ciudad capital. En Santiago de
Guatemala, en la primera mitad del sigloXVIII, era prácticamente imposible para un
inmigrante permanecer en el país sin haber sido
previamente integrado por la aristocracia local.
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t'o'TIERRA FIRME
Felipe Rubio lo intentó, casándose dos veces
con mujeres s in vínculos con e sos grupos
criollos de la ciudad de Guatemala, y apostó a
que su casa podía salir adelanteaprovechándose de su trabajo al servicio de
Dios. La documentación notarial permitepensar que el h ombre no s e arriesgaba en
asuntos come¡ciales y que estababastanteaislado en el reducido mundo de la élite delaciudad d e Cuatemala. Ademiis, su se gunda
esposa en 1755 no le dejó ninguna dote y, apesar de su buena integración al pequeño
mundo de los "chapetones", podemos decir que
su influencia económica era reducida. Unevento cambió totalmente la vida de ese
hombre hasta ubicar su casa al nivel de las
familias más hono¡ables de la ciudad de
Guatemala: su nombramiento en 1757 en el
puesto de mayordomo y administrador de los
propios y bienes de la Iglesia Metropolitana.
La muerte de su compadre Francisco Benitez
le dio además algunas facilidades financieraspara entrar en el negocio muy cerrado de la
importación a gran escala de productos
españoles. Cuando Felipe dejó el puesto a su
hijo, la familía se había "criollizado", pero el
grupo mantenía una coherencia y se encontraba
poco "enredado" entre las redes de poder de
las familias prominentes de la capital.
LOS GAMINOS "PIADOSOS" DE LAINTEGRACIÓN SOCIAL: EL PAPEL DE LAMAYORDOMiA
Felipe Rubio y Morales obtuvo el puesto
de "mayordomo de rentas" en 1757 y lo
conservó durante 38 años hasta 1795, fecha
de su fallecimiento. Cuando el arzobispo
Franiisco Figueredo y Vitoria lo nombró en
ese puesto estratégico del sistema financiero
de lalglesia, Felipegozaba de todas l¿¡cualidades requeridas: sus años de servicio real
le daban mucho crédito y, como empleado do
la tesorería, estaba claro que conocía aritméticty matemáticas. Sobre todo, no estaba casado
con mujeres provenientes de ninguna de laltradicionales familias de la ciudad, hecho quo
hacía suponer un interesante grado do
independencia en su 1abor. En teoría, su puesto
estaba conholado por el arzobispo, el cabildo
eclesiástico y la contaduría de diezrnos (cuando
ésta empezó a funcionar con la reforma do
I 785), aunque está claro que actuaba con grutlibertad. Entre sus numerosas obligaciones, limas importante fue la de supervisar el proccso
de remate de los diezmos; también informabs
a los jueces hacedores lo que producían lordiezmos de cada partido y se encargaba de abrirpleito contra los que no cumplían los pactos.lT
Felipe Rubio y Morales nos explica en
un informe redactado de su puño en quó
consjstía su trabajo, en un tono de lamento yrq ue, paralel amente, aprovechaba para solicitar
aumento de su salario. Según é1, la parte már
penosa de sus actividades era la venta de lo!productos diezmados por los decimadores en
los mercados de la capital. Además, él reciblrcada año mas de I 50 zurrones de añil que deblrseparar en tres categorías, como ocurría con ol
cacao. Debía presentar todo a la Aduana, pesar
el conjunto y dar cuelrta de su cantidad en
libras. Los colectores o arrendatarios, por su
parte, s iempre se retrasaban cuando debían
pagar sus deudas, y Rubio se veía obligado a
gestionar los intereses sob¡e las suma!prestadas y multiplicar las cartas de créditos o
de pagos. Por último, tenía que entregar lo$
salarios a los prebendados, capellanes y otros
acólitos, además de elaborar indices porque los ,
documentos que recibía le venían de los cuaffos
lados de la diócesis. Para ello, recibía un sueldo
1.032 pesos en 1793, a lo que agregaba otros
350 pesos porque era también encargado de
gestionar la fábrica de la catedral. I 8 Un dibujo
TIERRA FIRME
que hemos encontrado en el archivo de la curia
repiesenta precisamente a Felipe Rubio
trabajando ardorosamente y,por deffas, pueden
verse los libros que confeccionaba para hacer
fu ncionar su administración.
.¡
t.,i
ilt"
,{
Dibujo sobre el despacho de Juan Miguel Rubio y Gemmir
Fuente: Archivo Histórico d e la Arquidiócesis de Guatemala'
Gabrie
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allero
tf'''TIERRA FIRME
En realidad, Felipe Rubio y Morales no
tenía razones claras que le permitiesen quejarse
de su s alario. S ólo I a situación financieradelicada de la casa de los Rubio motivaba su
descontento. El empleo de tesorero, al igualque el de alcalde mayor, le permitióenriquecerse por otros medios alternativos al
salario. No hay que perder de vista que el factor
fundamental que permitía la movilidad social
vefical en la escala social era la riqueza; de
hecho, el ascenso social deFelipe estuvo
estrechamente vinculado con sus actividades
en la catedral.
Como hemos visto, el puesto de
mayordomo implicaba un trabajo intenso yFelipe debía disponer de una red de hombres
d'e conflianza ubicados estratégicamente en la
diócesis de Guatemala. El producto de Iosdiezmos de añil era vendido directamente a sus
conesponsales en Cádiz, en particular a Miguel
Langton.19 También utilizaba su salario para
comprar en laprovincia salvadoreña su propio
añil y venderlo en Cádiz. En la década de los
ochenta, el hijo de Felipe, Juan Miguel Rubio
y Gemmir, tenía más de veinte años y estaba
casado con María Josefa Ortiz de Letona, loque asegurabaconexiones con el cabildoeclesiástico d e la capital.zo Se encargaba
también de organizar el comercio transatlántico
con su socio Felipe Benítez y Gemmir. Entre
1786 y 1805, anrbos controla¡on más de 150
contratos por una cantidad que superaba los
250.000 pesos y dejaron deudas cuando
fallecieron, hecho que provocó pleitos ante el
Consulado de Comercio.2l
Felipe Rubio y Morales, además, había
preparado su sucesión ubicando su hijo Juan
Miguel en los cuerpos sociales mas iirfluyentes
de la Iglesia. En 1791, por ejemplo,
encontramos a Juan Miguel Rubio y Gemmir
sentado al lado de José Mariano Roma, Manuel
José Juarros, Juan Manrique y VicenteAycinena como rector diputado dcarchicofradía del Santísimo Sacramento de la
catedral.Z2 Desde latemprana edad de 21 años,
Felipe Rubio y Morales había usado su
influencia para que este mismo hijo sc
encargase de la gestión de los fondos de lacofradía del Santo Entierro fundada en e I
convento de los Dominicos.. Cuando llegó el
momento de tomar el asiento de su padre, hacla
mas de d os décadas que Juan Miguel sc
encargaba de distintos fondos religiosos. En
1798, sus conocidas actividades comerciales
le permitieron acceder al rango de prior del
Consulado de Comercio.23 Un poco antes de
su fallecimiento, llevaba dos títulos de gran
prestigio como el de Capitán Retirado dc
Dragones y el de Canciller de la Audiencia.
En I 807 el síndico del concurso de acreedoreg .
de Juan Miguel Rubio y GemmiE Francisco
del Campo, intentó recuperar una deuda do
3221 pesos que quedaba de la liquidación de
cuentas hechas entre los dos comerciantes: el
documento contiene una reproducción :
minuciosa de la contabilidad y sabemos quo'*Felipe Benítez y Gemmir compraba la tinta quo ,i
le vendía Juan Miguel Rubio (19 tercios en .1
1786,20en 1790,38 en 1791, 33 en1793,72 l',
zurrones en 1 795, 70 torcios en 1 800) y Juan ;Miguel, en contrapart ida, compraba q
mercancías de Cádiz, como puede verse en cl "
Cuadro No l, el cual muestra el desanollo do I
las cuentas mantenidas por los comerciantes,
TIERRA FIRME
Cuadro No IEl señor Don Felipe Benltez y Gemmir, su cuenta con Juan Miguel Rubio y Gemmir,
calculado en pesos
Fecha Haber
t786t04
I 786/0s
l 786/0ó
17861t2
1787 /02
178'7 /03
Valor de 19 tercios de tinta corte con 408'libras reales que le compre
Valor de tercios dicha sobresaliente con I 503 l. pesos a I 3 reales
Valor de 4 tercios dicha flor con 864 l. A l5 reales
30 Costales a 20 ¡eales
Libranza de 4 de dicho entregue a los sensores don Luis Galeano
y don Martín.Banundia
De su orden entregue a dichosleño¡es
De un pagare otorgado por dicho señor Beriítez a favor de
don Tadeo Pinol, quien los endoso a don José Mariano Roma
y este le dio en pago a mi padre por ciertas tintas
Orden verbal de entregue a los Sres. Don Luis Galinao
y don Martín Barrundia
Pague al arriero Domingo Blanco por el flete a San Miguel de
28 arrobas 3 l. Que pesaron 3 tercios y un envoltorio con 62 V de
Gerga y 20 Cortes de un alto, que llevo dicho arriero y tenia yo para
remitirle por habermelos dejado pasar este efecto.
Pagados en la administración de coneos por el porte de sus cartas
de España de dicho mes
Pague por el flete de un tercio N' 4 que recibí del Gofo y es
de su pertenencia
Por su carta de l8 del mismo me enüego don ManuelAntonio Rivera
Pague al coreo Juan de Dios Santelices por flete de un envoltorio
que le remití de varios efectos que me pidió de los que compro a
don Ralael Ferrer
Valor de las tintas que de su pertenencia vendía a don Juan
Bautista Marticorena
Me entrego cajero don Manuel de las ventas de la tienda
Pague al arriero Francisco Rive¡o de Zacapa por el llete de
27 anobas 20 libras peso de los tereios N' |,2,3, 4 y 6 y yo de
.Bodegas de los venidos a don José Plazaola en las Fragastas Jesús
Nazareno y Pincipe de Asturias
Me entrego antes de su viaje a Provincia
El empedrado del frente de la Casa de Plazaola
3.953
246
3.044
3.300
5,010
2.442
1.674
75
,:
:i.i.F
Detalle de las operaciones
t00
Continúa...
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F'u'li:,1
r781t04
1187105
1787 /09
1788/04
1788/0s
700200r50
7.8
209160
62
200
TIERRAFIRME
Que le di en 9 de agosto de 86 en una libranza a su favor y contra
José Antonio Andrade de San Miguel girada por mi padre y la
Que le entregue en reales
Que por su libranza del 7 de dicho entregue a don Policarpo
Que me pidió y le entregue
Por 5 y medio varas de a 9 reales que me vendió
Pot 1 'Avara de tercio pelo a 6.5 pesos
Que me entrego
Por 16 1/3 vara de Tafetán de doble blanco a 18 reales
Que me dio orden entregue de su cuenta a Montes de Oca a quien
se los abono a su cuenta a fojas 16 en este libroValor de l0 laminas que le vendí
35 libras metas cardenillo que le vendí a 14 reales
Que le dio en una libranza contra don Vicente Garcia que cobro
En virtud de su encargo pague en la Real Audiencia por los
de alcabalas y monte de 29 tercios de tint4 que le remitió don
Plazaola y es en esta forma 353 pesos de alcabala y 112 pesos de
derecho de Monte según Boleta que le entregue
1788/06 Valor delos efectos que le vendi, de la pertenencia de don Pedro
Alonso Derouley vecino de Cádiz y constan por menor en mi
de compras y ventas a fox 12 , cuya cantidad debe pagar en
diciembre de 1789, según su obligación
1788/10
Valor de los efectos que le vendi de mi pertanecía comopormenor de dicho l ibro a fox 1 0,1 1,12 c uya cantidad debe
satisfacer en diciembre de 1789 según su obligación
Que entrego en esta forma, ciento en libranza d e Don Ricardo
Yzaguirre contra mi, ciento en libranza de gáreros que se le
tomaron para c asa
Que libre en su contra y a favor de Rafael Ibáñez y Navano
Total
6
l1t2636
Es evidente que la función de mayordomo
dio la liquidez monetaria y financiera que hacía
falta a los Rubio para incorporar el pequefro
círculo de las casas comerciales a la estructura
social de la ciudad de Guatemala. La posición
de Felipe era ideal para favorecer a losmiembros de su parentela y crear una red de
clientes. No es de extrañar, gntonces, que loensontremos en 1784 como flador y alavezprestamista del hermano de su segunda esposa,
José Leandro Benítez y Gemmir.24 Lasolidaridad intema y la reciprocidad de los
servicios daba coherencia al grupo: todospodian tener la impresión de trabajar, no sólo
para su provecho individual, sino tarnbién para
el conjunto del grupo Rubio-Benítez-Gemmir.
Por otra parte, Felipe se encargaba de los
depósitos confidenciales de muahossacerdotes; en 1805, por ejemplo, el obispo
de la diócesis de Comayagua, Vicente Navas,
le confiscó 19.000 pesos para que estuviesen
a su disposición en caso de necesidad. De lamisma manera, el presbítero Francisco Ángel
de Toledo tenía allí mas de 2500 pesos. Felipe
Rubio y Morales no dejaba el dinero en la caja
fuerte de la mayordomía sino que aprovechaba
para ofrecer préstamos a " clientes" q ue lepodían servirdeprotectores. En 1805, cuando
se declara formalmente la quiebra de los Rubio,
entre sus deudores, aparecen nada menos que
el obispo de Chiapas, Ambrosio Llano, deudor
de 600 pesos, así como el regente Francisco
Robledo, con 1.689 pesos. Esos hombres era
potentes protectores pero la documentación
consultada nos h ace pensar q ue la red d e
colaboradores estaba poco diversificada. Los
intercambios de productos no salían de la ruta
tradicional enlre Cádiz y la Ciudad de
Guatemala y la mayor parte de los fondos
TIERRAFIRME
provenían de la Iglesia. Hemos encontrado unsolo ejemplo de fianza dada por Felipe a una
persona que no fuese miembro de su parentela:
se trata de Pedro Toriello, un com€rciante depoca relevancia.25 De hecho, la debilidad de
esa red social no es sorprendente porque elpoder del mayordomo se extendía a muchos
sectores de la Iglesia y ese poder era tan fuerteque uno podía pensarse inwlnerable. De esa
manera, logró muchas veces ejercer una gran
influencia sobre los arzobispos: por ejemplo,no cabe duda de que Felipe Rubio y Moralesapoyó la candidatura d e Felipe B enítez yGemmir cuando se trató de gestionar los fondos
del monasterio de Santa Catalina (se tratabade recaudar los reditos de un capital de 1 50.000pesos dividios en más de 100 censos odepósitos). Se mantuvo allí entre el l8 deoctubre de 1778 y el 17 del mismo mes de
I 785. Lo que significa que fue nombrado porel arzobispo Pedro Cortez y Larraz y que su
sucesor le permitió pernanecer en el puesto.
Algunos años mas tarde, el arzobispo Juan
Félix de Villegas apoyó sin reservas a Felipecuando éste pidió que su puesto de mayordomorecayese en su hijo.26 Cuando Blas Rodríguezde Zea tomó su lugar e hizo una revisión de
sus cuentas, denunció nada menos que catorce
irregularidades. Por ejemplo, en el capitalprestado aEsteban Godoyentre 1782y 1785,Benítez y Gemmir debía cobrar 290 pesos de
interés y sólo ingresó 190 pesos en caja. Entotal, Benítez y Gemmir debía 3.686 pesos alconvento pero e sas quejas n o provocaronmayor investigación.z7 El cura Gabriel Muñozy Barba dio un dictamen favorable a Benítez yGemmir, quien había jugado, según las
declaraciones de las monjas, un papel muypositivo durante la época penosa del traslado
r 6.789
120
767
12.987
Detalle de las operaciones
Fuente: ACCA, A1.5, Leg. 241 5, Exp. 1 8379 (1 807).
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¡ ,'.' '
TIERRAFIRME
del convento a la nueva capital en el año 1773
debido a un terremoto.
La época del haslado coincide con la fase
de gran actividad financiera de la red de poder
de los Rubio-Benítez-Gemmir. Entre i 773 y
1779, Felipe adoptó una postura de firmeoposición a la decisión real de trasladar el sitio
de la capital al valle de la Ermita El mayordomo
apostó a seguir ciegamente las posiciones del
arzobispo Cortés y Larr¿z con quien mantenía
una buena relación y a quien apreciaba. Fue un
emor porque el traslado se hizo y el arzobispo
fue destituido. No obstante, la salida del Capitan
General Matías de Gálvez y I a muy buena
coyuntura económica facilitaron seguramente
la rápida "rehabilitación social" de Felipe. En
la década de los ochenta, obtuvo para su hdo
Juan Miguel Rubio y Gemmir el nombramiento
de Canciller de la Real Audiencia, puesto más
bien honorífico y sin demasiadas
responsabilidades. Juan Miguel aparece muy
cercano a Nicolás Obregón, el tesorero de la
Real Hacienda, quien se mostró favorable al
traslado de la ciudad. De la misma manera,
Felipe Rubio y Morales logró levantar una casa
de gran valor que fue valorada en poco menos
de 50,000 pesos(incluyendo el ajuar) al
momento de su quiebra en 1805. Tenía, por
otra parte, dos casas accesorias valoradas en
I 1.000 pesos y un trapiche de moler azúcar de
25.000 pesos.28
Su posición personal estaba tan asegurada
que lograba sin presentar muchas garantías que
el cabildo eclesiastico le prestase 10.000 pesos
yque, al mismo tiempo, el canónigo Juan José
González Batres hiciese 1o propio con 6.000
pesos provenientes de la tutela del subdiácono
Francisco Batres. Felipe era entonces regidor
perpetuo del Ayuntamiento y capitán de una
de las compañías de Dragones provinciales de
la ciudad. Cuando en 1785 hizo una
información de limpieza de sangre, loshombres más influyentes de la ciudad dieron
sus testimonios: el aristócrata FranciscoDelgado de Nájera, el Marqués de Aycinena,
el coronel Melchor Mencos, el canónigo Juan
de Dios Juarros, el Capitán comandante de la
primera compañía de Dragones provinciales
Juan Antonio de la Peña, y por fin el Coronel
del Regimiento de Dragones, Miguel de
Eguizábal, todos ellos participaron en lalegitimación de Rubio. En el año de 1786 el
Rey le concedió el goce del fuero militar por
su título de capitán de los 12 compañíade
Dragones,29
A la vez que nos demuestra la posibilidad
de desentraña¡ los mecanismos del "imperiofinanciero de la Iglesia colonial" para asegurar
a un grupo familiar una vertiginosaascendencia social, el caso de la familia Rubionosmuestra muy bien los límites dedichamovilidad. Esa estrategia f amiliar estaba
basada exclusivamente en una red de parientes
cercanos: el nuevo sistema administrativo de
los Borbones incrementó la centrálización pero
esa política no se realizó sin consecuencias
negativas. Queriendo saliarse el viejo sistema
que consistía a equilibrar los poderes entre las
familias criollas más pudientes, los Borbones
lograron imponer la persona de Rubio para
ejercer un mejor control sobre la mayordomía,
esa oficina céntrica del poder económico de la
iglesia. El riesgo de ver caer esos fondos en
mano de la parentela de los Rubio existía, pero
el decreto real de I 785 que creaba la Junta de
Diezmos debía asegurar un cierto grado de
control. Resultó fatal y muy gravosa la reforma,
como lo notaba el arzobispo Luis Peñalvez,
quien subrayó la responsabilidad de la
contaduria de diezmos: "él mismo en sus
cesiones dice ser deudor a la gruesa de 20.000
pesos que tomó por mano de Don Juan José
Montes de Oca, los que no se distribuyeron en
los cuadrantes posteriores. Asegura allí mísmo
que recibió 28.740 pesos del diezmatorio
pendiente sin intervención de la contaduria,
entre ellos 15.000 pesos poco días antes de su
quiebra, según expone el contador rea1".30
El manejo arbitrario de Rubio (tomaba
muchos riesgos porque no separaba claramente
sus negocios personales de los de la iglesia y
usaba de su posición de poder para conseguir
préstamos sin garantía suficiente) y la falta de
firmeza por p arte de I a Junta c ausaron la
quiebra. Entre los miembros de la Real Junta
de Diezmos f iguraba Juan d e Dios Ju arros
(quien ocupó la silla de Juez Hacedor durante
mas de quince años) quien firmaba los
cuadrantes de diezmos sin nunca tomarse la
molestia de averiguar las cifras. De la misma
manera, el propio Contador de diezmos, Pedro
de Vidaurre, tenía, según sus propias palabras,
una total confianza en el mayordorno. El
presidente de la Audiencia cerró el caso sin
modificar nada: no era el empleado de Tesorero
que habíaproducido el descubierto sino el
abuso de la confianza, la falta de reglas, y la
inercia de muchos años por parte de los
celadores. Se proponía remediar a ese desorden
con una aplicación más estricta de laOrdenanza de Intendentes.
TIERRA FIRME
LA QUIEBM DE JUAN MIGUEL RUBIO YGEMMIR: DEBILIDAD DE SU RED SOCIALANTE LA GRISIS ECONÓMICA
Por otra parte, y según Palma Murga, entre
1710 y 1821,la familia Rubio importó más de
100.000 pesos en mercancías pero el comercio
fue intenso en la década 1770-1800 cuando
dicha familia formaba parte de las élites
coloniales de la ciudad de Guatemala y podía
sostener un suntuoso estilode vida.3l El papel
importante que jugó esa familia durante lasegunda mitad del siglo XVIII en la sociedad
colonial contrastacon su total ausencia del
poder después de la Independencia de 1821.
Sólo Francisco Benítez se incorporó al ejército
del General conservador Mariano Aycinena y
debió exiliarse en 1829 con rumbo a América
del Sur.32 Ala viuda de Juan Miguel Rubio le
quedó la tarea de cuidar a los menores, para lo
cual contó solamente con los intereses de un
capital de 16.000 pesos formado por su madre
María Josefa Arroyave y Mencos. En 1822,
con el fallecimiento de Mariano Nájera los
intereses dejaron de ser pagados y la mujer se
encontró completamente desamparada y con
la obligación de abrir juicio con la pudiente
familia Nájera.33 Como muchos otros
comerciantes, Felipe Rubio yMorates empezó
a padecer el problema de la baja de los precios
del añil en el mercado internacional en la
década de los noventa; la crisis se agudizó y el
frágil equilibrio de la Casa Rubio se transformo
rápidamente en un ruidoso fracaso a principio
del siglo XIX.34 El Cuadro No 2 nos permite
apreciar la repartición de las deudas.
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allero
,iI
j¡
Cuadro No 2
La quiebra de la familia Rubio en 1805 (cifras en pesos)
Fuente: AGCA, A1.13, Lrg. 1758 (1805).
TIERRAFIRME
La pregunta es obligada: ¿cómo los Rubio
pudieron encontrarse en una situación tanpenosa en tan corto tiempo? ¿como este "nuevo
rico" pudo dejar los grupos elitistasestablecidos en Guatemala? Para contestarla,
volvamos a nuestra familia en 1795, cuando
todo parecla sonreirles. Por entonces, nadie en
la ciudad podía sospechar que el "coloso" tenla
los pies de barro. Esto se ve cuando se decidió
elegir el sucesor de Felipe Rubio y Morales,
la élite de la capital se movilizó en apoyo a su
hijo, Los vecinos subrayaban que desde I 778
"hasta la presente en obsequio de su padre"
Juan MiguelRubio yGemmir no solose
dedicaba "al despacho diario de laadministración sino formaba libros nuevos de
cada ramo con cuanto aseo y claridad".3s
De lamisma manera, cuando enl793Felipe solicitó un aumento salarial, los oidores
no se dieron cuenta del apuro en que se
encontraba entonces el mayordomo,Asimismo,
cuando Juan Miguel quiso casarse en
septiembre 1798 con María Inés Átuarez ¿rslas Asturias, el padre dio su consentimisnt0;l
ofreciendo una dote de I 6.000 pesos. Lolfi'Alvuez de las Asturias no sospecharon h]debilidad financiera de los Rubio y tenían pmlperfecta apreciación de la utilidad esfatégio ique conferla el puesto de rnayordomo. Por lln "iicuando Juan Miguel ruvo que ceder sus biancl, idos hermanos de I a esposa de Juan M igucl ,
Rubio y Gemmir se apresuraron a pedir rli,arzobispo que algunos de ellos fuese nombrado,i
en el puesto. ":
Como era de esperar, todo estababial*escondido, nadie conócía la situación en qua
se encontraban los Rubio, y só lo el padr¡r t
Felipe, y s u hijo, Ju an Miguel, t enían un ,
conocimiento exacto del estado de las cuentas,
La quiebra se hizo pública en el transcurso del
año de 1805: el presidente de la Audiencitobligó a Juan Miguel a salir de la casa en quc .,
había aceptado guardar arresto algunos diuantes b ajo palabra de honor. Ju an Miguel
'$
Tipo de deudas $ (pesos) % (del total)
Con la Iglesia 95.983 40
Con curas o canónigos 38.320 l6
Con la Real Hacienda 9.553 4
A particulares como comerciantes 82. I 00 36
Deudas no definidas 10.574 4
Total 236.530 100
.itl:..lr
Rubio y Gemmir se llevó algo de ropa y algunos
muebles, pero dejó el inmueble desamparado.
Perdió tambien el goce de su hacienda, que se
encontraba en I 807 en manos de Francisco del
Campo, q ue actuaba c omo administradorjudicial y quien hacía frente a un nuevo
mayordomo que se oponía a los intereses de
los Rubio, Por primera vez esa hacienda iba
pagar diezmos.36
En 1809, Juan Miguel Rubio escribía al
rey que "siendo en el día mi situación bastante
lastimosa por los contratiempos de fortuna que
he padecido", le suplicaba su colocación en
algún "destino honroso" en la carrera de Real
hacienda.3T Sus bienes fueron vendidos en
almoneda pública.38 De la minuta de los bienes
y deudas presentada por Juan Miguel Rubio,
sobresale un descubierto de sólo 60. I I 2 pesos,
pero el concurso de acreedores y el remate de
los bienes hizo constar una cifra mucho mayor,
lo cual me hace s uponer que Juan Miguel
falsificó las cuentas. Muchas de las deudas que
presentó como recuperables no lo eran; por
ejemplo, la d euda de F rancisco Sebastión
Chamorro no era cobrable por la quiebra de
su casa mayorista. De la misma manera'
Francisco del Campo nunca pudo cobrar la
deuda de 3230 pesos de Felipe Benítez. Ademils,
tomando en cuenta las sutru¡s que Juan Miguel
y su padre pudieron sacar de la lglesia y de sus
amigos en el alto clero, llegamos a casi el 60%
de las deudas. Cada año los Rubio devengaban
mas de 7.000 pesos de intereses sólo en I a
Iglesia. Muchos esperaban desde hacía varios
años esos intereses cuando se hizo pública la
quiebra, c omo fue e I caso d el Marqués d e
Aycinena, quien esperaba desde hacia más de
un año recaudar los intereses sobre un capital
de I 6.000 pesos.
TIERRA FIRME
Después de la crisis de I 805, Juan Miguel
se arruinó completamente. Los vínculos
estrechos con l a familia es¡silsz, Batres
tuvieron cierta incidencia, ya que esta pudiente
familia padeció también la caída del mercado
y de sus esffechos víniulos con la iglesia. Los
dos grupos compartían intereses y unaposición
social muy fuerte dentro de la iglesia. La casa
Aycinena los controlaban a todos pero a
principios del siglo XIX todo ese sistema de
dependencias activas y pasivas se hizo añicos.
Los Aycinena se mantuvieron en posicion
dominante después de la quiebra porque Luis
Francisco Barrutia fue nombrado en su lugar
de Juan Miguel Rubio y Gemmir a lamayordornía: este Barrutia estaba aparentado
con los Aycinena.
Desconocemos cuántos niños tuvo Juan
Miguel y el destino de cada uno de ellos. Só1o
una de sus hijas, María Manuela, ingresó de
velo negro en el convento de Santa Teresa39 y,
como ya hemos dicho, los hijos y los otros
miembros de la parentela desaparecieron
completamente de la vida pública en la ciudad
de Cuatemala después de la Independencia.
Este caso, y el de los González Batres que
hemos desanoliado en otro trabajo4o, cada uno
a su manera, ilustra a ia vez la importancia y
los límites del papel económico de la parentela
y de una estrategia basada en una red social de
"antiguo régimen" adaptada a un mundo en
evolución. Los Rubio supieron aprovecharse
de un puesto esffatégico en el sistema colonial
(lamayordomía) y del desarrollo del comercio
fansatlántico en la segunda mitad del siglo
XVIII log¡ando constituir una verdadera casa
mayorista.4l Los Rubio y los Benítez formaban
entonces un verdadero grupo social
hegemónico dentro del sistema financiero de
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la iglesiay se aprovechaban rimpliamente
de é1. Sin embargo, la historia de esa familiademuestra muy b ien el peso creciente del
mercado en la vida familiar y la poca facultad
de adaptación de la reciente nacida casa
mayorista de los Rubio. Las estrategiasfamiliares no se inscribieron dentro de ese
contexto económico cambiante sinoapoy.ándose sobre un comercio de tipo señorial,
al contrario de la red social que supo tejer Juan
Fermín de Aycinena, estructurada a partir de
la parentela pero que disponla de muelles para
transferir cierta parte de su firma comercial a
ohos socios.42 El negocio que los Rubio hacían
de los diezmos no se diferencia mucho de los
que practicaban los negociantes de la época
medieval, encargados de vender lasexcedencias d e la producción señorial. Los
Rubio vivían del comercio transatlántico sin
tener los recursos sociales y económicosadaptados a las relaciones de larga distancia.
Cuando el mercado sevolvió muydesfavorablepara ellos, las casas comerciales que habían
empezado a separar sus propios negocios de
los de su familia estuvieron e n posición deresistir nras eficazmente.
NOTAS
I Dcfc¡rdh en 1978, siguiendo cn eso los preccptos de losAnnrlo, qrr cl lcna podla reunir a historiadorcs dediferencs horizontcs y especialistas de obas oierriassociales, Sobre el tema, véase Jean-l-ouis Flandrin"Famillc ', cn Jacqws l¡ Gofr, Roger Chartier y Jacques
Rewl Lr nouvcllc hl¡tolrc. Lc¡ ldée¡, l.¡ ocuvrc., le¡bommc¡, P¡ris, 1978. DGI mismo autor, F¡mllles,P¡rcntó, m¡lroq ¡c¡ü¡llté drnr l'¡ncl.n.a rcclété,Editions du Scuü Parb, 1984.
2 Joh¡¡ fdwud Kicza Emprarrloc coloni¡le¡. F¡mili¡¡y ncgoclor Gn l¡ cludrd de Móxlco dur¡ntc lorBorbones, F.C.E., México, 1986; Doris Ladd L¡noblczr mcxlc¡¡¡ cn t¡ époc¡ de la lndepcndencir(17E0-tt2O, FCE, México, 1975; John Tutino "Crcole
TIERRAFIRME
Mexico: Spanish Efitcs, Haciendas, and Indian Towns,1750-1810", Ph. D. University ofTexas, 1976; Susan
M. Socolow The Merch¡nt of Buenoe Aires, 177&1810, Famlly and Comrnerce, Cambridge UnivenityPress, Cambridge, 1978, Todos pon€n en eüdencia laimportancia de la familia y los factores económicos,utilitarios y de honor que llevaban ¿ su formación.Algmos de esos trabajos hacen uso de los érminos dela historia de las redes como Stephani€ BLANK"Patrons, Broken and clien8", The Amerlcre, XXX,I, t979.
3 Véase Paul Ganster "Miembros de los cabildoseclesiósticos y su s familias e n L ima y I a C iudad d eMéxico en cl siglo XVIII" en F¡mili¡r novohlrpanasSlgor XVI e XIX, El Colegio de México, México, pp.149-162,
4 En España este t€ma ha sido trabajado por JuanMontemlor "Muicipalité et chapibe callúhal au coerrdc I'asceruion sociale i Toléde (1521-1700)", en ,€anPier¡e Arnahic (dh) Pouvolr ct Société danr I'Erprgnemodernc, Hommrgc I B. Bennrurr, Pressesu¡dversitair€s du Mirail, Tor¡louse, 1993, pp, 61-16.
5 Giovanni l¡ü "Famiglia e par€ntela: qualche terna dirillessione", en M. Barbagli, D.I Kertzler Storla dell¡frmiglir lt¡ll¡n¡, Bologne, 1992, pp. 307-321.
6 Pan poder¡educh la escala de obseryación y ver ñrrionatla microeconomis dc Ia casa Rubio p artinns de lasfuentcs notarial€s y sobre todo del plcito que fueprorocado por la quiebra familia en 1805, cl cual nos
Frmitc ver cóÍn se articulan las rclaciones entre la redde par€.ntesco, la enpresa familiar y las fimnzas de l¡Iglcsia.
7 Archivo General de CenroAmi¡ica (en adelant€AcCA)A1.39, Leg.5, Exp. 104.
8 nccn, nl.z¡, Leg. 4ó14, fol. I lv. (l 743) y A3. l, Leg.I 7ó7, Exp. 28330, fol. I l, (l 744)l un poco más ta¡de seemitió rma Real Cedula por la cual el rey aprobaba lasrrdidas dictadas por el Presidente, nombrando a donFelipe Rubio y Morales, tcsorerc Contador Oficial reallos propietarios don Santiago Nirñez de Villaücencio ydon Pedro Marüncz Ugarrio, Tcsorcro y Contador,rtspcctíva¡nente, habían perdidos sus puestos por hab€rconrtido algunos fraudes.
9 FratriscoRrrbioPeñaranda (170G1773)nació enMadridsiendo hijo de Nicolás Rubio Mor¡les y MariaPeñarand¡.
l0 AGCA, A1.20, l,eg. 944; Libm de proocolo de José
Santa Cnu (178ó), fol. 53-63. Las capcllanlas fonrEbanm capital 30000 Pesos. Fnncisco Rr¡bio y Morales era
capellan de honor de su nujcstad y de su Real Capilla,de los S.ntos Reyes nuevos de Toledo en la ülla deMadrid. Su hijo, José, quien recuperó el goce de esa
capellanía, €ra entonces alferes de Gran¡deros de losRc¡lcs Gurdias Lspañolas y regidorperpeh¡o de la Villade M¡drid.
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TIERRAFIRME
rr AGCA, nt., Leg. 4683, Exp. 40373 (t754).12 AGCA, A1.20,Leg.944;Libro de protocolo de José
Santa Cruz (1786), fol. 53-63.13 Véase los datos genéalogicos sobre esa familia en los
trabajos siguientes: R¡miro Ordóñez Jonarn "L¡ familiaVa¡ón de Berrieza" en Revlsta de l¡ AcademitGu¡tem¡ltec¡ de Estudios Gen€alóglcos, Heráldicosy Hlstóricos, 1987, Ciudad de Guatenala, Editorial de
la Academia de Historia y Geografla, p. 737 y EdgarJuan Aparicio y Aparicio, Conquis(adores deGuatemala y fundadores de famili¡¡ guatemaltecas,
México, Inpreso a costo propio, 1927, p. 53,r4 AGC¡, Al., Leg.23:17, fol. S2 (1805).15 Cuando losjueces enpezaron a tramitar el concurso de
la familia Rubio, tomaron la decisión de no j rmtar elconcu¡so de Juan Montes de Oca con el de Juan Rubio"por s er intricada y g rave s eria mui embarasoza suaccmulación al concw qre pende en esta srperioridaddel Tesorero de las rentas decimales don Jrun Rubio",en AGCA, l¡,9.2317, fol. 82 (1805).
I 6 AGCA, Al. 1 5, Irg. I 33, Exp. 2653 (l 767). Parece que
los efeclos alcauaban Ia sun¡a de 34. I 5 5 pesos (subraya
los articulos de hierm por nus de 5700 pesos, un botecitode plomo de valor de 1600 pesos, 4 tercios de añil porl22l pesos) El dinero que enho en su poder era de
108.403 pesos (menos los 34. I 55 pesos de efectos). LaCasa Benítez corcrciaba con mrchos prcüncianos co¡mel minero de Tegucigalpa Francisco De La Rosa (2.632pesos), le chiapaneco Juan Joseph Güllén (886 pesos)
o el salvadoreño Miguel Virto (790 pesos).
l7 Corno en el año 1793 cuando Francisco Carbonell se
negó a pagar una deuda de 320 pesos; en este caso fueel hijo de Felipe quíen logro recuperar esa deuda en I 809
sobre los bienes de los he¡ederos del fiador de Carbonell.En Archivo Histórico de la Arquidiócesis (en adelante
AtlA), Ciudad de Gutemala, Libro de diezmatoriosde Escuintla, fol. 170-185. Les bienes del fiador José
de Bargas pasaron a las rnanos del alcalde mayor de
Suchitepequez Pedro de Ariza, quien estaba casado conAna Josefa de Bargas, la hija de José.
I 8 AGCA, At. t l, Leg. 105, Exp. 2233 (l 793). Felipe pedía3000 pesos, al igual que el salario devengado al tesorerode las cajas reales. La respuesta fue positiva pero arinmuy lejos de sus pretensiones íniciales. Fiülrrcnte, leacordaron un sueldo de 2000 pesos y el salario de su
secretario pasó de 202 a 300 pesos.
19 A¡chiuo Ceneral de Indias (AGI), Sevilla, Gmtemala956 (1794). Ese año, Felipe mandó en una balandranonrbrada "Jesus Maria y José" una carga de añil,destinada a M iguel Langton, uno de I os n umerosos
comerciantes e xtranjeros e stablecidos en C ádiz. Se
Fataba de un envió que superaba los I 0.000 pesos.
20 Maria Josefa era la hija del comerci¿nte Pedro BallazarOrtiz de Letona y Siena, quien fue ¿lcalde nrayor Ce
Tegucigalpa, de Qwsaltenango y Coneo Mayor. Peroen la segunda parte del siglo XVIIT la familia Ortiz deLetona aparece en una posición económica bastantefrágil.
2t AGCA, At.s, leg. 2415, Exp. 18379 (1s07).22 AGCA, At-2o,Le,g. 943,fol. 231 (1791).
AGCA, AI.5, I*g,59?O, Exp. 51210 Comtmicando alAymt¿miento de la ciudad de Gutemala en fecha delI I de mayo de I 797, que Juan Rubio y Gennnir fueelecto Prior del Consulado de Comercio y Francisco deCarpo pa¡a su teniente de Prior L¡s conciliaros electosfueron don Rafael Trulle, Pedro Ariza y IgnacioCoronado.
AHA, T5,52, fol. I 07 (1784). José Leandro Benítezobtuvo ese año 2900 pesos con la garantia de FelipeRlüio y Morales. En 1785, tenia en la capital una casade un valorcercano a 6000 pesos. Véase por lo que tocaa l¿ casa de José kandro, en AHA, T5,52, fol. 175.Felipe comerciaba regularmente con Ricardo Yzaguincy José Ximénez Rubio.
2s AHA, T5,52, Libro de capellania (1784).20 ¡GCR, Al.1l, Leg. lll, Exp. 2436 (1795).27 AHA, T2,90, Exp.2706, Convento de Santa Catarina,
Cuentas rendidas porlos administradores del Monasteriode Santa Catarina de I 800 a I 807.
28 AGCA,Ar.r¡, Leg. l75S (1805).2e ¡GCA, A l.qo, I¡ g. 265 4, Exp. 22270, fol. I 6- I 7 (l 785).30 AGCA,At.l3, Leg. 1758 (1805).3l Gustavo Palma Murya, Agriculture, commerce et société
au Royaume de Guatemala, 1770-1821, Paris IVEIIESS, Paris, 1985, p. 530.
32 aGcA, Bt¡ g.g, Leg. 2436,Exp. 51653 (1829).:r aGCA,. 8., Leg. I 293, Exp. 3 I 374 ( I 822). Ynes Álvarez
de Las Asturias pidió a la viuda de Mariauo Najera devender la hacienda del Ojo de Agua, que de acuerdo a
sus informaciones v alía nus d e 30.000 p esos. Ellacontestó que el dürero lo habia gozado Fr¿ncisco Packcoy Beteta y Juan Sebastián Ir4icheo y que eran ellosquienes debían entsegarlo. Ella abriójuicio por los bienes.
34 Miles Worhnann Government ¡nd society In centr¡lAmerica, 1680-1840, ColunrH¡ UniversityPrcss, New-York, I 982, p. I 22. Con Ia entrada de la Ccrona españolaen [a guem euopea en I 793, la situción económica en
el Reino de Guaternala se volvió muy di{icil con quiebras
de los comerciantes de la capital y de los productoressalvadoreños.
¡5 ¡GCA, Al.!1, Leg. lll, Exp. 2436 (r795). Desde esa
fecha y en adelante, las cuentas de fábrica espiritual thla Catedra¡ fueron presenüadas a la Contaduria Mayorde Cuentas con la doble firma de Felipe y la de su hijo.AGI, Sevilla, Cuatemala 95ó. Al año siguientc JuanMiguel aseguró sólo la prcsentación Ce las cuentas.
:'!TrtM
36 El anendatario de diezrms del Valle de la Emita en 1807
se quejaba amargaurente ante la Real Junta de Diezmosde la actitud de Francisco del Campo quien estabaencargado de la labor que penenecía a Jun M iguelRubio: "he requerido mi p arte a D on Francisco D elCanpo repetidas veces para que liqüde, forrrc y entregu€
las cuentas de los esquilmos diezmables que hayanproducido su labor".
37 AGCA, A l.2s-5, Leg. 233 l, Exp. I 7427 (l 809) Arestadode los sewicios del Capiián Juan Miguel Rubio y Gemir.En esa fecha los miembros del ayuntamiento aco¡daronapoyar sus deri¿ndas al rey pala un enpleo.
38 AGCA, Al- 20, Leg. 820, Exp. 9313, fol. 149 (1806).3e AH1,T2,98, Exp.28oa, (1818).
Tl.rr¡ Firme, Cdacd . VñcaclaNo 78. Año 20 - Vol. XX,w.209-221,2002
Bankruptcy of the Rubio's family economyin Guatemala: the history of a social networkwithin the "Old Regime" by the end of thecolonial period
Christophe Belaubre
Abstract:This article deals with the.social integrationproc€ss of aMadrid family, the Rubio's, inGuatemala, during the second half ofthe XVIIICentury and the beginning of the XIX.According to the author, the Guatemalancathedral not only hosted religious activities,but also legal activities similar to or wantingto compete with the power of the Royal Court(Real Audiencia). The diocesan treasury was
the driving force behind the parallel power ofthe Rubio's, for tlre administrative and financialactivity wasin the hands ofa treasurer,incharge ofmanaging the funds ofthe Churchfoundations and tithes. This dynasty created a
social network based on the c ont¡ol of theChurch's financial and symbolic resources.
Key wofds:Family, immigration, old regime, history of the
Americas, colonial Guatemala, Real Audiencia.
TIERRA FIRME
Christophe Belaubre "Crundo los cu¡&s estaban en elcorazón de I as e strategias familiares: el c aso de losGonzález Batres en el la Capitanía General deGuatemala", en Michel Berhand y Gabriela Dalla Corte(coords. de Dossier "Parentesco, redes familiares ysociabilidad en el mundo hispanoanrcricano en los siglosXVIII y XIX"), enAnuario de Estudios Bolivari¡nos,n' 7/8,1999, pp. I l9-l 50.
El asesor ordina¡io afirmó que siendo Rubio uncomerciante, le correspondia encuadrane en el marcode la Real Ordenanza de Bilbao.
Véase la monogralia de Richrnond F. Brown JuanFefm¡n de Aycinena, Central American ColonialEntrepreneur, 1729-17 96, University of OklahomaPress, Norman and l¡ndon,-1997.
La faillite de l'économie familiale des Rubioi Guatemala: I'histoire d'un réseau social
"de I'ancien régime" A la fin de l'époquecoloniale
Christophe Belaubre
Résumé:
L article porte sur le processus d'intégrationsociale des Rubio, une famille originaire deMadrid qui a vécu á Guatemala entre la seconde
moitié du XVIIIe siécle et le début du XIXesiécle. L'auteur raconte que la cathédraleguatémaltéque n'était p as que I e centre d el'activité religieuse mais aussi une ju¡idictionsimilaire á la Real Audiencia. La trésoreriediocésaine a permis aux Rubio de détenir unpouvoir paralléle: I'activité administrative etfinanciére était dans les mains d'un trésorierchargé de gérer les fonds de la chapellenie et dela dime. Cette dyrastie a créé un réseau desociabilité fondé sur le contróle des ressourcesmatérielles et syrnboliques de l'Église.
Mots-clé:Famil le, immigration, ancien régime, histoirede I'Amérique, Guatemala colonial, RealAudiencia.
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Tfcrr¡ Flrme. Cüacu - Venezucla
N'78, Año 20 - Vol. XX,W.229-241,2002
La arena pública de las ambicionesprivadas. Relaciones sociales yasocianismo en la difusión de la culturaburguesa: Juan Alvarez y EI círculo deRosario (1912-1920)l
S.lrron.{ R. Frn¡.¡ÁxorzFOMEC
EscuBm ne Hrsronre, UNrvensro¡o Neclo¡tx- o¡ Ros¡puo - ARceNtrNR
RESUMEN: Las estructuras burguesas han sido analizadas en términos de red social poniendo
especial énfasis en el papel cumplido por las "firmas", las empresas familiares -de allila alianzaentre casa comercial y casa familiar- la íntima unión de los capitales y los núcleos de parentesco,
y la evolución de los patrimonios en el tiempo. Menor interés ha concitado el estudio de losuniversos simbólicos que acompañaron este proceso tejiendo redes profurrdamente imbricadascon aquellos fenómenos pero que incidieron en la constitución de un panorama social de tipocultural o ideológico. Sobre este esquema político y cultural versa este ensayo al ahalizar ladifusión de la cultura burguesa a través del estudio puntuai de la gestión pública de un "notablc"de la vida local argentina,
PALABRAS GLAVE: P olíticas p úblicas, redes s ociales, microeconomía, f amilia, historia d e
Argentina.
Libros Raros; BibliotecaNacional :Tomado del Libro "Historia de Venezuela eu Imágenes". - Fundación Polar y Fl Nacional.
a burguesía rosarina en
Argentinase consolidó como
tal a finales del siglo XIX.Socialmente, su encum-bramiento provino de lacondición de "hombres
nuevos" de sus integrantes, ya que todos ellos
eran, o inmigrantes extranjeros, o migrantes
internos procedentes del interior del país. La
novedad de la propia ciudad de Rosario les
había permitido impactar rápidamente en un
ámbito regional sin tradición colonial. En
términos económicos, y al calor de laexpansión capitalista, su éxito se debió a una
interesante y oliginal interacción con el puerto
de la joven ciudad, sin hascendencia en losprocesos históricos anteriores a I 853, pero que
a posteriori de dicha coyuntura no hizo más
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que prosperar y genefa¡ nuevas redes decirculación que organizaron, bajo otroscánones, el mercado intemo regional.
La ciudad de Rosario y sus burgueses se
gestaron simbióticamente en el planoeconómico y social; la prosperidad alcanzó a
una y a otros con igual intensidad. En el caso
del grupo burgués, fue una norma casi general
su identificación con la ciudad que los habíaacogido a partir de las décadas de I 850 y I 860.Tanto es así que para el centenario de larevolución de mayo de I 810, la burguesíarosarina se mostró plenamente consciente de
sus logros, pero también reconoció que su
figura no se correspondía en imagen ysemejanza a la condición de su clase social.Como veremos, los viajes, los recursoseconómicos, así como la conciencia de sí que
sostenían, les marcó un modelo tipificado de
conducta burguesa que se encontraba en parte
estereotipado en ia burguesía de Buenos Aires*es decir, en el grupo de "porteños" queoperaban fundamentalmente en el plano de lacapital del país- y en segundo término en laburguesía europea, en especial la parisina.
Pero, más 'allá de las posiblescomparaciones, la burguesía rosarinacompartía d istintos elementos c onstitutivosque la relacionaban íntimamente con un tipode identidad y de idiosincrasia de su clasecomo tal. Esta mimética burguesla no ocultabala condición inherente a I a clase para sí: lapercepción de su mundo como equiparable a
la realidad toda; la interacción dinámica de sus
contenidos de pensamiento y lainstitucionalización del "mundo"; y laconsecuente conelación de su espacio privadocon el espacio público.2 La imposición de esteideal se c ristalizó e n un t ipo particular d e
sociedad burguesa que fue, en realidad, unasociedad declases enel sentidode quelaacción económica triunfó sobre la posiciónsocial para redefinir la estructura social. Enefecto, por primeravezla estructura de clasesfue una estratificación percibida por loshabitantes de lajoven ciudad, y es así que enese contexto el surgimiento de tal concienciaconfirmó la transformación, es decir, el pasode una sociedad estamental, propia de antiguorégimen, a una sociedad de clases, en donde laclase yano fue un término agregativo, sino unacolectividad percibida, entendida así por losexclusivos miembros de la burguesía, y sentidapor el resto de las capas sociales,3
Pero aquella estratificación tambiénadquirió un r ol preponderante e n el p lanoperceptual, dominado por estos años por eltriunfante campo de la percepción burguesaque se imponía hegemónicamente sobre lasrealidades percibidas por parte de otras ólasesy estratos sociales.4 Tal percepción se iba acorresponder con el singularproceso dcformación burguesa, implementado en laelabo¡ación de una cultura d istintiva de I asociedad civil y de una esfera pública asociada.
Estas prácticas, este ámbito que podemosdenominar ethos, fueron las hacedoras de loque, parafraseando a Pierre Bourdieu,podemos denominar "distinción", y quepermite determinar las vhs definidas por laélite anergentepara diferenciarse. Este proceso
se dio, en el caso de la burguesía rosarina, nopor un desplazamiento de viejas élites sino porsu propia consolidación y gracias a lacontrastación con diversos estratos populares
a quienes esa misma élite aspiraba a gobernsry controlar. Es una medida del triunfo de esteproyecto burgués que estas normrs se volvieran
r:1fr, t:l
''l:l
después hegemónicas (a veces impuestas sobre,
yen ocasionesrecibidas por) en relación a
segmentos mas amplios de la sociedad. Los
mecanismos seleccionados para esta
constitución se pusieron de manifiesto en laimposición de las pautas inherentes al plano
privado en laesferapública. Lo público, de este
modo, sólo adquirió relevancia en la medida que
podía constituirse como la
imagen mejorada yampliada del universoburgués.5
En el caso del sector
burgués del aspacioregional analizado en este
trabajo, aquellahegemonía construyósobre la base de un juego
de traslación e imposiciónde lo privado hacia laarena pública y se forjó en
diferentes planos, planos
que constituyen el objetocentral de este estudio. En
primer lugar, por su
TIERRAFIRME
trabajo, el reclamo público burgués se cristalizó
en la idea de que precisamente ese sectorburgués era "el público", y que en ese esquema
las posibles inequidades sociales, si bien no
desaparecían, sí al menos eran colocadas "enffeparéntesis".7
Pero especialmente fue en elasociacionismo de clase donde se evidenció
más crudamente todaEn el caso del grupo burgués, posible d emostración
fueunanormacasi general su dela intersección de,.r : r r esferas bursuesas-
loenuncaclon con la cluo¿lo tanto oú_blica"s c omoque los había acogido a partir privadl. como afirma
intervención en las distintas estructuraspolítico-partidarias d entro del marco de I a
democracia liberal surgida gracias a laimplementación de I a "Ley S aenz Peña",
sancionada en el año 1912, que modificó elpanorama electoral del país. Esta participación
permitió desanollar un núcleo de redes sociales
alrededor del juego político municipal y
provincialó. En segundo lugar, por los usos de
la Iegitimidad simbólica p ara imponer un
supuesto y homogéneo modelo de "cultura"sobre la base de considerar a la ciudadanía (el
público) como una masa de interlocutores de
pares ocultando las diferencias de nacimiento
o fortuna. Como veremos a lo largo de este
de 1850 y 1860. Tanto es así,
que para el centenario de larevolución de mayo de 1 8 10,
la burguesía rosarina se
Nancy Fraser en unede sus interesant€sanálisis sobre lasesferas pú-blicas yprivadas, el terrenoque alimentaba laesfera pública I iberalera la "sociedad civil",esto es, los nuevos yemergentes cúmulosde asociaciones
voluntarias que brotaron durante lo queseconoció como "la era de las sociedades".8
Siguiendo las sugerencias de Fraser, es posible
comprobarque en el caso de la región estudiada
la red de clubes y asociaciones -filantrópicas,civiles, profesionales y culturales- fuecualquier cosa menos accesible a cualquiera.Muy por el contrario, ese ámbito era la arena,
el lugar de entrenamiento y finalmente la base
de poder de un eshato de "hombres burgueses"
que se veían a sí mismos como la "claseuniversal" y se preparaban para afirmar sus
aptitudes para conhclar el gobierno, la arena
de las decisiones.9
mostróplenamenteconsciente de sus logros...
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TIERRA FIRME
En Latinoamérica, el fenómeno del
surgimiento de sociedades, clubes y círculos
de neto borte ilasista se hizo evidente tanto en
las metrópolis de origen colonial como enalgunas de las ciudades que adquirieronimportarrcia después del siglo XIX, en gran
parte gracias a la circulación mercantil o como
resultado de los cambios €n la geografía
política y en el proceso de aonstrucción de los
Estados Nacionales. No obstante, eI caso
singular que presenta la ciudad de Rosario en
este c ontexto más g lobal, está dado por e I
hecho de que se trata de una ciudad inexistente
durante la etapa colonial y con escasa
importancia en las iniciales décadaspostrevolucionarias. Como mencioné más
arriba, la ciudad nunca sirvió de asentamiento
para ningún tipo de autoridad civil o militar,política o económica; tampoco recibió ningún
tipo de funcionariado ni albergó a la burocracia
provincial o nacional; finalmente, no fue sede
de ningún poder republicano a posteriori de
la sanción de la Constitución nacional en el
año 1 853. En esencia, su naturaleza de puerto
fluvial interior altemativo al puerto de Buenos
Aires, hizo q ue a p artir de I 850 la ciudadprosperara en función de una compleja red de
circulación, mercantil primero y productiva
después, orientada tanto al mercado exterior
como a la consolidación del mercado intemo.l0
De este modo, los burgueses locales, muyinteresados en incorporarse a algunas de las
arenas decisionales, no encontraron en el seno
de la ciudad las alternativas favorables para
lograrlo. Mas allá de la importancia económica
de unaciudad como Rosario, estossujetos
sociales escasamente podían disputar algún
espacio político y público desdeexclusivamente el espacio local. De hecho, las
corporaciones exitosas -como por ejempio laBolsa de Comercio-, debieron ese éxito a su
capacidad para organizar regionalmente su
esfera de acción pero no a su capacidad para
gestionarla a nivel nacional.ll Estascondiciones marcaron una identidad burguesa
caracterÍstica, haciendo de este grupo un
modelo particular en el desarrollo de la clase
dominante argentina de finales del siglo XIX,y que de alguna manera ha condicionadoperspectivas posteriores.l2 En este contexto,la burguesía rosarina manifestó los mismossíntomas de sus pares americanos y europeos
en su despliegue en pos de consolidar sq
posición haciéndola hegemónica al interior de
la sociedad local y regional. Uno de ellos fue,
la prosecución en la formación d
organizaciones civiles, fi Iantrópicas, culturaled
o étnicas, que fortalecieran su posición haci
adentro de la sociedad rosarina pero que,
los hechos, carecieron de fuerza de p
hacia el exterior.
Este último rasgo, a pesar d€ su8
limitaciones, puede ser pensado posi
por su potencia para superar la condición do
los burgueses rosarinos como simplemercaderes, i¡nagen que acompañaba a o
mucho más poderosa y que hacía de la cide Rosario una simple "ciudad fenicia",efecto, tanto la urbe .como los habitantdaalbergados por e lla e'ran p ercibidos c omdentidades atentas sólo al ritmo del dinero;todo, es esta condición de liderazgo económi0o
la que impulsa el deseo de liderazgo intelectucl'en muchos casos traducido también en la fia¡4tpolíticalocal yregional: lariqueza noen
:
medida (o no debía ser medida) entonces sólo
en dinero, sino que también se componÍa dc Ibienes "públicos" -vinculados a la idea do
':ti:
bienes simbólicos- como el acceso a una buena
educación, la moralidad, la caridad, que se iban
a corresponder con el vasto poder social
orquestado a partirde las redes sociales
estn¡cturadas en pos de este modelo.
La interpretación de las señales del
mercado fue tan importante para, hacer
negocios como para ínterpretar otras lenguas,
perféccionarse profesionalmente o servircorrectamente a los signos económico-políticos. Este grupo burgués necesitó
aaracterizarse como fo¡rnado por buenos
Iectores, poscedores de libros y excelsos
practicantes de una lectura que recorría libros
de viqfe, enciclopedias comerciales, tratados
de leyesy algunaque otra obra de ficción.Pertenecer a este grupo burgués también exigió
sér buen esc¡itor. Como afirma RicardoSalvatore, la escritura fue una obsesión del
siglo XIX, un instrumento para moldear laidentidad individual volcando al papel lasreflexiones, inquietudes y sensacionesproducidas por las experiencias. Desde esta
perspectiva, la necesidad deescribir eraelproducto de una conformación cultural que
ponía un alto precio a la posesión de
literacidad.l3
El remate de esta secuencia se encontraba
enla prácticade escuchar,es deciren laimplementación del mecanismo de las
conferencias públicas como un medio queponía en contacto a los ciudadanos con elmundo de la c iencia (recordemos q ue n os
enfrentamos a un mundo que apela alpositivismo como ideal y como ideologia), de
las letras y de la música. La lectura, la escritura
y la asistencia a conferencias y conciertos
fueron, indudablemente, prácticas que
suponían la creación de una particular
TIERRA FIRME
identidad social. En los hechos, congregaban a
los miembros de un gnrpo deñnido a fin de
"iniciarlos" en un "mundo" que ellos mismos
estaban construyendo, alentados por la idea de
que las conferencias, las audiciones, laescritura y la lectura los hansformaban en seres
sensibles. Gracias a estas formas quizás
externas al propio mundo de Ios negocios pero
no alejadas de é1, en adelante no serían sélo
comerciantes, sino autores, oyentes, lectores
y enunciadores, e s decir, m iembros de u na
sociedad letrada que mirarla a cierta distancia
a otros pueblos y sectores sociales que carecfan
de estos atributos cuhurales y simbólicos.14
Un grupo burgués como el de Rosario,fue susceptible a estas líneas de percepción
burguesa. Como veremos en las páginassiguientes, las incorporó a sus formas expllcitas
de acción y de actuación social. Sin embargo
este perfil se maniiestó tardíamente en el
espacio social de la ciudad. A diferencia de loquepudo ocurrir en sociedades como laestadounidense o europeas, fueron formas que
se h icieron extensivas en una urbe como
Rosario en losúltimos años del siglo XIX,alcanzando su cenit durante la segunda década
de la centuria siguiente. Así, si bien una serie
de asociaciones fueron surgiendo durante los
últimos años del siglo XlX, es sólo a partir del
XX en que diversos círculos, centros yasociaciones -lideradas por miembros de las
familias burguesas de la ciudad con undecidido perfil de mecenas- aparecen con estos
fines predeterminados. S erán estos n uevosensayos los que, por otro lado, traben relación
con el poder político local y regional,instalando el debate acerca de "lo público" en
la propia dinámica de las artes y de la historia.
Tales medidas tuvieron cierta resonancia en los
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gobiemos provincial ymunicipal, los cuales se
vieron condicionados a sustentar o incorporarvarias de estas instituciones a su propiaestrucfur4 considenindolas a partir de entonces
de "interés público". Este proceso fue, sin lugar
a dudas, estimulado por estos mismos grupos
de patrocinadores que copaban, paralelamente,
la estructura de poder. De entre estas
experiencias, variables en el tiempo y en la
trascendencia, la vida asociativa deja entrever
unapor su importancia: "El Cí¡culo". Fundado
en 191? por un grupo de renombrades yacomodados varones miembros de lasdestacadas familias de la novel burguesía
rosarina, "El Círculo" adquirió protagonismo
al intentar proponer una forma de "cultura"
burguesa como imagen identitaria de la ciudad
toda,l5 A lo largo de este trabajo, entonces,
aprovecho su funcionamiento para rearticular
analíticamente el funcionamiento de la política
municipal y las expresiones del asociacionismo
de clase por un lado, así como el significado
que adquirió el espacio cultural -expresado en
lo que denominaré aquí "veladas paquetas"-
en la esfera pública local.16
POLÍNCA MUNICIPAL, ESFERA PÚBLICAYASOCIACIONISMO DE CLASE
Hacia I 9 I 0, la burguesía rosarina estaba
consolidada como tal. En aquel momento sus
límites como miembros del grupo hegemónico
del sector oligárquico argentino estaban
impuestos; la imposibilidad de disputar en el
plano político lugares de expectancia en el
gobiemo provincial y nacional los hacía, no
obstante, más afectos a contender en el
microclima de la políticamunicipal. De hecho,
la administración municipal también tenía.sus
difrcultades y particularidades: el intendente
$.**.:
no era elegido por los ciudadanos rosarinos, nimediante el voto directo ni el indirecto, sino
que la designación se realizaba en formavertical desde el Poder Ejecutivo provincial(Santa Fe). La imposición del intendentegeneraba no pocas asperezas a nivel políticoy, por qué no, personál, y fue objeto asiduo de
debate a comienzos de la década del veinte con
la discusión alrededor de la ai¡tonomíamunicipal dentro de la reforma constitucionalpromovida por el Partido DemócrataProgresista en 1921.17
Por otro lado, el Poder Legislativomunicipal pasó a convertirse en I a caja deresonancia de Ia politica rosarina ya que iba a
permitir la participación de un arnplio espectro
de partidos conservadores y, además, laposibilidad de contar con los extranjeros como
electores, al aprobarse su condición de
"ciudadanos rosarinos". Sumado a esto, lasanción de la Ley Saenz Peña en el año l9l2suposo el voto secreto, universal y obligatoriopara varones mayores de 21 años (excluidas
las mujeres), y permitió el paso de nuevog
actores a las urnas. Esto cambiaria el ajedrez
polltico nacional, y partidos políticos como la
Unión CívicaRadical (UCR) llegarían a laescena para transforrnar a su paso lalegitimidad arbitraria de los partidosconservadores, los cuales habíanhegemonizado los dlferentes niveles de
gobierno hasta el período comprendido entre
1912 y l9l6.l8En.Rosario, este cambio se produjo,,,
apenas aplicada la ley Saenz P eña. De una ull
variada gama de representantes de partidoe
conservadores ocupando el Poder Ejecutivo
municipal se pasó hasta 1935 (momento de la
intervención del gobierno nacional a l¡
proüncia) a una serie de intendentes radicales,
fi loradicales o demoprogresistas, designados
todos ellos desde la sede del Poder Ejecutivoprovincial en la ciudad de Santa Fe.
Conjuntamente, la dinámica del ConcejoDeliberante, sede del Poder Legislativomunicipal, expuso los lábiles alineamientospartidarios y la fortaleza de las redes sociales
organizadas por lajoven élite ciudadana. En
ese sentido, el áreade gestión burocrática-
administ¡ativa del ejecutivo municipal diolugar a la participación no sólo de notables
rosarinos embanderados con la causa de algún
partido político mas amplio, sino una serie de
"líberos" justificados claramente por lasituación relacional de los burgueses al interior
de la ciudad. En este contexto polític-o, no
pocos burgueses locales llegaron al espacio
público, algunos desde un perfil muyclaramente partidario, otros realizandonegocios con el municipio y los menos
asegurando su posición dentro del universo
cultural ciudadano.
Durante la gestión del último intendente
conservador, Isidro Quiroga, se inauguró la
Biblioteca Pública Municipal Argentin4 y se
nombró coÍro director a Juan Álvarez, abogado,
juez, historiador y viajero, hijo de un inmigrante
español, partidario del socialismo en su país de
origen, que había trascendido en las esferas
intelectuales y judiciales argentinas, en particular
en Rosario, en las últimas décadas del siglo
XIX.19 t¿dirección que Juan Alvarez imprimió
a un organismo público como la "Biblioteca
Argortina" (como se llama aún hoy), puso de
manifiesto la incidencia de los burgueses de la
ciudad en la estructura de poder municipal en
áreas ajenas a la expresa y formal jurisdicción
del aparato político.
TIERFTA FIRME
Juan Álvarez prefirió una trayectoriaprofesional al margen de las actividades de la
ciudad mercantil y financiera que era Rosario.
Representaba el experto, formalmenteencuadrado en la norma liberal del abogado ydeljuez dentro del sistema, pero preocupado
por los límites de ese sistema, agudoobservador del pasado y aggiornado gracias
al conocimiento de los nuevos temas de debate
en Europa y Estados Unidos. Severo, y a lavez compenetrado de su rol reformista, Juan
Álvarez se permitió en forma conjunta servir
a la ley, cultivar los placeres estéticos y ser un
aventurero: sensibilidad artística, lectura,escritura, docencia, investigación ytransferencia oral se plasmaron en su trabajo
como catedrático, conferencista y periodista,
por no citar la de político. Buena parte de este
perfil se conjugó cuando en I 910 Alvarezaccedió a la dirección delarecién creada
"Biblioteca Argentina", dependiente delgobierno municipal. En sí, I a "BibliotecaArgentina" iba a satisfacer la tendencia de la
burguesía rosarina y del poder municipal a
consolidar su discurso alrededor de "lopúblico", en especial sobreun escalónqueaparecía como preciado por el Estado Nacional
en construcción, como fue la educación.
La "BibliotecaArgentina", erigida por el
gobiemo municipal en el mes de julio del año
1912, se convirtió en la institución educativa
más claramente identificada con el proceso de
articulación de las esferas pública y privada
de la ciüdad en los inicios del siglo XX. En
ese marco, la gestión municipal d e I sidro
Quiroga había permitido la incorporación a laagenda de gobierno de cuestiones relativas a
los aspectos culturales, pero también lasimbolización del espacio público construido
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desde los sectores burgueses. En ese camino, la
elección de Juan Alvarez como di¡ectorevidenciaba la línea esbozada en tomo de las
políticas públicas culturales manifestadas porel gobierno conservador. En slntesis, la"Biblioteca" representó todos aquellos valores
que venían siendo sostenidos alrededor del
conocimiento y de la posibilidad de su
adquisición: la beatificación de Ia palabra
escrita, el culto a las musas y la imposición de
la conferencia como el marco preferencial de
la transferencia de "cultura" hacia lacomunidad cristalizaron en este proyectoglobal y globalizador. Si la creación de una
biblioteca municipal se convirtió en la base de
acción de una serie de asociaciones con perfil
cultural y educativo, también se orientó a
consolidar la concepción socio-cultural de los
burgueses de la ciudad. Así, la "Biblioteca"sostuvo dos años después de su creación la
consolidación en su propio seno de otrainiciativa orgánica, la fundación de "ElCírculo".
"Entre las caracteristicas nais simpáticas del
Rosarío se desataca la de haber organizado una
poderosa institución cultu¡al que agrupa en
derredor actiüdades intelectuales y artísticas,
antes dispersas o faltas de apoyo eficaz.
Conferencias, conciertos, e xposiciones de
pintura y escultur4 concursos literarios, premios
de estímulo y otras manifestaciones de alta
cultura tienen su origen y su mejor apoyo en un
centro directivo que las armoniza y orienta,
habiéndose llegado gailualmente por tal camino
a la honrosísima situación actual, acaso única
en el país, de que sea una biblioteca pública el
punto de cita habitual, familiar pudiera decirse,
de los elernentos sociales más representativos
de la ciudad. Esa institución es El Círct¿1o".20
La alusión a la "simpática caracteristica"
de la creación de "El Círculo" tiene comoorigen la inauguración olicial de la primera
biblioteca pública de la ciudad con sus
instalaciones, su renombre y el avalinstitucional ofrecido por el gobierno Iocal.
Juan Álvarez y su grupo de pertenenciacomprendieron que ese espacio podiapermitir,a través de su solidez, no sólo una fuerte carga
simbólica de legitimación en lo personal y en
lo c olectivo, sino t ambién la s olución de
combinar los recursos genuinamente públicos
con las expectativas privadas de imposición
cultural y de consecución de diferenciación
social. Durante la conmemoración de losprimeros aniversarios de la "Biblioteca", "ElCírculo", que debía darle vida, describió cómo
surgió la idea de crear el organismo: "ladirección del establecimiento creyó oportuno
amenizar el acto con algunos números selectog
de música de círmua, y ante el éxito obtenidopor la fiesta" -era l a p rimera vez que sin
propósitos de lucro se traía de la capital federal
un conjunto musical de importancia- "el Dn
RubénVila Ortizlanzó la ideade repetiiperi ódicamente reuniones de tal tipoorganizando al efecto una asociación".21 La
invitación no se hizo esperar; poco tiempodespués se giraba a nombre de las princi
cabezas de familia de la burguesía rosarina
correspondiente invitación: "Invitamos a Ud,
a la reunión que con el objeto de constituir un'
Centro Artístico, tendrá lugar el d ía 14 dcl
corriente a las 6 p.m. en el local de la Biblioteca
Argentina". Las firmas que cerraban estlinvitación nos dan de bruces con la burguesft
en construcción pero también en ascenso!
Camilo Muniagunia, R. Vila Ortiz, R
Luis Ortizde Guinea, Raúl Lagos, Julio Bello,Femando Scheisinger, Tomás Arias y, últimopero quizás uno de los más importantes, elpropio Juan Álvarez.
La "Biblioteca" apareció en el discurso
de sus creadores como el lugar sin máculas:
fue la representación idónea del espaciopúblico construido en la unicidad del campo
de percepción burguesa, tal como quedaba
expresado en el primer artículo de sus
Estatutos, para el que "El Círculo de laBiblioteca es una institución de carácterpermanente, cuyo fin es propender a la cultura
intelectual y artística del Rosario". Su sostén,
como reza el articulado, se encontrabaendisponer de los recursos fisicos y económicos
solventados por la Municipalidad a través de
la " Biblioteca" y el I ugar de I egitimación
simbólica implementado al constitui¡se en ese
espacio público municipal.22 Es así que,
"buscando evitar el escollo en que antes
naufragarah i niciativas muy I oables", loscomisionados pensaron que el éxito de lanueva
institución debía radicar, al menos en sus
comienzos, sobre estas dos bases: "supresión
de los gastos de local, servicio, luz ycalefacción, que habitualmente absorben lamayoría de los recursos en los centrosculturales...ofrecimiento de mayores ventajas
a los asociados que las que pudiera ofrecer
cualquiera otra organización de conciertos yconferencias hecha con fines de lucro o porempresarios".2S Lo primero se conseguiríacelebrando las reuniones en el elegante Salón
Blanco de la "Biblioteca Argentina", cedido
desde el primer momento por su director, Juan
Álvarez. Lo segundo, mediante la fijación de
una cuota mensual moderada en relación al
sector social al que apuntaba, y el
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reconocimiento a los socios del derecho de
asistir a las fiestas con sus familias, sinlimitación de número, esto es, con desembolso
muy inferior al que representaba adquirir igual
número de plateas en cualquier teatro local.
La empresa cultural tampoco descártó laposibilidad de ofrecer mejores servicios que
las funciones brindadas por los empresarios
del espectáculo.24 No está de más aclarar que
los empresarios dedicados a este métier cultural
eran también burgueses locales diversificadospara los cuales sus teatros eran una fuente más
de ingresoszs así como el lugar para ejercitarlos mecanismos de identidad. Por 1o tanto, más
que una competencia desleal, las galas
musicales o literarias de "El Círculo" iban a
complementar una agenda de funciones en losteatros de la ciudad, adonde estos miembrosde la burguesía poseían sus abonos de palcos
y plateas. La estrechez del vínculo entreasociación yMunicipalidad también tenía ohosejemplos: al momento de elegir la primera de
sus comisiones directivas, y a pesar de las
diatribas sobre la informalidad delemprendimiento cultural26, el acto eleccionariofue cont¡olado y rubricado por las autoridadesmunicipales y realizado en la sede del palacio
comunal, siendo el propio Intendente uno de
los personajes votados.2T Asimismo losestatutos establecieron que "a las reuniones ofiestas que celebre la Sociedad, solo podrán
concurrir I os socios c on sus familias y I as
personas que la comisión directiva crea
oportuno invitar".28 De este modo, "la loable
iniciativa" no sólo avanzaba sobre los dinerospúblicos del municipio a la que la reciente
asociación se reservaba el papel de personificar
en lo cultural, sino que imponía ladiferenciación de clase con la cualidad de sóloAraya, Juan B. Siburu, José Piattini
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atender las expectativas de sus socios y sus
familias.
La diferenciación e inclusión29 de lossocios claramente se expresaba en el octavoartículo de los Esraru¡os de la sociedad:
"quedan establecidas dos clases de socios en
la Institución, honorarios y activos, gozando
unos y o tros de I os mismos d erechos. Se
considerarán como socios honorarios aquellos
que por su significación, o haber prestado
señalados servicios a El Círculo seandecla¡ados tales por el voto unánime de losmiembros todos de la Comisión Directiva, opor los dos tercios de votos.de la asamblea. Se
consideraran como socios activos los que
{iguren c omo -tales
e n los Registros de " ElCírculo" y los que se admitan en adelante,pudiendoser inscriptos en tal carácterlaspersonns de uno y otro sexo mayores de 18
años que gocen de buena reputación, y abonen
una cuota de ingreso de cincuenta pesos
moneda legal. La presentacién se hará pormedio de nota formadapor el interesado,
dirigida al presidente, quien la someterá a ladeliberación de la Comisión Directiva que por
mayoría de votos decidirá sobre su admisióno rechazo. Esta resolución será inapelable".3o
La Comisión Directiva estaba compuesta
por siete miembros renovables y reelegibles
cada dos años, y su constitución (desde lacreación en 1912 hasta los años treinta)convocó a lo más granado de los notables de
la ciudad.3l La nómina de socios creciégeométricamente conforme las veladas de gala
musicales y literarias adquirían mayorrelevancia en la alta sociedad rosarina.Periódicos locales, como La Capitrl, daban
cuenta de las diferentes funciones organizadas
por "El Círculo" departiendo sobre lacompetencia cultural, artística y profesional de
sus invitados. La categoría de inapelable delfallo tal como confirman las actas de lainstitucién incluyó a buena parte de laaltasociedad rosarin4 y no se registraron casos dedeliberación para impedir el ingreso.de plgúnmiembro; y de los treinta y un socios inicialesse pasó a quinientos ochenta y dos en I 920.
Ahora bien; deberíamos p reguntarnosquién por estos años, sin pertenecer a la élite,se interesaría por ingresar a una sociedad que
exigía estrictos cánones burgueses para laidentificación de sus pares secundados en "labuena reputación" de los aspirantes."Aúnadhiriendo a Ia definición de cultura quesustentaba "El Círculo", no era racional lainversión que se debía realizar pxa ingresar ydisfrutar de la actividad mensual de laasociación. La cuota de inscripción ($ 50)superaba el ingreso mensual de un habajadorcomún, y era equiparable al salario de unempleado de comercio de escasa calificación.La cuota de sostenimiento ($ 5 por mes), era
bastante más costosa que un boleto'quehabilitaba para ingresar a las últimas gradas
del teatro (denominadas, en lajerga, "elparaíso" yque costaban entre $ I a$ 2,dependiendo del tipo de espectáculo y lacompañia involucrada) de la ciudad. De hecho,
la rentabilidad de los mismos en muchos casos
dependía de este público de escasos recursos
deseoso de recuperar en una aria de Verdi, unos
compnses de Wagner o ei el acorde de una
zarzuela, la identidad puesta en suspenso
durante el proceso inmigratorio.
LAS VELADAS PAQUETAS OE EL CIRCULODE ROSARIO
A partir de finales de 1912, la vida culturalde "El Circulo" no hizo más que consolida¡se:
durante la primeragestiónde la comisión
'4
directiva se formalizaron doce conciertos y
cuatro conferencias, además de inaugurarse el
primer Salón de Bellas Artes, que contó con la
presencia del presidente Roque Saenz Peña;
en los años que llegan hasta I 920, se realizaron
más de setentaconciertos y audiciones, y
alrededor de treinta conferencias yespectáculos de poesía, y se retomó el Primer
Salón Rosarino de Bellas Artes. Como puede
advertirse, la actividad de la comisión directiva
de "El Círculo" fue casi febril, y se organizaron
audiciones desde abril a diciembre de cada año.
El recorrido musical fue bastante
heterogéneo en los gustos, géneros e
intérpretes: desde conciertos sinfónicosejecutados por prestigiosas orquestas
nacionales, hasta más modestos recitales de
señoritas, pasando por conjuntos de cilmara
que reunían visitantes extranjeros del
Conservatorio Imperial de Leipzig, del
Metropolitan H ouse de N ueva York o del
Conservato¡io Nacional de Bruselas. Elrecorrido musical avanzaba sobre todo el
repertorio de los románticos, pero no excluía
trabajos m ás r ecientes, así c omo obras d e
compositores nacionales. Tampoco se
descartaba el homenaje a los que se
consideraban paradigmas del culto estético
musical. Así, desde la inauguración del
monumento a B eethoven en pleno P arque
Independencia, hasta festivales como el delAniversario del Nacimiento de Wagner o el
primer y segundo Concierto Rubinstein, se
intentaba abarcar las más dilatadas fronteras
en voluntades y gustos musicales. Pero lo más
atractivo de los programas de "El Circulo" eran
las conferencias que, menores en cantidad a
los conciertos, eran una muestra de los vínculos
con destacados intelectuales del momento32:
TIERRAFIRME
en particular a Ricardo Rojas, LeopoldoLugones, José Ortega y Gasset, RamónMenéndez Pidal, Manuel Ugarte, CarlosIbarguren, José León Pagano.33 Le seguían
también higienistas como Gregorio AraozAlfaro, biólogos como Clemente Onelli,historiadores como Ramón Cárcano, y hasta
un exótico disertante interesado en 1a cuestión
extraterrestre.34
No obstante, fue en los actos dedicados a
las artes plásticas donde existió mayorcorrespondencia entre "El Círculo" y las
instancias gubemamentales, anticipando lo que
sería la aprobación de políticas culturales en
torno de la breación de museos bajo el dominio
municipal. El último sábado del mes de agosto
de 1913, por ejemplo, "El Círculo" inauguró
el Primer salón de Bellas Artes, con lapresencia del Sr. Presidente d e la N ación,
Roque Saenz Peña. El salón pudo ser
organizado con la contribución particular de
renombrados socios que, desinteresadamente,
aportaron los fondos necesarios, además de los
recursosobtenidos de las obras del pintorrosarino Augusto S. Olivé.35 Cuatro años más
tarde, el 24 de mayo de I 917, se abría el Primer
Salón Nacional de Bellas Artes de Rosario,
organizado también por iniciativa y gestión de
"El Círculo" y con la presencia del directordel "Museo Nacional de Bellas Artes", el Dr.
Cupertino del Campo.
El éxito de esa primera muestra hizo que
el entonces intendente municipal, F, Rémonda
Mingrand, creara el 19 de julio de 1917laComisión Municipal de Bellas Artes que tuvopor finalidad "la creación de un museo, una
academia y demás t rabajos que t iendan a
fomentar el arraigo y el crecimiento del
espíritu". Además, desde ese momento la
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Municipalidad de Rosario tomó a su cargo las
ulteriores muestras que estarían supervisadas
por la mencionada comisión, y se daríacomienzo a la organización del MuseoMunicipal de BellasArtes. Tal comisión estaba
integrada por los que conformaban la comisión
de artes de "El Círculo" y su trabajo articulado
con la administración pública municipalpermitió que finalmqnte el museo fuerainaugurado el 15 de enero de 1920.36 Todas
estas actividades tuvieron su correlato en sólo
dos ejemplos de veladas destinadas al público
masivo durante los años que fueron de 19'12 a
1920. La primera se realizó al margen de las
reuniones estables de la sociedad: de acuerdo
a las actas, el 17 dejunio de l9l4 "entre las
reuniones 2 I y 22 El Círculo costeó en el teatro
Qlimpo una función popula¡ representándose
por la Compañía Dram¿itica Serrador-Mari, con
la obra "Los leales" de S erafin y Joaquín
Álvarez-Q uintero. Las localidades se
distribuleron gratuitamente entre losestablecimientos de educación y los obreros,
reservándose los palcos para las niñas de las
escuelas normales. El espectáculo distaba en
mucho de las organizadas para el selecto
público del Salón Blanco y es posible suponer
un cierto artificio en su programación ya que
la misma no era representada por la cornpañía
dentro de la ciudad en forma comercial. La obra
de los hermanos Álvarez-Quintero,costumbrista y optimista, gozabade gran
aceptación por parte de la burguesía española y
era duramente criticada por los autores de lageneración del '98.37 Tal característica la hacía
propicia para el auspicio de la burguesía rosarina
en sus veladas de tinte masivo. La nota de color
quizas la represente la marcada diferenciación
por généro y clase, donde obreros y jóvenes
estudiantes escasanrente podían iniciar algun tipo
de roce o contacto social.
El segundo espectáculo popular tuvo otromarco y otro fin: realizado en el predio del
Parque Independencia de la Sociedad Rural de
Rosario (que concentraba los interesesempresariales vinculados al agro), el 3l dediciembre de 1914, el Gran Concierto Popular
al aire libre estuvo a cargo de una formación
mixta que reunla a bandas y orquestas locales.
Sin embargo, quizas la mayor experiencia del
perlodo estudiado en tomo de la constituciónde un espacio de cultura burguesa radica en la
decisión de publicar una revista como órgano
escrito de la Sociedad a partir del I o de enero de
I 9 I 9. t^a public ación de la Revist a de E I Círculo
fue el colofon para el cierre de la década del
Centenario, y abrió las puertas a los "años locos"
en la cultura burguesa rosarina. Desde loseditoriales de su director Ortiz de Guinea, como
desde los diferentes escritos, ensayos y.
reproducciones, la publicación estaba al alcance
de la sociedad. A su vez, el público de la revista
no se diferenció del habitual concunente a las.'
veladas de Ia asociación. En muchos casos es¿'
mismo público se convertiría en el artífice do
notas, comentarios y escritos que aparebían en
la reüsta. En un ensayo de reproducción y dC
producción, el bosquejo de culturaque sc
tendía a comunicar y los sujetos a los que este
ideal personificaban sdcopiaban a sí mismog
en las páginas de la publicación. Asl,enunciadores y enunciados se reunían en el
círculo perfecto de su mundo, contemplado
como instancia de la realidad toda.
CONCLUSIONES
Un análisis ya clásico como el de E. P,
Thompson s ostiene que las formaciones
clase emergen y se desarrollan "conformehombres y mujeres viven sus relacionesproductivas yexperimentan sus situaciones
determinadas, dentro del conjunto de las
¡elaciones sociales, con su cultura y
expectativas heredadas, y conforme manejan
estas experiencias en formas culturales".3S De
este modo, la idea que trasuntan los escritos
de Thompson es que, absorbiendo o elevando
las condiciones estructurales de la clase al nivel
de la experiencia, es decir, subsumiendo los
determinantes objetivos en experiencias
subjetivas, conciencia y cultura, la clase se
configura en un cqnstante proceso histérico.
Siguiendo este presupuesto sejustifica la
opinión de que la experiencia lograda en forrna
individual y colectiva en base a las formas en
que la gente "percibe" y "maneja" su situación
de clase condiciona los usos de la legitimidad
simbólica para asignar una modélica yhomogénea idea de cultura. Tal
homegeneización se condiciona a partir de la
consideración del público en función de un
estado de unicidad formal, desconociendo
diferencias de género, clase yetnia. Es porelloque este particular estudio alrededor de I a
posición de un grupo burgués de principios de
siglo XX, en una sociedad caracterizada por
su periférica modernidad, pone de relieve la
tensión alrededor del discurso burgués en tomo
de la constitución del público y de la cultura
como vehículo de autolegitimación del grupo
social.39 En tal sentido, una instituciónparadigmática c omo "El C írculo" revela I a
profunda intersección entre lo público y loprivado en el marco de una sociedad con
acentuados perfiles liberales, así como las
relaciones sociales que se organizan no ya a
partir de la familia o de I os negocios, sino
TIERRAFTRME
fundamentalmente desde un espaciotendencialmente considerado universal en el
contexto cultural. El ejercicio del poder desde
lo simbólico y la consffucción de una "culturaúnica" como un mecanismo de apropiación
identitaria del espacio social, fueron las
características sobresalientes de la acción de
"El Círculo", que refrendó su legitimidadtambién desde la conquista y control de
ámbitos públicos organizados y gestionados
desde el ámbito estatal, en este caso el
municipal.
"El Círculo" fue una muestra más de una
estrategia tácitadela burguesía, algo que
podemos llamar el reconocerse para ser
reconocidos.40 Efectivamente, en la mayoría
de los casos, el hecho de que un individuoaccediera a cierto espacio social era
interpretado -por ellosmismos ypor losdemás- como el resultado de los e sfuerzos
conjugados de todo el grupo por constituir su
identidad de clase. En este caso el espacio se
constuia y se legitimaba desde el mismo lugar,
adquiriendo relevancia y sustento a medida que
se Iograban superar las pruebas de
reconocimiento desde dentro (gran ingreso de
socios, amplia convocatoria a funciones yespectáculos) y desde fuera (invitados ilustres
nacionales y extranjeros, visita de autoridades
nacionales y altos funcionarios).
Entonces si tal estrategia existia, ¿quiénasumía el papel. director y/o orgar¡izador?
¿Quién desde dentro era el motor de esta
estrategi4 como una forma política de pensarse
hacia fuera que conduce infze a la obtención
del hálitode serlos únicosposeedores ytransmisores de cultura? Evidentemente el
iniciador individual era Juan Alvarez, pero su
figura se proyectaba y ala vez diluia en ofos
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miembros cercanos al ideario de mecenas de laburguesla c ondensados en la figura de laComisión Directiva. Son éstos últimos -juntoa la construcción de una comunidad particulary diferenciada- los que comenzaron a hacerse
no sólo presentes sino también más precisos
en el futuro inmediato de la agrupación. Deacuerdo con sus estafutos era ésta comisión laque tenía.a su cargo " organizar conciertos,conferencias, exposiciones de arte, publicarlibros y revistas, crear premios de estimulo,aeordar becas y subsidios y organizarcertámenes literarios y artísticos, quedando
facultada al efecto para hacer todos los gastos
que estos festivales demanden... adquirir obras
de arte las que podrán ser donadas a
Instituciones culturales de esta ciudad, asícomo también aceptar donaciones o
legados".4l
Las redes sociales puestas en juego para
sostener el desarrollo de la instituciónincorporaban especialmente a grupos de
amigds, familias y hasta socios comerciales.
Sin embargo, es quizás en la primera de estas
redes en donde mris sólida es la a¡ticulación.
Pero para afirmar esto es necesario dejar de
lado la visión esencialista de la idea de amistad
y pensar en ella como un fenómenopropiamente social, operando cgmo una
relación estructurante, susceptible de una serie
de variaciones.42 De entre estas variaciones el
"elogio'i a la cultura burguesa" aglutinó a un
círculo de varones decididos a impulsardeforma regular y constante su percepción
cultural asignándola a la sociedad rosarina
toda EI crisol de voluntades no sólo aseguraría
la buena salud de la asociación "El Círculo",sino que además se constituiría en una
colección del repertorio de ejemplos en torno
de las variadas formas de representación de laculturaburguesa, que superaba la instanciaindividual del mecenas destacado, queabundaba en la conjunción de una instanciacolectiva de mecenazgo cultural.
NOTAS
Este escrito fonm parte de una investigación personalen el marco del Proyecto de lnvestigación Pluianual deCONICET (N" 0391/98) "Intelectuales rosarinos enÍ€dos siglos. Serafin, Juan y Clemente Álvarez. Identidadlocaly esferapública", dirigidopor la Prof. ElidaSonzogni.
Véase sob¡e el terna de la privacidad, en particular IgnriTerr¿das i Saborit "Sociabititat i privacitat: unaantirómia?", en L'Esp¡i V¡¡cut, Col.loqui Intemacionald'História Local, Diputació de Valéncia, Valenci¿, I 989,
W.279-295.Desde es¡e lugar, acuerdo con una conplejización deesta categoría que sortee, sin nrarginar, la calificaciónde "agente económico" y se base en la contemplaciónno sólo de su posición dentro de la estructura deproducción, sino también en indicadores tales como laprofesión, la renta o el grado de educación. Desde allí,también se constituirá, a partir de sus relaciones degénero, por una diskibución específica en el espaciogeográñco y por un conjunto global de característicasanexas (dadas por supuestas), que pueden fimcionarconnprincipios verdaderos de selección o exclusión sinh¿ber sido nunca dispuestas formalr¡rnte; y adenÉsdesde el rnatiz experiencial de su na¡ualeza. Véase alr€sp€cto, Joan Scott "Hisioria de las Mujeres", en PeterBurke (conp.) Forma¡ de h¡cer Hlstori¡, Alianza,Barcelona, 1992; Mary Nash "Nuevas dirnensiones cnla Hisioria de la Mujer", en Pretencia y Prot¡gonirmo,e3pectos dc Ir Hi¡torla de la Mujer, Serbal, Barcelor¡a,1984; J , G adol " La relación social entre los sexos;implicaciones metodológicas de la historia de lasnnrjercs", en C. Rarns Esca¡dón (conp.) G énero eHirúorlr, lnstituto Mora, Méxíco, 1992; Piere Bou¡dieuL¡ dicdnción. Crlterlos y brses soclales del gusto.Taurus, Madrid, 1988; E.P. Thompson Tradición,revr¡clta y conciencia de clase, Crftica, Barcelona, 1989.
Tal conn afirn¡a Lowe (Donald towe Hlstorl¡ de lapercepción burguess, Fondo de Cultura Económica,Buenos Aires, 1999, pp. ll-12) siguiendo a Merleau-Ponty e¡ Fenomenologíade la Percepción, lapercepción en tanto experiencia humana, como vínculoüal incluye al sujeto corb percepior, el acto de percibiry el contenido de lo percibido. El sujeto preceptor, desdeun¿ ubicación encamada, enfoca al mundo como canpo
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viüdo, horizontal. El acto de percibir rure al sujeto con
lo percibido. Y el contcnido de lo percibido, resultanle
de tal acto, aGcta la inflr¡encia del sujeto en el mrurdo.
Efecüvanpnte el a¡¡tor hace hirrcapié en que la pocepcióncofIlo todo r€flexivo e inúegal es el contexto inranent€y hernrnéutico en el cual localizar todo contenido de
pensamiento, y que se encuentra limitada por tres
factores: los rrdios de comunícación que enrnarcan y
faciiitan el acto de percibir, lajer¿rquia de los sentidos ylas presuposicioncs epistemicas que ordenan el contenido
de lo percibido. los E€s esún relacionados e inlerachian.
En conjrmlo constituyen un canpo de percepción, dentodel cual se vuelve posible el conocimien0o especifico.
Pe¡o este canpo perceptual cambia en el tienpo que
permite estructurar y desestructurar el contenidocambiante de lo conocido.
Piene Bor¡rdieu L¡ dlrdnción...cit. Segiur Nancy Fraser("Reconsiderando la esfera priblica: una conhibución a
la crítica d€ la democracia cxistente", en Revist¡Entrepruado$, N' 7, Buenos Aires t994, pp. 87-11,1),
este proceso de distinción" además, ayuda a explicar la
exace¡bación del sexismo característico de la esferapublica liberal; nwvas normas de género imponiendo lado¡¡rcsticidad fenrenina y una clara separación de lasesferas prlblica y privada funcionaron comosignificadores claves de la diferencia brrguesa de un€sraio rnás alto y de rmo más bajo.
Más allá de losjuegos politicos, el intendente de la ciudad
de Rosario era designado dircctaÍrent€ por el gobemador
de la proüncia. Es asi que un partido de origen regional
conn la Liga del Srr habiendo centrado su canpafla para
l¡s elecciones mmicipales de junio 1909 sobre la base
de la autonomía mrmicipal, y de este llDdo resultando
verrcedor en los comicios locales de toda la provincia,ya ssa en nnnos de sus propios candidatos corno de
candidatos indep€ndientes ce¡canos a la Liga, no puede
colocar conforme a la constitución vigente ¿ uno de sus
miembros en el poder ejecutivo de la ciudad de Rosario,
resultando elegido un repr€sentante consewador corno
Isidro Quiroge.
Una vash historiografia demuesu-a que el priblico burgués
nunca fue el público. Por el contrario,conie[poránea[Fnte con el público burgués surgieron
una multitud de contrapúblicos rivales que incluíanpúblicos nacionalistas, priblicos popularcs, públicos delas mujeresde laélite ypúblícos dela claseobrera,dernsrando que alm en la áusencia de incorporaciénpoliüca fornul por nrdio del sufi'agio, había r¡na variedad
de üas de acceso a la üda pública y ma multiplicidadde arcnas públicas. Véase también Clifford Geertz L¡lnterprctrción de lrr culturas, Gedisa, B¿¡celona,
1987.
Nancy Fraser "Reconsider¿ndo...", cit., pp. 87-l 14.
Tulio Halperin Donghi Ensayor de HlstorlogratÍ4 Ed.El cicb por asalto, Bwnos Aircs, I 996; Femando Devoto
TlERRAFIRME
ll
"Estudio Preliminar", en Femando Devoto Lrhlstoriogrifl¡ argentln¡ en el slglo XX, Tomo 1,
CEAL, Buenos Aires. 1993.
Sand¡a Femández, Adriana Pons y Oscar Videla "Lasburguesias regionales ", en Marta Bonaudo (conp.) Losproyectos liberales, Tonro IV de la colección de Juan
Suriano (ed.) Nueve Hirtorir Argenüna, Sudarrrhana,Buenos Aires, 1999.
Sandra Fernández y Oscar Videla "La evolucióneconómica rosarina durante el desarro lloagroexporiador", en Ricardo Falcón y Miriam Stanley(dir.) Historia de Rorariq Tomo I , Homo S apiens,Rosario, en prensa.
12 Sandra Ferniindez, Adriana Pons, Osca¡ Videla "Lasburguesias region¿les"...cit.
13 Ricardo Salvatore "Ansiedades y prácticas cultr¡¡¿les de
com€rciantes noÍeanrcricanos a mediados del sigloXIX", en Prlsm¡g Reüsa dc historia intelectual, No 2,Univenidad Nacional de Quilnes, I 998, pp. 6l-63.
t4
l5Ric¿rdo Salvatore "Ansied¿des.,.cit., pp. 7l-72.
De hecho, El Círculo sigue existiendo como tal en laactualidad, encargado fundamentalmente de laadminisbación del teato del mismo nombre ( antiguoteatro Ópera),
16 Sobre la vinculación entre lo local y lo regional, sugieroconsultar Sandn Fernández y G abriela Dalla C orte,Lugarer parala llistoria. Espaclo, Historia Reglonale Hictorl¡ Local en los Estudioc Contcmporánem,UNR Editon, Editorial de la Universidad Nacional deRosario, Argentina, 200 l.
17 Recién con la aplioación de esta nueva constitución losciudadanos rosarinos eligen intendente mui'ricipal(Esteban Morcillo) en 1 93 I . Sin embargo esta situacióncanüia en 1935 cuando la intervención nacional de I 935,dej¡ sin efecto Ia constitució4 y es recién en I 973 cuando
finalmente se puede elegir en forma directa elrepresent¡nie del ejecutivo municipal. Ver sobre estetem¿ Marisa Armida y Valeria Príncipe La ConvenciónConstituy€nte Rm¡rlna de 1933: Un debate de ideas
en el m¡rco deuna Constitución apllcada ade¡tiempo, Seminario Regional, Facultad deHunnnidades y Artes, Univenidad Nacional de Ros¿rio,Rosario, 1998; tambien Marisa Armida y Beatriz Filiberti"Partidos P oliticos y Reforma del E stado en R osario( I 93 I - 1933) ¿Acto Fr¡ndacional o Rémras de m PasdoMejor?", en Boletín N'2 dc ls Rcd de Intercátedrarde Hlstori¡ de Amórlca Lrt¡n& Año 2, Rosario,
. Noüenüre de 1998.I I El tema del radicalisrno argentino es lo suficientenrnte
er(tenso corro para det€nemos en €ste brev€ ardculo.De igualmodo labibliografia sobreel temaes tanvoluminosa qw simplenr¡rte reco¡rrf¡da¡erms la lech¡radel texto clásico de David Rorck El redic¡llsmoargentino, 1890-1930, Anmnortq Buenos Aircs, I 977.
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Esjustaménte en las elecciones de noviembre de 1912de la provincia de Santa Fe cn donde se ejenplifica porprircra vez laaplicación dela Ley SaenzPefla. Ennoviembre de l9l2 llega al poder provincial el primerrepresentante radical en el país: Manuel Menchaca. Elnuevo g obemador va a designar c orno intendente deRosa'rio a Daniel Infante, un reciente filo-radical, que
habia estado muy cercano a las filas de la Liga del Sur,Por oba parte la Liga del Sur era nuyoría en el kgislativoMunicipal, lo que hizo que la prensa del momentocalificar¿ casi co¡no una provocación la designación deInfante.
La trayectoria de Juan Álvarez conn juez tiene comoantecedente iffnediato la de su padre Serafin, Juez en elaparato de Justicia de la Provincia de Santa Fe. Sinembargo, Juan reco¡re t¡nto los ámbitos de los Tribu¿lesProvinciales como los Juzgados Federales, llegando a
ser Procurador Geneml de la Nación en la década de1940. Específicanente ver Élida Sonzogni y GabrielaDatla Corte "Los Álvarez. Una familia ilustrada delRosario entre dos siglos", en Élida Sonzogni y GabrielaDalla Corte (conrp.) lntelecluales rosarinos entre dos
riglos. Serafín, Clementiy Juan Ályarez. Identidadlocal y esfera públice, Prohistoria & Manuel SuiirezEd., Rosario, 2000, pp. l7-ó2. Juan Álvarez es uno delas figuras nrás significativas de la historigrafia de corteliberal argentina. Especialmente interesado porcuestiones típicas de la historia económica, Álvarez fueautorde obras clásicas conro Estud¡o sobre las guerrasclviles argentinas (edíciones de 1938 y de 1972), así
como obras históricas más generales como el Ensayosobre l¡ Histori¡ de Sanla Fe (1910), su Historia deRosario (ediciones de 1943 y I 997, 1" reimpresión,Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, l98l), ynumerosos textos más breves. Sobre este perfil deÁlvarez puede consultarse Sandra Femández "JuanÁlvarez y la ciudad que no pudo ser. Ensayo histórico yanálisis conparativo de la historía local y regional desde
el texto Buenos Aires", en Élida Sonzogni y GabrielaDalla Corte (conp.) lntelectuales...cit., pp. 191-218.
Adenás incursionó en la elaboración del CensoMuticípal de Ia ciudad de Ros¿rio de I910, orgonizmdola muesha y escribiendo el informe {inal del misnro, ytambién realizó varios informes sobre la condiciónescolar argentina. Véase al respecto, Zulrm Caballero"El sujeto de la educación en las ideas de Juan Ákarez",en Élida Sonzogni y Gabríela Dalla Corte (comp.)Intelectual€s...cit., pp. t 5 t-teO. Sus percepciones conuviajero son analizadas en Oscar Videla "El viajerocxótico (selección de fi¡entes)", en Sandra Femández(coord.) Roserlo y sus intelectu¡les: Serafir¡ Juan yClemente Álv¡rez ¡ trryé¡ de su¡ escritos. Selecciónde documento¡, en prerxia, Rosario, 2001. GracielaHAYES "Consideraciones de la obr¿ de Serafin Alvarezeri su etapa hispánica", en Élida Sonzogni y GabrielaDalla Coñe (conp,) I ntelectu¡les...cit., pp. 63-78;
Umbién G¿brieta Dalla Corte "EI poder judicial de la .
Argentina en los albores del siglo XX. Derecho yadministración en la doctrina de Serafin Álvarez", enÉlida Sonzogni y Gabriela Dalla Corte (comp.) '
lntelectuales...cit., pp. 79-l I 0; de la misnu autora, .¡Un
espacio judicial p ara el D erecho Natural : d octrinas ysentencias cn el contexto de formación del Estado", gn
Élida Sonzogni y Gabriela Dalla Corte (comp.)Intelectuales...cil, pp. I I I-132; Élida Sonzogni .,Un
intelechnl rosarino entre la teoría de la superviviencirdel mris fuerte y la filosofia humanista", en Élida ,,1
Sonzogni y Gabriela Dalla Corte (comp.) ,Intel€ctu¡les...cit., pp. 235-283.
20 La Ob¡a Cultur¡l del Círculo, Rosario lgl2-1921,T¿lleres Woelflin, Rosario, l92l , p. 5.
2l La Obt, Cultural del Círculo..., cit., p. 6. I22 Eshtutos de El Círculo, EstablecimientosG¡áfico¡
Woelflin, Rosario, 1921.23 L¡ Obra Cultural del Clrculo.... cit., p. 7.
Actas de "El Circulo de Rosario" l912-1920. Existenvarios ejenrplos de estas empresas culturales, sinembargo el caso nuás paradigrnitico quizás sea el doAlfredo Rouillón, propietario del teano "Colón".Los ingresos mayores no provenían de los sectorcs másacormdados de la ciudad, sino en especial de un anpliopúblico de obreros, adesanos y erpleados, en su nnyorilimigrantes, gustosos de p¿gar sus boletos al paraísopara disfrutar fi,mdarn€ntalrente de una vasta gama deóperas ronuinticas y teaÍo de folletín.
2ó "Conplementribase e I plan c on ma total ausencia defor¡nalidades. Al principio, la nueva asociación ib¿ ¿
carecer de estatutos. Como elemento directivo, apenaslo e strictamente indispensable...Al p roponer estagatrevidas imovaciones, c uya eficacia garandzaba pordoquier el S¡. Ortiz de Guinea, verd¿dera al¡m de lapropaganda desde el primr nnmento, la comisión pidióse designara al nuevo centro con el nombre de 'Circ¡¡lode la B iblioteca'. Todo fue aceptado. Los adherentes lsufragaron porconeo, sus boletines de voto fuemnrecogidos en la Secretaria de la Intendencia Mruricipal yalll se consignó el resultado del escrutinio en undocumento quc equivale a la suprimida Acta dcFtmd¿ción", en La Obr¡Cultural.del Círculo.... cit.,pp. I t-12.
Tal corm aparece en las actas, "En el Rosario de Sant¡Fe a los veinticinco día del nres de setierúre de rulnovecientos doce, en el despacho de la secretaria de l¡Intendencia, se procedió por el suscripto a abrir un sob¡cconteniendo los votos presentados para c onsütuir I tComisión del'Círculo de la Biblioteca Argentina' yefectrudo el escnrtinio por ante el señor Intendente dioel siguiente rcsultado: Para presidenúe: Juan Álvarez, 22votos, Rubén Vila Ortiz, 7 votos, Camilo Muniagunia,I voto, Emilio Ortiz Grognet, I voto. Para secretario-
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lesorero: Luis Ortiz de Guinea, 20 votos, Ruben VilaOrtiz, 5 votos, Camilo Muniagurria, 4 votos y Juan
Alvarcz,2 votos. Para primer vocal: Camilo Muniagunia,l7 votos, Rubén Vila Ortiz, 7 votos, NícolásAmuchastegui, 3 votos, Juan Siburu, l voto, Isidro
Quiroga, I voto, Emilio Ortiz Grognet, I voto, José
Piattini López, I voto. Para scgundo vocal, Dr. CamilioMuniagurria, ocho votos. Para constancia firmo elpresente. Nicolás Pinto (h), Prosecreta¡io de laintendencia".
Estrtuto$ de El Clrculo, Establecimientos GráficosWoelflin, Rosario, 1921, Art. ó.
Sugiero consultar, en particularNorbert Elfas L¡ sociedad
de los indlvlduos, Península, Barcelona, 2000 (1" ed.
1987) y, también del autor, Logiques de I'exclusion.Avant-propos de Michel Weviorka, Fayard, Paris, 1997
(l"edición l9ó5).
Est¡tutos de El Círculo, Establecímientos GráficosWoelflin. Rosario, l92l, Art. 8.
Primera Comisión Directiva Circulo de la Biblioteca(1912- l9l4): Juan Álvarez (presidente), Luis Ortiz de
Guinea (secretario-tesorero), Rubén vila Oniz y CamiloMuniagunia (vocales). Cabe agregar que la comisiónquedó transformada por la renuncia de Álvarez y del
Muniagurria (abril de l9l3) entrando a actuar comopresidente Vila Ortiz, Segunda Comisión Directiva( l9l 3- I 9 l4): Luis Ortiz de Guinea (presidente), Carlos
Díaz Guena (secretario-tesorcro), Raúl Lagos y Ricardo
Foster (vocales titulares), Guillermo de la Riestr¡ yToribio Sánchez (vocales suplentes). Tercera ComisiónDirectiva (1914-1915), Rubén Vila Ortiz (presidente),
Carlos Díaz Guena (secretario-tesorero), Raúl lagos
(vocal titular), Toribio Sánchez y José Piattini López'(vocales
suplentes). CuaÍa Comisión Directiva ( l9l6-l9l?): Luis Vila Ortiz (presidente), Carlos Díaz Guerra(secretario-tesorero), Alwin Schneider y Jose PiattiniL,ópez (vocales titulares), Manuel Sugasti y Bartolomé
Daneri (vocales suplentes). Quinta Comisión Directiva(1918- l9l9): Luis Ortiz de Guinea (presidente), MarioCasas (secretario-tesorem), Francisco Conea y Dermidio
Gómez (vocales titulares), Arturo Covemton y Angel
Ortiz Grognet (vocales suplentes), [Actas..., t 9l 2./l 920).
De acuerdo a las Actas correspondientes a la Reunión
69, "4 de rnayo d€ 1917, obra del escultor HerminioBlotta ofrecido po¡ El Círculo a la ciudad de Rosario.
Hablaron en ese acio: el presidente de El Circulo, Rubén
Vila Ortiz, el intendente municipal Dr. Federico Remonda
Mingrand y el presidente de la sociedad artísticaDiapasón de Buenos Aires, Dr. Enrique Prins". Reunión
7,'ilunes 5 de mayo de 1913, Teatro de la Ópera,
Conmemoración del primer centenario del nacimientode Ricardo Wagner. Concie¡1o Sinfónico a cargo de la
Sociedad Orquestal Bonaerense bajo la dirección del
mesfo Fem:ccio Cattelani". Reunión 79, "2 I de octubre
de I 9 I 7, Teatro Colón, Primer Concieño Rubinstein" y
T¡ERRAFIRME
"Reunión 80, 22 de octubr€ de 1917, Teatro Colón,Segundo Concierto Rubinstein".
De acuerdo a las Actas correspondientes a la Reunión23, "14 de julio de I914, Savoy Hotel, Poesías deRicardo Rojas leidas por su autor" y Reunión 24,'lniércoles 15 dejulio de 1914, Teatro Olimpo,'Labandera' conferencia a cargo del Sr. Ricardo Rojas,presentado por el Sr. Ortiz Grognet". Reunión 32, "l 8
de abril de l9l 5, Salón Blanco, Biblioteca Argentina,'La vida épica. Estudio general sobre poesía épica.Importancia social de la poesía €n todas las épocas',conferencia de Leopoldo Lugones"; y Reunión 49, '23de abril de l9ló, Salón Blanco, Biblioteca Argentina,'Significado histórico del quijotismo', confercncia deLeopoldo Lugones, en conmemoración d€l tercercentenario de la muerte de Miguel de Cervantes";Reunión 65, "31 de diciembre de 1916, Salón Blanco,Biblioteca Argentina, 'El tipo conyugal de la mujer en
Homero', conferencia de Leopoldo Lugones con lecturade traducciones del verso griego, hechas por el
conferenciante". Reunión 63, '? de diciembre de l9l 6,Salón Blanco, Biblioteca Argentina,'Cultura Filosófi ca',Conferencia del catedrático español Don José Ortcga yGasset". Reunión 26, "14 de setiembre de 1914, SavoyHotel, "La muJer en la antigua literatur¡ n¡rr¡tivaesprñola, conferencia a cargo del filólogo español Dr.Ramón Menéndez Pidal". Reunión 50, "28 de mayo del9ló, Salón Blanco, Biblioteca Arg€ntina, Poesias de
Manuel Ugarte, leídas y comentadas por su autor".Reunión 79,2 [ de octubre de I 9l T,Teatro Colón,'Tiposargentinos "El pastor de la Pampa" Estudio Histórico-sociológico', Conferencia a cargo del Dr. Ca¡losIbarguren, ex Ministro deJusticia e Instrucción Pública
de la Nación, catedrático de las Facultades de Derechoy Filosofia y Letras de Buenos Aires". Reunión 67, "l 5de abril de l9l 7, Salón Blanco, Biblioteca Argentina,'Evolución y significado del Arte Argentino',Conferencia a cargo de José León Pagano Profesor de
Historia y Estética en la Academia Nacional de Bellas
Artes y míembro horonario de la Real Academia de
Florencia".
De acuerdo a las Actas correspondientes a la Reunión
I 5, "28 de septiembre de I 9 I 3, Salón Blanco, Biblioteca
fugantina,'Lapreservación de la Infancia. El niñocentrode toda acóión preventiva. Su formación, su crecimicnto,su educación. La madre, la sociedad el Estado en los
diversos periodos de la vida del niño. La preservación
moral', Conferencia a cargo del Sr, Académico de laFacultad de Medicina de Buenos Aires, Dr. GregorioAr¿oz Alfaro". Reunión 8, " I 8 de mayo de I 9 I 3, SalónBlanco, Biblioteca Argentina, '¿Mono o mona? ¿Hombrto mujer?', Conferencia a cargo del Dr. Clemente Onelli,directordel Ja¡dín Zoológico de Buenos Aires". Reunión
82, "1 4 de noviembre de I 9 I 7, Salón Blanco, BibliotecaArgentina, 'El Gral. Urquiza después de Caseros. ElAcue¡do de San Nicolás y Ia segregación de Buenos
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des e ntrcprises fam;liales - d'cü I 'alli
Aires', Conferencia a cargo del Dr. Ramón Cárcano,presentado por el Dr Juan Álvarez". Reunión 72, "l Ide julio de 1917, Salón Blanco, Biblioteca fugentina,Conferencia del Sr. Manuel Gil sobre cuestiones extra-terestres relacionadas con la üda en el universo".
35 Participaron: "Ing Augsto Flon<trois, L)r Nicanor DeElia, Dr. Tomas A¡si, Dr N. R. Annrchástegui, Sn AgutíuMwL S¡. Guillemro De La Riestr¿, St Luis Ortiz DeCuinéa, Dr. Luis Vil¿, Dr. Manuel Otero Aceledo, Dr.Pornpeyo Layus, Sr. Domingo Benvenuto, Sr. CesarLayus, Dr Femrín l*jar¿a, Sn Roser¡rlo Olivé, Sr MagirAnglada, Sr Emilio Ortiz, Sr. Enúlio Ortiz Grogrct, SrToribio Sánchez, Dr. C.Sarghel, Sr. Juau B. Castagnino,Dr. Rubén Vila Ortiz, Sr Luis Oionrbo, Sr. ConrelioCasablanca, Sr. Alejandro Hertz, Dr. CamiloMuniagurria, Sr. J. Vila y Prades".
36 La comisión mmicipalde Bellas Artes estaba confonrnda,entre otros, por Juan B. Castagnino, Emilio OrtizGrognet, Fennín Lejarza y Nicolás Amuchástegui. Lanruestra in¿ugural se efectúa en base ¿ obras cedidaspor el Museo Nacional de Rellas A¡tes, pero desde ese
nronrento su colección cornieua a engrosane en base a
donaciones de cuadros y esculturas, fundament¿lmenterealizadas porlos sectoresburgueses de la ciudad.Finalnlente el 7 de diciembre de !937 fue inaugurado elnuevo eüficio del museo donado a la ciudad por la nradrr
-Rosa Tisconria de Castagrine de uro de los núcnürcsde esa conrisión de afe de Ei Círculo Juan B. Castrgrinc,en su nrennria conrc precursor de los colccciouistas de
arte locales.3? Joaquín y SerafÍr Álvarez-Quintero fucron dranut'ugos
españoles, especificanlente andalrc€s, quicnes escribieron
nrás de doscientas obras en fonna conjunta, abcediendo,
por su trayectoria, en I 928 a la Real Academia Española.
Tlerr¡ Flrme, Cmco - Venezuel¿
No ?8. Año 20 - Vol. XX, pp.229-241,2002
The p ublic ¡rena of private ¡ mbitions.Social relationships and associationism inthe d issemination of the middlc-classculture: Juan Alvarez and El Cfrculo deRosario (1912-1920>
Sandra Fernández
Abstract:Middle-class structures have becn analyzed interms of a social nctwork, based on thc roleplayed by the "firms" or family businesses (thatis why there is a strong link betwcen the
E. P Thompson Tradición, revuelta y conciencia tleclase, Crítica, B¿rcelona, 1989.
Sobre la modemidad, sugiero consuh¡r Néstor GarcíaCanclini Culturas híbrid¡s. Estrategias para entr¿ry salir de la modernidad, Grijalbo, lvléxico, 1990.
Creo que es muy significativo el estado tle la cuestióndesarrollado por Zúñiga (Jean-Paul Zúiriga "Clan,parentela, faurilia, individuo: ¿Qué nÉtodos y quó nirelesde anáüsis?", en Anuario del lEllS, N' I 5, UniveniiladNacional del Centro de la Proviucia dc lluenos Aiies,Tandil, 2000, pp. 5l-60) alrededo¡ de la calego¡ilestrategia, dondejustan)enle el cutor llama la atenci¿nl a
la carga de sig:rificaciórr puesta cn h clave fa;niiia¡ ydonde expresarnente luce rcfe¡encia a la n¿turulcz¡compleja del térnino que eu realidad cubre una gran
cantidad de prácticas y comportanúentos heteróclitos ycontradictorios. Véasc tanüién Matt Karush "Work€n,Citizens and the Argentiuc Nation: Party Politics and
the Working Class iu Rosario, l912-1913" cn Journal i
of Lafin Am€r¡can Studies, vol. 31. N" 3, 1999, pp.
589-6 I 6,
4l Est¡tutos do EI Círculo, Est¿blecimientcs G ráficosWoelflin, Rosario, 1921, Art. 10, incisos c y g.
"El Círculo de Rosario", Nórninr dc Sccios, I 9 I 2-l 920;véase tambiélr B¡uuo K¡¡senti "¿,Iia.c la arnistaddonación de si?", e n Sophie Jankéiéviich y B crtrandOgilvie ( dir) L¡ amistrrl. En su almonía, en su!disonancias, C oleccióu ldea Universitaria-Irilosrrfia,Idea Book, Barcelona, 2C00; Franccis \Volff "El anrigo
paradójico", er Soplric Jaukélévitrli y Iicrtran,J Ogrh,ie(dir.) La anristarl. En su an¡ro¡,ia, en sus tlisonanc'ias,
Colección ldea Uuivcrsitari¡-Fiiosolia, Idea Book,Barcelona, 2000; Félix Rcqrrcna Saritos Amigos y rerlersociales. Elementos para una sociología de la amistad,CIS-Siglo XXl, Ivfadrid, 1994.
Les arénes publiques des ambitions privées,Relations socialcs et associationn¡sme datrtla diffusion de la cultgrc bourgeoise: JuanAlvarez et El C{rcul6 de Rosario (1912 .1920)
Sandra Fernández
Résumé:Les structures bourgeoises ont été analysÉct
sur la base d u c onccpt de réscau social q
I'accent a été mis sur le róie des "sociétés'f,
iness firms and the family businesses, the
tie between capitals and kinships, as
I as the evolution of heritage in time. Less
attention has been granted to the study of the
symbolic universe that paved the way for thisprocess, establishing networks deeply relatedto those phenomena, but having no impact on
the constitution of a cultural or ideologicalsocial scenario, This article deals with thispolitical and cultural scheme to analyze the
dissemination of the middle-class culturethrough the punctual study ofthe publicmanagement of a "well-known" personality ofthe Argentinean local life.
Key words:Public policies, social networks, micro-economics, family, history of Argentina.
businestrongwell a!
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TIERRAFIRME
entre la maison conmerciale et la maisonfamiliale-, sur I'union étroite entre les capitauxet les noyaux de parenté, et sur l'évolution dupahimoine au fil du temps. L'étude des universsymboliques liés ¿ ce processus a suscité moinsd'intérét. Ces univers ont permis de créer des
réseaux qui ont eu une influence importantesur Ia formation d'un panorama social á
caractére culturel et idéologique. L'essai portesur ce schéma politique et culturel et présente
une analyse de la culture bourgeoise fondéesur l'étude ponctuelle de la gestion publiqued'un "notable" de la vie locale argentine.
Mots-clé:Politiques publiques, réseaux sociaux, micro-économie, famille, histoire de I'Argentine.
Gabrie
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TIERRAFIRME
Tlcn¡ Flmc. Cmca - VmcdclaN' 78. Año 20 - Vol. XX,W.249-269,2002
Las relaciones Cataluña-Argentina.toSangre nueva" o crónica de lalegitimidad anunciada
G¡nnlnu D,c,I u ConrElUNrvrnsmeo ps BARceLoNe - Espnñn
RESUMEN: En esteartículo, se analizaelperfil ideolégicodeunrepresentanteclavedelaburguesíacatalana, Frederic Rahola, para encontrar las claves explicativas de la recuperación del diálogomercantil intem¡mpido durante décadas apartir delproceso de Independencias enAméricaLatina.Los viajes mercantiles de principios del siglo XX, se contrastan con las ediciones de la RevistaComercial lberoamericana Mercurio, experiencia en la que confluyeron diversos interesesrelacionadoscon ladimensiónculturaldeladefiniciónde loslazosintemacionales. Seresaltael conteitoéfi¡icobicultural-biriacional involucrado, especialmentelosvascos-argentinosycatalanes-argentinos,al igual que el contexto étnico-regional en España, el papel de Cataluña y elPaís Vasco.
PALABR/AS CLTAVE: Comercio Internacional, Argentin4 España, Cataluñ4 País Vasco, relacionesinter-étnicas, comunidades biculturales-binacionales, EstadosUnidos, Panamericanismo, Francia,Latinoamericanismo, Iberoamérica, siglos XIX y XX.
Libros Raros; Biblioteca NacionalTomado del Libro "Historia de Venezuela en Imágenes". - I.'undación polar y El Nacionnl
En las guerras que parecen de
conquista se es'conde el afan de abrir nuevos
mercados, siendo la lucha por el predominiomercantil una lucha continuada que se revela
claramente en esas Exposiciones (Jniversales
donde acceden periódicamente los
conbatientes a hacer alarde de sufuerzayde su poderío, Nueslros propósitos, en
Revista Comercial lberoamericana
Mercurio,
Barcelona,Año l, No l, 1901.
I siglo XIX se cerróamargamente para España,
luego de décadas deinintenumpidas p érdidas
territoriales y fruto de unproceso d e desmembra-
miento centrífugo que llegó a su cenit con laGuerra de Cuba. Había llegado el momento
de recuperar los mercados americanos pero sinlas armas, y la mejor manera que encontraron
algunos politicos e in!electuales peninsulares
fue, como era de esperar, I a reactivaciónmercantil. Uno de esos intelectuales fue elcatalán Frederic Rahola i Trémols, cuyo rasgo
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más importante fue su insistencia en lapromoción de la actividad privada más que laparticipación en el sector de poder. Rahola es
recordado aún por su multifacética actividad:fue abogado, economiita, político, escritor2.Frente a la ruptura disciplinar actual, su obrapuede considerarse un ejemplo clave de fusiónde saberes con un hilo común: la reorientaciónde la vida mercantil para hacer frente a la crisismilitar y política decimonónica. Losmovimientos migratorios y el comercio fuerondos aspectos esenciales de su obra científicaya que le interesaba el cultivo de las ciencias
económicas a la par del Derecho y la poesía.
Rahola formuló una especie de genealogía
ideológica de la que se sentía deudor: en sus'primeros afros de formación convivió con el
romanticismo como fórmula literaria suprema,
con el racionalismo filosófico, con elliberalismo político sin límites, así como con
el "cosmopolitismo sin entrañas". Este modelodejó paso al realismo que ponderaba un
"sistema filosófico esclavo del hecho" y unapolítica de intereses materiales. "Hoy",escribió, "palpitan en el arte vagos ensueños
de idealidad, y muestra la política afanes de
mejoramiento social". Tentado por estacompleja y diéonante cronología ideológica,
Rahola se sintió e n realidad atraído por e Irealismo y por las promesas de la Escuela
Histórica, la cual pretendía recuperar yrestaurar el sentido de la realidad en las ciencias
sociales. "En la ciencia del Derecho, lo mismoque en Economía Política", escribió, "no se
puede prescindir de los h echos ni de las
condiciones tangibles"3.
Las deudas de Rahola con Hinojosa y con
Von Savigny se clarifican a fravés de su labor
historiográfica y política. Las ideas de la
Escue la Histórica alemana, esta última iniciaditpor List y desarrollada por Roscher, fueron
aplicadas por su posibilidad de dar cuenta dcl
propósito de conservar Ia organización típicir
de cada región, y las condiciones privativas
más adecuadas para el desarrollo de li¡producción y el mantenimiento de l¿t
independencia. Como'ver.eulos a 1o largo dc
este artículo, Rahola luchó con la pluma cn
tres frentes: el primero, representado por
Madrid y su política centralista; el segundo,
condensado en América Latina y sus
posibilidades de convertirse.nuevamente en
una zona dependiente en términos mercantiles
de España; el tercero, los conflictos sociales
de la segunda mitad del siglo XIX quc
amenazaban con destruir toda posibilidad de
cálculo de ganancia. Nada está seguro sobre
su asiento, se quejaba amargamente, "porquese ha exacerbado la lucha social que no cesará
nunca por la desigualdad", y que una de las
alternativas era "hundir la teoría radical del
lib¡ecambio". De las tres corrientes en las que
encontraba ciertos indicios de pertenencia,
Rahola extrajo una importante conclusión: que
el crecimiento de la riqueza de los pueblos
corre parejo al aumento del malestar social, yque este malestar es fruto del reparto desigual
de esa misma riqueza, Por ello, toda política,
toda manifestación humana debía fundarse en
la ciencia moral que ponga frenos firmes a la
libertad sin cortapisa, así como a la
competencia sin trabas. Lo útil suele estar en
pugna con lo honesto, lo bello, lo verdadero y
lo justo, escribió, para afirmar que la moral
debe limitar la acción económica impuesta
contra nacionesdébiles yen ruina. Estaba
convencido de que una política de este tipo no
iría en contra de la riqueza, sino que estimularía
ln,,t '1¡
la;'elevación" de los pueblos, su bienestar fisico
y moral, y la propia organización del Estado4'
La intervención del Estado que propuso
Rahola en todos sus escritos se comulgaba con
el ideal de favorecer alas naciones mas débiles'
Frente al principio. de la selección de los
mejores o 1os más fuertes, el autor proPuso el
intervencionismo para atemperar los efectbs
de la lucha desigual. Llama la atención esta
postura en un autor
inmerso claramente en el
ideal positivista de laépoca y en un Proyectopolítico y mercantilfundado en la iniciativaprivada, en especial si
tenemos en cuenta que la
reorientación mercantil
vino de la mano del
liberalismo y de laconstrucción de un
innovador "equilibrio"económico en tomo a la
consolidación de un nuevo
vínculo, Político Y
De las tres corrientes en las
que se encontraba ciertos
indicios de PertenenciaRahol a exfr aj o una importante
conclusión: que el
crecimiento de la riqueza de
los pueblos corre Parejo al
aumento del malestar social;
y que este malestar es fruto
delreparto desigual de esa
mismariqueza.
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para garantizar el predominio mercantil español
en América Latina, al tiempo que renegaba de
esa desigualdad para legitimar el fértil lazo
mercantil y cultural que se inauguró a fines del
siglo XIX y principios de 1a centuria siguiente'
En esa comPlejidad, no exenta de
contradicciones, intenta insertarse este trabajo,
que busca en los pliegues ideológicos de un
representante clave de la burguesía catalana las
claves explicativas de la
recuperación de un
diáiogo intenum-Pído
durante décadas a Partirdel proceso de
Independencias, San'
gre Nueva es el título
que he elegido Paro-diando la obra más
representativa escrita
porRaholacomo coro-
lario etnográhco de Sus
viajes efectuados a
Argentinaen 1903.
cultural, que reemplazó al, imperial entre
España y sus cotonias americanas, ahora
convertidas en naciones soberanas. Como
sabemos, el concepto clave de los hombres del
siglo XVIII fue el del equilibrio, "mecanismo
principal con el que la libertad económica y
política quedaba garantizada y la ausencia de
tiranía asegurada en las naciones soberanas del
mundo entero"5. Con la idea del equilibrio se
pretendía convencer de que es posible imponer
proyectos propios sobre otros en igualdad de
condiciones. Sigamos las ideas de Rahola para
percibir hasta qué punto este autor partía de
condiciones nacionales y estatales disímiles
AMÉRICA ANTE LOS
OJOS DE LAREGIÓN CATALANA
Enftentado al "absolutismo" del Estado
españoldel sigloXX quele recordaba en
mucho al de siglos anteriores, Rahola propuso
ver que había sido Castilla la que se había
beneficiado del monopolio de la explotación
americana, y que C ádiz y Sevilla habian
aprovechado los privilegios exclusivos
mercantiles. Los catalanes, en cambio, a pe sar
del renacimiento de su industria y del
desarrollo de sus organismos comerciales, no
se beneficiaron de América como los naturales
de otras regiones españolas La verdadera y
legítima dimensión geográfica debía ser, en
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este marco, la regional. En su colección depoesías Gotas de tinta, editada en l gg5 comoun presagio de las siguientes décadas y comoreflexión por el siglo de guenas reaccionariascontra las i ndependencias de I as antiguascolonias americanas, Rahola incluyó un poematitulado "España" en el que hizo referencia ala causa real de la decadencia del antiguoimperio español: su enorrne extensión y surechazoa aceptarla diversidad entre suspropios contomos políticos:
El Imperio español, tan poderoso
fue en otros tiempos de conslantes guetas,que el sol esplendorosono se ponía nunca en nuntras tierras.Tanla miseria que á la menle espantaPensando en esos tiempos no me asombra,¡cuán presto se mustiora cualquier plantacon el sol eterno sinjamás ver sombra6.
Rahola eligió la segunda mitad del sigloXVIII para estudiar la relación comercialdirecta entre Cataluña y América sin lamediación de Ciidiz que, hasta entonces, habíamantenido la hegemonía mercantil, y encontróque esta transformación se había producido porla reorganización corporativa de mediados delsiglo XVI[, es decir, por la tarea emprendidapor la Compañía Catalana de Comercio,fundada en I 755, y por la legislación que liberóel tráfico con América un año después. Coneste punto de partida, con esta legitimación,colocó el acento en el funcionamiento de laReal Compañla de Comercio de Barcelona,para afirmar, con plgna ceÍteza....a partir de lanavegación de los buques catalanes aAmérica,comienza e I renacimiento de Cataluña". S iseguimos atentamente este párrafo, es posibleconcluir que, desde su perspectiva, la riquezase medía por la producción y, en especial, porla posibilidad de "dar valor a las cosas"mediante la actividad mercantil?.
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Estas ideas explican su simpatía hacia lascorporaciones de tipo antiguo y elasociacionismo. Uno de los gremios másapreciados por Rahola era la comunidad dcpescadores en el Cabo de Creus, en el áreaampurdanesa. A ellos dedicó una memoriapresentada a la RABL a principios del sigloXXn en la que los presentótomg una primitivaorganización que subsistía a pesar de la"inffomisión" del Estado y en base a un pasado
"inmemorial" que se debía garantizar por elbeneficio que representaban en término dc"ayuda mutua" entre Ios asociados. .,Esas
comunidades de pescadores", escribió,..fueronpogo á poco relajándose á medida que el Estadoiba inmiscuyéndose en la vida corporativa".Llegó a una conclusión similar en el caso dclos sorteos de calas entre los pescadores deCadaqués, en GironaS.
Desde su concepción, frente alindividualismo que suponía el proyecto liberaldebía levantarse la solida¡idad de los sindicatosobreros, de las asociaciones mercantiles, de lasconcentraciones industriales y económicas, dclas agrupaciones de distinto tipo. Ese ideal delinterés colectivo incluía, entre otras cosas, laposibilidad de la expropiación de los bienesinmuebles pot raz,ón de defensa del país, dcsalud pública, o de mejora comunitaria. pero
lo más i nteresante es la vuelta que hace a
Nietzsche para criticar el endiosamiento dclindividuo como medida del progreso y síntontadel impulso social. Su tradicionalismo apareccal presentar la aciión ¿el catolicismo como unlrsalidapertinente para resolver satisfactoriarnentcla "cuestión social", aunque sin llegar alextremo de su antiguo profesor Duriin y Bas.
Estaconjunción entreel pasadoy clpresente como forma de lucha contra el podcr
de Madrid fue latácticaque aprovechó Rahola
como líder de los grupos productores ymercantiles catalanes a fines de siglo XIX. Através de lareivindicación del pasado, laburguesía catalana pudo apoyar las gestiones
que enla capital del paísdesarrollaba el
senador regionalista Manuel Du-ran i Bas. Para
reforuar la posición de Durlu: i Bas en Madrid,Rahola,junto con otros catalanes adeptos aeste
movimiento, editó y prologó uno de sus
manuscritos, los Estudios morales, socialesy económicosquese inician con una carta
colectiva escrita por un heterogéneo grupo:
cientos de productores, miembros de laDirección de compañía 'La Maquinista Teneshe
y Marítima', la asociación Fomento del Tiabajo
Nacional, la España Industrial, la Compañía
Transatl¡intica, comerciantes de las localidades
de Sabadell, Manresa, Tarrassa, los sucesores
de Juan Batlló, además del propio Rahola.
Es en sus reflexiones en torno a laconstjtución de los trusts del capital y de los
sindicatos o breros donde R ahola aplica su
teoría que sencillamente puede ser valorada
como conservadora por el caráctercorporativista asumido. Los dos polos de
disputa del poder de la sociedad moderna,
escribe, son los que originan los mayores ymás graves problemas jurídicos a los que el
Derecho histórico no puede dar respuesta. La
indust¡ialización, el individualismo y el
régimen de libre concurrencia sostenido por
el Estado son incompatibles con lapervivencia
de los gremios de carácter social, cuerpo vivo,palpitante, que encierra sentimientosinmateriales, que está ligado a la localidad, a
la tiena, y que llena funciones colectivas.
Aún más: la marca gremial se asentaba en
el " arbitraje" que se rvía para r esolver los
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conflictos al interior de la asociación y sin apelar
a terceros extemos, como podía ser el propio
Estadog, y mientras la corporación aseguraba
la fusión de mano de obra y capital en una
gradación ordenada que mantenía en el aprendiz
la esperanza de llegar a ser oficial y maesffo; el
sistema capitalista, fundado en la libertad de
elección, sólo guantuabaaltabajador el llegar a
ser un obrero desamparado, sin lazos afectivos,
sin d efensas colectivas. " Los que a ntes se
enlazaban en el gremio, se vieron lanzados á
una concunencia cruel de mano de obra, luchaque la c orporación antes atenuaba con su s
ordenanzas reguladoras del trabajo y de los
precios"lo.
La d esaparición de I as corporaciones
medievales de la mano de la consolidación del
sistema capitolista, así como el ataque dirigido
contra los fueros locales y regionales por parte
del Estado centralizador, fueron dos focos de
interés de Rahola, que siempre tendió a
proteger a cofrades y cofradías locales.Después de la abolición del gremiocorporativo, apuntó, se prohibió la libertad de
asociación profesional con los compañeros de
oficio, lo que significó libertad individual sin
libertad social. Esta represión fue contestada
en Francia con la creación de sociedades
obreras secretas, que Rahola presentó como
herederas de los gremios: "la famosarevolución del '48", escribió, "hizo salir á lacalle, como banderas gloriosas de combate, los
viejos estandartes de las antiguascorporaciones gremiales". A diferencia deFrancia, en España las Cortes de C6dizaceptaron la libertad de asociación a pesar de
la abolición de los gremios en I 8l 3 y su retomo
sin fuero privilegiado en I 834. La región de
Cataluña se benefició de esta libertad de
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agremiación, mientras las ¡egiones y localidades
francesas perdían un poder inversamenteproporcional al que ganaba su Estadocentralizado. En las ventajas de lascorporaciones locales con intervención delMunicipio por sobre el Estado uniforme fundó
este autor su visión tradicionalista que
simpliñcó una crítica al orden abstracto, teórico
y general. La crítica que dirigió Rahola a la
sociedad moderna no fue, en realidad,resultado desu deseode volver a etapas
históricas superadas. Se¡ía i luso, e scribió,"pensar en la iestauración del antiguo gremio",
ya que sus estrechos moldes no podían
contener el ancho campo de la producción
moderna. Pero sí que percibió que esos
cambios implicaban el fin de los resortes
morales y de los factores colectivos.Precisamente en ese vacío, en esa lagunadejada
por las c orporaciones, entraban a jugar u n
importante papel e I trust d el capital y el
sindicato obrero como simples reemplazos
asociativos. Ambos, puntualizó Rahola,
"huyendo de la concurrencia sín freno, han
buscado en la coalición la manera de suprimirla
ó atenuarla", llenando las funciones del gremio
y del colegio, pero distinguiéndose de estos
últimos por su carácter internacionalista y por
la aceptación de los pactos con extraños, de
nacionalidades múltiples, superando así la idea
de patriall.
Apesar de sus analogías como organismos
de tipo corporativo y de coalición del capital y
del trabajo, ¿qué diferenciaba al trust delsindicato según Rahola?. Comencemos por el
primero. El autor aceptó la distinción de Carl
Marx entre la "acumulación" y la
"concentración" de capital -esta últimarepresentada por la fusión de varios núcleos de
capital y aquélla resultado del trabajoincorporado al producto para beneficioexclusivo del capitalista-, reconoció lagrandiosidad de la teoría marxista en tomo a
la plusvalía, pero afirmó que "Marx no llegó a
vislumbrar siquiera las gigantescasproporciones que 'iba á alcanzar la
concentración del capital" al declinar el siglo
XIX con la coalición industrial y comercial, la
erección de monopolios de hecho a havés de
la sociedad anónima, el acaparamiento que
supone la Bolsa, la especulación bursátil, y el
dumping que implica vender en condiciones
ruinosas para penetrar en mercados débiles.
Tomando como ejemplo la influencia de las
grandes compañías en laguerra hispano-cubana y anglo-boerde su época, Rahola
escribió que el trust no escatima esfuerzos en
ocasionar incluso conflictos bélicos y en acabar
con la concunencia individual. Como vemos,
no rechazó al capitalismo, sino que, siguiendo
las ideas expuestas por Federico Schaeffle en
El sistema soci¡l de la Economía Humana,afirmó que era un sistema tan progresista como
el Estado jurídico. Con ese bagaje definió los
marcos para el segundo ensayo asociativo: el
sindicato de trabajadores, con la misma
legitimidad de la agremiación medieval, pero
con la condición de perder el carácter agresivo
con el que fue valorada la llamada "cuestión
social" de finales del siglo XIX y principiosdel siguiente. La propuesta d e establecer la
representación corporativa y sindical de los
obreros en los Municipios con representación
directa libre de partidos políticos encuentra
explicación en este proyecto de disminuir la
presión social. Los sindicatos o breros s on
necesarios para i mpulsar el respeto de I os
derechos, las reformas sociales, los horarios de
contrato colectivo, la mutualidad, la
cooperación, y el arbitraje' Como vemos' se
trata de las mismas reivindicaciones de una
corporación medieval' en particular las "Tiade-
unions" que son las que más se asemejan a la
antigua corporación gremial, es decir, acuerdos
con agrupaciones ,patronales q ue imponen
condiciones para formar parte de ellas' Sus
ideas vuelven a repetirse por los conflictos
entre patronos y trabajadores agremiados de
los puertos de Barcelona. Rahola propone el
arbitraje ejercido por arbitros obligatorios para
laresoiución delos conflictos al estilo aplicado
por el Tribunal del Consulado que "conocia
de las cuestiones entre los banqueros ó
descargadores del puerto de Barcelona y los
patronos, y estas cuestiones las resolvian sin
pleitos ni escritos, oidas las partes de palabra'
s.gún .u buenjuicio y discreción"I2' Otra de
las condiciones impuestas a los sindicatos era
la pérdida de la internacionalidad y la
No p odemos concebir n osotros una p alria
pri¡esionat, aleiada por completo del suelo en' quá se vive, sinfronleros re¿les, ese federalísmo
iconómíco abstacto que no tiene raíces en la
tierra ni siente el inJluio tlel me¿lio ambíente;
en suma, no se nos alcanza ese síndicalismo
flolante cuya solidaritlad es por completo'inrliferente
á lo de los hombres que Ie rodean y
qui con élconstíuyenuna comunidad regional'
ion tntereses, con necesfulatles, con alegrías y
. con sulrimientos comunest3
"SANGRE NUEVA,: ARGENÍINA EN LAS
GONFERENCIAS MERCANTILES
En 1903 Federico Rahola encabezó una
reivindicación de los vinculos localistas'
catalanes:
delegación esPañola a Buenos Aires que se
convertiria en la empresa mercantil más
importante llevada adelante por Cataluña: un
TIERRAFIRT\4E
viaje que teníapor objetivo aumentar las
relaciones sociales y comerciales ente el norte
de España y Argentina, y que fue catalogado
de "embajada comercial". Sobre él se asentaría
gran parte de la renovación del diálogo y de la
emigración catalana a América ya que' tal como
explicó su organizador, "hizo volver los ojos
a un mercado que ha venido a compensaf en
parte la perdida de las Antillas"l4' Rahola llegó
a Argentina acompañado en un viaje de
propaganda mercantil. Le acompañaban José
Zulueta y dos representantes, uno de la
Asociación catalana Arte Mayor de la Seda y
otro de la industria y talleres de Bilbao para la
construcción del material móvil de
ferrocarriles. Ademas de esta hegemonía de
catalanes, é1 viaje comercial fue apoyado
económica e institucionalmente por José
Puigdollers i Maciá, director propietario de la
Revista Comercial Iberoamericana
Mercurio, fundador de la Casa de Comisión
en Barcelona (que luego se convertiría en la
Casa comanditaria y en "Crédito lbero-
americano"), y amplio conocedor de la
activídad mercantil americana gracias a sus seis
largos viajes por diversos países del continente
como , epresentante de n umero$as casas d e
exportación catalanas I 5.
Mientras volvía aEspaña, Rahola esuibió
un bello libro que tituló Sangre Nueva y que
resultó ser un instrumento ideal para exorcizar
la pérdida de Cuba, experiencia que funcionó
en términos aleccionadoresl 6. Dedicado a José
Puigdollers i Maciá, el texto comienza su
recorrido literario en las aguas del Atlántico'
"Nada e xiste c omo el mar p ara templar e I
cuerpo relajado por la excesiva labor
intelectual ó sacudido por intensas emociones",
apuntó en sus primeras páginas repletas de
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impresiones, no sin agregar que ,.el hombremodemo, en posesión de medios que le erigenen dominador del espacio y de la materia, nopone límitesá su actividady abusadesuemoción"17. En efecto, unade las condicionesde la modernidad es el dominio del otro, de lanaturaleza como ese ,'otro" externo al sujeto.Podriamos preguntarnos por qué; yo intentaríapensar que ser modemo adquirió a fines delsiglo XIX el mismo sentido que,.viajar". Antesde partir paraArgentina, Rahola se ruborizabadiciendo que él no se había movido deCadaqués, su pueblo natal, ni de la ciudad deBarcelona. Los viajes de la modemidad sonquizás el arquetipo fundamental de esanecesidad de dominación que Rahola llamaba"denoche de energía". Sangre Nueva se iniciacomo un diario de viajes escrito desde la"primera clase" del vapor "María Cristina" yconstituye una de las obras etnográficaspioneras sobre Argentina de la pluma de unextranjero mas interesado por la vida mercantilque por la cultural. "Las emigraciones políficas",escribió, "al devolvemos a los hombres rehechos
en el suelo extranjero, han marcado siempre unavance". Por la lectura de este pifu-rafo es fiicildeducir qué era lo que verdaderamenteinteresaba a Rahola: conocer, sí, pero con unconocimiento interesado para aprovecharse deél en su propia tierra. "La emigración, con sureflujo fecundante, puede aportamos capitalesé ideas, medios materiales é iniciativas, que es
lo que se requiere para acabar con nuestra
.pobreza fisica y nuestra anemia moral"l8, porsupu€sto, la de España que, porfntonces, eraun despojo del antiguo Imperio que habíaensoberbecido a sus súbditos.
Cuando tocó puerto, la Comisión fuerecibida por el vicepresidente argentino euimo
Costa, pero también se hallaban en el puertoantiguos amigos de juventud de Rahola: Ioshermanos Malagarriga, José Artal (de origencatalány director General del Banco del Ríode Ia Plata), el pintor Meifrén, Rafael Calzada.La misma noche de su llegada Rahola y Zuluetafueron recibidos en el "Club Español" por supresidente, Rafael Escriña. Al día siguienteEscriña los acompañd a una audiencia en laCasade Gobiemo, concedidapor el presidente,Julio Argentino Roca, donde tuvieron laoportunidad de conversar con el Ministro deNegocios Exfranjeros. Indudablemente Raholaestaba profundamente orgulloso de losimportantes "contactos" -como llamaba a loslazos o puntos de la red a los que podía acudiren caso de necesidad- ¡ealizados en losprimeros días de estancia en el país. Latareade este i ntelectual en Argentina fue realizarvisitas a varias de las provincias, así como ainstituciones particulares: la Exposición Rural,el diario La N ación, los Ministerios, laAsociación Patriótica Española, la Sección deInmigración, el Centro Español y el Catalán,estaciones de trenes como puntos deconfluencia de la producción y el comercio.En Buenos Aires, la frase "el palacio exudapoder" le serviría como plataforma paraconceder sentido a su tarea mercantil, perotambién significación a su paso por losrepresentantes de ese poder en Buenos Aires.Pero, a pesar del éxito de su cometido, unacosa le abrumó: el hecho de que el palacio deGobierno argentino, cuyas paredes estabanpintadas de color rosa, hubiese sido bautizadopor Sarmiento con el nombre de Casa Rosada.Es evidente, puntualizó Rahola, que Sarmientoaspiraba a sajonizar'la Argentina, .,y quisoremedar con ello el nombre de Casa Blanca de
Washington, ansiando verla animada porelpropio espíritu". En ese juego simbólico, el
ejemplo no era España, como quería Rahola,
sino los E stados Unidos. ¿ Cuál debía s er,
entonces, la estrategia española?
Hoy España no puede enviar aAméricamilitares ni empleados, no puede ya fraguaren la oJicína el interminable expediente; sólocuenla para proseguír su obra con elemígrante y con e! p roducto: la I iteraturaindigesta de la GaceÍa ha dejndo el campolibre ó la producción literaria y artístíca, y elpoder de expansión ha llenado el sitio que
ocupaba el pie dominador, entrandotriunfante la Nacionalidad allí donde salíavencido el Eslado, Es un hecho evidenle que
los españolcs han salido ganando en Américacon la pérdida de las Antíllas; antes eran lasvíctimas de los errores y vicios de susgobernanles, y entodas partes se veíanobligados ó sosrener el choque con losamericanos simpati4adores de los llamados
Jilibusteros de Cuba. Suprínido el motivo que
crenba los bandos, al tiempo que aparecíaamenazador el pelígro yankee, los espafiolesvieron de pronto cambiada por completo su
posición. Los adversaríos se trocaron en
amigos y aliados"t9.
Rahola contó con infomantes claves para
dar cuerpoa sus relatos etnográficos,perosiempre se colocó en el lugar del saber Él mismo
escribió que antes de partir hacia Barcelona un
"argentino ilustre" Ie abrazó como despedida al
tiempo que le decía: "cuando hable de nosotros,
aun cuando tenga usted que decir algodesagradable, no se detenga, porque estamos
necesitadosde quese nos diga laverdad".
Quienes le habían permitido entrar en la
privacidad cultural argentina sabían
perfectamente cuáles eran las intenciones de
Rahola: escribir, y escribirpara un públicopermeado por necesidades e intereses concretos.
Escribir y publicar. Ese argentino ilustreagregó: "los que vienen de fuera distinguen á
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veces Q osas que n osotros desde c erca nopodemos apreciar". Este saber que parecía
legitimar su propia figura fue aprovechado a
través de las Conferencias que concedió en el
norte de España. Rahola regresó de Argentinarebubierto de una nueva legitimidad: su
actuación comp d irector de I a "embajadacomercial" e{Rañola a las Repúblicasamericanas, y sf labor como promotor de una
especie de "misión de paz" que pudiese dar
cuerpo a un nuevo vínculo con las antiguas
colonias. Ese vínculo, orientado al comercio,
tenía que empezal por el respeto a lastradiciones culturales y la tolerancia debía ser
la tónica. Con Mam.recos, por ejemplo, era
necesario aumenta¡ el comercio aceptando su
religión; con América, su diversidadI ingüística:
Por más que la Academia Española, desde elaño 1884, ha venitlo aceptando gran númerode americanismos, con sumo escrupulosidad,proclamando que no quiere sancionar el uso
ilegítímo, síno cetlientlo áfuerza mayol es tnlla producción de voces rutevas, en la Argentinaprincipalmente á in/Iujos del italiano y por Iafacilídad que hay allí en aceptdr losneologísmos y barbarísmos cuantlo no haynombre para las cosas, que las transaccionesde la Academin, después de largo regateo, porgenerosos que sean, no podrán nunca acorularkt resisÍencia excesiva elel ídiona caslellanoci crecer c on I a i mpulsión corruptora queaumenta las proporciones dcl lenguajeamericano. Será ó no será castellano, en lacastiza acepcíón de la palabra, pero sera un
idioma vívo, que hablarón mayor número dehabítantes que e I caslellano...quizás t engarazón Ricarulo Palma atando díce que Españase empeña en ro,nper el lazo mós fuerte, eldel idioma, hiriendo susceptibilidades denacionalismo. Admile provincialismo deBadajoz, Albacete, Zamora ó kruel, vocesusadas por tres ó cuatrocíenlos milpeninsulares, y es intransigenle con los
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dmericanismos dceptados por más tle 50millones de seres que en el Mundo Nuevo seexpresan en castelIano "2o,
Al volver, el autor inició una activapromoción de sus proyectos me¡cantiles nosólo en C ataluña, sino principalmente en el
País Vasco. El Instituto Vizcaíno, la UniónIbero-americana y la Liga de productores
vascos,,por ejemplo, lo convidaron en calidad
de antiguo "diputado industrial" para hablar
sobre el viajerealizado por la ComisiónComercial a América, y convencer a Iaburguesía b ilbaína de las posibilidades que
ofrecíaArgentina, y Latinoamérica en general,
para I os intereses locales. "Ponderando el
candente interés y la indiscutible oportunidad
del asunto" (asl justificaron los bilbaínos laatención que prestaron a Rahola), asistió a la
Conferencia una heterogénea reprebentación
de las fuerzas vivas locales, desde fabricantes
de armas hasta eótudiantes de la Escuela de
Comercio, pasando por la Asociación de
Navieros, la Cámara de Comercio, laAsociación de Navieros, el Círculo Minero, el
mercantil e industrial, laAcademia de Derecho,
el Cenho Obrero... Todos coincidieron en que
el viaje de Rahola aArgentina le autorizaba en
sus observaciones, y no tuvieron ningún pudor
en reconocer que su finalidad comoproductores era "recoger los juicios y datos
que más aplicación tuvieran para nuestra', ,')lreglon -'.
Después de "revolver papeles y libros para
la conferencia", como reconoció el
conferenciante, se le ocunió filiar su proyecto
con la comunidad de intereses que continuaba
unicndo al País Vasco con el Río de la Plata a
havés de la mención de la importante colonia
vasca rioplatense que podía funcionar como
sólido e i ndcstructible " contacto" social yétnico. En este sentido, la "red social", fundada
en términos de pertenencia étnica y de
confl uencia mercantil, podía funcionaracertadamente para articular un espacioprecisamente desarticulado por los procesos
de independencia del siglo XIX. Argentina yUruguay ofrecían la ventaja de una poderosa
colonia vasca, que podía desempeñarse comoun seguro baluarte parala defensa d e I os
mercados. El progreso y la nrodernidad,entonces, se asentarían con facilidad en elterreno fértil de lasredes sociales, étnicas,
tradicionales. Argentin4 por otra parte, ofrecía
a Europa lo que el propio autor negaba que
Cataluña representara para el país español: una
línea de continuidad cultural, demográfica,
histórica. En Argentina, escribió:
la raza b lanca se e nconlró en u n clima yambiente apropíados, prosperantlo con lalvigor, que en su seno absorbió á las detnásrazas, de modo que la sangre índia, que en
otras naciones rte América pesamarcadamente en su destino, y el problemanegro, que es una amendza para lo porvenirtle algunos Estados de la Unión Amerícana,no lienen imporlancia en la RepúblicaArgentína ní en el Uruguay. La Argenttna es
una nación perfectamente europeT "22.
En esta analogía, apropiada para una
Conferencia como la que ofreció ante un
público ansioso por i nvertir en n uevos y
diferenciados mercados, debía fundarse e I
vínculo mercantil, sinónimo del cultural.Argentina podíaser perfectamente europea,
pero debía mantenerse como desemboque de
productos manufacturados y convertirse en
exportadora de materias primas. Para que se
produjera este diálogo desigual, la región vasca
debía propiciar un modelo intemo basado en
la producción de artículos elaborados, teniendo
i'{iil¡i
como mdelo a Cataluña' Sigamos la explicación
que elaboró Rahota para justificar 1a
transformación de las economías del norte en
base a una lectura comparativa de los índices
de exportación e importación de los puertos
vascos y barceioneses. "siendo hoy Bilbao el
puerto que carga máyor número de toneladas
(4.339.590 en 1902)", escribió, "resulta que
Barcelona, que carga únicamente 12!'215
toneladas, exporta por valor de 104 millones
mientras aquél lo efectúa únicamente por el
de 80 millones". La diferencia de valores estaba
claramente establecida, no por la cantidad de
toneladas, sino por el precio de cada una en
función del producto exportado' Así, mientras
el valor de la tonelada que salia por el puerto
de Barcelona era de 838 pesetas, el de la que
salía d el puerto d e Bilbao só 1o era d e 1 8
pesetas. Una situación inversamente
proporcional acontecía con la importación' En
I 902 el puerto barcelonés importaba toneladas
a valor de 263 pesetas, es decir, una tercera
parte de I a tonelada e xportada' Bilbao, e n
cambio, recibía toneladas por I 07 pesetas, seis
veces lo que valía la tonelada de exportación'
La conclusión deducida de las cifras es
significativa porque acusa que en la región
vasca se practicaba "un comercio de
exportación de primeras materias y una
importación de artículos elaborados"'
Habiendo advertido este simple hecho ante su
ansioso público formado por representantes de
las casas y compañías productoras de artículos
elaborados, Rahola continuó su tarea
propagandística. "Vuestro interés y el progteso
de este puerto", les dijo, "requieren laruzón
inversa", es d ecir, la t ransformación de I as
materias primas brutas a ttavés del empleo de
la mano de obra nacional. Esta conferencia de
TIERRA FIRME
Rahola fue escuchada y c ontestada p or e I
Presidente de I aLigaYizcainade Productores,
Pablo Alzota, quien actuó en nombre de la
industria vizcaina y resaltó las posibilidades
del cambio de perspectiva productiva en
relación a la siderurgia vasca. Es precisamente
el impulso a la exportación a ultramar-ettrecho
que me interesa decodificar del proyecto de
Rahola y de los que, como é1, pretendían
aprovecharse de América transformando, al
mismo tiempo, la situación productiva y
económica peninsular' Sobre este tema se sigue
insistiendo aún hoy para demostrar que allí
radica la base de diferenciación socio-
económica entre los países "desarrollados" y
los "subdesarrollados"' Argentina, en t anto
pueblo joven, podía ser aprovechada como
puerto, como espacio de entrada y de salida
para los esfuerzos del norte español
representados en "el trabajo de las fábricas, la
labor de la agricultura, el movimiento de las
naves y las líneas férreas, y los vuelos de la
banca". Como el lector puede intuir, mientras
España se convertiría en exportadora de
productos manufacturados, Argentina sólo
tendría para ofrecer trigo, maí2, ganado en pie,
carnes, tasajo, lana sucia y aigodones23' En el
caso que vengo analizando me inte¡esa señalar
la originalidad del modelo, de carácter
netamente p roteccionista, proteccionismo
negado para el puerto de Buenos Aires, pero
apoyado y sostenido para los puertos de Bilbao
y Barcelona. Bilbao, como Cataluña, debía
conseguir el aPoyo estatal Para la
industrialización, disminuyendo así la
exportación de materia prima. En un breve
pasaje reproducido por el Mercurio Rahola
fue más explícito en su valoracién al afirmar:
"Litz expresó perfectamente esta idea diciendo:
lli|nfl
Gabrie
la Dall
a-Cort
e Cab
allero
TIERRAFIRME
cuando dos países comercian libremente, el quevende los productos manufacfurados manda,mientras el que sólo puede ofrecerproducciónnatural obedece"24.
Algo particularmente importante en esteautor es que no colocó en la actividad públicala capacidad de orientar los destinos. propuso,
en cambio, la organización de Sociedades deExportación o Casas Comisionistas a travésde las cuales se podría favorecer la ventadireca y privatizada. Lautilización de las redesvascas en el Rio de la Plata sobre las que hablémás arriba se dé¡ia acompañar delaprovechamiento del saber de pequeñoscomerciantes que hubiesen resididotemporalmente en América. En Bilbao, enSantander y en otras ciudades del litoral, dijoRahola, "viven retirados gran número decomerciantes que han residido en las variasRepúblicas de América, conocedores deaquellos mercados, en posesión de sus gustosy exigencias.., que tienen la experienciaindispensable para el buen funcionamiento deestas Sociedades intermedias"2S.
Como era de esperar, la propagandaejercida por la Comisión ñ¡e efectiva. Graciasa su ingente laborrealizada en continuos viajesy conferencias, de la visita de Rahola a
Argentina surgieron proyectos mercantiles yfue incentivada la emigración catalana con lapeculiaridad de que recibió mayor controlestatal. Rahola era conciente de que un altoporcentaje de los emigrantes er.¿¡, además deresultado de la pobreza2ó, reflejo del rechazoa la política de las quintas implementados porel Estado españo!. He trabajado en un textoanterior la actitud reacia asumida por laspoblaciones del interior y norte de España enrelación a la sangría que sigrificó la llamada al
servicio militar obligatorio, las ..quintas", en
especial durante y después de la Guena deCubaz7. En Sangre Nueva, el autor reprodujoun relato etnográfico en el que aparece elreclutamiento para el servicio militar, así comosu papel en la decisión de la poblaciónmasculina española de emigrar en formapennanente (lo quesignificaba una huida), otemporaria. Esta última estrategia servía paraconseguir, a través de la emigracióngolondrina, el dinero necesario para .,qo¡¡p¡¿¡"
los servicios de alguien menos afortunado quepudiese suplantar fisicamente al designado a
filas:
A la salida de Cádiz hemos sído testigos deuna esceno que ha dejado en lodos cuantosla hemos presenciado visible pesar La guardiacivil ha practicado una pesquisa á bordo,deteniendo á cuatro mozos gollegos, porcarccer de pasaporle y demás documentos quese exigen á los emígrantes que no han prestadoel servicio de las armas. Eran cuatroadolescentes, de fisonomia inteligenre yeJcpresiva, bronceados por el sol, que nodejaban de sonreír á pesar de la rrisresituación en que se encontraban. Lln milltarque iba á Canarias se les acercó y, con airede mofa, les dijo:
-¿Conque para huir de las quintas?.
-Tbnía liempo de ir y volveti le dijo el másosado con voz resuelta que acusaba voluntadlirme"z¿.
¿Esa voluntad firme pudo haber sido, enrealidad, reflejo de Ia intencionalidad deabandonar España en forma permanente yclandestina?. La respuesta guedará en elterreno de la duda. En todo caso, como vemos,buena parte de los ingresos conseguidos pcrel trabajo realizado fuera del país servían pararedimir los deberes de ciudadano, las quinias.En 1904, ante su públir:o vasco reunido paraescuchar lo que teníá que decir sobre los
TIERRA FIRME
problemas que aquejaban a la sociedad española
del momento, repitió sus mismos temores, sus
mismos presagios en torno a los emigrantes
clandestinos que preferían embarcarse en
Francia y que, al llegar a destino, ni siquiera se
registraban en el Consulado. "Con el régimen
de quintas hasta áho¡a vigente",dijo enlaConferencia que dio en Bilbao, "la mayor parte,
desde la fecha de la emigración á la del sorteo,
hubiese conseguido con su labor recu¡sos
sufici entes. para redimi¡se"29.
La frase "tengo tiempo de ir y volver"
rondó en la cabezade Rahola durante mucho
tienrpo y le sirvió para legitimar argumen-
talmente la necesidad y la positividad de la
€migración, aún sabiendo que quienes
efectivamente dejaban su tierra preferíanquedarse en América y no volver nunca más.
Una de las soluciones más próximas era
permitir y hasta facilitar la emigracióngolondrina, apoyando la inscripción consular
de los clandestinos3O. Ei temor de Rahola no
era infundado. Yo misma provengo de
ascendientes vascos que huyeron de las
quintas. El padre de mi abuela materna, José
Esnaola, nació en Hernani, en una ciudadtípicamente agrícola del País Vasco, y cuando
tenía casi veinte años fue llamado a filas. Su
decisión fue otra. Convenció a un amigo que
se encontraba e n la m isma si tuación, Ju an
Lassalle, y ambos solicitaron la mano de dos
hermanas; Benita y Dolores Illanamendi. Poco
después, ya casados como exigía ia ley, las dos
parejas s e embarcaron rumbo a Argentina,
huyendo de las guerras, de las quintas, de lapobreza y del h ambre. Muchos relatos se
conservan de estas historias comunes, que sólo
esperan ser desempolvados del b aúl de I os
recuerdos familiares, y que sirven aquí como
contraste fáctico y personal de la literatura de
la época.
Sobre estos temas Rahola volvió a insistiren Sangre Nueva, en especial en relación a lanafuralización de los españolesen tierras
rioplatenses. "Según el último c enso de I a
República Argentina llevado á cabo en I 895",
escribió alarmado "solamente 1638 personas
nacidas en el extranjero obtuvieron ciudadanía
argentina por medio de la naturalización. Esto
corrobora la persistencia del cariño al hogar
antiguo"3l. Los españoles no tienden a
inscribirse en el Consulado respectivo, "elemigrante siente la nostalgia de lanacionalidad, pero no echa de menos al
Estado". Acostumbrado a ver en el agente de
la Administración a un adversario, es
refractario a insc¡ibirse. Muchos de ellos son
inmigrantes ilegales, yno se inscriben. Porque
ven en el Consulado el representante del Estado
que quiso privarles la salida, por eso propone
otra función para la represbntación consular.
"En estos países nuevos, donde el Estado no
puede atender, aunque quiera, á las imperiosas
exigencias sociales de un crecimientoasombroso, y en los cuales el inmigrante se
aparta de la somb¡a de su antiguo Estado, que,
por otra parte, fuera muchas veces incapaz de
suplir á esa total protección si le fuese
reclamada". Por eilo, la representaciónconsular daba paso a la emergencia de otras
formas asociativas: el Laurac-Bat, el Centre
Catalá, el Centro Callego, la sociedad Española
de Beneficencia (esta última surgida en Buenos
Aires en I 857 pero que se mantenía en la epoca
en que Rahola llega al país). Aparecían muchos
más nombres de españoles en los registros del
Hospital Español que en el propio Consulado.
Los grupos locales que conservan el espíritu
i.ttr,
;i:i
Gabrie
la Dall
a-Cort
e Cab
allero
TIERM FIRME
regioÍal son quienes sostiencn ta cohesión delos nacionales españoles, que implicanreminiscencia de parlicularismos regionales.El inmigrante, ,,sin familia por regla general,y en un ambiente exótico, neccsila de ve¡clades€ apoyo de la colectividad que corrstituye suSran fanú1ia"32.
La embajada comcrcial descrípta enSangre Nuevr fue propiciadaporcl Mercurio,editado desdc princi¡rios de siglo para divulgara u n antplio p úblico, no só lo espafrol si notambién transatlantico, las posibiliclades a qucpodía dar lugru un denso infercambio mercantilpara las economías ¡rrivadas, en especial lascatalanas. La Revista gestionaba lu reaiizacióride viajes y aprovechaba las vísitas deciudadenos l¿tinoamericanos. Dsos lazos, siitembargo, no eran sólo culturales. Aprincipiosde síglo, el director propietario clel Mercuria,José lruigciolle¡s i Nlaciá, im¡rroi,isó enB¿rrcelona unar Exposición de las procluccionesIocales aprovcchando !a visita del vice¡:rcsitlenteargerrtino Quirno Costa, y la trasla<iógratuitamente al Río de la plata
¡,ara rnostrar lircalidad de los artícuios mat¡ufauturadosespañoles. El apoyo aeste entpr,ctrdü.iriento lle¡,pde todas las corporaciones económicas, desdela dcl Fcmcnto dei Traba-io l'lacional, que fue l:rque irrvitó a Costa a Barcelona, hasia lassociedades anónimas33. En 19Ct7., pcr clar unejcrnplo de r;r uchos, se cl ierc¡-, los ¡:rinrcroscontacfos con dosredaitores det periódicoIlustrstio Caras y Caretas Ce Buenos Aires,nientras en Fiarcelona se furrdaba una srrcursaidel Banco Español <iel Río dc ia platala.
Quiencs formaron parte ,Jcl s toff dclIllercrrrio (Pu igioller.s, Rahola cornc cl irectoryZulueta) se afanaron por orienfdr la.cc¡rrier¡tcrhcrclntil, política y económica a través de la
propaganda comercial, convencidos de que esareorientación era lo gue más preocupaba a losgobernantes de Ias naciones ..modernas,,, pero,
¿qué era el lllercurio?. Se trató de unaexperiencia editorial de ca¡ácter. conrercialpublicada qLrincenalmerrte en conjr.rnción cntrcBarcelona y Madr-icl, aullque clirigida ysubvencionada descle, aquella ciuclad a travésde suscripciones de particulares y pubiicicladde p rodr"rctorcs y nr ercac!erts anunc jantes(Rahola sienrprc sinipatizó con Ias estrategiasque saliesen de los línlites esirechos CeiEstado). Desde un ¡rr.inrer lnolltento la finalid¿rdque movió ¿¡ sus redaclores l"ue la pronrocióndel movirniento r.lipiolriático, la difusión cle ialcgislación de c¿da páís, así ccnro el fomentode las relaciones entre Espafia y Arrré;icaLatina; por cllo fueron apovaclos ¡ror. laSubcomisión internaciona! permanentc d eBarcelona. Pcro tarrrblén !es interesótransfonnal' la política in{erni,cional catalanapara poner fin a la decaclencia Cel antiguoimperio des¡rués de la pérdicla,le Cuba. Ochoaños despuós de poncr en circulación all\{ercurio, Rahola e;iplicitri quc su finiilicladhabia sido eniprenclcr:
lo patriótica lc¡.en de int¡suls::r h eq:ansióttrle E:;pnña h acin An¡é¡.ico. ;l cab,tblt¡ tledesprenderse los últünos resÍos tle ntrcst!.clumütosa lntperie colortial, ¡, sssubu c:on cilopara siempte lo soberailít Íenilo!.io! espníit;lcen las Indíos, pero conetzttbn cl .a:cJortri;tiode la rt¡ztt que rcvivía en u;t tncríio a:)¡bíeJtteIibte, esti¡¡:uiada por todas las iicellh,rts dtuna noho.a!eza pr,idiga y de w: csptic!r.¡ t.t:icuo,i-nnens c, r¡ue rec! lntrt írttpeüosnnreitlt,honbres y tralsejo nl vlcjo n:tinlo3s.
Sigamos Ia cxpusición cicl cjireclc¡.d clMercurio, .losó puigclolle¡s i N:l¿ciá, antc elCongreso social-cconómico Flispano-Americano e n su sesión cle lbbrcro dc lgr02:
Me encontraba en 1898 en Buenos Aires,durante aquellos días en que se hablaba de sise declaraba ó no la gaerra con los EsladosUnídos, ó propósíto de la Cuestión de Cuba,y pude aprecíar allí, no solamente elentusiasmo patríótico que senlían losespañoles resídentes en aquella República,sino que, aún.,los hijos del país que hastaentonces habían estado ¡nas bien al lado delos cubanos, al ádoptar los Estados Unidossu agresiva actitud, demostraron tambün sus
símpatías y su personal afecto á nuestranación,..al llegar a Chtle declarábase laguetra con los Estados tJnidosJ6.
En su viaje, Puigdollers i Maciá pasó por
Bolivia, Peru, Panamá, Colombia, Venezuela,
las Antillas, Panamá, y en Puerto Rico se
cncontró con que pocos dias antes losnorteamericanos la habían invadido. Frente a
ese temor real de perder la posibilidad de
conservar y fomentar los lazos mercantiles con
Latinoamérica, Puigdollers volvió a rcferirse
a la actih¡d que debían asumir el Estado y las
corporaciones, en especial las dedicadas a
codificar los usos lingüísticos. América Latina
conservaba la lengua castellana, pero cada
República tenía "grandísimo apego á sus
modismos, á su modo peculiar de expresarse,
y hasta algunas tienen su ortografia especial",
apuntó, para agregar "infiero yo que, pues
nuestro objetivo fs el de ganarnos sus
simpatías, no será seguramente el mejorcamino el de las imposiciones". Pretender la
uniformidad €ra imposible porque "cada
nacióq tiene su carácter peculiar", y la riurica
sqlida part retomar el diálogo intemrmpido por
décadas de luchas era el tratado comercialconservando los rasgos peculiares, Pocos años
después el Mercurio se haría eco de esta
política y Telésforo García, autor de Por l¡Raza, diagnosticaba que "tenemos en España
la preocupación de que podemos crear
TIERRAFIRME
españoles en América. Ni lo hemos logrado, niconvendría que lo lográsemos. La uniformidad
excesiva tiende a lo irermanente, a loestadizo"37.
La propaganda comercial diseñada en elMercurio fue obra de Simeón Muguerza ySaenz, un abogado del Colegio de Barcelonay director del diario El Comerclo. Gracias a
su relación personal con Rahola, Muguerzapublicó varios libros referidos a los países
latinoamericanos. El que me interesa aquí, elr€ferente a Argentina, mereció del llderregionalista catalán una carta que fué publicada
como prólogo por el prestigio de que gozaba
por su cargo de Diputado a Cortes. Rahola
escribió que si Cuba era la República más
española, Argentina era, sin lugar a dudas, lamás latina y, en virtud de esta linea de
pertenencia, debía ser aprovechada paracompensar el predominio que Estados Unidosy Asia estaban demostrando en México,lo que
convertia a esta última nación en un territorio"siempre en consüante peligro de absorción yde invasión". A diferencia de México, Ia
República Argentina conservaba la lengua yla literatura espafiola, en ella predominaba la
tazablanca,sus llanuras no estaban tan cerc?de las garras de país6s extranjeros, y habían
cesado los tiempos de la "hostilida&política"del proceso de guerras de independencia.
Argentina era, a los ojos de Rahola, la nueva
Estados Unidos, la tierra de promisión, y en
ella crecian día a día los kilómetros de rieles,
la exportación de came congelada, el ganado,
así como las estadlsticas oficiales. 'No es por
Io tanto iluso vaticinar que a fin€s del sigloque transcurre, Ia Argentina alcanárá unapoblación de cien millones de habitantes",escribió aplicando la norma deTranklin con la
Gabrie
la Dall
a-Cort
e Cab
allero
TIERRA FIRME
tr*j,rlix ,
t)::ti¡'"l,ri:;
Año
1909
193 I
1953
1975
1997
que ya se había calculado que durante el siglo
XIX la población de Estados Unidos se había
duplicado cada veintidós años. Tomando como
referente el Censo de Azara de I 797, que había
arrojado una población de trescientos milhabitantes, y el último censo de 1909, que
contabilizó más de seis millones de personas,
la gradación por habitantes, de acuerdo a la
aplicación de las normas de Franklin con saltos
cada veintidós años, debía ser la siguiente:
Total población argentina
6.200.485
12.400.970
23.801.940
49.603.880
99.206.760
Como vemos, ante los ojos de Rahola
transcurría el siglo XX, mientras soñaba con
una mefáfora del catalán José Dalmau que se
había radicado en Argentina y había escrito que
el país "es una vaca lechera que da para todos,
pueden venir aquí todos los capitales que
euieran"38. Contradiciendo sus cálculos, a
finales de la centuria la población argentina
no superó los treinta y cinco millones de
habitantes. Rahola pasó por alto, entre otras
cosas, que la inflación demográfica de su época
era producto de la emigración y no delqecimiento natural de la población. Pero, más
allá de la escasa fiabilidad de aquellos cálculos,
lo que me interesa de los mismos es que sirven
como termómetro para medir el optimismo
depositado en el desarrollo argentino como
variable final de la especulación en tomo a la
capacidad regional catalana. La recuperación
de la amistad internacional debía disipar la
posible dominación estadounidense, pero más
que nada tenía que aumentar los negocios
catalanes. La justificación de Rahola es más
bien idílica: "la Argentina ejerce ya sobre los
escritores y sobre los artistas una atracción
misteriosa que tardaron mucho tiempo en
ejercitar los Estados Unidos"39.
Lejos del lirismo disfrazado de Rahola,
Muguerza leyó su propia tarea como un
esfuerzo por aproximar política y
económicamente a la "Madre España con sus
hijas emancipadas e independientes" a través
de la diplomacia, de las ciencias, y de la
mentalidad española que no era "ni tan pobre
y desmedrada como la pretenden hacer ver
todos aquellos españoles que entienden que la
ciencia y la sabiduria están reñidas con
Españ¿"40. En el libro sobre Argentina,Muguerza abordó estadísticas comerciales y
esfudió comparativamente el vínculo mercantil
que aquélla mantenía con España, Francia e
Italia, descubriendo a los ojos del público que
estos dos últimos paises exportaban productos
similares que España pero en mayor cantidad.
En las importaciones argentinas, España sólo
ocupaba el séptimo lugar, muy por debajo de
Bélgica. A una conclusión similar habia llegado
años antes Puigdollers i Macid al diagnosticar
que las exportacione6 españolas de materias
primas a América Latina eran muy bajas porquc
a los países receptores no les convenía, para
agregar:
Lo único que respecto á este asunlo podemos
hacen ó mejor aún, que debiéramos ya habuhecho, imilando con ello el prdctico procedtrde algunas naciones europeas, es mejorurtodo lo posíble Ia condición de nuestropersonal diplomático, de suerle quc,
rivalizando en celo é inleligencia con clque mandan allá otros países, pudiest
",,i,ii. :, ai¡atñ7w?1r!r,i?:Eri .4
alcanzar rle los gobiernos americanos
delerminadas ventaias para algunos de
nuestrosproductos4l.
Muguerza tuvo una finalidad didáctica:
informar a los exportadores e industriales
españoles, darles elementos de juicio para
favorecer el envio dp artículos manufacturados.,con verdadero conocimiento de causa", pero
también sentar las bases para un ñ¡turo Tratado
de Comercio hispanoamericano' Corría el año
l9l0; Argentina se Preparaba para festejar el
centenario de la Revolución Y de laIndependencia y, a pesar de que Esiara había
sido I a más perjudicada en su momento'
llegaba la oportunidad y el momento de
reivindicar ciefos vínculos culturales que aún
se cons€rvaban por el pasado histórico común:
"la Metrópoli que la descubriera y colonizara",
escribió Muguerza, quien también apuntó que
"el baluarte comercial mas importante que hay
que asaltar, tomar, Y conservar es
indudablemente el mercado argentino"42' La
reivindicación, sin embargo, no fue sólo
cultural. La obra de Muguerza se apoyó en
proyectos mas materiales, como la creación de
la sucursal del Banco Español del Río de la
Plata en la ciudad de Barcelona, y la reunión
de la Conferericia Comercial de Delegados de
las Cámaras de Comercio de España en Buenos
Aires.,.. a ambos lados del Atlántico, los
intereses particulares y regionales confluían en
un vértice común: el tratamiento de las
finanzas, del correo, de los transportes, de la
tarea que debían desempeñar los agentes
intermediarios, los representantes, los tratados
mercanliles. Paralelamente a estas dos
experiencias, la representación diplomática y
consular en España quedaba a cargo del
enviado extraordinario y Ministro pleni-
TIERRAFIRME
potenciario Eduardo Wilde, mientras la
península establecía en Buenos Aires al Cónsul
General y también Ministro plenipotenciario
Luis de la Barrera Y Riera.
REFLEXIONES FINALES
Estas experiencias se acompañaron de la
organización de tres Exposiciones en losmeses
de mayo a noviembre de 1910: dos
internacionales -la de transportes e industria,
y la de agricultura,ganaderiae industrias
derivadas-y unanacional dedicadaa las
manufacturas. El apoyo de España se expresaba
en la invitación realizada por la Cámara Oficial
Española de Comercio' Industria Y
Navegación, y por el gobierno central que, por
otra p arte, aseguraba la supresión d e l.os
de..cho, y la gratuidad de los fletes43'
Argentina se unía así a un proceso dialéctico
que se mostraría quizás ineversible, y que fue
sostenidodesde Barcelona a través de la
edición periódica de laRevista Comercial
lberoamericlna Mercurio' No debe
extrañarnos que el concepto elegido paratitular
a este órgano de difusión haYa sido
precisamente el de "iberoamericana", ya que
la pretensión erajuntar los territorios a ambos
lados del Atlántico "en una nacionalidad
espiritual, en un alto Imperio, libre de
soberanías, mantenido Por la cohesión
puramente étnica". El plan montado por
Puigdollers, y al que se adhirió buena parte de
la élite latinoamericana' ela, eonocer la
diversidad del continente y aprovechar sus
potencialidades para salir del atraso €n que se
encontraba Cataluña. "Por España sólo viajan
añcionados a las cosas antiguas, a las cosas
que se caen", escribió apesadumbrado mientras
Gabrie
la Dall
a-Cort
e Cab
allero
TIERRA FIRME
luchaba por eliminar el impuesto de entrada a
los viajeros'americanos que pisaran lapenínsula y favorecer con esa supresión un
intercambio fluido y dinámico4a. El apoyo yla intervención estatal comenzaron a aparecer
lentamente como dos puntales fundamentales
y a partir de la prédica de los españoles
residentes en América Latina. Desde Buenos
Aires, Ricard Monner Sans enviaba alMercurio especies de "Crónicas argentinas",
una de las cuales relataba certeramente:
Hace poco tienpo, y en misión de carácterconJidencial llegó aquí el senadorfrancés Mr.Calvet para estudiar las relacionescomercíales entre Francia y la Argentina,Ahora es el senador'urgentino D. BenitoI/illanueva quien va a Francia comisionadopor este gobierno para gestionar, entre olrascosas, la admisión en Francia de ganado apie, y estudiar cuanto se relacione con elinlercambio enffe los dos países. Y en
España... ¿qué hacen?. Política4S.
Asentado sobre la labor de conesponsales
e informantes catalanes en América, elMercurio dio lugar a una extensa politicapropagandística de la mano de FredericRahola. En agosto de 1902, por ejemplo, este
autor decidió reproducir una carta abierta que
había enviado al Rey Alfonso XIII en la que
se quejaba amargamente de que en las fiestas
que habían iniciado su reinado losorganizadores habían descuidado un detalle
muy pequeño pero que revestía suma
trascendencia en la política de legitimación del
vínculo con América Latina: el uso de la lengua
francesa en la minuta de platos y vinos. Asícomo en Inglaterra la monarquía habíaimpuesto los tejidos ingleses a las damas de la
aristocracia durante la coronación de Eduardo
VII, España estaba obligada a demostrarpatriotismo. 'No parece sino que con nuestro
mal ejemplo influimos en la AméricaEspañola",puntualizó Rahola, "propensa asimismo a dejar
que el idioma francés sustifuya al español en
las grandes festividades.,.España y la América
española tienen el deber de dignificar su
idioma"46. En el porvenir Rahola vislumbraba
un "superhispano", fruto de la libre unión entre
España y sus antiguas colonias que ya habían
logrado consagrar sui independencias, en un
vaivén de ideas y productos que sirviese para
ligar el alma y los intereses económicos. En la
crudeza de las metáforas emerge la pretensión
de cobrar una deuda impaga: "España, que se
desangró para poblar á las nuevas naciones
americanas, hoy cobra ya los intereses del
capital humano que prestara", El comercio
intentaba convertirse en el lazo de unión entre
"la antigua y la nueva España" para no perder
la oportunidad de reconquistar el mercado
americano, aunque esta vez por medio del
trabajo, del comercio, y de sucesivos Tratados
de paz y amistad que escondían en sus pirrafos
cláusulas mercantiles con el fin de mejorar el
salvo de las balanzas comerciales4T.
"Trocar los odios históricos en apretados
lazos de cariño" parece ser la síntesis de esta
política que en Barcelona se condensó en la
difusión de los estudios americanistas y en la
constitución de la Casa de América; primera
experiencia eriEuropa que serviría como foropara la "comunión transatlántica" a través de
la puesta en funcionamiento de un museo
cultural, una biblioteca y un museo de
productos para "rememorar la vsneradamaternidad de Espafla" y frenar el influjofrancés, tanto en la educación y la literatura
como en el intercamhio nrercantil4S. Muerto
el empeño del dominio territorial, queda la
comunidad de ideas, la identidad de costumbres,
el idioma, un fondo común resistente y en el
que el interés mercantil esjustificado por los
contemporáneos como I a palanca p ara el
diálogo. Miquel de Sants Oliver, uno de los
catalanistas rnas renombrados de €ntonces' se
refirió a estas actividades alternativas y
utilitarias: rHe aquí que una nueva conquista' menos
estruendosa, menos cruenla, pero ctetanto
intrepidez y heroísmo como la primera' se
realiza e n los p aíses del P lata, mediante
iniciativa ó la colaboración eficaz de los
colaboradores{g -
Lareproducción que hZo el Mercurio de
un teÍto de José Echegaray tiiulado "Igualdad
y desigualdad" es quizás una de las claves para
entender este modelo cultural ymercantil entre
España" Cataluña yArgentina. El autor escribió
que la igualdad es la muerte, mientras que la
desigualdad es la vida' Las desigualdades,
cuando son legítimas y proceden de la esencia
de las cosas, no sólo son necesarias Para que
haya vida, sino que ademas son provechosas y
"sinrp,áticas y fabajan para realizar cierta especie
de fraternidad universal", una ftase que deja al
desnudo los intereses creados, incluso en el
rechazo de las categorías "panamericanismo",
por la hegemonía de Estados Unidos, y
"latinoamericanismo"' por el predominio de
frances e italiano en lugar del españo150'
NOTAS
t Doctora en Historia de América' Universidad de
Baroclo¡la' España, Docente de la Univ€nidad Nacional
de Roxrio, Argentina.
Herero Mediaülla, Victor (coord') Índlce blográlico
de E¡p¡ñ¡, Portugel c lbero¡mérlc¡, N'6' 2'ed"t"turctp¡r. New Providence, l¡ndon, Parls' 1995' Voz
Frcdaic Rahola i Trirnts.
Rahol¡ I Tré¡nls, Frederic (1 895) "Prologo'l a Manuel
Durán y Bas, Estudic morales, sociales y económicor'
Inprcnta Barcelonésa, Barcelona, p XXI'
.¡iiú;Il
TIERRAFIRME
Ibídem, pp' XV-XV Y XXII'
Mills, Charles WriBht (1987) La élite del poder' FCE'
Mévico, l' edición Oxford 195ó' p' 229'
Raholal Tremols, Frederic(1885) Gotrs de tinta'
Colección de Poeslas, Luis Tasso Sera, Barcelona' p'
186.
Rahola I Trtnnls, Frederic (1931) Comerclo dc Cata-
luñ¡ con Améric¡ en €t slgto XVIII, Prólogo de
BartoloÍié Amengual, Artes Gráficas, Sucesores de
tlenrich y Cia, Baroelona, P' 165,
R ahola I Trér¡ols, Frederic (19M) Algunrs noticl¡s
acerc¡ de lar rntigum comunldsdes de Pc¡cldores
"i ul C¡m Ae Creis, Memorias de la Reial Acidémia
de Bones Llebes de Barceloru, Tomo VIII' pp' 451-
489, I mprenta de la Casa Provincial de la C aridad'
Barcelona. I¡ida el 13461 903, cit¡ de p 474; CaÍ€ras
Y Anau Tornás (1918)'Una excr¡rsió de Psicologia i
Etrografia Hispana guiats perJoaquin Costa", Dlseursoc
llegió en t¿'Rel¡l Acadünla de Bones Lletrc de
Ba-rcelon¡ en ¡olemne reccpcló púbticr, contestación
de Frederic Rahola, Casa Provincial de ta Ca¡idad'
Barcelona, P. 2?.
9 He rabajado el rol de la corporación a nivel mercantil en
un trabajo anterior, Vida i Mort d'ura awntr¡a en el Rio
de la phh. Jaine Alsina i Verjés, 1770/1S36, Editori¿l
Pr.¡blicaciom de l'Abadía de Montserr¿t' Ba¡eelona' 2000'
l0 Rahola I Tr¿npls, Frcderic (1910) El trust del capltal
y €l slndic¡to obrero. Discurso leido corm Presidente
áe la Academia de Jurisprudencia y legislación de
Barcelona, S esión p ública i naugural d el c tnso I 909'
1910, dado el 2s:01-1910, Hijos de Jaime Jesus
IÍpresorcs, Barcelom, PP ?-8'
ll lbfdem,p.9.12 lbídem, cita de p. ó y pp. l0 y 39-40'
13 lbídem, p. 58.ta "Nuest¿ labor", de Fr€deric Rahola, en Mcrcurio, 01'
0l-1909, Aíto IX' lf 8ó.l5 Al [egar a los veinte aios, Puigdollers viajó a Argcntina'
Parafrray y Uruguay, cuando todaüa los españoles eran
"-uiti¡a¿ot"' io."grurdo üaje incluyó Cbile' Boliüa'
Ecuador y Brasil. Su tercer recorrido fue porColombia'
Venezueia y Estados U nidos, en " José P uigdollers y
Maciá", deiederico Rahola, en Mercurio,0l {G1908'
Año VllI, N" 79.
1 6'I¿ Repúbüca fugentina y Barcelona", de A' B' Pont, en
Mercurio, 01-0i-1909, Año Ix, )'J" 86, p' 1781; "Iaexpansión comercial de Cataluña" de Frederic Rahola'
eriMercurio' 2ó-09-l9l t' Año XI. ¡¡" 189'
17 Rahola I Trénrols, Federico(1905) Sangre Nuevr'
lmpreslones de u n vlaje a la Amérlca-del S-ud'
Barcelona, Tipografia I¿ Académica' Prcfacio, p' 7'
lE lbidem, Prefacio, pP. l3-14
19 tbídem, p. 95 y 165, el énfasis es mio'
Gabrie
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TIERM FIRME
20 lbldeu¡ cita dc p. 294; tar¡üien prcfacio, p. 14. Tanrbién"El Infiel Manoqui", tle Frcdcric Relpl¿, en M.rculo,0l{l-1907,Año VII, N" 62, p. 1036.2l R¡hola I Tr¿rmls, Frcderic (19O4)..Confelp¡ria acercadc l¡s rclacíones rrrc¡ntiles cnbe la cost¡ canúbrica ylas Repúblicas Sudanpricanas" d¡<la el 2Z-03_t904Rivfutr dG Bllb¡o, Unión lbercanrricana, Bifbao, p. 6.22 lbídem, p. 10, el énf¡sis cs ¡rdo; tanüién p. 3 l.
23 tbldcm, pp. 22 y 48.24 "Carta ¡bicrta ¡ S.M. cl Rey", de Frederic Rohola, en
Mercüdq O4-08-t902, Aílo II, lf 9.25 n¡b¡¡ t f¡¿¡¡pls, F¡ederic (1904).,Confcrerria... op.
cít,g.44.2ó En el poerm .L'Enigranf'
Rahola Íadfestó su recl¡¡zoa Ia emigración, a ser rm náufrago de h tierr¡, ¡ h¿ccrpafrirs nucras q ue nrrrca s erán propias, e n R¿hola IT¡émols, Prederic, L'O¡t¡¡, pocrlcr, I lu¡tr¡clóCat¡l¡n¡, Barcelon¿.
27 -D¡lla
Corte; Gabriela y Navarro, Gust¡u (1998)'Esüaiegias localcs ü,errtc s l¿s quintas de la grrrra deCr¡b¡, l¡ Villa <tc Calc[a ( I 895- I 898)", en pilir GarcleJordán y obos (coord,) Lo que ducte c¡ Gl olvldo:rccupcnndo l¡ mcmorlr d€ Amértc¡ L¡tln¡,
- Univenidad de Barcclona, B¿¡celon¡, pp. 323-337,28 Raholal'fr¿¡mls, Frederic (1905) S¡Dgre Nu!vr...,op.
cit , p. 18.29 R¡hola I TÉrDls, Frederic ( I 904) ..Conferer¡ci¡
acena& l¡s ¡elacio¡cs,..", op. cir, p. 24.
30 'servicios m¡¡ltinns hispano-argentfuns" de SinrónMuguerza, cn Mercurio, lÉ04-1910, Año X, tf 152;l6{5-19t0, Nr 154_
3 I R¡hoh:-trérmts, Frcderic (l 905) S¡ngre Nucv¡...,op. .cíL,p. tz4.
32 lbldem, pp. 127-129.33 "Llegada de No¡bcrto Cost¡, Vicepr€sid€ntc de la
República Aryentina", en Mcrcurlo, 04-ll-1902, AñoII, lf l2;04-12-t902, N" r3.
¡a 'La Rcprlblica Argentina y Barcelona", de A. B. ponqen Mercurio,0t-01-t9@, Año IX, }f 8ó, p. 1781.
35 'Nr¡csüa labor", de Frede¡ic Rahola, en Mcrcurlo,0l-0l-1909, Afo IX, N.86.
36 " l¡s retaciones cnÍe Espala y América. Manera deforrntarlas", de José puigdollen y Macü, or Mcrturlo,rmrzo de 1902, Año I, 1,,1.4, pp. 57-6t.
37 lbldem, pp. 57{l. Tanüién .I¡s hispanoanrrícanos:la uddad en la variedad", en Mcrcurlo, 0l-03-1907,Año VII, N'64, p. 1090.
" ]t9* AnÉrica y su conrrcio con la Argcntína,', deJosé Dak¡au Monbña, en Mcrcurio, 3gOi-tStO, A¡ox, ¡{" 17ó.
39 B¡hob I fÉrmls, Fr€&ri,, C¿rts prólogo conn Dipuadoa Cortes, en Slmcón Muguerzry SrenzllltO¡
4l
Rcprlbücr Argond¡l Su vld¡ económic¡, comcrclogencrd. El erpccid coa Erp¡ñ!, Fr¡¡cl¡ c ¡t¡ll¡.Prea€trte y porvenlr dct conrerclo hl¡prno-erjendno,Hijos de Domingo Casanovas, prp. VI-WI.Mugwrza y Sarrz, SirE&r (l9lO) RepúblbaArgentins..,op. ciL En not¡ anterior, p. L" les ¡el¡ciones...", dcJosé pügdottcn y Maciá, enMcrcurlo, rmrzo dc 1902, Año I, N" 4, p. 53.Mugueza y Saenz, Sinrón(t9!0) RepriblicaAnienti¡ra,
9¡. cit, p. 35; t¡mbién ..Hay que ir á la Argentina", deSinrón Mugrrcrza, en Mcrcurlo, leo2-19t0, Alo X,N'148.
43 "lás_aceihmas cn la Argcnüna. de Sinrón Mugrrcza,ert Mcrcurlo,0l-03-f910, Año X, If t49.s 'Nr¡esu¡ labor', de Frtde¡ic Rahola, cn Mercurlo,0l-0l-1909, Año IX, lf E6. ..1¡s rel¡cio¡rcs...", de JoséPuigdollen y Maciá, c¡r M.rcurlo, marzo dc 1902, AñoI, N'4, p. 58.
¿5 'Cró¡ic¡ Argentina',, dc Ricard Monner Sans, enMcrrurlo, 0l{l-1905, Año VI, }f 39, p. 359.
46 'Cart¡ ¡bierta ¡ S.M. el Rey", de Frederic Rahola, enMercurío, 0+08-1902, Año II, 1,,1" 9. He an¡tizado estetrrm en rm trrb¡jo antcdor, en colaboración con SsndraFerná¡dez. '.El llmitejrrisdiccional de la corporaciónac¡démica. Debates cnbe usos y leycs en la lenguaargentinn", en Revl¡tr dc t¡ Rcl¡l Ac¡dlml¡ de Boie¡Llctre¡ dc B¡rcelon¡, Barc€lo¡a, en prcns¡.
a? Mc reficm particul¡r¡rpntc ¡ los Tialados frrsdos er¡treEspaña y Argentina en I 859, nndificado en I 8ó3, y elconvcnio de conrrcio del año t 8gt. ..La RcpúbiicaArgcntim y Barcelone,', de A. B. pont, s¡¡ Mcicu¡io,0l4l-t909, Año IX, N" 86, p. t781. ..Nuesbz
labor,,,de Frcderic R¡hola, cn Mercurio,0l-Ol-1909, Año IX,N'8ó; "El porvenir cconómico dc Espafla", enMercurlo,0l-01-1905, Año VI, N. 39.
48 -Cer¡a de E. Dato, presidente del Congreso deDiputados", en Mercr¡¡io, noüe¡rüre de lS09, Año ¡X,If 96; ,,nnÉ.ica en España", de R¡fael Vehils, enMercurlo, diciembr€ de 1909, Año IX, |,1'97, p. 2143.'Crónica Argcntina", de Ricard Monnersans, enMercurlq 0t{3-tq)5, Año VI, }f 4e p. 303; ..Iguatdad
y desigualdad" de José Echegaray, en Mcrcwio;04-01 -1902, Año Il, N" 2.
a9 Escrito de Migucl de Sants Olivcren Mercur¡o, 0l-0j-1905, Año VI, N" 42, p.428.
s0 "Igualdad y desigualdad" de José Echegara¡ enMercurlo, 04-01 -l 902, Año I I, N" 2 ; .,ta
J xpansióncomercial d€ Cataluña" de Frederic Rahola, enMercurlo, 2609-t9t l, Año XI, l.l" 189.
No 78. Año 20 - Vol. XX,W.249-269,2@2
Cat¡lonia-Argetrtine relat¡ons íNewblood" or a chronicle of the announcedlegitimacy ,i
Gabriela Dalla Corte
Abstract:This article deals with the analysis ofFredericRahola's thought, which was one of the mostimportant personalities of the Catalonianbourgeoisie. The study aims at findingarguments to explain the reestablishm€rit ofcommercial dialogue, which remained brokenfor decades after the Independence processes
of Latin America. Trade expeditions Íiade inthe 206 cenfury contrast with the editions ofthe Revista Comercial IberoamericanaMercurio, w hose content s hows differentinterests related to the cultural dimension ofthe international relations. The article stresses
the concemed bicultural-binational ethnicalcontext, particularly Basque-Argentine andCatalonian-Argentine p€ople relationships, as
w€ll as the ethnico-regional context in Spainand the role ofCatalonia and the B asqueCountry.
Intemational trade, fugentine, Spain, Cataloni4Basque Country, Interethnical Relationships,bicultuml-binational connnunities, United States
of America, Panamericanism, France,Latinamericanism, Ibel6-America, I9ú and 20ü
centuries.
TIERRAFIRME
Relations entre la Catalogne €fI'Argentine t'Nouyeau stng" ou lachronique de la lógitimité ¡nnoncée
Gabriela Dalla Corte
Résumé:L étude porte sur I 'analyse de I a pensée d e
Frederic Rahola, un représentant incontour-nable de la bourgeoisie catalanne. Le travailvise á tróuver des arguments pour expliquer lareprise du dialogue cofimercial, qui avait été
interrompu pendant les décennies qui ont suiviles processus d'indépendance de l'Amériquelatine. Les expeditions commerciales du débptdu XXe siécle contrastent avec les éditions dela Revista Comercial IberoamericanaMercurio, dont le contenu refléte des intér€tsdivbrs liés á la dimension culturel des relationsinternationales. L'étude met I 'accent sur I e
contexte ethnique biculturel-binationalconcerné, particuliérement les relationsBasques-Argentins et Catalans-Argentins, ainsique s ur le contexte ethnique régional enEspagne et sur le róle de la Catalogne et duPays Basque.
Mots clé:
Commerce intemational, Argentine, Espagne,
Catalogne, P ays Basque, relations intere-thniques, communautés biculturelles-binationales, États-Unis, Panaméricanismes;France, Amérique Latine, Amérique hispanique,XIXe et XXe siécles.
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TIERRA FIRME
RnsnñAS Y RECENSToT{ES
Luis Ricardo Dávila. Formación y bases de la modernidad enHispánoamérica. Caracas, IJniversidad de Los Andes, CDCHT,Fondo EditorialTropykos, 2002, 175 pp.
Libros Raros ; Biblioteca NacionalTomado del Libro "Ilistoria de Venezttela en Imágettes" - Furdación Polar y Dl Nacional.
¡
¿Significó la independencia para
Hispanoamérica un proceso que le permitió
caminar con sus propios pasos? O, por el
contrario, ¿La emancipación fue el comienzo
de una sujeción distinta a una nueva metrópoli?
¿Dónde empieza y dónde termina nuestra
subordinación a patrones foriineos? ¿Será que
nuestras sociedades no estaban del todomaduras cuando resolvieron destrabar el lazo
que las unía a España? ¿Hasta dónde somos
autóctonos? Finalmente, ¿Cuál es el lugar de
la modemidad en nuestra historia?. . " Sin mell¡¡.,el filo del escalpelo
' metodológico, porla feüeralidad de los tópicos
abordados, Lui* ñi.ur¿o Oáulla ofrece en esta
entrega, que presentamos ante nuestros lectores
gracias a la diligencia editorial de Tropykos ydel Consejo de Desarrollo Científico yHumanístico del Táchira, "una respuesta
plausible a estas interrogantes, lentamente
desgranada en las páginas de sv Formación yBases de la Modernidad en Hispanoamérica,
Esta obra ofrece una mirada sumaria del
pensamiento político y de la literaturahispanoamericana del siglo XIX, trenzada con
una visién sobre las determinaciones de nuestra
vida intelectual de la época, junto con unaproposición de análisis del pensamientohispanoamericano decimonónico.
Las posiciones frente al pasado colonial,los caminos a seguir frente al reto político ycultural de ser modemos, y una ojeada a larelación de América con Europa, conforman
este denso mosaico confeccionado por Dávila,en el que se pone de bulto la estrecha relación
entre la aspiración de modernidad, lacivilización como meta de realizacióncolectiva, y su estrecho vínculo con la Europano hispana. A su vez, el esquema elegido porDávila, se convierte en oferta metodológicapara el abordaje de la historia intelectual, comolínea de investigación para los científicossociales de las últimas generaciones.
La primera parte del trabajo, que presenta
un evidente desbalance de contenido respecto
de las otras dos, se intitula "Panoramainaugural de la expresión americana: América,
tierra de nostalgia", y está encabezada por una
reflexión sobre los inicios del vínculo de
Europa con lo que después sería América,desde el primer contacto europeo con las
culturas del nuevo mundo en 1492.
üig-
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liir.
TIERRAFIRME
Desde estos días, América, a la par que
era Europa en crecimiento, dio muestras de ser
una entidad distinta al viejo continente. Si bien
es cierto que el nuevo mundo comenzó a ser la
extensión de Europa, no es menos cierto que.
"...también es ella misma; es decir es diferente,
es 'otra entidad'. Y así una Europa de refinada
articulación expresiva la oprima y ahogue (...)
siempre será posible encontrar la huellaamericana de la labranza de una manera propia,
de un estilo asimilado, de una palabra apropiada
que no puede ser la manera deliberada de oha
civilización, remedo o acomodamiento, sino
tasluz, apropiación y síntesis de ella misma."
(Dávila, 2002,5) Así, en la nueva civilización,
la cruza entre los factores que la componen,
pasani a ser el elemento distintivo del nuevo
paisaje. América es mestizaje. Y mestiza será
su cultura y su identidad.
Al despuntar el siglo XIX, será el
"criollo", esa suerte de transposición entre lo
oriundo y lo cosmopolita, el que conducirá al
nuevo continente hacia su abrupto e inexorable
encuentro con él mismo: su emancipación
política. La repercusiones intelecfuales de este
evento de singular importancia para el
Qontinente, son abordadas a vuelo rasante por
las líneas de Dávita.
El segundo de Ios capítulos, "Lamodemidad y sus expresiones (1800 - 1830)
'Descubramos nuevamente a América' ", se
inicia tanpranamente en la página nueve, dando
vueltas sobre una sentencia irrevocable: la
independencia abría las puertas de ser
definitivamente americanos a los criollos. Aserto
que se ve truncado, según devela el autor, en la
medida que las fuentes del torrente espiritual
que se abrió paso con el demrmbe del antiguo
régimen venían de Europa. Soltar las a¡narras
que nos unía a España significaba enlazamos
con sus vecinos enemigos del antiguocontinente. La influencia de las revoluciones
francesa y norteamericana, y la estrecha alianza
de los ingleses con los sublevados americanos
así lo certifican. Dejando de serparte de España,
nos hacíamos más Europa.
Esa búsqueda americana de su propiaentidad, tropieza con el hecho de que las
nociones y aspiraciones colectivas de los
americanos, estaban guiadas por una partitura
confeccionada del otro lado del Atlantico. Ser
modemos era ser europeos. Era amoldar nuestras
maneras a los preceptos civilizatorios de lametrópoli, ahora mudada a los nuevos cenüos
de expansión del capitalismo, ya de escala
mundial.
Pero otros párrafos llamaron mi atención
en la lectura, -por obligación menuda yreposada, como la que siempre ofrece una
prosa colmada de referencias-, que hice del
libro. Así, en la página diez y siete se asoma
un filón de interesante rastreo. Se trata de esa
"revuelta de los espíritus", que fue laemancipación arnericana, y que fadujo además
una nueva práctica política: la de ser
ciudadanos. Lo cual, para decirlo con Belaúnde
y corearlo con Dávila, convirtió a las nuevaS
naciones en el laboratorio político más extenso
que haya conocido el mundo. El ejerciciodirecto de la soberaníd, en ausencia delmonarca depuesto por la invasión francesa, fue
una compuerta que abrió la posibilidad de
experimentar nuestras formas de gobierno, las
más de las veces confeccionadas al calco de
las que ya habían sido ensayadas en otras
latitudes. La ciudadanía politica, entendida
como el ejercicio directo de la soberanía y lainstalación de formas de representación
I
I
l,t,l$,
ItlS{ri':
polític4 traduio la existcncia de comunidades
depositarias de derechos y deberes.
' " Ad,' lu'comunidad' polltica hace su
apár¡ción partiendo de factores identitarios
fraguados en el tiempo colonial: la parroqui4
d cantón, la provincia. El pequeño espacio,
fue cl escenario en cl que discunió la vida
politica de un rompecabezas que no veria
crigarzalas sus piezas sino entado el siglo XX.
Asl, las lulüas federales, cruzadas con un
tiempg en el qug polltica y guerra iban dc l¿
mand de liderazgói locales como el de los
áuditlos, dibujaro4 un paisaje adverso a las
aspiraciones de las élites decimonónicas.
Alguna vez escuché decir quc los
hispanoamericanos no tuvimos "patria"
$urnte b'rena pa¡te del siglo XIX. Más bien'
para éxpresarlo con Lufs Gonález, es€ ma€stro
d9 la historia chica que nos regaló México,
durante el ¡iglo XIX predominó la "matria", y
con ella, el vinculo con el pasado que brotade
la filiación de las huellas dejadas por el tiempo
en las regiones, microregiones y localidades.
Est{'.rUalidad raparece abocetada en las
cuartillas de Dávila, cuando, mediante el
concurso de las letras de la época, esta
fragmentación espacial y polltica encuentra
asidero, en tos diversos paisajes que se dibujan
para conformar la gama de colores que definen
nuestras sociedades.
Pero, con la humildad de quien trata la
hechura de un investigador consagrado Qomo
Dávil4 es conveniente revisar algunas de sus
afirmaciones. Cuando el autor trata las
su¿levaci-ncs locales del siglo XVIII como
antecadentes de las guerras de independenci4
(Dávila, 2002,24) no sale de los parámetros
tradicionalmente establecidos por la historia
patri4 que coloca el tiempo colonial como
TIERRA FIRME
mcro precedente de lo va a ocurrir luego de
1810. Las reflexiones historiográficasiniciadas por el positivismo de finales del siglo
XD( y reafirmadas por la historiografia mand$a
y la de reciente elaboración, apuntan hacia la
consideración del lapso anterior a laemancipación como una formación histórica
susceptible de un análisis peculiar, que traba una
ligazón particular con los acontecimientos
fundacionales de las reprlblicas hispano'
america¡ras. Si antes la colonia er¿ tratada como
mero antecedenle de la emancipación, ahora
requiere un acercamiento, que le coloque m el
lugar de ser un tiempo vital para el fraguado
espirinral de Hispanoamérica.
De lo que se desprende que, tal vez s€a
conveniente ajustar la parte que refiere las
sublevaciones y levantamientos de la colonia,
como precedentes de las revoluciones de
independencia. Vsto que, en este esticto punto,
la obra de Dávila perpetúa la tradición
historiográfica que presenta al criollo como
depositario de la heterogeneidad de
Hispanoaméric4 vieja y manida imagen, que
sirvió para darle piso histórico, a su disputa
por el sostenimiento de la estructura de poder
intema de la sociedad.
Esta era la finalidad velada de las
historiografias patria y nacional, como está
sufi cientemente trabajado en distintos apartes
de la obra de Germán Carrera Dámas, pionero
de la crltica historiográfica en Venezuela. Por
demás, interpretaciones como las de Jonh
Linch, suficientemente manoseadas en las
cátedras de historia de Améric4 arojan luces
sobre las razones de estos levantamientos' Una
de ellas, la "segunda conquista", coloca estas
sublevaciones, en el terreno de las naturales
disidencias, ocasionadas por la procura de un
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TIERRA FIRME
control más efectivo establecido por lasinstituciones españolas en América. Laimpopularidad de la nueva conquistaburocrática entre los americanos, llevada a
efecto por las reformas borbónicas, nadatenlaque ver con una ruptura con el Rey, a la manera
de la que se verificará, como corolario de lacrisis de la sociedad colonial y de losacontecimientos españoles de I 808.
'Civilización y Barbarie': Las metáforas
del liberalismo ('romantico') civilizador", se
llama el tercer aparte de la obra. La palabra
civilización, en rigor, entreveraba una relación
de estrecha sujeción y dependencia de losdictados que, desde el mundo civilizado, es
decir, desde Europa, manaban pard ser
ejecutados al pie de la letra por los bárbaros,
que vale decir, por los hispanoamericanos. Ser
civilizados es ser Europeos, pero de la Europa
no española. Por eso "... lo formador y lofecundo de América continuó sienilo loEuropeo..." (Dávila" 2002, 102) América era
vista por igual, como rresumen de una mirada
impugnadora del pasado colonial, sumada con
un examen glorioso de la gesta emancipador4
aunada a la ponderación pesimista del presente
republicano, y la fatal certeza de un oscuro
porvenir. SarmientqAlberdi, Briceño Guerrero,
Rodó, Samper, por citar los autores más
interpelados, desfilan alternativamenteapuntalando la negación de lo hisfano, en
procura de parámetros foráneos qienos a lapenlnsula
La historia intelectual, suerte de
radiografia de las grandes corrientes de
pensamiento que tuvieron lugar en el espacio
y el lapso referido, es la senda que desmaleza
Luls Ricardo Dóvila. El autor asume con
honestidad profesional, el diflcil reüo de abrir
paso a nuevas reflexiones, entre la tupida breña
de la política y las ideas de loshispanoamericanos de la emancipación. Yremachamos lo de historia intelectual, puesto
que no se trata la obra de Dávil4 de unahistoriade las ideas. Esta última hubiese significadoun conocimiento miis detenido de los autoresque desfilan por las ciento setenta y cincopáginas del tomo. Además, el tratamientomonogriifico requerido por la historia de las
ideas, hubiese segmentado el vasto contenidode este libro eir dos o más trabajoé, de igual o
mayor extensión que el que nos presenta
Tropikos y la Universidad de los Andes. En laobra de Dávi14 resaltan la capacidad de sfntesisy análisis, asl como la prosa de quien se ha
dedicado por buen tiempo a lateflexión teórjr .¡r.
En sum4 las líneas de Dávil4 le vienenal pelo al lector que guste quebrase lacabez4con el espejo en que nos hemos miradó desde
nuestros días aurorales.
Lionel Muñoz P¡z
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tA DICTADURA DE PEREZ JIMÉNEZ¡testimonio y ficción
ASf NOS V|ERON.Cultura, ciencia y tecnología en VenezuelaI 830-1 940
TRATAMIENTO DE LAS FALLAS DEPENDIENTESy LAs AccroNEs HUMANAS EN Los ANALtstsDE CONFIABILIDAD Y RIESGO DE tA INDUSTRIACONVENCIONALConvenio con el lnstituto Superior de Cienciasy Tecnologías Nucleares.de Lá Habana, Cuba
LAs REPRESENTAcToil¡Es poLfncAsD€LVENEZOIANO.Un estudio pbre olturas polÍücs
URBI/ORBE. Consideraciones humanísticas,reflexiones ecológicas y observaciones geográficassobre el entorno urbano
EVOLUCIÓN DEL POSTGRADO OUIRIJRGICO.Enfoque de la Sociedad Venezolana de Cirugía
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Esta Publicación se terminó de imprimir en el mes djunio del año 2003en Los Talleres de Formas Laseq C.A
utilizandose el papel tancreamy 55 gr. y glassé 230 ;
con titpos Times New Roman en la composici¿n ¿e textos.La edicion fue de 2000 ejemplares
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NORMAS PARA IA PRESENIACION DE ORIGINALES
Tierra Firme, revista de historia y ciencias sociales, es una publicación trimestral dedicada a lainvestigación científica en el área de las ciencias sociales y en particular a la historia. En ella se
publican artículos e informes que, pueden ser: investigaciones concluidas, investigaciones en procesoy estudios analíticos, así como reseñas y comentarios.
El comité editor y el consejo de redacción de la revista han establecido una serie de normas ycriterios para la publicación de los trabajos que damos a conocer a nueskos colaboradores:
1.- Los trabajos deben ser inéditos, y nunca con más de treinta (30) cuartillas.
2.-'Ibdos los habajos irán precedidos de una hoja en la que figurd el tífulo del trabajo, el nombre delauto¡ o autores, así como un minicurriculum de éstos. Debe señalarse la sihración académica delos autores y su teléfono y dirección. En esta página precedente se incluirá también un resumenno mayor de quince (15) renglones y una lista de palabras claves.
3.- El consejo de redacción revisará en primera instancia los originales y seleccionará si es necesarioy de acuerdo al tema, a dos miembros del comité editor o a dos expertos en la materia,quienes efectuarán una nueva revisión. En todo caso, la junta de arbitraje decidirá sobre lostrabajos.
4.- Las colaboraciones deberán presentarse, en lo posible, en diskette y dos (2) originales, adoble espacio, 28 renglones y con un margen de tres (3) centímetros de cada lado del papel.E[ autor o autores deben estar identificados.
5.- En cada cita deberá hacerse referencia a su fuente dentro del texto en el cual aparece; porejemplo: (Núñez T., 1975:24). AlÍinal del artículo o info¡me se darán las fuentes bibliográficaso hemerográficas completas, en orden alfabético de autores, observando las siguientes normas:
5.1. Libros: Apellido e iniciales del nombre del primer autor. Apellido e iniciales del nombrede cada coautor. Título del trabajo subrayado y en mayúscula la letra inicial de laspalabras que no son elementos de enlace. A continuación separada por una coma, laciudad en la cual se encuentra la editorial, luego de dos puntos, la editorial y finalmente,separado por coma el año de la publicación. Ejemplo:
Stepam, A. y D. Rock; The Military in Politic, Stanford University Press, 1980.
5.2. Artículos: Apellido e iniciales del nombre del primer autor. Apellido e iniciales delnombre de los coautores, título del trabajo con mayúscula, la letra inicial de las palabrasque no son elementos de enlace y todo entrecomillado, nombre de la revista subrayado,volumen y año, número y páginas. Ejemplo:
Cunil Grau, Pedro; "Geohistoria Ambiental y expoliación de recursos naturales en laVenezuela pre-petrolera". Tiena Firme. Vol. VI, (1988), N" 24, pp.327-344.
6.- Las pruebas de imprenta no serán enviadas a los autores para su corrección final. Dichascorrecciones se harán por e[ consejo de redacción, y el equipo de corrección.
7.- No se devolverán originales.
8.- Los puntos de vista expuestos por los autores no corresponderán necesariamente con los delos editores.
La revista mantiene una sección dedicada a noticias relacionadas con la actividad científicadesarrollada duranie el año. Por ello, se agradece a los organ2adores y responsables de congresos,jornadas, simposios u otra actividad de índole científica, ponerse en contacto con nosohos a finde incorporar las informaciones correspondientes.
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