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Cadelario 26 digital

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Vocero de lo que piensan en Puerto Madryn. Edición Septiembre/Octubre 2015

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PRESENTACION

En el Madryn de los años sesenta, el tiempo era abundante para las obligaciones que ponían en mo-vimiento a las personas del pueblo y las calles resul-taban grandes para los escasos automóviles y peato-nes que la transitaban.

Esa anchura de tiempo y espacio permitía que los niños de entonces usáramos tranquilamente la calle como una extensión natural del patio de juegos.

Así los postes de luz enfrentados eran los arcos del estadio donde se jugaba el picadito de fútbol y la abundancia de baldíos, a veces terreno de aventura y descubrimientos y otras veces el lugar elegido para la fogata de San Pedro y San Pablo.

En las tardecitas de cualquiera de esos días –todas igualmente de parecidas- recorríamos las tranquilas calles del centro donde inevitablemente nos encon-trábamos con Candelario Corrales.

Lustrabotas de oficio, el cine español le facilitaba un altavoz –gigante para la escasa estatura de Can-delario- con el declarado fin de recorrer las calles del pueblo y dar a conocer las dos películas que cada no-che se exhibían en su sala.

Al sentir su voz amplificada, Candelario sentía crecer la importancia de su mensaje, de manera que de vez en cuando anunciaba las películas del día, pero la mayor parte de su discurso era de su propia inventiva.

Para nosotros era una de las mayores atracciones de la ciudad. Lo seguíamos en su recorrido sin pres-tar atención a sus palabras, pero cual fiel séquito de seguidores lográbamos que tomara con mayor fervor su discurso hasta que llegaba a su punto máximo en el que hablaba…en “inglés”. Por supuesto un inglés creado en su propia imaginación.

En su ilusión cada tardecita, Candelario por un rato dejaba su oficio de lustrabotas para transfor-marse en el vocero del pueblo.

Hoy Madryn es más estrecho. El tiempo pasa más rápido. Tanto que la urgencia ha oscurecido la tan humana capacidad de pensar y pensarnos.

Por eso, necesitamos iluminarnos. Un Candelario actual, un vocero de las ideas en Madryn.

Por eso nace CANDELARIO

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EDITORIAL

El presente número de Candelario presenta la estéti-ca habitual de la revista, pero hemos incluido algunos cambios en las secciones que la conforman.

En principio hemos incluido el cuento fantástico del Ingeniero San Martín, el cual si bien tiene sus años, siempre nos trae un aire fresco para pensar integral-mente nuestra región Patagónica, aquella que ocupa la porción sur de nuestro país, desde el Río Colorado hasta el estrecho de Magallanes y la Tierra del Fuego; para la cual nuestra Argentina nunca ha tenido un plan gene-ral para su desarrollo.

El homenaje al Comandante Luis Piedra Buena tam-bién tiene su lugar en una sección que hemos denomi-nado “Hacedores de nuestra Patagonia” destacando su enorme contribución para que estos territorios que hoy reconocemos como Argentinos así lo fueran y al mismo tiempo difundir los valores humanos que animaron la vida de una personalidad que hoy merece ser asumida como un ejemplo arquetípico para los Patagónicos, es-pecialmente para quienes asumen responsabilidades públicas.

El imperativo de pensar nuestra ciudad y sus pro-blemas desde el conocimiento técnico y profesional se presenta en la habitual sección de la Ciudad. En un contexto donde nuestros principales candidatos a la In-tendencia se esconden para no debatir los problemas de la ciudad -y esquivan explicar el origen y cómo admi-nistran los dineros de su campaña electoral-, la única manera de encauzar el debate de los temas profundos de nuestra ciudad es imponerles esa obligación desde la

opinión pública. Entendemos que los Madrynenses no merecemos la falta de respeto de ignorar el debate de ideas y propuestas entre quienes aspiran a administrar nuestro dinero de contribuyentes en los próximos cua-tro años. Desde Candelario esperamos ser acompaña-dos por el resto de los medios de prensa locales, aunque la mayoría ha mantenido una actitud por lo menos complaciente con los candidatos.

También abrimos la sección “Otro tiempo…el mismo lugar” para incluir un cuento de un madrynense que, ausente de la ciudad por más de 30 años, nunca dejó de habitarla en su recuerdo y para demostrarlo compar-te con nosotros la historia de Giuseppe en la cual nos transmite vivencias y emociones de quienes construye-ron su vida sin sospechar que también estaban constru-yendo una ciudad, que sigue viviendo en la brisa de la tarde, en la omnipresencia del Golfo, en los remolinos de viento y en tantas esquinas que guardan esos recuerdos para quienes saben encontrarlos.

Finalmente una mirada irónica sobre el futuro que pueden encontrar las futuras generaciones de madry-nenses, cuando los sorprenda el bicentenario de nuestra ciudad si no recuperamos aquellos valores de nuestros hacedores, desde Piedra Buena hasta el Giusseppe de Moro Patané.

El Futuro: ¿Sera posible construir algo mejor?

Ahora podrás acceder a la versión digital de Revista Candelario ingresando a

www.candelariovocero.com.ar

Contacto: [email protected]

Año 4 Vol. 26 - Septiembre/Octubre 2015 - Registro de Propiedad Intelectual en Trámite.

Editor Responsable: Carlos Sanabra - Diagramación e Impresión: EA GROUP Ediciones

Corrección: Patricia Libra - Colaborador Permanente: Pedro Seibt - Ilustración de tapa: René Magritte

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infraestructura de servicios y vial.

¿Podrá desarrollarse mayor valor agregado en el aprovechamiento del pórfido y en la pesca? ¿Cómo impactará todo ello en la generación de puestos de tra-bajo, en la demanda de servicios, en la infraestructura vial y portuaria?

Nuestras industrias y nuestro puerto, ¿podrán ofrecer competitivamente sus servicios a la llegada de las explotaciones mineras en la meseta?

¿Podrá la actividad del turismo crecer como actividad económica (generación de riqueza y de empleo) por encima de las productivas? Si así fuera, ¿cómo habrá que organizar la ciudad, sus servicios e infraestructura para cubrir la estacionalidad de la actividad y su fragilidad?

Si todo ello ocurre, ¿De qué manera se dará la inevitable interrelación entre esas actividades económicas en el territorio de la ciudad?

Como Ud. se dará cuenta, estimado vecino, cada uno de estos interrogantes abre la puerta a muchos otros y su análisis, medida y evaluación requiere co-nocimiento profesional y dedicación de tiempo completo, no solo para defi-nir el rumbo sino también para controlar y ajustar su avance.

Conocimiento para satisfacer la demanda

Apretada en un escaso 10 % de su territorio, Madryn sufre por la falta de ofer-ta de suelo urbano y adecuadas herramientas de planificación. Esta situación resulta más gravosa por los vacíos de conocimiento técnico y profesional en los temas de la ciudad (urbanos, sociales, de infraestructura, del soporte físi-co de la ciudad, de su funcionamiento real).

Pero Madryn no está congelada. Funciona con sus obstáculos cada vez más gigantes, crece mal a impulsos de decisiones públicas demagógicas y clien-telistas, pierde competitividad cada día y se alejan –lamentablemente- opor-

tunidades de desarrollo y mejora real de la calidad de vida de sus habitantes, expulsando a quienes se acercan a nuestra ciudad para sumar inversiones ge-nuinas.

Todos los días decenas de miles de madrynenses se mueven por la ciudad, algunas lo hacen en sus ve-hículos particulares, otros en el sistema público de transporte (colectivos, taxis, remises), otros en bici-cleta o a pie. Todos ellos circulan en sus calles. Cada día consumimos unos 25/35 millones de litros de agua –sin discriminar usos industriales, de lavado o de consumo- que cada día se bombean desde el río

La Ciudad

Conocimiento (o Ignorancia) para pensar Madryn

Orientar el rumbo de Madryn supone establecer unos criterios básicos de su desarrollo en el territorio, ordenados en función de alcanzar un modelo ideal de ciudad.

Claro que para ello hay que definir con anticipación ese modelo, para lo cual es necesario establecer –racionalmente- su rol en el sistema de ciudades de la región y al mismo tiempo disponer de un co-nocimiento preciso de su territorio, del funcionamiento real de la ciudad y de los conflictos, debilidades y fortalezas que caracterizan la relación entre ambos.

Los interrogantes de esta etapa son, por ejemplo, ¿Queremos ser el segundo puer-to del país? Si es así, cuáles serán las car-gas futuras, su origen y destino y cuáles serán las transformaciones necesarias en el puerto y en el sistema de transporte –incluido por supuesto, la llegada del fe-rrocarril- Y al mismo tiempo, ¿Queremos ser el primer puerto pesquero del país?

O, ¿se podrá en nuestra ciudad expandir el aprovechamiento de la producción pri-maria del aluminio y radicar nuevas in-dustrias que generen nuevos productos? Sí es así, cuál será la demanda en tierras,

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La Ciudad

Chubut y generamos unos 12/15 millones de litros de agua cloacal residual que continuamente se bombean a 130 metros de altura para alimentar una laguna que por ahora desborda, con escaso aprovechamiento. Diariamente producimos unos 150.000 kilos de residuos domiciliarios y el triple en resi-duos industriales, los cuales están lejos de ser tratados convenientemente. El consumo de energía en sus distintas formas (combustible, electricidad, gas) y para distintos usos (productivos industriales, de servicios, residenciales, etc) se incrementa permanentemente y por encima de la media de las ciudades de la región. Los tendidos aéreos para televisión y teléfonos multiplican kiló-metros de cable y postes en las veredas, en una especie de telaraña incom-prensible que crecen más rápido que la undaria en el golfo.

En todos y cada uno de estos aspectos de la ciudad hay una demanda cre-ciente que satisfacer, hay un consumo que medir, hay un sistema que revisar y evaluar pero fundamentalmente resulta imprescindible una visión integra-dora porque todo ello ocurre en un mismo lugar, en el territorio de Madryn.

Por eso, más allá de las demandas insatisfechas –que insisto deben medirse permanentemente-, no alcanza el buen desempeño del responsable de cada uno de los servicios porque inevitablemente su acción invade el campo de otro servicio y al mismo tiempo el de otra área de la planificación de la ciudad (veredas, calles, espacios verdes, etc.), que a su vez influye en otros campos de planificación y así hasta cubrir todo el territorio municipal en una especie de red. Para ello es necesario aplicar otro tipo de conocimiento a la ciudad, el cual se puede asimilar a un director de orquesta que debe sumar armoniosa-mente el sonido de cada instrumento para alcanzar una composición musi-cal. Es el tipo de conocimiento propio de las incumbencias profesionales de arquitectos, planificadores y urbanistas.

Un lugar para el conoci-miento

Para atender esta situación, que es pro-pia de toda ciudad moderna, aparecieron en el mundo desarrollado nuevas herra-mientas de planificación (planes estra-tégicos para definir el modelo ideal de ciudad y planes integrales para mejorar su funcionamiento) más apropiadas para producir una ciudad funcionalmente competitiva, ambientalmente sustenta-ble y socialmente gobernable, requisitos ineludibles para asegurar una ciudad con calidad de vida, crecimiento y desarrollo permanente.

En otras palabras, planificar la ciudad es una cuestión de la Comunidad (y no solo del Intendente de turno), que requiere de conocimiento profesional específico y que debe sostenerse en el tiempo.

Para empezar, podríamos romper la te-laraña de nuestros políticos y exigirles hacer un lugar al conocimiento técnico y profesional para pensar nuestro Madryn (que es nuestra y no de ellos).

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Panorama del Pasado

Efemérides localesFuente: Centro de Estudios Históricos y Sociales de Puerto Madryn

Septiembre

1º de 1928: Se presenta en la ciudad el con-junto artístico “Angelita Pagano” dirigido por el profesor Angel Scandroglio, ponien-do en escena la comedia “Perdónanos” y una obra crónica titulada “El Santo Varón”. La presentación fue a beneficio de la insti-tución “Copa de Leche”.

1º de 1936: Energía Eléctrica permanente en Madryn. En la fecha se inicia el suministro de energía eléctrica durante las 24 horas del día y el alumbrado público de las calles que continuara hasta el amanecer.

02 de 1902: Setenta familias de origen Galés se trasladan al Río Negro a instancia de Eugenio Tello quien en ese momento era gobernador del Territorio de Río Negro, dando origen a la Colonia Agrícola Fray Luis Beltrán.

03 de 1926: El Honorable Concejo Munici-pal en su sesión ordinaria dispuso que el ingeniero Constantino D. Becke, efectuara con los medios de que dispone la Munici-palidad la nivelación del pueblo. Una vez realizada la misma el Honorable Concejo estaría en condiciones de dictar la orde-

nanza sobre veredas, que tanto requiere el progreso del pueblo.

04 de 1943: Se estrena en el Cine Español el film “La Quimera del Oro” del genial Char-les Chaplin con una gran afluencia de pú-blico.

05 de 1925: Parte para la Capital Federal el Cacique Juan Sacamata de 102 años de edad, con el fin de solicitar a la Direc-ción de Tierras y Colonias una fracción de campo para establecerse con su gente. Para reforzar el pedido llevaba consigo una documentación que lo acredita como uno de los indígenas que con mayor celo y empeño colaboró con el asentamiento de los primeros colonos galeses y por ser uno de los más adictos y cumplidores de las leyes aún en detrimento de sus propios intereses.

05 de 1931: Un voraz incendio iniciado en la madrugada destruyó totalmente el edifi-cio de la Asociación Española de Socorros Mutuos, el cual estaba ocupado por el Cine Español y bar del mismo nombre. La rapi-dez con que se inició el incendio y su pro-pagación se explica si se tiene en cuenta que el edificio era de madera y chapa de cinc.

07 de 1931: Se dicta la Resolución del Con-sejo Nacional de Educación Nacional acep-tando la donación de la manzana Nº 58 que fuera cedida por la Porth Madryn & Co. para la construcción de la Escuela Nacional Nº 27

08 de 1903: Fallece el Cacique Valentín Sa-yhueque luego de un ataque al corazón durante una ceremonia ritual en las tierras que el Gobierno Argentino le había asig-nado en el valle del Genua. Fue uno de los caciques más importantes de la Patagonia oriental. Su padre era el cacique Chocorí (probablemente un mapuche chileno) y su madre era Tehuelche.

09 de 1933: Arriba el transporte “Pampa” con un importante cargamento de plantas y árboles que la Base Naval de Puerto Bel-

grano donó a la Municipalidad local para embellecer la costanera.

10 de 1984: Una multitud de vecinos de nuestra ciudad marcharon hacia el muelle Storni para impedir el desembarco de la tripulación del buque de guerra “Thorn” de bandera estadounidense, en repudio a la ayuda de ese país a Inglaterra en la Guerra de Malvinas. El evento fue conocido como “El Madrynazo”

11 de 1915: La Gobernación del Territorio concede al vecino Sr. Tomás Curti el per-miso para construir sobre la playa un es-tablecimiento balneario. El año siguiente se inaugura el Balneario Argentino, el cual ofrece sus servicios hasta el año 1926, fe-cha en que cierra, es desarmado y vendido para pagar las deudas que genero su fun-cionamiento.

11 de 1946: Con un “cocktail” de camarade-ría fue celebrado el día del maestro en el Hotel Playa, organizado por el Centro de Maestros “Sarmiento”. La reunión contó con la presencia de Sr. Inspector de zona Don Antonio Garcés y el Sr. Presidente del Centro Don Roberto Antonio Bruno, quien pronunció un breve discurso alusivo a la fecha. La reunión culminó con la ejecución de piezas clásicas y bailables a cargo del profesor Enzo Autiero.

12 de 1929: Aterriza en nuestra ciudad el avión Late 25 motor Renault de 350 HP en el cual viajaba el Sr. Paul Vachet, jefe de tráfico de la Aeroposta Argentina, el piloto inspector de la línea Sr. Rufino Luro Cam-baceres y el mecánico Sr. Agustín Brandi, quienes inspeccionaron obras e instalacio-nes para establecer un vuelo regular entre Bahía Blanca y Comodoro Rivadavia con escala intermedia en nuestra ciudad.

13 de 1929: En representación de la Compa-ñía Sudamericana de Trabajos Públicos, el Sr. Gino Capagli formalizo la compra de la Usina de Luz Eléctrica de Madryn, propie-dad de Pedro Martín. Igual operación rea-lizó con la usina de Trelew y con la Compa-

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Panorama del Pasado

ñía Telefónica de esa ciudad.

14 de 1929: La división “Propaganda e Infor-mes” de la Administración de los Ferroca-rriles del Estado ha confirmado que en la próxima edición de los folletos de turismo para el verano 1929/1930 se incluirán foto-grafías de paisajes y mapas de Puerto Ma-dryn, Playa Unión, las zonas petrolíferas y cordilleranas del Territorio del Chubut. 15 de 1922: Asume como Presidente del Ho-norable Concejo Municipal el Sr. Cupertino Theovaldo Alt, quien era además Gerente de la Compañía del Ferrocarril Central del Chubut.

16 de 1918: La Asociación Española de Soco-rros Mutuos compró las máquinas y útiles del biógrafo “Colón” con el objeto de insta-lar un cinematógrafo en su Salón – Teatro.

16 de 1943: Hace su debut en nuestra ciudad el circo “Europa” con gran afluencia de Pú-blico.

17 de 1932: Se inauguró el edificio de la So-ciedad Italiana “Duca degli Abuzzi” sobre la calles Julio Lezama (actual calle 28 de Julio) que fuera construida por los cons-tructores Angelo Mistrángelo y Domingo Martinelli.

18 de 1933: El Presidente del Concejo Muni-cipal designo al vecino Enrique J. Corbetto como cobrador Municipal.

19 de 1942: Se aprueba el proyecto para construir la Aduana de Puerto Madryn, elaborado por la Dirección General de Ar-quitectura de la Nación, el cual será erigido enfrente al Muelle Piedra Buena.

20 de 1930: A pesar de la prohibición decre-

tada por el Duce Benito Mussolini, en Ma-dryn, como casi en todo el país, se celebró el 60 aniversario de la creación de la Repú-blica Italiana.

21 de 1878: Se publica el primer periódi-co impreso en el valle del Chubut bajo la denominación de “Ein Breiniad” (Nuestros derechos civiles) editado por Lewis Jones.

21 de 1918: Se realizó la primera carrera de automóviles entre Trelew y Puerto Madryn. Numeroso público acudió a la llegada de los competidores. El ganador empleo el tiempo record de 1 hora y 6 minutos.

22 de 1930: Un voraz incendio destruyó com-pletamente el edificio y las existencias del Bar Madryn, ubicado contiguo a la tienda Madryn, propiedad del Sr. Rodolfo Grimm.

23 de 1930: Con la aprobación de la Gober-nación del Territorio, el Sr. Comisionado Municipal Don Enrique Muzzio dictó la correspondiente resolución que dispone la nomenclatura de las calles y numeración de las fincas de la población.

24 de 1888: Fallece en el Museo de La Plata en Cacique Inacayal. Nació alrededor de 1833 y era hijo de padres de distinta raza. Según Tomás Harrington era Chulila Küne por parte de padre y Gününa Küna por parte de madre. Según Luis María Torres y Lehmann Nitsche era de padre y madre Gününa Küna, y según Francisco Pascasio Moreno era Huilliche. Fue uno de los últi-mos en resistir, al mando de 3.000 hom-bres, la llamada Conquista del Desierto del ejército del general Julio Argentino Roca. Sobre sus últimas horas escribió Clemente Onelli “Un día, cuando el sol poniente te-

ñía de púrpura el majestuoso propileo de aquel edificio (...), sostenido por dos indios, apareció Inacayal, allá arriba, en la escale-ra monumental; se arrancó la ropa, la del invasor de su patria, desnudó su torso do-rado como metal corintio, hizo un ademán al sol, otro larguísimo hacia el sur; habló palabras desconocidas y, en el crepúscu-lo, la sombra agobiada de ese viejo señor de la tierra se desvaneció como la rápida evocación de un mundo. Esa misma noche, Inacayal moría, quizás contento de que el vencedor le hubiese permitido saludar al sol de su patria”. Sus restos descansan en la localidad de Tecka.

25 de 1926: Quedaron terminados los ci-mientos del Hospital Local que se constru-ye bajo la dirección del Sr. José Guerionte, quien como es de práctica habitual ofrece un asado a la criolla a las autoridades y ve-cinos.

26 de 1916: Informa el Presidente del Conce-jo Municipal que en respuesta a sus ges-tiones ha logrado la formal promesa del Gobierno Nacional para dejar sin efecto la suspensión de los trabajos y proseguir con la perforación en busca de agua para la población.

•Cacique Modesto Inacayal (1833 / 1888)

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Panorama del Pasado

27 de 1908: Aparece en la vecina Trelew el primer número del periódico “El Avisador Comercial”

28 de 1782: Parte el piloto Villarino desde Carmen de Patagones remontando el Río Negro con 4 chalupas. Fue el primer euro-peo que llego al Río Neuquén y demostró la imposibilidad de llegar al Océano Pacífi-co por el Río Negro.

29 de 1947: Inicia sus reuniones la Comisión pro- Templo Católico en nuestra ciudad, presidida por ex Intendente Don Enrique Muzzio, cuyos esfuerzos lograron la cons-trucción de la actual Iglesia Sagrado Cora-zón de Jesús en el año 1955.

30 de 1989: Se realiza la última función del Cine Español. Calladamente se cierra un lugar donde los madrynenses disfrutaron de espectáculos teatrales, musicales y ci-nematográficos por más de 60 años.

Octubre

1º de 1921: Se inaugura el “Círculo Madryn”, centro social patrocinado por la Juventud local. Muchas familias asistieron al baile inaugural, amenizado por el pianista Sr. Miguel Viltró, pasando los asistentes un momento sumamente agradable.

02 de 1931: Se reanudan los servicios aero-postales a la Patagonia, bajo la superinten-dencia de la Dirección General de Correos y Telégrafos y a cargo de la Dirección de Aviación Civil. Es la primera empresa es-tatal de aeronavegación y utiliza las má-quinas, elementos, campos de aterrizaje y personal de aviadores y mecánicos que utilizara la aeropostal argentina que explo-taba anteriormente esta línea.

03 de 1931: La Asamblea de socios de la Biblioteca popular “Sarmiento” designa la nueva Comisión Directiva, la cual queda integrada de la siguiente manera: Presidente: Alfredo Godoy Diaz - Vicepre-sidente: Italo Mírcoli - Secretario: Daniel Bustamante - Tesorero: Juan Fernández - Vocales: Raúl Padilla, R. Infante, N. Fernán-dez, Julio Mazzanti, Davies Thomas, Eliseo Siguero.

04 de 1942: En oportunidad de celebrarse el día de la Prefectura Marítima, fue distin-guido por acto de arrojo en salvamento de persona en el mar, el joven Damián Díaz de esta localidad a quien se le otorgó una medalla y diploma en reconocimiento por haber salvado la vida del niño Juan Mora-les que estuviera en inminente peligro de ahogarse.

05 de 1877: Luis Piedra Buena con la goleta argentina Santa Cruz recoge 22 náufragos de la barca inglesa Anna Richmond in-cendiada en alta mar a la altura del Golfo Nuevo, desembarcando la tripulación res-catada en Puerto Madryn.

06 de 1868: El Estado Nacional otorga en concesión a Luis Piedra Buena la Isla de los Estados y la margen sur del río Santa Cruz en una extensión de 3 leguas de frente so-bre dicho río y 4 hacia el fondo, quedando comprendida la Isla Pavón, donde se esta-blecerá Don Luis Piedra Buena y su familia como afirmación de la soberanía nacional sobre esas tierras pretendidas por el her-mano país de Chile.

07 de 1910: Fallece el Capitán Carlos María Moyano quien fue el gran explorador del Territorio Santacruceño y profundo cono-cedor de los pueblos Tehuelches que habi-taban esa región.

08 de 1933: Se inaugura el nuevo edificio de la Sociedad Española de Socorros Mutuos de Puerto Madryn. Numeroso público lle-nó la nueva sala del teatro español donde se escuchó el discurso inaugural a cargo del Sr. Manuel Sancha, presidente de la So-ciedad. Fue designada Madrina la señora María de Bezunartea, representada en la ceremonia por su hija Inés.

09 de 1943: Se cambia la denominación de algunas calles del pueblo, de la siguien-te manera: la calle XX de septiembre se cambia por Marcos Antonio Zar; la calle Ferrocarril se cambia por Italia y la calle Independencia se cambia por Sarmiento.

10 de 1933: En las primeras horas de la ma-ñana se declaró fuego en el edificio que ocupaba la Escuela Nacional Nº 27, situa-do en calle 25 de mayo casi Lezama (hoy 28 de julio). El incendio fue imposible de dominar por el material del edificio de fácil combustión. El edificio era un viejo y vetusto caserón distribuido en aulas sepa-rados por medio de tabiques de madera y cartón. Debido a la rapidez con que se in-cendió el edificio no fue posible salvar los escritorios, pupitres, bancos, biblioteca y demás mobiliario.

11 de 1922: El Ferrocarril Central del Chubut pasa a ser administrado por Ferrocarriles del Estado.

12 de 1917: Se funda la Sociedad Española de Socorros Mutuos de la ciudad de Puerto Madryn.

12 de 1986: Fallece el Dr. Kenneth Ward Woodley Owen. Su desaparición ocurrió mientras estaba desempeñándose como Senador nacional por la Provincia del Chu-but.

13 de 1929: Llega a Buenos Aires Antoine de Saint Exupery para hacerse cargo de la je-fatura de tráfico de la Aeroposta Argentina S.A. que fuera fundada en el año 1.927 por el Sr. Marcel Bouilloux Lafont.

14 de 1885: Se pone en marcha desde Raw-son hacia el Oeste, siguiendo el curso del Río Chubut, el Gobernador Fontana y la Compañía de Rifleros del Chubut. Integra-ban la partida 6 argentinos, 19 galeses, 2 alemanes y 1 norteamericano.

15 de 1814: Enrique Libanus Jones descubre la desembocadura del Río Chubut.

16 de 1884: Se promulga la Ley 1532 cono-•Primer avión en llegar a Madryn (1927). Aterrizo en una planicie ubicada donde actualmente se encuentra la Escuela Politécnica

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Panorama del Pasado

cida como Ley Orgánica de los Territorios Nacionales. Dicha Ley divide al territorio Patagónico en 5 Gobernaciones: Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

17 de 1936: El Honorable Concejo Municipal en uso de sus facultades que son inheren-tes, declara la obligatoriedad de la cons-trucción de veredas en el frente de todas las nuevas edificaciones a realizarse desde la presente resolución.

18 de 1931: Visita la localidad el Inspector Seccional de escuelas, Don Arturo Roberts, con motivo de la situación creada por el in-cendio de la Escuela Nacional Nº 27, dispo-niendo instalar las aulas provisoriamente en la casa propiedad de la Sociedad Anóni-ma Importadora y Exportadora de la Pata-gonia, situada en la calle XX de septiembre entre Avenida Irigoyen y Sáenz Peña.

19 de 1918: Se lleva a cabo la primera función cinematográfica en la Sociedad Española de Socorros Mutuos.

20 de 1884: El Congreso Nacional por Ley 1539 autorizó al Poder Ejecutivo a contra-tar con Lewis Jones y Cía la construcción y explotación de un ferrocarril entre el Pue-blo del Chubut y el Puerto de Bahía Nueva con un muelle para carga y descarga en este último.

21 de 1918: Se instala una agencia del Ban-co Hipotecario Nacional en la ciudad de Trelew atendida por el vecino Sr. Manuel Costa.

23 de 1934: Hace su primera presentación el Centro Artístico “Madryn” poniendo en es-cena las obras “Qué me contás Catalina” y “pescamos un Candidato”.

25 de 1936: La Biblioteca Popular Sarmiento convoca a interesados en hacerse cargo del puesto de Bibliotecario con un sueldo de $ 25,- mensuales para trabajar de 18,00 a 20 ,00 hs. en días hábiles y de 9,00 a 12,00 hs. para los domingos y feriados.

26 de 1902: Se funda la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos para toda la zona del va-lle inferior del Río Chubut.

27 de 1945: Don Vicente Autiero y Daniel Bustamante dan a conocer la marcha Ge-neral Manuel Belgrano que compusieran dedicado a la Escuela Nacional Nº 27, a su Directora Paulina Escardó de Colombo Be-rra y a su personal docente.

28 de 1961: Se clausura definitivamente el Ferrocarril Patagónico.

29 de 1916: En el salón de sesiones del Mu-nicipio local se llevó a cabo el acto de entrega al Team de Foot-ball de la locali-dad, del premio acordado por la comuna, consistente en 10 medallas de plata a las

que se hicieron acreedores al vencer en el match jugado contra el de Rawson. El acto fue presidido por el Vicepresidente del Ho-norable Concejo Municipal, Sr. Gallastegui, quien felicitó a los jóvenes aficionados en nombre del “Madryn Foot-ball Club”. El Ca-pitán del equipo, Sr. W. Daniel agradeció el precioso recuerdo.

30 de 1919: Fallece en esta localidad Don Juan Acosta, antiguo poblador quien junto a Pedro Derbes establecieron la primera casa comercial en Puerto Madryn. Ocupó cargos municipales en varias oportunida-des y fue Juez de paz, demostrando en to-das las actividades empuje y decisión.

31 de 1886: Ramón Lista inició su viaje explo-ratorio a bordo del vapor “Villarino” con el apoyo del Ministerio de Guerra y Marina. Sus impresiones fueron publicadas en el libro “Viaje al país de los Onas”

•Centro Artístico Madryn (CAM)

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Cuento Fantástico

Cuando Argentina perdió la PatagoniaIngeniero Salvador San Martín.

El día 14 de agosto de 1985 estaba de guardia en el tablero central del despacho eléctrico de cargas, el Ingeniero Bonifacio Astigueta, quien como era habitual en él, escudriñaba atentamente y en forma per-sonal todas las complejas señales lumino-sas del tablero. A las 18.30 hs., cuando se disponía a retirarse, un auxiliar llamó su atención sobre el indicador de enganche de la línea de alta tensión de El Chocón-Cerros Colorados, que titilaba indicando algunas anormalidades. El Ingeniero As-tigueta accionó enseguida el control de fallas del tablero por si se trataba de una perturbación eléctrica y como la señal continuaba, y en previsión de un sorpre-sivo desenganche de la línea, ordenó, por el circuito telefónico, el estado de aler-ta de la Central Costanera Sur y de Salto Grande, preparándose para reemplazar cualquier falta de corriente de El Chocón.

Cuando estuvo todo bajo control, tomó el teléfono para comunicarse con el con-trol de la Central de El Chocón y con ojos dilatados de espanto escuchó la siguiente

comunicación: Aquí Comando Suicida El Chocón a nombre del gobierno pro-visional de los Estados Unidos de la Patagonia, comunica a ese despacho de carga para su retransmisión al Presidente de la Nación Argentina lo siguiente: 1) En el día de la fecha, nueve comandos suicidas integrados por ciudadanos patagónicos y bajo instrucciones del gobierno provisional de los Estados Uni-dos de la Patagonia, presidido por el doctor Aníbal Alejandro Garmendia, han tomado posesión de las centrales de El Chocón, de Cerros Colorados, (Planicie Banderita y desviador de Mari Menuco), de Alicurá, de la central de Arroyito y de Confluencia, de las plantas compresoras de gas natural de Loma de La Lata, Pico Truncado y Cerro Cóndor. En ningún caso se han producido bajas entre el personal de las plantas, ni tampoco entre los comandos de ocupación. 2) Cada comando ha procedido a dinamitar los puntos neurálgicos de cada central o planta, de modo tal que una detonación afectará incluso a las instalaciones fijas de los rodetes de turbinas o motocompresores de gas. Los daños han sido proyectados para que ninguna instalación pueda ser puesta nuevamente en funcionamiento antes de tres años y hasta cinco años, según los casos. 3) Cada comando es autónomo para tomar la decisión de hacer volar las cargas explo-sivas, al menor indicio de que el gobierno de la Argentina haya dado orden de reprimir a los comandos o atacar las instalaciones, procediendo incluso ante cualquier movimiento preventivo de tropas, aviones o cualquier otra acción de fuerzas armadas o policiales de la República Argentina. 4) A partir de la hora 0 del día de mañana 15 de agosto, correrá un plazo de 48 horas, para que el gobierno de la República Argentina reconozca al gobierno provisional de los Estados Unidos de la Patagonia, como legítimos gobernantes de este país y lo acepte como país asociado según los términos que se acuerden oportunamen-

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te. 5) Vencido el plazo de 48 horas sin que el gobierno argentino haya accedido a la demanda anterior y a iniciar inmediatas negociaciones, comenzarán a re-ducirse el número de turbinas en operación y el bombeo de gas, hasta el corte total del fluido eléctrico, de gas y de petróleo en las 48 horas subsiguientes. 6) El gobierno provisional de los Estados Unidos de la Patagonia ha destacado ministros plenipotenciarios ante los principales países de la comunidad in-ternacional a efectos de plantear el caso del dominio colonial argentino sobre la Patagonia y procurar el reconocimiento del gobierno provisional instituido. 7) Se reitera que cualquier acto militar o policial iniciado por el gobierno de la República Argentina, será considerado por los comandos como prueba de rechazo de las demandas y consecuentemente se harán todas las voladuras indicadas. 8) En estas tristes circunstancias recordamos al pueblo amigo de la Argentina, la voluntad de ser libres de todo colonialismo expresada en la declaración de la Independencia en Tucumán el 9 de julio de 1816 y denun-ciamos la actitud prepotente de la dirigencia porteña, que mantuvo hasta hoy un colonialismo denigrante sobre estos territorios que no tienen otro recurso que imponer por la violencia lo que le fue negado por la razón y el patriotismo.

AQUÍ COMANDO SUICIDA DE EL CHOCÓN EN CADENA CON TODA LA RED DE RADIO Y TELEVISIÓN EN SU PODER.

Cuando cesó la transmisión telefónica, el ingeniero Astigueta, creyéndo-se víctima de una broma, dijo enojado: Che, Cardini, dejate de j… y decime qué está ocurriendo con la línea. Por el teléfono se oyó una voz que dijo: No soy Cardini, el cual se encuentra bajo custodia de este comando, pero si us-

ted quiere, podemos ponerlo en la línea para que usted se percate de que esto va en serio. Astigueta sintió que le corría un sudor frío y tartamudeando rogó que lo pusieran al habla con Cardini el super-visor de turno en el tablerote carga de El Chocón. Cardini, con voz serena y casi sin emoción lo impuso a Astigueta de lo que había ocurrido, de la toma de la central por un comando suicida, el dinamitado de las turbinas y de las playas de trans-formadores, etc. Cuando terminó le dijo a Astigueta: Apuráte, hermano, a trans-mitir el mensaje al presidente porque las papas queman y esta gente está dispuesta a todo.

Astigueta corrió al teléfono policial para comunicarse con el Presidente de Agua y Energía, que a esa hora todavía es-taba en su despacho, el cual, enterado del mensaje, puso en duda la veracidad de toda esa historia que calificó de Rocam-bolesca y ordenó a Astigueta que prepara-

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ra el avión de la empresa para ir a ver en el lugar lo que estaba ocurriendo. Por las du-das lo impuso de la novedad al presidente de Hidronor.

Mientras tanto y a pesar de su incre-dulidad se comunicó con el Presidente de Energía que casi sufre un desmayo al oír la historia y que a su vez trasmitió al presi-dente de la Nación por el teléfono policial, el increíble mensaje recibido en el despa-cho de cargas.

El Presidente Miguel Solanas Álva-rez se hizo repetir varia veces el mensaje mientras las máquinas teleimpresores sacaban varias copias. Enseguida con gran serenidad y después de exclamar: “Estos sureños…”, ordenó convocar al gabinete de ministros y a los jefes de los estados mayores, mientras telefoneaba al ministro del Interior para conocer si allí se sabía algo de lo que realmente estaba pasando. Cuál no sería su estupor cuando el secretario del ministro, el cual ya había salido para el despacho del presidente, le informaba que se habían recibido cuatro comunicaciones de los cuatro gobiernos de las provincias patagónicas, manifes-tando que en razón de las circunstancias, las cuatro legislaturas y los propios go-bernadores habían adherido al gobierno provisional de los Estados Unidos de la Patagonia, y se solidarizaban con su acti-tud, por lo cual se consideraban estados independientes de la Nación Argentina y autónomos económicamente. Manifesta-ban también su firme decisión de armar al pueblo patagónico para repeler cualquier agresión.

Todos los teléfonos de Casa de Gobierno comenzaron a sonar y no se daba abasto para atender los llamados de las unidades del Quinto Ejercito, que tras-mitía al presidente las novedades ocurridas y requerían órdenes para proce-der. El presidente Solanas Álvarez gritaba a voz en cuello: ¡Por favor! ¡No hagan nada! ¡Todo el mundo quieto hasta que analicemos la situación! Que venga enseguida el jefe del Estado Mayor Conjunto, lo que no hubo necesidad de repetir, pues en ese momento ingresaba con rostro descompuesto al despacho del presidente y lo incriminaba: Sr. Presidente, este es el resultado de su políti-ca, ahora tenemos a Chile sobre nosotros a la altura del río Colorado, dígame, ¿ahora qué hacemos?

Por favor general, no dramatice las cosas. Espere un momento, tal vez poda-mos dominar la situación mucho más fácilmente de lo que usted se imagina. Déjenos a los políticos decidir sobre el particular. Y volviéndose a su edecán le pidió que conectara la televisión. En la pantalla apareció un locutor que con cara de sorpresa leía comunicados recibidos desde la Patagonia, originados en la Agencia de Noticias Los Andes, entidad privada al servicio del gobierno provisional de los Estados Unidos de la Patagonia. El locutor no sabía qué decir ni comentar. Todo le parecía absurdo, pero esos mensajes estaban saliendo del teletipo y no había duda posible de lo que estaba emitiendo. En un mo-mento determinado el locutor dio cuenta de la declaración de Independencia hecha por los cuatro gobiernos patagónicos y de un comentario que proce-día de Comodoro Rivadavia, donde la población se había volcado a las calles celebrando la independencia y pidiendo armas para combatir a los porteños. También había intercepción de despachos del gobierno de las cuatro ex pro-vincias argentinas a las provincias norte y de Cuyo pidiendo se adhirieran a la causa patagónica y presionaran al gobierno de la Casa Rosada a proceder al reconocimiento de los Estados Unidos de la Patagonia.

Todo empezó a convertirse en un pandemonium, pues lo embajadores de países extranjeros comenzaron a abrumar a la chancillería para que explicara la situación. El canciller se refugió en la Presidencia y hacía contestar que más tarde se daría un comunicado oficial al respecto.

El Comando de Aviación hizo suspender todos los vuelos a la Patagonia, pero no pudo impedir que los vuelos que estaban haciendo escala en aero-puertos patagónicos, fueran incautados por los gobiernos locales o puestos a disposición del gobierno provisional. En Caleta Córdoba y en Caleta Olivia, los obreros resolvieron no cargar petróleo en los barcos que esperaban mar afuera para llevarlo a San Lorenzo y a Bahía Blanca.

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Entretanto iban llegando los ministros a Casa de Gobierno y cuando ya era imposible poner orden, logró el Presidente hacer sentar a los que pudo, mien-tras otros asistieron de pie a la reunión ministerial más absurda de la historia argentina. La exposición del secretario de Energía fue contundente, sin gas y sin petróleo era imposible prestar los servicios en la Capital y en el Gran Litoral. Reforzando los suministros del norte y pidiendo desvío de buques petroleros a las empresas extranjeras, no podía impedirse la paralización total de la vida de la ciudad. Las usinas eléctricas sin gas ni petróleo y sin el aflujo de electri-cidad de El Chocón, apenas podían mantener los servicios de algunas oficinas de gobierno y uno que otro hospital. Había que desalojar inmediatamente la población civil de los centros urbanos donde no se podían accionar bombas para abastecer de agua a los edificios elevados. Los fluidos cloacales se atasca-rían en toda la red domiciliaria. Por supuesto todos los transportes pararían. Las propias fuerzas armadas no tendrían combustible suficiente para una ac-ción de envergadura. La situación no podía ser más tremenda y angustiante. El Presidente con cara empalidecida por la rabia, por la emoción, preguntó qué ocurriría si los comandos suicidas hacían las voladuras que habían anun-ciado. El secretario de Energía contestó simplemente:” Mejor ni pensarlo, se-ñor presidente, sería el caos y por varios años no podríamos reparar los daños en medio de trastornos tremendos.” La cabeza del presidente giró lentamente hacia el jefe del Estado Mayor Conjunto y el secretario de Defensa que esta-ban sentados juntos a su lado. No fue necesaria ninguna pregunta. El general Díaz Usandivaras dijo con tono ciertamente dramático: Señor presidente par-lamente con el dicho presidente de ese gobierno provisional. Un murmullo de asombro se extendió en el salón y después fue el gran loquero. Todo el mundo hablaba y salían a luz reproches de todo tipo. El Presidente apartó al Ministro de Interior y le dio instrucciones para que utilizando la misma línea telefónica de El Chocón comunicara al doctor Aníbal Alejandro Garmendia, que estaba dispuesto a conferenciar con él en el lugar y hora que indicase en la seguridad de que ambos encontrarían una solución al conflicto planteado.

La trasmisión se hizo inmediatamente y casi enseguida se recibió la res-puesta: Antes de cualquier parlamento era imprescindible que se hiciera ofi-cialmente y por medio del Congreso la declaración de que los Estados Unidos de la Patagonia eran una nación libre e independiente de la Nación Argentina y solamente asociada en el mantenimiento de una estructura económica, so-cial y política que se mantuviera dentro de las tradiciones argentinas. Veinti-cuatro horas para contestar por sí o por no.

Las siguientes diez horas fueron empleadas en convocar al Congreso, hacer la declaración solicitada en medio de una escandalosa sesión parlamentaria

en la que los diputados y senadores por las provincias patagónicas fueron objeto de toda clase de agresiones y se vieron en la necesidad de retirarse del recinto.

Antes de retirarse, el diputado por Neuquén, doctor Eleuterio Cardozo, pudo hacerse escuchar en medio del griterío general: No queremos seguir siendo los “kelpers” de los argentinos. Por su parte, el senador Llanqueleo, del Chubut, pudo expresar algunos conceptos que se resca-taban en medio de los denuestos de que era objeto: Inglaterra trató mejor a sus co-lonias que la Argentina en la Patagonia…!! y otras como: Por mucho menos de lo su-frido por la Patagonia, las colonias ame-ricanas se independizaron de Inglaterra!

Finalmente, después de la declaración del Congreso, el Presidente argentino fue citado para concurrir a una reunión con el Presidente patagónico en un lugar desér-tico de la provincia del Chubut, cerca de Collán Conhué, sitio histórico donde las últimas tribus patagónicas habían sido derrotadas por el Ejército Argentino.

Allí se había levantado una instalación precaria para la reunión de los integrantes de los dos gobiernos. El Presidente pata-gónico saludó con gesto severo pero no agresivo al Presidente argentino y hechas las presentaciones de sus comitivas, am-bos se

introdujeron en una carpa de campa-ña donde una mesa sencilla con dos ta-zas de café ya servidas los acogía para la magna ceremonia. Señor Presidente, co-menzó diciendo el presidente provisional de la Patagonia, lamento que hayamos

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tenido que recurrir a estos medios para hacer valer nuestros derechos. El Presi-dente argentino Solanas Álvarez contestó que lo lamentaba mucho más en cuanto se trataba de un acto suicida y que no podía durar más que el tiempo necesario para retomar el dominio de la región pre-tendidamente independizada, por todos los medios que la Nación Argentina po-día disponer levando ejércitos numerosos como lo hiciera en la gesta de Indepen-dencia de España. No olvide señor que la Argentina supo oponerse y vencer a las naciones más poderosas de entonces.

El Presidente patagónico, doctor Aní-bal Alejandro Garmendia, después de escucharlo y tras un breve silencio, mani-festó: Señor Presidente, no me considera usted tan tonto como para meterme en este asunto tan grave sin haber tomado las debidas precauciones y previsto sus eventuales consecuencias. Tampoco debe usted considerarme un traidor a la patria si le manifiesto que así como la Nación Ar-gentina buscó aliados en su guerra de la independencia, los Estados Unidos de la Patagonia pueden hacerlo comenzando por sus dos más próximos vecinos: Chi-le e Inglaterra. ¿O usted de olvida, señor presidente, que Inglaterra está a 450 ki-lómetros de la costa patagónica con una formidable base militar?

¡¡No puedo creer que usted haya llega-do a este grado de humillación!!, contes-tó fuera de sí y a los gritos el Presidente argentino, como para pedir ayuda a los tradicionales enemigos de la Argentina. Perdón, señor Presidente, yo no necesi-taré pedir ayuda alguna, ni la he pedido, ni la pienso pedir. Solo me he limitado a plantear a las naciones más importantes del mundo el reconocimiento de mi go-bierno.

En ese sentido, Chile e Inglaterra estoy seguro de que serán los primeros en ha-cerlo. Y como usted, señor Presidente es de la provincia de Buenos Aires, le recuer-do que me apoyo en antecedentes muy valiosos y que usted conoce muy bien, por ser oriundo de una provincia argen-tina que pidió el reconocimiento de las Naciones europeas y de los Estados Uni-

dos como estado libre e independiente de la Confederación Argentina en 1853. Aquí no hay más traición a la patria que la que cometieron quienes ignoraron los derechos de los patagónicos y los mantuvieron en la más infame depen-dencia colonial. Señor Presidente, los minutos son valiosos. Usted debe decir-me si acepta o no confirmar en todo la declaración de su Congreso y para co-menzar a negociar libremente y como dos estados soberanos las condiciones en que vamos a iniciar este nuevo tramo de nuestra vida política, asociando nuestros intereses en el respeto mutuo de nuestros derechos.

El Presidente argentino sólo atinó a agregar: Evidentemente, usted me chantajea y lamentablemente no puedo escapar al chantaje. En Buenos Aires no nos dimos cuenta de que estábamos armando una bomba de tiempo con estas obras de El Chocón y esta historia del gas y del petróleo. Tendríamos que haberlos tratado realmente como colonos y puesto una fuerza armada al lado de cada dique y cada gasoducto u oleoducto. Pero ahora usted me tiene en sus manos. Pero dígame sinceramente, ¿es cierto que Chile y Gran Bretaña reconocerán a su gobierno? Vea señor Presidente, contestó el Presidente pa-tagónico, no solo que lo harán inmediatamente, sino que harán declaraciones manifestando que toda agresión hecha a los Estados Unidos de la Patagonia será considerado un acto de guerra contra sus propios países y si sus servicios de inteligencia, señor presidente, funcionarán correctamente, habría sabido antes de salir para aquí que ambos países han dado orden de movilizar todas sus fuerzas armadas. Pero hay algo que seguramente a usted le compensará de estas cosas tan desagradables. Gran Bretaña entregará las Islas Malvinas, Sándwiches y Georgia del Sur a la soberanía de los Estados Unidos de la Pata-gonia y formalizará con nosotros un tratado de paz que lleva implícita nuestra participación con todos nuestros productos en el mercado inglés y de sus do-minios a cambio de la preservación de los intereses británicos que sean afec-tados por el cambio de soberanía.

¡¡Nos queda Brasil!!, exclamó el Presidente argentino. Se opondrá al domi-nio de los mares del sur por una nación extranjera. Se unirá a nosotros. Lo mismo Paraguay, Venezuela, Perú y Colombia.

Con mucha calma el Presidente patagónico le alcanzó un télex que decía: Itamaraty ha informado confidencialmente a nuestro enviado que está emi-tiendo un comunicado al gobierno argentino advirtiéndole que cualquier ac-ción armada contra los Estados Unidos de la Patagonia será considerada como el rompimiento del necesario equilibrio en los mares del sur y obligará al Brasil a movilizar sobre la frontera argentina y uruguaya.

El Presidente argentino, bajó sus brazos. Se tomó la cabeza entre las manos y dijo: ¡Qué desastre! ¡Qué ciegos hemos estado! ¡Malditos porteños!

Cuando los dos presidentes salieron de la carpa y se unieron a sus acom-pañantes el viento patagónico soplaba con toda intensidad sobre el inmenso erial. Las caras mostraban las distintas emociones. No había evidentemente triunfadores, más bien un sentimiento de amargura predominaba en todos y alguna lagrima de rabia se escapaba de los ojos de muchos de un lado y de otro de los que ayer hermanos, hoy estaban divididos por una frontera que había levantado con el tiempo la desidia de los gobernantes porteños.

Así se perdió la Patagonia para la Nación Argentina.

Por su parte los Estados Unidos de la Patagonia progresaron a ritmo inusi-tado. Vendiendo petróleo, gas e hidroelectricidad a la Argentina, aun a precios inferiores a los del mercado mundial, ingresaban anualmente miles de millo-

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nes de dólares de divisas que se utilizaban para el desarrollo de su infraestruc-tura. Los valles de los ríos y la precordillera fueron irrigados y explotados para exportaciones agropecuarias y agroindustriales al exterior y un contingente enorme de inmigrantes se fue radicando libremente en una República que echando por la borda el estatismo porteño, se apoyó en la empresa privada para afirmar su desarrollo. En sólo diez años la población patagónica se tripli-có con los inmigrantes y en toda la región lacustre y fluvial de la cordillera, cen-tros de turismo de renombre mundial atraían millares de turistas anuales que reforzaban el muy favorable enlace de pagos de la flamante nación. Industrias electro intensivas y petroquímicas se instalaron para aprovechar los recursos

energéticos disponibles a bajo costo. La exportación industrial superó largamente a las exportaciones agropecuarias.

La moneda en circulación fue el pata-gón, con garantía oro y convertible, lo cual surgió de una negociación con las princi-pales naciones del mundo que aceptaron pagar en oro sus compras durante cinco años para formar dicha reserva áurea. La inflación desapareció instantáneamente.

Por supuesto los Estados Unidos de la Patagonia no tuvieron Ejército, ni Marina, ni Aeronáutica. Apenas una fuerza poli-cial. Estaba defendida por todos contra todos.

En poco tiempo los Estados Unidos de la Patagonia, sobrepasaron a la Argentina prácticamente en todo, excepto en la pro-ducción agropecuaria que siguió siendo la única base de una Argentina que no supo reconocer en la Patagonia su verda-dero destino.

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El Teniente Coronel de Marina Luis Piedra Buena nació el 24 de agosto de 1833 en Carmen de Patagones, Provincia de Buenos Aires (Argentina) y desde su in-fancia el mar ejerció un gran influjo sobre él.

A partir de muy temprana edad, el niño quiso ser marino e imitar a los hombres que en sus veleros o gloriosos corsarios supieron defender la tierra en la cual ha-bía nacido. Comenzó dando forma a su vocación construyendo barquichuelos de juguetes, balsas – en las cuales se em-barcaba desapareciendo por varios días de su casa- o hasta una “piragua llevando como remo un rastrillo, un poncho como vela y una pala como remo”. A tal punto que en una de sus travesuras fue hallado por un capitán mercante llamado Lemón, a veinte millas de la costa tripulando una débil balsa que había construido. El capi-tán Lemón lo llevó a Patagones, obtuvo el permiso de sus padres y embarcó a Piedra Buena como grumete de su barco que zar-pó hacia los Estados Unidos

Durante el viaje Piedra Buena estudió el carácter de Lemon, lo comprendió ás-pero, mezquino, sin amplitud de mira. Por ello buscó entre los marineros el afecto que necesitaba. Lemon al reprocharle su actitud, el niño respondió – “capitán, los marineros tienen, mejor corazón. Déjeme Ud. Al lado de ellos”.

Al llegar a Buenos Aires abandonó el barco y se refugió en la casa de un viejo amigo de su padre, el ex corsario Jaime Harris. Alrededor de unos 5 años estuvo el niño en Buenos Aires hasta que un día

regresó a su querido solar nativo y al río de sus primeras travesuras infantiles.

Piedra Buena volvió a sus ensayos de navegante en las verdes y anchurosas corrientes del Río Negro. Por aquel entonces, corría el año 1847 cuando tocó el puerto de Patagones otro ballenero, el mismo era capitaneado por Smiley “uno de los pilotos más experimentados de la marina de los Estados Unidos” a quien se lo llamaba el cónsul de los mares. A este marino de trato paternal y magnífica pericia profesional, los esposos Piedra Buena entregaron a su hijo que ya iba cumplir 14 años de edad. A su alma generosa y a sus hábiles manos encomendaron la misión de transformar al jovencito en el más marino de los marinos argentinos.

En 1859, Piedra Buena embarcado en su nave “Nancy” navega el Rio Santa Cruz hasta una isla ubicada en su desembocadura. Allí se encontró con una tribu de indios tehuelches, donde el marino decidió izar un pabellón argenti-no, a fin de que los aborígenes comenzaran a incorporar a sus vidas el senti-miento de patria.

Pero Piedra Buena no quería que este acto fuera un simple y accidental mo-mento en la historia de la Patagonia; debía aprovechar la circunstancia para comenzar a afianzar la soberanía nacional en esas regiones tan lejanas del pensamiento del gobierno de las autoridades argentinas. Por inspiración pro-pia, como un golpe de amor surgido del mismo transitar de su vida, resolvió afirmar él mástil para que la enseña siguiera flameando por en estos parajes inhóspitos. La Isla Pavón fue el reducto desde donde se vigilaron tenazmente las tierras y mares australes.

Retrocediendo en el tiempo, al estallar los movimientos revolucionarios en la América española, cada entidad política colonial se fue construyendo en nación independiente y cada una quedó con su propio territorio, grande o pe-queño, pero su territorio.

Chile al declarar su independencia, quedó con la superficie que correspon-día a la Capitanía de Chile, tierra que limitaba al oeste con el pacífico, al este por la cordillera, al norte por el Salado y al Sur por el río Bio Bio.

No obstante, resolvió iniciar un movimiento de expansión territorial a ex-pensas de nuestro suelo y comenzó por expandirse hacia el sur poblando, el Estrecho de Magallanes, es decir fundando Punta Arenas. Luego pretendieron Tierra del Fuego y muchas de sus Islas Argentinas, incluyendo el Río Santa Cruz

Hubo periodos en que nuestros gobernantes intentaron frenar las ansias

Comandante Luis Piedra Buena Por el Presidente del

Instituto Belgraniano de Puerto Madryn Capitán de Fragata Pascual Antonio Quevedo

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expansionistas de nuestros vecinos, claramente don Luis Piedra Buena y ante la indiferencia de nuestros gobernantes y del pueblo argentino, resolvió por sí solo erigirse en centinela de la soberanía nacional en el sur.

Comprendió la importancia que significaría para nuestra patria en el futu-ro, navegar su mar, conocer su mar, ganar su mar. Por ello su empeño en volcar su interés de la nacionalidad hacías las costas patagónicas: primero para afir-mar nuestra soberanía y segundo, para explotar sus recursos.

En 1860 Piedra Buena resolvió construir en la Isla de los Estados, una casilla para que los náufragos que alcanzaran sus costas hallando abrigo y alimentos. Dejó además dos hombres para que prestaran los servicios necesarios a los pobres desdichados que arribasen a esas playas y levantó un mástil para la bandera de sus amores que mojada, fría y deshilachada, batiría permanen-temente sus franjas en las brumas de los mares australes. No conforme con ello, en unas de sus frecuentes navegaciones y cacerías, labró en uno de los acantilados de Cabo de Hornos:

“Aquí termina el dominio de la República Argentina. En la isla de los Estados (Puerto Cook) se socorre a los náufragos” “Nancy” – 1863 Capitán LUIS PIEDRA BUENA

Ningún argentino como él reconoció esas regiones y ningún argentino como él estuvo tan seguro de que las mismas formaban parte de nuestra inte-gridad territorial.

Piedra Buena en su constante trato con los nativos, comprendió cuánto se les despreciaba como hombres, especialmente en aquellas regiones a donde arribaban balleneros, loberos, mineros buscadores de oro y toda suerte de aventureros venidos de los más apartados rincones del mundo y cuya úni-ca preocupación era hacer fortuna rápida sin importarles cuantos robados, estafados o muertos quedaban en camino. Su espíritu generoso lo llevó a acercarse a los indígenas y a ofrecerles un comercio limpio y amistoso. Pero cuando conoció que las autoridades del otro lado de la Cordillera de los Andes buscaban atraerlos para favorecer sus intereses territoriales enseñándoles que como pobladores de la Patagonia, eran ciudadanos chilenos y sobre todo que a los caciques los asimilaban a su ejército con grado militar.

Comenzó por repartirles banderitas blancas y celestes pintadas sobre lone-ta, y con la ayuda de su ahijado, un indio fueguino llamado Juan Caballero, les enseñó a pronunciar el nombre de patria y el de bandera nacional.

En 1863, Piedra Buena resolvió cam-biar el nombre de bergantín “Nancy”, nombre extranjero, por el de “Espora” en homenaje a un ilustre marino argentino. Ese mismo año llegó con su nave a la ba-hía San Gregorio, con el objetivo de dete-ner el avance chileno.

Una feliz casualidad lo hizo reencon-trarse con Casimiro Biguá, ahora un hom-bre, cacique de una tribu y además con grado militar del ejército de chile.

Don Luis conversó largamente con él y lo invitó a viajar a Buenos Aires. Además le prometió presentarle a Bartolomé Mi-tre, Presidente de la Argentina; Casimiro no se hizo rogar y poco después marino y cacique estaban frente al jefe del Estado quien otorgó al indígena tehuelche el títu-lo de Cacique General de San Gregorio y felicitó a Piedra Buena por su acción pa-triótica. Desde entonces, Casimiro Biguá se presentó ante las autoridades chilenas como jefe principal de las costas patagó-nicas argentinas.

Ocupar el Estrecho de Magallanes era la obsesión de Piedra Buena. De esa for-ma nuestros derechos se afianzarían en el sur. De allí viajaron nuevamente a Bue-nos Aires Piedra Buena y Casimiro Biguá a exponer su plan ante el Gral. Mitre. Dicho plan consistía en concentrar a los tehuel-ches al pie del cerro de San Gregorio. En tanto el gobierno argentino enviaría un barco con materiales de construcción, víveres y pertrechos para levantar una población en el cual establecería una au-toridad nacional. El Presidente concedió entonces a Casimiro el grado y sueldo de

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teniente coronel.

Lamentablemente la guerra que había estallado con el Paraguay impidió al go-bierno cumplir lo pactado. El cacique y su tribu quedaron varados, esperando un barco que nunca llegó. Decidieron partir hacia isla Pavón. Argentina perdió en ese entonces la oportunidad para salvar su soberanía, la mitad del estrecho de Maga-llanes. Mientras tanto Piedra Buena conti-nuaba afirmando el dominio argentino en la Patagonia. Con su apoyo material hacía explorar el río Santa Cruz. El marino in-glés Gardiner fue la persona elegida para realizar la empresa la que se llevó a feliz término, alcanzándose el Lago Argentino.

A los 30 años contrajo enlace con doña Julia Dufour, una de las grandes mujeres argentinas. Llevada algún tiempo después por su esposo a Punta Arenas en donde Piedra Buena instaló un negocio de venta de aceite y ramos generales, pero cuyo ob-jetivo era vigilar la penetración chilena en territorio nacional; pasó por verdaderas situaciones de angustia y zozobra. Pero la fortaleza de su carácter, el amor a su es-poso y la seguridad de estar obrando con dignidad la llevaron a adoptar actitudes que la erigen como ejemplo para nuestras mujeres.

Pese al tibia actitud del gobierno ar-gentino en su proyecto de colonizar San Gregorio, (que se encuentra situado a al-gunos kilómetros al este de punta arenas), Piedra Buena resolvió afirmar nuestra so-beranía en Magallanes. Para ello llevaba la baliza para la boca del estrecho y ma-teriales de construcción y víveres para la población indígena a levantarse en San Gregorio.

En febrero de 1873, Piedra Buena zar-pó de Punta Arenas rumbo a la roquería de la Isla de los Estados. Tenía proyectado instalar una fábrica de aceite de pingüino, dado la cantidad de asombrosas aves ma-rinas en el sur.

Al llegar la tripulación del Espora esta-lló un temporal que azotaban desde siem-pre a la región con vientos huracanados, chubascos de nieve y granizo y un frío que congelaba las manos. El bergantín fue varado en la playa para defenderlo de los vientos huracanados. La medida no surtió

el efecto deseado ya que los recios golpes de mar mandaron a pique la nave.

El desánimo de la tripulación les impedía vislumbrar una posible salvación; Piedra Buena con su energía habitual supo levantarles la moral y en un im-provisado astillero, construido con los restos de la embarcación perdida una pequeña lancha. En dos meses, con escasísimas herramientas construyó un hermoso cúter de 11 metros de largo y sobre su cubierta llegó a Punta Are-nas. Los pobladores corrieron a la playa a admirar al pequeño buque salvador, cuya construcción es una verdadera hazaña en la historia naval argentina que dicho sea de paso, fue bautizado como el “LUISITO”, en honor a su pequeño hijo, quien había fallecido siendo muy niño.

Corría el año 1878. La guerra entre Argentina y Chile parecía pronta a esta-llar. El comandante general de marina resolvió que la patria necesitaba con urgencia un nutrido grupo de oficiales navales para custodiar el litoral atlánti-co y volvió a pensar en el más experimentado maestro: Don Luis Piedra Buena. Este se puso al servicio de la Nación para comandar un buque escuela, un velero aparejado a goleta de gran elegancia de líneas al que se le impuso el nombre de “Cabo de Hornos”.

Era una nave de cuarenta y tres metros de eslora y alcanzó a estar tripulada hasta por ciento quince individuos.

En este velero se prepararon los futuros jefes y oficiales de la Escuadra Na-cional; pero también se formaron muchos marinos indígenas a los que Piedra Buena supo elegir con su inteligencia y con su reconocido amor por los primi-tivos pobladores de la Patagonia.

Recién a mediados de diciembre pudo partir el “Cabo de Hornos” rumbo a Pavón llevando carbón y víveres para la escuadra y transportando a un grupo de aspirantes a marinos. Piedra Buena, al llegar se sintió feliz al ver que su ac-tividad patriótica de tantos años estaba dando frutos; la escuadra de Py había izado, el 1 de diciembre de 1878, la enseña nacional al sur del rio Santa Cruz y en esa misma margen, a escasa distancia de Pavón se había establecido la subdelegación marítima.

Ya no podía decir Chile que desde la orilla derecha del río Santa Cruz co-menzaban sus dominios. Argentina había plantado allí su bandera por deci-sión de su propia Armada.

Piedra Buena recibió en Junio de 1879 orden de cargar en su Cabo de Hor-nos carbón y maíz para los barcos y los caballos que integraban la fuerza que bajo la jefatura del Gral. Julio Argentino Roca estaba dando por finalizada la campaña al desierto allá por Choele Choel y la confluencia de los ríos Limay y Neuquén.

El 16 de Junio zarpó para Patagones llegando el 2 de Julio en donde encon-tró al Gral. Roca agasajado calurosamente por la población maragata. Piedra Buena se ocupó de descargar su nave y luego cargarla con los rezagos de la expedición conquistadora. Por fin las armas de la Patria habían llegado al de-sierto y sobre todo habían alcanzado la cordillera de los andes. Con ello se ponía término al peligro de la expansión extranjera y se comenzaba el afian-zamiento de nuestra soberanía en la Patagonia.

El viejo lobo de mar recibía así una de sus más grandes satisfacciones en los últimos años de su vida.

No obstante a la afectiva labor desarrollada, volvió a Buenos Aires luego de su expedición al sur, enfermo y maltrecho. Su físico corpulento cedía bajo peso de una vida dura y llena de sacrificios. Su alimentación sometida en las

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Hacedores de nuestra Patagonia

largas cacerías a carne de foca y pingüino le había dañado el hígado y le había exigido ingerir alcohol dado a su característica aceitosa y para contrarrestar además el frío del escenario sureño en el cual se movió durante su corta y agraciada existencia.

Aún convaleciente pudo confeccionar a solicitud del gobierno supremo, el presupuesto para erigir una subdelegación y un faro en la isla de los estados. El Faro erigido a su requerimiento se denominó San Juan de Salvamento, puesto en funcionamiento el. 25 de mayo de 1883 cuando se encontraba muy enfer-mo.

Piedra Buena, pese a su debilidad, estaba seguro hacerse nuevamente a la mar por lo que comenzó a aparejar su corbeta; pero completamente agotado cayó en cama siendo relevado de sus funciones e imponiéndosele reposo ab-soluto.

Era el 27 de Julio de 1883. El prócer patagónico comenzaba a vivir sus últi-mos días. Estaba asistido por su suegra que lo llenó de cariño y junto a sus tres hijos, Ana, María Celestina y Luis.

Un terrible dolor lo iba consumiendo; pero Piedra Buena se mantuvo sere-no y lleno de entereza como cuando desde la proa de sus naves enfrentaba las furiosas tormentas de los mares australes.

El 10 de Agosto de 1883, a las 20:45 hs, moría en la calle Tucumán de la Capital Federal. Un dolor sin palabras golpeó a los hombres de la Armada.

Defender el sur y el mar argentino como lo quiso Piedra Buena, con su clara visión de patriota, es proteger los intereses de nuestra tierra, la seguridad de nuestro futuro y es rendir el mejor homenaje al in-signe marino maragato. No le levantemos estatuas, simplemente, caminemos sobre el rumbo que supo trazarnos.

Un diario de la época estampó una fra-se que define al hombre y al patriota que hubo en él, en forma clara y terminante:

“HA MUERTO DON LUIS PIEDRA BUENA, POBRE, COMO MUEREN LOS FIELES SERVIDORES DE LA PATRIA”.

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De Madrynenses y Madrylandeses

Recuerdos del Futuro: Postales del Bicentenario de Madryn

El 28 de Julio de 2065 Madryn fue una fiesta. De Gran Bretaña llegaron Ministros, funcionarios y el Príncipe de Gales en per-sona. La oportunidad fue aprovechada para que el pueblo ni lerdo ni perezoso con su inigualable ingenio popular –que no descansa nunca- se volcara a las calles al grito de “Mandarina, mandarina, que nos devuelvan las Malvinas”

El Intendente en persona recibió a los altos dignatarios con la fanfarria oficial de los barras bravas de la ciudad -siem-pre tan aficionados al canto coral en las tribunas de futbol- e inmediatamente se organizó un desfile cívico por las calles de la localidad. El éxito estaba asegurado ya que a los miles de militantes empleados municipales se les sumaba los muchachos

de los gremios con camperas estampadas y banderas, muy emocionados can-tando el “Calón Lan”…en Gales por supuesto.

La Comisión Nomencladora aprovechó la oportunidad para colocar nom-bre a los distintos cráteres en las calles, recordando su origen en las quemas de cubiertas del pueblo trabajador luchando por una justa e indiscutible reivindi-cación popular. Eran tantos que para ahorrar tiempo se decidió hacer un acto simbólico en aquel que recuerda la justa lucha obrera por las galletitas saladas y dulces en el refrigerio de las plantas pesqueras.

El discurso del Intendente se atrasó algunas horas esperando a la delegación de descendientes galeses que procedentes del Valle estaban demorados por un piquete de los nietos de los trabajadores de la ex Alpesca que cortaba la ruta de acceso a la Ciudad en reclamo por el pago del adicional de antigüedad de los subsidios provinciales que percibían sus abuelos. Presuroso acudió el Intenden-te a escuchar los reclamos mientras la Gendarmería repartía chocolate caliente y bufandas para que los piqueteros no se resfriaran. Con la promesa de darles un subsidio municipal, los piqueteros accedieron -por esta única vez- a dejar pasar a la delegación.

Superado el contratiempo, el Intendente pudo dar su discurso a la multitud que ahora estaba duplicada por gruesas columnas de okupas que al grito de “Okupas unidos nunca serán corridos” habían bajado del cinturón de tierras usurpadas que rodea la ciudad. Rápido de reflejos políticos el Intendente cam-bio su discurso prometiendo tierra para todos y todas, fustigando a la oligarquía terrateniente que tiene esa mala costumbre de comprar tierras con sus ahorros en el mercado inmobiliario y con escrituras perfectas. Para rematar su discurso el Intendente prometió FONAVIS para todos los Okupas porque ellos también tienen derecho a una vivienda. Una delirante emoción embargó a los Okupas (claro, que otra cosa les podían embargar si no era la emoción) que presurosos partieron a usurpar más tierras y a apedrear a los oligarcas terratenientes para darles un escarmiento a esa mala costumbre de trabajar y ahorrar.

Aprovechó entonces el señor Intendente para convocar al embajador del reino de los Pueblos Originarios y en un acto de ejemplar reparación históri-ca procedió a reconocer oficialmente a ese reino cuya embajada estará situada en el Area Protegida “Loma Blanca”, última porción del territorio provincial en sumar esa calificación. A renglón seguido el Señor Embajador agradeció el re-conocimiento y en reciprocidad autorizó a la Ciudad de Puerto Madryn a per-manecer -por ahora- en sus tierras ancestrales. Siempre y cuando se respete su

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De Madrynenses y Madrylandeses

cultura y los derechos de los pueblos originarios.

La Fundación “La Naturaleza es lo mejor que hay” recordó con viva emoción la inmolación de un ejemplar de ballena franca bajo la hélice de un barco de la Armada Argentina, hecho acontecido unos 60 años atrás, lo cual habría llevado la cantidad de ballenas muertas ese año de 180 a 181. Presurosas a la demanda del pueblo ambientalista, las autoridades populares de la provincia condena-ron “in eternun” a que nunca más la Armada Argentina participe de festejo al-guno en la ciudad de Puerto Madryn. Algunos memoriosos cuentan que nunca pudo comprobarse que esa ballena fuera el mismo ejemplar que arremetió con-tra el catamarán de un madrynense en la boca del Golfo Nuevo provocando su naufragio y con él su proyecto de dar la vuelta al mundo.

Todo el evento fue transmitido por la radio de la ciudad, aportando jugosa información para la formación cultural de los madrynenses que en pocos mi-nutos se enteraron de todo, es decir que habían ingresado más turistas a la ciu-dad y por suerte el número de cruceros sigue creciendo, alcanzando la friolera de unos cincuenta para todo el año sobre los poco más de mil barcos que ope-ran en nuestros sitios de atraque, que por supuesto no merecen ni siquiera ser mencionados por viejos, sucios y feos. Mucho menos hacer las cuentas de lo que dejan unos y otros en la Ciudad y menos aún como se reparte en la Comunidad.

Como no podía ser de otra manera, el acto se cerró con el discurso presiden-cial que –lógicamente- generó gran expectativa porque se esperaba –y esta vez

sí ocurrió- el anuncio de la construcción de la dársena náutica y que sin falta antes de fin del año 2.065 se terminara la doble tro-cha a Trelew y la Ruta Nº 1 a la Península.

Finalmente, con mucha energía y con-vicción aseguró que no le temblará el pulso para combatir la corrupción, frase que pro-vocó aplausos y arreciaron los cánticos de “Uno por uno, no va a quedar ninguno” De pronto se hizo un silencio y gesto de preo-cupación en la multitud. ¡Qué momento!...Hasta que un viejo militante recordó un pegadizo estribillo que le había enseñado su abuelo y comenzó a cantar “para el pue-blo lo que es del pueblo, porque el pueblo se lo ganó…”. Todos acompañaron al viejo militante superando tan perturbador mo-mento. Muy contentos, felices, aplaudieron y agradecieron a su Presidente.

El clima acompañó tan importante evento: amaneció con un sol radiante y un intenso cielo azul. Sobre el mediodía co-menzó a nublarse, producto de las aromá-ticas columnas de humo de los choripanes que esperaban a los muchachos y los gases de combustión de los colectivos perfecta-mente organizados por los punteros polí-ticos oficialistas.

Por la noche los ilustres visitantes vol-vían a su civilización y los Madrynenses a nuestras precarias vidas cotidianas. En las alturas, alrededor de la ciudad se encen-dían miles de lamparitas incandescentes de los enganchados.

En fin. El bicentenario de Madryn fue ¿una fiesta?

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El mismo lugar…en otros tiempos

NostalgiasSegún la Real Academia Españo-

la, 22da Edición: “nostalgias” tiene dos definiciones, la primera; “Pena de verse ausente de la Patria o de los deudos o amigos” la segunda: “Tristeza melan-cólica originada por el recuerdo de una dicha perdida”.

Me caben las dos. Pena por verme le-jos de mi “Patria Chica” de los amigos y de la dicha de poder criar a mis hijos, al lado del mar, como yo me crié.

Largos años de un exilio voluntario en busca de paz y de nuevos horizontes. Nuevos amigos, nuevas metas a lograr, angustias de los malos tiempos y la ale-gría de los logros conseguidos con el es-fuerzo del trabajo y el estudio.

Treinta y ocho años. Toda una vida. Ya de viejo, la ciencia ha logrado que recupere a mis amigos, a sus hijos y nietos, es como tenerlos nuevamen-te al lado, solo nos falta ese espacio de tiempo para tomar un café y recordar cuando éramos más jóvenes y las locu-ras nos parecían tan normales. No voy a poner nombre en estas líneas, están todos en mi corazón. Este cuento, que se titula “Giuseppe y sus títeres” es un poco recordar el colegio, ese zapatero nunca existió, fue un invento mío para home-najear a todos los que han pasado por nuestra historia y yo, lamentablemen-te, no recuerdo, por eso los uní en uno solo, rindiendo homenaje también a todos italianos e hijos de italianos que hicieron de Madryn su Patria Chica. Y por supuesto den por incluido mi respe-to a todos los españoles, árabes, turcos y “vascos también”, laburadores y grandes personas. Espero sinceramente les agra-de el cuento. Los quiero y los abrazo.

Moro Patané - Julio 2015 GIUSEPPE Y SUS TÍTERES

Era el zapatero del pueblo, pescador de fin de semana y titiritero, un perso-naje en nuestro pequeño pueblo, a las costas del Golfo Nuevo. Todo un per-sonaje. En la zapatería, en su casa de chapas y veredas altas, su voz era dura,

áspera, impaciente, cuando salía en su chalana, se oía desde la orilla su voz en las dulces canzonetas y al armar el teatrillo con sus títeres, variaba según el personaje y por cierto que con mucha habilidad, aunque por ahí se le mezcla-ba alguna tanada, sobre todo cuando debía decir ¿Por qué? el ¿ Per che? Era nueve de cada diez veces, pero no im-portaba, conocíamos los argumentos del malvado señor de castillo, la dama de alto bonete y cachetes colorados, el caballero en su armadura y su tremen-da espada plateada y por último el te-rrorífico Lucifer, con grandes cuernos, rostro rojo al igual que la capa que lo cubría.

La temporada titiritera coincidía con las clases de la escuela primaria, en esa época no teníamos la secundaría y había que viajar a otro pueblo cercano, todos los días o vivir en pensión. En las fechas Patrias y como broche final de los festejos, Don Giuseppe sacaba a relucir sus muñecos “Patrios” un gaucho siem-pre de negro, con corralera y sombrero de ala ancha, y un tremendo facón para la pelea con el “spagnolo”, la china con vestido blanco y cintas celestes y el ene-migo con uniforme de hombreras do-radas y gorro alto de visera. Todo venía normal hasta que el gaucho ordenaba el ataque a los españoles y el “Avanti” “Avanti” nos hacía aplaudir a rabiar y los gritos colmaban el salón de la es-cuela cuando ,vencido el enemigo, el gaucho gritaba enfervorizado un “ Ma, e Viva la Patria” y todos contestábamos con otro ¡Viva! y aplausos.

Pero el tiempo es implacable, fuimos creciendo y dejándoles los títeres a los más chicos, pero el mundo y el pueblo cambiaba. También Giuseppe enveje-cía, sus manos ya no tenían la fuerza de antaño, su voz perdía sonoridad. Mi padre me contaba que cada vez más la tristeza invadía los ojos de nuestro ami-go, era por su Catania y el saber que no podía volver lo abrumaba y lo iba de-moliendo poco a poco.

En las reuniones de la Societá Italia-na Duca degli Abruzzi, se hablaba ya de realizar eventos que permitieran juntar lo necesario para que Giuseppe volviera a su tierra.

Y a la barra se le ocurrió algo que al principio sonaba a locos. ¿Por qué no hacíamos la representación de los tí-teres nosotros mismos? si les pedíamos ayuda a las maestras para las caretas de papel maché y a nuestras madres para la ropa, nuestros padres harían el resto. Se presentaron algunos contratiempos, pero todo se fue solucionando. A pesar de que queríamos guardar el secreto, en un pueblito de apenas cuatro mil almas en ese momento, era una misión imposible. Nosotros dábamos por sen-tado que Giuseppe ya se había enterado, pero nada en él indicaba que lo sabía. Doña Assunta, sua moglie, sí, en gene-ral siempre nos trataba con todo cariño, pero ahora su sonrisa cuando nos en-contraba, la vendía. Pasaron los días y ya casi todo estaba listo, caretas, ropas, el salón de la Societá y el valor de las en-tradas y sorteos a realizar, para juntar el importe necesario para el matrimonio y que además sobrara un poco.

Fue una hermosa fiesta. En prime-ra fila los homenajeados, flanqueados por el Intendente y el Presidente de la Societá, el salón colmado al máximo y mucha gente afuera—se había puesto un altoparlante para que se escuchara todo el evento.

Ninguno olvidó los parlamentos. El último número, con el gaucho, la chi-na y el general español, fue apoteósico, el Ma, e ¡Viva la Patria! fue un grito de corazón, y Don Giuseppe, con sus es-casos cabellos blancos y su bondadosa cara surcada de arrugas, mostró sus lágrimas, se puso de pie e hizo algo que nadie esperaba, caminó hasta los dos mástiles que flanqueaban el escenario con las banderas de Argentina e Italia, tomó las puntas suavemente y las besó.

El día de la partida, en las oficinas de Transportes Patagónicos, la calle era

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una romería. En esa época el “Pullman” nos llevaba hasta San Antonio Oeste, en Río Negro y ahí se tomaba el tren a Constitución en Buenos Aires. Pañuelos, manos saludando, lágrimas y buenos deseos despidieron a Giuseppe y Assun-ta. En el pueblo sin que nos diéramos cuenta empezaba otra época, los niños ya éramos hombres, los hombres eran “los mayores” y muchos partiríamos a estudiar a otros lados.

Unos años después, el pueblo había crecido y muchas cosas cambiaban, unos cuantos habíamos vuelto con títu-los universitarios, otros habían creado industrias, la mayoría casados y con hi-jos, la diversión y el entretenimiento pa-saba por otros lados y la tecnología iba asomando como un invasor imparable.

A pesar de los años que cargo y son muchos, aún recuerdo cuando mi padre me dijo: ¿Te acordás de Giuseppe? ¡Se-guro! ¡Contesté! ¡Cómo me voy a olvidar! Los ojos de mi padre me lo contaron, su amigo y nuestro amado titiritero, había fallecido.

La antigua barra de pibes se volvió a juntar, pero esta vez acompañado por los hijos, no importaba si ya eran gran-des o pequeños, se les habló a los mayo-res y todo fue un solo acuerdo. Se desem-polvaron los disfraces y el palco, alguno de nosotros tuvimos que trabajar en el agrande de las caretas y la vestimenta, y al llegar el día del homenaje, el salón relucía, colmado de gente y cuando el gaucho gritó: Ma, e ¡Viva la Patria! no nos dio vergüenza llorar. Ya soy abuelo

de seis hermosos nietos, las nenas por supuesto se llaman como la Madonna y los varones con los Giovanni e Giusep-pe nacionalizados, esa fue una aflojada que tuve que hacer, mi esposa es descen-diente de gallegos y hubo que repartir los amores.

El otro día en una de esas hermosas reuniones della famiglia, les empecé a contar la bella historia de Giuseppe, me escuchaban mientras manejaban sus tablets y sus celulares con ese famoso “guasap”, increíblemente, sus dedos vo-laban sobre los teclados, no dejaban de mirarme y sonreírme, y en ese momento con mucho dolor, me di cuenta que Don Giuseppe, los títeres y yo, éramos histo-ria.

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