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Pablo Miguel Román Osorio ¿Cuál es el lugar de los criollos dentro de la geografía de Caldas?: La consolidación de un grupo social a través del conocimiento geográfico Francisco José de Caldas, editor del Semanario del Nuevo Reyno de Granada, abre la publicación de este periódico en 1808 con un artículo propio llamado “Estado de la Geografía del Virreinato de Santafé de Bogotá, con relación a la economía y al comercio”. No se trata de un “estado del arte”, una descripción de la situación local de la ciencia geográfica, sino más bien de un manifiesto sobre la importancia de la geografía para la región y sobre quiénes habrían de practicarla y desarrollarla. La geografía de Caldas hace un “mapa” de toda la Nueva Granada, en el sentido que la representa según sistemas y conceptos cartográficos, económicos, sociales, morales y políticos. Pero no se detiene allí: también la geografía se sitúa a sí misma dentro de ese gran mapa, y con ello al grupo que tiene el derecho y la capacidad de conocerla. En este escrito busco rastrear la manera en la que Caldas se sitúa “geográficamente” a sí mismo, a sus pares y a su ciencia dentro de la Nueva Granada. Para lograrlo, comenzaré por elaborar lo que sea la geografía para Caldas, en particular en su relación con la política. Pasaré a mostrar cómo sitúa Caldas a los criollos geográficamente dentro del virreinato a través de la contraposición entre las regiones y hombres de las tierras bajas y altas de los Andes. En una tercera sección me esforzaré por mostrar la consolidación efectiva, meramente discursiva, de una comunidad criolla científica que se da a través de la 1

Caldass, Primer Esnato

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caldas es un viejito

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Pablo Miguel Román Osorio

¿Cuál es el lugar de los criollos dentro de la geografía de Caldas?: La consolidación de un grupo social a través del conocimiento geográfico

Francisco José de Caldas, editor del Semanario del Nuevo Reyno de Granada, abre la

publicación de este periódico en 1808 con un artículo propio llamado “Estado de la Geografía

del Virreinato de Santafé de Bogotá, con relación a la economía y al comercio”. No se trata de un

“estado del arte”, una descripción de la situación local de la ciencia geográfica, sino más bien de

un manifiesto sobre la importancia de la geografía para la región y sobre quiénes habrían de

practicarla y desarrollarla. La geografía de Caldas hace un “mapa” de toda la Nueva Granada, en

el sentido que la representa según sistemas y conceptos cartográficos, económicos, sociales,

morales y políticos. Pero no se detiene allí: también la geografía se sitúa a sí misma dentro de ese

gran mapa, y con ello al grupo que tiene el derecho y la capacidad de conocerla. En este escrito

busco rastrear la manera en la que Caldas se sitúa “geográficamente” a sí mismo, a sus pares y a

su ciencia dentro de la Nueva Granada. Para lograrlo, comenzaré por elaborar lo que sea la

geografía para Caldas, en particular en su relación con la política. Pasaré a mostrar cómo sitúa

Caldas a los criollos geográficamente dentro del virreinato a través de la contraposición entre las

regiones y hombres de las tierras bajas y altas de los Andes. En una tercera sección me esforzaré

por mostrar la consolidación efectiva, meramente discursiva, de una comunidad criolla científica

que se da a través de la comunicación que permite y fomenta el Semanario. Por último, mostraré

cómo Caldas exhorta a los criollos, la “nobleza” americana, a ponerse a la cabeza del proyecto

geográfico de conocer el país (hacer un mapa pormenorizada de él) y liderar su comercio y su

arte (o industria).

1. Geografía y prosperidad: el proyecto criollo. La geografía, para Caldas, abarca mucho

más que la cartografía o la topografía: prácticamente abarca todo lo que es pertinente para tomar

decisiones políticas que le den prosperidad y gloria a la Nueva Granada1. Es importante resaltar

desde el principio que para él la geografía es una herramienta, la más poderosa, para gobernar y

ordenar el país, y que es con esto en mente que Caldas la práctica y promueve. Con ella, el país

se concibe como un objeto delimitado en el cual se interviene o, como dice Caldas, ella “da la

extensión del país sobre el que se quiere obrar” (Caldas, Op. Cit., p .15). Para poder obrar sobre

el país hay que conocer, por un lado, la condición y localización de los recursos naturales y, por

el otro, las maneras de producir riqueza a partir de estos. Para ambas etapas está la geografía, la

cual, como dice Caldas, enseña “las producciones espontáneas y las que pueden domiciliarse con

1 Por eso dice: “La geografía es la base fundamental de toda especulación política” (Caldas, Op. Cit. p .15).1

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el arte”2. Esta dicotomía es central al pensamiento político y científico de Caldas, pues es el

supuesto desde el cual justifica o legitima la autoridad criolla en estos campos: la prosperidad y

el “bien público” sólo serian alcanzables gracias al conocimiento geográfico de los criollos,

quienes clasifican, identifican y explican la naturaleza del virreinato y, esto es lo más importante,

la explotan y generan riqueza a partir de ella con las artes (la industria), la agricultura y el

comercio. A través de la propia geografía, como forma de conocimiento “objetivo” al servicio

del “bien público”3, los criollos se conformaran a sí mismos, al menos discursivamente, como un

grupo con la misión política e histórica de llevar la Ilustración4 y la prosperidad a la Nueva

Granada. De este tema nos ocuparemos ahora.

2. La localización geográfica de los criollos. Después de haber delimitado el Virreinato

del Nuevo Reino en longitud y latitud, Caldas pasa a hablar sobre la cordillera de los Andes,

cuyas tierras bajas, dice, “no son las más ventajosas para el aumento de la especie humana”

(Caldas Op. Cit., p. 20). El hombre de estas tierras no es capaz de explotar la naturaleza

cultivándola, de producir riqueza a partir de ella; al contrario, la naturaleza lo domina. Esta es la

visión de Caldas, como se hecha de ver con esta frase: allí, “el cocodrilo ejerce un impero tan

ilimitado como cruel” (Ibíd.). Más adelante, hablando de las tierras bajas alrededor del

Magdalena, dice que la riqueza de sus habitantes consiste en una red, una hamaca y unas

plataneras “que no exigen cultivos” (Ibíd., p.43). El río les proporciona abundantes peces cada

vez que echan en él su red (por lo que no necesitan de artes ni ideas para sustentarse), la hamaca

es parte de su riqueza por su proclividad a la pereza y, por último, su moral, dice Caldas

eufemísticamente “bien se deja ver que no puede ser la más pura” (Ibíd.). En el Chocó, los

“animales domésticos, que hacen las riquezas verdaderas y las comodidades de la vida, son

desconocidos” y “no existe ni aun la sombra de la industria” (Ibíd., p.27). Aquí vemos reforzada

la idea de la naturaleza rampante e indómita: ni los animales se dejan domesticar ni las industrias

la aprovechan.

Muy distinta, de hecho, opuesta, a esta descripción del hombre de las tierras bajas, es la

descripción que da Caldas del de la región media de los Andes (desde 1800 hasta 3000 metros

2 Ibid., p.16.3 “Un primer elemento que nos conduce a reconocer el carácter político del conocimiento geográfico está precisamente en la retórica que lo presenta como un saber experto, objetivo, neutro y, por tanto, ‘ajeno’ a la política. […] el saber geográfico, si bien es útil, no está determinado por intereses particulares y se presenta como un conocimiento universal” (Ibíd., p. 103).4 Como lo resalta Mauricio Nieto, los criollos se consideran los representantes locales del movimiento histórico de Ilustración, la cual ya florece en Europa y ellos harán florecer en América: “Parte del sentido histórico de los criollos se reafirma en el recurrente supuesto de un presente inacabado, en ocasiones lamentable y oscuro, que se contrapone a la claridad que ofrece la Ilustración la cual ya ha dado sus frutos en otras naciones” (Nieto, Op. Cit. p. 303).

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aproximadamente). Debemos anotar desde el principio que, al hablar del hombre de las tierras

medias, Caldas está esencialmente hablando de sí mismo y de sus pares, pues esa región

comprende Popayán (donde él nació) y también Santafé, la capital del virreinato5. A esta altura,

el hombre está libre del “imperio”de la naturaleza: “Lejos del veneno mortal de las serpientes,

libres del molesto aguijón de los insectos, pasean sus moradores los campos y las selvas con

entera libertad” (Ibíd., p.20). En “los valles altos y deliciosos” la región que va desde Loja hasta

Popayán, el clima es benigno, y ello le ha permitido al hombre reproducirse copiosamente: “Aquí

el hombre, bajo de un clima sereno y con ocupaciones más análogas a su constitución, se ha

multiplicado maravillosamente” (Ibíd., p.29). Sus pueblos dominan las artes, son “agricultores,

industriosos y sagaces”, y, aunque no son buenos mineros a pesar de tener buenas minas, “en

recompensa tienen países cultivados, mieses, frutos, artes, rebaños y todo cuanto puede hacer

cómoda la vida” (Ibíd.).

La geografía no da cuenta meramente del clima, la topografía y la hidrografía: ella se ocupa

también del hombre y de su relación con la naturaleza que lo rodea. Caldas no está haciendo una

descripción objetiva y desinteresada de la naturaleza, sino una que lo sitúa, provechosamente,

dentro de ella y sobre ella. A la vez, se está distinguiendo de otros grupos humanos a través de

una representación “en blanco y negro”. Al respecto dice Mauricio Nieto: “Uno de los lugares

comunes en las apreciaciones que un grupo hegemónico hace sobre otro subordinado es

encontrar en ‘ellos’ rasgos opuestos a las propias virtudes y por tanto hacer de la descripción del

‘otro; una reafirmación de lo propio, o mejor del ideal de lo propio” (Nieto, Op. Cit. p.130). Una

naturaleza exuberante y desenfrenada frente a otra suave y dócil; un pueblo inculto, perezoso, e

inmoral frente a otro sagaz, industrioso y de buenas costumbres; un pueblo que no se reproduce y

no tiene industrias ni artes, frente a otro que sí. La contraposición básica que Caldas está tratando

de reiterar, es la misma que ya resaltamos más arriba entre los productos espontáneos o naturales

y los domiciliados mediante el arte. La naturaleza por sí misma, aunque provea abundante

comida, como en las tierras bajas, u oro, como en el Chocó, no le otorga la prosperidad a los

hombres, sino que éstos han de conseguirla a través de las artes, la industria y el comercio. La

geografía se ocupa de la naturaleza solamente como aquello sobre lo que se ha de “obrar”.

Quienes han de dirigir esta obra, como lo muestra la misma geografía, son los criollos, cuya

conformación como grupo social seguiremos elaborando.

2. La creación de una comunidad en el Semanario. Además de vivir en las tierras de

5 No entrao a profundizar en el caso de Cartagena, ciudad de una élite criolla influyente en el virreinato, que Caldas no considera degenerada por el clima.

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altura media de los Andes, y de guardar la pureza racial europea6, el criollo se distingue

socialmente por su ilustración. El epíteto de “ilustrados” con que la historiografía reconoce a

ciertos criollos no es gratuito, ni obedece meramente a que su “época” o “Zeitgeist” se denomine

“Ilustración”. Los lectores del Semanario son definidos desde sus páginas de manera explícita,

no como blancos, o ricos, sino como hombres de luces. Dice Caldas7 “…declaramos que el

Semanario contendrá tratados económicos, agricultores, científicos, literarios. El que no tenga

luces suficientes para entender estas materias, debe evitar la suscripción…” citado en Nieto, Op.

Cit., p.128).

Este periódico no es obra de su editor exclusivamente, sino de un grupo determinado de

personas8. Es posible ver, desde el primer artículo del Semanario, que los criollos ilustrados

aprovechaban plataformas como esta para conformar una comunidad. Caldas cierra su “Estado

de la geografía…” con una nota al pie en la que dice: “suplico a nuestros compatriotas que

comparen lo que ahora publico con lo que tienen presente en los lugares de su residencia, y me

adviertan por cartas los errores y equivocaciones en que he incurrido” (Caldas, Op. Cit., p. 54).

Los lectores del Semanario son también sus autores, lo cual va de acuerdo con el enfoque

científico y pragmático del periódico. La ciencia es una empresa grupal (en este caso, de un

determinado grupo, el de los criollos), lo cual no excluye, sino que fomenta, que a los que la

practican se les dé un cierto reconocimiento social. Una de las muchas menciones que hace

Caldas de la gloria y renombre que otorga el quehacer científico, es esta, que entabla de un

verdadero diálogo con el lector: “En la segunda edición haremos mención honrosa de los

patriotas que se hayan tomado el trabajo de comunicarnos luces” (Ibíd.). El reconocimiento y

distinción social (dentro del mismo grupo y de la sociedad en su conjunto) que traen consigo las

contribuciones a la ciencia, movían a los criollos a suscribirse en un periódico como el

Semanario y a contribuir con él.

Términos como “patriotas” o “amigos de la felicidad pública” van unidos a la noción de

Ilustración (“comunicar luces”), cuyo florecimiento en América fue la misión histórica auto-

impuesta de los criollos9. Quisiera llamar la atención sobre una nota al pie del trabajo de Caldas

6 Caldas divide a los habitantes del Nuevo Reino en “salvajes”y “civilizados”. Entre los segundos se encuentran los indios, los negros y los europeos, que son no sólo los nacidos en Europa sino también sus hijos nacidos en América que han conservado “la pureza de su origen [y] jamás se han mezclado con las demás castas. A éstos se conoce en la América con el nombre de Criollos, y constituyen la nobleza del nuevo continente cuando sus padres la han tenido en el país natal” (Caldas, Op. Cit., p. 22).7 Caldas, Francisco José. “Nuevo Plan del Semanario para el año de 1810”.8 Sobre sus características en común (educación, posición social, etc.), véase Nieto, “Autores y lectores del Semanario: ¿Quiénes fueron los criollos letrados?” Op. Cit. pp. 49-52.9 En relación a este punto, véase Nieto, “Pasado y futuro de la Nueva Granada: el criollo y su lugar en la historia” Op. Cit.. especialmente pp. 302-311.

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que, si bien podría pasar desapercibida, da la sensación de que la colaboración científica entre los

criollos es un hecho posible, más aún, consagrado. Entrando a tratar sobre el río Cauca, Caldas

transcribe, en nota al pie, una carta en que “José Manuel de Restrepo, joven ilustrado y laborioso,

me comunica noticias bien interesantes sobre la navegación del Cauca en Antioquia” (Ibíd.,

p.36). Más adelante, en cuerpo de texto, Caldas sigue hablando sobre la navegabilidad del río

Cauca, y dice que lo que le interesa saber es si sus dificultades pueden ser subsanadas mediante

el arte, pero que “hoy carecemos de una carta circunstanciada de este río”, a lo cual le sigue una

nota al pie que dice: “Se hablaba antes de recibir la carta de la nota antecedente” (Ibíd., p. 39).

No deja de ser tentador pensar que Caldas no modificó el cuerpo de texto de su artículo, no por

razones editoriales, sino porque quería hacerlo aparecer como una obra de muchas manos, que se

enriquece y corrige, incluso, mientras se escribe. La ciencia ilustrada de los criollos, parece estar

diciendo Caldas, es una obra viva, y los científicos del virreinato están en permanente

colaboración.

4. El proyecto geográfico de Caldas. El Semanario buscó, según Mauricio Nieto,

diferenciarse de los demás periódicos que nacieron en Santafé a principios del siglo XIX, “y

persiguió una identidad y un prestigio en la seriedad de sus escritos, más de corte científico que

literario o periodístico. […] Caldas enfatiza la demarcación entre lo útil frente a lo superfluo e

insiste en que el carácter instrumental y pragmático del conocimiento no cesará a lo largo de todo

el periódico” (Nieto, Op. Cit. p.45)10. No hay sino que ver el primer artículo del Semanario, “El

estado de la geografía…”, para hacer patente la urgencia de Caldas por aplicar el conocimiento

geográfico en un proyecto político concreto liderado por los criollos ilustrados. Dice Mauricio

Nieto que un rasgo común entre la mayoría de artículos del Semanario es su “carácter

programático; la presentación de un proyecto para un futuro mejor que nos muestra la conciencia

de sus autores de estar embarcándose en una nueva era, de estar formando una sociedad nueva,

educando un hombre nuevo y fundando un nuevo orden social” (Ibíd., 302). Este nuevo orden

social sería sinónimo de la prosperidad, y el conocimiento geográfico pormenorizado del país

seria su fundamentación.

En su artículo, Caldas está constantemente impulsando un ambicioso proyecto entre los

criollos, el de crear una “expedición geográfica-económica” que levante una pormenorizada carta

de todo el virreinato de la Nueva Granada (algo similar a lo que más adelante haría la Comisión

Corográfica). “No se trata ya de una carta común: escalas reducidas y todo lo que tenga

10 La contraposición de estas categorías (ciencia y literatura) es una forma de definirlas y demarcarlas, y gracias a ellas aumenta el prestigio y la autonomía del grupo que se está conformando alrededor del Semanario o, más exactamente, de un cierto proyecto político y científico.

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apariencia de pequeñez ha de desaparecer del espíritu de nuestros compatriotas. Dos pulgadas

cuadradas por lo menos deben representar una legua de terreno” (Caldas, Op. Cit. p.51). Esta

expedición habría de reconocer el país en toda su extensión y en todas sus facetas: la

conformaría, un astrónomo, un botánico, mineralogista, un zoólogo, un economista y dos

diseñadores (Ibíd. p. 52). El mapa que resultara sería para Caldas “un cuadro mágico que toma

todas las formas, y se acomoda a todos los caracteres”, pues aseguraría la prosperidad y gloria (la

Ilustración) del virreinato, al nutrir y fundamentar científicamente el trabajo de sus dirigentes y

científicos: “Aquí vendrán el político, el magistrado, el filósofo, el negociante a beber luces para

el desempeño de sus oficios… todos verán pintados sus intereses” (Ibíd., p. 51).

Respecto de la proyectada expedición, quiero resaltar principalmente que Caldas convoca

a los comerciantes y propietarios (en fin, a los criollos ricos e ilustrados), antes que al gobierno

del Virrey, a que la patrocinen:

Si todas las provincias contribuyesen a un fondo formado por los pudientes y principalmente por los propietarios; si el comercio hiciese lo mismo por el grande interés que le resulta […] en pocos años tendríamos la gloria de poseer una obra maestra en la geografía y en la política, y de haber puesto los fundamentos de nuestra prosperidad (Ibíd.)Los criollos pueden llevar a todo el virreinato a la prosperidad, no solamente por tener los

medios económicos para hacerlo, también porque tener el conocimiento (que se materializa en

periódicos como el Semanario). Además, Caldas lo dice abiertamente, encabezar semejante

proyecto geográfico va de acuerdo con sus intereses. Recordemos en este punto, a manera de

cierre, que para Caldas la riqueza no es un producto espontáneo de la naturaleza, sino que es

domiciliado por la agricultura, la industria y el comercio, los cuales son, o deberían ser,

dominados los criollos (que son los mismos propietarios y comerciantes).

5. Conclusión. Un grupo se define, en primer término, a partir de sus intereses comunes.

Y su autoridad aumenta y se legitima si logra identificar estos intereses con los del resto de la

sociedad. En ese orden de ideas, tal y como lo presenta Caldas, el comerciante y el propietario

habrían de tener interés en la geografía no sólo por los beneficios que esta podría reportarles,

sino sobre todo porque ella le daría a todo el virreinato la “felicidad” y “prosperidad”. Como

hemos tratado de mostrar a lo largo de este ensayo, la geografía de Caldas (y en general la

ciencia de los criollos ilustrados) muestra una imagen del virreinato de la Nueva Granada que

tiende a situar al grupo que la practica en una posición de dominio: frente a la naturaleza y frente

a sociedad. El Semanario, en tanto que medio de difusión del conocimiento geográfico, ayuda a

conformar efectivamente una comunidad criolla, tanto como a impulsar y consolidad sus grandes

proyectos científico-políticos.

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Bibliografía:

Caldas, Francisco José. “Estado de la geografía del virreinato de Santafé de Bogotá…” en

Semanario del Nuevo Reino de Granada. Biblioteca popular de cultura colombiana, Colombia:

1942. pp. 15-54.

Nieto Olarte, Mauricio. Orden natural y orden social. Ciencia y política en el Semanario

del Nuevo Reino de Granada. Universidad de los Andes, Bogotá: 2009.

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Como dice José Manuel Restrepo11, quien contribuyó ocasionalmente con el Semanario, la

agricultura, las artes y el comercio son “los verdadéros manantiales de la prosperidad: y estas las

que deben cultivar las Naciones que pretenden figurar en el sistema político del Mundo” (citado

en: Nieto, Op. Cit. p.115). La geografía es la llave maestra que abre las puertas de la naturaleza

de la Nueva Granada para que la industria la convierta en prosperidad. Pero en la afirmación de

Restrepo hay algo más, cierta noción de un “sistema” mundial, dentro del cual el criterio para

sobresalir es el cultivo de la agricultura, las artes y el comercio, en suma, la Ilustración. No es

esta una observación políticamente inocua, puesto que implica que un cierto grupo, el de los

“criollos ilustrados”, tiene la capacidad y la autoridad para guiar y llevar a buen término dicho

proyecto. Como lo resalta Mauricio Nieto, los criollos se consideran los representantes locales

del movimiento histórico de Ilustración, la cual ya florece en Europa y ellos harán florecer en

América: “Parte del sentido histórico de los criollos se reafirma en el recurrente supuesto de un

presente inacabado, en ocasiones lamentable y oscuro, que se contrapone a la claridad que ofrece

la Ilustración la cual ya ha dado sus frutos en otras naciones” (Nieto, Op. Cit. p. 303). Para

Caldas, la geografía es fundamental para la Ilustración, si es que no es su equivalente.

11 Restrepo, José Manuel. “Ensayo sobre la geografía, producciones, industria y población de la Provincia de Antioquia”.

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La variedad del clima… “es preciso que haya influído sobre el carácter y las costumbres de los

pueblos que habitan la basa de la cordillera, o sobre ella.12

El caso de Choco:

26 muchos negros, cubierto de sudor, arrancar de las entranas de la tierra el oro, confinados,

ignoran el mundi, todo está fijo no tienen ambición.

27 Los habitantes tienen conocimientos de us bosques y riós, no es un cocnociemitno geog.

¡Cuántas miras, cuántos proyectos importantes haría nacer en la cabeza de un político una buena

cartografía del Chocó, Costa, Barbacoas, Esmeraldas y Guayaquil! Minas excelentes, animales

raros, medicamentos desconocidos, caminos fáciles, ramos nuevos de comercio y de industria

serían los frutos de una expedición que se mandase a los países Occidentales de esta colonia. 13

Separados del resto de los hombres por los Andes. 30

“Si estos pueblos quieren prosperar, si desean que su agricultura no se limite a su consumo, y que su industria no dé ocupación a muchas manos, es preciso que conmiencen esta grande obra con conocer bien sus rios y su cordillera.” 31Carta geográfica, ya hay una, pero no es suficiente, pues necesitamos una carta para el comercio32

Se cree que el terreno no permite otro mejor; pero ¿se ha buscado por algún inteligente?

Si no pueden transportar sus producciones con velocidad, si no pueden recibir lo que les falta, verán que su labranza se disminuye, que la población no se aumenta 40

“La aspereza del camino más se debe a la ignorancia y a la preocupación que a la desigualdad del terrenoHabía benos caminos si encontrarlos se le confiaze a un hombre que tuviera algunas nociones del

12 2113 29

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paiis: latitudes, que sepa usar el barómetro, etc. 41.

Unacarta juiciosa que entrase en todos los pormenores que hemos indicado, una topografía de los pasos difíciles sería un servicio senalado y un tesoro iestimable ara la Nueva Granada 44

Rigurosa ciencia: se han erigido cartas según el antodo y el capricho de los ignorantes que se han arrogado el título de geógrafos

Comunitat

Aconsejando a los moradores de Popayán que reunidos formen una expedición para reconocer el curso del Patías. Que esta empresa debe confiarse a manos inteligentes y hacer variar el aspecto y los intereses de su patria y bien público. 35 6 os charlatanes no querrian esto son el OTRO (ver 47) También que nmo se inscriban los ignorantes al periodico ver nieto no se dodnde

Aquí vendrán el político, el magistrado, el filósofo, el negociante a beber luces para el sempeno de sus oficios… todos ver;an pintados sus intereses 51Este es un cuadro mágico que toma todas las formas, y se acomoda a todos los caracteres

Si se formase una expedición geográfica económica destinada a recorrer el Virreinato’Astrónomo, botánico, minerealogista parte zoologica, economista dos disenadores“Si todas las provincias contribuyesen a un fondo formado por los pudientes y principalmente por los propietarios; si el comercio hiciese lo mismo por el grande interés que le resultaEn pocos annios tendríamos la gloria de poseer una obra maestra en la geografía y en la política, y de haber puesto los fundamentos de nuestra prosperidad 52

Tenemos lo Básico: catedra, instrumentos y observatorio astronómico. 534

La gloria del geografo es mundial: gratitud y elogios de todas las naciones 48Cita humboldt 49

Tenemos lo Básico: catedra, instrumentos y observatorio astronómico. 534

Maranon ccarta de Popayán 31

1313 los ilustrados son los agentes de la prosperidadasf

geog econ 113

10

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La pregunta que me interesa responder es

¿cómo se sitúa el criollo Caldas (a él mismo y a su grupo), en la geografía del Nuevo Reino?

Como dice la segunda frase del “Estado de la geografía…”, los “conocimientos

geográficos son el termómetro con que se mide la ilustración, el comercio, la agricultura y la

prosperidad de un pueblo”14. Expliquémosla punto por punto, al hilo de la exposición que da

Caldas de la geografía en el primer párrafo de su artículo. La geografía da la posición relativa del

país respecto de otros países, lo cual es primordial para el comercio, tanto como la descripción

que da la topografía y la hidrografía; sin un conocimiento pormenorizado de las montanas, ríos y

costas del país, el comercio interno y el externo son imposible. El clima y la temperatura son

también objeto de estudio de la geografía, y por eso ella es tan importante para la agricultura y

para las artes. Los “seres organizados” (humanos, otros animales y plantas), según piensa Caldas,

son determinados por el clima y la temperatura, que en los trópicos varían según la altura sobre

el nivel del mar. Una naturaleza como la de las tierras bajas y calientes, no puede ser dominada

y explotada por el hombre, más aún, este degenera física y moralmente en ella15. Sólo los

hombres civilizados de raza blanca de las tierras altas son capaces de manipular la naturaleza

para darle la prosperidad a la colonia, y esto gracias a que tienen la ciencia geografía, es decir,

son ilustrados.

Los criollos dentro de la población del Virreinato

La clasificación por altura de los hombres no es suficiente para distinguir a los criollos del

resto de la población (ellos no son los únicos que viven en las regiones medias del virreinato).

Siguiendo con su exposición geográfica del virreinato, luego de abordar los aspectos del clima y

la altura, Caldas pasa a tratar sus habitantes, que divide en dos grupos: salvajes y civilizados.

Los primeros son “aquellas tribus errantes sin más artes que la caza y la pesca” 16; se trata de

hombres que no conocen la agricultura, ni artes, excepto las más primitivas. Los segundos, los

civilizados, “viven unidos en sociedad bajo las leyes suaves y humanas del Monarca español” 17,

pero racialmente no son todos iguales. El Indio, el Negro y el Europeo tienen en común las leyes

que los rigen, y nada más.

14 Ibíd., p. 15.15 Véase Caldas, Op. Cit. pp. 19-20.16 2217 22

11

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No profundizaré en las particularidades que Caldas le atribuye a cada raza, sólo en la

definición que da de la europea. Ella comprende, no sólo a los nacidos en Europa, sino también a

sus hijos nacidos en América que han conservado “la pureza de su origen [y] jamás se han

mezclado con las demás castas. A éstos se conoce en la América con el nombre de Criollos, y

constituyen la nobleza del nuevo continente cuando sus padres la han tenido en el país

natal”2218. Por derecho natural, los criollos son superiores a los habitantes americanos de otras

razas. Su legitimidad, no obstante, va más allá de su nobleza heredada.

OCntraste San Agustín 42

18 2212