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Calzoncillos y pantaletas La pantaleta y el calzoncillo preocupaban mucho a Manuel Antonio Carreño, en su “Compendio del Manual de Urbanidad y Buenas Maneras arreglado por él mismo para el uso de las escuelas de ambos sexos”. “Esta edición, de 1920, contiene muchas reglas importantísimas de urbanidad, que no figuran en las ediciones hechas en París. Se han señalado con un asterisco (*) para facilitar la labor del profesor. Resulta pues que este Compendio de Urbanidad es el más completo de los publicados”. Las normas de Carreño gobernaron a los venezolanos decentes por casi un siglo. Cuando alguien hacía “la bruta figura”: se moría un vecino y usted a la semana tenía una fiesta en su casa, la gente decía: “ese no conoce a Carreño”; lo mismo como cuando un tipo “se chupaba” la sopa, o cuando un mozo de pronto gritaba: “Aquí viene Pescuezo e’ chivo”. Para Carreño nadie podía ser llamado en público por su apodo. El educador advertía que “es una vulgaridad hablar en sociedad de nuestra familia, de nuestra persona y de nuestras enfermedades”.

Calzoncillos y Pantaletas

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Calzoncillos y Pantaletas

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  • Calzoncillos y pantaletas

    La pantaleta y el calzoncillo preocupaban mucho a Manuel Antonio Carreo, en su

    Compendio del Manual de Urbanidad y Buenas Maneras arreglado por l mismo para el uso

    de las escuelas de ambos sexos.

    Esta edicin, de 1920, contiene muchas reglas importantsimas de urbanidad, que no figuran

    en las ediciones hechas en Pars. Se han sealado con un asterisco (*) para facilitar la labor del

    profesor. Resulta pues que este Compendio de Urbanidad es el ms completo de los

    publicados.

    Las normas de Carreo gobernaron a los venezolanos decentes por casi un siglo. Cuando

    alguien haca la bruta figura: se mora un vecino y usted a la semana tena una fiesta en su

    casa, la gente deca: ese no conoce a Carreo; lo mismo como cuando un tipo se chupaba

    la sopa, o cuando un mozo de pronto gritaba: Aqu viene Pescuezo e chivo. Para Carreo

    nadie poda ser llamado en pblico por su apodo.

    El educador adverta que es una vulgaridad hablar en sociedad de nuestra familia, de nuestra

    persona y de nuestras enfermedades.

  • Era especial preocupacin de aquel maestro el vestido que debe usarse dentro de la casa.

    Jams las damas mayores, y menos an las nias, deben abandonar las habitaciones en

    pantaletas, con el pretexto de que van a buscar cualquier prenda, Imperdonable es cuando un

    varn sale del bao en calzoncillos o cubrindose con un pao.

    Nuestro vestido, cuando estemos en medio de las personas con quienes vivimos, no slo

    debe ser tal que nos cubra de una manera honesta, sino que ha de contener las mismas partes

    de que consta cuando nos presentamos a extraos.

    Deplorable es tambin reunirse en la cocina a charlar y aprovechar la tertulia para proceder a

    cortarse las uas de los pies.

    La severidad de esta regla se acenta cuando permanecemos en el dormitorio, en donde no

    podemos permitirnos ningn desahogo, como quitarnos los calzoncillos o las pantaletas

    delante de padres o hermanos. Siempre debemos cubrirnos con honestidad incluso cuando

    slo tenemos por testigo a Dios.

    Al baarnos en pblico las damas deben llevar las pantaletas debajo del baador, y los

    caballeros, bajo ninguna circunstancia, se deben desprender de los calzoncillos.

  • Las normas de Manuel Antonio Carreo eran sagradas en las escuelas.

    Las damas en Macuto usaban unas camisas de bao y debajo unas pantaletas largas amarradas

    en los tobillos con trenzas blancas o azules y las madres recomendaban: Amrrese bien las

    pantaletas mija porque el mar es muy tremendo y si se le sube el camisn se le puede ver

    todo. Nunca se olvide de Carreo.

    El Rey de la Urbanidad, quien insista mucho en la forma de comportarse en la propia casa,

    deca: En cuanto a la mujer, quien debe lucir siempre mayor compostura que el hombre, ya se

    deja ver que su desalio en la casa dar muy mala idea de su educacin.

    Ningn hombre decente casar con mujer que vaya por la casa de un lado a otro en

    pantaletas, aunque stas sean bastante largas para cubrir hasta los tobillos.

    As son las cosas.