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CAMBIO DE RUMBO EL PROGRAMA ECONÓMICO PARA LOS ’ 90 CARLOS BOLOÑA BEHR INSTITUTO DE ECONOMÍA DE LIBRE MERCADO SIL

Cambio de Rumbo - Carlos Boloña

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  • CAMBIO DE

    RUMBO EL PROGRAMA ECONMICO PARA LOS 90

    CARLOS BOLOA BEHR

    INSTITUTO DE ECONOMA DE LIBRE MERCADO SIL

  • Primera edicin, 1993

    (c) Carlos Boloa Behr

    Diseo de Cubierta

    Judith Kahn

    Correccin de pruebas

    Mara Blume

    Prohibida la reproduccin total o parcial de esta obra sin permiso expreso del autor.

    Este libro es una publicacin del Instituto de Economa de Libre Mercado

    San Ignacio de Loyola (IELM - SIL).

    Impreso por Grfica Biblos S. A.

    Jr. Tizn y Bueno 639, Jess Mara.

    Se reservan los derechos de autor.

    Hecho en el Per

  • A mi esposa Sylvia, que me dio el

    valor y el aliento para perseverar en

    la tarea de cambiar nuestro pas; y a

    mis hijas Brbara, Daniella, Carla y

    Joanna, que supieron aceptar la falta

    de su padre durante tantos meses para

    poder vivir en un Per mejor.

  • CARLOS BOLOA

    INDICE

    Prlogo

    Agradecimientos

    Introduccin

    CAPITULO 1: LA HERENCIA RECIBIDA

    1. 2. 3. 4.

    La hoja clnica Dos destructores: Guzmn y Garda La fbricacin del desastre Una oportunidad indita

    CAPITUWI1: VIEJOS PRINCIPIOS PARA NUEVOS TIEMPOS

    1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

    No hay que descubrir la plvora Denominador comn Principios polticos para un orden libre Los principios de una economa sana, libre y prspera CombustibLe para el despegue Burcratas iluminados No hay tercera va Privilegios S. A.

    Pg

    1

    11/

    V

    1

    J 4 9

    18

    29

    29 34 37 41 45 47 49 50

  • CAMBIO DE RUMBO

    CAPITUW Ill: LA POUTICA PARA EL CAMBIO

    l. 2. 3. 4.

    Una visin panormica Las cinco grandes reformas estructurales El impacto de las reformas La tirana del Statu Quo

    CAPITUWlV: DE LA TEORlA A LA PRACTICA

    J.

    2. 3. 4. 5. 6. 7.

    La bsqueda del equilibrio perdido (La reforma macroeconmica) La reforma microeconmica de los mercados La reforma de la estructura de la propiedad La reforma del Estado La reforma institucional La resistencia a la Reformas Estructurales En cunto tiempo dan frutos las Reformas Estructurales?

    CAPITUWV: LA POUTICA EXTERIOR y LA REINSERCION

    l. 2. 3.

    Club de Pars IJ Banca Comercial Proveedores sin garanta

    53

    53 58 86 89

    91

    91 109 123 126 130 130 131

    135

    140 141 141

  • CAPITULO VI: MAS ALLA DEL DERECHO

    l. 2. 3. 4.

    Las reglas del juego Estado de Derecho Gobierno limitado Seguridad de los ciudadanos

    CAPITUW VII: TIGRES DE PAPEL

    1. 2. 3.

    1o.s crticas al Programa Econmico Desviaciones del Programa Econmico Reflexiones

    CAPITULO VIII: CONCLUSIONES y RECOMENDACIONES

    l. Avances del Programa Econmico 2. Agenda pendiente 3. Recomendaciones y responsabilidades para el futuro

    Anexos

    Referencias bibliogrficas

    CARLOS BOLOA

    143

    143 144 152 155

    161

    161 165 169

    175 175 178 179

    l81

    247

  • CARLOS BOLOA

    PROLOGO

    Para el Per este libro ofrece una oportunidad singular, pues no es frecuente que un Ministro de Economa se embarque, inmediatamente terminada su gestin, en la tarea de hacer un recuento de la misma. Contar con esta obra de Carlos Boloa-se est o no de acuerdo con sus posiciones-contribuir sin duda a disear el plan de accin que definir el destino econmico y tambin poltico de nuestro pas en el futuro mediato e inmediato.

    "Cambio de Rumbo" resea el plan maestro que el autor aplic en sus dos intensos aos de gestin con una energa y una perseverancia poco comunes y que dio como resultado concreto el control de la inflacin y la modernizacin de nuestra economa.

    A mi entender, este libro justifica a aquellos que, como yo, creen que ms peligrosa que la depresin econmica es la depresin moral. Hay que tener fe y confianza en nuestro pas porque hay razones para tenerlas, pero tambin hay que tener la decidida voluntad de contribuir a su recuperacin. En los campos poltico y econmico estamos asistiendo a una vigorosa y positiva reaccin de los pases latinoamericanos- el Per entre ellos-que, aunque parezca un sueo, tienen actualmente un crecimiento superior al de los pases desarrollados. Como hace poco lo admita el Director General del Fondo Monetario Internacional, no estamos ya a remolque de ellos. Hay que perseverar en el esfuerzo. Los sacrificios no han sido vanos.

    La obra de Carlos Boloa, resumen de una gestin ardua y exitosa, tendr permanentemente actualidad. Su carcter tcnico y su lenguaje didctico la convertirn en lectura obligada de estudiosos y de universitarios; y el hecho de que no est sujeto a consideraciones polticas e intereses y ambiciones particu-lares atraer la atencin y el inters generales.

    Javier Prez de Cullar

  • CARLOS BOLOA

    AGRADECIMIENTOS Quiero aprovechar la publicacin de este libro para expresar mi

    agradecimiento a las diversas personas que me apoyaron y ayudLlron a sacar adelante el Programa Econmico.

    En primer lugar al Presidente Fujimori, por dejar que aplicara una reforma basada en la economa de mercado y por su capacidad de convencer a la ciudadana de su conveniencia.

    A mis hermanos y amigos: Fernando Boloo Behr, Ral Diez Canseco Terry y Marcial Vargas Gonzales

    A los colegas de gabinete que me mostraron lealtad, en especial a Jaime Yoshiyama, el mejor y ms convencido aliado que pude hizber tenido para impulsar el cambio de rumbo en el pas.

    A mis queridos amigos Hernn Bchi y Jos Piera, que me visitaban cuando se lo peda para darme consejo y asesora. Tambin allLD de Chile que supo exportar sus ideas.

    A Javier Prez de Cullar, el verdadero iniciador del retorno del Per a la comunidad internacional.

    A Carlos Rodrguez Pastor y Hernando de Soto, que me alentaron para asumir el reto.

    A la gente de lnea: los Viceministro$, Alfredo Jailitie y Rosario Almenara Da .. de Pezo; y la Secretaria General, Roxana Crdova.

    Al Negociador de la Deuda Externa, Raymundo Morales Bermdez.

    A mis asesores econmicos: Carlos Adrianzn, Luis Arias Grazzini, Eduardo Bastante, Oscar Blanco, Jorge Cartel., Fritz Dubois, Vctor Merino, Felipe Mo"is, Wolfgang Pedal, Csar Pearanda, Alfredo Romero, Guillermo Thornberry, Eduardo Valdivia Velarde, Luis Valdivieso.

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    A mis asesores en la parte tributaria: Dominga Sota y Armando Zolezzi.

    A mis asesores legales: Mario Ferrari y Ludwig Meier.

    A mis asesores de poltica y publicidad: Vicente Silva y Ana Gibson.

    A los polticos que me ensearon y apoyaron.

    A los empresarios y trabajadores progresistas, que supieron entender y apoyar el Programa Econmico.

    A mis secretarias: Mara Laura Castaeda de Guerrero, Marcela Valdez Ladrn de Guevara y Rodo Rodrguez Middleton.

    A quienes se encargaron de mi seguridad.

    Por ltimo a Federico Salazar y Mario Ghibellini. Que me ayudaron a darle forma a este libro.

    IV

  • CARLOS BOLOA

    INTRODUCCION

    Las circunstancias que precipitaron mi renuncia al Ministerio de Economa y Finanzas no han sido hasta ahora puestas en conocimiento de la opinin pblica a cabalidad. Muchos piensan que cuando dej el cargo, el4 de enero pasado, lo hice por desavenencias con el Presidente FujimOri y me atribuyen la responsabilidad de que el importante proceso de transformaciones que iniciamos en febrero del '91 desde el Ministerio de Economa y Finanzas (MEF), pudiera perder su dinmica.

    Pero eso no es exacto, Lo cierto es que desde que asum la cartera de Economa, sostuve que slo permanecera en el puesto mientras pudiera seguir avanzando con las reformas. Y el 30 de diciembre de 1992, supe que no continuara "por razones polticas",

    Esa tarde habamos estado trabajando en la nueva ley de Control del Gobierno con el Ministro de Industrias, Jorge Camet Dickman, el Ministro de Justicia, Fernando Vega Santa Gadea, y la Contralora, Mara Herminia Drago, en Palacio de Gobierno. Hacia el final de la sesin se sum el Primer Ministro, Oscar de la Puente y. poco despus lleg el resto del gabinete para participar de una pequea reunin de fin de ao, El '92 haba sido un ao difcil que, sin embargo, estaba terminando con buenas perspectivas para el Gobierno, Se haba ganado las elecciones al Congreso Constituyente Democrtico (CCD) por amplia mayora, Abimael Guzmn estaba tras las rejas, la inflacin haba cedido considerablemente y la segunda reinsercin estaba en marcha.

    La reunin tena tambin otro propsito: todos debamos firmar las cartas de renuncia que se estila presentar el 28 de julio Y a fin de ao con la idea de dejar al Presidente en libertad de reformular su equipo ministerial y sus polticas de gobierno en esas fechas que, tradicionalmente, sirven para hacer un balance en la vida poltica del pas. Se trata de renuncias "de oficio", todas iguales.

  • CAMBIO DE RUMBO

    Al finalizar la reunin el Primer Ministro se despidi de todos. Pero a Alfredo Ross Antezana (hasta ese momento, Ministro de Transportes y Comunicaciones, Vivienda y Construccin) y a m nos pidi que nos quedramos. La reunin pareca tener un tercer propsito.

    A decir verdad, desde haca algunas semanas haba estado recibiendo seales de que mi situacin en el Gabinete comenzaba a complicarse. Por una serie de razones, la firma de la Carta de Intencin con el FMI, cuya negociacin habamos ya concluido en noviembre, se vena postergando. Y el13 de diciembre el Presidente haba enviado, una carta al Director Ejecutivo de esa institucin, Michael Camdessus, en la que solicitaba flexibiJizar los trminos de la Carta de Intencin para facilitar los fines de "pacificacin". El impasse se super final-mente negociando en Washington la inclusin de un nuevo prrafo que atenda a la demanda del Presidente Fujimori pero, aun as, la Carta continu sin aprobarse. La nica explicacin que poda imaginar para esta actitud del Gobierno era la inadecuada percepcin de que el Japn podra financiar el Programa Econmico por cuenta propia, permitindonos prescindir del FMI.

    Al quedarnos solos, nos volvimos a sentar a la mesa y De la Puente tom la palabra.

    -Se ha decidido no seguir contando con sus servicios para t 993- nos comunic.

    Segn nos dijo, se haba evaluado que se vena una coyuntura poltica difcil para el Gobierno, de muchas presiones, y los sectores ms vulnerables resultaban ser los que nosotros encabezbamos. En mi caso, remarc que mi labor al frente del MEF me haba desgastado mucho, lo que me hara objeto de los ataques ms serios, trance difcil que se me quera evitar. Nos ofreci, por ltimo, puestos dependientes del Gobierno en el exterior, convencido de que aquello podra satisfacemos. En mi caso sera un alto cargo en el FMI.

    Consider importante hacerle dos comentarios. Primero, que me hubiera gustado escuchar directamente que ya no se quera contar con mis servicios; y segundo, que la oferta de un puesto en el extranjero no era necesaria ni de inters para m. "Vine sin pedir nada y me voy sin pedir nada", le dije. A De la Puente mi respuesta pareci sorprenderlo y, antes de despedirnos, me pidi que lo pensara.

    De regreso en casa, slo coment la noticia con mi esposa y decid salir de Lima con mi familia durante Jos das de Ao Nuevo, como tena pensado originalmente, y no hacerme problemas con el tema. En los das siguientes,

  • CARLOS BOLOA

    curiosamente, ninguna seal del cambio ministerial se filtr en la prensa. S610 aparecieron en los medios algunos lderes de gremios empresariales-principales propugnadores hasta haca poco de un cambio de timn en el MEF porque ya no queran soportar los rigores del programa-, para expresar sus deseos de que mi actitud cambiara para el '93. Recin el sbado 2 de enero, en una entrevista radial en RPP, el Presidente Fujimori admiti que podra haber cambios en el gabinete.

    Durante esos das, llegu a la conclusin de que era conveniente escribir una carta de renuncia que realmente expresara mi pensamiento y diera testimonio de mi preocupacin por el futuro del Programa Econmico.

    El lunes 4 regres a Lima recin a las cinco de la tarde. En casa me encontr con que el Primer Ministro me haba estado llamando. Al responderle, me dijo que por favor fuera a la Escuela Militar de ChorriJIos, donde l y el Presidente me estaban esperando.

    Al llegar, fui conducido a una sala donde, adems del ingeniero Fujimori y De la Puente, se encontraba Ross Antezana.

    Tras los saludos de rigor, el Presidente tom la palabra.

    -Hemos evaluado que va a haber mucha presin en sus sectores y por estrategia poltica, ustedes no deben continuar- dijo.

    Me pareci pertinente plantear algunas opiniones. Le reiter primero que tras casi dos aos de colaboracin, me hubiera gustado que me comunicase personalmente que ya no quera contar conmigo en el Gabinete y luego le pregunt acerca de las presuntas presiones a las que haba hecho referencia: Haba ganado el Gobierno las elecciones al CCD por amplia mayora o no? Estaban entonces los polticos de la oposicin en mejor situacin que nosotros? Tenan acaso las quejas de algunos gremios empresariales contra el Programa Econmico ms eco en la opinin pblica que la de los polticos tradicionales? Por ltimo, si las presiones se daban, yo estaba seguro de poder capearlas. Algo haba aprendido de poltica en todo ese tiempo al enfrentarme a Garca, a tantas comisiones del Congreso o al salir ileso de una interpelacin.

    Pero el Presidente Fujimori insisti: -Por estrategia poltica, usted no debe continuar.

    Le dije que l tenfa ciertamente la Jibertad de determinar con quin deseaba trabajar y con quin no, pero le manifest asimismo que los trminos de mi

    VII

  • CAMBIO DE RUMBO

    renuncia no estaban expresados en la carta de oficio que haba firmado el 30 de diciembre junto con el resto del gabinete, sino en otra que haba preparado durante el fin de semana, la cual le entregu en ese momento.

    El Ingeniero Fujimori puso el sobre que la contena a un lado e insisti en lo del puesto en el FMI. pero yo rechac nuevamente la oferta dicindole que estaba decidido a regresar a mis actividades privadas.

    Me pregunt, por ltimo, si yo apoyara lo que se hiciera en adelante. Yo le dije que eso dependera de lo que se hiciera.

    Tras un momento de silencio, el Presidente concluy:

    -Bueno, pues ... -. Buenas noches.

    -Buenas noches- le dije y me retir con la sensacin de que un importante captulo de mi vida tocaba a su fin.

    A la maana siguiente, cerca del medioda, el periodista Dennis Vargas de RPP me llam "para saludarme por el Nuevo Ao y desearme xitos para el '93 en mi gestin como ministro". Le agradec los deseos pero le dije que vea difcil que pudieran cumplirse, pues yo ya no era Ministro de Economa. Sorprendido, me pidi autorizacin para dar a conocer la noticia en la radio y yo acced.

    En los das siguientes, recib mltiples visitas y mensajes muy reconfortantes, incluso de gente que quera sencillamente expresarme su reconocimiento por la labor de transformacin que yo haba encabezado en el MEF. De todos ellos, el ms halagador fue el del representante de la Cancillera del Japn para Amrica Latina, el seor Terusuke Terada, quien tuvo palabras generosas para mi gestin y mostr inquietud por el futuro del Programa Econmico.

    Estos son los hechos. Lo que queda por hacer ahora es interpretar cules pudieron ser las razones que determinaron no slo mi separacin del Gabinete -Iocual finalmente no pasaradeserunepisodiopersonal-, sino fundamenta I mente la modificacin de la dinmica del proceso de transformaciones que estbamos llevando adelante desde el MEF. Porque, independientemente de lo sucedido con la Carta de Intencin con el FMI, hacia fines del '92 haban comenzado a aparecer indicios de que no se quera avanzar con algunas de las reformas.

    No se accedi, por ejemplo, a culminar con la apertura del mercado de trabajo a travs de la superacin de dos rmoras de la antigua legislacin laboral: la flexibilizacin de las normas de la Estabilidad Laboral y la Comunidad Laboral.

    VIII

  • CARLOS BOLOA

    Asimismo no se aprobaron normas relacionadas con el Fondo de Vivienda, la reduccin de sobretasas arancelarias a ciertos productos agrcolas, la eliminacin de restricciones al uso de leche en polvo para la produccin de leche evaporada, la reestructuracin del Banco de ]a Nacin y la privatizacin de ENe!. Reformas, cuyos dispositivos legales estaban ya listos para ser promulgados pero quedaron encarpetados por clculo poltico o un injustificado temor a "los monopolios privados".

    No pretendo con estos comentarios negarle mritos al Presidente Fujimori. Los tiene y mltiples. La comparacin de su gestin con las de sus antecesores es bastante elocuente en ese sentido. Trabajando junto a l aprend a valorar su coraje, decisin, e intuicin. En el Per muchas cosas han cambiado desde que l asumi la Presidencia. En particular, en la tarea de gobierno en la que a m me ha tocado intervenir-la de la reforma y la modernizacin econmica del pas-, pienso que su principal virtud ha sido entender y permitir que las cosas se hagan. El Presidente Fujimori lleg al poder sin un plan de gobierno y rodeado de asesores "heterodoxos", cuyos planteamientos slo habran profundizado la hiperinflacin y el aislamiento del Per de la comunidad econmica internacional. Sin embargo, cuando tuvo oportunidad de escuchar una explicacin de por qu esa poltica nos llevara al despeadero y de cul debera ser la orientacin del Programa Econmico, el Presidente opt por la estabilizacin econmica, por dura que sta resultase en esos momentos para su recin estrenada popularidad. Tuvo tambin, luego, la visin de encargar a gente especializada una tarea difcil y compleja (pero a la que dio luz verde gracias a que haba accedido al poder sin estar comprometido con ningn grupo de inters): la modernizacin de nuestra economa a travs de la eliminacin de las intervenciones y privilegios que la tenan maniatada.

    En ese proceso estbamos hasta diciembre del ao pasado, por alguna razn desde entonces se ha hecho ms lenta la dinmica de las reformas. Es fundamen-tal, sin embargo, salir de esa inercia y no perder el norte que hemos venido siguiendo a lo largo de todo este camino.

    La firma del programa con el FMI tal como lo negociara durante mi gestin y la limpieza de los atrasos con el FMI y el Banco Mundial en marzo de 1993 son buenos indicios respecto a la direccin del Programa. Ello despeja una de las inquietudes expresadas en mi carta de renuncia del 4 de enero. Quedan pendien-tes, sin embargo, otras inquietudes relativas a la posibilidad de que el Per pierda la dinmica en sus reformas por presiones de los diversos grupos de inters, se maneje "polticamente" el pas o se quede a mitad del camino el cambio de rumbo iniciado.

    IX

  • CAMBIO DE RUMBO

    Tras haber ocupado el cargo de Ministro de Economa y Finanzas por ms de 22 meses, considero necesario presentar un anlisis y algunas reflexiones acerca de los cambios que ha venido experimentando el Per durante todo este tiempo. Llevo esta labor a cabo con el nimo de crear conciencia respecto de la filosofa, direccin y orientacin de esta revolucin basada en la economa de mercado, que se empez a aplicar en forma decidida durante mi gestin y fue apoyada por el Presidente de la Repblica. Es importante que se conozca el camino recorrido y. ms importante an. que se tenga conciencia clara de lo que falta por hacer.

    El 30 de diciembre de 1992 se tom la decisin de que yo no siguiera en el MEF "por razones polticas". A pesar de ello. considero necesario continuar colaborando y defendiendo el proceso de estabilizacin econmica. las refonnas estructurales y la reinsercin econmica internacional. Por tal motivo he decidido quedarme en mi pas, para seguir en esta tarea. El esfuerzo y sacrificio que los peruanos hemos realizado desde el 28 de julio de 1990 no puede ni debe perderse, ni en su orientacin ni en su dinmica; as como tampoco deben erosionarse los avances logrados. Estoy convencido de que el rumbo emprendido traer bienestar para todos los peruanos y en especial para los ms pobres. Este esfuerzo se est haciendo para abrir un camino de esperanza especialmente para nuestros hijos. El objetivo es orientar a los que creemos en el Per para desterrar de raz y definitivamente ideologas basadas en el terror y la demagogia.

    x

  • CARLOS BOLOA

    CAPITULO I

    LA HERENCIA RECIBIDA

    Los cambios realizados en la economa y la sociedad peruanas desde 1990 marcan una ruptura no s610 frente al gobierno de AJan Garc(a, sino frente al tipo de gesti6n pblica de por lo menos los ltimos 40 aos. Por esa razn, pueden abrir realmente una va al desarrollo y a la calidad de vida que el Per necesita.

    Para tener una idea de la verdadera magnitud de este cambio, puede ser ilustrativo fijar nuestra atencin en lo que sucedi con algunas de las principales variables de la economa peruana de 1950 en adelante.

    1. LA BOJA CLINICA

    Los indicadores econmicos son como la hoja clnica con la que los mdicos siguen paso a paso la salud o enfermedad de un paciente. Se trata, generalmente. de cifras y variaciones que dibujan un "cuadro" ms o menos aproximado de Jo que pasa en la economa.

    Cuando la economa de un pas es saludable. sus indicadores se desplazan con orden y en forma equilibrada. No hay en tal caso demasiadas "sorpresas"; esto es, no se dan variaciones bruscas en los factores que inciden en la toma de decisiones de los agentes econ6micos.

    En nuestro pas todos los indicadores econmicos de los ltimos 40 aos corresponden a la hoja clnica de un enfermo, con curvas y lneas que suben o bajan violentamente. Si se compara la evolucin de estas variables con la registrada en cualquier pas desarrollado se ve claramente la diferencia.

  • CAMBIO DE RUMBO

    Algunos de los principales indicadores son la inflacin, el dficit fiscal, la produccin, las exportaciones y las reservas. Veamos brevemente en qu consiste cada uno de ellos.

    1.1. Inflacin

    La inflacin es quiz una de las variables ms conoeidas por los peruanos. Eso se debe a que hemos sufrido sus consecuencias en forma permanente. La inflacin consiste en el alza generalizada de los precios. En una economa sana, si bien los precios varan, lo hacen en forma aislada y de acuerdo a los cambios en las preferencias del consumidor (demanda) o en la cantidad de bienes y servicios producidos (oferta). La inflacin, en cambio. es un alza de todos los precios. que no ha sido creada por variaciones en la oferta o demanda de los bienes y servicios. Es el resultado de "inflar" los medios que sirven para realizar las transacciones en el mercado.

    El intercambio de bienes y servicios no se realiza como trueque. Para facilitarlo utilizamos medios de intercambio, como el dinero o los cheques. El Estado controla la oferta de los medios monetarios que se utilizan para realizar este intercambio.

    La inflacin se produce cuando el Gobierno pone en la economa ms billetes de los que se requiere para intercambiar los bienes y servicios existentes.

    Con mucha frecuencia el Estado utiliza su poder de crear dinero para financiar presupuestos desequilibrados. Los Gobiernos difcilmente quiebran, debido a que pueden tomar para s los billetes que mandan a imprimir. Cuando sus gastos crecen por encima del nivel de sus ingresos se crea lo que los economistas Jlamamos dficit fiscal.

    1.2. Dficit Fiscal

    El dficit es el hueco, el saldo negativo en las cuentas del Gobierno. Generalmente, los Gobiernos generan la inflacin para cubrirlo.Cualquier gobernan-te que realiza un gasto pblico para atender las demandas de uno u otro sector de la poblacin puede obtener niveles espectaculares de popularidad en su momento. El problema viene despus, .cuando hay que pagar la cuenta.

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  • CARLOS BOLOA

    Es fcil que el gobernante caiga en la tentacin de pasar la factura para ms adelante y evitarse as el trago amargo de hacer un manejo estricto de los gastos en funcin de los ingresos fiscales.

    Una vez que el gobernante se da cuenta de que puede realizar gasto pblico a cuenta de la emisin de moneda. se hace tan adicto a la inflacin como la propia economa. La inflacin sube los precios y para producir y consumir lo mismo que antes se requiere ms dinero. La flaqueza del gobernante ante la sensualidad del poder hace a la economa dependiente de la inflacin (y de la poltica), como si se tratara de una droga.

    Con el fin de medir la magnitud del faltante en las cuentas fiscales y poder compararla con la del de otros aos, el dficit se expresa como si fuera una parte del total de bienes y servicios producidos en el ejercicio (como porcentaje del Producto Bruto Interno, del famoso "PBI").

    1.3. Producto Bruto Interno

    Para, a su vez, poder comparar el desempeo de las economas nacionales, algunos economistas tienen una manera especial de medir la produccin. Ellos suman el total de bienes y servicios que se intercambian en el mercado, incluidos los montos pagados por concepto de exportaciones y deducidas las importaciones. A esto llaman el Producto Bruto Interno (PBI), cuyas variaciones reflejan en cierta medida el crecimiento o la cada de la actividad econmica del conjunto de la nacin.

    El bienestar y la calidad de vida mejoran cuando el pas utiliza sus recursos (naturales, humanos y de capital) en forma eficiente. Crea menos riqueza quien necesita utilizar una mayor cantidad de recursos en un determinado proceso productivo. Esto vale tanto para una empresa como para una familia o un pas. El PBI se utiliza, justamente, como un indicador que refleja en forma aproximada el tamao de la produccin.

    1.4. Exportaciones

    Otra forma de medir la eficiencia econmica de un pas es a travs de sus exportaciones; es decir, de su capacidad para vender sus mercancas en el extranjero. Las empresas del mundo estn cada da ms interconectadas y logran

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  • CAMBIO DE RUMBO

    hacer economas de escala debido a que se relacionan con otros mercados con mayor facilidad. El comercio exterior es una pieza clave en el crecimiento de la produccin.

    Con economas cada vez ms integradas en el nuevo orden mundial, la capacidad para exportar mide tambin de alguna fonna el grado de vinculacin entre un pas determinado y los dems. Esta capacidad de exportar se puede expresar comparando el total de lo que se vende en el extranjero con el total de lo que se produce en el pas; es decir, midiendo las exportaciones como porcentaje del PBI.

    La integracin comercial, sin embargo, supone adquirir del extranjero todas aquellas materias primas e insumos que requiere una produccin en proceso de expansin, especialmente si se debe cubrir la demanda de grandes mercados internacionales. El saldo que dejan las exportaciones frente a las importaciones se puede sumar a los que resultan de otras operaciones con el exterior, como los que dejan nuestras obligaciones y compromisos financieros. entre otros. Todos ellos confonnan las Reservas Internacionales Netas (RIN).

    1.5. Reservas Internacionales Netas

    Las Reservas Internacionales Netas miden, indirectamente, el grado en que un pas es vulnerable a los cambios en la economa mundial. Las variaciones en el valor de las monedas, en los precios de las materias primas o de los productos manufacturados van a determinar variaciones en los montos obtenidos por exportacin y los requeridos para importacin.

    Lo que pase con la inflacin, el dficit, la produccin, las exportaciones y las reservas no slo refleja la responsabilidad con que los gobernantes manejan los instrumentos de la poltica econmica. Tambin es resultado del acierto o desacierto de las ideas que ellos tienen sobre el significado de estas variables y de la concepcin que manejan acerca de cmo puede el Gobierno influenciar en su evolucin.

    La hoja clnica de la economa peruana muestra que nuestros gobernantes de los ltimos 40 aos, han sido cada vez menos eficaces o responsables en el manejo de la poltica econmica y que han tenido ideas equivocadas sobre el significado de las variables y el tipo de influencia que la poltica poda ejercer sobre ellas.

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  • CARLOS BOLOA

    2. DOS DESTRUCTORES: GUZMAN y GARCIA

    Hace casi un ao coment en una conocida emisora radial que los nombres de los dos ms grandes terroristas que ha tenido el Per empiezan con la iniciales "A.G."; Abimael Guzmn y Alan Garcla. El primero es un terrorista tradicional que ha sembrado muerte y destruccin en el Per, pero nunca pudo tomar el poder. Hoy est encarcelado con el nmero 1509; su organizacin, "Sendero Luminoso", perdiendo la "lucha armada" y su ideologa, derrotada en el mundo. Guzmn es reSponsable del asesinato de miles de personas en 12 aos y de la destruccin de bienes por miles de millones de dlares. Garca, por su parte, s lleg al poder y en slo cinco aos logr una destruccin econmica y un empobrecimiento de la poblacin mayores que los de Guzmn. Para ello cont con una ideologa completamente equivocada y una gran vocacin por la demagogia. Hoy goza de un confortable auto exilio, viviendo entre Pars y Bogot. Veamos el desastre que nos leg cada uno de eUos.

    2.1. Abimael Guzmn: Muerte y Destroccin

    La dcada de los ochenta conoci el crimen terrorista, liderado por Sendero Luminoso. Su objetivo era la aplicacin de los principios marxistas, leninistas y maostas a la sociedad peruana Se propona imponer un sistema comunista, mediante una estrategia basada en el terror, al estilo Poi Pot en Camboya. En este sistema se pretende liquidar el mercado, lo que lleva a la eliminaci6n de la libertad econmica y poltica, y a la imposicin del totalitarismo. Esta poltica caus en Camboya ms de un mill6n de muertos y probablemente ese mismo nmero se habra repetido en el Per de haber triunfado Sendero Luminoso. Nuestro pas habra sido as escenario del "Tercer Genocidio de este Siglo", como lo manifest en 1992 Bemard Aronson, alto funcionario del Departamento de Estado Norteamericano.

    Para medir los efectos de la barbarie terrorista durante ]a dcada de los ochenta se requieren indicadores que salen del campo de la economa. Debido a la subversin ms de 22 mil personas murieron, 50,000 nifios quedaron hurfanos y 700 mil peruanos fueron desplazados de su lugar de origen. Se perdieron asimismo 22 mil millones de dlares en bienes materiales. Los atentados producidos sumaron ms de 20 mil, 1,100 de los cuales fueron contra torres de alta tensin. Los subversivos seguan el "Camino de Camboya" en un momento en que la ideologa socialista y comunista se desmoronaba junto con el muro de Berln, como resultado del colapso econmico del bloque socialista. Guzmn y Sendero se mostraban como terroristas sin ideologa ni romanticismo, como

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    meros asesinos. Sendero haba iniciado el camino de su destruccin, pero su accionar haba ocasionado una gran fuga de capitales y haba ahuyentado a la inversin extranjera provocando la migracin de cerca de 240,000 peruanos al extranjero, entre los cuales haba por supuesto una gran cantidad de profesionales. Haba generado, por ltimo, una prdida de confianza nacional e internacional en el Per como pas viable.

    Pero no sera justo afirmar que este cuadro de miseria es atribuible nicamente a Guzmn y a sus huestes asesinas. Lo cierto es que sus propsitos devastadores recibieron una gran ayuda desde Palacio de Gobierno entre el '85 yel '90.

    2.2. Alan Garca: Desastre Econmico y Fraeaso Poltico Alan Garca ha pasado a la historia como el peor presidente que ha tenido

    que padecer el Per. Los grandes desastres que ocasion al pas no tienen precedentes y se pueden resumir en los siguientes puntos:

    Llev a la economa peruana a la quiebra. Empobreci a la poblacin. Permiti el deterioro de la infraestructura nacional. Estatiz importantes reas de la propiedad privada. Aisl al Per del mundo. Permiti el avance del terrorismo. Permiti el avance de la corrupcin. Concentr el poder poltico. . Destruy la administracin de justicia y liquid el derecho. Propici una crisis moral y de valores.

    Garca, durante su gobierno, llev al Per a la crisis econmica ms grande de su historia republicana. La bancarrota o quiebra que ocasion fue ms grave que la que se experiment durante la Guerra del Pacfico. La inflacin acumulada de julio de 1985 a julio de 1990 alcanz la tasa de 2.2 millones por ciento. El crecimiento del PBI acumulado en dicho periodo cay en 7%. El PBI per cpita real lleg a 720 dlares, cifra menor que la de 1960.

    Durante su gestin, las resevas internacionales llegaron hasta -300 millones de dlares. El dficit fiscal y cuasi fiscal alcanz el 16% del PBI. La presin tributaria cay de 14.4% a slo 4.1 % del PBI. La liquidez total se redujo de 17% a slo 6% del PBI. Las empresas estatales perdieron 1,653 millones de dlares.

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    El ingreso mnimo legal se redujo en 50%. Por ltimo, los gastos en salud y educacin cayeron] 5% en trminos reales. Este cuadro es la autntica "Radiografa de un Desastre", segn 10 llam la revista Per Econmico.

    La poblacin peruana se empobreci a niveles sin precedentes. El ndice de pobreza crtica en diciembre de 1989 lleg a un nivel de 141, comparado con un valor promedio de 105 en 1985. En la ciudad de Lima la pobreza pas del 17% de la poblacin en 1986 al 44% en 1990. La pobreza afect a 13 millones de peruanos y la pobreza crtica, al 54% de la poblacin. Los gastos de consumo cayeron en 46% entre 1986 y 1990. El gasto social por habitante se redujo de 46 dlares en 1986 a 12 dlares en 1990.1

    La infraestructura nacional present un deterioro indito. Al final del gobierno de Garca, slo el 20% de la red vial nacional se encontraba en buen estado. En materia energtica exista un dficit equivalente a 26% de la demanda. No se realizaron inversiones para incrementar la oferta de agua potable, proveer saneamiento. incrementar el suministro de energa elctrica o construir carreteras y caminos.

    La propiedad privada sufri serios atentados. Seestatiz la Belco Petroleum, los bancos, financieras y compaas de seguros y se nacionaliz Leche Gloria. Esto gener caos y desconcierto, y lo paradjico es que tales polticas iban en contra de las corrientes de privatizacin que se llevaban a cabo con xito en el mundo.

    El Per se aisl del mundo al seguir una poltica unilateral de no pago de la deuda externa. Al pretender ser lder tercer mundista y latinoamericano en materia de deuda externa, Garcfa nos convirti en un "paria econmico". El Per fue calificado de "inelegible" para nuevos crditos, tanto de los organismos internacionales como de la banca y los proveedores. Asimismo, la poltia de dedicar slo el 10% de las exportaciones para el pago de la deuda externa increment durante su gestin lo adeudado de 13 a 20 mil millones de dlares. Nos endeudamos por siete mil millones de dlares a cambio de nada. Los depsitos de moneda extranjera del Estado no podan mantenerse en la mayora de bancos extranjeros por temor a que fueran embargados.

    La inversin extranjera desapareci del pas. En cinco aos el Per recibi 15 millones de dlares, cuando Chile en un ao reciba mil millones de dlares y Malasia 11 mil millones de dlares a fines de los ochenta.

    I BID, 1992, pp. 221-228.

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    El terrorismo avanz de manera alannante. Los atentados se incrementaron de 2,050 en 1985 a 3,149 en 1989. El nmero de torres de alta tensin daadas por los subversivos subi de 107 a 276. Las vctimas de la violencia poltica pasaron de 1,437 a 3,022.

    Garca, en lugar de combatir al terrorismo. quiso competir con l, ser ms "izquierdista" que la subversi6n. Ueg6 incluso, en uno de sus discursos en 1988 en Ayacucho, a alabar la "mstica del senderista". Dijo, en efecto, entre otras cosas: "Cmo no vamos a admirar eso.,. si tuviramos 1 O mil militantes con la fe fantica que tienen sos, que dejan todo, no tienen famiJia, son tuberculosos, Qu autoridad moral tenemos nosotros, a veces pienso. para combatirlos cuando estamos rodeados de pseudo comodidades pequeas",2

    la corrupCin se extendi en forma alarmante. Entre 1985 y 1990 el rea dedicada al cultivo de la coca prcticamente se duplic alcanzando 200 mil hectreas. El dlar MUC. la colocacin de las reservas en el BCCI, la negociacin de papeles de la deuda y las importaciones de alimentos fueron solamente la punta del iceberg de la inmoralidad en la gestin pblica de esos aos.

    Garca concentr en sus manos el poder poltico. El Poder Legislativo perdi su autonoma, encontrndose a merced de sus designios. El Poder Judicial tambin era controlado por l. Lo mismo suceda con el Jurado Nacional de Elecciones y los organismos de contro1. El Banco Central perdi su autonoma e imprimi dinero de acuerdo a sus caprichos.

    Por si esto fuera poco, dos aos antes de que terminara su mandato Garca nombr gente de su confianza en puestos claves de Gobierno, cuya duracin era de siete aos, con el objeto de maniatar y .;ontrolar al rgimen entrante. La concentraci6n de poder que tena Garca para el perodo 1990-95 era impresionante. Esta situacin distanciaba al rgimen poltico peruano que heredamos en 1990 de lo que debe ser una democracia legtima.

    A tal punto haba llegado esa deformacin que, entre 1990 y 1992, Garca manejaba o tena influencia todava sobre la Contralora General de la Repblica, el Tribunal de Garantas Constitucionales, el Poder Judicial, el Consejo de la Magistratura, el Jurado Nacional de Elecciones y alrededor de 20% del Congreso Nacional. Adicionalmente, segua detentando el poder en el Partido Aprista, tras haber sido reelegido Secretario General por aclamacin. Tambin tena el apoyo de algunos medios de comunicacin de manera bastante parcializada

    2El Comercio, S de julio, 1988. p. AS.

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    Finalmente, Garca acarre una prdida de valores morales y ticos inconmesumble en el pas. El deterioro de principios, la desmoralizacin de la poblacin, el desencanto y la desesperanza fueron en gran parte obm de Garca. Para muchos no haba salida. El caos y la destruccin eran nuestro destino inexorable. Con esta poltica Garca "export" peruanos. E] capital humano. lamentablemente, es muy difcil de recuperar y tomar muchos aos resturlo. Al liderar la oposicin, muchas veces, Garela desacredit6 a los partidos polticos en general y min la confianza de los peruanos en un rgimen constitucional.

    3. LA FABRICAClON DEL DESASTRE

    Si bien nada se puede comparar al desastre producido por el gobierno de AJan Garcra, la crisis heredada en 1990 no fue resultado slo de esa mala administracin. El rgimen de Garela fue el extremo al que lleg el desmanejo y la irresponsabilidad, as como el error ideolgico e intelectual practicados en las ltimas cuatro dcadas. Durante todo ese tiempo se privilegi la decisin poltica por sobre el criterio tcnico que exiga el manejo de los asuntos pblicos.

    La nuestra es la historia de] triunfo de la poltica sobre ]a economa. La poltica se ha entrometido en los asuntos econmicos a travs de una progresiva concentracin de poderes en el gobierno y, con respecto a l, de una serie de jaloneos por su usufructo y extensin. Ello explica que, aunque los gobiernos cambiaran de signo poltico. el resultado fuera invariablemente un crecimiento del aparato estatal y de su injerencia en la economa. Este ha sido, a su vez. el motivo de la disminucin de los estndares de vida del poblador peruano.

    La causa de eIJo no ha sido el Estado por s solo. sino la apropiacin de sus poderes por parte de grupos de intereses sectoriales o gremiales tratando de servir a sus fines a travs de la presin, la influencia y el privilegio. Incluso gente bien intencionada ha cado en la garras de este sistema, que Hemando De Soto caracteriz como mercantilista por su semejanza con 10 que sucedi en Europa entre los siglos XVI y xvn 3. La lgica de ese sistema hace que el poder atraiga como un imn a los aventureros, a los incapaces y a los aprovechados.

    3 Se puede constatar. afirma Heroando de Soto, que "el sistema de la Europa mercantilista y el sistema de Derecho redistributivo del Estado peruano tienen una gran semejanza" dado que "comparten, en mayor o menor grado, caractersticas como la produccin autoritaria de la 1egi. .. lacill, un sistema econmico directamente intervenido por el Estado, una reglamentacill engorrosa, detallada y 'dirigista' de la economa, acceso dificil o imposible a la empresa por parte de los que no tienen vnculos estrechos con los gobernantes, burocracias abigarradas Y una ciudadana obligada en muchos casos a organizarse en coaliciones redistributivas y gremios poderosos." DE SOTO, 1986. p. 259. En general, vase el capitulo VIl. ffEl Paralelo Mercantilista,

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    El sistema hizo una crisis extrema a fines de los 'SO, pero ya desde los aos cincuenta haba sntomas de su efecto perverso sobre la economa. As lo demuestran los principales indicadores econmicos.

    3.1. El Precario Equilibrio de los 'SO

    En los '50, durante los gobiernos de Odra y Prado, la inflacin promedio fue de 8% al ao. Esto, que hoy podra parecer un paraso, era en ese momento una tasa alta en el contexto mundial.

    Hacia finales de la dcada esta tendencia se haba profundizado y en 1959 la inflacin anual lleg a 12.6%. Fue entonces que entr al Ministerio de Hacienda Pedro G. Beltrn, cuya gestin constituye el nico esfuerzo por un cambio significativo antes del '90. El logr reducir la tasa inflacionaria en nueve meses al punto de que, ya en 1961, se registr una tasa anual de 3.6%.

    El Programa Econmico de Beltrn pudo, en corto tiempo, estabilizar la economa, comenzando por equilibrar las cuentas del gobierno, de suerte que para el '60 y el '61 se registra, incluso, un saldo positivo.

    En los aos '50, en el contexto de una intervencin del Estado en la economa relativamente limitada, hubo un crecimiento sostenido de la produccin. Eso permiti aprovechar las oportunidades del momento. No se haba dado el "boom" exportador y no obstante alcanzamos tasas de crecimiento del PBI del 7% anual en promedio.

    En esa dcada, nuestra economa tena un grado de vinculacin con el exterior mucho ms alto que el actual, ya que las exportaciones representaban alrededor del 20% del PBI. En 1960 este rubro haba crecido en ms del 100% con respecto a 1950, pasando de 194 millones de dlares a 444 millones de una fecha a otra. En 1961 el nivel fue de 510 mi1lones de dlares.

    Haba niveles aceptables de inversin extranjera y podamos, adems, captar ahorro externo a travs del endeudamiento. La deuda pblica creci sin embargo en forma permanente aunque, a finales del perodo, Beltrn logr reducir sustantivamente los niveles de lo adeudado, mientras aumentaban las exportaciones.

    Las reservas reflejaron tambin las crisis del momento. Si bien en la dcada se mantuvo un nivel promedio por encima de los 60 millones de dlares, ello

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    representaba ms del 20% del promedio de las exportaciones. Beltrn fue llamado al Ministerio de Hacienda cuando el nivel de las reservas cay a 43 millones de dlares o 15% de las exportaciones, lo que se consideraba entonces un desastre. Luego de aplicado su programa de estabilizacin, ese nivel se recuper hasta alcanzar 124 millones o 24% de las exportaciones de 1961.

    3.2. Los Frutos del "Desarrollismo"

    La poltica sin embargo, cort la tendencia a la recuperacin y estabilizacin de los principales indicadores. Lejos de aprovechar los resultados econmicos. tanto la JuntaMilitarde Gobierno (queejerciel poderentre 1962y 1963 y cre. entre otras cosas, elInstituto Nacional de Planificacin ) como el primer gobierno del arquitecto Belaunde (1963-68), ampliaron laesferade intervencin econmica del Estado, inyectando ms dinero a las empresas estatales, haciendo crecer la administracin pblica y desentendindose del tema del equilibrio y la disciplina fiscal.

    En ese entonces la mayora de la gente no perciba la inflacin como un gran problema, al punto que se admitieron una serie de teoras y posiciones inflacionistas que no mucho ms tarde hicieron ver sus consecuencias indeseadas. El tamao del gobierno crece an contra la voluntad del gobernante, por la propia lgica del sistema, a no ser que se cuente con un programa de acciones especficas para detener la tendencia. No basta con estar persuadido de las ventajas del mercado, hay que estar absolutamente convencido de la superioridad de este sistema y de los principios que exige mantener en forma inalterable.

    En efecto, en los '60, fundamentalmente bajo el primer belaundismo y en los inicios del gobierno de Velasco, la inflacin promedio fue de 30% anual. El influjo de las ideas "desarrollistas" rompi con la visin ortodoxa de la poltica monetaria de la dcada anterior. Segn la nueva percepcin de las cosas, el Gobierno poda intervenir en la economa protegiendo a la industria nacional de la competencia del extranjero e invirtiendo sus recursos en el proceso productivo, aunque para ello sus cuentas incurrieran en dficit.4

    4 Si bien ya en 19591a ley 13270, de Promocin Industrial, anunciaba la desviacin del marco de una economa orientada por el mercado a otra guiada por la intervencin gubernamental, en 1961 era evidente la vuelta que haba dado la tendencia. Un hecho anecdtico la ilustra muy claramente. En la primera Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE), inaugumba el evento Pedro Beltrn, advirtiendo sobre una poca "llena de peligros, si nos equivocamos en el camino", mientras en la clausura Ral Prebisch haca un abierto llamado a la "planificacin econmica en la Amrica Latina" para fijar objetivos de produccin y dar los estmulos respectivos.IPAE, 1961, pp. 14 Y 219-20. respectivamente.

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    Bajo el modelo nacionalista, en los aos sesenta se comenzaron a suceder dficit fiscales de hasta ms de 2%. De haber sido eficaz, el modelo de la "sustitucin de importaciones" que cobr fuerza en esa dcada. las tasas de crecimiento de la produccin habran mejorado o, por lo menos, se habran mantenido. Los resultados. sin embargo, fueron otros: el promedio anual de la tasa de crecimiento del PBI pas del 7% en la dcada del cincuenta a slo 4% en la dcada del "desarrollismo".

    Perdimos entonces ritmo en el aumento de nuestra capacidad exportadora y, por supuesto. en el grado de vinculacin de nuestra economa con el resto del mundo. Como porcentaje del producto. las exportaciones cayeron al 17% y disminuy el flujo de inversin extranjera. pero no el endeudamiento externo. En el contexto de una tendencia a lacadade la produccin el aumento del endeudamiento representaba un riesgo. Si exportbamos menos en trminos relativos, cmo pagaramos en el futuro esos crditos?

    En 1961 tenamos una deuda pblica externa de 140 millones de dlares y exportaciones por 510 millones. Hacia 1969 la deuda era de 874 millones frente a exportaciones de 880 millones de dlares.

    Ya hacia 1968 se haban acumulado los frutos nocivos del mal manejo econmico. El gasto pblico haba pasado de 13.3% del PBI en 1961 a 18.6% en 1967 y la inflacin, de 3.6% en 1961 a 10.8% en 1967 y a 18.4% al ao siguiente. Las cuentas fiscales haban pasado de los supervit de 1960 y 1961 a dficit de 3% del PBI en 1966 y 1967.

    La produccin, mientras tanto, luego de haber crecido 8.2% en 1960 vea declinar sus tasas de 3.3% en 1966 a 0.4% al ao siguiente ya -3.1 % en 1968.

    La situacin estaba mal y segua empeorando. Quiz por eso no existi un rechazo de la poblacin al golpe militar del 3 de octubre de 1968. encabezado por Velasco. La gente quera un cambio a como diera lugar, aunque no supiera exactamente en qu direccin.

    3.3. El Intervencionismo Desatado

    Quienes llegaron al poder en esa oportunidad eran partidarios del intervencionismo estatal. Se explicaban los males de la economa por una insuficiencia en la aplicacin del modelo: como la intervencin parcial en la economa no haba dado resultado, se pens que haba que generalizarla y

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    profundizarla. protegiendo a la industria nacional de la competencia y controlando por decreto las principales variables econmicas.

    El Gobierno Militar pretendi cambiar todos los aspectos de la vida econmica y poltica de la nacin. Supedit la actividad privada a la planificacin compulsiva y omnicomprensiva del Gobierno. Barri el derecho de propiedad en el agro, a travs de la Reforma Agraria. quiso sustituir el sistema de partidos a travs del Sinamos, cre beneficios especiales para la llamada "propiedad social" (autogestionaria), para las cooperativas y las empresas estatales. Desplaz la iniciativa privada sustituyndola por la accin estatal a travs de la Reforma Pesquera que malogr el desarrollo espectacular de esta actividad. Control la produccin manufacturera a travs de aranceles diferenciados y muy altos (la proteccin efectiva arancelaria y cambiarla se acerc al 400% '), cre la ley de Estabilidad Laboral, bajo el supuesto de que la legislacin del Estado poda sustituir a la demanda de mano de obra de la produccin con tan slo dar un mandato gubernamental. Estableci la Comunidad Laboral, el Reistro de Manufacturas, multiplic las licencias para producir, importar y comerciar; impuso el control de cambios, increment la inversin pblica, aument irresponsablemente el endeudamiento y estatiz empresas privadas.

    Los remedios, obviamente, fueron peores que la enfermedad. En los '60, bajo VeJasco y Morales Bermdez, la inflacin anual fue de ms del 70% en promedio. Se produjo un crecimiento rpido y desproporcionado del Gobierno Central, alrededor del cual se formaron ms de doscientas empresas pblicas. Todo sala de las arcas fiscales, creando en conjunto dficit cada vez mayores. Estos llegaron a representar, en promedio, hasta 5% del producto.

    A pesar de haberse aumentado el gasto y la inversin pblica. cayeron los niveles de crecimiento de la produccin. En los sesenta la tasa promedio haba sido de 5.1% anual, mientras que en los setenta fue de 3.2%.

    El escaso crecimiento obtenido, adems, era en mayor medida resultado de la "inflacin" de recursos inyectados en la economa que de un crecimiento real de la produccin. Se produjo entonces un mayor endeudamiento para las empresas pblicas, para el Gobierno Central y para equipamiento btico. Fue en ese momento que nos precipitamos en el carrusel de la deuda externa. Contamos para ello con la ayuda de los organismos multilaterales de crdito y aquellos de sus funcionarios que crean estar financiando el desarrolJo de los pases del Tercer Mundo.

    s Ferrari (1982), p. 62 Y ss.

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    Durante esa dcada la capacidad exportadora sigui cayendo hasta llegar al 14% del PBI y, por efecto de las nacionalizaciones y expropiaciones, se termin de ahuyentar a la inversin extranjera del pas. Perdimos nuestra posicin en los mercados del pescado. los minerales y el petrleo. En los aos del "boom" de precios de las materias primas!

    Las Reservas Internacionales Netas reflejaron el impacto del endeudamiento. registrndose durante tres aos consecutivos reservas negativas.

    Hacia fines de la dcada la crisis econmica hizo insostenible al rgimen poltico y tuvo que llamarse a elecciones para una Asamblea Constituyente, lo que cre expectativa y esperanza en la poblacin. Para Jos bolsillos de la gente, sin embargo, pocas cosas cambiaran con el advenimiento de la democracia.

    3.4. Democracia Deficitaria

    Para mantener las formas, los militares dijeron que el regreso al sistema de renovacin del poder por elecciones deba estar condicionado al mantenimiento de las "reformas estructurales". Los lderes de los partidos rechazaron tales exigencias y declararon la autonoma y soberana de la Asamblea Constituyente.

    Curiosamente, sin embargo, el texto constitucional consagr las principales "reformas estructurales". as como la "planificacin concertada", la "iniciativa privada armonizada con el inters social", el estmulo a las empresas autogestionarias. la actividad empresarial del Estado para "promover" la economa o la reserva de cualquier actividad econmica en su conjunto a favor del Gobierno, entre otras cosas.6

    El segundo gobierno del arquitecto Belaunde (1980-85) mantuvo todo el pesado e ineficiente aparato empresarial del Estado, no hizo mayores esfuerzos de racionaJizacin de la administracin pblica, ni elimin las excesivas regulaciones estatales sobre la actividad privada. La intervencin estatal se mantuvo, aunque moderadamente administrada, en casi todos los campos del quehacer productivo

    Para una documentada critica sobre los efectos econmicos de los graves errores contenidos en la Constitucin de 1979. vose el documento del Instituto Apoyo. 1992. Incoherente e intervencionista. dice el Resumen Ejecutivo de este valioso trabajo. la concepcin bsica de la carta del '79 "ignora los leye.q ms fundamentales de la etonomfa y. paradjicamente. termina perjudican-do a quien busca proteger".

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    y comercial. En el aspecto financiero, incluso, el poder gubernamental para la toma de decisiones econmicas aument.

    Se expandi la banca "asociada" y se facilitaron mayores crditos a travs de la llamada Banca de Fomento. Gran parte del proceso inflacionario de la dcada se puede explicar por la utilizacin de este mecanismo de crdito artificiaL En 1977 el crdito de la banca de fomento era un 25% del crdito interno; en 1982 lleg a un 40%.

    En el segundo rgimen de Accin Popular se continu con los controles de precios en productos claves para la economa, como los combustibles, los alimentos, el crdito. el tipo de cambio (que. adems, era distinto segn la actividad econmica). el acero y el cemento, entre muchos otros.

    En el comercio se hizo una mnima reduccin de los niveles arancelarios. En promedio bajaron de 39 a 34% de julio de 1980 a diciembre del mismo ao, pero en diciembre del '84 terminaron en 57%. En algunos sectores se sinti ms la exposicin ante la competenCia extranjera, debido a que haba una gran dispersin en los aranceles. Se mantuvieron. adems. innumerables controles. supuestamente de calidad, sobre las mercancas importadas (controles sanitarios, fito y zoo sanitarios, entre otros). Estos controles, denominados "barreras para-arancelarias", pareceran estar hechos en realidad para impedir la competencia de los productos extranjeros.

    Las empresas pblicas se mantenan a travs de los subsidios a la produccin y el control de precios para evitar la competencia. Ello ocasionaba enormes transferencias del Tesoro Pblico y, a la vez, anulaba la iniciativa privada y creaba graves distorsiones en el mercado. dando ganancias a empresas que no utilizaban eficientemente Jos recursos productivos y financieros.

    Este esquema hizo muy vulnerable a la economa. El promedio de inflacin anual del perodo 1981-1985 fue de 108%. El dficit fiscal se situ en promedio en 7.1 % del PBl La produccin prcticamente no creci en el perodo, mostrando un promedio de variacin anual del PBI de 0.04%. Las exportaciones tuvieron un crecimiento promedio de apenas 0.4% al ao. Las Reservas Internacionales Netas, por su lado, s exhibieron un repunte, pasando de 771 millones de dlares en 1981 a 1.420 millones en 1985.

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    3.5. El Futuro Diferente

    Al final del segundo belaundismo, las cosas haban empeorado y la gente nuevamente querfa un cambio, viniera de donde viniera. Alan Garca lo ofreca, prometiendo ... mayor intervencin estatal en la economa. "La planificaci6n -

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    La produccin, lejos de ser reactivada, cay en promedio en ms del 7% de 1985 a 1990. De nada sirvi haber "inflado" la economa los dos primeros aos con tasas artificialmente sostenidas de 9.3 y 8.3% de crecimiento del PBI. En los ltimos tres aos de la dcada se lleg a una cada de ms del 20% del producto.

    Las exportaciones se haban estancado y en trminos comparativos haban cado a menos del 10% del Producto Bruto Interno.

    Las reservas se utilizaron irresponsablemente para "reactivar". Segn el Gobierno, si en las bvedas del Banco Central "haba plata", por qu no recurrir a esos fondos para inyectarlos en la economa? Si se cobraban menos soles por dlar, los empresarios podran importar ms y. as, producir tambin en mayor cantidad.

    Fue bajo el influjo de este razonamiento que se remataron los dlares a quienes lograron ponerse en las listas de favorecidos. Ellos compraban dlares ms baratos que los que se vendan en la calle. Por el precio de cada dlar que un ciudadano comn poda obtener, los favorecidos podan comprar tres.

    Fue as como se dilapidaron nuestras reservas, llegando a ser negativas en varios cientos de millones de dlares en 1988 y de apenas 690 millones en 1990.

    Obviamente el esquema alentaba la corrupcin. Ms an. como los dems peruanos pagbamos ms soles por cada dlar. el resultado final no fue -ni iba a ser nunca- una mejora de la economa mirada en su conjunto. Unos cuantos se llenaron los bolsillos; pero al trmino de ese gobierno ramos ms, trabajbamos mayor tiempo y ganbamos mucho menos.

    El retroceso haba sido completo. No haba inversin extranjera, no haba capacidad de endeudamiento y. paracolmo. no haba reservas. Tenamos hiperinflacin y ]a produccin haba cado drsticamente. El pas estaba, finalmente. quebrado.

    Hay que dejar en claro, sin embargo, que el hecho de que la gente haya escogido reiteradas veces una alternativa equivocada no es un argumento contra la democracia sino. especficamente. contra los lderes polticos y los intelectuales. Fueron ellos los que no ofrecieron propuestas verdaderamente alternativas o no fueron capaces de hacerlas suficientemente atractivas. En poltica sucede lo mismo que en el mercado: el "comprador" s610 puede eseoger entre las opciones que ve en vitrina. Es a Jos responsables de la oferta poltica a quienes toca proponer ideas. programas y caminos a seguir.

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    Las polticas de fuerte intervencin estatal y la despreocupacin por la inflacin y el dficit fiscal crearon un gran caos, una menor produccin y aumento de la pobreza. Creci no slo la pobreza-visible sino. sobre todo, la encubierta. Poner las cosas en orden iba a revelar necesariamente la verdadera magnitud del dao ocasionado a la economa y a la gente.

    4. UNA OPORTUNIDAD INEDlTA .

    4.1. La Hora de los Independientes

    Las elecciones de 1990 representan un fenmeno realmente complejo. El voto mayoritario fue a favorecer a un candidato poco conocido en el mbito nacional, cuya nica virtud electoral era la de no ocupar el lugar del Apra y la Izquierda. pero tampoco formar parte del Frente Democrtico.

    A pesar de proponer tesis de cambio con respecto a las tendencias predominantes de las ltimas cuatro dcadas. Vargas Llosa no logr convencer al electorado. Se puede especular mucho sobre las razones de esto, pero entre ellas habr que contar sin dudaa su alianza con dos de los partidos ahora llamados tradicionales.

    Quiz en esa poca no se poda ver con claridad lo que hoyes evidente: lagente buscaba un cambio total, no solamente un nuevo gobierno. Poda confiarse este encargo a personajes que ya haban ocupado la escena poltica? Vargas Llosa tercamente intent demostrar que s, mientras que Fujimori present, por vaga e imprecisa que fuera, una alternativa

    Como en un primer momento Vargas Llosa ejerca atractivo electoral, todos sus seguidores queran aparecer identificados con l. En las pantallas de televisin se vea al candidato abrazado, por ejemplo, con dirigentes empresariales, con polticos tradicionales e, incluso, con personas que haban apoyado la tesis de Alan Garca de la reduccin unilateral de la deuda

    Los expertos dicen que se cre un "efecto de saturacin" publicitaria. Un despliegue inusitado de recursos en la propaganda, en una poca muy dura para la gente comn, difcilmente poda generar confianza entre I.os electores. Cmo podran los de toda la vida realizar los camQios necesarios? Cmo repondran la financiacin de campaas que iban desde los 100 mil dlares. las ms modestas, hasta el mill6n de dlares? Era tstala genleque se iba a ocupar de

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    la pobreza enelPeni? Estas preguntas quiz no se formularon de modo explcito, pero uno puede ver ahora que formaron probablemente parte de la inquietud del electorado.

    El primer campanazo severo de crtica contra el viejo orden establecido Jo revelaron las encuestas que se hicieron inmediatamente despus de que, a mediados de 1989, el eandidat9 dt=I Fredemo renunciara a )a candidatura presidencia) y rompiera con sus:al~s porque stos no se ponan de acuerdo para ir tambin en alianza a las eJeccionesrnunicipales. Segn esos sondeos, 68% estaba de acuerdo con que Accin Popular y el Partido Popular Cristiano retiraran sus candidaturas municipales. SignifK:a1ivamente, en el estrato ms popular, el porcentaje llegaba l" 72%. Adicionalmente. el 72% de encuestados estaba de acuerdo con que Vargas Llosa deba ser candidato aun si se rompa el Frente Democrtico 11. Bien manejado ese capital. electoral, otro quiz hubiera sido el resultado de los comicios. Pero superado el problema, Vargas Llosa, por alguna razn, prefIri insistir con la idea del Frente, cuando ya para entonces la izquierda no representaba la amenaza que pudo parecer en 1987.

    El segundo campanazo fue la masiva eleccin de Ricardo BeImont como Alcalde de Lima. Era la bora de los independientes; esto es, el ocaso de los partidos. Slo as se explica que al ao siguiente el ingeniero Fujimori lograra derrotar al candidato que durante meses se mantuvo favorito, que contaba con gran apoyo financiero y logstico y en favor del cual salieron artistas, deportistas y hasta el propio Belmoot, para tratar de endosarle las simpatas.

    Hay que decir que, a pesar de su derrota, Vargas Llosa contribuy con un b~e de ideas fundamentales para los cambios que tenan que darse. ModifIc la agenda poltica del pas y despert en la gente intereses que antes no haban sido identificados, como, por ejemplo, el que se refera a la reduccin del aparato empresarial derEstado. Su campaa fue tambin una campaa a favor de la reduccin de la interferencia estatal en la economa.

    Las encuestas revelaran, meses despus, que, por ejemplo, 81 % de la opinin pblica crea que el Estado poda servir mejor al pueblo con pocas empresas, muy eficientes en sus manos. Lo notable es que esta opinin la comparta el 74% de los encuestados del estrato popular, segn un sondeo de mayo de 1989. En diciembre de ese ao~ ya 43% de los encuestados pensaba que, en principio,lodas las empresas estatales deban privatizarse y en febrero de 1991 56% consideraba que la productividad mejoraba con la transferencia de las

    9Apoyo, 1989b. Anexo.

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    empresas al sector privado. En el estrato popular el 45% estaba de acuerdo y 48% de los encuestados que se autocalificaban "de izquierda", tambin. 10

    4.2 Oportunidad Unica

    Si bien la elecci6n de un candidato desconocido representa un riesgo, la poblaci6n electoral prefiri correrlo con tal de librarse de la carga que hubieran representado los intereses que ya haban rodeado aV argas Llosa. Fujimori era una incgnita. pero no lo era menos lo que hubiera podido suceder entre Vargas Llosa, los partidos tradicionales y los grupos empresariales que, de la noche a la maana, confesaban su conversin ideolgica.

    Dicen Milton y Rose Friedman que con todo cambio de gobierno se abre la posibilidad, en los primeros seis a ocho meses, de realizar cambios decisivos en la legislacin y regulaciones estatales que protegen y preservan los grupos de inters. los burcratas y los polticos que obtienen beneficio de las mismas. JI

    En el Per de 1990, a pesar de que Vargas Llosa propiciaba un cambio del orden establecido, se vea difcil que pudiera vencer esta alianza de inters, que ya se habfa formado a su alrededor, copando los puestos claves de lo que sera la nueva administracin. El hecho de que, durante tantos meses, el candidato del Fredemo apareciera como nico favorito, convirti sus cuarteles en una instancia de poder, donde ya se concentraban ciertas influencias del viejo orden establecido.

    El triunfo de Fujimor dio, por eso, una oportunidad indita al pas. al "descolocar" a los grupos de presin e impedir su inmediato trasvase hacia las huestes ganadoras. La recomposicibn de las posiciones mercantilistas tomara meses en remontar las distancias creadas por el enfrentamiento electoral; el Gobierno tendra, pues, precioso tiempo libre de influencias para iniciar un cambio de rumbo radical.

    IOApoyo. 1989a. diciembre de 1989c. 1991.

    11 Los Friedman seilalan que todo nuevo presidente tiene un periodo de "'una de miel' en el que se suspende el poder de las influencia.~ yen el que, por tanto, se pueden hacer gl'lUldes cambios. Friedman. Miltan y R. Friedman (1984). pp. 9,41 Y ss.

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  • CARLOS BOLOA

    4.3. Fujimori en el Poder El ingeniero Fujimori triunfa en las elecciones del '90 sin tener equipo ni

    plan de gobierno, anunciando nicamente un enftico rechazo a las lneas generales del programa econ6mico del Fredemo~ Pero si bien esos planteamientos podan ser efectivos para ganar una elecci6n, no lo eran para gobernar el pas. De aplicarlos, su gobierno terminara adoptando la forma de un continuismo poco matizado, de resultados previsibles. Si se quera salir del abismo, haba que sanear y modernizar la economa con un plan de orientaci6n ortodoxa.

    No obstante, las personas que conformaban el entorno inmediato del Presidente electo, los llamados "siete samurais". no eran precisamente tcnicos con los que se pudiera nevar adelante un programa econ6mico de esa naturaleza. Por el contrario. dada su formaci6n ideol6gica y su trayectoria poltica, era difcil que aconsejaran hacer algo muy distinto de 10 que haba venido haciendo Garca. Entre ellos, quien ms ascendiente tena sobre el ingeniero Fujimori era Adolfo Figueroa, un economista bastante inclinado a la intervenci6n del &tado en la economa.

    La nica persona cercana en ese momento al Presidente que crea en la economa de mercado era Hernando de Soto, el presidente del Instituto Libertad y Democracia. El ingeniero Fujimo haba recurrido a l, sobre todo despus de la primera vuelta, interesado en sus ideas acerca del sector informal y, por supuesto. a sabiendas tambin de las desavenencias personales que lo haban alejado dos aos atrs de Vargas Llosa.

    De Soto tuvo el buen tino de persuadir al ingeniero Fujimori de hacer una viaje a Estados Unidos como Presidente electo, para entrevistarse con los representantes de los organismos financieros internacionales y mejorar su imagen y la del pas frente a ellos. Le sugiri6 tambin que para hacer este dilogo fructfero, se rodeara de tcnicos y asesores de peso, capaces de sintonizar con las inquietudes y absolver las interrogantes de los voceros del Fondo Monetano Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

    Se barajaron varios nombres, la mayora de los cuales fue desestimada por el Presidente por razones polticas o de imagen. Hasta que por fin se lleg6 a la conclusin de que Carlos Rodrguez Pastor era la persona ideal. Si bien haba sido Ministro de Economa durante el segundo belaundismo, su imagen de tcnico serio, la solvencia con la que se haba desempeado en el cargo (teniendo en cuenta las limitaciones que ese rgimen supona) y el perfil bajo que baba mantenido a Jo largo de su gesti6n. lo salvaban de ser identifIcado polticamente con el desafortu-nado gobierno de Accin Popular.

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  • CAMBIO DE RUMBO

    No sin esfuerzo. Hernando de Soto convenci a Rodrguez Pastor de, primero, enviarle al Presidente Fujimori un fax con sus recomendaciones acerca de lo que debera hacer el nuevo gobierno en materia econmica y, segundo-una vez que el ingeniero Fujimori dijo que las recomendaciones le parecan sensatas-, de acompaarlo y ayudarlo a formar un equipo de tcnicos para el viaje a Estados Unidos. Como es obvio, las recomendaciones de Rodrguez Pastor eran de orientacin "{)rtodoxa". como lo eran tambin los fnicos peruanos con los que se puso en contacto para cumplir con el encargo del Presidente: Luis V a1divieso, Felipe Morris y yo.

    Por ese entonces yo viva con mi familia en Connecticut, donde estaba dedicado a negocios particulares y me desempeaba tambin corno consultor internacional. Haba dejado el Per a mediados del '89. preocupado por el avance del terrorismo y el desastre econmico en el que nos haba sumido el gobierno de Alan Garca. Slo vena a Lima cada~ierto tiempo para supervisar los intereses que mantena aqu.

    La campaa presidencial la haba seguido de lejos y, hasta antes de la primera vuelta, no haba tenido ms noticia del ingeniero Fujimori que un cartel publicitario que detect en la avenida Javier Prado en una de mis breves estadas en Lima. Como muchos. pens que se trataba solamente de un candidato sin posibilidad alguna. No obstante, cuando Vargas Llosa cay derrotado porcausa de sus propios errores y tuve conocimiento de los lineamientos econmicos que el candidato ganador haba anunciado para su gobierno, pens que no haba muchas esperanzas para el futuro del pas.

    Cuando Rodrguez Pastor me ubic, corran los primeros das de julio y yo me encontraba en Miami por motivos familiares. Me habl por telfono y me pidi que le diera el encuentro en el aeropuerto, donde l solamente estara por unas horas, pues deba hacer la conexin con otro vuelo. No quiso mencionar el tema de la reunin hasta tenerme frente a frente. Acced a la cita, pero cuando nos encontramos y finalmente me revel el propsito de la entrevista, pens que estaba bromeando.

    El candidato que haba ganado las elecciones predicando el "no" al ajuste econmico quera ahora montar un equipo de orientacin ortodoxa para que lo asesorara en sus reuniones con los organismos fmancieros? Y. en todo caso, cmo estar seguros de que el ingeniero Fujimori sera luego consecuente con aquello que se comprometiera a hacer en Nueva York? Lament tener que rechazar la invitacin pero, aparte de las reservas que tena acerca de la seriedad del esfuerzo. los asuntos familiares que me haban llevado a Miami se encontraban todava pendientes

  • CARLOSBOLOA

    y no poda postergarlos ms. Me desped de Rodrguez Pastor y quedamos en que nos mantendramos en contacto.

    El sigui viaje hacia Nueva York, donde se reuni con el ingeniero Fujimori, Hemando de Soto, Adolfo Figueroa, Felipe Morris y Luis ValdivieSo. Lo que all sucedi es bastante conocido. Gracias a la intervencin de Javier Prez de Cullar, quien era entonces todava Secretario General de la ONU, el Presidente Fujimori fue recibido por los organismos financieros internacionales y, basndose en el fax de Rodrguez Pastor, expuso cules habran de ser los lineamientos de la poltica econ6mica de su gobierno. Es a esta primera promesa de viraje hacia una economa sana a lo que Michael Camdessus denomin "msica celestial" para sus odos.

    Pero esas conversaciones no queran decir que el ingeniero Fujimori estuviese ya comp1etamenteconvencido del rumbo que deba imprimirle a nuestra economa. Los "samurais" seguan siendo una voz importante en su entorno y. :sintomticllfJlente, tuvo por esos das una spera discusi6n acerca de lo severa que deba ser la disciplina fiscal del futuro gobierno con Luis Valdivieso, a quien poco despus apart del equipo econmico por "conflictivo".

    De Nueva York, el ingeniero Fujimori sigui viaje a Japn. acompaado por Adolfo Figueroa. Lo que el gobierno japons le transmiti en esa oportunidad no ha trascendido. Pero cabe suponer que le hicieron saber que, para contar con su colaboracin, se requera llegar a un acuerdo con el FMI.

    En su viaje de regreso a Lima, el ingeniero Fujimori se detuvo en Miarni y pas una tarde en la habitacin de un hotel, reunido con el equipo econmico que lo haba acompaado en Nueva York (menos Luis V aldivieso). Como todava me encontraba en esa ciudad, Rodrguez Pastor me invit a participar de esa nueva reunin y esta vez s acept. Si mi consejo poda ser til para que en el Per se impusiera un manejo econmico sensato. en buena hora. Adems tena una gran curiosidad por conocer al protagonista de la hazaa electora] ms inusitada de nuestra historia.

    Me present en el hotel a la hora acordada y me hicieron pasar a la habitacin que ocupaba el Presidente electo. Ah estaban, sentados sobre las camas, Rodrguez Pastor, Felipe Morris, Adolfo Figueroa. Hernando de Soto y el propio ingeniero Fujimori. Se empez a hablar del plan econmico y se me pidi que expusiera lo que yo crea que deba hacerse para controlar la biperinflacin.

    23

  • CAMBIO DE RUMBO

    Yo tena el tema muy fresco, pues entre el '85 y el'SS haba seguido de cerca el proceso boliviano y haba estado en contacto con el ministro Snchez de Losada y su asesor Jeffrey Sachs. Incluso durante algunos meses me haba trasladado para all con el propsito de observar el fen6meno de cerca. Las hiperintlaciones no son muy frecuentes y para los economistas que, como yo, estn interesados en investigar el tema, la aparicin de una hiperintlacin en algn lugar del mundo es como el paso del cometa Halley para los astrnomos: todos corren a verlo. Lo que yo no saba en el '85 es que no haca falta irse hasta Bolivia para observar ese devastador "Halley". pues no mucho tiempo despus bamos a tenerlo en el Per.

    Lo cierto es que mi conocimiento de la experiencia boliviana me permiti exponer mis ideas con comparaciones ilustrativas y en un lenguaje sencillo, que el ingeniero Fujimori sigui con facilidad, tomando notas. Por supuesto, la recomendacin que se desprenda de mi exposicin era que en el Per deba hacerse un ajuste econ6mico severo.

    - T qu piensas. Adolfo? -le pregunt el Presidente a Figueroacuando termin mi intervencin.

    - Yo no estoy de acuerdo con esos ajustes -dijo l-o Hacen falta muchas proyecciones para poder tomar una decisin as. Yo creo que primero habra que hacer un modelo economtrico y luego. en base a lo que indiquen esos clculos. hacer ajustes parciales.

    . La posibilidad de que se siguiera practicando el "gradualismo" en el pas me preocup. Volv a tomar la palabra.

    - Adolfo -repliqu-, los modelos economtricos estiman coeficientes en una poca normal. pero en una hiperintlacin no sirven porque en dos das los supuestos macroeconmicos varan totalmente-. En el Per tenemos que volver a empezar nuestras estadsticas de cero, porque lo que va a emerger de aqu es otro pas. Adems, lo que planteas es como querer tomarle la presin a un enfermo al que hay que extirparle un tumor para salvarle la vida. El pas es un paciente al que tienes que operar ahora. aunque s610 tengas un cuchillo de cocina. porque sino se te muere.

    Bueno -dijo entonces el Presidente-, ya los he escuchado por dos horas y si bien no s nada de economa. tengo mucha intuicin-o Por algo he ganado las elecciones. No creo que lo que t propones. Adolfo. pueda parar la inflacin. En cambio. me parece que lo que dice el doctor Boloa s puede funcionar.

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  • CARLOS BOLOA

    Acto seguido el ingeniero Fujimori se puso de pie. me agradeci. me pidi mi telfono y se despidi de m dicindome:

    - Vamos a estar en contacto.

    Dej el hotel con la sensacin de haber contribuido a cambiar el rumbo del manejo econmico del pas. El Per deba cambiar y el ingeniero Alberto Fujimori haba tenido el sentido de percibir la necesidad de estos cambios, al punto que no le import contradecir sus propias ofertas electorales.

    4.4. Las Disyuntivas del Ministerio de Economfa

    Ese mismo fin de semana regres a Connecticut. convencido de que no volvera a saber del Presidente Fujimori sino por los peridicos. Pero estaba equivocado. Unos cinco das ms tarde recib una llamada de Hemando de Soto dicindome que por favor viajara a Lima lo antes po8ible, pues el Presidente necesitaba hablar conmigo. Me embarqu intuyendo la razn de la convocatoria. Era pblicamente sabido que De Soto lo estaba ayudando a formar su primer Gabinete. La perspectiva de convertirme en ministro, sin embargo, me suscitaba sentimientos encontrados.

    Ya en Lima me present junto con De Soto en el Crculo Militar, donde el Presidente electo haba establecido su centro de operaciones hasta que le tocara asumir el poder. Me recibi con discreta cordialidad y sin prembulos me dijo:

    - Doctor Boloa, yo quisiera ofrecerle el cargo de Ministro de Economa.

    Le agradec la confianza que esa propuesta expresaba, pero le dije que antes de responderle quera discutir con l unos cuantos asuntos. Le manifest primero mi preocupacin por el equipo ministerial con el que habra que trabajar. La ya conocida designacin como futuros ministros de varias personas que haban candidateado en las elecciones en alguno de los frentes de izquierda, me haca dudar de la coherencia al interior del Gobierno. La izquierda, adems, no haba llegado ni all 0% en las elecciones. El Presidente se mostr ligeramente flexible a mi argumento pero, en general, pareca estar convencido de que haba que "balancear" el Gabinete.

    Pero en donde realmente se estanc la conversacin fue en la discusin acerca de quin sera el presidente del Banco Central de Reserva (BCR). Yo suger a Luis Valdivieso. de quien tena una buena impresin. Pero, como es de

    2S

  • CAMBIO DE RUMBO

    suponer, tras la confrontacin que haban tenido en Nueva York, el ingeniero Fujimori no tena una buena disposicin frente a l y se opuso.

    No obstante, yo insist en que l era la persona adecuada. Para un Ministro de Economa resulta fundamental tener a una persona seria y disciplnada en ese puesto, pues si bien lo fiscal depende del MEF, la poltica monetaria y cambiarla se maneja desde el BCR. Tenfa que ser una persona con la conviccin y la presencia de nimo suficientes como para decirle "no" al Ejecutivo cuando ste presionara. Y al parecer, esto ltimo tambin preocupaba al Presidente, pero desde la perspectiva exactamente contraria Alguien lo haba prevenido contra el "sndrome Webb", aludiendo a un cierto momento del segundo gobierno de Belaunde en el que Richard Webb, presidente en ese entonces del BCR, haba hecho prevalecer su autonoma frente a las presiones gubernamentales.

    Estuvimos negociando por horas sin llegar a nada. Nos reunimos tambin al da siguiente para seguir tratando de ponemos de acuerdo pero no lo logramos. As que a eso de las cinco de la tarde decidimos dejar de tratar y me desped del Presidente desendole la mejor de las suertes. Un da despus me embarcaba de regreso para Connecticut.

    En el avin pens que el hecho de haber insistido hasta el final en Valdivieso para la presidencia del BCR, haba sido quizs una manera de librarme de un compromiso que no me resultaba del todo atractivo. Dos aos atrs me haba ido de) Per llevndome a mi familia por motivos de seguridad. Cmo habra podido explicarles ahora que debamos regresar para que yo asumiera uno de los cargos de mayor riesgo en el pas?

    De regreso en Connecticut, los primeros das recib mltiples llamadas de gente que me acusaba de intransigente por las condiciones que le plante al Presidente y que trataba de convencerme de aceptar el cargo. "Todava ests a tiempo", me decan. Y yo los escuchaba ya un poco cansado. Para mi tranquilidad, al empezar la semana siguiente la espera termin: el ingeniero agrnomo Juan Carlos Hurtado MiUer. antiguo condiscpulo del Presidente Fujimori en la Universidad Agraria, haba sido designado Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de Economa.

    4.5. "Ortodoxia" por Encargo

    Durante los seis meses que Hurtado Miller estuvo al frente del MEF, yo mantuve cierto contacto con De Soto y. a travs de l, indirectamente con el Presidente. En setiembre fui convocado para viajar a Venezuela y ayudar a Jorge

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  • CARLOS BOWA

    Chvez, en quien finalmente haba recado la presidencia del BCR, a negociar un crdito puente con ese pas. Aparte de eso, entre octubre y febrero, estuve viniendo tambin a Lima con mayor frecuencia que antes para colaborar con De Soto y el equipo del n.D en la ~taboracinde la nueva poltica antidrogas y el Convenio acerca de esa materia que el gobierno peruano iba a proponerle al norteamericano.

    Como es sabido, lamentablemente la gestin del ingeniero Hurtado Mil1er no arroj los resultados esperados. El 8 de agosto del '90, diez das despus del cambio de gobierno, se aplic un programa econmico de emergencia con tres objetivos: detener la hiperinflacin, iniciar las reformas estructurales para lograr mayor eficiencia productiva y aliviar los efectos de la estabilizacin en las clases ms pobres.

    Se utilizaron mecanismos de mercado para estabilizar y eliminar los controles de precios, unificar el tipo de cambio y permitir que flotara con intervencin del BCR. Para equilibrar las cuentas fiscales se suspendi el financiamiento del BCR al Gobierno Central, se incrementaron los precws administrados (tales como la gasolina, electricidad y otros servicios), se redujeron subsidios y exoneraciones de derechos de importacin e impuestos a las ventas y se aplicaron impuestos de emergencia al patrimonio y a las exportaciones. En setiembre se elimin las barreras cuantitativas al comercio exterior y se aplic un arancel de importaciones con niveles de lS. 25 y 50 %.

    En materia de salarios y poltica social, en agosto el Gobierno dio a los trabajadores un bono equivalente al sueldo de julio y aument el sueldo mnimo vital de 4 a 10 soles, yen setiembre, a 25. Anunci tambin en agosto un programa social de emergencia a travs del cual el tesoro transferira recursos a 500 Organizaciones No Gubernamentales para proveer asistencia mdica y alimenticia.

    Si bien para noviembre se contaba ya con algunos avances -la inflacin mensual bordeaba el 6% y las RIN, los 531 millones de dlares-, en diciembre se hizo evidente que se haba perdido el control del proceso. La Reforma Tributaria aprobada en diciembre signific un retroceso y las presiones del gasto pblico superaron los ingresos, propiciando en ese mismo mes un "gasolinazo" de 60%. Esto motiv que la inflacin mensual se empinara hasta el 24% en diciembre y hasta el 18% en enero. Tras estos acontecimientos, la credibilidad del programa econmico se vio seriamente erosionada, sobre todo porque al momento de aplicar el programa se haba dicho que la inflacin ibaa ser derrotada en seis meses y que no haran falta ms "gasolinazos".

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  • CAMBIO DE RUMBO

    El 12 de febrero Juan Carlos Hurtado MiJJer tuvo que renunciar al Ministerio de Economa. El intento del Gobierno de encargarte llevar adelante un plan semiortodoxo a una persona que no pareca convencida de la conveniencia del mismn y que adems no era un tcnico en la materia, no haba resultado. Ahora haba que volver a empezar la bsqueda de los equilibrios macroeconmicos.

    En ese momento yo me encontraba en Lima. trabajando en el Convenio Antidrogas con De Soto. Su cercana a Palacio segua siendo significativa, as que al producirse la crisis ministerial, el ingeniero Fujimnri consult con l lo que deba hacer.

    As, la madrugada del 13 de febrero fui despertado por una llamada de De Soto y poco ms tarde nos encontrbamos ambos en Palacio, donde el Presidente volvi a ofrecerme la cartera de Economa y Finanzas. La situacin me pareca curiosa. Generalmente esas oportunidades no llaman a la puerta de una persona dos veces. Pens en que algn da tendra nietos y me imagin dicindoles: "Yo pude haber sido Ministro de Economa". Y me dije que si les iba a contar algo. por lo menos que fuera por una realidad, por un reto de envergadura que asum en un momento crocial de la historia del pas.

    Le dije al Presidente que estaba dispuesto a aceptar el cargo pero slo si era para ir a fondo con las reformas estructurales. El asinti, aunque ,quiz sin tomarle el peso debido a mis palabras. Pero yo hablaba en serio.

    De ese modo, el 15 de febrero jurament como Ministro de Economa y Finanzas, dando inicio a uno de los desafos ms duros y al mismo tiempo gratificantes de mi vida.

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  • CARLOSBOLO~A

    CAPITULO II

    VIEJOS PRINCIPIOS PARA NUEVOS TIEMPOS

    1. NO HA Y QUE DESCUBRIR LA POLVORA La crisis econmica y el caos social que hemos vivido en nuestro pas no

    son inditos en la historia ni nicos en el mundo. Otras naciones han sufrido procesos similares y. sobre todo. algunas de eUas han logrado superar el atraso y llegar a niveles de bienestar y desarrollo notables.

    Para salir de los problemas no hace falta. pues, descubrir la plvora. Hay que fijarse, ms bien, en los denominadores comunes de las polticas aplicadas en aquellos pases que tuvieron xito en la lucha contra la pobreza, el atraso y el subdesarrollo.

    Los principios polticos y econmicos que tuvieron vigencia en los procesos de "despegue" son bsicamente los mismos .. Decir que no podernos igualarnos a Suiza, Alemania o Estados Unidos supone partir de un inaceptable complejo de inferioridad.

    Nosotros s podernos alcanzar el desarrollo, pero no si esperarnos que caiga del cielo. Slo lograremos resultados si es que hacemos lo que otros pases ya hicieron.

    En su proceso de "despegue", Gran Bretafia dup1ic su ingreso per cpita en s610 seis dcadas (1780-1838). Estados Unidos lo hizo en 47 afios (1839-1886) Y el Japn en 34 (de 1885 a 1919).

    Esto no es slo parte del pasado de un mundo distinto al nuestro. Tambin sucede hoy da mismo y con pases ms parecidos al nuestro, como

  • CAMBIO DE RUMBO

    en el caso de la Repblica de China en Taiwn o el de nuestro vecino del Sur, Chile, que lograron dar un salto econmico en apenas diez aos (de 1917 a 1987 y de 1983 a 1993, respectivamente).'

    1.1 "Milagro" sin Misterio

    Si bien la crisis de los ltimos aos ha sido la peor de nuestra historia, no es tampoco la ms grave que recuerde el mundo. El caso de Alemania Occidental es especialmente ilustrativo. Lo ha recordado Ludwig Erhard. el Ministro de Hacienda alemn que lider la reconstruccin de la economa de su pas.

    En la posguerra, Alemania presentaba un cuadro en el que " .. .la industria produca poco, y lo que produca no se comercializaba en los mercados; el pas viva una fuerte inflacin reprimida, la moneda oficial (el Reichsmark) era rechazada en las transacciones econmicas. y'no haba reservas alemanas de oro y divisas, por lo que las posibilidades de financiaci6n de importaciones fueron muy precarias. Proliferaba el trueque (la "moneda de cigarrillos", como se deca entonces), el estraperlo y otras actividades clandestinas. la especulacin y la corrupcin. La incertidumbre con respecto al futuro poltico y econmico del pas era enorme, lo cual no poda menos de paralizar la iniciativa privada ... " 1.

    En Alemania. como en cualquier pas que se encuentre en situacin semejante, haba dos caminos. Ef de hacer ajustes graduales y el de ir a un cambio radical de los principios por los que se manejaba la economa. La primera va puede crear la ilusin de que el gobierno puede mantener su popularidad a costa del siguiente, trasladndole un problema mayor. La segunda opcin, en cambio, si bien parece corresponder a una especie de "suicidio poltico", resuelve problemas para el largo plazo aunque parece sacrificar la popularidad del corto plazo.

    En un pas que llega a los extremos de una crisis prolongada, las soluciones graduales y cortoplacistas, sin embargo, no slo hacen imposible la recuperacin sino que, adems, tampoco concitan la confianza de la opinin pblica. La situacin exige en tales casos un verdadero liderazgo, en el sentido de tomar opciones duras pero responsables. Aunque el pas en crisis haya sufrido ya

    I Banco Mundial, (1991) p. l!l. lDouges, "Mercados Libres y Progreso Econmico, prlogo a ErlIard. (1989) p. 12 .

    .1(1

  • CARLOS BOLOA

    bastante, estar dispuesto a apoyar a aquellos lideres que, aun a un alto costo, ofrezcan una salida definitiva de la crisis prolongada. Un enfermo cansado de su enfermedad no va a pedir placebos o sedantes, sino verdaderos remedios o una alta ciruja.

    "La realidad -deca el Ministro alemn- demuestra que los gobiernos, temerosos de cosechar votos de impopularidad, tienden no slo a ser graduaJistas sino tambin a orientarse en el corto plazo y cambiar de rumbo cuantas veces esto parezca rentable a efectos electoralistas".)

    Erhard opt por un tratamiento de choque y lo nev hasta las ltimas consecuencias, poniendo de lado las objeciones que le hacan tanto el Alto Comisario norteamericano, como los empresarios, los sindicatos y profesores universitarios alemanes, que favorecan la facilitacin del crdito para "reactivar" la economa.

    Con el finne apoyo poll'tico de su canciller. Konrad Adenauer, Erhard hizO los cambios necesarios para pasar de una economa planificada a una de mercado, de una economa cerrada a una abierta y competitiva, de un