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Cambios posturales y prevención escaras
Los cambios posturales son fundamentales para aquellas personas con movilidad reducida o
sin ella, que pasan largos períodos de tiempo encamado así como sentados en sillas de ruedas.
El gran riesgo de una escasa movilidad en la cama o la silla son las escaras o úlceras por presión
ya que suponen un foco de infección y su curación es larga y complicada. Hay que tener claro
que el 95% de las escaras se pueden prevenir con unos cuidados apropiados, para evitar su
aparición es necesario que a la persona cambie su posición como mínimo cada tres horas
además de un buen cuidado de la piel, higiene y alimentación, también es recomendable el
uso de colchones antiescara.
¿Qué es una escara?
Las escaras o úlceras de presión son lesiones en la piel y tejidos subyacentes producidas por la
falta de riego sanguíneo a causa de una presión constante y mantenida en alguna zona del
cuerpo. En ellas el tejido cutáneo se debilita y endurece, adquiriendo un color amarillento o
negruzco. Su proceso evolutivo va desde un simple enrojecimiento de la piel a una ampolla
que se desprende y deja al descubierto la úlcera en un sí, cuya profundidad y afectación del
tejido será variable dependiendo del tiempo de exposición a dicha presión.
Las zonas donde es más frecuente la aparición escaras son aquellas donde existen
protuberancias óseas como por ejemplo talones, codos, tobillos, omoplatos, el sacro, la
cabeza…
Cambios posturales
Los cambios posturales en la cama
cuando no se dispone de colchón antiescara.
decúbito supino con el decúbito l
compresión en los puntos de apoyo.
Decúbito supino o posición supina
arriba.
• Colocar una almohada o cojín
debajo de los gemelos para proteger
talones del roce de la cama.
• (Opcional) Colocar una almohada debajo de la
cabeza sin flexionar excesivamente el cuello
para que no se produzcan contracturas.
• Colocar un “tope” en los pies
extensión excesiva de estos.
Las zonas donde es más frecuente la aparición escaras son aquellas donde existen
protuberancias óseas como por ejemplo talones, codos, tobillos, omoplatos, el sacro, la
en la cama han de realizarse como mínimo cada tres
cuando no se dispone de colchón antiescara. Estos movimientos consisten en alternancia del
con el decúbito lateral tanto izquierdo como derecho para eliminar o aliviar la
puntos de apoyo.
o posición supina: Posición corporal donde la persona está acostada
a almohada o cojín blando y plano
debajo de los gemelos para proteger los
talones del roce de la cama.
(Opcional) Colocar una almohada debajo de la
cabeza sin flexionar excesivamente el cuello
para que no se produzcan contracturas.
“tope” en los pies para evitar una
extensión excesiva de estos.
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Las zonas donde es más frecuente la aparición escaras son aquellas donde existen
protuberancias óseas como por ejemplo talones, codos, tobillos, omoplatos, el sacro, la
tres horas y aún más
en alternancia del
tanto izquierdo como derecho para eliminar o aliviar la
está acostada boca
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Decúbito lateral: Posición corporal donde la persona está colocada tumbada de lado.
• Para colocar a la persona inmovilizada en esta postura es necesario utilizar:
1. Una almohada detrás de la espalda para mantener la postura.
2. Una almohada debajo de la cabeza para alinear el cuerpo.
3. Una almohada entre las piernas evitando el roce entre ambas.
4. Una almohada debajo del brazo superior para aliviar la presión en el pecho.
• Separar ligeramente el brazo inferior del cuerpo para que el peso de este no recaiga
sobre él.
Recomendaciones para la posición sentada
• Colocar el cuerpo recto de modo que hombros, caderas y rodillas estén alineados.
• Procurar que toda la espalda quede descansando en el respaldo especialmente la zona
lumbar.
• Apoyar los pies adecuadamente de manera que no queden las piernas holgadas.
• Recolocar a la persona y hacerle pequeños movimientos cada media hora.
• No usar roscos o flotadores.
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Cuidados de la piel y el cuerpo
Otro aspecto que ayuda a combatir la aparición de escaras son:
• Seguir una buena alimentación rica en proteínas.
• Tener una buena hidratación corporal.
• Evitar inclinar el cabecero por encima de los 30 ̊
• Utilizar prendas de vestir con tejidos naturales, que no aprieten ni contengan muchos
pliegues o arrugas.
• Cuidar que en las sabanas no se formen muchos pliegues o arrugas.
• Cuidar que geles y productos corporales no contengan muchos componentes químicos
que irriten y resequen la piel.
Belén Higueras Garnica