155
Veinte grandes personajes de Guanacaste Camilo Rodríguez Chaverri Entrevistas y Semblanzas Con el patrocinio exclusivo de (LOGO DE CEMEX)

Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

  • Upload
    vanmien

  • View
    276

  • Download
    1

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Veinte grandes personajes de Guanacaste

Camilo Rodríguez Chaverri

Entrevistas y Semblanzas

Con el patrocinio exclusivo de

(LOGO DE CEMEX)

Page 2: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Le dedico este libro a los periodistas Miguel Salguero, José Manuel Peña Namoyure y Rodrigo Solera Solera; el escritor Santiago Porras; el poeta y

comunicador Enrique Tovar; la cantante Guadalupe Urbina; el músico Fidel Gamboa; la psicóloga María Esther Flores; el ex diputado Óscar

Campos; la ex diputada Ligia Zúñiga; la diputada Maureen Ballestero; el folclorista Abdenago Torres; el poeta Miguel Fajardo; el poeta Marco Tulio Gardela; mi prima Victoria Eugenia Quirós y mis amigas Zahyra Morales, Carolina Trejos y Diana Ulloa. Ellos y ellas me transmitieron su amor por

Guanacaste.

En memoria del doctor Vargas Vargas, Sacramento Villegas, Jesús Bonilla, Héctor Zúñiga, María Leal, Adán Guevara y Max Goldenberg,

grandes ausentes de esta colección.

Page 3: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Muchas gracias a María Inés Solís Quirós, Kathya María Araya, Rocío Chaves Hernández, Siu Len Chan Con, Marielos Jiménez y Karla Linares

Chaverri, quienes colaboraron en el proceso de edición de este libro.

Page 4: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“GRANDES FIGURAS DE GUANACASTE”

Medardo Guido, Bagaces Juan Vega Wells, La Cruz Padre Edwin Antonio Baltodano, Liberia Guadalupe Mora, Nicoya Ulpiano Duarte, Santa Cruz Ofelia Gamboa, Las Juntas de Abangares Padre Luis Bara, Hojancha Adrián Paniagua, Carrillo Guadalupe Urbina, Sardinal Georgina Acevedo, Cañas Werner Hagnauer, Cañas Isidro Con Wong, Islas del Golfo de Nicoya Franz Urlich, Tilarán Otto Apuy, Cañas Marco Tulio Gardela Ramírez, Liberia

Miguel Fajardo Korea, Liberia

María del Carmen ´Lía` Bonilla Chavarría, Santa Cruz Margarita Marchena Marchena, Santa Cruz Mario Arturo Esquivel Tovar, Tilarán Hernán Elizondo, Tilarán Florencio Quesada, Liberia Nestor Zeledón, Nicoya Mario Burgos, Liberia Carlos Manuel González, Liberia

Page 5: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Don Medardo Guido

Músico del espíritu guanacasteco

Pregunto por él en Bagaces. Una señora me muestra dónde está su casa, pero de inmediato agrega algo que no esperaba: -Vive en esa casa, pero búsquelo en el parque. A esta hora siempre está conversando en el parque. No lo esperaba porque tiene 92 años. En el parque de Bagaces, veo una cabeza albísima, como si anduviera vestida de luna llena. Al lado de él, un muchacho lo escucha. Cuando llego, hasta que siento algo que me baja de la garganta al estómago. Estoy frente al padre del cantar llanero, el autor de “Mi espíritu guanacasteco”, el primer maestro de capilla de Liberia. Esperaba ver a un viejito con bastón, no a un hombre que todavía recibe el sol en el parque y dirige la tertulia en el pueblo. Para más señales, ese señor de camisa blanca y cabeza como de cal, con anteojos muy gruesos y una sonrisa en la boca, es el creador de unas 250 canciones, maestro de música durante sesenta años, gran investigador del folklore guanacasteco y el último de un grupo luminoso de artistas, donde también destacaron Jesús Bonilla y José Ramírez Aizar. Me saluda como si yo fuera otro bagaceño de la tertulia, y cuando me presento y le explico que mi único interés es entrevistarlo, me devuelve otra sorpresa. -El problema es que estoy ocupado, conversando con mis amigos. Si quiere vuelve en la tarde. En la tarde volví, pero ya había dejado a un nieto en el mismo poyo del parque, para que me dijera que me esperaba en su casa. A cincuenta metros del parque, está su casa. Es humilde, pero está muy bien prendidita. Me pasan adelante, y me dicen que él me espera debajo del árbol de mango que está en el patio. Ahí tiene dos mecedoras, una mesa larga y un montón de carpetas con información. Me muestra cientos de recortes de entrevistas, poemas, fotos suyas en los periódicos y algunos de sus libros. Por fin hemos conseguido iniciar la entrevista con don Medardo Guido, el último de una generación de músicos que han provocado que la historia de Guanacaste esté fresca, como la brisa y la sombra que nos regala el mango. Don Medardo Guido Acevedo tiene 92 años. Nació el 8 de junio de 1912, en Liberia, hijo de José Guido Guido y Rosa Acevedo Rodríguez. “Mi papá era sastre, barbero y agricultor. Mamá se encargaba de los oficios domésticos. Éramos seis hermanos. Crecí con una abuelita hasta la edad de tres años. Aprendí a leer y a escribir a la edad de seis años. Me enseñaron en la casa. También me enseñaron las tablas de multiplicar. “Entré directamente a segundo grado, en la Escuela de Bagaces, porque en mi casa ya me habían enseñado todo lo que era de primer grado”.

Page 6: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Entre dificultades “Fui un excelente estudiante. Por eso, cuando estaba en cuarto grado me promovieron para una beca. Eran los tiempos de don Ricardo Jiménez, quien dio las primeras quince becas para Guanacaste. Eran becas para estudios de colegio. Mi maestro, don Tito Blanco Solís, y mi director, Eduardo Arata Ruiz, dieron a entender que estaba en sexto grado para que me dieran la beca. “Así fue como entré al colegio de 10 años de edad. Me llevaron al Colegio de los Salesianos en Cartago. Como no tenía medio de transporte, me iba en una carreta que llevaba frijoles, maíz, y otros productos para embarcarlos en las lanchas en el puerto fluvial de Bebedero. Iba de Bagaces a Bebedero en carreta, de Bebedero a Puntarenas en lancha, y de Puntarenas en tren de carbón rumbo a San José. “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la estación del Pacifico a la estación al Atlántico, para coger el tren de la Northern que me dejara allá en Cartago. Los servicios de transporte en San José eran el tranvía y los coches jalados por caballos. Casi no había carros. “Cartago era muy frío para mí. El cambio de clima me afectó al inicio, pero después me acostumbré. “Entre mis compañeros de colegio recuerdo a Jesús Bonilla y a José Ramírez Aizar, que eran de Santa Cruz, tan guanacastecos como yo. Los tres llegamos a ser músicos y compositores. Estaba también Jaime Lobo de Cartago, que después fue aviador, y Luis París, de Puntarenas. “Comencé el primer poema en cuarto grado. Cuando ya me gustó dedicarme a la poesía, recitaba en la escuela. Participaba en todos los actos cívicos. Después, en Cartago, mis profesores me dieron lecciones sobre literatura. Mi maestro era Isaac Felipe Azofeifa. Curiosamente, en ese momento él estaba encargado de coordinar todo lo de la banda del colegio. También recuerdo que mi profesor en vocalización y en canto eclesiástico en latín era Héctor Cuneo, un italiano. “En la teoría, hice estudios generales, en todas las asignaturas. Nos daban las asignaturas de inglés, italiano y latín, lo único que no se daba era el francés. “Aprendí los tres idiomas. Todavía me defiendo en los tres, pero especialmente en latín, porque estaba en el coro del colegio y se cantaba casi todo en latín, porque la misa era en latín, y sólo algunas canciones eran en español. “Me quería hacer sacerdote pero mi papá me dijo que no, porque a mí ya me gustaba tocar guitarra y andar dando serenatas, y él decía que eso no le convenía a un sacerdote. “Cuando salí de ahí fui maestro de capilla. Era el único de Guanacaste. Fui también director de la Banda Municipal de Bagaces, e integrante de la Banda Militar de Liberia, como músico de primera categoría, archivero y secretario de la misma banda”.

Page 7: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

250 canciones “En el colegio, comencé a componer música y letra. Antes era sólo letra. He compuesto unas 250 canciones. La primera canción fue en 1919, cuando tenía sólo siete años. “Entre los motivos regionales, la primera canción mía fue ´Allá en la hacienda´, luego compuse ´La tapisca´, ´El arreo´, ´Bienvenido´, ´El vaquero´, ´Tragedia llanera´, ´Voces de mi tierra´ y ´El parrandero´. “A partir de ahí, empecé a componer un poco de todo. Entre las que tienen aires típicos, la más conocida es ´Espíritu guanacasteco´, pero también hay otras que yo considero valiosas, como ´Nuestras mujeres guanacastecas´, ´Liberianita´, ´Soy como soy´, ´Lamento llanero´ y ´Mi morenita´. “Yo me acuerdo de los nombres y las letras de las más importantes. Mentira que me acuerdo de todas, pero de las más importantes sí. Además, gente como el profesor Miguel Fajardo, se han encargado de estudiar mi obra, de compilarla y de publicarla. Entonces, me guío mucho por lo que se ha publicado. “Yo tengo muchas canciones románticas, que son clasificadas propiamente así y no directamente como canciones típicas. Entre las románticas, a mí me gustan mucho ´Amor fingido´, ´Pamperita´, ´Mi muchachita´, ´Silenciosamente´ y ´Entrega de amor´. “Aparte de las que tienen aires típicos, hay otras canciones que tienen sabor criollo, como ´La conga liberia´, ´Marcha´, ´Fortuna´, ´Viviré esperando´ y ´A la distancia´. “Pero es que yo soy un músico muy metido en muchos campos. Por ejemplo, en la zona se me conoce por la música escolar, porque tengo doce himnos de escuelas o de colegios, y tengo una enorme cantidad de juegos, de coplas, de retahílas y de bombas, que los chiquillos aprenden en la escuela. “Miguel (Fajardo) me ayudó mucho, porque me clasificó todo lo que he compuesto, y también lo que he escrito, porque, por ejemplo, tengo una dramatización regional, que se llama ´Periquín´, un cuento que se llama ´Triste Navidad´, y más de cien poemas. “En ese sentido, yo estoy muy contento con todo lo que me han ayudado a publicar. Por ejemplo, como compositor y como persona para mí ha sido muy importante la publicación del libro ´Fragmentos sobre el folklore y cosas del terruño´, que es un libro que contiene la reseña geográfica e histórica del cantón de Bagaces”.

Zapatero y maestro de capilla “Apenas terminé los seis años en el Colegio Salesiano, me gradué en las escuelas profesionales del Colegio Salesiano en zapatería, cortado, alistado y montado, gracias a todos los profesores extranjeros. Entonces, me vine para Bagaces. Trabajé en zapatería, pero después lo abandoné y me llamaron a trabajar en la escuela. Daba doce lecciones de música y tenía un grado a cargo, tenía cuarto grado. De ahí me botaron por política en los tiempos de don León Cortés, porque no iba con el partido de él. Los dirigentes intervinieron y me botaron porque decían que yo permitía que los niños me contestaran a coro cuando yo hacía las preguntas. Esa fue la razón.

Page 8: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Me quedé sin trabajo. Un padre vino a dar una misa de la Virgen de El Carmen. Se llamaba Fray Alberto de Selva de Mar. Era un español. Me habló y me dijo que le cantara la misa en latín, le dije que no porque hacía mucho tiempo que no cantaba, él me dijo ´mira, yo te voy a ayudar, no tengas temor´. “Después de que le canté la misa, me dijo ´mira, ¿te irías para Liberia de maestro de capilla?, pronuncias el latín mejor que cualquier universitario, y voy a hablar con el coronel Rafael Hurtado, comandante del Cuartel de Liberia y con el Coronel Víctor Manuel Roig, para que te den una plaza en la banda militar´. “Conversó con ellos, y me autorizaron para que me llamara a la banda militar. Allá estuve diez años. No trabajé en educación. Era maestro de capilla con 42 muchachas del coro, y estaba en la orquesta de Liberia como cantante y guitarrista. Era un músico de primera clase. “Estando allí, el comandante de plaza me llamó para que le sirviera como secretario de la comandancia de plaza en lugar del mayor Bernardo Ortega Leiva, que había fallecido. “De allí hicieron gestiones en Bagaces para que me viniera a trabajar aquí. Ya en 1946, vine a trabajar en la escuela de Bagaces como maestro de grado y maestro de música. “Después, cuando vino la revolución, la junta militar me llamó y me entregó la clave del ejército, en 1948, para que yo le diera instrucción militar a 85 hombres. Yo había estudiado milicia en el cuartel de Liberia. Punto ahí, verdad, porque no quiero hablar de la revolución. “En esa misma época despidieron al director que estaba en la escuela para colocarme a mí. Yo no quería. Era hacerle daño al compañero, pero dijeron que era una orden militar y tuve que aceptar. Más adelante, cuando estaba de ministro don Lalo Gámez Solano, me nombraron asesor supervisor de escuelas en el circuito tercero de Bagaces. “Años más tarde me dieron un recargo provisional del circuito de las escuelas de Cañas hasta Solania, Líbano y los Ángeles de Tilarán. De allí ya me pensioné. Tenía 42 años de dar clases. Pasé a dar clases en la Escuela de Artes Musicales en La Fortuna de Bagaces, durante tres años, y fui maestro en la escuela de El Pelón de la Bajura durante otros quince años. Si sumamos todos, son sesenta años de dar clases. “En El Pelón de la Bajura, yo era maestro privado, o sea, me pagaba la empresa. Tenía a mi cargo las lecciones de música de quinto y sexto grado. Era maestro de la escuela de verano, inclusive. “Luego me dijo el médico que me retirara. Comencé a padecer de la vista, la laringe y la faringe. Me dijo que lo que me estaba haciendo daño era la tiza. De por sí, ya era suficiente”.

Folklorista “He trabajado mucho en folklore. Por ejemplo, realicé el trabajo ´Fragmentos sobre el folklore y cosas del terruño´. Era un libro importantísimo. Ya se agotó ese material. Aquí hay muchos tipos de música. La gente cree que la música guanacasteca es una sola, y nada de eso”. Tiene un enorme fólder con muchos papeles. Saca un librito largo y delgado. Es uno de sus libros. Busca una página en especial, que ya tiene marcada, y empieza a hablar sobre el folklore.

Page 9: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“En Guanacaste tenemos muchísimas manifestaciones del folklore. Por ejemplo, dentro del folklore se conocen las siguientes clases: folklore poético, folklore narrativo, folklore lingüístico, folklore mágico, que abarca la parte medicinal y las diferentes creencias o mitos... “También tenemos el folklore ergológico, que es el que contempla aspectos culinarios, y el folklore social. Al estudiar el folklore guanacasteco, he estudiado las bebidas, los caldos, los guisantes, los dulces, la vivienda, los cultivos, los tejidos, los utensilios, los trabajos en oro, las vasijas, etcétera. Ah bueno, además, las clases de manualidades, las artes industriales y la construcción de instrumentos musicales. De todo esto hay en Guanacaste. “Mi esposa se llamó Álida Octaviana Alvarado. Como ella ya está en el cielo, ahora dedico más horas a las canciones y al folklore. La música hace que nunca me sienta tan solo. “He hecho muchas investigaciones. Por ejemplo, con Miguel Fajardo he hecho una recopilación de las diferentes retahílas. Me interesa mucho el folklore porque cada uno de esos tipos de folklore que le dije tiene su explicación. “A partir del folklore, he estudiado los valores, y lo que me preocupa es, precisamente, la pérdida de valores”.

Entre artistas “Otro regalo que me ha dado la vida es la dicha de conocer a grandes artistas. A Mario Chacón lo conocí muy bien. Estuvimos juntos en La Voz de La Víctor, la emisora más famosa de nuestros tiempos. “También he conocido de cerca a Ofelia Gamboa, la gran poetisa de Las Juntas de Abangares. Fuimos compañeros de la Asociación Guanacasteca de Autores, AGA. De aquellos tiempos, sólo quedamos nosotros dos. Estaban el poeta Rodolfo Salazar Solórzano, el músico y poeta José Ramírez Aizar, el poeta Antonio Espinoza, el poeta Manuel Rodríguez Caracas… “Gracias a Dios, he sido muy conocido y muy querido, no sólo por parte de los músicos y de los poetas. Por ejemplo, el padre Ruiz, que era cura en Tilarán, me vino a ofrecer la candidatura de diputado con Liberación Nacional. Yo le dije que no, que mejor me mantenía al margen porque no quería meterme en problemas. En ese momento estaba dedicado a la escuela. “De todo lo que he hecho en mi vida, de lo que me siento más orgulloso es de mis canciones. Además, dicen que soy el creador del cantar llanero. Por lo menos, sí sé que he sido quien más lo divulgó. Estuve el 6 de agosto del año 1946, en un recital para don Teodoro Picado, y ya ahí expuse mi música original. Entre las canciones, iban unas del cantar llanero. Sentía temor. Así que un abogado me dio unos traguitos. Esa vez, iba la banda militar de Liberia. Es más, recuerdo cuando se presentó la banda militar por primera vez. Cuando nos presentamos para don Teodoro, también iba el conjunto de baile folklórico 25 de julio, dirigido por Lía Bonilla Chavarría, hermana de don Jesús Bonilla, a quien tuve de amigo, e iba el famoso declamador Antonio Obando Espinoza. ¡Viera a ese hombre con un poema en la boca! “Después de tanta vida, todas las semanas recibo gente de todo el país. Mañana vienen de la emisora ´Faro del Caribe´ y de la Universidad de Costa Rica. Estoy esperándolos. Yo me preparo bien. Ojalá que les parezca todo lo que les voy a decir. Mejor paremos para que mañana no me agarren cansado”.

Page 10: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Aún así, cuando ya me lleva por la sala de la casa, ve la guitarra, y sin que yo se lo pida, la toma y se sienta con ella en los regazos. -Vos creíste que te ibas a ir sin tu cancioncita. Pues no. Aguardate un momentito. (Empieza a travesear las cuerdas…). -Estoy viejo, pero no pendejo, chiquito. Vas a ver… Y la música se apodera de la casa. Casi podría salir volando. Casi juraría que a la casa le urgen alas. O que, sin saberlo, volamos con todo y la casa. Seguramente desde afuera, cualquiera se habría asustado de ver un enorme hueco donde antes estuvo el sitio donde vivió el primero y también el último de los grandes compositores del cantar llanero guanacasteco.

OJO, julio 2005

Page 11: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Juanillo Vega

Matusalén en La Cruz Alguien me contó que el Presidente Abel Pacheco había nombrado un delega-do presidencial que ya iba a cumplir 100 años y que fue compañero suyo en la trinchera, en 1955. Pregunté y entonces supe de Juan Vega Wells, un hombre de 99 años que es-tuvo en la lucha entre los Tinoco y Julio Acosta, que fue barbero de Anastasio Somoza, ayudante de bruja, pulpero, guarda de don Ricardo Jiménez y su es-posa, cocinero en Nicaragua, amigo personal de Teodoro Picado, minero en Abangares, seguidor de Calderón Guardia, inspector de tránsito en Nicaragua y el gran promotor del deporte en La Cruz, Guanacaste. Hasta allá fui un Domingo de Resurrección, luego de conversar con él por telé-fono en un par de ocasiones. Me recibió un hombre de bastón y de anteojos gruesos, con una sonrisa luminosa y una memoria que asombra. Juan Vega Wells, conocido como Juanillo Vega, es el padre del deporte en la zona fronteriza con Nicaragua, y es testigo de historias en las que, como él di-ce, es el último que vive para contarlo. -El Doctor Calderón Guardia siempre ha sido mi jefe. Sigue siendo mi jefe, aun-que esté muerto, dice Don Juanillo, como entrando en calor. “Mi mamá era hija de dos londinenses que se vinieron a aventurar a estas tie-rras. Nací el 27 de diciembre de 1905. A ver si me arranco la teja. A veces se me pone un poco difícil. Cuando ya uno pasa de 70 años es sólo dolencias. No me puedo quejar mucho, porque apenas es de unos tres años para acá que he venido ´fuerceándola´. “Nací en Liberia. Mi papá, Manuel Vega Leal, era abogado. En ese entonces había tres abogados en Liberia, Leonardo Rodríguez, Francisco Faerrón y mi papá. Mi mamá era ama de casa. Éramos cinco hermanos y sólo yo quedo. “Estudié en la Escuela de Liberia. Mi primera maestra fue Lolita Muñoz. Des-pués supe que era casada con un comandante de Liberia. En ese entonces no había colegios en la zona, así que quien quería seguir estudiando tenía que pensar en el Liceo de Costa Rica, el San Luis Gonzaga o el Colegio de Señori-tas. “Para salir de Guanacaste, había que ir a caballo hasta Bahía Ballena o Bebe-dero, y de ahí en lancha hasta Puntarenas. Tardaba uno cinco horas en lancha, salía por el brazo del río Tempisque al mar, y de Puntarenas como cuatro horas en tren. “Le ofrecían a uno periquitos, una papaya y un mango en Orotina. Y pasába-mos por un túnel oscuro, oscuro. Siempre el conductor, cuando iba a entrar al túnel, gritaba para que nadie sacara la cabeza. “Terminé la escuela y me puse a trabajar. Mi papá tenía mucha clientela, pero se bajaba todo por la garganta. Muchas veces mi mamá lo llevó a la Hacienda El Real, o a Curubandé, en Liberia, o a Agua Fría, donde unos amigos, a que lo curaran. “Tenía la bebedera, que llaman. Nadie lo pudo componer. De eso murió. Un día amaneció de viaje acostado, que no se podía levantar. Me mandaron donde el doctor Montiel, que era el único médico, y le recetó una sal de frutas. Pero

Page 12: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

cuando llegué, nos llamó a todos, nos echó la bendición, y ahí mismo quedó lis-to”.

Cazador y guerrero

“Yo puedo decir que me crié solito. Cuando estaba en la escuela, yo me iba pa-ra un pueblito que se llama Santa Ana, donde los hermanos Reyes, se llamaban Camilo, Toño, Pedro y Arabella. Eran muy buenos montadores. Ahí está la casa de la finca, todavía. “Todos los sábados me iba para allá, y en las noches salíamos a tirar venado. Íbamos hasta donde ahora está el aeropuerto. Ahí le decían ´La miona´, porque había una pedrona muy grande, y las mujeres, que antes montaban de lado, se apeaban del caballo para orinar ahí. “Matábamos dos venados por noche. En la madrugada, nos íbamos a la vega del río, que era donde matábamos tepezcuintle y saíno. “Después de todo, el domingo por la tarde me devolvía para mi casa con la car-ne de la semana, completita. Me encaminaban hasta donde está el primer cole-gio de Liberia. Ahí me llamaban ´El Capulín´. “Cuando salí de la escuela, me fui para San José a buscar qué hacer, y llegué a pedir hueso al Cuartel Bellavista. A cualquiera le puede parecer una locura, pero es que poco tiempo antes estuve en una revuelta. Ya te cuento. “De casualidad, yo estaba en la Hacienda El Jobo cuando el encuentro de las fuerzas de los Tinoco contra las de Julio Acosta. Yo era tinoquista. Un coman-dante de la fuerza de Tinoco era Chindo Guardia, y otro era el comandante So-lano. El general era un español, un vasco. “Recuerdo que en el corral hirieron al comandante Solano, cuando estaba com-batiendo contra la gente de Acosta. También hirieron a Roberto Tinoco. Enton-ces, agarró la comandancia Sigifredo Tinoco, hijo de Roberto. “Como hirieron a toda esa gente, otro comandante ordenó que giraran las má-quinas hasta unos árboles Guanacaste que era desde donde los estaban ata-cando. Con unos cañoncitos Skoda botaron los árboles. Hirieron a Juan Rafael Meneses, que era de los seguidores de Julio Acosta, pero no murió porque lo llevaron al Hospital de Liberia. A otro que hirieron fue a Amadeo Vargas. Le dieron cuando estaba en ´El Coyol´. “Yo tenía como 12 años, y fui hasta ´El Jobo´ porque quería acompañar a un amigo que estaba casi tan carajillo como yo y que se iba a reclutar, un poco, la verdad, a la fuerza. Ese compañero se llamaba Feliciano Guevara. “Me fui a pelo con él, y no me dieron armas, pero me pusieron a pasar cajas para las máquinas, que eran como unas metralletas. La batalla de ´El Jobo´ du-ró como cuatro horas, y salieron derrotados los de Julio Acosta. “Antes de la batalla, mandaron a cortar guineas del chagüite de ´El Jobo´ a los hermanos Vallejo, que venían de Sardinal. Eran tinoquistas. Cuando los vieron los de Julio Acosta, los amarraron a un palo. Después, a la vuelta, cuando sa-lieron huyendo las tropas derrotadas, mataron a uno y el otro quedó vivo, ama-rrado junto a su hermano muerto. Fue algo terrible, que no puedo olvidar”.

Page 13: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Ayudante de bruja “Cuando derrocaron a los Tinoco, nadie me persiguió ni me dijo nada. ¿Qué iba a parecer si yo era un carajillo? “Me fui para San José, a buscar qué hacer. Iba a comer al ´Hotel de los Aga-chados´. Así le decían a una comeduría que estaba por el Mercado Central. Te-nían una tabla y le servían a uno sopa. Entonces uno se agachaba para comer. “En el cuartel Bellavista no me dieron trabajo. Estaba ofendidísimo, porque, se-gún yo, por haber estado con Tinoco ya era un gran militar. “Me fui para Cartago, donde estaba una tía, Angélica Wells, que tenía el ´Hotel Cartago´, al frente de la estación. “Me fui a trabajar allá, pero ella me manejaba como un güila, y a mí no me ha gustado que nadie me joda, que me mangonearan era lo más feo que me podía pasar. “Así que estuve trabajando con un jefe de carpintería, Abdón Morales. Por cier-to que le ayudé en el arreglo que le hicieron a la Iglesia del Carmen, que es la parroquia de Cartago. Le ayudé a despegar las paredes y después a pegar la vena que va entre la pared y el cielorraso. “Más adelante fui secretario de una bruja. Un día, una mujer me vio jalando ma-letas, y seguramente me vio medio despabilado y me dijo ´vení, güila, te voy a dar trabajo´. “Me fui a ver qué era la cosa. Tenía una oficinilla por Los Ángeles. A mí me to-caba hacer el trabajo en la salita donde ella recibía a la gente. Tenía un biombo negro. El cliente llegaba y yo le daba una revista. Apenas se ponía a leer, yo me ponía a platicar con el cliente, a meterle cuento, que mire, que ella está en el banco, que ya viene, y me ponía a preguntarle todo lo que tenía. Ella estaba escondida, detrás del biombo, escuchando todo lo que me contaban. Luego da-ba la vuelta, y entraba por la puerta principal. Decía, más o menos, ´buenos días, andaba en el banco, sé que este señor me está esperando. Usted está sufriendo por esto y esto otro…´. Entonces, la condenada vieja le chorreaba to-do lo que había escuchado, allá atrás, escondida. “Una vez estafó a un señor de apellido Piedra. Imagínese la cantidad de plata que le sacó ese día que me dio 10 mil pesos para que yo no contara nada. Vie-ne el señor, y me dice ´mire, así y así y así y así, no puedo comer, de nada me sirve tener plata, cuando como, se me inflama la panza y pierdo la paz´. En eso, da la vuelta la vieja. ´Hola, señora, me dicen que usted adivina´, le dijo el señor Piedra. ´No hablemos más, usted tiene unos bichitos en la panza que le metieron con un maleficio´ dijo la supuesta bruja, y se echó todos los detalles de mi entrevista. “´Usted tiene unos animales ahí adentro, y eso hace que no le baje la comida´, le insistió. Luego, me mandó al río Reventado, a echar en una lona sapitos, ala-cranes, avispas y todo lo que fuera bicho. Recuerdo que ese día una hormiga negra me hizo un ronchón y casi me muero del dolor y de la fiebre. Me quedó la mano hinchadísima, pero la metí en la lona y después pasé en cama un buen rato. “En la noche, cuando el viejo llegó, porque le dijo que tenía que llegar a dormir, le metió otro cuento: ´mire, cuando vaya a dar del cuerpo, llame a mi asistente, que le va a ayudar´. “Por otra parte, me dijo, ´el señor va a llamarlo a usted. Cuando usted llegue con la bacinilla, haga toda la operación´. Le dio un purgante, y cuando el hom-

Page 14: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

bre llegó con el mal de panza, en medio de la oscuridad puse la bacinilla llena de los bichitos. “Aquel hombre casi me pringa la mano. Apenas se alivió, salió con la bacinilla en la mano donde la bruja. Ella le dice ´mire el bicherío, ¿ahora cómo se siente del estómago?´ “El hombre se alivió tanto cuando vio aquel montón de bichos que le dio una buena cantidad de plata. Tanto que ella, que era muy agarrada, me dio 10 mil colones. ´Tome usted y cállese la boca´ me dijo. “Pero a mí me dio la tembladera. Me dio no sé qué que ese señor se diera cuenta o que alguien en Cartago nos denunciara. Entonces agarré los 10 mil y mejor no volví”.

“Tengo veinte mil mañas” “Te voy a decir la verdad, aunque no sea ejemplarizante. Con la plata de la bru-ja me enredé con unas negras, unas viejas explotadoras. Con el cuento de que me daban comida y dormida, me dejaron limpio. Además, me tenían a puro ña-me y sopa de curré. Aunque no lo creás, esa carajada yo la comí. “He sido de todo. Por ejemplo, también fui comandante en Cartago de Don Ri-cardo. Me encomendaron cuidar a doña Beatriz Gutiérrez. Cuando pasaba, la gente decía ´ahí va La Cucaracha´, porque le tenían ese apodo. “Era muy buena la señora. Decían que había sido de la vida, pero a Don Ricar-do nunca le importó lo que le dijera la gente. Lo criticaban porque tenía como Primera Dama a esa señora. Una vez le mandaron una carta diciendo que la metiera en un burdel. Yo escuché cuando le contó a doña Beatriz porque me tocaba cuidarlos. Esa vez salió diciendo que no podría cumplir con lo que le pe-dían en esa carta porque habría que cerrar todas las oficinas de San José, pues su conducta no era diferente a la de muchas señoras de San José. “Cuando eso el comandante era don Ezequiel Sáenz, y el segundo era Patricio Arias. El teniente era Figueroa, y mis compañeros eran Serrano, Alfaro, Sán-chez y Monestel, quien después fue ´pelota´. “No duré mucho de policía. No me gustó. Así que me puse a rodar, y como he rodado tanto, recuerdo que de nuevo tuve que irme para Limón a buscar traba-jo. Esa vez no tenía plata ni para el tren. Al principio ni siquiera sabía que iba a dar a Limón. Simplemente agarré de camino la línea del tren, a ver dónde con-seguía una chamba. “El problema es que llegué a pata por la línea del tren hasta Juan Viñas. Ahí me metí a dormir en unos carros de jalar banano, y unas muchachas me vie-ron. “Fueron a decirle al papá, y cuando él llegó dice, ´diay, si es Juanillo´. Me cono-cían porque llegaban al hotel de mi tía. “Me dieron de comer. No llevaba ni un cinco. El conductor del tren era de apelli-do Facio, y me llevó de fiado. Me hice amigo de un viejito que me encontré en el tren. Él venía saliendo del hospital. Le conté a Facio la historia y nos prestó 50 colones a cada uno. “El viejito se llamaba Justo Pastor Saborío. Era nicaragüense. Su hijo, Jesús Saborío, era contratista en Limón con la compañía de los americanos. Me com-praron polainas, machete, lima, cuchillo y zapatos ´Poco bien´. Esos zapatos eran muy duros. No les entra el colmillo de la culebra. Eran tan duros que había que mojarlos para ponérselos.

Page 15: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Estuve en Limón con costos un año. Me hice amigo de un montón de nicas, porque ellos preferían contratar a sus paisanos. Un día, dos nicas amigos míos, que estaban borrachos, se agarraron a machetazos. Uno mató al otro. “Al día siguiente me vine porque tenía miedo de que me embarraran. Agarré un carro bananero y rapidito estaba fuera de peligro. Yo ya estaba hecho y dere-cho, y tenía 20 mil mañas. “Fui a dar de nuevo donde mi tía de Cartago, la del hotel. Cuando le conté me dijo ´ay muchacho, ¡qué barbaridad!, venís panzón de comer banano podrido´. Llamó al doctor Guier, quien me examinó y me dio unos purgantes. Apenas me repuse de los medicamentos, que me pusieron a correr todo un día, el esposo de mi tía se fue a dejarme a San José. Imaginate lo asustado que me veía”.

Minero “Me vine para Puntarenas. Como estaba esperando la lancha, me fui a beber con unos amigos que me encontré y amanecimos en el Puerto de Manzanillo. Al final, desembarcamos cerca de las Juntas de Abangares. “Estuve en las minas cuatro años. Es duro. Trabajaba con un viejito inclemente. Tuve la suerte de que después llegó un señor, Míster Berry, que nos trataba un poquito mejor. “Un día no me llegó pago sino un papel. Me estaba esperando un señor delga-dito. Me dijo ´usted es de apellido Wells, ¿es hijo o nieto de inglés?´ Cuando di-je que mis abuelos maternos eran ingleses, me nombraron jefe de los mazos, que es donde están machacando la piedra. Era durísimo ahí. La gente estaba en pantaloneta y sin bolsas. Uno los revisaba al entrar y al salir, para que no se robaran el oro. Comían afuera porque no podíamos darles el pretexto de jalar la comida en algo que después sirviera para esconder el mineral. “Me dieron una pistola y casi cien tiros. Además, yo tenía que tirar al aire para que oyeran los contrabandistas. Por eso, cuidándolos me hice vagabundo de nuevo y me eché al tiro al blanco. Hasta el día de hoy nadie me la ve en eso de la puntería. “Como podía estar en la entrada, ni tonto que fuera que iba a entrar a esos calorones. Los dejaba trabajar como quisieran, y me ponía a tirar garro-bos desde la puerta o los alrededores. Tenía el pretexto de ahuyentar contra-bandistas. Y aquello era un ´garroberío´ increíble. Casi siempre terminaba co-miendo ´gallina de palo´”.

La valentía de su mujer “Después de las minas me vine a buscar trabajo para el lado de Nicaragua. Me metí hasta de cocinero. Cuando regresé, el Resguardo estaba por la tumba de García Flamenco. Ahí había un portón. Paso yo, y me dice un guarda ´¡opa!, ¿para dónde vas, nica?´. Le contesté ´no soy nica, soy tico´. Se fue donde el je-fe, y le dice ´capitán, ahí está un muchacho que dice que es tico´. Se viene el capitán, y no era otro que mi hermano mayor, ¡qué regañada! Me dice ´¡qué brutalidad! Tantos años la familia sin saber de vos, Juanillo´. “Mi hermano mayor se llamaba Otoniel Vega. Él fue el primer maestro de La Cruz. Ese regreso mío fue en 1926. Apenas tenía 21 años, pero ya estaba bien jugado por la vida.

Page 16: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Otoniel me dejó de guarda aquí, en La Cruz, y me quedé para toda la vida. Para ese tiempo, en La Cruz no había sacerdote. Y para la fiesta del 3 de ma-yo, que es el día de la Santa Cruz, venía el padre a bautizar, a casar y a dar la Primera Comunión. “Todos los del otro lado, los de Nicaragua, también venían por el padre. Venían de San Juan del Sur, de Cárdenas y de Rivas. Por eso, organizábamos unos bailes buenísimos. Venían muchas muchachas. Fue bailando que me enamoré. A los días, la novia se me fue para San Juan del Sur y hasta allá iba yo a verla. Trabajaba en el almacén de un chino. “Al tiempo no aguantamos más, y decidimos casarnos. Como ella era menor de edad, y teníamos el mismo apellido, necesitábamos la firma de su papá. Así que me dijo ´mirá, mi papá no me dio el apellido, pero yo sé quién es. Vive en la La Cruz y se llama don Luis Morice Belmonte´. Casi me desmayo. Ese señor era el hombre más rico de aquí. Don Luis era hijo de un italiano, y una españo-la, y era dueño de la mitad de las tierras de La Cruz. Yo me asusté y le dije a mi novia, ´¡A la puta! Si yo hubiera sabido eso, jamás te vuelvo a ver… ¿Qué va a decir la gente? Que ese limpio se va a casar con esa muchacha sólo por interés´. “Para ese tiempo, don Luis sacaba tres mil novillos. Era un viejo ceremonioso. Había que quitarse los zapatos para entrar a su casa. Voy a hablar con él, me ve cuando voy a entrar y me dice, ´no te quités los zapatos, Juanillo´. “Le conté la historia. Le dije ´hasta la última hora supe que era hija suya´. Me dio una palmada por la espalda y me dice ´vos sabés que el amor es el que manda… ¿qué querés de mí?´ Yo le dije, ´diay, que me dé el consentimiento´. “Fue una gran dicha porque yo me ando todo Nicaragua y no me hallo una mu-jer como esa. Eso lo comprobé después, cuando salimos huyendo. Todos se fueron conmigo y ella nunca se despegó de mi lado. Fue conmigo a donde fue-ra yo. Era sumamente trabajadora. Inauguramos la Hacienda El Naranjo. Esa tierra nos la dio un tío de ella. “Me di cuenta del valor de esa mujer porque estuve en el 48 y en el 55. Ella siempre se quedó al frente del hogar, y cuando me fui del país, ella no se quejó de nada. ´Vamonós, pues´ fue lo único que dijo. Ella se llamó Carmen Vega Sánchez, y ya Dios se la llevó de mi lado”.

“El Doctor sigue siendo mi jefe” “Yo era calderonista del Doctor, y después del Junior. Le repito que el Doctor va a ser mi jefe hasta el día en que me muera. Cuando él se fue para Nicara-gua, yo iba a verlo todos los fines de semana. Allá conocí a Longino Soto, a Rolando Laclé y a Rogelio Ramos padre. También fui muy amigo de Paco Cal-derón. “Pero mejor voy en orden. Yo siempre fui muy amigo de andar politiqueando. La primera vez que participé en política estaban de candidatos Rafael Yglesias, Máximo Fernández y Carlos Durán. Don Máximo era azul, don Rafael era rojo, y Durán era verde. Yo iba con don Máximo Fernández. “Daban una escarapela de los azules con un tren y decía ´no hay más tren que éste que pita´. El símbolo de don Rafael era un gallo y decía ´no hay más gallo que éste que canta´. Y el de don Carlos Durán era una chancha con una ba-tea, y decía ´no hay más chancha que ésta que grita´.

Page 17: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Ganamos los de don Máximo, pero no nos alcanzaron los votos. Luego, perdi-mos en la Asamblea porque se unieron Carlos Durán y Rafael Yglesias para que quedara don Rafael. “Don Rafael Yglesias hizo la cañería de Liberia. Después de eso, en esta zona decían ´¿quiere palo? ¿quiere palo? Vote por Rafael Yglesias´, porque la cañe-ría la hicieron a puro palo. “También participé muy activamente en las elecciones de diputados. Antes, los diputados cambiaban a medio período. El voto era en una papeleta con una es-tampilla. Se pegaba la estampilla donde uno iba a votar. Los candidatos eran Aristides Baltodano Briceño, Adriano Urbina Gutiérrez y Chico Mayorga. “Cuando eso yo tenía 16 años y todavía no era votante, pero ya andaba de pe-ligroso, en la política. En La Cruz vivía mi hermano Otoniel, que en ese mo-mento era director de la escuela. Yo estaba en Liberia y viene Adriano Urbina, que era uno de los candidatos y me dice, ´andate a La Cruz y cuidame que no chorreen los votos´. También me dijo que tenía ganado Guardia y Cañas Dul-ces, que hasta la vez son distritos de Liberia, pero que donde no tenía nada era en La Cruz, que, cuando eso, todavía era distrito de Liberia. “Me dio dos botellas de guaro ´por cualquier cosa´. Agarramos camino para La Cruz como a la 1 de la mañana. De camino, me iban fregando. Otoniel, mi her-mano, iba con Baltodano, y el agente de la policía en La Cruz, Justo Coronado, iba con Chico Mayorga. Ellos eran los otros dos delegados. Entre los dos me gritaban ´pollito que no pica, cerote duro´, por carajillo que estaba. Es que no sabían las que les iba a hacer. “Viene la votación, ni un voto para Urbina, sólo para Mayorga y Baltodano. Yo estaba apagado, y como a las 9 de la noche todavía las dos botellas de guaro estaban intactas. “Dije que me devolvía. Iba con malas noticias para mi candidato y no quería es-perarme más. ´Nombre, esperáte a que amanezca´, me decían Otoniel y Justo. ´No, ya me voy´. Y me vine. En eso veo que se vino conmigo el presidente de la mesa, con todos los documentos en una alforja de cuero. Que conste que yo ni me lo imaginé. “Bajando lomas se oían las botellas, y en una de esas me dice el presidente de la mesa ´¿qué llevás ay?´ Ya le cuento yo, y me replica ´dame un mechazo´. Y al rato yo le digo ´vea a ver si se mete otro´. Así, poco a poco se fue bajando su botella de guaro. Cuando ya lo vi que iba bastante pegado, ahí por una quebra-da, como a las cuatro de la mañana, me apié a orinar. Me dijo ´yo también me bajo pero dame otro mechazo´. Se lo arrempuja, orina, cae y no pudo levantar-se. “Agarré la alforja, y después de una pequeña revisión, curiosamente todos los votos eran para Adriano Urbina, mi candidato”. Juanillo no aguanta la risa. Tenemos que esperar para seguir la historia. Toma agua, se pone de pie como para tomar aire, va al baño y viene. Continúa. Está feliz. Como si estuviera contando una pequeña travesura. “Toditos los votos fueron para Adriano. No les dejé ni un voto. Como a las cinco de la mañana, pasan mi hermano y el jefe de policía. Estaba yo sentado a la par del ´jumas´. Ellos me ayudaron a subirlo al caballo, lo amarramos y así pu-dimos llegar a Liberia. Los dos delegados ni siquiera preguntaron por la alforja. “Llegué a contarle a Adriano que ganó. ´¿Cómo pude haber ganado, Juanillo?´ ´Todo vale, todo vale´, le contesté. Cuando Otoniel se dio cuenta, me dijo ´Jua-nillo, vos sos un pillo´.

Page 18: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Y cuando le preguntaron a don Ricardo Jiménez, que era el Presidente, cómo habían estado las elecciones, dijo ´todo estuvo muy bien, sólo en La Cruz pare-ce que hubo un mal paso”.

Calderón Guardia “Conocí al Doctor Calderón Guardia en San José. Fui a buscar a Villalobos Ar-ce y a Jorge ´El Turco´ Bonilla, con quien había estado en las minas de Aban-gares. Recuerdo que la oficina del Doctor estaba al frente de donde ahora está la Caja Costarricense del Seguro Social. “Cuando lo conocí ya tenía un montón de años de trabajar por él. En el 40, es-tuve trabajando en el partido, y trabajé por don Teodoro. En el 48 hubo un frau-de grande en contra de Calderón. La gente de La Cruz apareció votando en Li-món. ¡Qué desorden! Por ahí fue que vino la revolución. En el Congreso el Doctor tenía mayoría y anulamos las elecciones. Fue en ese momento que Fi-gueres salió sacando pecho. “En el 48 estaba yo muy cerca de Calderón. Apenas ganó Figueres, nos fui-mos. Yo me fui porque me iban a agarrar vivo o muerto. Cuando eso tenía pul-pería, cantina y finca. La finca estaba ahí donde está la tumba de García Fla-menco. Todo eso era mío. Sacábamos el dulce de mi trapiche, y teníamos ochenta reses, muchos cerdos, cinco yuntas de bueyes y dos carretas. “Llevaba tapas de dulce y traía víveres. Todo lo comprábamos y vendíamos en los negocios de los chinos. Estaba yo ordeñando la vaca, como decimos en el campo. Pura vida, nada más necesitaba para ser feliz. “Las pérdidas por la guerra de Figueres en mi familia fueron incalculables. Cal-culé con el Doctor que eran de 80 mil colones, que era un montón de plata. No me dieron ni un cinco. “En ese mismo año hicimos el primer intento de volver. Me tocó tomar el cuartel de La Cruz. Por error, hubo algunos muertos en el telégrafo. Murieron el tele-grafista y el mensajero. Fue por equivocación. Entramos de Nicaragua por el norte. “Veníamos pasando por la iglesia vieja, la noche estaba como el día por la lu-na, y el pagador del gobierno estaba arriba de la iglesia. Por encima del cam-panario, el pagador le disparó a Félix Arauz, que venía detrás de mí. El tiro le entró por una nalga y le salió por la otra. Yo no sé cómo fue aquello tan extraño ni por qué fue que no lo mató, pero desde entonces lo conocimos como ´Tres culos´. “Mis compañeros creyeron que los disparos venían desde el telégrafo, y por eso cometieron ese grave error. Cuando íbamos llegando al cuartel, los policías oyeron los tiros y se tiraron al guindo, chingos, porque los agarramos durmien-do. Lo bueno fue que dejaron los pantalones con la plata. “Como a las diez de la mañana del día siguiente llegó el correo, que antes era a caballo, y nos dijo que se topó a los guardas y al jefe del Resguardo, que iban casi en pellejo, y que ya iban por donde está ahora la recta de Santa Ro-sa, que es entre Cuajiniquil y la Hacienda. “Tomamos el cuartel. También tomamos el llano de ´El amo´, que era donde aterrizaban los aviones. Ahí están cuatro compañeros enterrados. El armamen-to no era suficiente. Lo tuvimos que dejar todo botado. La mayor parte de esa primera contrarrevolución era gente de La Cruz. El Doctor Calderón venía con

Page 19: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

nosotros, y también el comandante departamental de Rivas, quien venía en fa-cha de civil. “Nos devolvimos para Nicaragua. Me tenían sentenciado. Estuve diez años allá, con mi familia. Salimos para allá en el año 48 y entramos el 8 de junio de 1958, cuando entró Echandi y firmó la amnistía. Ese día entramos todos con el doctor. Lo recuerdo como si hubiera sido ayer. “En Nicaragua trabajé en La Hacienda El Naranjo, que estaba en el propio lími-te con Costa Rica. Yo venía a platicar con los ticos, en el propio mojón, con el cuartel al frente”.

En Coyotepe, en el 55 “En el 55, yo fui a Coyotepe. Fui el número 36 del reclutamiento. Llegamos a prepararnos. Era duro. Ahí el que entraba no salía, para no revelar el secreto. Éramos del primer grupo, de los primeros sesenta. “Me acuerdo que ahí estaban Eduardo Mora, que fue el que me llevó, y que acaba de escribir un libro sobre eso, ´Pencho´ Alvarado, Federico Collado y Abel Pacheco. Don Abel se entrenó y peleó a la par mía en Santa Rosa. Empe-zamos a las 2 de la tarde y terminamos a las 7 de la noche, sin descansar. Ata-camos con rifle corto, y nos extendimos quinientos metros. Como se fueron reti-rando, usamos los morteros. “En el 55 no ganamos porque intervino la OEA. Estábamos muy bien prepara-dos para llegar hasta San José. En el encuentro de Santa Rosa, que le deci-mos la batalla de Los Puercos, por la cercanía con la quebrada de Los Puer-cos, asalté una trinchera y agarré prisionero a Carlos Alberto Salazar, que era amigo mío, y a tres periodistas, dos de la BBC de Londres y uno de Francia. “Los llevábamos el doctor José Joaquín Salas Villegas y yo. Llegamos hasta la entrada del camino de Cuajiniquil. “En Coyotepe éramos cuatrocientos hombres, y los que tomamos parte de la batalla de Los Puercos fuimos el cuarto pelotón de la Compañía B, que era donde también venía Abel. “Los demás se quedaron replegados un kilómetro atrás. El primer petolón de la compañía A era mandado por Franklin White. Ellos se quedaron en la bajada de Santa Rosa, por si acaso nos atacaban por la espalda. “A las 7 de la noche, fuimos a reconocer los muertos, agarramos 86 prisione-ros. Les dijimos ´den un paso adelante los ticos´, y eran sólo seis. Los demás eran de la Legión Caribe. Entre los seis había un viejito que era baqueano de ellos y que toda la vida fue empleado de Santa Rosa, un viejito de apellido Ma-ta. Si la OEA y estos extranjeros de la Legión Caribe no se nos hubieran atra-vesado, hubiéramos botado del poder al viejo Pepe”.

Barbero de Somoza “Desde antes de Coyotepe conocí a Somoza, era amigo de ellos desde que estaba en La Cruz. Me conocí bien tanto con el viejo como con Tachito. La cón-sul de ellos en Liberia era Lenina Morice, hermana de mi esposa. De ella me hi-ce amigo, y un día me llevaron a ´La curva´, que era donde estaba Tachito. Es-tuve con el viejo. Hasta lo rasuré. Cuando había estado don Teodoro, yo llega-ba a hablar con él y a arreglarle la barba, porque me hice barbero en Liberia,

Page 20: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

con mi hermano, siendo un carajillo, pero no la ejercía. Sólo me servía con los amigos. “Un día llegué a ver a don Teodoro, y no había llegado el barbero de Somoza. Don Teodoro se barbeaba sólo conmigo. Lo estaba barbeando cuando pasó el viejo Somoza, y me dice ´ah, vos le hacés a esa chochada´. Así fue como em-pecé a ir para hacerle la barba a los dos. El viejo Tacho era muy gordo del pe-cho, y entonces, me quedaba todo el pellejo del pescuezo como pa´meterle la cuchilla. Él me decía ´cuidado te pasa la del barbero que le puso la navaja al dictador´. Es que había un cuento de un dictador a quien lo estaban barbeando. Cuando tenía la navaja en la pura pelota de la garganta, le dice al viejo ´¿quién manda aquí?´ ´Vos, hombre´, le dijo el dictador, pero apenas terminó, lo mandó a fusilar. “Pues le arreglé la barba al viejo Somoza, vos, y eso me hizo que me hiciera amigo de él. Yo me sentía bien con eso, porque me daba seguridad, y ni podía volver a mi país. La verdad es que yo mandaba en Nicaragua. Yo era un jefe para La Guardia. “Cuando eso, en Costa Rica daban diez mil colones por mi cabeza. Es más, a un Orlando Lanza le ofrecieron treinta mil colones por venir a matarme. Me di cuenta, me soplaron y me fui para San Juan del Norte y para Managua. Me mandaban papelitos a la hacienda. Me llegaban anónimos y decían que me querían matar. Imagináte lo que significaba ser amigo del Tacho. Era casi una tranquilidad. “Después me hice amigo de Tachito a través del Coronel Iván Alegrete. Me em-pezaron a presionar mucho y a mandarme muchos mensajes que llegaban del otro lado de la frontera. Creía que me iban a matar. Por eso tuve que dejar la hacienda. Los Somoza me dieron un trabajito. Estuve de ´time keeper´ general en San Juan del Sur. “Luego me dieron un mejor trabajo por medio de la aduana, pero el coronel de la aduana no me quería. Me fui tres días para Managua y le hablé al Tachito de mi problema. Entonces, me pusieron de jefe. Desde ese momento le manejaba los peones que entraban y salían de los barcos. “Después fui jefe de detectives en el Departamento de Rivas e Inspector de Tránsito, aunque sin saber andar siquiera en bicicleta”, dice don Juanillo.

El Delegado Presidencial “Después del 58, me quedé aquí en La Cruz, y me dediqué a la pensión y a la promoción del deporte. Ahora que entró Abel al poder, me dedico a ver el pues-to de delegado presidencial. “He trabajado con todos los candidatos y los presidentes del partido de mi jefe, el Doctor. Trabajé con don José Joaquín Trejos, como jefe del Resguardo en La Cruz, en Liberia, en Tilarán y en Filadelfia. Con Carazo no trabajé porque era un liberacionista que se salió, nada más. Pero nunca fue uno de nosotros. Con Calderón me partí el pecho en la campaña y me dio una chambilla como asesor del comando. Era como un regalo, porque, según él, creo yo, Juanillo Vega ya era un viejito. Era un puesto de adorno. Por eso, sólo llegaba a retirar el pago. Pero qué va para viejito. “Conocí a Rafael Ángel en Diriamba. Lo chinié. Yo iba a ayudar a cuidarlo, cuando era un chamaquito, un bebé. Tenían un cuarto en un hotel. Ahí vivían.

Page 21: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Yo me iba para donde ellos todos los sábados y me devolvía todos los domin-gos. ”Doña Rosarito cocinaba y el Doctor atendía a la gente. Mientras tanto, yo le cuidaba a Rafael Ángel. Yo iba con Mariano Gutiérrez, a quien mataron por la espalda. “El único que del todo no quiso contar conmigo fue Miguel Ángel Rodríguez. Abel le fue a decir que yo quería ayudarle de delegado aquí en La Cruz, pero me mandó a decir que yo estaba muy viejito. Yo sé que la verdad es que una diputada de por aquí se opuso. “En cambio, ahora soy ´pelota´ con Abel. Aquí le ayudo a Pacheco a que las cosas caminen bien. Honradamente, hago un trabajo de fiscalización para que todos trabajen como se debe. Lo que me interesa es proteger al pueblo. Por eso, aquí atendemos a cualquier hora y todos los días. Atiendo en mi casa. No necesito oficina. A los 99 años de edad, y con casi medio siglo sin despegarme de La Cruz, ya cualquiera llega a mi casa hasta con los ojos cerrados. “Una de las hijas mías, María del Carmen, es mi asistente, y no cobra ni un cin-co por su trabajo. Yo atiendo a la gente y ella les hace las cartas de recomen-dación para que yo las firme. “Lo que han dicho otros es que yo estaba muy viejo, pero yo estoy cuerdo, per-fectamente. Cuando me dicen que no me pueden dar trabajo, les digo que no saben de historia, porque Matusalén murió de 300 años y dejó preñada a la es-posa. “Estoy trabajando muy contento. El problema con nosotros es que a Pacheco le dieron la olla sin atol. “Yo soy amigo de Abel, y soy leal a los amigos. Me voy a partir el alma para ayudarle. Abel me recuerda al Doctor Calderón Guardia. Con él, es como vol-ver a vivir todo lo que nos ha pasado. “He tenido buenos amigos con quienes he compartido la cercanía con el Doc-tor, como don Guillermo Villalobos Arce, don Rolando Laclé, don Longino Soto, y el doctor Aguilar Peralta. “Disculpe que a cada rato tenga que ir al baño, es que estoy mal de la prostitu-ta, eh, perdón, de la próstata. Mis hijos me van a regañar por lo que digo. Bue-no, yo creo es que lo mejor es que cerremos, está larga esta entrevista, ¿ver-dad? “Sólo escribíte ahí que significa un gran honor ser delegado del presidente. Se lo agradezco a quien me nombró, después de a Dios. He conseguido muchos favores para el cantón. Es que he sido muy ´cucharilla´ en La Cruz. “Por ejemplo, yo tuve que ver con el colegio. Fui directivo cuando aquello era una zompopera. Se hizo la planta física a punta de trabajo. Y también he tenido que ver con las fiestas cívicas. Pero donde no hay quien me quite el sombrero es en el deporte”.

El tata del futbol “Yo soy el tata del deporte en La Cruz desde 1940. Con orgullo lo digo. Todos los empleados del banco, del seguro, del colegio, han pasado por mis manos en una cancha de fútbol. Lo que hay joven aquí y que componga algo es hecho mío. “Ha sido un asunto personal. He formado un montón de equipos. El primer equipo de fútbol fue ´El Café Negro´. Cuando eso, no había plaza. Y la pusimos

Page 22: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

donde está ahora el kiosko del pueblo. Botamos palos y piedras en el guindo, y ahí hicimos la primera plaza de La Cruz. “A un señor que trabajaba con el chino del negocio le decían ´Café Negro´, y le pusimos así al equipo porque por debajera nos daba plata para que hiciéramos la plaza. “Después, siendo presidente el Doctor Calderón Guardia, mandaron a hacer la cañería. Vino una gente de Heredia, un Crespo, un Padilla, y con ellos comen-zamos a hacer otro equipillo. “Así venimos levantando equipos, con criollos y con extranjeros que venían a trabajar. A todos los cartagos los metimos a la plaza. “Una vez fuimos a jugar con el Diriangel, en Diriamba, y nos llevamos al portero de Heredia, que era amigo de los que trabajaban en la cañería. Ellos lo conven-cieron. Nos fuimos a caballo, pero a él le pagamos el pasaje en avión entre to-dos, y lo fuimos a traer a Managua. Era un portero tan fiebre que en el avión venía uniformado y con la bola. Le ganamos al Diriangel 2 a 1, siendo el cam-peón de Nicaragua. “Nos atendieron muy bien. Llegó el comandante Álvaro Valle, a quien le decían ´Che´ Valle. Él conocía La Cruz, y dijo ´¡qué barbaridad! ¿Cómo va a ser que un equipito de La Cruz le gane al campeón de Nicaragua? ¿Saben donde que-da ese pueblito? Donde el diablo dejó el cerote y se devolvió…´ Nos cayó bien mal, pero tenía razón. “Con los equipos íbamos a caballo por toda la provincia. Salíamos a Quebrada Grande, Cañas Dulces, Filadelfia, El Paso del Tempisque. Ahí nos metíamos una emborrachada después del juego, porque había una fábrica de guaro. Uno sólo tenía que abrir la llave. “Tuve varios equipos y yo mismo los entrenaba. El ´Edwin Arrieta´ en Liberia, ´Las Estrellas del Norte´, el ´Chale Molina´, el ´Sequeira´. Cada uno llevaba el nombre de quien ayudaba. El último fue el ´Sánchez Platero´. “Y el mejor para mí fue ´Los tigrillos´. Le puse ese nombre porque cuando estu-ve en Cartago, el Salesiano tuvo un equipo que se llamó ´Los Once Tigres´. Eran buenos, una muchachada que sí sabía jugar futbol. Los míos también. Recorrimos la provincia dos veces, pueblo por pueblo. Nadie nos ganó. En el único lugar donde nos empataron fue en Los Ángeles de Tilarán, 1 a 1, y segu-ramente porque La Negrita les echó la mano. “El estadio de La Cruz lleva mi nombre. Yo ni sabía. Casi me muero cuando me di cuenta. El terreno del estadio era mío. Se agarró como plaza, y un día vi que estaban cerrándola, pero no dije nada, porque, de por sí, cuando me fui para Nicaragua pasó a ser de la municipalidad. “Cuando ya la plaza estaba hecha un estadio, me invitaron para un desfile que para la inauguración, y que tenía que ir adelante Juanillo Vega. Bueno, ya veni-mos, con la gente de la escuela y del colegio. Había un trapo con la bandera de Costa Rica. Me pusieron a destapar el trapo y casi casi me muero. “Pero, qué va, tampoco así me he muerto. Se joden los que dicen que soy un viejo, porque ya ve, Abel me puso aquí porque sabe que todavía puedo traba-jar, y la verdad es que tengo cuerda para rato”.

OJO, agosto 2004

Page 23: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Padre Edwin Antonio de Jesús Baltodano Guillén

Gran embajador de Liberia

Es cura y poeta. La poesía es una forma de religión. Es una religión. Pero él tiene dos religiones. Y aunque Huidobro dice que el poeta es un dios pequeñito, el padre Baltodano tiene su Dios, con ´d` grande. Eso no le quita que sea feliz en festivales de poesía y en encuentros de poetas, que fue donde lo conocí. El Padre Edwin Antonio de Jesús Baltodano Guillén nació en Liberia, el 13 de junio, el día de San Antonio, de 1926. Hijo de Aristides Baltodano Briceño, quien fue maestro y diputado, así como secretario de la Asamblea Legislativa, y sobrino de Edgardo Baltodano, también maestro, y de Enrique Baltodano, médico. En Guanacaste su familia es legendaria. Su mamá, Belén Guillén Acuña, fue maestra en la Escuela El Carmen de Puntarenas. Su papá fue director de la Escuela de Tilarán. “Crecí en San José, mejor dicho, en el Valle Central, porque cuando tenía 6 años mis papás se vinieron a vivir primero a Cartago y después a San José, aunque para las vacaciones íbamos a Liberia. En aquel entonces, no había colegio en Liberia. El Instituto de Guanacaste se fundó en 1945. En ese año ya yo estaba en el Seminario Central, donde entré en el año 44. “Devolvámonos a la escuela. Los dos primeros años los hice en la Escuela Juan Rudín, que era la que quedaba más cerca de mi casa, en el Paseo de los Estudiantes, calle 9, avenidas 6 y 8. Después estuve en la Escuela Buenaventura Corrales, porque al regresar de unas vacaciones no hubo cupo en la otra escuela para ninguno de mis hermanos. “Estuve en la Buenaventura Corrales de tercer grado a sexto grado. Mi maestra fue la misma que la de Don Beto Cañas, doña Noemí Morales. En aquel entonces, se acostumbraba que una maestra tomaba un grupo de primer grado y lo tenía hasta sexto grado. Cuando doña Noemí dejó el de Don Beto tomó el mío, pero yo me integré a ese grupo en tercer grado. “Stanley Vallejos Lestón fue compañero mío. Llegó a ser un gran abogado. Estuvo mucho tiempo en la Corte Suprema de Justicia y fue el fundador del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Ya murió. Curiosamente, me tocó asistirlo. “Luego entré al Liceo de Costa Rica. Entre mis compañeros estaban Eugenio Rodríguez Vega, Alfonso Carro Zúñiga, Roberto Losilla, Isaac Sasso, uno de los Simón de la tienda Simón, abogados como Raúl Sequeira, ingenieros como Eduardo Flores Vargas… De los compañeros quedamos poquitos. “Desde muy pequeño, yo quería ser sacerdote. Cuando yo estaba preparándome para Primera Comunión, me nació la idea de ser sacerdote. Lo dije desde pequeño. Los compañeros empezaron a vacilarme, pero como yo era firme, en el colegio me respetaban. “El liceo era anticlerical. Ahora, después de reunirnos tanto tiempo después de haber sido compañeros, dicen que es muy bonito tener un compañero sacerdote”.

El miedo de sus papás

Page 24: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Tengo cosas bien interesantes para contar. Cuando yo empecé a pensar en hacerme sacerdote, mi papá estaba opuesto. Creo que estaba opuesto con razón, en el sentido de que el cura de Liberia había ahorcado los hábitos. Se llamaba el Padre Pedro. Había nacido en un pueblecito catalán. “Ahorcó los hábitos siendo cura de Liberia, y se quedó en Liberia, a cincuenta varas de la casa cural. Mis papás decían, ´si este muchacho se nos hace cura y después ahorca los hábitos, ¡qué deshonor para la familia!`. “Para los del liceo, ser sacerdote es la peor profesión que puede haber. La verdad es que tengo que decir que mis papás respetaron mi decisión. Un día de Guadalupe, 12 de diciembre, hice mi último examen de bachillerato, en el 43. Cuando saqué el bachillerato, ya había hablado con mi familia, y me dijeron que escogiera lo que quisiera. “Ya en el Seminario, era compañero del mismo curso de Monseñor Morera; iban adelante Monseñor Troyo, Monseñor Arrieta, Armando Alfaro… Estuve seis años, dos años de Filosofía y cuatro años de Teología. Las clases eran comunes. El curso de Filosofía era una sola clase. Incluso, uno podía entrar al segundo año de filosofía y después hacía el primero. Era un grupo pequeño, de modo que, cuando yo llegué a segundo año, no entró ninguno a primer año, los dos que iban a entrar se fueron al extranjero, y quedamos sólo cuatro alumnos para un curso. “Cuando estaba seguro de ser bachiller, llevé la carta a Monseñor Juan Vicente Solís Fernández, herediano, cura párroco de San Ramón durante 30 años, después obispo… Era todo un personaje. Incluso fue diputado también siendo cura de San Ramón. “Hice la solicitud al obispo, pero para presentar esa carta necesitaba el consentimiento de mis padres para entrar al Seminario Mayor. Cuando fui ordenado, mi primer cargo fue el de secretario de Monseñor Solís, en Alajuela. “La razón era muy sencilla: Monseñor Solís se había quedado sin secretario. Tenía que buscarlo. Yo había aprendido a escribir a máquina en el liceo. Daban clases de mecanografía. Me sirvió mucho estando en el seminario. Éramos muy poquitos lo que escribíamos a máquina. Uno que sabía escribir a máquina era el Padre Antonio Troyo Calderón. “Estuve de secretario dos años y medio, porque en aquel entonces querían enviarme a estudiar. Fui a estudiar a Salamanca. Decidieron que podían enviarme con la suerte de que Monseñor Solís consultó con Monseñor Sanabria, para ver qué me enviaban a estudiar. Tenía el deseo de estudiar catequesis. Como estaba de secretario, decidieron que fuera a estudiar Derecho Canónigo o Canónico. Monseñor Solís recomendó que me mandaran a Salamanca, porque ahí eran expertos en Derecho. “Me mandaron con una beca. No tuve que pagar matrícula. La beca era para alimentación y estadía. Estuve en el Colegio Hispanoamericano de San Vicente. Por eso, estuve en el año 50, el año 51 y setiembre del año 52 de secretario del obispo. En España, estuve tres años. Estuve dos años en la universidad. Podía haberme quedado otro año. Uno sacaba la licenciatura y se quedaba haciendo una tesis. No quería ser doctor. Con sólo la licenciatura era suficiente, pero a mí lo que me interesaba era estar en una escuela de directores de ejercicios espirituales. Me contestó que sí, pero que estudiara Periodismo, porque él me veía vocación para periodista pues yo escribía en una revista que teníamos en el Seminario.

Page 25: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“El obispo me dijo que estudiara Periodismo o Acción Católica. Traté de ver cómo complacía a mi obispo. Fui a la Escuela de Periodismo. Eran seis años. Pude inscribirme como alumno oyente escogiendo algunas materias. “Tuve como uno de mis profesores al director del Seminario de Vitoria, Ángel Sukía. Después fue cardenal. Otro de los profesores era un enamorado de San Ignacio de Loyola, e hizo su tesis sobre ejercicios espirituales. Nos dio un curso maravilloso. “Estuve en España hasta agosto. Después pasé a Nueva York. Quería estudiar inglés. Ya había aprendido francés en Francia, en un curso de verano. Yo he sido bueno para los idiomas porque no me da miedo. Me lanzaba a hablar. Estuve en Nueva York unos meses. Después fui a visitar a una hermana mía. Regresé en enero de 1956. El obispo me nombró coadjutor de Alajuela, con la gran ventaja de que seguí viviendo en la misma casa del obispo. Él ya tenía su secretario, pero seguí viviendo con él”.

Viaje a sus orígenes “Estuve de coadjutor de Alajuela hasta que me nombró cura párroco de mi pueblo, Liberia. La razón es que el padre de esa comunidad murió. Se llamaba Fernando González Saborío. Fue en agosto de 1957. “Estuve cuatro años en Liberia. Antes, quiero contar un viaje interesante y anecdótico que hice a mi tierra unos años antes. Me tocó ir a celebrar mi primera misa en Liberia por tierra. Duré dos días. De San José salimos con los seminaristas. Fuimos de San José a Puntarenas en bus, en un viaje de cuatro horas. Dormimos en Puntarenas. Después tuvimos que madrugar para seguir hacia Liberia. Ya estaba la trocha, estaba recién hecha la trocha. En verano se podía pasar porque el mayor obstáculo era pasar los ríos que no tenían puente. Había que pasar por dentro, por el río. El gran problema fue el río Colorado. Cuando llegamos ahí, no hay paso, pero como no hay problema sin solución, que es mi lema, lo que ocurrió fue que el bus se quedó al otro lado. “Pasamos y al otro lado había un camión. ¿Cómo pasamos? Bueno pasó un jeep, que sí podía esquivar el escollo del río, y en ese jeep íbamos monseñor y yo. “Pasadas las doce de la noche llegamos a Liberia. Celebré mi primer misa el 29 de diciembre de 1949. Cuando regresé, ya como cura párroco estuve al frente de la parroquia de Liberia desde finales de 1957 hasta noviembre de 1961. Siendo cura párroco, me tocó recibir al nuevo obispo, Monseñor Román Arrieta, que tomó posesión el 12 de octubre de 1961. “El día 13 de octubre, o sea, sólo un día después de haber sido ordenado obispo, me nombró Vicario General de la Diócesis de Tilarán. El Vicario General es el segundo de a bordo. Yo tenía pensado desde antes ir a hacer un curso del Movimiento Pro Mundo Mejor, en Rocca di Papa, a veintidós kilómetros de Roma. Pensé que no iba a poder ir al curso, pero la Divina Providencia hizo que un padre de El Salvador decidiera venirse para la diócesis de Tilarán, y Monseñor Arrieta me dejó ir al curso porque ese sacerdote salvadoreño pudo suplirme. “Fui Vicario General de la Diócesis de Tilarán prácticamente todo el tiempo de Monseñor Arrieta, aunque él nombró otro Vicario General, después de que me fui a hacer un curso sobre Pastoral en Quito, Ecuador. Lo hizo para que yo me dedicara a la Pastoral”.

Page 26: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

En Colombia y en El Salvador “Entonces, estuve en 1961 el curso Pro Eclesia, del Movimiento por un mundo mejor, eran tres meses, en Rocca di Papa. El Movimiento por un Mundo Mejor restaba dirigido por el padre Ricardo Lombarda. Me entusiasmó tanto ese curso que le pedí permiso a mi obispo para trabajar en el Movimiento por un Mundo Mejor durante dos años. Entonces, después de muchas cartas, idas y vueltas, regresé aquí. Estuve como dos meses aquí, en Costa Rica. “Y después me fui a Colombia. Era parte de mi destino trabajar por el Movimiento por un Mundo Mejor. Estuve allá en 1962, desde abril hasta noviembre. De Colombia pasé a El Salvador, para continuar en el Movimiento por un Mundo Mejor. Como cosa específica daba unos cursos de ejercitaciones espirituales. De ahí pasé al curso completo. Estuve en El Salvador hasta 1964, durante dos años. Aunque se trabaja en equipo, primero me tocó alojarme en el Seminario de El Salvador en un lugar que se llama San José de la Montaña. Estaba como rector del Seminario Rutilio Grande, primer mártir de la Guerra Civil de El Salvador. Después de estar con nosotros, decidió trabajar en Aguijares, cerca de San José de la Montaña, y ahí fue asesinado. “Me tocó ser compañero de él en el Seminario Mayor. Estuvimos unos dos meses. Pero después tuve la oportunidad de ser compañero de él, más extensamente en otro curso que se dio en la Ciudad de Guatemala, para los Vicarios de Pastoral de Centroamérica. “Se dio unos meses antes de que mataran a Rutilio. Cuando salí de El Salvador, regresé a Costa Rica, a mi diócesis. Monseñor Arrieta me nombró en el año 64 cura párroco de Las Juntas de Abangares. Estuve como seis meses. Oficialmente, estuve sólo tres meses. Los otros tres meses tuve que suplir a Monseñor Arrieta o al Padre Morera, que estaban en el Concilio Vaticano Segundo. “Tilarán es mi otra tierra. Estuve cinco veces distintas en Tilarán. Después de Las Juntas de Abangares y Tilarán, estuve en Nicoya, en el año 65. En enero de ese año, empecé como cura párroco de Nicoya, y estuve en la ciudad colonial durante seis años. Después de Nicoya pasé de nuevo a Tilarán. Todavía estaba oficialmente como Vicario General, pero prácticamente como Coadjutor de Tilarán. Estuve unos meses más. De ahí me fui al curso de Quito, Ecuador, en el año 71, a un curso de Pastoral. “Cuando regresé, Monseñor Arrieta me nombró Vicario de Pastoral, primero como año y medio. Al mismo tiempo, tuve que suplir al padre Bara, en Hojancha. En 1973, me nombró cura párroco de Puntarenas, y en 1974 pasé otra vez a Tilarán para integrar el equipo de Pastoral de Tilarán, formado por tres padres, Armando Hernández, Fernando Quesada y yo. “Estuvimos trabajando, atendiendo la Pastoral, programando cursos de toda clase para la gente. Estuve en eso hasta 1979. En esos años, el Padre Barrantes estaba en San Isidro de El General y en Buenos Aires. Fue a Puntarenas hasta que formaron la diócesis. Entonces, siendo secretario de Monseñor Solís, fui a Buenos Aires donde él, que fue cura párroco de San Isidro y atendía toda la zona. Ahí conocí de cerca a quien ahora es arzobispo de San José”.

Page 27: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

De vuelta por España “A fines del 87 volví a España, debido a que unos años antes, me habían nombrado parte del Tribunal Eclesiástico de Costa Rica, como uno de los jueces, debido a que había estudiado Derecho Canónico del Primer Código del siglo XVII. Ya se había publicado el nuevo código del 83 y yo tenía que actualizarme en Derecho Matrimonial. Fui a hacer el estudio en la Universidad de Comillas, en Madrid. Fui a recibir el curso del matrimonio. Fue de octubre del 86 al enero del 87. Estuve tres meses en España. “Volví en enero del 87. Estuve un mes en Puntarenas. Pasé a Tilarán nuevamente, hasta 1990, en enero, porque, acertadamente, tenía allá a mi compañero, Monseñor Morera, y le pedí un año sabático, sin compromiso parroquial, con el fin de ir a actualizarme. “Decía Monseñor Sanabria que uno nunca termina de estudiar. Le pedí ese año para estudiar y para estar con mi familia. Mi familia es enorme. Fuimos once hermanos, pero dos murieron muy pequeñitos. Quedamos nueve, los dos mayores ya fallecieron. Ahora somos siete. “Nunca pensé en dejar el sacerdocio. Cada día estoy más enamorado del ministerio, máxime en estos últimos años. Este enamoramiento es como el vino de las Bodas del Canaán, entre más viejo, mejor. “El año sabático lo fui a pasar a Zapote. Como no pude conseguir ningún curso que me sirviera, lo que hice fue asistir a las clases de Sagrada Escritura del Seminario Central, las clases del padre Murguía y del padre Sancho. Eso me trajo cola, porque como iba a esas clases, y estaba de rector el Padre Francisco Ulloa, quien había sido compañero mío como Vicario de Pastoral. Habíamos hecho un curso en Antigua, Guatemala. El padre Ulloa encontró que faltaban directores espirituales. “Entré al Seminario con el padre Juan Bautista Quirós. Entré como director espiritual. Así estuve el primer año. El segundo año empecé con otros cargos. Me heredó más de un puesto el padre Ulloa. Como se fue para la Basílica, el padre Villalta me heredó las clases de Pastoral Fundamental, del padre Ulloa, y me pusieron de secretario. Estuve siete años. “Después presenté mi renuncia, porque era la única forma para que los compañeros entendieran que no podían tener un profesor en una universidad de más de 70 años. Se los había dicho una y otra vez. No me aceptaron la renuncia, sino que me mandaron al introductorio, al nuevo. Fue cuando se estrenó, en La Garita, en Barrio San José de Alajuela, cerca de Manolos. Estuve ahí cuatro años, del 99 al 2002. Entonces, me aceptaron la renuncia porque cumplí los 75 años, fundamentado en el Derecho Canónico”.

De vuelta a Liberia “Después me fui para Liberia. Celebro misa allá todos los días, y hace poco fui a visitar a mi hermana en Los Ángeles, durante cuatro meses. “Sigo trabajando en Liberia. ¿Dónde va el buey que no are? Mi hijito, el padre con toda la razón, cuando tenga un huequito, me llama. Mientras tanto, celebro todos los días en el Colegio de las Hermanas de Santa Ana, en la capillita, a las 5 de la tarde, algunos días también a las 5 y media de la mañana, y los sábados a las 7 de la mañana.

Page 28: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Estos últimos años también he podido desarrollarme como poeta, que lo he sido desde siempre. Es toda una historia. Cuando estaba en Puntarenas, con ocasión de la fiesta de Mora y Cañas, en que hacen esa conmemoración, van los colegios hasta el parque Mora y Cañas, le piden al padre que diga unas palabras. Los muchachos no ponen atención para nada, se me ocurrió, ponerme a hacer un garabato, me puse a escribir un poema. Al año siguiente, la misma cosa. “Después, Guadalupe Elizalde me ha dado clases. He tenido una tallerista. Cuando llegué al Seminario, se me ocurrió hacer unos versitos para fechas y celebraciones importantes. Escribo con métrica y rima perfecta. Ahora, hasta me invitan a los festivales internacionales de poesía. Es una maravilla. La vida me ha traído sorpresas, incluso ahora, ya de viejo”.

Inédito, junio 2005

Page 29: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Guadalupe Mora Jiménez

El gendarme de la Iglesia Colonial de Nicoya La Iglesia Colonial de Nicoya es una gran reminiscencia de los primeros siglos después de la colonia. Es un espacio donde el pasado le gana al presente, una puerta al ayer más lejano de la vida del país. Hace unos siete años, conocí en ese lugar a Don Guadalupe Mora. Me lo presentó mi amiga nicoyana María Esther Flores, sicóloga y comunicadora, quien fue la primera persona que me presentó a grandes personajes guanacastecos que no podemos olvidar. Don Lupe es una institución en la historia reciente de Nicoya. Por muchos años fue quien resguardó los tesoros de la ciudad colonial de Guanacaste, y quien se convirtió en el mayordomo de la iglesia, algo más que un capellán, algo menos que un cura… Sencillamente el guardián del tesoro. Años después, hace unos meses, a propósito de un paseo familiar, decidí quedarme un día más en Nicoya para visitar a Don Lupe, a quien le dediqué un programa en canal 2 cuando María Esther me hizo el gran favor de llevarme a conocerlo. Nono Antillón dirigía el programa “Con Asombro” y ahí yo tenía un espacio de reconocimiento de grandes valores y encantamientos, que se llamaba “El milagro”. Esta vez, años más tarde, ya no estaba don Lupe en la iglesia, y me costó un trabajo de varias horas conseguir que alguien me explicara qué había pasado con él. En una esquina donde venden lotería y chances, una señora me contó que lo separaron de su pasión, que era la iglesia colonial, luego sufrió un derrame cerebral y ya estaba muy mal, en una pequeña casa de un barrio humilde de la ciudad. Hasta allá fui a dar con mi asombro por la situación de don Lupe. Lo encontré en una casita sencilla, que no se está cayendo, pero que es muy pequeña, muy humilde, muy desprovista como para que hayan tirado ahí el pobre cuero de aquel hombre que ha sido tan significativo para resguardar la historia de Nicoya. En el barrio La Granja de Nicoya, a un kilómetro del centro, en el residencial Curime, en una casa sin cielo raso, con los sillones ajados, y la impresión de que adentro hay muchas más cosas de las que caben. Ahí espera la muerte el hijo predilecto de la ciudad de Nicoya, el señor Guadalupe Mora Jiménez, gran defensor de la tradición de la señorita, la Virgen María, entrañable madre y mujer que no ha conocido hombre, que vive en el imaginario y en el corazón de los nicoyanos. En una de las paredes, hay un cuadrito insignificante en su apariencia, que no es sino el registro de la supuesta gratitud de la comunidad de esta ciudad con don Lupe. Dice el papelito que se le otorga en la legendaria ciudad de Nicoya, ciudad de la cultura Chorotega, a los 25 días del mes de julio de 1989, la condición de hijo predilecto de la ciudad, y pienso que para qué tanta pomposidad si pocos recuerdan la obra de este gran promotor de la cultura, la tradición y el alma de Guanacaste. Indagando, me entero que después de que sufrió el derrame cerebral, don Lupe vendió la casa, parece que por mala influencia de un familiar, una casa colonial donde vivía, como en su charco, y que se fue, no, más bien que se lo llevaron para río Oro de Santa Ana.

Page 30: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Como decimos en el campo, don Lupe no se halló allá, y le tocó a su familia conseguir la manera de regresar con él para Nicoya. El hombre quería morir por estar tan lejos del paisaje que lleva en el corazón.

Vuelta a sus orígenes Ahora lo tienen de vuelta en su Nicoya, pero no es la manera más digna de atender en sus últimos años a un tótem de nuestra historia. Don Lupe nació en Nicoya, el 12 de diciembre, de 1924, hijo de Gonzalo Mora García y Hortensia Jiménez Mena. Ahora que está enfermo, ya no habla, y ante cualquier pregunta se pone a llorar. Tuve que volver a una copia de mi entrevista de televisión con él, de más de un lustro antes, para recordar datos y vivencias. Lo que sigue fue extraído de mi entrevista para canal 2, años antes... “Me crié en Nicoya. Mi papá era tinterillo, y mi mamá, ama de casa. Éramos doce hermanos. Estudié en la Escuela de Nicoya, la Escuela Leonidas Briceño, llegué hasta sexto grado. “Desde la edad de 10 años viví en la iglesia. Me gustaba la Iglesia Colonial. Su estructura me atraía de manera muy especial. Aquí había un sacerdote, Agapito, que quería que yo me hiciera sacerdote. Él tenía la idea de llevarme para España. Hicimos todo para que yo me pudiera ir con él. Como decir que nos íbamos mañana, pero que el padrecito muriera hoy. El día antes de la salida para España, el Padre Agapito amaneció muerto. “Él quería que yo me hiciera sacerdote, y la verdad es que yo también quería. Como murió Agapito, me quedé aquí, en la iglesia. Ya era monaguillo. Fui monaguillo desde los diez años de edad. Seguí en la iglesia, como si fuera mi verdadera casa. “Por tiempos tenía que salir a trabajar, y me casé muy joven. Anduve rodando por Tilarán, pero siempre volvía a esta iglesia. “Estuve trabajando en la construcción de muchas calles de la zona. Como me casé muy joven, rapidito tuve que asumir responsabilidades. “Sin embargo, nunca he abandonado la iglesia, y llegó el momento en que de nuevo pude hacer que la iglesia fuera mi principal preocupación, mi tema de mayor interés. “Como no pude ser sacerdote, como premio por mi labor en la Iglesia Colonial, en el año 73 me dieron un diaconado acólito. Tengo todas las fotos de cuando me ordenó Monseñor Arrieta. “Como Monseñor Arrieta era el obispo de Tilarán, yo lo conocí de cerca. Trabajé cincuenta y cinco años en la iglesia. Fui ordenado lector de la palabra de Dios y acólito para el servicio del altar. Realmente lo único que no podía era bautizar, casar ni confesar. Bueno, podía bautizar en un caso de emergencia. “Celebré misa por mucho tiempo. Me mandaban los sacerdotes a los pueblos, porque ellos no podían, no daban abasto. “Incluso, un día celebré en San José, con el permiso de Monseñor Arrieta. La iglesia significa mucho para mí, y el templo colonial de Nicoya es como la materialización de ese orgullo mío por la iglesia. Yo pasaba todo el día en ese templo. “Me metía a la iglesia por las mañanas, y a veces pasaba todo el día muy ocupado con las actividades y las obligaciones que generaba el atender el templo.

Page 31: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Todo el tiempo vivía hasta aquí de deudas, porque nunca le decía a los sacerdotes lo que hacía falta. Yo mismo me encargaba de conseguir lo que hiciera falta, aunque fuera con dinero mío”.

Sacrificio por el templo Su esposa, María Jiménez Cambronero, cuenta que fue la familia la que tuvo que soportar privaciones y pobrezas por la pasión de don Lupe por el templo colonial de Nicoya. “Por lo menos veinte años viví sola en mi casa, porque Lupe primero estaba casado con la iglesia y después conmigo. Cuando los sacerdotes no estaban, le decían, ´Lupe, hoy te toca celebrar a vos porque nosotros no vamos a estar`. Dicen que en Costa Rica solamente hay dos con ese Ministerio. Como Lupe era uno de ellos, a nosotros nos tocó soportar el honor con sangre”, dice doña María. “Ahora que está tan enfermo, nadie se acuerda de él. Estuve nueve días en el hospital y siete horas en coma. Antes de eso, le dio un derrame, hace ya tres años. Posteriormente se fracturó el fémur, y todo se complicó. “Un día lo hallé muerto ahí donde está sentado, y un vecino lo comenzó a auxiliar. Tengo cuatro años de llevar así la vida. Es una vida de sustos y de congojas. “Él vivió acostumbrado a la multitud, a que la gente lo buscara para una cosa y para la otra. Dejó ahí, en la Iglesia Colonial de Nicoya, parte de su niñez, su adolescencia, su juventud, su vida... “Es un hombre de los que ahora cuesta hallar. Es un hombre como hay muy pocos. Sin embargo, me parece que ni la iglesia le ha pagado como él se lo merece. Él no es pensionado por la iglesia, es pensionado por la Caja. “Cuando los españoles se fueron de aquí, lo querían dejar pensionado, pero él no quiso, dijo que él estaba joven todavía. “Creo que no debiera ser. Pienso que lo descuidaron, lo abandonaron, como si pensaran ´ese ya no sirve`. Entonces, lo apartaron totalmente. De los sacerdotes de aquí nadie viene a verlo. “Desde el 89 lo quitaron de la iglesia, pero todavía pasó en los años 90 bien metido, aunque ya los padres no lo veían con los mismos ojos. Cuando comencé a trabajar en el hogar de ancianos, en el año 90, porque no alcanzaba con la platica de Lupe, ya él no estaba en la iglesia. “Teníamos una casa colonial, la vendió, regalada la dio, en cinco millones, como en el 2000… ¿Usted sabe lo que es vender esa casa en cinco millones? Eso no es otra cosa que la pura necesidad. “Lupe recibe de pensión 48 mil. Eso no es nada. Sólo de casa pagamos 40 mil. Imagínese”. En eso llega un niño y se pone a llorar cuando nos ve con Don Lupe. Doña María nos explica. “A este niño, que es nieto, lo tenemos desde que nació”. Le pregunto cómo se llama. Me dice que Juan Diego Mora Smith. No deja de llorar. Le duele ver a su abuelito tan enfermo.

Lucha con muchos hijos

Page 32: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

A pesar de su trabajo en la iglesia, don Lupe tuvo que hacer un gran esfuerzo para ver por muchos hijos. Su esposa nos explica. “Tuvimos una lucha con tantos hijos. Lupe y yo criamos a diez hijos, siete que eran de él y tres de nosotros. De los diez primeros, tres estaban fuera, dos casadas y una monja, pero siempre vimos por los demás. Imagínese si me lleva años, que las dos hijas mayores de él son mayores que yo”, dice doña María. “El padre Bara ha peleado mucho para que se haga justicia con Lupe. Este pobre se desvela mucho de noche. Hay noches que uno no duerme de estarlo cuidando”. Se hace un gran silencio. Ella está surciendo algo. Mientras habla conmigo, se queda calladita y unas lágrimas le corren por la montadura de la nariz. -Diego, yo siento a tu papá muy mal, le dice al niño que está sentado a su lado. Luego, se queda viendo las fotos de don Lupe, en todas las paredes, y arranca de nuevo. “Lupe fue prácticamente un sacerdote más en esta zona. Él estuvo en Cartagena, a cargo de la iglesia. Después lo tuvieron en Santa Elena haciéndole las vacaciones al padre. Alguna gente le dice Lupito, y muchos lo conocen como el padre Lupe. “Por eso, para él irse para San José fue una manera de llamar a la muerte. Vivimos dos meses allá, pero cuando se terminó la plata, ya no podíamos estar más en la capital. “Como ya Lupe no tenía dinero, nos vinimos a Barranca, donde una cuñada mía. Pasamos tres meses en Barranca. Lupe ya estaba en silla de ruedas. Después estuvimos un año en Puntarenas. Yo he trabajado siempre. A mí el trabajo nunca me ha faltado. El problema es que lo que me le dan a Lupe no nos ayuda de mucho, y el único hijo que se preocupa por nosotros está sin trabajo. Después, ya conseguimos una casita barata. El problema es que ahora está tan enfermo que le molestan las gallinas y los perros. Por eso, buscamos esta casita. “Cuando mi hijo se fue al mar, Lupe se puso mal, tuve que dejar de trabajar y había días que no teníamos ni una cucharada para darle una taza de café. Un día le dije a un señor que me fiara unos maduros y un queso, hice unas empanadas de maduro con tres mil pesos, las fui a vender, y con eso compré comedera. “A partir de ahí empecé a levantarme a punta de ese trabajito. También hacía tortillas, hacía comida, limpiaba casas y planchaba ajeno. Pero el problema es que no podía dejar a Lupe solo. Si no tenía quién me lo cuidara, me quedaba en las mismas. “Sufrimos mucho porque nuestro hijo, Diego, se enfermó en el mar. Tiene 29 años, es mi paño de lágrimas, y es el que todo el tiempo sale corriendo con el tata. “Viera qué terrible es para alguien como don Lupe terminar su vida así. Siempre tuvimos la casita y nuestras cosas. Ahora no tenemos nada. Yo no tengo pensión, y los 48 mil colones que él recibe no alcanzan para nada. Por dicha, ahora me dieron una ayuda en el IMAS para que me ayude con las cosas de él, comprando pañales, talcos… Hay que usar productos especiales para él, porque padece mucho de los pies y ha tenido una alergia en todo el cuerpo. “La silla vieja se le jodió, y la nueva se la regalaron en Coopeguanacaste, en Santa Cruz.

Page 33: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“La verdad es que estamos mejor, aunque vivimos arrimados con Diego, nuestro hijo, su señora, y el niño, Juan Diego. Me parece que no es un final para alguien como Lupe”. Me pongo a ver lo que hay en la casa: una imagen de la Virgen de Guadalupe, señora, perdón, señorita por la que se desveló don Lupe; un Jesús de la Misericordia; un Jesús de la Buena Esperanza; una Santa Cena; un Jesús de unas oraciones de las que pasan vendiendo, esta vez son en beneficio de unos centros de rehabilitación… Más allá hay un Cristo negro, un Cristo de Santa Cruz, cuna del folclore, que también recibió apoyo de don Lupe. A veces, la Virgen de Guadalupe dejaba que el buen hombre de Lupe se fuera a ayudarle a su hijo quemado, quien, a pesar de sus cenizas, seguía clavado en la cruz en la iglesia del pueblo vecino. Más allá me quedo viendo otra imagen de Jesús. -Es el Cristo roto, como el de la oración, dice doña María, no la Madre de Jesús sino la esposa de don Lupe. “Nos casamos un enero, y para el 15 de agosto siguiente me regaló una Virgen de los Ángeles. Desde entonces, no ha hecho más que darme sorpresas con sus imágenes. Viera la fe que le tiene Lupe a este santerío”, concluye su esposa. Mientras tanto, don Lupe se agarra de los brazos de su silla de ruedas, como si pudiera irse en un abismo, y se queda viéndome, pero con una mirada perdida, que me mira y no me ve. Babea, tiembla, llora. El gran guardián de la Iglesia Colonial de Nicoya no merece un final así.

Inédito, Nicoya, enero 2005

Page 34: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Ulpiano Duarte

La institución viva de la marimba de Santa Cruz

Ulpiano Duarte es el gran marimbero de Santa Cruz, la institución viva de ese instrumento en Guanacaste. El nombre Ulpiano proviene de uno de los grandes jurisconsultos de Roma. Nos vemos en Churrería Manolos, en el centro de San José, pues es un lugar que él frecuenta. Nació el 3 de abril de 1929, en Santa Cruz, Guanacaste, pero no parece de 77 años. Podría pasar por alguien quince años menor. Antes de iniciar la entrevista, vacila con el mesero Luis Padilla. “Mis papás se llamaron Constantino Duarte Moraga y Josefina Arrieta Arrieta. Mi papá era un hombre por los cuatro costados, de los hombres de antes… Mi papá fue destazador de cerdos y destazador de reses. Trabajó mucho tiempo volando pala y también volando hacha, o sea, que era un hombre de verdad. “Papá murió poco después de que se abrió Parrita. Fueron a Santa Cruz a llevárselo para que abriera la primera finca del sur. Trabajó tres meses, cuando regresó a mi casa, fue a morirse. Le dio una enfermedad de antes que se llamaba ´Aguas Negras`. Papá llegó hinchado. Estuvo tres meses así. Cuando él murió, yo tenía seis años. “Éramos dos hijos de padre y madre. Mi hermana murió de 20 años de edad. Mi mamá había tenido cinco hijos del primer matrimonio, cuatro mujeres y un varón. Fue que enviudó y se casó con mi papá. “Mi mamá se dedicó toda una vida a los oficios domésticos. Ella tenía una fonda, y le daba de comer a todo el mundo en Santa Cruz. Mi mamá nunca salió de Santa Cruz. Hacía todo lo que se llama ´comida típica`, hacía comida y vendía. Así nos mantuvo a todos los hijos. “La vida mía, en mi infancia, fue linda. Creo que Dios me ha dado mucho. Yo me asusto por todo lo que me ha dado. Se le ha ido la mano. Digo eso porque imagínese que yo nací debajo del piso, en pobreza. Eran otros tiempos. La sociedad era otra. Los hombres de esa época, los hombres de verdad, se dedicaban a todo el quehacer. Todo el mundo sembraba lo necesario para el año. El hambre, si existía, no se conocía, porque había siembros para toda la gente. Todos compartían lo que les daba la tierra. “Mi papá nos mantuvo así. A las tres de la mañana ya estaba destazando cerdos. Cuando mi papá falleció, hacía falta el hombre ahí. Sin embargo, mi mamá siguió con nosotros”.

Limpiabotas a los 9 “A la edad de 9 años, estando en la escuela, se me ocurrió dedicarme a limpiar zapatos. Para ese tiempo, había que pedir permiso a la autoridad para todo. Ya cuando yo llegué a los diez años de edad era todo un profesional en la materia. Resulta que la casa donde yo vivía estaba cien metros al sur de la Escuela Josefina López de Huertas, al sur de donde estaba la Plaza de los Mangos, que es donde hacen las corridas de toros. Doña Josefina donó la plaza para que los niños de la escuela tuvieran donde jugar.

Page 35: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Diagonal a donde yo vivía estaba un señor que se llamaba Manuel Torres. Le decían Melico Torres. Era herrero. Ese señor me daba 25 céntimos por la mañana, cuando no tenía que ir a la escuela, para que le diera vuelta a la fragua, donde se calienta el hierro. Ahí él tenía un hijo que vale la pena recalcar porque llegó a tener una gran virtuosidad para construir marimbas. Con esto le digo todo: es el mejor constructor de marimbas que hay en Costa Rica. Se llama Miguel Torres Rosales. Vive en Paso Ancho. Es el mejor en lo que hace. “Él y yo nos criamos como hermanos. Ahí comenzamos los dos a tocar marimba. Él toca marimba también, pero cuando aprendió a construirlas, encontró una magia especial en eso. A mí me gustó más ejecutar y componer, y a él le gustó más tocar. Yo muy poco lo veo. Él tiene un grupito. Casi nunca lo veo, pero cuando lo veo, es como si nos viéramos todas las semanas. La marimba nos hermana. “Estando con ese señor, Miguel se fue para la Zona Sur, y yo me quedé. Había un señor que era medio pariente de mi papá, Matías Duarte Sotela. A este señor en aquel tiempo yo lo admiraba por la manera en que tocaba marimba. Por la relación con mi papá, siempre me guardó una estima. Cuando me iniciaba en la marimba, me enseñó a tocar los bajos. Él me contrataba por las noches. Me pagaba un colón cincuenta por tocar de las siete a las diez de la noche, en lo que se llamaba antes en Santa Cruz las parrandas públicas, que es un baile popular donde baila la gente de estratos bajos. Claro que no vamos a hablar lo que no es. La verdad es que la gente que bailaba en las parrandas tenía por fuerza, a juicio de las señoras que ya habían estado en academias de baile, que permitírseles bailar a su modo. “Si no sabía bailar, majar a una mujer de esas era lo mejor que le podía pasar a un hombre. Todas las bailadoras de los bailes populares habían pasado por una academia, pero las de las parrandas públicas aprendían en la calle, que, para mí, es la mejor manera de aprender. “Ahí, en esas parrandas públicas, empecé a tocar marimba de verdad, a la edad de once años. Empecé tocando el bajo de la marimba, la parte ancha de la marimba”.

La marimba o la escuela “Me pagaban 1,50 de 7 a 10 de la noche, para lo cual tuve que sacar un permiso con la autoridad, con el jefe político de ese entonces, para que se me permitiera ejercer ese trabajo, lo cual se me dificultaba por ser menor de edad. “Les agarró una persecución en la escuela por tocar yo la marimba. El mismo maestro de música que me daba clases a mí me estuvo enseñando también jazz. Aquí le llamaban batería, o sea, es percusión. Resulta que un día me llama a la dirección, sin saber por qué, a mí sólo ´Pianito` me dicen en Guanacaste… En todo Guanacaste, nadie sabe que yo me llamo Ulpiano, solo ´Piano`. Pero volviendo al cuento, me dice el director, ´Pianito, tenemos un problema, tenemos que mandar a llamar a su mamá…`. Yo le dije, ´ni le mande a decir a mi mamá porque no viene`”. “Me dice, ´mirá, Pianito, hay una queja aquí en la dirección de que vos siendo menor de edad, andás tocando marimba en lugares no aptos para menores, mucho menos para chiquitos de escuela. Tenemos que decirle a su mamá que se queda con la marimbita o se queda con la escuela…`.

Page 36: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Yo estaba en quinto grado, ya para salir. Cuando el hombre me emplaza, cogí mi bulto, me levanté y le dije, ´me quedo con la marimba`. “Nunca más volví a poner los pies en la escuela, ni tampoco se me obligó porque me imagino yo que las circunstancias de que yo me agarré siendo menor, hacían que mi mamá no pudiera obligarme porque con la marimba yo me ganaba la platita para ayudarla a ella a subsistir. “Imagínese usted, le estoy hablando de once años de edad. ¿Cuánto era un colón cincuenta? Con eso comía por día una familia de tres o cuatro personas. En mi casa éramos tres, mi mamá, mi hermana y yo. “Ya con el tiempo, cuando llegué a tener 15 ó 16 años, yo era un músico consumado. Me desempeñaba en toda la extensión de la marimba, tanto en los bajos, en la armonía, en la melodía, en el pícolo, o contratiple. “En ese tiempo, sólo se usaba una marimba para tres o cuatro personas. Ya hacia los años 44 ó 45, se dio a conocer la marimba Chorotega, que estuvo en Puntarenas mucho tiempo. “De esa marimba se cogió el patrón para hacer marimbas escuadras en Guanacaste, que consiste en una marimba pequeña, que se llama tenor, y la marimba para cuatro personas. La tenor fue la que le agregaron para conformar la marimba escuadra. Eso le permite a uno ampliar el conocimiento de la marimba. Con la marimba escuadra usted toca como una sinfónica en miniatura. Antes de eso, sólo se conocía una marimba para tres personas, o de cuatro personas, o la marimba de arco, para una sola persona, que es típica de Nicaragua”.

Toda la extensión de la marimba “La marimba es africana. Entró por Chiapas, por México. De ahí pasó a Guatemala. En ese país se perfeccionó. En Guatemala nacieron las marimbas escuadras. De ahí pasó a El Salvador, después a Nicaragua, y se escapó, se fue hacia la zona de Guanacaste. En cambio, en Panamá hay percusión, pero no marimba. “Yo estuve en Panamá peinando toda la zona, peinando la periferia de Panamá. La marimba fue una novedad para los panameños. Tengo un ´cachimbal` de fotos de Panamá. “El segundo año, cuando la administración de ´Torrijos`, él me invitó a mí, personalmente a mí, para que le fuera a tocar la marimba. Tengo un carné de ese carajo. Me metió a Colón. ¡Qué lugar más toreado! Es un puerto libre... “En Guanacaste ha habido mucha gente sin escolaridad musical que han sido virtuosos. Yo soy marimbista, de los mejores marimbistas. No soy marimbero. El marimbero es el que la hace, el que construye la marimba. Mientras tanto, marimbista es el que la ejecuta, ¿Cómo le dice usted al que toca guitarra? Le dice guitarrista, ¿verdad? No le dice guitarrero. “La tabla es como el piano. Tiene su nota. Son teclas. Ahora usamos diapasón. Ahora es electrónico, por lo que el sol tiene que ser sol, no puede ser sol llegando a fa. “Soy músico de puro oído. En Guatemala normalmente usan cristóbal, que es el cachimbo que decimos nosotros. “La caja de resonancia es la que aumenta el sonido que dan las teclas. Le da la percusión de la marimba.

Page 37: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Hay unas treinta y seis teclas. Cada tecla tiene su magia. Es como decir treinta y seis mujeres. “Las marimbas tienen que ser homogéneas en afinación, porque se siente. El mecate tiene que ser flexible, que no amarre la tecla, que le dé libertad de sonido. Nosotros usamos cable de cuerda. “Aquí las cajas de resonancia eran de lata, no de madera. ¡Viera qué importante cómo se siente el cambio! En Guatemala se creen padres de la criatura. La verdad es que, como constructores, son famosos, pero todo es más teórico. En Guatemala casi todos los ejecutantes de la marimba leen música. Son lectores, como para ser músicos de una sinfónica. Es interesante. Hablan de una evolución de la marimba cuando retomaron el patrón del ingreso a América por Chiapas. Hablan de una evolución de lo que era la marimba a lo que es la marimba ahora. “Claro, como la hicieron evolucionar, tienen razón de decir que es de origen guatemalteco, pero no es exactamente así. En El Salvador todos los turnos son con marimba, y en Guatemala también”.

Un gran respeto al talento “Le he tenido un gran respeto a mi talento que Dios me dio. Siempre alterné trabajos. Fui limpiabotas. Zapatero nunca fui. Quiero aclararlo porque la gente lo confunde. Me dediqué a trabajar con agentes viajeros que iban de aquí para allá, vendiendo la mercadería. Venían con muestras. Se bajaban en Puerto Bolsón. Los esperaban a caballo, y se dirigían a caballo hasta Santa Cruz. Me iba a la pensión donde llegaban. Les decía, ´¿le llevo el caballo al potrero?´, me daban 25 céntimos, y otros 25 céntimos por traerlo, es decir, una peseta por llevarlo y otro por traerlo. Con esa forma de trabajar aprendí a amarrar, a soguear, a trabajar con ganado… “Como a los 17 ó 18 años, empecé a trabajar con gente que tenía finca. Me hice un buen jinete. Después, se me ocurrió aprender a manejar chapulines. También trabajé chapeando potreros. Vivía en la finca Montegrande, de Don Miguel Brenes Gutiérrez. Ahí trabajé un tiempo. “Cuando salí de la hacienda, me metí a trabajar en los Tribunales de Justicia, en el juzgado de Santa Cruz. Trabajé en el Poder Judicial seis años. “Después tuve un problema con el juez. Entonces, de hecho siempre tenía que irme del juzgado. Pero ahí no más conseguí trabajo con unos abogados. Ya tenía experiencia. Trabajé con casi todos los abogados de Santa Cruz. “En 1966, me nombraron en la Delegación Cantonal de Santa Cruz. Fui delegado de la Guardia Rural en el gobierno de don José Joaquín Trejos. Fui secretario de la delegación. “Antes era jefatura política. Después, cuando Carlos Manuel Vicente fue ministro, cambiaron las jefaturas políticas por delegaciones cantorales. Es lo que son actualmente. Son delegaciones cantonales, de trámite administrativo. Así que también fui policía. Era el segundo del delegado cuando era yo secretario. “Y después fui director de la Marimba Nacional de Costa Rica, desde el año 74, hasta que me fui en el 91, pero seguí de profesor de la Universidad de Costa Rica, en la etapa básica de Santa Cruz. Comencé de profesor en el año 79. En el año 91 me pensioné con el Ministerio de Cultura, pero seguí con la universidad hasta el año 2003, que fue cuando me pensioné de verdad.

Page 38: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Del año 79 hasta el 2003 pasé viajando todas las semanas a Guanacaste a dar clases, me iba los martes y regresaba los sábados. “Era mariachi, pero como dicen, ´donde va Vicente, va la gente`. Nunca he sido fanático de la política. No la entiendo mucho. Siempre me acuerdo de una expresión de Doña Carmen Naranjo, que me nombró director de la Marimba Nacional de Costa Rica, de la Marimba Diriá. Yo le dije a Doña Carmen, ´¿no le traerá problemas a usted este nombramiento?` Me preguntó por qué, y le contesté, ´porque no soy de este gobierno`. Fue cuando el gobierno de Daniel (Oduber). Carmen me dice, ´mire Ulpiano, el día que usted se meta en política, deja de ser artista. No se pueden fusionar esas cosas`. ¿Será por eso que soy medio frío en política. Ni me gusta discutirla, ni me gusta escucharla. Tengo una opinión muy personal. El artista tiene un alma diferente al político. “Eso no quiere decir que sea adversario de Don Óscar Arias. No, más bien soy amigo de él. Tengo amigos en todos los partidos. He contado con el apoyo de gente de la talla de un Elías Soley Soler. Tengo más de 20 años de estar metido en medio de la política. Los conozco a todos y también respeto sus colores políticos. Estuve en la Sierra, San Cristóbal, el Empalme, en la revolución, contra Don Pepe. Pero no tengo por qué seguir peleando por esa situación. Respeto mi vocación y mi talento. Tengo una nietecita que toca flauta traversa, es una niña. Imagínese. ¡Qué responsabilidad tengo!”

Embajador de la música folklórica de Costa Rica “Soy embajador de la música folklórica de Costa Rica en el mundo. Tuve la honra de viajar con Don Hernán González, ministro de Cultura de don Luis Alberto Monge. Viajamos por América del Sur, Venezuela, Colombia, Ecuador…; fuimos a España, a Madrid y Barcelona… Ellos iban en misiones políticas, pero nosotros íbamos representando la cultura del país. “También salí del país con Marina Volio, ministra de Cultura de don Rodrigo Carazo. Cuando eso, también viajé en calidad de director de la Marimba Nacional, Marimba Diriá. Fui veinte años seguidos director del grupo. Me separé por razón de la pensión. Pero como cuando Doña Carmen me trajo, se dio un convenio con la Universidad de Costa Rica, en que se establecía que yo trabajara medio tiempo para el Ministerio de Cultura, y medio tiempo para la Escuela de la Etapa Básica de Música de Santa Cruz. Viajaba yo allá, a mi pueblo, y medio tiempo pasaba aquí, en la capital. “Los días que viajaba a trabajar en Santa Cruz, no me programaban en San José. Cuando me pensioné del Ministerio de Cultura en el año 1991, siempre me quedé trabajando con la Universidad de Costa Rica, dando clases de marimba para muchachos de la Escuela de Música. Hay un montón de carajos que tocan por eso, porque yo les enseñé. “Quiero mucho al arte, al instrumento, a mi provincia, y quiero mucho a Santa Cruz, que es el único cantón de Guanacaste donde se han creado talleres de construcción de marimbas. “Este gran constructor de marimbas que le digo yo que vive aquí, Miguel Torres Rosales, se vino para San José, y montó aquí su taller de marimbas. Un día, le decía yo que están desapareciendo los constructores de marimbas. Acaba de morir un primo mío, Marcos Duarte Álvarez, un gran constructor de marimbas. Si se quiere decir toda la verdad, el pilar de la construcción de marimbas de Guanacaste. Tiene un hermano, Jorge Duarte Álvarez, quien también era muy

Page 39: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

bueno construyendo marimbas, pero ya no construye porque está muy enfermo. “Hasta ahora están con ganas de abrir un taller. Fíjese que antes de que yo me pensionara, estando Don Rafael Ángel Montero de director del Centro Regional de Liberia, de la Universidad de Costa Rica, en una ocasión me vine con él de Liberia para Santa Cruz, y le hice la siguiente sugerencia, ´Don Rafa, viera que yo estoy pensando, es que está saliendo mucho niño talentoso de la marimba, y los marimberos, los constructores de marimba, ya están muy mayores, ¿qué va a ser de estos niños cuando esta gente nos falte? Son muchos muchachitos talentosos. ¿Quién les va a hacer la marimba?` “Me dijo, ´Ulpiano, usted sabe, me suena su sugerencia, ahí en la finca donde están las instalaciones de la universidad, hay terreno de sobra para hacer un taller, cerca del edificio`. “No fue cuestión de pensarlo mucho. Le indiqué más o menos donde pudiera ser, un poco alejado de las aulas, se hizo el taller, y resulta que en una ocasión él me dijo a mí que le hiciera una lista de lo que yo consideraba en herramientas que se ocuparían para el taller. Efectivamente el hombre tenía la plata. Se compraron las herramientas para eso. “Pero como yo me pensioné, y el proyecto quedó ya en manos de otras personas, hasta ahí llegó la idea, nadie se interesó. Más bien, no quiero señalar a nadie, tampoco acostumbro eso, pero esa idea alguien la escribió, a nombre no sé ni de quién, se escribió para quedar como los creadores de la idea, pero no me di cuenta más de por qué no se hizo, ni nada. Ahí está Don Rafa, que fue el director en esa ocasión, se hizo el taller y de todo, pero es una lástima lo que ocurrió. Ahora hay un muchacho que trabaja de profesor en el Colegio Técnico Agropecuario de Santa Cruz, da clases de música, toca guitarra, como que se está perfeccionado en la construcción de marimba, lo estimo mucho y él me estima. Es un buen muchacho. Se llama Randy Abarca. Está haciendo marimbas, hace tenorcitos. Ojalá. Él está interesado en que yo le ayude para crear una escuela de enseñanza y construcción de marimbas. Como en ese colegio hay herramientas y de todo, es factible. Le dije, ´mire, muchacho, no quite la mano del arado, porque creo que la idea es buena`. El entusiasmo que él tiene es lo que se necesita”.

“No le aguanto carga a nadie” En eso suena mi teléfono, y detenemos la entrevista un minuto. Se pone a vacilar al mesero. Cuando termino de conversar, me dice, “no uso teléfono para que no sepan donde estoy. Soy un espíritu libre. Estoy casado para toda una vida con Gladys Rodríguez Leal. Tenemos tres hijos, Gerardo, Enrique y Juana Luz. El que era director de la Escuela de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica, Gerardo, es pianista; Luis Enrique estudió Psicología Clínica del Niño y también le gusta la música, tiene un oído musical increíble; Juanita Luz es licenciada en Trabajo Social y trabaja con Vida Estudiantil de la UCR. Todos vivimos aquí en San José, aunque yo tengo el corazón en Santa Cruz. Soy todo lo que soy gracias a mi tierra. “De Guanacaste me preocupa todo. Cuando hablo de todo, empiezo con la nostalgia en mi alma de lo que fue Santa Cruz, y en lo que se ha convertido: hay mucha delincuencia, mucha droga. Si no fuera porque nosotros somos un cantón de una sociedad de gente que todavía conserva los patrones que nos

Page 40: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

heredaron nuestros antepasados, yo diría que el folklore en Santa Cruz sería un fracaso. No es para cruzarse de brazos. No se justifica que se den casos como los que se dan ahí, en una ciudad tan pequeña, pero que está muy dejada de la mano de la misma situación de Costa Rica en general. Son los gobernantes los que no le han prestado atención a esto. Ya no se puede ir a las playas por la inseguridad, y en todo lado vivimos encerrados, entre rejas, como si las casas fueran nuestras cárceles. “Me parece que tengo derecho a hablar por lo que le he dado a mi país. Tenía 19 años cuando tuve que pelear en medio de la Revolución del 48. Bueno, la verdad es que me vine a pelear más por curiosidad que por otra cosa. Después me arrepentí de haber arriesgado la vida ahí. Lo que me gané es que me persiguieron como si fuera un criminal. Me metían a la cárcel, me hacían torerías, me privaban la libertad, sin consideración para mi mamá ni para nadie. Tengo por lo menos algo más qué contar, y más razones para tenerle odio a lo que es la política. “Yo gané mucho honor, prestigio y reconocimiento por mi talento. Siempre le agradezco en el alma a Doña Carmen Naranjo, y la quiero como si fuera mi segunda madre. Ella fue la primera mujer ministra de Cultura que tuvo el país. Después también trabajé con Guido Sáenz, con Marina Volio, con Hernán González, con ´Cachicho` Echeverría y con Aida Fishman. Con esa me fui. Nunca he tenido problemas con mi jefe inmediato. Nunca tuve problemas. Don Hernán me estimaba mucho. Se debió a que él llegó más allá que otros a conocer de fondo mi personalidad. Siempre se llenaba la boca diciendo que yo era el brazo derecho de él. Marinita Volio también me quiso mucho. Con la que menos me relacioné fue con Doña Aida. Ya no le aguanto carga a nadie. Por eso me fui del ministerio. De por sí ya tenía los años para pensionarme. Así fue la cosa. Mi dignidad está primero. Ahora lo que quiero, para terminar, es lanzar un llamado para que luchemos para abrir un taller de marimberos, y que la marimba siga viva en el alma nacional, sí señor”.

Inédito, San José, abril 2005

Page 41: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Doña Ofelia Gamboa

La escritora de las minas de Abangares El pueblo de Las Juntas de Abangares es lo más parecido que conozco a los pueblos de las leyendas y los cuentos de hadas. Sus calles de adoquines, y su dimensión, su pequeñísimo cuerpo frente a las montañas del fondo, da la idea de una aldea. Es un pueblo bellísimo. Y lo debe ser más cuando uno llega un domingo a las seis de la mañana, porque la quietud hace que su belleza resalte. A esa hora llegué a entrevistar a doña Ofelia Gamboa, la poeta del paisaje minero de Costa Rica. En una casa humilde, de maestra rural, sentada en una mecedora, una señora de mirada bondadosa me espera. Con esfuerzo, se pone de pie cuando me ve llegar. Se dirige al portón para abrirlo, pero un nieto se le adelanta. A la hora de sentarse, le queda de frente la montaña, justo atrás del pueblo. “Nací en Las Juntas de Abangares. Mi historia personal va paralela a la historia del pueblo en todos estos años. Mi padre, José Gamboa Rodríguez, fue el primer Presidente Municipal de Las Juntas. Antes de eso, Las Juntas pertenecía a Cañas. Y mi mamá, Ángela Solórzano, era ama de casa”. Habla despacito, con dificultad pero con señorío. Cada una de sus palabras viene como cobijada por una solemnidad que sale de su boca. “Mi padre era muy influyente en el pueblo. Él estudió en el colegio, pero entiendo que llegó hasta tercer año. Fue entonces que se vino y aquí puso una farmacia. Era boticario. Antes, el boticario siempre era muy influyente en el pueblo. Por eso, rapidito mi papá era muy importante en Las Juntas. Poco después fue tesorero municipal, ejerció ese cargo durante diez años, y terminó siendo Presidente Municipal por mucho tiempo. “Aquí hice mi educación primaria. Yo siempre digo que me hice poeta antes de aprender a leer y escribir. Desde antes de entrar a la escuela me gustaba ver cómo caía el agua de la lluvia, y cómo silbaba el viento entre las ramas. En los meses del verano, me gustaba ver las bandadas de loras y guacamayas, que hacían sus nidos en los árboles que bordeaban los caminos y los potreros”. Estoy encantado de su voz y de su forma de hablar. Uno sabe que es una poeta con sólo escucharla conversar. Habla como dictando un poema a niños de segundo grado. “El paisaje me llena, el paisaje preña mis palabras. Siempre he disfrutado la vistada camino a las minas donde, años después, yo di mis primeros pasos como maestra, en La Sierra, allá en aquel cerro que está frente a nosotros. Ahí hay una mina que se llama Cuatro Vientos, y en el verano se divisa la casa de Ladina Saboz, una suiza que es la dueña de esa mina. Somos amigas. Hay temporadas que se va para San José y temporadas que trabaja en la mina. Ella es contadora y tiene otras profesiones. Es una mujer muy preparada. “Después de terminar la escuela en mi pueblo, estuve en el Colegio Superior de Señoritas. Hace poco estuve visitando a una compañera que vive en Santa Bárbara de Santa Cruz. Se llama Odet Héctor. Ahí estuvimos haciendo recuerdos, muy bonitos, de cuando fuimos compañeras en el colegio.

Page 42: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Por todas, éramos cuarenta y dos alumnas de un primer año. Esa vez en el colegio había cuatro primeros años. El colegio era muy lindo. Se daba una convivencia muy bella, una hermandad entre alumnas y profesores que siempre llevo conmigo, con gran cariño. Había un profesor por cada materia. Recuerdo a la niña Cristina Lizano, que nos daba Educación Física; Don Julio Fonseca, el autor del famoso vals Leda, Premio Internacional de Música, que nos daba esa materia; también recuerdo a la niña María del Rosario Quirós, que nos daba matemáticas, y a Miss May de Morales, quien nos daba inglés. “También estaba la niña Elsa Alfaro, que nos daba cocina; don Manuel Fernández nos daba Castellano; don Aquiles Cabezas nos daba Física, y la niña Estrella Umaña nos daba Botánica”.

Escritora precoz “Escribo desde que estaba en la escuela. Yo acostumbraba leer de todo. Me gustaba mucho leer narrativa. Mi hermano, José Gamboa, me regaló varios libros. Entre todos me llamó mucho la atención uno que se lo recomendé a mi hija para que se lo comprara a mi nieto, se llama ´El maravilloso mundo de Nils Holgerson´. Ese fue mi libro favorito, siendo una niñita. “Era un libro muy común entre niños y adolescentes. Es la historia del hijo de un granjero que es convertido en duende por otro duende. Lo convirtió en duende porque era mal portado y desobediente. Entonces, como los duendes entienden el lenguaje de los animales, y él tiene un pato blanco, se mete debajo del ala del pato blanco y emprende un viaje con una bandada de seis patos silvestres a través de Suecia. Mientras vive con los patos, tiene oportunidad de hacer buenas acciones, salvando a la bandada de patos de la zorra que siempre los andaba persiguiendo. Así dura un año viajando con los patos hasta que finalmente los patos llegan a la granja del papá de Nils Holgerson, y descienden para pasar la noche. Entonces, Nils se viene caminando y llega a la casa de los padres de él, y en el momento en que pone los pies en el umbral de la puerta de nuevo es convertido en niño. En el colegio me gustó mucho Selma Lagerloff, una escritora sueca, la del libro de Nils Hogerson. Ya para la secundaria, poco a poco leí sus obras completas. “Después del colegio, no pude ir a la universidad, porque murió mi padre, que era el que se entendía siempre con la educación de los hijos. Tuve seis hermanos. Yo soy la menor. “Sabía que me tocaba ponerme a trabajar. Como mi padre y mis hermanos habían trabajado mucho en la zona minera, a mí me atraía profundamente el trabajo en las minas. “Había ido desde pequeña, porque resulta que un hermano mío, Chepe Gamboa, que después fue el que hizo la Fosforera Costa Rica en Heredia, era oficinista de la compañía, y mi padre también era oficinista, pero un oficinista con mayor responsabilidad. Como las minas me llamaban poderosamente la atención, y también me gustaba mucho la función de educadora, empecé a trabajar de maestra. “Tenía sólo 17 años de edad cuando empecé a trabajar en La Sierra, que es un pueblo que está a menos de media hora en carro. En ese momento, los mineros viajaban a pie. En una hora estaban en la mina. La Sierra es nuestro pueblo minero por excelencia.

Page 43: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Había un sector que era conocido como la zona minera. Ahí estaban todas las casas de la superintendencia, un gran hotel de los americanos, las oficinas de correos, la administración, la subestación eléctrica, la fábrica de hielo y la comandancia, que era una casa totalmente cerrada, de puro cemento. Le decían la casa de la pólvora. Ahí no entraba nadie porque, como su nombre lo indica, lo que guardaban era pólvora. La abrían sólo cuando iban a entregar pólvora para los trabajos de la mina, y rapidito la volvían a cerrar. “Ahí también estaba el gran edificio de los mazos. Vea, el edificio de los mazos era un edificio alto y grande, con ventanales de vidrio, donde había una máquina de motores que trituraban el oro y el metal. También allí había veinte mazos, uno a la par del otro, todos del tamaño de un hombre. Cada vez que los mazos estaban funcionando, era un estruendo que se oía hasta Las Juntas. Es el estruendo más grande que he escuchado y sentido en mi vida”.

La maestra de 17 años “Yo era maestra en La Sierra, que era de una compañía de americanos que se llamaba la Abangares Gold Fields Company. Cuando comencé a trabajar en la escuela del pueblo minero, había veinte niños en primer grado y doce niños en segundo grado. “Estudié para maestra después, en el Instituto del Magisterio, donde había estudiando mucho maestro aspirante. Ahí obtuvimos el diploma de maestros. Sólo funcionaba en vacaciones, para que los maestros tuviéramos oportunidad de asistir. “Comencé a trabajar en la región de las minas en 1941. No sé exactamente cuando iniciaron la labor en las minas, pero entiendo que fue antes de 1900. No estaba empezando el pueblo. Ya el pueblo era bastante viejo. Cuando llegué, ya había toda una tradición. “A mí me tocaba primero y segundo grado, pero también había tercer y cuarto grado. Yo no viajaba, porque en las minas había gente muy buena. Me quedaba ahí entre semana. Yo vivía en la casa del administrador del comisariato, que se llamaba don Rubén Salazar. Todavía vive aquí una hija de él. A veces nos ponemos a hablar de esos años. “En ese pueblecito estuve cinco años. Me casé con un muchacho de ahí de las minas, que se llamó Noé Montoya. Yo tenía 20 años cuando me casé. Tuvimos tres varones y dos mujeres. El mayor y el menor murieron en Las Juntas, años después. El mayor, Rodrigo, era músico, era primer saxo de la banda de Liberia. Se me murió en Liberia porque no se cuidaba y era diabético. El segundo, Milton, es oficinista de la municipalidad, y el menor, René, murió pequeñito. Las mujeres se llaman Eliette, que es maestra pensionada, y la otra, Lisette, quien es economista, y es subdirectora de la Oficina de Servicios Públicos de Heredia. Viene cada quince días o cada mes a verme. “Vivo a la par de la hija mía, de Eliette. Hay una señora que todas las noches me viene a acompañar en mi casa, duerme en esta casa, para que yo no duerma sola. “Después de que trabajé en la escuela de La Sierra, me vine para la Escuela Central de las Juntas de Abangares. Trabajé como maestra 17 años aquí, después trabajé como maestra de kínder 23 años. En total, trabajé 45 años, y me pensioné de 63 años. Toda una vida me dediqué a la formación de los niños”.

Page 44: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Sus libros “Siempre he escrito, y compartía mis poemas y mis cuentos con los niños, pero publiqué el primer libro, ´Oro y Sol´, hasta hace poco. Es una narrativa histórica de mi vida. El libro contiene historias de mi niñez. “El segundo libro, ´El expreso de la mina´, es como una continuidad de ´Oro y Sol´, son historias de las minas. Yo sé que soy la escritora costarricense que se adentra en el mundo minero. ¿Por qué lo hago? Porque esta es mi vida. Abro los ojos por la mañana, salgo al corredor a respirar aire puro y lo que veo al frente es una montaña donde hay una mina. “Todo lo que viene en mis libros son relatos verídicos. ´En el expreso de las minas´ viene cómo jalaban el oro de aquí de la compañía a Manzanillo, para llevarlo en lancha a Puntarenas, donde era embarcado en los grandes barcos que iban para los Estados Unidos. “Había una sirena enorme, que estaba en el edificio de los mazos. Sonaba para la entrada y la salida de los trabajadores, para la hora del almuerzo. Era tan grande y tan fuerte que se escuchaba hasta el puerto de Manzanillo. “Alguien que me ayudó mucho como escritora fue Delfina Collado. Me hice muy amiga de Delfina porque, como ella era escritora y periodista, vino a una reunión de escritores en Liberia, y ahí nos conocimos. “Delfina me animó para que publicara todos los poemas y las historias que había escrito para los chiquillos de la escuela. Ella fue quien me dijo que todo esto tiene un gran valor. “Entonces fue cuando publiqué ´Columpios´, que es un libro de narraciones y poemas para niños. Yo trabajé muchos años con niños. Mi vida se debe al trabajo educativo. Formar niños y abrirles las puertas del conocimiento y el asombro ha sido mi mayor satisfacción. “Ahora tendría que incluir en un libro todos los poemitas que he escrito. Los poemas están sueltos. Eliette es la que me guarda eso. La poesía es mi hábitat natural. A mi amigo, el periodista José Manuel Peña, que tiene un periódico aquí en Guanacaste, le acabo de mandar un poemita que se llama la ´Lluvia´, ¿quiere que le diga un pedacito?” ´La lluvia viene llorando, ausencia de soles rotos, laciamente, quedamente, sus hebras se están cayendo en los ayes de esmeraldas de los pinos, y en los lotos y en los hongos que pretenden vanos gestos que no entiendo´ ´Lluvia que viene llorando, como niña a mi ventana, tu angustia de soles idos en las manos del invierno, tu tristeza va cayendo como dobles de campanas, con peso de cosas muertas en mi corazón de infierno… ´Es angustia lo que sientes del invierno en los celajes, que en los mares van rielando sus impúdicos metales,

Page 45: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

o es dolor que va muriendo, como mueren los paisajes… “Yo me la sé toda, toda, pero dejémosla hasta ahí. Lo mío no ha sido solamente escribir, sino también memorizar los poemas para decirlos en clase. Yo sé que le abrí un mundo lleno de magia y de color a muchísimos niños. “El año pasado estuve enferma, porque me caí y me fracturé una pierna. Entonces me llevaron y me operaron la pierna, pero a los cuatro meses me dieron de alta, y quedé de lo más bien, camino lo más bien y todo. Por eso, sigo apreciando la naturaleza, la lluvia, el viento, los sonidos del verano y del invierno, el color de la montaña… “Mi esposo murió exactamente hace doce años. Era dos años mayor que yo. Desde entonces, me dedico a la contemplación y a celebrar el universo bellísimo que me rodea. Tengo lo que necesito y soy feliz. Aquí en Las Juntas, he encontrado el espacio para encontrarme conmigo misma, con mi destino, con la poesía, con los niños y con la vida”.

OJO, agosto 2005

Page 46: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Luis Bara Carro

Fundador de Hojancha Estaba vacacionando en una playa guanacasteca. Lo hice así porque tenía previsto entrevistar a algunas figuras fundamentales en la historia guanacasteca que viven todavía en esa región. Entre ellos, encabezaba mi lista el Padre Bara, fundador del cantón de Hojancha. Con ese fin fui a Hojancha, y me contaron que, si bien es cierto que tiene su casa en ese pueblo, el obispo le había pedido que se hiciera cargo de la parroquia de Bagaces por un tiempo. No pude conversar con él por teléfono. Me tocó preguntarle a la familia del gran músico Medardo Guido, quien vive en Bagaces. Me dijeron que había misa de cuatro. Anduve más de tres horas en carro, y llegué para la misa. Allá arriba, en el altar de la iglesia del pueblo, me encontré a una especie de niño viejo, un niño que no había crecido pero estaba un poco arrugado. Su voz de niño rebelde me cautivó. Tenía una manera de explicar muy especial, una mezcla de español de Castilla con español guanaco, tan tico como nica, un español de Ticaragua. Empieza a relatar una historia de la Virgen María y termina con una frase que tengo que apuntar en mi libreta: -Es lindo ver como la ´mama` chinea al güila. Pienso en ese momento que ni el más pintado de los curas costarricenses se atreve a describir a la Madre de Dios con esa frase. Nótese, por favor, que le dice ´mama` a la Virgen, no mamá. Más adelante en la misa, se jala una historia que convoca mi risa. “Esta historia de La Biblia se me parece a la historia del churrero, que cuentan en Madrid. Os voy a contar la historia para que me entiendan. Es la historia del churrero que hizo plata. Como se hizo de poder por la plata, dejó la máquina de churros, se fue para Madrid, y allá le fue muy mal. Lo dejó la esposa, las hijas se entregaron a la vida, y después, perdió toda la plata. Se tuvo que devolver a su pueblo. Nada de plata ni la máquina de los churros. Volvió a ser churros pero ya no silbaba como antes”.

Una voz de niño retumba Habla fuerte. Cuestiona la calidad de la participación de los grupos locales de la iglesia… “Si tenemos seis grupos de cantores, pero vienen cuando los necesitamos, ¿para qué sirven? ¿Para qué tener a los carismáticos, los cantores, los catequistas, el movimiento familiar cristiano, si no vienen a menudo a la misa y no aparecen cuando más los necesitamos? “El pueblo guanacasteco es religioso, pero debe participar, hay que levantar las celebraciones religiosas, que se sienta el poder de Dios en la provincia”. Mientras va hablando, levanta las manos y los brazos, que si acaso se ven encima del altar. Después, su sermón empieza a dirigirse a temas nacionales. “Este país vive en libertad, pero es esclavo del licor, esclavo de la desintegración familiar, esclavo de la injusticia, esclavo de la pobreza… “¿Podemos hablar de paz en Costa Rica? Aquí no hay guerra, como la hay en otros países, pero no sé si entendemos lo que vemos en las noticias… Se

Page 47: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

están destruyendo los valores éticos morales religiosos. Todo se está perdiendo. Hay paz en la conciencia de cada uno de nosotros. Por ahí debe empezar todo. “Hasta en la iglesia hay guerra, que los cantores hablan mal de los catequistas, que los catequistas no quieren a los carismáticos. ¿No les digo? ¡Qué ridículo! Y así, ¿dónde está la paz que Jesús nos pide? “Si no sabemos convivir en familia, no puede haber paz en Costa Rica. Si no sabemos detenernos ante el licor, no puede haber libertad en este país. Somos esclavos del vicio y la borrachera”. En ese momento, su voz es más que fuerte. Es iracunda. Es un niño furioso, cuya bellísima rabieta retumba por todas las paredes de la iglesia. Me encanta su energía, su manera de ver a la gente, la poesía que se le siente en la celebración de la misa… Con ese panorama en la cabeza, esperé que terminara la misa para metérmele, de alguna manera, en la casa cural. Mientras él terminaba de celebrar, me fui a cuentear a la señora que le cocina, justo atrás del templo. Al final, no costó mucho. Me recibió con un apretón de su pequeñísima mano, y con una sonrisa encantadora. Luis Bara Carro nació en España, en Zamora, Castilla de León, el 29 de agosto de 1926. “Hice mis estudios de primaria y secundaria en Litos. Es una palabra en griega, que significa roca. Es un pueblo nacido en tiempo de la ocupación de los moros en España. Es una zona muy rocosa”.

Vocación muy precoz “Mis papás fueron agricultores, labradores, como se les dice en España. Mi papá se llamó Lázaro Bara Chimeno, y mi mamá, Cayetana Carro García. Somos cinco hermanos. Soy el segundo. Hay uno mayor que yo. “De la edad de once años mostré interés por el sacerdocio. Estaba muy pequeño. Era monaguillo. Mi casa pegaba con la casa del cura. Me gustó su estilo de vida. Imitaba al cura en los sermones. Jugaba con los chiquillos. Así empecé a mostrar mi vocación. “Después de la guerra, me hicieron el examen y me metí a estudiar para sacerdote a la edad de 12 años. Hice la secundaria. Luego estudié siete años de Humanidades, tres años de Filosofía y cuatro años de Teología. “Estudié en Astorga, de la provincia de León. Estudié para sacerdote diocesano. Me hice sacerdote en el año 52. Siempre tuve vocación misionera. Me alisté con los padres en el Seminario. Me encargaba de todo lo que tenía que ver con misiones. Quiero decir que recogía las estampillas y las mandaba a las misiones. “Me alisté con los padres blancos, que estaban en el Congo. Cuando terminé de prepararme para ser sacerdote, intenté entrar a esa congregación. El obispo me pidió que hiciera un mes de ejercicios espirituales, en una isla de Santander, que se llama Vedreña. Estuve ahí exactamente un mes, del 31 de julio al 30 de agosto. Me mandaron ahí para que pensara bien qué iba a decidir. “El padre Camilo, de la Universidad de Comillas, un padre jesuita, que ahora está en proceso de beatificación, fue el que me dijo que no fuera al Congo. Los últimos años del seminario estuve muy enfermo. El Papa Pío XII quería misioneros para América.

Page 48: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Fui a Madrid durante un año, y me nombraron para ir a Cuba, pero estalló la guerra de Batista con Fidel Castro, así que decidieron que no fuera a Cuba, y me nombraron en Costa Rica. “Vine con tres compañeros, el padre Eleodoro Granja, quien es capellán en el asilo de ancianos; el otro es Manuel Ganoso, quien está retirado, y el otro ya murió, se llamaba Benito Lorenzana. Está enterrado en Tres Ríos. “Estuve del año 55 al año 60 en el Seminario Menor de Tres Ríos, y fui párroco de Tres Ríos. Solamente estuve un año de residente en el Seminario. Después vivía en la Parroquia de Tres Ríos e iba a dar clases en el Seminario. “Al terminar el primer contrato de cinco años, fui a España. Habíamos renovado el contrato. La Parroquia de Tres Ríos fue declarada modelo por Monseñor Odio ante la Arquidiócesis. “En eso murió Monseñor Odio, y nombraron de arzobispo a Monseñor Rodríguez Quirós. El nuevo arzobispo optó por rescindir el contrato. En ese momento, lo que iba a ocurrir es que la Secretaría de Madrid me nombraría en Panamá o en Puerto Rico. Yo había dejado todas mis cosas. El obispo de Alajuela, Monseñor Juan Vicente Solís, pidió que viniera para su diócesis, y me mencionó tres opciones, Venecia de San Carlos, La Fortuna u Hojancha”.

Más de cuarenta años en Hojancha “Vine por cinco años a Hojancha. Al poquito tiempo ya se estableció la Diócesis de Tilarán, y pasé a estar a cargo de ese obispo. Estuve cuarenta y dos años en Hojancha. “Cuando yo llegué, no había pueblo, no había cuadrantes... En donde está ahora el parque había dos casas, en el terreno donde luego estuvo la iglesia había tres ranchos… No había luz eléctrica, ni había agua potable… No había servicios sanitarios. De los maestros que estaban en Hojancha sólo algunos eran titulados. Algunos de los maestros se habían hecho de sexto año y estudiaban mientras trabajaban. “No había nada más que una botica y una sacristía. Iba a comer a la pensión. Nos pusimos las pilas y en seis meses, ya para diciembre, teníamos la casa cural hecha, donde ahora está el banco… “Tuve una gran tentación, porque Monseñor Enrique Bolaños me ofreció que viniera para su Diócesis, para Naranjo. Al final no le acepté. Entonces me ofreció Grecia, tampoco le acepté. Me ofreció Atenas, pero me quedé en Hojancha. “Me quedé porque ya tenía una experiencia valiosa. Empecé a trabajar por el desarrollo de los pueblos. En el año 1964 Hojancha era caserío del distrito primero de Nicoya. Primero que todo, lo hicimos distrito cuarto. “Empezamos a luchar por los caminos. Se creó el ITCO en el año 1963, y propuse al ITCO un plan de titulación de fincas. La gente había venido del Valle Central y no tenían acceso al banco. Se estableció un plan de titulación. Medimos todas las fincas hasta Bocas de Nosara. Después de que se midieron todas las tierras, se dieron todas las escrituras. “Ya con el título podían ir al banco. La oficina del abogado también la sostenía la parroquia. De la misma manera, sostuvimos todos los gastos de un centro de nutrición y los honorarios de un médico que venía una vez por semana. Insisto, todo esto sostenido por la parroquia.

Page 49: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Había tres escuelas en la zona. Daban hasta tercer grado. Era un analfabetismo tremendo. Fui uno de los que luché para que se creara la escuela unitaria, con todos los grados, en Hojancha, y en todo el distrito cuarto, y en toda la parroquia, que abarcaba hasta bocas de Nosara. Me tocaba ver ochenta pueblitos. Fue cuando empecé a notar que nos iría mejor si Hojancha pasaba a ser cantón”.

Padre del cantonato de Hojancha “No te imaginas la lucha que hubo que dar con el cantón de Nicoya para ser cantón. No nos dejaron ni el Torito ni Sámara. El cantón de Hojancha quedó relativamente pequeño, más pequeño de lo que previmos cuando éramos el distrito cuarto de Nicoya. “Se le añadió un poco del lado de Nandayure, porque hasta los mismos munícipes no sabían los linderos. El cantón de Nandayure llegaba hasta el brazo izquierdo de la quebrada Los Perros. Por ejemplo, Río de Oro lo tenían como que era de Nandayure, pero era de Nicoya, y nosotros nos lo dejamos, pero en el tiempo de Carazo se lo dieron de nuevo a Nandayure”. Se detiene y respira. “También fui el fundador del colegio, la clínica, el centro de nutrición y el comedor de los niños. Me tocó trabajar mucho para conseguir el terreno de la municipalidad… “Y todo lo hice sin descuidar mi trabajo, por el que me pedía cuentas mi obispo. La hermandad parroquial fue la primera organización. Me alié a la comunidad para que caminaran mejor la iglesia y el pueblo. Es muy feo que lo diga yo, pero, vamos, es la verdad: la filosofía de desarrollo de Dinadeco (Dirección Nacional de Desarrollo Comunal) la inventé yo. Nació en los grupos que fuimos creando en Hojancha. Luego la acogió el diputado Armando Arauz, quien era de Nicoya, y como no había alguna organización similar, se agarró de todos los estatutos, las normas, y fundó Dinadeco, con la ley 4748, me parece que es esa. “También conseguí un tractor con una organización de Estados Unidos, y monté una fábrica de hacer cunetas y ladrillos… La parroquia se convirtió en un foco de desarrollo integral. Estuve quince años sólo hablando de desarrollo. Casi no hablaba de Dios. No sé cómo fue que no me jalaron las orejas. Pero, ¿cómo iba a hablar de otra cosa si los caballos se metían hasta la panza en el barro?, ¿cómo les iba a pedir que fueran a misa si no contaban con caminos? Poco a poco, conseguí que la gente, que era muy individualista, cediera las cercas para ampliar caminos. “Me eché muchos enemigos de Nicoya. La gente de Nicoya no me quería porque estaba haciendo que un pueblito que antes no era ni distrito de ellos ahora creciera más rápidamente. Me dijeron de todo. Decían que yo venía a robar, que era comunista… Cuando empecé a trabajar bajo el plan de titulación, le metieron a la gente la idea de que yo quería las fincas para mí. “Los líderes políticos de Nicoya querían que se dijera eso, porque ellos fueron unos grandes inútiles en la búsqueda de soluciones para los problemas de sus comunidades. Por eso querían hundirme, joderme, pero la gente fue viendo la verdad. “Después de un tiempito, fundé la Asociación de Desarrollo del Distrito Cuarto. Luego promoví la Asociación de la Península de Nicoya, y quise hacer una

Page 50: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

federación, pero los políticos no dejan hacer muchas cosas. Todo lo quieren hacer ellos y, tras de eso, casi todo lo hacen mal”.

Sueños y realidades “Quería desarrollar las cuencas de los ríos como polos de desarrollo. Fui a ver el desarrollo del Tennesse, en Estados Unidos. También hablé mucho del desarrollo de las playas. Ya veía la belleza de las playas y presentía que los empresarios extranjeros iban a querer quedarse con estas riquezas. “Si nos hubiéramos adelantado a muchas cosas, tendríamos un turismo más equilibrado, más maduro, más culto, más intelectual. “El éxito mío fue organizar a la gente. La autoridad moral mía fue que no me aprovechaba de nada. La gente se fue dando cuenta que trabajaba para ellos. La verdad es que, luego, también se hicieron muchos trabajos con los diputados. “Me usaron mucho los políticos, pero yo también utilicé la influencia de ellos a favor de nuestros proyectos. Los políticos trajeron sus dificultades, pero es que eran necesarios. “Me hice muy amigo de algunos políticos que llegaron incluso a la Presidencia de la República. Don Chico Orlich y Daniel Oduber fueron mis amigos, sobre todo Daniel, quien fue muy amigo, un hermano del alma para mí. La verdad es que Daniel Oduber es el mejor político para Guanacaste. Fue un estadista, un prohombre. Tuvo sus enemigos, por supuesto. Yo tengo que decirte la verdad, y es que con Daniel el desarrollo de Guanacaste subió, vamos, estrepitosamente. “Éramos muy amigos, es cierto, pero lo que nos hermanaba era el interés por el desarrollo de los pueblos. Él también tenía una filosofía del desarrollo rural. Frente a la Costa Rica del Valle Central que tenía todos los servicios, se preocupó por traer a los campos los servicios que estaban exclusivamente en San José y las ciudades cercanas. “Daniel concibió que yo le podía ayudar, y me dio todo el empuje. Fue cuando sacamos adelante la carretera de Hojancha a Puerto Carrillo, y todos los caminos del cantón se mejoraron con lastre. Por cierto que ahora tenemos el proyecto de asfaltado de Hojancha a Puerto Carrillo, pasando por Lajas. “Después de que ya el pueblo se había desarrollado mucho, vinieron muchos líderes con la intención de quedarse con los méritos, de robarse el mandado. A mí eso nunca me importó. Sin embargo, el problema es que vino mucha división. Al principio, muchos líderes confiaban en mí, en que yo no los engañaba, pero después peleaban por ser diputados, y me tuve que retirar un poco porque no había transparencia. Esa es la vida. Así tiene que ser. “También fui el fundador de Radio Nosara. Me duele, porque Monseñor Girardi no está usando esa frecuencia. Esa emisora no es comercial. Pretender que sea comercial es un error. Es una emisora cultural y de evangelización. “Yo la sostuve sin cobrarle a nadie, y conseguí que la gente no la quisiera, la amara. Ahora que estoy retirado, me cuentan que está muy deteriorada”.

Page 51: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Enterrar muertos, bautizar críos…” “¿Te imaginas lo que es estar cuarenta y dos años en un pueblo? ¿Te imaginas lo que conocí de estar en mi trabajo de enterrar muertos, de bautizar críos…? Pero es que yo trabajé con una programación. Ponía metas para cinco años y las cumplía, pero no terminaba, y ponía metas para otros cinco años y no terminaba, y así íbamos. “Después, introduje un programa de evangelización. Mi parroquia era la parroquia mejor organizada que había en Guanacaste. Eso me hacía mantenerme firme en el lugar. No lo digo yo. Lo ha dicho muchísimo Monseñor Morera. “Imagínate que fue la primera parroquia que tuvo asamblea parroquial. En el mes de enero se hacía toda la evaluación del año. Se trabajaba con presupuesto. Con esto te lo digo todo: el Consejo Parroquial me daba un salario. La gente iba a misa y no le molestaban con colectas. Yo tenía otro tipo de organización, una organización más elegante. “De la misma manera, teníamos un programa de vivienda. Construido cuatro mil quinientas viviendas. ¿Te lo digo más despacito para que puedas escribirlo? Hi-ci-mos cuatro-mil-quinientas-viviendas. ¿Te imaginas eso en un pueblo tan pequeño como Hojancha? “Fundamos el Centro de Promoción y Desarrollo Campesino, una ONG (organización no gubernamental), sin fines de lucro, para ayudar a microempresarios y a amas de casa. “Estuve al frente del centro de Acopio, del programa de desarrollo, de los proyectos de ´Reconversión Productiva`… Por cierto que con ´Reconversión Productiva` nos ha ido muy mal. Ese programa no sirve para una zona como esta. El banco estruja al productor. “Tenemos un terrenito cerca de la Playa Potrero, que son siete mil metros cuadrados. Estamos pidiendo a siete mil colones el metro. Con eso pagamos todo. El lote es de la organización. “Tenemos el mejor centro de acopio que hay en Guanacaste. Lamentablemente ahora está en peligro. “Quiero meterme con el otro programa, el de Desarrollo Rural, que ha llevado adelante el MAG (Ministerio de Agricultura y Ganadería). Es más fácil. Ayudan más técnicamente y molestan menos. “En cambio, ahora en el CNP son muy raros. No conozco la ley, pero no pueden darle largas a las deudas de los agricultores. Estos otros no son como los bancos, que te dan prórrogas. “Esta semana la Junta Directiva aprueba un plazo y queremos honrar la deuda. Hemos tenido una experiencia para ayudar al pobre, y hemos perdido 25 millones. Es lo que debe entenderse. “Primero hay que cambiar la cultura. En Hojancha sembraban arroz, frijol, maíz. Cuando cerraron los estancos, todo se fue al carajo. “Hice que sembraran tomate, lechuga, cebolla… Tenemos treinta o cuarenta familias en eso. Hay que cambiar una mentalidad de siglos. El banco y el gobierno en general no lo entienden. Quieren compararnos con Cartago o con Zarcero. “He ido a ver los casos de Zarcero, de Cartago… Todas esas zonas yo las conozco. Vienen con esa cultura desde los tatarabuelos. Es una agricultura conocida para ellos.

Page 52: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Aquí nos hemos metido con teca y con melina. Hemos sembrado café. Ahora queremos incentivar. Quisiera que el CNP comprenda eso. Sí lo entiende el Programa de Desarrollo Rural. Vamos a ver cómo nos va”.

“Sigo convenciendo” “Convencer a la gente de Hojancha para que cambie es muy difícil. Es igual en cualquier zona si uno enfrenta a los agricultores a un cambio muy brusco. Hay que enseñarles a producir. No hemos conseguido un ingeniero a tiempo completo con nosotros. Un ingeniero va un día por semana, pero una plaga de tomate, si no se atiende, provoca que el tomate se pierda. Tengo la cartera de crédito, pero eso no basta. “Hasta aquí no hay otro sacerdote que haya hecho un plan de desarrollo como el que ha tenido Hojancha conmigo. La Pastoral Social que ha pretendido la iglesia ha sido conflictiva. Yo no. Tanto me compagino con los ricos y los pobres. Los ricos pueden ayudar al desarrollo rural. “Hay otros sacerdotes que son extremistas, de izquierda. Son sacerdotes que piensan que los ricos son los enemigos. Yo esa línea no la he querido, no la he querido de ninguna manera. Creo que los ricos deben ser aliados en lugar de enemigos. “Hay diferencias con los mismos compañeros de la iglesia. Debemos entender en la Iglesia Católica que evangelizar no es sólo hacer misa. Hay que tener un plan de evangelización, hay que evangelizar, pero a la vez hay que concienciar en el desarrollo rural integral... “A Hojancha vinieron a ver lo que estábamos haciendo. Vino Don Daniel, vino Don Chico, vino Don Pepe… También estuve con Trejos, pero no ayudó mucho. Creo que en su gobierno no entendieron los programas. Eran más restringidos para gastar. “Esto de trabajar con las comunidades viene conmigo desde que soy sacerdote. Cuando estuve en Tres Ríos, para la celebración de la Hispanidad en Tres Ríos, estaba Vargas Gené de ministro. Entonces, hice un plan de la Basílica de la Fraternidad Hispanoamericana, con una Universidad de la Fraternidad, en el Centro del Continente, una escuela laboral, una emisora, todo en El Alto de Ochomogo, cerca de la Patrona de Costa Rica, la Virgen de los Ángeles, y con la Virgen del Pilar, la Patrona de la Hispanidad. Ese proyecto me lo aprobó Franco. “Lo presenté en la Sétima Conferencia de los Embajadores de América Latina, cuando expulsaron a Cuba de la OEA. Tuve la suerte de presentarlo en la valija diplomática, a través de Vargas Gené. “El proyecto me lo quitaron porque creyeron que le iba a hacer sombra a la Basílica de los Ángeles. Tal y como lo presentamos, cada país tendría su patrona en ese centro. El proyecto estaba buenísimo. Lo financiaba cada país. Era un proyecto gigantesco. Me lo apoyó el Nuncio. Pero la Iglesia Católica de Costa Rica no tuvo la visión para entender el proyecto. Les dio miedo que perdiera protagonismo la Virgen de los Ángeles. Era lo contrario. Fortalecía al proyecto el hecho de que estuviera cerca de la Basílica de los Ángeles. Los que visitaban una visitarían la otra. Bueno, por eso vino mi caída en el Valle Central. Por eso vine a dar en Guanacaste. Me mandaron a un lugar lejano para que no hiciera mucho, y mire todo lo que le he contado que he hecho. “Creyeron que era un castigo, pero esto era lo que me tenía Dios preparado.

Page 53: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Ahora me dijo el Obispo Girardi que me viniera para Bagaces. Celebro montones de misas. Por ejemplo, sólo hoy domingo celebré tres misas aquí y dos misas afuera, hice una a media noche, otra a las 9, otra a las 11, otra en la tarde y a las seis. “Hago cinco por domingo, por ahora. Ya estoy organizando la Asamblea Parroquial de Bagaces, para hacer un plan de trabajo. No me gusta trabajar sólo en la celebración de misa. Me gusta trabajar en formación, preparación de la gente, organización, que la gente se sepa defender… “Por dicha, Dios me ha dado buena salud. Me han operado dos veces, de la próstata y la vesícula… Pero aquí estoy, con mucha fuerza para trabajar. Soy feliz trabajando. Vivo lo que celebro, vivo la misión… No me canso de hablar de Dios ni de los problemas del hombre… Vivo mi vocación. “Si me preguntas por los problemas de Costa Rica, pienso, hombre, aquí se han perdido muchos valores. Era una maravilla Costa Rica cuando llegué. La institución de la familia se respetaba muchísimo. Había un gran respeto a las personas, a las mujeres… Pienso que la cultura del guaro se lo ha ido comiendo todo, lo ha ido deteriorando todo. Esa es la verdad. Sería muy interesante y esclarecedor un estudio que demuestre lo que provoca el guaro en la familia y en la sociedad de Costa Rica. “Lo que dicen ahora es que no se puede organizar una sola actividad sin guaro. Eso no es cierto. Yo organizaba turnos, super turnos, sin vender guaro. En Hojancha, yo los convencí que no hacía falta, que eso denigra al hombre, que el fin no justifica los medios… El fin puede ser lo bueno que quieras, pero si los medios no lo son, pues no… “Ahora, en Hojancha, me hicieron la casa en el alto. El pueblo me la hizo. Si no hubiera sido eso, yo me hubiera ido para España, porque consideré que había terminado mi misión. Pero me dieron la escritura y todo. Es propiedad mía. Es lo único que tengo yo. Si no hubiera tenido eso, ya no estuviera aquí. “Es que en Hojancha sí que me quieren. He sido presidente de la Junta Administrativa del Colegio Agropecuario de Hojancha, Presidente del Centro Promoción y Desarrollo Campesino (Cemprodeca) y de Cristianos sin Fronteras, que es todo lo que tiene que ver con los proyectos de vivienda. Ahora voy a nombrar un gerente porque estoy en Bagaces, y no puedo estar en las dos comunidades a la vez. “He sido muy perseguido, pero tengo mi capillita en mi casa, y antes de venirme para Bagaces, por mandato del obispo Girardi, celebraba misa en mi capilla, tranquilo, sin meterme con nadie. “Ya he hecho mucho. Que digan lo que quieran. Mis obras hablan por mí. Cuando me muera, mi trabajo comunal y espiritual seguirá vivo en ese lindo pueblo que es Hojancha”.

Inédito, Bagaces, enero 2005

Page 54: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Adrián Paniagua Gamboa

Gran ejemplo de superación

Adrián Paniagua es el más culto y leído de todos los productores bananeros. Nos da cita en una de las salas de Grupo Samma, y mientras nos espera, está ahí con un libro de Sergio Ramírez Mercado, el novelista y ex vicepresidente de Nicaragua, en las manos. Hablamos primero del autor nicaragüense, y fácilmente nos percatamos de que don Adrián en efecto es un gran lector y una persona con gran interés por la cultura y el arte. Ya antes habíamos conocido algunos detalles sobre él y su aporte social a la comunidad. Don Adrián es un ideal de empresario culto, y con interés en campos muy diversos, más allá de las finanzas y el mundo bursátil. Adrián Paniagua Gamboa nació en Guanacaste. “Soy de Nicoya. Mis padres eran de San Ramón, eran ´moncheños´. Mi papá se llamaba Juan Rafael Paniagua Rojas, conocido como ´El Macho´ Paniagua, y mi madre, Consuelo Gamboa Villalobos. “Éramos nueve hermanos. Nací cuando mi madre tenía 50 años y mi padre 55 años, soy el menor. Mi padre se dedicaba a la agricultura y ganadería. Era, como se decía entonces, un gamonal, una persona muy querida y muy respetada en la comunidad. Vivíamos parte del año en Nicoya y otra parte en Puerto Carrillo, que es un lugar bellísimo. “Todavía tenemos una casona allá, y allá me voy a meter. Esa zona significa mucho para mí por lo que ha significado para mi familia. Ellos le escogieron el nombre Estrada Rábago, por el padre Estrada Rábago, que fue un español que vino con Juan de Cavallón, y trajo las primeras vacas y los primeros bueyes a nuestro país. “Ellos ingresaron por el Pacífico, por Puntarenas. El padre estuvo por la Península de Nicoya, en el área de Chomes. En atención a eso y que era poco común que se tratara bien a los indígenas, él fue un padre muy cristiano y se enfrentó a quienes maltrataron a los nativos. Mi madre sugirió al director provincial de escuelas que se le bautizara con ese nombre. “Fui a esta escuela primero y segundo grado. En ese momento, sólo teníamos hasta segundo grado. Era una escuelita muy modesta. La habían construido los vecinos del pueblo, entre ellos mis padres. “Después, nos pasamos a la Escuela de Nicoya. Al entrar a lecciones nos íbamos para Nicoya y nos íbamos para Puerto Carrillo para el tiempo de las vacaciones. “Terminé la Escuela en Nicoya. Era un buen estudiante. Ya me gustaba leer. Tuve la desventaja de que mi maestra era mi hermana. Lo digo en son de broma. Más bien, lo cierto es que Maruja, María Noemí Paniagua, fue muy importante en mi formación. Ahora tiene un hotel allá, se llama Hotel Curime”.

Page 55: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

De Nicoya a Puntarenas y San José “Empecé en el Liceo de Nicoya y luego estudié en el Liceo José Martí, en Puntarenas. Mi familia tenía una empresa de lanchas de cabotaje. En esa época no había carretera a Guanacaste, sólo una rústica. No me tocó la época en que Bebedero era la entrada natural a esa zona. “Nosotros transportábamos personas, animales y granos de Sámara, Nosara, Carrillo, Islita, Bejuco, y otros puertos como Paquera y Montezuma. Todo se transportaba a Puntarenas. Teníamos amigos en Puntarenas, y un hermano mío estaba al frente de la empresa en Puntarenas. Por eso me vine al Liceo José Martí. “Se puede decir que fui buen estudiante, tal vez no la octava maravilla del mundo, pero alguien esforzado. “Después me vine para la Universidad de Costa Rica. No tenía familia en San José. Yo le digo a los muchachos de ahora que es muy fácil estudiar y hay muchas facilidades para muchas cosas. Cuando eso, no había ninguna forma de comunicarse sino a través del correo. No había teléfonos en Nicoya ni en Puntarenas. Se ha avanzado muy rápidamente en pocos años. En los años 60, no había teléfonos, ni siquiera administrados. “Una vez que tuve una emergencia, tuve que comunicarme a través de la radio de la policía. En las comandancias tenían un sistema de radio comunicación, y era usual que la gente usara ese sistema cuando tenía alguna emergencia. La gente de la policía, muy solidaria, prestaba su colaboración. “En San José, cuando eso era muy usual que los estudiantes de zonas alejadas vivieran en pensiones. Las señoras daban alojamiento a los estudiantes, y se pagaba una mensualidad por la habitación, la comida, el lavado y el planchado de ropa. “Tuve la ventaja de que siempre me atendieron muy bien. Siempre viví en los alrededores de la Universidad de Costa Rica, en casas que se dedicaban a ese menester. Fue una época muy bonita, muy tranquila, en que compartíamos los estudiantes de diversas provincias. “Había lugares donde nos alojábamos 15, 20 ó 25 estudiantes, y era muy divertido. Estuve estudiando Derecho e Historia. No terminé Historia porque luego, ya con el tiempo, fui asistente de algunos bufetes, entre otros, del Bufete Facio, Fournier y Cañas. En Historia llegué al grado de profesorado, y seguí estudiando Derecho”.

Profesores de lujo “Mientras estudiaba, también era asistente de la Cátedra de Historia en generales. Tenía de profesores a Teodoro Olarte, Constantino Láscarias, Anabel Garrido y Marina Volio. Cuando pasé a Derecho, tuve entre mis profesores a Alfonso Carro Zúñiga, Miguel Blanco, que fue presidente de la Corte Suprema de Justicia; Fernando Coto Albán, y Edgar Cervantes, que también fueron Presidentes de la Corte Suprema de Justicia; Fernando Naranjo; Eduardo Ortiz; Jorge Enrique Guier; Carlos José Gutiérrez, quien fue Ministro de Relaciones Exteriores; Rodolfo Piza Escalante; José Luis Molina Quesada; Fernando Volio, Fernando Fournier, Óscar Barahona Strebber… Tuve profesores de lujo.

Page 56: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Imagínese que, por ejemplo, después manejamos muchos juicios en común entre don Óscar Barahona Strebber y yo. Otro caso interesante es que al primer grupo al que le dio lecciones Rodolfo Piza fue al grupo nuestro. Tuvimos la virtud de graduarnos en poquísimo tiempo. La carrera de Derecho era muy larga, se hacía muy extensa. En esa época, sólo se impartía Derecho en las mañanas. Pero tuve la suerte de ser compañero de varios estudiantes cuyos padres eran profesores en la Escuela de Derecho. Fue así como logramos que nos impartieran lecciones fuera de esos horarios tan cerrados, que nos dieran cursos de verano. Entonces, una carrera que era de cinco o seis años la vinimos a sacar en poco más de tres años. “Trabajando en el bufete de Gonzalo Facio, recibí una beca para hacer un post grado en Derecho Comparado. Me sirvió para ampliar mi cultura en Derecho más que para trabajar. Un Doctorado en Derecho Comparado en ese tiempo nos quedaba grande aquí. Me fui para la Universidad de Nueva York. La beca era de un año. Era un curso corto de Derecho Comparado. Yo hablaba muy poco inglés. Había recibido cursos en el Centro Cultural Costarricense Norteamericano. “Después de estar un año en Nueva York, al regresar fui a saludar a mi profesor, Don Fernando Coto Albán, que en ese momento era Presidente de la Corte Suprema de Justicia, y él me dijo, ´Adrián, ¿querés irte a Limón?´ Le dije, ´diay, no sé, ¿cuándo?´ Me contestó ´tenés que irte para allá ahora mismo´”.

En Limón “Don Fernando Coto Albán me obligó a decirle que sí. Como no era muy ducho en el Derecho Laboral, Don Fernando llamó a Álvaro Ciro Vargas, que era el Presidente del Tribunal Superior de Trabajo, y le dijo, ´mirá Alvaro, dále el ABC del Derecho Laboral Colectivo a Adrián, porque va a tener que resolver una huelga muy grande. En efecto, cuando llegué, había una huelga en Limón. Tenía paralizados los ferrocarriles, los muelles, las bananeras… Don Álvaro Ciro Vargas me dio algunos ´volados´. “Me fui a Limón a resolver ese asunto. Por ahí me quedé como juez varios años. Fui juez exactamente durante cuatro años. Llegué de 22 años de edad. No conocía Limón. Me impactó mucho la forma de ser de la gente. Limón estaba muy influenciado por los inmigrantes jamaiquinos originales. Todavía tenían banderas británicas en la casa, y eran muy respetuosos de la autoridad moral que tenía la corona británica sobre ellos. “Había mucho sindicato de izquierda. Era una época de mucha efervescencia social y sindical. Cuando llegué, me tocó enfrentar, de entrada, la fuerza de esos sindicatos. Hasta ese momento, era la huelga más extensa de la historia, incluyendo la de Calufa (Carlos Luis Fallas, escritor y activista de izquierda), en los años 30. No sólo era la más extensa por la cantidad de días, sino que había paralizado todas las actividades. No estaba funcionando el tren. Me tuve que ir en avión. Los vuelos comerciales de LACSA también habían sido suspendidos. No había vuelos por la misma huelga. Tuve que llegar en una avioneta del Ministro de Seguridad. No se me olvida que cuando llegué el aeropuerto estaba resguardado por la policía. “Empezamos a resolver problemas. Me encontré con el único juzgado. Hoy día los jueces se quejan de que tienen mucho trabajo, y atribuyen la lentitud en la resolución de asuntos al exceso de trabajo. Desconozco las estadísticas, pero

Page 57: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

le voy a decir esto: llegué al único juzgado que había en toda la provincia, desde el río Sixaola hasta Sarapiquí, abarcaba por la zona costera hasta Barra del Colorado, casi en Nicaragua, y casi hasta Turrialba. “Llegué a un juzgado que veía materia laboral, materia civil, Derecho de Familia, Derecho Agrario, que ni siquiera existía como disciplina aparte, ni existía el Derecho de Familia, por lo menos en nuestro medio. “Siempre se presentaban cosas interesantes porque la administración de justicia era muy difícil. Para ir a Guápiles desde Limón, era toda una aventura. Estaba en auge la titulación de tierras. No se hacía a través del IDA. Casi siempre era a través de los juzgados civiles. Teníamos que viajar en tren, y perdíamos mucho tiempo. Por dicha logramos algún acuerdo. Le hablé a Don Fernando Coto para que el Ministerio de Seguridad nos suministrara un avión, y más de una vez estuvimos a punto de morir por culpa del mal tiempo que impera en esa zona. “Corríamos serio peligro, sobre todo cuando tuvimos que hacer viajes a Barra del Colorado. Una vez nos extraviamos y fuimos a parar a un aeropuerto en Nicaragua. El piloto no volaba por instrumentos sino visualmente, se nos perdieron los puntos cardinales y nos pasamos un poquito… Imagínense el susto. “Como en ese caso, pasé por más de un susto, pero ahí estuvimos, al frente de ese despacho, hasta que salí por algo anecdótico. “Estaba en Limón un abogado con un gran prestigio. Don Fernando del Barco, quien tiene más de 90 años y mentalmente está muy bien. Él es un hombre muy inteligente, que ejerció una gran influencia en Limón. En ese momento, era un abogado muy connotado. Sólo había dos o tres abogados en Limón. Para ponerlo en términos agrícolas, cada uno tenía su parcela de clientes. Los otros abogados eran Don Daniel Zeledón Umaña y Don Carlos Silva, que yo recuerde. “Don Fernando tenía la clientela empresarial. Era el abogado de la Northern, el abogado de Recope, el abogado de las compañías navieras, el abogado de las compañías bananeras, de las empresas de transporte y de las fábricas. “Estando una vez Don Fernando en Europa, me llamó al juzgado y me dijo, ´Adrián, tengo una comparecencia dentro de tres días, en los tribunales, y realmente estoy muy contento aquí. He decidido retirarme, te llamo para que te hagás cargo del bufete y que te hagás cargo de la clientela a partir de ahora´. ¿Verdad que parece mentira? Pero así fue, como les estoy contando. Por supuesto que me tomó por sorpresa. Le dije, ´Don Fernando, no puedo hacer eso, tendría que preguntarle a Fernando Coto Albán´. Me dijo, ´no te preocupés, que ya yo lo llamé´. “Fernando Coto y Fernando del Barco eran muy amigos porque Fernando Coto inició su carrera judicial en Limón. Me contaban ambos que como la Corte no tenía muchos libros, la única Biblioteca Jurídica que podía llamarse tal era la de Don Fernando del Barco. Fernando Coto se iba a estudiar por las noches en la oficina de Fernando del Barco. “Una anécdota que me contaron ambos, de esa época de Don Fernando Coto en los Tribunales de Limón, que estaban en los altos del correo, es que llegó un campesino y pidió hablar con el juez. Don Fernando Coto accedió, y llegó el campesino y le dice, ´mire, quiero hacerle una propuesta, tengo un caso, vengo de hablar con Fernando del Barco, quien por llevármelo me cobra tanto, pero no me garantiza ganar, en cambio yo sé que usted como juez sí puede garantizarme ganar el asunto. Entonces lo que le voy a pagar al abogado,

Page 58: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

mejor se lo pago a usted, y usted da una sentencia a mi favor´. Don Fernando Coto, que era muy inteligente, no se puso a pegarle gritos al cielo, sino le dio una lección, le dijo, ´mire, la ley dice que si usted me hace esa propuesta, yo tengo que denunciarlo a la policía, y a usted se lo llevan detenido, entonces hagamos esto: usted todavía no me ha dicho su nombre, bájase ahí, queditito, y se va corriendo, mientras voy a la policía a denunciarlo, como no sabremos quién fue, la policía no va a poder agarrarlo´. Efectivamente nunca volvió por los tribunales. “Cuando me dijo Don Fernando del Barco, siempre llamé a don Fernando Coto, que era un poquillo tartamudo… Me dijo, ´que que Adrián, salíte tres meses, a ver cómo te va´. Me fue bien, renuncié y me quedé con el bufete. Cuando regresó don Fernando del Barco, aquello todavía me parecía mentira. Sólo llegaba a darme consejos. Tenía unos 62 ó 63 años. Eso fue a mediados de los años 70”.

Abogado de las grandes empresas “De un momento a otro me convertí en el abogado de las empresas de la zona. Don Fernando del Barco también había sido empresario bananero, y se entretuvo con otras actividades. Siguió llegando al bufete, y tuvimos una relación muy bonita, de mucho respeto… Él era muy reconocido. La gente en Limón le tenía un gran respeto. Era casado con una hermana de don Hernán Garrón. Don Hernán era un hombre muy influyente en el país. Ya había sido Ministro de Agricultura y Diputado, luego, fue precandidato presidencial y fue Ministro de Seguridad de Óscar Arias. “Aunque ahora tengo mucha actividad empresarial, todavía tengo el bufete. Ya los asistentes están en la misma condición en que estuve yo con Don Fernando. Estoy más relacionado con las compañías bananeras. “Desde que empecé en el bufete, en el ejercicio de abogado de ese bufete tenían que combinarse ambas condiciones, la de abogado y la de empresario. Me nombraron curador en varias quiebras de compañías bananeras. No obstante que era un puesto de administración y de tutela de la empresa y de los acreedores de la empresa, tenía que ejercer como empresario. “Un poco después compré una finca a un alemán en la zona de Estrada de Matina, Ernesto von Estorre. Era un hombre muy reconocido. Compré esa finca con el ánimo de sembrarla. La compré con los honorarios que me gané en una curatela de una de esas fincas bananeras que acabo de mencionar. “Es curioso: en el ejercicio de esa curatela había venido a hacer una inversiones a Inversiones Samma, porque Rolando Ramírez Paniagua, ex Ministro de Gobernación de Don Óscar Arias, y ex Gerente del Banco Nacional, me llamó porque estaba transitoriamente en Samma, me dijo, ´vení para ofrecerte un paquete de inversiones´. Él es ramonense, su mamá es hermana de mi papá. Conocí a la gente de Samma a la par de ese primo. Conocí a Víctor Oconitrillo, Álvaro Sancho y Jorge Donato, que son los fundadores de Grupo Samma. Vea lo que son las coincidencias, vine a hacer las inversiones, y cuando liquidé la quiebra y saqué avante la empresa, se le pagó a los acreedores, y el juez me liquidó mis honorarios, me fui y compré esta finca. Era Semana Santa. La compré un Jueves Santo. Hice la opción de compra. Estaba soltero. Me fui para Guanacaste. Estando allá, recibí en un teléfono público administrado una llamada del presidente de Samma, Álvaro Sancho, quien me

Page 59: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

ofreció comprar la finca que acababa de comprar yo. Llamó para ofrecerme el doble del precio en que la había comprado dos días antes. No quise vendérsela. Le dije, ´tengo la posibilidad de comprar otras fincas alrededor de esta, constituyamos una sociedad, hacemos una finca más grande, y con costos fijos a escala más bajos, nos beneficiamos todos´. “Esa primera finca era de 150 hectáreas. Nos asociamos en esa primera finca, hicimos una finca como de 400 hectáreas, la sembramos de banano. E independientemente del grupo, fui comprando otras fincas. Finalmente, hace un par de años le compramos las acciones que tenía Don Álvaro Sancho. “En todas las fincas pusimos un gerente. El gerente es el ejecutor. Siempre estamos detrás de todo, vigilantes de los costos y de los rendimientos…”.

Conciencia social bananera “No quiero jactarme de nada, pero creo que hemos trabajado con conciencia social, hemos hecho escuelas, hemos creado parques recreativos, hemos hecho donaciones para que se instalen clínicas, para que se construyan escuelas, y también hemos donado terrenos. “Participo en varios grupos de socios. Don Víctor Oconitrillo y Don Henry Zamora, de Samma, están conmigo en un grupo. Otra cosa que hemos tenido como práctica es darle una participación accionaria a los ejecutores del proyecto, que son el músculo y el cerebro del proyecto. Ha participado con nosotros un hombre muy capaz que es el licenciado Carlos Mora Corrales. Él también participa en otros proyectos en que no participan Víctor y Henry, mientras que en otros proyectos está conmigo Don Martín Gómez. La salida de Don Álvaro Sancho fue posterior. “Aparte de nuestra finca inicial, compramos otras fincas con el mismo grupo. Tenemos unas 1600 hectáreas. Tengo unos quince años de ser bananero. Lo que más me llama la atención de la actividad bananera es su impacto social tan positivo. Uno inicia un negocio para ganar dinero, por supuesto, porque no voy a empezar un negocio para perder, pero se puede ayudar mucho a través de una actividad exitosa. Yo lo veo así. Si yo empiezo un negocio que no es un negocio lucrativo, no sólo no me da a mí, sino que me imposibilita ayudar. “Sin que quiera jugar de mecenas, se puede ayudar a la comunidad, se puede ayudar a los empleados directos a tener un mejor sistema de vida, se puede destinar premios a la cultura… Lo digo porque lo hemos hecho. Se puede incentivar el deporte. Es algo en lo que también hemos participado. “Uno de los grupos se llama Aproveco, Aprovechamientos Ecologicos. El hombre es como el lobo de Darío que para comer tiene que matar. Muchas veces para sembrar banano uno tiene que cortar árboles, pero igual hemos tratado de hacer la actividad lo menos dañina al medio ambiente. “He tenido una preocupación por destinar áreas de reserva, que sirvan de santuarios para la fauna, que es tan abundante en nuestro medio. En ese sentido, nosotros hemos procurado dejar secciones para la eternidad en que no cortamos un solo árbol, y no permitimos que entre gente a molestar a la diversidad de pajarillos y animalitos. “Yo, personalmente, tengo grupos de reserva de unas 1500 hectáreas de reserva, en el cantón central. Hay una área del río Peje en que tengo áreas de reserva. También tengo áreas de reserva en Horquetas de Sarapiquí. Son

Page 60: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

tierras propiamente aledañas a las fincas bananeras, que están en los cantones de Matina y Limón”.

Pionero en piña en el Norte “Una de las razones por las que me gusta el banano es porque es una fuente de trabajo. Le voy a contar una anécdota, una vivencia… Me fui un día con este señor que me ayuda a ejecutar un proyecto, se llama Martín Gómez, a ubicar unas tierras que íbamos a comprar. Ya cansados, llegamos a una pulpería muy chiquita del pueblo, para tomarnos un refresco. Empezaban a llegar los niños a comprar dos tajaditas de mortadela, a comprar un huevo, a comprar un bollito de pan, dos bollitos de pan… Hasta ese momento no estaba decidido en comprar la finca, pero le dije a don Martín, ´vamos a comprar esta finca porque esta gente necesita mejorar su situación económica, necesita una fuente de trabajo´. Así lo hicimos. Un año después, al llegar a esa misma pulpería, encontramos con que los mismos chiquitos llegaban a comprar dos kilos de huevos, más pan y más tortillas… Es decir, el efecto multiplicador del salario que pagábamos se había extendido a todo el pueblo, y ya tenían más dinero para gastar. Esas son las satisfacciones que me da la actividad. “En esa magnífica relación que he tenido con las compañías comercializadoras, como abogado y como amigo de los gerentes, he conocido a mucha gente. En esa situación llegó un ex bananero un día a mi oficina. Curiosamente, a pesar de ser gran amigo mío nunca me dice Adrián, me dice ´licenciado´. Ese amigo se llama Alfredo Herrera Solís. Me dijo, ´licenciado, me dan un contrato para sembrar piña en la región del Atlántico, y en la única persona en quien he pensado para asociarme es en usted´. A partir de ese momento empezamos a hablar del negocio, empezamos a buscar la finca, fuimos a San Carlos, aterrizamos en Sarapiquí, e iniciamos con la que podría ser la finca pionera de piña en el Norte. “Fue el primer proyecto que se sembró. Empezamos un día de mi cumpleaños, un 13 de agosto del año 90. Así empezó la actividad piñera. Del Monte otorgó tres o cuatro contratos, a los Montealegre, a un señor Cooper, a una gente de ´Hacienda Ojo de Agua´, y a nosotros. Nosotros fuimos los primeros que sembramos. “Fue hace quince años. Empezamos un 13 de agosto. Sembramos primero 100 hectáreas, subimos a 800 hectáreas, y hace muy poco tiempo, le vendí mi parte a don Alfredo Herrera, y compré una fábrica para procesar jugos y concentrados de piña y de otros productos. Vamos a procesar mangos y melón. Soy productor de mango en el Pacífico, en Playa Ostional, que es bellísima. Soy productor con mis hermanos. En esto estamos tres hermanos. Tenemos 150 hectáreas de mango. “Soy fundamentalmente hombre de negocios, pero me da la impresión de que se está sembrando mucha piña. Somos el primer productor de piña, es cierto, pero se están desplazando otras actividades, como las lecherías, que han subsistido por muchos años, y que han tenido éxito. Me da la impresión de que se está cometiendo un gran error y da mucho miedo que la actividad colapse, como colapsó el palmito. Yo no sembré palmito, pero sí hice un vivero, y en proporción a la inversión hice grandes negocios con palmito. Por esa inquietud

Page 61: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

que tengo con respecto a la piña, he comprado esta fábrica procesadora, porque creo que puedo ayudar. “Aquí, el problema que existe es que usted pone una pulpería en una esquina y le va bien, pero al año le ponen una pulpería en cada esquina de la cuadra, y un año después todas quiebran. “También hay que llamar la atención de la banca de desarrollo. Le voy a poner un ejemplo. Cuando sembramos la finca de piña, que era la primera, nadie me prestó plata. Me decían ´mejor sembrá banano, y te prestamos lo que querás´. Cinco años después estaban ejecutando a un montón de bananeros y la piña empezaba a tener auge. Ahora el fenómeno puede perfectamente revertirse. “Soy muy inquieto, conservo las fincas ganaderas que nos heredaron nuestros padres, y hemos comprado fincas en Guanacaste, siguiendo los pasos de mi padre, que sembró árboles cuando todo el mundo destruía bosques, hace 50 años. Tenemos áreas reforestadas en Guanacaste gracias a la visión que nos dio mi padre. “Estoy casado con Nidia Acón, prima de Jorge y de Roberto Acón. Hemos tenido toda la vida un gran cariño por los Hermanos Acón. Son muy emprendedores, muy inteligentes y muy sagaces. Tenemos grupos diferentes, y les admiro todo lo que han conseguido. “Tenemos dos hijos, Daniela, de 25 años, y Adrián, de 23. Daniela estudió Banca y Finanzas así como Economía, mientras que Adrián está terminando Comercio Internacional. Daniela está en la fábrica, y vive en San José. Aquí tenemos oficinas, en el Centro Colón, y ella viaja si tiene que viajar. Está soltera. “A Adrián, vamos a ver si lo ponemos a encontrarle salida a eso que estamos produciendo. Mientras tanto, está con las fincas ganaderas en Limón. Me ayuda también en Guanacaste. “Hago mucho ejercicio, todos los días, juego tenis y fútbol en gimnasio, fútbol cinco. Me fracturé y estuve un año fuera. Por eso estoy un poco más gordo. Me gusta mucho leer. Ese es mi gran pasatiempo, absolutamente. Extraño a Enrique Benavides, a Cristián Rodríguez, a Teodoro Olarte, a Constantino Láscaris… Me parece que el periodismo de ahora es muy negativo y muy light. “Me gusta mucho Limón. Por supuesto que Guanacaste me encanta también. Me gusta mucho la actividad piñera y la actividad bananera. Me gusta estar activo en Limón. Llevo una vida casi pastoril. Mi casa está a los cien metros de mi oficina. Vivo frente al mar, si algún día quiero tomar un bote o un kayac, me voy tranquilo… “En la zona donde vivo, todavía se puede encontrar esa Costa Rica de hace unos años, en la que los vecinos se sentaba en la acera por la noche. He sabido delegar. Dios me ha dado mucha habilidad o ha puesto en mi camino a las personas adecuadas, empezando con mi esposa. Dios me ha regalado la visión y el instinto que me han permitido tener magníficos gerentes en todas las empresas que son magníficos ejecutores, así como tener magníficos socios, que son, primero que todo, verdaderos amigos. Las empresas me han permitido ayudar. El hecho de contar con un sistema de becas, de donar terrenos para centros educativos y clínicas, de aportar para la construcción de escuelas y de ayudarle a la comunidad me hace una persona muy feliz”.

Viva Limón, junio 2005

Page 62: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Guadalupe Urbina

“La gente que no inventa es una calamidad” Ella tiene la plenitud en los ojos, el entusiasmo en la boca, y una enorme sonrisa se asolea desde una de sus orejas hasta la otra. Su sonrisa es lluvia de luz. Parece como un puente colgante que va de extremo a extremo y que tiene un piano en lugar de piso. Ningún artista me llena más de alegría. El gozo nace cada vez que habla o que canta, y las ondas de su energía especial fecundan la piel del prójimo. A veces, ese prójimo es uno, y le queda a uno el alma prendidita de sus estrellas, como echando leche de palo, de abundante regocijo, como floreciendo hasta por los huecos de las orejas… Su música es la titular en el tocadiscos de mi carro. Es la única música para la que mis oídos nunca estarían indispuestos. Hay dos que la acompañan (Natalia Esquivel y el dúo cubano Ad libitum), pero así como sale el sol todos los días, así amanece el aparato de mi carro con su trópico azul, su trópico de lluvia, con esa mujer que le canta a la urbe nuestra y al campo, que convierte un paseo en bus en un poema y que nos chifla con sus canciones para Ana, para Alba, para Antonio o para Juana. Entre su guitarra y su largo pelo enmontañado, algo mágico ocurre, y entonces aquella música suya es citadina y guanacasteca a la vez, aborigen y europea, de Sardinal y de Holanda… Me enamoré de su trabajo por la que se supone es su puerta de atrás: primero me atrapó la cuenta cuentos, que es, además, una gran cuentista. Entre las historias de su niñez, con la chancha Pánfila, que vivía en la cocina de piso de tierra de su casa; con el mono Benito, el que se rompió una pata, vivió como un hermano de ella y se ponía sus calzones de corbata, y el perro garrabero y vagabundo que salvó a su padre de la mordedura de una cascabel, la Lupe se roba mi aliento, me transporta a esa edad de los campos más abiertos que es la infancia, y me ayuda a descubrirme. Es edificante reconocer a una mujer tan dueña de sí misma, cuya seguridad ha de asustarnos en una sociedad tan machista, y cuyo arte es fuego con alas. Aunque nos duela admitirlo, a veces da lástima que Guadalupe Urbina no haya nacido en una patria más poblada, como México o Argentina, pues tiene todo para ser una de las grandes, versión gigante, de la trova y de la música latinoamericana, que es alternativa a la globalización que mete sus narices hasta en el arte. Pero, gracias a Dios, Guadalupe Urbina nació en Sardinal, en la casa de un hombre que no fue a la escuela pero que le enseñó cómo curar animales y defenderse en el monte, y de una mujer que no necesitó de la vida intelectual para ser profundamente sabia. Esta es la historia de una artista que decidió torcerle el pescuezo a su destino de mujer de zona rural, pobre, de origen campesino, y que triunfa precisamente

Page 63: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

gracias a todo eso que es, lo que la hace única en el concierto de artistas del país. Nació en octubre de 1959, y tuvo una infancia extrema, una infancia dura, en medio de una familia muy pobre y muy numerosa. Los hermanitos de ella no fueron rosario, fueron camada, catizumba, multitud… Sin embargo, la dignidad deja chica a cualquier adversidad que se le arrime. “Mi madre, que tenía diez hijos, tenía la calidad de vida que no tienen ahora. Tenía su patio gigantesco, sus árboles frutales, sus animales en la casa, sus perros, sus caballos, sus gallinas, sus chanchos, su propia fórmula para ser feliz. “Mi mamá tuvo que asumir todo el peso porque mi papá decidió quedarse muy a la sombra. Nunca asumió su rol paterno. Aunque él estuviera, aportaba lo suyo sólo cuando eso era posible, pero sin molestarse mucho. Es una cuestión cultural. Nunca perdió el sueño por el hecho de no poder cumplirnos. “Mi padre creía, como casi todos los padres de los hogares desintegrados y buena parte de los otros, que los hijos son de la madre. O sea, que mi ´mama´ tenía responsabilidad irrenunciable con sus diez criaturas”.

Nunca renunciar al destino “Yo soy la última. Para que te hagás una idea de la diferencia, yo tengo una hermana que tiene una hija de mi edad. Es más, mi hermana mayor tiene 60 y pico de años. Ella podría ser mi madre”. La Lupe ya nos puso a ver en su mapa. Ya nos metió de cabeza en su historia. Ella abre la boca y dice cuatro palabras y hasta las paredes se ponen a escucharla. Nos reunimos en el Centro Nacional de la Cultura, CENAC, en la antigua fábrica de licores, y tengo claro que hasta los ventanales quisieran tener oídos para escucharla. Estamos a pocas horas de uno de sus conciertos, y me regala poco menos de dos horas en unas bancas de la parte de atrás. La ventaja es que conozco todos sus discos, sus libros, sus historias de la vida. Tiene el don de la palabra. Todo lo dice con gracia. Los gestos de la nariz y el brillo de la mirada son como la Salsa Lizano de la narración de sus historias. “Yo canto desde pequeñita. En mi casa se escuchaba música desde siempre. Mi madre era la más apasionada con la música. Vengo de una familia muy musical, una familia llena de gente que tiene gracia pa´cantar y pa´decir las cosas. “Mi madre fue apenas hasta Segundo Grado, pero tuvo una visión del mundo muy amplia. Todo lo analizaba con una gran profundidad filosófica, al punto de que era muy radical. “Ella nos obligó en la vida a tomar partido, nada de andar a dos aguas. O se es o no se es. Así he sido siempre. No puedo ser de otra manera. Con esa madre, no tenía de adonde salir por otro camino. “Empezar así te obliga a pensar que esto que una escoge, por más duro que sea, es lo que quiero hacer y no otra cosa. “Mi mamá me reforzaba cualquier tontería que yo imaginara. Mamá lavaba y nos hacía bombas. Hacía una con las dos manos para que fuera más grande y me decía ´mirá, vení a verlo todo por la bomba, todo el mundo esta ahí, hasta los árboles, que son tan altos. “Poco a poco ella me modeló como artista. En la casa teníamos guitarras y ella cantaba. Yo empecé a cantar con ella. Entonces, mi madre me subía a un barril, a un estañón, y me ponía a cantar. Al final, me aplaudía y me aplaudía.

Page 64: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Ahora tengo claro que si me subo al escenario es como si me estuviera subiendo al barril”.

Conciencia plena “Muchos de mis hermanos no pudieron estudiar. Yo me encontré con todas las ventajas al ser la más pequeña, y también tuve ciertas desventajas. En el Sardinal en el que me tocó crecer sobrevivía el animal más fuerte, igual entre los chanchos que entre nosotros. No es que había consideraciones. No cabía la envidia, como en todas las familias, por el afán de supervivencia. “Tengo muy claro que, en mucho, mis papás me agredían. Como era la más chiquita todo lo pedía y todo lo quería. Como era pequeña, daba la lata. Seguramente mis papás se ponían muy nerviosos cuando mis hermanos hacían diabluras, porque, diay, en una casa de una decena de hermanos, es imposible ejercer control absoluto. “Estuve en la Escuela de Sardinal, pero saqué el Sexto Grado en San José porque durante ese año murió mi madre, a los 52 años de edad, de cáncer en el hígado. “Eso fue realmente lo que a mí me ha marcado toda la vida. Lo he tenido que superar con tratamiento especial. Fue un desarraigo de golpe. “Imagináte a una niña de 10 años, que tiene su casa, sus hermanos, sus animales, su patio, su mamá, y que de la noche a la mañana pierde a la mamá, la casa, el entorno, los amigos y la escuela. “Por todo eso, el traslado a San José se convirtió para mí en una tragedia. En Sardinal tenía una libertad de acción y de movimiento físico que jamás tuve en San José. “En mi casa de la infancia éramos pobres, pero nunca faltaba nada. Era lo que ahora la gente llama ´tenerlo todo´. “Sólo que no teníamos zapatos. Además, ¿a quien le importaba, en Sardinal, un hueco en la camisa? Y a 32 grados, ¿para qué zapatos? “Yo era la típica niña pobre, pero el concepto de pobreza era distinto. Un año un tío que vivía en Puntarenas, y que nos quería mucho, nos trajo zapatos. Esa fue la primera vez que me puse zapatos. Me los puse y me fui corriendo. Cuando volví, le dije a mi madre que no podía, tenía los pies muy magullados, y me dijo mi mama ´las niñas que pueden volar no necesitan zapatos. Guardálos y de repente le nacen alas también a tus zapatos´. “En San José, las casas pasan con la puerta cerrada todo el día. En cambio en Sardinal yo pasaba con mi tropa de amigos por el centro de la casa, igual en la mía que en la del presidente municipal. En esos pueblos no había diferencias. Por lo menos, allá no se sintió el 48… “Los sábados y los domingos eran para los ríos. Las vacaciones eran para ir en carreta a cualquier playa y para jugar con los animales. Los perros, las gallinas y los chanchos son los juguetes de uno en el campo”.

Cambio de vida “Una hermana de mi madre vivía en Barrio Cuba. Pasé de la libertad de Sardinal al San José de los barrios del sur. Cuando eso, unas hermanas mías ya vivían en San José.

Page 65: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Después de un tiempo en la casa de mi tía, a mis hermanas les tocó asumir una responsabilidad enorme, que era mantenerme a mí en términos económicos y en la formación. Mis hermanas han tenido una vida muy dura. Apoyando a mi madre, no se daban el derecho a llorar, el derecho a ser débiles, a ser frágiles. “Yo tenía un trauma por la pérdida de un espacio ante otro en el que no tenía consuelo. Pero tenía que estar bien. La regla es que tenemos que echar pa´ delante. “La ventaja mía es que siempre he sido brillante. Fui una niña brillante en todo lo que hice. Desde siempre, todo lo que emprendo me puede salir bien. “La gente que no inventa es una calamidad. Desde niña pude crear porque tenía un patio de no sé cuántos miles de metros cuadrados. “Crecí en un mundo de espacios, aunque el ambiente no era muy saludable, porque tomaba agua donde fuera y andaba revolcada con los animales. “Esa niñez tan feliz me marcó, a pesar de la pobreza y a pesar de que mi padre era muy violento y agresivo. “Yo conocía los procesos de la agricultura y los ciclos de la luna, aunque sufrí por ese problema de educación en Guanacaste que hace que, por formación, tengan como prioridad a los niños. Los niños aprenden mientras a las niñas hay que cuidarlas. “En casa ocurrían cosas muy graves. Mi padre intentaba una vida sexual normal pero no quería nada en el ámbito emocional. Además, su salud no se lo permitía. “A las hijas se nos hereda, en el campo y en la ciudad, el deber de la madre de lavar la ropa y cocinar. En esos años, y en Sardinal, el servicio doméstico era salvaje: sin lavadora ni refrigeradora. “Por eso, en dos años el cáncer mató a mi madre. Yo pienso ahora que mi madre se acogió al cáncer como una manera de escapar. Renuncia a la vida y nos predica seguir adelante. Nos dice que tenemos que sobrevivir a todo y a pesar de todo. “Mi madre era una mujer llena de fantasía. Siempre tenía una corta historia para algo. Era una mujer de parábolas. Esa fue su manera de enseñar. Contar y cantar es una manera de comunicar”.

Barrios del sur “Después de estar un tiempo con una tía, mis hermanas asumieron el papel de cuidarme. Me fui donde una de mis hermanas en Alajuelita. Mis hermanas eran como mi madre. Hicieron todo lo necesario para que no me faltara nada. “Que me educara era todo. Fui a estudiar inglés al Centro Cultural Costarricense Norteamericano. Desde que murió mi mamá, tuve una vida sin expresar afectos pero con actos concretos. “Luego, en la secundaria, me fui para el Liceo del Sur. Ahí estuve los cinco años. Seguí sintiendo un contraste tremendo entre los niveles de agresividad que había en la capital y que, a pesar de todo, nunca hubo en mi pueblo. “Agredir a alguien era muy descalificado. Los pleitos en la escuela eran muy mal vistos. Bueno, te voy a contar un secreto: una vez le rompí la cabeza al hijo del director porque me andaba levantando la falda. Estaba muy necio, levantándome la enagua, cogí una piedra y se la pegué en la cabeza.

Page 66: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Después de que mi madre me dio un castigo muy grande, me dijo que no tenía que dejarme de nadie. Nunca más me levantaron la falda en la escuela. “El Sexto Grado lo hice en la Escuela Omar Dengo, llena de niños malcriados, agresivos y con un vocabulario terrible. Cuando llegué de Sardinal, sabía de matemáticas más que todos. “Cuando entré a esa escuela, me puse más tímida. Casi no hablaba y todo lo hacía muy bien. La única arma que tenía fue demostrar que era muy capaz. Los niños se enojaban mucho: ´llega una niña, lo sabe todo y ni nos habla´ era lo que pensaban. “Las casas en San José eran muy chiquitas, de madera. En el barrio donde yo vivía, todas las casas estaban en malas condiciones. En cambio, allá en Sardinal vivía en una casona de madera, y por más que tiraras cosas no había desorden. Teníamos la concepción del espacio que existe en un patio del campo”.

Vencer la adversidad “A veces tengo períodos de tristeza muy profundos. Con el tiempo aprendí a tratarme eso. Los períodos de tristeza vuelven. Hay que combatirla. La tristeza te mata y te llena de muchos temores. “El mejor antídoto ha sido cantar. La verdad es que el mejor remedio es inventar. Y una inventa cantando y contando historias. Esa ha sido mi respuesta fisiológica desde que mi mamá me subía a un barril y me aplaudía. ”En Sardinal cantaba y recitaba en la escuela. Nunca me importó quién me estuviera viendo. Ya en el colegio, cantaba cosas de Mocedades y de Serrat. Siempre fui como era. Siempre fui fuera de serie. A los 15 años era atea. Todo lo cuestionaba. Le decía a la profesora de religión, ´si Dios existe, ¿donde está?´. También le decía algo que sigo creyendo: que el musulmán y el budista valen tanto como el cristiano. Es más, ahora le agrego algo muy importante: los musulmanes, los budistas y los cristianos dicen y predican lo mismo. “Los musulmanes tienen ´El Corán´ y, ¿qué derecho tiene mi profesora de decir que no sirve? Claro que casi se muere conmigo, no, conmigo no; casi se muere por mi culpa. “Entonces, me convierto a los movimientos de izquierda. En los años 70, crecen muchos movimientos muy interesantes. Se habla de un cristianismo en favor de los pobres, se habla de las comunidades eclesiales de base, y de la teología de la liberación. “Me enredo pero porque me convencen. Eso de ir a la iglesia por ir no iba conmigo, y eso de la juzgadera es una cosa muy difícil para mí, muy desagradable. “Que no le digan esas cosas a una adolescente que es artista y brillante, como lo fui yo. A los 14 años me iba detrás del gimnasio a fumar y tomaba cerveza a escondidas. “Era un desastre. Tenía que responder por lo que recibía, pero quería hacer mi vida. Entonces, entro a la UCR. Ahí estuve un año, y luego me pasé a la UNA. Me decían que ahí daban música con talleres y con coros”.

Page 67: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Independiente “A los 18 me fui de casa. Trabajaba de 8 de la mañana a 5 de la tarde en una fábrica de ropa, en Pavas. Y entraba a la U a las 6 de la tarde. De 6 a 10 de la noche estaba en clases, todos los días. Como mis exámenes de la universidad eran muy buenos, me dieron una beca. “No pagaba la universidad, pero tenía que mantenerme lo demás. Vivía con una amiga, Pilar Mora, en una habitación al lado de la casa de sus papás. Me trataban como de la casa. “Después, me fui a vivir a un colectivo de estudiantes de Guanacaste, en San Pedro. Pagábamos 150 colones al mes y cuidábamos al niño de la señora, que también era de Santa Cruz. “Éramos cinco o seis, entre hombres y mujeres. Fue un tiempo muy bueno y muy malo. A esas edades y con esas juntas aprendés a tomar vino, cerveza… Y no descansás ni de noche ni de día. “En esa época de mi vida pruebo de todo, hasta el fondo… También escribo muchísimo, de día y de noche. Escribía una poesía muy extravagante, muy complicada, un poco pretenciosa, con palabras bonitas. Tendría poco más de 18 años cuando pasó todo eso. “A los 20 años, trabajando con los grupos de la iglesia, que ahora sí me gustaba porque la percibía cerca de la gente -sobre todo de la más pobre- conocí a una persona que, de repente, se convirtió en mi amigo y en mi guía. Conocí a un hombre muy particular. Él se dio cuenta que yo era brillante en las letras y me fue jalando. “Yo estaba en un grupo de chicos y de chicas, en el barrio Cristo Rey. Lo conocí en cosas de la iglesia. Era un cura de la teología de la liberación. Estaba en un nivel intelectual en el que conversaba sobre temas que a mí me interesaban mucho. “Me devoraba sus libros. Me acercó a Antonio Machado, a Miguel Hernández, a Celso Ferreiro, a Luis Cernuda… Gracias a él conocí a la generación del 98 y a la generación del 27. “Él fue prácticamente la escuela que tuve. Aprendí con él sobre historia, sobre arquitectura, sobre música europea del Renacimiento. Es un cura español, y es el padre de mi hijo mayor, Antonio. “Todo aquello terminó en matrimonio, que duró diez o doce años. En la primera etapa de mi vida artística, este hombre fue mi mayor soporte. Le gustaba mucho lo que yo hacía. No más al principio me dijo que tenía que dedicarme a la música, y que no perdiera el tiempo con las matemáticas. “Es mucho mayor que yo, y tenía una vida organizada. Eso tenía un lado positivo porque, entonces, tenía una vida estructurada. Pero, por el otro, tenía un problema para mí, y es que yo no iba haciendo mis propias estructuras. Las estructuras mías eran diferentes a las de él”.

Vuelo “Ya había comenzado a viajar. Empecé a salir del país, para mostrar mi música. Era el año 83 o el año 84. Yo estaba en la UNA. Presentaba mis

Page 68: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

canciones en la universidad, y caían muy bien. Estaban en su apogeo las guerras centroamericanas. “Empezábamos a sonar Adrián Goizueta; Diego Díaz, que es un uruguayo que influyó en nosotros, y también yo. Era música contestataria. Lo que siempre me pasa y me sigue ocurriendo es que, por ejemplo, toda la gente estaba haciendo canciones como las de Silvio (Rodríguez) y Pablo (Milanés). “Mientras le ocurría eso a algunos de los nuestros, yo estaba cantando lo de mi provincia. No estaba a la moda, porque no andaba cantando a León Grieco ni a Fito Páez. En general, los de la onda alternativa y de izquierda levantaban la bandera comunista. “Yo no abrazo banderas. Eso me ha dado mucha realización y me ha abierto puertas en la vida. Crecí en una casa con diez niños, tan libre que hacía lo que me daba la gana. Por eso, no me gusta amarrarme a esas ondas. “Tiendo más al anarquismo que a cualquier otra cosa. El anarquismo es el balance y el equilibrio de un universo en movimiento. “En ese sentido, yo no tenía espacio, nunca tuve espacio en los movimientos de izquierda. No estuve entre la gente que se consideró ´de izquierda´, ni fui de los que decían que alguien era bueno si era de izquierda y que no lo era si no manifestaba simpatía por Fidel o los sandinistas. Por ejemplo, no fui a los grandes festivales de Nicaragua. “Se suponía que no estaba en condiciones para cantar como ellos. Ese espacio fue siempre muy difícil para mí, precisamente porque no dejan espacios. No les gusta que lo digan pero lo digo: no tengo bronca, no me gusta eso de la izquierda y la derecha, y no me siento bien con esos movimientos. “Me he dado cuenta de que era de izquierda alternativa, aunque para ser de izquierda había que andar el pelo de cierta manera y fumar marihuana. Te voy a decir otra barbaridad, que enoja mucho a cierta gente: los movimientos de izquierda nunca estuvieron en la base. Dependían mucho de que el poder les otorgara ciertos privilegios. ¿Cómo podían pretender que el Estado les diera algo si estaban en contra de lo que ellos mismos llamaban status quo? “Es igual que si ahora yo pretenda que la empresa privada me financie todo. Como artista no puedo condicionar mi trabajo a lo que alguien o alguna institución o empresa quiera. Digo algo y no me importa que haya quien se asuste con eso. “La gente cree en una. La gente sabe que sos honesta. Lo que hacemos en un teatro o en un escenario es un esfuerzo conjunto. Apoyo a gente que no tiene dinero. Tener no es la condición. Apoyo a amigos, a gente en la que confío”.

Las canciones de mi provincia A esta altura de la entrevista, Guadalupe Urbina va impulsada por su propia pasión. Apago mis motores y me dispongo únicamente a escribir. Va como una bala loca, como dice Gonzalo Rojas en un poema. Va rapidísimo, y pegando en todos los extremos. Se pasa de tema en tema a como le da la gana. “Empiezo con las canciones que hablan de mi provincia. Canto alguna que otra canción que no es original. Sólo algunas canciones que marcan a mi tierra. Sólo unas poquitas. Lo que pasa es que soy de la opinión de que cuesta mucho ganar un espacio propio. “Recuerdo que me presenté en un concierto en 1986, dentro de en un festival en el que se decía que la paz del mundo comienza en Centroamericana. Pero

Page 69: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

soy muy caótica, dentro de esos sistemas organizados no tengo un espacio. Felizmente encontré que había mucha gente conocida. “Lo más difícil en este trabajo es saber lo que uno quiere hacer. Tengo certezas. No es arrogancia mía. “Pese a todo, una tiene que amar y defender la vida. Eso lo aprendí con la muerte de mi madre. La vida compartida es lo único posible. Eso es lo que se llama solidaridad. “Esas certezas que una tiene no se pueden poner a un lado. Mi vida es ir de un lado al otro. Me gusta ser errante. Fue muy duro aceptarlo. Es lindo llenarse de laureles. He tenido oportunidades en teatros lindísimos y en festivales importantes. “Yo soy la que siempre he repetido. Hasta hace poco tiempo creía que hacer este trabajo es un regalo de la vida. Ahora creo que la chispa primera que dio luz al universo está en una. Mi trabajo consiste en hacer que esa chispa brille. “Esa chispa no me pertenece. Estoy obligada a devolverla, a través de dar todo lo que puedo dar. “Mi canción cuestiona el orden establecido. Creo en el poder de la palabra para transformar el orden de las cosas. Al principio era el verbo. En todas las culturas creo que mi trabajo es ese: que la palabra revuelque. “Siempre he dicho que mi energía cura, porque me curo a mí misma con mi trabajo. Es un trabajo para dar, para darse. Si no recibes lo que esperabas es porque no diste. Una recibe lo que realmente tiene que recibir. “Un día, una amiga me dio un masaje y me dijo ´que entre lo que tiene que entrar y que salga todo lo que tiene que salir”

La distancia para curarse

“Estoy lejos de Costa Rica, vivo en Holanda. Vivo allá porque tenía que salir unos años del país. El papá de mi hija, Ana, es holandés. Al final, el ambiente costarricense fue un ambiente muy hostil para mí. Casi todos los espacios son muy hostiles. Lo que cuesta es irse. Hay que aprender a tener seguridad ante un ambiente hostil. “Hay que asumir el regalo de la vida. Ahora bien, no te lo voy a negar: yo soy terrible. La gente que me conoce y que me quiere sabe que vivo en la luna que tenga. No tengo paciencia. Tengo un carácter terrible. Por ejemplo, cuando sé que quiero algo y que debe estar ahí, en el escenario, ahí lo quiero. No importa lo que me digan. “La gente cree que es que soy arrogante y dominante, pero no. Es que hasta que no me convenzan, sigo con mis posiciones. Cuando me demuestran que un punto es distinto a como lo estoy proponiendo, acepto. Pero si no, que ni pierdan el tiempo. “Creo que la sabiduría está en el código genético. Uno la tiene o no la tiene. Mi madre la tenía. Ella era sabia. Además, era parte de un pueblo apegado a las creencias agrícolas, al contacto con la naturaleza. No tengo más alternativa que cantarle a ese pueblo. Si lo niego, me muero. “Ahora me ha ido mucho mejor en mi país porque me asocié con dos personas muy inteligentes y muy jóvenes, que tienen una empresa que se llama Cosmovisiones. Es una chispa de la vida. Surgió en el espacio. Ellos son pareja. Fernando Francia es uruguayo y Gabriela Cob, costarricense. Nos

Page 70: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

conocimos hablando sobre cosas del parto, los niños y los derechos de las mujeres. Y, en medio de esa conciencia feminista, nos flechamos. “Hemos organizado conciertos y giras, hemos producido discos, hemos editado libros... Todo es producto de ese flechazo. Todos los amores profundos crean un embarazo. Hemos tenido partos luminosos. `Trópico azul de lluvia´ fue editado aquí, y también en Europa, por una empresa belga. Hemos hecho juntos una nueva edición de ´Madremonte´, y otra nueva edición, que se llama ´Al menudeo´, y que es parte de un libro autobiográfico, que me publicó una editorial de mujeres en España. Es un poquito de todo. En el libro vienen poemas, canciones, cuentos, recetas y ensayos. “Ahora tengo otros proyectos. Sueño con venirme para Costa Rica. Creo que es hora del regreso. Me encantaría tener un bus y una carpa de circo para ir por todos los pueblos de nuestro país. Me gustaría hacer presentaciones para mi pueblo, que sean gratuitas. Y también me gustaría poner a los niños a cantar y a escribir. Ya hice un proyecto con niños. Los puse a escribir sobre la vida y el ambiente. Los niños son un público que me interesa mucho. Me encantaría hacer talleres con ellos en todos los pueblos. Ahora creo que sería feliz encaramada en un bus, de pueblo en pueblo, y con una carpa que pueda armar, y que me permita trabajar y mostrar mi música bajo el sol y la lluvia”.

OJO, setiembre 2005

Recuadro

Nuestro mono Benito Mi casa estaba llena de animales; cerdos, gallinas negras, gallinas coloradas, gallinas pescuezo pelado, gallinas de guinea, perros, gatos, perro-coyotes, una lora, dos alcaravanes, un chichiltote –¿qué es eso? pues un pajarito– y un mono. Si, aunque no me lo creás teníamos un mono. A esos monos en mi pueblo les llamamos congos. Aparte de todos esos animales mamá nos tenía a nosotros, cuatro hijas y seis hijos. Mamá cuidaba a los cerdos y a las gallinas para venderlos y así podía mantener a la familia. Cada animal en mi casa tenía un nombre y podría contar y contar sin parar sobre ellos, pero por ahora solo quiero contarles nuestro encuentro con el mono. Los sábados todas las niñas y los niños del barrio nos bañábamos en el río. El agua tenía una frescura sabrosa que nos hacía temblar al principio, pero luego entre gritos y saltos se acababa el frío. Un sábado escuchamos un ruido muy fuerte, parecía que la tierra retumbaba. Los congos aullaban, los caballos relinchaban espantados y los perros ladraban contra el aire. Nosotros detuvimos nuestro juego para poner atención; sabíamos que los animales son los primeros que sienten cuando la tierra va a temblar. Los congos que estaban en los árboles del río huyeron a esconderse adentro del bosque, con tan mala suerte que una mamá perdió su cría en la carrera. El monito cayó sobre las piedras a la orilla del río y chillaba fuertemente; chiiiii, chiiiiiiiii. Nuestros ojos se abrieron del tamaño del monito y no podíamos creer lo que nuestros ojos veían. Todo fue tan rápido. Salimos del agua sin haber sentido el terremoto y nuestros ojos querían salirse. Nos fuimos acercando despacito, quedito al conguito y vimos que sangraba un

Page 71: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

poquito, queríamos tocarlo pero nos quería morder y lanzaba un chillido fino; chiiiiiii, chiiiiiiiiiiii. Mi hermano Pedro tenía miedo, pero era muy valiente y con mucho cuidado lo cogió y fuimos todos detrás de él hasta nuestra casa. Mi papá era un excelente médico de emergencias animales; nunca fue a la escuela, pero era el doctor de todos los animales alrededor de la cuadra. Por eso papá sabía que a un hueso roto se le curaba con una tablilla y el congo tenía la pata rota. Papá cogió la patita del mono y le puso su medicina, era un pasta hecha con hojas de sábila o aloe vera, como le dicen ahora en las tiendas, esta pasta se revolvía con polvos sacados de las conchas del mar, llamada concha nácar. Luego de ponerle la pasta le puso una tablilla de madera de balsa encima, porque esta madera no pesa nada y se la sujetó con un trozo de tela. A eso le llamábamos entablillar. Mientras papá realizaba esa operación mis hermanos y yo buscábamos el nombre para nuestro amigo y elegimos el nombre de Benito, más bien, Benito Tablilla. ¡Ta ta ta tan ta taaaaaaaaa! ¡Benito Tablilla! Poco a poco, y obligado por el hambre, Benito Tablilla aceptó nuestra famosa botella con una tetilla de hule rojo gigantesca y llena de leche, que apenas le entraba en su boquita. Unas semanas después ya había aprendido a comer limones dulces, papayas, mangos, anonas y cuanta fruta le lleváramos. Entre dos árboles de tamarindo construimos su casa, era un simple tablón sujetado a ambos lados por una cuerda gruesa y sobre él unas mantas viejas. Con el tiempo se hizo uno más de la familia y aprendió a aullar como los monos del río. Benito se convirtió en un joven fuerte y saludable y la única señal de su accidente era un brazo torcido que no le hacía falta porque tenía su maravillosa y potente cola. Con ella nos arrebataba las cosas de la manos; platos, ropa, comida y se escapaba entre las ramas. Cada vez que algo desaparecía de los tendederos había que buscarlo entre los árboles o decirle a Benito: “Benitooooo, dame acá esos calzones, que no son para ponérselos de corbata”, y Benito con los calzones de sombrero. “Benitooooo, no tirés ese plato que lo vas a abollar todo, Benitoooo. Benitoooo”. Y él miraba hacia abajo con cara de yonofuí, de yonosenada, de yolleguéahoramismo. Con el verano, los árboles de la casa estaban llenos de frutas y los congo del río se iban acercando cada vez más a los patios vecinos y así fueron llegando muy cerca del nuestro. Una tarde Benito respondió los aullidos de una manada, ponía pulmón, oído y atención, y a la mañana siguiente no lo encontramos entre los árboles del patio; inútilmente recorrimos los patios vecinos gritando su nombre, inútilmente esperamos todo el día. Benito jamás regresó. Según mi hermano Pedro, el otro día que andaba buscando leña vio un congo que corría entre los árboles con una pata torcida. Seguro que era Benito; le aulló como solíamos hacerlo cada mañana y Benito le contestó: urrurrgurrgurrg, que quiere decir “estoy muy bien, hasta la próxima”.

Page 72: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Georgina Acevedo López

Madre del Comité de Cultura de Cañas Georgina Acevedo López nació en Cañas el 23 de abril de 1939. Ella es pilar del desarrollo de la promoción cultural y el empoderamiento del folklore en su comunidad. Tiene una vida muy interesante y un gran testimonio de pasión por la cultura con su ejemplo. “Mi madre, Juana Acevedo López, fue padre y madre. Ella era cocinera de fonda. Trabajaba aquí, en fincas. Atendía peones. Fue una mamá soltera y bien trabajadora. Somos una familia numerosa. “Estudié en la Escuela Monseñor Luis Leipold. Se llama así en honor a un sacerdote alemán, benefactor de Cañas. Trabajó 43 años en esta zona. Él se preocupó mucho por la niñez. Le dieron ese título, el de monseñor, a pesar de que no era Obispo. Era el sacerdote del pueblo. Él como persona era benefactor. Sus familiares en Alemania le enviaban muchas cosas. “Cañas era una comunidad muy pobre. Monseñor le dio un gran empuje. Los papás de él eran protestantes. Él se convirtió al catolicismo. Vino al país como comerciante. Fue aquí donde estudió para sacerdote. Según nos cuentan, estando en Alemania él pasó por una iglesia y oyó música. Entró, le fascinaron las pinturas y le llamó la atención la Virgen del Perpetuo Socorro. A escondidas de los papás, le dio rienda suelta a esa atracción que sintió por la religión católica. “Luego vino a América, como empresario comerciante. En una ocasión que venía hacia Limón, en un barco, les cogió una tormenta. Él contaba que el barco se hacía como una caja de fósforos. Él vio cómo toda la gente de Costa Rica se hincaba y le pedía a Dios. El barco no se hundió. Cuando llegaron, todos fueron a visitar a la Virgen de los Ángeles. Como vio que todos iban para la Basílica, él los acompañó. “Cuando llegó de sacerdote a Cañas, en el año 1900, para un octubre en el que llovía montones, tuvo que pasar por la odisea que atravesaba quien quisiera llegar a Guanacaste. Se entraba por Bebedero. Primero, se hacía de San José a Puntarenas en tren, y luego de Puntarenas a Bebedero en lancha. Se usaban las mareas. Recuerdo que las lanchas tenían nombres de volcanes. Bebedero era el puerto de entrada a Guanacaste por la altura, es decir, si uno iba para Las Juntas, Bagaces, Cañas, Liberia o Tilarán. Mientras tanto, Bolsón y Ballena eran los puertos de entrada a la bajura, a Nicoya, Santa Cruz… “Monseñor llega a Cañas con el inicio del siglo XX. Se vale de familiares para traer todo el progreso que él podía para Cañas. Él fue quien consiguió el primer hospital de Cañas. Realmente lo que hizo fue una casa de salud, sobre todo para atender a quienes venían con mordeduras de serpientes, paludismo o diarreas”.

Gran promotor de salud “Él tenía muy claro que Cañas necesitaba un centro de salud. No había doctor, sólo boticario. Monseñor preparó a personas muy humildes. En ese tiempo

Page 73: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

había más calor humano. Después, esa casita de la salud se fue haciendo grande, y donde está actualmente la clínica, tuvo Cañas un hospital. “Me hace una gracia. Resulta que el hospital tenía reglamento. Se paría en Cañas. Las mujeres venían a tener sus hijos en este pueblo. Todo eso se lo debemos al obispo. Ahora vamos a construir una CAIS, es decir, una clínica de asistencia integral en salud. La escuela se llama así. También la clínica se llamaba así, pero ya no. “Él trabajaba con medicina natural, y no comía carne. Decimos que Monseñor es un benefactor. Además, se preocupó para que Cañas tuviera cañería. Él dio el ejemplo. Un domingo, en lugar de dar misa, se arremangó la sotana y la gente tuvo que ir a buscar sus picos y sus palas. “Además de la cañería, había una caja de crédito rural que le servía a los pequeños agricultores. Trajo los primeros instrumentos para la Filarmonía de Cañas. También trajo el reloj de la iglesia, y las imágenes del templo. Todas esas imágenes llegaron de Europa. “Monseñor se preocupó para que las mujeres se prepararan en costura. Pidió máquinas de coser para que la gente pudiera hacer su ropa. “A Cañas pertenecían los territorios de Bagaces, Tilarán, Abangares y parte de Guatuso. Todo eso le correspondía atender a Monseñor. Era una sola parroquia. También atendía el hospital y la caja de crédito rural. Durante 25 años fue presidente de la junta de educación. La escuela empezó en una casita. Iban de una casita pequeña a una más grande. Imagínese si es el papá de la criatura, que incluso compró el primer lote para la escuela”.

“Tenemos un registro de cultura popular” “Mi familia es muy grande. Estudié en la escuela de Cañas. Luego estudié en el Instituto de Guanacaste, en Liberia. Además de obtener el bachiller, me formé en la Escuela Normal de Guanacaste. Ingresé a trabajar a la escuela y laboré como maestra por treinta y tres años. Además de trabajar en la escuela diurna, laboré la misma cantidad de años en la escuela nocturna. “Tengo diez hijos. Mi esposo se llama Albán Vega Wells, es de Liberia. Ellos se vinieron a vivir acá porque la mamá de él era maestra. “Desde que se fundó el comité de cultura, he estado al frente de ese grupo. Soy fundadora. Este comité se fundó en agosto del año 1981, durante la administración de Rodrigo Carazo. La Ministra de Cultura era Marina Volio “Para trabajar en cultura te tiene que gustar. Es muy sacrificado. Por eso digo que te tiene que gustar. Las metas de nosotros son conservar, perpetuar y mantener la cultura popular, nuestra identidad cultural. “Trabajamos sobre todo en lo que tiene que ver con la cultura popular. Tenemos un registro, un inventario, un recuento de todo lo que es cultura popular. Sabemos dónde están nuestros sabaneros, nuestras cocineras, nuestros arrieros, nuestros boyeros… Ellos y ellas son los símbolos de nuestra guanacastequidad. “Trabajamos con los escritores de la zona, tenemos a cargo la Escuela Municipal de Música y la Compañía Folclórica ´Caña de Azúcar`. Con el pintor y artista Otto Apuy llevamos adelante el proyecto de cambio en la imagen de la iglesia, la restauración del templo. “En realidad, el trabajo es sacrificado. Nos toca poner de nuestra bolsa. Contamos con un presupuesto municipal de 6 por ciento de lo recaudado por

Page 74: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

espectáculos públicos. Tenemos un gran apoyo de parte de la Alcaldía y del Concejo Municipal. Ahora somos comisión municipal”.

“La locura mía es la cultura” “La locura mía es la cultura. Hasta tenemos una cabalgata por reivindicación del camino del arreo. La hacemos el segundo domingo de mayo. Tiene el apoyo no sólo del Concejo Municipal sino de la Escuela de Estudios Sociales de la Universidad de Costa Rica. A ellos lo que les interesa es el rescate de cultura popular y de historia que estamos haciendo. La profesora Claudia Quirós tiene un curso de cultura popular. Siempre trae a los alumnos. Vienen dos busetas. “El camino del arreo no prescribe. Era el antiguo camino que usaban tanto los indígenas como los hacendados para sacar sus cabezas de ganado. Traían el ganado a pie, arreándolo de sus haciendas a Barranca o a Esparza. “Para esta cabalgata, salimos de la Hacienda La Culebra, en Abangares, y de ahí nos dirigimos a Cañas. Ese fue el primer recorrido que hicimos. “Ahora también hacemos una cabalgata uniendo todos los distritos de Cañas. El año pasado la hicimos de Aguas Calientes de Bagaces a Bebedero. Ese fue el camino que usaron las tropas de 1856. Este año lo haremos juntando Tilarán y Cañas. Lo vamos a hacer por el antiguo camino que usaban los tilaranenses para llegar a Bebedero. “Apoyamos muchísimo todo lo que es cultura popular. Con los boyeros vamos a Atenas, a Palmares y a la entrada de los santos en San José, que se realiza el último domingo de noviembre. También vamos al desfile de tradiciones que organiza la Comisión de Fiestas de Liberia. “El día del Boyero, que es el segundo domingo de marzo, trajimos gente de Tierras Morenas, de Canalete, de Bijagua, para que tengan intercambio con los boyeros de aquí. “Además, tenemos una manera muy particular de revivir la cultura en las actividades a través de la Compañía ´Caña de Azúcar`, que tiene cimarrona, marimba, mascaradas y danza folklórica. ”Hemos realizado una gran labor en el ámbito regional y también en San José. Hemos ido tres veces a México, al Festival de las Artes, que se realizó en Monterrey en 1998, y en Saltillo en el año 2000 y el año 2004. “También estuvimos en Italia en el año 2001. Este año vamos para España en el mes de agosto. Vamos a representar a Costa Rica. “Tenemos toda una organización. Entre todas las personas, somos cuarenta personas. Cuando viajamos, siempre vamos entre 32 y 35 personas”.

“No me canso de trabajar” “Trabajamos muy fuerte. Cuesta mucho conseguir patrocinadores para la cultura. La gente no cree en el poder que tiene el apoyar la cultura. Hacemos rifas, turnos, presentaciones… No me canso de trabajar. Ahora estuvimos en el festival de las frutas, en Orotina. “Casi siempre algo nos tienen que pagar porque si no, no podemos ir. Es la única manera de que vayamos construyendo algo propio. A esta altura de

Page 75: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

nuestra historia, tanto los instrumentos como el vestuario y las máscaras son de nosotros. “No vamos a San José a buscar patrocinio porque eso es quitarle espacio a otros grupos. Creemos que los empresarios guanacastecos deben ayudarnos. Nos ayuda el Ingenio Taboga, también Aquacorporación y la verdad es que la Municipalidad de Cañas nos ayuda mucho, nos ha ayudado a lo largo de todos los concejos municipales. “¿Sabés por qué la municipalidad me ayuda tanto? Porque soy apolítica. Me han ofrecido hasta el primer lugar en la lista de regidores y de regidoras. Pero yo sé que si me meto en política, hasta ahí llega mi proyecto cultural, porque ya empezaría a tener defensores y enemigos. “Otro proyecto que tengo es que se declare Monumento Nacional el Farallón Corobicí, donde hay petroglifos sobre la pared. Queda en la hacienda de los hermanos López Monge. Es un proyecto del que apenas estamos hablando. “Durante varias décadas, trabajé de día y de noche. Nunca pensé en renunciar a la escuela diurna o a la escuela nocturna. Trabajaba de siete de la mañana a doce de la noche, más todo el trabajo de cultura, que abarcaba todos los fines de semana de mi vida. Casi no tenía oportunidad de cuidar a mis hijos. Los mayores fueron los más sacrificados, pero ahora trato de devolverles todo lo que me han dado y de entregarles todo lo que no pude. También disfruto mucho a los nietos. Tengo 19 nietos en total. “El marido tuvo que aceptar que ya no me podía cambiar. Me apoya con decir nada, con no quejarse. Los muchachos tampoco se quejan. Mi esposo y yo nos casamos muy jóvenes, a los 22 años. Toda mi familia tiene muchos hijos. Tengo nueve hermanos. Tengo siete hermanos vivos. Soy la menor de ellos. Nos apoyamos mucho… Eso sí, no tengo ni hijos ni nietos en el grupo. Cuando salgo, se quedan a cargo de la casa. Cuando estaban en la escuela bailaban, pero ya no… A mí me gustaría que participaran, pero ya que no lo hacen, tampoco me molesta. La verdad es que la cultura me llena toda, y todos en mi familia lo saben”.

Cañas, Marzo, 2005

Page 76: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Werner Hagnauer

El heredero de Las Pumas Es maravillosa la ternura con que lleva adelante el gran trabajo de su esposa, la pasión de toda su vida. Ella inició una labor titánica en defensa de los animales silvestres lastimados en Guanacaste, y aunque él tuvo sus grandes proyectos, tiene como último gran proyecto de su vida, mantener vivo lo de su esposa, ya fallecida. Werner Hagnauer nació en Suiza el 22 de enero de 1923. Llegó a Costa Rica hace más de cuarenta y cinco años, en 1960. “Llegué a Costa Rica para atender un proyecto fracasado, el proyecto atendido por CATIE en Turrialba de Plantas Medicinales. Ese proyecto había costado a la compañía CIBA de Basilea, lo que hoy es Novartis, unos $ 250 mil, de los dólares buenos, de los de antes, de los que valían. Yo tenía un viaje a América del Sur, a Colombia, Venezuela y Ecuador, y vuelta redonda para Chile y Brasil, por cuenta del departamento de agroquímicos de esa empresa. Luego, el departamento de finanzas me mandó a averiguar cómo agrónomo qué había pasado aquí con la plata… “Los biólogos son especialistas. De ver tantos árboles no ven el bosque. Ellos trajeron las plantas de Guatemala, del bosque premontano, para sembrarlos al bosque tropical seco. La Hacienda La Pacífica era de CIBA Basilea, y el CATIE estaba a cargo del proyecto. “En Costa Rica, como desde hace 60 años, los proyectos fracasan. La Pacífica es pionero en proyectos fracasados. Hasta hoy tenemos proyectos fracasados de algodón que sembramos en La Pacífica, de arroz, de palmito… Yo nunca hice proyectos, yo siempre hice el trabajo. “Después, hasta el 68, trabajamos según las normas ticas, sembrando algodón. Tuvimos que fumigar y abonar para que nos financiaran. En el año 69 estuvimos hasta aquí (se toca el cuello) con deudas. “Nuestra salvación fue la erupción del Arenal, porque nos cubrió toda la finca con once kilos de ceniza por metro cuadrado. Era una capa de ceniza de media pulgada. Nos quemó todo. Acabó con todos los cultivos. Empobreció la finca muchísimo. A raíz de ese daño, el sistema bancario nacional nos readecuó las deudas a veinte años y a la mitad del interés. Era ocho por ciento de interés y nos quedó en cuatro. “Don Claudio Volio era gerente del Banco Anglo, y me recomendó hacer con esta deuda de oro una compañía. Fundamos la compañía La Pacífica, S.A. Le pusimos La Pacífica porque era parte de Paso Hondo, que era la hacienda de Maximiliano Soto, hijo de Bernardo Soto y su señora, Pacífica. “La finca de CIBA se llamaba CIBA RIC Limitada. A la hora de comprar le cambiamos el nombre. Mis socios eran todos suizos y holandeses de San José. Ellos no querían una finca especulativa. En ese momento dejamos de fumigar, dejamos de abonar, dejamos de hacer proyecto, y desarrollamos más la ganadería. “De ahí viene que en 1970, fuimos los primeros en utilizar la inseminación artificial en ganado de potrero. Existía en las lecherías del Valle Central, pero no en Guanacaste. Nuestro veterinario, don Jaime del Castillo, nos entrenó,

Page 77: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

entrenó a nuestros sabaneros, pero sin darles charlas ni explicaciones complicadas. Les dijo, ´si ustedes quieren preñar una vaca, trátenla como si estuvieran tratando a su novia, como si quisieran acostarse con ella`. Tiene que escribirlo todo, porque él no paraba en la mitad”.

Tratar las vacas como si fueran novias “Esto fue un éxito rotundo. Con este sistema entrenamos a alrededor de doscientos vaqueros y dueños de finca en Guanacaste. El costo del entrenamiento era el pago de la comida al mandador de la finca, y tenían que inseminar en esta finca sin sueldo. El mejor inseminador logró una vez un promedio anual de 1,3 ampollas por vaca preñada, y en el Valle Central los famosos lecheros contaban entre 3 y 4 ampollas, pero la diferencia era la novia. Era psicología humana combinada con la psicología animal. “Traje semen Simmental de toros americanos, pero tenía compañeros en Suiza que me orientaron bien. Uno de ellos era gerente o director de la asociación de inseminación artificial en Suiza, el otro era jefe de la estación de cría de toros. Ellos me indicaron que Suiza fue el país que exportó semen a los Estados Unidos. Mandé a Rolando Cubero a comprar semen de estos toros suizos, y él hizo el gran negociazo con las recomendaciones de toros. “Traje Simmental en los años 71 y 72. La Pacífica mide 1330 hectáreas. Llegamos a tener 1600 cabezas de ganado. Después de traer Simmental también traje Pardo Suizo. Compré semen de un toro Pardo Suizo, pero resulta que ese toro nos provocó un problema. “Como no podían exportar ese semen a Europa, lo exportaron a América Latina. El semen venía con un agente patógeno. Quien diagnóstico el problema fue el doctor Fernando “Loco” Ortiz Borbón. “Desde el año 70 tenía todo mi hato registrado en el Centro de Cómputo de la Escuela Politécnica Federal en Zurich, porque la UCR no nos dio campo en las computadoras. “Al final, le vendí la finca a Stephen Schmidheiny, de Amanco. Antes de eso, vendí todo el hato en la subasta de Cañas. Él compró esta finca por el solo hecho de tener una propiedad linda. Él es patrocinador del Foro de Río de Janeiro. “Le vendí la finca en diciembre del 85. De Basilea tenía una carta de congratulación por haberle vendido a este señor porque es conocido en Suiza como el Papa Verde. Tres años después en una entrevista con un periódico en Suiza que todo en el sector ambiental que no deja plata, no sirve. No estoy de acuerdo con él. “En esta finca cerraron la lechería, metieron palmito con riego, y luego hicieron 300 hectáreas de espárrago, para lo cual acarrearon camiones y camiones de aserrín para mejorar el suelo. “En La Pacífica yo tenía una rotación de tres a cuatro años de agricultura en maíz, arroz y sorgo, pero después del 69 ya pensamos que arroz no. Todos los potreros estaban con jaragua y con treinta y seis leguminosas nativas que nunca hemos sembrado. Pero no sólo había jaragua. Entre todo lo que se podía encontrar en los potreros, había 42 gramíneas, incluyendo muchas variedades de brachiarias. Todos esos pastos modernos requieren mucha fertilización, mucho riego y no aguantan muchos años. No estoy de acuerdo con la fertilización ni con la fumigación. Tampoco creo que haya que controlar

Page 78: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

malezas. La vaca se encarga de controlar las malezas. Si usted maneja bien una finca, no necesita contaminar el ambiente con todos esos productos. Cada tres años hacíamos pacas de jaragua. Les dábamos esas pacas en verano, con miel de caña. La Pacífica está a más de 15 kilómetros del Ingenio Taboga, es una distancia limitante para la producción de caña, pero sí nos servía para la alimentación animal. No es bonito que sea yo quien lo dice, pero la Hacienda La Pacífica fue una gran escuela para los productores costarricenses”.

Al lado de una gran mujer “Del año 85 para acá, nos retiramos a Las Pumas. En ese momento, mi esposa, Doña Lilly Bodmer, ya tenía el zoológico en La Pacífica. Lo trajimos para acá, justo al lado. Primero vivíamos en Corobicí, y ahí tenía Doña Lilly el zoológico, que empezó como un hospital cuando todo el mundo deforestaba las fincas en Cañas y Bagaces. Todos los que tenían algún animalito salvaje enfermo se lo trajeron a ella, que los recibía para salvarles la vida. Así, en poco tiempo tenía como 160 bichos. Lilly era secretaria de oficio, no era bióloga. “Desde niña ella siempre tuvo animales. Nunca tuvo muñecas para jugar. En lugar de juguetes, le daban animales, aunque fueran de madera. Tenía muchísimos elefantes, jirafas y perros. La diferencia es que aquí, en La Pacífica, tenía animales vivos. “Empezó con la Simba. Era una puma, como estas que tenemos ahora. Cuando llegó, era un gatito al que le mataron la madre en La Pacífica. Dijeron que era una puma pequeña, pero en ese momento era un gatito. Ella la compró por salvarle la vida. Simba murió a la edad de 25 años, ya ciega y débil. “Para mantener esos 160 bichos, La Pacífica era una finca muy rentable. Teníamos un taller mecánico y un equipo de construcción. Mientras tanto, Lilly tenía ovejas y cabras. Los felinos que tuvimos eran unos manigordos. Teníamos diez gallinas ponedoras, mapaches, pizotes, cocodrilos, un coyote… Lo sacábamos como un perro. No mordía. Era muy manso. “Todo el zoológico era dentro de La Pacífica. Como ella hizo todos los trabajos dentro de la finca, daba órdenes, ´hágame esto y lo otro`. Yo estaba de acuerdo porque ella pagaba todo, no en pesos pero sí en besos. Hasta esto lo pagó por adelantado. “Yo la amé mucho. Estuvimos 60 años juntos. Nos conocimos en Suiza. Cuando nos conocimos ella tenía 16 años y yo, 17 años. Fue en 1941. Fuimos novios durante unos años y nos comprometimos en el año 45. Nos casamos de 22 años. “Ya yo era Ingeniero Agrónomo. Cuando me gradué, para los agrónomos era muy difícil encontrar trabajo. Iba a emigrar a Argentina. En eso, me dijo mi comandante en el ejercicio militar que él necesitaba también un joven suizo para atender una finca en Italia. Me preguntó si tenía una novia, o algo, porque a él no le gustaba mandar a un joven soltero, y menos a Italia del Sur, donde hay muchachas livianas y vinos pesados. Esa fue la razón para casarnos de una vez. “Vivimos en Italia dos años y medio, mientras estábamos en la reconstrucción de esta finca. Ya en 1947 conocía todo del sistema de gaviones, y tenía experiencia en cómo replantar frutales, preparar casas y organizar el manejo de una finca.

Page 79: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“En la finca había de todo: frutales, arroz, frijoles, tomates, melones, búfalos y un poco de ganado… La irrigación era accionada por los búfalos. Dando vuelta accionaban una bomba”.

Ambientalista

“De Italia regresamos a Suiza, para trabajar en la industria química. Me dieron un trabajo en el laboratorio de una firma que se llamaba Maag. Ahí me tocó investigar los residuos de insecticidas en frutas, en hortalizas, y en leche, mantequilla y queso. “Desarrollamos un método biológico de extraer el material, limpiar los extractos, poner moscas encima del extracto y registrar la mortalidad. Así logramos determinar toda la cadena de insecticidas del suelo al pasto, al heno, a la leche de vaca y hasta a la leche materna de un bebé enfermo. Ahí me cerraron el laboratorio. ¿Sabe por qué me lo cerraron? Porque era muy eficiente. Estaba descubriendo mucho residuo de productos agroquímicos. “Luego me mandaron a Italia, en el año 55. Me ofrecieron un trabajo como gerente de las plantas procesadoras de papas, hortalizas y frutas, porque todo estaba de mal sabor y olor en la Federación de Cooperativas Suizas. Su planta era comparable con las de la Dos Pinos hoy. Pasé a ser lo que hoy sería jefe de planta. “De ahí me llamó la CIBA Basilea, y me ofrecieron un sueldo y un trabajo por los que no podía decir que no… El trabajo mío consistía en ser un hombre enlace entre el departamento científico y el departamento de ventas. “Por cuenta de CIBA, fui primero a Europa, Austria, Alemania, Italia…; luego a Egipto y Sudán, por el algodón; después a todo el Medio Oriente, que ahora está ardiendo, a Siria, Líbano, Irak… “El tercer año hice el viaje a vuelta redonda por África, por el Congo Belga, en el sur, Costa de Marfil… Cada viaje duraba de tres a cuatro meses. Mientras tanto, Lilly estaba con los cuatro niños en Basilea. “Luego, en el año 59, me tocó hacer un viaje por América Latina. Gracias a este viaje, tuve la oportunidad de llegar a Costa Rica. Cuando hice el reporte de que estuve en el CATIE y que no iba a servir el proyecto de plantas medicinales, que mejor metieran un suizo a que viera el lugar, me encargaron de buscar a un joven que quisiera irse para Costa Rica, mi esposa Lilly dijo, ´vamonós nosotros`. Estaba cansada de no tener marido. “Una vez, ella participó en un viaje de Basilea a Londres, en una excursión, y de Londres me mandó una carta, con labios en rojo besó el papel, para mandar un beso al marido, y me puso que yo nunca le mandaba besos. Me la mandó a África del Sur. Yo le mandé otra carta agradeciendo el beso. Todavía tengo esa carta de mi esposa. “Nos vinimos en un abril para Cañas. Aquí empezó ella con los animales, primero con chompipes y cabras, luego con Simba y los ocelotes. Teníamos un proyecto bellísimo en La Pacífica. Empezamos solos. Luego nos aliamos con la OET, la Organización para Estudios Tropicales, que cuando eso se llamaba OTS, Organization for Tropical Studies. Era una organización de treinta y cinco universidades del mundo, a la que se afilió la Universidad de Costa Rica.

Page 80: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“El primer grupo que llegó vino con el Doctor Gerardo Budowsky. Primero tuvimos dos grupos y llegamos a tener seis grupos por año, hasta que la OET abrió la estación en Palo Verde y después en La Selva de Sarapiquí. “Esta relación se rompió porque, cuando vendí La Pacifica, les subieron las tarifas de 250 a 400 dólares por la casa, y a los estudiantes les subieron de 5 a 12,50 por día”.

Ideas para el distrito de riego “Para mí, el distrito de riego empezó en 1969, cuando un vecino, Beto León, sacaba el agua del Río Corobicí, me parece que lastimando la vega del río. Como la CIBA todavía era el dueño del terreno, lo combatieron por la vía legal con Álvaro Pinto López. “Luego vino el aviador Cecil Murray, dueño de la Aviación Agrícola en Cañas, y me dijo, ´Werner, usted tiene una posibilidad de sacar agua bien arriba`. Me montó en su avioneta Sessna bimotor, me metió en esa zona, hasta que me mareaba con tantas vueltas, y me di cuenta que él tenía razón. Con un Caterpillar hicimos un trazo provisional, y verificamos que el proyecto era factible. En eso, el vecino contrató a don Carlos Valerio. Como ingeniero, él trazó toda la trocha. Teníamos el agua en el centro de las dos fincas. “Como teníamos trescientos litros por segundo de concesión y tenía trescientos litros Beto León, tuvimos que chinear cada gota de agua. Regué trescientas cincuenta hectáreas con 300 litros de agua, o sea, más o menos un litro por hectárea por segundo. Sembrábamos el arroz en invierno y asistíamos con el riego cuando no llovía suficiente. Los excedentes de agua eran para regar los tapavientos y los bosques secos. Luego vino Bel Ingeniería, se alojaron con nosotros, me enseñaron siempre el plan maestro del distrito de riego, se pusieron a preguntarme mi criterio y mis recomendaciones, y me pusieron al tanto de todo desde el principio. “La verdad es que el distrito de riego ha sido un desastre, porque el algodón fracasó sin el riego, pero luego los técnicos calculaban, algo así, ´con tanta agua hacemos dos cosechas y media por año`, pero el resultado es que ahora el arroz está infestado con un ácaro que es imbatible. “Entró el ITCO, y con ello inició el desastre: parceló todas las propiedades, luego vinieron los ingenieros, chorrearon los canales y empezaron a implantar monocultivos. Por eso es que hay plagas. Eliminaron todos los bosques, dijeron que los árboles del bosque eran los que acarreaban los insectos que se convertían en plagas, pero eso es mentiras. Los estudios indican que de todos los insectos del bosque, sólo el 3 por ciento se pueden convertir en plaga. “Estos datos resultaron de estudios de la OTS, con grupos de estudiantes que analizaron estos elementos en La Pacífica. En esta finca se realizaron tantos estudios que, en los 25 años en que nosotros la manejamos, se publicaron 170 investigaciones científicas de las condiciones ambientales de la zona”.

Al frente del legado de su esposa “Doña Lilly murió hace cuatro años, el 26 de marzo del 2001. Murió de una leucemia. En las últimas semanas antes del diagnóstico, ella siempre estaba cansada. Yo le dije, ´bueno, es que usted trabaja mucho`. Pero no era culpa del

Page 81: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

trabajo. Pasaron solamente cinco días desde que le diagnosticaron la enfermedad hasta que murió. Con eso se cumplió un deseo de ella, de no sufrir tratamientos para prolongar la vida. Su leucemia fue fulminante. “Sigo con las luchas de ella. Ahora tengo dos biólogas y una veterinaria a medio tiempo. Hemos mejorado mucho las instalaciones. El zoológico es de dos hectáreas y media. La finca se llama ´Doña Lilly de Las Pumas, S.A.`. Tiene doce hectáreas en total. Vivo muy entretenido manteniendo viva la obra de mi esposa. “Nuestro hijo mayor, Jorge, nació en Nápoles, y tiene la empresa Safaris Corobicí; nuestra hija Verena tiene Rincón Corobicí, el restaurante; nuestro hijo Juan Rodolfo regresó a Suiza, trabajaba para la Asistencia Técnica de la Cooperación Suiza en Manila, Filipinas, y ahora trabaja en Lima, Perú, donde atiende proyectos en Los Andes, y el menor, Urs, está ahora en Nepal, también con Asistencia Suiza, con proyectos de agua potable en pequeñas comunidades. “La Fundación Hagnauer es nuestro gran legado a Costa Rica. Incluye el Centro de Rescate Las Pumas, los programas de educación ambiental, los aportes a la educación académica, y la educación en el ámbito escolar y cultural. Por cierto que uno de los maestros de nuestros hijos escribió un libro aquí. Tuvimos una maestra y un maestro. Pero fue él quien escribió el libro “El mundo viviente”. Se llama don Cristóbal Suter. Es suizo. Vive allá. Vino a escribir ese libro aquí, y un ingeniero de BEL Ingeniería, Mario Álvarez, lo corrigió en español. Marcel Fluir, otro maestro suizo que vino después, se metió a dar lecciones de francés a los maestros en el Colegio de Cañas. Mi esposa y yo estuvimos al frente de los esfuerzos para crear el Convenio Suizo Costarricense para hacer un colegio técnico en Cañas. Luego los ticos estuvieron de acuerdo pero lo querían en San José. El INA estaba naciendo. Los ticos dijeron ´dénos la plata y hacemos el proyecto`. Ligia Piza Quirós era amiga de nosotros, y prima de Daniel Oduber, se enteró de la situación y nos dijo, en confianza, que a los ticos no se les puede dar la plata para el proyecto porque lo echan a perder. Hasta ahí llegó ese proyecto, que era tan lindo. “Bueno, pero no importa, porque no nos hemos cansado de hacer cosas por Costa Rica y por Guanacaste, y lo importante es que muchos proyectos nos han salido muy bien”.

Inédito, Cañas, abril 2005

Page 82: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Isidro Con Wong

Historias del Abuelo Colorado

uieren ser gerentes. “En Costa Rica, nos está dando pereza hacer las cosas. Una vez hice una fábrica de salchichas. Nadie me explicó cómo había que hacerla. No llevé un curso en la universidad para aprender a hacer una fábrica de salchichas. Creo que eso no lo tenemos claro. Por ejemplo, yo quiero modificar algo en el tren. Necesito fortalecer las paredes con poliuretano, para que sean más resistentes. Poliuretano es el material con el que se hacen los colchones. Si usted lo comprime, se endurece tremendamente. “Me dijo el mecánico, ´yo no lo hago, pero tengo quien lo hace…´. Fui y le dije a quien me recomendaron, y me dijo que lo hacía sólo si yo le daba el diseño. Le dije que ahí estaban las paredes del tren, que era cuestión de verlas y de ponerse a diseñar, y me dijo que no lo hacía. “Me duele, pero tenemos que reconocerlo: aquí estamos teniendo mucha pereza para hacer las cosas. Aquí hay mucha mezquindad. Aquí una persona destacada que tiene un alumno destacado no se siente orgulloso de todos los alcances del alumno. Apenas pueda, lo critica, y le baja el piso. Sentimentalmente, Costa Rica no quiere tener todo lo que puede tener. Mientras tanto, la deuda interna le come mil millones al día”.

Las diferencias “El presupuesto de Don Chico actual era de 97 millones, pero es una relación como la del día de hoy si tomamos en cuenta el tipo de cambio, porque ahora el colón cada día vale menos. Sin embargo, con poco dinero Don Chico pudo hacer mucho. Ahora, el país ha perdido la capacidad de construir obra, de hacer cosas. “Otro buen presidente fue don José Joaquín Trejos Fernández, a pesar de que en la Asamblea Legislativa no tenía mayoría. Una vez, no le permitieron ni ir a México para juntar la plata para la carretera rústica de Limón. Entonces, don José Joaquín se pagó el viaje y se fue. La carretera a Limón se la debemos a él. “Si uno analiza las cosas, es en los últimos 25 años cuando el país comenzó a flaquear. ¿Cómo es posible que ningún gobierno haya conseguido economistas de verdad, que entiendan al país como debe ser, y que pongan sobre los rieles al tren descarrilado? Pero tenemos 25 años de aplicar las mismas fórmulas que no sirven.

Page 83: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Lo único que hacen es fundamentarse en lo que hicieron otros que también se equivocaron. Creo que a ninguno se le ocurre ir adelante y descarrilar el confisgado vagón para que se vea un desastre por un momentito, y pensemos en una solución. Si se descarrilara el vagón del todo, habríamos que detener el tren, sentar el chofer adelante, y pensar cómo componer los rieles. No sé por qué nadie lo hace. “Me parece que nos falta madurez. Creo que un tipo centrado, correcto, que tiene una visión clara de las cosas, es capaz de reconocer cosas buenas de su peor enemigo, y repudia errores cometidos por su mejor amigo. Si no, no es neutral. Esa visión para percibir el entorno no la tenemos aquí. “Yo tengo una propuesta: los bonos de deuda interna son un buen negocio por los intereses, una persona que compra bonos tiene un montón de plata, y es como que tenga el dinero debajo del colchón… Me parece que tiene que ponerlo a trabajar en actividades económicas. Es más cómodo tener la plata en el banco, sin empleados, sin problemas, pero eso es paralizar al país. Tiene dos opciones: invertir en el país o comprar dólares. Si compra dólares se genera una inflación del carajo. Creo que hay que obligarlos a invertir. Sin decirles nada, hay que obligarlos a hacer algo. Tienen que hacer algo con la plata, invertir en hoteles o hacer algo más… Además, aquí mataron al contribuyente. Ni siquiera se puede tributar adecuadamente. “El problema de este país es que no hay continuidad, no hay sentido de proceso… Este país puede salir adelante. Es un país pequeño. No es tan complicado arreglarlo…”.

Grandezas del tico “Vea lo que es el tico: un muchacho que es hijo de la cocinera, empezó a trabajar con nosotros en el establo. Un día se arrancó de aquí con otro trabajador, se fue, y a los dos años volvió. Le dije que en el establo no tenía trabajo para él. Le puse a laborar en la construcción. Después aprendió mecánica, pasó a enchapar y a soldar. Cuando fui a ver qué tal soldaba, vi que de verdad sabía soldar. Eso es el tico… Ahora trabaja de enchapador en alguna parte… Materia prima hay, lo que falta es que orienten a cada quien de acuerdo a su vocación y sus talentos. “En Suiza me dieron vida y formación, pero en Costa Rica me dieron el corazón… “Una vez, estaba en Suiza, voy en un tren, se detiene el tren, se pone un señor a prepararse para bajar, pero en eso arranca el tren de nuevo y la persona se hace lanzada. Entonces empiezan los comentarios dentro del tren: dice una señora, ´¡qué barbaridad con esos trenes del gobierno, que nada más buscan cómo cumplir! Es muy corto el tiempo, es poco dos minutos para bajarse del tren, un viejito no tiene oportunidad de bajarse en ese lapso´. El segundo responde, ´ah, no, señora, él sabía perfectamente dónde iba a bajar, podía movilizarse y estar muy cerca de las gradas´. Agrega otra persona: ´si, pero hay choferes tan imprudentes, que se detienen tan estrepitosamente, que los señores tienen que esperar sentados porque, si no, pueden caerse´. Y el cuarto dice, ´más bien tuvo suerte de que no lo van a multar, porque es prohibido bajarse de un tren en marcha´. El punto es que ninguno preguntó si le había pasado algo al pobre señor. En Costa Rica todo el mundo hubiera bajado, todo el mundo es doctor o es enfermera aquí cuando hay una emergencia.

Page 84: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“El problema es que aquí, apenas se mete un político, se friega el asunto, porque empiezan a sacar cuentas de si les conviene a ellos o no… “Recuerdo que una vez iba a exportar casas de pobres de Don Pepe, yo iba a exportar mil casas a Venezuela, el arquitecto decía ´es un proyecto de un año´, y se quejaban en la fábrica de que no tenían suficiente tiempo para hacer las mil casas. Don Pepe se puso furioso y les dijo ´es que ustedes no saben trabajar, si no, en dos meses, las sacarían´. Recuerdo que en la fábrica cobraban 4 500 dólares, y Don Pepe decía que no, que no sólo tenían que hacerlas rápido, sino que debían costar unos 2 mil dólares. Don Pepe inventó esas casas de pobres y sí tenía visión de futuro. “Después de que hablamos de eso, y que llegamos a la conclusión de que no se podía por falta de material, entonces empezamos a hablar de otro proyecto, el proyecto de multifamiliares…” Don Franz tiene dos hijos, Érika y Stephan. Érika pasó tres semanas en coma, cinco semanas inconsciente y tres meses en el hospital, cuando tenía sólo 12 años. Ahora tiene 26 años, y trabaja junto a sus padres, en Los Héroes. Por el milagro concedido, ellos construyeron una ermita, una pequeña iglesia dentro de la misma finca, y se la dedicaron a San Judas Tadeo, el Santo de los imposibles y desesperados…Stephan tiene 23 años, y estudia fuera del país. Don Franz es un gran ejemplo de vida para todos nosotros…

OJO, setiembre 2005 Huetar Norte, octubre 2005

Page 85: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Otto Apuy

El gran artista plástico de Guanacaste

Otto Apuy es un artista cañero, guanacasteco, costarricense, centroamericano, chino y universal. Es pintor, hace instalaciones, es novelista, cuentista, periodista cultural. Lo suyo es lo propio del arte del siglo XX y el siglo XIX. No hay manifestación artística que se escape de sus luces. Cuando entro a su casa, acompañado de mi amiga Siulin Chan Con, nieta mayor del otro gran pintor de origen oriental de nuestro país, Isidro Con Wong, en esa casa hay pósters del post modernismo, pósters de la astrología china, obras de ambos continentes, América y Asia, y de ambas patria, la costarricense y la guanacasteca. -Tenía un dolor muscular, el otro día estaba enfermo, pero ya me siento mucho mejor. No le voy a dar gusto al cuerpo. “Tengo mucho trabajo. Mi taller está aquí atrás. Tengo una exposición muy grande en la galería alternativa, en el Museo de los Niños, en el Museo del Banco Central y en el Museo de Arte Costarricense. Además, el 20 de julio (2005) tendré algo en el CENAC y tengo la presentación de mi libro de cuentos, que se llama ´Donde terminan los círculos`”. Así no más, de entrada, ya nos hace sentirnos en nuestra casa. Se sienta con toda comodidad, extiende las piernas y los brazos, sonríe y espera las preguntas. No le formulo ni una sola pregunta, ni una líquida pregunta, como decimos en el campo. Únicamente le pido que me hable de su vida, de la historia de su existencia, y que discurra por donde le dé la gana. Nació en Cañas el 31 de julio de 1949. “Mis abuelos eran chinos. Mi papá, Máximo Apuy Achío, murió de 43 años, en el año 67. Mi mamá, Berta Sirias Calvo, era del lado de Puntarenas. Somos ocho hermanos. Mi papá era agricultor, cultivaba arroz. Mi mamá era ama de casa. “Hice la primaria en Cañas, en la Escuela Monseñor Luis Leiva. Luego estuve en el Liceo de Cañas, que ahora se llama Liceo Miguel Araya. Siempre dibujaba y pintaba, desde antes de entrar a la escuela. “Empecé dibujando películas. Mis abuelos tenían un cine. Mi cuarto estaba al lado del cine. Lo podía ver por una puerta, así que crecí viendo películas. Hacía los rótulos. Todavía puedo dibujar a Cantinflas con pilots y pintura ocre. “Las películas de la niñez me marcaron. El cine negro fue fundamental en mi niñez. Lo único es que yo no sabía que se llamaba así, ´cine negro`. Cuando descubrí ese cine negro, me di cuenta que lo había visto antes. También me marcó el ver películas como ´Los Diez Mandamientos`, ´Ben Hur`, todas las películas religiosas…”.

Las películas y sus dibujos “Veía la misma película muchas veces. Aprendía párrafos enteros…” (En este momento, se pone de pie, con grandilocuencia, y recita un fragmento de la película ´Los diez mandamientos`. Lo recita en inglés).

Page 86: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Dibujaba a las personajes de las películas como en cómic. Hacía las catapultas y todas las máquinas que veía. Mi abuelo también construía casas. En los talleres yo hacía maquinaria de las películas, torres, muros, valles… Estando en la escuela, vendía cuadernos con cómics. “Siempre se me vio como muy inquieto. En realidad, tenía un gran problema porque se confundía mi creatividad con la rebeldía. En la escuela fui un estudiante normal, pero muy creativo, con mucho conflicto por culpa de mi propia rebeldía. Me molestaba por las cosas que quería y que no se me entendían. Logré entender después que el contexto era muy difícil. “En el colegio era más aplicado. Entré al colegio casi de 15 años de edad, porque entré de 8 años a la escuela. Realmente, cuando me tocaba tenía 7 años y medio. Por eso es que tenía 14 cuando entré al colegio. El colegio para mí fue una maravilla. Se debe a que me encontré con que podía tener una dimensión mucho mayor para las cosas que quería tanto en estudios como en deportes. “Hice mucho deporte, principalmente atletismo. Estuve en los juegos deportivos nacionales. Fui campeón centroamericano de jabalina en los juegos estudiantiles, en secundaria. “Tiene poca importancia. Es la primera vez que lo cuento. Fui como cualquier estudiante de colegio al que lo entusiasmaban los deportes. Siempre estuve pintando. Hice mis primeras exposiciones siendo muy joven. Ocasionalmente, recibía alguna información. Tenía muy poca información. Mi primera formación fue muy de cómic, de historietas. Cuando comenzaron a llegar las exposiciones, con Felo García, sobre todo la exposición de pintura abstracta, del mismo Felo, de Lola Fernández, de Manuel de la Cruz González, me volví pintor abstracto. Tenía 14 años. Recuerdo una obra que se llama ´La princesa negra`, en los orígenes del arte abstracto. Se parece mucho a lo que ellos hacían. “Es una obra del año 65, ´La princesa negra`, así se llama, qué nombre, ¿verdad?”

Magia del cine en su obra “En ese tiempo recibí la influencia de Felo, de Arroyo, de Jiménez, la influencia del informalismo español… Muchos de ellos habían estado en España. “Todas las obras abstractas que llevó Felo fueron expuestas en el mismo cine de Cañas. Los cierres de escuela también se hacían allí, las graduaciones quiero decir. Era el lugar cerrado del pueblo, el centro que tenía muchos asientos. En el vestíbulo del cine se hacían las exposiciones. Ahí fue que tuve mi primer contacto con la pintura nacional. Continué siendo muy abstracto, hasta que empecé en la universidad con los dibujos de los gorditos, en el año 70. “Entré a Ciencias de la Comunicación Colectiva. Saqué el bachillerato. Terminé los cursos de la carrera, llevé todos los cursos de licenciatura pero no hice la tesis, y me fui con una beca a estudiar arte a España, a Barcelona. “Estuve once años. Históricamente Barcelona siempre ha sido muy importante para el arte, a excepción de un tiempo, durante el proceso de autonomía, en que Madrid le quitó la batuta, pero nada más. “Me fui de 24 años. Primero, trabajé de periodista del año 70 al año 73, en el Periódico Universidad. Trabajé en ese periódico desde el primer número, desde

Page 87: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

la primera edición, con Manuel Formoso de director. Fue que se hizo un concurso. Yo participé con unas redacciones, y me dieron el trabajo. Así que pude estudiar en la universidad con beca por trabajar en el Semanario Universidad. Fue una época muy importante para mí. Sigo considerándome un comunicador. Llegué al arte conceptual a través de la comunicación. ¿Por qué me fui de la comunicación? Es que antes se veía como periodismo, simplemente. No se veía la comunicación como un área más grande, como la sentía yo. “He podido entender todo lo que ha pasado en los últimos treinta años. Utilizo en mi trabajo el análisis, el proceso conceptual. Desde que era un joven periodista, subrayaba la cultura. Además, tengo recopilado mi trabajo durante la época de ALCOA. Me dediqué a hacer entrevistas a todos los artistas sobre el cambio social, a ver que pensaban de arte mensaje, están Gerardo González, Rafa Fernández, los ponía a uno defendiendo la tesis de que el arte deben tener una función social, sobre el papel del artista como agente del cambio social. Tengo dieciocho entrevistas recopiladas. Son entrevistas a artistas como Fernando Carballo, ´Chino` Morales, César Valverde, Crisanto Badilla, José Luis López Escarré, Alberto Moreno… “Entre mis compañeros estaban Eduardo Ulibarri, Isabel Ovares, Sonia de la Cruz, Mario Segura, Marielos Cob, Guillermo Fernández, Patricia León, Ángela Ulibarri, Luis Sáenz… “Vos y yo comenzamos a colaborar en ´Rumbo`, juntos, ¿te acordás? Hace más de diez años. Vos eras un carajillo. La directora de ´Rumbo` era Patricia León, compañera mía de la universidad. Fue toda una generación realmente interesante. Pilar Cisneros estaba un poco adelante”.

Barcelona “Conseguí la beca por nueve meses con la Dirección de Artes y Letras. La idea mía era confrontar los movimientos de vanguardia. Estaba muy interesado en esos movimientos. Me interesaban los movimientos europeos. Recuerdo que mandaba colaboraciones a Excelsior, al Semanario Universidad, a La Nación… Había un movimiento muy fuerte de grandes artistas como Joan Miró y Antonio Tapies, y también de grandes figuras del mundo intelectual. “Había un movimiento de artistas de vanguardia. Estaban trabajando instalaciones y video arte. Claro, todo eso fue una gran escuela para mí. Mucha gente importante se reunió en Barcelona. Llevé cursos de arte, cursos en pintura, en grabado, en mural, en distintos sitios de Barcelona y con distintos artistas. “Cuando me fui, en el año 74, tenía grandes ilusiones. Después de los nueve meses de la beca, me quedé trabajando. Pintaba mucho y vivía de las pinturas. Exponía en diferentes lugares. Llegué a exponer en Barcelona, en Madrid, en Alemania y en Suiza. “Trabajé en diferentes cosas para ir viviendo. Trabajé haciendo diseños, colaborando en revistas, haciendo corresponsalías… Me marcaron mucho esos años. Tanto así que aprendí catalán. Ahora colaboro con una revista de catalanes, la Nostra Veu. Tuve que estudiar catalán para comenzar a estudiar arte. Lo aprendí a escribir. De hecho a mí siempre me han interesado las lenguas. Aprendí inglés del colegio y también francés. Aprendí los dos idiomas en la secundaria. Después, allá aprendí catalán. Viajando tanto fui

Page 88: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

aprendiendo. Iba con la actitud adecuada y tengo facilidad para las lenguas. Siempre tuve una actitud muy abierta para asimilar la cultura. Abrí la mente y el espíritu en Barcelona. Tomé lo que quería e iba sintetizando en mí. Fue cuando tuve conciencia de ciertos propósitos importantes hacia el arte de vanguardia. “Allá, en Barcelona, me encontré conmigo como artista. He ido a Barcelona no sólo como el pintor, sino como el escritor, el comunicador, el periodista, el escultor… Volví a Costa Rica en el año 77 para realizar una exposición. Esa exposición fue la única por la que he recibido un premio, el Premio Nacional Aquileo Echeverría en dibujo. La exposición fue en la Galería Sokari, en barrio Amón. Ya no existe. “Regresé a Barcelona, y pasé allá hasta el año 85. Cuando decidí regresar a vivir aquí fue como huyendo de un mundo en el que estaba muy metido y muy hallado. El regreso fue en dos etapas. Primero volví a Costa Rica en el año 80. Pasé hasta el 82 aquí, y regresé a Barcelona de nuevo, donde estuve hasta el 85”.

Nuestro ambiente muy pequeño “Durante el regreso, al principio nuestro ambiente me parecía muy pequeño. Regresaba y me daba cuenta de que había mucha desinformación sobre las nuevas tendencias del arte. Venía de una ciudad muy informada. Barcelona estaba muy desarrollada en el ámbito editorial. Allá pasé leyendo traducciones que no encontraba aquí. Escasamente en esa época nos llegaban libros de autores en español. Lo que se publicaba en literatura alemana o francesa, y que era publicado en nuestro idioma por Sudamericana, escasamente llegaba aquí. “En mi estadía europea tuve un acercamiento cultural. Además, me casé allá, la primera vez, y tuve una hija, que es la única hija que tengo. Tiene ahora 22 años, vive en Barcelona, tengo esta foto, paremos para que la veás. Esta foto es de cuando estuvo aquí, hace año y medio. Ella se dedicó al deporte. Fue campeona de kayac en España, y ahora está dedicada al arte, estudiando arte. Se llama Sira. La mamá es una enfermera catalana. “Estando en Barcelona siempre mantuve contacto con los artistas de aquí. Hubo otros artistas de nuestro país que se estaban formando allá. Se decía en el mundo que había un movimiento en Barcelona, y aquí se decía ´estos son los de Barcelona`, así como a otro grupo se le decía ´estos son los de Nueva York`. En Barcelona estuvieron Fabio Herrera y Rafael Ottón Solís. Creo que Carlomagno Venegas estuvo en Nueva York. “Los que más nos definíamos por la obra, en cuanto a influencias, éramos nosotros. También estuvieron allá Rafa Fernández, Chalo Morales, pero no vivieron ahí. Sólo fueron por temporadas. Por eso, Barcelona no marcó sus obras. “Volví divorciado. Regresé con muchas ansias de trabajar. Lo veo ahora como esas reacciones naturales de cuando uno se divorcia y también se separa de un contexto. Vas a otro contexto y te ponés a trabajar. Venía aferrándome al país y a mi trabajo. Allá estaba dejando un país, mi otro país; una hija; una ex esposa… “Contaba con esa experiencia. Creo que eso me ayudaba a concentrarme mucho más en mi trabajo. Fue cuando prácticamente comenzaron, en el año

Page 89: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

85, las exposiciones mías. Desde entonces no he vuelto a tener residencias largas en otros países”.

Arte público “Venía con muchas ideas de un arte público, que llegara más a las masas, que creara identidad, que buscara nuestros orígenes, que universalizara. En el caso de Guanacaste, propiamente, pensé en llevar las jícaras, los mitos, las leyendas, las tradiciones, llevarlas a la contemporaneidad. Lo mismo que Guanacaste establecía en la cultura, lo llevé a la escultura, a la instalación… “La jícara fue uno de los elementos. Utilicé muchos elementos más: el maíz, el café, las piedras, el bambú, las semillas… Me interesó trabajar con ramas, troncos, sombreros guanacastecos, albardas, coyundas. “Estando en Barcelona, me apropié mucho de lo nuestro. Para entenderme y para tener un arte consistente y honesto tuve que agarrarme de mi cultura. Cuando uno está fuera del continente se siente latinoamericano. En la medida en que uno se va acercando, se siente centroamericano, y después, ya más cerca, se siente costarricense. “En cuanto a Barcelona, es una cultura que mira hacia sí misma, hacia sus propios valores, con una gran carga de identidad. “Al reflexionar, comencé a ver mi cultura con esos mismos valores. Había elementos que estaban relegados a la función decorativa y folclórica. Había una gran pérdida de valores y de símbolos, consecuentemente. “Cuando empecé con esas ideas, todo aquello no fue bien recibido por el mundo cultural. Decían que eso no era arte, que eso no era una expresión artística, que era algo que no se entendía. “Al principio me costó mucho. A diferencia de lo que existe ahora, en ese momento estaba solo. Sentía una gran soledad. Ahora, por ejemplo, todas las generaciones que siguieron fueron hacia una concepción de arte más dentro del pensamiento que yo tenía. “En la historia del país está Juan Luis Rodríguez, que programó algunas cosas conceptuales desde París. Sus plantaciones también fueron solitarios. Lo de él fue primero que lo mío. Juan Luis Rodríguez significó un despertar importante, pero no asumió un papel protagónico en el arte conceptual. Yo podía considerarlo un compañero, pero no estaba dedicado a continuar el desarrollo conceptual de lo que había hecho. No lo digo peyorativamente. Lo respeto muchísimo. Él tuvo mucha influencia como profesor, y como artista fue exponiendo mucho, pero no trabajaba sistemáticamente el arte conceptual”.

Inslalaciones “La primera instalación la hice en el año 80. Fue en Bellas Artes. Fue la primera vez que hice video arte. Nadie había hecho video arte en Costa Rica. Yo programé varias exposiciones en el año 80, el año 81, el año 82. Eran exposiciones con carácter muy conceptual. Era video arte y performance. Ahora, en nuestro país, hay respeto por ese trabajo. Pero en ese momento no era bien recibido. “Creo que el respeto es obra de la consistencia y la perseverancia, lo que a la larga es producto de la actitud que he mantenido frente al arte, una actitud de

Page 90: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

búsqueda, de presentar un mundo multimedia, un arte en el que utilizo todos los medios posibles en la consecución de una idea… Tal vez esa actitud es lo que a largo plazo me determina a mí. Soy un artista multifacético. “En ese sentido, siento que otro elemento importante es que di clases de periodismo, di ´Introducción a los medios de comunicación social`. Esa circunstancia me obligó a recordar mis estudios, que le han aportado mucho a mi obra. “En el trabajo multimedia que he realizado, ha habido épocas en que he trabajado mucho más la pintura, en otras épocas he trabajado más el video, y últimamente he estado trabajando más la literatura. Además, obedeciendo a esa manera de trabajar, he estado sacando a luz muchos libros que tenía escritos, o que tenía las ideas, quiero decir, tenía las ideas preconcebidas. “Es así que, por ejemplo, han salido varios libros de cuentos y novelas. La idea es que muchos de ellos han tenido que ver con ciertas épocas. A pesar de que toda mi obra no se ha podido analizar en conjunto porque ha sido muy diversa, muchos libros míos están apareciendo y cada uno corresponde a una época distinta”.

Su obra literaria “Tengo muy claro que cada libro corresponde a cada época mía como artista. Un libro que se llama ´Figuración candente`, de la Editorial Costa Rica, tuvo que ver con la exposición que también se llamó ´Figuración candente`, aunque el libro lo terminé después. Ahora relleno huecos en mi pasado que corresponden a esa época. El otro es ´Memoria hechizada`, y hubo una exposición que también se llamó ´Memoria hechizada`. Ese libro fue finalista de un premio de novela Educa. “El primer libro de narrativa fue ´Diabólica`. Era un libro de narraciones y dibujos. Luego viene ´Figuración candente`, ´Sin ansias para morir`, ´Cuarta flor del dragón carmesí` y ´Memoria hechizada`. “Te voy a hablar de todos los libros, uno por uno. Primero está ´Diabólica`. Es un cuento. El texto se va comiendo a sí mismo. El dibujo también va desapareciendo. De hecho, este libro es vendido en la sección de libros antiguos, en España, por parte de la editorial. Es un texto muy poético, que se va comiendo a sí mismo. . “En el caso de ´Figuración candente`, se trata de un cuento fantástico. Es una plumilla que se le revela al dibujante, por sí sola se suelta y comienza a dibujar su propio rostro. En dibujo, está hermanado con ´Diabólica`. “´Sin ansias para morir` es de narrativa. Son cuentos. Es un libro sin dibujos. Es una reflexión sobre lo mesoamericano, sobre las raíces mesoamericanas, que va hacia lo precolombino, al sacrificio, a la adoración del sol y la luna, a los códices Mayas. Es un poco una reconstrucción de mitos. “´Cuarta flor del dragón carmesí` es una novela que narra la historia de los primeros chinos en Costa Rica. Es una novela sobre la migración china. Es una novela familiar, basada en los recuerdos de mis abuelos. “Un Apuy fue el primer chino que vino a Costa Rica. Para ser exacto, el primer chino que vino a Costa Rica es el papá de Hilda Chen Apuy. Ahora estoy terminando una novela nueva sobre ese tema. Hace poco estuve revisándola. Es un tema que literariamente me interesa.

Page 91: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“He escrito mucho pero no he publicado. Por cierto, ahora estoy escribiendo una novela, y estoy revisando otra. Estoy trabajando en dos novelas. “He escrito cuatro novelas más, en total, después de la primera, que fue sobre China. No las he publicado. He escrito mucho sobre la realidad guanacasteca y sobre la realidad china. Hilda Chen Apuy e Isidro Con Wong son dos figuras interesantes en ese sentido”.

Artista multimedia “Conmigo ha cambiado mucho el concepto del artista. A mí se me tiene que llamar artista multimedia porque eso es lo que soy. Soy un artista multifacético. Pero quiero ser justo: la historia de Costa Rica estaba llena de artistas multifacéticos, pero antes, si alguien era escritor y empezaba a pintar, entonces se decía que no era buen escritor. Siempre les serruchaban el piso. A mí también me serruchaban. Decían `ese no sabe qué quiere ser`. Lo que no entendían era que era una sola idea, y el medio en que lo expresás importa menos. “Cuando era joven y era así, no se veía que un artista fuera multimedia. Lo que no veían era que lo que podía aprender como escultor, lo podía aplicar como escritor. “Los tiempos de ahora exigen un conocimiento de todo. Un músico puede estar exento de leer o de ver exposiciones. El concepto multidisciplinario de ahora es muy normal, y la verdad es que era muy difícil que fuera aceptado antes. El lento proceso hacia la aprobación siempre lo vi como un proceso natural. “Con el tiempo he logrado desarrollar un taller y he logrado avanzar mucho en un medio o en otro. Dependiendo de lo que voy a decir me voy por un medio o por otro. “Aprendí mucho de algunos artistas nuestros que no se limitaron a una manifestación artístistica. Por ejemplo, Paco Zúñiga, escultor y pintor; Paco Amighetti, pintor y poeta; Max Jiménez, pintor, escultor, cuentista; César Valverde, pintor y escritor. Yo escribía mucho sobre César, fue muy importante para mí. “En este momento vengo saliendo del período de la exposición de la Galería Nacional, donde estoy haciendo una exposición de pinturas, un video arte y una instalación. Y estoy preparando una obra nueva para el Museo de Arte Costarricense. Es una exposición colectiva sobre el tema de El Quijote; acabo de terminar una novela que envié al concurso Juan Rulfo, y la envié a París; estoy revisando una novela que se llama “El viaje remoto a Puntalín”, que es un lugar que queda en Cantón, en el pueblo de donde venía la familia, que le decía Puntalín, y durante las varias generaciones los chinos venían al país de Puntalín, y venían a Puntalín no a Costa Rica, pero aquí se quedaban”.

Legado chino en Costa Rica “Creo que el legado chino tiene mucho futuro. En cuanto al tema de la emigración ahora, de alguna manera también es muy importante no viéndola desde Costa Rica, sino viéndola en lo planetario. China no ha tenido emigraciones grandes, como las ha tenido Irlanda o Suecia. Muchos países se hicieron de migraciones chinas como Filipinas o Indonesia, pero no fueron

Page 92: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

migraciones modernas. Las pocas migraciones modernas han sido hacia América. De todos los continentes donde más ha emigrado la población china es a América. Primero vinieron a San Francisco por la montaña dorada, una montaña llena de oro. “Por la depresión china en 1860, se da la primera migración china hacia California, hacia la fiebre del oro. Fue así que California, Puntarenas y Lima se convirtieron en las ciudades de mayor inmigración china. También lo fue Limón por el ferrocarril, pero los que llegaron a Puntarenas llegaron por otras razones. “Imagináte la importancia para China. Cuando se abran a la historia de los chinos fuera, tienen que ir a San Francisco, a Puntarenas y Limón, a Lima… Uno de los deseos míos es publicar esa novela en China. Yo hablé cantonés de pequeño. Nosotros nos hablábamos en la casa. Recuerdo cómo se saludaba a los abuelos en chino; al ir a comer, recuerdo el saludo a los mayores, y lo recalco porque denota un interés de ellos por conservar las raíces. De pequeño me enseñaban eso, y siempre insistieron en que también aprendiéramos español e inglés. “Es importante la migración china en Estados Unidos. Es muy destacada, como también lo es en Costa Rica, de acuerdo a la proporción de chinos. En los tiempos anteriores era el comisariato, que vendía de todo, desde medicinas y telas hasta abarrotes. Fue una fuente de desarrollo económico. En muchos pueblos de Costa Rica los chinos pusieron las primeras panaderías, las primeras empresas, los primeros negocios… “Por otra parte, ya como artista y no sólo como artista chino, yo creo que aquí se ha dado, como en todo el mundo, un renacimiento cultural, un renacimiento en la expresión artística… No existen tabúes ya con respecto a la manera en que puede expresarse uno artísticamente, están muy abiertos los campos, y están muy interrelacionados. Muchos artistas que destacan en ciertos campos es porque vienen de la danza, otros de la arquitectura, muchos arquitectos vienen de la pintura, están muy relacionados. Ahora hay que saber mucho de muchos campos. “Yo creo que hay un gran abanico de expresiones y una gran apertura de materiales, hay mayor apertura de galerías, y han desaparecido muchos prejuicios con respecto al ser del artista…”.

Globalización “Yo creo que el artista siempre ha estado, de alguna manera, globalizado. Más bien yo creo que ahora es casi lo contrario: en la medida en que el artista necesitaba irse para entenderse, la globalización no va a generar nada nuevo porque el artista debe entenderse desde sus raíces. “Desde luego que la globalización va a traer información. Trae lo bueno y lo malo, habrá que escoger, pero, diay, es inevitable. Si de alguna manera los artistas latinoamericanos se quejaban antes porque no estaban dentro de un proceso de globalización, y que los franceses y los norteamericanos eran más conocidos porque tenían mayores mecanismos para proyectarse, cualquiera que quiera conocer artistas costarricenses, ahora perfectamente lo puede hacer por internet. “También va a haber una mayor interrelación de conceptos. Hay cables de conexión por todo lado. Las generaciones se van a ir pareciendo. Hay más

Page 93: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

similitud entre un niño francés y un niño norteamericano que entre un francés de mi generación y un norteamericano de mi generación. “El mundo se va haciendo más pequeño. Es un proceso normal. Estoy casado con la señora Marcy Devine. Ella es inglesa. Es la directora del Instituto Británico. No tenemos hijos. Tenemos muchos años de casados, y ya nos agarró tarde”.

Iglesia de Cañas “Hay muchos artistas a los que admiro mucho, artistas de mi generación y de otras generaciones, los del grupo Bocaracá, por ejemplo, son muy importantes, y de las nuevas generaciones he visto gente interesante. He visto propuestas muy interesantes de muchos artistas. Es difícil mencionar dos o tres. Si menciona dos o tres, tiene que mencionar otros ocho, otros diez. Es una dicha porque ya no se cuentan con los dedos de las manos. Casi hay que ubicarlos por generaciones o por zonas. “De lo que he hecho como artista guanacasteco, quisiera hablarte de la Iglesia de Cañas. Vieras que hay un grupo muy interesante de promoción cultural en mi pueblo. Me buscaron y ya yo tenía ideas de cómo integrar mi arte a la comunidad de mi niñez y mi adolescencia. “También te he hablado de mi interés por el arte público. Desde hace muchos años, y gracias a lo que vi en Barcelona, me di cuenta que el arte público tiene un gran impacto en la sociedad, y más cuando está en una iglesia, que fue lo que vi en el caso de Cañas. “Como intervenimos artísticamente el templo de Cañas, la gente comenzó a generar en sí misma un proceso de identidad, la gente se dio cuenta que eso que hicimos en la iglesia tiene algo de arte y de cultura. Eso es algo que no lo consigue ningún ministerio de Turismo ni de Educación ni de Cultura, porque no puede haber un ministerio de la Autoestima. Se ha creado ese proceso. La gente se siente muy orgullosa de que los buses de turistas entren a ver la iglesia. Es la iglesia del pueblo. Además, el artista que hizo esa obra es de ahí. Tengo a la mitad de mis hermanos allá, en Cañas, y voy mucho… Nunca he sacado a Cañas de mí. “A la cantante Guadalupe Urbina le propuse que hiciera el museo de la sonoridad, que sea un proyecto táctil, virtual, sonoro, que la gente pueda intervenir elementos musicales, tambores, quijongos, maracas, que uno pueda tocar y otros escuchen, que sea un paseo virtual. Es un proyecto interesante… ¿Ves cómo sigo pensando en Guanacaste?”

Febrero, 2005 OJO, junio 2006

Page 94: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Marco Tulio Gardela Ramírez

“Trabajo por el Guanacaste eterno”

Fundador del Centro Literario de Guanacaste y máximo líder desde su fundación, Marco Tulio Gardela ha sido 32 años presidente de esta importantísima institución. Gardela Ramírez nació en Quepos, el 16 de noviembre de 1950. “Mi papá vive en Savegre de Quepos. Se llama Gregorio Gardela. Es agricultor. Mi mamá ya falleció. Se llamó Socorro Ramírez. Era ama de casa. “Estuve en Savegre de Quepos hasta los cinco años. Vivíamos en fincas. Después viví un tiempo en Ciudad Colón. Ahí hice la primaria. Era muy bonito. Era una zona rural. Luego hice la secundaria y la educación universitaria en San José. Vivimos por Desamparados. “Estuve dos años en el Colegio Rodrigo Facio, de Zapote. Luego me pasé al Liceo José Joaquín Jiménez Núñez, que es el Liceo Nocturno de Guadalupe. Funciona en las mismas instalaciones del Colegio Napoleón Quesada. De ahí me gradué de bachiller. “Después estudié en la Universidad de Costa Rica. Estudié Filología. He trabajado como profesor de Español y como asesor de Español de la Dirección Regional de Educación de Liberia. “Estuve en el Instituto de Guanacaste sólo un año. Luego pasé la mayor cantidad de tiempo al que se llamaba Colegio Técnico Agropecuario de Liberia. Después, estuve más tiempo todavía en la Dirección Regional de Educación, también en Liberia. Ahora ya estoy pensionado, pero siempre estoy trabajando con las cuatro direcciones regionales de educación de Guanacaste, Liberia, Cañas, Santa Cruz y Nicoya. Estoy trabajando ´ad honorem` en un proyecto que se llama ´Vivamos la Guanacastequidad`. Es un término que me correspondió crear hace dos años. “Este proyecto lo que persigue es adaptar los programas de estudio de todas las asignaturas a la realidad de Guanacaste, desde pre escolar hasta el último año del colegio. El objetivo general de este proyecto es fortalecer la cultura guanacasteca mediante la incorporación de la ´guanacastequidad` en los programas de estudio. La vivencia de sus valores, de los valores guanacastecos más profundos, es el objetivo general. “Luego tenemos nueve objetivos específicos referentes a diversos campos. Me parece que es el resultado de mi análisis, mi vivencia y mi estudio de la realidad guanacasteca”.

El Centro Literario de Guanacaste “El Centro Literario de Guanacaste nació con estudiantes del Instituto de Guanacaste y del Colegio Técnico Agropecuario de Liberia. Como trabajaba de profesor de Español, veía la capacidad de algunos estudiantes, a quienes se les notaba que eran diferentes a la hora de escribir. Pensé que la única

Page 95: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

forma de que ellos desarrollaran esa actitud era creando un grupo dedicado a eso, aparte de la institución, ya separado, o sea, que funcionara en otro lugar. “Cuando eso, Miguel Fajardo estaba en el último año de colegio. Pude haber sido su profesor, pero no lo fui. Fundamos El Centro Literario de Guanacaste en 1974, de una vez con alumnos. Ya después se amplió, pero inicialmente se llamaba Centro Literario de Liberia. “Lo que encontré en Guanacaste fue la identidad, la guanacastequidad que llamo yo. Aquí hay una identidad claramente definida. Está en toda la provincia. Por eso es que nació ese proyecto que estoy coordinando, que es para fortalecer esa identidad. “Lo que queremos es mantener la identidad, pero con toda la evolución que existe. Eso ha sido parte también del centro literario. Tenemos una relación directa con los antepasados, con los escritores anteriores. “Vea qué interesante, los autores del pasado, lo que yo llamo periodo tradicional y los autores posteriores, lo que yo llamo periodo universal, tienen algo en común: el tema Guanacaste… “El tema Guanacaste está presente en todos los autores guanacastecos, sin importar las edades. Abordan este tema con una visión distinta a veces y en otras oportunidades de manera coincidente, pero, sin que importe esa situación, eso indica que hay una identidad. “A Guanacaste yo le llamo ´patria regional`. Esa identidad es algo lógico: Guanacaste es la frontera sur de Mesoamérica. Hay una identidad mesoamericana de México hasta aquí. En el caso nuestro se nota claramente en el lenguaje y la literatura. “José León Sánchez está haciendo un trabajo basado en la cerámica chorotega. Lo que dice este gran escritor es que la cerámica contiene un mensaje, o, más bien, un lenguaje. Según su estudio, se trata del libro o los libros que dejaron los chorotegas para burlar la persecución española. Para José León Sánchez los libros chorotegas están en la cerámica. “El gran principio de Guanacaste es La Gran Nicoya. Eso no quiere decir que no haya grupos indígenas anteriores, pero el gran inicio es La Gran Nicoya. Los otros son grupos más desperdigados, hereditarios de la cultura maya y azteca. “Hay un legado mesoamericano en Guanacaste. Por eso hablo de patria regional. De ahí que entonces formaron aquí una verdadera cultura”.

Doctor Vargas Vargas “El Doctor Vargas Vargas es uno de nuestros grandes referentes en Guanacaste. El Partido Confraternidad Guanacasteca es un gran punto en la historia, un gran momento de dignidad regional. Él ha sido el líder máximo que ha tenido Guanacaste en todos los tiempos. Trabajó básicamente en la década de los años treinta. Organizó a Guanacaste en un partido regional, el Confraternidad Guanacasteca, con el objetivo de luchar por el bienestar de la provincia, que permanecía realmente abandonada por los gobiernos. Él decía que el destino del guanacasteco era trabajo, taquilla y tumba. Se refería al trabajo esclavizante en las haciendas, sin ningún horizonte de nada; cuando mencionaba taquilla era la cantina, el licor, y, al final, la muerte.

Page 96: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Él propone la unión de todo Guanacaste para luchar por el progreso de la provincia. Después de la enorme lucha que dio ese partido, comienzan a aparecer manifestaciones de un cambio radical en la provincia. “En 1945 se crea el primer colegio guanacasteco. Precisamente lo que me dijo a mí el doctor Vargas Vargas, porque lo conocí y lo traté unos diez años, lo que me dijo en relación con el Instituto de Guanacaste, es que hay una versión oficial que dice que un diputado de Alajuela lo propuso, el diputado Onofre Villalobos, así como suena Onofre. El doctor Vargas me confesó que efectivamente fue Onofre Villalobos quien lo propuso en la Asamblea Legislativa, pero quien estuvo detrás de todo eso fue él. Me lo dijo directamente él. Lo que sucede es que no podía aparecer como proponente porque tenía muchos enemigos políticos. “El doctor Vargas Vargas fue diputado por el Partido Confraternidad Guanacasteca de 1938 a 1942, durante la segunda mitad del gobierno de León Cortés y la primera mitad del gobierno del doctor Calderón Guardia. “Después de esa lucha, comienzan a aparecer carreteras, hospitales, colegios… La región cambia totalmente. A pesar de que fue combatido por los partidos de la época y por los gobiernos, luego se reivindica al doctor y al partido en la historia guanacasteca. “Lo de él eran giras por todo Guanacaste a caballo. Él veía a la gente, atendía a las personas enfermas. En cuanto a salud, había hecho como una especie de hospital ambulante. Ayudaba a la gente contra el paludismo, y de paso organizó a todo el pueblo. No existe en el país algo parecido a lo que hizo el doctor Vargas Vargas”.

Treinta años de labor “Quienes estamos en el Centro Literario de Guanacaste nos reunimos una vez por mes, el primer sábado de cada mes. Lo que hacemos es lecturas y comentarios, digo yo, de trabajos literarios que lleven los que quieran. Cada quien lleva un trabajo propio con copias para todos. Lo leemos, lo apreciamos, lo analizamos… Es un aprendizaje directo. Así ha sido todo el tiempo. “Miguel Fajardo ha estado en este centro desde siempre. Me parece a mí, aparte del Centro Literario, él es el máximo escritor y poeta guanacasteco de todos los tiempos, definitivamente. Podemos hacer un análisis de todos, los de ahora y los de antes, y se verá que Miguel es el más importante y el más significativo. Tuvimos grandes escritores en el pasado, sobre todo en lo folklórico, pero no trascendieron así como lo ha hecho Miguel. Y, de nuevo, Miguel no ha abandonado el tema Guanacaste. Además, utiliza todos los recursos que le da la literatura moderna. “Tenemos excelentes compañeros, narradores y poetas, como el poeta Albán García, que es muy buenísimo; narradores tenemos también al doctor Édgar Leal, de Santa Cruz, un gran narrador; uno muy bueno de Las Juntas de Abangares, Víctor Quirós; otro muy bueno, Emilio Valverde, muy joven, es maestro; otra, que es diputada, Ligia Zúñiga Clachar… “Fíjese que nosotros siempre decimos que somos aproximadamente cien escritores en Guanacaste. No vamos a decir que somos cien escritores hechos y derechos, totalmente conformados y consumados, pero sí somos cien. Lo demostramos en ese libro que publicamos para el treinta aniversario

Page 97: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

del Centro Literario de Guanacaste. Aparecen cien escritores. Entonces, ¿mentimos o estamos diciendo la verdad? “Hemos tenido gente no sólo de Guanacaste, sino de otras provincias, que se han venido a trabajar aquí. También gente de otros países, pero que se han sumado de la guanacastequidad. “Varios escritores nacionales y también escritores extranjeros han venido a trabajar con nosotros. Ahora hay una apertura muy grande con el Festival Internacional de Poesía. Hemos tenido autores de varios países. Esta experiencia ha sido muy valiosa para nosotros como escritores y como miembros del Centro Literario de Guanacaste”.

Sus obras literarias “He publicado varios libros. Tengo libros míos, antologías y un diccionario de guanacastequismos. “Un libro mío se llama ´Herencia del sol`. Es un poemario. Ese libro tiene dos partes. Una parte se llama ´Herencia del alba`, y trata acerca de la parte positiva del ser humano. La otra parte se llama ´Itinerario de la sombra`, y es acerca de la parte negativa del ser humano. Es un libro donde se mezcla lo universal con lo regional. Desde luego, aparecen referencias a Guanacaste. “También tengo un libro de narraciones. El título es ´Marcelita`. El subtítulo es ´Semana de cuentos para una niña guanacasteca`. Marcelita es una nieta. “En cuanto a antologías de la literatura de Guanacaste, en algunos casos he trabajado en unión con Miguel Fajardo y con Ligia Zúñiga. “Yo soy el que los llama, claro que sí. Soy como el papá de todos en el Centro Literario de Guanacaste. Si alguno falta, lo llamo y le pregunto que qué le pasó. Siempre estamos en eso. Además, siempre estamos recibiendo gente nueva. Por dicha, tenemos gente de todas las edades. “El hecho de que tenga contacto con gente de todas las edades en el Centro Literario de Guanacaste hace que pueda hacer un análisis profundo de lo que yo he llamado guanacastequidad. “Por cierto, tengo pendiente un libro poético sobre Guanacaste. Lo estoy escribiendo. En ese libro trato de desarrollar una tesis, que es la metáfora guanacasteca, el aporte que da Guanacaste literariamente al país. “Del aporte teórico he hablado varias veces. Hace tiempo lo vengo viendo. Es lo propio de nosotros. Así como la música guanacasteca tiene un ritmo propio, así como las comidas y bebidas tienen algo propio, en todos los campos tenemos cosas que son características de aquí. Se pueden definir con todos los detalles, sin problema alguno…”.

La metáfora guanacasteca “En la literatura, también nosotros creemos que tenemos algo diferente. Aparte del tema guanacasteco, que es algo que distingue a Guanacaste, de lo que hablo ahora es de un aporte estético, que es la metáfora guanacasteca, que es el uso poético del guanacastequismo, de la guanacastequidad. “Estoy hablando de algo similar al ritmo parrandero, ritmo de caballito, o ritmo guanacasteco, que es la raíz guanacasteca. Guanacaste tiene un dialecto, es una variedad especial de la provincia dentro del idioma. Hay diferencias y

Page 98: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

similitudes con el dialecto nicaragüense. Es entendible porque somos las comunidades de la frontera sur de la cultura mesoamericana, como le comenté hace un momento. “Cuando el guanacastequismo se toma en una categoría estética, en un uso poético, ahí viene la metáfora guanacasteca. Si hablo, por ejemplo, de los autores de antes, también me encuentro a la guanacastequidad ahí. Claro, menos que los de ahora, porque paradójicamente ellos utilizaron el lenguaje más directo, y nosotros lo utilizamos más metafórico. Ahora, en Guanacaste, somos más adornados para hablar y para escribir. “Veamos algunos ejemplos de la metáfora guanacasteca. Vea el primero, ´con espuelas de silencio, cabalga la pampa`. Es para referirse al pasado del sabanero, que ya no existe. Otro ejemplo, se habla de corrales de tiempo y son corrales de piedra. “Hay un poema que tengo yo sobre el batallón de Moracia, que fue el que representó a Guanacaste en la Campaña Nacional de 1856. Es un gran acontecimiento. Fíjese si fue importante que se llamó División de Vanguardia de Costa Rica. En alguna parte, mi poema dice, ´quijongo altivo`. Ahí está la metáfora guanacasteca. Para mí, es un aporte bien determinado, bien definido… Estoy escribiendo una obra sobre esto. “Este libro se viene a unir a mi ´Diccionario de guanacastequismos`. Estamos tratando de sacar la tercera edición mejorada. No necesariamente tienen que ser vocablos nuevos. Muchas veces estamos tratando sobre arcaísmos, que son vocablos de diccionario pero que sólo se usan aquí. “Como puede notar, estoy muy metido en este trabajo literario y cultural en mi provincia, porque esta es mi provincia. Yo acostumbro decir que soy un poeta guanacasteco nacido en Quepos. ¿Le queda bien claro lo que soy? Yo trabajo por el Guanacaste Eterno”.

Inédito, Liberia, Enero 2006

Page 99: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Miguel Fajardo Korea

El poeta más reconocido de Guanacaste “No le permito a mis estudiantes justificaciones. Yo estudiaba con candil porque no había luz eléctrica. Había que ir a jalar agua porque no teníamos cañería. Toda esa base de esfuerzo y de conciencia de lo que significa poder surgir es lo que uno debe transmitirle al estudiante como valores, sobre todo en una época donde hay mucho facilismo y una tendencia hacia la mediocridad”. Así inicia Miguel Fajardo, educador guanacasteco ya de dos generaciones; gran poeta, reconocido con numerosos premios y honores; gran editor y compilador de la obra literaria guanacasteca, y uno de los pilares del Centro Literario de Guanacaste. Ya casi llega a los cincuenta años de edad y tiene una vasta obra poética y antológica de diecisiete libros. Él no sólo es un gran poeta, un gran autor, sino que, sin duda, es el que mejor conoce a los otros poetas, las poetas y los artistas guanacastecos. Miguel Fajardo Korea nació el 5 de abril de 1956 en Liberia, hijo de Ramona Fajardo y Miguel Sánchez, ya fallecidos. “Mi padre fue ciego 47 años. Cuando yo nací, ya había quedado ciego tres meses antes. Nunca me pudo ver. Siempre quise que me hubiera conocido y él también anhelaba conocerme. Mi madre fue una luchadora increíble. Trabajó en oficios domésticos. En aquel tiempo, trabajaba en casas, en hoteles, en pensiones… Era una mujer de trabajo de todas las horas del día y muchas horas de la noche. “Yo no sé cómo hizo mi mamá para sacarnos adelante. Éramos siete hermanos. Ya fallecieron tres… “Crecí en un hogar muy humilde, pero lleno de valores, de enseñanzas. Era la época en que los padres hablaban con los hijos, no como la comunicación monosilábica en los hogares de ahora, la comunicación de ´sí` o ´no`. No era como esa comunicación de ahora que se limita a ´¿quiere comer?`, o ´¿trajo tareas?`. “Crecí en un hogar donde el diálogo y los consejos fueron permanentes de parte de los dos. Mi papá estaba siempre en la casa. Él quedó ciego por un accidente laboral. Fue trabajador bananero, lo que llamaban ´zonero`. Era el tiempo en que quien ganaba como empleado bananero era quien era hombre de verdad. Él se tenía que ir a la Zona Atlántica y dormir en barracas, como todos los otros empleados, los otros peones. Fue en los años 30. “Todas las referencias que poseo es que su espíritu de lucha y de trabajo era permanente. Nunca se prestó al juego de la gente poderosa. Nunca fue el puntero. Es que estamos hablando de la época en que los trabajadores ganaban hasta donde el puntero había hecho su labor”.

Liberiano “Crecí en Liberia. Siempre he estado en mi pueblo. Estudié en la Escuela Ascensión Esquivel, escuela centenaria, tiene 102 años de existencia. Luego fui al Instituto de Guanacaste, que es una institución benemérita de la cultura

Page 100: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

costarricense, y realicé mis estudios universitarios en la Universidad Nacional, en Liberia siempre, tanto el profesorado, como el bachillerato y la licenciatura. Estudié Español, Linguística y Literatura. “Siempre recuerdo con mucha emoción a Doña Rosemarie Nassar, quien en tercer grado me estimuló la lectura. Lo que hacía era que nos asignaba una palabra diaria. Había que conocer una palabra nueva diariamente. Nos las tomaba cada fin de semana. Es decir, ella fue fundamental para enriquecer el vocabulario. Ha sido una constante en mi tarea, en mi trabajo como profesor, en una época en que el estudiante lee el mínimo de lo mínimo. Siento que tuve un apoyo que fue decisivo para inclinarme hacia la profesión que tengo. “Al primer autor que conocí fue a Carlos Salazar Herrera. Recuerdo con emoción su visita al Instituto de Guanacaste. Después vinieron otros escritores, como José Marín Cañas y Quince Duncan. Ya siendo profesor invité a Ignacio Santos y a Pilar Cisneros. “Estuve en la primera institución de enseñanza media de la provincia. El Instituto de Guanacaste nació el 11 de abril de 1945. El hecho de que la institución fuera lo que fue y sigue siendo significó mucho para mí como joven guanacasteco de entonces. “Esos autores que fueron al Instituto de Guanacaste significaron algo para mí. El confrontarse con un autor ya maduro es importante para un escritor que apenas está iniciando. Ya yo escribía. De hecho, empecé a escribir en el colegio, a partir del segundo año ya escribía. “Ahora Liberia es una pasantía cultural. Después de 32 años con el Centro Literario de Guanacaste, han pasado por aquí muchísimos escritores nacionales y extranjeros. “Casi todos los escritores costarricenses importantes han estado alguna vez aquí. Es el caso de Laureano Alban, Alfonso Chase, Carmen Naranjo, Rodolfo Dada, Julieta Dobles, Luisa González, Emilia Prieto, Joaquín Gutiérrez, Rima de Vallbona, Durán Ayanegui, Francisco Zúñiga Díaz, Norberto Salinas, Fabián Dobles, quien fue muy caluroso, muy fraternal… “Con el Festival Internacional de Poesía, han venido muchos extranjeros desde hace cinco años. Figuras como el poeta hondureño Roberto Sosa nos han ayudado mucho. Periodistas como Aurelia Dobles han venido a observar lo que hemos conseguido y nos han dado sus consejos. “En Guanacaste hemos tenido algunos proyectos muy importantes. Pienso, por ejemplo, en el trabajo y el aporte que significó la revista ´Hojas de Guanacaste`, que se publicó del año 82 al año 84. Para esos años, Rubén Vela fue embajador de Argentina aquí. Él auspició esta revista. Era una revista artesanal, cocida, que llegó a muchísimos países, gracias al aporte cultural de la embajada, pues no sólo nos ayudaron con recursos económicos sino que trabajaron muchísimo en la difusión, en la circulación de la revista”.

Hojas de Guanacaste “Dice Octavio Paz que la literatura desborda fronteras. La revista `Hojas de Guanacaste` nació el 30 de julio del 82. La fundamos José Antonio Porras, de Tilarán; Marco Tulio Gardela y yo. El Centro Literario de Guanacaste estaba detrás del proyecto. Rubén Vela es escritor, es un autor relevante, y entendió muy bien la importancia de la revista.

Page 101: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“La revista estuvo dos años. Era bimestral. Vino a generar un gran impulso del movimiento cultural en la provincia. Por ejemplo, publicamos literatura panameña, literatura dominicana… El periodista y escritor Carlos Cortés nos preparó una selección de poesía joven panameña, y José Antonio Porras nos preparó una selección de literatura cubana. A mí me tocó esa selección con respecto a la literatura dominicana. “Por cierto que en el año 2006 estoy cumpliendo veinte años de participar como escritor en diversos periódicos, revistas y actividades literarias en Dominicana. Hace dos décadas, el gobierno dominicano me invitó a presentar un libro y a dar algunas conferencias. Ha sido un intercambio muy provechoso para mí. Allá se han publicado tres libros míos. Uno de ellos es ´Realidad, mito y dolor`, una selección de comentarios culturales que se publicaron en medios de prensa dominicanos. “Luego el contacto dejó de ser tan fuerte, pero en mi pensamiento siempre está República Dominicana. Ha sido muy valioso para mí el contacto con escritores como Antonio Fernández Spencer, el primer latinoamericano que obtuvo el Premio Adonais. Hay una fraternidad espiritual que todavía me emociona. Conocí la obra de escritores tan importantes como Víctor Villegas, Freddy Gatón, Cándido Gerón, quien era director de la Biblioteca Nacional de República Dominicana y luego fue embajador en México”.

Su obra poética “En el año 81 gané el premio Joven Creación con mi libro ´Estación del asedio`. En ese año aparecieron dos libros míos, porque había presentado un libro a la Editorial Costa Rica desde el año 78 y se retrasó tanto que apareció ese año. Ese se llama ´Urgente búsqueda`. El Ministerio de Cultura también me publicó el libro ´Extensión del agua`. Una de las lectoras que aprobó su publicación fue Mía Gallegos. “Ese fue mi estreno literario, con tres libros publicados el mismo año. Es muy significativo que alguien de provincia arrancara con tres libros, uno premiado, dos de ellos de la Editorial Costa Rica, y otro del Ministerio de Cultura. Además, el gran poeta Alberto Baeza Flores publicó un artículo fundamental para mí. Se llamó ´Liberia con la cultura`. Apareció el 16 de enero del 80. “Él decía que Miguel Fajardo era un nombre y un apellido que más adelante iban a hacer historia… Mañana, ya editado, será un renovador. “Ese tiempo fue fundamental en mi obra. Entre el año 80 y el año 81 hubo un gran impulso a mi trabajo. En este año 2006 cumplo 25 años de trabajo literario. Voy a celebrarlo con la edición de un libro que se llama ´Casa Guanacaste`, en el que voy a editar en un solo tomo la producción poética con temática específica de Guanacaste. “Me llena mucho el hecho de que mi obra ha sido muy reconocida y me han otorgado muchos premios. En el año 2001 obtuve el Premio Nacional de Promoción y Difusión Cultural. Antes, me otorgaron el Premio Jorge Volio en el año 97, y el Premio Alfonsina Storni en el año 88. Eso me permitió ir a Buenos Aires. El Alfonsina Storni es el más importante premio de poesía de Argentina. Fui allá a recibir el premio, cuando se celebraba el cincuentenario de la muerte de Alfonsina. Me tocó dar una charla en el Teatro José de San Martín y participé en muchos recitales.

Page 102: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“El año pasado estuve en Bogotá, en el Duodécimo Festival de Poesía de Bogotá. Estuve allá con José María Zonta, Marta Royo, María Amanda Rivas y Osvaldo Sauma. “Participé con dos conferencias, una sobre Neruda y otra sobre Eunice Odio. Mi tesis universitaria fue sobre Eunice Odio. En Colombia participé en siete recitales con llenazos increíbles. Por ejemplo, estuve en la Casa de Poesía Silva, que se llama así en honor a José Asunción Silva. Si alguien va y no lee ahí es porque todavía no lo han bendecido. Es tan religioso el lugar, tan solemne, y llega un público tan abierto, tan amante de la poesía”.

17 libros publicados “En estos veinticinco años he publicado diecisiete libros, del año 81 al año 2006. Tres de estos libros son de investigación. He recuperado la obra de Medardo Guido en un libro, que tiene dos ediciones; la obra de Héctor Zúñiga, y la obra de Sacramento Villegas. También tengo una antología que se llama ´Otras lunas`. Es sobre la producción femenina en Guanacaste. Vienen todas las figuras femeninas importantes, incluso personajes culturales más conocidos por su participación en otros campos. Tal es el caso de Lía Bonilla. Viene un poema que se llama ´Me lo dijo el río`. Realmente, es una canción de Doña Lía. Ella ha sido una trabajadora independiente de la cultura costarricense. “Podemos hablar de mi poesía. Empecemos con el libro ´Urgente búsqueda`, que es un libro de estreno. El prólogo es de Alberto Baeza Flores, y fue presentado por Isaac Felipe Azofeifa en la Sala de Expresidentes de la Asamblea Legislativa. Es el intento de una ruptura con lo escrito en Guanacaste en relación con sus modos y tonos, la relación del nosotros con el yo nacido de una exploración plural. “Entonces viene ´Estación del asedio`, Premio Joven Creación 1981, otorgado por Alfonso Chase, Habbid Succar y Rosita Kalina. Ellos conformaban el jurado. Son textos de apretada síntesis, en una exploración solidaria con el ser. Se aboga por una rehumanización con temáticas como el silencio, la soledad, el exilio, la existencia… También fue presentado por Don Isaac Felipe Azofeifa. “Luego Don Isaac publicó un artículo en el Semanario Universidad, que se llamó ´La edad de la poesía`. En ese artículo sostuvo que mi poesía estaba hermanada con los tonos de la poesía de América del Sur. Él no la ubicaba como poesía nuestra. “Don Isaac siempre tuvo mucho aprecio por mi obra. Nos conocimos en San José. No lo traté tanto, pero es uno de mis autores fundamentales, sobre todo por su peso intelectual. Para mí, ese artículo significó mucho más que el premio mismo, que era como de tres mil colones. Que él presentara el libro fue el premio verdadero para mí. “En el caso de ´Extensión del agua`, el libro contó con el respaldo de la doctora Marina Volio, quien en ese momento era Ministra de Cultura. Ella vino a presentarlo en un acto muy hermoso, aquí en Liberia. Quiero consignar que Mía Gallegos fue una de las lectoras del texto, porque me parece una escritora muy importante. Ella le dio el aval. Fue un gran honor para mí. Creo que Mía Gallegos es una escritora mucho más importante de lo que nosotros

Page 103: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

hemos pensado en el país. Por eso me alegró tanto ver un texto tuyo sobre ella en el periódico OJO. ` “En este libro, ´Extensión del agua`, el agua transporta un mensaje solidario. Se poetiza para meditar sobre la condición humana”.

Poeta y promotor cultural “En el año 86, publiqué ´Realidad, mito y dolor`, un compendio de comentarios culturales publicados en República Dominicana, como unos noventa comentarios culturales sobre obras y sobre autores. Tengo ahí comentarios y análisis sobre la obra de Pablo Antonio Cuadra, Franz Kafka, Joaquín García Monge, Rubén Vela, Alberto Baeza, Lao Tsé, Ti Tai Po, Carlos Francisco Monge… “Después viene el libro ´Sólo la noche`, de poesía, publicado por el Ministerio de Educación en 1989. Este libro todavía me interesa mucho porque le habla al ser de nuestra América. En esta obra, el sujeto lírico insta al individuo a vivir para luchar contra el dolor o la opresión. “Luego publiqué ´Las puertas del sol`, en 1992. Este libro tiene un prólogo de Francisco Zúñiga Díaz. Es un libro que significa una apertura en relación con senderos de esperanza y solidaridad por una Centroamérica con la luz. Hay una apertura para hablar desde un Guanacaste ancestral, inmerso con las preocupaciones generales de la cultura. “En 1993, publiqué un libro sobre Héctor Zúñiga. Se llama ´Palabra y canto`. Héctor Zúñiga fue mucho más que el autor de ´Amor de temporada`. Me interesa este libro porque se recuperó para siempre su obra, arrebatándosela al olvido. Él tuvo que hacer un gran esfuerzo para recordar 16 canciones que sólo están en ese libro. Fueron muchas las sesiones de trabajo que tuve en su casa, en San José. Él vivía en Sabanilla. Murió en el año 94. Muere medio año después de haberse presentado su libro. Vivió 81 años, de 1913 a 1994. Si no hubiera sido por este libro, don Héctor nunca habría visto su obra publicada. Luego se logró que le reconocieran con el Premio de la Galería de Cultura Popular. “Después realicé un trabajo similar con Sacramento Villegas. El libro se llama ´Canción en el tiempo`. Lo publicamos en el año 94. Sacramento Villegas vivió de 1920 a1996. Era de Filadelfia, Carrillo. En este libro se recopila la obra literaria y musical de un gran compositor. Con sus creaciones fortalece el entorno de la identidad cultural de Guanacaste. “Luego viene ´Otras lunas. Presencia femenina en la literatura de Guanacaste`. Ahí rescato la obra de María Leal, Lía Bonilla, Ofelia Gamboa, Amalia Martínez, Julia Machado, Edith Vargas, Ivette Faerrón, Fanny Salas, Mélida Obando, Ana Rita Apuy Sirias, Ligia Zúñiga, Amparo Vargas, Rosario Meléndez, Guadalupe Urbina, Yadira Sotela, Yadith Jiménez, Laura Abarca, Aracelly Bianco y Laura Cruz. “Cuando le mandé esto a Flora Ovares, me dijo ´gracias por darnos a conocer nombres nuevos`. Hay mucha relación entre la educación y la cultura en Guanacaste. Un detalle importante es que en este libro vienen las fichas de las autoras. “Realicé una ponencia en el Quinto Congreso de Literatura Centroamericana. La ponencia se publicó en la Revista Ístmica de la Universidad Nacional.

Page 104: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Y siguiendo esa línea, publiqué un libro sobre Medardo Guido. Se llama ´Cantares de la Pampa`. Tiene dos ediciones. La segunda es de la Asamblea Legislativa. Esta obra significa la recuperación de más de cien textos, inéditos en su mayoría, con un prólogo y una guía de lectura. Sirvió para que Don Medardo ganara el Premio de Cultura Popular Costarricense”.

Con el nuevo siglo “En el año 2000, publiqué el libro ´Margen del sueño`, con el que me otorgaron el Premio Jorge Volio. Fue publicado por el Ministerio de Cultura. Creo mucho en los jurados. En este jurado estuvieron María Amoretti, Eliécer Venegas, Alejandro Herrera y Jorge Arias. El fallo dice, ´la palabra se esculpe para dar vida a un mundo poético en el que se congenia lo trascendente con las preocupaciones propias de un siglo y un continente`. El libro fue presentado por Juan Frutos y Alegría Lores. “En el año 2004 publiqué el libro ´Todos los días`, con la Editorial Lunes. Hubo un tiraje preliminar para el Festival Internacional de Poesía de Bogotá, con prólogo de Ana Antillón. El libro fue presentado por el poeta Norberto Salinas. “Me parece que este libro es la síntesis de una expansión. Representa un movimiento de mi poesía hacia un cambio temático. Existe en este poemario una adhesión a favor del ser humano en procura de la libertad. “Es un libro profundamente humanista. Alfonso Chase le hizo un comentario. Es muy significativo para mí, porque Alfonso ha sido un gran soporte para nosotros, en Liberia. De hecho, él fue el primer autor que vino en el año 75 al Centro Literario de Guanacaste. Cuando eso, estaba en su apogeo como autor y como intelectual. “Hace poco también participé en un libro acerca de la vida y la obra del doctor Vargas Vargas, el más importante líder político guanacasteco de todos los tiempos. El libro se llama ´Confraternidad Guanacasteca siempre`. En ese libro participamos Ligia Zúñiga, Marco Tulio Gardela y yo. Sistematizamos el pensamiento de Vargas Vargas y hacemos un homenaje lírico. “Considero que las luchas de Vargas Vargas y el apoyo que recibió por parte de la población de la provincia fue tan importante que podemos decir que esa lucha fue la otra anexión, aunque, para mí, la anexión no se ha completado. Se viene dando en alcances, en logros, en proyectos, en etapas. “Le huyo a los políticos, pero algunos, tal vez muchos, me han ayudado en mi trabajo… Pero el caso del doctor Vargas Vargas va más allá de lo político. Es un fenómeno histórico y social, y da espacio para el estudio de los sociólogos. Y es urgente que rescatemos la obra de Vargas Vargas en las escuelas y los colegios de Guanacaste. Yo lo digo porque siempre he sentido que, ante todo, soy profesor de Español y soy crítico. El educador y el promotor cultural están por encima del poeta en mí. Es algo importante para entender mi obra de rescate, de lucha por la cultura guanacasteca. “Ahora publiqué un poemario que se llama ´Ausencias`. Apareció en noviembre del 2005. Alfonso Chase publicó en el periódico ´La Prensa Libre` un comentario muy interesante. Siento que es mi libro de madurez. Siento una voz bastante personal. “Estoy trabajando el libro ´Casa Guanacaste`. La idea es recoger ahí todo lo que he publicado a lo largo de veinticinco años sobre Guanacaste. Estamos en los últimos detalles”.

Page 105: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Inédito, Liberia, enero 2006

Page 106: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

María del Carmen Lía Bonilla Chavarría

“Moriré peleando por la cultura” Lía Bonilla es una heroína de los muñecos. Es la gran defensora del vestido costarricense, la gran muñequera, y fue por muchas décadas el gran motor de uno de los grupos artísticos y folklóricos más importantes de la provincia, el Conjunto 25 de julio de Liberia. María del Carmen Bonilla Chavarría, conocida en Guanacaste como Lía Bonilla, nació en Santa Cruz de Guanacaste. “Nací de una de las familias más antiguas de Santa Cruz y de las que hicieron muchísimo por ese pueblo, una familia que en el siglo XVIII, más bien entre el XVIII y el siglo XIX, tenía almacenes de importación, y trabajaba directamente con Londres y con San Francisco de California. Entre mis antepasados están quienes trajeron los primeros sementales de ganado. En mi familia hay figuras fundamentales en la historia de Guanacaste, entre ellos, mi abuelo, Salvador Bonilla Álvarez, y su hermano Víctor Bonilla Álvarez, mi tío abuelo. “Lo digo no más empezando porque Santa Cruz nunca, nunca les ha hecho un reconocimiento, ni un adoquín lleva el apellido Bonilla. Están olvidados por completo. “Me siento muy orgullosa de mis raíces santacruceñas. Ese amor a lo nuestro me ha marcado muchísimo. Entiendo que esto lo traemos nosotros, los Bonilla, por herencia. El amor por la cultura, por lo que nos pertenece como pueblo es algo que tengo en la sangre. Yo me dedico a defender mis costumbres y el folklore guanacasteco. Yo moriré peleando por la cultura. “Lo que está pasando con nuestro folklore no tiene nombre. Es triste, triste, triste… Lo que más me entristece a mí es que el pueblo guanacasteco en un 95 por ciento está en contra de todo lo que se ha hecho pero no se manifiesta. A la gente no le gusta ver cómo estamos perdiendo lo nuestro, porque, de alguna manera, aquí todos estamos muy orgullosos de nuestra cultura. “Noto cómo en todos nuestros cantones se ponen a lamentarse, pero sin hacer nada, y es que mientas la politiquería nos domine, mientras no haya un organismo de cultura que ame lo nuestro y que lo defienda, vamos a seguir en este proceso de deterioro de las manifestaciones culturales de Guanacaste”.

Sus orígenes “Mi papá se llamó Cleto Bonilla Gutiérrez, quien fue el primer egresado de la antigua Universidad de Santo Tomás. Nunca abandonó Guanacaste. Es interesantísimo el análisis de los grandes cambios que ha sufrido la vida del guanacasteco. Mi abuelo era un hombre rico. Sin embargo, mi papá y su tío Miguel hicieron grandes esfuerzos para estudiar. No existían escuelas en Guanacaste. Eso fue así por mucho tiempo. Mi abuelo contrataba maestros de El Salvador que vinieran a darles la equivalencia de los tres primeros grados de la escuela primaria. Luego, para hacer el cuarto grado viajaban a caballo. Mi abuelo iba en cabalgata a acompañar a los chiquitos hasta Puerto Bolsón. Así pasó en nuestros tiempos. Estuve ahí hace como quince días, y fue como devolverme en el tiempo. Fui de nuevo una chiquilla.

Page 107: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Había que navegar dos días en bongo hasta el puerto de Puntarenas, ¿Cómo irían aquellas criaturas de aterrorizadas? Iban de Bolsón hasta Tempisque, y después de la desembocadura del Tempisque, la barra brava, en el Golfo de Nicoya… “Ya en Puntarenas los esperaban con caballos. Tenían que seguir dos días a caballo, hasta Barranca. Se embarcaban, pasaban el río Barranca, y seguían hasta San José, cuatro o cinco días, niños, en un ambiente tan diferente. “Mi mamá casó de 14 años de edad. Se llamó María Simona Chavarría. Siempre le dijeron Simonita. Dicen que fue una belleza criolla. Eso fue lo que enamoró a mi papá. Él tenía 30 y pico, y ella apenas 14. Vivía sólo para él y sus hijos. Fue un corazón haciendo la caridad a todo el mundo. “Cuando mi papá terminó la universidad, lo nombraron inspector de escuelas de toda la provincia. Viajaba en mula. Hacía la gira en ocho días, hasta La Cruz. “Mientras tanto, mi mamá era una chiquilla, vivía con unos tíos en el barrio de Limón, en la entrada de Santa Cruz. Mi papá pasaba pidiéndole un guacalito de agua. Le gustó desde que ella era una niña. Ella corría con el guacalito más blanco y más lindo, con el agua más fresca. Así dice la historia de la tradición familiar. “Mi papá era el típico hombre correcto, honesto… Nos enseñó caminar a lo derecho. Fuimos once hermanos, yo soy la número diez, la penúltima, y la última que quedó porque ya murieron todos mis hermanos. “Soy hermana de ´Chu` Bonilla, de Jesús Bonilla, quien no cantaba, sólo componía, pero fue uno de los compositores más importantes de su tiempo y uno de los compositores más importantes de la historia de Guanacaste y de Costa Rica”.

Entre Santa Cruz y Liberia “Crecimos en Santa Cruz y en Liberia. Perdí a mi mamá a los cinco años de edad. A los siete ya me llevaron para Liberia, donde viví ocho años. Siempre fui una niña buena. “Mi hermana, Clarisa Bonilla, se casó con el señor Benito Mayorga Rivas, Alcalde de Liberia por 40 años, hasta que llegó Figueres. Era un alcalde muy valiente. Se enfrentó con León Cortés en el año 36. Lo querían botar porque como ciudadano fue a curiosear en el momento de la entrada del doctor Vargas Vargas a Liberia. “El doctor Vargas Vargas era mi médico personal y mi amigo. El Partido Confraternidad Guanacasteca fue muy importante para la provincia y es una referencia histórica fundamental. Lo que dio al ambiente guanacasteco de esa época, al ambiente social, quiero decir, fue inspirador. El doctor Vargas era de Palmira. “Por ejemplo, cuatro años después de la elección de León Cortés, había una gran cantidad de familias calderonistas que estaban con el doctor Calderón, pero que también apoyaban a Vargas. Y para el año 48, parte de la argolla de él fueron de los glostoras, de Ulate y de Figueres. Figuras como Armando Arauz y Óscar Ruiz estaban con Vargas. “Yo solamente he sido mariachi, pero ya no más. Soy calderonista hasta que me muera, pero sólo por el doctor Rafael Ángel Calderón Guardia.

Page 108: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Aunque llevo a Santa Cruz en el corazón, me crié en Liberia y la mayor parte de mi vida ha transcurrido en esa ciudad. Aunque ya quiero a Liberia, nunca he olvidado a mi querida Santa Cruz. Por ejemplo, fui a la Escuela Ascensión Esquivel, la escuela de niñas de Santa Cruz, y un año de complementaria. Después estuve en el Instituto de Profesionalización del Magisterio, que fue obra de don Luis Demetrio ´Mechito` Tinoco, como ministro de Educación, con el doctor Calderón como presidente. “Empecé a trabajar en el kínder de Liberia, luego estuve en la Escuela de Niñas de Liberia; también en mi escuela, la Ascensión Esquivel, y donde hice mi labor fuerte fue en la Escuela Mixta de Filadelfia. También estuve en la Napoleón Quesada, en San José. ¡Viera qué deseos tengo de ir a Zapote! Dicen que ahora está todo tan distinto… De Zapote volví a la Escuela de Niñas de Santa Cruz, que ahora la llamen María Leal de Noguera, en honor a la gran educadora y escritora guanacasteca, quien fue mi adorada maestra de sexto grado y mi adorada directora. En el año 49, doña María Leal ya llegó de directora de la Escuela de Niñas de Santa Cruz. Después, como maestra volví a Filadelfia un año, enfermé, y los últimos tres meses antes de pensionarme estuve en la Escuela Central de Tilarán. “Fui maestra durante catorce años, y me pensioné por incapacidad, por la vista. Tengo un padecimiento en la vista desde que nací. Ni en Estados Unidos pudieron darle fin a mi padecimiento. Me pensioné en el año 54”.

Conjunto 25 de Julio de Liberia “En el año 55 formé el Conjunto 25 de Julio de Liberia. Marcó una época. Yo haría hincapié en la lealtad, la sinceridad y la honestidad con que se dio a conocer nuestro folklore. “En el Conjunto 25 de Julio de Liberia trabajamos mucho por el baile, la danza y la música de mi provincia. Tengo muchas anécdotas del grupo. Se formó en Liberia un comité para comprarle un jeep al padre González Saborío porque andaba en carreta, en bus y a pie. “Para comenzar a recaudar fondos, se les ocurrió una velada en el teatro y cine Mayorga, de mi cuñado. Él era el tesorero del comité. Como ya yo me acababa de pensionar, pensé en formar un grupo folklórico. Cuando estaba en Filadelfia, una viejecita me enseñó muchísimas danzas. En mi libro está la fotografía de ella. Se llamó Rita Carmona. Era una morena de ojos verdes, con voz casi hombruna. Era alta, delgada. Bailaba a la altura de la cintura y los hombros, más arriba no es guanacasteco. “La viejita había bailado en las esquinas. Nuestro pueblo no bailaba en salones, bailaba en la calle. Eran las épocas de las divisiones sociales profundas. La danza es del pueblo muy humilde. El baile es el de salón. “Danza de pie descalzo, eso es lo que más me gusta. No uso ni sandalias ni zapatos. Siempre me ha gustado este tema. De chiquilla, con 12 años, me escapé a una parranda, como a los 50 metros. La parranda es el baile del pueblo, con marimba y pie descalzo. Jamás se bailaron las danzas típicas con cimarronas. Esta viejita, doña Rita Carmona, bailó en las bocacalles de Sardinal, Santa Cruz y Liberia. “Esa viejita constituyó para mí una mina de oro. De ella saqué verdaderas joyas. En Liberia aprendí mucho con Doña Isolina Centeno de Guevara, mamá de Don Adán Guevara, y tía de Max Goldemberg”.

Page 109: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Pasa un avión de la compañía Delta y ella se detiene, mira al cielo, sonríe y lo celebra. Dice, “Gracias a Dios, ese avión está bajando hacia Liberia, hacen una vuelta aquí, en las Playas del Coco, antes de entrar. “Estábamos hablando de doña Isolina Centeno de Guevara. Antiguamente, el presidente que llegaba al poder hacía una gira por toda la provincia. Cuando vino don Rafael Yglesias, cuando hizo su gira, la sociedad de Liberia se preparó con tiempo, en la gobernación. Doña Isolina era hija del señor que era comandante y gobernador al mismo tiempo. ¡Vea qué barbaridad: toda la vida fue aficionada a la música y la danza, el punto, pero todavía en 1930, la alta sociedad en Guanacaste no bailaba! Lo que había eran danzas del pueblo. La niña Isolina se preparó con un amigo, se prepararon con el punto, y se va presentando ella como una sorpresa. Aquello tiene que haber sido un escándalo. ¡Qué interesante hubiera sido ver aquellos rostros! El señor presidente, don Rafael Yglesias, se dirige a la joven y le dice que si le permite continuar el baile junto a ella. Fue un triunfo fugaz del punto. Luego, volvió a las bocacalles. Fue una manifestación del pueblo humilde, sencillo, pobre… Esto que le digo es historia pura contada por la misma doña Isolina”.

Entre lo espontáneo y lo tradicional “Santa Cruz es espontáneo, Liberia es tradicional… Vea un tope de Liberia, es organizadísimo, inmenso, eterno, como que nunca acaba. Van los padres de familia con sus niñitos, y la mamá a la par del caballo. En cambio, en Santa Cruz es el alboroto, el gentío… Decir Santa Cruz es para que jale gente. “Soy una defensora de la cultura, la historia, las tradiciones y el folklore en general de mi provincia. Una vez, en Nicoya, Guadalupe Mora, el famoso don Lupe, de la iglesia colonial, me dijo, ´hace mucho tiempo que yo estoy esperándola`. “Estuve mucho tiempo con mi grupo 25 de Julio de Liberia. Cuando regresé al país, ya viuda, no tenía ni ocho días de estar aquí, cuando llegaron doña Socorro Clachar Hurtado, la mamá de la poeta y diputada Ligia Zúñiga Clachar. Ligia es hija mía, hija espiritual. Una vez Ligia dijo, ´le debo lo que soy a dos mujeres, Doña Socorro, mi madre, y Doña Lía, mi otra madre`. “Lo cierto es que con el apoyo y el impulso de doña Socorro retomamos todo aquello de la cultura. Eran otros tiempos. Nos apegábamos a los bailes y las danzas de Guanacaste. En cambio, ahora voy a algo folklórico y me quiero morir porque lo que presentan es pura farsa. “Guanacaste ha cambiado mucho porque los tiempos son otros, por la globalización y por el turismo. En lo material, el turismo conviene, pero, por ejemplo, mi voz es la única voz que se levanta en defensa de las Playas de El Coco. Dicen que Costa Rica ha perdido Jacó y Tamarindo, pero, en cambio, en El Coco se vive la institución familiar, la del pueblo, humilde, que, en medio de su sencillez y escasos medios económicos, ha podido sostenerse. “Venga quien venga, ahora el pescador de aquí vive otra vida. Cuando vine a El Coco, un pescador se venía a gastar 230 mil colones en el bar, el Bohío, y llegaba a su casa sin un centavo. La familia de los pescadores eran las que vivían más pobremente. El pescador nativo ahora sabe que ese era el camino equivocado. ¡Sus casas son bonitas y cómo las mantienen! ¡Viven con todas sus comodidades!

Page 110: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“El Coco sí se salva de eso que llaman la enajenación cultural, que tiene tomadas a muchas playas de Guanacaste”.

En Estados Unidos “Viví en Estados Unidos, en Miami, durante dieciocho años. Me fui porque tenía que buscar trabajo, y lo digo para que lo sepan: tenía una pensión de maestra que era ridícula, y con esa pensión tenía que sostener toda la labor del Conjunto Cultural Folklórico 25 de Julio de Liberia. Al conjunto me lo oficializó el Ministerio de Educación en 1963 ó 1964. Fue el ministro Ismael Antonio Vargas Bonilla, durante el gobierno de don Chico Orlich. “Muchos años después, me vi con don Ismael Antonio. Desde aquel entonces no nos habíamos vuelto a ver. Me lo presentó ahí Mireya Hernández de Jaén, profesora emérita de la Universidad de Costa Rica y amiga personal de toda la vida. “Dice don Ismael, ´usted no se imagina todo lo que me llevé por usted, porque el MEP le dio a usted la declaratoria oficial, y otra gente que trabajaba por el folklore pegó el brinco`. Claro, de eso a que me consiguieran financiación había una gran diferencia. Siempre me tocó echarme al hombro todos los gastos del grupo. “En Estados Unidos conocí a quien fue mi marido, Benjamin Benneth Alder, que de Dios goce. Lo conocí tres años después de haber llegado a ese país. Él tenía 68 años y yo 42. Fue como tan milagroso, pero por supuesto que se lo pedí a Esquipulitas. Lo digo para que lo sepan las ´duroncitas`: pídanle a Esquipulitas, porque ya San Antonio está cansado de que le pidan tanto. “No tuve hijos, pero los hijos de mi sobrina Sonia, que realmente son sobrinos nietos, la verdad es que son como mis hijos. A la mayor de ellas ya le traspasé esto, aquí en El Coco. Estoy desesperada por irme fuera de Playas de El Coco. Es que El Coco es para vivir siendo joven. Aquí se viene a trabajar. Sólo los millonarios pueden vivir aquí sin trabajar. Además, yo necesito estar cerca del hospital y de mis médicos. “Me quiero ir para Liberia. Ahí tengo a mis médicos, pero sería feliz viviendo en Santa Cruz. Me encanta conversar con la gente de Santa Cruz”.

Museo del Vestido Costarricense “Mi deseo es la creación del Museo del Vestido Costarricense. Mi hija Ligia, la poeta y diputada, me dijo hace unas dos semanas, en Liberia, en el Encuentro de Culturas, que ya la plata está para la construcción de la Casa de la Comandancia, en la salida de Liberia, así que el cuartel queda libre para la implantación del museo. Según me han dicho, ahí me van a dar un salón para el Museo del Vestido Costarricense. Yo fui a la municipalidad, y me dieron el apoyo unánime, pero nada más. Total, hasta aquí en nada paró ese apoyo. Pero no voy a descansar hasta que tengamos ese museo del vestido costarricense, porque es fundamental para entender nuestra cultura, nuestras costumbres, nuestro folklore. “Yo soy hermana de Jesús Bonilla. Me siento muy orgullosa de su obra. Él fue muy cercano a mí. Vivió en Santa Cruz la corta infancia. Después, en Liberia, vivió muchísimo tiempo, incluso toda la adolescencia. En su niñez estuvo

Page 111: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

cerca de mi hermana, recién casada, y también vivió con Benito Mayorga. Ese fue el hogar de nosotros. Perdiéndose la madre, se pierde el hogar. Siempre fuimos buscando el calor de la hermana mayor. Ese era un hogar que nosotros adorábamos. “Mi hermano, a quien le decíamos ´Chu`, trabajó en la Banda de Alajuela. Vino de director de la Banda de Liberia. Después de que dejó la Banda de Liberia, compuso la canción ´Luna Liberiana`, en los años 30. Ya es una canción viejita, pero es inmortal. También tiene otras canciones, como ´Pampa`, ´Vals del recuerdo`, que le grabaron en la BBC de Londres… Compuso las tres grandes fantasías. Yo monté la primera. La puse en ballet folklórico, en nuestra obra ´Escenas guanacastecas`. “Dice el periodista José Manuel Peña, gran amigo nuestro, que cómo seremos de importantes los Bonilla en la cultura, que hubo un tiempo en que Don Chu, mi hermana, estaba dirigiendo la Banda de Liberia, y yo estaba dirigiendo el ballet. La verdad es que nadie se puede quejar de nosotros. De verdad que trabajamos mucho, mucho, mucho por la cultura de Guanacaste”.

Inédito, Playas del Coco, 31 de diciembre, 2005

Page 112: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Margarita Marchena Marchena

La mamá de Coopetortillas de Santa Cruz

Es el gran símbolo de las mujeres tortilleras de Santa Cruz. Delgadita, parece que se puede quebrar, pero es todo lo contrario: una mujer inquebrantable. Margarita Marchena Marchena nació en Chontales, Nicaragua, el 26 de febrero de 1924, hija de Marcelino Arce, nicaragüense, y Mercedes Marchena, costarricense. “Se conocieron aquí. Luego, mi mamá se fue con mi papá para Nicaragua. Mi papá era comerciante de ganado; mi mamá, ama de casa. Fuimos tres hermanos, nada más. Mis dos hermanos están en San José. Se llaman Fermín Marchena e Hilda Marchena. Vine de Nicaragua de dos o tres años de edad. Me trajo mi mamá. Me siento tica por crianza, aunque sea nica por nacimiento. Me siento más tica que nica, y con todo orgullo porque aquí aprendí todo lo que sé. “Llegamos directamente a San Juan de Santa Cruz. Mi papá quedó allá. En San Juan me terminé de criar hasta la edad de 13 años. Estuve en la escuela solamente un año. Bueno, eso no es cierto. Pude estar en la escuela solamente un mes. Aprendí a leer, a escribir y a todo lo que usted quiera sé, que es lo importante, como sumar, restar, dividir y multiplicar. “Uno no sólo en la escuela aprende, donde uno más aprende no es en la escuela, es en la calle. El saber pensar es cuando uno aprende. Yo digo que el querer es poder. “Si usted quiere estudiar, Dios le ayuda. El poder de Dios es muy grande. Sé leer, sé escribir, sé bordar. Siempre que usted ande solo, sin malas compañías, y por buenos pasos, Dios le alumbra el camino a la gente buena. Si alguien se acostumbra a andar engalillado con malas compañías entonces no, Dios no le ayuda. Por eso, yo me acostumbré a andar sola. Todas las compañeras andan chisteando por ahí, y yo siempre por aparte. No por eso me dejan de respetar ni de seguir. “Dicen, ´Margarita, ¿está brava?` Pero otras dicen, ´Margarita no es brava, es seria, fundamentosa`. Yo les digo lo siguiente: ´no me interesa lo que ustedes están conversando.` Yo les estoy oyendo todo, eso sí. “Mi mamá me trajo a los tres años de edad y pasé con ella hasta los 13. A esa edad me dejó sola y se fue para otro mundo. Tuve que trabajar desde la edad de siete años. Ella me enseñó a trabajar. Ella me dijo, ´mamita, si quedás sola ya no te morís de hambre`. Y así fue, como si ella lo estuviera presintiendo. “Viera qué lindo que era la educación de antes, la educación que había… Nunca jamás en la vida se volverá a ver. Antes había mayor respeto a los ancianos, respeto a la gente, respeto a los niños… Uno respetaba todo. En cambio, ahora no se respeta a la gente mayor ni se respetan las costumbres y las tradiciones. Yo que estoy anciana, si no me aparto en la calle, me botan. Sobre todo pienso en la gente joven. Ellos están en el colegio, pero el colegio no está en ellos. “Tengo un tipo de india, sangre de india… El humo donde trabajo me está afectando. La leña es mala. El doctor ya me prohibió estar cerca del fuego, pero, diay, si ese es mi trabajo, ¿qué voy a hacer?”.

Page 113: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Trabajo desde los siete años de edad” “De siete años de edad, mi mamá cuidaba peones. Ella se volvió a casar en San Juan. El nuevo esposo y ella sembraban arroz, frijoles, maíz… Ella atendía a los peones del hombre, del marido. Yo me levantaba con ella a moler, a hacer café. Yo sé de todo. Todo trabajo lo sé hacer. “El que no sé es robar, pero el día que robe va a ser de verdad, porque he trabajado y he sufrido en la vida. “Me casé de 30 años. Tres años viví con el hombre, pero no servía para nada. Pensé, ´lo que no sirve, que no estorbe`. No tuve hijos, pero crié ocho, uno es tráfico, otro vive Tamarindo, otro está en Estados Unidos, dos se fueron para San José… Entre esos ocho también estaba una muchacha que fue abandonada por la mamá. La mamá la dejó botada. Vive por Barrio Panamá. Los otros dos que me falta mentar viven en Barrio Limón. A ellos se les murió la mamá. Tres de esos ocho eran sobrinos, pero los otros cinco eran particulares. “Ahora tengo compañero. No es mi marido. Es el otro, el segundo, pero ya es el propio porque tengo cuarenta y nueve años de estar con él. Después de que se fue mi marido, rapidito me hice de un compañero, sin perder tiempo. Él vive aquí conmigo. Se llama Zadi Contreras. “Me siento muy santacruceña. Cuando mamá murió, me vine para Santa Cruz. Trabajé en la hacienda Santa Cecilia, la hacienda La Conchita, donde Juan Baldizón, donde Antonio Cabalceta, donde Chico Rojas… Trabajaba en las casas o trabajaba como cocinera. “Después me fui para la zona bananera, la zona sur del país. Trabajé en la finca Alajuela. Queda en Palmar Sur. Allá estuve 18 años. Tenía fonda. Daba de comer a los peones. Allá conocí al marido. También allá nos dejamos. Se llamaba Antonio Rosales. Me vine para acá, para Santa Cruz y me encontré al otro, al segundo”.

Coopetortillas “Tengo 32 años de estar en Coopetortillas. Yo soy la fundadora de ese trabajo. Primero éramos tres. Cuando abrimos ese trabajo, esas tres éramos Julia Obando, Daisy Chaves y yo. “Como no había plata, ellas se fueron. Quedé yo sola. Todo cuesta en la vida. Se me fueron juntando otras, ya cuando estaba hecho el trabajo. Casi todas las que están ahora son nuevas. “Trabajamos sin dinero. Todo lo que se hace en el día se reparte entre todas, pero al final del mes. Primero se sacan los gastos, y lo que queda se manda al banco. Al fin de mes se reparte igual a todas. Los mejores meses, que son diciembre, enero y febrero, a veces recibimos 50, 60, 70 mil colones.

“Aparte de eso, de ahí comemos todas nosotras y comen los güilas de todas. Somos dos grupos. Unas entran en la madrugada y salen al mediodía. Las otras entran en la mañana, cerca del mediodía, y salen cuando empieza la noche. Tenemos un domingo libre por quincena, un domingo libre de por medio, y nos cambiamos de turno cada semana. Si a mí me tocó una semana por la mañana, la otra semana me toca por la tarde.

Page 114: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“De los hijos que crié, me visita nada más uno. Yo lo que pienso es que por lo menos cumplí con mi deber. Ayudé a quien me necesitó. Ese ha sido el afán mío…”. Le pregunto por la realidad del país. “Pobrecito Pacheco. No lo dejaron trabajar tranquilo. Uno tiene que respetar. A veces ni hacen ni dejan hacer. Soy liberacionista, he sido liberacionista de todo el tiempo. Todos son iguales, pero a mí me gusta el partido Liberación. “Viera cómo considero a los políticos. Comprendo a los presidentes. No los dejan trabajar tranquilos. “Vea a don Abelito, hasta se enferma el pobre señor. Los de la Asamblea Legisativa viven peleando, viven guerreando… A nosotras, las mujeres de Coopetortillas, nos dieron una audiencia. Me la dieron a mí, después de un premio que me regaló Pacheco en el Teatro Nacional, allá en San José. La audiencia era para ir a hablar con el fin de que nos ayudaran. “Fui porque necesitamos arreglar esto. El local de Coopetortillas no es mío, no es de nosotras. Es el sitio donde tenemos el trabajo. Nada más. Le ayudamos a los estudiantes con hambre, a los güilas pobres. Esto de nosotras es el trabajo de las madres pobres. A la juventud hay que ayudarle. Ellos quedan. Uno se muere. Algo muy bonito es que yo comparto mucho con los niños. “No me gusta rajar, no me gusta fachentear, pero me dieron un premio de 70 mil pesos por lo que hemos hecho en Coopetortillas. ¿Cómo es que se llama el premio? ¿Vos no te acordás?” (Le digo que es el Premio Nacional de Cultura Popular, y me pongo feliz porque, por primera vez, doña Margarita me “vosea”). “Me gasté los 70 mil pesos en el médico. Es que me da ahogamiento, asma… Viera qué feo. Así estoy trabajando, aunque sienta que me ahogo. Únicamente es que tengo que trabajar. Estoy trabajando porque hay que cuidar el trabajo. El que sabe lo que cuesta un trabajo lo cuida, el que va llegando, no. Hay que cuidarlo”.

“Hay que tener compasión” “Ahora que usted está conmigo, quiero mandar un mensaje a Calderón (Rafael Ángel) y a Miguel Ángel (Rodríguez). Hice muchas oraciones para que los sacaran libres. Se los puse en las manos al Niño Divino para que les ayudara a salir de ahí. No he podido con el Padre Minor (Calvo) pero sigo poniéndoselo en sus manos al Divino Niño y sé que va a salir pronto. Para orar no se paga. Uno tiene que murmurarle las cositas a Dios porque Él nos escucha. Calumniar no es bueno. Sólo Dios tiene derecho, pues, a ver las cosas con esa rigurosidad. “¿Por qué pasó esto en el país? Si usted es periodista, y no va a andar mal acompañado, mejor ande solo, amigo, a la par de uno solamente Dios. Yo he rodado tanto y gracias al Señor nunca me ha pasado nada. “Es que, créame, Esquipulitas, el de aquí, el de la iglesia, hace milagros. Yo pongo a los presidentes que estuvieron en la cárcel en las manos de Esquipulitas, también. Voté por Calderón, aunque siempre he sido liberacionista. Me daba lástima que se tirara tantas veces para la presidencia. Por Miguel Ángel no voté, pero también me da lástima. Pobrecitos, si son de Costa Rica, como todos nosotros. Es malo que los traten así.

Page 115: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Usted sabe una cosa, claro que yo sé que la fiscalía y toda esa gente están ganando su plata, pero hay que fijarse cómo se hacen las cosas… A esa gente no le va a gustar que le hagan algo así a los hijos de ellos. Lo que uno no quiere para los hijos, no hay que hacérselo a nadie. “Le voy a dar un consejo. Tenga presente que con lo que uno más quiere en la vida, paga todo. Hay que saber hacer las cosas. Eso sí, en Coopetortillas nadie nos ha ayudado. “José María (Figueres) vino una vez, cuando estaba haciendo política. Entró por una puerta, se metió a la cocinita de leña de nosotras, el fogón, que es muy humilde. Ese día habló conmigo, pero se fue y nunca más lo volví a ver más. “Pacheco también vino, entró por una puerta y salió por la otra. ¿A todos esos, aunque los ponga yo en manos del Divino Niño y de Esquipulitas, no les dará vergüenza venir a Santa Cruz y ver cómo estamos trabajando en ese galerón tan feo? A mí me daría vergüenza. “Siendo un señorón de esos, a mí me daría una vergüenza bien grande venir aquí donde nosotras para las campañas, y tomarnos fotos en las fachas en las que trabajamos, ahí, en los fogones, y después olvidarse de nosotras sólo porque somos pobres, sencillas y sin tierras. ¿Cómo va a creer que no? Por lo menos que hagan algo con una persona mayor, y que pinten bien el negocio para que se vea bonita. Yo me pinto, y viera que no me veo tan refea. Ya uno se pinta y cambia la cosa. “Lo que digo es que por lo menos no nos mojamos, pero ya casi. Llego ahora como a las cuatro de la mañana, y desde esa hora me pongo las pilas. Yo hablo con cualquier corbatudo y tengo la dignidad para decirle lo que sea porque me gano la platilla con el sudor de la frente. Me gano la plata con mis manos y mi sudor, no con la lengua. “Yo le mando a decir a los políticos, ¿por qué no trabajan tranquilos, que el mal de uno, sea del otro, que lo que no sepa uno, lo sepa el otro y le ayude? Lo digo porque los conozco bien. Soy amante de las noticias. Gasto mi rato para estar oyendo las cuatro mentiras que pegan los políticos. “Tengo derecho a decir eso. ¿Usted sabe lo que es ir donde San José, donde el presidente y que después no hiciera nada? Las mujeres que están trabajando conmigo para poder vestirse compran ropa americana. Sepa Dios de dónde son esas ropas. También pagan casa, y unas no tienen casa, y pagan alquiler y de todo… “Y después de que le digo todo eso, oígame esto otro: ojalá hubiera un trabajo así en San José para poner a trabajar al montón de mujeres que están viendo tele, sin una chamba, sin un brete, o con güilas pidiendo en la calle”.

Inédito, Santa Cruz, enero 2006

Page 116: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Mario Arturo Esquivel Tovar

Escritor e intelectual de Tilarán

Mario Arturo Esquivel Tovar nació en Tilarán el 24 de diciembre de 1945, en el seno de una familia con mucha historia en esa región guanacasteca. “Mi abuelo por parte materna era el médico guatemalteco Arturo Tovar. En honor a él es que el cerro donde está la famosa cruz de Tilarán se llama Cerro Tovar, precisamente porque era de mi abuelo. Lo hemos mantenido como una reliquia dentro del paisaje del pueblo. Mi abuelo llegó a Costa Rica en el año 1930. De 1930 a 1943 hubo una dictadura en Guatemala. La dictadura de Jorge Ubico. Mi abuelo discrepaba con el régimen. Tuvo que venirse a Costa Rica. Alguien lo recomendó con el doctor Calderón Muñoz, padre del doctor Calderón Guardia. Como colega, el doctor Calderón Muñoz le ayudó. Le dijeron que sí había una plaza, pero en Tilarán. Así comenzó nuestra historia de Tilarán, donde mi abuelo era médico general, tenía su propia oficina como odontólogo y asistía prácticamente todos los partos. Aparte de nacer un 24 de diciembre, el otro detalle bonito es que fue mi propio abuelo quien ayudó a que me trajeran al mundo. “Por su parte, mi papá, José Antonio Esquivel Rodríguez, llegó con 14 años a Tilarán. Él fue oriundo de San Ramón, pero vivió 47 años en el cantón de Tilarán. Durante treinta años fue educador en algunas escuelas de Tilarán, y luego fue profesor de Educación Física y Agricultura en el Liceo de Tilarán. “Mi mamá, nacida en Santa Cruz del Quiché, de Guatemala, se llamó Betty Tovar. Mi abuelo llegó exiliado, luego se trajo a la familia. Él vivió aquí hasta el año 50, cuando se regresó a Ciudad Guatemala. Su familia era de Antigua Guatemala. “Mi madre casó de 17 años de edad. Mi padre tenía 21. Mi madre era hija única. Mi abuela murió. Mamá se quedó a vivir en Tilarán. Fuimos una familia de tres varones: Arturo, profesor de español en el seminario, yo que soy abogado, y el tercero es Enrique, quien es un conocido periodista, sólo que desde que empezó los editores del periódico donde dio sus primeros pasos le dijeron que el nombre ´Enrique Esquivel Tovar` era muy extenso, que mejor firmara como ´Enrique Tovar` y así se quedó. “17 años después nació mi otro hermano, Javier, quien es zootecnista, de la Escuela Centroamericana de Ganadería. Y tenemos una hermana de adopción, Leda, quien vive en Tilarán. Es la única que vive en Tilarán. “Nosotros, los tres mayores, nos vinimos para San José. El menor, Javier, vive en San Carlos desde hace más de quince años. “Estudié en la Escuela Central de Tilarán. El primer año de secundaria lo hice en el Liceo de Tilarán. Los restantes años los hice en el Colegio Seminario, en barrio La Cruz. En el año 60 nos vinimos. La que tuvo esa visión fue mi madre. Consideró que si nos quedábamos en Tilarán, nos íbamos a quedar en un paisaje, en un ambiente cerrado. Nos vinimos a San José, y ahí comenzó la ruta de cada quien, la ruta profesional y demás”.

Page 117: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

En Estados Unidos “Estando en el Colegio Seminario, en el año 63, yo me gané la beca de la AFS, American First Service, y viví un año en el Estado de Nueva York, cerca de las cataratas del Niágara. “De ese año lo que más recuerdo fue el asesinato de John F. Kennedy. Él vino aquí a la reunión de presidentes, a la cumbre de presidentes, en marzo del año 63. Me voy en agosto de ese año, y el 22 de noviembre lo matan. “Me impresionó mucho por dos razones: en marzo, como yo era muy amigo del Conjunto Folklórico 25 de Julio, que tenía Doña Lía Bonilla, por esa relación, y para una de las cenas, la que se realizó en el Costa Rica Tennis Club, el conjunto folklórico que hizo los bailes fue el de Doña Lía, aunque no era del grupo me colaron. Nunca se me olvida ver bajar la escalinata al Presidente Kennedy, tal vez a dos metros de donde yo estaba ubicado. “Y para noviembre, el día de su asesinato, recuerdo que para que no cundiera el pánico, el director nos hablaba por los parlantes. Primero nos dio la noticia de que había sido herido. Muchas de mis compañeras se pusieron a llorar. Unos minutos después nos dijeron que el presidente había muerto. Cuando llegué a mi casa se había confirmado que había muerto el Presidente Kennedy. “Antes, la ´American First Service` era sólo para ir a Estados Unidos. Era costumbre que después de diez meses de permanecer en una familia, nos daban un ´tour` por cuatro o cinco Estados. Nos llevaron al cementerio de Arlington, donde están los restos de Kennedy, con la famosa llama que nunca se apaga, la llama eterna. “Regresé a Costa Rica a principios de julio del año 64. Tenía información de que por ser costarricense podía ir a estudiar a España sin haber obtenido aún el título de bachiller costarricense, sino con mi título de ´high school`, porque en el reinado de Alfonso XIII se había firmado un convenio con Costa Rica, que dictaba que por el mero hecho de ser nacional costarricense se podía ir a estudiar a España. “Para recuperar el año perdido porque me fui a Estados Unidos, de una vez me fui a España a fines de agosto del año 64. Llegué a la ciudad de Barcelona, y me puse a estudiar Derecho, en la ciudad universitaria de Pedralbes. “Ahí viví, en esa ciudad, durante nueve años, del año 64 al año 73. Obtuve mi título de abogado y notario, e hice una tesina en Derecho Internacional Privado y estudios de Psicología Industrial. “Tantos años en Cataluña me marcaron. Durante esos nueve años vine en dos ocasiones a Costa Rica, en el año 67 y en el año 70. Volví para vivir en Costa Rica en el año 73. Cumplí uno de mis grandes deseos, que era venirme en barco, cruzando el Atlántico. Salí del puerto de Barcelona, pasamos a las Islas Canarias, de España, las Islas Azores, que son portuguesas, y navegamos ocho días sin tocar tierra hasta que llegamos al puerto La Guayra, en Venezuela; de ahí a Aruba; después Cartagena de Indias, en Colombia; Puerto Colón, en Panamá, y ahí me bajé. Mi madre me fue a esperar. Nos vinimos por tierra hasta San José. “Durante los nueve años que pasé en Europa, aproveché casi todos los períodos de vacaciones para conocer diferentes ciudades europeas, y para

Page 118: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

tomar cursos libres de verano. Estuve en Londres, tomando un curso de Derecho Comparado, o Common Law, que es lo propio del Sistema Napoleónico, el Sistema Germánico, el Sistema del antiguo Bloque Soviético. “De ese viaje a Londres guardo cuatro impresiones importantes… “La primera impresión inolvidable es que me tocó vivir la atmósfera de Los Beatles, porque incluso hasta tenían una tienda en el centro de la ciudad, con objetos exclusivamente de ellos. ”La segunda impresión tiene que ver con las manifestaciones en la Plaza Trafalgar contra la Guerra de Vietnam. Simbólicamente, a los manifestantes nos daban una tacita con arroz para comerlo ahí como un acto solidario. Curiosamente todos íbamos protegidos por la policía inglesa. “El tercer recuerdo es el cruzar El Canal de La Mancha, desde Puerto de Dover a Calais, en Normandía, donde sucedió el desembarco en la Segunda Guerra Mundial. Yo había leído muchos libros sobre el tema, y este recorrido me generó una gran emoción. “Finalmente, conocí a unos amigos, checoslovacos, quienes me habían invitado a visitar Praga con ellos. Fue cuando se dio la invasión por las tropas rusas. Se acabó la famosa primavera de Praga”.

San Fermín “En España, fui a San Fermín, en Navarra, cuya capital es Pamplona, durante cinco años seguidos. Son famosos porque Ernest Hemingway las hizo famosas. Ocho o quince días después de que inicia toda la celebración, comienzan las fiestas taurinas de Tudela, que es la segunda ciudad de Navarra. No hay tanta prensa internacional, ni tanta promoción turística como ocurre con las de Pamplona. Ahí queda más latente, más perceptible el pueblo español, el pueblo de Navarra. ”Me encantan estas historias porque están llenas de anécdotas, de aventuras. Por ejemplo, tenía unos amigos en Zaragoza. Entonces, me venía de Barcelona a Zaragoza, que son trescientos kilómetros, en autostop, y ahí nos desviábamos hacia Navarra. “En mis viajes frecuentes a Pamplona, en dos ocasiones, fui a La Álaba, la capital, Vitoria, a un municipio que se llama Mendoza, de donde son originarios los Esquivel, que es un apellido sefardita; el Tovar viene de un pueblo cercano, pero nunca pude ir… “También tengo grandes recuerdos de mis viajes a Andalucía, a Sevilla y Córdoba. No me impresionó mucho Madrid. Es una ciudad muy grande, pero no tiene ese sabor español, gitano. “De Cataluña, que me marcó tanto, recuerdo mis viajes durante el verano, mis paseos a la Costa Brava, y en el invierno, el ir a las montañas, en Monserrat, donde está ´El Santuario de La Virgen de Monserrat`, La Negreta, en Andorra. “España sigue viviendo en mí, sobre todo porque, además de vivir allá casi una década, me casé con una española. Cumplí treinta y cinco años de casado. En marzo de 1971 contraje matrimonio con Amparo Benítez Aldón, de origen garitano, de Cádiz, pero nacida en la ciudad de Tanger, en Marruecos, porque esa ciudad hasta el año 1955 fue colonia tripartita, francesa, italiana y española.

Page 119: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“En el año 73 nos vinimos para Costa Rica. Trabajé año y medio en el Centro de Promoción de Exportaciones e Inversiones, que sería la semilla inicial que se transformó luego en Procomer. “Me incorporé al Colegio de Abogados. Luego, me incorporé a un bufete muy reconocido, donde estaban Manuel Emilio Rodríguez, Franklin Matamoros y los Tinoco… Me quedé como tres años”.

Embajador en Guatemala “En el año 78 me fui de Embajador a Guatemala. Estuve allá durante dos años y medio. Aproveché mi trabajo allá para ir a conocer a toda mi familia Tovar y Echeverría. “Estando como embajador, sucedió la quema de la Embajada de España. Un grupo de indígenas tomó la embajada como protesta por la cantidad de muertes sucedidas en el Quiché. Fue durante el gobierno de Romeo Lucas García, quien no acepta la negociación. La policía toma la embajada. En una oficina se habían encerrado los indígenas con el embajador español, Máximo Cajal; un ex vicepresidente guatemalteco; un abogado; un ex canciller guatemalteco, Molina Orantes, quienes estaban de visita donde el embajador. Inesperadamente alguien lanzó una bomba y se incendió la embajada. “Murieron treinta y nueve personas, el ex vicepresidente, el ex canciller… El único de ellos que se salvó fue el embajador. Al día siguiente, el cuerpo diplomático fue convocado a la Nunciatura Apostólica, donde el canciller guatemalteco Castillo Valdés, dio la versión del gobierno guatemalteco. “Me levanté temprano, y en mi ruta a la Nunciatura Apostólica pasé por el Hospital Herrera Llerandi, donde estaba el embajador español en una habitación, y en la habitación de al lado estaba el único indígena que sobrevivió. Estando en el hospital, un grupo armado entró, secuestró al único indígena sobreviviente, Xuxa, quien apareció muerto en el campus de la Universidad de San Carlos. Los universitarios enterraron ahí mismo el cuerpo. “Abandoné el hospital, me dirigí a la Nunciatura Apostólica, esperé que terminara la exposición, pedí la palabra, informé al cuerpo diplomático de lo que había acaecido minutos antes. “El embajador de Estados Unidos, y el Embajador de Venezuela se me acercaron y me dijeron que había que hacer algo por el embajador español, pues podía correr la misma suerte. Decidimos trasladar al embajador español a la Embajada de Estados Unidos. El gobierno de EEUU había autorizado que lo acogiera su embajador en su casa. Esa noche, entre las seis de la tarde y las siete de la noche, en una operación relámpago, llevamos a Máximo Cajal hasta la casa del embajador estadounidense, quien nos estaba esperando. “Ahí permaneció durante tres días hasta que el gobierno español envió un avión para recoger a su embajador. A esta altura de los hechos ya había habido ruptura de relaciones. Como consecuencia, el Rey Juan Carlos tomó la decisión de que a los tres embajadores nos iban a dar una condecoración: a uno la orden de Isabel La Católica, no recuerdo la segunda, pero a mí me dieron La Orden al Mérito Civil en Grado Máximo, que es la mayuor condecoración que el gobierno español le da a los diplomáticos de carrera”.

Page 120: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

El escritor “Una de las razones para aceptarle a don Rodrigo Carazo la posición de embajador en Guatemala es que comencé a interesarme por la vida y la obra de la poeta Eunice Odio y la novelista y cuentista Yolanda Oreamuno. Pensé que desde mi posición como embajador podía obtener mucha información de ellas dos, y su paso por Guatemala. “Fue así como don David Vela, uno de los periodistas más connotados de allá, me prestó todas las ediciones del periódico ´El imparcial`. Él era el propietario del periódico. “Posteriormente, en mi libro, publiqué un artículo que él escribió. Es una reseña sobre la novela ´La ruta de su evasión`, de Yolanda Oreamuno. “Todos los días, me iba sistemáticamente de ocho a nueve y media de la mañana al Archivo de Centro América, donde aun guardan libros, revistas y periódicos de la época de Juan José Arévalo y Jacobo Arbenz. “Eunice Odio llegó a Guatemala en el año 46 y ganó el Premio de los Juegos Florales en el año 47, por su libro ´Los Elementos terrestres`. Tengo todos los originales. “Estando Eunice en Guatemala, llega Yolanda, en el año 48. Yolanda gana los Juegos Florales en el año 50, con su novela ´La ruta de su evasión`, editada en el año 51. “Me interesé por investigar la vida de estas escritoras y su paso por Guatemala desde unos años antes, porque en 1974, cuando muere Eunice en México, se da la circunstancia de que me tengo que ir a trabajar a la ciudad de México. Llego a México dos meses después de la muerte de Eunice. Estaba trabajando en el Centro de Promoción de Exportaciones e Inversiones, y me estaba capacitando en el Instituto Mexicano de Comercio Exterior. En todo mi tiempo libre me puse a entrevistar a algunos intelectuales importantes, me fui a buscar ventas de libros viejos, con la ilusión de encontrar textos de Eunice y Yolanda. Fui hasta la calle donde Eunice apareció muerta, en un apartamento, en mayo del año 74. Yo estuve en ese lugar en agosto y en septiembre. “Antes había adquirido el libro del escritor y periodista venezolano Juan Lizcano, editor de la Editorial Monte Ávila, quien publicó varias decenas de las cartas que hubo entre él y Eunice, más algunos textos de ella. “Después de Guatemala me trasladé un año a Naciones Unidas, donde representé a Costa Rica en la vicepresidencia de la Tercera Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. “Cuando regresé, en el año 82, me puse manos a las obras. Quería ordenar la información. En el año 83, estando Alfonso Chase como Director del Departamento de Publicaciones del Ministerio de Cultura, publicamos el libro ´Eunice Odio en Guatemala`”.

Page 121: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Eunice Odio y Yolanda Oreamuno “Lo importante es que doy a conocer detalles importantes de la vida de las dos escritoras, del ambiente cultural que ellas vivieron en Guatemala. Eunice Odio estuvo en Guatemala del año 47 al año 55, cuando le dan el golpe de Estado a Jacobo Arbenz y entra Castillo Armas. “Se va para México, donde pasa hasta el año 74, menos un período que vivió en Manhattan, Nueva York, en el año 61 ó 62. En el año en que estuve en Nueva York, fui a buscar información. Sólo me encontré una traducción de Eunice Odio. Ella se ganaba la vida de esa manera. “Lo importante fue rescatar muchos textos de Eunice, publicados en diferentes medios periodísticos, y la amplia crítica, reseñas, que tuvo su obra ´Los elementos terrestres`. “Cuando volví, en los años 80, me dediqué a participar en el ambiente cultural costarricense. Ya había estado muchos años fuera. Di a conocer algunos textos de Yolanda Oreamuno. Como el famoso cuento de Harry Campbell Paul, un cuento de ella que se había extraviado. Logré conseguirlo en una revista de Ciudad de Guatemala. Es un cuento muy interesante. Fue escrito en Baltimore, cuando Yolanda estaba enferma, y la internan en Baltimore. Lo publicó Ancora, cuando la editora era Rocío Fernández, la sobrina de Guido Fernández. “Me dediqué a publicar textos literarios en varias revistas de Guatemala y Honduras, sobre diversos autores. Luego, Enrique Jaramillo Levi me publicó varios textos sobre Eunice y Yolanda en Panamá. “De Yolanda tengo aun muchos textos inéditos, rescatados. Sólo espero el momento oportuno para poder publicarlos. “Tengo un álbum, editado en 1934, en el que viene una foto de Yolanda, del año 32. También estaba Alberto Cañas. Fue para un baile de gala. “Desde hace dos o tres años, tengo una pista sobre donde puedo conseguir uno o dos o tres textos de los extraviados por Yolanda. De los extraviados he rescatado dos, un cuento y lo que escribió sobre Avella, un pintor surrealista cubano. Se conocieron porque él llegó como agregado cultural de la Embajada de Cuba en Guatemala. “Avella hizo una exposición, y tres costarricenses radicadas en Guatemala hicieron una crítica sobre la exposición. Vea qué honor. Las críticas fueron firmadas por Yolanda Oreamuno, Eunice Odio y Lilia Ramos. “He pensado que con esas tres reseñas, con datos de Avella, se pueden convertir en un librito interesante”.

Guanacaste “A la vuelta me dediqué a la profesión y a mis actividades comerciales. Tengo veinticuatro años de tener una empresa en Desamparados, y me he dedicado a ayudar a mis hijos a promoverse como estudiantes universitarios. “Mi hija Natalia es cantante. Ha destacado porque musicaliza poesía de grandes escritores costarricenses y grabó un disco de canciones para niños, basadas en textos de grandes escritores costarricenses y universales. “Ella me acompañaba a los simposios y a los encuentros latinoamericanos de escritores. De ahí trae la afición por la lectura.

Page 122: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Para mí, Guanacaste no sólo significa la tierra donde yo nací, sino que en mi vida me he visto muy involucrado con grupos culturales de los otros cantones de la provincia. “Tengo una gran influencia del Tilarán de los años 50 y 60, pero también he estudiado la influencia de una pléyada de educadoras liberianas que se trasladaron a muchas escuelas de Tilarán a enseñar. Soy producto de esa influencia. “Conocí a mucha gente de Santa Cruz y Nicoya. Siempre he buscado relacionarme con los escritores del Centro Literario de Guanacaste. Respeto muchísimo la obra de figuras como Marco Tulio Gardela y Miguel Fajardo. De un año para acá, el segundo domingo de cada mes hacemos unas tertulias literarias en la Casa España, con gente de allá, como Santiago Porras, de Abangares, y Édgar Leal, de Santa Cruz. “Hoy en día, mi hija, la menor, es la gerente de la empresa Delta Airlines, en Liberia. Estoy contemplando la posibilidad de volver a mi provincia, y de involucrarme en algunas actividades folklóricas. “Fui a España hace seis años, a encontrarme con las raíces que dejé. Fui al edificio donde estudié, en la Facultad de Derecho. Antes todo estaba en español, ahora también está en catalán. “Por ser propietario de un negocio dedicado a la venta de licores, hace doce años me incorporé a la Cámara Costarricense de Restaurantes y Afines, CACORE, donde ocupé diferentes puestos en la directiva. Hace dos años y medio fui su presidente. “Ahora también estoy en la Cámara Nacional de Turismo, CANATUR, que está formado por siete sectores: líneas aéreas, ´rentacar`, hoteles, cámaras de turismo rural, sector gastronómico, cuya plazo ocupo yo, lo cual me ha facilitado el estudio de todo este ´boom` turístico. “Quiero ir a vivir a Guanacaste, posiblemente a la bajura. En eso estoy. Quiero volver a mis raíces. Guanacaste es otra patria para mí, la patria donde nací y donde crecí. Guanacaste está vivo en mi memoria y en mi corazón”.

Inédito, San José, febrero, 2006

Page 123: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Daisy Jiménez Calderón

La compañera del legendario Domingo Flaqué

-Un día de estos cumplo 90 años, dice, con una bellísima media sonrisa de satisfacción. No necesita de toda su boca para cautivar con su encanto. Ella es la mitad de la historia del enorme legado de su esposo, Domingo Flaqué, en Tilarán. Ambos tuvieron un papel único y determinante en el desarrollo de este cantón guanacasteco. Hay un antes de Domingo Flaqué y un después de Domingo Flaqué en la historia de Tilarán. Daisy Jiménez Calderón de Flaqué nació en El Molino, Cartago, el 30 de julio de 1916. Sus papás se llamaron José María Jiménez Piedra y Esperanza Calderón Piedra. “Mis papás eran primos entre sí. Papá era agricultor pero cuando joven le gustó mucho la construcción. Construía casas. También construyó el Hospital William Allen, en Turrialba. Desde muy joven se dedicó al cultivo del café y el banano. Mientras tanto, mamá era ama de casa. “Los hermanos mayores de mamá estuvieron en el Colegio San Luis Gonzaga, en Cartago. En cambio, para las mujeres contrataban maestros de música y de inglés. “Crecí en Turrialba, en el pueblo. Papá trabajaba en el campo, en sus fincas; en la construcción y en un negocio de víveres. Era el tiempo del auge del banano. Eso generaba una tremenda corriente de dinero en Turrialba. “Fuimos siete hermanos. Yo soy la tercera. Tuve dos hermanos mayores. Los primeros años estuve en la Escuela de Turrialba, y luego en la Escuela Ascensión Esquivel y en la Escuela Jesús Jiménez, en Cartago. “Después, estuve en el colegio San Luis de Gonzaga. En ese tiempo, se estudiaba hasta tercer año para salir a Heredia, para hacerse maestra. Era lo único que le recetaban a una como mujer”.

Modista y diseñadora de vestidos de novia “Salí de tercer año y me dediqué a otras cosas, el bordado, coser… Fuimos unas amigas y yo a recibir clases de corte y confección con una francesa, a San José, y me dediqué a eso. Yo fui modista, y resulté ser muy famosa en Cartago, muy popular por mi trabajo, sobre todo en vestidos de novia. “Éramos muy obedientes con mi mamá y con mi papá. La afición en Cartago era ir al cine e ir a los bailes. Había bailes muy bonitos de vez en cuando, pero a las nueve de la noche ya no había un alma en la calle. “En ese tiempo, Don Domingo Flaqué tenía un hotel en Puerto Cortés. Cogió paludismo y entonces se traslado a Cartago para mejorarse, para cambiar de salud, que llamaban antes. Ahí lo conocí yo. “Él nació en Lérida, Cataluña, España. Llegó hasta segundo grado porque cerraron la escuela del pueblo, la cerraron porque la maestra y el maestro eran amigos, y los chiquitos y las chiquitas se mezclaban jugando bola en una plaza que estaba en medio de las aulas. Así eran las cosas antes. “Cuando nos conocimos, él tenía 37 años y yo 25. ¿Me quiere preguntar que si

Page 124: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

había sido muy noviera? Eso no lo digo. Tuve un novio desde la infancia, pero esos que son novios muchos años, al final de cuentas terminan. Jalamos como ocho años. Papá siempre estaba paseándose por el zaguán de la casa. “En el cine nada pasaba, pero cuando terminé con el otro y principié a salir con Domingo, él era muy atrevido y me tocaba las piernas. Yo decía, ´uy, Dios mío, que no lo vea papá`, porque siempre fuimos con chaperona, con mi hermana o las amigas, y si no, mi papá iba. “Ahora todo el mundo se besa, todo el mundo se abraza, y nadie dice nada. Antes todo era cerradísimo. Los vestidos tenían que ir por debajo de la rodilla. En el colegio jugábamos basket pero con los pantaloncillos larguillos. “Cuando conocí a Domingo, estaba de cabanga porque había terminado con mi novio. Había palabras de matrimonio. Nos disgustamos, y no nos casamos. En eso conocí a Domingo y me gustó más. Era una persona muy dulce, nunca se enojaba. “Desde los 15 años a los 25 fui modista. Cuando cumplí 18 años, ya ganaba más plata que todos los hermanos míos. Un vestido de novia costaba a lo mucho 50 colones. Eso era lo que costaban los muy finos. “Conocí a Domingo y seguí tranquila con mi trabajo. Nos escribimos por tres años. Él llegó a Cartago, empezamos a ser novios, y unos dos años después fui por primera vez a Tilarán. “Don Domingo Flaqué llegó a Costa Rica de 24 años. Vino porque unos vecinos de él tenían un hijo aquí. Llegó a oír hablar bellezas de Costa Rica. Le dijeron que era una eterna primavera, un clima muy bueno. Eso le dijeron y eso pensó él después. Murió diciendo que Costa Rica era una eterna primavera”.

El inquieto y trabajador Domingo Flaqué “Don Domingo Flaqué no venía para Costa Rica, iba para Los Ángeles, pero se encontró con don Mariano Figueres. Llegó a Puerto Limón. Ahí le dijeron que un doctor catalán vivía en San José. Era Mariano Figueres. Allá en Cataluña, España, don Mariano era de un pueblo cercano al pueblo de don Domingo. Don Mariano era de Os de Balaguer, y don Domingo era Lérida, que en catalán se escribe y se pronuncia Lleida. Se conocen en San José. “Don Mariano le dijo que Pepe, su hijo, había comprado una finca, y se fue con ellos. Don Mariano decía que era un cambio tremendo, y que tenía miedo de que su hijo no fuera a aguantar. “Seguramente vio tan serio y tan formal a don Domingo que pensó que él le podía ayudar. Cuando era mi novio, yo le decía don Domingo. Es que era muy serio, aunque también era muy atrevidillo, como ya le conté. Ay, no sé ni para qué le conté eso. Es una tontera. Mejor no lo ponga ahí. “Él ni siquiera hablaba bien español. Lo aprendió en ´La Lucha`. Así que aprendió a hablar como lo hacían los campesinos de la Zona de los Santos. Por ejemplo, por decir ´inyección` decía ´indección`. Quien lo corregía mucho era don Pepe. “Estuvo como cinco años con don Pepe, en ´La Lucha`. De ahí se fue para San Juan de Tobosi, que pertenece a Desamparados. Compró finca de café y tuvo un comisariato. Después lo vendió y se fue para Puerto Cortés. Ahí compró un hotel. Le fue muy bien. Fue el primero que puso en Puerto Cortés una máquina de hielo. La gente llegaba a conocer el hielo, como me dijeron que pasaba en

Page 125: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

una novela (´Cien años de soledad`, de Gabriel García Márquez). También puso la luz. Ahí en Puerto Cortés fue que cogió paludismo. “Él se trajo a la hermana de él y a la sobrina de Cataluña. También trajo al sobrino, a Pepe. Así se llamaba su sobrino. Lo trajo durante la administración de León Cortés, y fue a propósito de los problemas suscitados por la Guerra Civil Española. “Su hermana, María, y su sobrina, Mary, se asentaron en Cartago. Es más, le voy a contar por qué la sobrina fue tan importante para que yo conociera a don Domingo. La muchacha iba a clases conmigo y me decía que tenía que presentarme al tío. Cada vez que el tío venía, ella se ponía feliz, y me decía, ´ay, es que viene mi tío, tenés que conocerlo`. “Un montón de muchachas dijimos, ´diay, vamos a conocer al tío de Mary`, pero creo que todas estábamos esperando a un viejillo. “Lo que pasó es que le gusté yo. Después de que noviamos, nos casamos y fuimos muy felices. Fue un esposo modelo, un amigo modelo, un hombre muy trabajador”.

El catalán se fue para Tilarán “Don Domingo andaba buscando adonde meterse. Llegó a Tilarán, encontró que era un pueblo ventoso, con crianza de mucho ganado, y dijo, ´me conviene este pueblo`. “Llegó a Tilarán porque don Antonio Ferrer vivía allá. Don Antonio era catalán. Era cuñado de un capuchino que estaba en Tilarán. Cuando vinieron de Barcelona a Costa Rica, no sé por qué se metieron a Tilarán, no me lo explico, pero así fue. “Don Domingo llegó a Tilarán por asuntos de negocios. Él tenía la idea de acercarse a un lugar donde pudiera hacerse de una finca. Con ese fin es que llegó a Tilarán. Iba con la idea de comprar una finca llamada ´El Retiro`, pero no se le concedió el deseo. Ahí fue que conoció a don Toño (Ferrer), que era comerciante. Domingo le compró el negocio, pero después de que ya habían hecho el trato, don Toño le comunicó que ya no quería vendérselo. Le avisó a través de un telegrama. Don Domingo lo recibió cuando venía por Puntarenas. “Esas gentes de Cataluña trabajaban tremendamente. Bueno, aún trabajan tremendamente. Usted llega a Lérida, y todo el mundo tiene manzanas. Todos los habitantes trabajan en la cosecha. En el caso de la familia Flaqué, hacen hasta sus propias piernas de jamón serrano. Le estoy hablando de lo que todavía pasa, actualmente. “Bueno, volvamos a Tilarán. Don Domingo anduvo viendo varias fincas para comprar, pero no tuvo suerte. Vea el carácter de ese hombre: como no tuvo suerte, dijo, ´me quedo en este pueblo`. Estaba empeñado en conseguir qué hacer por allá. En eso se fue para Líbano de Tilarán. Ahí se encontró una planta eléctrica abandonada. Todo eso tenía mucho valor. La compró y con ocho yuntas de bueyes se la trajo para Tilarán. “A una señora le compró una faja de tierra del río Santa Rosa y puso la electricidad para el pueblo. Entonces, toda la gente puso casitas alrededor. Cuando llevó la planta de electricidad, Tilarán empezó a conocer el progreso. Después, poco a poco, don Domingo se fue levantando, como el pueblo. Puso una arrocera y un aserradero.

Page 126: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Ya cuando eso estábamos casados. Pero quiero contarle los detalles. ¿Está bien? Un día, don Domingo me dijo, ´¿se quiere casar conmigo?` Ya yo me lo esperaba, porque mi papá un día me dijo, ´tenga mucho cuidado porque ese hombre es muy serio`. Cuando la propuesta fue formal, mi papá me dijo que fuera con mamá y con la sobrina de don Domingo, con Mary, la que cosía conmigo. En ese momento, era alumna mía. Fuimos a conocer Tilarán, a ver qué tal me iba a tratar la vida”.

La primera visita a Tilarán “Cuando me fui para Tilarán, había fiestas, un turno. Bonito el pueblo, muy bonita la gente, todos eran blancos y rubios, casi todos eran Murillo, Vargas, Barrientos, Valerio… Eran muy honorables todos. “Después de la visita le dije que sí me casaba. En la boda, a don Domingo lo entregó don Pepe, que acababa de llegar del exilio. Don Domingo le dijo, ´Pepe, yo no tengo a nadie aquí, quiero que usted me entregue`. “Nos casamos en la parroquia de El Carmen, donde está ahora el palacio del obispo, lo que llaman la catedral. La gente llegó a ver a don Pepe, no a ver a la novia. Fue un gentío enorme. Él despertaba mucha atención porque acababa de llegar del exilio. Recuerdo que Don Mario Pacheco y doña Pina Pasos eran mis padrinos. “Uy, se necesitaba tres días para llegar a Tilarán porque no quise irme en avión. Figúrese usted que salíamos en la tarde. Íbamos de Cartago a Puntarenas en tren. Al día siguiente íbamos de Puntarenas a Bebedero en lancha grande. La lancha iba llena de viejos rarísimos. Era una lancha llena de viejos. Cuando llegamos, estaba de vaciante, con un zancudero que usted no se puede imaginar. No había hoteles ni nada. Había que dormir en la lancha. Cuando ya amaneció, creció el río y pudimos desembarcar en Bebedero. De ahí ibamos a Cañas en un camión. En invierno, ese recorrido de Bebedero a Cañas tenía que hacerse a caballo. “Me casé el 9 de diciembre de 1944. De luna de miel fuimos a Liberia. Teníamos una empresa de planta de hielo en Liberia. Domingo quería aprovechar la luna de miel para echarle un ojito al negocio. Nos fuimos ya para permanecer en Tilarán a inicios de 1945. “Cuando eso, Domingo ya tenía muy arriba la construcción de la planta eléctrica. Llegué en febrero, porque había quedado enferma. La noche de la luna de miel la pasé enferma. Después, me fui para Cartago porque me sentí indispuesta. “Le voy a contar la historia completa, aunque no la crea. El día que me casé me dio un ataque de riñores. Después, me tuvieron que sacar en avión de Liberia. Allá estaba el doctor Baltodano, que se había graduado en Barcelona. Él y Domingo eran muy amigos. Él se portó muy bien. Le dijo, ´Domingo, yo no voy a dejarlo irse así no más, su esposa no se puede ir sola, voy con ustedes para dejarla en San José porque ella va muy mal`. “Por dicha que todo salió bien, pero pasé unas semanas recuperándome. Volví hasta febrero. Tilarán era un pueblito de cuatro casitas. La plaza estaba donde está el parque. La plaza estaba llena de alambre. Era para que los caballos no comieran ahí. La iglesia era como una chocita. Todos los vecinos eran muy buena gente”.

Page 127: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

De Cartago a Tilarán “Fue terrible para mí pasar de Cartago a Tilarán. Como le acabo de decir, cuando llegué, la planta eléctrica estaba muy adelantada. Eso nos entretenía un poco, pero Tilarán era un pueblito si lo comparábamos con Cartago. “Yo lloraba mucho, lloraba todos los días. Un día entra Domingo al cuarto, me encuentra llorando, baja una valija muy grande que teníamos, y empieza a meter la ropa mía. Le digo, ´Domingo, ¿qué esta haciendo?`, y me contesta, ´estoy poniendo todo lo suyo para ir a devolverla donde sus papás, es que estoy cansado de verla llorar`. Le dije que no, que me quedaba. No volví a llorar en la vida. Hasta ahí llegó la lloradera. Desde entonces, tranquila la señora. Además, poco tiempo después me di cuenta que un catalán bravo es el mismo diablo… “Vivimos cuarenta años en Tilarán. Lloré mucho el día que me vine. Fue cuando volví a llorar. Todavía si hoy me dijeran ´vamos para Tilarán`, la verdad es que me iría para allá. “De Tilarán tengo los más lindos recuerdos. Cuando Domingo terminó la planta eléctrica, puso una arrocera y un aserradero. Después tuvo muchas fincas. “También puso una panadería porque el pan era malísimo y él hacía muy buen pan. Después, pusimos un comisariato y hacíamos jamón. Por encargo, se lo mandábamos al Doctor Casas y a otra gente. “Aunque había electricidad, cocinábamos con leña. La electricidad empezó muy débil, era un poquito de electricidad. Recuerdo que se iba a las diez. “Las calles eran muy anchas, más anchas que las de Cartago. El cuadrante fue planificado por don Federico Gutiérrez, que hizo las calles. Él y su hermano Jaime tuvieron relación con la zona. Eran el papá y el tío del doctor Jaime Gutiérrez Góngora. “Las calles eran de puro sacate, y había muchos naranjos. No había agua. El agua era malísima. Mi marido, don Domingo, era amigo de los del servicio norteamericano que querían contribuir con el agua. “Toñito Ferrer también contribuyó con esos americanos, pero el ojo de agua nunca llegó. El AyA (el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados) después puso agua, y recuerdo que instalaron una estatua con las letras del AyA. Como no llegaba bien el agua, algunos vecinos se pusieron de acuerdo y botaron la ´estatuita`”.

Domingo Flaqué, pionero en muchos campos “Don Domingo promovió la idea de fundar el colegio de Tilarán y fue presidente de la junta. Regaló el terreno para hacer el colegio. Un día, pasamos por la carretera, y vio a unos señores haciendo ladrillo. Les dijo, ´vamonós para Tilarán y les doy trabajo haciendo ladrillo allá`. Así empezaron a hacer ladrillo en Tilarán, con la ayuda de un caballo que él tenía, que se llamaba ´Niguas`. “Don Domingo vino a ver al ministro. Traía un ladrillo de muestra para que vieran la calidad. Lo que quería era que le permitieran usarlos para construir un hospital y la casa del doctor. También construyó la casa cural.

Page 128: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Cuando estaban construyendo el hospital, él ya era presidente de la junta, entonces vino donde ese ministro con los planos y le dijo que le regalaba los ladrillos y la madera. “También abrió los caminos a pueblos como Guatuso, Venado y Arenal, adonde está el lago de Cote. Ahí tenemos una finca muy grande. “Había un galerón de madera, se le ocurrió comprarlo, y en San José conoció a un señor de Puriscal que tenía unas maquinas de cine. Se llevó esas máquinas para poner el cine de Tilarán, hizo las bancas, cogió las sabanas mías para ponerlas para la pantalla, pero no lo dejé. Entonces compró lienzo, yo lo cosí, y así hicimos la pantalla. Estrenamos el cine con la película ´La gallina clueca`. Era un llenazo completo todos los días. Había días que se daban dos tandas. “La gente llegaba al cine de pueblos como Los Ángeles de Tilarán, Santa Elena, Cañas, La Argentina, Liberia y Tierras Morenas. “Con el dinero que le dejaba el cine, don Domingo empezó a comprar fincas, a hacer engorde de ganado… El cine fue muy importante para todo eso. Don Domingo mandaba a traer toros buenos, enormes, y todo ternerito, todo macho que naciera, se lo regalaba a los campesinos. “Alguien le regaló unas ramitas de un pasto para ganado que se llama ´estrella`, y él empezó a darlo a conocer. Después, llegaban de San Carlos, de Liberia, de Nicoya para llevarse el pasto y ver cómo estaban los potreros de las fincas. Él expandió el pasto ´estrella` en Costa Rica. El doctor Vega fue quien le regaló las primeras hebritas. Recuerdo que yo estaba enferma, en Cartago, don Domingo fue a verme y entonces el doctor le dijo, ´venga, Domingo, vamos para que vea lo que traje de México`. Don Domingo se enamoró tanto de lo bueno que es ese pasto que abrió las puertas en Tilarán al que quisiera ´estrella` y le ayudó a todos los productores que se fueron para allá. “Había muchas casitas en la finca y él ayudó a que hicieran ahí muchas de las prácticas de los estudiantes de la Escuela de Ganadería. “Apenas empezamos con el cine, también pusimos trapiche. Don Domingo sembraba la caña y vendía el dulce por todo Guanacaste hasta llegar a la frontera. Después se cansó mucho, quitó los cañales y puso más pastizales. Esa finca se llamaba Santa Rosa. Estaba saliendo de Tilarán hacia Arenal, después de la casa de las monjas”.

“Respeto su gran trabajo” “Tengo un gran respeto por el legado de Papi, eh, de don Domingo. Es que yo le decía don Domingo delante de la gente, pero cuando estábamos sólo los hijos y nosotros, entonces yo le decía ´Papi`. ¿No importa si me enredo? ¿Usted lo arregla? “Ayudó mucho a la Escuela Centroamericana de Ganadería, que es la que está en Atenas. Yo siempre me sentí muy orgullosa de todo lo que él hizo. No podía ayudarle mucho, porque teníamos seis hijos. Yo siempre decía que él trabajaba y yo producía. Fíjese que hubo un momento en que tenía tres hijos de cochecito. Imagínese cómo estaba la cosa de apretada para mí también. “Mis hijos eran terribles. Se tiraban de todo lado. Tengo una hija, Leidalia, que un día se estaba comiendo un helado. Detrás de la casa, papi (don Domingo) tenía el aserradero. Un sobrino mío, sobrino de papá, y Leidi, mi hija, estaban jugando ´sube y baja` con una tuca. La tuca le cayó en una pierna. Hubo que

Page 129: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

correrla con un tractor, llevarla a Cañas. El doctor le dio la enfermera para que se fuera con nosotros a San José, en ambulancia. “A las ocho de la noche llegamos a San José. José Luis Orlich dijo que la operaba hasta las cinco de la mañana. No quisieron cortarle la pierna. Estaba muy chiquita. Le hicieron una reconstrucción en la pierna que empezó a las cinco de la mañana y concluyó hasta las tres de la tarde. Duró un año en silla de ruedas, luego se calcificó mucho y creció demasiado. “Así que papi (don Domingo) hizo el hospital, la casa del doctor, la casa cural, inventó que quería hacer caminos, y empezó a hacer caminos con José Antonio, el hijo mayor. “Mary, sobrina de don Domingo, se casó y se fue a vivir a Nueva York. Antes, ella tomó películas de Tilarán. Las tenemos. Ahí uno ve un señor descalzo, con un pizote… Se ve la iglesia, la plaza, la casa de nosotros… “Dice un día Don Domingo, ´bueno, ahora nos toca hacer el camino a la finca de nosotros`, porque durábamos horas a caballo para llegar. Hizo el trazado, el ICE lo respetó, bueno, el ICE respetó todo lo que hizo él”.

Con Don Pepe por Guanacaste “Iba en politica con don Pepe casa por casa. Lo ganó todo, papi ganó todo Guanacaste para una de las elecciones en las que don Pepe era el candidato. Llegó Neno Mora con doña Niní Chinchilla, felices porque Neno había quedado de diputado. Como sería el triunfo que Domingo le había dicho, mucho antes, ´Neno, usted no sale, lo puse de relleno, para que jale votos`, y, sin embargo, salió. “Don Pepe visitaba mucho mi casa. Recuerdo que nos recitaba en catalán. ¡Ay, qué hombre tan preparado! Una vez llegó Hernán Elizondo a casa, el poeta, llegó con todas las cosas que él escribía. Les dio la madrugada a don Pepe y a don Domingo leyendo la obra de Hernán, que es un gran escritor, ¿verdad? “Después inventó quitar la caña. Hizo la lechería, puso máquinas automáticas en Tilarán, y fueron de las primeras lecherías automatizadas en Costa Rica. Fue socio de la Dos Pinos, compró camiones y mandaba la leche todos los días porque no estaban todavía los recolectores de la Dos Pinos. Hasta después fue que la cooperativa puso los recibidores y entonces él quitó los camiones. “Don Domingo tuvo que salir de Tilarán en 1982 porque se enfermó de cáncer en la vejiga. Lo vio el doctor Gutiérrez Góngora. Alquilamos una casa en Montelimar porque el doctor le mandó 36 sesiones de cobalto, ahora lo llaman radioterapia. “Entonces, se sentía muy mal, y muy débil. Era demasiado activo. Estaba acostumbrado a levantarse a las cuatro de la mañana. Un día, le dijo a mi hija que fuera a recoger al doctor, que quería hablar con él. Le dijo, ´vea a ver qué hace porque yo no me voy a morir`. “Cuando el padre Antonio Martínez, español como él, le dio los santos óleos, le dijo, ´démelos, padre, pero yo no me muero`. “El doctor empezó a hacerle una serie de transfusiones, y empezó a levantarse. Al año ya estaba construyendo esta casa. “El doctor no le dio nada más, pero Hernán Vargas le traía una carga de pipas de Orotina, y yo le daba nueve vasos diarios de agua de pipa, a toda hora.

Page 130: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Murió de 101 años, y no murió de cáncer. Detrás de la casa, en San José, tenía árboles de aguacate, matas de mora, matas de fresa, membrillo, manzanas, melocotones, limones dulces y limón ácido. “Desayunaba todos los días con un vaso de jugo de limón dulce, comía más que todo pollo y pescado, se comía el melón entero, la sandía con pan, y banano con pan. Nos acostumbró a comer frutas por montones desde que vivimos en Tilarán. Iba a la bajura y traía un camioncito lleno de melón y sandía. Agarraba las naranjas y decía, ´es naranja Washington, estas naranjas son de verdad, ¿las quiere?` “Se me estaba olvidando contarle que también contribuyó en la iluminación de la plaza de futbol y en el alumbrado residencial. También fue quien alumbró la iglesia de Tilarán. “Y cuando todavía no había una ley para el pago de aguinaldo, él siempre hacía ese reconocimiento a sus trabajadores. Con orgullo, puedo decir que fue uno de los primeros que dio el aguinaldo en Costa Rica fue don Domingo Flaqué Montull, mi marido, el papá de mis hijos”.

Inédito, San Pedro de Montes de Oca, mayo 2006

Page 131: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Hernán Elizondo

El escritor de Tilarán Hernán Elizondo Arce es uno de los más importantes novelistas de nuestra historia. Su obra tiene por igual un gran contenido poético y social, es de un sentido humano y una gran profundidad. Su obra critica sin olvidarse de la belleza en la construcción del lenguaje, denuncia sin descuidar el ámbito estético. Esta entrevista se la debo al periodista y escritor Santiago Porras, quien colabora con el periódico OJO, que dirijo y donde publico casi todas las entrevistas que han aparecido después en más de una docena de libros con semblanzas a personajes importantes de nuestra historia, el arte, la política y la cultura. El editor de OJO, Salustio Pauta, le contó a don Santiago que yo estaba preparando un libro de entrevistas a personajes muy importantes de la historia, la cultura, el arte y el folklore de Guanacaste. Entonces, me llamó para decirme que no podía publicar un libro sobre personajes guanacastecos si dejaba por fuera a Hernán Elizondo Arce. Debo confesar que, aunque había leído algunos de sus libros, creía que ya estaba muerto. Él vive en Esparza, Montes de Oro, por lo que está alejado del mundillo de la literatura y el arte de la capital, y tampoco está cerca de los grandes poblados guanacastecos. Don Santiago me llamó un viernes, le pedí el teléfono de don Hernán y al día siguiente fuí a realizarle la entrevista. Pasé toda la tarde a su lado. Llegaron muchos de sus hijos y aportaron lo suyo con recortes de periódico y comentarios. Don Hernán vive en una humilde casa de Miramar. Es una casa sencilla, que no destaca de las casas vecinas. Pero en ella se nota la calidez de un hogar. Y también se nota que es el sitio donde vive un artista. Hay pinturas bellísimas y muy valiosas: un bodegón con uvas de Enrique Echandi; obras de César Valverde, Tomás Povedano, Francisco Amighhetti, Fausto Pacheco, Alex Bierig, Ana Griselda Hine, Fabio Herrera, el nicaragüense Pedro Ortiz, Margarita Bertheau, Francisco Zúñiga, Jorge Gallardo, Zulay Soto, Magna Santonastasio, Rafa Fernández y ´El Chino` Morales… En medio de todas esas pinturas vive Hernán Elizondo Arce. Nació en Santo Domingo de Heredia el 28 de octubre de 1920 según su cédula, y el 28 de octubre de 1921, según decía su mamá. Él celebra de acuerdo a lo que le contó su madre, por lo que cumple 85 años en unos meses. Sus papás se llamaban Leonardo Elizondo Bolaños, quien era de la guardia de Federico Tinoco, y miembro del primer equipo de polo del país. -- -Me decía mi papá que Federico era buena persona, que el malo era Joaquín, dice don Hernán, no más empezando. Me muestra la foto de los papás el día de la boda. -Están muy serios, y no están ni de la mano, comenta. Su mamá se llamó Maclovia Arce Vargas. Era de Orotina. “Todos mis hermanos nacieron en Orotina. Sólo yo nací en Santo Domingo. Éramos seis hermanos, yo era el menor…”.

Page 132: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

-El chineado, él fue el chineado, dice su esposa. -El más bonito, replica él.

Hijo de un militar y una campesina “Yo nací al morir mi hermano mayor, Manuel. Fue en fechas parecidas. Mi papá era militar, un militar de carrera o a la carrera. Había ejército en Costa Rica. Además era un gran jinete. Por eso es que jugaba polo. “Mi mamá era campesina. Mi mamá sabía leer pero no sabía escribir. Es que en ese tiempo enseñaban primero una cosa y después la otra. Ella aprendió una pero se quedó sin la otra “Lo de vivir en Santo Domingo de Heredia fue de paso. Me mandaron para Orotina recién nacido. A los seis años de edad nos fuimos para Tilarán. Mi papá tenía esperanza de hacer plata con tabacales. Fue un sueño, nada más que un sueño. “Hice la escuela en Tilarán. Soy de los primeros graduados de la Escuela de Tilarán. Yo decía que Tilarán era un pueblillo de la Costa Rica vieja. Era un pueblo apartado, tranquilo, con naranjos en los huertos, begonias en los patios, un pueblo donde, después de la lluvia y la cilampa, se hacía un arco iris inmenso en el cielo, que era como la firma de Dios. “Esos arco iris eran un sello particular de Tilarán. Yo siempre sostengo que Tilarán tiene un clima artificial. Por la altura debía ser cálido, pero no es cálido. Es templado. Hace mucho viento. Por la laguna del Arenal se filtraba el clima del Atlántico. De ahí que uno se iba a las mejengas y veía un arco iris. Inmediatamente había un chaparrón. De chaparrón en chaparrón se armaba la mejenga. “La plaza era muy grande. Tilarán está cuadrado en hectáreas, no en manzanas. Tiene unas calles anchísimas. “La laguna no era exactamente una laguna. Era un río que se explayaba en un gamalotal. En verano se contraía tanto que le daban fuego a las orillas. Algo así como que quemaban la laguna”.

La laguna que se quema “Un americano, un gringo, escribió en Estados Unidos que había visto la laguna más curiosa del mundo, porque ardía en el verano. Todo Tilarán se llenaba de basuritas negras, de hojitas quemadas, como cuando queman un cañal. Hace tanto viento en Tilarán que un viejito muy ocurrente aseguraba que una vez hizo tanto viento, ´¿usted ha visto un cerro que hay al frente? Pues que el viento arrancó una casa entera, y la clavó en el cerro Tovar con toda la familia adentro`. Así decía él. El cerro Tovar es donde está la cruz. “Se llama cerro Tovar porque es de la familia Tovar, como seguramente se imaginó usted. Un colega suyo, el periodista Enrique Tovar, es de allá. Fue alumno mío. Cuando estaba en quinto año hizo un periódico. Le dije que iba a ser periodista, me dijo que no, que iba a estudiar Derecho. A los años me lo encontré y me dijo, ´le hice caso, me metí a estudiar Periodismo`. Enrique Tovar no se llama Enrique Tovar, se llama Enrique Esquivel Tovar. El abuelo de él fue Arturo Tovar. Era un doctor guatemalteco. Era el médico del ejército ahí en Tilarán, médico de la Fuerza Pública. En el 48, en Tilarán un 80 por

Page 133: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

ciento de la gente era ulatista. Los que quedaron del otro partido tuvieron que emigrar, quedaron muy acomplejados o se sentían perseguidos. El doctor quedó muy mal paradito. “En un juego de turno que se llamaba ´Barrilito`, en el que salían unos cigarrillos de premio, venía también un jabón o un peine, y en otras salían chistes. El pueblo es tan ocurrente que decían que en uno de esos aparecìa un papel con lo siguiente: ´se le da un premio al que averigüe donde está el doctor Tovar, porque al infierno no ha llegado todavía`. “Antes de ser maestro graduado fui mensajero del correo durante dos años. Ganaba 25 pesos, pero me quitaban uno para la deuda política. Con los primeros 24 pesos del primer mes, a los dieciséis años de edad, me compré los primeros zapatos de mi vida. Fui a la escuela descalzo, hice la Primera Comunión descalzo… “En el campo, antes uno sufría mucho y tenía que trabajar muchísimo para salir adelante. Antes de entrar al colegio estuve trabajando como maestro rural. Fue apenas salí de la escuela. Tenía que andar siete horas a caballo, en la noche. Di clases en Caño Negro de Tilarán. Todo eso lo tapó la laguna. Me iba a las diez de la noche, después de que terminaba el baile de los domingos. Ensillaba la yegua y me iba. Eso me ayudó mucho. Me formó para concentrarme en las ideas. Pasaba siete horas solo. Mi imaginación volaba. Me sacaba la lotería y media hora después estaba en París. A veces llegaba a la orilla de un río, a las tres de la mañana, me quedaba en la arena, en la playilla, me envolvía en la capa y me echaba a dormir. Me despertaba con el canto de los pajarillos, y a las siete ya estaba en la escuela dando clases. ¿Qué clase de maestro podía ser yo? ¡Apenas para el silabario de Napoleón Quesada. Yo medía 1,61, tenía apenas 18 años y un mamulón de sexto grado hasta me podía alzar. “Trabajé cinco años en tres escuelas. Después de Caño Negro, di clases en La Tejona y en Tierras Morenas. También di lecciones en un lugar por el volcán Tenorio. “Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial ya era maestro, en 1939. Tilarán era muy pobre. Esperábamos cada setiembre, y nos poníamos alegres porque íbamos a coger café. Ahí íbamos todos los pobres a ganarnos una platita. Nos pagaban 35 centavos por cada cajuela de café. Eran una barejones. No eran cafetales cultivados. Era a la mano de Dios. Eran matas mucho más altas. Lo que pasa es que a veces había partes bonitas. Esas partes eran más fáciles para coger el café. A uno le daban una calle, y apenas podía se pasaba a otra, con mejor producto, y copeteaba, que llaman en el campo. “A veces salía uno picado de avispas o lo asustaba una culebra, o se encontraba uno un racimo de plátano, uno abría un hueco, echaba el racimo, lo tapaba con hojas de plátano, y cuando ya estaba maduro, lo sacaba. “Una persona muy importante en el pueblo era Don Domingo Flaqué, un señor que era español, catalán. Se levantaba a las cuatro de la mañana y se iba para la finca. Era un trabajador incansable. La gente lo respetaba muchísimo. “Después fui contador municipal, secretario municipal, y cuando ya vi que tenía que buscar oportunidades en otro lugar, me fui para San José”.

En San José “Allá estudié hasta tercer año en un colegio nocturno. Fui compañero de Guido Fernández. Estábamos en el Colegio Carlos Gagini. Fue cuando escribí la letra

Page 134: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

del ´Himno al guaro`. Poca gente sabe que esa canción surgió de unos versos míos. Es de lo más irreverente. Dice, El guaro blanco es un alimento Yo sólo jumo quisiera estar Cuando me pasa por la garganta Cómo me encanta saber tomar Anis del mono, ron colorado, Whisky y ginebra quiero beber Quiero embriagarme, vivir trancado Prefiero un trago que una mujer Oígame, amigo, tírese un trago De sangre `e bruja, que es lo mejor, No piense en suegra, ni piense en penas Que andando jumo ya no hay dolor Cuando me subo hasta las estrellas Sólo jumito quiero vivir Y que me entierren con cien botellas Si es que del vicio he de morir “No sé por qué nunca me acusaron de plagio, porque la primera estrofa la cantaba un compañero mío. Se llamaba Álvaro. Se hizo ingeniero. Cuando se tomaba un trago cantaba. “Pero sólo escuché esa estrofa. Todo lo demás lo escribí yo. En Escazú, en la barra de compañeros, me puse a componer esos versos. Lo más curioso de todo es que yo no he tomado, nunca he tomado. No sé lo que es una borrachera en mi vida. Aunque mi señora dice por ahí que una vez me emborraché y me puse muy malcriado, es una calumnia de ella. “Ese día, en Escazú, con mis compañeros, me puse a escribir el himno al guaro en una servilleta. Ahí lo hice, en una mesa de tragos, pero sin tomarme pero ni un sorbo. Sobre la primera estrofa monté las otras tres, con el mismo ritmo. Yo creí que alguna vez alguien me iba a decir ´eso no es tuyo`, pero no. Después le pregunté a Álvaro y me dijo que eso lo cantaban en ´El Zamorano`, en Honduras. Cincuenta años después se sabe que es letra mía. “En San José estuve trabajando tres años con Guido Fernández. Recuerdo que fundó un periódico ahí. Guido era un poquillo sabihondo pero muy buena gente. Yo lo quise mucho, lo admiré mucho, lo respeté mucho. Él me abrió las páginas de ´El Diario de Costa Rica`. Publicaba ahí muchos versos. “En San José, yo trabajaba en una oficina de banco, una oficina del Banco Nacional. Trabajaba en Escazú. Después me vine para Tilarán, porque mis papás estaban a cargo mío. Ya estaban muy mayores. Entré a trabajar en la municipalidad, de secretario y contador. Después me pasaron al colegio, de secretario del colegio. Ahí saqué el bachillerato, pero por madurez. Hice un curso de organización administrativa con una universidad española, por correspondencia, y después ya me trasladaron a Esparta en el 67, al Liceo de Esparta, de asistente de la dirección”.

Page 135: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Trabajaba también en Puntarenas, en una academia comercial, como profesor de Español, Contabilidad y Secretariado. Aquí tengo casi cuarenta años”.

Poeta desde los 9 años “Empecé a escribir a los 9 años de edad. Lo primero que hice fue unos versos a Juan Santamaría. El siguiente 11 de abril los recité en el escenario. Claro, era un chiquillo descalzo y de todo, y seguramente me veía muy bonito recitando. El representante del ministerio llegó a felicitarme. Yo era tan polo que cuando me dio la mano, todavía no sabía que había que dar la mano. Era un gran polo pero ya escribía poemas. “Luego, mientras fui maestro y fui mensajero, siempre escribí. Fundamos un periodiquillo allá, en Tilarán. Se llamaba ´El 69`. Se llamaba ´El 69` porque simboliza la vida del vago: para arriba y para abajo. Teníamos un grupo que llamábamos `La PJT`, es decir, ´Panza Guarera Tilaranense`. Yo estaba en el grupo aunque no tomaba. Es más, era el secretario porque no tomaba. “Una vez, ya cuando me empezaron a gustar las muchachas, un tipo que del todo no tomaba caía mal, así que yo me tomo una cerveza, lo más una, y dejo la mitad. De feria para los cumpleaños me recetan botellas de licor como regalo, y no lo tomo. “Un amigo mío, que era coautor de la música del himno al guaro, digo coautor porque me acompañó durante la elaboración de las estrofas, se llamaba Enrique Aguilar, ya murió, aunque el verdadero coautor es Marcos Arias Aguilar, quien era de Escazú, bueno, pero lo que quería contarle es que Enrique Aguilar me escribió y me dijo que Lencho Salazar estaba con ganas de grabar mi canción con Indica. Le mandé la autorización. Entonces, Lencho publicó un disco que se llama ´¿Y diay, Lencho?` Él fue quien popularizó la canción. “Pero una vez, quién sabe qué le pasó, y dijo que él era el autor de la letra. Una prima mía, que es la mamá de Antonio Álvarez Desanti, reclamó a la estación de radio donde èl lo dijo, y cuando eso salía la revista ´Contrapunto`. Lencho hizo una declaración en la que decía, ´el Himno al Guaro es la pieza que más fama me ha dado, estoy arrepentido de haberla escrito`. “Mi hija lo leyó, le mandé una carta a ´Contrapunto`, explicando cómo había nacido la obra, contrapunto publicó la nota, Lencho llamó a una de mis hijas, y dijo que nunca había dicho nada. Le di las excusas, porque si no lo había dicho, que tomara por no dicho lo que yo dije, pero al pie de la carta que yo mandé, salió una nota que decía que Lencho Salazar lo había dicho así. Él nunca los desmintió. No volvimos a hablar más del asunto. “Sin embargo, ahora este señor, hace como dos años, saca un disco, y pone el ´Himno al guaro`. En los créditos omite mi nombre. Le reclamé, le dije que lo menos que debía hacer era por lo menos cambiar la carátula. “Ahora dicen que la letra es de un Gutiérrez. Debe ser el de ´Los Talolingas`, pero tengo dos hijas abogadas, y amenazaron con demandar. En eso están. Según la ley de derechos de autor, debe ser así “La obra está inscrita a mi nombre, y ACAM me paga los derechos de autor. LO cuento aquí, y espero que usted tenga la valentía de escribirlo porque no es justo que hagan eso con un escritor, con un artista o con un poeta. Lo que he escrito es mío, y lo mío nadie tiene derecho a quitármelo”.

Page 136: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Sus libros “Mi primer libro es ´Alma, dolor y paisaje`. Fue publicado en 1945. Tenía yo 24 años. Este libro tiene un prólogo de Don Pepe. Yo conocí muy bien a Don Pepe. Mi última novela es sobre la guerra del 48. Nadie conoce más de la guerra del 48 que Memo Villegas. “En la introducción, digo, ´siento la imperiosa necesidad de comenzar narrando mi relación con el señor Figueres y mi insignificante participación en los hechos en los que él fue el principal protagonista. Para entonces, yo vivía en Tilarán, adonde arribé de niño, y todo comenzó con un poema sencillo titulado ´Senda de Perdición`. Lo publiqué en el periódico ´Acción Demócrata` allá por los años 40, y versaba sobre el problema social de las muchachas de pueblo que se marchaban a la capital a trabajar como sirvientas, y para muchas era el primer peldaño para terminar en la prostitución. El poema decía, ´pobre florecilla del campo arrancada, que en búcaro de oro pretendes lucir`. Algún crítico de hoy hubiera dicho que se trataba de un tema muy trillado, que el poema no tenía ningún mérito, y que el autor no llegaba a poeta y se quedaba en simple versificador. No lo creyó así don José Figueres y escribió en el mismo periódico un comentario titulado, ´De Tilarán vino un poema`, en el que, además de reconocerle mérito a lo escrito, enfocaba el aspecto social diciendo que no debería ser una senda de perdición la de las campesinas pobres, y que las patronas deberían velar por el estatus cultual de sus empleadas mediante la enseñanza y el consejo. “Agradecí el comentario en una carta y me olvidé del asunto. Tiempo después un amigo me comunicó que un señor de apellido Figueres me buscaba. Era un Viernes Santo y nos reunimos a solas en la casa del empresario don Domingo Flaqué. Allá le mostré todos mis versos manuscritos. El se entusiasmó con su lectura y recitaba también entre poema y poema, versos de Gabriel y Galán, de cuyo ritmo y consonancia encontró presencia en alguno de los míos… “Música, tristeza, dolor y alegría, luz, alma y paisaje de la tierra mía”.

Don Pepe y sus libros “Don Pepe me propuso que mecanografiara los poemas y se los enviara a la oficina de la Sociedad San Cristóbal, a cargo del señor Fernando Barrenechea. Poco tiempo después recibí una carta de Managua con el logotipo del Hotel Lido Palace, donde me decía que mi libro estaba por salir y que él en ese momento se hallaba a unas cuantas varas de la estatua de Rubén Darío. “Así nació mi primer libro en verso, “Alma, Dolor y Paisaje”; editado por la imprenta Soley y Valverde, en agosto de 1945. El señor Figueres me regaló la edición y sólo se reservó algunos ejemplares para sus amigos cercanos. En el prólogo, escrito por él, en su Hacienda La Lucha, según dijo, ya apuntaba a lo político para disgusto de algunos de mis amigos personales… “Pero, Camilo, permítame pasar a otro tema, porque quiero leerle la introducción de mi nueva novela, que se llama ´Capitán, mi Capitán` en alusión a Don Pepe y al Padre Núñez…

Page 137: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Un día se lo propuse al Padre Núñez. Lo discutí con él antes de que muriera… La novela consiste en una conversación entre el padre y las sombras que se le atraviesan durante la vela de Don Pepe. “En la primera página de la novela dice así, ´José Figueres, has muerto. Y aquí estoy yo, Benjamín Núñez, el cura revolucionario, tu compañero de ideales, y de luchas, el capellán de tu Ejército de Liberación Nacional. “Aquí estoy, Capitán, junto a tu féretro, sintiendo caer el tiempo gota a gota en el búcaro triste de la noche. “Viene un capítulo de la querida de Don Pepe, la última, Leda, que le dice, “¡Pepe, Pepín! ¡Pepito! ¡Qué raro que te veo, mi amor, tendido en esa caja, rendido ante la muerte! ¿Sabés quien soy, verdad? Claro que lo sabés. Soy Leda. Fui ´la otra` en tu espacio y en tu tiempo, la que jugó de feliz amante seis meses en tu vida. ¿Te acordás, picarón? Todo mundo te llamaba General, Libertador, Héroe, Señor Figueres, Señor Expresidente. Otros te llamaban Enano, Tacones, y en Cuba, un poeta famoso te irrespetó llamándote Cachucha. “´Sólo yo te llamaba Pepe, Pepín o Pepito, y a vos eso te hacía un montón de gracia, sobre todo si te hacía cosquillas en los pies… “Ahora has muerto, Pepín. Es decir, ya te hallás en el cielo, porque vos fuiste un héroe y dicen que los héroes entran al cielo por derecho propio, sin presentar boleto y sin interrogatorios. Porque la verdad es que en cuestión de faldas todos los políticos son una verdadera pega`.Todo eso va a decir mi novela, imagínese”.

Lo que le escribió Don Pepe “Ahora quiero leerle lo que dice Don Pepe en el prólogo de mi primer libro ´Alma, dolor y paisaje`: ´Hernán Elizondo Arce es el joven poeta de Tilarán. Tiene veintitrés años de edad. Tiene una autoeducación extensa, tiene inspiración, y tiene gran facilidad para hacer versos. (Continúa leyendo, muy feliz, lo que escribió Don Pepe sobre sus poemas) “´Tilarán es ambiente apropiado para la contemplación y la sensibilidad. Es un pueblito acogedor, sentado en una pequeña altiplanicie de una sierra, a poca elevación sobre la pampa guanacasteca. En las calles hay naranjos abundantes, y variedad de bugambilias. Hay mucha luz, hay lagos, y hay silencio. Se disfruta del aislamiento que proporciona el mal camino, ahuyentando los ruidos perturbadores de motores y bocinas, y dejando el campo libre para el canto de los pájaros y el tañir de las campanas. “´Estos versos acongojados que aquí se publican, han sido compuestos durante horas tristes de la humanidad. Horas de confusión y de miseria, ocasionadas en grandes regiones de la tierra por la Segunda Guerra Mundial, y en Costa Rica por el desgobierno que nos rige desde 1940. “Termina diciendo, ´Ojalá que, cuando nuestra patria vuelva a ser un país del cual podamos enorgullecernos, en su cielo brille la estrella poética de Hernán Elizondo Arce`. “El texto dice, abajo, ´José Figueres, Hacienda La Lucha, agosto de 1945`. Lo cierto es que ´Alma, dolor y paisaje` es de 1945. Lo imprimió Don Pepe Figueres, él seleccionó los poemas e hizo el prólogo. Don Pepe me regaló la edición.

Page 138: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Le cuento una historia: no me quedó uno solo. Un día, cuando mi hijo fue a la universidad, se robó uno, lo cual era lógico, era del papá, la que le dijo cómo robárselo fue una bibliotecaria de la universidad que había sido alumna mía, si no me equivoco. Venía con una dedicatoria de Isaac Felipe Azofeifa. Era válido robárselo, ¿verdad? Luego fue autografiado por Don Pepe cuando cumplió 80 años. El presidente era Óscar Arias, y le hizo una fiesta en la Casa Presidencial. Me invitaron a mí. “´Alma, dolor y paisaje` es publicado cuando tengo 24 años. El énfasis está en lo romántico. Es triste porque siempre fui un chiquillo pobre. Este libro contempla todos los poemas de mi infancia. Joaquín García Monge escribió sobre este libro, en El Diario de Costa Rica, escribió unos elogios, lo que era un honor… “Luego, a mí personalmente lo que me dijo es que debía meterme en la escuela de los orientalistas, que se veía que yo era un poeta sufrido… En ese libro hay un canto a Tilarán y un canto a Abangares. A él le gustaron mucho”.

Premio Aquileo Echeverría en novela

“´Alma criolla` es el segundo libro. Apareció en 1953. Está escrito en tono criollo. Escogieron seis poemas de este libro para una antología de los símbolos nacionales, que editó hace poco el Ministerio de Cultura. “El poema ´Patria mía` gana los ´Juegos Florales` aquí. Era un premio internacional. Lo hicieron los padres capuchinos de Cartago. En el ámbito iberoamericano, gané con tres poemas, ´Patria mía`, `La voz que no muere`, ´Canto a la Virgen de los Ángeles`. Era un premio de cien colones. Lo daba Fernando Sancho. El otro premio lo daba un restaurante italiano, “El tercer libro es la novela ´Memorias de un pobre diablo`. Este libro ganó el primer Premio Nacional de Novela del país. Por eso, me tocó dar muchas charlas, incluso en el Instituto de Ciencias Políticas. “Esta novela está traducido al alemán y al inglés. Tiene ocho ediciones. No tiene buena técnica, pero es una visión del Guanacaste de antes, con sus problemas sociales, políticos y económicos. Aquí está san Juanillo, el latifundio donde le quemaban los ranchos a la gente y los tiraban a la calle. He insistido mucho en algo, en lo que me adelanté a los hechos, y es que las playas se nos está yendo. En esta novela lo critico. Un costeño llega a su lotecito, a la orilla del mar, y un día unos abogados le dicen ´eso no es suyo`. Lo echó la ley. Se va la orilla del tempisque, la inundación le bota el rancho, lo echa la naturaleza, y al final, termina en que el problema es que llegaba gente de la capital y se adueñaba de la costa. Ahora ni siquiera eso: las playas están en manos de los extranjeros. El turismo por un lado es bueno; por otro, terminaremos como en méxico, jalando valijas. Al norte de Acapulco hay barriadas miserables. Allá pasó lo que pasa aquí con Papagayo. “Esta obra obtuvo el Primer Premio en los Juegos Florales de 1963 y el primer Premio Aquileo Echeverría de Novela en 1964”.

La ciudad y la sombra “El siguiente libro es ´La ciudad y la sombra`. Es la creación de una ciudad en la cabeza de un loco. Pasa de la selva absoluta a la sociedad sofisticada. Hay

Page 139: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

elementos vernáculos. De este libro fue que Constantino Láscaris dijo que era lo mejor que se había escrito en Costa Rica después de Pedro Arnáez. Tiene dos ediciones. “´La calle, el jinete y yo` es la segunda novela, pero apareció primero ´La ciudad y la sombra`, que es posterior. ´La calle, el jinete y yo` ha sido adaptada al teatro. Es la visión de Tilarán, la visión de un pueblo a través de un vagabundo, un perro y una calle. “´Muerte al amanecer` también es una novela. Es pura imaginación. Es la última noche de un idealista. Él no va ni con las izquierdas ni con las derechas. Se mete a un motín y le pegan una bala que no era para él. Es una analogía de lo que ocurre entre las derechas y las izquierdas. Se meten en una guerra y, ¿quién sufre?, el pueblo. El muchacho muere al amanecer, pero muere invocando a una María que nadie sabe quién es. La enfermera cree que es ella pero no. Es en recuerdo de una mujer que murió a los 18 años. Tal vez lo escribí de esta manera porque mi hija murió de 18 años. Le dieron pólipos intestinales. Él escuchó cuando el doctor dijo que va a morir al amanecer. En el último momento, llega María y le dice, ´vamos, que ya empieza a amanecer`. “Lo escribí porque pienso que cuando voy a morir, va a llegar mi hija a buscarme. La dedicatoria de este libro dice, ´a mi hija Itza María, bachiller de honor del Liceo de Esparza, muerta el 2 de agosto de 1971, a los dieciocho años de edad`. “Dice de esta obra Isaac Felipe Azofeifa, ´humana, dolorosamente humana, esta novela es el compendio de sus maduraciones y enfrentamientos con la vida. El autor nos lleva por los mundos de la inconciencia, en esos momentos de tremenda duda, lapso entre la muerte clínica y la muerte real`. “Sigue el libro ´La ventana`. Es un libro de cuentos que recoge todos mis escritos en el periódico ´Excelsior`, de los años 70. El cuentista Marco Retana dice, en el prólogo, ´que lo que vamos a leer, se escucha diariamente en las aceras. Por eso el autor ha empleado un lenguaje a veces naturalista. Era indispensable para lograr el retrato real…`. Y más abajo, agrega, ´quizá usted se sienta parte de la obra; acaso diga: yo lo viví. Así es de humano el libro que iniciamos…`”.

Fray Casiano de Madrid “´El santo, el niño y el mar`, es lo que Unamuno llamaría una nivola, es decir, un cuento largo o una novela corta. Es sobre la vida de Fray Casiano de Madrid. Tiene un tono mágico. Yo viajaba a San José en tren. Un día me encontré con Fray Casiano, le hice unos versos y él me pidió que le publicara algo de los chiquillos. “Yo le llevé los versos, él me agradeció, los leyó y se vino hasta donde yo estaba en el tren. Me escribió unas palabras detrás de una foto y me la regaló. “Un señor de Esparta, que había sido asistente de Fray Casiano, José Valera Cardoza, Chepito Valera, le hacía las piezas de carey y los chiquillos de Fray Casiano las vendían por el Paseo de los Turistas. “Chepito me contó la historia de un chiquillo que se le largaba a Fray. Fray lo perseguía hasta que daba con él. Yo reescribo la historia del chiquillo. Salto al momento en que muere Fray Casiano. Está un muchachillo ahí, a la par del

Page 140: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

cadáver, a la orilla del féretro, escucha el canto del mar, y recuerda todo lo que Fray hizo por ellos. “Sigue ´Adiós prestiño`. (Yo lo detengo, y le recuerdo que, según Don Beto Cañas, es un libro encantador, y que no le dieron el Premio Nacional de Novela por la mezquindad de la cúpula.Luego, él me explica lo que piensa del libro. ) “Es la historia de un tipo de clase media que sueña con tener una moto, la consigue, se viene a estrenarla en Puntarenas, a la vuelta se la juega a lo tico, van tres furgones, se mete y el último lo agarra. Queda ahí. El amigo de él había prometido escribirle la vida. Va en el entierro, hablando con el muerto, pasa el entierro y termina la novela…”. Sus hijos, que nos acompañan a lo largo de la entrevista, me muestran un recorte con un artículo del filósofo y escritor Rafael Ángel Herra acerca de esta novela. Dice, “afín a la tradición realista de temas locales, esta novela resulta un aporte interesante. El narrador testigo, durante los funerales de su amigo Prestiño, hace desfilar los recuerdos…”. Apareció en el periódico “La Nación”, en 1985. También tienen un texto de Marco Retana. Dice de “Adiós Prestiño”, “quizá la menos poética de sus novelas, pero sí la más crítica, burlona y sarcástica de sus obras”. Otro recorte, con un texto del periodista Carlos Morales, quien dictó cátedra de periodismo cultural como director del Semanario Universidad durante muchos años. Sostiene que “la prosa de Hernán Elizondo luce aquí más espontánea y limpia que en otros de sus libros, y es de una gran eficacia”. Y Alberto Cañas: “es un libro encantador, divertido, pícaro... Es una novela picaresca. Hay un curioso espíritu de solidaridad en esta novela. Solidaridad del autor con los buenos y con los malos”.

“Vuelo lírico y sonoro…” En eso, una de las hijas de don Hernán me muestra un recorte de periódico, en el que el periodista Enrique Tovar habla de la obra de este gran escritor. Ella lo lee para mí. “El cultivo de la prosa poemática, esa forma de mezclar los acentos poéticos, la fraseología inspirada dentro del desarrollo prosaico, que embellece el relato y da un vuelo lírico y sonoro a la narración, la ha dominado Hernán Elizondo con evidente maestría, a tal punto que en ese campo es la figura más representativa en nuestro medio”. El texto es del periódico ´La Nación`, y apareció en 1991. -Quiero que sigamos hablando de mis obras, comenta don Hernán, quien no quiere dejar libros por fuera. “En el orden que llevábamos, el libro que sigue es ´De este lado de la eternidad`. Es una novela de personajes. Transcurre en un asilo de ancianos donde cada anciano cuenta su historia. Cada uno tiene un drama en la espalda. Al final hay una catástrofe y mueren todos. Lo último que se escucha es la carcajada de una loca. “Es difícil de creerlo, pero es una versión anticipada de la tragedia de Tilarán, y se inspiró en ese asilo. Justo detrás de donde usted está sentado, hay una botella pintada con un paisaje. Ese trabajo artístico es de Doris Murillo Boniche, quien está casada con un sobrino mío. Es una de las botellas que se derritió en el incendio del asilo de ancianos.

Page 141: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“El siguiente libro es de anécdotas y relatos. Se llama ´Como la ventana`. Es la recopilación de una serie de artículos publicados en el Diario Extra. Salíamos cuatro columnistas, Isaac Felipe Azofeifa, Marco Retana, Chico Morales y yo. El libro es de Editorial Guayacán. Su esposa nos regaló café y media docena de platillos deliciosos. El olor de las empanadas, los panes, los queques, llegaron hasta mí dos o tres horas antes de que nos detuviéramos para comer. Era tanta la tentación que yo sabía que si hacíamos un recreo para comer, de repente íbamos a tener que terminar la entrevista otro día. Este libro de entrevistas a personajes guanacastecos ya estaba prácticamente listo, por lo que la conversación sobre su obra estaba primero que todo. Al final, tomé el camino de regreso a San José muy tarde, por la noche, pues la tertulia del café estuvo muy interesante, sus hijas tienen un centro educativo en Esparza y conocen al dedillo detalles curiosos y esclarecedores de la obra de su padre. El centro educativo es una sociedad familiar. Aparte del tesoro de su obra, vasta, diversa y exquisita, no cabe duda que don Hernán tiene bellas joyas en el alma y el espíritu de sus hijos, Irma, Maritza, Marcos, Marta, Aracelly, Eugenia, Shirley y Adriana… -Aquí, todo es de todos, dice este hombre grande, de baja estatura, pero muy grande, cuyo nombre está escrito en piedra en la historia de la literatura costarricense.

Inédito, Miramar, setiembre, 2006

Page 142: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Florencio Quesada “Me contagié de la poesía”

Ha tomado la poesía guanacasteca y la he convertido en canción. Ha tomado la poesía costarricense y la ha puesto a viajar por el aire. Ha hecho de la poesía universal música para su espíritu. Tomó la poesía y permitió que embriagara su vida para siempre. Y de paso le ha dado nuevos alas, nuevos vuelos a los poemas… Después de todo, tanta relación con el poema se le pegó a las manos. Y, como diría el poeta Jorge Arturo, tiene las manos atadas a la lengua. Por eso, de cantante de los poetas pasó a ser también un poeta. Florencio Quesada Vanegas nació en Liberia el 27 de octubre de 1950, hijo de Pablo Quesada Rodríguez y María Asunción Vanegas Robles. Es parte de una familia de ocho hermanos. “Todos estamos vivos, menos mi padre. Papá fue agricultor, pero viera qué curiosa la vida de mi padre. Nació en 1901. Durante sus primeros años, no había trabajo en el país. Lo que se ganaba era una miseria. Siendo el cuarto de once hermanos, papá migró a las bananeras de 18 años de edad. Se fue al Atlántico. Prácticamente toda su vida la pasó ahí, en los bananales, entre el Caribe y la Zona Sur. Decía que el negro era más haragán, sobre todo comparado con los buenos peones, que eran el guanacasteco y el nica. “No existía maquinaria para limpiar terrenos. Lo que existía era la cuadrilla de hombres. Papá llegó a manejar una cuadrilla de cuarenta hombres. A pesar de todos sus años en Limón, siempre vivió marcado por la niñez y la juventud en Liberia. De los 20 a los 45 años de edad pasó en la Zona Atlántica y luego se fue para el sur, para Parrita, con la bananera. “Mi mamá, María Asunción Vanegas, fue la trabajadora de la casa, la que estuvo con nosotros siempre. “Yo estuve en la Escuela Ascensión Esquivel Ibarra, que era la única que había, y en el Instituto de Guanacaste, el primer colegio de Liberia, el primer colegio de la provincia. Liberia siempre ha sido líder en la provincia. Por ejemplo, cuando se abrió la primera escuela de Liberia, era la primera escuela de Guanacaste, y cuando se abrió el Insttuto de Guanacaste, los muchachos viajaban desde toda la provincia. “Después, se abrió la Escuela Normal de Guanacasteca, que ahora es parte de la Universidad Nacional. Las maestras siempre han sido fundamentales para la cultura guanacasteca. Por ejemplo, Miguel Fajardo, nuestro gran poeta, ha demostrado que entre las maestras se encuentran también las grandes mujeres escritoras de la provincia. “Además, en Guanacaste, había una conciencia social y agraria muy diferente a lo que dice la historia oficial. Tenían concepto de la propiedad, de declarar las tierras. Pero luego, llegaron fuereños a tomar grandes extensiones. Por eso sostengo que los primeros precaristas que hay en Guanacaste fueron los terratenientes. “Cuando crecí, había pocas oportunidades en mi provincia. Cuando se salía de quinto año, la única oportunidad era la Escuela Normal. Por eso es justificada la fama de que en todas partes del país hay un educador herediano o guanacasteco. En Heredia y en Guanacaste hay gran cantidad de educadoras.

Page 143: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Me parece que han hecho una diferencia en favor de la identidad de mi provincia”.

Dirigente estudiantil y maestro “En 1970 fui presidente estudiantil del Instituto de Guanacaste. Recuerdo como hoy que eran once mesas, y éramos tres candidatos. Nos enfrentamos y yo les gané. Arrollamos. Me parece que eso me generó un sentimiento de compromiso aún mayor, tanto con la institución como con el pueblo. “Luego del colegio, entré a la Escuela Normal en 1971. Después nació el Centro Regional Universitario de la Universidad de Costa Rica. Al final, eso provocó muchos pleitos entre Liberia y Santa Cruz, que es la segunda ciudad de la provincia, y la ciudad folclórica. “Cuando me gradué de maestro, empecé en Tucurrique de Jiménez, en el año 1973… Luego, en el año 1974, estuve en la Escuela Salvador Villar, de La Cruz, en mi Guanacaste. “Después pasé a trabajar a las escuelas de varias comunidades que me marcaron mucho. Pero el año 74 es muy importante en mi historia porque, como arrancó el Centro Regional Universtitario de la UCR, quise seguir estudiando, y también continué mi labor como dirigente estudiantil. Se instauró el voto estudiantil y fui el primer presidente de un centro universitario por el sufragio de los alumnos. En ese tiempo trabajaba y recibía clases. “En el año 75 fui maestro en Cañas Dulces de Liberia, siendo estudiante en el Centro Regional Universitario de Guanacaste. La idea mía era estudiar Arquitectura. Hice los Estudios Generales, pero en mi pueblo no daban Arquitectura. Sólo daban ciertas carreras básicas, que respondían a las primeras necesidades de Guanacaste. Así que en el año 74 hice los Estudios Generales, en el año 75 hice varios cursos como esperando que se me ocurriera qué estudiar, y en el año 76 me trasladaron para Cartago. Estuve en la Escuela María Amelia Montealegre, del cantón de La Unión de Cartago. Trabajé ahí muchos años. “Mientras tanto, hice la precarrera y un año de carrera de Arquitectura, pero no la pude continuar. Estuve en esta escuela de 1976 a 1990. Vivía en Guadalupe, Goicoechea, y viajaba a Tres Ríos todos los días. Me dan el ascenso a director en 1980. Poco a poco pasé de ser director 1, a director 2 y a director 3, que es como califica el Ministerio de Educación a los directores. “En el año 91 me trasladan a la Escuela Inglaterra de San Rafael de Montes de Oca. Salí como director 4. Trabajé ahí de 1991 a 1997, cuando me jubilé… “Yo me jubilé el 31 de diciembre de 1997. Le di gracias a Dios de dejar el magisterio. Cambié los problemas de la escuela por los poemas. ¡Chingo de cambio! ¿Verdad que sí?“

Un músico siempre guanacasteco “Con la música arranqué desde niño, porque siempre me gustó. Después, tuve la oportunidad de estudiarla en forma, en la universidad, pero muy poquillo. Quiero reconocer el trabajo de don Pepe Figueres. En Heredia, en la Universidad Nacional, Figueres insistió en que había que meter escuela de

Page 144: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

guitarra clasica. Como a mí siempre me ha gustado la música, vi una buena oportunidad. “La música viene en mi sangre, sobre todo por el lado paterno. Por mi mamá, me vienen otras virtudes, pero no el don de la música. Pude tener una guitarra en el año 70. Por el impulso de saber que había escuela de guitarra clásica, empecé empíricamente, y las circunstancias de la vida me obligaron a quedarme así, con una formación muy particular. El crecimiento que he tenido en la música ha sido personal, no académico. “En el año 82, empecé a hacer mis primeros trabajos con letra y música. Recuerdo que en esa primera etapa compuse doce canciones, cuya letra y música es mía. “Posteriormente, musicalicé poesía. Me parece que eso es lo que más me ha distinguido. Tengo poesía musicalizada de Jorge Debravo, Pablo Neruda, Eunice Odio… De Eunice, sobre todo me gusta uno que siempre canto. Se llama ´Consumación`. De nuestros escritores de Guanacaste, tengo obra musicalizada de Miguel Fajardo, Ofelia Gamboa, Amalia Martínez Quesada, Edith Vargas Cubillo, Adalberto Meza Venegas, Ernes Florián, Marco Tulio Gardela, Omar Arrieta… “Tengo tanta poesía musicalizada que la verdad es que no he grabado por falta de dinero, no porque no haya querido. Podría grabar un disco con poesía musicalizada guanacasteca, y otro aparte con poesía costarricense aparte de la guanacasteca, y otro con poesía universal. Bueno, pero entre la poesía guanacateca y la poesía costarricense también hay poesía universal. Entre la poesía costarricense, pienso en la poesía de Jorge Debravo o de Eunice Odio. Entre la poesía guanacasteca, pienso en la poesía de Miguel Fajardo. La verdad es que quiero grabar con violín, guitarra, chelo, violonchelo… Los quiero para mis arreglos”.

El poeta “En el año 91 ingresé al Centro Literario de Guanacaste, porque los poetas guanacastecos se dieron cuenta de que yo estaba musicalizando poesía, se interesaron en mí y yo, la verdad, ya estaba interesado en ellos. Desde 1991 hasta la fecha he estado en el Centro Literario de Guanacaste, que es tan importante para la literatura de mi provincia y es muy importante para mí. Primero iba a conocer la obra de todos, para ver qué me podía interesar como músico, como musicalizador y promotor musical de la poesía. Pero, luego, me contagié de la poesía. Empecé a escribir en agosto de 1999. Siempre digo en los recitales que organizamos con poetas guanacastecos, que soy el poeta más joven… “Escribir poesía fue abrir una puerta a un mundo nuevo para mí. Fue como volver a nacer. Fue como despertar a la vida. Tengo dos libros publicados. Uno se llama ´En este silencio`. Es de temas familiares, de denuncia, de amor… Me encanta uno que se llama ´Un poema para Luz Marina del Mar`. Luz Marina se llama mi esposa. Este libro fue trabajado durante tres años, pero le hicieron falta por lo menos unas dos ´tallereadas` más. Nosotros le llamamos ´tallerear` un poema al ejercicio de revisarlo entre todos en el Centro Literario de Guanacaste. “El libro nuevo se llama ´Zipaquirá`. Apareció este año. Lo escribí en Bogotá, Colombia, durante un tiempo en que estuve allá. Salió de ´Casa Poesía`, que

Page 145: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

es algo como el Centro Literario de Guanacaste, que se ha querido desarrollar en San José, gracias al apoyo de poetas tan importantes como Julieta Dobles, Alfonso Chase, Jorge Charpantier y Norberto Salinas. “Este nuevo libro mío es de una poesía más limpia, más depurada, con mejor técnica. Me parece que es superior al primer libro. De mi libro ´En este silencio`, quiero hacer una segunda edición, pero después de eliminarle unas partes y de tallerear otras. No hay que apresurarse para editar. Imagínese que Miguel Fajardo tiene como treinta años de tallerear su poesía. “Este segundo libro mío, ´Zipaquirá`, es motivo de mi enorme orgullo porque tuve el honor de que también me ´tallerearan` el libro los grandes poetas Norberto Salinas, María Amanda Rivas y Popo Dada”.

Casa Poesía y el festival internacional “Algo que también me hace sentirme muy orgulloso es que estoy como miembro fundador de ´Casa Poesía`. Sentía, en secreto, hasta ahora que se lo confieso a usted, que soy como embajador del ´Centro Literario de Guanacaste` en ´Casa Poesía`. Es que en Guanacaste, los escritores tenemos la experiencia de treinta años de estar escribiendo juntos. “Mi esposa se llama Luz Marina Gamboa Badilla, trabaja en Relaciones Públicas en la Asamblea Legislativa. Luz Marina tiene dos hijos, Orlando, de 33 años, y Silvia, de 25 años. También tiene tres nietos, Orlando, María Ángela y Daniel, que se llama así en honor a Daniel Oduber, quien fue un gran presidente de la república para Guanacaste. Yo me llevo muy bien con ellos. Yo tengo un hijo que se llama Pablo Josué. Tiene 15 años. “Otra cosa que me hace sentirme muy satisfecho de mi vida entregada a la poesía es que he participado en todos los festivales internacionales de poesía de nuestro país. He trabajado en la organización y la estructuración de los festivales internacionales. He trabajado bajo el liderazgo y la inspiración de Norberto Salinas, Julieta Dobles, María Amanda Rivas… “También he tenido la dicha de leer poesía y cantar los poemas, como digo yo cuando canto poesía musicalizada, en muchos pueblos del país y fuera de Costa Rica. He estado en el Festival de Granada, Nicaragua. Puse como condición que también fuera mi esposa, y dijeron que sí… Ahí estuvimos 220 poetas, ochenta de ellos extranjeros… ¿Te podés imaginar aquello? No, si es que la poesía me ha dado todo, es un segundo aire de mi vida, es un reencuentro con mi sangre y con mi pueblo guanacasteco. Por eso es que ya no me llamo Florencio Quesada. Ahora me presento como Florencio de Liberia. La poesía me ha devuelto a lo que llamamos la patria regional. La poesía es lo que tiene que ser: la poesía es todo”. Inédito, El Porvenir de Desamparados, junio 2005

Page 146: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Néstor Zeledón Un escultor en Quebrada Honda de Nicoya “Hay un montón de movimientos artísticos, copias de lo que viene de afuera. No tiene mejor calidad que lo que se hacía antes. La euforia de la comercializa-ción del arte ha venido en detrimento de la calidad”. No cabe en ese cuerpo Tiene cara de dios. Como la imagen de Zeus que apa-rece con su descubrimiento cuando uno está en la escuela. Entrar a su taller es como entrar en el Olimpo. Todos los seres son enormes. Una mujer desnuda, se llama Aire, y cuelga de un cable. Parece que ya casi lo arranca y sale dejando un hueco en el portón. Otra mujer se llama Fuego. Otra más es Eva. Le llega al suelo el cabello. La que se llama Agua sale del agua como una sirena. La bautizada como Tie-rra surge de los pies y da vuelta a las manos. Así es la tierra, hay una salida y un retorno. Arriba es voluminosa... Los cuatro elementos son cuatro mujeres bellas en este sitio mágico. El escul-tor dice que lo primero para él fue la concepción femenina. Entonces, toma la mano de Cari, su compañera, en la suya. Parece una mano de piedra. Debe ser terrible pasar una noche aquí porque todas las criaturas adquieren vida en la sombra. “Alguien me preguntó que si adquieren vida, yo diría que tal vez cuando yo muera... Mientras tanto, están muy tranquilas”, dice Néstor Zele-dón, Premio Magón 1992, quien ahora rompe el silencio. El mar anda en sus ojos y hasta parece un león. Tiene el pelo como Rafael Al-berti, con quien estuvo en 1971 en Budapest, en una conferencia por la paz. Las imágenes de sus esculturas son alucinantes. Parecen criaturas vivas que quedaron entre la madera por obra de una maldición. “Tengo dos motos pandilleras. Eso me encanta. A veces comienzo un viaje en moto, y se me mete una imagen. Entonces tengo que detenerme para iniciar”, cuenta. Así, una imagen de unos dos metros y medio de alto, impone terror con sus ojos hundidos y su cara de pájaro agorero de la noche y de la muerte. Es el án-gel de la muerte. Don Néstor le llamó Samael, pero es la síntesis en sus manos creadoras de Azrael o Ezrael, con una máscara de la tragedia griega en la ca-beza. “Tengo una atracción por la figura del ángel de la muerte que no es infernal, es el mensajero de Dios. Es aquel que en una sola noche mató a todos los primo-génitos en Egipto, es el de las plagas que hace otra aparición en el exterminio de los demonios y más reciente para mí en Hiroshima”, explica. Nadie merece el castigo de dormir al lado de esa criatura de las tinieblas... Otra escultura contagiosa y embriagante es “El mártir”, un resumen del dolor de la muerte de Víctor Jara, el cantautor chileno masacrado por el régimen de Pi-nochet. Es un cristo latinoamericano. El brazo derecho lo sostiene y el izquier-do está hundido, derrotado. Es como un negativo, un molde del sufrimiento. “El domingueño” es el campesino de cafetal. Dice Zeledón que se llama así porque en sus facciones tiene están incluidas las características fenotípicas de las familias de apellidos domingueños, muy claras en la mente del artista, quien vivió 30 años en Santo Tomás de Santo Domingo. Y “La cogedora de café” tiene un rostro que llora pero ya ni reclama ni pregunta

Page 147: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Fui trabajador de cafetal toda la juventud. Por eso los entiendo”, dice el Maes-tro, mientras muestra un relieve que se llama “Retablo de navidad”, y que re-crea el ambiente del cafetal y la casona. Y “El abrazo” es una escultura silen-ciosa, donde la madera habla. Es una ternura casi incompatible con la fuerza de quien recreó al mismísimo demonio y lo tiene ahí, en el corazón de su mun-do.

Sincretismo de sopa Todo lo echa en una olla y lo cocina como una sopa personalísima. Por ejem-plo, María y José, ya campesinos, se transformaron en sus ojos en Don José y Mariquita. Don José lleva un saco de gangoche, un martillo, una camisa de bo-tones y sandalias. Mariquita usa trenzas y delantal. Y los reyes magos son un sabanero, un lechero y un pejibayero. Él estudió Anatomía con don Juan Portugués durante la juventud y sus figuras persiguen la perfección del detalle. La escultura “La miseria” tiene cara de ani-mal. Es el grito del hambre. Tiene la boca tan abierta que se ve la tráquea, se le sale el codo. Y en “Figura doliente” se le salen las vértebras cervicales Se nota el enorme interés por la denuncia social sin desapego por lo estético. Quizás el mejor ejemplo de “Marginados”. Se trata de un grupo de precaristas. Tienen una cerca de verdad al frente. Es un alambre de púas que va de lado a lado en la obra. “La cerca separa. Es uno de los elementos más crueles de la historia. Divide. Yo aquí, usted allá. Los que están fuera son las poblaciones marginadas, los indígenas, los campesinos”, agrega don Néstor a todo lo que transmite la obra. Además de irreverente y beligerante al crear, es sumamente osado. En “La es-pera”, una mujer abre las piernas como si fueran alas. Y “El grito” es uina mujer delgada, que se sostiene las manos sobre el sexo. Es un orgasmo, la represen-tación de una mujer que se masturba. En el centro del taller en una escultura, un hombre con su miembro erecto quie-re salir corriendo. La escultura se llama “Sin título”. “Antes esta escultura se lla-maba “Desesperado”, pero luego conocí una de Rodin que se llama ´Desespe-ración´. Es que le tenemos miedo al cuerpo y al sexo. No hay nada que asuste más en esta sociedad que un pene erecto. Esta escultura es una maravilla de escándalo. Es un escándalo maravilloso “El hecho es que yo, en mi necesidad de interpretar la vida, toco todos los te-mas. Pretendo no tener prejuicios de ningún tipo. ¿Por qué no puedo interpre-tar artísticamente la erección? ¿Simplemente porque choca con la doble moral del costarricense? Pues se acabó de mojigatería”. Esa valentía es propia de alguien que ha tomado sin preguntas los designios del destino y las voces que le llegan del Más Allá. Nació en Guadalupe en 1933. Su mamá, a quien él dice Tencha, tiene 92 años, y cada vez que lo ve lo persigna porque es ateo. Tiene siete hermanos, y para sobrevivir tuvo que ser de todo. Cogió café para comprar el uniforme de la escuela y fue músico de la Filarmó-nica de Guadalupe. Con 15 años de edad vivía en Guanacaste y era machete-ro. Y también con 15 años se fue a la Revolución del 48. Era el soldado más jo-ven de los mariachis

Page 148: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Asimismo, fue sabanero. Vivía en Belén de Carrillo. “Ahí aprendí a mujerear, a machetear, a bailar y a beber guaro. Todo empezó con el vino de coyol”, con-fiesa Don Néstor, quien estuvo en eso dos años. Luego fue pescador, navegó 30 años con bote propio, anduvo en el Tempis-que, y cerca de la Isla Venado, y de la Chira... Fue marinero en el golfo, lo que le permitió captar los personajes que inmortalizó en 1976, en la exposición “El golfo de Nicoya, la tierra, el hombre y el mar”. Don Néstor fue marinero de vela, con un bongo de un solo tronco, de esos que casi le hablan al compañero, que son como una sola criatura con el hombre que los doma. “Vea todo lo que he sido. Yo mismo veo y me asusto”, dice mientras zambulle los ojos en un olla de sopa de mondongo que hizo para sus invitados. Como si con agua la memoria echara raíces... Imaginero con don Manuel Zúñiga En 1952 entró a la Escuela de Bellas Artes. Trabajaba en el taller de imaginería de Manuel Zúñiga, el papá de Paco Zúñiga y de Edgar Zúñiga. “Era un maestro imaginero fuera de serie. Aprendí mucho con él. Ya Paco vivía en México, pero aun así fuimos buenos amigos. Siempre nos encontrábamos cuando venía a Costa Rica”. Cuando terminó la carrera, su gran maestro, don Juan Portugués, a quien dice que le debe todo, lo dejó como profesor de Escultura, encargado de contagiar la técnica de talla en madera y piedra. “Fundé esos talleres. Pero hay un lapso intermedio en el que estuve fuera de la escuela dos años, en1954. Fui a Nicaragua a unirme con Mora Molina. Me pa-sé toda la revolución del 55 volando bala. Mi odio contra Liberación Nacional nació en el 48, cuando mi casa fue dinamitada. El terrorismo lo inauguró Libe-ración”, asevera, con una mueca de dolor. Estuvo de exiliado político nueve meses, pero cuando Don Pepe hizo una am-nistía, la acogió y se vino. “Disparaba con odio profundo, pero cuando la guerra calentó, sentí asco, y ya no quise disparar más. También entre los mariachis vi cosas espantosas. No podría hablar del 55, porque tendría que decir cosas muy feas de los dos lados. Un día iban a fusilar a un liberacionista, y alguien dice, ‘no, no, diay, güevón, por qué te metiste en esto’. Eran amigos. “Después de tanto dolor, decidí no votar nunca. Lo hice por Mario Echandi, y ahora por Abel. Tenía 40 años de no votar, creí que no votaba nunca más, has-ta que se lanzó mi compañero de lucha”.

Grupo de los Ocho “Un artista es partícipe de su tiempo. He sido partícipe directo de la historia nuestra. Muchas de las esculturas están influidas por el conocimiento profundo que tengo de mi patria. Eso tendríamos que llamarlo contexto social. Siempre se mira al artista en una jaula de oro, mucho más allá del bien y del mal. Pero no es así. “La universalidad es como una capacidad de síntesis. El artista le da la trascen-dencia y convierte algo en un símbolo. Es una capacidad innata del individuo. Ningún artista inventa el arte, es parte de una corriente”, arguye, mientras jue-ga con papelitos.

Page 149: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

A finales de los 50 regresó como profesor. Fue dibujante de ingeniería y arqui-tectura en compañías constructoras, y aunque no tenía su título de licenciado, fue profesor y llegó a ser hasta catedrático. Poco después, fundó el Grupo de los Ocho junto a Felo García. Ahí estaban Manuel de la Cruz González, Harold Fonseca, César Valverde, Luis Dael, Her-nán González y Guillermo Jiménez. “Felo y yo somos los únicos sobrevivientes, y cuando nos vemos, lo primero que hacemos los dos es preguntarnos ´¿cómo está tu salud?´”, dice, muerto de risa. “Tuvimos una reunión con Daniel Oduber, y le explicamos la necesidad de crear un Ministerio de Cultura. Se fundó la Dirección de Artes y Letras, a cargo de Felo, y yo lo acompañé en la junta directiva. ”Fundamos el Grupo de los Ocho con el objeto de democratizar el arte. Su sede era Las Arcadas, frente al Teatro Nacional, porque exponíamos al aire libre”.

La tragedia de la mano En los 60 hizo el monumento a don Cleto, en Plaza González Víquez. Fue allí que se fracturó la mano Durante más de 20 años tuvo que vivir lejos de la madera y la piedra. Del 65 al 87 estuvo con la mano impedida. Casi se vuelve loco. No tenía remedio. “Me hicieron una operación para aliviar el dolor y no lo alivió. No aguantaba co-ger ni una taza de café. Fue un golpe sicológico terrible. Amanecía con el ímpe-tu de hacer esculturas y no podía. “Vivía con Nadia, una compañera que tuve en la vida. Vivimos una vida bohe-mia terrible, me desordené, casi me mato. Todo era por motivo de la mano, de la frustración. “Le dije a Nadia, paremos esto, ya está muy bien, hasta aquí, sembremos flo-res, cambiemos el paisaje. Ella no quiso. Entonces, me quedé solo. Ella había sido bien pateada por la historia, como yo, y nos habíamos juntado para termi-nar de despedazar lo que nos quedaba de la existencia. “Era tan linda, tan linda, que de ella se enamoraban los hombres y las mujeres. Murió de 34 años, Samael se la dediqué a ella. Carita, mi compañera, lo sabe muy bien. Ella ha vivido metida dentro de mí todo el tiempo”, confiesa, mientras vuelve a refugiar la mano pequeña de su mujer en su mano de oso. La pesadilla acabó en el año 85, se operó la mano exitosamente y reinició su carrera. Del camino de la amargura siempre surgen malos y buenos recuerdos. A don Néstor también le quedó “Cuentos y relatos del camino”, un libro de cuentos del campo y de imágenes hermosísimas. “Yo no soy escritor, no lo se-ré. Soy escultor, pintor, dibujante. Sin embargo, me hacía falta el lenguaje para comunicar cosas”. Durante esos años de la tragedia, también dibujó con la mano izquierda. Inclu-so, obtuvo un Premio Aquileo J. Echeverría en pintura También encontró una solución en la escultura en hierro, porque aguantaba a sostener el soplete. “Así hice ‘Los amantes’ del Edificio Numar, el Cristo de hie-rro del Museo de Arte Costarricense, y ´Mundo hombre´ de la Universidad Na-cional, escultura de la que Jorge Debravo escribió un poema, el más largo que de él se conoce. También “Juventud”, que está en el Colegio Humboldt, “La ni-ña y el papalote” y varias más, que considera menores.

Page 150: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

50 años Su primera exposición fue hace casi medio siglo, en 1956, en la salita de espe-ra del Teatro Arlequín. “La primera exposición de mi vida tenía relación con una obra de teatro que se llama ´El sistema dos´, cuando el Arlequín estaba 50 Me-tros al Norte de Bar Chelles. “En el 2006 voy a cumplir 50 años de la primera exposición. Entonces quiero celebrar esa exposición con 50 obras inéditas. No va a ser una retrospectiva. Va a ser en el Museo de Arte Costarricense y será como las bodas de oro”. Han sido muchas las exposiciones. En 1992, cuando tuvo una exposición en el Museo de Arte Costarricense, mostró 54 obras durante tres meses. Ahora tiene 42 obras nuevas para la exposición del 2006. Eso no quiere decir que se olvida de su historia como escultor. En el segundo piso de su taller, donde también vive, tiene un tríptico de 1954, dedicado a la conquista. A un lado están los indígenas, en el centro la conquista, y al otro la-do el Valle Central, Guanacaste y Limón. Dice que ahora lo quiere hacer más grande. Ahora quiere relieves muy grandes, de dos metros de alto por cinco de altura. Quiere allí sintetizar la época precolombina, luego el Descubrimiento, la Colo-nia, hasta el período republicano, de 1821 hasta nuestros días. Mientras me muestra cómo el arte manda hasta en su habitación, pues, por ejemplo, su cama es una copia de una obra sobre un rey maya, cuenta que tie-ne muchos proyectos pendientes y va dictando poesía mientras habla. “Una de las cosas más hermosas que hay en este país es el puente sobre El Salto del Ángel. La gente ve El Salto pero nadie ve el puente. Está hecho con el amor de los carpinteros y con maderas del lugar. Es el único puente de ma-dera de la zona. “Por ahí un camión quebró una viga del piso, y yo cogí un pedacito y lo tengo de recuerdo”, dice don Néstor, quien ha expuesto en Taiwán, Suiza, Alemania, Brasil, México, El Salvador y Nicaragua.

Las confesiones Continuamos hablando, detrás está Radio Universidad. Alza las manos hacia su compañera, que viene con un platillo, y parece como si quisiera ordenar que se haga la luz. Entonces me cuenta la historia de un bongo que tenía. Es una historia que apa-rece en “Cuentos y Relatos del camino”. Es la historia de Adelfa, un bote de un solo árbol, lo compró hecho pero le hizo la cabina y el mástil. La muerte del bongo tiene que ver con la muerte de su ex mujer. Me muestra las fotos de ese momento. Hasta las fotos duelen. “Quemé Adelfa al poco tiempo de haber muerto ella, la quemé para que se me fueran los recuerdos. A Adelfa le decían el pargo rojo. “Fui a Nicoya, compré un litro de ron, dos galones de gasolina y diesel, y un ro-llo de película. Tomé fotos de todo el proceso. Llegó un amigo a acompañarme y yo le dije, ´no, váyase, déjeme solo, este es mi sufrimiento´. “Al final la marea se llevó todo el carbón. No quedaron más que los clavos he-rrumbrados.

Page 151: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“En sus tiempos, salía con Adelfa de la Isla de Cedros con el viento del sur, y duraba hora y veinte minutos para llegar a Puntarenas. Luego, salía de Punta-renas a la 1 y llegaba a Puerto Morenos, en la boca del Tempisque, donde está el ferry, a las 6. “Todo lo que viví ahí fue muy importante. Toda esta vida refleja las influencias que he recibido como artista. Mi formación ha venido en contacto directo con el pueblo. Me considero surgido de la raíz de la gente del campo”.

Como un animal grande Una vez escuché en la presentación de un libro de Carlos Cortés, que los ani-males grandes paren despacio. Eso ocurre con don Néstor. Una de sus obras, “El árbol de los triunfos y los fracasos”, le tomó nueve me-ses. Y como un animal grande, al caminar se sienten sus pasos. “El problema del arte ahora se deriva del hecho de que el país está imbuido de lo que nos viene de afuera. A mí, la verdad, me importa un pito lo que me viene de afuera como estilos en boga. Embarqué mi vida apegado a la realidad de mi pueblo. Yo soy un experimento de mí mismo, y si fracaso, fracaso, y si triunfo, triunfo. A mí me importa lo que digan de instalaciones, pero que lo hagan otros. Es paja para mí. “Felo (García) y yo fundamos el Grupo de los Ocho, que significó una revolu-ción dentro del ambiente artístico costarricense, que significó un cambio total en el arte. El arte en Costa Rica se divide en antes y después del Grupo de los Ocho. “Pero ahora es un problema hablar del arte. Todo ha derivado en detrimento del arte. Ha aumentado lo comercial. El arte ahora es otra cosa. “Hay un montón de movimientos artísticos, copias de lo que viene de afuera. No tiene mejor calidad que lo que se hacía antes. La euforia de la comercializa-ción del arte ha venido en detrimento de la calidad. Hay una comercialización exagerada. Y no me canso de repetir que como experiencia estética ha bajado mucho su calidad”

El cuerpo para fabular En su obra hay una magnificación del cuerpo humano... “El cuerpo humano es apto para expresar todo lo que uno desea expresar. Es la obra más maravillosa de la naturaleza, y todo lo que uno quiera expresar puede hacerlo a través de la figura humana”. Expresa desde orgasmos, como en “El grito”, hasta la tristeza supremo, expre-sada en la obra “El horror de nacer”. “¡Qué triste es esta escultura! ¿verdad? Lo que es una depresión... Es como el enfrentamiento en el momento en el que el ser humano sale del calor de la tranquilidad y se encuentra con este hijueputa mundo”. Descansa de su ímpetu mirando vagamente los platos de la mesa. Luego vuel-ve la vista al mueble donde está el radio, con la emisora de la música clásica. Más allá su mirada se detiene en una escultura de San Francisco de Asís. Co-mo si fuera un niño, se asombra y celebra aquel hallazgo.

Page 152: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

“Francisco de Asís es una figura a la que le tengo mucho aprecio, no sólo por la revolución profunda que provocó en el siglo XIII, sino porque con él vino la vuelta de la iglesia al camino de Cristo, con renuncia del oro. “La figura de Francisco se me hace gigantesca en el momento en que habla de la armonía del ser humano con la naturaleza. Un hombre en el siglo XIII que hablaba del Hermano Lobo, cuando el mundo no tenía las condiciones actua-les, es un hombre de una visión extraordinaria. Es alguien con una visión supe-rior. Debería ser el santo de la ecología actual”. A pocos metros de donde está Francisco de Asís, dos motos pandilleras pare-cen instalaciones en medio de tanta criatura de madera. “Ay, las motos son la página más linda de mi vida. El motociclismo es casi igual que navegar a vela o que volar a un metro de altura “Todos los domingos salgo a volar, o sea, a andar en moto. Como uno no tiene la cobertura del carro, uno siente el olor del campo, del chancho, la fritanga, de lo que sea. Esta es la mejor manera de conocer a Costa Rica, el país más her-moso del mundo. “La gente gasta millones en ir a Miami, y no conoce el paisaje costarricense. Desde 1957 ando en moto. Sólo una vez me accidenté y fue porque me tomé el último trago montado en la moto y me hizo efecto de camino”.

Caza la madera Él busca personalmente la madera para sus obras. Tiene una finca en Quebra-da Honda de Nicoya. Se llama “Los Carules”. Comienza todas las obras en Guanacaste y las termina en Barva “Lo primero que hago es que pongo la madera a secarse en la sombra. Soy de-lincuente, porque si me encuentra la policía a medio camino y me preguntan por los documentos de la tuca tengo que decirles que no es madera para la venta y que no tiene papeles”. Sus maderas preferidas son cedro amargo, guanacaste, cenízaro, roble, caoba y laurel. Algunas de sus obras, como Samael, son de un árbol entero, “Me gusta mucho la melina, un árbol de origen africano, sembrado en Guana-caste, y que me parece que es el árbol para el futuro de Costa Rica Es un árbol de crecimiento rápido. Crece en 15 años lo que un cedro o un cao-ba tarda 50. La posibilidad de la melina es que uno puede hacer una arboricul-tura, un cultivo” Le recuerdo que Don Pepe Figueres tiene un valioso libro sobre arboricultura llamado ´Franjas de luz´. Reacciona ante el comentario. “No, no, si a la vuelta de los años me di cuenta que Don Pepe era un viejo positivo. Si Figueres y Cal-deron se hubieran puesto de acuerdo, nos hubiéramos ahorrado 5 mil muertes. ¿Cómo es posible que gente que pensaba igual se separara? Al final, lo que queda en la historia es que Figueres refuerza la obra de Calderón”. En eso llega su compañera, con una guitarra en ristre. Se nos ha acabado el tiempo. Ella escuchó a la gran Emilia Prieto y ahora canta lo que rescató de nuestro pasado. Don Néstor la mira feliz. Ella canta. “Voy buscando las pala-bras que la brisa se llevó / voy buscando tus caricias, tus sonrisas y tu voz / co-gé nuestro corazón / abrílo con esta llave / y verás que solo vos sos el que ca-be”.

Page 153: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

El zarpe Vamos con el zarpe. Todavía hay tiempo para alguna anécdota. Una, en espe-cial, es imprescindible: “Un día estábamos, en la cantina, Limón, Felo (García) y yo, tomando ron colorado, y me dijo Felo: ´mirá, estoy desesperado por pin-tar. “Yo vivía a cien metros del Correo, en un cuartillo. Era más bien como una ofici-na, pero tenía un diván y un calentador, y ahí vivía. “Le dije que sólo tenía pintura de tarro. Aún así nos fuimos. Pero no había dón-de pintar. Entonces arrancamos la puerta. El problema fue al día siguiente cuando tuve que explicarle al dueño. De ahí surgió una gran obra, que se llama ´El bongo y mi compañera´”. Y el zarpe, en serio. “Felo era arquitecto en el MOPT y Don Néstor estaba tra-bajando en el monumento de Cleto González Víquez. Nos íbamos a tomar un trago en una cantina y ahí llegó un pachuco, ´mae, ahora tiene que ponerse las pilas con el roco, porque la cabra quedó muy tuanis´”. Don Néstor se muere de la risa. “La malacrianza es deliciosa. Hay un sabor es-pecial en el lenguaje de la gente. Esa vez Felo y yo nos moríamos de la risa. Hay una colaboración mutua entre Felo y yo a lo largo de nuestra historia. Tra-bajamos juntos en el monumento de González Víquez, en el de Nicoya y en el de La Cruz. “También trabajamos juntos en el monumento abstracto más extraordinario de Costa Rica, que es uno del Conservatorio Castella. Lo hicimos en un solo día. “Es que en ese tiempo se podían hacer cosas, cuando teníamos exposiciones en Las Arcadas, y contábamos con ayuda hasta de los policías municipales”. Aprovecha para hablar de don Arnoldo Herrera (qdDg). “Recuerdo cuando Ar-noldo mandó a traer un montón de instrumentos a Checoslovaquia. No tenía ni plata para pagar, pero él sabía que de alguna manera se la jugaba. Cuando le mandaron a cobrar, hizo un escándalo, dijo que pobrecito el Castella, se va a quedar sin instrumentos por culpa de un país comunista. Vanguardia Popular estaba en campaña y tuvieron que conseguirlo como donación”. En eso entra a la cocina y vuelve con enorme y humeante olla de mondongo. Él la hizo. “El momento más lindo es cuando los amigos se reúnen a comer. No es como antes, cuando llenaba un bote con salchichón, pan y guaro, y me iba mar adentro. A las dos semanas buscaba un puerto para ver gente y practicar el ejercicio de hablar”, cuenta, mientras mira cómo toma gustosamente la sopa su hijo menor, que se llama Leonardo El Mar, en honor a Da Vinci. Hemos estado hablando durante muchísimas horas. Y no puede terminar hasta que nos trae las pinturas en las que trabaja ahora. Los nombres parecen títulos de cuentos. El Zarpe, La Socola, La Tapisca, El Estero, El Saludo, El Cuentazo, El Racimo y El Anciano. La gente luce radiante, fresca, natural... Son como reencarnaciones La gente en Guanacaste dejó de bañarse desnuda en los ríos y de lavar la ropa en el río las mujeres sin nada más que un chingo, y lo dejaron cuando llegaron los cartagos con su malicia y se pusieron a ver. “Todo el mundo piensa que yo soy solamente escultor, aunque tengo dos expo-siciones de dibujo, y un Premio Nacional de Dibujo. La primera exposición se llamaba ´El Golfo de Nicoya, la tierra, el hombre y el mar”, y la segunda, ´Imá-genes de la patria´”, nos recuerda don Néstor, quien además luce dos Premios Nacionales en Escultura y el Premio Magón.

Page 154: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Cuando se vino para Barva dejó de esculpir, no tenía un lugar donde se sintiera cómodo. “Me dediqué a dibujar todo un año para ver dónde me sentía bien. Hasta que me di cuenta de cuál era el lugar donde me sentía bien, hasta ese momento fue que empecé a esculpir. “Tengo que estar cómodo para trabajar. No tengo computadora, ni siquiera sé escribir a máquina, pero hay detalles en los que sí me cuido”. Se pone de pie, se lleva a su esposa del brazo, y carga la guitarra de ella con su mano de piedra. Lo veo caminar despacio, como un fauno, como una criatu-ra de la mitología. Parece salido de una leyenda, y con su vida se esfuerza, aunque sea involuntariamente, por demostrar su origen casi celeste...

Ojo, setiembre 2002

Page 155: Camilo Rodríguez Chaverri - solidarismoenaccioncr.comsolidarismoenaccioncr.com/libros/Libro de Guanacaste.pdf · “En San José me echaba la valija al hombro, cruzaba a pie de la

Sobre el autor

Camilo Rodríguez Chaverri (1976) es periodista y escritor. Tiene más de una década de dirigir y conducir programas de entrevistas en radio y televisión. Ha dirigido diversos medios de análisis político y difusión cultural, entre ellos el periódico OJO. Fundó diez periódicos rurales o alternativos, entre ellos, El Guapileño, Ventanario y Viva Limón. Ha publicado más de treinta y cinco libros. Entre sus obras publicadas hay una docena de colecciones de entrevistas, una docena de poemarios, tres libros de cuentos, numerosas compilaciones sobre personajes de la historia y varios libros de artículos y comentarios periodísticos. Publicó la colección “Conversaciones con la historia”, ocho volúmenes con entrevistas a grandes personajes de la historia costarricense y “Grandes personajes bananeros”, dos volúmenes con entrevistas a forjadores de la producción bananera del país. Es compilador de “Centenario de Don Pepe”, una colección de textos sobre José Figueres Ferrer, impresa en cuatro volúmenes; “Alberto Martén, padre intelectual del solidarismo” y “El padre del solidarismo bananero”, sobre la vida y obra del Presbítero Claudio Solano. Con el libro “Memorias del Padre del ICE”, sobre la vida de Jorge Manuel Dengo, inició una serie de libros sobre grandes personajes que pueden contar con detalle la historia de alguna institución o pueden narrar su vida colmada de logros y de anécdotas. Prepara uno del Presbítero Armando Alfaro Paniagua, una colección de pequeñas biografías de pioneros de la aviación costarricense y una colección de semblanzas de forjadores del Instituto Costarricense de Electricidad. “Grandes personajes guanacastecos” es su segundo libro de semblanzas a personajes de una región determinada. Antes publicó “Grandes personajes limonenses”, con entrevistas a personajes de la historia de Limón, la ciudad puerto. Ya están a punto de aparecer sus libros “Grandes personajes puntarenenses”, “Grandes personajes de Pococí” y “Grandes personajes de la Zona Norte”. Sobre el trabajo de este periodista, el escritor y gran intelectual costarricense Alberto Cañas dijo, “es una obra periodística gigantesca, como Costa Rica no la había visto antes. Camilo se dedicó a entrevistar la historia, y a los 29 años, ya tiene un legado para el futuro que el futuro le reconocerá”.