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Tema propuesto: Luz.
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Editorial
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... Y aquí estamos de nuevo, presentan-do este número 2. El número 1 ha creado reacciones muy positivas que queremos compartir con vosotros: 100 copias en pa-pel repartidas por España, y más de 100 descargas del fanzine en PDF; colabora-dores que han entrado en contacto unos con otros, compartiendo su trabajo y sus energías; sonrisas, muchas sonrisas cuando dejábamos a los encargados de conservar una copia del fanzine en su local mientras pasaban sus páginas, conversaciones sobre lo importante de haber generado este pe-queño espacio creativo 20x20; la alegría de gente con mucho vivido al ver que ideas tan abocadas a ninguna parte como ésta vean la luz...
El camino ya ha empezado, y situándo-nos en el lugar al que acabamos de llegar queremos disfrutar de esta etapa, de esta sensación de empaparnos de lo que nos ro-dea, de abrir mucho los ojos y absorber toda la información que seamos capaces de re-
gistrar justo antes de empezar a procesarla, pensarla o entenderla. Para elegir el tema para este nuevo número hemos reducido a la mínima expresión lo imprescindible para esta fase del camino, el único elemento ex-terno que hará posible nuestro acto de ver. Y con esto nos hemos querido quedar para dar sentido a este siguiente tema: Luz. Una vez más hemos unido vuestro trabajo con el nuestro y os ofrecemos el resultado.
Os agradecemos sinceramente vuestra participación y vuestro seguimiento, es para nosotras una buena dosis de energía que nos anima a seguir. Recordad que estamos en www.aningunaparte.com, donde encon-traréis información acerca de este proyecto además de las futuras propuestas, y que nos encantaría recibir vuestras impresiones, su-gerencias, participaciones, pensamientos... en [email protected],2,1...Luz y acción! Esperamos que os guste!
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Es cierto..., después del dolor viene la calma. Una calma extraña he-cha de nada, como si al vomitar parte de nuestra alma en forma de llanto se creara un recoveco por ahí adentro, un camino, un nuevo conducto de vacío absoluto que nos lleva directamente a un lugar en el que, de algún modo, brilla una extraña forma de lucidez. Así es, y no importa que nos sorprendamos con la mirada perdida y en un punto, mientras respiramos lenta y hondamente, prestando especial atención cuando dejamos salir el aire en un quejido casi imperceptible, simplemente no importa... por-que es en ese preciso instante en el que nos abrazamos a la esencia de la locura cuando adquirimos otro tipo de lucidez.
Llevo más de media vida, creyendo firmemente en que sólo existen dos elementos que rigen toda nuestra existencia, y que nos hacen ser lo que somos y, por tanto, como somos. El amor y el miedo, el ying y el yang, el blanco y el negro, lo bueno y lo malo, el camino infinito hacia al-gún punto y el abismo que nos atrapa, nos limita y nos estanca en algún otro punto de ese mismo camino, el miedo y el amor. Pues bien, como me suele pasar muy a menudo, creo, y digo creo para dejar una puerta abierta de esas que estoy acostumbrado a cerrar, que estaba totalmente equivocado. Estos dos elementos no sólo van cogidos de la mano, sino me atrevería a decir que van abrazados de tal forma que, en ocasiones, es casi imposible distinguirlos. Hoy he tenido esa extraña lucidez, ese breve estado de iluminación en el que uno se sumerge, cuando el destino nos otorga la posibilidad de estar justo en medio de ese abrazo de titanes durante, al menos, un instante no medible por “el tiempo”, esa enorme serpiente tatuada con rayitas de mayor y menor tamaño enroscada a nuestro cuello de la que somos prisioneros a la vez que cómplices, y a la que permitimos inyectarnos la más terrible de las miserias, su propia esencia, el veneno que es ella misma.
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Hoy he tenido esa extraña lucidez... amiga de aquella que nos viene cuando nos consumimos a lágrimas, y llega el momento en el que so-mos capaces de esbozar una leve sonrisa acompañada de una respiración tartamudeada. Hoy mi madre, María, la eterna niña de los fósforos, que un día, sola y helada abrió la caja e intentó encender uno para calentarse en la nieve, y se dio cuenta de que, simplemente... era imposible, ya que todos estaban mojados de antemano por su propio destino. María, que aguantó sola en la nieve hasta dar a luz su tesoro más preciado, su niño de ojos grandes y azules, y que siguió aguantando sin fósforos hasta el más crudo de los inviernos abrazada a él, protegiéndolo del frío y avi-vando esa pequeña llamita de fuego que crecía en el interior del bebé y que algún día le permitiría afrontar sus propios inviernos. Hoy María... veintiocho años después, me ha cogido de la mano, y se ha echado a llorar mientras tartamudeaba entre sollozos que habían ingresado a su mejor amigo, uno de esos pocos segundos padres o madres que he teni-do, que estaba muy enfermo y que seguramente moriría, luego y después de un silencio, se ha quedado con la mirada “perdida” en un punto, y ha dicho para sí en voz alta, - nunca quiso cuidarse.
No era la primera vez que veía a mi madre llorar, pero sí era la pri-mera vez que lo hacía mientras cogía mi mano. Hay pequeños instantes que le ganan la partida al tiempo y la memoria quedándose grabados en la corteza de alguna especie de árbol por toda la eternidad, éste para mí es uno de esos instantes, con él hoy he vivido una extraña sensación de lucidez que, tal vez, me haya regalado las ganas de volver a escribir.
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Kiko D
rudis
No volveré a caer
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Dan
iel R
ivay
a
Luz
palp
itant
eCerrasteis las puertaspero encontramos las llaves.Atrancasteis las ventanasy rompimos los cristalesNos arrojasteis al vacío nos crecieron alas.Vuestras consignas y vendascayeron por su propio peso.Publicidad, religión, política y mercado.No lo conseguisteis.Sobrevivimos a vuestro veneno.Intercambiando silencios por cristales rotos.La ciénaga ha vuelto a su sitioLos caballos se pasean por las calles.En algún rincón oculto del cerebro,perdido, un latido de luz.Persiste.El viento sopla con fuerza en el monte.Sobre la playa, luce una estrella.Fuera de la ciudad, la roca vence al ladrillo.Los ríos aumentan su caudal.El sol arde en nuestro pecho.Siempre habrá refugios.Paraísos inconquistables.Luces palpitantesPoemas.
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Nafría
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Dia
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sol q
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día
brill
arLos Bubbles vivían en penumbra. Su sol estaba cansado de brillar. No
se sabe por qué de un día para otro comenzó a apagarse y tuvieron que acostumbrarse a desarrollarse sin la luz a la que estaban habituados.
Lo que caracteriza a los Bubbles es la enorme burbuja de luz que les acompaña. Cada uno de ellos posee una, a la que está unido por una ex-traña fuerza. Estas burbujas dan una luz de color e intensidad deter-minada, dependiendo del estado de ánimo de su dueño. Gozan de una relación muy especial porque el uno no puede vivir sin la otra. Para man-tenerse vivos (tienen una vida muy longeva) lo único que deben hacer es alimentar a la burbuja de sentimientos. En el momento que un Bubble dejase de sentir, la burbuja se apagaría y ambos fallecerían.
Entre todos los Bubbles destacaba Bob, un excéntrico y singular per-sonaje que tenía la estupenda ocupación de hacer sentir a los demás.
-A ver, ¿qué tengo que hacer hoy?... Ir a ver a la señora Brown, hace días que ni risa ni llanto... ¿Qué más?...- Se preguntaba mientras seguía mirando su agenda- ¡Ah, sí!.Debo visitar a Toutooh!- que era el único Bubble con ascendencia india que quedaba, al que últimamente se le es-taba escapando la cordura de tanta vida espiritual, tanto ir de chamán y tanta historia. Bob le entendía, disfrutaba de su diferente forma de vivir la vida.
Tras la terapia de cosquillas con la señora Brown se dirigió al preci-picio de hielo. Allí es donde Toutooh realizaba sus ejercicios de medita-ción. Se concentraba tanto, que su burbuja despedía tal potencial de luz que, durante unos segundos, se hacía de día.
-¡¡Tengo una nueva teoría!!- exclamó el indio cuando vio acercarse a Bob. Éste sonrió. Toutooh era todo un teórico del orden social, del universo, de la conspiración y de la vida en general. Le encantaba gene-
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rar teorías, muchas de las cuales eran únicamente viables en su mundo ideal.
-Cuéntame, ¿qué has pensado esta vez?- le encantaba escucharle, se sentaba durante horas frente a él imaginando las consecuencias de sus fantásticas teorías.
-Ya sé como devolverle la luz a nuestro sol. He estado meditando y creo que debido a su cansancio, algunos Bubbles han dejado de sentir. Están gravemente enfermos y probablemente no tarden en morir. Nadie quiere vivir en un mundo en tinieblas, Bob. Tenemos que devolverle al sol la energía para brillar y creo q ya sé cómo - su amigo le escuchaba y observaba sin pestañear.
-¿Qué podemos hacer, Toutooh? Nuestro sol está demasiado cansa-do, ¿de dónde podemos sacar tanta energía como para cargarle las pilas y que vuelva a lucir como antes?
- ¡La solución la hemos tenido delante de nuestras narices todo el tiempo!. La clave está en unir nuestras burbujas. Me he percatado de que a cierta hora del día, el sol se acerca más de lo normal a nuestro planeta. Se mira en el mar, y su reflejo le hace relumbrar durante unos segundos. Son esos momentos de luz los que nos descubren un nuevo día, ¿me sigues?- continuó - pues bien, pienso que se ilumina porque el recuerdo de lo que fue le empuja a seguir brillando como antaño.
Debemos hacerle creer que sigue siendo el sol que nos daba calor hace años. Tenemos que ir al mar, sumergirnos y colocarnos en círculos concéntricos. Cuando el sol se acerque a observar su débil reflejo, uni-remos nuestros pensamientos, nos concentraremos y brillaremos todos juntos. Así, de este modo, el sol pensará que es él el que resplandece y tal felicidad le hará dar luz para siempre.
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-¡Seguro que funciona Toutooh!.-Avisa a los demás, debemos hacerlo cuanto antes.Bob corrió la voz. Se reunieron y, una vez de acuerdo, se dirigieron al
mar. Eran decenas de miles los Bubbles que habían acudido a la llamada de Toutooh. El mundo Bubble al completo estaba cansado de no tener luz, de ver el mundo que habían construido en penumbra y muriéndose por la pena de la oscuridad.
Se cogieron de la mano y se sumergieron a la espera de la visita del sol. De pronto, comenzaron a vez una débil luz, ésa era la señal de que el sol se acercaba. Inmediatamente todos comenzaron a brillar, cada vez más y más intensamente. Lo hacían porque las palabras de Toutooh les habían llegado al corazón, porque querían que aquella situación cambia-se, para salvar a familiares, para que los niños creciesen felices... y todos brillaban porque durante todo ese tiempo sólo habían pensado en su añorada “Luz”.
El sol no daba crédito a lo que estaba viendo en su reflejo. Era él. No sabía cómo había vuelto a recobrar su brillo e intensidad y, de la forma que había aventurado Toutooh, la felicidad de pensar que estaba irradiando de nuevo, le hizo recobrar sus ganas y su vitalidad. El sol co-menzó a subir al cielo iluminando a su paso, cada vez con más fuerza y vitalidad, el mundo que había tenido en penumbra durante años.
Los Bubbles salieron aprisa del agua al ver que su plan había funcio-nado. En la orilla, expectantes, observaron el primer amanecer en años.
Su sol nunca más dejaría de brillar porque la alegría de volver a sen-tirse vivo, no se le podría olvidar jamás.
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Kiko D
rudis
Corazones cardinales
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LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDENEÓN LUZDE
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Recrea tu (in)existencia
Lady Pürpura
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Parte
II
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Pero cuando llegaron.....
No encontraron el final del mismosino otra noche másy el solen una estaca.................
El sol en una estacala noche más largatodos los seres con los ojos como lámparasportaban en la manouna oración sin verbosel telegrama
Después de las estrellas, después de los cantos como máquinaslos pasos de todos los coloreszapatos azules, rojos, rosas, amarillosbuscando compañeros en el cajón de los humanos
La noche como un tímpano de aguafiltrandoretumbando
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¿A dónde vamos, madre?Donde ya no se esdonde sólo se yace
Querían encontrar el vidrio iluminadoel lagarto con sombrero la muerte del espacio
Cuando llegaronuna gran pantalla negra que todo lo abarcaba]les dio la bienvenidalos ojos como lámparas
De repente, la madrecon su niña repleta de manchas tropezó con la cadena]¿qué es esto?Murmullos, roces, aclamaciones,barullo de susurros recorriendo las cortas]distancias que separanmi muñeca de la tuyami espalda de tu espalda
En el puesto de mandoencendieron los sistemaspero el interruptor de hielo, apenas sí avanzaba]
Resplandor de ohhhhhs a borbotonesausencia de colores en el negro extendidode toda esta explanadano vida, no cariciasel sol en una estaca
¿Qué es esto? ¿Por qué?Y a cada nueva preguntaotro trozo de pantallase volvía verde, fucsia, lila
Parad estodios!que se desangra la oscuridad por su agujero
De pronto otra manchacontrasta con la niña
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una es rubiala otra marrón como arcilla clara
Que alguien haga algopero todas las armas fabricadas en au-sencia de átomos, en ausencia de agua]en la explosión de focos milimétricosno podían dispararfuera de su realidadno servían para nada
Y todos los telegramas tirados al vacío
El sol en una estaca
Los hombres y mujeres reventando de imperfección]encontrando la pieza que faltaba en los cuerpos]el sudor que se olíay ahora se vedios siempre has sido tan hermosa?siempre has mirado con ojos de recién creada?]
La explosión fue tan violentaque se llevó el asfalto por delanteel puesto el telegrama
Como brillan los reflejos en las barandillascomo relucen los anilloslos colmillosblancoshundiéndose en la tierraamarillaveían el caminodios! la estacatronchada en medio de la tierrainerte en medio de la tierraabrasada por la luz de toda esta tierra
Siguieron adelantepaso firmelas manos desatadasropas de todos los colores
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la pantalla blanca proyectaban el fin de todas las dictaduras de la larva]el fin de la oscuridad sin raciocinioel fin del fin de la palabra
El cielo era azullos hombres milloneslas ropas tan diversas que a la sola vistael cerebro gritabade emociónsalir corriendo detrás de la marcha
eso hicimosquedaban años de luz en este día sin final en el precipicio
sin avanzar hacia ninguna parte
cuando sobra la luz
los hombres no entendemos de distancias
al cabo de los días llegaron al puesto 3pero ya nadie esperaba
al llegar vieron un cartel translúcidobienvenidos al mundodecía
y debajola luz os hace veros los unos a los otrosy crea los coloresy el brillo de la lágrima
así que coged lo que os apetezcay llenaros
pero al irosno olvidéis cerrar la puertay dejadme la esperanza.
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rieMe llamo Braulio, tengo 5 años y estoy viajando hacia la
gran ciudad.Nací en la Extremadura rural, donde he crecido y vivido
hasta el día de hoy.Soy huérfano y nunca llegué a conocer a mis padres. Bueno,
a mi madre sí la conocí, pero me rechazó al poco de yo na-cer debido al extraño dolor que le causaba el amamantarme. Nunca supe por qué de un día para otro mi boca le provocó tal reacción al entrar en contacto con su pezón.
Pese a ello, me puedo considerar afortunado. Mi tutor me ha dado siempre todo lo que he necesitado. Se llama Rufino y es como un padre para mí. No tengo otra forma de agradecerle todo lo que ha hecho por mí mas que profesándole mi más sincero y profundo amor. Sería capaz incluso de matar por él, y eso que la idea de mostrarme violento con otro ser vivo va totalmente en contra de mi manera de ser y de vivir.
Estoy muy inquieto con respecto a esta nueva etapa que me depara la vida, aunque confiado ya que Rufino velará por mi bien y ardo en deseos de conocer cuál será mi nuevo hogar.
Hasta donde alcanza mi memoria recuerdo que todo el mundo hablaba bien de mí. Siempre se decía que tenía un gran futuro por delante, hasta el punto de poder grabar mi nombre en los anales de la historia. Eso nunca lo llegué a entender, pues tan sólo me veo como uno más de mis semejantes, con mis defectos y virtudes.
48 horas después...
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Mi situación es desesperada...No sé qué hago aquí...Llevo dos días enteros encerrado en un pequeño zulo que ni tan si-quiera me permite girarme, y donde de vez en cuando aparecen unos hombres que me inyectan algún tipo de droga que me di-ficulta la visión. Apenas sé si mis ojos esta abiertos o cerrados.
Estoy comenzando a temer por Rufino, qué será de él? Es-pero que no esté corriendo la misma suerte que yo...
Se acercan de nuevo esos hombres, esta vez para sacarme del zulo y serrucharme los cuernos...Me encuentro completa-mente desorientado, mareado, nervioso, perdido; nunca antes había experimentado esta horrible sensación...De repente oigo ruidos, como si una multitud de seres salvajes estuviera acla-mando a algo o a alguien...se hace la luz! Corro desesperada-mente buscando una escapatoria pero en cuanto desisto algo puntiagudo me golpea violentamente el cogote...
40 minutos después...Braulio (un simple toro de lidia a añadir en las estadísticas)
yace muerto sobre la arena con el cuerpo desgarrado cubierto en su propia sangre.
Rufino cuenta los billetes que le ha reportado la jornada sentado en su localidad de sombra.
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Mig
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PaulaLuz tenue
Observando sólamente,Sin esperar nadaMás allá de la tranquilidadQue este sitio me ofrece.
¿Qué esperar?Si la vida son actos,Buenos o malos...
Y finalmente es el tiempoEl que premia o castiga.
¿Qué decir?Cuando lo mejorEs disfrutar del silencio humano,El ruido de las hojas de los árboles,El color de las nubes,Y el mar de fondo...
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Dan
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aLo
que
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añan
a de
jaFlor amarilla que alumbró la noche.Pedazo de luz arrancado al alba.Marchita en la mañana.Belleza fugaz y terminada.Haciendo juego con mis sábanas revueltas.Una pluma, un pelo, y otros naufragios.Risas en el patio. Habitación devastada.Melena yaciente.Olor penetrante de nuestro juego.Primer autobús de madrugada.Crucifijo de habitación ajena.Guitarra desafinada.Libro desojado, flor marchita.Heridos en campo de batalla.Implacable luz de madrugada.
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Nafría
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Cris
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Lady Pürpura
La bibliotecaGente murmullando, intenciones ocultas tras un
bolígrafo y una lámpara fluorescente. Gente mirando a gente, lo que todos hacemos aquí, ahora, pero nadie osa reconocer. El ruido de la luz. Bolígrafos escupi-dos en la mesa en la desesperación del pensamiento de "¿Qué coño hago aquí?". Páginas rotas y mas bo-lígrafos. La línea que divide la amplitud humana de nuestro potencial como máquinas de almacenamien-to. En el fondo todos nos resistimos a ser máquinas, ¿o quizás no? Mi pie roza el suelo en un rítmico compás, un sonido un tanto desencajado pero armonioso con el rechinar de la silla. Sabiendo mirarlo, claro. Pero, lástima, eso es más fácilmente apreciable por los que están del otro lado, aunque dudo que les llegue mi so-nido. Gente sola, gente acompañada, gente buscando compañía; gente buscando la cercanía de su compa-ñero con estrategias clásicas como buscar un bolígrafo en su mesa, mirar, sonreír, coger el bolígrafo, girar la cabeza y mirar tus papeles, sonreír otra vez. Montones de libros, de tesoros colgados de las paredes han caído en tan desafortunado sitio, sólo algunos, muy pocos, sabrán apreciar la belleza de este sitio, tan lleno de pensamientos, de historias, de sueños y pesadillas. Los focos dando la espalda a este lado, focos mal enfoca-dos aunque miran al lado correcto, un foco fundido. Grietas en la pared, estas viejas paredes ya no resisten el paso de tanto sueño perdido, desenfocado. Gente
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que llega, se va, llega, mira, se sienta, mira, sonríe a veces. Poca gente que está sola sonríe, aunque siempre hay alguien que lo hace buscando que su alegría sea captada por la gente, por él mismo, por los libros, por las paredes, los focos, las sillas.
Curiosidad al ver que algo no encaja, probemos otra vez, ahora con un ritmo acompasado de mi mano contra mi estuche. Nerviosismo. Luces que parpa-dean. Música oprimida por la exigencia de silencio en esta sala, más llena de ruidos que muchos otros sitios; sillas que se arrastran, sillas que rechinan, papeles, pa-sos, voces, susurros, más pasos, más papeles, papeles ordenándose, bolígrafos escupidos, papel roto, luces, gente enferma en este lugar; en este lado. Quizás del otro lado todo se perciba distinto. Veamos.
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Jordi Ponce PérezV
entana luminosa
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Cris
tina P
erin
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imas
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ndas
- ¿Qué rima con luz?- No sé, altramuz- Menuda ayuda. ¿Cómo meto yo un altramuz en mi historia?- Ni idea. La rima, ¿es obligatoria?- Ni más ni menos que la historia.- O sea, no- Exacto. Pero me apetece el ripio. ¿Qué tal un altra-muz en un tragaluz?- No sé, no me seduce- Ya, es raro ese cruce- Raro y funesto.- A ver qué tal esto:La avestruz Mariluz se come un altramuz andaluz a contraluz- ¡Por Dios, qué cruz!- Hijo, qué borde.- Y tú, qué discorde. Yo que tú lo dejaba- Y yo que tú me callaba.- Pero, ¿por qué te empeñas en rimar la luz?- Es que no quiero rimar la sombra.- ¿Por qué no?- Porque sólo sabría esconder la porquería debajo de la alfombra.- Ya, no es gran cosa
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- ¡Es ignominiosa!- Mujer, no es para tanto. Si acaso es poco ingeniosa- Es como un pastel sin sacarosa. Pobre, fútil y sosa.- ¿Fútil? No creo que lo sea ninguna poesía- Te equivocas. Lo son todas. Sin excepción. Es lo que las hace bellas.- ¿Cómo las estrellas? ¿Cómo las doncellas?- Como las mamellas y las onomatopeyas. Como las querellas de las plebeyas. Como hacer pellas y comer paellas…- Vale, vale, me hago una idea- Es que lo ñoño me repatea- Si las estrellas son ñoñas que baje Dios y lo vea.- Quita, quita, que no baje. Sólo nos faltaba dios en el combate.- No es un combate, es un debate.- Es un dislate.- Venga, un empate. Eso sí, Dios es con mayúscula. Es un nombre propio.- No es propio de mis letras. El mío es minúsculo.- Lo tuyo es puro afán de protagonismo- De ti se podría decir lo mismo- Mejor que vuelvas a tus rimas. Aún estás a media luz.- Como el tango de Gardel- Ya me estropeaste el rondel- Ah, ¿que ya acabamos?- La discusión, sin duda. La poesía, tú sabrás
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Mel Olivan
- No sé si sé rimar más- Será hora de las despedidas - Es que están tan manidas…- Pero son necesarias.- Son nefarias y ordinarias y aburridas. Y muy cursis- Eso es trampa. Cursi no rima con nada.- ¿No había que acabar la rima? Pues cambiemos a la prosa.- ¿Así, como si tal cosa? ¿Y tus luces?- Fundidas, parece. Malditos versos perversos.- Pues a otra cosa, mariposa.- Hasta luego, cocodrilo.
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Isa San Martín Fernández
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La R
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lilla
Sin
títul
oCuando hemos conseguido domesticar al ego que habita en nuestra mente... Cuando el miedo no existe...Vamos creando nuestro universo sobre la marcha,experimentando y vibrando con el AHORA, gracias al regalito que es lo físico,SIENDO plenamente en el presente.
Si estás atento notarás esa energía, la tuya, tu ESEN-CIA, la de todos,verás que toooodo lo que pienses o deseesSE MANIFIESTAbatiendo las alas de la creencia y la creación........creciendo y en constante expansiónespirales de colores floreciendo del corazóna la CONCIENCIA.....
Bajo tus pies (causalidades de la vida :P)Amazonas enteros de amor y humor;
y tú..... VOLANDO
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Osel
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Tonn
i Mol
lá
Perd
erse
ent
re la
luz
...no es cierto que te vayas para siempre, ya se
que sólo vas en busca de nuevos horizontes,
porque eres así, inquieto, curioso, incapaz de
acabar nada, ansioso de empezar un nuevo
ciclo, pero al final...al final siempre vuelves
a mis brazos, allí donde sabes que te espero,
donde tu mundo te aguarda, donde tus tesoros
y aventuras descansan, donde reposas en mi
pecho y nuestros corazones se besan, así hasta
un nuevo último suspiro.....
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Lady
Pür
pura
Apa
gafa
rola
s
Todo se acaba. Nunca es suficiente. No todo el mundo conoce a un apagafa-
rolas. Y los apagafarolas siempre actúan por algún motivo; es cuestión de querer observar. ¿Acaso ya no queda gente especial? Su don no es eterno, necesita de unos ojos atentos que los cultiven, si no nunca más se podrá tener la sensación de que el mundo se mueve a tu son. ¿Alguna vez lo has sentido, cuando caminas por la calle y las farolas se apagan y encienden a tu paso? El mundo quiere bai-lar contigo, solo es cuestión de que tú quie-ras aceptar su baile. Y no habría nada más maravilloso que que ese mundo, por un día, se convirtiera en tu son para acompañarte, mientras bailas con el alma que ha sabido mirarte. Podría ser tan fácil regalarme una sonrisa…
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Lia
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Nafría (Página 9, 27)
www.flickr.com/photos/nafria
Dylan T.K. (Página 16-19)
debajodelcemento2010.blogspot.com
Jordi Ponce Pérez (Página 31)
jordipope.blogspot.com
Kiko Drudis (Página 7, 13)
kikodrudis.blogspot.com
Isa San Martín Fernández (Página 35)
Simón Ramos (Página 4-6)
Col
abor
ador
es: C
onta
cto
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Colaboradores: C
ontactoMC (Página 20-21)
Wi in the sky with Diamonds (Página 10-12)
Tonni Mollá (Página 38-39)
www.flickr.com/tonnimolla
Paula (Página 25)
kasansass.devianart.com
Si os interesara contactar con alguno de los participantes que no esté en esta lista, podéis enviar un e-mail a:
[email protected], y nosotras le haremos llegar vuestro mensaje.
44
aningunapartewww.aningunaparte.com