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www.institutoguemesiano.gov.ar CAMPANADAS DE PATRIA PARA LA AMISTAD DE MANUEL BELGRANO Y MARTÍN GÜEMES María Cristina FERNÁNDEZ · Presentación Martín Miguel Juan de Mata Güemes y Manuel del Corazón de Jesús Belgrano compartieron principios, ideales y estrategias en el ámbito militar, político y social durante el movimiento independentista de nuestra Patria. Esas características, que los unieron en la lucha por la libertad, fructificaron en uno de los sentimientos más nobles y puros que puede unir a los seres humanos: la amistad. Martín Güemes conoció a Manuel Belgrano en algún momento de su vida que no puedo precisar. Quizás durante las invasiones inglesas en las que ambos participaron defendiendo Buenos Aires o quizás cuando Belgrano arribó a la tierra gaucha al tomar el mando del Ejército Expedicionario al Alto Perú. Lo cierto es que entre los años 1816 y 1819 Martín Güemes y Manuel Belgrano mantuvieron una prolífera correspondencia epistolar cuya lectura nos permite conocerlos interiormente. Sus valiosas plumas registraron las vivencias que originaban los sucesos de los que fueron protagonistas.

CAMPANADAS DE PATRIA PARA LA AMISTAD DE MANUEL BELGRANO Y MARTÍN GÜEMES

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Martín Miguel Juan de Mata Güemes y Manuel del Corazón de Jesús Belgrano compartieron principios, ideales y estrategias en el ámbito militar, político y social durante el movimiento independentista de nuestra Patria. Esas características, que los unieron en la lucha por la libertad, fructificaron en uno de los sentimientos más nobles y puros que puede unir a los seres humanos: la amistad.

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www.institutoguemesiano.gov.arCAMPANADAS DE PATRIA PARA LA AMISTAD DE MANUEL BELGRANO Y MARTN GEMES

Mara Cristina FERNNDEZ Presentacin

Martn Miguel Juan de Mata Gemes y Manuel del Corazn de Jess Belgrano compartieron principios, ideales y estrategias en el mbito militar, poltico y social durante el movimiento independentista de nuestra Patria. Esas caractersticas, que los unieron en la lucha por la libertad, fructificaron en uno de los sentimientos ms nobles y puros que puede unir a los seres humanos: la amistad.

Martn Gemes conoci a Manuel Belgrano en algn momento de su vida que no puedo precisar. Quizs durante las invasiones inglesas en las que ambos participaron defendiendo Buenos Aires o quizs cuando Belgrano arrib a la tierra gaucha al tomar el mando del Ejrcito Expedicionario al Alto Per. Lo cierto es que entre los aos 1816 y 1819 Martn Gemes y Manuel Belgrano mantuvieron una prolfera correspondencia epistolar cuya lectura nos permite conocerlos interiormente. Sus valiosas plumas registraron las vivencias que originaban los sucesos de los que fueron protagonistas.

En estas simples lneas pretendo evocarlos desde esa humanidad no siempre valorada. Ambos fueron hombres de armas, amaron y sufrieron por la Patria, pero tambin amaron y sufrieron por ellos mismos y por sus seres queridos. Compartieron la angustia de las intrigas tramadas por enemigos internos y externos, la falta de recursos, de apoyo, el desinters y la constante accin difamatoria de quienes quisieron cortar el lazo que los una.

Todo ello se conjuga en este trabajo, basado en las cartas transcriptas en obras documentales e investigaciones de importantes autores con el anhelo de rendir un respetuoso homenaje a la amistad de Martn Gemes y Manuel Belgrano, nacida y consolidada al son de la Patria.

1. Sus virtudes y servicios militares no son tantas ni de tanto valor como se ponderan vulgarmente

Martn Miguel Juan de Mata Gemes, de padre espaol y madre jujea, naci en Salta el 8 de febrero de 1785. A los 14 aos ingres como cadete del Regimiento Fijo con asiento en Salta, que posteriormente fue trasladado a la capital del Virreynato.

Durante la defensa y reconquista de Buenos Aires luch formando parte de las tropas organizadas por Santiago de Liniers, en 1806 y 1807. Por su destacada participacin fue premiado por el Rey de Espaa. De regreso en su tierra natal, en 1808, el gobernador de la Intendencia lo incorpor a las fuerzas que guarnecan la plaza. En 1810 adhiri a la causa patriota organizando y costeando un destacamento integrado por salto-jujeos con el que control al enemigo en la Quebrada de Humahuaca, interceptando correspondencia y armamento. En Noviembre del mismo ao estuvo al mando de la Avanzada del Ejrcito Auxiliar con la que triunf en Suipacha, primer y nico triunfo patriota en el intento de recuperar el Alto Per.

En 1812 Juan Martn de Pueyrredn, Jefe del Ejrcito Expedicionario solicit ser reemplazado por razones de salud. Pueyrredn consideraba un infortunio tal cargo ya que, segn sus palabras, era un cuerpo enfermo con sus miembros corrompidos. Varios integrantes de este Ejrcito, en vistas de la disciplina y xito con que las milicias salto jujeas se desempeaban, sembraron por doquier intrigas y falsas acusaciones contra Gemes. Cuando Manuel Belgrano asumi el mando del Ejrcito le transmitieron estas apreciaciones, que fueron refutadas por Pueyrredn. Gemes tena entonces 27 aos, el general 42.

Belgrano prioriz el saneamiento de la desmoralizada fuerza adoptando medidas que consider ejemplares. Una de ellas fue el traslado de oficiales entre los que incluy a Gemes. El salteo fue trasladado primero a Santiago del Estero y luego a Buenos Aires. All solicit conocer las causas de dicha medida que segn expresara- degradaba su honor y distinguidos servicios. El gobierno pidi informes a Belgrano quien convencido de su justicia respondi: Si el Teniente Coronel don Martn Gemes procede con el honor que corresponde a su carcter, se abstendra se le hiciera saber las causas que dieron motivo, no a ser confinado, sino a que marchara para esa Capital a disposicin de V. E., pues l no puede ignorarlas cuando su propia conciencia le debe acusar de que su vida escandalosa ha sido demasiado pblica en Jujuy y despus en esta Ciudad y la de Santiago del Estero. Sostiene despus que, las virtudes y servicios militares de este individuo, de que ha sido informado V. E., no son tantas ni de tanto valor como se ponderan vulgarmente. Virtudes, ciertamente, no se le han conocido jams, y sus servicios han sido manchados con ciertos excesos, o mejor dir delitos de que tengo fundamentos muy graves para creerlos, aunque no documentados. Por lo mismo considero que no podr ser til en este ejrcito, que trato de depurarlo de toda corrupcin a toda costa...Si vuestra excelencia considera que este oficial, abstenindose de su relajada conducta, puede ser til a la Patria, lo ser tan solamente en esa ciudad o en el Ejrcito de la Banda Oriental. (Salta, 26 de febrero de 1813).

El gobierno dispuso que Gemes permaneciera en Buenos Aires durante todo 1813 en el Estado Mayor. Ntese que Belgrano expres tener fundamentos graves para creer en ciertos excesos de Gemes, pero no documentos. Pareciera que el general hubiera querido sintetizar en el informe las mal intencionadas referencias que recibiera de los detractores del Oficial, de lo cual no poda dar fe. Quizs ello rest credibilidad a las imputaciones realizadas.

Cuando Belgrano afirma que las virtudes y servicios militares de Gemes no eran tantas ni de tanto valor como se ponderaban se suma al juicio de los detractores. El no poda ignorar los mritos del salteo que a partir de 1806 era ascendido por sus destacadas actuaciones, como integrante del ejrcito real primero y como soldado de la revolucin despus.

Sus expresiones se trocaron con el tiempo en valoracin, admiracin y afecto. En la carta que escribiera a Gemes luego de reasumir el mando del Ejrcito Nacional podra inferirse el arrepentimiento del prcer respecto a esta conducta: Como yo he hecho ostentacin de la amistad de Ud. en consecuencia de que haban hablado algunos de que Ud. no la tendra conmigo, as porque lo mand a Buenos Aires, como porque a Rondeau dicen que Ud. le manifest que no me admitira, seguramente se han venido a valer de m para que me empee con Ud. y yo me he gloriado de esto, conociendo que aqul ridculo concepto ya no exista. (9 de setiembre de 1816).

En 1816 Belgrano consideraba ridculo concepto lo que cuatro aos antes consider delitos, quizs sorprendido en su buena fe. Este tipo de acciones determin que por ejemplo el historiador salteo Bernardo Fras opinara que la ligereza del temperamento de Belgrano fue causa de apresuradas e injustas determinaciones.

Por su parte el Gral. Toms de Iriarte, quien lleg a Amrica integrando el grupo de oficiales encabezados por el mariscal Jos de La Serna en 1816 y dos aos ms tarde se pas al bando patriota, escribi: Entre los defectos capitales de un hombre pblico, el dejarse arrastrar de la primera impresin es uno de los ms considerables. Belgrano ofreca ese flanco y as fue engaado muchas veces por su excesiva confianza.Durante su permanencia en Buenos Aires Gemes conoci a Jos de San Martn. Cuando a raz de las derrotas de Vilcapugio y Ayohma se decidi reemplazar a Belgrano por San Martn, Gemes le ofreci sus servicios. San Martn elev un informe favorable expresando: La opinin y concepto de este oficial y sus servicios constantes por la causa me hacen interesarme a V.E a fin de que su solicitud tenga el xito que solicita. El gobierno accedi al pedido y nombr a Gemes Teniente Coronel el 7 de diciembre de 1813.

Gemes acompa a San Martn desde Buenos Aires hasta Yatasto donde ambos se reunieron con Belgrano en enero de 1814. All, segn el Dr. Martn Gabriel Figueroa Gemes, se reconciliaron Martn Gemes y Manuel Belgrano. San Martn encomend entonces a Gemes cubrir la lnea del Ro Pasaje.

Al hacerse cargo del Ejrcito San Martn dijo: Tengo la desgracia de haber tomado el mando de un ejrcito derrotado cuyos oficiales parece no han escapado de las manos del enemigo sino para prepararle la conquista del resto de las provincias. Las armas de la Patria cuyo mando se me ha confiado no podrn prosperar de aqu en adelante hasta que el ejemplo del escarmiento contenga a unos y despierte en otros la noble pasin de la gloria que es la que hace obrar prodigios de valor y fortaleza. Estos dichos, sumados a los de Pueyrredn y a las lecturas de documentos de la poca llevaron al Dr. Martn Gabriel Figueroa Gemes a sostener que la separacin de Gemes de tal Ejrcito fue un hecho glorioso para l, ya que fue vctima de la difamacin y la envidia de sus denigrados oficiales, y luego reivindicado por San Martn.

2. Correspondencia de Gemes y BelgranoSe define como correspondencia el acto de corresponder. El conjunto de cartas que se escribieron Gemes y Belgrano, adems de constituir documentos de alto valor confidencial e histrico, expresa lo que literalmente significa la palabra corresponder: pagar con igualdad afectos, beneficios o agasajos. Amarse recprocamente.

En la obra Gemes Documentado se registran 129 cartas que Belgrano dirigiera a Gemes y ste 14 a Belgrano. La diferencia numrica de las piezas sugiere que muchas de las cartas que escribiera Gemes no han sido recuperadas. Gemes era entonces gobernador de la Intendencia de Salta y comandante general de sus fuerzas. Belgrano era Jefe del Ejrcito Auxiliar del Alto Per acantonado en Tucumn.

La primera carta que se conoce que Manuel Belgrano escribi a Gemes es del 3 de agosto de 1816 y fue escrita en Tucumn. La ltima fue redactada en Pilar, el 10 de setiembre de 1819. En un mismo mes Belgrano dirigi a Gemes numerosas cartas. Por ejemplo: desde Tucumn, en agosto de 1816, le envi siete cartas (fechadas el 3, 8, 13, dos el da 18, 21 y 26). En 1819 le escribi solamente once. Su lectura nos enriquece al revelarnos su encuentro espiritual y sus vivencias. Por ellas se conocen tcticas y estrategias militares, sucesos, personajes de la poca, recursos, penurias, enfermedades, tratamientos, etc.

En la primera carta que se conserva, Belgrano escribe a Gemes: Mi estimado paisano y amigo: El Congreso me ha pasado una representacin de usted y otra del Marqus para auxilios. En cuanto al dinero que usted solicita, dispondr inmediatamente y en cuanto a los caballos se harn las ms vivas diligencias para obtenerlos, lo que me parece difcil es que estn gordos en la estacin presente como Ud. sabe; pero no quedar por falta de encargo, y presenciar lo que se mande. El pensamiento de Ud. es excelente; conviene animar la moral del soldado con pequeas victorias y creo que tal vez pueda tener Ud. una que le llene de gloria y no menos restituya el concepto a nuestras armas que por desgracia est muy abatido. En esta carta, de carcter militar, hay dos palabras significativas para la presente evocacin: estimadoyamigo. Posteriormente las expresiones de afecto se van intensificando, como lo demuestran las siguientes transcripciones:

Mi amigo y compaero querido: antes de anoche lleg Redhead y tengo mis buenos momentos con l. Me ro, me alegro, me entristezco, me incomodo; en una palabra mi alma recibe todas las impresiones que producen los asuntos que nos entretienen, todos, todos de patria y de Salta en particular... Tucumn, 18 de febrero de 1817.

No se canse Ud. de querer a su Manuel Belgrano. Tucumn, 3 de marzo de 1817.

...Adis, compaero querido, mande Ud. a su Manuel Belgrano. Tucumn, 10 de marzo de 1817.

...Corresponda Ud. a la amistad de su siempre Manuel. Tucumn, 18 de marzo de 1817.

Compaero y amigo muy querido: siento que est Ud. enfermo; no es extrao, Ud. no se cuida y al cabo se paga el mal trato que da uno a su cuerpo. Crese Ud. y pngase bueno que nos resta mucho que trabajar.... Tucumn, 10 de Julio de 1817.

Tenga Ud. presente en todas circunstancias que es su amigo: Manuel Belgrano. Ranchos, 18 de marzo de 1819.

Contino con alivio y siempre dispuesto a servir a Ud. con toda la amistad que le profeso. Papagayos, 7 de Junio de 1819.

Desde Salta, Gemes corresponde a estas expresiones:

El 27 de noviembre de 1817 le dice:Sin poderlo remediar, he molestado a usted demasiado, pero merece toda disculpa su ms apasionado compaero y constante amigo.

El 19 de diciembre de 1818 le escribe una carta que comienza diciendo: Mi mejor amigo y compaero... y finaliza: Cunteme Ud. siempre su verdadero amigo. El 4 de Junio de 1819: ...Siempre es y ser de Ud. amigo y compaero que lo ama.

En varias cartas los prceres tratan el tema amistad con una maravillosa autenticidad. El 8 de agosto de 1816 Belgrano escriba a Gemes: ...me basta la buena voluntad de Ud. y su disposicin y me complacen sus protestas de amistad, que nunca la hallar desmentida en m, porque tengo por principio no dejar de ser amigo de aquel a quien una vez d se ttulo.... Amigo y compaero por lo que hay de ms sagrado en la amistad, suplico a Ud. que le quite mi apellido a la partida a quien se lo ha dado Por qu quiere Ud. que se me aumente el nmero de enemigos? Yo dir que Ud. no me quiere si lo conserva y espero deber a su favor condescienda a mi splica. Tucumn, 26 de diciembre de 1817. (En aquella poca se acostumbraba dar nombre a las partidas que tenan asignada alguna misin militar. Fueron famosas por ejemplo: la Generala, la Coronela, etc. Del pedido del general se deduce que Gemes habra denominado La Belgrano a una partida gaucha.)

En 1817 naci en Salta el primer hijo del Gral. Martn Gemes y su esposa, Carmen Puch. Anoticiado Belgrano de tal suceso, escribi: Sea mil veces en horabuena, mi amigo y compaero querido: felicito a Ud., a la seora doa Carmencita y a ambas familias por el nuevo Martincito; celebrar que siga bueno, como igualmente su mam, a quien tendr Ud. la bondad de hacerle presente mi complacencia por el feliz xito, y por haber dado un hombrecito a la patria que herede las virtudes del padre y el amor de tan digna madre.Esta carta finaliza con una pregunta: Aqu ha corrido la especie de una alarma que tuvo Ud. una noche Qu hay en el particular? Ud. cuente siempre con su fiel amigo. M Belgrano. Tucumn, 18 de setiembre de 1817. Esta especie de alarma que menciona Belgrano estuvo motivada por un intento de asesinato que padeciera el Gral. Gemes en Salta.Estas breves frases y prrafos bastaran para probar que la relacin que uni a los generales Manuel Belgrano y Martn Gemes super el mbito militar. El anlisis del todo que integran demuestra que entre ambos prceres hubo una slida e inquebrantable amistad.

3. La trascendencia de una cartaEl 6 de noviembre de 1816, desde Huacalera, Gemes deca a Belgrano: Mi amigo y compaero de todos mis afectos: Hace Ud. muy bien de rerse de los doctores, sus vocingleras se las lleva el viento, porque en todas partes tiene fijado su buen nombre y opinin. Por lo que respecta a m, se me da el menor cuidado, el tiempo har conocer a mis conciudadanos, que mis afanes y desvelos en servicio de la Patria no tienen ms objeto que el bien general; crame mi buen amigo que ste es el nico principio que me dirige, y, en esta inteligencia, no hago caso de todos esos malvados que tratan de dividirnos; Gemes es honrado, se franquea con Ud. con sinceridad. Es un verdadero amigo y lo ser ms all del sepulcro y se lisonjea de tener por amigo a un hombre tan virtuoso como Ud. As pues trabajemos con empeo y tesn, que si las generaciones presentes nos son ingratas, las futuras venerarn nuestra memoria que es la nica recompensa que deben esperar los patriotas desinteresados. Dejemos a esta gavilla de ambiciosos que revolotean en nuestra revolucin, que si ellos logran algunas ventajas en sus proyectos, la idea de sus crmenes y delitos, los tendrn siempre agitados y llenos de descontento hasta que el Ser vengador que existe en los Cielos acabe con esas existencias perversas.El 18 de noviembre de 1816 Belgrano contestaba a Gemes: Me honra Ud. demasiado con el adjetivo virtuoso; no lo crea Ud., no lo soy; me falta mucho para eso; tengo s buenas intenciones y sinceridad y cuando me digo amigo y conozco mritos en el sujeto, lo soy y lo ser siempre, como lo soy de Ud, porque estoy al cabo de sus incomodidades, desvelos y fatigas por la empresa en que estamos, sin embargo de que me han querido persuadir de lo contrario, no los doctores sino una lengua maledicente que Ud. conoce, para quien nada hay bueno; que en cuanto vino de sa me hizo la pintura ms horrenda, que a no conocerlo yo, como lo conozco tiempo ha, me habra causado mucho disgusto....Gemes, desnudando su alma y sus elevados sentimientos escribe a Belgrano: Gemes es honrado, se franquea con Ud. con sinceridad. Es un verdadero amigo y lo ser ms all del sepulcro. Emocionantes y conmovedoras palabras... Con el tiempo se cumpli lo que Gemes sentenciara en esta carta: ...si las generaciones presentes nos son ingratas, las futuras venerarn nuestra memoria....4. La constante amenazaDurante todo el perodo en que se registra la correspondencia entre Belgrano y Gemes, las Provincias que hoy constituyen el portal Norte de nuestra Patria, Salta y Jujuy, permanecieron en estado de vigilia ya que el pas viva momentos cruciales.

Por un lado, los ejrcitos realistas estaban concentrados en el Per y el Alto Per con objetivos claros: llegar a Buenos Aires, someter al gobierno central y recuperar para la corona el dominio del ex Virreynato. Por otro lado, el Ejrcito Patriota (al mando de Jos Rondeau desde Julio de 1814) se encontraba en psimas condiciones: escaso de armas, municiones, provisiones y desmoralizado.

El 3 de mayo de 1816 fue designado Director Supremo Juan Martn de Pueyrredn. Este, luego de revistar el Ejrcito Auxiliar que se encontraba en Jujuy, orden a Rondeau retroceder hasta Tucumn para reorganizarlo y dio a Gemes la misin de defender la integridad de las Provincias y la seguridad de se Ejrcito. A partir de entonces (Junio de 1816) sus tropas asumieron el rango de Ejrcito al servicio de las Provincias Unidas.

Al decidir esto Pueyrredn consider que Gemes, que haba derrotado a las tropas de Joaqun de la Pezuela (Tuscal de Velarde, 1814 y Puesto del Marqus, 1815) poda contener a las fuerzas espaolas impidiendo su avance. Pero la orden no fue acompaada por los recursos necesarios. Martn Gemes, gobernador de la Intendencia de Salta desde Mayo de 1815 y Comandante General de Avanzadas (cargo dado por San Martn en 1814) se vio obligado a adoptar medidas que afectaron a estancieros y comerciantes, resintiendo la economa de la otrora esplendente Intendencia y dividiendo a la sociedad en Gemistas y Antigemistas. Entre esas medidas estaban la prohibicin del comercio con el Alto Per (que favoreca a los realistas que se abastecan de mulas en territorio salteo); la eximicin del pago de arriendos a los gauchos que estaban al servicio de la Patria (estos pagan con su sangre, deca Martn Gemes); la institucin e incremento del tipo y monto de contribuciones obligatorias, etc.

La crtica situacin en que se encontraba el Ejrcito Nacional cuando en 1816 Belgrano asumi el mando, queda descripta por su pluma en las siguientes palabras: Yo estoy decidido a no mover el Ejrcito mientras no se halle en estado de imponer por su subordinacin, por su disciplina y por su nmero para que halla como aprovecharse de la victoria o resarcir prdidas si las hubiere, y eso instantneamente. He pensado seguir el sistema de Fabio y nada me importar que griten los que ya quieren ver al enemigo fuera, sin hacerse cargo de nuestro estado. Belgrano, 26 de agosto de 1.816.

Los salto jujeos soportaron todo el peso de los avances de los experimentados, bien equipados y pagados ejrcitos enviados por Espaa. Estos pueblos fueron arrasados pero cumplieron con el objetivo: no permitir que el invasor llegara a Buenos Aires. Desde 1814 hasta 1821 las tropas de Gemes resistieron y expulsaron nueve invasiones. Las ms violentas se produjeron mientras San Martn libertaba Chile y preparaba la expedicin al Per.

En 1817 Jos de la Serna, al frente de 5.500 profesionales de la guerra desbast la Intendencia de Salta pero se vio obligado a retirarse ante el asedio y ataque por sorpresa de las milicias gauchas. El mismo ao estas milicias rechazaron el intento de Pedro de Olaeta; en 1819 impidieron el avance de Jos Canterac y en Junio de 1820 derrotaron un ejrcito de 6.500 hombres comandados por Juan Ramrez de Orozco. Jos de La Serna haba desembarcado en Arica en setiembre de 1816 y se haba propuesto ocupar Buenos Aires en mayo de 1817. Con el poderoso ejrcito organizado avanz sobre Jujuy y Salta, donde fue sitiado. Veinte das despus de invadir la ciudad se vio obligado a emprender una dramtica retirada, siendo permanentemente acosado por las tropas de Gemes.

Los invasores perdieron casi 4000 hombres (entre muertos, pasados y prisioneros); centenares de caballos, mulas, municiones y pertrechos. Regresaron al punto de partida en dramticas condiciones y el ansia de venganza posibilit su reorganizacin y nuevos avances. Si Gemes hubiera tenido los caballos que reclamaba, los vencidos no hubieran escapado y la larga y cruel lucha por nuestra Independencia hubiera finalizado antes.

Desde Tucumn Manuel Belgrano testimoniaba la labor de Martn Gemes. Luego del heroico triunfo sobre el temible Ejrcito de La Serna, que se retir humillado el mismo mes que haba prometido tomar Buenos Aires, Belgrano solicit el ascenso de Gemes al grado de Coronel Mayor, condecoraciones para l, sus oficiales y tropa y una pensin vitalicia para su primognito.

El ascenso y la pensin fueron concedidos. La condecoracin fue diseada por Belgrano y aprobada por el gobierno pero nunca se materializ debido a la cantidad que deba entregarse, (6.610) a la renuncia de Pueyrredn al cargo de Director Supremo y a la falta de recursos para solventarla.

Insistentemente Gemes solicitaba a Belgrano y a Pueyrredn armamentos, vveres y ganado, para continuar defendiendo a las Provincias Unidas. Al no ser atendidas sus necesidades qued abandonado a su propia suerte. El solo, extremando el sacrificio de su pueblo defendi la libertad de la Nacin. Su soledad, respecto al resto del pas que poda dedicarse a otras actividades porque Gemes contena a los realistas, determin que cuantas veces el ejrcito real fuera repelido, sus despojos regresaran al Per.

Tras la expulsin de La Serna, Salta se encontraba en una desesperante situacin. En oficio al Director Supremo el Cabildo de la Intendencia escriba: El inters en contener al ejrcito enemigo en estos baluartes es comn e importantsimo a todas las Provincias Unidas; espera el celo enrgico de V. E. los exhorte, incite y ordene, usando de sus altas facultades, que a proporcin inmediatamente nos auxilien.... En otro prrafo expresaba: Salta est aniquilada; en conflictos tan graves que a V. E., que dignamente sirve la supremaca del gobierno, corresponde sin perder momentos deparar el remedio. El oficio concluye: Este pueblo sufrir dos meses el gravamen de esta contribucin forzosa, sobre tantas que han precedido; si en lo sucesivo nuestros hermanos no nos auxilian mensualmente a proporcin de la opulencia de sus provincias, nos veremos con el mayor dolor compelidos a abandonarlo al furor de los tiranos y buscar albergue, como las fieras, entre las selvas, bosques, montes o cerros. (27 de setiembre de 1817). El mismo da Gemes escriba a Belgrano diciendo: No puedo por ms tiempo disimular las urgentsimas necesidades que afligen a esta Provincia. El estado actual de su fortuna no me presenta ms que un semblante de miserias, lgrimas y agona. La Nacin sabe cuntos y cun grandes sacrificios tiene hechos la provincia de Salta en defensa de su idolatrada libertad y debe saber que se halla siempre dispuesta a otros mayores. Que a costa de fatigas y de sangre ha logrado que los dems pueblos hermanos conserven el precio de su seguridad y sosiego; pues en premio de tanto herosmo exige la gratitud que emulados de unos sentimientos patriticos contribuyan con sus auxilios a remediar su afliccin y su miseria. Confieso seor excelentsimo que si no me proporcionan de cinco a seis mil caballos y diez mil cartuchos no podr empearme en una defensa vigorosa ni responder de la provincia. Si las victorias adquiridas sobre las armas de nuestros opresores cambian su fortuna, jams podr la Nacin enrostrarme el menor cargo. Gemes. Salta, 27 de setiembre de 1817.

Belgrano remiti el oficio de Gemes a Pueyrredn, quien respondi el 28 de noviembre de 1817: ...decidida la Superioridad a socorrer en cuanto pueda a aqulla benemrita provincia, espera le ilustre V. E. con ms extensin sobre el modo, oportunidad e inoportunidad del momento y calidad de auxilios que hayan de remitirse procurando reducir todo lo posible las cantidades solicitadas.Mientras los escritos iban y venan el Gral. Pedro Antonio de Olaeta tomaba Humahuaca. Luego continu su avance hacia Jujuy, de donde se vio obligado a replegarse a fines de enero de 1818, debido al hostigamiento de las tropas Gemistas. Gemes y Belgrano vivan la misma angustia: la falta de recursos y sensibilidad de quienes se desentendieron de una guerra que se peleaba por todos. Las cartas y oficios son importantes documentos que ayudan a comprender la difcil situacin que enfrentaban.

En los escritos se aprecia que a la permanente amenaza del enemigo externo; la apata del pudiente y a la falta de auxilios de las dems Provincias, se sumaba la grave sequa que azotaba la regin. La falta de lluvia pareca aliarse a la pobreza general en que se encontraban los sufridos habitantes, incrementando la angustia ante el riesgo de mortandad de animales y prdida de cosechas.

Amigo y compaero mo: los tales movimientos del enemigo, la seca y el un mil millones de cosas han trastornado, por ahora, mis planes; pero si bajase esa canalla, no hay remedio, voy a batirlos; pues estoy cansado de vivir en apuros e incomodidades perpetuas, rodeado de necesidades y disgustos por todas partes... deca Manuel Belgrano desde Tucumn el 26 de Noviembre de 1817.

Belgrano expone nuevamente la dramtica situacin el 3 de febrero de 1818: Compaero y amigo mo: Qu circunstancias tan tristes en las que estamos, para poder hacer uso de mi genio! El egosmo ha ocupado el lugar del patriotismo y aqul slo es dable vencerlo con el dinero; ste no lo hay a qu pues apelaremos? cmo remediaremos esta falta de caballos? Aqu sigue la tremenda seca y no menos la de los corazones; sin embargo, voy a enviar a Ud. los nicos restos de la caballada que en nmero de ochocientos me enviaron de Crdoba, de los que remit a Ud. el ao anterior trescientos. En otro prrafo de la misma carta Belgrano dice a Gemes: Compaero Ud. no necesita para m de rodearse ni de luces, ni de sombras, mi corazn es franco, soy su amigo lo veo destinado al objeto comn y est cierto que lo que tuviere le he de dar. Est visto que los enemigos deliran; djelos Ud. andar subiendo y bajando; ellos pierden siempre, como Ud. me dice y ms han de perder, cuando llegue la tremenda. Slo esperamos los buques que ya no han de tardar mucho; los ver Ud. temblar cuando se aparezca nuestra bandera bien sostenida, en el Pacfico. (Tucumn, 3 de febrero de 1818).

Cuando Belgrano expresa: los ver Ud. temblar cuando se aparezca nuestra bandera bien sostenida, en el Pacfico, se refiere al desembarco del Gral. Jos de San Martn en las costas peruanas, segn el Plan libertador del que los tres prceres participaban.

La falta de recursos oblig a Gemes a hipotecar sus propios bienes. El 27 de junio de 1818 informaba a Belgrano que iniciaba la marcha a Jujuy y que debido a la miseria haba solicitado un prstamo por cuya garanta de pago pona sus bienes y fincas. En el oficio que redactaba a fin de que Belgrano informara al Director Supremo dice: Es tan apurante la necesidad de presentarme frente de la vanguardia con las tropas de que he dado parte a V. E. vesta con este fin, que hubiera querido anticipar los momentos de mi marcha. Escaso de todo auxilio para esta importante expedicin, he premeditado algn tiempo el medio menos gravoso a un vecindario agobiado ya, con los repetidos sacrificios que en obsequio de la causa de nuestra independencia ha sufrido y sufre; y el nico ha sido, el pedir a este comercio dos mil pesos, hipotecando en seguro de ellos, caso que a letra vista no sea abonada por el excelentsimo seor Supremo Director del estado, la libranza que he girado a favor de don Jos Joaqun de Bedoya, las fincas de mi propiedad, cierto de que V. E. interpondr sus respetos a la acreencia de tan digna mira. Dios guarde a V. E.... Belgrano elev el oficio a Pueyrredn el 3 de Julio de 1818 expresando en un prrafo: ... l suplica su abono en los trminos que del mismo oficio resulta. La superioridad de V.E. resolver lo que estime ms conveniente. Parece ser que el Estado no abon este ni otros prstamos ya que Gemes perdi la mayora de sus bienes.

5. Un vnculo a prueba de demoniosGemes y Belgrano, por enarbolar los principios de amor y defensa de la libertad de nuestra Patria, fueron destinatarios de numerosas intrigas y traiciones. En sus escritos los prceres describen los sentimientos que generaban las actividades de sus enemigos internos. Gemes los llamaba gavilla de ambiciosos y adverta que sus crmenes y delitos los mantendran agitados y descontentos hasta el fin de sus das.

En el caso de Gemes incluso- se atent contra su vida en varias oportunidades. La ltima traicin lo llev a la tumba, el 17 de junio de 1821, un ao despus de la partida de su querido amigo Manuel.

En 1817 un hecho puntual pone a prueba la sinceridad y franqueza de los prceres. A fines de noviembre el Gral. Martn Miguel de Gemes fue informado que un oficial de apellido Madrid, enviado por Belgrano con una partida al noreste de Salta, haba recibido cartas que lo incriminaban como autor de rdenes y documentos apcrifos. Gemes saba que sus rivales continuamente sembraban la confusin por distintos medios pero no aceptaba que el mencionado jefe hubiere credo, injusta y ligeramente, lo que recibi.

La carta en la que informa tal circunstancia a Belgrano es la ms extensa de las que se conservan. La comenz disculpndose por las incomodidades y dolores de cabeza que generara en Belgrano su lectura. En algunos prrafos dice: ...Halla Ud. en su conciencia, el ms leve rastro o indicio en que se apoye tan horrorosa falsedad? Es ste el pago que da a mis servicios? Vlgame Dios, compaero amado; estoy fuera de m y no s qu partido tomar... Qu monstruo ha abortado este infernal bostezo? No nos cansemos compaero mo. Esta es la peor y ms sangrienta guerra que nos devora. No merecemos ser libres: confesmoslo sin rubor. Esta es la prisin de jujeos por Belgrano, que dicen los enemigos en su proclama. Esta es la ocurrencia que hizo variar nuestros planes, y esta es la nica esperanza que tienen aquellos para sojuzgarnos: la guerra intestina; porque conocen nuestra debilidad y porque saben que no castigamos los delitos, ni premiamos la virtud. No me niegue Ud. que somos tanto o ms brbaros que ellos... Gemes finaliza la carta diciendo: Sin poderlo remediar, he molestado a Ud. demasiado, pero merece toda disculpa su ms apasionado compaero y constante amigo. Martn Gemes. Salta, 27 de noviembre de 1817.

El 3 de diciembre de 1817 Belgrano le responde: ...Ahora quiero yo quejarme de Ud. con Ud. mismo. Con qu razn, o por qu me ofende Ud. dicindome parece que se desconfa de m? No sea Ud. injusto compaero mo con su mejor amigo: la retirada de Madrid no proviene de un chisme, ni de demonio alguno que no tiene entrada conmigo; proviene de que no tengo caballos ni mulas que enviarle, de que las espadas no estn concluidas, de que no hay cmo enviarle sobre doscientas monturas que necesita, de la falta de armamento de que se me queja y de la escasez de numerario en que me veo... Persudase Ud. de que hablo con franqueza y le he de hablar siempre aunque Ud. no me quiera or, debe Ud. haberlo visto en mi correspondencia. Lo que hiciere mal, segn mi concepto, valga lo que valiere, se lo he de decir, no slo por la causa comn sino porque tengo inters en que Ud. salga con honor y brillo; yo he procurado dar a Ud. opinin en todas las provincias y fuera de ellas y es visto que me he comprometido a favor de Ud. porque lo he credo de justicia. Acurdese Ud. de lo que le dije en el balcn del cuarto de Gurruchaga de lo que se deca sobre nuestras conferencias que todos ignoraban, y, a decir verdad, las ignoran, menos el Supremo Director que es amigo nuestro. Yo no creo que Ud. trate de engaarme, ni yo creo que Ud. se piense que yo trato de engaarlo: fuera de nosotros desconfianzas mutuas; la amistad que nos profesamos no puede reinar as. Mi corazn es franco y no puede ocultar sus sentimientos: amo adems la sinceridad y no podra vivir en medio de la trapacera que sera precisa para conservar un engao; slo a las pobres mujeres he mentido dicindoles que las quiero, no habiendo entregado a ninguna, jams, mi corazn. Cabe destacar que sta es la nica carta en la que Belgrano menciona su relacin con las mujeres confesando que slo a ellas ha engaado, brindando un nuevo elemento para el anlisis de su vnculo con Gemes.

El 18 de diciembre del mismo ao y sobre la misma intriga Belgrano escriba a Gemes: Compaero y amigo querido: Madrid lleg despus de infinitos trabajos en sus marchas. Lo primero que trat de indagar fue el origen de sus desconfianzas con un fiel servidor de la nacin y adems amigo mo, y slo he sacado en limpio las voces de la vulgaridad y que no haba quin no hablase de que se intentaba contra la divisin; pero que aunque l no daba crdito, como era regular, tom las precauciones de seguridad que crey propias de su obligacin. De todo deduzco que los mal intencionados, los infinitos que andan esparcidos y en ejercicio de la chismografa para indisponer a unos y otros, y que la unin que existe entre nosotros se rompa esparcieron esas voces, y que no hubo sindresis para discernir y por consiguiente despreciar voces vagas e insignificantes; bien puede pesarle a todos los demonios, pero en m no tendrn jams cabida. El hecho reseado fue un nuevo intento para enfrentar a Belgrano y Gemes, sus autores se desconocen. Gemes expuso la situacin a Belgrano sin ocultar su impotencia, confusin y dolor. Belgrano, por su parte, sinti afectada su sinceridad y as lo expres: ...quiero quejarme de Ud. con Ud. mismo.... Siente injustas y desconfiadas las palabras de Gemes y le aclara vehementemente la situacin por la cual orden el regreso de Madrid a Tucumn.

Otro intento de enemistar a los prceres se registra en junio de 1818. Esta vez Gemes se lo informa a Pueyrredn, amigo de ambos. El 3 de setiembre de 1818, desde Buenos Aires, Pueyrredn escribe a Gemes: ...Ped en su tiempo explicaciones a Belgrano sobre el contenido de la carta fechada por Ud el 3 de Julio, vea lo que me contesta: No puedo decir a Ud. bastante cuanto he extraado la pregunta que Ud. me hace acerca de la seduccin de oficiales de nuestro Gemes y de ir a atacarlo: ambas cosas no me han pasado jams por la cabeza y Ud. mismo debe hacerme justicia en vista de mis comunicaciones desde que empec a tratar con aqul, sabiendo adems que he procurado formar la opinin en su favor por cuantos medios han estado a mis alcances, a pesar de todos los enemigos que ha tenido, como es consiguiente a cualquiera que manda. Despus de todo a qu seducir a sus oficiales? Por qu he de atacarlo? lo tengo acaso por enemigo de la patria? No soy yo quien le ha propuesto para premios como Ud. sabe? No soy yo el que a virtud de las rdenes de Ud. le he franqueado cuanto ha necesitado? No soy yo el que le he dado pruebas de una sincera amistad, demostrndosela de un modo positivo hasta enviarle cuanto ha necesitado, pidindomelo y no pidiendo, sin expreso aviso de usted?. Pero es cansarse en vano tratar de esta materia que la veo fundada en la multitud de chismes de los incendiarios: estoy cierto de que el mismo Gemes har mi apologa en este asunto. Protesto a Ud. que no conozco a sus oficiales y que con ninguno tengo correspondencia; si me han escrito les habr contestado en las materias que me hubiesen tratado; pero nadie me ha hablado en contra de l, ni yo lo habra consentido. Es posible que haya quien piense que soy capaz de mover las armas segn mi antojo y ms contra un hombre a quien yo mismo elogio y a quien le he dicho que estoy para sostener el orden? Cosas de chismografa: dejmonos de esto y crea Ud. que Belgrano est con juicio: as no me lo quitar la falta de plata con que no puedo atender a Salta, ni a nosotros! (Tucumn, 18 de agosto de 1818). Los prrafos transcriptos son contundentes: ningn demonio, ninguna intriga, quebrara la firme amistad que se profesaban los envidiados hroes.

6. La amistad y una preocupacin comn: La saludLa amistad que Gemes y Belgrano se profesaban fue aparejada a una constante preocupacin por la salud del otro. Ambos padecan trastornos digestivos, respiratorios y articulares. El Dr. Armando Prez de Nucci analiz desde el punto de vista mdico la correspondencia de los prceres concluyendo que en ella se mencionan enfermedades y padecimientos, advirtiendo que Belgrano tena cierta preocupacin y conocimientos de diversas afecciones, permitindose a veces recetar a distancia.

En una oportunidad Belgrano haba escrito a Gemes. Compaero y amigo querido: Ud. no se cuida, cree que su cuerpo es de bronce y se equivoca; no se debe usted a s solo, sino a su mujer, hijo y lo que es ms, a la Patria y esto debe empearlo a tomar precauciones que lo liberten de esos ataques furibundos. S que est Ud. aliviado, quiera Dios que contine en buena salud como lo deseo... (Tucumn, 3 de octubre de 1817).

El 10 de octubre del mismo ao Belgrano le deca: Por aquello de poeta, mdico y loco, todos tenemos un poco, vaya mi receta para el clico bilioso; lo padec un verano entero desde las 10 de la maana hasta las 5 de la tarde y no tomaba ms alimentos que agua de agraz helada y helados de agraz. Ud. felizmente no necesitar de tanto pues que ya se ha aliviado; pero a precaucin, un vasito de helado de se cido o de naranja o limn, todas las noches, despus de hecha la coccin y ver Ud. qu tono toma su estmago y cmo se robustece. Tucumn, 10 de octubre de 1817.

El Dr. Prez de Nucci expresa: Para avalar la teora de que Gemes padeca una dispepsia que estimo de probable origen biliar, se toman como referencia las continuas recomendaciones de Belgrano, sobre todo aquella en la que recomienda dieta y reposo, sin olvidar la mencin directa al clico bilioso.La ltima carta que Belgrano escribi a Gemes fue fechada en Pilar el 10/9/19. En ella expresaba: Mi compaero y amigo: voy a marchar dentro de dos das para el Tucumn a ponerme en formal curacin hasta recuperar mi perfecto restablecimiento y ponerme en aptitud de trabajar, para concluir a los enemigos que nos amenazan, en unin de todos los que desean ver libre el pas. Mis males siempre siguen, aunque hace tres das que he podido suspender los vmitos con el cuidado y auxilio de los medicamentos administrados por el profesor Berdia. De todos modos es su constante amigo. Manuel Belgrano. El mismo mes Belgrano, ya gravemente enfermo, solicit la presencia del Dr. Jos Redhead, quien viva en Salta y atenda al Gral. Gemes. Gemes actu inmediatamente posibilitando el traslado del mdico. Feliciano de la Mota Botello, quien por entonces gobernaba Tucumn, escribi a Gemes que el Gral. Belgrano estaba reconocido por el envo del mdico y que haba hecho cuanto pudo por su alivio.

Cabe recordar que Bernab Aroz gobernaba Tucumn cuando Belgrano se hizo cargo del Ejrcito, en 1816. En su condicin de gobernante obstaculizaba permanentemente el auxilio que necesitaban las tropas. Como consecuencia de ello, el general solicit reiteradamente a Juan Martn de Pueyrredn la remocin de Aroz. En setiembre de 1817 insisti expresando que si no se tomaba dicha medida l se vera obligado a retirarse del Ejrcito. Aroz fue destituido y reemplazado por Feliciano de la Mota Botello, teniente gobernador de Catamarca.

En noviembre de 1819 slo quedaba en Tucumn parte del Ejrcito Auxiliar, el resto haba marchado hacia el centro del pas por orden del Director. En esas circunstancias Abraham Gonzlez y Bernab Aroz provocaron una revolucin mediante la cual fue depuesto Motta Botello, asumiendo el cargo Aroz.

El Gral. Belgrano haba renunciado por razones de salud al mando del Ejrcito. Cuando se produjo la revolucin se encontraba de visita en Tucumn. Gonzlez, lugarteniente de Aroz, encarcel y engrill al prcer. El Dr. Redhead logr que se lo eximiera de tal tortura, por su jerarqua y estado de salud.

Al conocer tan ingrata noticia, Martn Gemes ofreci asilo a Belgrano para salvaguardar su persona y aliviar su enfermedad. El prcer agradeci el gesto y se dirigi a Buenos Aires asistido por el mdico escocs. Vanos fueron los intentos del Dr. Redhead, Belgrano parti hacia la eternidad el 20 de junio de 1820, ocasionando un gran dolor en el corazn a su amigo. Simultneamente Gemes era nombrado por San Martn, General en Jefe del Ejrcito de Observacin sobre el Per, quedando sin el respaldo afectivo de su camarada.

7. La eternidad como lugar para el reencuentroUna prueba ms de los infames sentimientos que generaba la relacin entre los prceres la brinda el Dr. Jos Redhead, mdico y amigo de ambos, quien escribi a Gemes: Belgrano, al cabo, en medio de su talento, era el hombre ms sencillo que he conocido. Lo engaaban como a un nio y no ignoro las maquinaciones que hubo en Tucumn y aqu para impedir una amistad estrecha entre usted y l. (Buenos Aires, 7 de noviembre de 1820).

En esta carta Redhead dio un nuevo testimonio de la amistad que uni a Gemes y Belgrano. Uno de los personajes a quien molestaba esta relacin fue el ambicioso Bernab Aroz. Aroz provocara al ao siguiente una grave crisis al invadir Santiago del Estero para impedir que llegaran a Salta los auxilios necesarios para que Gemes pudiera marchar hacia el Alto Per en apoyo de San Martn.

El gobernador de Santiago del Estero, Felipe Ibarra, comunic a Gemes el 23 de enero de 1821 que procuraba armarse para defender su Provincia del ataque de Bernab Aroz agregando: Este acontecimiento inesperado es el origen de no poder a V. S. remitirle el dinero de los azogues ni de dar curso a su venta. Este gobierno... reclama de V. S. los ms vivos y eficaces auxilios para destruir este tirano que sin ms atencin que su ambicin frustra todos los auxilios que poda remitrsele al ejrcito de su mando, para el progreso rpido de la Nacin.Ante la situacin, el Cabildo convoc a representantes de Salta y Jujuy a una Asamblea en la que se decidi declarar la guerra al gobernador de Tucumn. En consecuencia las tropas Gemistas marcharon hacia se territorio. En medio del conflicto se produjo una revolucin interna en Salta, liderada por comerciantes y antigemistas, que derroc a Gemes y lo conden al destierro. La revolucin fracas. Al regresar Gemes a la ciudad los revolucionarios huyeron unos a buscar el amparo del Gral. Olaeta que nuevamente invada las Provincias Unidas aprovechando la disputa y otros hacia Tucumn.

Los que huyeron hacia el Alto Per se aliaron con los realistas y el 7 de junio de 1821 lograron sorprender a Gemes, hirindolo. Diez das despus el general ingresaba en la eternidad. All se reencontr con el amigo de quien tanto anhelaron separar. Martn Miguel de Gemes tena entonces 36 aos, 3 pequeos hijos y una esposa que fue a reunirse con l diez meses ms tarde.

Palabras finalesLa enseanza de la historia suele presentar episodios fragmentados lo que dificulta la comprensin integral de personajes, sucesos y el contexto socio poltico y econmico. La ruptura de vnculos, que atenta contra la compresin, me estimul a abordar un aspecto tan preciado como poco difundido en las pginas de nuestros libros: la amistad entre dos prceres.

Procur mantenerme en los lmites de se ttulo pero pronto comprend que no podra, especialmente al analizar las cartas. Cada una de ellas me permiti descubrir el compendio que Gemes y Belgrano realizaron del momento histrico que vivieron. Con sus alegras, angustias, dificultades, logros, consultas, recomendaciones, etc.

Llevo tiempo pregonando el noble sentimiento que uni a los prceres, pero slo ahora puedo apreciarlo en profundidad. Al tratar de sistematizarlo una fuente me fue llevando a otra, ampliando el objetivo. Mientras avanzaba ms contrastaba la oscura sancin de 1812 con cada carta que lea. Tanto que en un momento llegu a preguntarme: cmo pudieron consolidar una amistad sobre tal base?. Y la respuesta me la dio la integridad y grandeza de sus corazones que les permiti perdonarse mutuamente quizs sin que ninguno se lo pidiera al otro. Desde lo humano esta es una gran enseanza que nos legaron. Desde lo militar es una prueba de virtudes. Por parte de Belgrano, el reconocer su error y por parte de Gemes aceptar y comprender este reconocimiento.

La normativa interna de una institucin verticalista como lo es el Ejrcito obstaculiza la superacin del resentimiento que genera en el subordinado una sancin arbitraria (Gemes consider que su traslado era un confinamiento que degradaba su honor y distinguidos servicios). En el Superior, las prerrogativas y el ejercicio del mando se refuerzan cuando se adopta una medida disciplinaria que se cree justa (Belgrano haba informado que los delitos haban manchado los servicios de Gemes y que slo abstenindose de su relajada conducta podra ser til a la Patria pero no en el ejrcito bajo su jefatura).

Por otra parte, son excepcionales los reclamos a una sancin y tambin la resolucin favorable de estos. Cuando Gemes recurs la medida, Belgrano la fundament y el Gobierno la mantuvo. Aos ms tarde la situacin fue superada y relegada al olvido. Es posible que del vnculo entre ambos prevalezca como ms difundido y como ejemplo de rectitud de Belgrano la sancin impuesta y no la unin que lo estrechara a Gemes durante aos por el mismo objetivo: la libertad.

Quizs las 129 cartas que Belgrano le escribiera a su subordinado, compaero y amigo sean ignoradas por la mayor parte de esta Nacin, cada vez ms alejada de la memoria y de la gratitud diaria hacia quienes la forjaron. Por eso estas pginas, motivadas por las palabras con las que Gemes sell sus sentimientos diciendo a Belgrano que sera su amigo hasta ms all del sepulcropretenden constituir un homenaje. Hoy que ambos estn contemplando esta dolida Patria que apenas los recuerda sean estas pginas una clarinada para exaltar su gloria.

FUENTES CONSULTADAS

BIBLIOGRAFA

CLARN: Manuel Belgrano. Cartas, ancdotas y testimonios. Buenos Aires, 2.002INSTITUTO NACIONAL BELGRANIANO: Vida del Creador de la Bandera Argentina. Buenos Aires, 1995.INSTITUTO GEMESIANO DE SALTA: Boletines N 7, 8, 9, 12 y 21. Salta, aos 1982 a 1996.

COLMENARES, Luis Oscar: Martn Gemes. El hroe mrtir. Ediciones Ciudad Argentina, 1998.FERNNDEZ, Mara Cristina: Boletn Gemesiano Digital N 28. Buenos Aires, Junio de 2002FIGUEROA GEMES, Martn Gabriel: La Gloria de Gemes, Eudeba, agosto de 1971.-- Verdades Documentadas para la Historia de Gemes. Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 1948.GEMES, Luis: Gemes Documentado, T 5 y 6. Plus Ultra, 1980.VILARDI, Julin A.: Gemes y las once invasiones realistas por el Norte. Edit. Lito, B. Aires, 1971.

Profesora en ciencias de la educacin. Acadmica correspondiente del Instituto Gemesiano de Salta en Buenos Aires.