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Conocemos ya buena parte del reglamento del campo, que es extraordinariamente complicado. Las prohibiciones son innumerables: acercarse más de dos metros a las alambradas; dormir con la chaqueta puesta, sin calzoncillos o con el gorro puesto; usar determinados lavabos o letrinas que son nur für Kapos o nur für Reichsdeutsche (alemanes arios, políticos o criminales); no ir a la ducha los días prescritos, e ir los días no prescritos; salir del barracón con la chaqueta desabrochada o con el cuello levantado; llevar debajo de la ropa papel o paja contra el frío; lavarse si no es con el torso desnudo. Infinitos e insensatos son los ritos que hay que cumplir: cada día por la mañana hay que hacer «la cama» dejándola completamente lisa; sacudir los zuecos fangosos y repugnantes de la grasa de las máquinas, raspar de las ropas las manchas de fango (las manchas de barniz, de grasa y de herrumbre se admiten, sin embargo); por las noches hay que someterse a la revisión de los piojos ya la revisión del lavado de los pies; los sábados hay que afeitarse la cara y la cabeza, remendarse o dar a remendar los harapos; los domingos, someterse a la revisión general de la sarna, y a la revisión de los botones de la chaqueta, que tienen que ser cinco. (…) Si se va a la letrina o al lavabo hay que llevarse todo consigo, siempre y en cualquier parte, y mientras uno se lava los ojos tiene que tener el lío de la ropa bien cogido entre las rodillas: si no fuese así, en aquel preciso momento se lo robarían. Si un zapato hace daño hay que acudir por la tarde a la ceremonia del cambio de zapato: en ella se pone a prueba la pericia del individuo, que en medio de un increíble montón tiene que saber elegir con un rápido vistazo un zapato (no un par) que le esté bien, porque una vez lo ha elegido no se le permiten más cambios. Y no creáis que los zapatos, en la vida del Lager, son un factor sin importancia. La muerte empieza por los zapatos se han convertido, para la mayoría de nosotros, en auténticos instrumentos de tortura que, después de las largas horas de marcha, ocasionan dolorosas heridas las cuales fatalmente se infectan. Quien las padece está obligado a andar como si tuviese una bala en el pie (y he aquí por qué andan tan extrañamente los ejércitos de larvas que cada noche vuelven desfilando); llega a todas partes el último y por todas partes recibe golpes; no puede huir si lo persiguen; se le hinchan los pies, y cuanto más se le hinchan más insoportable le resulta el roce con la madera y la tela de los zapatos. Entonces lo único que le queda es el hospital: pero entrar en el hospital con el diagnóstico de dicke Füsse(pies hinchados) es extraordinariamente peligroso, porque es bien sabido por todos, y especialmente por los SS, que de este mal aquí es imposible curarse. Y a todo esto todavía no hemos tenido en cuenta el trabajo, que a su vez es una maraña de leyes, de tabúes y de problemas.

Campo Concentracion Texto y Actividades

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ACTIVIDADES

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  • Conocemos ya buena parte del reglamento del campo, que es extraordinariamente

    complicado. Las prohibiciones son innumerables: acercarse ms de dos metros a las

    alambradas; dormir con la chaqueta puesta, sin calzoncillos o con el gorro puesto; usar

    determinados lavabos o letrinas que son nur fr Kapos o nur fr Reichsdeutsche

    (alemanes arios, polticos o criminales); no ir a la ducha los das prescritos, e ir los das

    no prescritos; salir del barracn con la chaqueta desabrochada o con el cuello levantado;

    llevar debajo de la ropa papel o paja contra el fro; lavarse si no es con el torso desnudo.

    Infinitos e insensatos son los ritos que hay que cumplir: cada da por la maana hay

    que hacer la cama dejndola completamente lisa; sacudir los zuecos fangosos y

    repugnantes de la grasa de las mquinas, raspar de las ropas las manchas de fango (las

    manchas de barniz, de grasa y de herrumbre se admiten, sin embargo); por las noches

    hay que someterse a la revisin de los piojos ya la revisin del lavado de los pies; los

    sbados hay que afeitarse la cara y la cabeza, remendarse o dar a remendar los harapos;

    los domingos, someterse a la revisin general de la sarna, y a la revisin de los botones

    de la chaqueta, que tienen que ser cinco.

    () Si se va a la letrina o al lavabo hay que llevarse todo consigo, siempre y en cualquier parte, y mientras uno se lava los ojos tiene que tener el lo de la ropa bien

    cogido entre las rodillas: si no fuese as, en aquel preciso momento se lo robaran.

    Si un zapato hace dao hay que acudir por la tarde a la ceremonia del cambio de zapato:

    en ella se pone a prueba la pericia del individuo, que en medio de un increble montn

    tiene que saber elegir con un rpido vistazo un zapato (no un par) que le est bien,

    porque una vez lo ha elegido no se le permiten ms cambios.

    Y no creis que los zapatos, en la vida del Lager, son un factor sin importancia. La

    muerte empieza por los zapatos se han convertido, para la mayora de nosotros, en

    autnticos instrumentos de tortura que, despus de las largas horas de marcha, ocasionan

    dolorosas heridas las cuales fatalmente se infectan. Quien las padece est obligado a

    andar como si tuviese una bala en el pie (y he aqu por qu andan tan extraamente los

    ejrcitos de larvas que cada noche vuelven desfilando); llega a todas partes el ltimo y

    por todas partes recibe golpes; no puede huir si lo persiguen; se le hinchan los pies, y

    cuanto ms se le hinchan ms insoportable le resulta el roce con la madera y la tela de

    los zapatos. Entonces lo nico que le queda es el hospital: pero entrar en el hospital con

    el diagnstico de dicke Fsse(pies hinchados) es extraordinariamente peligroso, porque

    es bien sabido por todos, y especialmente por los SS, que de este mal aqu es imposible

    curarse.

    Y a todo esto todava no hemos tenido en cuenta el trabajo, que a su vez es una

    maraa de leyes, de tabes y de problemas.

  • Todos trabajamos, excepto los enfermos (lograr ser declarado enfermo supone de por

    s un importante bagaje de sabidura y de experiencia). Todas las maanas salimos en

    formacin del campo de Buna; todas las tardes, en formacin, volvemos l. Por lo que

    se refiere al trabajo estamos subdivididos en unos doscientos Kommandos, cada uno de

    los cuales consta de quince a ciento cincuenta hombres bajo el mando de un Kapo. Hay

    Kommandos buenos y malos: en su mayor parte estn adscritos a los transportes y el

    trabajo es muy duro, especialmente en invierno, aunque no sea ms que por

    desarrollarse siempre al aire libre. Tambin hay Kommandos de especialistas

    (electricistas, herreros, albailes, soldadores, mecnicos, picapedreros, etctera) que

    estn adscritos a determinadas oficinas o departamentos de la Buna, dependientes de

    modo ms directo de Meister civiles, en su mayora alemanes polacos: esto,

    naturalmente, sucede slo durante las horas de trabajo: durante el resto de la jornada los

    especialistas (en total no son ms de tres cientos o cuatrocientos) no reciben un trato

    distinto del de los trabajadores comunes ()

    El horario de trabajo cambia segn la estacin. Todas las horas de luz son horas de

    trabajo: por ello se va de un horario mnimo de invierno (de 8 a 12 y de 12.30 a 16) a

    uno mximo de verano (de 6. 30 a 12 y de 13 a 18). Bajo ningn concepto pueden los

    Hftinge estar trabajando durante las horas de oscuridad o cuando haya una niebla

    densa, mientras se trabaja regularmente cuando llueve o nieva o (caso muy frecuente)

    cuando sopla el feroz viento de los Crpatos; esto en relacin con el hecho de que la

    oscuridad o la niebla podran proporcionar ocasin para las tentativas de fuga.

    Un domingo de cada dos es da normal de trabajo; los domingos que se llaman

    festivos se trabaja en realidad generalmente en la conservacin del Lager, de manera

    que los das de reposo real son extraordinariamente raros.

  • () En este lugar, lavarse todos los das en el agua turbia del inmundo lavabo es prcticamente intil a fines de limpieza y de salud; pero es importantsimo como

    sntoma de un resto de vitalidad, y necesario como instrumento de supervivencia moral.

    Tengo que confesarlo: despus de una nica semana en prisin noto que el instinto de la limpieza ha desparecido en mi. Voy dando vueltas bambolendome por los lavabos y

    aqu est Steinlauf, mi amigo de casi cincuenta aos, a torso desnudo, restregndose el

    cuello y la espalda con escaso fruto (no tiene jabn) pero con externa energa. Steinlauf

    me ve y me saluda, y sin ambages me pregunta con severidad por qu no me lavo. Por

    qu voy a lavarme? Voy a estar mejor de lo que estoy? Voy a gustarle ms a alguien?

    Voy a vivir un da ms, una hora ms? Incluso vivir menos, porque lavarse es un

    trabajo, un desperdici de energa y calor. No sabe Steinlauf que despus de media

    hora cargando sacos de carbn habr desaparecido cualquier diferencia entre l y yo?

    Cuanto ms lo pienso ms me parece que lavarse la cara en nuestra situacin es un acto

    insulso, y hasta frvolo: una costumbre mecnica, o peor, una lgubre repeticin de un

    rito extinguido. ()

    Primo Levi, Triloga de Auschwitz. I. Si esto es un hombre, 1945-1947. Texto adaptado.

    ACTIVIDADES

    1) Busca informacin sobre Primo Levi. Fue testigo directo de los hechos que se

    narran en el texto?

    2) Explica cmo es la vida en el campo de concentracin de Auschwitz.

    3) Responde:

    - Por qu los prisioneros tienen que llevar siempre sus pertenencias consigo?

    - Qu trabajos realizan y en qu condiciones los hacen? qu oficios se mencionan en

    el texto?

    - Trabajan todos?

    - Por qu en el campo de concentracin los zapatos y el aseo diario son tan

    importantes?

    4) Describe un campo de concentracin. Para ello puedes consultar internet o los planos

    de alguno de ellos. Despus responde: Para qu los utilizaron los nazis? han existido o

    existen modelos similares en otras zonas del mundo? Recuerda lo estudiado, por

    ejemplo, en el tema de la Revolucin Rusa. Te parece que los campos de concentracin

    son un ejemplo de vulneracin de los derechos humanos? Justifica la respuesta.