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CUEVA DE ARDALES (MáLAGA, ESPAñA). PATRIMONIO PREHISTóRICO EN EL SUR DE LA PENíNSULA IBéRICA Pedro Cantalejo & María del Mar Espejo Resumen La Cueva de Ardales es un complejo kárstico de más de 1,5 km de recorrido que conserva numero- sas evidencias de su uso prolongado durante la prehistoria. Desde que Breuil descubriera su arte en 1918, hasta la actualidad, varias investigaciones han sido claves para entender este relevante yacimiento del Pleistoceno Superior y Holoceno del Sur de la Península Ibérica. Palabras clave Investigación y conservación, arte rupestre, productos arqueológicos, depósitos funerarios, nue- vas tecnologías ANTECEDENTES El conocimiento de yacimientos paleolíticos en Málaga se remonta a principios del siglo XX y está relacionado con las investigaciones de Henri Breuil y Hugo Obermaier en la Cueva de La Pileta (Breuil et. al. 1915). Inmediatamente después, tanto el mismo Breuil como investigadores locales iniciaron una serie de descubrimientos y estudios que situaron estos yacimientos paleolíticos, situados en el extremo occidental del Mediterráneo, en un contexto de gran interés para conocer la amplitud real que tuvo la difusión de la Cultura de Europa durante la Prehistoria. La Cueva de Ardales es uno de estos yacimientos, por el patrimonio prehistórico que contiene y por las posibilida- des que presenta para la investigación del siglo XXI, interesada en conocer la realidad de los grupos humanos prehistóricos en este territorio, uno de los confines del mundo Paleolítico. DESCRIPCIÓN Y APUNTES A LA INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA Ardales es una pequeña villa rural (2.600 habitantes) situada a 50 km de la costa mediterránea, en los rebordes montañosos que rodean la Costa del Sol. El patrimonio natural e histórico de esta región fronteriza entre Málaga, Ronda y Antequera, cono- cida como Comarca del Guadalteba, es extraordinario, con numerosos espacios natu- rales y yacimientos arqueológicos relevantes para la Historia de Andalucía. La Cueva Fig. 1 Cueva de Ardales. Sección con indicación de sus zonas arqueológicas. A NDREAS P ASTOORS & B ÄRBEL A UFFERMANN ( EDS .): P LEISTOCENE FORAGERS ON THE I BERIAN P ENINSULA : T HEIR CULTURE AND ENVIRONMENT . F ESTSCHRIFT IN HONOUR OF G ERD -C HRISTIAN W ENIGER FOR HIS SIXTIETH BIRTHDAY . W ISSENSCHAFTLICHE S CHRIFTEN DES N EANDERTHAL M USEUMS 7, M ETTMANN 2013.

Cantalejo Espejo-cueva de Ardales-neanderthal Museum

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Cueva de ardales (Málaga, españa). patriMonio prehistóriCo en el sur de la península ibériCa

pedro Cantalejo & María del Mar espejo

Resumenla Cueva de ardales es un complejo kárstico de más de 1,5 km de recorrido que conserva numero-sas evidencias de su uso prolongado durante la prehistoria. desde que breuil descubriera su arte en 1918, hasta la actualidad, varias investigaciones han sido claves para entender este relevante yacimiento del pleistoceno superior y holoceno del sur de la península ibérica.

Palabras claveinvestigación y conservación, arte rupestre, productos arqueológicos, depósitos funerarios, nue-vas tecnologías

anteCedentes

el conocimiento de yacimientos paleolíticos en Málaga se remonta a principios del siglo XX y está relacionado con las investigaciones de henri breuil y hugo obermaier en la Cueva de la pileta (breuil et. al. 1915). inmediatamente después, tanto el mismo breuil como investigadores locales iniciaron una serie de descubrimientos y estudios que situaron estos yacimientos paleolíticos, situados en el extremo occidental del Mediterráneo, en un contexto de gran interés para conocer la amplitud real que tuvo la difusión de la Cultura de europa durante la prehistoria. la Cueva de ardales es uno de estos yacimientos, por el patrimonio prehistórico que contiene y por las posibilida-des que presenta para la investigación del siglo XXi, interesada en conocer la realidad de los grupos humanos prehistóricos en este territorio, uno de los confines del mundo paleolítico.

desCriPCión y aPuntes a la investigaCión PrehistóriCa

ardales es una pequeña villa rural (2.600 habitantes) situada a 50 km de la costa mediterránea, en los rebordes montañosos que rodean la Costa del sol. el patrimonio natural e histórico de esta región fronteriza entre Málaga, ronda y antequera, cono-cida como Comarca del guadalteba, es extraordinario, con numerosos espacios natu-rales y yacimientos arqueológicos relevantes para la historia de andalucía. la Cueva

Fig. 1 Cueva de ardales. sección con indicación de sus zonas arqueológicas.

a n d r e a s P a s t o o r s & B ä r B e l a u f f e r m a n n ( e d s . ) : P l e i s t o C e n e f o r a g e r s o n t h e i B e r i a n P e n i n s u l a : t h e i r C u l t u r e a n d e n v i r o n m e n t .

f e s t s C h r i f t i n h o n o u r o f g e r d - C h r i s t i a n W e n i g e r f o r h i s s i x t i e t h B i r t h d a y .W i s s e n s C h a f t l i C h e s C h r i f t e n d e s n e a n d e r t h a l m u s e u m s 7 , m e t t m a n n 2 0 1 3 .

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de ardales, descubierta en 1821 es, sin duda alguna, uno de los hitos naturales y patri-moniales más interesantes de la prehistoria de Málaga y con una trayectoria temporal más prolongada.

se sitúa a 565 metros sobre el nivel del mar, en una montaña de calizas y mármoles del triásico, conocida como Cerro de la Calinoria. al exterior presenta una boca actual-mente protegida por un edificio y unas escalinatas que se internan, tras una puerta, en su interior. dentro de la cavidad se observa un cono de sedimentos muy potente que fue utilizado históricamente como zona de acceso y habilitado con unas escaleras a mediados del siglo XiX para su visita turística - su propietaria original fue trinidad grund (1821–1896), hija del cónsul de prusia en sevilla y esposa de Manuel a. heredia, rico industrial de Málaga, de joven fue mecenas de la cultura y el turismo, para termi-nar su vida dedicada a obras benéficas para los más necesitados- al final de la pen-diente la cueva se ensancha en dos grandes estancias, una, a la derecha, nos sitúa en la sala de las estrellas, donde se pintaron las manos aerografiadas y numerosos signos, así como varios animales (Fig. 1). Más al fondo, se bifurcan dos galerías que también contienen signos rojos pintados con los dedos. desde una de ellas se accede, actual-mente escalando 18 metros, a las galerías altas, una cavidad que tuvo su propia boca de entrada, cegada por sedimentos al final de la prehistoria, donde se conservan una colección de arte rupestre paleolítico y una necrópolis neolítica con varios enterra-mientos depositados en superficie. volviendo a las galerías inferiores, de nuevo al final del cono de sedimentos (escaleras de trinidad grund), se abre, a la izquierda, la gran sala, donde se han localizado algunos depósitos funerarios y pinturas rupestres. desde el punto central de la gran bóveda se accede a una rampa muy pendiente, nominada por henri breuil El Calvario, donde se sitúan la mayor parte de grabados y pinturas que han provocado el interés social y cultural de esta cavidad desde principios del pasado siglo. la cueva presenta numerosas pequeñas galerías y salas que, pese a su interés geológico, no conservan tanta relación con la prehistoria.

respecto a los investigadores del siglo XiX, es necesario resaltar la figura de pascual Madoz (pamplona 1806 – génova 1870), geógrafo, abogado y Ministro de hacienda progresista, autor de la ley de desamortización que incidió en las propiedades ecle-siásticas y en la configuración de los municipios españoles. además de político liberal, fue autor de la importante obra: Diccionario Geográfico y Estadístico de España que publicó en 1850. dieciséis volúmenes que describen todas y cada una de las pobla-ciones españolas y los territorios que la rodean. en este diccionario es donde Madoz realiza la primera extensa descripción de la Cueva de ardales que sirvió de referencia a todos los investigadores, hasta la llegada del siglo XX (Madoz 1850).

el siglo xx - la investigaCión PrehistóriCa en la Cueva de ardales

pese a que la cavidad se visitaba por los primeros turistas atraídos por el balnea-rio de Carratraca, el patrimonio prehistórico no fue descrito hasta la visita que rea-

Fig. 2 Cueva de ardales. visita de Miguel such en los años veinte.

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lizó henri breuil a Málaga en 1918. acompañado del geólogo e ingeniero malagueño Miguel such, técnico de ferrocarriles, breuil descubre y estudia las primeras figuras grabadas y pintadas que publica en L’Anthropologie XXXi, (breuil 1921) Nouvelle caver-nes ornees dans la province de Málaga. Con posterioridad, tanto breuil como Miguel such (Fig. 2), realizaron otras investigaciones en Málaga y el sur de la península ibérica. por curioso que parezca, el arte paleolítico de la Cueva de ardales, pese a que inicia un lógico camino en la historiografía europea y española, por ejemplo en las refe-rencias clásicas de El Hombre Fósil de hugo obermaier (1925), o en la obra magna de breuil Quatre cents siècles d’art parietal; les cavernes ornées de l’âge du renne (1952), la guerra Civil española (1936-1939) y la segunda guerra Mundial (1939-1945), alejan a los científicos de los focos principales franceses y cantábricos, donde se están desarro-llando las investigaciones más interesantes. de hecho, en el gran compendio y análisis realizado por andré leroi-gourhan en Préhistoire de l’Art Occidental (1971), las cuevas paleolíticas malagueñas sólo figuran como puntos en el mapa general. algunas refe-rencias más detalladas, aunque desde la distancia, fueron realizadas por paolo graziosi en su libro L’arte dell’antica etá della pietra (1956).

después, el responsable arqueológico de Málaga durante el franquismo, simeón giménez, participa en el homenaje a breuil con un artículo La Cueva de Doña Trinidad en Ardales que es una mera traducción al español del original publicado por el investi-gador francés (giménez 1964).

algunos profesores de los primeros años de la democracia española incluyen refe-rencias en sus manuales y tesis doctorales, son el caso de Francisco Jordá Prehisto-ria del Arte Hispánico (1978) y Javier Fortea Arte Paleolítico del Mediterráneo Español (1978). Cierra esta etapa, en la que las sucesivas referencias se realizan sobre los descu-brimientos de breuil, la investigadora belga lya dams que publica un pequeño trabajo Iconografie complementarie de la grotte de Doña Trinidad á Ardales, Málaga (1983).

en 1985, María del Mar espejo & pedro Cantalejo presentan un proyecto de recu-peración y estudio de la cavidad, cuyos primeros resultados se publican en Aporta-ciones al corpus artístico paleolítico del extremo occidental del Mediterráneo (espejo  & Cantalejo 1987). en 1992, debidamente protegida y recuperada, la cueva reabre sus galerías al público, con un modelo conservacionista de visitas reguladas en el tiempo y la cantidad. en este año se publica la monografía Cueva de Ardales. Su recuperación y estudio (v.v.a.a. 1992) que aparte de una inflexión historiográfica, aporta la primera investigación interdisciplinar de un equipo de jóvenes investigadores, vinculados con el territorio y coordinados por el profesor enrique vallespí. en el equipo estaban: María del Mar espejo, José ramos, pedro Cantalejo y emilio Martín (arqueología y arte rupes-tre), José alcázar (antropología física), José a. Molina, Federico ramírez y antonio vela (topografía científica), Juan José durán (geología), rainer gründ y derek C. Ford (geo-cronología y paleoclimas).

en 1990, el investigador José luis sanchidrián defiende su tesis doctoral Arte prehis-tórico en Andalucía, donde incluye algunas de las nuevas aportaciones de la Cueva de ardales, publicadas en el Manual del Arte Prehistórico (sanchidrián 2001). antes había publicado un artículo sobre La presencia eneolítica en las Galerías Altas de la Cueva de Doña Trinidad (sanchidrián et al. 1989).

Mientras tanto, el equipo de la Cueva de ardales se consolida y publica numero-sos trabajos de investigación, en congresos y monografías, hasta el cambio de siglo, que supone para el yacimiento la aplicación de nuevas tecnologías y la incorpora-ción de nuevos investigadores que ampliarán el marco del conocimiento científico del yacimiento.

el siglo xxi - nuevas teCnologías en la Cueva de ardales

en el año 2002, el curso de la investigación de la Cueva de ardales dará un nuevo giro. al equipo original de pedro Cantalejo, María del Mar espejo, José ramos y Juan José durán, se unirán otros investigadores como rafael Maura, Javier Medianero, y antonio aranda que, durante cinco años, recopilarán mediante el empleo de imágenes digitalizadas, el repertorio artístico contenido en la cavidad (más de mil motivos), los

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materiales arqueológicos y las eviden-cias de frecuentación vinculados con las actividades prehistóricas subterráneas, en la monografía La Cueva de Ardales. Arte Paleolítico y ocupación en el Paleolí-tico Superior (Cantalejo et al. 2006).

desde finales del 2007, la Cueva de ardales se integra en un nuevo proyecto comarcal de gestión del patrimonio his-tórico y natural, tras la creación de la red patriomonio guadalteba que, en principio, acoge aquellos recursos patri-moniales que carecen de gestión para conseguir su integración en la oferta cultural de la Comarca del guadalteba.

entre otros elementos activos, se incorporan a la gestión del patrimonio prehistórico: el Museo de la prehistoria en guadalteba (ardales), la Cueva de las palomas (teba) y la necrópolis de las aguilillas (Campillos). en el equipo de gestión, coordinado por pedro Cantalejo, se integran: Javier Medianero, María del Mar espejo, lidia Cabello y serafín becerra. desde esta institución territorial (Consorcio guadalteba) se promueve la investigación, la conservación y la valoración cultural de los yacimientos arqueo-lógicos. Fruto de estas iniciativas es la firma del convenio de colaboración entre el neanderthal Museum de alemania y la universidad de Cádiz, en el que colaboran numerosas universidades e investigadores europeos, con el objetivo de desarrollar investigaciones científicas en la Comarca del guadalteba, especialmente en sus yaci-mientos prehistóricos.

desde 2011, los investigadores José ramos (Catedrático de prehistoria de la uni-versidad de Cádiz) y gerd-Christian Weniger (director del neanderthal Museum de ale-mania) codirigen trabajos de investigación científica en la Cueva de ardales (Fig. 3) y

Fig. 3 Cueva de ardales. g.-C. Weniger en el cono de sedimentos.

Fig. 4 Cueva de ardales. plano general de los distintos sectores.

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Cueva de las palomas, asociados a los investigadores del Consorcio guadalteba y con la colaboración de otras doce instituciones españolas y europeas. se han realizado sondeos geoarqueológicos (aplicación de georrádar) y estratigráficos en las zonas de las bocas de entrada de ambos yacimientos, con el objetivo de conocer la evolución física de las cavidades en su relación con los exteriores y las posibles utilizaciones de esos espacios por grupos humanos del paleolítico Medio y superior. la gran cantidad de muestras que se están analizando permitirán, en un futuro a medio plazo, conocer mejor las características de las poblaciones prehistóricas asentadas en la Comarca del guadalteba.

asimismo, la aplicación de nuevas tecnologías a las investigaciones actuales per-mitirá caracterizar, química y cronológicamente, una serie de pinturas y grabados con-servados en la cavidad, a través de aplicaciones de scaner láser y de análisis de raman, así como levantamientos microtopográficos a partir de escaneados de las paredes y soportes.

Cueva de ardales - síntesis de los Contenidos

el amplio recinto subterráneo conserva numerosas zonas que mantuvieron una relación directa con los grupos humanos prehistóricos (Fig. 4) se han documentado, al

Fig. 5 Cueva de ardales. Composición con figuras de cérvidos y signos.

Fig. 6 Cueva de ardales. Composi-ción con figura humana y signos.

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menos, doscientos cincuenta lugares (paneles) con vestigios gráficos, situados mayori-tariamente en sectores de total oscuridad. se han detectado ámbitos relacionados con el uso de la cavidad como refugio, en zonas cercanas a las bocas de entrada, probable-mente en situaciones de iluminación en penumbra y con posibilidades de aireación. por último, existió a lo largo de la amplia secuencia de ocupación de la cavidad, una evidente relación con la muerte, habiéndose conservado varios depósitos funerarios en distintos sectores del cavernamiento.

el arte ruPestre PrehistóriCo

el arte rupestre prehistórico conservado en la Cueva de ardales está realizado, mayoritariamente, durante el paleolítico superior. sólo se ha podido documentar un motivo perteneciente a momentos neolíticos y por tanto, encuadrable dentro del arte rupestre del tipo esquemático.

la colección paleolítica es extraordinaria, tanto por su cantidad, como por su diver-sidad técnica y estilística, configurando uno de los más interesantes repertorios del arte paleolítico fuera del área francesa y cantábrica. la temática conservada incluye los cuatro grandes grupos representados en el contexto europeo: representaciones de fauna, representaciones humanas, manos y signos. el cómputo total del que ahora se

Fig. 7 Cueva de ardales. Manos negativas aerografiadas en negro.

Fig. 8 Cueva de ardales. sig-nos pintados junto a figuras de animales.

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dispone ascienda a un número de 1.009 motivos, distribuidos en 251 paneles. desde el punto de vista temático, han sido documentados y descritos 98 figuras zoomorfas, 10 imágenes antropomorfas, 9 manos, 786 signos y otros 106 motivos que no han sido posibles clasificar. los soportes utilizados para la realización de estos motivos fueron todos los posibles, dándose casos en paredes, techos, suelos, grandes bloques des-prendidos y espeleotemas (estalactitas y estalagmitas).

fauna

las representaciones de fauna fueron, seguramente, algunas más, aún así, han podido inventariarse 63 cérvidos, 25 équidos, 3 cápridos, 2 bóvidos, 3 aves, 1 ofidio y 1 pez, destacando cuantitativamente los cérvidos (64 %) y los équidos (26 %) sobre el resto de la fauna (10 %). debe destacarse también la alta incidencia porcentual que alcanzan las figuraciones de ciervas (Fig. 5), constituyendo un 85 % de los cérvi-dos representados y un 55 % del total de zoomorfos documentados (ramos & Canta-lejo 2007. ramos & Cantalejo 2011).

humanos

las figuras humanas dibujadas abreviadamente, todas ellas femeninas (Fig. 6), pre-sentan convencionalismos de representaciones difíciles de definir, aunque se han dis-tinguido 5 figuras simples, 2 figuras con incorporaciones de detalles corporales, 1 figura con tendencia zoomorfa y 2 figuras asociadas (ramos et al. 2002; bosinski 2011).

manos

las representaciones de manos, aplicadas directamente con la palma manchada contra la pared (positivas) o aerografiadas con efecto negativo (Fig. 7), son escasas pero de gran interés para la investigación del arte rupestre. en ardales se han docu-mentado 7 manos positivas, 3 en rojo, situadas en las galerías bajas y 4 en ocre, situa-das en las galerías altas. las otras 2 son negativas en negro, y están localizadas en la gran columna central de las galerías bajas (Cantalejo et al. 2003, 2004, 2006).

signos

Finalmente, la tipología de los signos fue establecida en función de las técnicas de ejecución, al comprobarse que existen morfologías propias de la pintura y otras que lo son del grabado. para la pintura se establecieron diferentes subtipos a partir de las barras, los puntos, las manchas y las formas curvadas, mientras que en el grabado se distinguieron morfologías rectilíneas, curvilíneas y angulares. los signos se asociaron a paneles con representaciones de fauna (Fig. 8) y, en menor medida, también a los ámbitos donde se realizaron manos y figuras femeninas (Cantalejo et al. 2004).

téCniCas de realizaCión del arte ruPestre

la incorporación de la informática y las nueva tecnologías fotográficas ha supuesto el desarrollo de métodos muy fiables de reproducción, ofreciendo la posibilidad de ela-borar el catálogo documental de una forma íntegramente digitalizada y permitiendo que en ningún momento se establezca contacto físico con el motivo del estudio, casi siempre en un estado de gran fragilidad. también importante ha sido la definición de los convencionalismos de representación relacionados con las técnicas de ejecución primitivas, ya que las reproducciones finales sirven, además, como referentes técnicos, incluyendo el soporte si se considera vinculante. aplicando una metodología simple de inducción, contraste y deducción, se plantearon multitud de hipótesis relaciona-das con las técnicas de ejecución tanto de los motivos grabados como de los pinta-dos, siendo confirmadas o refutadas a posteriori. en este estudio desempeña un papel esencial la toma de macros y micros fotografías, así como el manejo y control de los programa de reproducción.

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Pintura

los pigmentos empleados fueron el rojo, el negro, el ocre y el marrón. se usa-ron óxidos de hierro para la obtención de pinturas rojas y ocres, carboncillos y óxido de manganeso para las negras, y una pasta compuesta probablemente de arcilla y resina para el marrón. los medios propuestos para la aplicación de la pintura fueron los dedos, las manos, el pincel, el aerógrafo y el carboncillo. Con los dedos se rea-lizaron signos (puntos, barras, manchas) en rojo, y motivos figurativos (cérvidos) en marrón. las manos se utilizaron mediante impresiones positivas realizadas en rojo y ocre. Con el pincel se ejecutaron los signos (barras) y motivos figurativos (cérvidos, équidos, cápridos, bóvidos y figuras humanas femeninas) en rojo y ocre. el aerógrafo se propone para el pulverizado sobre la mano empleada a modo de plantilla, de lo que resultan las improntas negativas en negro. por último, el carboncillo se asocia a la realización de signos y motivos figurativos (cérvidos). en cuanto a las formas de aplicación, se plantea la hipótesis del empleo del pigmento en seco para el grupo de signos en rojo y de una pasta (realizada con arcillas y resinas) para el grupo realizado en marrón, considerándose que el pigmento disuelto en agua pudo ser exclusivo de las aplicaciones a pincel.

graBado

se observaron diversos resultados técnicos, como la digitación, la incisión en “u”, la incisión en “v”, la extracción y el raspado. en función de la dureza del soporte. así, se emplearon la yema de los dedos o las uñas, punzones de hueso o de madera, lascas y buriles de sílex, incluso algún instrumento de incisión múltiple (quizás unas garras) y se ha podido determinar el empleo de todos ellos en distintos soportes, salvo el uso de los buriles de sílex que fue exclusivamente aplicado en superficies duras o muy duras. los grabados resultantes tuvieron un perfil en “u”, para los realizados con los dedos y los punzones y en “v” para el resto, salvo aquellos grabados que se rasparon.

Con los dedos se realizaron signos (barras, lazos) y motivos figurativos (cérvidos), los punzones fueron empleados para la realización de signos lineales y motivos figu-rativos (cérvidos, équidos, ofidios y figuras humanas femeninas), mientras que con los útiles líticos relacionados con la incisión en “v”, la extracción y el raspado, se ejecuta-ron signos lineales y motivos figurativos (cérvidos, équidos, cápridos, bóvidos, aves,

Fig. 9 Cueva de ardales. Ciclos del arte paleolítico.

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peces y figuras humanas femeninas). Quizás se usó un posible instrumento de incisión múltiple que fue empleado para la realización de signos lineales.

téCniCa mixta

una última técnica de ejecución presente en la Cueva de ardales es la que combina el grabado digital y la pintura sobre un mismo motivo. en este caso, la pintura apli-cada tiene una textura arcillosa de color marrón, aunque no llega a ser una sustancia pastosa. Con ella se realizaron signos (barras y lazos) y motivos figurativos (cérvidos).

seCuenCia gráfiCa y ProPuesta CronológiCa

a partir de las variables de carácter tecnológico, temático, estilístico, espacial y morfológico se establecieron grupos de significación y conjuntos sincrónicos, cuya sucesión cronológica se propuso a partir de los casos en los que se registraron super-posiciones o infraposiciones que se repetían en distintos paneles. según los resultados de este análisis pudo determinarse un orden general de ejecución, que se iniciaría con la pintura roja, el grabado digital, la pintura negra y la extracción, a lo que le seguiría la incisión en “u” y la incisión múltiple. la incisión en “v” y la pintura marrón fueron sin-crónicas al final del proceso de agregaciones gráficas. por último, en el motivo antro-pomorfo esquemático se usó pigmento rojo claro. a partir de estos datos se propuso una secuencia gráfica que permitió la estimación cronológica de los motivos y conjun-tos estudiados. Como resultado de esta propuesta de periodización se definieron tres grandes ciclos artísticos (Fig. 9) (Cantalejo & espejo 1998) que fueron ejecutados en, al menos, ocho fases gráficas (ocho agregaciones gráficas).

Primer CiClo - el arte de los exPloradores

se le atribuye un carácter eminentemente configurativo, caracterizado por el reco-nocimiento previo e integral de la cavidad y la articulación de sus dos núcleos artísti-cos principales (sala de las estrellas y Calvario). desde un punto de vista normativo, su cronología correspondería a un paleolítico superior inicial (auriñaciense-gravetiense). en este primer ciclo se distinguen tres fases:

• Fase i: se realizaron signos y manos positivas y negativas y estaría caracterizado por el uso de la pintura en rojo y negro. se emplean los dedos, las manos, el carboncillo y el pulverizador, abarcando todos los sectores de la cavidad y desarrollándose sobre todos los soportes.

• Fase ii: se presentaron zoomorfos y antropomorfos pintados en rojo a pincel. esta fase se desarrolla íntegramente en la sala de las estrellas, sobre soportes murales y espeleotemas.

• Fase iii: se representaron zoomorfos, antropomorfos y signos pintados en rojo y ocre, y grabados mediante digitación, extracción y raspado, sobresaliendo las composiciones sobre soporte mural en las que predominan los cérvidos. se desarrolla íntegramente en El Calvario.

segundo CiClo - el arte de los grandes Cazadores

Muy localizado y notablemente homogéneo y estandarizado, se correspondería cronológicamente con un paleolítico superior medio (solutrense). este ciclo interme-dio tendría un carácter monofásico.

• Fase iv: se ejecutaron zoomorfos, antropomorfos y signos realizados mediante grabado inciso en “u” e instrumentos de incisión múltiple, predominando las composiciones sobre facetas de bloques y observándose un incremento cuantitativo de los équidos respecto al ciclo anterior. se desarrolla íntegramente en la galería de El Calvario.

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terCer CiClo - de la Plenitud a la deCadenCia

recogería las últimas incorporaciones recibidas por la cueva y correspondería a un horizonte cronológico estimado hacia el paleolítico superior final (Magdaleniense: fases v y vi) y a momentos epipaleolíticos (Mesolíticos: fases vii). Fuera del contexto del arte de los cazadores, pero dentro de la cavidad se realizó un motivo adscrito al arte rupestre esquemático que asociamos al neolítico (fase viii). en este tercer ciclo, por tanto, se realizaron las últimas cuatro fases.

• Fase v: se grabaron zoomorfos, antropomorfos y signos realizados mediante grabado inciso en “v”, observándose un incremento cuantitativo de los antropomorfos respecto a las fases anteriores. se desarrolló en El Calvario

• Fase vi: se pintaron zoomorfos y signos realizados con pintura marrón. esta fase se desarrolla íntegramente en El Calvario.

• Fase vii: se realizaron grabados muy finos de zoomorfos y signos a punta de buril. las figuras se ejecutaron claramente desproporcionadas, son pequeñas pero con cuerpos macizos y cabezas muy pequeñas. se situaron en la Sala de las Estrellas y en la galería de El Calvario.

• Fase viii: se dibujó con un pincel fino cargado de rojo, una figura antropomorfa que representa un arquero flechando hacia la izquierda, con las piernas ligeramente separa-das. la figura se localiza en una de las galerías marginales.

ProPuesta interPretativa del arte PrehistóriCo Contenido en la Cueva de ardales

la secuencia gráfica propuesta para la Cueva de ardales incluye, por tanto, una primera actividad que pudo consistir en un reconocimiento muy exhaustivo del conti-nente que sirviera para tomar posesión del mismo y ordenar tanto su futura configu-ración como el marco de las otras actividades a desarrollar. de esta forma, el recinto subterráneo habría quedado humanizado (estructurado) mediante la distribución espacial de grupos de barras y puntos rojos, delimitado por medio de manchas y pun-tuaciones aisladas, articulado con el dibujo de signos negros a punta de carboncillo, e incorporado a grupo social a través de las manos con gestos (manos aerografiadas con el plegado de los dedos índice y meñique). tras la configuración gráfica inicial, se sucedieron en el tiempo varias series de incorporaciones figurativas y simbólicas, lo que demuestra una relación humana intensa a lo largo de muchas generaciones. es evidente que la ejecución del arte fue una de las actividades más importantes desa-rrolladas en el interior de la cavidad pero, lógicamente, no la única, porque las visitas organizadas a los conjuntos gráficos principales, pudieron ser una de las claves de la pervivencia de la unidad del ‘discurso expositivo’ que se fue agregando en distintos espacios/soportes de algunos de los sectores de la cueva. durante más de veinte mil años se fueron realizando motivos, pero dentro de unas variables gráficas muy contro-ladas, estrechamente concebidas, repitiendo los mismos representantes de la fauna una y otra vez (cérvidos y équidos). Quizás porque la ejecución del arte no debió cons-tituir un fin en sí mismo, sino un refuerzo de las actividades desarrolladas en el ámbito subterráneo. de hecho, las evidencias vinculadas a la presencia física en los entornos del mismo, en especial las improntas de manos adolescentes, nos ilustran sobre un tipo de actividad, aquella para la que, probablemente, todo este entramado fue con-cebido, es decir, la transmisión oral pedagógica de unos modos de vida contrastados, como medio de garantizar la continuidad y la supervivencia del grupo. participando de esta idea, creemos que las manifestaciones artísticas sirvieron para fijar la tradición oral mediante una iconografía de carácter simbólico capaz de sugerir los argumentos esenciales de dicha tradición. Y en cada lugar se habría plasmado a partir de elementos conocidos, de ahí que la iconografía reconocible, en este caso la fauna representada, resulte un reflejo del entorno inmediato de los ecosistemas que rodean la cueva.

en efecto, la diversidad iconográfica del arte de ardales y su interés por expresar ciertos estereotipos del comportamiento animal (ramos & Cantalejo 2011), sugieren que lo representado responde, de una u otra forma, a una realidad de interés vital, exis-

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tiendo vínculos inherentes entre la plasticocenosis (fauna representada) y la bioceno-sis (fauna presente en el entorno) propiamente dicha, relación que se hace patente al observarse que todos los pisos propios del entorno del yacimiento (montaña, bosque, valle, río, laguna) se hallan representados por las especies que les son propias. por otro lado los análisis etológicos de algunas figuras de animales parecen confirmar compor-tamientos estacionales que apuntan al periodo entre la primavera y el otoño, lo que vincularía al arte de la Cueva de ardales con unas sociedades cazadoras-pescadoras-recolectoras que, en función de sus estrategias para la obtención de recursos, practi-carían un nomadismo restringido entre la costa y el interior (Cantalejo 1995; espejo & Cantalejo 1989), en el seno de un sistema de bandas dispersas que encontrarían en estos enclaves singulares sus centros de asociación, estrechando así las relaciones sociales y reforzando las actividades económicas. en este marco teórico, la predación a gran escala, las relaciones de género y la incorporación de los adolescentes al mundo adulto, supondrían los ejes principales sobre los que se articularía la cohesión social de estos grupos.

los contenidos y la propuesta valoran el arte de la Cueva de ardales como un cúmulo de aportaciones sucesivas de carácter simbólico que, entroncadas con una tra-dición artística global (europea), habrían sido concebidas y utilizadas periódicamente por grupos de cazadores-recolectores del paleolítico superior, como complemento de su cultura y dentro de las estrategias de comunicación imprescindibles para informar y formar a los adolescentes (ramos & Cantalejo 2007). la Cueva de ardales, por tanto, dejo de ser un espacio natural para convertirse, durante veinticinco mil años, en un espacio cultural y social de gran importancia para los grupos humanos que la visitaban y atesoraban en ella las huellas de sus antepasados.

otras aCtividades relaCionadas Con el arte

existen en el interior de la cavidad y relacionados con los grupos que la frecuenta-ban durante el pleistoceno, numerosas evidencias asociadas a las estrategias de pro-gresión espeleológica (Cantalejo et al. 2005), a la iluminación o a la realización de motivos pintados o grabados. destacaremos la vinculadas a la iluminación artificial (lámparas de piedra), las herramientas o útiles de los artistas (útiles de sílex, esquirlas de hueso tal vez usadas para grabar, paletas de pigmentos, placas manchadas y pig-mento ocre y rojo en forma de pasta), las relacionadas con la presencia física en los entornos del arte rupestre (impresiones de manos y dedos, apoyos, resbalones, etc.), las construcciones localizadas también en los ámbitos del arte rupestre y los posibles litófonos (pliegues rotos y pintados).

tal vez el caso más interesante desde el punto de vista interpretativo es el que muestra el apoyo y arrastre de unos dedos, cuyas medidas nos remiten a una mano infantil. estos vestigios informan sobre las estrategias espeleológicas, sociales y cultu-rales de los autores de las grafías, y de las personas que les acompañaban, ayudando a la compresión de los modos de vida y de expresión de estos grupos humanos.

Fig. 10 Cueva de ardales. estruc-tura semicircular en las galerías altas.

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uso de la Cueva Como refugio

existen evidencias, tanto al interior como al exterior del yacimiento, de actividades humanas relacionadas con el uso de la cavidad como refugio durante la prehistoria. a escasos cien metros de la boca principal, se ha detectado un espacio de unos 300 m2 con instrumentos líticos tallados que incluyen la presencia de foliáceos, raspadores, raederas, muescas, etc. (espejo & Cantalejo 1988;

espejo et al. 1989). en el interior de la cueva, en el cono de sedimentos de la boca de entrada, se han estudiado productos arqueológicos adheridos a la costra estalagmítica (material lítico, restos de fauna, vasos de cerámica) que también informan del uso de esta zona iluminada del yacimiento como refugio (ramos et al. 1998a).

en la actualidad, el proceso de investigación que se viene desarrollando en la cavi-dad desde septiembre 2011, dirigido por José F. ramos y gerd-Christian Weniger, está actuando en esta misma dirección, interviniendo en los exteriores de las bocas, en el cono de sedimentos de la entrada principal y en los productos arqueológicos locali-zados en el ámbito de las primeras salas, con la intención de conocer el proceso de ocupación del yacimiento, relacionando el hábitat de las zonas iluminadas, con las actividades de otra índole, desarrolladas en el interior oscuro de la cueva (arte, depó-sitos funerarios…).

por otra parte, en las galerías altas, se documentan construcciones que segregan espacios subterráneos (Fig. 10), son muros levantados a piedra seca que separan una estancia lateral de una sala principal, cerca de la entrada prehistórica de la cavidad, hoy cegada por sedimentos. son dos muretes que dejan un espacio de paso central y que claramente dividen, visual y físicamente las estancias.

los productos arqueológicos obtenidos en los distintos espacios documentados como zonas destinadas al hábitat, tanto en la cueva principal como en las galerías altas, conforman un lote con gran amplitud cronológica, lo que demuestra la larga relación del yacimiento con los sucesivos grupos humanos a través del tiempo (Canta-lejo et al. 1997). así, al exterior se han documentado varias piezas líticas que pueden encuadrarse en el Musteriense (raederas sobre lascas levallois), en la base del cono de sedimento, las piezas líticas y el resto de productos arqueológicos, son tanto del paleo-lítico superior (lámparas, hoja de laurel, raspadores, morteros de pigmentos…) como del neolítico (láminas en sílex, cerámicas y pulimentos). por último, las construcciones interiores están asociadas tanto al arte rupestre paleolítico, como a los depósitos fune-rarios del neolítico. podría ser factible que se realizasen en los momentos más antiguos y que durante los rituales de la muerte, fuesen aprovechadas como áreas funerarias.

Fig. 11 Cueva de ardales. Fragmento de mandíbula femenina.

Fig. 12 provincia de Málaga. situa-ción de los yacimientos paleolítico superior.

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la investigación futura aportará, sin duda, nuevos datos esclarecedores del uso del yacimiento como refugio humano, con perspectivas más amplias y secuencias cro-nológicas más contrastadas. la aplicación de nuevas tecnologías, además, permitirán abordar estas tareas sin la presión arqueológica tradicional que se ejercía sobre los yacimientos, trasladando el punto fuerte de la intervención a los laboratorios y no a los sedimentos y restos localizados in situ.

el uso de la Cueva Como dePósito funerario

la primera referencia escrita sobre restos antropológicos en la Cueva de ardales está en el propio origen de la historiografía decimonónica sobre el yacimiento, dado que en la descripción que de la Cueva se lee en el diccionario geográfico y estadístico de españa (Madoz 1850), cita claramente el hallazgo de los “restos de un hombre y un niño perfectamente cristalizados”. sin embargo, no es sino a partir de mediados de los años ochenta del siglo XX, cuando se inician las publicaciones que tratan sobre los pro-ductos, arqueológicos y antropológicos, relacionados con la necrópolis que conserva la Cueva de ardales.

a finales de los ochenta, se publican materiales provenientes de las galerías altas (sanchidrián et al. 1989), atribuyéndole una cronología eneolítica (iiiº milenio bp), con posterioridad, en 1992, se publican productos arqueológicos provenientes del inte-rior de la Cueva de ardales (ramos et al. 1992), son vasos de cerámica, industria lítica (tallada y pulimentada) y restos antropológicos (alcázar 1992) que se encuadran en el neolítico Medio de la zona (vº-ivº milenios bp). Más tarde, otras publicaciones van completando el registro arqueológico con nuevos elementos materiales que confir-man el uso de la cavidad como depósito funerario secundario (Cantalejo et al. 1997), utilizando algunas grietas naturales y espacios entre grandes bloques como puntos donde realizar la deposición en superficie del material antropológico, junto a los res-tos humanos ofrendas funerarias consistentes en vasos de cerámica, pulimentos, sílex y restos de fauna.

el material antropológico estudiado procede de cuatro individuos, dos mujeres y dos hombres (alcázar 1992), tres de ellos se encontraban asociados a contextos arqueológicos neolíticos, dos hombres y una mujer, cuya edad de fallecimiento estuvo entre los 25 y 30 años. el cuarto caso estudiado fue una mandíbula femenina que pre-sentaba rasgos tipométricos más antiguos (Fig. 11), con desgastes pronunciados en su dentadura y una edad aproximada de fallecimiento en torno a los 40 años. en este caso, el resto antropológico estaba situado entre dos costras estalagmíticas al margen de la escalera de bajada, realizada durante la habilitación de la Cueva. el estudio antro-pológico propone su adscripción a momentos epipaleolíticos.

ConClusiones

la Cueva de ardales forma parte de un contexto de yacimientos del paleolítico superior, situados en el extremo occidental del Mediterráneo, cercano al estrecho de gibraltar, en el entorno de la bahía de Málaga (ramos 1994). este territorio conserva varias cavidades naturales con yacimientos arqueológicos y arte prehistórico (Fig. 12), la mayor parte de ellas están situadas en montañas calcáreas cercanas a la costa (Cor-tés et al. 2011), sobre la plataforma continental litoral: Cueva de pecho redondo en Marbella (Cantalejo et al. 2007b); Cueva del toro o del Calamorro en benalmádena (Fortea & giménez 1973); Cueva del bajondillo en torremolinos (Cortés 2007); las cue-vas del hoyo de la Mina (such 1920; Ferrer et al. 2006), las estratigrafías del complejo del humo (ramos & durán 1998) y la Cueva de navarro iv (sanchidrián 1981) en la barriada de la araña de la ciudad de Málaga; las cuevas de la victoria y la del higue-rón en el Cantal de rincón de la victoria (Cantalejo et al. 2007b) y Cueva de nerja en el municipio de nerja (Jorda & aura 2006; sanchidrián 1994).

los valles de los ríos guadalhorce y guadiaro permiten una comunicación directa del tramo occidental final del Mediterráneo con las montañas interiores, en estos valles, situados entre las cadenas montañosas de Málaga, se sitúan varias cavidades

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con gran interés científico, son: la Cueva del tajo de Jorox (Marqués & ruiz 1976; Can-talejo et al. 2007a); la Cueva de ardales en la villa de ardales (Cantalejo et al. 2006) y por último, la Cueva del gato (Cantalejo et al. 2007a) y la Cueva de la pileta (breuil et al. 1915), ambas en el municipio de benaoján.

los nueve yacimientos situados en el litoral y los cuatro situados al interior, com-ponen uno de los más interesantes conjuntos arqueológicos del paleolítico superior, situado fuera de los territorios clásicos del sur de Francia, o de la Cornisa Cantábrica, al norte de españa.

sin embargo, el conjunto de yacimientos adolece de proyectos de investigación global ad futurum de cara a la actualización del conocimiento de sus contenidos, con la incorporación de nuevas tecnologías al análisis de cada uno de los yacimientos.

desde los años ochenta y desde la Cueva de ardales, se ha propuesto la relación de estos yacimientos entre sí, dentro de una serie de territorios que eran recorridos por los grupos humanos, abordando conceptos de movilidad estacional y nomadismo restringido, aplicados a los modos de vida de los grupos de cazadores, recolectores y pescadores del sur de la península ibérica. poniendo en relación los contenidos de las cavidades situadas en los valles interiores con las que se sitúan en la costa o próxima a ella (espejo & Cantalejo 1987). así, la investigación de los contenidos de las Cuevas del Cantal, en el municipio de rincón de la victoria, sobre un acantilado inmediato al mar, donde estudiamos desde los años ochenta las grafías prehistóricas del complejo formado por las Cuevas del higuerón, de la victoria y del tesoro (Cantalejo et al. 2007b; espejo et al. 1986; espejo & Cantalejo 1989, 1996), confirmando la similitud de los códi-gos gráficos empleados, las técnicas de ejecución y los parámetros de distribución.

la propuesta de que estos grupos humanos mantenían un sistema de organización social que incluía un amplio recorrido estacional que, en el caso de Málaga, estaba organizado de tal forma que en primavera, verano y principios del otoño, se despla-zaban desde los campamentos de invierno junto al mar, al interior, se está rastreando científicamente a través de estudios de arqueometría y análisis del arte rupestre, pero, sin duda alguna, serán las investigaciones que se han iniciado en 2011, dentro del marco del convenio de colaboración entre el neanderthal Museum de Mettmann (ale-mania), la universidad de Cádiz y el Consorcio guadalteba, las que sienten las bases del modelo ocupacional de estos grupos humanos que usaron estas cuevas como parte de su comportamiento social.

reConoCimientos

reconocer la importancia de los investigadores que siempre nos han apoyado en la conservación, investigación y difusión científica de la Cueva de ardales. destacar la labor continuada desde los años ochenta del siglo XX de amigos como José F. ramos (actual director de las intervenciones arqueológicas que se realizan en la cavidad) y Juan J. durán (arqueólogo y geólogo, respectivamente) que han sostenido el peso científico durante treinta años, a los compañeros actuales: Javier Medianero, antonio aranda y, por último, al admirado amigo gerd-Christian Weniger, actual director de las intervenciones arqueológicas que se vienen realizando en la vecina Cueva de las palo-mas de teba (Medianero et al. 2011) que nos ha abierto la puerta a la incorporación de las nuevas tecnologías al servicio de la investigación prehistórica en la Comarca del guadalteba. reconocer la labor de las instituciones durante todo este largo proceso: ayuntamiento de ardales, Consorcio guadalteba, grupo de acción local guadalteba, universidad de Cádiz, neanderthal Museum y Consejería de Cultura y deporte de la Junta de andalucía.

por último, agradecer a andreas pastoors la invitación cursada para colaborar en este libro homenaje a gerd-Christian Weniger.

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Cantalejo & María del Mar espejoMuseo Municipal de la historia y las tradiciones de ardaleavda. de Málaga, nº 1 - 29550 ardales (Málaga)[email protected]

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