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1
CANTATA DEL ÁRBOL QUE CAMINA
2000
2
CANTATA DEL ÁRBOL QUE CAMINA
I
Soy un poeta que habla de pájaros
También
claro
de otras cosas
la luna los hipogrifos violentos
los círculos viciosos
las divinidades
y los campos de tortura
Pero hablar de pájaros
y escribir subido a las ramas de los árboles
libros y libros de versos
es mi obsesión
la rutina de mis ansias
Un amigo mío me dijo un día
Enrique no hay que prestar tantos nidos
de atención a los pájaros
Y entonces volví la vista a los árboles
a esos seres tristísimos que crecen
persiguiendo a su pronombre
a esos fumaderos de oxígeno
a esos astrónomos del parque
que gustan de escudriñar el cielo
con los ojos de sus pájaros
3
Los pájaros
Los poemas del árbol
Su estrategia para podarle la prosa
que le crece
Las aves que
en diferentes puntos
se injertan al ramaje
y en él hallan los nidos de caoba
donde olvidar sus alas
metamorfosearse en frutos
y esperar a que madure en sus entrañas
el aleteante néctar del gorjeo
Enrique
me dijo el amigo mío
Pon a la frivolidad en cuarentena
y arroja los trinos
que aletean en tus dedos
a un diccionario de la rima
cualquiera
Cambié de itinerario
Abrí mi caja fuerte para encerrar en ella
los consejos
Me volví
un poeta que habla ya no de pájaros
sino de árboles hechos y derechos
Que adivina el bosque en cada pino o cada sauce
a sabiendas de que a todos
nada arbóreo
como diría el clásico
les es ajeno
Un poeta que los ve a la distancia o desde cerca
o desde abajo
O encaramado en una de sus ramas
para ser el agente de tránsito
de los vientos
4
o de las palabras que corren por los aires
tocando la bocina
de alguna de sus vocales
Vi los olmos
los cedros
los sauces
Los divisé
como a nosotros
negociando sus minutos con la muerte
Alzando en hombros el verdoso
brochazo de su impulso
Levantando en la yema de su dedo
alguna de sus brisas
Pero también sufriendo el cansancio indecible
de cargar no sólo su muchedumbre de hojas
sino el frondaje completo del firmamento
o padeciendo los jadeos invisibles
de su marchitarse
Acaricié su tronco
Y por uno de sus nudos
cicatriz de un hachazo
le recité poemas
y hasta me puse a tararearle una canción de cuna
para sus partes niñas
Creo que fue en Pascal donde hallé la imagen del hombre
como un junco o una caña que
a pesar del feroz ramalazo de la tempestad
afilada por los montes
se sostiene
la quilla de la frente
quebrando en dos al viento
por las hondas raíces que lo clavan en tierra
encantado por el juego
de las leyes naturales
y planeando cada una de sus conquistas cósmicas
bajo tierra
5
Si fui
en el pasado
un poeta que
tras de hablar de pájaros
dio recitales de poesía en los claros de la selva
hizo marchar de diez en fondo a los árboles
en la calzada real de sus estrofas
y escribió sus mejores metáforas en los troncos
después terminé por ser
o sentirme
o transformarme
en un árbol que canta
y dice confidencias
y busca melodías en el lento desplazarse
de su savia
o en el céfiro que escudriña los nidos a la búsqueda
de residuos melódicos
Un sauce o una encina que
con los álabes de su ramaje
cuenta
las sílabas de sus versos
o que emplea el metrónomo del ritmo de la vida
para decir
decirse
desdecirse
con un silencio que se despoloma del frondaje
como la sombra
o la hojarasca
Pero también fui un árbol que aúlla
gime
gimotea
da arañazos al cielo
hasta darse en la garganta
con el amargo sabor
de la sordera ajena
6
Entonces
cuando no sé qué director orquestal
me daba la entrada
escupía a los aires
un fortísimo de bramidos
y dejaba en la atmósfera
el escándalo de mis pulmones
Fui en verdad un vegetal violento
erizado de injurias
zozobras
y lianas malolientes de saliva
colgadas como escarcha
Árbol blasfemo
a las patadas con la Divina Providencia
dedicado infatigablemente
a pisotear y embarrar en el suelo
todo presunto milagro
y a arrancar hojas y hojas a la Biblia
con la seguridad
de llegar a tener entre manos
las Santas Escrituras de la nada
Pero hoy ha sucedido
Ya no estoy aquí
anclado al suelo por una raigambre
sedienta de negrura
y hambrienta de gusanos
Ya no estoy a la espera
de la furia del destino
y su jauría de vientos
No estoy aquí
Ya no
A mis espaldas hay
tan sólo un hueco
cavado por mi ausencia
que brama nacimientos
y sangra independencias
7
Soy un árbol
que ya está en el andén de su odisea
que encuentra pies y báculos
y brújulas y prisas
y hasta el camino mismo
entre sus pertenencias
Un árbol que concibe su primer paso
con los dolores
del alumbramiento
II
Caminante Soy ahora
un árbol caminante
No aquel que escupía
a diestra y a siniestra
plegarias venenosas
o manzanas prohibidas
para que Dios
les hincara el diente
No aquel que tenía cuentas insolutas
con el infinito
El ser despellejado
con su albura a la intemperie
con jaquecas de viento
que llegó a sufrir un síncope
en todos los corazones
de su tronco
Ya no soy el energúmeno
de ayer con cara de pocos dioses
puños fingiéndose frutos
y mesándose las ramas
las hojas y los sueños
Ni aquel que
pletóricos sus nidos de blasfemias
recién nacidas y empolladas con ternura
8
por mis odios
declaró una guerra sin cuartel al Padre
un duelo a primer epitafio
e impulsó a su furia antiaérea
a agujerear el firmamento
Ni aquel que
tras la guerra de exterminio
declarada al más allá
sintió sus manos
manchadas con la sangre
del Hacedor del mundo
III
Camino
Soy un árbol que saborea el fruto
prohibido
de su movimiento
Que deja atrás el paraíso
si es que es un paraíso
vivir con una parálisis
de pies fusionados y tullidos
y saber deambular únicamente
para arriba
Ahora
abrazados la vista y el olfato
puedo husmear el universo
recorrer alcobas
polvaredas
continentes
hasta llegar al terruño promiso
donde habita
la idea
el frenesí
de que no soy vástago
9
progenie
criatura destronada de cerebro
hijo
del afán inefable
de la mano omnipotente
No me llamen criatura
No soy el eco
de un ademán celeste
En mi árbol genealógico
no hay lugar
ni uno solo
para Dios
Lo grito a voces
Mi acta de nacimiento
se gestó en la placenta
y en los ojos parturientos
de llanto
de mi madre
Y nada más
Mis padres tampoco tienen el menor parentesco
con lo sobrenatural
carecen de cordón umbilical que los asocie
con lo arcano
en su origen no hay un vientre divino
ni un esperma oloroso a eternidad
Son tan huérfanos de cielo
como el que pulsa ahora la lira
con sus dedos heridos solitarios supurantes
de dudas e ignorancias
Ahora mis padres
bajo el limo
se esconden en la nada
o en el hambre siempre insatisfecha
de un reguero
de voraces segundos
horas
siglos
10
Un poeta amigo mío me dijo un día
Enrique
prosigue tu camino
pero ya por favor sin alucinar
que desde un carcaj eterno
alguien disparó invisibles
flechas de sentido
que van al borde de tu carretera
para orientarte
Camina prosigue tu jornada
escucha solamente
las voces que producen tus zapatos
al chocar con la arena
Los faros o las brújulas
qué son Enrique Enrique sino sueños
de los pies adormilados
al vaivén de su marcha
Sólo ahora
cuando dejo
mis prejuicios de árbol
de presidiario
con grilletes de limo
caigo en cuenta de que oh vida
careces de sentido
o mejor
no eres hija de un plan
una jaqueca
un despropósito
urdido en la materia gris
de lo absoluto
o la programación enloquecida
de un demiurgo psicópata
que juega solitarios ominosos
con las leyes naturales
11
IV
Mira vida
no fue formada la sed
deliberadamente
para bajar un poco casi nada el nivel
de fuentes
lagos
mares dulces
para hallar la alegría en los sedimentos
de la copa de vino
para que alguien ideara las cantimploras
y les nacieran alas a los charcos
o para dejar al desierto
hablando solo
No se gestaron las jirafas
para amedrentar a las estrellas
o los peces
escamados de oleaje
para dar respuesta
a la carnada de preguntas
del anzuelo
Oh vida careces de sentido
porque Dios no sólo es sordomudo
sino manco
No fraguó el hágase la luz
frotando dos pedazos de madera
contra
las pretensiones delirantes de la noche
de no tener confines
ni dudas
ni arrepentimientos
12
Ni diseñó los párpados
como puertas de escape
al asedio del mundo
Ni tampoco para que los astrónomos
armaran a placer
sus noches de juguete
No se crearon las pupilas
con su ráfaga de imágenes
para saber cuántos metros y su morralla de centímetros
separan a mi deseo
de la mujer amada
Cómo has de tener algún sentido
si no se crearon las hojas de los árboles
para dar pie al argumento
de que ninguna se viene abajo
sin el deseo de Dios
o sin las manos divinas atareadas
en sacudir el tronco
como farfullan las rodillas
ateridas de miedo
mientras llenan de tierra
sus hocicos
No tienes sentido oh vida
No fue concebido el espacio
sólo para que los amantes separados
heridos y sangrando
soledades
destruyan
tierras
océanos
continentes
haciendo en sus adentros
llamadas de larga distancia
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¿Sentido alguno vida?
Si no se hicieron los colibríes
embriagados de cielo
y salpicando luces a su entorno
para dar alas a lo inmóvil
enjaulado en su propia
indecisión viajera
¿Qué sentido por Dios?
Si no se hizo el via crucis del deseo
para crucificar el corazón
de los amantes
que viven en distintas dimensiones
Ni se forjó el insomnio
las almohadas que aprendieron
el canto de los gallos
para que los astrónomos
se vuelquen al estudio
de las estrellas
de los más luminosos y oscuros jeroglíficos
y descifren oh vida
el triunfo a todo cosmos
de la falta de sentido
V
Manteles
sillas
poemas
las cosas todas que rodean nuestro cuerpo
han salido del arcón infinito
del trabajo
del crisol de ademanes
de los dedos henchidos de ocurrencias
del sudor diligente
del cerebro obstinado en dar a luz
tras de los nueve meses o siglos o segundos que requiere
toda creación artística científica humana
o en medidas inéditas de tiempo
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su propósito
su aspiración
su fantasía
muerta de ganas
de dejar de serlo
Todo aquí tiene sentido
El espejo de la alcoba
fue imaginado para decir o cuchichear el tiempo
y no
como los calendarios
los relojes
y mi tía viejísima y enferma
para pregonarlo
aullarlo
darlo a gritos
Él tiene sentido
Tienen sentido
las camas que se forman
con regazos de madre
y ademanes de hermana
para el cansancio niño
que quiere noche a noche
acurrucarse de nuevo en el vientre perdido
del origen
Tienen sentido
Lo tiene también
este par de zapatos
que sufre de hormigueos en la suela
y espera al pie de mi cama
como inquietos sabuesos
la polvareda de olor
de su camino
Par de zapatos que he de ponerme
para limar las iracundias y el calor
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de los guijarros
Sí un sentido
La vida humana no
Porque no somos criaturas
nacidas de las manos preñadas
del de arriba.
Cómo vas vida a tener sentido
si no provenimos de Aquel
de su inspiración creativa
o de sus glándulas mamarias infinitas
sino que si cabe vamos a diseñarlo
fabricarlo
construirlo
en la medida de nuestras manquedades
a marchas forzadas
en el año primero
en el minuto inicial
en que el hombre
convertido en pesebre
se nos transmude en Dios
o por lo menos en ese superhombre
que el día menos pensado romperá
su alcancía de perfecciones
VI
Ni modo
Aqui grito: ni modo
En mi boca tiene su templo
su púlpito de saliva
la resignación
o la certeza
de que las cosas son como son
y no como el homúnculo ambicioso
y aterido de espanto
que nos araña por dentro
querría que fuesen
16
Ni modo
Eso grito
cuando sé
que toda plegaria
deja la mancha de lodo de sus pies de barro
en todo lo que pisa
Ni modo
Mi esperanza nació con las alas raídas
con nudillos descascarados
y volviéndose polvo
de tanto tocar
las puertas imposibles
Ni modo
Ningún cuento de hadas puede ocultar
por mucho tiempo
su talón de Aquiles
los albañales de la fantasía
y su quimera
parada de puntas
Ni modo
La zozobra no encuentra
en la supuesta tierra prometida
del más allá
una sola almohada
en que posar la sien
El oasis absoluto
que inmola los camellos
La voces ancestrales
perdidas en Dios sabe qué provincias
del arcano
La triste mandolina en que nos toca
una infanta difunta
su pavana
para carne agusanada
O el rumor lejanísimo
del hombre dedicado a recoger y juntar
los pedazos dispersos de su cuerpo
17
Ni modo
Nuestros pies no caben
sino en el sitio exacto
que les proporcionan las sandalias
urgidas de existencia
Nuestros pulmones
no pueden hallar otro oxígeno
que el dócil
amistoso
con los brazos abiertos
del aquí y el ahora
Ni modo amada mía
nuestro amor al trepar la montaña
no tiene los corazones amarrados
como cuerpos de alpinistas
Mira te invito a ver tu piel
¿no adviertes cómo se va desmoronando
poco a poco de tacto?
Ni modo
Eso grito cuando sé
que no es difícil descubrir
que tiene pies de harina
el coloso de colosos
que duerme al interior
de cada hostia
De harina sí
pero de otro costal
Cómo duele
nada mía
cerebro a ras del cuerpo
saber que Dios
la esperanza en cuarto creciente
es un inefable
sublime
divino
cheque sin fondos
18
VII
Con una mente
limpia de telarañas
empleo lejía
contra el incienso pegajoso
que me invade
Me pregunto por el sentido del dolor
hasta comprender al fin
la compleja ecuación
del sufrimiento
¿La comprendo?
Pregunto por la serenidad el bien el optimismo
No viven en el departamento de arriba
en los sótanos del palacio
o en las cárceles encerradas en sí mismas
de lo clandestino
No están en el otro lado
en los aledaños del ardor
en las afueras de la jaqueca
Están al interior del sufrimiento
Son la almendra
la fragancia de dioses que nos narra
su olor entre los dedos
En tus sienes hermano está el sentido
de todo
Ahí donde un minúsculo murmullo de neuronas
urde fines y medios
aletear de propósitos
y ejercicio de manos
No se encuentra en la percha
ya lo dije
del designio inefable
19
ni se oculta a tus ojos
por un juego de manos ominoso
del Señor de los cielos
¿Comprendes esto hermano?
Sólo si lo vislumbras
podrás entender
el papel del sufrimiento
su envés
su cara oculta
o el papel que le toca en el elenco
de lo vivo
Podrás entonces no sólo perdonarlo
No tengo resquemor oh pena
ya contigo
O resignarnos a los rasguños que produce
en las paredes
o a ese pus con sollozos y sollozos
de sus lágrimas
Hay que pasarle un trapo
limpiarlo de lamentos
gritos
alaridos
dejar de verlo con rencor
con odio de revólver
Cerrar los ojos para advertir al fin
su cara oculta
Su sentido
Por el sufrimiento somos
Sollozas luego existes
Las lágrimas no son humores incorpóreos
vertidos por los ojos
de ángeles hospedados en algunos recovecos
de nuestros entresijos
Son el zumo
de la carne torturtada
El trauma del nacimiento
que perdura hasta la muerte
Que perdura
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No hay bien en la tierra ni en las almas
ni en los cuerpos
que no tenga al dolor como su orfebre
su apuntador
o su poeta
VIII
Si pastoreados por el microscopio
nos sumergimos en lo infinitesimal
en el irrefrenable apetito de cero
vemos que en la célula
y su ladrar minúsculo
hay un núcleo
en éste un filamento
en el filamento
un reguero de cromosomas
en cada cromosoma
una formación genética
y en cada gene
el cuento de no acabar
la novela de terror
que discurre en lo invisible: el infinito
Pero también allí se encuentran
los guiños de los ojos
que preceden a los ojos
el color del cabello ensortijado
en su promesa sólo
de cabello
el poeta nonato que conoce
cómo dar con los cofres atestados
de ritmos y de rimas
al oír el tintineo de las letras
Cuando el espermatozoide
después de llevar en los colmillos
21
jirones de epidermis de los otros pretendientes
seduce y lleva a la cama al óvulo
lo rodea de estrellas
le canta con su laúd
y lo arroja
a meses de trabajo creativo
En el código genético del óvulo ya encinta
del futuro almácigo
de carne y hueso
se van conformando
los ojos
la nariz
el vientre
las piernas
y el ángel de la guarda
En el embrión
hay injertos de espíritu
A la vera del cuerpo recién concebido
en el aura circundante
que nos sirve de atmósfera privada
hay aleteos de ángel
centinela invisible
guardaespaldas genético
manos que protegen nuestra pequeña llama
de hombres
La vida su instinto su hambre de conservación
o como se llame
es quien monta guardia
en torno nuestro
Es nuestro verdadero ángel de la guarda
dulce compañía
Es la voz que nos grita:
Cuidado
Ten temor
22
No bajes la guardia
No menosprecies las fauces
del minuto asesino
Vuelto temor
angustia
sufrimiento
se preocupa de que el cuerpo no derroche
segundos
horas
o relojes completos
El temor a la muerte es una de sus obras maestras
Alambrada de púas en redor de nosotros
es un cántico a la vida
el perro vigilante que arroja su jauría de colmillos
contra cualquier intruso vestido de peligro
pulsión que nos protege
nos da la reticencia
el dolor
la cautela
para vigilarnos
para hacer del refugio
una guarida en armas
Fábrica de escudos
tiene ademanes de madre
Lo heredamos de los antropoides
y su sabia
y delicada manera
de cuidar a sus cachorros
y a sus minutos
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IX
Ni modo
Llevamos nuestra alforja
plagada de tumores y de aullidos
insufribles
pero indispensables
Pulmones que toman por asalto la palabra
en toses de nunca acabar
exigiendo la presencia del aire
que el mar convierte en niño
o pidiendo cucharadas de ternura
Fiebre que desde las axilas o la frente
llama a gritos
al termómetro custodio
a la madre que luce el mejor oído
del mundo entero
a la amante perdida en la selva
de mis versos
Qué remedio
Alma mía
por extraños e incomprensibles
encolerizamientos de la atmósfera
puedo quedarme sin hojas
sin ramas
y hasta caer en el suelo cuan largo soy
tras de dar un traspiés con la nada
Puedo perder el sentido y caer de bruces
y llenarme y llenarte de moretones ampollas y heridas sin fin
alma mía
Soy un árbol que ha dejado a su espalda
una nube de polvo
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de prejuicios
rechinido de dientes
taquicardia de tiempo
y ese hueco o esa fosa en la que yace
como en cada una de las huellas
el cadáver de un pretérito
recién nacido
que crece poco a poco
hasta tornarse adulto viejo
hasta llegar al punto en que se encuentra
buscando y rebuscando
las palabras con que hablarle a la muerte
En la casa de espejos
del ahora
hoy me encuentro
transformado en una ráfaga de imágenes
La libertad es el más importante
de mis órganos internos
Mis raíces andariegas han urdido su periplo
de puntos cardinales
Ay hermano cómo duele ser un árbol
que toma decisiones
Lo estoy diciendo aquí
en la cabina del manejo
de mi libre albedrío
Me duele porque duele
en el alma el erizo
de las encrucijadas
Ya nunca estaré hierático
inmóvil
a la expectativa
del hacha que clarea los bosques
construye la orfandad de los gorjeos
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desconecta los pulsos
y hace que las raíces arrancadas de cuajo
renuncien a su idilio con la ceguera
de los topos
subterráneos
Ya nunca
Ya nunca me encontraré
a la espera del rayo
que se escapa de la iracundia divina
o del bombardero místico
para carbonizar los nidos
las hojas y las ansias
y ocultar con una fronda de humo
la parvada de incendiados gorriones
del chisporroteo
Nunca
Ya estuvo bien de ser siempre
la criatura de brazos
durante la vida entera
de algún progenitor
perteneciente al mundo
o al transmundo
Deseo morir como hombre
no como el perpetuo niño
que tiene la sumisión acasillada
la voluntad gateando
las manos ahuecadas de pedir
por el amor de Dios
que en sus hombros se pose
paloma mensajera de ultratumba
la mano de su padre
Ya no
Ya nunca me hallaré
el tronco de rodillas
y los ojos anegados
de sí mismos
pidiendo a las deidades
o al sagrado corazón distribuido
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en todas ellas
la limosna
de un corazón intrépido
el valor de mirar a la verdad
como los girasoles a su dueño
la osadía de abordar la barcaza de la muerte
sabiendo que al timón se halla el Ni modo
con la serenidad del que en su pecho
ha cavado la fosa
para dar a la muerte sepultura
Enrique nunca ya
Ahora quiero
respirar a toda fronda la fragancia
de todos los caminos
Quiero cultivar mi jardín
para que allí me crezca
la rosa de los vientos
Quiero
que la muerte me encuentre caminando
por la ruta privada
de mis puntos suspensivos
Enrique me diré
has recorrido al fin
todo tu itinerario
has llegado digna
serenamente
a los últimos compases
de tu cantata
y cargas ya en la boca
el bocado envenenado
de tu última palabra
Pero es todo
La memoria
que podría ser
el último cuerpo
en que podrías
reencarnar
no es sino un sinónimo de la nada.