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VALLE ARGENTINO Diego G. Silva Nieto 1 , Claudia I. Montalvo 2 , Marcelo Zárate 2-3 y Manuel Szelagowski 4 Un corredor hacia los Andes

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VALLE ARGENTINO

Diego G. Silva Nieto1, Claudia I. Montalvo2, Marcelo Zárate2-3 y Manuel Szelagowski4

Un corredorhacia los Andes

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Sitios de InterésGeológico

de la República Argentina

EDITORComisión Sitios de Interés Geológico de la República Argentina (CSIGA):

Gabriela Anselmi, Alberto Ardolino, Alicia Echevarría, Mariela Etcheverría, Mario Franchi,Silvia Lagorio, Hebe Lema, Fernando Miranda y Claudia Negro

COORDINACIÓNAlberto Ardolino y Hebe Lema

DISEÑO EDITORIALDaniel Rastelli

Referencia bibliográfica

Sitios de Interés Geológico de la República Argentina. CSIGA (Ed.) Institutode Geología y Recursos Minerales. Servicio Geológico Minero Argentino,

Anales 46, II, 461 págs., Buenos Aires. 2008.

ISSN 0328-2325Es propiedad del SEGEMAR • Prohibida su reproducción

Publicado con la colaboración de la Fundación Empremin

www.segemar.gov.ar | [email protected] | [email protected]

BUENOS AIRES - 2008

Av. General Paz 5445 (Colectora provincia)Edificio 25 - 1650 - San Martín - Buenos Aires

República Argentina

Av. General Paz 5445 (Colectora provincia)Edif icio 14 - 1650 - San Martín - Buenos Aires

República Argentina

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UBICACIÓN, FISIOGRAFÍA, FLORAY FAUNA

Valle Argentino es el más importante de losvalles que se encuentran en el sector centrooriental de la provincia de La Pampa; está ubi-cado al sur de la ciudad de Santa Rosa y se ex-tiende en sentido general oeste-este, desde lalocalidad de Chacharramendi hasta aproximada-mente el límite con la provincia de Buenos Aires(Figuras 1, 2 y 3).

El paisaje de la región sorprende por susgrandes ondulaciones, determinadas por la exis-tencia de varios valles que, además del Argenti-

VALLE ARGENTINO

Diego G. Silva Nieto1, Claudia I. Montalvo2, Marcelo Zárate2-3 y Manuel Szelagowski4

Un corredorhacia los Andes

1. Servicio Geológico Minero Argentino, Instituo de Geología y Recursos Minerales.2. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad Nacional de la Pampa.3. CONICET.4. Petrobras Energía, S.A., Gerencia Reservorios.

RESUMEN

Valle Argentino, el más importante de los valles de la provincia de La Pampa, es un área de transición entre la Pampa Húmeda y laPampa Seca. Según lo atestigua el registro arqueológico, ha estado ocupado por el hombre desde hace centenas de años y fue uno de los

primeros asentamientos de europeos en la provincia. Tiene una longitud superior a los 200 kilómetros, su ancho máximo es de 10

kilómetros y la profundidad excede por poco los 100 metros. El valle, cuya formación se estima que habría comenzado hace unos 5-6millones de años, está excavado en depósitos sedimentarios macizos del Mioceno tardío –de grano fino y color castaño- coronados por

una potente costra calcárea (tosca) que puede observarse en las partes culminantes de sus paredes laterales. De estos sedimentos

miocenos se exhumaron restos fósiles de vertebrados, principalmente de mamíferos y también de anfibios, reptiles y aves. La partecentral del valle está ocupada por un cordón cuaternario constituido por médanos de formas variadas. Los más antiguos se generaron

por vientos provenientes del cuadrante sudoeste. A estos médanos se les superponen otros de menores dimensiones, que sugieren

vientos del mismo cuadrante, aunque también hubo períodos en que parecen haber dominado los vientos del oeste.

ABSTRACT

Valle Argentino, the most outstanding valley of La Pampa province, is a transitional area between the humid Pampa and the

dry Pampa. Human groups, including the original people and the first European settlers of the region, have occupied thevalley for a long period. The valley is more than 200 kilometers long, up to 10 kilometers wide, and its depth exceeds 100

meters. It was presumably formed around 5-6 million years ago by erosion of late Miocene deposits consisting of fine-grained,

massive brown-coloured sediments. A thick calcrete crust, locally known as «tosca», and clearly visible along the walls of thevalley sides, occurs on top of the deposits. Various vertebrate fossil remains were recovered from the Miocene deposits, including

a great number of mammals, as well as amphibians, reptiles and birds. The central part of the valley is occupied by Quaternary

dunes of differing morphologies. The relatively oldest are elongated and rounded dunes generated by south-west winds; laterreactivation of these dunes gave way to smaller accumulations also suggesting the action of the same wind system as well as

periodic winds from the west.

no, atraviesan la parte centro oriental de la pro-vincia de La Pampa (Figura 2). Estos valles pre-sentan en la parte central extensas cadenas demédanos que forman potentes acumulaciones,de hasta 30 metros de altura (Fotografía 1).

El Valle Argentino es una depresión de an-cho variable, que oscila entre 7 kilómetros en lazona del paraje El Carancho, 9 kilómetros enGeneral Acha y 10 kilómetros en la localidad deDoblas, mientras que su extensión supera los 200kilómetros.

El régimen hídrico de la región es subhúmedoseco con una precipitación media anual de 450 a600 milímetros. Caracteriza a este valle la pre-

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sencia de una serie de lagunas alineadas queactúan como superficies de descarga y evapora-ción. El agua subterránea se relaciona directa-mente con el cordón medanoso central del va-lle, el cual constituye un buen reservorio de agua,ya que funciona como área de recarga, facili-tando la infiltración del agua y regulando su dis-tribución.

El valle se caracteriza por enlazar dos am-bientes ecológicamente diferentes, la Pampa Seca

al oeste y la Pampa Húmeda al este, por lo que esun área ecotonal. La presencia de las lagunas ali-neadas (tanto saladas como dulces) así como losreservorios de agua, permiten que se desarrolleuna amplia variedad de recursos bióticos.

La vegetación está representada por pasti-zales de suelos arenosos, matorrales de ambien-tes salinos y por el bosque de caldén (caldenal).Este último, cada vez más reducido debido a lossucesivos desmontes e incendios frecuentes,ocupa actualmente menos de la mitad de la ex-tensión que poseía a principios del siglo XX.

En los valles pampeanos convive una varia-da fauna autóctona integrada por caranchos,chimangos, ñandúes, cisnes, teros, pumas, zo-rros grises y colorados, lagartos overos y serpien-tes yarará, junto con especies exóticas como elciervo colorado y el jabalí.

LA HISTORIA DEL HOMBRE EN ELVALLE

Es importante resaltar que este valle resul-ta emblemático tanto por su morfología comopor haber sido lugar de los primeros asentamien-tos europeos y zona de tránsito obligado haciael alto valle del río Negro y la cordillera, desdelos comienzos de nuestra historia.

El hoy llamado Valle Argentino era denomi-nado «Quetré Huitrú Lauquen» (caldén solo jun-to a la laguna) por los pobladores originarios,que ya elegían este lugar precisamente por serfuente de agua potable y por su abundante vidasilvestre.

Figura 1. Ubicación regional de los valles pampeanos.

Figura 2. Mapa de la provincia de La Pampa.

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Hay referencias etno-históricas que mencio-nan a este valle como un área de articulación delas rastrilladas que conectaban la pampa bonae-rense con la travesía del desierto pampeano. Almenos desde el siglo XII ya conducían hacia lospasos cordilleranos para ingresar al actual terri-torio chileno. Posteriormente, ya para el sigloXVIII, estos pasos se consolidaron. Fueron parajede los calfucuraes en la llamada «rastrillada delos chilenos», así como lugar de reaprovisiona-miento de los indios pampas. Estos últimos, aladoptar el caballo y adquirir mayor movilidad,pudieron establecer contactos comerciales conlas tribus trasandinas que poseían influenciamapuche, hacia las que arreaban ganado vacunoy caballos cimarrones. Según mapas que la repre-sentan, la «rastrillada de los chilenos» se exten-día desde Carhué y las Salinas Grandes, pasandopor laguna Chillhué y Quetré Huitrú (área de laciudad de General Acha) hasta la cordillera delNeuquén. Actualmente, en parte está represen-tada por la actual ruta nacional 152, hasta la la-guna El Carancho; desde aquí continúa a lo largode la ruta provincial 20 -hoy llamada Ruta Con-quista del Desierto- que vincula los pueblos deChacharramendi y La Reforma con Colonia 25 deMayo, a orillas del río Colorado (Figura 2).

Desde el punto de vista arqueológico haconstituido una referencia importante en la di-

námica de las poblaciones, ya desde tiemposprehispánicos. Su proximidad con las SalinasGrandes, lugar clave para el aprovisionamientode sal, la convirtió en zona de confluencia dediversos grupos humanos. Es probable que el ValleArgentino haya sido un rasgo fisiográfico impor-tante en la delimitación de los territorios de losdistintos grupos sociales.

El registro arqueológico del valle es similaral conocido en otros sitios de la región húmedade la provincia de La Pampa y se diferencia delos contextos arqueológicos ubicados en la Pam-pa Seca (Berón, 2004; Berón y otros autores,2006). Por ejemplo, la zona de la laguna Chillhuéfuncionaba ya en tiempos históricos recientescomo el asentamiento principal del cacicatoCurá. La presencia de un espejo de agua perma-nente, así como de manantiales, bosques, pasti-zales, salares, aves acuáticas y mamíferos, con-tribuyeron a convertirla en un sitio óptimo parael asentamiento humano. Así, en las vecindadesde la laguna se encontraron tres sitios arqueoló-gicos. Su entorno ofrece condiciones ambienta-les que se diferencian claramente del semide-sierto occidental. Otra localidad arqueológica sehalla en la zona del paraje El Carancho (Figuras2 y 3), en el tramo central del mismo valle. Allí,donde se concentran una serie de manantiales yla laguna El Carancho, se hallaron fragmentos

Figura 3. Vista oblicua del sector medio del Valle Argentino, entre General Acha y el paraje El Carancho, tomada de GoogleEarth.

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de rocas de diversa composición utilizados porlos primitivos pueblos.

Se ha podido esclarecer que el pobladororiginal de estos valles fue progresivamente desa-lojado. El gaucho siguió su misma suerte; en prin-cipio fue reclutado por el ejército para comba-tir al indio y luego paulatinamente marginadode estas tierras, quedando relegado al monte.Mientras esto ocurría, nuevas corrientes de in-migrantes europeos fueron ocupando estos va-lles. Fue así que el 12 de agosto de 1882, en lazona del valle de Quetré Huitrú, el General Cam-pos fundó la ciudad de General Acha.

Sin embargo, la historia del Valle Argentinoy del resto de los valles pampeanos se remontamillones de años atrás, mucho más atrás que lahistoria del hombre...

EVOLUCIÓN GEOLÓGICA

Primera parte de la historia

Los registros geológicos más antiguos de laregión están constituidos por rocas graníticas ymetamórficas formadas entre los 880 y 330 mi-llones de años (ver cuadro Ubicándose en el tiem-po), que integran el llamado «basamento crista-lino». Estas rocas estuvieron sometidas a la ero-sión por largos períodos, suficientes como paraformar una superficie casi plana, sin grandes des-niveles relativos. Durante los períodos de ero-sión no hubo grandes depósitos de materiales y,si los hubo, fueron barridos por los mismos agen-

tes exógenos que actuaron en la erosión. Por lotanto, no se tienen registros sedimentarios deun lapso de aproximadamente 315 millones deaños, que comprende casi la totalidad de la evo-lución de los seres vivos (incluidos los mamífe-ros), hasta mediados del Cenozoico (ver cuadroUbicándose en el tiempo).

Recién hace 15 – 16 millones de años estazona, como consecuencia de una importanteactividad volcánica localizada en la latitud deMendoza, se vio intensamente afectada por unvoluminoso aporte de cenizas que fueron trans-portadas en suspensión hacia la zona pampeanapor los vientos del oeste del Pacífico sur, y de-positadas sobre la superficie labrada en las ro-cas graníticas y metamórficas. Como la activi-dad volcánica estaba ligada al levantamientode la Cordillera de los Andes, los ríos que co-menzaron a drenar y erosionar las nuevas tie-rras elevadas también transportaron simultá-neamente hacia el este grandes volúmenes desedimentos no volcánicos. Parte de éstos -losmás finos- también fueron movilizados y depo-sitados por el viento. La acumulación de estosmateriales sedimentarios de grano fino dio lu-gar a depósitos de aspecto homogéneo y de colorcastaño. Estos materiales, conocidos como loessy limos loessoides, forman la parte más impor-tante de la cubierta sedimentaria de la provin-cia de La Pampa, depositándose también ex-tensamente en otras regiones de la llanura cha-co-pampeana. De acuerdo con las característi-cas sedimentarias, las capas de loess, consti-tuidas por partículas de grano muy fino, de ta-

Fotografía 1. Cordón de médanos en el Valle Argentino, en las inmediaciones del paraje El Carancho.

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maño limo (entre 0,062 y 0,003 milímetros),fueron depositadas por el viento; en cambio,las capas de limos loessoides, de igual tamañode grano, dominantes en la potente y extensacubierta, fueron generadas por los ríos.

Estos sedimentos fueron acumulados en unazona prácticamente llana, formando capas su-perpuestas horizontales a subhorizontales queconservaron la primitiva morfología del paisaje.

Ya en el Neógeno, a fines del Mioceno (vercuadro Ubicándose en el tiempo), las enormesfuerzas que produjeron el surgimiento de la Cor-dillera de los Andes se propagaron hacia el este,afectando aunque de manera diferente, a la to-talidad del continente americano. En el norte ycentro de nuestro país provocó la dislocación yelevación del antiguo basamento cristalino, for-mándose así las Sierras Pampeanas de Córdoba ySan Luis. A la latitud de La Pampa el proceso dedislocación y elevación del basamento y de sucubierta sedimentaria fue de mucha menor mag-nitud. Se desarrolló una elevación muy suave,denominada dorsal, con una orientación nor-no-roeste sud-sudeste, apenas reflejada en super-ficie, que se extiende por el este de la provinciade La Pampa, desde inmediatamente al sur dela sierra Lonco Vaca hacia el este de Santa Rosay Doblas por el sur. Esta dorsal controló el dre-naje de las aguas superficiales que comenzarona escurrir por la planicie; en consecuencia, sedesarrollaron pequeños valles que drenaron ensentido perpendicular a la misma, hacia lo queactualmente es el valle del río Salado o Chadileu-vú, colector principal de las aguas que fluíandesde los Andes centrales (Figura 4a).

Con posterioridad, el proceso erosivo desen-cadenado por el modesto levantamiento de laregión hizo que la cubierta sedimentaria y la pla-nicie pampeana central comenzaran a modificarsu morfología. Los ríos troncales, como el Chadi-leuvú y sus afluentes, comenzaron a labrar susvalles a un nivel inferior y formaron una extensay nueva superficie, más baja. Esta nueva super-ficie plana, llamada pedimento, ha sido labradafundamentalmente por la erosión fluvial (Figura4b). De la primitiva planicie quedaron relictosaislados en el extremo oeste, cerca de Chacha-rramendi, como los cerros La Bota, Azul y Pataguay otros menores adosados a las sierras de LihuéCalel y Chata, y en cercanías de General Acha,como se puede observar en la figura 4c. Todosson cerros «amesetados» o cerros «mesa», cuyasuperficie superior representa el nivel de la an-tigua planicie. Hacia el este, los ríos siguieronexcavando profundos valles, de más de 120 me-

tros de profundidad. De ellos, el Valle Argentinoes el mejor ejemplo, pero hay otros como losvalles Daza y Quehué al norte y Maracó Grande,Maracó Chico y Hucal, al sur. En algunos de estosvalles, la profundización o ahondamiento ha sidode tal magnitud que dejó al descubierto parcial-mente el basamento cristalino (Figura 4c).

Las distintas etapas de esfuerzos que gene-raron la Cordillera de los Andes se siguieron trans-mitiendo a los diferentes bloques del basamen-to cristalino que sustentan a la región pampeana,los cuales reaccionaron acomodándose a las nue-vas condiciones. En la zona que nos ocupa seprodujo un basculamiento de los bloques, quehizo que se inclinaran hacia el este, cambiandoen consecuencia la pendiente de los valles haciaesa misma dirección (Tapia, 1937). Por lo tanto,los valles habrían dejado de ser funcionales, esdecir habrían quedado aislados de la red de dre-naje natural que era el río Chadileuvú ya en lostiempos miocenos muy tardíos o pliocenos (6 a 2millones de años atrás).

Los últimos 2 millones de años

El período Cuaternario comprende aproxi-madamente los últimos 2 millones de años (vercuadro Ubicándose en el tiempo). En sus comien-zos se caracterizó globalmente por condicionesclimáticas más frías que las precedentes. Ellodio lugar a la formación de glaciares en diversaspartes del mundo, motivo por el cual este perío-do, el Pleistoceno, es conocido también como laEdad del Hielo. Las condiciones climáticas fríasno se mantuvieron permanentemente, sino quehubo una ciclicidad, correspondiente a períodosde glaciación - interglaciación. Por lo tanto, al-ternaron largas etapas durante las cuales se pro-dujo un progresivo enfriamiento del clima, conotras relativamente más breves, de unos 10.000años, en las que el clima era más cálido. Duran-te las primeras, los glaciares bajaban de la zonade montaña (donde estaban confinados) y se ex-tendían hacia las zonas pedemontanas y las lla-nuras aledañas, hasta latitudes y alturas nuncaalcanzadas. En los períodos cálidos, en cambio,se producía el retroceso relativamente rápido ygeneralizado de los hielos. Durante los máximosglaciales la temperatura global en la superficiede la Tierra disminuía en promedio entre 5º C y7º C, registrándose cambios de 10º C a 15º C enalgunas regiones ubicadas en latitudes medias yaltas del hemisferio norte.

Actualmente vivimos en un período inter-glacial, el último y más reciente, que comenzó

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hace unos 10.000 años. Es decir que la historiade la Humanidad, desde las antiguas civilizacio-nes de Medio Oriente hasta la sociedad del pre-sente, se ha desarrollado bajo las condicionesclimáticas y ambientales de un intervalointerglacial. Esto no fue así para el hombre pre-

histórico, que ha vivido y evolucionado precisa-mente durante todo ese período frío de la Tie-rra.

Durante el interglacial actual en que vivi-mos, las condiciones tampoco han sido constan-tes, habiéndose producido fluctuaciones meno-

Figura 4. Esquema de la evolución de los valles pampeanos.

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Valle Argentino

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res, tanto en la temperatura como en las preci-pitaciones. Hubo episodios de enfriamiento glo-bal de corta duración y baja intensidad que oca-sionaron pequeños avances de los glaciares. Entiempos históricos recientes, desde un poco an-tes del comienzo de la conquista española enAmérica, se produjo el último avance glaciarioconocido como la Pequeña Edad del Hielo, quereconoce a nivel global dos pulsos máximos; elprimero ocurrió entre los siglos XV y XVI y elsegundo entre los siglos XVIII y XIX. Actualmen-te, un próximo intervalo de glaciación es el graninterrogante, la gran pregunta objeto de discu-siones y debates en los foros científicos.

Los acontecimientos geológicos globales quehemos descripto y que caracterizan al Cuater-nario dejaron su impronta en la región que nosocupa. Estudios de las formas del paisaje y delos depósitos sedimentarios permiten inferircómo influyeron los cambios climáticos ocurri-dos durante los últimos dos millones de años.Particularmente, el valle del río Salado o Chadi-leuvú habría pasado de ser un río de grandesdimensiones, con aporte continuo en los perío-dos glaciales, a un curso muy caudaloso al prin-cipio del interglacial que paulatinamente habríaido perdiendo cantidad de agua. La cuenca dedrenaje del sistema fluvial del Desaguadero-Sa-lado-Chadileuvú tuvo una extensión muchísimomayor durante la glaciación; recibía, en ese en-tonces, las aguas de tributarios del flanco andi-no desde el sur de La Rioja, San Juan y Mendoza,(Figura 1) en los que desaguaban valles englaza-dos de la alta montaña.

Es probable que durante la deglaciacióngeneralizada que aconteció hace alrededor deunos 14.000 años, cuando los glaciares andinos ydel mundo comenzaron a retroceder, el rosariode lagunas situadas al oeste del Valle Argentino,en el valle del río Chadileuvú, las actuales lagu-nas o salitrales La Leona, Urre Lauquen, La Dul-ce y La Amarga, al principio estuvieran comuni-cadas en forma permanente. Otras quedaron to-talmente aisladas, como el salitral Levalle, alnorte de Lihué Calel, donde es posible distinguirantiguas líneas de costa y depósitos de fondoque parcialmente conservan sedimentos y fósi-les típicos de agua dulce. En la actualidad laslagunas del valle se interconectan parcialmentedurante las grandes crecidas del Chadileuvú.

A medida que los glaciares se retiraron ha-cia la alta cordillera, disminuyó notablementela cantidad de hielo total; el agua provenientede su fusión, sustancialmente disminuida, se in-filtró en las arenas y conglomerados del piede-

monte. Fue así que disminuyó el caudal superfi-cial en el sistema del Chadileuvú y en las lagu-nas conectadas a su curso.

Una reconstrucción general de la regióndurante las glaciaciones, muestra ambientesdominados por un clima más frío que el actual,probablemente muy ventoso y con extensos cam-pos de médanos activos, en movimiento. La re-gión, debió haberse asemejado mucho a un de-sierto frío que sólo en la profundidad de los va-lles longitudinales que atraviesan La Pampa, pre-sentaba algunos cuerpos de agua entre los cor-dones medanosos.

La extensa planicie de inundación del sis-tema del Desaguadero-Salado-Chadileuvú, convolúmenes grandes de partículas arrastradas porel río, y los sedimentos finos de las playas de lasantiguas lagunas, constituyó la fuente de proce-dencia de la arena que se depositó en otros lu-gares de la provincia de La Pampa y también enamplias zonas del sur de San Luis, Córdoba y enel oeste y sur de Buenos Aires. El viento proce-dente del cuadrante oeste-sudoeste levantó laspartículas de arena y limo, dando lugar a tor-mentas de arena y polvo que se desplazabanhacia el este-nordeste, depositándose y forman-do extensos campos de médanos y mantos dearena. Hoy, fijados por la vegetación, dichosmédanos producen endicamientos que generanlagunas alineadas y crean dificultades en elescurrimiento superficial de las aguas. Ésta es larazón por la cual, ante precipitaciones excep-cionales, se producen inundaciones periódicasen grandes extensiones de campo en el sur deCórdoba y en el oeste de la provincia de BuenosAires.

De igual manera, en el Valle Argentino segeneró el cordón medanoso que ocupa su partecentral. Éste es alargado en sentido este nor-deste-oeste sudoeste, con fajas de dunas longi-tudinales (Figura 5a) de varios centenares demetros de longitud entre las que se extiendenáreas interdunarias extensas. El resultado es unrelieve muy ondulado de acumulaciones areno-sas elongadas y simétricas con superficies redon-deadas (Fotografía 2). Sobreimpuestas a éstas,se desarrolló un nuevo sistema de dunas máspequeñas con crestas de direcciones variables,entre las que dominan las de sentido noroeste yoeste; las formas son diversas, con algunas enestrella (Figura 5b) y otras parecidas a medialu-nas denominadas dunas barjanoides (Figura 5c)y dunas parabólicas (Figura 5d). La formaciónde las dunas longitudinales iniciales se vincula-ría con vientos del cuadrante sudoeste; las du-

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nas sobreimpuestas también se habrían genera-do por vientos de esa dirección, aunque por mo-mentos habrían prevalecido los vientos prove-nientes del cuadrante oeste.

Estudios efectuados en la zona de GeneralAcha, señalan que las arenas eólicas se deposi-taron en un ambiente de alta energía y muchadisponibilidad de material. Las arenas están for-madas dominantemente por partículas muy re-dondeadas, procedentes tanto de materiales alu-viales del Salado-Chadileuvú como de los aflora-mientos cercanos de Lihué Calel. Ese redondea-miento sugiere que han estado sometidas a múl-tiples ciclos de desgaste abrasivo por la acción

del viento durante las últimas decenas de milesde años (Szelagowski y otros, 2004).

LA FAUNA DEL CENOZOICOPAMPEANO

El registro de vertebrados y particularmen-te de mamíferos, en el centro de Argentina y enespecial en la zona del Valle Argentino, está di-rectamente vinculado a la historia que estos ani-males tuvieron durante todo el Cenozoico enAmérica del Sur.

Los tiempos paleógenos

En este continente, para la primera partedel Paleógeno (es decir entre los 65 y 34 millo-nes de años atrás) los mamíferos estuvieron re-presentados por diferentes familias de marsu-piales y de placentarios, y entre estos últimospor los xenartros o edentados y por un gran gru-po de animales denominados «ungulados nati-vos». Este grupo está representado por muchosórdenes con formas sumamente diversas quecomprende, entre otros, a los notoungulados ylitopternos, ambos extintos. Hacia el final delEoceno, hace 34 millones de años, a estos ma-míferos se incorporaron, ingresando en balsasnaturales probablemente desde África, los roe-dores y los primates. El conjunto de animalesmencionados constituyó la fauna de mamíferosque dominó los ambientes de Sudamérica en todoel Paleógeno y parte del Neógeno (Mioceno), lacual está particularmente bien representada enla fauna fósil de la Patagonia argentina.

Los tiempos neógenos

A partir del Mioceno superior se empezó acompletar la historia de los mamíferos sudame-ricanos, ya que en esa época migraron desde elnorte varios grupos, atravesando el puente na-tural emergente que une desde entonces Améri-ca del Sur con América del Norte, el istmo dePanamá. Este puente se definió como tal en elPlioceno (5 millones de años atrás) y también enese momento se sumó una fauna novedosa queincluye a otros tipos de roedores, a carnívoros,a artiodáctilos y perisodáctilos (ungulados dededos pares e impares, respectivamente) y alagomorfos (liebres), entre otros. Esta historiamuestra que durante todo el Cenozoico la faunade mamíferos de América del Sur y, particular-mente cada uno de los grupos representados a

Figura 5. Esquema mostrando los distintos tipos de dunas deacuerdo a la orientación de los vientos dominantes. A, longi-

tudinales; B, en estrella; C, barjanoides; D, parabólicas.

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Valle Argentino

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lo largo de toda esa Era, sufrió continuas y signi-ficativas modificaciones, con el consecuenteagregado de algunos grupos y la extinción deotros. Probablemente el ingreso de nuevas fau-nas desde América del Norte debió influir en lasnumerosas extinciones registradas.

Para el Mioceno superior todo el sector cen-tral de Argentina constituyó un ambiente deamplias planicies; éstas, en la parte austral deSudamérica se desarrollaron entre los 11 y los 3millones de años, lapso que se conoce como la«edad de las planicies australes». Durante estetiempo, en toda la región pampeana comenzó apredominar, consecuentemente, un ambiente dellanuras con pastizales, con climas predominan-temente templados a templado cálidos, favore-ciendo el desarrollo y evolución de la fauna con-tinental. Se destaca que en algunos sectores sedesarrollaron cuerpos de agua dulce más o me-nos extensos y permanentes. Esta situación cli-mática fue modificándose paulatinamente ha-cia el Mioceno más tardío (6 millones de añosatrás), momento en el que se registró una ten-dencia a la aridización.

En cuanto a las asociaciones faunísticas deedad miocena, constituidas principalmente pormamíferos, muestran variaciones graduales ensu composición y en las características morfoló-gicas de sus representantes. Los tipos ecológi-cos predominantes indican adaptaciones a la vidaen llanuras abiertas y con extendidos pastiza-les. La mayoría de los mamíferos que habitaronestas planicies eran corredores y pastadores,pero también se encontraron otros que indicanla existencia de variaciones regionales que anti-ciparon las actuales regiones biogeográficas.

Además, durante este intervalo se incrementóla diversidad de tipos carnívoros.

Fotografía 2. Dunas longitudinales en el paraje Utracán, al norte de General Acha.

Figura 6. Principales familias de mamíferos del Miocenosuperior y Pleistoceno hallados en el Valle Argentino. Las

siluetas representan organismos de las familias de mamíferosmencionadas, y no están a escala.

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En el Valle Argentino hay varias localidadesdonde están expuestos depósitos que contienenasociaciones faunísticas asignadas al Mioceno tar-dío y otras asignadas al Pleistoceno (Figura 6).

Entre los depósitos miocenos se destacan losde las barrancas de la laguna Chillhué y los delas lagunas cercanas a General Acha y a la estan-cia Quiñi Malal, así como los del área del valleQuehué más al norte y los del oeste de la lagunaEl Carancho, en el cerro La Bota. Sin embargo,en el contexto de toda la provincia de La Pampaéstos son sólo algunos de los sitios con sedimen-tos portadores de asociaciones faunísticasmiocénicas fósiles. Más de 25 localidades fosilí-feras se prospectan desde hace más de 15 años,de modo tal que hoy contamos con numerososejemplares fósiles que muestran la diversidadde la fauna del Mioceno tardío (Montalvo ySzelagowski, 1999).

Los mamíferos de estas asociacionesfaunísticas –tanto marsupiales como placentarios-muestran una alta diversidad (Figura 7), perotambién se han hallado anfibios, reptiles y aves,entre estas últimas, algunas muy espectacula-res.

Los mamíferos placentarios

Entre éstos predominan los restos fósiles delos xenartros con y sin coraza, de roedores tan-to caviomorfos (entre ellos los cávidos,chinchíllidos, octodóntidos, equímidos,abrocómidos, hidroquéridos y dinómidos) comocricétidos y de ungulados.

- Los xenartrosÉstos, también llamados edentados, ya que

algunas formas actuales de este grupo carecende dientes, estaban presentes en el Miocenotardío de La Pampa y constituyeron parte de lasorprendente fauna endémica de América delSur. Existieron formas que presentaban corazay otras que no la tenían. Entre las primeras,son abundantes las placas óseas del caparazónde las familias de los dasipódidos y gliptodontes.Los dasipódidos incluyen a muchas formas ex-tintas y a los actuales armadillos (peludos,mulitas y piches). Los gliptodontes, familia quefinalmente se extinguió en los finales del Pleis-toceno (hace alrededor de 10 mil años), erande tamaño mediano a grande (Figura 8a). Te-nían un caparazón óseo espeso y rígido, consti-tuido por una sola pieza formada por placasarticuladas dispuestas en mosaico. La cabezase cubría por un escudo formado por placasóseas y la cola poseía una armadura de anillosmóviles, también formados por placas y termi-naba en un tubo. Además, su dentición era es-pecializada para la dieta herbívora. Entre losno acorazados se encontraban los megatéridos,animales pesados, terrestres, y los milodónti-dos, cuadrúpedos robustos y herbívoros. Lasformas miocénicas de los megatéridos eran detamaño pequeño a mediano, mientras que losmilodóntidos (Figura 8b) eran de mayor tama-ño. Ambas familias están también representa-das con otras formas de gran tamaño en el Pleis-toceno de La Pampa y se extinguieron al finalde esa época (Figura 9).

Figura 7. Reconstrucción faunística del Mioceno de la región pampeana.

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- Los roedores caviomorfos y cricétidosLos caviomorfos constituyen un grupo de

roedores caracterizado por presentar un patrónparticular de musculatura en la mandíbula; seencuentran casi exclusivamente en América delSur y están representados por varias familiasextintas y otras que llegan hasta la actualidad.

En niveles de La Pampa se han encontradovarias de las familias que integran este grupo,entre ellas antecesores de las ratas chinchilla,los abrocómidos, que actualmente habitan losAndes meridionales. De éstos, se ha registradoun solo taxón de tamaño pequeño y su presenciase relaciona con la existencia de ambientes dellanuras con matorrales. También se han encon-trado restos de vizcachas (chinchíllidos), herbí-voros estrictos, terrestres y cavadores, perte-necientes a una especie de tamaño mediano, unpoco más pequeña que las vizcachas actuales.Por otro lado, son comunes los restos fósiles per-tenecientes a la familia de los dinómidos, queen el presente incluye a las pacaranas, roedoresrobustos de cabeza grande que viven en las sel-vas de Colombia, Venezuela y Bolivia. En estafamilia se diferenciaron representantes con di-mensiones gigantescas, los roedores de mayortamaño que hayan existido. Un ejemplar asig-nado a esta familia, hallado al sur del Valle Ar-gentino, en la localidad de Gamay, constituye elprimer mamífero fósil descripto para la provin-cia de La Pampa (Ameghino, 1904). Los restosfósiles de la familia de los cávidos (Figura 7),son muy abundantes y diversos. En cuanto al ta-maño y a su aspecto general, los caracteres delos restos hallados indican que había formas detamaño mediano, similares en sus característi-cas a las maras, y otras que se asemejaban a loscuises. Eran de hábitos herbívoros, semica-vadores o corredores. En los sedimentos mio-cenos que indican la presencia de lagunas, par-ticularmente en las localidades de lagunaChillhúe y de Guatraché, se reconocieron repre-sentantes de la familia de los hidroquéridos,antecesores de los actuales carpinchos. Erananimales de gran tamaño, terrestres y semia-cuáticos, típicamente herbívoros pastadores.Resultan muy interesantes desde el punto de vistaevolutivo los restos fósiles correspondientes a lafamilia de los octodóntidos (roedores con molaresen forma de ocho o arriñonados) ya que en estosniveles pampeanos se han descripto restos fósi-les que permiten conocer cuáles eran las carac-terísticas de las formas antecesoras de los ac-tuales tuco tuco. Otra familia muy diversa es lade los equímidos, que está representada actual-

mente por las ratas espinosas. Las formas fósileseran de tamaño pequeño, algunas de las cualesmuestran especializaciones dentarias que indi-can su adaptación a ambientes áridos. Finalmen-te, en niveles del Mioceno más tardío de La Pam-pa se han registrado los más antiguos represen-tantes de roedores cricétidos (ratones de cam-po) en América del Sur, grupo que ingresa a estecontinente desde América del Norte.

- Los unguladosEl continente sudamericano se caracteriza

por la gran diversidad y abundancia de mamífe-ros ungulados, es decir mamíferos con pezuñas.El grupo de ungulados conocido como «unguladosnativos» se encuentra presente en América delSur desde el principio del Paleógeno, por eso selo considera un grupo autóctono; es además en-démico de América del Sur, porque sólo está pre-sente en este continente. Dentro de los«ungulados nativos» existieron dos órdenes to-talmente extintos en la actualidad, los notoun-gulados y los litopternos.

Figura 8. Xenartros con y sin coraza. a) gliptodonte, b)milodonte.

Figura 9. Megaterio, perezoso que en el Pleistoceno, conuna masa corporal de entre 5 y 6 toneladas, llegó a medir

más de 5 metros de longitud y 3 metros de altura. Su cabezaera relativamente pequeña, su cuello corto y su cuerpo muyvoluminoso. Podía erguirse sobre sus patas traseras, tal comolo atestigua el hallazgo de una serie de pisadas. Los miem-

bros anteriores terminaban en fuertes garras.

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Los primeros están representados por variasfamilias, entre ellas los hegetotéridos que in-cluye formas terrestres, de tamaño relativamen-te pequeño a moderado, herbívoros, de aspectosimilar al de un roedor, tanto caminadores comocorredores. Los restos del hegetotéridoPaedotherium (Figura 10a), semejante en su as-pecto a una liebre, son muy frecuentes en losniveles miocénicos de La Pampa. Otra familia,los mesotéridos, eran terrestres, herbívoros, deltamaño de una oveja y dentición parecida a lade un roedor. Hubo también representantes dela familia de los toxodóntidos, terrestres ysemiacuáticos, de tamaño mediano a grande, conmiembros cortos y pies de tres dedos, parecidosa rinocerontes y con hábitos herbívoros (Figura10b).

Los litopternos están representados por dosfamilias, los macrauquénidos y los protero-téridos, ambas terrestres y herbívoras. Los pri-meros eran tridáctilos (con tres dedos), de crá-neo bajo, alargado, con las aberturas nasalesubicadas en la parte superior del cráneo y as-pecto similar a los camellos. Los segundos, encambio, se asemejaban a los caballos en la mor-fología de sus patas, ya que presentaban reduc-ción de los dedos, con sólo un dedo funcional,como adaptación a la carrera (Figura 7).

- Los carnívorosEn los niveles miocénicos pampeanos se

registran los más antiguos representantes de losmamíferos carnívoros, los prociónidos (familiaque en la actualidad está representada por lososos lavadores o mapaches) que, junto a los roe-

dores cricétidos ya mencionados, constituyen losprimeros representantes del grupo de mamífe-ros proveniente de América del Norte.

Los mamíferos marsupiales

En el registro fósil están presentes variasfamilias de marsupiales, que muestran la diver-sidad de este grupo en el Mioceno tardío delcentro de Argentina. Los boriénidos (Figura 7),familia en franco proceso de regresión duranteel Mioceno y que se extinguió a mediados delPlioceno, comprendía grandes marsupiales car-nívoros con rostro robusto, nasales grandes ylos caninos bien desarrollados. Los tilacosmílidos,marsupiales extinguidos de tamaño moderada-mente grande, eran depredadores especializa-dos con caninos en forma de sable; en su bordemandibular inferior poseían unas expansionesque oficiaban de vaina o estuche para guardarlos enormes caninos superiores cuando la bocaestaba cerrada. Sus características eran simila-res a los félidos «dientes de sable» del hemisfe-rio norte (familia que ingresa a América del Surcuando se establece el istmo de Panamá y queestá representada justamente por el tigre dien-te de sable en niveles pleistocenos de La Pam-pa, como el Smilodon). La familia de los didélfi-dos, única familia de marsupiales que se mantu-vo en el área desde el Mioceno tardío hasta laactualidad, incluye marsupiales de tamaño pe-queño a mediano, que habitan desde áreas conpastizales a bosques. Esta familia está represen-tada en la actualidad en La Pampa por lacomadrejita enana y la comadreja. Entre losmarsupiales de tamaño pequeño, los cenolésti-dos incluyen formas insectívoras de aspectoratonil, que se conocen desde mediados delPaleógeno y que llegan a la actualidad con unasola forma conocida, el ratón runcho, que viveen bosques de la Patagonia. Finalmente, losargirolágidos (Figura 7), marsupiales del tama-ño de una ardilla, que vivieron entre el Oligocenosuperior y el Plioceno, eran formas muy espe-cializadas en su locomoción, ya que eransaltadores. Por su dentición se infiere que eranvegetarianos.

Los reptiles y las aves

Entre los reptiles se describieron lagartosteidos (muy parecidos a los actuales lagartosoveros) y serpientes.

Los restos de aves son escasos, pero fuemencionada la presencia de perdices o

Figura 10. Ungulados pampeanos. a) Paedotherium y b)Toxodontidae (de tamaños semejantes al de una liebre y un

rinoceronte actuales, respectivamente).

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inanbúes, aves con escasa capacidad de vuelo,así como también de fororracos, grandes avesdepredadoras (Figura 11). Éstas constituyen unafamilia de aves extintas, endémicas de Améri-ca del Sur, de gran tamaño -algunas gigantescas-que cumplieron en ese momento el papel eco-lógico de los carnívoros. Es interesante desta-car que la escasez de grandes mamíferos dehábitos carnívoros favoreció el desarrollo, du-rante gran parte del Cenozoico, de aves queocupaban ese rol en las diferentes comunida-des. Se destaca el hallazgo, en las Salinas Gran-des, de restos de Argentavis magnificens, unave carroñera de gran envergadura (7 metros),cuya masa corporal estimada era de alrededorde 80 kilogramos. Las condiciones climáticas dela región pampeana debieron ser propicias paraque esta ave pudiera despegar y volar. La cor-dillera no era tan alta como en la actualidad,por lo que no desviaría la trayectoria de losvientos del Pacífico, los que habrían sido per-fectos para que este ave pudiera despegar des-plegando sus alas y corriendo lentamente con-tra el viento (Figura 12).

El Pleistoceno

Como mencionamos antes, este panoramapaleontológico se completó con las descripcio-nes de mamíferos asignados al Pleistoceno (Fi-gura 13). Los restos fósiles de la fauna del Cua-ternario son aún escasos en toda la provincia yen particular en la zona del Valle Argentino. Sinembargo, algunos hallazgos realizados en áreasmedanosas cercanas a las ciudades de Toay,Caleufú, Santa Rosa y en el valle Quehué, mues-tran que la fauna de grandes mamíferos que ca-racterizó a ese período en Sudamérica vivió enesta zona. Muchas de las formas que existen enniveles pleistocénicos son representantes tardíosde familias que ya estaban presentes en el Mio-

ceno, entre ellas, megatéridos, dasipódidos ygliptodontes (xenartros), macrauquénidos(litopternos) y toxodóntidos (notoungulados). Aestas formas autóctonas, es decir que pertene-cen a grupos que se encontraban desde el prin-

Figura 11. Fororraco, ave que podía llegar a los dos metrosde altura, con largas y poderosas patas que estaban adapta-das para correr velozmente durante la cacería. Su cabeza

era más voluminosa que la de un caballo.

Figura 12. Argentavis magnificens, este ave, hallada por los doctores R. Pascual y E. Tonni en las cercanías de las SalinasGrandes de Hidalgo, es hasta el momento el ave voladora de mayor tamaño del mundo. Sus plumas más largas habrían tenido

1,5 metros de longitud y un ancho de 20 centímetros. La fotografía de la derecha corresponde a una reproducción del avemontada en el Museo de Historia Natural de Los Ángeles, Estados Unidos.

Figura 13. Reconstrucción faunística del Pleistoceno de laregión pampeana.

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cipio del Cenozoico en América del Sur, se su-man en el registro nuevos integrantes de la fau-na cuaternaria, inmigrantes que llegan desdeAmérica del Norte, lo que se conoce como «elgran intercambio faunístico americano», comolos tigres diente de sable, que son félidos carní-voros como el Smilodon. Éste poseía una tallasimilar al león actual aunque de diferentes pro-porciones corporales, sus extremidades eran máscortas y robustas, su rabo corto y su cuello máslargo. Además sus caninos superiores poseían unalongitud cercana a los 20 centímetros y su man-díbula se abría en unos 120 grados. También eneste intercambio llegaron los camélidos (artio-

dáctilos) antecesores de las llamas y guanacosactuales, así como los équidos (perisodáctilos),que incluyen a los caballos sudamericanos quese extinguieron al finalizar el Pleistoceno, haceunos 10.000 años.

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen a la Comisión de Si-tios de Interés Geológicos (CSIGA), en particulara Alberto Ardolino, Mariela Etcheverría y SilviaLagorio, por la crítica lectura, valiosas observa-ciones y comentarios que contribuyeron a mejo-rar la calidad y claridad de este trabajo.

EL GRAN INTERCAMBIO FAUNÍSTICOLos mamíferos marsupiales pasaron a Sudamérica desde América del Norte a fines de la eramesozoica y ya a principios del Paleógeno, hace unos 65 millones de años, se habían expandido ydiversificado adaptándose a los diferentes modos de vida. Como los nichos ecológicos habíansido ya tempranamente ocupados porxenartros y ungulados, pastadores yramoneadores, desarrollaron funda-mentalmente hábitos de alimentaciónomnívora, carnívora e insectívora. Através de la Antártida, losmarsupiales habrían llegado a Austra-lia, donde adquirieron una gran diver-sidad.América del Sur sufrió su más profun-do aislamiento entre los 40 y los 8millones de años atrás, cuando quedóconvertida en un continente isla,aunque hace aproximadamente 34 millones de años ingresaron roedores y primates, que seunieron a la fauna local. Marsupiales, xenartros, ungulados, roedores y primates formaron par-te de la numerosa fauna autóctona que evolucionó en Sudamérica mientras estuvo aislada.Entre los marsupiales carnívoros se destacaban los boriénidos y los tilacosmílidos, félidos estosúltimos conocidos como de «dientes de sable marsupial». Pero Sudamérica dejó de ser un conti-

nente isla y los ocasionales inter-cambios faunísticos entre Américadel Norte y del Sur pasaron a sermasivos a través del surgimientodel istmo de Panamá, consolidadohace aproximadamente unos 5millones de años, en el Plioceno.Esto dio origen al llamado «granintercambio faunístico america-no». Este proceso permitió la lle-gada a América del Sur de unavariada fauna de mamíferos

placentarios, entre ellos el hombre. Del mismo modo, emigraron hacia América del Norte espe-cies oriundas del hemisferio sur.Junto con los inmigrantes holárticos, nombre con el cual se conoce a las especies provenientesdel hemisferio norte, vino Smilodon, un placentario carnívoro de aspecto muy similar aThylacosmilus, pero totalmente distinto morfológicamente, un ejemplo de evolución paralela.El intercambio faunístico trajo aparejadas consecuencias dramáticas, la competencia por losnichos ecológicos, la falta de readaptación y las nuevas enfermedades provocaron la extinciónde buena parte de la fauna autóctona de América del Sur, entre ellos del marsupialThylacosmilus. De los mamíferos marsupiales sólo quedan en Sudamérica representantes de tresfamilias: los didélfidos (comadrejas), microbiotéridos (monitos del monte) y cenoléstidos (rato-nes runchos).

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TRABAJOS CITADOS

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UBICÁNDOSE EN EL TIEMPO

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