Capanna, Pablo (1985) Prestigios de Un Mito [Rev. Minotauro #9]

7/25/2019 Capanna, Pablo (1985) Prestigios de Un Mito [Rev. Minotauro #9]

1/18


2/18

PABLO CAPANNA

PRESTIGIOS DE

UN MITO

Ms All y su

tiempo, segn un testigo

atento.


3/18

La nostalgia suele ser enemiga de la objetividad, y ms an cuando seinscribe en esa persistente moda que algunos inventaron para ocultarcierto eclipse de la creatividad.Entre los aficionados a la ciencia ficcin de habla espaola, y en

particular los argentinos, la nostalgia se llama s !ll" un fenmenoeditorial que cuesta hoy anali#ar objetivamente $aun reconociendo queen torno de %l se han tejido muchas e&ageraciones' por los sentimientosque despierta.En efecto, para algunos de los que hoy somos cuarentones respetables,s !ll represent casi lo mismo que los (eatles para la generacinsiguiente" fue una ventana hacia lo maravilloso que se abri en medio denuestra adolescencia. En mi caso personal, fue el alimento intelectual

que no pod)an darme ni la Escuela *omercial ni el curso de dibujo porcorreo+ fue una pasin sostenida que a muchos les abri las puertas delmundo cient)fico y en mi caso influy para despertar una futuravocacin filosfica.*on el tiempo, ! se ha convertido por cierto en un mito, alentadotanto por los aficionados argentinos, escasos y dispersos, como desdeEspaa" no en vano, ueva -imensin le dedic un nmero dehomenaje y hoy una coleccin completa suele alcan#ar sorprendentes

coti#aciones.ista desde la perspectiva actual. ! no era una revista tane&traordinaria. El componente /ciencia0 pesaba mucho ms que en lasrevistas actuales+ la mayor)a de los te&tos y aun las ilustracionesproced)an de 1ala&y o !stounding+ el papel y la diagramacin eranregulares y las traducciones dejaban que desear, aunque no tanto comomucho de lo que hemos visto despu%s.ientras dur $cuatro aos enteros" 23 nmeros' no fue precisamente un%&ito comercial, aunque despu%s se haya llegado a escribir que tiraba45.666 ejemplares $7'. Luego de un tiempo de distribuirse solamente enquioscos, tuvo que apoyarse en un sistema de suscripciones y se sostuvogracias a un slido y constante ncleo de lectores fieles, cada ve# mscomprometidos a trav%s de la correspondencia.8u desaparicin fue enteramente paradjica. En uno de sus ltimosnmeros se hablaba de sat%lites artificiales y se brindaba informacin de


4/18

los proyectos norteamericanos para el !o 1eof)sico 9nternacional,aunque se insinuaba que los sovi%ticos podr)an llegar a dar una sorpresaen ese campo. ! desapareci en junio de :;5< y en octubre, tres mesesms tarde, el 8putni= 9 surcaba el espacio. La nica revista que hab)a

preparado al pblico para el advenimiento de la era espacial, la quehab)a dedicado centenares de pginas a astronutica, la que sol)a ostentarnaves espaciales en sus tapas, sucumb)a precisamente cuando todo esocomen#aba a hacerse realidad. >nos meses ms tarde, la curiosidad y elinter%s general hubiesen volcado hacia la revista una nueva masa delectores+ pero los /e&pertos0 en aquello que luego se llamar)a mar=etingdecidieron que no era rentable y optaron por concentrar sus fuer#as en suprspero negocio de historietas, foto?novelas y figurines de modas.

*uando surgi s !ll en junio de :;5@, la Editorial !bril ya hab)acomen#ado a sondear el gusto de los lectores potenciales, introduciendoalgunos relatos de cf en revistas de historietas como *inemister)o.Aodav)a nos resist)amos a la man)a de los nombres en ingl%s, de modoque no se hablaba de /ciencia ficcin0 sino de /ficcin cient)fica0 $B.*.y no *.B.'. Bue un intento gramaticalmente ms ajustado por traducir elconcepto a nuestro idioma, aunque luego no prosper.La revista no consignaba el nombre de quienes la dirig)an ni tampoco de

su elenco de colaboradores $staff, dir)amos ahora', aunque sabemos quelas responsabilidades pasaron por muchas manos, entre ellas las deC%ctor 1. Desterheld y orge de !ngeli.La !rgentina de :;5@ era muy distinta de la de hoy. Framos poco msque dieciocho millones de personas, no hab)a tantas revistas y latelevisin era todav)a un lujo, que la mayor)a sol)amos atisbar en lasvidrieras.Ese ao mor)a 8talin y asum)an EisenhoGer y la reina 9sabel 99+ sehab)an restaado las heridas de la 1uerra undial y el clima general eraoptimista" entrbamos en la Era !tmica, luego de la cual vendr)a laEspacial, seguramente.El modelo admirado y envidiado era Estados >nidos. En la escuelasol)amos lucimos comentando grandes descubrimientos, como eltransistor o los detergentes, que hab)amos conocido por 8elecciones opor las audiciones del 8ervicio *ultural e 9nformativo de la Embajada


5/18

norteamericana. iv)amos en plena e&pansin de la industria liviana+olvidados los fervores nacionalistas, Hern se hab)a abra#ado con iltonEisenhoGer, y para la fantas)a popular, el objetivo era alcan#ar /el nivelde vida norteamericano0, que CollyGood propon)a desde las pantallas.

Ese ao surg)an los *halchaleros y comen#aba el renacimiento delfol=lore, pero la gran pol%mica era an entre el tango y el bolero.La sociedad argentina sufr)a severas tensiones pol)ticas" fue el ao de lasbombas de Hla#a de ayo, del incendio del oc=ey, de la *asa Iadical ylos locales socialistas. Hero en lo econmico, la inflacin era an algocompletamente desconocido y el Hroducto (ruto segu)a creciendo.El primer nmero de s !ll $que no era una revista barata', costabacinco pesos $ Ja. 6,666665, en moneda actual' y el ltimo, cuatro aos

ms tarde, slo hab)a aumentado a ocho pesos. Ello no imped)a que enmar#o de :;5< un lector se preguntara dnde ir)amos a parar con el al#adel precio. !rmado de lpi# y goma $todav)a no se hab)an inventado lascalculadoras a pilas' dedujo que para el ao @


6/18

!rgentina" una fue boom literario+ la otra, gobierno por cuatro aos.0 :

En realidad, el desarrollismo de Brigerio se abri paso ms tarde, yBrondi#i lleg al poder en :;53, cuando ya no e&ist)a !+ en cuanto alboom, de haber e&istido, no e&plicar)a cmo la revista tuvo tantas

dificultades que la obligaron a desaparecer. 8i hubo cierto boom fuemucho ms tarde, entre :;


7/18

veinticinco cuentos. En realidad, esa seleccin $de e&istir', la efectuaban1ala&y y los editores norteamericanos+ ! integraba la familiainternacional de revistas subsidiarias de la publicacin dirigida por C.L.1old, que lleg a contar con versiones francesa, britnica, italiana,

alemana, sueca y finesa.El primer editorial $junio de :;5@' era bastante hiperblico, y pormomentos se desli#aba hacia el lenguaje publicitario. ! era /paraaqu%llos que aman la aventura+ para aqu%llos que ans)an dar un saltohacia el porvenir+ para aqu%llos que encuentran plida la fantas)a delcuento policial o de la novela burguesa ante la fantas)a con que setransforma la realidad... ! les ofrece el misterio infinito de la magiacient)fica... ! es cuento y es novela... ! es emocin, lgica,

sentimiento, refle&in, ensueo, accin... O! viene del futuro y es laliteratura que estaba esperando el presente70Los primeros nmeros procuraban afian#ar la respetabilidad de larevista, cuyo t)tulo llevaba a asociaciones ocultistas, aportandoinformacin cient)fica y destacando la formacin profesional de losescritores. En el primero se contaba el caso de *live *artmill, que sehi#o sospechoso de espionaje por haber anticipado la bomba atmica+ enel nM5, presentaba la hoy conocida an%cdota de la tiotimolina de !simov,

acompaada por un minsculo retrato del autor. 8in embargo, losredactores de editoriales deb)an de ser diferentes, porque en el nN < seatribu)a la creatividad de Lester del Iey a la circunstancia de habernacido /bajo el ambiguo signo de 1%minis...0El segundo editorial constituy un verdadero manifiesto, totalmenteencuadrado en las normas de *ampbell. El cuento de ciencia ficcin,sosten)a, /debe diferenciarse de la tradicional literatura romntica,burguesa, policial o aventurera, para entrar de lleno en el campo de lafantas)a cient)fica. En otras palabras, debe representar un esfuer#o yun esfuer#o bien logrado para romper el c)rculo reducido de larealidad que nos circunda, y para llevarnos a mundos y %pocas lejanas.Hero esta fantas)a debe estar basada sobre elementos cient)ficamenteposibles... La ficcin cient)fica no desea ser confundida con la profec)a.8u nico deseo, ms bien, su forma de ser, es dejar correr la imaginacinpor el plano inclinado del progreso t%cnico, en el cual la aceleracin va


8/18

aumentando al infinito0 $julio de :;5@'.Hrogresivamente, los editoriales fueron asumiendo un tono cada ve# msfilosfico. En el cuarto, titulado /Cermandad terrestre0, se minimi#abannuestros problemas humanos recordando que /la Aierra es un guijarro en

el cielo0+ reci%n algunos nmeros ms adelante se publicar)a la novela de!simov que lleva ese t)tulo.Cacia el nN :6, el cientificismo parece comen#ar a eclipsarse, y hay unavance de la fantas)a+ es la %poca en que aparecen autores como(radbury y 8turgeon. El editorial del nN :6 afirma que /si no haycontraste entre la ciencia y la literatura es porque ambas estniluminadas por la prodigiosa y fascinadora lu# de la fantas)a0.Dtros editoriales tocaban temas ms ambiciosos, como /la caducidad del

lenguaje0 $nN ::' o el pensamiento de Cenry !dams $nN @2'.Hara llegar a tener una idea de la difusin, realmente notable, que tuvo larevista, basta repasar las direcciones de los lectores que le escrib)an+ encierta medida, est presente todo el mundo hispanoparlante. Cay cartasde ontevideo, 8antiago de *hile, Lima, *osta Iica, (arranquilla$*olombia', 1uayaquil $Ecuador', *amagPey $*uba', *aracas, y hastaalguna de Har)s o de la >I88. 8on numerosas las cartas del interior delpa)s+ incluso se registra una de un oficial annimo de la (ase !%rea

*omandante Espora $nM @2'.>n sitio especial merecen los lectores espaoles, que descubrieron la cfa trav%s de s !ll. Cay cartas de (arcelona y adrid, y avisos delectores espaoles que desean entablar correspondencia privada con suscolegas argentinos. Hor entonces, se publica en ! un cuento delespaol !ntonio Iibera, quien luego escribir)a en ueva -imensin.La difusin internacional de la revista era tal que de ve# en cuandoprovocaba protestas por el uso de modismos argentinos en lastraducciones, por parte de lectores chilenos o uruguayos.

Los autores de Ms All

La importancia de los te&tos de cf que ! dio a conocer mucho antes deque se editaran como libros es innegable, y as) lo reconocen los lectoresde hoy. En ! aparecieron por primera ve# El d)a de los tr)fidos, de


9/18

Qyndham. !mos de t)teres, de Ceinlein, undo de ocasin, de Hohl?Rornbluth, Las cavernas de acero, de !simov, El hombre aniquilado, de(ester y (ajo la lu# de la Aierra, de *lar=e. Hero ! tambi%n se atrevia publicar /(obby tiene tres aos0, de 8turgeon, la parte central de la

novela s que humano, hubo que presentarla con unas palabrasintroductorias para hacerla digerible al lector acostumbrado hastaentonces a la hard 8cience.!lgo semejante ocurri al ofrecerse la primera versin castellana de las*rnicas marcianas, de (radbury. Iecuerdo que el tono po%ticosurrealista de las primeras dos crnicas me produjo, a los diecis%is aos,una verdadera revulsin+ reci%n con /La tercera e&pedicin0 sucumb) ala fascinacin de (radbury, como debe haberle ocurrido a muchos. !os

despu%s, (radbury ser)a un verdadero best?seller en !rgentina, y llegar)aincluso a incorporarse a la bibliograf)a escolar+ entonces era an un pocoprematuro.*omo curiosidad, mencionar% que ! public un cuento de Rurtonnegut, quien luego se convertir)a, fuera del g%nero, en uno de losms prestigiosos escritores norteamericanos actuales $/*uerposintiles0, nN S'. Aambi%n apareci en sus pginas un mediocre cuento$/>n arma anticuada0, nM @' firmado por L. Ion Cubbard. Era nada

menos que Lafayette Ionald Cubbard, quien hoy maneja a millones depersonas del mundo entero a trav%s de su incre)ble 9glesia de la*ientolog)a, y que por entonces ya estaba estafando con su famosa/dian%tica0.En cuanto a la informacin cient)fica, era de un nivel impecable, y nohemos vuelto a tener en nuestro medio una revista que hiciese una obrade divulgacin comparable. Los primeros nueve nmeros trajeron Laconquista del Espacio, de Qilly Ley+ estaba ilustrada por *hesley(onestell, el escengrafo de la pel)cula iaje a la Luna $con guin deCeinlein', que por entonces nos fascin.-e Qerner von (raun, padre de la 4 y de la !8!, conocimos Laconquista de la Luna. Las edades glaciales, de Qilly Ley, Espacio sinfronteras, de oseph Raplan y El fin del mundo, de Renneth Ceuer,estuvieron entre las series de art)culos ms recordados. otas breves yapostillas a pie de pgina suministraban informacin actuali#ada sobre


10/18

astronutica, energ)a atmica, tecnolog)a, etc. Iecordamos una brevenota del nNS $/Bran=ensteins0' que, en :;5@, hablaba sobre las teor)ascibern%ticas de Qiener y 8hannon y los robots e&perimentales de 1reyQalter.

*uando concluy La conquista del Espacio, al parecer los editoresdecidieron recurrir al talento local y encargaron al f)sico os%Qester=amp 4 tres art)culos $/El 8ol0, nN :6+ /Las estrellas0, nN :: y/Las gala&ias0, nN :4'. Bueron trabajos que iban sin duda ms all de lamera divulgacin" su tecnicismo e&ig)a un esfuer#o considerable allector comn.s adelante, ! introdujo otro tipo de art)culos cient)ficos, que seapartaban un tanto de los tradicionales temas de astronutica y f)sica

nuclear+ comen#aron a predominar las ciencias biolgicas y las delcomportamiento, cuando an la >niversidad no contaba con una carrerade Hsicolog)a. Los trabajos del profesor 9ginio !lemanes $/T8e hereda lainteligenciaU0 y /TEs inteligente el beb% de la familiaUV, nN :4' e&pon)anlas tesis de 1esell sobre psicolog)a evolutiva. Aambi%n fueron cient)ficoslocales $/1ron !guirre y !ngel 1ide0, proba?blemente seudnimos'quienes desarrollaron toda una serie de notas sobre e&obiolog)a $/Lavida en el >niverso0, nos. :@?:;'.

8e public por entonces un notable art)culo sobre el microscopioelectrnico, ltima novedad del momento $nN 44'. Aambi%n hubo notassobre el electroencefalograma y sobre la poliomelitis+ esto lleg aprovocar alarma en algn lector, en cuya opinin ! comen#aba aparecerse a una revista de medicina. El trabajo sobre la polio adquiriespecial relieve por las circunstancias en que apareci. El pa)s acababade salir de una trgica epidemia de poliomelitis y s !ll ofreci uncompleto informe cient)fico $VTEs este el fin de la parlisis infantilU0,agosto :;52' en cuyo te&to se llamaba la atencin sobre los trabajos de

Su trayectoria es una verdadera tragedia argentina! "acia 197#

7$, %ester&a'p y su esposa fueron centro de una ca'pa(a de los

estudiantes radicali)ados, *ue los acusaban de cientificistas,

cipayos, i'perialistas+, etc! -s tarde, durante el .roceso

de 197/, %ester&a'p pas a integrar la 0sa'blea de los erec2os

"u'anos y conoci la c-rcel, *ui)- defendiendo a alguno de sus

antiguos ene'igos! 34na leccin de tolerancia5


11/18

onas 8al=. >n ao despu%s, la vacuna 8al= y luego la 8abin pon)anfuera de combate a la polio+ ! hab)a sido la nica revista masiva quelo hab)a anunciado.Dtros servicios especiales de s !ll versaron sobre los platos

voladores $nN 44' un trabajo mucho ms serio que tantos art)culos quehoy se publican con total impunidad, y un informe sobre la bomba dehidrgeno $nM2@'. El primer ensayo de la nueva bomba hab)a tenidolugar en :;52, en el atoln de EniGeto=+ tres aos despu%s, ! noshac)a tomar conciencia del peligro mediante un recurso grfico"publicaba un mapa de (uenos !ires y sus alrededores que mostraba lasdistintas reas de destruccin total, parcial y limitada... a partir de unasupuesta (omba C arrojada sobre el Dbelisco.

Los argentinos

En el nN 44 de s !ll, le)amos una carta procedente de ueve de ulio$(uenos !ires'. El lector se preguntaba" /...En esta sobreabundantecantidad de cuentos, Tpor qu% todo tiene que ocurrir en los Estados>nidosU To ser)a ms ameno e interesante para el lector argentino leeraventuras desarrolladas en lugares nuestros, conocidos, por personas que

lleven nombres en lengua castellanaU0 Los editores le respond)anremiti%ndolo a un cuento argentino que se inclu)a en el mismo nmerode la revista.Es preciso reconocer que, desde los primeros nmeros, ! hab)a dadocabida a la ciencia ficcin escrita por autores nacionales, y %stosestuvieron en general a la altura del desaf)o.!bri el fuego C%ctor 8nche# Huyol $Desterheld' con /*uidado con elperro0 $nN @'+ ms tarde, volver)a a las andadas con /9nocenteaquiavelo Iefor#ado0 $ nM 4; ', la stira de una guerra comercial entrefabricantes de corpios, que habr)a de provocar grandes discusionesentre los lectores, qui#s alentados por la editorial. *ierto prestigiosoingeniero, que se escudaba tras el seudnimo de !bel !squini, produjotres gadget?stories perfectas en su g%nero" /Hroton)quel0, nN S+/emobius Basciatus0, nN < y /ictlopes0, nM 3.Dtros nombres argentinos fueron orge ora $/(oomerang0, nN


12/18

Bernnde# $/Hrofesor particular0, nN 2', ulio !lmada $/El tiempodesintegrado0, nN 3', ulin de *rdoba $/ateria prima0, nN 46' y*laudio Ha# $V:< monedas de veinte0, nN 42'.>n periodista que ms larde habr)a de adquirir cierta fama, 9gnacio

*ovarrubias, fue el autor de V8aturnino Bernnde#, h%roe0, nM 4n hombre encumbrado0, nM @:',uan H. Edmunds $/-escubrimientoV, nM @5' y B%li& osalta $/El payasoespacialV, nM 22'. Las dificultades econmicas y qui#s el encarecimientode los derechos de autores e&tranjeros, hicieron que en los ltimosnmeros se asignase ms espacio a los aficionados locales" esto e&plicala aparicin en el nM @< de /ada ms que terrqueos0, de Luis I. Aorrese /9ncomprensin0, de Hablo *apanna. @

Wui#s el mayor atrevimiento para una revista de cf de entonces $y aunde ahora' haya sido publicar poes)a. En el nM @; inclu)a tres poemas deAoms Enrique (riglia, uno de los cuales llevaba obviamente el t)tulo des !ll. 8u tono recordaba bastante a Qalt Qhitman, como puedeapreciarse en esta muestra"

X t, candoroso demiurgocon el poder por simple herramienta,

Oqu% maravillas, qu% sueos estars sembrandoserenamentepor las estrellas7O*unta lu#, cunta sed, qu% indecibles inauguraciones,las coordenadas de tu amor7...

$ 6l suscripto 2a vuelto a leer 2oy su cuento con la co'prensible

indulgencia y piensa *ue, trat-ndose de un acto co'etido a los

*uince a(os, podra llegar a 'erecer un cuatro! Lo curioso es

*ue el cuento 'otiv dos cartas, una indignada y otra entusiasta

n :;! La'entable'ente, o el entusiasta no lo 2aba entendido,

o bien el cuento era confuso, de 'odo *ue 'e *uedo con la

pri'era! Si uno fuera 0si'ov o Silverberg y ganara lo *ue ellos

ganan; podra decir *ue fue 'i pri'era venta! e todos 'odos,

fue la pri'era ve) *ue 'e pagaron por algo! .ara la posteridad,

fueron < 9, invertidos en la co'pra de un letrgrafo y libros

usados!


13/18

Esta e&periencia po%tica se complet al rescatar otra pie#a pertenecienteal peruano anuel 1on#le# Hrada $:323?:;:3', en el nN 22.Hor ltimo, diremos que quien luego habr)a de ganar un premio Hla#a Kan%s, !dolfo H%re# Yelaschi, ya conocido como autor de cuentos

policiales y que hab)a incursionado en la cf en las pginas de la revistaLeopln, apareci en ! con el cuento /orir solo0 $nM :2'. Dtrolaureado fue a&imiliano ariot? ti, Hremio Emec% :;


14/18

varones y mujeres /son como dos ra#as que combaten por la supremac)a,en la interminable lucha por la vida0 $nM 4@'.Dtra famosa pol%mica fue la del ate)smo, planteada por un tal os%art)ne#. El pa)s acababa de vivir el conflicto de Hern con la 9glesia, y

los nimos segu)an caldeados+ creyentes y ateos $que en este caso eranms bien pante)stas espinocianos' se enfrentaron ante la miradasalomnica de la Iedaccin, que se limitaba a sealar toda ve# quealguno se e&ced)a" /no est demostrado cient)ficamente que...0. >nlector especialmente iconoclasta sol)a firmar con el combativo apodo de/1alileo (runo0 $nN @2', y tras %l se aline a& -ic=mann, hijo deldirigente socialista del mismo nombre.Dtra gran pol%mica fue la de los platos voladores+ como era inevitable,

produjo varias cartas de lectores que afirmaban haber tenido contactosdel primer tipo, los nicos que se estilaban por entonces $nos. 4S y 43'.En :;5@, las fotos femeninas que hoy se ven en las revistas familiareshubiesen sido /de e&hibicin limitada0. Esto e&plica que los sobriosdesnudos que ilustraban !mos de t)teres, la novela de Ceinlein,provocaran otra larga discusin $titulada />n no s% qu% tan fuerte...0'cuya protagonista fue Lola Hujol. -e igual /profundidad0 fue lapol%mica sobre la moda del futuro, originada en una nota que llevaba por

t)tulo /s all de los pantalones0 $nN :.8.!, y desde all) fue libretista de Aato(ores.Hero sin duda alguna la figura cumbre del fol=lore masallista fueauricio Ritaigorod#=i. !l volver a leerlos, sus comentarios parecennotoriamente sensatos, pero eran tan abundantes que a partir del nN @4pasaron casi a constituir una seccin fija. Hronto se plante toda unacuestin acerca de su apellido poco corriente, de manera que muchos locre)amos un invento de los redactores. En realidad, fue la mismaeditorial la que contribuy a la confusin cuando titul su carta /T*ul


15/18

es su apodo, por favorU0. !s), el nN 24 estuvo lleno de diatribas sobre el/apodo0 de Ritaigorod#=i. Aras haberlo conocido personalmente, doy fede que Ritaigorod#=i e&iste, go#a de buena salud, y sigue tan adicto al/g%nero0 como siempre, aunque ahora le escribe a Cumor.

s !ll tambi%n se preocup por hacer algo de estad)stica de suslectores e /investigacin de mercado0, como se dir)a hoy. Lan# unaencuesta en el nM 2 $era una ficha muy bien diseada, para completar yenviar sin cargo', y ofreci ms tarde una completa evaluacin de lamisma $nM na ltima estad)stica, aparecida en el nN 42, cuando la revista cumpl)a

: 6l 2ec2o de *ue slo uno de cada die) lectores fuera 'u=er,

'ovi a la revista a 2acer una nueva encuesta n ::;! Las cartas

recibidas ofrecen un =ugoso 'aterial para cual*uier socilogo *ue

*uiera verificar el ca'bio de actitudes en la sociedad argentina>

predo'inan las respuestas 'ac2istas+ o las disculpas de las a'as

de casa *ue alegan disponer de poco tie'po para leer!


16/18

dos aos, clasificaba el material publicado por temas y aportaba otrodato interesante", en total, se hab)an recibido :@.2


17/18

! partir del nM 4S comen#amos a notar que e&ist)a una competencia,cuando s !ll public un aviso de ebulae+ ms tarde, lossuscriptores recibieron un folleto de inotauro.Los ltimos dos nmeros ya no conten)an cartas de lectores" un mal

presagio. El ltimo $nN 23' ten)a en la tapa una especie de diagrama delsistema nervioso central, sobre un fondo de estructuras atmicas+ lasilueta ten)a las manos abiertas, como en seal de rendicin. El editorialse titulaba /*uatro aos0, y le daba a ese aniversario /un significadoespecial y un poco triste0.s !ll dejaba de publicarse. El director argumentaba que por el hechode tratarse de una publicacin elitista $/un sector intelectual yespiritualmente privilegiado0' se hac)a econmicamente injustificable su

publicacin, a menos que se quisiese bajar la calidad+ esto hubiese sido/una estafa e insulto que los lectores no merecen ni habr)an aceptado, yque repugna a nuestra conciencia0. *on /emocin y amargura0, ! sedesped)a de sus lectores, deseando que su alejamiento fuera slotemporal. 8e reservaban el derecho de volver cuando /en nuestraopinin, el inter%s por la f.c. haya llegado a un punto ms alto que elactual. X ojal que ese momento no est% demasiado lejos...0.Esto ocurri hace veintiocho aos. arias veces hemos vuelto a leer

e&cusas similares, y tambi%n hemos visto sucumbir revistas sin e&cusaalguna. En su momento, la desaparicin de s !ll produjo un vac)oque slo parcialmente colmaban los libros de inotauro y Babril.*uando, siete aos ms tarde, inotauro se hi#o revista, slo rescatparte de ese pblico. El H%ndulo, que apareci veintids aos despu%s,ya se encontr con otra generacin.!un hoy, los veteranos /masallistas0 forman una especie de %lite queatesora su coleccin como una reliquia aunque a menudo hayan dejadode leer cf.*on su estilo clsico, campbelliano ! represent toda una %poca.inguna otra revista logr hasta ahora subsistir tanto tiempo, sin perderjerarqu)a.9mitar su frmula resultar)a hoy ms que nostlgico, anacrnico. Lostiempos han cambiado, y el g%nero ha ganado en jerarqu)a literaria msde lo que qui# perdi en originalidad, pero si aqu) estamos es porque


18/18

primero estuvo s !ll.

1985, Pablo Capanna.

Documents

Capanna, Pablo (1985) Prestigios de Un Mito [Rev. Minotauro #9]