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CAPITULO III LOS FACTORES NATURALES DE LA GEOPOLÍTICA SUMARIO: 1. Influencias naturales en el Estado. 2. Noción de Estado; su formación. 3. Las condiciones naturales en el Estado. 4. La naturaleza; a) concepto; b) Influencia de la naturaleza en el hombre; c) Naturaleza y Estado moderno. 5. El Clima; a) Noción; b) Influencia del clima en las sociedades; c) Factores para la variación de los climas. 6. La flora y la fauna; a) distribución natural de flora y fauna b) Influencia de flora y fauna en la sociedad; c) Flora y fauna en el Estado moderno. 7. El relieve geográfico; a) Montañas y cordilleras; b) Sus influencias; c) Los minerales y su importancia en la historia; d) Quebradas o valles y llanuras; sus condiciones decisivas. 8. La hidrografía; a) Mares y océanos; su influencia en la vida de los pueblos; b) Los lagos y los ríos; vías lacustres y fluviales. 1. INFLUENCIAS NATURALES EN EL ESTADO: La Geopolítica, tal como la formularon sus fundadores, principalmente los geógrafos Ratzel y Kjellen y el General Haushofer, concede importancia sino exclusiva, pero sí fundamental a los aspectos geográficos, vale decir a los factores naturales sobre la actividad de las sociedades y particularmente sobre su desarrollo político. El clima, el relieve, las llanuras, los sistemas montañosos e hidrográficos, los ríos, los lagos, los desiertos o las selvas, adquieren de esta manera la condición de factores determinantes para la vida de los Estados y su despliegue de poder. Por consiguiente las influencias geopolíticas de las condiciones naturales en el Estado, son pues, de verdadera trascendencia y por eso dignas de ser estudiadas. Desde luego, establecido que el Estado es una organización política de la sociedad que no ha surgido contemporáneamente al hombre mismo, sino que se ha conformado en el curso del desarrollo de la especie humana, es indispensable partir de la noción de Estado, para lo que hay que recurrir a la Ciencia Política o Teoría del Estado. 2. NOCION DEL ESTADO: El Estado es institución solamente humana; no se da en los animales. Es verdad que ha

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Geopolítica

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CAPITULO IIILOS FACTORES NATURALES DE LA GEOPOLÍTICA

SUMARIO: 1. Influencias naturales en el Estado. 2. Noción de Estado; su formación. 3. Las condiciones naturales en el Estado. 4. La naturaleza; a) concepto; b) Influencia de la naturaleza en el hombre; c) Naturaleza y Estado moderno. 5. El Clima; a) Noción; b) Influencia del clima en las sociedades; c) Factores para la variación de los climas. 6. La flora y la fauna; a) distribución natural de flora y fauna b) Influencia de flora y fauna en la sociedad; c) Flora y fauna en el Estado moderno. 7. El relieve geográfico; a) Montañas y cordilleras; b) Sus influencias; c) Los minerales y su importancia en la historia; d) Quebradas o valles y llanuras; sus condiciones decisivas. 8. La hidrografía; a) Mares y océanos; su influencia en la vida de los pueblos; b) Los lagos y los ríos; vías lacustres y fluviales.

1. INFLUENCIAS NATURALES EN EL ESTADO: La Geopolítica, tal como la formularon sus fundadores, principalmente los geógrafos Ratzel y Kjellen y el General Haushofer, concede importancia sino exclusiva, pero sí fundamental a los aspectos geográficos, vale decir a los factores naturales sobre la actividad de las sociedades y particularmente sobre su desarrollo político. El clima, el relieve, las llanuras, los sistemas montañosos e hidrográficos, los ríos, los lagos, los desiertos o las selvas, adquieren de esta manera la condición de factores determinantes para la vida de los Estados y su despliegue de poder. Por consiguiente las influencias geopolíticas de las condiciones naturales en el Estado, son pues, de verdadera trascendencia y por eso dignas de ser estudiadas.

Desde luego, establecido que el Estado es una organización política de la sociedad que no ha surgido contemporáneamente al hombre mismo, sino que se ha conformado en el curso del desarrollo de la especie humana, es indispensable partir de la noción de Estado, para lo que hay que recurrir a la Ciencia Política o Teoría del Estado.

2. NOCION DEL ESTADO: El Estado es institución solamente humana; no se da en los animales. Es verdad que ha habido muchos observadores y aún hombres de ciencia que han afirmado que la formación del Estado se ha presentado en el mundo zoológico mucho más antes y con mayor perfección que en el medio humano, señalando concretamente para corroborar estas afirmaciones, la organización de las hormigas en los hormigueros y de las abejas en los panales, pero se ha establecido también una diferencia entre estas asociaciones orgánicas animales y el Estado de los seres humanos: que las primeras son meramente instintivas y sujetas estrictamente a leyes naturales y nada más, mientras que la sociedad política humana es producto de la conciencia y de la voluntad de sus componentes y, por otra parte, esta asociación está deliberadamente provista de finalidades y de sentido, de los que carecen las sociedades animales.

Por eso es que los filósofos políticos expresan que el Estado es una agrupación humana conscientemente organizada sobre un determinado territorio o porción geográfica, con la finalidad fundamental de lograr el bienestar y la armonía de sus componentes, para lo cual éstos se vinculan jurídicamente por las actividades de un poder público. Por eso es que se expresa que los tres elementos constitutivos fundamentales del Estado son:

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primero, el territorio que comprende el suelo, subsuelo y espacio aéreo, constituyendo la base física del Estado; segundo, la población o asociación humana que vive y actúa sobre el territorio, constituyendo la base humana del Estado, y tercero, el poder público o político del que emana la base jurídica del Estado.

SU FORMACIÓN: Recurriendo a los datos de la sociología -ciencia muy moderna que tiene apenas un siglo de existencia autónoma- se sabe que el hombre, surgiendo en los albores de la era cuaternaria, ha tenido y mantiene aún un desarrollo constante, por lo cual las formaciones sociales han sido distintas según las épocas de la historia. Los hombres primitivos formaron hordas que eran verdaderos rebaños humanos en absoluta promiscuidad; de la horda comenzó a distinguirse la familia por el cómputo del parentesco con la relación a la madre primero (matriarcado) y al padre después (patriarcado).

Posteriormente surgieron las gens o clanes -a los cuales corresponde el ayllu aymara y kechua- como agrupación de familias unidas por vínculos consanguíneos y económicos; la asociación de clanes dio lugar a las tribus; luego a las fratrías y finalmente, en una etapa de alta evolución, afirmada ya la ganadería y surgida la agricultura, a las naciones que al hacerse sedentarias, conformaron la organización político-jurídica -el Estado- que fue una organización necesaria a las igualdades sociales y económicas aparecidas en la sociedad humana como consecuencia de la división del trabajo, las operaciones de transferencia comercial y la afirmación de la propiedad privada, a fin de que un poder social superior mantuviese la compactación de la sociedad, creando con carácter obligatorio e imposición compulsiva, un orden normativo que resguardara la unidad, la armonía y el orden de la sociedad.

3. LAS CONDICIONES NATURALES EN EL ESTADO: Para la existencia y actuación del Estado como asociación obligatoria humana, son indudablemente indispensables determinadas condiciones. En la actualidad, la Ciencia Política expresa que estas condiciones son fundamentalmente, de dos clases: condiciones naturales y condiciones culturales.

Desde luego, para comprender esos dos órdenes condicionantes hay que establecer lo que en términos sociológicos se comprende por naturaleza y cultura. En este sentido, se entiende por naturaleza el conjunto de fenómenos físicos y psicológicos reales, de consistencia o estructura fija y dada, de contextura material, pero en la cual se efectúan cambios y transformaciones constantes que obedecen a leyes o relaciones de causa a efecto. En cambio, la cultura se refiere a la realidad de las obras, no importa si buenas o malas, realizadas por el hombre durante su existencia, utilizando los materiales y elementos de la naturaleza, sin violar las leyes naturales, para cumplir sus finalidades y dar sentido a sus obras. Por eso es que se dice que la cultura es la “inserción de fines humanos en la naturaleza”.

De esta distinción es que se concluye que el Estado es una obra cultural humana, que para su realidad requiere de condiciones indispensables, las cuales, sin embargo, no son solamente condiciones culturales, es decir puro pensar y actuar humanos, sino más que todo, preponderancia de condiciones naturales. Todas las condiciones del medio

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geográfico, y el hombre mismo, son producto de la naturaleza y estas condiciones son indispensables para la existencia de cualquier Estado. Por eso la Teoría Política, al afirmar que son elementos constitutivos del Estado, indispensables e inexcusables, el territorio y la población, esta refiriéndose a las condiciones naturales del Estado.

4. LA NATURALEZA: De lo dicho anteriormente se desprende que la naturaleza con todo su contenido de cosas, seres, elementos y energías, con toda la materia de que está cargada, es indispensable para la existencia del Estado. La trascendencia de esta condición es tan grande que se comprende solamente con la exposición comparativa de la existencia de la naturaleza y la sociedad. La Geología proporciona en este aspecto todos los datos referentes a la historia de la tierra, que es evidentemente naturaleza. La Tierra es millones y millones de años más antigua que el hombre y, por consiguiente, que la sociedad. Desde la nebulosa de La Place, el desprendimiento de partículas superficiales de ella, para constituir los sistemas y los mundos del universo, hasta la caracterización propia de la tierra como planeta individual en ese universo, atravesando las eras arcaica, primaria, secundaria y terciaria, en las que fueron apareciendo las formas de vida terrestre de manera larga y lenta, hasta la aparición del hombre en la era cuaternaria, transcurrió una enormidad de tiempo.

La naturaleza existió durante la etapa primaria hasta la terciaria sin que existiese el hombre ni la sociedad. Por eso es que los científicos han podido decir que la naturaleza ha existido y puede existir sin la existencia del hombre. En cambio éste, que conforma la sociedad humana, como producto de la naturaleza, no puede existir sin ésta ni fuera de ésta. Por eso es que la actuación del hombre, sus obras y sus actos, tienen como escenario indispensables, como base de sustentación ineludible la naturaleza, que suele conceptuarse en este sentido, simplemente como el entorno de cosas, de seres, de elementos que producen, rodean y sustentan al hombre.

a) CONCEPTO: El término naturaleza es ampliamente empleado y cabalmente se puede decir de él que es común y vulgar. En su acepción más sencilla, se entiende por naturaleza todo cuanto siendo realidad perceptible por los sentidos humanos, existe en torno al hombre. Por eso se dice también que la naturaleza tiene existencia material, o sea que es el conjunto de fenómenos físicos y psicológicos con una estructura fija y cuya contextura es material y cambiante, pero no por hechos casuales sino por leyes regulares de causa a efecto que presiden la regularidad de tales fenómenos. En este sentido, las cosas y los seres materiales del universo conforman la naturaleza, y el hombre mismo es producto de ésta.

b) INFLUENCIA DE LA NATURALEZA EN EL HOMBRE: La Geología es la ciencia que al hacer la historia circunstanciada del planeta terrestre desde sus más remotos orígenes, enseña cómo la naturaleza terrestre va evolucionando a través de millones de años, dividiendo este lapso en eras que son: la arcaica o primordial, la primaria o azoica, la secundaria, la terciaria y la cuaternaria; esta última, por haber surgido el hombre en ella, se llama también antropozoica.

El surgimiento del hombre sobre la tierra se debe a un largo proceso de evolución de la materia que parte de las conformación de la nebulosa de

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La Place, la separación de los sistemas planetarios y los mundos, por la acción de fuerzas actuantes sobre la materia en movimiento; la conformación de la Tierra como un enorme cuerpo astral esferoidal donde no hubo ninguna forma de vida mientras en millones y millones de años se produjo su lento enfriamiento, hasta que aparecieron las primeras formas de vida simple, unicelular, en las aguas, tibias de los mares y océanos, haciéndose después anfibia, y afirmándose finalmente las formas de vida terrestre propiamente, o sea sobre la superficie ya dura del planeta, hasta que en los comienzos de la era cuaternaria apareció el hombre como la culminación, la forma más perfecta de esa evolución.

Por eso es que la gente de ciencia, al referirse al hombre, que es un ser dotado de movimiento y voluntad, que ya tiene conciencia de las cosas que le rodean y de si mismo, sostienen que “es la más elevada forma de la materia, es decir, es la materia que se da cuenta de sí misma”. Porque la conciencia humana no es sino el darse cuenta, el enterarse y el conocer de los fenómenos de distinto aspecto que se dan en la naturaleza y que rodean al hombre, y de los fenómenos que conforman el hombre mismo.

Por estas circunstancias es que el ser humano ha tenido que soportar y soportará siempre las influencias de la naturaleza sobre sí y sobre su actuación y su pensamiento. Desde luego, el hombre mismo es producto de la naturaleza; su contextura es material y su existencia y desarrollo obedece a las leyes naturales que operan independientemente del hombre en la mayor parte de los casos, como en su vida y en su muerte, pero que en otros son aprovechadas por el hombre, gracias a su razón e inteligencia, para adecuar su vida a esas mismas leyes, como en el caso de las enfermedades que son combatidas con elementos y recursos de la propia naturaleza.

Puede decirse, por consiguiente, que hay acción de la naturaleza sobre el hombre, y reacción de éste sobre la naturaleza, pero en este último caso, sin violación de las leyes naturales. El hombre primitivo, especialmente el de las épocas prehistóricas y aún el de los primeros periodos históricos, sufrió mayormente las influencias de la naturaleza, sin mucha reacción de parte suya. En este sentido, el hombre primitivo estaba casi en la misma condición que los animales que dependen íntegramente de las fuerzas y los elementos de la naturaleza, siendo ellos mismos un producto de ésta.

c) NATURALEZA Y ESTADO MODERNO: Por lo dicho anteriormente, que resulta de las investigaciones sociológicas se comprende cómo el hombre de los tiempos primitivos tuvo una vida mayormente zoológica que humana, viviendo en grandes grupos llamados hordas que no eran sino una especie de rebaños humanos donde reinaba la más absoluta promiscuidad. En esos grupos, de carácter mayormente animal que humano, se comprende que no pudo existir el Estado, el cual sólo fue construido más tarde, cuando las formas de agrupación humana fueron evolucionando y superándose de la familia al clan, de este a la tribu a la fratría, y aún de la fratría a la nación. En todas estas formas de agrupaciones de los hombres, se va notando también la lenta penetración del conocimiento humano en los fenómenos de la naturaleza y, sobre todo en sus leyes, de tal manera que éstas, sin ser modificadas ni mucho menos violadas o desacatadas, son aprovechadas para acomodar una mejor y superior convivencia humana a sus mandatos.

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En la actualidad, cuando el Estado moderno ha superado sus condiciones y su funcionamiento, vale decir su existencia, a la vez que han ido creciendo el conocimiento humano, las ciencias y la técnica, sería un error pensar que las influencias de la naturaleza sobre el ser humano van desapareciendo. El progreso de la humanidad, la ampliación de su saber, la mayor profundidad en el conocimiento de las leyes de la naturaleza, no significa que el hombre deje de ser producto de la naturaleza, ni que ésta vaya desapareciendo aun cuando sea lentamente. El ser humano es y será siempre un producto natural y vivirá en medio de la naturaleza. Por eso mismo cualquier sociedad humana no dejará de soportar las condiciones y las influencias de la naturaleza.

Sin embargo, como el conocimiento de esta naturaleza y de estas leyes se va haciendo realmente fantástico, ya no depende ese saber ni la actuación emergente, de individuos aislados, ni de grupos pequeños, sino que el Estado moderno, ha debido intervenir en ellos, y en muchos casos organizarlos para la sistematización y metodización de los conocimientos sobre la naturaleza y para la utilización de los elementos de ella, conforme a las leyes que presiden la existencia y las transformaciones de la naturaleza.

5. EL CLIMA: Si las cosas, agentes y elementos naturales son tenidos muy en cuenta para fundamentar las conclusiones de la Geopolítica como disciplina científica; entre esos agentes, uno de particular importancia, aunque no tenga carácter de exclusividad para la formación del Estado y la afirmación del poder con todos sus despliegues, es indudablemente el clima. Este agente, en ese sentido, ha sido considerado desde la más remota antigüedad. Ya los filósofos políticos de la antigüedad greco-romana, atribuyeron al clima un papel principal para el desarrollo del Estado y su política de poder. También en la Edad Media se valorizó dicho agente y en la Edad Moderna, desde Maquiavelo hasta Montesquieu, a través de Bodino y otros teóricos de la Política, fueron muchos los que expusieron su opinión positiva en sentido de la gran importancia del clima para la valorización del poder político.

a) NOCION: Se entiende por clima, en rigor lexicológico, el conjunto de los caracteres variados y diferentes de la atmósfera, que son peculiares de una zona, de una región, de un país o de un continente. En otras palabras, son los fenómenos meteorológicos los que fundamentan el clima de cualquier país, los de mayor influencia suelen ser la temperatura o grado de calor o frío y las precipitaciones pluviales.

Sin embargo, todo clima está fuertemente influenciado por la situación geográfica de la región de que se trate y por el relieve, determinando áreas propicias o desfavorables, de acuerdo a las circunstancias, para el asentamiento del hombre de manera definitiva y la organización del aprovechamiento humano de los respectivos recursos naturales.

b) INFLUENCIA DEL CLIMA EN LAS SOCIEDADES: Al observar y estudiar las condiciones de formación y desarrollo de los Estados, se ha afirmado, desde la más remota antigüedad que el clima ha tenido influencia determinante en sus existencia y despliegue de poder. Platón y Aristóteles llegaron a afirmar la bondad del clima continental para la “República ideal” y del clima marítimo para la forma democrática. El francés Juan Bodino

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consideraba que los climas fríos nórdicos conformaban hombres flemáticos y tardos de imaginación, aptos para fundar países de disciplina militar; el clima ardiente del mediodía europeo, formaba gentes vivaces, menos robustas que las nórdicas, capaces de conformar sociedades aptas para el desarrollo de la literatura y el arte; finalmente, el clima templado de las zonas centrales formaba colectividades que participaban de los signos positivos de las gentes nórdicas y del mediodía. Por su parte Montesquieu sostenía que los países de clima ardiente, dan gentes perezosas, que para trabajar deben ser castigadas, dando lugar al surgimiento de los despotismos; en los climas fríos, donde el hombre debe desarrollar intensa actividad para la vida, es natural la libertad, y en los países intermedios no cuajan ni los despotismos extremados ni la libertad exagerada.

Los geopolíticos modernos asignan gran influencia al clima y sostienen que la formación de grandes Estados con vasta irradiación de poder, ha sido posible solamente en las zonas templadas del hemisferio norte, no existiendo estas posibilidades en las zonas polares por la crudeza del clima y que en las regiones tropicales del Ecuador y en las subtropicales del hemisferio, pese a la exuberancia de la flora y la fauna y la fuerza del clima, sus habitantes no tienen aptitudes para constituir Estados ni efectuar ningún despliegue de poder dominante. De ahí, precisamente, que los países de la América del Sur, del África, de Oceanía y de Australia, sólo puedan desarrollarse como colonias o como dependencias de los grandes países de la zona templada nórdica.

Sin embargo, contra esta última afirmación, vienen produciéndose después de la última guerra mundial, una serie de fenómenos políticos-sociales que demuestran el vigor y la capacidad realmente grandes, de los pueblos de las zonas tropicales y subtropicales del hemisferio sur, en los diversos continentes del mundo, y que han determinado ya la independencia y constitución de numerosos nuevos Estados que avanzan vertiginosamente en el camino de su engrandecimiento y fortalecimiento. Ejemplo claro son las nuevas naciones del África y el crecimiento de los países suramericanos.

c) FACTORES PARA LA VARIACIÓN DE LOS CLIMAS. Los elementos notables del clima son la temperatura, las precipitaciones pluviales o lluvias, los vientos, la humedad y la presión atmosférica. Si estos elementos se mantienen regulares y constantes, los climas naturalmente, no cambian y sus influencias pueden expresar permanencia, pero por diversas circunstancias, tales elementos suelen variar, determinando también variaciones en el clima.

Por otra parte, otros factores geográficos, tales como el aumento o disminución de vegetación, las corrientes marinas que pasan por las costas y las modificaciones del relieve con levantamientos o hundimientos del suelo, determinan también variaciones en el clima, haciéndolo favorable, desfavorable o aceptable simplemente, para la vida y la actividad de las sociedades humanas.

La Geopolítica señala en el clima un factor de importancia para la conformación de las sociedades, pues la acción climatológica es decisiva para la formación de los caracteres de los pueblos. Los pueblos de climas ardientes y húmedos suelen ser negligentes y apáticos, sin capacidad de

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iniciativa ni de acción que pueda significar construcción y despliegue de poder; los climas fríos son también enervantes y diluyen las posibilidades de grandes concentraciones y aún cuando formen sociedades enérgicas, éstas por ser escasas en número, tampoco pueden ser muy poderosas. En cambio los pueblos de climas templados que escapan a las inhibiciones del clima cálido y a las restricciones del clima frío, conforman sociedades compactas, ordenadas y capaces de un gran desarrollo de poder.

Pero el hombre puede modificar estas circunstancias, pues operando sobre los fenómenos puramente naturales como la irrigación de zonas desérticas, desecación de extensas zonas pantanosas, plantación de bosques en regiones claras o talado y destrucción de selvas, amén de apertura de canales, obtiene cambios notables de clima, con los que las condiciones, y por tanto, el carácter de las poblaciones, son también susceptibles de notables transformaciones aún en el aspecto del poder.

6) LA FLORA Y LA FAUNA: Se entiende por flora el conjunto de plantas de toda clase ya sean cultivadas por el hombre o de crecimiento espontáneo, formando campos de cultivo, plantaciones, sabanas de herbaje, bosques o selvas, que existen en una región, en un país, en un continente o en todo el mundo y que sirven o son susceptibles de servir a los seres humanos en la satisfacción de sus múltiples necesidades. Por esta última circunstancia es que la Geopolítica asigna importancia a la flora de un país, pues si el conjunto de plantas, llamado también reino vegetal, no determina por sí solo el poderío ni el desarrollo de los Estados, influye en gran manera en la política y el despliegue de poder.

a) DISTRIBUCIÓN NATURAL DE FLORA Y FAUNA: Las primitivas formas de flora, que aprovecharon los pueblos también primitivos, fueron las plantas no cultivadas por el hombre, sino surgidas y desarrolladas espontáneamente por acción de las fuerzas y los agentes de la naturaleza. Por eso es que las zonas de vegetación estuvieron siempre en las zonas templadas y cálidas del mundo, haciéndose raras hasta desaparecer, en las zonas frías y en las regiones polares. Los bosques y las selvas fueron el alojamiento preferido de los grupos sociales primitivos, pues allí las plantas ofrecían sus frutos, sus raíces, sus hojas y aún sus flores para cubrir una diversidad de necesidades, especialmente alimenticias, y estas cualidades servían también para alojar y mantener animales que mediante la caza, satisfacían las necesidades humanas.

Con los datos que proporciona la Sociología se ha establecido que superada la gran etapa del salvajismo con sus tres estadios: inferior, medio y superior y habiéndose iniciado la de la barbarie, el hombre, observando la naturaleza y sus fenómenos, aprendió a cultivar las plantas, primero las que podían satisfacer sus necesidades alimenticias, que eran las más preciosas, y después otras. Los cultivos y las plantaciones hicieron sedentarias a las sociedades y caracterizan la etapa de la civilización. En los países grandemente desarrollados existen muy pocos boques, selvas y montes formados espontáneamente por la naturaleza; sobresalen los cultivos realizados por los hombres, que obedecen a objetivos, finalidades y destinos determinados de antemano.

En la flora de cultivo se suelen distinguir los cultivos de alimentación que están formados por plantas que dan productos destinados a las

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necesidades alimenticias de la sociedad; plantas textiles que proporcionan las materias primas para fabricar tejidos, tales como el algodón, el lino, el cáñamo, plantas industriales que proporcionan materiales para determinadas industrias, tales como el quebracho que da el tanino y las mismas plantas alimenticias cuando fundamentan procesos de transformación para elaborar alimentos en gran cantidad, y las plantas que producen materiales de construcción, como las maderas para casas y edificios, tales como la caoba, el cedro, el pino, etc. Es en este último caso, cuando la flora es de plantas industriales, cuando ella suele adquirir mucha importancia política.

En cuanto a la fauna, que se entiende como el conjunto de animales de todo género y especie que habita una región, un país, un continente o todo el mundo, también tiene importancia, aún cuando su significación no es exclusiva ni única para la formación del poderío de las naciones y los Estados.

La sociedad primitiva requería de los animales para consumir su carne y sus pieles para cubrir sus necesidades de alimentación y abrigo, pero el aprovisionamiento respectivo sólo pudo asegurarlo así que inventó el arco y la fecha. Cuando pudo apoderarse del fuego de las erupciones volcánicas o de los incendios producidos por los rayos solares, y más tarde lo inventó frotando dos trozos de madera, el círculo de la carne como alimento se amplió mucho, inclusive hasta los peces de los ríos, los lagos y el mar.

Mucho más tarde, en el tránsito del matriarcado al patriarcado, el ser humano aprendió a domesticar los primeros animales y entonces para contar con carne, leche y pieles, ya no dependió de las circunstancias siempre aleatorias de la caza. De la domesticación de animales individuales vino la ganadería que es la crianza de grandes rebaños o manadas. Los ovinos, los caprinos, los porcinos, los vacunos y los equinos formaron núcleos fundamentales de la ganadería. En América del Sur, entre los aymaras y los kechuas los rebaños fueron de llamas y de alpacas; en las regiones polares nórdicas, la crianza fue de renos; también el camello en las regiones inmediatas a los grandes desiertos de Asia y África y los elefantes de la India, la Indochina y Siam.

b) INFLUENCIA DE LA FLORA Y DE LA FAUNA EN LA SOCIEDAD: La flora y la fauna han tenido indiscutiblemente grandes influencias en la existencia, desarrollo y mantenimiento de las sociedades humanas. Los grupos primitivos, de acuerdo a los datos de la Prehistoria, se ubicaron para su existencia, en las zonas templadas y cálidas, en parte a causa de la temperatura y el clima, pero también a causa de que en aquellas zonas abundaban las plantas en las praderas, montes, bosques y selvas, proporcionando a los grupos humanos sus múltiples recursos. Además, a causa de la abundancia de vegetales, se desarrolló en esas mismas zonas la fauna, comprendiendo a una múltiple variedad de animales útiles al hombre que no fueron sus enemigos, pero contra los cuales pronto aprendió a defenderse eficazmente.

El crecimiento de la ganadería sistemática no despojó a los grupos humanos de su existencia trashumante, sino que acentúo el nomadismo de las grandes tribus y aún naciones. La búsqueda de pastos y aguas

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movilizaba jinetes de caballos o camellos y esta situación convirtió a las tribus en grupos fuertemente belicosos y guerreros que invadían regiones próximas o lejanas siempre en busca de mejores condiciones para sus modos peculiares de vida.

En cuanto a la flora, el desarrollo de los cultivos y la agricultura, determinaron la transferencia de las sociedades humanas de la vida trashumante y nómada, a la sedentaria, comenzando a afirmarse entonces el Estado, como institución político-social, provista del poder coactivo para obligar a los miembros de la colectividad a una conducta fijada por el orden normativo. Propagándose los campos de cultivo y las plantaciones, su producción dejó de atender solamente al área alimenticia, para incrementar su aplicación a fines cada vez mayormente industriales, adquiriendo tal producción la calidad de materias primas. En la misma forma, los bosques y las selvas de los continentes menos poblados y más atrasados comenzaron a ser explotados para extraer materias primas vegetales, tales como la goma elástica, la quina, la castaña, el tanino del quebracho, etc.

En resumen, el conocimiento continuamente ampliado y el aprovechamiento de la flora y de la fauna por las sociedades políticas constituidas, ha significado el crecimiento económico y cultural y un intensificado desarrollo de poder por los grandes Estados, mientras que los países atrasados se caracterizan por el escaso aprovechamiento de su flora y fauna, determinando también la debilidad o la ausencia de su poder.

c) FLORA Y FAUNA EN EL ESTADO MODERNO: En los tiempos actuales, todo Estado considera los conjuntos de flora y fauna que posee, como las principales fuentes de sus recursos naturales para su crecimiento y desarrollo económico. En el aspecto de la flora cada Estado trata de organizar sus cultivos y plantaciones, para satisfacer sus necesidades alimenticias primero, es decir para autoabastecerse en ese aspecto, tendiendo a la autarquía y para producir después las materias primas suficientes y necesarias para su desarrollo industrial. En cuanto a las praderas, bosques y selvas, las primeras también son objeto de atención y cuidado para el mantenimiento e incremento de la ganadería de todos los tipos y los segundos como fuente de explotación de materias primas para las industrias textiles, para aquellas que proporcionan materiales de construcción y otras industrias, constituyendo también en gran parte, reservas para campos de cultivo y plantaciones. Sin embargo, a fin de no desposeerse de los bosques y selvas como ingentes fuentes de recursos, los Estados modernos practican una sistematizada política de reforestación.

En cuanto a la fauna, la atención pública en los Estados de la actualidad, se orienta al desarrollo y fomento de la ganadería en escala cada vez más grande, pero también en cuanto a una multitud de animales silvestres o salvajes, se procura su conservación y en lo posible la multiplicación de especies que, ya sea por la caza u otras causas tienden a desaparecer. Los animales que son fuentes de recursos alimenticios, o que son estimados por su carne para la alimentación, por su lana para los tejidos o por su piel para la elaboración de diversos productos, son objeto de una política especial de protección, tendiente a su reproducción y a su utilización sistematizada y no anárquicas. Es decir, que en los Estados modernos, se da una fundamental importancia a la flora y a la fauna nacional, como fuentes seguras de poderío en general.

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7. EL RELIEVE GEOGRÁFICO. Ya se sabe que el planeta terrestre es una masa inmensa de forma esferoidal, pero cuya superficie no es regular y lisa, sino que ofrece una serie de desigualdades, cuyo conjunto recibe el nombre de relieve geográfico; solo los mares y océanos presentan una uniformidad en su superficie, alterada en cierta manera únicamente por las mareas y corrientes. El relieve geográfico de los continentes es irregular debido a las contracciones que se operan constantemente en la corteza terrestre y a otras fuerzas revulsivas que causan derrumbamientos, dislocamientos, solevantamiento, etc.

Se considera que los diversos aspectos del relieve geográfico, son las formas de éste y entre las principales se distinguen las montañas y cordilleras, las llanuras y praderas. Estos accidentes del relieve que se presentan como caracteres geográficos netos, son muy apreciados por la Geopolítica, pues son detalles vitales para el surgimiento de los Estados y la construcción e irradiación de su poder.

a) MONTAÑAS Y CORDILLERAS: Las grandes elevaciones formadas por masas de minerales, rocas y tierra que se distinguen de los terrenos circundantes, se llaman montañas, cuya altura, siendo considerable, tiene variaciones. Sin embargo, son raras las montañas aisladas; por lo general se agrupan formando lo que se llaman macizos o bien se desarrollan en forma de verdaderas cadenas, a veces dos y tres paralelas, las cuales reciben la denominación genérica de cordilleras. El conjunto de montañas y cordilleras que existe en una región, en un país o en un continente, constituye un sistema orográfico.

b) SUS INFLUENCIAS: las montañas y las cordilleras tienen influencias decisivas en la vida de los pueblos y las sociedades, que los geopolíticos magnifican grandemente. Las montañas aisladas suelen ser como obstáculos en el camino que interrumpen la continuidad del desarrollo y la cultura de un pueblo; aun cuando en los tiempos modernos de grandes adaptaciones del hombre a las circunstancias de su ambiente, se allanan por efecto de la acción cultural de las colectividades nacionales. Más bien en el aspecto militar como puntos de arranque para la ofensiva o como baluartes de la defensa, las montañas han sido grandemente apreciadas, pero en los tiempos modernos son vulnerables para la artillería y la aviación; tampoco impiden ya los ataques atómicos.

Las cadenas montañosas o cordilleras son las que, geopolítica- mente, han sido altamente valorizadas. A las cordilleras se les asigna una influencia de separación entre los pueblos que se desarrollan en sus vertientes, en muchos casos separación, fuera de la significación de de divisiones etnológicas, suele determinar las distinción de los idiomas y sobre todo de las culturas. Por eso las cordilleras adquieren en muchos casos el carácter de fronteras naturales entre continentes, como los Montes Urales o los Montes Cáucaso, o entre Estados, por ejemplo la Cordillera de los Andes que es el límite entre el Perú y Bolivia, Bolivia y Chile y Chile y la Argentina. Pero cuando uno o más sistemas cordilleranos se encuentran dentro de las fronteras de un país, la tendencia separatista de tales sistemas da lugar a los regionalismos, aun cuando como contrapartida, la acción humana tiende a atenuar tales separatismos y a anudar a los habitantes de las distintas regiones en la realización de grandes esfuerzos comunes.

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La misma tarea unificadora asigna la Geopolítica a los estados llamados “a caballo” que tienen en el centro de su territorio las mas altas elevaciones de uno o mas sistemas cordilleranos, extendiendo su acción a las diversas vertientes que forman estas cordilleras al caer de diversos lados sobre la regiones más bajas. Modernamente los “pasos” que son los portillos cordilleranos que por su menor altura facilitan el tránsito de la gente de las vertientes opuestas, también cumplen una misión unificadora que anula la tendencia separatoria de las cordilleras.

Por otra parte, las montañas y las cordilleras, cuyas cumbres determinan la formación de vertientes en sus lados contrapuestos, dando lugar al escurrimiento de las fuentes fluviales a uno y otro lado de dichas cumbres, constituyen el divortia aquarum de los sistemas hidrográficos. Cuando el divortia aquarum y las vertientes de los ríos que tienen su origen allí, pertenecen a un mismo Estado, la tendencia de absorción, hasta las desembocaduras respectivas de los sistemas es una forma de asegurar el acceso al mar mediante los grandes ríos que acceden a tales desembocaduras.

b) LOS MINERALES Y SU IMPORTANCIA EN LA HISTORIA: En la superficie de las montañas, pero mucho mas frecuente y cuantiosamente en sus entrañas, existen los minerales que el hombre desde sus más remotas épocas ha utilizado para la construcción, no solo de sus armas defensivas, sino abundantemente de sus instrumentos de producción y utensilios para la satisfacción de sus necesidades. En los tiempos mas remotamente primitivos, tal como nos lo enseña la Prehistoria, el hombre utilizo las substancias no metalíferas, principalmente la piedra sin pulir y luego pulida.

Posteriormente conoció el bronce y el cobre que empleó en la elaboración de sus herramientas y de sus armas, mejorando su técnica para la producción de bienes. Pero el descubrimiento y la utilización del hierro fue un acontecimiento realmente revolucionario que a los sociólogos les ha servido para situar con él, el comienzo de la etapa de la civilización. Instrumentos, herramientas, maquinas y armas, mejoraron de calidad y eficiencia, al ser empleado el hierro en su elaboración.

Geopolíticamente, el conocimiento y utilización de los minerales determinó la conformación del poderío de los grupos humanos, pues su manejo y elaboración requiere ya de formas técnicas depuradas. Pero la simple posesión de minerales no representa poderío ni aun potencial. Lo que hace que los pueblos crezcan y se engrandezcan, es el conocimiento y la acertada utilización de los minerales. Esto se ha comprobado, especialmente desde que fue descubierto y elaborado el hierro. Es que los metales, comenzando por el hierro y acabando en el petróleo de nuestros tiempos, posibilitan a los pueblos que cuentan en su territorio con tales recursos a ir desarrollando su capacidad industrial, hasta llegar a la poderosa siderurgia de nuestros tiempos. Países como Inglaterra, o los Estados Unidos, o Alemania, o Francia o la Unión Soviética, que cuentan con diversidad de minerales y principalmente con carbón y hierro y muchas veces también con petróleo, han llegado a las cimas del poderío mundial con una alta industria y tecnología.

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En cambio, los pueblos que modernamente cuentan con yacimientos mineralógicos, pero que no tienen posibilidades de industrializarlos en su propio territorio, no alcanzan ni despliegan poderío. Tienen que limitarse a exportar sus minerales como materias primas, a los países altamente industrializados, quienes imponen las condiciones, precios y cantidades para su producción y venta. Por otra parte, estos pueblos que carecen de industrias y deben comprar herramientas, maquinas y armas de los países industrializados, son débiles económica y militarmente y están expuestos a caer como siempre caen, en la condición de países dependientes, ya sea directa o indirectamente, de las grandes potencias industriales formando colonias, semi-colonias o simplemente esferas de influencia.

Actualmente, la tendencia de los pueblos atrasados de todo el mundo no es solamente recontar y conocer sus riquezas minerales, ni explotarlas y exportarlas como materias primas, sino transformarlas industrialmente. En la América Latina, los países mayormente evolucionados tales como México, el Brasil, la Argentina, el Perú, Chile, han tratado de organizar su potenciación industrial hasta llegar a la industria pesada, pero contra ese deseo ha conspirado hasta ahora, no tanto el bajo nivel de la técnica nacional, cuanto la escasez de los principales factores minerales de la industrialización moderna: el carbón y el hierro. México y el Brasil tiene ambos elementos, pero en poca cantidad; chile tiene hierro, que debe exportarlo como materia prima; la Argentina no ha podido organizar su industrialización, precisamente por falta de ambos elementos; en Bolivia no se han explotado aun sus yacimientos.

Muchas de las guerras y disputas internacionales de estos tiempos han estado originadas por la tendencia de las grandes potencias de obtener o ampliar sus depósitos propios de carbón y hierro, ocurriendo lo mismo con el petróleo, que ha adquirido trascendental importancia como combustible industrial, y con los llamados “minerales estratégicos” que son empleados como materia prima indispensable de la industria pesada y, particularmente, de la industria metalúrgica del hierro, o sea de la fabricación de acero de alta calidad.

c) QUEBRADAS O VALLES Y LLANURAS; SUS CONDICIONES DECISIVAS: La corteza terrestre al contraerse y formar arrugamientos, determina la existencia de levantamientos y depresiones; estas últimas suelen ser más o menos profundas y cerradas dando lugar a la presencia de hendiduras en el relieve que se llaman quebradas, y cuando son depresiones mas amplias y extendidas, surgen valles. Las montañas y cordilleras, al faldear sobre regiones bajas y llanas dan lugar a plegamientos constantes y sistemáticos que tienen todas las características de las quebradas y los valles.

Las llanuras son extensiones más o menos considerables de territorios planos y uniformes, aun cuando siempre suelen ofrecer inclinaciones o declives. Desde luego, la horizontalidad de la superficie de las llanuras no es preciso que sea rígidamente regular, sino que suelen presentarse ligeras ondulaciones que no destruyen la horizontalidad predominante. Estas llanuras no se presentan solo en la regiones calidas o subtropicales, o en las regiones bajas sino en todos los climas y en todas las altitudes, recibiendo distintos nombres según su ubicación; cuando la llanura es alta se llama altiplanicie, ejemplo: el Tibet o el Altiplano Boliviano;

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desierto cuando es llanura seca sin vegetación y sin lluvias, pueden ser arenosos o pedregosos, tales como el desierto del Sahara, el de Gobi, el de Atacama, etc.; selvas y bosques, cuando son llanuras cubiertas de árboles espesos y altos juntamente con abundante vegetación de todo tipo; sabanas, cuando la llanura, de clima intertropical está cubierta de hierbas; pradera que es la que está cubierta de pastos; monte o matorral, llanura mas o menos seca cubierta de hierbas, árboles bajos; estepa, cuando la llanura de clima templado esta cubierta de hierbas y no tiene árboles; taiga, en la zona polar ártica, con clima frío y húmedo, en la que, sin embargo existe forestación, siendo característicos los bosques de pinos, abetos, abedules y álamos blancos; la tundra que se extiende junto a la costas del Océano Ártico, de clima muy frío y tierras con nieve durante la mayor parte del año; por eso su vegetación se reduce a los musgos, algas y líquenes.

La Geopolítica señala que aquellos accidentes constituidos por los valles o quebradas y las llanuras, producen influencias innegables en el desarrollo y potencialidad de los grupos sociales humanos que se alojan en ellos. Se suele afirmar que los habitantes de las quebradas y los valles cerrados generalmente por elevaciones montañosas y cordilleranas, dependiendo del curso de los ríos, son conservadores y reacios a las innovaciones, pero se dice de esas sociedades, que son emprendedoras y activas, aprovechando las bondades que suelen llevar en sí los valles y quebrados. En este sentido, se destaca el papel histórico conformador de la civilización humana que tuvieron los valles del Indo, el Danubio, el Rin, el Volga, aunque no cumplieron esa misma tarea los valles del Amazonas, el Orinoco o el Plata.

En cuanto a las llanuras, se afirma que en ellas la posibilidad de intercambio de personas y de cosas, facilitada por la regularidad del relieve y la existencia de toda clase de caminos, las abre a los progresos mas rápidos a la civilización; hace cosmopolitas a sus poblaciones, pero también por lo mismo, son mas sensibles a las conquistas y absorciones por pueblos mas fuertes que los habitantes que quebradas y llanuras.

8. LA HIDROGRAFIA: En la categoría física se presentan, en su división dos partes sumamente importantes: la Orografía, que es el estudio de las montañas y elevaciones del terreno, y la Hidrografía que es el conocimiento, investigación y estudio de los mares, océanos y corrientes agua de una región, un país, un continente o el mundo entero. La importancia de estas dos partes de la Geografía Física y particularmente, de la Hidrografía, par la actividad humana, se destaca por si sola.

a) MARES Y OCÉANOS; SU INFLUENCIA EN LA VIDA DE LOS PUEBLOS: Aparentemente, mar y océano son dos términos que pueden emplearse como sinónimos pero existen, en realidad, diferencias entre ellos. Océano es el término con el que se expresan la totalidad de las aguas saladas que cubren las partes hondas de la superficie de la tierra y se presenta como una verdadera masa de agua horizontal y uniforme, de enorme vastedad, pero que está interrumpida por las masas sólidas llamadas continentes. En este sentido, tenemos el Océano Glacial Ártico y el Océano Glacial Antártico. Los lechos de estos océanos no están totalmente cerrados, sino que se comunican por medio de estrechos en unos casos y extensiones marinas, en otros.

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En cambio, los mares, estrictamente, son las entradas que hacen o forman los océanos en los continentes, al ponerse en contacto con sus costas o porciones sólidas y que tienen una diversidad de nombres, de acuerdo al lugar o la región; por ejemplo: Mar Negro, Mar Mediterráneo, Mar del Norte, Mar Báltico, Mar Caribe, Mar Blanco, Mar Amarillo, Mar de la China, etc.

Los océanos y los mares han tenido una gran influencia en la vida de los pueblos, en su engrandecimiento y en su poderío. Cuando el hombre primitivo, aprendiendo la construcción de embarcaciones, pudo navegar alejándose de las costas, conquistó los mares inmediatos, generalmente los interiores, como el Mar Egeo o el Adriático y mas tarde el Mar Mediterráneo o el Mar del Norte, hasta que la brújula le permitió alejarse océano adentro, destruyendo leyendas prohibitivas como la del Mar Tenebroso. Por eso en los tiempos primitivos de la navegación, debiendo los pueblos navegantes dar seguridad a sus rutas y a su travesía, se hacían dueños de los mares costaneros inmediatos y de los mares interiores, aduciendo la legitimidad del mare claustrum. Pero cuando la posibilidad de orientarse seguramente, permitió la navegación en los océanos y altamar, tal teoría apareció como perjudicial para los pueblos de marinos audaces y entonces se proclamó y se impuso la doctrina del mare liberum, o sea la libertad de navegación en altamar. Sin embargo, bajo este enunciado, las grandes potencias han luchado siempre por el dominio, si no de los océanos, por lo menos del control de las rutas comerciales a través de ellos, sobreviniendo de esa manera el enorme poderío naval de España, Francia, Holanda y aun Portugal, sustituido en los tiempos modernos por la hegemonía marítima de Gran Bretaña y de los Estados Unidos de Norteamérica, condiciones que están variando por la supremacía de la aeronavegación y la penetración en el espacio sideral.

El mar y los océanos tienen una influencia capital en la vida de los pueblos; prácticamente, siendo una fácil vía de comunicación por la flotación y navegación de embarcaciones sobre su superficie, aproxima a los pueblos del mundo para el intercambio de cosas y mercancías, de seres y personas y de ideas e ideologías, pero también, al mismo tiempo, el mar ha sido el elemento que ha facilitado los ataques y las conquistas de los poderosos. Por eso es que surgió la necesidad de dar seguridad a las costas de cada Estado mediante la extensión de su soberanía a una faja de mar adentro que se ha llamado mar territorial. Esta extensión se convino que debía llegar hasta el alcance que tuviese el disparo de una bala de cañón, pero como la artillería comenzó a ser gradualmente de mayor alcance, se convino, hasta fines del siglo pasado que el mar territorial llegaría a una distancia de tres millas de la costa, o sea un poco menos de cinco kilómetros. En 1894, ante numerosas reclamaciones, el Instituto de Derecho Internacional, fijo el mar territorial para tiempo de paz en seis millas y para tiempo de guerra en nueve millas, o sea en diez y quince kilómetros de costa, respectivamente.

En la actualidad hay reclamos, de los países pequeños particularmente, tales como Chile, Perú, Ecuador, Islandia, China Continental y otros para extender el mar territorial a 120, 250 y 300 kilómetros, teniendo en cuenta la concepción de plataforma y zócalo continental. La plataforma continental es la extensión que penetra debajo de las aguas desde el lugar de la costa, en una pendiente más o memos

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regular hasta donde produce un pronunciado incremento del declive o sea hasta los 300 metros generalmente. El zócalo continental es la zona que rodea a la tierra emergida de las aguas y que va desde el punto de unión de aguas y tierra en la costa, por debajo de aquellas, hasta la base del talud continental, entendiéndose por este ultimo, la profundidad de declive pronunciado que comienza en el borde de la plataforma continental y que va hasta las mayores honduras del mar. En las aguas que están encima del zócalo y de la plataforma continental, se encuentran los mas grandes emporios de riqueza ictiológica, y en las porciones sólidas debajo de las aguas de estas profundidades, existen ingentes riquezas minerales, tales como el petróleo de Venezuela y otros metales en y otros metales en diversas partes del mundo. Como todas estas riquezas se traducen en poderío de los Estados, es que se reclama actualmente una mayor extensión del mar territorial.

La posesión de costas marítimas es una necesidad para la existencia, desarrollo y poderío de las naciones. Por eso es comprensible la aspiración de los Estados para tener sus propias costas marítimas que les den salida hacia los océanos, pero a veces no es suficiente la posesión de costas más o menos amplias, sino que en ellas puedan establecerse si no muchos, por lo menos uno o algunos puertos por los cuales extraer sus productos hacia otros países, así como recibir los de éstos, sin tener que atravesar el territorio de otra nación que aunque le conceda el más liberal régimen de transito, siempre impone restricciones y condiciones de subordinación. Si hay algunos países mediterráneos, como Suiza o Checoslovaquia, o Austria en Europa, ellos poseen salida al mar por medio de los ríos que en los casos anotados son el Rin y el Danubio. En América del sur hay dos países mediterráneos: el Paraguay y Bolivia, el primero tiene su salida al mar por el río de su nombre que se conecta directamente con el Paraná y el Plata, Bolivia no posee ninguna salida al mar a causa de la guerra de conquista que realizo Chile en 1879 y que privó a los bolivianos de su costa propia sobre el océano Pacifico.

Se ha considerado, geopolíticamente que el mar es uno de los accidentes geográficos que se adecua mejor a servir de frontera entre países distintos; sin embargo, como la navegación aproxima a los pueblos, el mar desarrolla, por otra parte, una tendencia unificadora en ellos, pero también, en casos de guerra, constituye para los países fuertes, la vía por la cual pueden realizar sus conquistas. En este sentido, se afirma que el mar despierta en los Estados mayormente desarrollados, la tendencia a dominar las costas de los mares opuestos, tanto si están próximas como si están lejanas. La historia del mar Mediterráneo, la del Mar Báltico, la del Mar Negro o la del Mar del Norte, así como del Mar del Japón en Asia y del Mar Caribe en América, fundamenta la veracidad de la existencia de aquella tendencia.

b) LOS LAGOS Y LOS RÍOS: VÍAS LACUSTRES Y FLUVIALES: en las regiones sólidas de la tierra, o mejor dicho, en su superficie, suelen producirse depresiones por debajo del nivel normal de suelo y naturalmente, las corrientes de agua ordinarias que bajan de las alturas o las que aparecen como consecuencia de las precipitaciones pluviales, se concentran en esas depresiones originando lo que se llaman lagos, los cuales pueden tener extensión variada, desde centenares de metros cuadrados hasta miles de kilómetros; lo mismo ocurre con su profundidad:

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hay muchos que solo llegan a 50 metros, mientras muchos tienen cientos y aun miles de metros; el lago Titicaca en América, tiene 480 metros de profundidad; el lago Baikal en el Asia, se afirma que tiene 1500 metros de hondura. Cuando los lagos, aunque sean extensos, no llegan a una profundidad mayor a diez metros, se llaman lagunas. Hay lagos de agua dulce y de agua salada. Los mayores lagos del mundo son el Mar Caspio, el Mar de Aral, el lago Baikal en el Asia, los lagos de Suiza en Europa; los Grandes Lagos en América del Norte, el Lago Titicaca en América del Sur.

Los lagos tienen importancia en la vida social humana, por cuanto mejoran las condiciones de sus contornos en cuanto al clima y la humedad, permitiendo la construcción de sistemas de irrigación por la ingeniería; además, cumplen el mismo papel de aproximación de los pueblos, que realizan los mares.

Los ríos son corrientes de agua que corren en dirección de los declives de la superficie y que se originan en el deshielo de las nieves de las montañas generalmente, o también, especialmente de los ríos periódicos, de las precipitaciones pluviales que al escurrirse forman cauces por las arrugas mas hondas de la superficie. Los ríos desembocan en otros ríos, en lo lagos o en el mar. Su curso es impetuoso y precipitado en sus orígenes, cuando se desprenden de las montañas; se vuelve torrentoso al ingresar a los valles y quebradas y es calmoso y amplio en la llanuras, donde también su caudal suele ser considerable.

En la historia de los pueblos y sobre todo en su desarrollo, los ríos tienen mucha importancia. Se ha observado que los pueblos primitivos, sea por la fertilidad que los ríos asignan a las zonas de las orillas, por el mejoramiento del clima, por la humedad que comunican a las regiones inmediatas, por la facilidad que dan a las comunicaciones, etc., han sido escogidos siempre por los grupos primitivos para establecerse en sus orillas. Los grupos primitivos, en su trashumancia y nomadismo, solían seguir el curso de los ríos para proveerse de pesca y para lograr pastos y agua para sus rebaños.

La historia del mundo asigna influencia fundamental para el surgimiento de la civilización, a las regiones ubicadas a lo largo de Ios ríos, tales como el Nilo en el Africa, el Tigris y el Eufrates en el Medio Oriente, el Yan-tse-kiang y el Hoang-ho en el Extremo Oriente, el Rhin, el Danubio, el Vístula, el Don y el Volga en Europa, el Misisipí, el Amazonas y el Plata en América.

Los lagos y los ríos en los pueblos primitivos han servido como fronteras naturales, porque a uno y otro lado de sus márgenes se ubican las sociedades contrarias, sirviendo como elemento de separación natural el lago o el río. En los tiempos actuales, los lagos y ríos desarrollan una tendencia de unificación estando sus márgenes dentro de un mismo territorio donde la vida social se desarrolla normalmente, pero que también pueden servir de frontera natural, cuando a más de la contraposición de los pueblos, existen otros factores, tales como la distinción de costumbres, de idioma, de tradiciones, etc.

Por otra parte, en cuanto a los lagos y ríos, los estados tienden a ejercer un dominio total sobre sus caudales líquidos con todo su contenido

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y, además, en el caso de los ríos, sobre la totalidad de su curso, aspirando al dominio de su desembocadura en otros ríos, en lagos o en mares, inclusive. Es difícil que un lago puede ser dividido por fronteras artificiales, como en el caso del Lago Titicaca entre Perú y Bolivia porque tal circunstancia da lugar al surgimiento de la tesis del condominio con todas sus consecuencias. Es que los lagos y ríos a más de sus finalidades de comunicación, pueden ser utilizados para tareas de irrigación de extensos campos secos o desiertos, como fuentes de energía eléctrica, etc.

c) VÍAS LACUSTRES Y FLUVIALES: como los mares, los lagos y ríos sirven también de vías de comunicación y transporte, pero para esta función los lagos tienen que ser mas profundos y mas o menos extensos, y los ríos adquieren esa importancia cuando se hacen navegables a causa de su gran caudal y del declive regular y poco inclinado de su cauce.

En este sentido, los ríos pueden converger en su desembocadura sobre un solo punto o por lo menos sobre una sola zona, dando lugar esta circunstancia a la aglomeración de la población y a su progreso en la zona de convergencia de los ríos, surgiendo allí la prosperidad de sus habitantes. También pueden correr en forma paralela guardando equidistancia entre sus fuentes, su curso y su desembocadura. Si los ríos paralelos están próximos, la población alojada en sus inmediaciones tiene también posibilidades de progreso y crecimiento. Una tercera circunstancia se produce cuando los ríos poseyendo orígenes próximos, tienen curso y desembocadura divergentes. En estos casos, las poblaciones de la superficie, si los ríos divergentes corren por el territorio de un mismo Estado, tendrán motivos de unificación en su misma variedad de cursos fluviales, pero si la divergencia ocurre en Estados distintos, da lugar a separación y muchas veces a deseos de hegemonía de uno de ellos sobre los demás.

De todas maneras, los lagos y ríos desarrollan las comunicaciones entre los pueblos de un mismo país o de países distintos, mucho mas rápidamente que los caminos de la superficie, pero despiertan también las ambiciones de los más poderosos.