capitulo 6

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Capitulo 6 llamado: Retener y hacer, del libro niños agresivos o niños agredidos de F. Dolto

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  • 6* Retener y hacer

    Esta vez, tengo ante m todo un testimonio. Resumo la larga carta que escribi una madre de cinco hijos. E l mayor tiene diez aos y la ltima hija veinticinco meses. En realidad, se trata del problema de ensearle a los nios a pedir para ir al bao. Esta madre hizo cinco experiencias diferentes con sus cinco hijos, es decir, en el caso del prim er hijo le presentaba con gran frecuencia el bacn, lo regaaba cuando el nio mojaba los paales o no haca sus necesidades en el orinal En el caso del segundo hijo...

    S, muy bien, pero, a partir de qu edad? No lo dice la madre?

    Creo que lo dice; pero entonces habra que leer la carta con todos sus detalles.

    Lo que importa es ante todo el mayor, pues los otros se educan por identificacin.

    A q u est! "Soy madre de cinco hijos que tuve bastante seguidos, pues el mayor tiene diez aos y el ltim o venticinco

    SO

  • Retener y hacer / SImeses. Entre mis dos primeros hijos hay un ao de diferencia. Como muchas madres, tenia prisa por ver a mi primer hyo habituado a pedir para ir al bao, sobre todo porque la herma- nita lo segua de cerca. Por eso me empe tenazmente en presentarle el orinal con la mayor frecuencia posible, a veces a cada hora, y lo reprenda severamente cuando no obtena resultados o cuando ensuciaba los paales. A l cabo de un ao de esfuerzos, el chico se haba habituado a pedir a tiempo: a los dos aos de edad, durante el da y a los dos aos y medio durante la noche. N o eran, pues, resultados muy brillantes, dice la madre. E so en el caso del primer hijo. Con el segundo modific un poco el procedimiento; le presentaba el bacn sin regaar a la nia o la regaaba sin presentarlo, etc., y as fue variando hasta llegar a l quinto hijo, a quien le otorg libertad total: nunca le presen t el orinal. La conclusin de la madre es la sigu ien te: todos sus hijos llegaron a controlar sus necesidades a los dos aos duran te el da y a los dos aos y medio durante la noche.

    Todo esto es muy divertido e instructivo; agradecemos a la madre su testimonio.

    Y la seora agrega: Creo que es in til,querer a toda costa que el hijo pequeo adquiera hbitos de lim p ieza .

    Creo que todo esto va a consolar a muchas madres que se amargan porque el hijo no tiene hbitos de limpieza. Debo decir tambin que tuvo suerte de que el mayor no continuara mojando la cama, pues comenz a instruirlo demasiado temprano. Slo alrededor de los dos aos, a partir del momento en que un nio es capaz de subir y bajar solo por una escalerilla, una de esas escalerillas porttiles de cuyo ltimo peldao puede colgarse con las manos, a partir de ese momento, pues, el sistema nervioso del nio est constituido y slo as puede adquirir hbitos de limpieza si pone atencin. Antes no est en condiciones de hacerlo. Esta madre tuvo otro hijo al cabo de

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    un ao; creo que el mayor debe haber considerado como cosa muy agradable el inters que mostraba su madre por su trasero; gracias a eso la madre se ocupaba de l de una manera enteramente especial.Creo que es muy acertado lo que hizo esa seora, an sin saberlo, por su hijo mayor que de esa manera continu acaparando la atencin maternal despus del nacimiento del segundo hijo. Los otros se educan por identificacin con el mayor. Todos ellos quieren portarse tan bien como el mayor, apenas pueden hacerlo. Claro est que no pueden imitarlo antes de alrededor de los ventin meses, en el caso de las nias, y ventitrs meses, en el caso de los varones; los varones tardan ms que las nias en adquirir ese control. Pero puede uno formularse esta pregunta: Ese hijo mayor no es un poco perfeccionista, un poco menos libre, menos suelto, que los otros en sus movimientos? Porque de no ser as, su caso sera perfecto. De cualquier manera, es una lstima perder tanto tiempo con el orinal cuando hay que hacer tantas otras cosas para fomentar el desarrollo de las manos, de la boca, de la palabra, de todo el cuerpo... Cuando el nio es capaz de valerse de sus manos, cuando goza con libertad y soltura de una buena coordinacin de movimientos y de un tono muscular dominado, cuando ya habla bien, experimenta placer en controlar l mismo sus necesidades, en hacer lo mismo que hacen los adultos, es decir, ir a los cuartos de bao. Aprovecho este momento para aconsejar que las madres no pongan nunca el orinal en la cocina o en la habitacin de los nios; que lo coloquen siempre en el cuarto de bao, salvo por la noche y slo durante el invierno en el caso de que haga mucho fro; es recomendable que el nio haga siempre sus necesidades en el bao y nunca en las habitaciones en que se vive y se come.