CAPITULO 8.°

EL SINDICALISMO AGRARIOEN ITALIA (I)

Una vez analizadas las grandes orientaciones de la políti-ca agraria italiana, se tratarán en este capítulo y en el si-guiente las tres grandes organizaciones de carácter sindical-Confagricultura, Coldiretti y Confcoltivatori- que son re-conocidas por los poderes públicos como representantes delos agricultores.

El análisis del sindicalismo agrario en Italia se iniciarácon una aproximación histórica de caráĉter general a su gé-nesis y desarrollo, para pasar, más adelante, a exponer losrasgos de su actual estructura y analizar de forma detalladalos aspectos organizativos y las orientaciones ideológicas delos sindicatos más representativos. -

8.1. APROXIMACION HISTORICA

Suele ser bastante común en la historiografia italiana si-tuar en la Unificación -producida en 1860 (1)- el puntoen que comienza a configurarse un movimiento asociativode carácter naĉional. Antes de esa fecha, bien es cierto que

(1) La Unificación -también llamada «Unitá>^ es el proceso históricopor el cual se produjo la liberación del territorio italiano de la ocu-pación extranjera, y la creación de un Estado unitario en la formade la monarquía constitucionat Este proceso se inició con las llama-das guerras del Risorgimiento y se culminó en 1870 con la libera-ción de Roma del dominio pontificio.

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existían organizaciones de muy variada naturaleza en losdistintos reinos de la península italiana (2), pero fue a raízde la Unificación cuando la acción colectiva adquirió una di-mensión nacional.

La aproximación histórica que se pretende realizar eneste apartado centrará su atención en el movimiento asocia-tivo que tuvo por base a las distintas categorías de agriculto-res -propietarios, arrendatarios, aparceros, colonos...- yno en el sindicalismo específicamente obrero. Las referen-cias que se hagan a este último en algunos lances de la na-rración, lo serán en la medida en que sirvan para compren-der mejor el hilo argumental que aquí se expone, ya que,como se verá, hubo períodos históricos en los que ambascategorías sociales -obreros agrícolas y pequeños campesi-nos- articularon conjuntamente sus intereses en sindicatosunitarios.

8.1.1. El contexto de la Unificación y la apariciónde los primeros embriones asociativos(1860-1886)

En 1860, en el momento de la Unificación, Italia era unpaís en el que más de la mitad de la población se encontra-ba ocupada en la •agricultura. En el seno de la sociedad ru-ral, la hegemonía era ejercida por los grupos ^cagrari»-que habían protagonizado el Risorgimento, a saber: propie-tarios terratenientes y grandes agricultores capitalistas. Juntoa ellos, se instalaban grandes bolsas de pobreza, constituidaspor braceros -ccbraccianti»- y buena parte del pequeñocampesinado -cccontadini»- vinculado a la tierra por dis-tiritas formas de tenencia.

(2) Sobre el movimiento asociativo que existía en los distintos reinospeninsulares antes de la Unificación, puede verse el trabajo de F.Colleti: Le Associazioni Agrarie in Italia• dalla metá del sécolo decimottavoalla f:ne del decimonono. Roma, Unione Cooperativa ed., 1901. Eneste trabajo su autor -a la sazón secretario general de la Societádegli Agricoltori Italiani- analiza exhaustivamente las distintas for-mas asociativas: sociedades de agricultura, academias, cámarasagrarias, consorcios, «comizi».

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En un principio, el nuevo contexto político abierto conla ĉreación de un Estado unitario .propició. un amplio con-senso sobre el régimen monárquico, al posibilitar el accesode amplios sectorés del campesinado a la propiedad de lastierras confiscadas a las instituciones eclesiásticas. Sin embar-go, la penetración de las relaciones de mercado en la agri-cultura y la consolidación de una concepĉión privatística dela apropiación de la tierra, condujeron a que los sectoresmás débiles de la sociedad rural -pequeño campesinado yproletariado agrícola- se viesen progresivamente condena-dos a la marginalidad y explotación.

Así, el pequeño campesinado, que había accedido a lapropiedad de las tierras que históricamente cultivaba, se viocada vez con mayores dificultades para hacer frente al pro-gresivo endeudamiento y pagar las cargas fiscales impuestaspor el recién creado Estado nacional (3).

La crisis agrar.ia de 1880, provocada por la competenciade los productos americanos y el cierre de los mercadosfranceses a las trádicionales exportaciones, tuvo unos efectosdesastrosos para la situación ya de por sí precaria del cam-pesinado italiano. Efectos que explican las grandes olas mi-gratorias que se produjeron en Italia a final del pasado sigloy principios del actual: más de 15 millones de italianos emi-graron entre 1880 y 1914 con dirección a los países cen-troeuropeos y, sobre todo, a América. Este fenórrieno migra-torio actuó como válvula de escape para mitigar los efectosinternos de la crisis e impidió la explosión de una situaciónya de por sí conflictiva en una sociedad tan intensamentepoblada como la italiana. Aun así, se dieron algunas expre-siones de conflictividad en forma de revueltas escasamente

(3) E. Sereni, en su libro Il capllal•mo nelle campagne, 1861-1900, Torino,

Einaudi, 1968, dice que «muchas pequeñas propiedades fueron con-

fiscadas por impago de impuestos que, a pesar de su reducida mag-

nitud, el campesino exhausto no conseguía pagar (...). En 1894, 1as

ventas de inmuebles por orden judicial alcanzan la cifra de 124.912

Ha: pequeñas propiedades que son incautadas y puestas en ventapor las autoridades fiscales» (cita recogida gracias a la atención de

A. Russi y C. Nardone, autores de un trabajo sobre cooperativismo

agrario, aún no publicado).

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organizadas y con reivindicacione ĉ muy coyunturales, comofueron los motines contra el «macinato», el bandolerismomeridional o el movimiento «fasci» en Sicilia, por citar algu-nos casos significativos (4).

Los grupos agrarios dominantes -propietarios terrate-nientes y agricultoreĉ capitalistas- respondieron a la crisisintensificando la explotación del trabajo campesino y pro-moviendo la creación de los primeros embriones asociati-vos: los «comizi». Estas asociaciones desplegaban una varia-da gama de actividades, combinando las reivindicativas conlas económicas y de prestación de servicios, si bien su fun-ción más característica era la de introducir las nuevas técni-cas de cultivo que se venían aplicando en otros países eu-ropeos, y elevar la cualificación profesional de los agriculto-res (5). Con funciones similares fueron creadas, a iniciativaprivada y de los entes locales, las denominadas «cátedrasambulantes», cuya expansión y eficacia como agentes depropagación del desarrollo técnico en la agricultura hi-cieron que, paulatinamente, fuesen adquiriendo carácter pú-blico (6).

(4) Sobre este tema hay ya numerosos estudios de carácter nacional yregional. Puede verse al respecto, S. Zaninelli: Le lotte nelle campagneda[[a grande cr•• agricola al primo dopoguerra, 1880-1921. Milano, Ce-luc, 1971. F. Renda: Il movimiento contadino ne[[a S•ilia. Palermo, Sici-lia del Lavoro, 1956. R. Zangheri: Agricoltura e contadini nella storiad'Italia. Torino, Einaudi, 1977. L. Riva: I! movimiento sind•al cristianoda[ 1850 al 1939. Roma, Zuffi, 1950. L. Preti: Le lotte agrarie in ValPadana Torino, Einaudi, 1955. P. Conti: «Movimiento contadino:dall'unitá alla resistenza», en Il mondo contemporaneo. Storia d'Italia (II).Firenze, La Nuova Italia, 1977. G. Maggi: Cenni Stor•i de[l'Associazio-n•mo in Agrúoltura Milán, 1985 (monografia sin publicar).

(5) Como señala C. Desideri en su L'Ammin•trazione de[l'Agr•oltura.., op.cit., p. 16, los «comizi» fueron regulados inicialmente por el R.D. de22 de diciembre de 1866 y más tarde por el T.V. de 3 de abril de1884: desarrollaban tareas consultivas ante los poderes públicos yactividades de promoción y asistencia técnica, pudiendo catalogarsecomo un precedente de los organismos corporativos del tipo de lasCámaras Agrarias. Sobre los «comizi» ver el trabajo de F. Coletti(1901) ya citado. ^

(6) Ver M. Zucchini, La cattedri ambulanti in agrúoltura Roma, 1971.

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8.1.2. Las distintas formas estructuradas de articula-ción social ( 1886-1924) .

En este contexto de crisis de final del XIX, el campesina-do italiano comenzó a crear nuevas formas de lucha reivin-dicativa y a proponer nuevos mode}os de desarro}lo econó-mico que sirviesen de a}ternativa a las opciones hasta esemomento dominantes en la agricultura. El movimiento aso-ciativo del campesinado fue canalizado por las dos grandescorrientes ideológicas y políticas existentes entonces en Ita-lia, a saber: la «rossa» (roja) socia}ista y la «bianca» (b}anca)católica.

Tras un primer período de predominio de la ideologíaanarquista entre el campesinado italiano, la corriente socia-lista se extendería a partir de los años noventa, impulsadapor la creación del P.S.I. (Partido Socialista Italiano). Sin em-bargo, su filosofía de la socia}ización de la tierra y de }a abo-lición de toda forma de propiedad privada, dificultaron, aligual que en la mayor parte de los países europeos, su pene-tración en un mundo rura} que só}o unos años antes había^visto cómo amplias capas socia}es habían accedido a la pro-piedad de sus tierras. El mensaje socialista, expresado enforma de «ligas», arraigó, por tanto, en el pro}etariadorural y en aquellos sectores del pequeño campesinado alborde de la proletarización como consecuencia de }os efec-tos de }a crisis agraria.

Las acciones de lucha reivindicativa promovidas por elmovimiento socia}ista fueron coordinadas a nive} nacionalcon la creación en 1901 de la Federazione Nacionale Italianafra i Lavoratori della Terra (Federterra). En e} momento desu creación, federaba a 704 «ligas» con más de 150.000 afi-liados, caracterizándose por integrar en su seno a obrerosagrícolas y pequeños campesinos, y por establecer una rela-ción orgánica con el P.S.I. (7). La Federterra, integrada comorama sindica} agraria en el sindicato C.G.L. (ConfederazioneGenerale del Lavoro), se convirtió hasta }a Ilegada del fascis-

(7) Sobre la Federterra puede verse el excelente trabajo de R. Zanghe-ri: Lotte agrarie in Italia- La Federterra Milano, Feltrinelli, 1960.

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mo en la más numerosa de las federaciones sindicales italia-nas. El eje reivindicativo y sindical de la Federterra era com-plementado con la promoción de asociaciones de caráctereconómico, que dieron lugar al desarrollo de un amplio mo-vimiento cooperativo articulado a nivel nacional con la crea-ción de la Lega Ntzzionale delle Cooperative (Liga) en 1893 (8).

En una primera etapa no puede hablarse todavía de unaclara separación entre el sindicalismo y cooperativismo«rojo» y«blanco», ya que tanto la Federterra como laLiga tenían carácter unitario y en ellas se integraban sindi-catos y cooperativas de ideologías diversas. ^

La división del movimiento asociativo se producirá araíz de que la corriente católica decidiera involucrarse direc-tamente en la vida social y política italiana. Esta opción porel compromiso directo tuvo su origen en la encíclica RerumNovarum (1891) de León XIII y otras posteriores, que consti-tuyeron un claro pronunciamiento pontificio sobre la «cues-tión social» y una llamada a los católicos para que participa-ran activamente en los movimientos sociales y políticos dela época. El catolicismo social se presentaba entonces comouna tercera vía entre el socialismo y el liberalismo, basandosus principios ideológicos en la defensa de la propiedad pri-vada y el rechazo de la lucha de clases (9).

En el terreno del sindicalismo y cooperativismo agrarios,la corriente católica se expresaba en.la forma de organiza-ciones interclasistas -patronos, pequeños propietarios yobreros- cuya base social más significativa era, sin embar-go, la pequeña burguesía rural (pequeños y medianos agri-cultores vinculados a la tierra mediante la propiedad o elarrendamiento) y en las que el elemento obrerista tenía es-casa presencia. Asimismo, estas organizaciones desarrolla-ban acciones más de carácter económico y asistencial que

(8) La «Lega» tuvo su antecedente más inmediato en la Federazione Na-

ziona[e delle Cooperative, creada en 1886 a iniciativa de un grupo de

cooperativas milanesas. Ver E. Vallauri: La cooperazione agrúola in /la-

lia, 1886-1986. (Suplemento al núm. 2/1986 de la revista Cooperazione

in Agricoltura, Roma, Editrice Cooperative).(9) Sobre los efectos sindicales del catolicismo social, ver L. Riva: Il mo-

vimiento sindicale crútiano dal /850 al 1939. Roma, Zuffi, 1950.

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reivindicativo, destinadas a satisfacer las necesidades del pe-queño y mediano agricultor: créditos a través de cajas rura-les; prótección frente a los riesgos de pérdida de cosechas oganado mediante la creación de sociedades mutualistas; ad-quisición y utilización colectiva de inputs agrarios a travésde uniones cooperativas; comercialización cooperativa de losproductos agrarios, etc. Esta extensa red de instituciones decarácter asistencial permitió al movimiento católico dotarsede una amplia base social de apoyo, si bien inicialmente susorganizaciones permanecieron integradas en el seno de laFederterra y la Liga.

La intensificación de la lucha de clases en los campositalianos, por un lado, y la estrategia del movimiento católi-co de crear sus propias estructuras organizativas (10), porotro, propiciaron que el sindicalismo y cooperativismo hastaentonces unitarios se dividieran en dos grandes opciones. Laroja, constituida por las asociaciones de influencia socialista,que permanecieron en la Federterra y en la Liga, y la blan-ca, formada por los sindicatos y cooperativas de influenciacatólica, que salieron de aquéllas para articularse en dosnuevas estructuras: una, sindical, la Conjederazione Italiana deiLavoratori (C.I.L.), fundada en 1916, y otra, cooperativa, laConfederazione delle Cooperative Italiane (C.C.I.), en 1919.

Estos hechos tuvieron importantes consecuencias en elasociacionismo agrario italiano. De una parte, ayudaron aespecializar funcionalmente el movimiento asociativo, sobretodo en la corriente «blanca», que, como se ha señalado, sehabía caracterizado por desarrollar actividades más asisten- .ciales que reivindicativas y que, a raíz de la constitución dela estructura sindical C.I.L., se preocupó de ejercer tambiénacciones de lucha más en la línea del sindicalismo «rojo».De este modo, el movimiento católico cubría un doble flan-co: el de los pequeños agricultores, con su actividad asisten-

(10) La nueva estrategia católica tuvo su eje fundamental en la creacióndel Parĉdo Popular por pon Luigi Stuno, antecedente inmediato dela actual Democracia Cristiana. Sobre este tema puede verse M. G.Rossi: Le origin del partito cattolico: movimiento tatlolĉo e lotta di tlasxneU'ltalia liberale. Roma, Riuniti, 1977.

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cial y de servicios, y el de los obreros agrícolas, con su ac-ción reivindicativa. Ambas categorías sociales permanecían,no obstante, integradas conjuntamente en las mismas es-tructuras .organizativas, lo que también ocurría en el senode las asociaciones «rojas», ya que se concebía a los obrerosagrícolas y al pequeño campesinado como miembros de lamisma clase social.

De otra parte, la participación directa de los sindicatoscatólicos en las movilizaciones reivindicativas de tipo huel-guístico socavó su tradiĉional principio interclasista -la lla-mada «unión mixta» de patronos y obreros-, y provocóque los grandes propietarios y agricultores de tipo capitalis-ta -los «agrar'vr- se organizaran de forma autónoma, fue-ra de la órbita católica, creando la Confederazione Naziona-le Agraria, convertida, en 1920, en Confederazione Generaledell'Agricoltura.

Finalmente, hay que señalar que la división organizativaprovocada por estos acontecimientos -en gran medidacomprensibles- en el seno del movimiento carinpesino ita-liano debilitaría extraordinariamente sus respectivas fuerzasen un ^contexto especialmente atravesado por conflictos so-ciales, como fue el de la antesala a la instauración del régi-men fascista.

8.1.3. La disolución del sindicalismo democráticodurante el fascismo ( 1924-1944j

Antes de la «Marcha sobre Roma», en 1922, y del ascen-so al poder del fascismo, se produjo una intensificación dela lucha de clases en los campos italianos, motivada, entreotras cosas, por la presión social que supuso la terminaciónde la Gran Guerra y el regreso de los soldados -La ma-yor parte de extracción rural- a sus lugares de origen, sinolvidar el cúmulo de promesas y expectativas de cambioque los politicos les hicieron al comenzar el conflicto bélico.La conflictividad más importante se manifestó en la ola deocupaciones de tierras que tuvo lugar en los últimos añosde la década y cuyo epicentro estuvo en las zonas de la Ma-

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remma, el Lazio, la Calabria y Sicilia. En estas regiones, laocupación de tierras por los sindicatos obreros de la Feder-terra condujo a la instauración de una especie de propiedadcolectiva en la que la actividad productiva se hacía de formacooperativa. El movimiento adquirió una dimensión tangrande que hasta el ministro Vissochi se vio obligado a dic-tar un decreto legalizando parcialmente las ocupaciones delas tierras incultas o abandonadas, aunque aprovechando laocasión para vaciar de contenido el proyecto cooperativo delos sindicatos al instaurar un sistema de asentamiento en pe-queñísimas parcelas que actuó como eficaz instrumento deestabilización social (11).

En lo que se refiere a las movilizaciones más directa-mente relacionadas con el campesinado no proletario, mere-ce la pena destacar las que se produjeron por los años pre-vios al fascismo en torno al tema de los contratos de aparce-ría, también conocido como la cuestión «mezzadrile». Sobreeste tema, tanto las ligas «blancas» como «rojas» tuvieron unespecial protagonismo, si bien con estrategias y programasreivindicativos diferentes. Así, por ejemplo, las ligas de laFederterra reivindicaban la total desaparición de la aparce-ría por ver en este tipo de tenencia una forma de colabora-cionismo interclasista, opuesto a su diseño de proletariza-ción general del campesinado. Las ligas católicas, por suparte, optaban por una solución reformista, reivindicando latransformación de la aparcería en arrendamiento y la cesiónal colono de la gestión efectiva de la tierra.

Sobre la cuestión «mezzadrile», los planteamientos y es-trategias de las ligas católicas les permitieron cosechar im-portantes éxitos y extenderse ampliamente por regionesque habían sido feudos tradicionales del sindicalismo «rojo».Su estrategia reivindicativa combinaba las acciones en la ins-titución parlamentaria (12) con el ejercicio de una táctica sin-

(11) Ver G. Maggi: Crnni storici deU'associazion ĉmo..., op. cit., p. 9, así comoF. Renda: Il movimrnto contadino nella Sicrlia Palermo, Sicilia del La•voro, 1956), y S. Zaninelli: Le lotte neUe tampagne..., op. ci^

(12) La acción parlamentaria fue desarrollada por el on. Martini, quiendefendió los principios católicos sobre la cuestión ameuadrileu: esta-

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dical sorprendentemente dura, que hizo merecer el calificati-vo de «bolchevique blanco» a uno de sus máximos líderes,Guido Miglioli, por su actividad en la región cremonesa.Fruto de estas movilizaciones y de la acción parlamentaria,fue la aprobación, en julio de 1922, del llamado «Lodo Bian-chi», que modificaba sustancialmente los regímenes de te-nencia en la agricultura (13).

El avance del movimiento obrero y campesino en Italiaalarmó sobremanera a las clases propietarias, incitándolas aestablecer alianzas en torno a los grandes propietarios terra-tenientes con el objetivo de restaurar el orden tradicional.Estas alianzas se concretaron en la organización de los sindi-catos fascistas, que eran presentados como opciones alterna-tivas a las «ligas» -blancas o rojas- y que se proponíandisciplinar toda acción reivindicativa a los «intereses superio-res de la nación», lo que significaba, en la práctica, subordi-nar los intereses de las clases campesinas a los de los gran-des propietarios.

Tras un primer período de acción violenta contra todolo que representaba el movimiento de las «ligas» -sedessindicales, cooperativas, cantinas sociales, ĉasas del pue-blo...; los sindicatos fascistas impusieron una política de te-rror y amedrentamiento que obligaron a.muchos campesi-nos a abandonar las filas de aquellas otras organizaciones.El ascenso de Mussolini a la jefatura del gobierno ^ntrecuyas primeras medidas estuvieron la derogación del ya cita-do «decreto Vissochi» sobre asentamientos y la paralización

bilidad del colono y justa causa para la rescisión del contrato; dere•cho de prelación en caso de venta, y derecho del colono a transfor-mar la aparcería en arrendamiento. Ver M. Bandini: Cento anni di

storia agraria italiana Roma, 5 lune, 1963, p. 96.

(13) Ibid., p. 10. Ver al respecto S. Zaninelli: La lege bianche nei Cremonese

Roma, 5 lune, 1961, y A. Zappani: Guido Maglio[i e il movimento con-

tadino. Roma, 5 lune, 1964. Sobre los movimientos sociales en tornoa la aparecería puede verse L. Raddi: 1 mezzadr; le lotte contadine

neU'Ita[ia centrale. Roma, 5 lune, 1962, así como las actas del congre-

so sobre: 1 mezzadri e[a democrazia in Italia, celebrado en 1986 y or-ganiaado por el Instituto «Alcide Cervú> (publicadas por la ed. Il Mu•lino, 1987).

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del «Lodo Bianchi^r-- significó la legitimación de las accio-nes emprendidas por los sindicatos fascistas y la definitivadesarticulación del sindicalismo católico y socialista.

En 1926, fue instaurado formalmente el régimen corpo-rativo, entre cuyas características más relevantes para la agri-cultura destacaban las siguientes. En primer lugar, imponíael clásico principio del sindicato único, si bien articulando atrabajadores asalariados y agricultores en estructuras dife-rentes. Así, desde el nivel provincial, los agricultores se inte-graban en sindicatos de categoría hasta confluir en cuatro fe-deraciones nacionales -de empresarios agrícolas; de pro-pietarios no cultivadores; de agricultores familiares, y de di-rectores de explotaciones agrarias-, que daban lugar a laConfederazione Nazionale Fascista degli Agricoltori Por su parte,los trabajadores se integraban también en cuatro federacio-nes nacionales -de técnicos de explotaciones agrarias; decolonos y aparceros; de braceros, y de trabajadores cualifica-dos- que formaban la ConJederazione Nazionale Fascista deiLavoratori dell'Agricoltura

En segundo lugar, no establecía una organización cúpulapara integrar de modo corporativo los intereses generalesde la agricultura --como sí ocurrió en el caso francés o por-tugués-, sino que creaba ocho corporaciones por grandesramas de actividad en las que se integraban los interesesagrícolas, comerciales e industriales (14), y en cuyos órganosde gobierno estaban representadas las respectivás organiza-ciones empresariales y obreras, además de una importanteparticipación directa del partido único fascista (15). Estas cor-poraciones, junto con otras catorce correspondientes a otras

(14) Las ocho corporaciones relacionadas con la agricultura eran las ĉi•guientes: cereales, cultivos hortícolas, viticultura y enología, aceite,remolacha y cana de azúcar, ganadería y pesca, productos forestalesy productos textiles.

(15) A título de ejemplo, el consejo de la Corporación de los Cereales es-taba formado por. 3 representantes del partido fascista, 14 del sec•tor productor (7 por los agricultores y 7 por los trabajadores^ 2 delsector industrial, 2 del sector panadero, 6 de los comerciantes, 1 delas cooperativas y, finalmente> 1 representante de los técnicos.

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ramas no agrarias, se integraban en el Consiglio Nazionale de-!le Corporazione.

Se dio de este modo una esca.sa articulación orgánica enel fascismo italiano entre la dimensión sindical -canalizadaen las dos grandes confederaciones- y la corporativa -conlas ocho corporaciones verticales-, lo que contrasta con lacohesión interna del corporativismo agrario portugués y dela Corporation Paysanne francesa, analizados en otras partesde este trabajo (16).

Como es sabido, la caída del fascismo se produjo en elmarco de la II Guerra Mundial y de la liberación de Italiapor las fuerzas aliadas, procediéndose entonces a poner lasbases de la reconstrucción del Estado democrático. A esteproceso dedicaremos el próximo apartado.

8.1.4. De la unidad sindical a la divisióndel movimiento campesino italiano (1944-1954)

Durante la II Guerra Mundial, la población campesinaitaliana jugó un importante papel, no sólo a través del sacri-.ficio en las frentes de lucha de sus miembros más jóvenes,sino también como sostén logístico, organizativo e informati-vo a los combatientes de la resistencia contra la ocupaciónalemana.

A medida que fueron liberadas las distintas regiones delpaís por el avance del ejército aliado, se procedió a revitali-zar el libre movimiento asociativo en la agricultura italiana,devolviéndole la dinámica que había tenido tras veinte añosde violenta represión y de rigideces institucionales.

Los representantes de la patronal agraria, que habían ju-gado un rol importante en la élite del régimen fascista, hu-bieron de comenzar un proceso de reorganización para asu-

(16) Es interesante a efectos comparativos el trabajo de Xavier Pintado:aIntegraçáo corporativa de agriculturau, en Reu. Estudios Corporativo;níun. 14, año N, así como el libro de M. de Lucena: O Salazarisma..,Lisboa, Perspectivas e Realidades. 1976, op. cit.> en el que se analizacomparativamente el Fstado Novo portugués con el corporativismoitaliano.

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mir la defensa de los intereses de la propiedad agrícola enun contexto general caracterizado ahora por una alta tasade desocupación en la agricultura, una fuerte presión delmovimiento campesino y una demanda generalizada de «re-forma agraria» procedente no sólo de las filas de los par-tidos de la izquierda -P.C.I. y P.S.I.-, sino ambién del nue-vo partido demócratacristiano. Este proceso de reorganiza-ción patronal comenzó con la creación en .1944 de la Federa-zione Italiana degli Agricol^orq transformada un año más tardeen confederación y estructurándose de forma definitiva en1949 como Confederazione Generale dell'Agricoltura Italiana (Con-fagricultura), cuyo desarrollo histórico se producirá de mane-ra autónoma y sin discontinuidades hasta nuestros días.

8.1.4.1. La ef^mera unidad del movimiento campesino

Desde las filas de la resistencia antifascista surgió un pro-ceso unitario de reconstrucción sindical sobre el eje de laConfederazione Generale Italiana del Lavoro (C.G.I.L.), constituidaentre comunistas, socialistas y democristianos como resulta-do del llamado Pacto de Roma firmado en junio de 1944.En el seno de la C.G.I.L. se encuadraba la antigua y recons-truida Federterra como sindicato unitario de asalariados ypequeños campesinos -propietarios, aparceros, arrendata-rios, etc.: Sin embargo, en el seno de este sindicalismounitario pronto surgieron proyectos disidentes que tendrianuna gran importancia en el futuro del panorama sindicalagrario italiano.

La C.G.I.L. era, en realidad, el resultado de la conver-gencia estratégica de todas aquellas experiencias sindicalescuya desunión y disputas en los años anteriores al fascismohabían favorecido, entre otros factores, el acceso al poderde Mussolini. Era, por tanto, un esfueno de voluntad politi-ca por constituir una especie de frente sindical antifascistaque consolidara el proceso de reconstrucción democráticadel país iniciado tras ^la Liberación. Sin embargo, ese esfuer-zo de voluntad no significaba la desaparición de las profun-

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das discrepancias ideológicas que históricamente habían se-parado a socialistas y católicos en el movimiento campesino.Analicemos a continuación algunas claves explicativas del fe-nómeno de disidencia ocurrido en el período de postguerra.

Como se recordará, el sindicalismo agrario católico ha-bía estado estructurado en las décadas anteriores al adveni-miento del fascismo en las llamadas ligas «blancas» integra-das en la C.I.L. (Confederazione Italiana dei Lavoratori). Elnúcleo mayoritario de sus afiliados estaba constituido poraparceros, pequeños arrendatarios y pequeños propietariosagricultores, es decir, por aquellas categorías no situadas es-trictamente en el status del proletariado rural, aunque tuvie-sen que acudir en ocasiones al mercado de trabajo paracontratarse como asalariados; su condición proletaria era,en la práctica, una condición de excepcionalidad. Puede afir-marse, por tanto, que tras la Liberación, el movimiento ca-tólico aportaba al proyecto sindical unitario unas bases so-ciales de caracteres no proletarios.

Esta peculiaridad de las bases sociales aportadas por elmovimiento católico a la nueva C.G.I.L. creaba problemasde tipo ideológico al movimiento socialista, en el que sumayor tradición proletaria y la desafortunada experienciahistórica de esta unión interclasista, le hacían mostrar rece-los y desconfianzas al encuadramiento mixto de braceros ypequeños campesinos en una misma estructura sindical.Por el contrario, un. amplio sector democristiano-particularmente el representado por su máximo dirigentesindical, Achille Grandi- adoptó una actitud claramente fa-vorable a la constitución de un sindicalismo mixto; actitudque es fruto tanto de una coherencia con la tradición inter-clasista del sindicalismo católico como de una más ampliaestrategia política, tendente a reequilibrar con la presenciadel pequeño campesinado una correlación de fuerzas neta-mente favorables a la izquierda en el seno de la nueva con-federación sindical. Sin embargo, la posición democristianasobre este particular no era homogenea, existiendo dentrodel movimiento católico opiniones favorables a la constitu-ción de un sindicato exclusivamente de pequeños campesi-

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nos -de «coltivatori diretti>r-- fuera de la C.G.I.L., con elobjetivo de disponer así de un fuerte instrumento de pre-sión libre de la interferencia socialcomunista en un sectorconsiderado por los católicos dentro de su área tradicionalde influencia (17).

El hecho de que la propaganda y las acciones desarrolla-das entonces por el Partido Comunista Italiano (P.C.I.)-absorbido como estaba por el tema de la reforma agra-ria- estuviesen prácticamente dirigidas hacia la problemáti-ca del proletariado agrícola, dejaba vía libre a la acción dela Democracia Cristiana (D.C.) entre el pequeño campesina-do, apoyada además en la extensa estructura eclesiástica tanfirmemente enraizada en la sociedad rural. Como se comen-tó en el capítulo anterior, esta carencia, tanto programáticacomo organizativa, fue para la izquierda un error de propor-ciones históricas del que aún hoy se lamenta amargamentey que sólo de forma tardía se trató de remediar (18).

8.1.4.2. La dirriaión podftica del campeainado italáano

En un contexto de discrepancias internas sobre el mode-lo sindical unitario que debía ser construido en torno a laC.G.I.L., se desarrolló la iniciativa, ya comentada superficial-mente, de Paolo Bonomi, quien, con el apoyo de algunossectores de la D.C. -especialmente los más directamentevinculados con el Vaticano y, en concreto, con el papaPío XII-, fundó el 31 de octubre de 1944 la Federazione Na-zionale dei Coltivatori Diretti (Coldiretti), más tarde transforma-da en confederación. El éxito de la Coldiretti fue espectacu-lar, y ya en 1945 reclutaba a más de un millón de agriculto-res de distintas categorías: propietarios, arrendatarios, colo-nos y aparceros. Tales resultados pueden ser explicados por

(11) Sobre esce tema ver S. Fontana: I cattolici e l'unitá sindicalc, 1943-47,Bologna, ll Mulino, 1918; AA. W.: Operari e contadini nella crisis ita-[iana del 1943-44, Milano, Felcrinelli, 1974, y S. Tramontin: SinistracattoGca di ieri ed oggi Torino, Marietti, 1974.

(18) Fs interesante consultar el crabajo de R. Grieco: I comunisti e ilcontadini coltivatori diretti Roma, C.D.S., 1948.

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la habilidad de la «bonomiana» -como se le comenzó a de-nominar en honor a su fundador- en explotar el senti-miento anticomunista y el tradicional conservadurismo delos pequeños propietarios, si bien hay también que conside-rar como elemento clave de su éxito la propia ambigĉedadde los grupos de izquierda con respecto al problema delcampesinado a la hora de elaborar sus programas reivindi-cativos. En este sentido, el pequeño campesinado se mostra-ba receloso de una izquierda que, más allá de la persecu-ción de objetivos democráticos igualmente comunes a laColdiretti y a la D.C., inspiraba su programa politico en unaideología obrerista que, además de no recoger sus propiasaspiraciones como grupo social, subordinaba la defensa delos intereses campesinos a los del proletariado y preconizabala extinción del propio campesinado como categoría socialindependiente.

Sin embargo, el éxito de la Coldiretti no radicaba sóloen la persistente cruzada anticomunista de la que se hizo va-ledora ni tampoco en la ambigiiedad programática de la iz-quierda, sino también, y muy especialmente, en su capaci-dad para interpretar correctamente los intereses reales demiles de campesinos y de defenderlos con firmeza sobre labase de un mensaje tosco pero al mismo tiempo claramenteexpresado en términos similares a éstos: «el día en que losintereses de los agricultores tengan que ser confundidos conlos de los obreros será, ciertamente, un día desgraciadopara el porvenir de la agricultura y para la defensa de la fa-milia rurab^ (P. Bonomi) (19).

Mientras tanto, en el congreso de febrero de 1945, laC.G.I.L., como resultado de un compromiso enae las dudascomunistas, la insistencia de Grandi y la aparición de la «bo-nomiana», optó por reconocer en su seno una AsociazioneNazionale dei Coltivatori Diretti La corriente democristiana re-presentada por Grandi esperaba con este acuerdo atraer aBonomi y a su Coldiretti hacia la estructura de la C.G.I.L.,fortaleciendo, así, la ya de por sí minoritaria presencia de

(19) Recogida del trabajo de G. Maggi, op. cit, p. 15.

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las ligas «blancas» en el seno del sindicato unitario; sin em-bargo, esa esperanza fue vana por cuanto Bonomi rechazótajantemente el ofrecimiento. De esta manera, el sectorcampesino de la C.G.I.L., articulado en la nueva A.N.C.D.,quedaba constituido exclusivamente por las bases aportadaspor socialistas y comunistas, desequilibrando así la correla-ción general de fuerzas y convirtiendo en inviable el proyec-to sindical unitario para el campesinado italiano (20).

Ante la previsible ruptura y con el objetivo de contra-rrestar el avance de la «bonomiana», la estrategia de la iz-quierda consistió en promover la formación de numerosasasociaciones campesinas de base regional, autónomas res-pecto de la C.G.I.L. Más tarde, tras la definitiva ruptura sin-dical en julio de 1948, estas organizaciones de base comen-zaron un proceso de estructuración nacional que culminó en1954 con la creación de la Al[eanza Nazionale dei Contadini(A.N.C.), cuyo objetivo principal era competir con la ya po-tente Coldiretti en la captación del campesinado. Este objeti-vo se reveló en los primeros años como una tarea poco me-nos que imposible, dada la sólida implantación conseguidapor el sindicato católicó en sus 10 anos de vida en perfectaconnivencia con el partido de la D.C.

Las dificultades de la A.N.C. para consolidar un espaciosindical en el campesinado italiano se vieron agravadaspor las divisiones internas producidas entre comunistas y so-cialistas cuando, en 1960, el P.S.I. decidió participar en losgobiernos de centro-izquierda con la D.C. Esta decisión signi-ficó también la apertura de una profunda crisis en el senodel P.S.I. que culminó con la escisión del sector no colabora-cionista y la creación del P.S.I.U.P. (Partito Socialista Italianodi Unitá Proletaria). A nivel sindical, la consecuencia de estacrisis fue la creación por el P.S.I. de un nuevo sindicato cam-pesino: Unione Coltivatore Italrani (U.C.I.), dado que el grupo

(20) Sobre el debate en el seno de la izquierda en torno al tema de losacoltivatori direttĉo puede verse A. Rossi Doria: aAppunti sulla politi-ca agraria del movimiento operaio nel secondo dopoguerra: il de-batĉto sui coltivatori direttiu, en Italú^ contempo^Bneq núm. 122,1976, así como el trabajo de R. Grieco: Il comunisti.., op. cit

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socialista presente en la A.N.C. se había alineado claramen-te con el sector escindido del P.S.I.U.P. De esta manera, seabrió una profunda división organizativa en el sindicalismocampesino de izquierda, que no se cerraría hasta veinteaños más tarde, en 1977, con la creación de la actual Confe-derazione Italiana dei Coltivatori (Confcoltivatori), como resulta-do de la fusión de las preexistentes A.N.C. y Federmezzadri-federación de aparceros históricamente integrada en laC.G.I.L.- y de un amplio sector de la socialista U.C.I.

Con la creación de esta nueva opción organizativa co-menzaría a consolidarse un panorama sindical en Italiacónstituido por tres asociaciones de carácter general y ámbi-to nacional, que se erigen, actualmente, en los exclusivos re-presentantes de los distintos grupos de intereses agrarios, asaber: la Confederazione Generale dell'Agricoltura Italiana(Confagricoltura), la Confederazione Nazionale dei Coltivato-ri Diretti (Coldiretti) y la Confederazione Italiana dei Coltiva-tori (Confcoltivatori) (21). A1 análisis de sus estructuras orga-nizativas y orientaciones ideológicas dedicaremos los próxi-mos apartados.

8.2. 18ASC^S GEPIEItALES DEL ACTUAL^A1^I®RAA^dA SIIdDICAL^EN LA AGRICiJLTURAITALIANA

El panorama actual del sindicalismo agrario en Italia secaracteriza por los rasgos siguientes. En primer lugar, poruna clara hegemonía de las tres organizaciones ya citadas:Confagricoltura, Coldiretti y Confcoltivatori, entre las cualesse produce un tácito reparto de áreas de influencia. Consoli-dadas desde hace tiempo en sus posiciones entre los agricul-

(21) Además de escas tres grandes organizaciones sindicales, exiscenotras de menor entidad que son restos de los procesos de fusión ydisgregación ya analizados. Así, por ejemplo, la U.C.I. (Unione Colti•vatori Italiani) es el residuo que quedó después de que gran partede sus afiliados se integraran en la Confcoltivatori; la A.I.C. (Associa•zione Italiana Coltivatori) es una pequeña asociación vinculada alP.S.D.I. (Partido Sceial Democrático Italiano).

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tores italianos, no puede decirse que exista una competenciaentre ellas, ya que sus mensajes ideológicos se han dirigidohasta ahora a colectivos sociales bastante bien diferenciados,lo que no ha de impedir que, a medida que se vayan difu-minando las líneas de separaaión ideológica por efectos delcreciente «economicismo» y del carácter cada vez más tecno-crático de la politica agraria, comience a desarrollarse unacompetencia en términos de profesionalidad (22).

En segundo lugar, por una politización de sus estructurasorganizativas, de manera que no existe, como en el casofrancés, una clara separación entre sus componentes políti-co-representativos y técnico-administrativos. Especialmenteagudizado este hecho en la Confcoltivatori y en la Coldiretti,su dinámica interna es resultado de una hegemonía de loscriterios políticos sobre los técnicos y profesionales, lo queva en consonancia con las estrechas relaciones que ambasorganizaciones mantienen con los partidos de la D.C. y de laizquierda socialista y comunista, respectivamente.

En tercer lugar, y ligado a lo anterior, el sindicalismoagrario italiano se caracteriza por verse permanentementeinterferido por lo que acontece en la dinámica politica, in-fluyendo extraordinariamente en sus programas reivindicati-vos y en sus acciones las estrategias que en cada coyunturaestablezcan los partidos politicos. Hay que tener en cuentael frágil equilibrio en que se mueve la politica italiana, conescasas diferencias electorales entre los dos grandes bloquesideológicos, lo que hace que el voto rural tenga una impor-tancia muy superior a la que le correspondería por su pesodemográfico. Ello explica el interés de los partidos politicospor crear bases de apoyo entre los agricultores y establecerestrechos lazos con el sindicalismo. En el caso de la Coldiret-

(22) Esto es lo que está empezando a observarse en los cambios produci-dos recientemente en el seno de la Coldiretti y la Confcoltivatoricomo consecuencia de 1a plena integración de la agricultura en elsistema económico y la interdependencia de la politica agraria italia-na con la politica de la C.EE Sobre este tema pueden verse las en-trevistas que A. Saltani hace a A. Lobianco -presidente de la Coldi-retti- y a G. D'Avoglio -presidence de la Confcoltivatori- y quehan sido publicadas por Edagricole en 1985.

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ti sobre todo, el sindicato actúa en momentos de eleccionespoliticas como centro de captación del voto para las listas dela D.C., en las que destacados lideres sindicales se presentancomo candidatos (28). El caso de la Confcoltivatori es máscomplejo por cuanto ella es resultado del equilibrio entreP.C.I. y P.S.I., cuya correlación de fuerzas varía mucho deuna regiones a otras; puede afirmarse, no obstante, que, sibien la hegemonía la tiene la corriente comunista, los socia-listas conservan una importancia cualitativa por cuanto elrespeto de su presencia minoritaria es un elemento clavepara conservar un sindicato de izquierda unido (24).

Poí su parte, la Confagricoltura constituye en sí mismaun grupo de presión, ya que aunque se sitúa por sus orien-taciones ideológicas en el espectro de la derecha italiana, supoder económico y su vinculación con el movimiento em-presarial italiano lo hacen más resistente a las interferenciaspoliticas.

En cuarto lugar, el escaso desarrollo de la Administra-ción agraria italiana y la gran cantidad de tareas burocráti-cas que los poderes públicos tienen delegadas en entidadesde carácter privado o semipúblico, convierten a los sindica-tos en una especie de «administración paraleLv^, cuyo efectoprincipal es la extraordinaria presencia social que este hecholes reporta entre los agricultores y el importante estímulo ala afiliación que ello implica, sin olvidar los recursos econó•micos que por su actividad obtienen de los poderes públicos.

En quinto lugar, por último, hay que señalar el hecho deque el sindicalismo agrario italiano se enmarca en un con-texto de regionalización que le obliga a involucrarse en di-námicas periféricas cada vez más autónomas. Estas dinámi-cas varían de unas regiones a otras en base a las distintascorrelaciones de fuerzas politicas y a la gran variedad regio-

(28) Desde la fundación de la Coldiretti, sus dirigentes han ocupado esca-ños en el Parlamento italiano y eurbpeo, así como en las asambleasregionales, como representantes de la D.C. Actualmente cuenta con28 diputados, 4 senadores y 7 parlamentarios europeos, además de94 consejeros regionales y varios miles de cottsejeros provinciales ylocales.

(24) Su actual presidente, G. D'AvogGo, es aiputado del P.S.I.

S14

nal de la agricultura italiana. Hasta ahora, el elemento queha mantenido cohesionadas a las organizaciones regionalesen una estructura central ha sido el ideológico y politico,por Io que puede preverse que si se produce un debilita-miento en este nivel, en la línea de lo ya señalado más arri-ba, ello repercutirá en la cohesión interna y en la activaciónde posibles dinámicas centrífugas (25).

8.8. LA «CONFEDERAZIONE GENF- I -FDELL'AGRICOLTURA ITALIANAn

^ (CONFAGRICOLTURA)

8.8.1. Filosoga reivindicativa y orienta:ciones ideológicas

Como se ha señalado anteriormente, con la caída delfascismo y la reconstrucción democrática del país se inicióun proceso de libre creación de nuevas asociaciones sindica-les, en el que participó el sector de propietarios terratenien-tes, cuyos principales dirigentes habían ejercido un impor-tante protagonismo en las entonces ya extinguidas «unionesfascistas». Así, puede decirse que fueron estos mismos repre-sentantes de la patronal agraria los que comenzaron a pro-mover en cada provincia la creación de «Uniones dei Colti-vator'v^, ubicadas, en muchos casos, en los mismos edificiosde los antiguos sindicatos fascistas. Eran, en definitiva, unio-nes que expresaban la continuidad organizativa de una clasesocial que veía perdida su tradicional hegemonía en la poli-tica italiana y que se preparaba para jugár un nuevo rol enun contexto diferente. Un contexto que, como se ha señala-do, se caracterizaba inicialmente por una fuerte presión delmovimiento obrero organizado de nuevo en la Federterra, ypor un amplio consenso entre los grupos democráticos del«arco parlamentario» sobre la necesidad de abordar refor-

(25) El actual debate sobre las organizaciones de productores habría quesituarlo en estas coordenadas, por cuanto que dichas organizacionesse convienen en la contrafigura de los sindicacos y amenazan conarticiilar los intereses de los agricultores en base a afinidades econó-micas y no politicas.

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mas estructurales en la agricultura. Se comprende, pues, laurgencia de los grandes propietarios de tierras por articularsus intereses de forma colectiva'y, en consecuencia, por re-construir en versión democrática sus antiguas «uniones». Es-tas remozadas organizaciones provinciales se federaron en1944, dando luz a la, ya citada, Federazione Italiana degliAgricoltori y, más tarde, en 1949, transformándose en la ac-tual Confederazione Generale dell'Agricoltura Italiana (Confagri-coltura). En sus orígenes, por tanto, las bases sociales de lasuniones integradas en la Confagricoltura se caracterizabanpor una clara componente «patronal» -de empleadores demano de obra asalariada- y por una firme actitud de de•fensa de la propiedad privada.

Es explicable, pues,, que en este primer período fuese elpropietario terrateniente, nostálgico defensor de un poderabsoluto en la agricultura y partidario de una línea intransi-gente en la contratación laboral y en la defensa del derechode propiedad, la figura más característica de la Confagricol-tura. Esta componente ideológica convertía, sin embargo, ala Confagricoltura en una asociación con vocación minorita-ria en el contexto social y politico dominante entonces, yaque la articulación de los intereses de los distintos gruposagrarios -y especialmente del campesinado- no podía ha-cerse más que sobre la base de las fuerzas politicas vencedo-ras del fascismo. En efecto, a partir de la liberación -y, so-bre -todo, después de la experiencia de los gobiernos de con-centración-, el «bloque moderado», hegemonizado por laD.C., reconocerá a la Coldiretti como el interlocutor privile-giado de la agricultura italiana y como sujeto activo de me-diación y de creación de consenso en el campesinado (26).

(26) Como señala G. Mottura en su artículo «Cuarenta años de estrate•gia corporativa en la agricultura italiana», en Agricultura y Sociedat^op. cic., esta opción del bloque moderado por la Coldiretti significa-ba optar también por un modelo de desarrollo económico que con•denaba a la agricultura a jugar un papel completamente marginaLEn oposición a la politica modernizadora propuesta por los sectoresmás dinámicos, aunque minoritarios, del empresariado agricola italia-no -integrados en la Confagricoltura-, la Coldiretti representabala política de la «marginalidadu al basar sus e^cigencias en el mante-

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Será, pues, la Coldiretti la fuerza principal y el instrtunentoclave de la estrategia «moderada» para romper el frente delucha existente entonces contra la propiedad de la tierra ypara asentar las bases del desarrollo capitalista en Italia,quedando claramente reducido el campo de acción directode la Confagricoltura (27).

A final de ^los años cincuenta, con el avance del procesode modernización en la agricultura italiana, cuyo principalefecto era el éxodo rural y, por ende, una reducción de lapresión social sobre la tierra, se produjo un cambio en lascomponentes ideológicas de la Confagricoltura. La figuraantaño dominante del «propietario-patrón» es sustituida enlas altas esferas de la asociación por la del «empresario capi-talista», gracias al ascenso de una nueva generación de diri-gentes articulados en la Associaaione Nazionale GiovaniAgricoltori (A.N.G.A.), creada en 1958 como asociación inte-grada en la estructura confederal. Estos nuevos dirigentesproponían una renovación de las relaciones de producciónen la agricultura mediante la reducción del peso de la pro-piedad frente al de la empresa, la racionalización de la es-tructura de explotación y el incremento del grado de meca-nización, con la consiguiente disminución del nivel ocupacio-nal; todo esto, a cambio de una actitud menos intransigenteen el tema de las relaciones laborales y de una mayor dispo-nibilidad al diálogo con los sindicatos de obreros agrícolas.Esta reorientación ideológica de la Confagricoltura no eramás que el resultado de la modificación experimentada porla realidad económica y social de la agricultura italiana. Los

nimiento de una población agrícola de pequeños agricultores a tra-vés de medidas asistenciales. Sobre este cema puede verse el crabajode R. Stefanelli, aL.a Confagricolcuran, en AA.W., La políticn det pa-tronato ualiano (Bari, De Donato, 1972), y el informe elaborado porel Centro Studi Nazionale de la CISL, La Confagrico[turq 1980.

(21) No obstante la pérdida de procagonismo direcco de la Confagricol-tura, esta organización permanecerá siempre incegrada en el ablo-que moderadon y accuará como un importante grupo de presión. Suauconomía organizaĉva con respecto a los partidos politicos le per-mitirá ejercer influencia por vía indirecta en codos los componentesdel bloque -liberales, democristianos, republicanos.

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efectos de carácter general que sobre la agricultura italianaestaban teniendo el proceso de industrialización y el desa-rrollo de nuevos sectores de actividad, así como los efectosparticulares de la aplicación de la reforma agraria en aque-llas regiones históricamente dominadas por el latifundismo,condujeron a la progresiva sustitución de la figura del pro-pietario terrateniente, generalmente absentista, por la figuradel empresario capitalista, involucrado directamente en lamarcha económica de su explotación. El ascenso de nuevoscuadros dirigentes en el seno de la Confagricoltura no era,por tanto, más que una consecuencia de los cambios experi-mentados en el conjunto de su base sor.ial.

Todo este proceso de renovación interna experimentadopor la Confagricoltura a lo largo de los años sesenta se tra-dujo en un cambio de las claves inspiradoras de su filosofiareivindicativa, configurando, a partir de entonces, la imagenque actualmente representa en el panorama asociativo de laagricultura italiana. _

Actualmente, la Confagricoltura se presenta como unaasociación particularmente sensible a los intereses de la«empresa agrariau^, entendida ésta como un principio axialcapaz de articular de forma unitaria a todos los componen-tes sociales de la agricultura (28). Para la Confagricoltura, la«empresa agraria» es uná figura económico jurídica respectoa la cual se esfuma toda distinción entre agricultura «capita-lista» y agricultura « campesiruv^. La idea del agricultor-empresario unifica, así, las situaciones ciertamente diversasque existen en la agricultura y permite una articulación uni-taria del sector agrario desde bases distintas a las del corpo-rativismo tradicional (29).

El concepto de «empresa agraria» es definido por la

(28) Expresión de esta componente ideológica es el hecho de que, en elsegundo congreso de la ANGA, en 1965, se proclamara a la Confa-gricultura como la aconfederación dell'impresa agricola» para aeG-minar -en palabras del presidente Diana- la arĉficiosa distinciónentre agricultura capitalista y campesinau. Ver en este sentido la re-ferencia que hace R. Scefanelli en su trabajo aLa Confagricoltura»,op. cit, p. 194.

(29) C.S.I.L., La ConJagricoltura, op. ciG, p. 4.

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Confagricoltura sobre la base de criterios productivistas y deeficiencia económica, tomando como referencia sistemas deproducción y organizativos similares a los de la empresa in-dustrial. Es decir, las explotaciones agrícolas, como «empre-sas» que son, deben utilizar de forma eficaz los^ avances deldesárrollo tecnológico para ejercer un mayor control sobrelos factores ambientales y, sobre todo, para reducir al míni-mo el empleo de mano de obra. Para la Confagricoltura, elproceso de modernización agrícola pasa, necesariamente,por un proceso de concentración de las numerosas explota-ciones de pequeñas dimensiones existentes, cuya sobreviven-cia sólo ha sido posible mediante una politica asistencial queha empleado de forma irracional los recursos públicos y haperpetuado una situación estructural de estancamiento en laagricu_ltura italiana. Su presidente Diana declaraba, ya en1975, la necesidad de «una verdadera revolución en eldominio de las estructuras agrarias (...) para permitir a losagricultores modernizar sus explotaciones, aumentando sudimensión y racionalizando al máximo las actividades pro-ductivas y el empleo de los mediós técnicos».

En consecuencia con este discurso «empresariab^, la Con-fagricoltura marituvo desde sus orígenes una actitud críticacontra el «asistencialismo» que vino caracterizando a la po-lítica agraria hasta los aanos sesenta, si bien era conscientede que esa politica asistencial estaba siendo el mejor instru-mento para desarticular la presión del movimiento obreroorganizado sobre los campos italianos y para consolidar lahegemonía de las fuenas conservadoras. No obstante, lapretensión de mantener planteamientos coherentes en ma-teria económicá, hizo que mostrase su satisfacción por laelaboración del primer Plan Verde, pero criticando la ausen-cia de criterios selectivos en la distribución de las cuantiosasayudas económicas que en él se establecían. Con ocasión deldebate nacional propiciado por el ministro Marcora en 1977,como paso previo a la aprobación de la «Quadrifolio», laConfagricoltura se mostró favorable también a la idea de la«programmazione» y a la necesidad de introducir reformasestructurales en la agricultura italiana, pero matizando que

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éstas tenían que darse en el sentido de un incremento de ladimensión media de las explotaciones y de una utilizaciónracional de las técnicas modernas. De igual modo expresósu discurso empresarial y no corporativista cuando, con oca•sión del primer P.A.N. (Plan Agrícola Nacional), manifestóque éste era sólo una programación sectorial que «no podíaafrontar los problemas de las conexiones entre la agricultu-rav.:y. ^ otros sectores determinantes (...) que actúan d'amont yd'aval del sector agrario», proponiendo, en consecuencia, untipo de programación integral para el conjunto del sectoragroalimentario, si bien apresurándose a señalar que éstatenía que ser de carácter indicativo y no planificador (30).

Después del proceso de renovación interna y de los cam-bios próducidos en el contexto económico y social -en ladirección de una plena integración de la agricultura en elconjunto del sistema económico y el consecuente debilita-miento de las posiciones corporativistas-, la Confagricoltu•ra se presenta hoy día como una organización «bisagra» entorno a cuyo discurso pueden girar categorías empresarialesno estrictamente agrícolas, aunque conectadas con el sectoragrario por el tipo de actividad industrial o comercial quedesarrollan. Este posicionamiento de la Confagricoltura ex-plica que se haya mostrado especialmente receptiva a todotipo de coordinación con las asociaciones de empresariosagroindustriales, tanto del sector «d'amont» como del«d'avab^ (31).

®bservando retrospectivamente la historia de la Confa-gricoltura, puede decirse que ella ha representado un ele-mento fundamental del «bloque moderado» en la agricultu-ra italiana, habiendo estado, desde su creación, condenada a

(80) Sobre la posición de la Confagricoltura ante los Planes Verdes y laaprogrammazione» puede verse D. Pinzzari: Le organizazioni sindica[iin agrico[tura.., op. cit., así como el informe presentado por su presi-dente, S. Wallner, en la reunión nacional celebrada en I;oma el 25de mayo de 1984 con el título aL'agricoltura e la sfida del cambia-mento».

(S1) Esta coordinación llevó a la Confagricoltura a integrarse, junto conla Confindustria y Confcomercio, en una Confintessa creada en 1956para apoyar a los partidos de la derecha en las elecciones.

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renunciar al ejercicio del liderazgo en el seno de las fuenasconservadoras en beneficio de la Coldiretti (82). Las circuns-tancias politicas y sociales del país le han obligado a actuarcomo grupo de presión «en la sombrau, al no estar legitima-da para jugar el papel dirigente que por la potencialidadeconómica de sus bases le hubiese correspondido. Su estra-tegia politica y sindical ha girado siempre entre la adopciónde una actitud crítica ante una politica agraria que margina-ba a los sectores más dinámicos del empresariado italiano, yla resignación ante el liderazgo ejercido por los valedores deesta politica como única vía para garantizar la hegemoníadel «bloque moderado» en la agricultura.

8.8.2. Estructura organizativa

La Confagricoltura articula en su estructura organizativaa tres categorías de organizaciones, a saber: las de caráctergeneral -constituidas por las uniones provinciales, las fede-raciones regionales y la confederación nacional-; las de ca-rácter económico sectorial -que incluyen a las numerosas sec-ciones formadas en los distintos ámbitos territoriales, déacuerdo con las orientaciones productivas de las explotacio-nes-, y las de carácter social -formadas por los denomina-dos «sindicatos de categoría», en 1os que se agrupan los agri-cultores según los regímenes de tenencia de sus explotacio-nes-. Además de estos componentes asociativos, que for-man parte directa de la estructura organizativa de la Confa-gricoltura, se adhieren a ella numerosas asociaciones con es-tatuto jurídico autónomo y dotadas de su propia estructura.

Para el desarrollo de su actividad en las distintas áreasrelacionadas con la agricultura, la Confagricoltura promuevela creación de numerosas asociaciones y patronatos, a travésde los cuales canaliza hacia sus afiliados gran cantidad deservicios.

(82) El abloque moderadon en la agricultura italiana se articula en el de-nominado acomitato d'intessan, que es una plataforma de coordina-ción formada por la Confagricultura, la Coldiretti y la Federcon-sorzi.

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Como ha venido siendo habitual en este trabajo, el aná-

lisis de esta estructura organizativa se hará distinguiendouna componente político-representativa y otra técnico-adminis-

trativa (33).

8.3.2.1. Estruchcra polftico-reliresentativa

Es la encaxgada de llevar a cabo en los distintos ámbitostemtoriales una función coordinadora de carácter generalsobre las diversas expresiones asociativas en que se mani-fiesta la dinámica interna de la Confagricoltura. El eje sobreel que gira esta estructura es el formado por las organizacio-nes de carácter general -uniones provinciales y federacio-nes regionales-, en cuyo seno se articulan las demás cate-gorías.

A) El nivel provincial

La provincia es el primer nivel organizativo de la Confa-gricoltura desde un punto de vista politico y representativo,siendo las unioni provinciali agricoltori la estructura básica enla que se integran como afiliados los agricultores, y la queejerce una función de representación y defensa de interesesante las instituciónes públicas o privadas existentes en dichoámbito territorial. El agricultor se afilia, pues, directamentea la «unión provincial» sin pasar previamente por un nivelasociativo local o comarcal como se ha visto en el caso de lamayor parte de los sindicatos franceses. Eri estos niveles in-feriores existe, ciertamente, una especie de delegacionesde «zona», pero su función, como veremos a continuación,no es politica sino administrativa y de prestación de servi-cios.

(88) F1 análisis de la estructura organizativa de la Confagricultura sehará sobre la base de los trabajos ya citados de la C.I.S.L. y de R.Stefanelli, así como de informes más recientes publicados por lapropia confederación.

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La «unión provinciab^ goza de estatuto autónomo, encuyo contenido, sin embargo, aparecen abundantes interfe-rencias de los órganos confederales, con lo que su autono-mía es bastante limitada en la práctica (34). Los agricultoresafiliados se organizan en secciones económicas -según lasorientacioneĉ productivas dominantes en sus explotaciones:cerealistas, viticultores...- y en sindicatos de categoría -segúnlos regímenes de tenencia en que se encuentren: propieta-rios, aparceros, arrendatarios.. ^. Un agricultor que se afiliaa la unión provincial es automáticamente ubicado, por tan-to, en una sección económica y un sindicato de categoría.

Los órganos de gobierno de la unión provincial son lossiguientes: a) asamblea -formada por delegados represen-tantes de cada «zona» en número proporcional al nivel deafiliación (S5}-; b) consejo de presidencia -formado por unnúmero variable de miembros segíui las uniones, elegidoscada tres años por la asamblea y en cuya composición debeestar reflejado el peso relativo de cada sindicato de catego-ría-, y c) presidente -elegido por el consejo de presidenciapara un período de tres años. ^

B) El nivel regional

La estructura regional es resultado del proceso de regio-nalización politica y administrativa que se está llevando acabo en el Estado italiano desde 1975. Dado que este proce-so permanece aún abierto en algunos aspectos relativos a laasunción de competencias por parte de las Regiones, la es-tructura regional de la Confagricoltura -al igual que la delos demás sindicatos- se ve sometida a una dinámica queno está plenamente consolidada.

La Federación Regional está constituida por la federa-

(84) Una de las mayores interferencias es la de que los estatutos de lasauniones provincialesn tienen que ser ratificados por los órganosconfederales. .

(85) La azonan ejerce, pues, un papel instrumental a efectos de represen-tación, ya que actúa como circunscTipción para contabilizar el nú-mero de delegados en la asamblea.

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ción de las distintas uniones provinciales, actuando, en lapráctica, como un nivel de coordinación entre ellas paraejercer una acción conjunta ante las instituciones públicasregionales -especialmente, ante el Assesorato Regionaldell'Agricoltura-. No es, sin embargo, la Federación Regio-nal un filtro entre las uniones provinciales y la Confedera-ción Nacional, puesto que el nivel provincial se halla direc-tamente representado en los órganos de gobierno confede-rales sin la mediatización de la estructura regional.

Sus funciones político•representativas son ejercidas porun consejo directivo -formado por todos los presidentes y di-rectores técnicos de las uniones provinciales-, que eligecada tres años de entre sus miembros al presidente de la fe-deración regional.

C) El nivel nacional

Es el nivel superior de la estructura organizativa de laConfagricoltura, confluyendo en él todas las asociacionesconfederadas. Así, las secciones económicas se estructuran a ni-vel nacional en 14 organizaciones -cereales, hortofrutíco-las, agrios, floricoltura, olivicultura, viticultura, ganado bovi-no, ganado ovino, ganado porcino, láctea, avicultura, pisci-cultura y cultivos forrajeros-, las cuales se agrupan, a suvez, en tres grandes federacioner de productos herbáceos, deproductos leñosos y zootécnica, que son reconocidas comotales a efectos de representación en la estructura confede-ral (36). .

Por su parte, los llamados sindicatos de categoría, a los quese ha hecho mención cuando se analizó el nivel provincial,

- se estructuran en cinco grandes federaciones nacionales, asaber: de propietarios, de arrendatarios, de agricultores fa-miliares, de aparceros y de agricultura de grupo, que tam-bién gozan de reconocimiento a efectos de representación.

(86) Cada sección económica se dota de un mínimo de estructura politi-co•representativa a base de un presidente y de un consejo directivo.Algo similar ocurre en el seno de los sindicatos de categoría.

324

Junto a esas dos expresiones asociativas, que como se re-cordará son emanación de los niveles provinciales, se incor-poran a la estructura confederal toda una variada gama deasociaciones autónomas adheridas a la Confagricoltura (37).Entre ellas pueden destacarse las siguientes: AssociazioneNazionale Forestale, Sindicato Nazionale Pensionati Coltiva-tori Diretti, Associazione Pioppicoltori Italiani, Unione Nazio-nale dell'Avicoltura, Associazione Fungicoltori Italiani, Fede-razione Nazionale della Proprietá Fondiaria, Associazione Di-more Storiche Italiane, Federazione Apicoltori Italiani, Asso-ciazione Italiana Donne Dirigenti di Azienda, AssociazionePiscicoltori Italiani, Unione Tabacchicoltori Italiani, Associa-zione Nazionale Bieticoltori, Ente Nazionale Risi, Unione Na-zionale Frantoiani Oleari, Associazione per lo Sviluppo dellaSilvicoltura.

Mención aparte merece la ya citada A.N.G.A. (Associazio-ne Nazionale Giovani Agricoltori), creada en 1958 a impul-sos de nuevas generaciones de empresarios agrícolas surgi-das del seno de las uniones provinciales y deseosos de llevara cabo una renovación de las élites dirigentes de la Confa-gricoltura. Posee un estatuto jurídico autónomo y está dota-da de una estructura político-representativa propia, habien-do permanecido desde sus orígenes adherida como «ramajoven» a la Confagricoltura (38).

(37) Muchas de ellas son de creación anterior a la propia Confagricoltu-ra -como ocurre con el Ente Nazionale Risi, creado en 1950- ytienen estatutos jurídicos muy variados. Su adhesión a la Confagri•

colcura implica participar directamente en los órganos confederales

y aceptar las orientaciones generales de ésta en materia reivindica-tiva.

(38) Sin embargo, ni por sus orígenes históricos ni por su articulación orga-nizativa, la A.N.G.A. puede ser equiparable al C.N J.A. francés. Mien-tras que éste tiene una hiscoria propia, vinculada al movimiento de laJ.A.C., y una filosofía reivindicativa marcada por un discurso ideológi-co particular, siendo su articulación con la F.N.S.E.A. el resultado deuna decisión estratégica, la A.N.G.A. italiana surgió del seno de la Con-fagricoltura y la historia de ambas ha corrido paralela. Además, hayque tener en cuenta que, a diferencia del C.N J.A., la A.N.G.A. no harecibido nunca el reconocimiento de los poderes públicos como incer•locutor del sector.

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Los socios adherentes a la A.N.G.A. no pueden superarlos 35 años de edad y deben estar involucrados en la activi-dad agraria -bien como propietarios o cultivadores- orelacionados con los problemas de la agricultura a través desu actividad profesional (técnicos, investigadores...). Sus esta-tutos establecen que para ser socio de la A.N.G.A., el em-presario agrícola debe estar afiliado previamente a la uniónprovincial de la Confagricoltura correspondiente, siendo lasoficinas de la unión provincial el lugar específico para reci-bir la asistencia sindical y económica.

La A.N.G.A. se convierte, en la práctica, en una asocia-ción que actúa más en un ámbito ideológico que en un ám-bito de asistencia y servicios, puesto que para esto último seapoya en la estructura técnico•administrativa de la Confagri-coltura. Su organigrama sanciona este carácter al establecerun criterio de representatividad democrática basado en elnúmero de asociados -regla de un hombre, un voto- yno en la potencialidad económica de éstos.

La A.N.G.A., a través de su presidente y vicepresidentes,participa en la asamblea general y comité directivo de laConfagricoltura a nivel nacional. Asimismo, la A.N.G.A. searticula a nivel provincial en el seno de las uniones provin-ciales de agricultores.

La estructura político-representativa de la Confagricolturaen el nivel nacional está constituidá por los siguientes ór-ganos:

a) Asamblea General (A.G.): Formada por el presidenteconfederal, los miembros de la junta ejecutiva, los presiden-tes de las cinco federaciones nacionales económicas, el presi-dente de la A.N.G.A., lós presidentes de las 92 uniones pro-vinciales y los de las 19 federaciones regionales. Con votoconsultivo, participan en la Asamblea un representante porcada una de las asociaciones nacionales adherentes a laConfagricoltura y los revisores de cuentas (S9).

(89) Corresponde a la Asamblea elegir al presidente confederal y a variosmiembros de la Junta Ejecuciva. Entre sus funciones destacan las demarcar las directrices generales y aprobar el presupuesto.

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b) Comité Directivo (C.D.): Está constituido por el presi-dente confederal, por los miembros de la junta ejecutiva,por los presidentes de las tres federaciones nacionales eco•nómicas y de las cinco de categoría, por los presidentes delas 19 federaciones regionales y por el presidente de laA.N.G.A. A sus reuniones asisten con voto consultivo los re-presentantes de las diversas asociaciones adherentes (40).

c) El Consejo Económico (C.E.): Está formado por los presi-dentes de las 14 secciones económicas nacionales, y es presi-dido por una persona elegida por el C.D., a propuesta delpresidente confederal, de entre los miembros de la JuntaEjecutiva. Este C.E. fue creado en 1964 para garantizar laaplicación de las medidas tendentes a afrontar la situacióntécnico•económica de la empresa agrícola. Durante estetiempo, ha ejercido unas funciones consultivas no muy biendefinidas, siendo, en la práctica, las secciones económicasnacionales los verdaderos lugares de debate sobre las pro-blemáticas sectoriales (41).

d) La Junta Ejecutiva (j.E.): Está formada por el presiden-te confederal, nueve miembros elegidos cada tres años porla A.G., los presidentes honorarios y el último ex presidenteconfederal. A propuesta del presidente, y previa aprobacióndel C.D., pueden fórmar parte de la J.E. dos miembros másen razón de su cualificación y experiencia.

Aunque estatutariamente, las funciones de la J.E. sonfundamentalmente las de ejecutar las directrices generalesemanadas de la A.G. y del C.D., en la práctica, sin embargo,la A.G. no hace más que ratificar orientaciones politicas yadefinidas a nivel de la J.E., mientras que la C.D. supervisa el

(40) Entre las funciones del C.D. destacan las siguientes: la creación o diso-lución de nuevas federaciones nacionales económicas o de categoría;la ratificación de los estatutos de las federaciones nacionales y de losacuerdos de adhesión con otras asociaciones; la aprobación de los esta-rutos de las federaciones regionales y de las uniones provinciales; la de-terminación del número de votos atribuidos a cada presidente deunión provincial en función de su aportación financiera.

(41) Con la constirución de las organizaciones de productores, el C.E estácondenado a sufrir una importante modificación en cuanto a sus fun•ciones y engazce en la estructwa confederaL

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cumplimiento que esta junta hace de las atribuciones y ta-reas encomendadas. Teniendo en cuenta^ que la J.E. puedeasumir, en caso de urgencia, facultades deliberantes atribui-das al C.D. -aunque con posterior ratificación de este órga•no-, puede decirse que la J.E. se erige en el órgano centralde la dinámica organizativa en la Confagricoltura.

e) El presidente y los vicepresidentes: EI presidente confede-ral es elegido por los miembros de la Asamblea General,pudiendo ser elegible cualquier socio de una unión provin-cial aunque no forme parte de dicha asamblea. La duracióndel cargo es tranual, y durante este período no puede asu-mir ningún cargo de responsabilidad en partidos políticos niser diputado en el parlamento nacional ni en los regionales.

Además de las competencias relacionadas con la repre-sentación legal, corresponde al presidente la función clavede garantizar la continuidad politica de la Confagricoltura yel equilibrio interno establecido entre los distintos nivelesasociativos. De esta función derivan importantes prerrogati-vas asumidas por el presidente, como son las de ser invitadoa las asambleas anuales de los entes confederados, así comoconvocar y presidir asambleas extraordinarias de dichos. en-tes en caso de incumplimiento tíe las directrices generales.Es también el presidente, quien, en caso de situaciones par-ticularmente graves en algún ente coñfederado, nombra uncomisario que.sustituye temporalmente a los órganos direc-tivos.

fl Los Comités Permanentes: En el seno de la Confedera-ción existen tres comités permanentes para el estudio de losproblemas de carácter organizativo y sindical, a saber: Comi-

té Permanente para los problemas sindicales ^ompuesto de unrepresentante de cada una de las federaciones nacionales decategoría y de un representante de cada una de las federa-ciones regionales-, Comité Permanente para los problemas orga-

nizativos --compuesto de un representante de cada una delas federaciones regionales, dos representantes nombradospor las cinco federaciones nacionales de categoría, y un re-presentante de la A.N.G.A.- y Comité Permanente fiara los

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fiiroblemas del Mezzogiorno -compuesto de los presidentes delas federaciones regionales del Mezzogiorno y de las islas.

8.8.2.2. Eatructura técnico-adminiatrativa

Con independencia de los equipos técnicos y administra-tivos que las asociaciones adherentes a la Confagricolturapuedan tener, ésta se dota de una estructura que se iniciaen el nivel de «zona» -equivalente al comarcal-, y termi-na en el nacional. A través de esta estructura, la Confagri-coltura presta una amplia gama de servicios a sus afiliados,actuando, según se ha indicado en el análisis general, comouna «administración paralela» a la pública, debido a la granvariedad de funciones burocráticas que los poderes públicositalianos delegan en las organizaciones privadas.

A) El nivel de zona

Está constituido por una extensa red de delegaciones dezona, en las cuales existe un equipo contratado por la uniónprovincial para la prestación de distintos servicios, especial-mente de asistencia social y asistencia técnica. Estas delega-ciones están coordinadas por la estructura provincial.

B) El nivel provincial

La estructura técnico-administrativa en el nivel provin-cial está dirigida por un director gerente bajo cuya respon-sabilidad y coordinación se articulan los siguientes departa-mentos: fiscal - encargado del asesoramiento contable y delas cuestiones relativa al I.V.A.-, sindical -relacionado conlos temas laborales-, técnico -coordina la labor de los téc•nicos de base y polivalentes-, de «pagh'v^ -gestiona la bu-rocracia relativa a las cargas sociales del personal asalaria-do- y de «providenza» -encargado de la burocracia rela-cionada con la asistencia social de los agricultores.

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El personal contratado que compone la oficina provin-cial varía de unas provincias a otras, pudiendo señalarsecomo cifra media la de 20 personas, sin contar el personalde las delegaciones de zona. La financiación de la estructuratécnico-administrativa se realiza por varias vías: las cuotas delos afiliados -establecidas según la combinación de varia-bles como la dimensión de la explotación, la orientaciónproductiva, la localización, el régimen de tenencia... ; lastasas de los afiliados por los servicios de contabilidad y ase-soramiento fiscal prestados, y las asignaciones públicas deacuerdo con el número de expedientes tramitados por elservicio de asistencia social.

C) El nivel regional

La estructura técnico-administrativa regional está bajo laresponsabilidad de un director -contratado por la Federa-ción- que coordina un equipo de tamaño variable segúnlas regiones, pero que puede oscilar en torno a las cincopersonas. La función de este equipo es servir de apoyo a lasestructuras provinciales, y articular la participación de laFederación en las instituciones públicas regionales. El equi-po se organiza en los siguientes servicios: técnico•económico,jurídico y de asistencia técnica y formación profesional. Sufinanciación se lleva a cabo a través de las cuotas asignadasa cada unión provincial según• su tasa de afiliación.

D) El nivel nacional

La estructura técnico-administrativa confederal es coordi-nada por un director general, con status de jefe de personal,que participa, en calidad de secretario, en todas las reunio•nes de los órganos confederales. El director es quien propo-ne a los órganos politico•representativos correspondientes lacontratación, promoción o licenciamiento de las distintaspersonas que trabajan en el equipo técnico•administrativo---si atañen al personal directivo la propuesta ha de hacerla

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al C.D., y si atañen al personal no directivo basta con pre-sentarla al presidente.

Bajo la responsabilidad del director general, existe unequipo de 90 personas aproximadamente. La organizacióninterná se estructura sobre la base de los «servicios», cadauno de ellos dirigido por un director. Existen cuatro servi-cios, con sus correspondientes departamentos, a saber:

a) Servicio de Asuntos Generaler Se divide en dos sectores:el legal^arlamentario ^on un departamento para los temasparlamentarios y otro para los temas regionales- y el deasuntos centrales -en el que se articulan un departamento depersonal, otro de organización económica y un tercero deformación de cuadros.

El departamento para los temas parlamentarios se encar-ga de coordinar la politica seguida por la Confagricoltura ensu acción sobre el parlamento italiano. Esta política ha sidosiempre la de no vincularse rígidamente ^ a un solo partido,sino la de buĉcar, según las ocasiones, los canales adecuadosdentro del espacio politico «moderado», representado por laD.C., el Partido Republicano, el Partido Liberal y el PartidoSocial-Demócrata. Salvo la experiencia, no continuada, de lallamada Confintessa -plataforma creada para las eleccionesadministrativas de 1956 y legislativas de 1958-, la Confa-gricoltura ha actuado como grupo de presión, por sí mismo,sobre la institución parlamentaria, sin vinculación a ningúnpartido político concreto.

b) Servicio Técnico-económico: Se divide en tres departa-mentos: el de asuntos internacionales, el técnico y de pro-gramaciónj y el de productos -subdividido en las seccionesde producción vegetal y en la zootécnica-. Este servicio ac-túa en coordinación con los diversos órganos de naturalezaeconómica existentes en la confederación -secciones eco-nómicas y sus tres federaciones nacionales-, ofreciéndolela cobertura técnica necesaria para la potenciación de laproducción y el comercio en los diversos sectores, así comopara el establecimiento de las vías crediticias más adecuadasy de las distintas formas de seguros agrarios.

c) Seruicio de Organización: Su objetivo es coordinar las

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relaciones con los funcionarios que prestan sus servicios enlos distintos ámbitos territoriales, supervisar el funciona-miento de las uniones provinciales y coórdinar las relacio-nes con las asociaciones adherentes. El ĉervicio se estructuraen tres departamentos: organizativo, de intervención y tribu-tario.

d) Seruicio SindicaL Este servicio asegura, a través de losdepartamentos en que se subdivide -sindical y de asisten-cia social (ccprevidenza»}-, la asistencia demandada por losasociados en las diversas áreas. Dicho servicio atañe, portanto, a las áreas relacionadas con los temas de la contrata-ción laboral y de los convenios colectivos con los sindicatosde obreros agrícolas, así como a las relacionadas con laprestación médica por parte del servicio sanitario de carác-ter público y con las distintas formas de subsidios (vejez, in-validez...). En la práctica, este servicio coordina y supervisa laactuación de los servicios similares existentes en las unionesprovinciales y en sus delegaciones de zona. •

Junto a esa estructura técnico•administrativa, existe unaserie de entidades autónomas, creadas por la Confagricoltu-ra para la realización de algunos específicos servicios que re-ciben financiación pública -asistencia técnica y formaciónprofesional-. Estas entidades se articulan en los niveles re-gionales y provinciales en forma de delegaciones. Son las si-guientes:

- E.N.F.A.GA. (Ente Nazionale Formazione ed Addestra-mento Giovani Agricoltori): Promueve y coordinacursos de formación profesional para jóvenes agricul-tores.

- I.N.A.T.E.I.A. (Instituto Nazionale Assistenza Técnico-Económica per gli Imprenditori Agricoli} Se encargade la asistencia técnica y económica de los agriculto-res con el objetivo de modernizar la actividad y lasestructuras agrícolas.

- E.N.A.P.A. (Ente Nazionale Addestramento e Perfezio-namiento in Agricoltura} Promueve y coordina lasiniciativas dirigidas a la formación profesional de losagricultores.

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8.3.2.3. Otras entidades asocia#ivas

En el desarrollo de actividades específicas, la Confagri-coltura promueve, por sí sola o en colaboración, la creaciónde numerosas entidades asociativas, a saber:

- A.G.R.I.T.U.R.I.S.T. (Associazione Nazionale per 1'A-griturismo, 1'Ambiente ed il Territorio}. Su objetivoes promover la reanimación de la vida rural, y deproteger y revalorizar los bienes culturales y ambien-tales ligados al mundo rural.

- C.E.S.T.A.A.T. (Centro Studi sull'Agricoltura, 1'Ambien-te ed il Territorio} Su fmalidad es el estudio y la in-vestigación de los aspectos económicos, sociales y téc-nicos que afectan a la agricultura, el medio ambientey el territorio.

- CE.NA.S.A.C. (Centro Nazionale Assistenza e Sviluppodell'Associacionismo in Agricoltura} Promueve y asis-te toda forma asociativa y cooperativa en la agricul-tura. Este centro ha promovido el Consorzio Nazio-nale Allevatori (C.O.N.A.L.), el Consorzio Nazionaleper la Commercializzacione dei Prodotti Agricoli Ali-mentari (3A), el Consorzio Nazionali per 1'Olio Vergi-ne d'Oliva (C.O.N.O.V.O.), así como numerosas coo-perativas de comercialización y transformación deproductos agrarios.

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