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CAPITULO V
PROPUESTA ORIENTADA AL DISEÑO DE UN MODELO DE EVALUACION POR COMPETENCIAS DOCENTE
1. Presentación del modelo
El objetivo de este capítulo es presentar los hallazgos o resultados
alcanzados en la investigación; los cuales se expresan en una propuesta
orientada y enmarcada en la construcción de un modelo de evaluación por
competencias del docente en instituciones educativas universitarias, asumido
como un proceso de carácter complejo, con alguna generosidad del orden
social, cultural, académico, que permite al docente, objeto de estudio,
emprender acciones de los componentes contextuales, epistemológicos,
metodológicos, ontológicos y teleológicos que caracterizan teóricamente,
dicho modelo.
Esta propuesta captura una serie de aspectos teóricos y diagnósticos,
relacionados al modelo de evaluación por competencias docente, dando
respuesta a los objetivos de la investigación; al tiempo que se da
correspondencia con los insumos teóricos – empíricos, donde se devela una
serie de sugerencias producto de articular aspectos logrados en las bases
teóricas y las elaboraciones alcanzadas en los resultados del estudio
investigativo.
Todos estos elementos posibilitan el entretejido sobre el cual se
elaborará el diseño de un modelo, satisfaciendo los intereses abordados en
el objetivo general del estudio; así como revelar todo el proceso de
desempeños, como consecuencia de la interacción entre docentes,
estudiantes, conocimientos y contextos; en la prospectiva de la
transformación de los procesos educativos sobre la base desde los
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fundamentos epistemológicos, metodológicos, ontológicos y teleológicos;
pues, se trata de transformar el paradigma de trabajo actual, en el sentido
que se ha venido implementado en la praxis educativa, como ha sido la
transmisión de conocimientos. En este orden de ideas, la propuesta está
encaminada a los docentes de los contextos abordados, orientada y dirigida
por el investigador.
En este marco referencial,, las prácticas evaluativas, los criterios, las
estrategias y los instrumentos, se orientaron hacia la creación de múltiples
ambientes de aprendizaje, asociados a los niveles de interpretación,
argumentación y proposición que exige un modelo de evaluación por
competencias; permitiendo a las instituciones educativas universitarias,
generar pasos y procesos que viabilicen la realización de dicha evaluación a
los docentes del programa de Ciencias Sociales, de manera eficaz y
eficiente.
Igualmente, el diseño del modelo es una respuesta al objetivo principal
de la investigación; al tiempo que se articulan las elaboraciones teóricas,
prácticos y empíricos con la intención relacionar los elementos desarrollados
en los fundamentos teóricos en concordancia con los resultados alcanzados
en el trabajo; por ello, la aproximación teórica es llevada a cabo en función
de los resultados logrados por cada una de las dimensiones que conforman
el estudio de investigación, sobre las cuales se realizan programas de
mejoramiento y de acción, tanto para docentes, el programa y los
estudiantes.
En esta misma dirección, se hizo un análisis relacional entre los
constructos teóricos objeto del análisis de estudio y cada uno de los
componentes que estructuran su integralidad y su práctica holística. Lo
anterior facilitó la elaboración de un conjunto de sugerencias, donde se
articulan los conceptos claves, los propósitos, las estrategias, las acciones,
las competencias y el perfil docente, alrededor de los procesos de la
evaluación por competencias; ruta que específica la expresión de los
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desempeños y actuaciones de los actores de la dinámica de enseñar y de
aprender. Con fundamento en todo lo manifestado, los hallazgos del
presente estudio, así como todas las reflexiones que el proceso empírico –
inductivo formula, se enmarcaron siguiendo los propósitos que se plantean
en los objetivos de la investigación, centrándose en las debilidades
observadas en los constructos teóricos y acciones empíricas manifestadas.
De ahí, que una excelente y práctica formación continua por parte de los
actores del proceso de enseñanza y de aprendizaje de las instituciones
educativas universitarias, en cuestión de una metodología sobre evaluación
por competencias, garantizará el éxito de una educación de calidad. Con el
fin de darle coherencia y sentido al objetivo de la investigación, fue
significativo organizar y sistematizar todo el proceso experiencial que, en el
contexto de evaluación por competencias, se develaron en los argumentos
esbozados y sirvieron de fundamentación teórica; que se constituyeron en el
entretejido referencial junto a los insumos caracterizados a lo largo del
proceso de estudio.
Para lograr todo este acometido, fue necesario y de gran utilidad,
ahondar metacognitivamente sobre los procesos de evaluación docentes,
describiendo las respectivas correspondencias y asociación que pudiese
haber entre las bases teóricas objetivo de estudio, así como las partes que
conforman su integralidad. Lo anterior hizo posible la elaboración y diseño
del modelo relacionando cada uno de los componentes que configuran la
evaluación por competencias y sus respectivos tipos; es decir, básicas,
genéricas y específicas, como las estrategias para la adquisición de
información.
Paso seguido, se señala la ruta del modelo de evaluación docentes, en
donde no se excluye ningún indicador del cuadro de variables, por el hecho
que todos resultaron debilitados y, por tanto, todas las competencias son
abordadas, así como las estrategias, los cuales guiarán el discurrir de la
propuesta, objeto de investigación.
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1. Definición de las estrategias docentes para la adquisición de la
información: Organizadores Previos, Mapa Mental y Mapa Conceptual.
2. Identificación de las Competencias Básicas; entre otras, Competencias
Comunicativas, Manejo de las nuevas Tecnologías de Información y
Comunicación; y, por último, Afrontamiento al Cambio.
3. Descripción de las Competencias Genéricas; se destacan,
Emprendimiento, Trabajo en Equipo, Resolución de Problemas y
Planificación del Trabajo.
4. Análisis de las Competencias Específicas, como son, la Gestión de
Recursos, Organización de Perfiles y Gestión del Talento Humano.
2. Justificación del modelo
Una vez detectadas las falencias o debilidades observadas, producto de
los resultados obtenidos a lo largo del proceso de investigación, referente al
comportamiento de los docentes de las instituciones educativas universitarias
del Distrito de Barranquilla; se dio paso a la elaboración de un modelo de
evaluación por competencias, una especie de diagnóstico que se constituirá
en el faro que oriente y de luz a las acciones, los propósitos, las estrategias
que deben emplear los docentes de las instituciones educativas objeto de
investigación.
La propuesta de un modelo de evaluación por competencias docente,
subyace bajo los constructos teóricos que permitieron asumir las teorías
epistemológicas y metodológicas de Tobón (2014), Campanale y Raiche
(2008), De Kelele y Gerard (2005), Maldonado (2010), Díaz (2009), entre
otros. A partir del análisis y planteamiento de estos referentes, se instauraron
las eventuales interrelaciones halladas en los criterios, los propósitos y
acciones que implican los procesos de evaluación por competencias. El
objetivo es formar docentes y, por supuesto, estudiantes, en términos de
aptitud, que vayan de la mano con las necesidades de cada institución,
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permitiéndoles a éstos, estar en condiciones de surgir y sostenerse frente a
los cambios complejos que exige la nueva sociedad del conocimiento.
Se trata de elaborar un modelo de evaluación por competencias docente,
que presupone la carencia institucional que combine la teoría y la práctica,
que logre darle sentido a las diversas maneras de valoración de los saberes.
Desde esta perspectiva epistemológica, metodológica y, organizacional, el
modelo se construyó sobre el entretejido de las dinámicas surgidas en las
interacciones que se obtuvieron a partir de las actividades realizadas en los
contextos universitarios
La idea y la aplicación de un modelo de evaluación por competencias,
posibilitará a todo el componente educativo (docentes, directivos y
estudiantes), tomar acciones orientadas a cuestionarse por la forma en que
operan y se relacionan los diferentes sujetos del proceso educativo, y éstos a
su vez, como se relacionan con la organización de las temáticas, las
prácticas y las estrategias pedagógicas. Esto tiene su impacto desde los
mismos ambientes de aprendizaje; pues, presupone una crítica
autoevaluativa, reflexiva e interpretativa sobre los componentes que
estructuran el diseño del modelo, en el sentido que, comprendiendo sus
falencias, debilidades y vacíos, se tomarán acciones y generalizaciones de
alternativas sobre criterios de evaluación acorde con las nuevas exigencias
que demanda el siglo XXI en la llamada sociedad del conocimiento.
En este orden de ideas, se busca la redefinición del papel de los agentes
del proceso educativo y la construcción de un modelo que sea más integral,
más inclusivo, sistemático, flexible, participativo y formativo.
Asimismo, en la Ley General de Educación (1994) y las normas
complementarias, se exhorta que, en el caso específico de los procesos de
evaluación, tendrán justificación aquellos que se desarrollarán en los
ambientes y espacios educativos, como es el caso de la Universidad. De ahí,
el modelo de evaluación por competencias docente, se asume desde los
constructos epistemológicos en la prospectiva de enfrentar a los nuevos
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desafíos para la concreción de los aprendizajes en la dinámica de la
educación universitaria, cuya posibilidad admitirá, al final del proceso; la
materialización de cada uno de los componentes que exige una propuesta
como ésta, que implica cuestionarse no sólo por los resultados esperados,
sino por la forma en que operan y se relacionan los diversos actores del
hecho educativo.
Cabe señalar, que cada uno de estos elementos de forma aislada,
resaltan la asimetría de los entornos abordados; lo que provoca que la
utilidad verdadera se devela a través de la integralidad de los componentes
que la conforman, favorecen la selección, construcción y desarrollo del
modelo de evaluación por competencias docente, sustentado bajo las teorías
epistemológicas a partir de un plan de mejoramiento permanente.
Esto implica que la manifestación y evidencias de un modelo de
evaluación por competencias, exige todo un seguimiento sistematizado por
parte del docente y retroalimentación de cada una las fases sucesivas del
fenómeno. La ruta de seguimiento constatará las prácticas de evaluación, los
criterios, los propósitos, las acciones, las relaciones con el entorno y las
estrategias, útiles para alcanzar los objetivos propuestos
De igual modo, la posibilidad de un modelo de evaluación por
competencias, hará realidad las actuaciones indispensables para innovar la
actividad evaluativa del docente, acordes con los actuales requerimientos del
nivel pedagógico como académicos que exigen las nuevas organizaciones;
no solo educativas sino empresarial, condición sine qua non para hacerle
frente a los cambios de orden socio – cultural del mundo globalizado. La
puesta en práctica de esta propuesta, conduce a la formación integral de los
docentes, más exactamente, en lo que hace referencia a la evaluación,
permitiendo ahondar más sobre entornos cambiantes y complejos.
Desde esta perspectiva, el autor de esta propuesta considera que el éxito
de un modelo centrado en evaluación por competencias, radica en
implementar una metodología en donde se especifique unas metas claras
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que vayan orientando tanto la evaluación como la formación, tanto del
docente como el de los y las estudiantes; es decir, saber mediante un
proceso de planificación, trabajo en equipo, redes modernas de
comunicación, calidad del talento humano, manejo de las nuevas
tecnologías, entre otras, cuales son los aprendizajes que se esperan lograrán
los actores de la educación, lo que les posibilitará solucionar situaciones
problemáticas en contextos educativos universitarios.
Por lo anterior, en el modelo de evaluación que se propone aplicar en las
instituciones educativas universitarias, objeto de investigación, valora la
complejidad del desempeño y el perfil docente; así como las condiciones
asociadas a un modelo de evaluación por competencias; por cuanto exige
planificar, organizar y orientar los procesos del quehacer educativo, a partir
de unas estrategias y la puesta en práctica de las competencias básicas,
genéricas y específicas que deberá desarrollar el docente en los cambios
que implementará en el aula de clase. (Ver figura 1).
Figura 1. Modelo de evaluación por competencias. Fuente: Elaboración propia (2017).
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3. Explicación del modelo
En la figura 1 se puede observar, que la evaluación por competencias
docentes, tiene como meta, la aplicación de todas unas series de
competencias de carácter básicas, genéricas y específicas, sustentadas bajo
unas estrategias que permiten a los actores de proceso educativo, planificar
el trabajo, dinamizar procesos colaborativos, crear condiciones para
solucionar problemas o desafíos propios del contexto universitario, propiciar
redes de interacción que permita el flujo e intercambio de información,
liderado por un excelente talento humano, propendiendo hacia la formación
integral, factor indispensable que deberá asumir con responsabilidad toda
una gestión organizacional, garante del éxito educativo.
Esto funciona como un sistema holístico y efectivo, en donde todo el
entramado del modelo por competencias docente, facilita formas innovadoras
de valoración del proceso de enseñanza y de aprendizaje, a partir de la
puesta en práctica de las estrategias para la adquisición de la información
(E.A.I), Organizadores Previos (O.P), Mapa Mental (M.M) y Mapa Conceptual
(M.C). Este proceso permite la captura de los saberes y una cantidad de
información de toda índole, generando la dinámica interactiva entre las
distintas competencias, develando su aplicación o puesta en escena las
actuaciones que emergen en un contexto educativo universitario, por aquello
que, el aprendizaje de ciertos conocimientos se muestra mediante
actuaciones específicas de los docentes para con sus pares y estudiantes.
Por estas consideraciones, el diseño de un modelo de evaluación por
competencias, en los ambientes de las instituciones educativas
universitarias, determinará en cada docente, qué conocimientos de la
competencia se logró, con qué calidad lo desempeñó en las tareas
formativas, y qué compromiso asumió en la aplicación de éstas para
comprobar si se lograron cada situación didáctica. En general, es estimar si
cada competencia se desarrolló en las dimensiones e indicadores citados.
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De este modo, se devela lo trascendental de diseñar, elaborar y poner en
práctica un modelo de evaluación por competencias, por el hecho en que no
se centra solamente en el desarrollo del desempeño docente, sino abarca
otros ámbitos como los elementos que convergen en él, es el caso de la
misión y visión institucional, las finalidades del programa, organización y
selección de los contenidos, plan de estudios, diseño curricular, estrategias
pedagógicas de aprendizaje, entre otros.
En este contexto, el investigador del presente estudio, proyecta que, para
ser efectiva la practicidad de las competencias, en especial, las básicas; se
requieren de unas estrategias para la valoración de las prácticas docentes de
los procesos de evaluación de aprendizajes, articuladas a las competencias
como: Competencias Comunicativas, Manejo de las nuevas tecnologías de
información y la comunicación y, Afrontamiento al Cambio. (ver figura 2)
Figura 2. Estrategia valoración prácticas docentes. Fuente: Elaboración propia (2017).
De acuerdo a la figura anterior, la valoración de las prácticas docentes en
los procesos de evaluación de los aprendizajes, exige la interrelación de una
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serie de elementos que permiten no caer en el modelo evaluativo tradicional,
pues, los tiempos actuales en el campo de la educación, exige a la vez la
práctica de estrategias cada vez más compleja y menos convencionales
realizadas en diferentes contextos, logrando de esta forma, desarrollos de
autonomía y responsabilidad social.
En este sentido, se hizo necesario llevar a cabo una verificación de las
competencias docentes, con el propósito de poder construir unos
instrumentos, lo más objetivo posible, que se centre en la Auto, Co y
Heteroevaluación, lo que posibilita evidenciar un saber, un saber hacer, un
saber ser y saber convivir, en situaciones académicas, laborales cada vez
más autónoma. Esto genera todo un proceso en los sujetos del quehacer
educativo, momentos continuos de reflexión, crítica y evaluación de sus
propias actividades de aprendizaje, lo que le facultará construir formas
nuevas de aprendizaje que posibiliten alcanzar tales competencias y
replantear sus praxis pedagógicas dinamizando las temáticas de aprendizaje.
En consecuencia, todo este entramado involucra un proceso complejo
que requiere examinar conceptos vinculados a cómo evaluar las
competencias básicas, genéricas y específicas, verificar el manejo adecuado
de los medios virtuales; así como el uso metodológico y técnicas aplicadas al
docente, diagnosticar el flujo de información y, por tanto, valoración de las
prácticas investigativas, factores que conllevan a la cualificación de los
sujetos que participan en el modelo.
Paso seguido, y en el marco de alcanzar los objetivos propuestos, el
modelo requiere un proyecto de innovación de la docencia universitaria,
donde el docente aplicó los saberes previos, teniendo en cuenta la
transversalidad, el modelo pedagógico, donde los participantes demostraron
ciertos avances en la dimensión global del saber, pero necesitan profundizar
en todos los indicadores presentados.
Se develó, además, la necesidad de mejorar la coherencia entre el
modelo didáctico y la praxis desempeñada, así como contextualizar el
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conocimiento académico transversal y la realidad disciplinar en la
presentación de los conocimientos. Se manifiesta que es, singularmente,
elevado el nivel de compromiso de los pares docentes, pero debe avanzarse
en la línea pedagógica, metodológica y de evaluación; al tiempo que se
observa una práctica coherente con actitudes de superación y desarrollo
profesional, confirmándose el compromiso que se debe aplicar.
Los docentes asumen que, en este modelo de evaluación por
competencias, la valoración de las prácticas pedagógicas investigativas, es
un proceso de negociación, reflexión, acompañamiento, actuación y
comprensión de las actitudes y aptitudes; identificando al contexto, partiendo
del estadio más simple, compuesto por la sensibilización, la exploración, la
observación de las prácticas del quehacer educativo de los docentes, sus
pares y estudiantes; buscando correspondencia e identidad en la forma cómo
se asumen la didáctica, los contenidos, los sistemas de enseñanza, la
evaluación y el aprendizaje, útiles y significativos que les permitan
establecer, según Tobón (2014), los fundamentos teóricos, metodológicos y
epistemológicos que sustentan el modelo.
De esta manera, se garantiza mejorar permanentemente las prácticas
investigativas docentes, a partir de la aplicabilidad de todos los componentes
abordados hasta el momento, lo que implica todo un plan de socialización de
las prácticas pedagógicas de investigación, en analogía a las necesidades
diagnosticas en los proyectos, programas y planes de formación y
mejoramiento; elaborados con el propósito de cualificar en esta línea del
saber, todo el talento humano docente del programa de Ciencias Sociales en
las instituciones educativas universitarias; lo que sugiere, formar docentes
investigadores con capacidad de trabajar en equipo, afrontar los cambios y
desafíos de los ambientes universitarios, desarrollar las habilidades y
destrezas en el manejo de las nuevas tecnologías, en la prospectiva de
identificar líneas de investigación que favorezcan la correspondencia entre
los proyectos y el compromiso institucional.
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Por lo demás, es pertinente las practicas investigativas docentes, donde
las actividades cotidianas se lleven a cabo a través del trabajo en equipo, lo
que permite interactuar, formar colectivos y redes de trabajo para solucionar
problemas del entorno y lograr los objetivos generales con los distintos
enfoques, abonando el terreno expedito, para favorecer la práctica de la
transdisciplinariedad y a la vez, que permite la orientación hacia la
comunidad institucional en torno a qué tipo de persona formar, para qué
sociedad, en qué espacios educativos, con qué lineamientos didácticos y de
evaluación, y en palabras, Tobón (2014, p. 177), con qué modelo de gestión
de calidad; lo que accede a una formación del perfil docente y las
condiciones asociadas a un modelo de evaluación por competencias. (Ver
figura 3).
Figura 3. Perfil del docente en un modelo de evaluación. Fuente: Elaboración propia (2017).
La fase siguiente, permite esquematizar los criterios que debe conducir
un modelo de evaluación por competencias, en donde el docente con los
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estudiantes, tengan opciones diversas de valorar los aprendizajes
alcanzados. Estos criterios abordados, definen y orientan la ruta que viabiliza
el desarrollo de las competencias planteadas en el plan de área
correspondiente al semestre en cuestión, para mejorar los procesos de
enseñanza y de aprendizaje, adaptados con base a los nuevos principios de
evaluación del docente, del programa y del estudiante.
En este sentido, lo que deja especificado el modelo de evaluación por
competencias, es que se evalúa para tener un seguimiento de la evolución y
orientación del aprendizaje de los sujetos del proceso educativo, induce, a su
vez que deja claro qué es lo que se debe valorar; como por ejemplo, las
actitudes, valores, actuaciones integrales, procesos, procedimientos, entre
otros; al tiempo que los docentes se concientizan lo que no se debe hacer al
evaluar, se hace referencia a centrarse sólo en calificar a las personas,
considerar que la evaluación sea un juicio definitivo, presionar psicológica y
académicamente al estudiante, realizar comparaciones entre ellos, entre
otros.
Asimismo, se propone crear espacios y ambientes donde se socialice las
experiencias logradas, a partir de los hallazgos develados en cada una de las
actividades desarrolladas, en donde día a día se mejore lo alcanzado, sobre
la base de un proceso riguroso de metacognición. Aquí se exhorta la puesta
en práctica de una serie de estrategias pedagógicas efectivas, que impliquen
y fortalezcan el quehacer diario del docente, a partir de situaciones
problémicas, proyectos, talleres, seminarios, foros, actividades valorativas,
procedimentales y conceptuales.
Mediante el abordaje de estos componentes esenciales, el docente está
en capacidad de organizar y jerarquizar las ideas, integrar idóneamente los
saberes, manejar la información significativa al contexto, ubicar el
conocimiento y sus alcances de acuerdo a las escuelas epistemológicas,
seleccionar los organizadores previos y material de apoyo, en la prospectiva
de generar y construir nuevos conceptos, integrar el equipo y comprometerse
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con lo asumido y plasmado en el plan de estudio, producir procesos
dinámicos con base a las experiencias logradas con sentido y, finalmente,
orientar la formación académica y profesional hacia un entorno social.
La aplicación del modelo de evaluación por competencias, ayudará al
colectivo educativo (docentes – estudiantes), alejarse de las actuaciones
fragmentarias y desempeños descontextualizados. Al contrario, los guía
hacia la integración de saberes, traspasar áreas de conocimiento, armonizar
metodología, tendientes a lograr una actuación efectiva y original. Para tal
efecto, el modelo propuesto, invita al docente a promover desempeños
concretos en los distintos ámbitos de la educación, acorde al perfil de egreso
que se desea moldear, sustentado sobre el entretejido de la epistemología
del área de Ciencias Sociales en la que se enmarca la propuesta.
En esta línea de análisis, el proceso de transformación del colectivo
docente, ha de pasar por todo un proceso de desaprender y deconstrucción
de saberes, poner el conocimiento en tela de juicio permanentemente, ser
prudente en la aplicación del modelo, por aquello que, es de naturaleza
compleja, es holístico, integrador y reflexivo. El docente al poner uso el
modelo de evaluación por competencias, toma conciencia que tanto la
actividad formativa, la enseñanza y la evaluación hacen parte de todo un
cuerpo sistemático educativo; que no son piezas aisladas; que la evaluación
no sólo se realiza al final de semestre o períodos contrastando el nivel de
aprendizaje logrado; sino, que es un proceso continuo, sistemático,
permanente y que valora integralmente, el desarrollo de cada una de las
actividades previamente, abordadas y planificadas.
El autor de esta propuesta de investigación supone, que la idea central
para contribuir a un valor agregado radica en que el docente debe saber
evaluar la forma en que aplica en nuevos contextos, evaluar el nivel logrado
en la continencia de conocimientos y desarrollo de competencias genéricas,
básicas y específicas, evaluar los procesos de autorregulación y
metacognición, en relación a cómo está aprendiendo a aprender desde su
144
capacidad de previsión para acción futura, evaluar la forma en que el
estudiante integra los saberes previos con la nueva información, etc.
Finalmente, la utilidad que brinda un modelo de evaluación por
competencias, permite al colectivo docente apropiarse de innovadoras
maneras de organizar y planificar el proceso, llevar a cabo las actividades
pertinentes con el objetivo de recolectar y valorar la información de forma
metódica y estructurada. Facilita, asimismo, realizar un efectivo seguimiento
a las responsabilidades que procedan de la evaluación con el fin de conocer
si éstos provocaron consecuencias positivas en el estudiante; de allí, la
importancia que al respecto tienen los criterios de evaluación derivados de
cada una de las competencias básicas, genéricas y específicas, en el
contexto de las instituciones educativas universitarias. (Ver figura 4).
Figura 4. Criterios de evaluación docente. Fuente: Elaboración propia (2017).