Capítulo VII

Externalidades ambientalesde los sistemas agrarios:el potencial paisajístico

Los sistemas agrarios de la Alpujarra Alta Oriental favorecen, engeneral, el medioambiente, siendo la resultante de sus externalidadesmedioambientales claramente positiva. Aunque básicamente vamos aocuparnos aqui del paisaje, como componente ambiental de los siste-mas agrarios, comentaremos otro tipo de extemalidades ambientalesligadas a la práctica de la agricultura en la zona. Para dicho comentariodividiremos las externalidades ambientales en los siguientes grupos:

a) Derivadas de la polución como consecuencia del uso de agro-químicos en las prácticas agrarias.

b) Derivadas de labores, abancalamientos, etc.

c) Relativas al manejo y uso del agua

d) Relacionadas con incendios forestales

e) Relativas a la influencia en el equilibrio del proceso de desa-rrollo

f) Relacionadas con su aportación al paisaje

Aunque básicamente vamos a ocuparnos aquí de f) comentare-mos brevemente los otros apartados:

I. USO DE AGROQUÍMICOS

Como antes se ha comentado, hasta el éxodo rural la agricul-tura de la zona venía, prácticamente siendo ecológica, por tradi-cional: el uso de abonos químicos de sintesis era muy restringido,y asimismo el uso de pesticidas. La interacción agricultura-gana-dería, así como la naturaleza diversificada de los cultivos, favo-recía este elevado nivel de agroecologismo en el sistema. A par-tir de la década de los setenta aumenta el uso de productos

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químicos sin alcanzar nunca los niveles de la agricultura conven-cional industrial de las zonas llanas. En los años ochenta, másbien hacia la mitad de la década, se acentúa el proceso de dismi-nución de los regadíos (disminución del número de especies,reducción del número de labores y tratamientos en los cultivosque persisten, introducción del almendro, semiabandonado enterrenos de huerta, etc.) iniciado con el éxodo rural, del que se hatratado al hablar de los sistemas agrarios. Este proceso estáhaciendo disminuir de forma notable esta componente negativade las externalidades ambientales del sistema agrario de la zona.La agricultura ecológica de desarrollarse podría acelerar aún másesta disminución.

La valoración económica de este tipo de externalidades nopuede llevarse a cabo de forma global, y habría que hacerlo cul-tivo a cultivo, mediante, por ejemplo, cálculo de los "costes deoportunidad" corres^,ondientes por diferencias de rendimientosde los cultivos si las hubiese (no siempre las hay). Tambiénpodría enfocarse la evaluación valorando el daño por los distin-tos pesticidas de forma aproximada, por estimaciones del dañoal medio ambiente y a la salud humana (BARNETT et al.,1995).

La utilización de ambos enfoques de valoración, compleja, sesale fuera del objetivo de este trabajo. Sin embargo, sí pareceinteresante apuntar que todos estos métodos, muy al uso, quedesembocan en un valor monetario, aunque pueden resultar ope-rativos a efectos prácti:^os, tienen, en mi opinión, un marcadoenfoque antropocéntrico, poco adecuado para valoración deimpactos ambientales.

Estas valoraciones, de poderse llevar a cabo, tendrían básica-mente dos tipos de usos, a saber:

(i) El cálculo de la productividad social total de los factores:T.S.F.P. (Total Social Factor Productivity) del sistema, aefectos de estimar la productividad de su Valor EconómicoTotal, y poder, así, tene. criterios de valor ción de su poten-cial productivo real.

(ii) El eventual cálculo del montante de una política de subven-ciones y/o ayudas para introducir la agricultura de la zonaen un contexto de producción agroecológica.

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II. LABORES, ABANCALAMIENTOS, ETC

La actuación del hombre sobre el ecosistema, mediante el ejer-cicio de la actividad agraria para lograr objetivos socio-económicos,suele hacerse a costa de una pérdida de estabilidad de dicho ecosis-tema y puede conllevar, si no se basa en patrones de sustentabilidad,al grave deterioro del stock de capital natural de la zona y del nece-sario equilibrio ambiental.

En la Alpujarra Alta, particularmente desde la ocupación árabeen el siglo VIII (aunque como hemos visto, la acción antrópica denaturaleza agraria se había iniciado en la zona en el Neolítico) seintrodujo una progresiva sustitución del ecosistema por un agroeco-sistema relativamente respetuoso con el equilibrio del medio natu-ral pero, sin duda, fuertemente transformador del ecosistema. Ya secomentó anteriormente que en la época árabe, se practicaba casiexclusivamente el cultivo en regadío, particularmente en las lade-ras, muy adaptado a la orografía, morfolcygía y paisaje local, y queha sido durante siglos un motor de desarroilo y una forma racionalde aprovechamiento de los recursos naturales, sin impactos negati-vos relevantes para el medioambiente.

La primera actuación impactante sobre los agroecosistemaslocales coincidió con la repoblación ordenada por Felipe II en elsiglo XVI tras la expulsión de los moriscos. El equilibrio anterior-mente establecido entre las prácticas agrícolas y el ecosistema natu-ral se vio gravemente amenazado tras la llegada de los repoblado-res, de cultura cerealista y ganadera de ovino, con desconocimientode los sistemas de riego e ignorancia y desprecio por la fruticultura.

Después, la presión demográfica entre los siglos XVII y XIX,y la introducción de un sistema de policultivo a base de cereal, asícomo las modificaciones del modelo socio-económico local, obli-garon en la Alpujarra Alta a ampliar y roturar laderas pendientesalejadas de los núcleos de población a expensas, evidentemente,de eliminar importantes formaciones boscosas de especies autóc-tonas.

La intensa pérdida demográfica experimentada en la AlpujarraAlta, en la segunda mitad del siglo XX, ha dado lugar al fenómenocontrario: se ha producido una brusca reducción de tierras de culti-vo con abandono de las actividades agrícolas particularmente el sis-tema de cultivo en laderas, limitándose simplemente a la explota-ción de terrenos mejores cercanos al pueblo.

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La situación actual de abandono de los campos ha propiciado laactividad de una serie de procesos que amenazan el equilibrio de lasvertientes fuertemente inclinadas. Estos procesos se concretan en ladestrucción de las terrazas por la proliferación de deslizamientos depequeña escala, en la alteración de la composición del suelo, y en lareactivación de la dinámica vegetal (JIMENEZ, 1991, págs. 78/90).Estas consecuencias son; evidsntemente distintas para los regadíosque para los secanos.

En primer lugar, el mantenimiento de las terrazas y de los siste-mas de riego por acequias es un punto clave en el equilibrio de lossistemas agrarios locales y para el medioambiente de la AlpujarraAlta, pues, el escalonamiento de las vertientes corrige considera-blemente las fuertes pendientes de la zona, asimismo el laboreo per-manente de dichas terrazas permite remontar periódicámente la por-ción del suelo arrasada a lo largo de su supe^cie por las aguascorrientes y depositadas en los bordes de las mismas.

Especial mención merece el efecto de los cultivos de secano,tanto harbáceos como leñosos sobre la erosión, aunque dichos cul-tivos con excepción del almendro, están hoy ya escasamente repre-sentados en la zona. El cultivo de secano en ladera siempre presen-ta graves inconvenientes para la erosión, a la que la desnudezestacional o permanente del suelo favorece, a menos que se actueadecuadamente, bien mediante bancales, dispuestos y dimensiona-dos optimamente en cada caso, o bien mediante siembra de deter-minadas tipos de plantas (aromáticas, por ejemplo) en franjas segúncurvas de nivel, rompiendo intermetentemente la longitud de laladera (MARTÍNEZ y FRANCIA, 1997).

La explotación agrícola y el sistema de reparto de agua a travésde canales de riego permite una mejor distribución de la misma lle-gando a todos los puntos del terreno. Las acequias suponen un apor-te adicional por infiltración del agua transportada para el conjuntode la zona, lo que permite no sólo el aprovechamiento agrícola delsuelo sino también el desarrollo de una cubierta vegetal más diver-sificada y más continua. Los suelos de esta manera están más pro-tegidos, más estables y con mayor biofauna.

EI abandono masivo de las actividades agrícolas y ganaderas enla Alpujarra Alta supone pues, la desaparición de todos estos bene-ficios que pueden traer al sistema de explotación de las laderas. Elabandono de los campos de cultivo, y por tanto de las prácticas deriego y de mantenimiento de las terrazas, supone un cambio funda-

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mental en las condiciones de funcionamiento del sistema que sehabía basado en una fuerte interacción humana con el medioam-biente. Los terrenos abandonados serán sometidos a procesos dedeterioro que tienen su expresión más evidente en el progreso de laerosión del suelo. El proceso es más grave todavía si tenemos encuenta que la mayor parte del territorio tiene fuertes pendientes queno han sido mejoradas por aterrazamiento. A estas fuertes pendien-tes viene a sumarse otra serie de factores (agresividad climática,estacionalidad del régimen pluviométrico, etc.) que contribuyenigualmente a potencializar la erodabilidad del suelo (GOICOE-CHEA, 1981, págs. 153/183). Gran parte de las laderas cambia demodelo de explotación y deja de estar controlada por el hombre, porlo menos parcialmente, y comienzan a evolucionar por mecanismospuramente naturales. Desde el punto de vista paisajístico, segúnJIMÉNEZ, (1989/1990, pág. 33) y RUIZ, (1993, pág. 14), la inme-diata repercusión del abandono es la aparición de laderas con dife-rente grado de colonización vegetal, según condiciones locales,dando lugar a un paisaje caracterizado por una gran densidad y hete-rogeneidad. En primer lugar las terrazas serán colonizadas por plan-tas herbáceas anuales, después comenzarán a aparecer las de ciclomás largo, plurianuales, y en estadios posteriores comenzarán adesarrollarse especies de tipo leñoso. Pero debido a que general-mente, estos terrenos son de mediocre calidad, los campos abando-nados aparecen muy deteriorados y van a permanecer prácticamen-te desnudos, y se convierten, en general, posteriormente enextensiones de eriales, en el mejor de los casos matorrales, muyaclarados, etc.. PÉREZ y VABRE, (1987, pág. 59) señala que "Elerial es considerado como una manifestación ecológica del abando-no social... y es el resultado de la interacción de procesos socio-económicos y ecológicos".

D

IIL MANEJO Y USO DEL AGUA

Insistiendo en los comentarios anteriores relativos al riego y alinterés de la distribución y reparto del agua, aparte de las ventajas deíndole agraria y de mantenimiento de suelos, mencionadas, es impor-tante añadŭ que la desaparición o disminución del regadío, la no lim-pieza, conservación y mantenimiento de acequias, conllcva el hechode que el agua discurra por nuevos cauces y, por tanto, genera efectos

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imprevistos de erosión hidráulica. Las recientes roturas y cortes decarreteras por derrumbamientos en toda la Alpujarra Alta, teniendocomo causa directa las lluvias torrenciales de los últimos años (nomayores en cualquier caso que las caidas en otras épocas de años llu-viosos) tienen, sin duda, su causa última en la desaparición de la acti-vidad agraria aguas arriba y en la alteración de los flujos milenarios deagua en el terreno. La agricultura de altura estaba, sin duda, produ-ciendo una externalidad positiva no valorada, y los efectos negativosde su ausencia se manifiestan cuando la agricultura ha desaparecido.

Una valoración monetaria mínima obvia de dicha externalidadsería el coste de corrección y reparación de los daños.

IV. RIESGO DE INCENDIOS FORESTALES

Se ha comentado como las terrazas antaño construidas para laactividad agraria, al ser abandonadas se van cubriendo de especiessilvestres herbáceas, constituyendo matorrales que, al secarse,aumentan grandemente la posibilidad de la expansión de incendiosforestales, uno de los problemas hoy más graves de la montaña áridamediterránea. El daño económico y ecológico de los incendios fores-tales es obvio, y la desaparición de la agricultura, junto, no olvide-mos, a un exceso de actividades turísticas y recreativas, y, a veces,intereses de diversa índole más difíciles de concretar, favorecen losincendios. Recientemente en la zona ha habido incendios forestales,particularmente uno bastante extenso, que se ha beneficiado, sinduda, para su expansión del abandono de la actividad agraria.

V. EQUILIBRIO ECONÓMICO Y AMBIENTALDEL PROCESO DE DESARROLLO 4

La existencia de la agricultura en un espacio rural implica unoselementos funcionales de carácter productivo y otros de caráctertemtorial, de ocupación del territorio. Esta bipolaridad multifuncio-nal de la agricultura la hacen una actividad idónea para asegurar elequilibrio en un proceso de desarrollo rural. El equilibrio en los sis-temas económico y ecológico es una característica del modelo dedesarrollo (CALATRAVA, 1988) clave para asegurar la sustentabi-lidad del proceso.

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En la Alpujarra Alta el mantenimiento de una agricultura diver-sificada de regadío de altura favorece el equilibrio ambiental portodas las externalidades ambientales positivas que produce, que sehan comentado. Favorece asimismo el equilibrio en el sistema eco-nómico, por diversas razones: apoya la diversificación de activida-des, genera rentas complementarias con un esquema pluriactivo,genera empleo cronológicamente complementario con el turismo,ofrece productos cuyo valor añadido se puede incrementar por lapropia industria turística local, puede tener en el agroturismo unacomponente recreativa, etc.

VI. VALORACIÓN DEL PAISAJE AGRARIO

De las distintas externalidades ligadas al sistema agrario en laAlta Alpujarra analizaremos aqui con detalle la referente al paisajeagrario. La valoración de la externalidad estética de la agricultura esmuy difícil y compleja, y sólo puede cristalizar en valores moneta-rios directos en casos de paisajes muy homogéneos y concretos,espacialmente muy localizados y ubicados en una situación de con-traste estético evidente. CALATRAVA, 1996 ofrece una serie deconsideraciones sobre el valor de los paisajes y empleo de técnicasde valoración contingente en la Costa Tropical española. Algunasde dichas consideraciones se han apuntado ya en la Metodología.

Aqui, dada la heterogeneidad y variedad del paisaje alpujarreño seha renunciado a valoraciones monetarias (que por otra parte tampocotendrían un gran significado real) ante la imposibilidad metodológicade aplicar técnicas de valoración contingente o similares con un míni-mo de fiabilidad y objetividad. Por ello se ha utilizado un método devaloración en escalas (CALATRAVA, 1996) complementándolo, ensu analítica con la técnica denominada Análisis Conjunto (AC). Losdetalles sobre el método empleado se describieron ya en la metodo-logía y en el apartado de antecedentes y justificación, por lo quecomentamos aqui exclusivamente los resultados de las respuestas delpanel de 152 personas divididas entre granadinos y almerienses.

Este tipo de análisis se ha llevado a cabo, exclusivamente, con elfin de analizar y mostrar la valoración otorgada al paisaje con com-ponente agraria frente a otros tipos de paisajes, coexistentes en lazona, pero posteriormente a esta valoración se ha realizado la estima-ción de un "modelo de preferencias".

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VI.1. Valoración del paisaje

La tabla 16 refleja la función de utilidad de grupo y la impor-tancia relativa de los distintos atributos.

TABLA VII-16: Resultados del test de preferencias

para el conjunto del grupo

l/alor de

Atributo^mportancia Niveles su utilidad

relativa(Part-Wonh)

CUBIERTA 55,77 Tierras vírgenes -0,636VEGETAL Tierras de regadío 1,284

Tierras de secano Q,200Tierras abandonadas -0,848

NIVEL DE 28,09 Mucha 0,485EDIFICACIÓN Poca 0,104

Sin -0,589

NIVEL DE 16,14 Alto -0,271

PENDIENTE Medio 0,347Bajo -0,076

A partir de los resultados obtenidos sobre la importancia de losatributos, podemos afirmar que la cubierta vegetal es el atributomás relevante en la formación de preferencias sobre el productopaisaje, con una importancia de más de155%; seguido por el nivelde edificación existente (28,09% de importancia) y en tercer lugarel nivel de pendientes (con una importancia de 16,14%) (gráfico63).

Dentro de la cubierta vegetal, las tierras de regadío constituyenel nivel más relevante en la formación de las preferencias, seguidopor el de las tierras de secano siendo los valores de sus utilidadesmedios relativos positivos respectivamente, del 1,284 y del 0,200(gráficos 64 y 65). Las tierras vírgenes y las que están abandonadastienen menos importancia en la formación de las preferencias depaisajes siendo negativas sus utilidades medias relativas (-0,636 y-0,848) respectivamente. Cuanto mayor es la componente agraria enlos paisajes alto-alpujarreños, mayor es su nivel de apreciación yutilidad por parte de los entrevistados.

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GRAFICO N° 63: Comparación entre la importancia relativade los atributos del paisaje alpiyarreño

Importancia relativa

Es conveniente aclarar que el valor negativo de los part-worthsno necesariamente significa que a los encuestados les disguste lacaracterística correspondiente sino que es menos preferida que lasotras (BRETTON-CLARCK, 1987, pág. 16) (se trata de coeficien-tes relativos de suma nula).

En cuanto a nivel de edificación, la presencia de mucha edifi-cación (casas típicas alpujarreñas y pueblos) ocupa el q ivel másimportante en la formación de las preferencias de los paisajes(gráfico 64), siendo su utilidad positiva del 0,485; seguido por lapresencia de "poca edificación", siendo asimismo su utilidadpositiva del 0,104. Los paisajes "sin edificación", son menos pre-feridos por los entrevistados, con una utilidad parcial negativadel -0,589 (gráfico 66). Así, podemos decir que cttanto más seaprecia el nii^el de edificación dentro de [os paisajes, mayor essu grado de apreciación por parte de los entrevistados. Ello eslógico en una zona como Las Alpujarras donde la arquitecturatradicional de los núcleos de población, y su disposición en lasladeras de los barrancos es uno de los aspectos más apreciadospor los visitantes como vimos en el capítulo VI.

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GRAFICO N° 6^: lmportancia relativa de los nivelesde cuclu cin^ibuto ^•unsiderado

Importancia relativa

T. regadío

Importancia relativa

Mucha

60

50 ^

40 ^

30 ^

20 ^

10^

Importancia relativa

T. secano T. vírgenes

Poca

T.abandonadas

Sin

-------.:. -----------------------' ---.... ----------'---------

-------`------------------------ ^ -`-----------------------

Medio Alto Bajo

^ Cubiertavegetal

Nivel de

pendien[e

777

GRÁFICO N° 65: Utilidades parciales (Part-Worth) para los nivelesdel atributo "Cubierta Vegetal "

CUBIERTA VEGETAL

Utilidetles parciales (Parrt-Worthsl

1,5 ^

T. regadío T.secanoI

T. vírgenes T. abandonadas

GRÁFICO N° 66: Utilidades parciales (Part-Worth) para los nivelesdel atributo "Nivel de Edificacidn"

EDIFICACIÓN

Utilidades parciales (Parrt-Worthsl

273

GRÁFICO N° 67: Utilidades parciales (Part-Worth) para los nivelesdel atributo "Nivel de Pendiente"

0,4

0,3

0,2

0,1

0,0

-0,1

-0,2

-0,3

Utilidades parciales (Parrt-Worths)

PENDIENTE

^ _

P. Media P. Baja P. Alta

Respecto al atributo pendiente, el nivel medio es el más rele-vante en la formación de preferencias del paisaje de La AlpujarrasAlta, siendo positiva su utilidad (0,347). Los niveles de pendien-te extremos alto y bajo son menos relevantes con unas utilidadesparciales negativas (-0,271 y-0,076) respectivamente ( ver gráfi-cos 64 y 67).

De los resultados anteriores podemos afirmar que el "paisajeideal" para los entrevistados sería el formado por tierras con com-ponente agraria de regadío a media pendiente en las gue puedeobservarse un núcleo de población insertado en el paisaje.

Cabe mencionar que, en La Alpujarra Alta Oriental, el paisaje estábastante humanizado y transformado desde ya hace siglos, como seha mencionado en capítulos anteriores, por lo que la presencia de tie-rras vírgenes, como tal, es realmente poco frecuente, siendo sinembargo cada vez más frecuente las agrarias abandonadas.

Por otra parte, el paisaje menos preferido en la zona está com-puesto por antiguas tierras agrarias hoy abandonadas, sin vistas anúcleos de población y con nivel alto de pendientes.

Así, pues, para mantener un cierto potencial paisajístico en laAlpujarra Alta, es indispensable mantener un cierto nivel de activi-

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dad agraria, componente más relevante en la formación de las pre-ferencias del paisaje, sobre todo los cultivos de regadío. La activi-dad agraria, además de generar rentas complementarias en la zona,contribuye al mantenimiento de la población local y, por tanto, delos asentamientos poblacionales, otro de los elementos preferidosen los paisajes de La Alpujarra Alta. La desaparición de la agricul-tura afectaría, pues, gravemente al paisaje.

Sin embargo, las políticas de desarrollo local actualmentevigentes en la zona tienden a fomentar actividades no necesaria-mente agrarias, particularmente de naturaleza turística, cuyas con-secuencias inmediatas son, con frecuencia, el abandono de lasactividades agrarias e incluso su desaparición por completo.Dichas políticas crean, en cierta forma, causas para su propio fra-caso, ya que se quedó claro a través de las distintas encuestas yentrevistas llevadas a cabo en la zona (a turistas, a agricultores ya la propia población local) que el elemento paisaje es un poten-cial atractivo en la zona que está bastante valorado por sus visi-tantes. A través del análisis de las preferencias se ha mostrado laimportancia del componente agrario en la formación de dichaspreferencias, así como el efecto negativo del abandono, un fenó-meno bastante frecuente en la comarca.

Fomentar la actividad turística en Las Alpujarras sin mantener elpaisaje típico tradicional agrario de la comarca, afectaría, sin duda,a medio o a largo plazo, muy negativamente al desarrollo del turis-mo en la comarca.

VI.2. Modelización de preferencias

En la metodología se describió el modelo de preferencias utili-zado y su especificación. Vamos aquí a comentar, de forma lo mássintética posible, los resultados del modelo final ajustado.

Antes de entrar en el comentario de los resultados del modeloconsideremos las siguientes variables:

U^; = Utilidad que se asocia en el individuo i a las compo-nentes agrarias Secano + Regadío.

AGR; _% que el individuo i concede al atributo: Cubiertavegetal.

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C; = Es la constante de la función de utilidad del individuopara los atributos considerados.

Dado que los coeficientes de los niveles de cada atributo sonrelativos, representando desviaciones con respecto a la media, ycumpliéndose la suma cero dentro de cada atributo, la constanteC; de las funciones individuales de utilidad, representa la puntua-ción media que cada individuo asigna al "paisaje medio" de lospaisajes analizados. Un valor de C; más alto puede implicarmenor exigencia estética, o un uso de la escala de valoración másbenevolente.

Las relaciones entre las tres variables anteriores han dado lossiguientes resultados:

Pua, AcR = 0,570 (sig. a>_ 0,001)

Pua c=- 0,500 (sig. a>_ 0,001),PAGR,c - - 0,365 (sig. a >_ 0,001)

Lo anterior en cuanto a los coeficientes de correlación; por loque se refiere a sus relaciones funcionales fueron: AGR = 82,872

- 6,499C; Ua =- 0,6960 + 0,0468 AGR y Ua = 5,5130 - 0,7320C.Todas ellas son muy significativas (a ? 0,001) e implican losiguiente.

Cuanto mayor es la importancia considerada a la naturalezade la Cubierta Vegetal en el paisaje, más se valora la com-ponente agraria de la misma (ver gráfico 68).

Cuanto menor es la exigencia en la valoración del paisaje,menos se valora la componente agraria del mismo.

Asimismo, lógicamente, en el caso de menor exigencia en lavaloración del paisaje menos se valora la naturaleza se lacubierta vegetal.

Como se apuntaba en la metodología se ha tomado Ua comovariable dependiente del modelo, y las variables AGR, C, hahabido que introducirlas en la especificación como variablesCovariables.

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GRAFICO N° 68: Gráfica de regresión simple entre las variables"AGR" v "Uai"

AGR

Ual

Los resultados finales del ajuste son lo siguientes:

- Se cont7rma la influencia, muy significativa, de AGR Csobre U,,

- La variable binómica pertenencia o no al mercado de tra-bajo afecta muy significativamente, en el sentido de unamayor valoración de la componente agraria en el primercaso.

- La edad de observador no afecta a la valoración del paisajeagrario.

- El nivel de estudios no influye de forma estadística signifi-cativa (a >_ 0,001) en la valoración de la componente agrariadel paisaje. Considerando a? 0,05 aparece una significaciónen el sentido de que los entrevistados con menos estudiosvaloran más el paisaje.

- Ni el lugar de origen del individuo ni el nivel de renta ni elsexo aparecen como variables significativas.

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Como resumen

- La naturaleza de la cubierta vegetal es el atributo más valo-rado del paisaje en las pruebas de panel realizadas.

- Dentro de ella la componente agraria (regadío primero,secano después) es la cubierta vegetal más valorada estéti-camente.

- Cuanto más valora un individuo la cubierta vegetal comocomponente del paisaje más aprecia el elemento agrario.

- Las tierras antaño agrarias hoy abandonadas constituyen eltipo de cubierta vegetal menos valorada como paisaje.

- No se detectan características socioculturales de los indivi-duos que afecten a su valoración del paisaje agrario, que,evidentemente, es función de factores intrínsecos muy sub-jetivos.

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