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Elaborado por Miguel Ángel Gamboa- Gaitán (MAGG) Capítulo 4: La célula vegetal Introducción La célula es la base funcional y estructural de la vida pues todo ser vivo se compone, como mínimo, de una célula. Dicho de otra forma, la célula es la unidad vital mínima, dado que ninguno de sus componentes individuales posee vida ni puede existir independientemente. La célula vegetal posee numerosas características que permiten diferenciarla perfectamente de las células de otros seres vivos, como una pared celular compuesta mayoritariamente de celulosa y organelos especializados en algunos aspectos metabólicos. Este capítulo está destinado a describir las características de la célula vegetal, enfatizando en las que más la distinguen de las células halladas en otros seres vivos. Contenido 4.1. La célula vegetal posee numerosos componentes de variada naturaleza y función. 4.2. La pared celular vegetal tiene funciones estructurales y metabólicas. 4.3. La membrana plasmática vegetal tiene las mismas funciones y estructura básica que en otros seres vivos. 4.4. El almacenaje del material genético y el control de la actividad celular son funciones propias del núcleo. 4.5. Los ribosomas son complejos supramoleculares involucrados en la síntesis de proteínas. 4.6. En la célula vegetal hay un complejo sistema de endomembranas. 4.7. El citoesqueleto provee rigidez interna y a la vez permite los movimientos intracelulares. 4.8. Los plastidios son organelos citoplasmáticos distintivos de las plantas. 4.9. La provisión de moléculas energéticas se lleva a cabo en las mitocondrias. 4.10. Los microcuerpos son organelos muy dinámicos en el metabolismo vegetal. 4.11. La vacuola es uno de los organelos más distintivos de la célula vegetal y posee funciones muy diversas. 4.12. La célula vegetal posee estructuras especializadas en el almacenamiento de varios tipos de sustancias. 4.13. Las plantas presentan varios tipos celulares altamente especializados.

Capítulo 4: La célula vegetal

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Elaborado por Miguel Ángel Gamboa- Gaitán (MAGG)

Capítulo 4: La célula vegetal

Introducción

La célula es la base funcional y estructural de la vida pues todo ser vivo se compone, como mínimo, de una célula. Dicho de

otra forma, la célula es la unidad vital mínima, dado que ninguno de sus componentes individuales posee vida ni puede

existir independientemente. La célula vegetal posee numerosas características que permiten diferenciarla perfectamente de

las células de otros seres vivos, como una pared celular compuesta mayoritariamente de celulosa y organelos especializados

en algunos aspectos metabólicos. Este capítulo está destinado a describir las características de la célula vegetal, enfatizando

en las que más la distinguen de las células halladas en otros seres vivos.

Contenido

4.1. La célula vegetal posee numerosos componentes de variada naturaleza y función.

4.2. La pared celular vegetal tiene funciones estructurales y metabólicas.

4.3. La membrana plasmática vegetal tiene las mismas funciones y estructura básica que en otros seres vivos.

4.4. El almacenaje del material genético y el control de la actividad celular son funciones propias del núcleo.

4.5. Los ribosomas son complejos supramoleculares involucrados en la síntesis de proteínas.

4.6. En la célula vegetal hay un complejo sistema de endomembranas.

4.7. El citoesqueleto provee rigidez interna y a la vez permite los movimientos intracelulares.

4.8. Los plastidios son organelos citoplasmáticos distintivos de las plantas.

4.9. La provisión de moléculas energéticas se lleva a cabo en las mitocondrias.

4.10. Los microcuerpos son organelos muy dinámicos en el metabolismo vegetal.

4.11. La vacuola es uno de los organelos más distintivos de la célula vegetal y posee funciones muy diversas.

4.12. La célula vegetal posee estructuras especializadas en el almacenamiento de varios tipos de sustancias.

4.13. Las plantas presentan varios tipos celulares altamente especializados.

MAGG - Botánica General: Introducción al estudio de las plantas

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4.1. La célula vegetal posee numerosos componentes

de variada naturaleza y función.

Al visualizar una célula vegetal al microscopio de luz,

tres grandes componentes pueden ser identificados

fácilmente: el citoplasma, la pared celular y las sustancias

ergásticas (Figura 4.1). Si bien la célula vegetal es mucho

más compleja que lo indicado por esta descripción,

dividirla en tales componentes es útil para hacer una

introducción a su estudio. El citoplasma forma el grueso

de la masa celular y junto a la membrana plasmática que

lo limita, constituyen el protoplasto o parte viva de la

célula. En el interior del protoplasto se encuentra el

núcleo, el sistema de endomembranas, el citoesqueleto, la

vacuola, los ribosomas y los organelos. Este último

término quiere decir «órgano pequeño» y hace referencia

a los plastidios, mitocondrias y microcuerpos. De estos

componentes citoplasmáticos, sólo los cloroplastos y a

veces el núcleo, son visibles al microscopio óptico sin

usar tinción.

De otra parte, la pared celular es quizá la

característica más notoria y diferenciable de la célula

vegetal, particularmente ausente en células animales. Su

principal componente es la celulosa y, aunque parece una

estructura sin actividad, es un componente celular muy

dinámico, pues no sólo permite la interconexión celular

mediante plasmodesmos sino que posee actividad

enzimática vital para la célula vegetal. El tercer

componente visible de algunas células vegetales está

constituido por las sustancias ergásticas, que resultan de

la actividad metabólica del protoplasto y generalmente

están almacenadas en la vacuola, siendo ejemplo típico

de ellas los cristales de sales como el oxalato de calcio.

Los cristales más comunes y característicos de las células

vegetales se presentan en forma de rafidios y drusas.

En este capítulo se estudia cada uno de los

componentes de la célula vegetal de manera individual,

para entender su composición y funcionamiento dentro

del organismo vegetal. Ahora bien, es necesario aclarar

que dichos componentes no funcionan como entes

independientes ni se encuentran aislados en la naturaleza,

sino que por el contrario están constantemente

interrelacionados y sometidos a una estricta regulación de

conjunto.

4.2. La pared celular vegetal tiene funciones

estructurales y metabólicas.

La pared celular es muy dura debido a sus componentes

químicos y fue considerada durante mucho tiempo una

estructura protectora del protoplasto, a manera de

recipiente rígido e inerte. Sin embargo, la verdad es que a

pesar de su rigidez física, la pared es un componente

celular muy dinámico en cuanto a su funcionalidad

metabólica. Entre sus funciones está el ser una defensa

física contra invasores y contra la deshidratación, pero

también sirve para limitar el crecimiento del protoplasto,

además de ayudar en la absorción, secreción y transporte

de sustancias, e incluso se sabe que posee actividad

digestiva. La pared se encuentra constituida por dos

grandes componentes: una red de fibras de celulosa y una

matriz químicamente compleja de polisacáridos no

celulósicos, glicoproteínas y otras sustancias en la que

están inmersas las mencionadas fibras de celulosa (Figura

4.2).

El componente más abundante de la pared

primaria es la celulosa, que puede constituir hasta el 30%

de su masa seca, la cual se compone de monómeros de

glucosa unidos linealmente mediante enlaces β-1-4. La

molécula lineal de celulosa posee además numerosos

enlaces tipo puente de hidrógeno intra e intermoleculares,

los cuales le dan estabilidad al polímero y permiten que

se asocie con otras moléculas en microfibrillas de 10-25

nm de ancho. Éstas a su vez están asociadas entre sí

formando unas hebras llamadas macrofibrillas, de 0.5 µm

MAGG - Botánica General: Introducción al estudio de las plantas

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de ancho, las cuales se entrelazan formando una

estructura similar a la de un lazo. La resistencia de la

celulosa es comparable a una estructura de acero del

mismo tamaño, lo que explica las propiedades de la pared

celular, al menos en lo referente a su rigidez. La celulosa

es insoluble en agua y muy resistente, y sólo hay unos

pocos microorganismos capaces de degradarla.

La matriz de la pared posee polisacáridos

pécticos, como los galactanos, los galacturonanos, los

arabinanos y los arabinogalactanos, además de

polisacáridos hemicelulósicos, como el xiloglucano, los

xilanos, la calosa y los mananos. Además, dicha matriz

posee proteínas estructurales como las extensinas, que

son muy ricas en el extraño aminoácido hidroxiprolina,

aunque también se sabe de la presencia de proteínas

enzimáticas como la peroxidasa y la glicosidasa, así

como endoglicanasas, oxidorreductasas, transglicosidasas

y esterasas.

Otro componente notable, sobre todo en paredes

secundarias, es la lignina, que está formada por polímeros

cuya composición varía entre especies. Tales polímeros

están constituidos por asociaciones de derivados de los

alcoholes p-cumaril, sinapil y coniferil. La lignina

aumenta la rigidez de la pared, así como la resistencia

física y química y puede constituir entre el 20 y 30 % de

la masa seca en fibras y vasos. También tiene cutina,

suberina y ceras, sustancias de naturaleza hidrófoba que

aumentan la impermeabilidad y evitan la pérdida de agua

y solutos. Por último, varios compuestos inorgánicos son

también abundantes en las paredes celulares, como

cationes (ej: Ca++) y óxidos de silicio.

La composición de la pared varía entre especies

y aún entre individuos conespecíficos dependiendo de su

estado de desarrollo. Sus componentes son sintetizados a

partir de sustancias precursoras en el citoplasma y son

enviados en vesículas a través del dictiosoma (complejo o

aparato de Golgi) y del retículo endoplásmico (RE), las

cuales se fusionan con la membrana plasmática y liberan

su contenido. Además de las variaciones en composición,

las paredes celulares poseen diferencias en su grosor

entre los diferentes tipos celulares (Figuras 4.3 y 4.5C), e

incluso a veces pueden estar completamente

interrumpidas en algunas caras de células vecinas. Un

ejemplo de la variación en el ancho de la pared celular

son las punteaduras del xilema, donde el grosor total está

dado sólo por la pared primaria, ya que la pared

secundaria está interrumpida. El colénquima es un tejido

que también presenta variaciones importantes en el ancho

de su pared celular, ya que las capas de depósito en ella

son más gruesas en las esquinas (cerca de los puntos de

contacto de varias células), que en la parte media (donde

sólo dos células se ponen en contacto).

Ahora bien, la pared celular también posee unos

poros de hasta unos 60 nm de diámetro que conectan las

células adyacentes y por los cuales las membranas

plasmáticas de dichas células se continúan. Estos canales

se denominan plasmodesmos y son variables en tamaño y

número entre los diferentes tipos de células. Algunos

poseen una estructura central denominada desmotúbulo,

el cual incluye proteínas en su composición y se puede

considerar una prolongación del RE. A través de los

plasmodesmos hay una activa y regulada comunicación

intercelular que permite la movilización de iones y

moléculas tan grandes como los ácidos nucleicos. Dado

que casi todas las células de la planta están conectadas a

través de estos canales, es viable pensar que el organismo

vegetal es realmente un sincicio, es decir, un solo

citoplasma gigantesco multinucleado. Cuando la planta

es herida, depósitos de calosa taponan los plasmodesmos

para evitar la pérdida de citoplasma y la entrada o

movilización de patógenos como los virus.

MAGG - Botánica General: Introducción al estudio de las plantas

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4.3. La membrana plasmática vegetal tiene las mismas

funciones y estructura básica que en otros seres vivos.

La bicapa lipídica con proteínas asociadas que conforman

un mosaico fluido, es el modelo más aceptado para la

composición de las membranas celulares, incluyendo las

de las plantas (Figura 4.4). En este modelo la bicapa está

compuesta de fosfolípidos anfipáticos que exponen sus

extremos hidrofílicos al agua, mientras que sus extremos

hidrófobos están inmersos en el interior de la bicapa,

alejados de los ambientes acuosos. Inmersas en la bicapa

se hallan proteínas cuyos extremos pueden sobresalir

hacia el exterior de la célula o hacia el citoplasma, según

su función, a las cuales se denomina proteínas

intrínsecas. Anexas a la membrana plasmática (que

también es llamada plasmalema), hay proteínas

periféricas o extrínsecas, que poseen propiedades

enzimáticas pero que no forman parte integral de la

membrana.

La composición de las membranas vegetales

varía tanto en la calidad como en la cantidad de los

lípidos y proteínas entre sus dos capas, así como entre

células, tejidos y órganos, según el estado de desarrollo y

la función de la célula. En general, las proteínas

constituyen el 60% y los lípidos el 40% de la

composición del plasmalema y las variaciones en estos

porcentajes, junto a la composición química de lípidos y

proteínas, alteran el estado de fluidez de las membranas.

Algunas proteínas intrínsecas pueden desplazarse

lateralmente pero otras forman asociaciones llamadas

dominios membranales, los cuales constituyen sectores

discretos que son diferentes de sus alrededores (parches),

lo que le confiere a las membranas la propiedad de ser

heterogéneas. Algunos lípidos y proteínas poseen

cadenas cortas de glúcidos adheridas a sus extremos

externos, lo cual le confiere a las membranas importantes

propiedades de reconocimiento intercelular. Estas

moléculas se denominan glicolípidos y glicoproteínas,

respectivamente.

La membrana plasmática es el límite externo del

protoplasto (Figura 4.5C) y posee la capacidad de

seleccionar las sustancias que pasan a través de ella, por

lo que se dice que es selectivamente permeable. Las dos

caras de la membrana son diferentes entre sí,

particularmente en cuanto al tipo de proteínas que la

componen, ya que cada lado encara dos ambientes

totalmente diferentes: el lado interno está en contacto con

el citoplasma mientras que el externo enfrenta al

ambiente extracelular. Las proteínas de membrana

pueden tener variadas funciones, como la de constituir

canales o poros para el transporte facilitado de iones y

otras sustancias cargadas, o también pueden ser bombas

moleculares que ligan moléculas en un lado de la

membrana y las mueven hacia el otro lado usando

energía (ATP). También pueden formar receptores que

aceptan moléculas como hormonas y activan señales

intracelulares que desencadenan respuestas fisiológicas.

La membrana también cambia constantemente su forma,

tamaño y función debido a la continua incorporación y

remoción de sus componentes, lo cual se lleva a cabo por

la fusión (exocitosis) e invaginadión (endocitosis) de

vesículas. Tales vesículas son porciones pequeñas de la

membrana que adoptan una forma esférica. Estos

cambios de la membrana plasmática se dan de acuerdo

con las necesidades metabólicas de la célula.

4.4. El almacenaje del material genético y el control

de la actividad celular son funciones propias del

núcleo.

Toda la actividad metabólica de la célula está regulada,

en última instancia, por la síntesis de proteínas, la cual es

controlada por el núcleo. Este componente celular está

limitado por una membrana doble (denominada más

apropiadamente envoltura nuclear), la cual posee poros

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de 30-100 nm de diámetro y a menudo se continúa con el

retículo endoplásmico (RE) (Figura 4.5A). Entre las dos

capas de la envoltura nuclear hay un espacio de entre 20-

40 nm y se ha visto que hay proteínas asociadas a los

poros nucleares, que pueden estar involucradas en la

regulación del tránsito de sustancias a través de ellos. En

el núcleo se almacena y protege el material genético en

forma de ácido desoxirribonucleico (ADN), el cual está

asociado con proteínas básicas denominadas histonas,

constituyendo así la cromatina.

La cromatina es la principal sustancia del núcleo

y se encuentra inmersa en una matriz denominada

nucleoplasma. Como particularidades tiene que se tiñe

con colorantes básicos y que absorbe eficientemente la

luz ultravioleta a unos 260 nm. Cuando la cromatina se

condensa da origen a los cromosomas, estructuras en las

que el ADN experimenta su máximo grado de

compactación, en gran parte debido a las histonas con las

que se empaca. Cuando el material genético está

empacado en forma de cromosomas visibles en

cariotipos, no es posible que el núcleo efectúe la

replicación del ADN debido a su alto grado de

compactación. El número de cromosomas depende de la

especie y es muy variable en el reino vegetal, habiendo

valores tan disímiles como 4 en Haplopappus y 1250 en

Ophioglossum. Además del ADN y las proteínas

histonas, el nucleoplasma también contiene enzimas que

mantienen y reparan el ADN, varias clases de ácido

ribonucleico (ARN), agua y sustancias necesarias para el

metabolismo nuclear. Dentro del núcleo se encuentra

también el nucléolo, lugar asociado con la producción del

ARN y los ribosomas.

En general las células contienen un núcleo, pero

en las plantas hay casos de células multinucleadas que se

originan por cariocinesis que no van acompañadas de

citocinesis, como en el desarrollo del endospermo de la

semilla. También se ha documentado la existencia de

células que, por el contrario, carecen de núcleo, ya que lo

pierden durante su proceso de diferenciación, como

sucede en los elementos cribosos del floema. Estas

células dependen para sobrevivir de células especiales,

denominadas acompañantes, las cuales controlan el

metabolismo del elemento criboso de tal forma que siga

siendo funcional.

4.5. Los ribosomas son complejos supramoleculares

involucrados en la síntesis de proteínas.

Más grandes que las macromoléculas pero inferiores en

tamaño a los organelos, estas estructuras intracelulares

son fundamentales para la producción de proteínas.

Pueden estar libres en el citoplasma o asociados

abundantemente al retículo endoplásmico, donde

sintetizan las proteínas celulares generalmente asociadas

a membranas. Están compuestos de proteínas y ARN

ribosomal (ARNr), el cual se compone de subunidades

ensambladas en el núcleo, concretamente en el nucléolo,

para luego ser exportadas hacia el citoplasma. Una vez

allí, los ribosomas se asocian al ARN mensajero

(ARNm), constituyendo una estructura denominada

polisoma que es fundamental en el proceso de síntesis

proteica. Es común que sobre una sola molécula de

ARNm se ubiquen varios ribosomas, por lo que varias

copias del polipéptido son sintetizadas simultáneamente.

Los ribosomas de los eucariotas, incluidos los de

la plantas, son bastante similares entre sí. En general, su

coeficiente de sedimentación es 80S con más de 4,000

kDa de masa molecular. Poseen dos subunidades,

denominadas mayor y menor, las cuales son 60S y 40S,

respectivamente. La mayor posee tres tipos de ARNr, uno

28S, uno 5.8S y un tercero 5S, mientras que la subunidad

menor posee un ARNr 18S. Es interesante tener presente

que en el cloroplasto hay también ribosomas, los cuales

son 70S y se pueden afectar por el cloranfenicol, por lo

que son más parecidos a los ribosomas de los procariotas

que a los de los eucariotas. Esto es de esperarse si la

MAGG - Botánica General: Introducción al estudio de las plantas

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hipótesis de la endosimbiosis, que establece que los

cloroplastos eran microorganismos de vida libre que se

asociaron con otra célula, es correcta.

4.6. En la célula vegetal hay un complejo sistema de

endomembranas.

La envoltura nuclear se continúa con un sistema aplanado

o tubular de membranas denominado retículo

endoplásmico (RE), el cual está muy involucrado en el

metabolismo de las proteínas, ya que los ribosomas

asociados a él las sintetizan y luego las pasan a su lumen.

Si la proteína es de almacenamiento puede permanecer en

el RE como sucede en las células de semillas, pero si es

de secreción, como las proteínas enzimáticas o adhesivas,

se envuelve en una vesícula del RE y pasa al dictiosoma

(Figura 4.6), donde experimenta modificaciones. El RE

sin ribosomas se denomina retículo endoplásmico liso

(REL), mientras que el rugoso (RER), es el que posee

ribosomas sobre su superficie (Figura 4.8). El REL se

encarga de la síntesis de lípidos y del ensamblaje de las

membranas, ya que las vesículas que se liberan de él se

fusionarán con otras membranas y entrarán a formar parte

integral de ellas. El REL es abundante en células

vegetales que producen muchos ácidos grasos, como las

células de la epidermis que producen cutina y en células

que producen aceites y fragancias.

Los dictiosomas son vesículas membranosas

aplanadas que se agrupan formando apilamientos

denominados en conjunto el aparato o complejo de Golgi.

Es más común en animales que en plantas, pero en los

pelos radicales se observan complejos de Golgi muy

grandes. Esta estructura tiene una cara donde las

vesículas provenientes del RE se fusionan, denominada

cara de formación o Cis, así como otra cara por donde

dichas vesículas se liberan, llamada cara de maduración o

Trans. Los contenidos de dichas vesículas han sido

modificados durante su paso por los dictiosomas, que

comúnmente involucran la adición de azúcares a las

proteínas de dichas vesículas, generando glicoproteínas

que por lo general se fusionan con la membrana

plasmática. Al parecer algunos polisacáridos destinados a

la pared celular son también procesados en los

dictiosomas.

Cuando dos núcleos se han formado luego de la

mitosis, los dictiosomas son dirigidos por los

microtúbulos hacia la región central de la célula y

empiezan a fusionarse formando una estructura discoidea

llamada placa celular (Figura 4.7). Ésta se ubica en

posición equidistante de los núcleos hijos y se dispone de

forma perpendicular al eje en que se ubicó el huso

acromático en la célula madre. Dichos dictiosomas

poseen precursores de la nueva pared celular en su

interior y su fusión continúa hasta que alcanzan las

paredes laterales para completar la separación de las dos

células hijas.

4.7. El citoesqueleto provee rigidez interna y a la vez

permite los movimientos intracelulares.

Las células vegetales poseen un sistema filamentoso

intracelular de soporte denominado citoesqueleto, el cual

es muy importante en el crecimiento celular. El

citoesqueleto puede actuar reforzando ciertas áreas de la

célula mientras que otras permanecen más débiles para

permitir la expansión celular. Los movimientos internos

de los organelos y vesículas requieren del ensamblaje y

rompimiento del citoesqueleto, por lo que es un

componente muy importante para la dinámica celular. La

ciclosis, por ejemplo, que es el movimiento de organelos

y sustancia basal del citoplasma de manera circular,

depende también del citoesqueleto. Tanto el núcleo como

otros organelos pueden ser movilizados por este sistema

de microtúbulos, como también sucede con los

cromosomas durante la mitosis.

MAGG - Botánica General: Introducción al estudio de las plantas

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El citoesqueleto está conformado básicamente

por microtúbulos de tubulina y filamentos de actina. Los

filamentos de actina, o microfilamentos, están

compuestos por la proteína globular actina y sólo

alcanzan 6 nm de diámetro. Los microtúbulos están

formados de tubulina, un dímero que está compuesto de

alfa y beta tubulinas, las cuales se polimerizan formando

un filamento largo, de unos 25 nm de diámetro. Cuando

el microtúbulo no se necesita, se puede despolimerizar y

sus componentes individuales se dispersan por el

citoplasma hasta que sean reutilizados. La colchicina,

alcaloide aislado de plantas del género Colchicum,

interrumpe el ensamblaje de los microtúbulos porque se

une a la tubulina e inhibe su polimerización, siendo una

droga de gran utilidad para el estudio de la dinámica

celular interna y del citoesqueleto.

Los microtúbulos también son componentes

fundamentales de los flagelos, estructuras involucradas

en el desplazamiento celular y que en los vegetales están

presentes sólo en las células espermáticas de algunas

plantas sin flores. Los flagelos están constituidos por

microtúbulos con el típico arreglo de 9+2 (Figura 4.9),

donde nueve pares de ellos se arreglan alrededor de dos

microtúbulos centrales. Cada par de microtúbulos

externos posee dos estructuras compuestas de una

proteína llamada dineína, la cual usa ATP para producir

energía cinética. Siempre hay asociado a la base del

flagelo una estructura conocida como cuerpo basal, que

se ve al microscopio igual a los centriolos de las células

animales, pero cuya función no ha sido aun clarificada.

4.8. Los plastidios son organelos citoplasmáticos

distintivos de las plantas.

Los plastidios tienen un sistema de membranas

limitantes, una interna y una externa, con un fluido

interno denominado estroma. Hay varias clases de

plastidios que se ocupan de importantes aspectos

metabólicos de la célula vegetal, como la síntesis de

NADPH, purinas, pirimidinas, aminoácidos y ácidos

grasos, además del almacenamiento de sustancias como

el almidón. Ellos son una de las características más

exclusivas de las plantas dado que están ausentes en

células animales, hongos y la mayoría de protistas, razón

por la cual algunos autores consideran que las plantas

debieran definirse como el conjunto de seres vivos que

poseen plastidios. Los tipos de plastidios existentes son:

cloroplastos (Figura 4.5D), amiloplastos, elaioplastos,

cromoplastos y leucoplastos. Los precursores de todos

ellos se denominan proplastidios y están presentes en

células en proceso de diferenciación. Los plastidios

pueden crecer, alterando la composición de sus

membranas y se reproducen por procesos similares a una

fisión binaria.

Los cloroplastos son los plastidios más

conspicuos (Figura 4.10) y están encargados de la

fotosíntesis. Poseen ADN propio, una doble membrana y

un sistema de endomembranas aplanadas, discoideas,

llamadas tilacoides, las cuales se agrupan formando

apilamientos denominados granas. Además, poseen

ribosomas parecidos a los de los microorganismos

procariotas, lo cual constituye, junto a las características

recientemente mencionadas, evidencia de su origen como

consecuencia de un evento endosimbiótico ancestral.

Es posible que los cloroplastos almacenen gotas

lipídicas y almidón, siendo éste el producto directo de la

fotosíntesis mediada por clorofilas a, b y pigmentos

accesorios del tipo carotenoide. Al interior de los granas

se acumulan iones H+ contra su gradiente debido al flujo

de electrones por la membrana tilacoidal, la cual posee

abundantes proteínas transmembranales que se ubican

diferencialmente según su función. La síntesis del

almidón se lleva a cabo por enzimas que se encuentran

solubles en el estroma del cloroplasto y es posible que se

acumule dentro de él si la tasa de producción es mayor

que la de consumo o exportación. Cuando una planta

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crece en oscuridad, los proplastidios foliares desarrollan

etioplastos, plastidios que almacenan un precursor de la

clorofila que es amarillo. Al ser expuestos a luz, se

induce su transformación en cloroplastos.

Los amiloplastos (Figura 4.11), almacenan los

productos de la fotosíntesis en forma de almidón,

preferencialmente en los órganos que no hacen

fotosíntesis, como las raíces. En su interior se depositan

grandes granos de almidón que prácticamente llenan todo

el estroma. Los leucoplastos carecen de pigmentos y su

función es sintetizar lípidos que exportan a otras partes

de la célula. Pueden diferenciarse en cloroplastos tras la

exposición a la luz. Otra aparente función de estos

plastidios es almacenar hierro, lo cual llevan a cabo

debido a la proteína fitoferritina, que también puede estar

presente en cloroplastos y amiloplastos. Los

cromoplastos guardan pigmentos diferentes de las

clorofilas y son particularmente abundantes en órganos

reproductores como flores y frutos. Pueden originarse por

transformación de cloroplastos y los pigmentos que

almacenan son de tipo lipídico, carecen de granas pero

poseen un sistema membranal ondulado que puede

contener los pigmentos, los cuales también pueden estar

en gotas denominadas plastoglóbulos.

4.9. La provisión de moléculas energéticas se lleva a

cabo en las mitocondrias.

Las mitocondrias (Figuras 4.5B y 4.12C), son unos

organelos muy plásticos y móviles, cuya forma y tamaño

varían considerablemente entre las células vegetales

según el estado funcional de ellas. Son capaces de

fusionarse y dividirse de nuevo, poseen su propio ADN y

se caracterizan por estar limitadas por dos membranas,

siendo la interna muy típica por poseer unos pliegues

internos denominados crestas, que aumentan su

superficie. Estos organelos se originaron aparentemente

por un proceso de endosimbiosis entre una proteobacteria

y una bacteria anaeróbica del tipo arqueobacteria, ambas

de vida libre que poseían su propio ADN y ribosomas. En

las mitocondrias actuales la mayoría de sus proteínas son

codificadas en el núcleo de la célula vegetal y no por su

propio ADN. En el interior de la mitocondria existe una

matriz mitocondrial, que es el contenido interno análogo

al estroma de los cloroplastos. En ellas se lleva a cabo

importantes procesos metabólicos, como la respiración

con la consecuente oxidación de los alimentos para

producir el ATP. Esta oxidación es mucho más eficiente

que la glicólisis anaerobia, por lo que la aparición de las

mitocondrias supuso un gran avance en la historia natural

de los eucariotas. A menudo ellas están concentradas en

zonas de altos requerimientos energéticos.

4.10. Los microcuerpos son organelos muy dinámicos

en el metabolismo vegetal.

Los microcuerpos son organelos esféricos de 0.5-1.5 µm

de diámetro, están limitados por una sola membrana y

comúnmente se les encuentra asociados al RE y a

cuerpos lipídicos. Carecen de material genético por lo

que todas las proteínas que poseen son importadas, lo

cual se logra porque ellas tienen una secuencia señal que

les permite la entrada a los microcuerpos. Están

involucrados en importantes aspectos del metabolismo

celular, entre los que se destaca la ruptura del peróxido

de hidrógeno (H2O2), que es una sustancia tóxica

producida por la oxidación de sustratos orgánicos por la

enzima catalasa. Dicha ruptura sucede en un tipo especial

de microcuerpo denominado peroxisoma (Figura 4.12B),

el cual está especializado en sostener recciones químicas

específicas, como la mencionada del peróxido de

hidrógeno o las que cataliza la enzima urato oxidasa. A

veces hay tantas copias de estas proteínas en su interior,

que es común encontrar estructuras sólidas, producto de

la cristalización de ellas. Los peroxisomas también están

asociados al metabolismo del ácido glicólico y a la

fotorrespiración, e incluso parece que pueden usar el

H2O2 para oxidar sustancias tóxicas como etanol y

nitritos. Otro grupo de microcuerpos importantes en las

MAGG - Botánica General: Introducción al estudio de las plantas

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plantas son los glioxisomas, que convierten lípidos en

glúcidos debido a la producción de acetil-coA a partir de

dichos lípidos. Los glioxisomas están asociados al

proceso de germinación de las semillas, ya que extraen la

abundante energía almacenada en los lípidos de los

tejidos de reserva, para que la plántula la use en su

desarrollo inicial.

4.11. La vacuola es uno de los organelos más

distintivos de la célula vegetal y posee funciones muy

diversas.

La vacuola es un organelo típico de las células vegetales

y se entiende como una región del citoplasma rodeada

por una membrana simple llamada tonoplasto (Figura

4.5E). Su contenido es llamado savia celular, el cual

consta de agua, azúcares, sales, proteínas, iones, cristales

de oxalato de Ca, entre otras cosas. Cuando la célula es

inmadura hay muchas vacuolas de pequeño tamaño, las

cuales se fusionan para formar una sola y grande vacuola

central en la célula madura, que puede ocupar hasta el

90% del volumen celular. Está involucrada en el

crecimiento de la célula, ya que por el aumento de su

volumen presiona desde adentro (presión de turgencia),

para aumentar el volumen celular. También almacena

diversas sustancias como pigmentos (antocianinas), e

interviene en el rompimiento y reciclaje de

macromoléculas y de componentes celulares viejos.

Algunas sustancias tóxicas de desecho son

permanentemente almacenadas allí, siendo liberadas sólo

cuando la célula se rompe, en lo que se supone es un

sistema de defensa contra los herbívoros. La vacuola

también sirve como regulador de los niveles

protoplásmicos de calcio, un segundo mensajero muy

importante al cual puede almacenar asociándolo a otras

sustancias.

4.12. La célula vegetal posee estructuras

especializadas en el almacenamiento de varios tipos de

sustancias.

Las células vegetales tienen la capacidad de almacenar

una gran variedad de compuestos ya que los vegetales

carecen de sistemas de excreción. Esto quiere decir que

hasta las sustancias de desecho se pueden guardar de

manera indefinida, la mayoría de las veces en la vacuola

central. Sin embargo, también hay estructuras

especializadas en el almacenamiento de sustancias que

serán útiles para la planta, tal como sucede en los

amiloplastos, que son plastidios encargados de almacenar

el almidón que resulta de la fotosíntesis. Otra estructura

especializada en almacenamiento son las gotas lipídicas,

que almacenan sustancias grasas y por su pequeño

tamaño le dan una apariencia granular a la célula.

También han sido llamadas esferosomas y es común

hallarlas en semillas, por ejemplo en la capa de aleurona

de las monocotiledóneas, donde constituyen un

reservorio energético muy importante, de gran utilidad en

el momento de la germinación y durante los primeros

estadios de la plántula.

4.13. Las plantas presentan varios tipos celulares

altamente especializados.

Las células vegetales adoptan numerosas variantes de

forma y función dentro de la planta según el tejido en el

que se encuentren. Se sabe de la existencia de al menos

diez tipos celulares en las plantas (Figura 4.13), los

cuales se describen brevemente a continuación y están

bien ilustrados en el apartado dedicado a los tejidos

(Capítulo 5). El tipo más básico de célula vegetal es el

parenquimático, el cual se caracteriza por poseer una

pared celular delgada, generalmente primaria, aunque

puede haber algunas con pared secundaria; sus células

son poliédricas y adoptan variadas formas. Están

presentes en todo el cuerpo vegetal, razón por la cual se

creyó que sólo servían para constituir la masa corporal, es

MAGG - Botánica General: Introducción al estudio de las plantas

78

decir, para servir de relleno entre los tejidos funcionales.

Sin embargo, se descubrió que se encargan de muy

diversas funciones, como protección, almacenamiento,

conducción, fotosíntesis, reparación y regeneración, e

incluso a menudo acompañan a otras células para

complementar sus funciones según el tipo de tejido. Un

tipo especial de célula de parénquima está conformado

por células fotosintetizadoras, al cual se denomina

parénquima asimilador o clorénquima. Este tejido está

generalmente en las hojas y puede tener dos

presentaciones, el parénquima de células esponjosas y el

parénquima en empalizada.

Otro tipo celular importante es el de las células

meristemáticas, que se caracteriza por poseer pocos

espacios intercelulares y la capacidad de

autorregenerarse. Estas células sólo poseen pared celular

primaria y están restringidas a los meristemos, lugares

del cuerpo vegetal por donde éste crece, generalmente

situados en los extremos de las ramas y las raíces.

También existe en las plantas un tipo de células

especializadas en cubrir el cuerpo vegetal, constituyendo

la <<piel>> de las plantas, por lo que están

especializadas en protección y reciben el nombre de

células epidermales. Entre ellas hay varios subtipos como

las células guardas de los estomas y las células de los

tricomas, los cuales cumplen funciones como la

protección contra herbívoros y el mantenimiento de la

temperatura. Al igual que las meristemáticas, las

epidermales poseen muy pocos espacios intercelulares.

Existe otro tipo importante de células vegetales

que son las que proveen sostén. Entre ellas están las

células de colénquima, que son generalmente alargadas,

con pared celular primaria desigualmente engrosada y no

presentan lignificación. Generalmente se ubican hacia la

periferia de los órganos jóvenes, en cilindros o en parches

o bordes que sobresalen en las venas o en el tallo. El otro

tipo importante de células de sostén son las

esclerenquimáticas, las cuales son de dos tipos: fibras y

esclereidas. Las fibras son muy largas, con pared

secundaria lignificada y a menudo están muertas en su

madurez funcional. Casi siempre están asociadas a tejidos

vasculares, en la corteza de los tallos y en hojas de

monocotiledóneas. Las esclereidas son más variables en

forma, generalmente mucho más cortas que las fibras,

poseen pared secundaria lignificada y algunas mueren en

la madurez. Proveen soporte en tejidos como hojas de

plantas flotantes y en la epidermis de frutos y otros

órganos. Hay varios subtipos de ellas de acuerdo con su

estructura y función particulares, entre las que se destaca

a las artroesclereidas y braquiesclereidas.

Las células conductoras constituyen un tipo

especial muy importante para las plantas. Las traqueidas

son delgadas y alargadas, con punteaduras y pared celular

secundaria lignificada, algunos autores las consideran

como un tipo especial de fibras esclerenquimáticas. Están

muertas cuando son funcionales y su principal función es

el transporte de agua y solutos por el xilema, siendo el

principal sistema conductor de las gimnospermas y las

plantas vasculares inferiores, aunque también pueden

estar presentes en las angiospermas. Los elementos de

vaso son también células conductoras pero más cortas y

anchas que las traqueidas, con paredes celulares

secundarias lignificadas que presentan punteaduras y

perforaciones, están muertas en la madurez y forman

parte del xilema de las angiospermas. Son mucho más

eficintes que las traqueidas para transportar el agua.

Continuando con las células vasculares, es

necesario pasar al floema. Allí se encuentra la célula

cribosa, que es ancha y un poco alargada y forma parte

del floema de las gimnospermas y de las plantas

vasculares inferiores. Su pared celular es primaria, con

áreas cribosas a través de las cuales se comunica con sus

vecinas y carece de núcleo en la madurez. Su función es

la de conducir los fotosintatos desde los órganos que los

MAGG - Botánica General: Introducción al estudio de las plantas

79

producen (fuentes), hasta los órganos que los consumen o

almacenan (sumideros). Junto a ella siempre hay una

célula albuminosa, la cual es alargada y nutre mediante

numerosas conexiones a la célula cribosa, dado que ésta

carece de núcleo. Su origen está en una célula madre

diferente a la de la célula cribosa. El otro tipo celular

vascular altamente especializado en el floema es el

elemento de tubo criboso. Se trata del principal

componente conductor de fotosintatos en las

angiospermas, el cual, además de las áreas cribosas,

presenta placas cribosas en las paredes terminales, por las

cuales se conecta con sus vecinas constituyendo

alargadas estructuras tubulares llamadas tubos cribosos.

En la madurez el elemento del tubo criboso está vivo

pero carece de núcleo y otros organelos, razón por la cual

siempre está asociado a una célula acompañante que

dirige su metabolismo. Ambas células se derivan de una

misma célula madre y sus paredes celulares primarias

están atravesadas por numerosos plasmodesmos que las

conectan ampliamente, lo cual es apenas lógico dada su

estrecha dependencia fisiológica.

BIBLIOGRAFÍA

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Fisiología y bioquímica vegetal. Interamericana

McGraw-Hill, Madrid, España.

Figura de la portada del capítulo

80

Figura 4.1. Células vegetales en un corte transversal del tallo de roble (Quercus sp.). A) Citoplasma con organelos celulares

poco distinguibles, B) pared celular, c) sustancias ergásticas, en este caso cristales en forma de drusas.

81

Figura 4.2. Pared celular vegetal (fotografía electrónica de transmisión). A) Plasmodesmos, B) dictiosoma, C) espacio

intercelular (barra = 500 nm). Foto en dominio público por cortesía de Dartmouth Electron Microscope Facility, Dartmouth

College.

Figura 4.3. Variaciones en el grosor de la pared celular. A) Las células de las fibras del esclerénquima forman parte de un

tejido de sostén por lo que poseen paredes muy gruesas y un lumen citoplasmático reducido, B) las células de parénquima

poseen gran volumen celular y paredes muy delgadas. La foto es de un corte transversal del tallo de roble (Quercus sp.).

82

Figura 4.4. Representación esquemática de la bicapa lipídica que conforma las membranas plasmáticas de los eucariotas.

Los fosfolípidos son representados con una <<cabeza>> redondeada polar y unas <<colas>> onduladas hidrófobas. Hay

además proteínas transmembranales que abarcan todo el ancho de la bicapa, así como también proteínas periféricas. Es

común que tanto las proteínas como los lípidos tengan adheridas moléculas de glúcidos, constituyendo las glicoproteínas y

los glicolípidos, respectivamente. (Figura modificada de https://opentextbc.ca/anatomyandphysiology/chapter/the-cell-

membrane/ con licencia CC BY 4.0).

Figura 4.5. Célula vegetal de maíz vista mediante microscopía electrónica de transmisión (MET). A) Núcleo con nucléolo,

B) mitocondrias, C) pared celular en cuya superficie interna yace la membrana plasmática, D) cloroplastos con granos de

almidón, E) vacuola. Foto de http://library.thinkquest.org/3564/gallery.html.

83

Figura 4.6. Detalle de una célula vegetal fotografiada con microscopía electrónica de transmisión. A) Plasmodesmo en la

pared celular, B) dictiosomas apilados (barra = 50 nm). Foto en dominio público por cortesía de Dartmouth Electron

Microscope Facility, Dartmouth College.

Figura 4.7. Formación de la placa celular en citocinesis. A) Núcleo de célula hija luego de mitosis, B) placa celular

formada por la fusión de vesículas (barra = 500 nm). Foto en dominio público por cortesía de Dartmouth Electron

Microscope Facility, Dartmouth College.

84

Figura 4.8. Ribosomas adheridos al retículo endoplásmico en una célula de la raíz del maíz. Los ribosomas están

firmemente adheridos a la superficie externa del RE y sintetizan proteínas que serán dispuestas en su configuración

tridimensional adecuada en el RE. Foto de C. Hawes.

Figura 4.9. Micrografía electrónica de transmisión de un par de flagelos del alga verde Chlamydomonas. Se aprecia la

disposición 9+2 de los microtúbulos (barra = 30 nm). Foto en dominio público por cortesía de Dartmouth Electron

Microscope Facility, Dartmouth College.

85

Figura 4.10. Fotografía al microscopio de luz de células foliares de elodea. Se observa una gran cantidad de cloroplastos,

algunos de ellos arrastrados por las membranas plasmáticas que se encogen por el fenómeno de plasmólisis (flechas).

Figura 4.11. Amiloplastos en la raíz y tallo. Dado que las raíces son usadas a menudo como órganos de almacenamiento, es

notable la presencia de células de parénquima con granos de almidón, como en el ranúnculo (A). En tallos almacenadores

también hay amiloplastos, como sucede en la papa (B).

86

Figura 4.12. Detalle de una fotografía electrónica de transmisión mostrando la cercanía entre la mitocondria (A), el

peroxisoma (B), el cloroplasto (C) y la vacuola (D). Esta cercanía física entre estos organelos está justificada por su elevado

grado de interacción fisiológica.

Figura 4.13. Diferentes tipos de células vegetales. A) Células conductoras del floema (la estrella marca células

acompañantes), B) xilema, C) elemento de vaso del xilema, D) traqueidas, E) células epidermales, F) células

meristemáticas, G) parénquima en empalizada, H) parénquima esponjoso, I) parénquima almacenador, J) fibras de

esclerénquima, K) esclereida.