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Capítulo I

oniosOaxaca es históricamente importante porque ha sido cuna de personalidades desta-

cadas como Benito Juárez, Ricardo Flores Magón Porfirio Díaz y Matías Romero, entremuchos otros, quienes por sus acciones para la sociedad, son recordados en la actu-alidad. Este capítulo ofrece escritos de historiadores, investigadores, cronistas o pe-riodistas que exponen, además de sucesos de la historia local, ideas y pensamientos quehan influido en el desarrollo de la comunidad.

● Atraso en la Instrucción Pública.● La Chinantla desde la Independencia.! Matías Romero.● El Prisionero de Tenango.! Ataque de los serranos a Oaxaca.

● Los últimos momentos del General.Manuel García Vigil.

● El origen del Sindicato Nacional deMaestros fue Guelatao.

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Atraso en la instrucción pública(Fragmento)

Benito Juárez *

En las escuelas de primeras letras de aquella época no se enseñaba la gramática caste-llana. Leer, escribir y aprender de memoria el Catecismo del Padre Ripalda era lo queentonces formaba el ramo de instrucción primaria. Era cosa inevitable que mi educaciónfuese lenta y del todo imperfecta, Hablaba yo el idioma español sin reglas y con todoslos vicios con que lo hablaba el vulgo. Tanto por mis ocupaciones como por el mal métodode la enseñanza, apenas escribía después de algún tiempo en la 4a. escala en que esta-ba dividida la enseñanza de escritura en la escuela a que yo concurría. Ansioso de con-cluir pronto mi rama de escritura pedí pasar a otro establecimiento creyendo que de estemodo aprendería con más perfección y con menos lentitud. Me presenté a Dn. José Do-mingo González, así se llamaba ni nuevo Preceptor, quien desde luego me preguntó ¿enqué regla o escala estaba yo escribiendo?: le conteste que en la 4a. Bien, me dijo, haztu plana que me presentarás a la hora que los demás presenten las suyas.

Llegada la hora de costumbre presenté la plana que había yo formado conforme a lamuestra que se me dió pero no salió perfecta porque estaba yo aprendiendo y no era unprofesor. El maestrose molestó y en vez de manifestarme los defectos que mi plana teníay ensenarme el modo de enmendarlos sólo me dijo que no servía y me mandó castigar. Es-ta injusticia me ofendió profundamente, no menos que la desigualdad con que se dabala enseñanza en aquel establecimiento que se llamaba La Escuela Real, pues mientrasel maestro en un departamento separado enseñaba con esmero a un número determina.do de niños, que se llamaban decentes, yo y los demás jóvenes pobres, como yo, estábamos relegados a otro departamento, bajo la dirección de un hombre que se titulaba Ayu-dante y que era tan poco a propósito para enseñar y de un carácter tan duro como elmaestro.

Disgustado de este pésimo método de enseñanza y no habiendo en la ciudad otroestablecimiento a que ocurrir, me resolví a separarme definitivamente de la escuela y apracticar por mi mismo lo poco que había aprendido para poder expresar mis ideas pormedio de la escritura aunque fuese de mala forma, como lo es la que uso hasta hoy.

* Nació el 21 de marzo de 1806 en San Pablo Guelatao. Fue Gobernador Constitucional de Oaxaca y Presi-dente de la República. Murió el 18 de julio de 1872.

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Entretanto, veía yo entrar y salir diariamente en el Colegio Seminario que había enla ciudad, a muchos jóvenes que iban a estudiar para abrazar la carrera eclesiástica, loque me hizo recordar los consejos de mi tío que deseaba que yo fuese eclesiástico deprofesión, Además, era una opinión generalmente recibida entonces no sólo en el vulgo,sino en las clases altas de la Sociedad, de que los clérigos, y aún los que sólo eran estu-diantes sin ser eclesiásticos sabían mucho y de hecho observaba yo que eran respetadosy considerados por el saber que se les atribuía. Esta circunstancia más que el propósitode ser clérigo para lo que se sentía una instintiva repugnancia me decidió a suplicarlea mi padrino, así llamaré en adelante a Dn. Antonio Salanueva porque me Ilevó a confir-mar a los pocos días de haberme recibido en su casa, para que me permitiera ir a estudiaral Seminario ofreciéndole que haría todo esfuerzo para hacer compatible el cumplimientode mis obligaciones en su servicio con mi dedicación al estudio a que me iba a consagrar.

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Como aquel buen hombre era, según dije antes, amigo de la educación de la juven-tud, no sólo recibió con agrado mi pensamiento sino que me estimuló a llevarlo a efecto,diciéndome que teniendo yo la ventaja de poseer el idioma zapoteco, mi lengua natal, po-día conforme a las leyes eclesiásticas de América, ordenarme a título de él, sin necesidadde tener algún patrimonio que se exigía a otros para subsistir mientras obtenían algúnbeneficio. Allanado de ese modo mi camino entré a estudiar gramática latina al Seminarioen calidad de capense el día 18 de octubre de 1821, por supuesto sin saber gramáticacastellana, ni las demás materias de la educación primaria. Desgraciadamente no sóloen mí se notaba ese defecto, sino en los demás estudiantes generalmente por el atrasoen que se hallaba la instrucción pública en aquellos tiempos.

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Crónica

La Chinantla desde la Independencia(Fragmento)

Publicado par el INI

Esta época comienza con los sucesos de la independencia de México de España.Aquí se dan a conocer los distinos acontecimientos que sucedieron en la Chinantla, apartir de ese momento hasta el presente,

Los combates y sucesos relacionados con la Independencia Nacional no fueron muyintensos en la región chinanteca, puesto que la zona serrana estaba muy incomunicaday los pueblos de la parte baja no tenían poblaciones demasiado numerosas. Uno de lospocos enfrentamientos ocurrió el 30 de julio de 1816, cuando las tropas insurgentes delGeneral Mier y Terán, desalojaron a los soldados realistas que estaban en Ojitlán. Perola mayor parte de los conflictos en la zona se orientaron hacia la estratégica localidad deTuxtepec, cuya población en esta época ya era mayoritariamente mestiza.

Nuevamente le tocó sufrir a Ojitlán durante la intervención francesa de 1866, puestoque un batallón de austriacos incendió varias casas y destruyó parte de la villa. Se sabeque en esta ocasión los pueblos serranos participaron activamente en la lucha contra losinvasores. Entre ellos se destacó Quiotepec, cuyos habitantes combatieron bajo el mandode Agustín Castillo.

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En 1876 un grupo de personas se reunieron en Ojitlán y se pronunciaron en contradel gobierno federal de Lerdo de Tejada. La proclama de los rebeldes se llamó Plan Revo-lucionario de Tuxtepec; uno de cuyos objetivos era combatir el reeleccionismo presiden-cial. A pesar de que las tropas del gobierno ocuparon Ojitlán, no se sabe que los poblado-res de la parte baja hayan participado en el movimiento. En cambio los chinantecosserranos, quienes junto con los zapotecos integraron el batallón de Ixtlán, apoyaron acti-vamente el Plan.

Años después, en 1884, los problemas políticos volvieron a conmocionar a Ojitlán,El Presidente Municipal de la villa, Lino Ferrer Pantoja, había sido reelecto varias vecesapoyado por su hermano, que era el Jefe Político del Distrito. Cansados de las reeleccio-nes deshonestas los pobladores se rebelaron contra él, y sus seguidores, ejecutándolosa pesar de que se habían refugiado en el templo. De esta manera los habitantes de Ojitlándemostraron su voluntad de que se respetara el sufragio popular.

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Crónica

Matías Romero(Fragmento)

Harry Bernstein *

Matías Romero tenía solamente veinte años de edad, cuando se prendió la chispaliberal en 1857. Había crecido durante los años en que Antonio López de Santa Anna ha-bía hecho su propia historia personal deshaciendo casi la historia de México como na-ción. Nació en 1837;

Nativo de la antigua Oaxaca, en el sur de México, Romero era un campesino, viejoamigo y compañero de dos presidentes de México, Benito Juárez y Porfirio Díaz, ambosoaxaqueños también, Aunque su niñez y sus arios de formación transcurrieron cerca delas grandes ruinas, monumentos y construcciones arqueológicas de una extraordinariacivilización anterior a la Conquista, Matías Romero sufrió muy poco estas influencias.

Debió mucho más, sin embargo, a la sociedad hispano-europea de México en la quehabía nacido. Era criollo y liberal; no atribuyó la libertad nacional o el progreso de Méxicoa su pasado o a su presente indígenas. Romero pensaba y trabajaba por un futuro de Mé-xico republicano, con espíritu de negocios, moderno y de propietarios.

* No se encontraron datos del autor.

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Matías Romero no recurrió al pasado indígena, como los arqueólogos, ni desprecióo explotó a los indios mexicanos de la época. Producto de la civilización occidental ensus valores políticos y culturales, fue realmente un mexicano completo por su lealtad. De-fendió al indígena de las críticas, descubriendo en la raza nativa capacidades tanto deciudadanos como de trabajadores. No hizo hincapié en la inmigración. Nunca creyó enel positivismo antiindígena que distinguió al siglo XIX.

Oaxaca era un estado que nunca estuvo alejado de su espíritu, sin importar cuán le-jos viajara después. Los intereses regionales nacionales y aun hemisféricos siempre estu-vieron presentes en él Sus padres estaban allí, así como sus tíos, hermanas, hermanos,maestros, políticos amigos de toda la vida, sus tierras cafetaleras e inversiones, Oaxacale dio el sentido regional del sur de México.

Las ideas y los puntos de vista en Oaxaca durante el siglo XIX, cuando Romero asis-tió a la escuela, se orientaban lentamente hacia reformas legales y educativas, iniciadasen el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca. A este famoso Instituto asistieron BenitoJuárez, Porfìrio Díaz, Matías Romero, Ignacio Mariscal, y casi todos los oaxaqueños queposteriormente ganaron fama nacional en la capital mexicana.

El Instituto secular de Ciencias y Artes de Oaxaca produjo toda una generación cuyoesfuerzo, fidelidad, luchas e inteligencia estimularon a Matias Romero para trabajar parasí y para su país mejor de lo que lo habría hecho solo. Esa “sociedad de alumnos” lomantuvo alerta y en actividad toda su vida. Los graduados del Instituto de Oaxaca podíancompararse con los alumnos de una generación posterior de la famosa “Prepa” de la ciu-dad de México (la Escuela Preparatoria), a pesar de que ésta era sólo de estudios supe-riores,

Los jóvenes de Oaxaca fueron amigos de Romero de toda la vida, A través de estospaisanos, Oaxaca formó siempre parte de Romero, como lo eran sus padres y familiares.El Instituto de Ciencias y Artes abrió también permanentemente su inteligencia para laeducación y lo previno contra el dogma organizado y la Iglesia Católica. Cuando tuvo másedad, a su vez, auspició y financió la instrucción de una generación de niños en la ciudadde México, Cuando murió era el principal benefactor de una escuela para niñas negrasen Virginia.

Los archivos familiares y de negocios indican que los Romero, aunque no eran ricosni seguramente formaban parte de la aristocracia terrateniente, tenían (y adquirieronmás) propiedades y rentas en diferentes partes de Oaxaca. Recibían algunas rentas yprestaban dinero. Romero, aun antes de ser abogado, ayudó a su padre en la administra-ción de sus negocios. Por lo menos manejo algunos de los documentos y archivos familia-res. Por ésto Romero hizo su primer viaje a la ciudad de México en 1854, probablementecon su padre, antes de que regresara en 1855 para quedarse.

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El joven Romero aplicó su atención y su interés desde temprana edad a los asuntospúblicos de México, especialmente a las relaciones internacionales y a los asuntos ex-tranjeros. Su horizonte se amplió. Coleccionó y guardó las estadísticas de derechos adua-nales, recogidas de todos los puertos mexicanos, dinero que entonces se destinaba a pa-gar la deuda de Londres. No es claro cómo desde un panorama provinciano se interesóen el mundo internacional. Cuatro paginas de documentos con una proposición de Rome-ro para pagar la deuda inglesa, fueron dirigidas al Gobierno Supremo de México y a laSecretaría de Hacienda. No están firmadas, pero están escritas con letra inequívocamen-te suya. Una es obviamente una copia que conservó para sí; está fechada en la ciudadde México, en enero de 1854.

Romero había sido exento del servicio militar para poder hacer su viaje a la ciudadde México. En la Capital, Romero no causó impresión en nadie del gobierno de Santa An-na. Tuvo que posponer hasta su segundo viaje en 1855 cualquier intento para obtenerun empleo en el gobierno federal. En una de sus primeras cartas, Romero decía que elu-diría una carrera militar, aun cuando fuera obligatoria y fuese reclutado, con el propósitode dejar abierta la puerta a la carrera civil que tenía proyectada,

Con su mente puesta en la diplomacia, la deuda nacional y los asuntos extranjerostal vez desde 1853 y 1854 (tenía solamente 16 años), Romero debió haber empezado apensar en el atrevido proyecto que iba a emprender abiertamente el año siguiente: sudesignación para la legación de México en Londres. Entre sus primeras cartas hay variaspáginas con glosas y comentarios margínales sobre el tema de la Convención de Recla-maciones entre los Estados Unidos y Gran Bretaña en 1854.

Los comentarios de Romero están en inglés, por lo que parece que fueron escritospor lo menos después de 1855, cuando empezó a aprender inglés, y probablemente enlos sesentas, cuando se familiarizó con él, Las Cartas son sus primeras opiniones escritassobre derecho internacional. Poco después escribió su primer libro sobre ese tema, yaños más tarde, sostuvo discusiones y correspondencia con Carlos Calvo, distinguido di-plomático argentino amigo suyo, autor de La Doctrina Calvo.

En 1855 Romero vino a México para quedarse. Dejó en Oaxaca sus interés juvenilen la poesía y en las bellas artes, en las platicas de filosofía, y en los argumentos idealis-tas sobre política mexicana. El derecho, la diplomacia y su carrera lo absorbieron. Tam-bién dejó muchos compañeros y amigos jóvenes quienes una vez compartieron con élestas tempranas inquietudes intelectuales, Sus cartas a Romero en México muestrancuánto lo echaban de menos cuando dejó Oaxaca. Su tono es profundamente romántico,propio de una época en que se hacía hincapié en la juventud y la melancolía, la edad delitaliano Mazzini, del inglés Byron y del argentino Esteban Echeverría -estilos de expre-sión que Romero compartía en ese tiempo- y que luego superó definitivamente. Su me-jor amigo, Luis Bolaños, era su camarada y byroniano espiritual.

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Alfonso Saavedra Cruz *

Eran las ocho de la noche del 22 de agosto de 1916,cuando hacían su arribo a la estacióndel Dos de abril los trenes cargados de “villistas”, que venían a ponerse a las órdenesdel general Jesús Agustín Castro, gobernador y comandante militar en el Estado. Estoscontingentes los componían las brigadas “integridad nacional” a las órdenes del generalJosé Isabel Robles y la “Cervantes”, cuyo jefe nato era el general J. Trinida Cervantes,quien radicaba en Puebla y no fue actor en los acontecimiento posteriores, ya que porentonces la corporación se encontraba al mando del general Dionisio García.

Nadie desconoce la traición de estos elementos ni los esfuerzos del general Castropara hacerlos recapacitar de sus actos. De esta detección tengo a la vista un folleto escri-to por el mayor Luis Espinosa, testigo presencial de los hechos, pero desgraciadamenteprevalece en él la pasión sectaria y una continua alabanza para el general Castro, alaban-za que en verdad lo perjudica en vez de enaltecerlo. Se lanza el mayor Espinosa en ata-ques contra los habitantes de la ciudad, demostrando con ello una supina ignorancia res-pecto a la situación que prevaleció durante el periodo de la Soberanía y pasa por altodolorosamente quiza, la forma en que el pueblo oaxaqueño recibió al Divisionario Duran-guense en abril del mismo año; quienes vivimos esas épocas sabemos que miente el ma-yor Espinosa, sin embargo, pasemos por alto sus errores en obsequio a su memoria, yaque no es desconocida la forma en que murió en los pasillos de la cámara de Senadores,el señor Luis Espinosa.

* Nació en Pinotepa Nacional, Oaxaca, en el año de 1895. Periodista, fue colaborador del periódico ElChapulín. Murió en el año de 1983.

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Crónica

El prisionero de Tenango

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Consumada la detección de los contingentes villistas y ya aliados éstos con las fuer-zas serranas que comandaba el licenciado Guillermo Meixueiro, sucediéronse a conti-nuación las acciones de armas de Las Sedas, primero, y de Etla, después; lugar en queel combate duró tres días consecutivos, durante los cuales la victoria estuvo indecisa; tan-to valor desplegaban los “villistas”, como resistencia los carrancistas. Dos veces estuvi-mos a punto de ser copados con la máquina 264 y el tren que remolcaba, una en Hacien-da Blanca y otra en El Mogote. Este tren lo manejaba la tripulación especial que del Istmotrajo el general Castro, la cual estaba integrada por Benito Méndez, maquinista, BartoloNolasco, fogonero, un conductor y dos garroteros cuyo nombre no recuerda el que estoescribe y que era el único ajeno a aquella tripulación; los demás trenes estaban del ladonorte de la estación de Etla y no podían pasar al sur, ya por la intensidad del combateo como supimos después, por falta de combustible.

En esta función de armas desempeñó un papel importantísimo el cañón “El niño”cuyos certeros disparos hicieron que los serranos desalojaran las bóvedas del templo deSan Pablo Etla -el que a la fecha tiene una de sus torres incompletas a causa del impac-to de la granada- y después en el lugar denominado “La coronilla” -una loma sin árbo-les en sus flancos y solamente ornada la cresta por un círculo de encinas- el que fuebarrido por los disparos de esta pieza,

La traición de los “villistas” no nos obliga a desconocer su valor pues hubo gruposmontados que llegaron hasta la misma vía, ya haciendo descargas, ya reboleando la rea-ta para lazar a los soldados carrancistas, pero por desgracia de ellos, se habían aliadocon el peor elemento, pues ignoraba el general Robles y los suyos que el serrano no erabuen soldado, únicamente guerrillero, bueno en su terreno, no elemento para accionescampales; desconoce la disciplina militar y no fácilmente se sujeta a ella. Peleaba en gru-pos aislados bajo el mando de los jefes que se nombran y le tenla un miedo cerval a lasametralladoras a las que llamaba “maquinita”. ¿Qué ayuda efectiva podían prestarle enestas condiciones a sus aliados, teniéndose que enfrentar atropas fogueadas? Absoluta-mente ninguna.

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A las tres de la tarde del tercer día de combate, llegaba el general Austreberto Casta-ñeda con las tropas yaquis y tomando contacto con el enemigo que estaba cansado ydiezmado también resolvieron la acción de armas a favor de las fuerzas constitucionalis-tas: serranos y “villistas” se replegaron a la serranía, Las armas gobiernistas se hablancubierto de gloria dice el mayor Espinosa; no discute nadie que también los muertos secubren de gloria pues la brigada “Ocampo”, la “Navarrete” y la “Leales de Tlanepantla”hablan sido casi aniquiladas y sus bajas se encontraban sepultadas en zanjones hechosfuera del panteón de Etla.

Pasaron los días, una tarde, a eso de las tres, salimos con un tren militar tripuladopor Luis Montiel Ortega, Antonio Ramírez Tejada, Luis Soriano, José Salgado, Panchoel Negro y el que escribe, rumbo a las Sedas, llegado a este punto descendieran las tro-pas y tomando a un guía se dirigieron a Tenango. Por el jefe de estación supimos queiban atraer al general José Isabel Robles, al que tenían prisionero los de ese pueblo, queel mismo general estaba enfermo y herido; pasaron dos días con sus noches y hasta eltercero como a las cinco de la tarde regresaba la columna, trayendo en una parihuela deramas al prisionero, con quien, una vez a bordo, partimos para Oaxaca.

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No se hizo esperar el Consejo de Guerra, el cual sentenció a la última pena alprisionero, el que estaba herido de un balazo en la asentadera derecha, herida que sele habla infectado por falta de atención médica, más aún estaba atacado de tifo; esto nofue óbice para que en el Campo de Marte -Colonia Nueva- fuera pasado por las armas.

Así quedaba epilogada la defección del general Robles y los suyos; los “villistas”que quedaron por la serranía deben haber regresado al centro del país, atravesando lasierra; nadie supo nada de ellos, sólo quedó la memoria de su inútil traición; sólo quedóel recuerdo de que los serranos no eran invulnerables, su acometividad quedaba relega-da a un plano del todo inferior, seguían siendo muy buenos “venaderos” y nada más.Mientras, en Tenango, no deja de contarse de generación en generación la forma en quefue hecho prisionero el general “villista”.

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Crónica

Ataque de los serranos a Oaxaca(Fragmento)

Guillermo Rosas Solaegui *

Se iniciaba el año de 1924 en Oaxaca, en plena rebelión contra el gobierno delcentro que presidía el General Obregón.

El Gobernador del Estado, General Manuel García Vigil y el Comandante Militar, Ge-neral Fortunato Maycotte, conjuntamente habían desconocido al régimen imposicionistadel manco de Celaya, por medio del Plan de Oaxaca, el 13 de diciembre de 1923, combi-nados con las fuerzas de los Generales Enrique Estrada, de Jalisco y Guadalupe Sán-chez, de Veracruz, con miras diferentes al movimiento encabezado por don Adolfo de laHuerta, aunque con igual propósito, el de derrocar al gobierno de Obregón, estaban aten-tos a la situación militar de la República, sintiendo en carne propia los primeros revesesde Puebla y Esperanza.

* Nació el 11 de junio de 1897 y murió el 2 de marzo de 1979. Algunas de sus obras son: OaxacaMusical, Multicosas de Oaxaca, Anecdotario de Oaxaca, Un hombre en el tiempo y Carrouse/ Recuerdo.

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Las noticias que se captaban, eran casi todas desfavorables para el movimiento, porla falta de unidad de mando y de cohesión, no sólo en lo que correspondía a la trilogíade los Generales mencionados, sino también en lo tocante a los elementos Delahuertistas.

Se esperaba también en la ciudad de Oaxaca, que las fuerzas serranas al mando delos Generales Onofre Jiménez, Ezequiel Santìllán y Ezequiel Santiago, atacaran la plaza,ya que estos elementos así lo habían ofrecido al Gral. Obregón, brindándole adhesión asu gobierno.

Se había dicho tanto de este ataque, sin que se observaran preparativos por partedel enemigo, que ya no se creyó en que se realizara y así transcurrieron los primeros díasdel mes de enero.

Recuerdo que la noche del día 11, el General juchiteco Cándido López Lucho, el cha-to Luis Mendoza Macaulay, Recaudador de Rentas de Juchitán, yo y dos amigos más,tomamos unas cervezas en la cantina “La Fama” de Matías Rosas Espejo, Pasadas lasveintitrés horas, después de charlar largo y tendido, iniciamos la marcha a nuestros domi-cilios para recogernos, coincidiendo todos por el mismo rumbo, pero al llegar al jardín deSan Pablo, hicimos un alto para continuar el palique, sentándonos en una de las conforta-bles banquitas de dicho parque, continuando la charla animada, hasta que cerca de lasdos de la mañana del nuevo día 12 nos retiramos del jardín, Y lo hicimos en atención aque el chato Mendoza y López Lucho tenían que salir a las cinco horas para el Istmo, co-duciendo vestuario y equipo para las fuerzas juchitecas de este último, pues de no habersido así, hubiéramos continuado quizá hasta aclarar el día, en el mismo sitio.

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A las cuatro horas se escuchó una tupida balacera por el rumbo de mi casa, Me des-pertó mi señora madre. Soñoliente le dije: son cohetes. . . pero no. . . eran las huestesserranas que se cruzaban tiros con nuestros elementos del cuartel de caballería y los re-tenes o avanzadas del rumbo.

Me vestí con la precipitación que se requería; tomé mi carabina y esperé la oportuni-dad para salir, la que no se hizo esperar mucho, pues minutos después al amainar el tiro-teo, llamaron a la puerta de mi casa, un grupo de compañeros y amigos vigilistas, entrequienes figuraba Carlos I. Serrano, joven sinaloense, que hacía veces de ayudante delgobernador García Vigil (político importante tiempo después).

Salí de mi trampa. Seguí con ellos por las calles de Morelos, doblando por 5 de mayo,hasta llegar a la esquina del Teatro Alcalá aprovechando una tregua.

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Pudimos apreciar en nuestro trayecto, que muchas armas se encontraban tiradas enlas calles del 5 de Mayo a partir de la cárcel de Santa Catarina. ¿Qué había pasado?. . .Sencillamente, se había confiado la guardia de dicha prisión a un grupo de politiquillosde esos de relleno del entonces Partido Liberal Constitucionalista (Pélece) al mando delcharro Marín, que era famoso de pico y bravucón, pero que a la hora de la hora se le arru-garon los pantalones, abandonando con rapidez juntamente con los elementos a sus ór-denes, su puesto, tirando armas, parque y todo aquello que pudiera comprometerlos, ensu recorrido, evadiéndose como consecuencia todos los reclusos de la prisión, entre quie-nes estaba el famoso “Indio Bonito”, Mayor del Ejército, norteño, autor de uno de los crí-menes más horrendos que se haya cometido en Oaxaca, el que fue muerto ese mismodía, por unos indios de un poblado cercano a la ciudad, sin saber éstos de quién se trata-ba, cumpliéndose así, una vez más la sentencia de que “el que a hierro mata a hierromuere”.

Lo mismo había ocurrido con otros politiquillos más que dizque guarnecian al PalacioMunicipal, el Hospital Militar y otros lugares considerados como oficiales.

En la citada esquina, se nos incorporó, el licenciado Federico Héctor Mijangos y otroamigo cuyo nombre no recuerdo, que trabajaba en la sucursal del Banco Nacional deMéxico.

Allí se nos informó por otros congéneres, que los serranos hablan sorprendido dur-miendoa los soldados de las fuerzas del Teniente Coronel Adalberto Lagunas, originariosde Cuanana, Yutadino y otros pueblos de la montaña, que se encontraban de retén oavanzada en la ex-hacienda de Aguilera, exterminándolas, inclusive al sargento, jefe dedicho retén, Juan Ramírez, quien había traicionado a los suyos, pues estuvo proporcio-nando informes al enemigo, desde hacia días; que el gobernador García Vigil, había lo-grado burlar a los serranos al acercarse a su domicilio, frente al Paseo Juárez, abriéndo-se paso entre los mismos, montado a caballo con su asistente, saliendo por la puertatrasera, destanteándolos a los gritos de iViva la Sierra Juárez! IMuera García Vigil!

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Crónica

Los últimos momentos del GeneralManuel García Vigil(Fragmento)

Guillermo Rasas Solaegui

Descendió del tren junto con el Coronel Gómez, para abordar el carro que habría de con-ducirlos de regreso a su punto de partida en el viaje de la muerte.

Nacho Larrazábal que se encontraba allí, le facilitó su catre de campaña a Garcia Vi-gil, teniendo en consideración la incomodidad del carro de segunda y la herida de supierna que no había sido curada, llevándole a la vez un jarro de café con un poco de carnede venado. Agradecido, estrechó la mano de su paisano.

El tren partió al mando del Mayor Ramos y del Capitán Tafoya.

Amanecia. Era el sábado 19 de abril de 1924. El tren hizo alto en las orillas de la po-blación de San Jerónimo. Había llegado la hora.

Descendió el pelotón de ejecución y en seguida el Gral. Barcia Vigil y el Coronel FélixGómez.

El Gobernador de Oaxaca, antes de colocarse en su sitio, se desprendió de su cinto,en el que llevaba su pistola niquelada 38, que portaba aún, gracias a las consideracionesque para él tuvo el General González y la obsequió al Capitán Tafoya.

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El Coronel Gómez, a la vez se desprendió de su cinturón de los conocidos como “cu-lebra” repleto de monedas de oro, hasta la cantidad de $6,000.00, entregándolo al MayorRamos con la súplica de que se remitiera ese dinero a su familia,

El primero en recibir las descargas del pelotón de ejecución fue García Vigil, quienmurió con entereza, firme, vertical, y confiando tal vez en el juicio decisivo de la historia.

El Coronel Gómez, en su último arrebato, botó a distancia su texano, diciendo: iAhí vael sombrero de un hombre! Suplicó en seguida al propio Mayor dar las voces de mando alpelotón de su propia ejecución, y concedido, recomendó a los soldados no tirarle a la cara.

Tocó al Capitán tafoya, dar el tiro de gracia a los ajusticiados.

Los cadáveres fueron envueltos en cobijas nuevas y después de treinta minutos deespera, llegaron los dos ataúdes de madera, de rústica manufactura, en donde fueron de-positados y subidos al tren hasta llegar al panteón de la población en donde se les diosepultura.

El General González al ver frustrados sus deseos de salvar a su amigo y compañeroel Gral, García Vigil, por el drástico y terminante mensaje que le girara el presidente Obre-gón, integró un Consejo de Guerra, q ue dictó la sentencia de muerte, sin la presencia delos acusados, levalentándose el acta respectiva para cubrir las formalidades que exigen lasleyes militares.

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Artículo

El Origen del Sindicato Nacional de Maestrosue Guelatao

(Fragmento)

Florencio Cruz Cruz *

En 1930, a mi ingreso al magisterio en la segunda zona escolar, con algunos intervalosde cuatro a cinco meses, concentraba el cuidadano, profesor Antonio Hernández a supersonal para instruirlo sobre el rendimiento de datos a las dependencias oficiales y dara conocer las nuevas disposiciones, pues era el instructor.

El magisterio aprovechaba la concentración para tratar, en tiempo extra, asuntos deorganización sindical. La zona tenla un reducido número de maestros titulados, en resu-men eran tres: Ismael M. Alavez, José Meixueiro y Pedro García Paz.

Las conferencias de orientación sindical las daba el profesor Pedro García Paz, origi-nario de Yahuiche, Ixtlán, Sus conceptos sobre el papel del maestro los definía con clari-dad, decía: “El maestro es el alma, el promotor del desenvolvimiento de la comunidad,como lo es la piedra angular de un edificio; tiene que ser ejemplo en toda la extensiónde la palabra su papel es sagrado, con dedicación exclusivamente a la enseñanza y pro-testará cuando sienta injusticias. Como es el ejemplo en la comunidad, la piedra angular,como tenemos dicho, tendrá especial cuidado de su comportamiento, en todos los mo-mentos de su vida, en el ejercicio, pensará que es él un ejemplo. Dos tendrá pre-sente: Primero, nunca dará a conocer al santo que adora, como deben hacer las personasque atienden colectividades, así sean diputados, gobernadores o presidentes de la Repú-blica porque la justicia que impartirán la harán bien, sin saber a quien. El sol es para to-dos, el aire y la lluvia. El maestroatiende sin favoritismos. El maestro rural tendrá cuidadoen su forma de vestir, de su baño frecuente, de la hora que ha de tomar sus alimentos,sus horas de dormir y principalmente de su preparación intelectual. El domingo lo dispon-drá para su atención personal y para ejercer sus derechos es necesario que se organiceen sindicato, como lo están los obreros, los ferrocarrileros para exigir el pago justo de sutrabajo y que esté en consonancia con la responsabilidad que tiene a cuestas.

* Nació en Lachatao, Ixtlán, Oaxaca en 1909. Escritor y político. Fue nombrado secretario general demaestros jubilados, estuvo en la sección de agronomía en Guelatao. Como delegado de los zapotecas parti-cipó en el primer problema de preservación de las lenguas indígenas. En 1989 desempenó el cargo de pre-sidente municipal de Lachatao, Ixtlán.Formó parte del consejo de ancianos y fue tesorero de la comisión permantente del CNPI en México.

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Segundo, al maestro se le debe vedar tomar parte en la política gubernamental por-que es exclusiva y sagrada su misión, porque debe ser honesto, honrado y sincero en unapalabra, y al político le caracteriza otra situación: tiene que usar dos caras: una, cuandoestá al frente del pueblo y la otra, cuando está en el puesto como gobernante.”

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