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29© Juan Carlos Negret P. Prohibida la reproducción por cualquier medio (fotocopia, microfilmación, etc.) - www.herramientasygestion.com

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PARA LOS DOCENTES

eL desarroLLo deL Lenguaje escrito desde LoS RAyonES y GARABAtoS hAStA LA ESCRItuRA ALfABétICA LEGIBLE

Es común oír decir que “los niños en sus primeros años no se les debe enseñar a escribir, que están muy chiquitos para eso, que lo mejor es que solo se la pasen jugando, y dejar la escritura para la escuela formal”. Uno de los mayores errores de esta concepción consiste en creer que existe una única manera de escribir que es la que utilizan los adultos cuando usan el código alfabético.

Los trabajos de Emilia Ferreiro y Ana Teberosky, de Germán Mariño en Co-lombia, y en general, las concepciones contemporáneas han puesto en evidencia este error, al señalar que existen muchas formas de escribir en la vida, tanto en las culturas como en el desarrollo, y que esas otras formas por no ser alfa-béticas no dejan de ser escrituras. Y una de esas otras formas es precisamente la escritura infantil.

En el presente capítulo vamos a exponer la aparición y el desarrollo de la escritura infantil, mostrando el proceso, paso a paso, que siguen los niños des-de sus primeros rayones hasta la escritura alfabética y legible, la cual si bien no se alcanza en la primera infancia, debe tenerse en cuenta como horizonte, en una visión continua y articulada, histórica y humana del crecimiento y el desarrollo.

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La escritura antes de la escritura

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PARA LOS DOCENTES 3.1 EL DIBujo DE LAS PALABRAS

Mientras en la primera infancia se desarrolla la palabra hablada, y, simultá-neamente el dibujo y el juego siguen la senda antes señalada, alrededor de los dos años y medio —si hay intervención educativa sistemática— o unos años más adelante —si la intervención es tardía— sucede una experiencia clave en el proceso del desarrollo del lenguaje.

Se trata uno de los momentos más importantes en la historia individual del lenguaje escrito, porque es aquel en que aparece, por primera vez, la escritura infantil propiamente dicha. Consiste en que el niño hace rayones y garabatos considerándolos escrituras, y los lee diciendo que allí —en esos rayones o ga-rabatos— dice tal cual cosa. Este acto es crucial, pues, es el primer dibujo de la escritura, o la primera pintura de la voz como la llamaban los antiguos.

Este hecho, que conocimos en 1998 con los trabajos de Emilia Ferreiro y Ana Teberosky28, y que desde entonces hemos constatado muchas veces, fue señala-do premo ni toriamente por Vygotski quien lo describía diciendo que “el niño garabatea en el papel rayas y puntos indi ferenciados,(aparentemente) carentes de sentido, pero cuando reproduce las frases se tiene la impresión de que las está leyendo al tiempo que señala determinados trazos y sin ningún error, varias veces seguidas, muestra que rayas y puntos determinan dichas frases”29.

Al proceder de esta manera el niño está pasando del dibujo de objetos al de las palabras. El avance radical consiste en que aquí, el niño descubre que no sólo puede dibujar las cosas, sino también el lenguaje.

Este que fue el descubrimiento que llevó a la humanidad al método genial de la escritura fonética, es el mismo que lleva al niño a escribir las letras. Y desde el punto de vista histórico y cultural, tanto en el desarrollo como en la educación, será crucial, pues como lo señala Vygostki, “todo el secreto de la enseñanza del lenguaje escrito radica en la preparación y la organización de este paso natural, ya que tan pronto como se efectúa, a los niños y a la cultura solo les queda como misión ulterior, el de perfeccionarlo”30.

28 Remitimos al lector al libro, que es ya un clásico, en el que Ferreiro y Teberosky exponen por primera vez sus descu-brimientos “Los sistemas de escritura en el niño”(1979).

29 Vygotski, Ibid., Pág.195.

30 Vygotski, Ibid., Pág.187.


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3.2 Las fases de La historia individuaL deL Lenguaje escrito

Presentamos, entonces, el proceso de desarrollo de la escritura propiamente dicha, desde el momento coyuntural de los rayones iniciales hasta la producción de textos alfabéticos plenamente legibles, mostrando uno o varios ejemplos para cada una de las fases.

Conviene aclarar que los textos seleccionados han sido elaborados por niños o niñas pertenecientes a una institución estructurada31 siguiendo los lineamientos de un programa pedagógico definido, pero todos ellos en unas condiciones y con unos requerimientos tan básicos, que permiten creer en la factibilidad de su realización y la posibilidad de su generalización, dentro del marco de las políticas y las intencionalidades adecuadas.

31 Nos referimos a la aplicación del Programa Letras en institu-ciones estructuradas como los jardines sociales de Colsubsi-dio. Ver una referencia extensa de este proceso en la página www.programaletras.com

El desarrollo del lenguaje escrito desde los rayones y garabatos hasta la escritura alfabética legible

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a. Primera fase: De los rayones a las letras convencionales al azar. 2 a 3 años de edad

Los niños y niñas inician la escritura realizando primero rayones trans-versales a la hoja, sin manejo alguno del renglón, a los que les atribuyen un significado a posteriori. Al poco tiempo, estos rayones evolucionan en una serie de rayones horizontales continuos, parecidos a electrocardiogramas, que llamamos garabatos contínuos. Hechos con la intención anticipada y explícita de representar los enunciados con voz y sentido de la lengua oral, que son para nosotros las primeras formas de la escritura propiamente dicha. Posteriormente, por la influencia de los textos culturales, estos garabatos continuos comienzar a cortarse y terminan convirtiéndose en sucesiones de bolitas y palitos, que denominamos garabatos separados. Estos escritos son típicos de párvulos o mediados de prejardín.

De los garabatos se va a pasar a una siguiente etapa en la que, en un esfuerzo por parecerse a las escrituras que existen en la cultura, las grafías comienzan a tener cara de letras; este momento lo hemos llamado el de las pseudoletras.

La etapa termina cuando los aprendices aprenden a discriminar la forma exacta de las letras y a diferenciar estas últimas de otro tipo de grafías, y escri-ben usando una azarosa sucesión de letras convencionales. Esto es típico de finales de prejardín.


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Escrito representativo de la prime-ra fase, con el que inician muchos de los niños y niñas. A pesar de la poca edad de la autora es clara la intención de contar algo, en este caso aquello que le gusta de su jardín. Presenta saltos en cuanto a la coherencia, y no tiene mayor extensión. Precisamente son estas cualidades las que se van a ir puliendo a lo largo del proce-so. Está compuesto por rayones transversales a la hoja, sin ningún tipo de direccionalidad ni dominio del renglón, a los que el niño les atribuye un significado al decir que en ellos «dice» algo.

rayones


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Escrito representativo de la pri-mera fase. Lo más importante es que son dibujos de la voz que tienen la intención de reproducir un mensaje. Está compuesto por garabatos continuos, dispuestos de izquierda a derecha, dentro de los límites del renglón doble. Presenta trazos fluidos, con inten-sidad y anchura constante en una hoja limpia, lo que muestra una buena relación con la escritura.

GARABAtoS ContInuoS


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Escrito representativo de la primera fase. Al igual que el anterior posee intención comunicativa y la co-herencia en los temas que aborda es mayor, al igual que su extensión. Está compuesto por garabatos separados con direccionalidad de izquierda a derecha y de arriba abajo. Aunque aún no domina el renglón normal, es posible ver que sus grafías tienen un tamaño más adecuado.

GARABAtoS SEPARADoS


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Escrito representativo de la mitad de la primera fase, en la que el aprendiz usa grafías parecidas a las letras, llamadas pseudoletras, para escribir una carta a sus abuelos. Es clara la función e intencionalidad del texto y es coherente en los grandes aspectos que aborda. Tienen la extensión mínima que el texto requiere y se adecúa en grandes rasgos al formato de carta.

PseudoLetras


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Escrito representativo del final de la primera fase, en la que los niños y niñas usan letras convencionales al azar. Se trata de una carta escrita por una niña a los policías, que tiene una gran fuerza expresiva. Es coherente en los aspectos que aborda, aunque con pequeños saltos e inconsistencias. Tienen una ex-tensión adecuada y hace uso del renglón normal, con una oración por renglón. Sus trazos, bastante fluidos, muestran una muy buena relación con la escritura.

Letras convencionaLes aL azar


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b. Segunda fase: de las letras al azar a la escritura silábica. 3 a 4 años.

La primera fase concluye cuando, por efecto de la circulación, los aprendices empiezan a inquietarse sobre sus escrituras: en primer lugar, porque saben que no son iguales a las de “los grandes” y, en segundo lugar, porque quieren ya escribir como “los grandes”. Todo se precipita cuando los niños y niñas de una u otra forma, terminan por descubrir que sus escrituras no son iguales a las de los adultos, sobre todo porque no pueden ser leídas por otros. Este es un hito muy importante dentro del proceso, que se puede entender como un desequilibrio cognitivo y emocional que empuja el desarrollo.

Así se inicia la segunda fase del proceso, en la que se pasa de la escritura con las letras convencionales al azar a la escritura con las vocales.

Se trata de un estrategia didáctica particular del Programa Letras, desarrollada a partir de los trabajos de Emilia Ferreiro y Ana Teberosky, en los se induce a los aprendices a escribir silábicamente, es decir, usando una letra por sílaba, pero en este caso, y, específicamente ,la vocal de cada sílaba, procedimiento clave y muy fácil porque lógicamente, las vocales son las que “suenan” dentro de una palabra32. Lo llamamos escritura con las sonantes, y, técnicamente, codi-ficación silábico vocálica.

Es un momento maravilloso del proceso pues permite afianzar a los apren-dices en la escritura, al hacerlos vivir la codificación como algo fácil y diver-tido.

32 Ver una referencia extensa de esta etapa en la página www.programaletras.com


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Escrito que corresponde al final de la segunda fase, en la que el aprendiz escribe con las vocales que corresponden a cada una de las sílabas de las palabras, lo que técnicamente se llama “Código Silábico Vocálico”. Al igual que el texto anterior, se trata de una carta, en este caso escrita por una niña para su madre. Posee intención comunicativa y coheren-cia, aunque presenta pequeños y ocasionales saltos. En este texto particular, es posible comenzar a encontrar ya algunas separacio-nes en las palabras.

ESCRItuRA SILáBICA Con LAS voCALES o sonantes


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c. tercera fase: la introducción de las consonantes. 4 a 5 años

En este momento del proceso los aprendices tienen ya conciencia de estar entrando en un punto crucial del camino que los va a llevar a aprender a escribir alfabéticamente, introduciendo las consonantes en la estructura vocálica que ya han construido.

De esta manera se supera para siempre la falsedad histórica de los métodos tradicionales, presente cuando las maestras, por años, afirmaron que la «eme» con la «a» suena «ma» lo que resulta falso por dos razones: las consonantes, como su nombre lo indican no suenan solas sino «con las sonantes» y por lo tanto, no se pueden separar, en segundo lugar, y en consecuencia, porque si las consonantes suenan acompañadas, no se pueden «olímpicamente» tomar por separado —como hace el método tradicional— para juntarlas una a una con las vocales. Por esa razones, «Eme» con «a» suena «emea», y en consecuencia «la mula ya no lame más la lima».

La introducción de las consonantes propuesta aquí se propicia mediante un conjunto de didácticas que le permite a los niños y niñas, discriminar fonética-mente el sonido de las consonantes —sin partir la sílaba— e introducirla en las palabras, escribiendo con consonantes y vocales.

Los aprendices terminan esta fase escribiendo con código alfabético básico, es decir, con consonantes y vocales, pero sin segmentación de palabras y otros aspectos esenciales para la legibilidad. Estos escritos son típicos de finales de Jardín en el sector privado, o de Transición en el sector público.


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El escrito de Sofia es un ejemplo típico del momento en que se empiezan a introducir las conso-nantes en la estructura vocálica preexistente. La niña usa las consonantes al comienzo, y nos deja ver sus titubeos: buscando escribir «sol» escribe primero «se» y después corrige, y escribe «sol»; pretendiendo escribir «es» pone solo la consonante «s», y, de allí en adelante, ya cansada, continúa escribiendo sólo con las vocales, pues allí está su zona de seguridad.

ESCRIto tRAnSICIonAL SILáBICo-ALfABétICo


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Este escrito de Andrea es típico del momento en que los niños escriben ya alfabéticamente, es decir, cuando han terminado de introducir las consonantes, de manera que su escrito está compuesto de las sonantes y las consonantes. Sin embargo, tiene aún mucho camino por recorrer, ya que no es fácilmente legible. Esto se debe a que no solo no segmenta las palabras y mezcla mayúsculas con minúsculas, sino porque hace encabalgamientos de letras y omisiones de otras. Sin em-bargo se trata de un momento clásico, clave y muy importante del desarrollo escritural.

CóDIGo ALfABétICo InICIAL


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Escrito, un poco más avanzado que el anterior, que corresponde al final de la tercera fase, en la que los aprendices además de usar las consonantes y sonan-tes, empiezan a organizar otros matices de la escritura, como las letras minúsculas de un ta-maño homogéneo siguiendo las pautas del renglón, aunque no tiene segmentación de palabras y muestra todavía mezcla de letras mayúsculas con minúsculas. Ma-neja a grandes rasgos el formato de carta y como los textos ante-riores, presenta trazos fluidos y continuos que demuestran una buena relación con la escritura.

CóDIGo ALfABétICo BáSICo


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d. Cuarta fase: la conquista de la legibilidad. 5 a 6 años.

Después de terminada la tercera fase, los aprendices han logrado escribir alfabéticamente textos extensos, funcionales y con sentido, compuestos por consonantes y vocales, pero con una serie de rasgos que no los hacen fácilmente legibles.

En esta fase del proceso, que ocurre ya en la escuela formal, siguiendo las pautas del Programa Letras, se debe trabajar los «matices de la escritura» como son la segmentación o separación de las palabras, la ortografía de sílabas atí-picas (vocales y consonantes consecutivas), la adecuación del tamaño y sentido de las letras y la minusculización de estas últimas33.

Es el momento del proceso en el cual se pulen estos matices que van a per-mitir que los escritos sean plenamente legibles y, por lo tanto, usables en la vida educativa y social. Es típica de finales de transición en el sector privado, o de primero en el sector oficial.

La exponemos aquí solo como referente para mostrar la continuidad del proceso, aunque es claro que no es una meta para los niños y niñas en su pri-mera infancia.

33 Ver la fase Gamma del Pro-grama Letras para profundizar en estos aspectos.


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Escrito representativo de la última fase. Posee intención comunica-tiva, coherencia en los grandes aspectos que aborda, fuerza expresiva y una muy buena ex-tensión. Está escrito con código alfabético plenamente legible, y muestra dominio de todos los matices de la escritura que garan-tizan la legibilidad: homogenidad en el tipo, caso y tamaño de la letra, segmentación de todas las palabras, incluyendo artículos, y manejo de combinaciones y dip-tongos. Tiene un uso adecuado del renglón ferrocarril y de las mayúsculas, además de poseer trazos fluidos y continuos.

tExto PLEnAMEntE LEGIBLE


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PARA LOS DOCENTES Niños y niñas de los jardines sociales de Colsubsidio - Dabs

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