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Carlos Skliar. Pequeño manual del buen especialista "Pequeño manual del buen especialista"[1] Lo que en la Universidad se produce puede ser todo lo contrario: ninguna reflexión sobre uno mismo, ningún saber o sabor acerca de nuestra intimidad y un cúmulo de contenidos sobre el otro que le definen, le identifican y le encierran en un opaco envoltorio tecnicista que hace de los demás los especialista s. !eque"o manual del buen especialista. # de cómo nos hemos hecho c$lebres, limpios y burgueses hablando de los otros. Dr. Carlos Skliar Este texto no fue escrito !o fui escrito por l. Desde mis tiempos de formaci#n $asta estos d%as $e participado &s#lo por mi culpa& en inf ini tas reunione s' con fer encias' con (re sos' col oqu ios' seminarios' )or nadas' reuniones tcnicas ! (rupos de traba)o de especialistas en al(o !' sobre todo' de especialistas en al(uien. Confieso que !o tambin me $e pensado' $asta $ace poco tiempo' como uno de ellos' como uno de "nosotros". * que no deseo' a$ora mismo' tra+ar una frontera entre lo correcto ! lo incorrecto' lo normal ! lo anormal' el bien ! el mal ,como lo $acen' por otro lado' los especialistas- . Pero $e desistido en estos ltimos meses de toda explicaci#n acerca del otro !' muc$o m/s toda0%a' de toda decisi#n acerca del pasado' presente ! destino peda(#(ico de cualquier otro' as% pensado' como otro' en la educaci#n. Por ello este Pequeño anual del Especialista' un modo de mirarme &a m% ! a nadie m/s que a mi mismo& con una cierta iron%a ! desaprobaci#n por muc$as de las cosas que $e $ec$o por "traba)a r como espe cialista de al (uien" iron%a $acia mis con fer enc ias ' $ac ia los pre mio s rec ibido s' a las reu ni one s entre pares don de concurrimos para 0er quin sabe m/s acerca del otro' a los con(resos donde los otros no est/n. 2ablo s#lo de m%' no quiero crear un nue0o (rupo' una nue0a especialidad' un nue0o ! falso arrepentimien to. 2ablo s#lo de m%. De al(n modo consider' impl%citamente' las enseñan+as de 3uria Pre+ de 4ara contenidas en el si(uiente texto "Pu est o que en la 5ni0ersi dad est amos in0adidos de saberes ! discursos que patolo(i+an' culpabili+an ! capturan al otro' tra+ando entre l ! nosotros una r%(ida frontera que no permi te comprenderle' conocerle ni adi0i nar le6 puest o que en la 5ni0ersidad' la presencia del otro sobre el que se $abla' del otro a quien se estudia ! del que al(o & que suele confundirse con el todo& se conoce pero del que nada se sabe6 puesto que la presencia real del otro es' en la 5ni0ersidad' pr/cticamente nula ! no podemos acercarnos a l para 0er su rostro' escuc$ar su 0o+ ! mirarnos en su mira da' s#lo nos resul tar%a posible percibi r' escuc$ar ! adi0inar al otro' abriend o nuestros sentidos ! $aciendo pensar a nuestro cora+#n sobre la perturbaci#n que en nosotros produce su posible presencia.

Carlos Skliar Pequeño Manual Del Especialista

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Carlos Skliar. Pequeo manual del buen especialista

"Pequeo manual del buen especialista"[1]Lo que enla Universidadse produce puede ser todo lo contrario: ninguna reflexin sobre uno mismo, ningn saber o sabor acerca de nuestra intimidad y un cmulo de contenidos sobre el otro que le definen, le identifican y le encierran en un opaco envoltorio tecnicista que hace de los dems los especialistas."Pequeo manual del buen especialista. O de cmo nos hemos hecho clebres, limpios y burgueses hablando de los otros".Dr. Carlos SkliarEste texto no fue escrito: yo fui escrito por l.Desde mis tiempos de formacin hasta estos das he participado -slo por mi culpa- en infinitas reuniones, conferencias, congresos, coloquios, seminarios, jornadas, reuniones tcnicas y grupos de trabajo de especialistas en algo y, sobre todo, de especialistas en alguien. Confieso que yo tambin me he pensado, hasta hace poco tiempo, como uno de ellos, como uno de "nosotros".Y que no deseo, ahora mismo, trazar una frontera entre lo correcto y lo incorrecto, lo normal y lo anormal, el bien y el mal (como lo hacen, por otro lado, los especialistas). Pero he desistido en estos ltimos meses de toda explicacin acerca del otro y, mucho ms todava, de toda decisin acerca del pasado, presente y destino pedaggico de cualquier otro, as pensado, como otro, en la educacin.Por ello este Pequeo Manual del Especialista, un modo de mirarme -a m y a nadie ms que a mi mismo- con una cierta irona y desaprobacin por muchas de las cosas que he hecho por "trabajar como especialista de alguien": irona hacia mis conferencias, hacia los premios recibidos, a las reuniones entre pares donde concurrimos para ver quin sabe ms acerca del otro, a los congresos donde los otros no estn.Hablo slo de m, no quiero crear un nuevo grupo, una nueva especialidad, un nuevo y falso arrepentimiento. Hablo slo de m.De algn modo consider, implcitamente, las enseanzas de Nuria Prez de Lara contenidas en el siguiente texto:"Puesto que enla Universidadestamos invadidos de saberes y discursos que patologizan, culpabilizan y capturan al otro, trazando entre l y nosotros una rgida frontera que no permite comprenderle, conocerle ni adivinarle; puesto que enla Universidad, la presencia del otro sobre el que se habla, del otro a quien se estudia y del que algo - que suele confundirse con el todo- se conoce pero del que nada se sabe; puesto que la presencia real del otro es, enla Universidad, prcticamente nula y no podemos acercarnos a l para ver su rostro, escuchar su voz y mirarnos en su mirada, slo nos resultara posible percibir, escuchar y adivinar al otro, abriendo nuestros sentidos y haciendo pensar a nuestro corazn sobre la perturbacin que en nosotros produce su posible presencia.Es decir, reflexionando sobre la ilusin de normalidad que a nosotros nos impide conocernos, reflexionando sobre el hecho de que si miramos afuera, donde el otro no est porque est en m, nunca le conoceremos...La experiencia posible en la universidad, por el momento, es casi exclusivamente sta y a ella debemos referirnos, de lo contrario nos veramos limitados a los conceptos quedndonos, como dice Mara Zambrano, vacos de realidad ... sin embargo, lo que enla Universidadse produce puede ser todo lo contrario: ninguna reflexin sobre uno mismo, ningn saber o sabor acerca de nuestra intimidad y un cmulo de contenidos sobre el otro que le definen, le identifican y le encierran en un opaco envoltorio tecnicista que hace de los dems los especiales, los discapacitados, los diferentes, los extraos, los diversos y de nosotros los obviamente normales, los capacitados, los nativos, los iguales.Y por ello, dos son los tipos de identidad quela Universidadsigue produciendo al transmitir el conocimiento acadmico, cientfico y tcnico que alude a la diferencia y a la diversidad en la educacin: la identidad normal y la identidad anormal, es a la segunda a la que se ha dado en llamar diferente, especial o diversa".Por otra parte, tambin la lectura de Direccin nica, de Walter Benjamin, especialmente el apartado llamado "Material didctico" , me ofreci la posibilidad de percibir que pequeos manuales de esta naturaleza forman parte de una tradicin por dems saludable: es posible hablar de lo que se sabe, de aquello que uno es, de aquello que uno hace, de aquello sobre lo que uno tiene, digamos, experiencia, negndose a si mismo la veracidad yla Verdadde lo dicho, negando la soberbia de la experiencia, contradiciendo en la escritura la propia afirmacin que se ha hecho un poco antes de descubrir, justamente, la paradoja en que consiste el saber, cada saber, todo saber.Ofrezco, entonces, este Pequeo Manual del Buen Especialista, principalmente para rernos de m, y de nosotros si es que alguien quiere acompaarme en ello. Rernos, silenciarnos y rehacernos a partir de nuestra burda impunidad, nuestra infame omnipotencia, nuestra ms que infantil soberbia.(Ah, se me olvidaba: todo parecido con la realidad, es pura coincidencia).Utilicemos al otro pura y exclusivamente como un testimonio (relativamente vivo o relativamente muerto) de lo que decimos. Si es necesario planifiquemos con el otro el calco de su discurso con el nuestro.Hablemos siempre del otro, por el otro, sobre el otro, en todos los detalles, sin pudor, impunemente. An cuando tal vez nunca hayamos podido tener ni siquiera una conversacin de ascensor con el otro.Tengamos cuidado, en nuestro desmesurado afn de especializarnos, de no parecernos cada vez ms al otro.Pero mantengamos siempre una distancia prudencial, una distancia especializada, en relacin al otro. No sea cosa que, a cualquier momento, nos confundan con eso otro.En las conferencias veamos, por las dudas si entre el pblico presente no est el otro. Si no est, sigamos de acuerdo con lo planificado. Si est, debe ser una equivocacin de su parte.Seamos, por lo tanto, cada vez ms mismidad, cada vez ms egocntrica homogeneidad. Hablemos del otro, si. Pero de forma tal que despus los dems, y tambin los otros, se vean obligados a hablar nicamente de nosotros.Reunmonos siempre entre pares. Felicitmonos por nuestros hallazgos. Celebremos nuestra inteligencia. Y hablemos todo el tiempo de la falta de inteligencia del otro.Impidamos la llegada de un especialista de otra rea: puede confundirnos.Los legos, que nada saben sobre el otro, son tiles para cuando nadie ms quiere escucharnos hablar de nuestra especialidad.Utilicemos palabras difciles, toscas, incontestables, tales como erostratismo, sndrome de hiperactividad, desorden molecular, hipoplasia, etc. No vaya a ser que el otro y los otros nos entiendan (y, sobre todo, que nos pregunten).No digamos pblicamente la palabra "deficientes", "negros", "indios", "delincuentes", etc., pero imaginmoslo a gusto, a lo largo y a lo ancho de nuestro pensamiento.Digamos siempre que el otro es el problema. Pero no dejemos de mencionar, un poco antes de cerrar nuestro discurso, que en verdad somos todos iguales.Publiquemos libros gruesos, casi en verdad mamotretos, pues el tamao ya es una seal de honrosa especialidad, an sin que despus nadie lea ni siquiera una pgina nuestra.Apresurmonos a cambiar el ttulo y las tapas de nuestros libros, captulos de nuestros libros y artculos de revistas. No olvidemos, entonces, de reemplazar la palabra "deficiencia" con la palabra "necesidades educativas especiales" o bien de ocultar cualquier nombre atribuido al otro y sobreescribir all mismo, sin que nadie lo note, la palabra "diversidad" y/o "diferencia".Vayamos perfeccionando cada vez ms nuestro discurso racional sobre el otro. Hagmoslo ms perfecto, ms acabado, ms prolijo. Publiqumoslo. Divulgumoslo. Diseminmoslo. Aunque en eso se nos vaya la vida. Sintamos el goce de los comentarios elogiosos. Viajemos a todos los lugares a los que furamos invitados. Inventmonos, si no, invitaciones a cualquier parte.Mientras tanto dejemos tareas a los otros, para que no se aburran, para que cumplan con su destino o no lo tuerzan; y, sobre todo, para que sigan alfabetizndose, siendo ciudadanos algn da y haciendo hermosos e intiles talleres de bordados, cermica, peluquera, carpintera, corte y confeccin, etc.Hablemos en nombre de todos. Digamos que la inclusin es el bien supremo. Aumentemos el volumen de nuestra voz, si es que el otro parece estar, curiosamente, en desacuerdo.No olvidemos nunca de mencionar en detalle nuestra propia experiencia. Hagamos creer que ella es como si fuera la experiencia del otro.Contemos los das, los meses y los aos de nuestra experiencia. Siempre es til para vencer cualquier disputa acadmica (o bien una suave conversacin de caf).No abandonemos una conversacin con familiares y amigos, hasta que por fin alguien nos confiese, finalmente, su ms grande admiracin por la tarea que cumplimos.Soemos con ganar grandes premios en nuestra especialidad. Y digamos, al recibirlos, que nada sera de nosotros sin el otro, sin los otros. An cuando el otro, an cuando los otros nunca sepan que es posible ganar premios por estudiar y hablar sobre ellos.Seamos ms que nada impunes al hablar del otro. E inmunes cuando el otro nos habla.Dejemos claro, siempre de antemano, que el "yo" nunca es el "otro".Escribamos, alguna vez, un libro que se llame "Yo tambin fui..." (Aadiendo, entonces, el nombre de algn otro o de alguna perturbacin del otro).Una vez ledo este pequeo manual, publiquemos una nota en un peridico especializado denunciando, enojadsimos, el contenido de este pequeo, especializado e inservible manual.APENDICE1. Nuria Prez de Lara. Identidad, diferencia y diversidad: mantener viva la pregunta. En Jorge Larrosa & Carlos Skliar (Compiladores)Habitantes de Babel. Poltica y potica de la diferencia. Barcelona: Editorial Laertes, 2001.2. Walter Benjamin. Direccin nica. Madrid: Alfaguara, 2002. En Material didctico, Benjamin escribe acerca de los "Principios delmamotreto o el arte de fabricar libros gruesos".

[1]Consultado el 25 de febrero de 2009 en http://www.geomundos.com/sociedad/discapacidad/pequeno-manual-del-buen-especialista-por-carlos-skliar_doc_19358.html