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elisacarrio Llamado a los argentinos a un nuevo nacimiento 16 de marzo de 2014 a la(s) 2:34 ¿Qué es nacer? (Homenaje a Hannah Arendt) Carrio, Elisa - Qué es nacer-Homenaje a Hannah Arendt NO HAY SUJETO MÁS ACTIVO QUE EL QUE REFLEXIONA Y NO HAY SUJETO MÁS INACTIVO Y DESTRU CTIVO QUE EL QUE NO REFLEXIONA. El concepto de natalidad en Hanna Arendt es un concepto central de la teoría política pero también de la vida personal que puede ayudarnos a cambiar en nuestra vida cot idiana y a transformar a nuestra Nación. Todos los autores de ciencias políticas y t eoría política hablan desde la filosofía social, desde la religión, desde la ciencia polít ica. Pero no es más que la traducción de la mujer de parto en el Antiguo Testamento , no es más que la natalidad de Hannah Arendt, la única que se animó a poner en el conce pto central de la política, el concepto de natalidad. Se preguntó: ¿qué es la política? Y contestó: es el arte de volver a comenzar. Metanoia. Editorial sobre editorial / Escritura sobre escritura /Análisis sobre análisis Texto sobre texto Domingo 16 de marzo de 2014 Voy a tomar un concepto que estoy desarrollando para mi próximo libro. Se trata de un concepto central de la teoría política que no la van a encontrar en ninguna part e, salvo en Hannah Arendt. Este concepto no solo es central para la vida política sino también para uno mismo, porque yo creo que la vida política es personal y que l o personal es político. Quiero decir con esto que cada uno de nosotros, quiera o no quiera, hace política; hace política con el marido, hace política con el novio, hac e política con los hijos, hace política en la escuela, hace política en el barrio, hac e política en el trabajo Siempre el hombre en su relación con el otro hace política. E ntonces, si todos hacemos política deberíamos preguntarnos para qué hacemos política y d esde dónde hacemos política, en todos los niveles. Esto nos va a ayudar en la vida c otidiana pero también nos puede ayudar a cambiar o a destruir a una nación. Nos pued e ayudar a crecer como personas o a destruirnos como personas. La política tiene l a capacidad máxima de creación y el mayor potencial de destrucción. Porque según cómo me r elacione con el otro, esa relación puede ser la más brutal y destructiva con el otro y conmigo mismo, o puede ser absolutamente creativa, como la del artista. El co ncepto de Hanna Arendt al que me refiero es un concepto judío, es un concepto hebr eo, pero es también cristiano porque después de estudiar las religiones comparadas e ste concepto está en el origen mismo del universo. El concepto de natalidad va a est ar en la escuela liberal y en la escuela marxista, y yo les diría que es el concep to central de la política que no hablaron los hombres. Algunos hablaban de lo que no termina de morir , de lo que no termina de nacer , porque la noción es muy femenina. Pero en definitiva, en todos los autores de todas las teorías políticas y de todas las filosofías, bajo otros nombres, está presente el concepto de natalidad.

Carrió, Elisa - Qué Es Nacer-Homenaje a Hannah Arendt

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Carrió, Elisa - Qué Es Nacer-Homenaje a Hannah Arendt

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elisacarrio Llamado a los argentinos a un nuevo nacimiento16 de marzo de 2014 a la(s) 2:34

¿Qué es nacer?

(Homenaje a Hannah Arendt)

Carrio, Elisa - Qué es nacer-Homenaje a Hannah Arendt

NO HAY SUJETO MÁS ACTIVO QUE EL QUE REFLEXIONA Y NO HAY SUJETO MÁS INACTIVO Y DESTRUCTIVO QUE EL QUE NO REFLEXIONA.

El concepto de �natalidad� en Hanna Arendt es un concepto central de la teoría política pero también de la vida personal que puede ayudarnos a cambiar en nuestra vida cotidiana y a transformar a nuestra Nación. Todos los autores de ciencias políticas y teoría política hablan desde la filosofía social, desde la religión, desde la ciencia política. Pero no es más que la traducción de la mujer de parto en el Antiguo Testamento, no es más que la �natalidad� de Hannah Arendt, la única que se animó a poner en el concepto central de la política, el concepto de natalidad. Se preguntó: ¿qué es la política? Y contestó: �es el arte de volver a comenzar.

Metanoia.

Editorial sobre editorial / Escritura sobre escritura /Análisis sobre análisis Texto sobre texto

Domingo 16 de marzo de 2014

Voy a tomar un concepto que estoy desarrollando para mi próximo libro. Se trata de un concepto central de la teoría política que no la van a encontrar en ninguna parte, salvo en Hannah Arendt. Este concepto no solo es central para la vida política sino también para uno mismo, porque yo creo que la vida política es personal y que lo personal es político. Quiero decir con esto que cada uno de nosotros, quiera o no quiera, hace política; hace política con el marido, hace política con el novio, hace política con los hijos, hace política en la escuela, hace política en el barrio, hace política en el trabajo � Siempre el hombre en su relación con el otro hace política. Entonces, si todos hacemos política deberíamos preguntarnos para qué hacemos política y desde dónde hacemos política, en todos los niveles. Esto nos va a ayudar en la vida cotidiana pero también nos puede ayudar a cambiar o a destruir a una nación. Nos puede ayudar a crecer como personas o a destruirnos como personas. La política tiene la capacidad máxima de creación y el mayor potencial de destrucción. Porque según cómo me relacione con el otro, esa relación puede ser la más brutal y destructiva con el otro y conmigo mismo, o puede ser absolutamente creativa, como la del artista. El concepto de Hanna Arendt al que me refiero es un concepto judío, es un concepto hebreo, pero es también cristiano porque después de estudiar las religiones comparadas este concepto está en el origen mismo del universo. El concepto de �natalidad� va a estar en la escuela liberal y en la escuela marxista, y yo les diría que es el concepto central de la política que no hablaron los hombres. Algunos hablaban de �lo que no termina de morir�, de �lo que no termina de nacer�, porque la noción es muy femenina. Pero en definitiva, en todos los autores de todas las teorías políticas y de todas las filosofías, bajo otros nombres, está presente el concepto de natalidad.

¿Qué es el concepto de natalidad en Arendt? ¿Cuándo nacemos nosotros? Nosotros nacemos en cada instante de nuestras vidas, nosotros no nacemos solo cuando somos paridos, sino que nacemos cuando podemos pensar distinto de lo que pensábamos anteriormente y cuando podemos obrar distinto. No hay sujeto más activo que el que reflexiona y no hay sujeto más inactivo y destructivo que el que no reflexiona. Pensemos en la Argentina, no solo en los gobernantes sino en nosotros mismos. Si pensamos, creemos que no hacemos nada porque estamos acostumbrados a la racionalidad instrumental, a movernos, a la performance moderna (recuerdo a Cavallo, cómo gesticulaba, dictaba decretos�, era una máquina, no paraba de hacer. Eso es lo que se llama la performance, la pura forma, como el gimnasta, un puro hacer). Frente a eso oponemos a la persona que reflexiona, ese otro que parece que no hace nada. Arendt cita a Catón El Viejo, un gran senador romano y un sabio, una persona de experiencia y sabiduría cuando expresa: �nadie está más activo que cuando piensa�. Porque cuando el hombre o la mujer piensan, pueden cambiar su vida y el mundo y cuando no piensan se disciplinan a la historia, a la madre, al marido, a la política o a lo que sea. Porque la incapacidad de pensar lleva a la disciplina de la pura obediencia. Cuando no podemos sentir y no podemos pensar no tenemos raíz ni tronco, no tenemos capacidad crítica. El tronco es la capacidad de auto reflexión. Cuando hablo de pensar hablo de reflexionar, me refiero a una instancia crítica de nuestras propias cosas, porque muchos sienten y piensan pero no se sienten y se piensan; la situación existencial les está dada, no reflexionan acerca de sus propios comportamientos, de sus propias acciones. En consecuencia ese es el momento de actividad del hombre, porque una vez que tomamos una decisión a partir de una reflexión, somos otros. Y este es el concepto de natalidad de Arendt. En la medida que podamos tomar una decisión que rompa algo de nuestra vida o que la cambie, ahí está la política y ahí está la natalidad. Esto significa hay una política respecto de la persona, y es muy interesante pensar que nosotros tenemos que tener una política respecto a nosotros, ser sujetos que observamos al sujeto que somos; siempre desde cierta distancia. Y así podemos constatar lo irracionales que somos. ¿Cómo sería la situación? La situación es que uno siempre es espectador y siempre es actor. Se puede ser actor en silencio; el silencio puede ser una de las formas más amorosas o más terribles. Uno está actuando siempre, y esto no quiere decir que uno sea falso, pero la vida misma es una actuación permanente en la que uno ocupa roles y distintas máscaras. No es lo mismo hablar con nuestros hijos que con otras personas, son distintos roles, distintas formas de actuación, pero la capacidad de reflexionar implica ser observador de nuestras propias conductas. Lo central para poder obrar distinto es justamente ese doble ejercicio cuya clave es una acción distinta, la de estar siempre como observadores, porque el punto de vista del observador es distinto al del que actúa. El que actúa juega el juego y el que observa puede ver los hechos, puede describir el juego. Esa actitud de ser un espectador casi neutral de uno mismo, lo más distante posible de uno mismo, es muy difícil. Esa es la reflexión que permite corregir la acción, que permite cambiar la actitud, que permite cambiar el mundo, cambiar la vida, y si cambiamos nuestra vida cambiamos el mundo.

Imaginemos una mesa familiar escenario de las mayores alegrías y de las mayores tragedias de la humanidad, sobre todo si es Navidad y si todos tomaron, empiezan contentos y terminan peleándose por cosas del pasado. En esa escena si uno no logra ser espectador no sabe el momento en el que puede manejar la situación o cambiar la fiesta o arruinarla� Entonces uno siempre debe tener esa distancia, la distancia de poder ser sujeto, ser objeto de conocimiento y no sujeto de actuación. Ahí encontramos el sentido de pensar, el sentido de la reflexión.

Hay relatos o creencias que tienen que ver con los mitos. Después tenemos otros relatos posibles, que en realidad no tienen existencia real, pero en algún momento la realidad hace anclaje, por ejemplo: cuando yo hablaba de corrupción hace diez años era una abstracción y en todo caso una locura, pero cuando hoy vamos al supermerc

ado y nos dicen que no hay inflación, ahí el punto de observación, la distancia en términos de ponernos como objeto de observación nos permite la reflexión.

No piensen en los demás, porque nosotros siempre estamos pensando en el otro, estamos pensando en cómo se comporta el otro, que hace el otro y no hacemos una reflexión sobre nosotros mismos que nos permita dominar nuestras pasiones. Cuando nosotros podemos reflexionar podemos corregir y actuar de una manera distinta a la de un minuto anterior y en ese proceso de reflexión y acción distinta surge el concepto de natalidad.

Muchos de nosotros creemos que cambiamos porque cambiamos la apariencia. Sobre todo nos pasa a las mujeres. Pero eso no es natalidad. El concepto de natalidad tiene que ver con el ser, con una actuación adentro de uno mismo, con un trabajo con uno mismo. En la escena familiar estamos actuando de hijos, hermanos, padre, madre ... Entonces miremos hasta que punto, en nuestra infancia nosotros somos fijados por la mirada de nuestros padres, y que nuestros padres quieren ver en nosotros termina siendo un condicionante de la personalidad que nos salva o nos arruina. Siempre en los sujetos que habitan con nosotros hay una mirada que nos condiciona. Esa mirada también es parte del aprendizaje. Poder sacar la mirada del otro sobre nosotros. Porque si nos dicen toda la vida �no servís para nada�, creemos que no servimos para nada. De esa mirada también hay que tomar distancia, aunque tengamos 90 años, porque tomar distancia es un acto de liberación, no para confrontar sino para reflexionar cuál es nuestro llamado al ser y cuál es el llamado al ser que suponen nuestros padres o cualquier figura de autoridad, como también puede ser un maestro. Estoy hablando del potencial constructivo o destructivo de una mirada y por eso estoy hablando del tronco: si el tronco permanece podemos conceder una hojita y hasta una flor. Pero lo que no podemos conceder nunca es el tronco que es la capacidad de amor y la capacidad de reflexión, nuestro tronco, nuestro ser. Hasta el último minuto de nuestras vidas está la posibilidad de la reflexión y la acción, y en consecuencia, de la natalidad. Esto es lo contrario como concepto teórico, al escepticismo. Porque el escéptico es un sujeto que decide que dado lo que observa, no hay nada que pueda cambiar. El escéptico es el cómodo, el escéptico es el que se niega a nacer, el escéptico es el que se niega a reflexionar, el escéptico es el que pone vallas a la esperanza de los otros. El escepticismo es una forma de la irresponsabilidad, porque si no podemos cambiar nada (es cierto que hay cosas que objetivamente no se pueden cambiar pero hay muchas otras que si se pueden cambiar) yo finalmente no soy responsable ni de lo que ocurre a mi alrededor ni de lo que ocurre afuera. El concepto de natalidad es el opuesto al concepto de la inacción por excelencia, el escepticismo es un fatalismo irresponsable. Estamos condenados y no podemos salir. Como consecuencia de la observación de los hechos podemos llegar a un escepticismo, pero el ser humano tiene la obligación de salir de ahí, de volver a nacer, porque en todo caso la vida es mucho más que nuestra vida, y como decía Heráclito, es un río y el río nos lleva.

Uno no puede ser solo espectador de los otros porque sino tiene una mirada negadora de sí. El que no puede reflexionar sobre sí mismo, no puede reflexionar sobre otros.

En Las mil y una noches cuyo personaje central es Sherezade, cada noche el sultán elegía una de sus esposas y luego, al amanecer, la mataba. En realidad, esta es la expresión del máximo poder, del poder brutal. Sherezade tiene que salvar su vida y la mayor cantidad de vidas posibles de las otras mujeres. Ella toma distancia,

no era una escéptica, hace nacer una estrategia (es mentira que las estrategias pertenecen a los hombres, por lo menos en los cuentos literarios donde las figuras son femeninas en general es más estratega la mujer que el hombre). Ella reflexiona sobre cómo salvar su vida y la vida de los demás y diseña una estrategia: construye un relato como forma de salvarse de la muerte y de salvar a otros. Ella va inventando ficciones, inventando historias, inventando un relato y cuando está en la mejor parte del cuento, amanece, y el sultán le posterga la muerte. En consecuencia esta obra, en la literatura, fue tomada como una de las mayores obras literarias con un trasfondo político impresionante, que después va a ser tomado por Castoriadis, va a ser tomado por un cientista político como Portantiero (en realidad Portantiero lo toma de Foucault cuando dice que lo único que te salva de la muerte es el relato). De allí nace toda una corriente de comunicación que efectivamente cree que puede vivirse una realidad alternativa a través de un relato. En la propaganda del 2011 de Cristina ella estaba de espaldas frente al pueblo en una representación en la que había una historia comunicacional épica, heroica que pretendía sustituir la realidad. Obviamente luego llegó la realidad pero a ese relato es muy difícil sustraerse. Esta propaganda tenía como objetivo el mantenimiento del poder. El relato de Sherezade tenía como objetivo la defensa de la vida. Puede haber relato, el problema es la ética del objetivo. En el caso de Sherezade está la ética del objetivo, está la salvación de vidas, está la defensa de los derechos humanos de los demás en término modernos y el relato está como estrategia y táctica de un objetivo político claro. En Cristina es manipular a una sociedad (populismo).

Antígona de Sófocles es la obra en la que se fundan los derechos humanos. Acusado de traición, uno de los hermanos de Antígona, Polinices, es condenado por Creonte a no tener sepultura. Cuando Antígona le propone a su hermana Ismene, enterrar a su hermano muerto, Ismene le contesta que dos débiles mujeres no podrán enfrentarse al poder de la decisión del Rey. Antígona entonces le dice: �Por encima del poder del Rey, culpable o inocente está el derecho a la sagrada sepultura�. Se trata de un pensamiento moral post convencional.

¿Qué es un pensamiento moral pos convencional? Kohlberg, que es un famoso pedagogo que investigó observando alumnos, si había distintos tipos de razonamientos morales. Y distinguió estadios: en el primero uno obra por el miedo a la autoridad. Nosotros somos primarios, somos una sociedad infantil. El miedo opera mucho en el poder; todas las técnicas puramente represivas operan con este tipo de razonamiento y de hecho las sociedades, aún las más civilizadas empezaron operando así, obedeciendo por miedo (miedo a las multas por ejemplo). Todas las formas de represión y amenazas de represión y el Estado, fundamentalmente como orden simbólico represivo se fundan en este tipo de normas. La masa se vuelve niño. La masa termina obedeciendo algo.

Después está el pensamiento moral convencional que es el que obra conforme a intereses, porque para convivir tenemos que formar parte de un contrato social. En el orden moral convencional uno actúa por deber y por interés, serían los contratos de Locke, serían los contratos de Rousseau los contratos de Hobbes, en los que para vivir en comunidad, por interés respetamos determinadas reglas, por ejemplo: la ley, la Constitución.

Uno de nuestros problemas culturales más graves es que no tenemos como ciudadanía pensamiento moral, ni siquiera convencional. El desprecio a la ley, en el sentido de hombre sin ley y de anomia, es el corte del pensamiento convencional moral. N

osotros como sociedad, no tenemos noción de lo estructurante que es la ley para la vida cotidiana y el PJ menos. El PJ, como diría Octavio Paz en El laberinto de la soledad es el macho cruel. Cuando no hay ley ¿qué necesitamos? Necesitamos un �macho cruel� o una madrastra, alguien que imponga el miedo, porque donde no hay interés, no hay razón y no hay reflexión y se impone la ley del más fuerte. Ese es el sentido profundo de la expresión �solo el PJ puede gobernar�, sólo el �macho cruel� es capaz de imponer el orden en un mundo de niños. En consecuencia solo se destraba esta relación perdiendo el miedo.

Después del pensamiento convencional, está el pensamiento moral post convencional. Allí hay principio de vida, libertad y respeto al otro. Pero la vida nos pone en situaciones donde tenemos derechos preferentes. Tenemos principios, no tenemos ley estructurante, tenemos moral psíquica, todos nacemos con eso, tenemos esos principios, pero a veces entran en colisión. Está claro que el primer principio es la vida, dar vida. En el ejemplo que Kohlberg plantea a los alumnos, también en el tema del aborto, se plantea un dilema con derechos preferentes, se plantean dilemas morales, que algunos lo resuelven de alguna manera, yo nunca lo pude resolver y como lo puedo resolver, no estoy a favor. Nos encontrámos con algo muy difícil de establecer cuál es el derecho preferente. El ejemplo de Kohlberg es el siguiente: �un hombre con una mujer enferma de cáncer que no tiene dinero para pagar un remedio del cual depende la vida�. Entonces, uno de los principios es no robar, el otro de los principios es salvar la vida de la mujer. El hombre va al farmacéutico y el farmacéutico no le da el remedio y nadie le presta el dinero. Entonces las preguntas que se hace ¿es más ético someterse a la ley? ¿está justificado robar para salvar la vida? Si el principio de la vida es superior� Lo que quiero decir es que con esto se pueden hacer miles de ejercicios. Porque ahí es donde la vida nos prueba, porque hay temas que no se pueden resolver tan fácilmente como se cree y hay muchos temas que directamente no se pueden resolver. Hay que reflexionar.

Siempre hay muerte y nacimiento en cada acto de nuestras vidas y en lo colectivo también se juega el principio de la natalidad. Vamos a hablar de la acción y de la omisión como acción en lo colectivo. Nosotros podemos actuar haciendo algo visible a la vista de todos, por ejemplo: marchar. Pero hay un momento en el cual, si yo tengo una estrategia, la acción consiste justamente en lo contrario, es decir, en no hacer. Y hay que entender que no hacer puede ser tan o más importante que hacer. Es el ejemplo de Gandhi. Sus marchas de millones hasta que un día decide no marchar y orar. En realidad la derrota de los ingleses viene como consecuencia de una inacción pero que es resistencia en acción interna. A eso voy. No es que nosotros estamos como unos imbéciles esperando que todo suceda, nosotros estamos resistiendo internamente. Nuestra resistencia a la humillación que nos plantea el otro es no actuar en algunos momentos y actuar en otros. El kairós es saber cuándo marchar y cuándo no marchar; cuándo avanzar y cuándo retroceder, cuando perder para defendernos. Porque también está en el concepto de natalidad que en realidad se avanza y retrocede para avanzar y que el gran yerro nuestro, producto de las películas americanas, es que el éxito es lineal. Sin embargo la vida no es lineal, ni la vida política, ni la vida histórica, ni la vida celestial, ni la terrenal, ni la vida del perro, ni la vida del gato, ni la vida de las plantas. La vida no es lineal. Cuantas veces nos habrá pasado estar muy mal por una situación y después de un mes decir �¡qué suerte!� Esa es la famosa frase �no hay mal que por bien no venga�.

Lo otro que quiero contar, es una historia que la repetí muchas veces y esto es para creyentes (los que creen en la vida) pero también para no creyentes. Está en Lucas 3 - la historia es la de Nicodemo, es un rabino muy amigo de Pablo que también era rabino. Nicodemo le pregunta a Jesús: �¿cómo hago yo para nacer de nuevo siendo ya

tan viejo?� Él le responde que se nace de arriba, es decir: el arriba es el adentro. Pero como no se está preparado para hablar del adentro, en consecuencia todo se pone en el afuera. �El espíritu sopla donde quiera�, y uno se tiene que dejar llevar por el río del espíritu que es el río de la vida. La mejor poesía que recomiendo leer es Heráclito de Borges que habla de ese enorme río donde nosotros somos hechos de esa rara ficción que es el tiempo. Porque en el fondo somos una ficción.

En Jujuy, los coyas me regalaron un llavero con signos del pasado, del presente y del futuro, sabiduría indígena. ¿Saben cuál es ese tiempo? La eternidad, que es el eterno presente, en el que están unidos, porque hay un tiempo que no es tiempo, que es puro presente. Esa es la eternidad y se desgaja. La astronomía ha demostrado que hay haces de luz, pero la situación vista desde una dimensión distinta suceden todas al mismo tiempo. En algún lugar de nosotros está la intuición de un tiempo que no es este tiempo. Hay dimensiones de existencia, nosotros lo vemos, nosotros lo experimentamos y no nos animamos a reconocerlo porque tememos estar locos. El control de la racionalidad occidental nos dice que toda experiencia que no se acomode al saber científico tecnológico no es normalidad. Solo los sujetos más extraordinarios de la historia sean científicos o sean filósofos son lo que se animaron al salto, desde Einstein a Heidegger. Porque hay un punto entre nosotros en esta dimensión que no podemos resolver si no es por un salto. Pero ¿qué es un salto? Es dejarte llevar por ese río de la vida, es el salto del poeta. La poesía, dicen, busca a los poetas no los poetas a la poesía. Mozart decía �hay un momento en el que ya no escribo yo�.

Y a nosotros nos pasa que hablamos y en un momento decimos �ya no estoy hablando yo porque sentimos que somos parte de una fuerza reflexiva creativa natal en el mejor sentido de la palabra que nos lleva a desarrollar la vida.

Estos conceptos sirven para ser política, para ser esposa/o, novia/o, amiga/o. Es que la vida es sagrada y la vida no supone solo la vida física sino el pensar del otro, el hablar del otro, el amor al otro. Si la vida es sagrada y estamos en el río de la vida, no debemos preocuparnos. Si hay dimensiones que desconocemos � ¡¿Cuál sería el sentido de la existencia si supiéramos todo?! Hay límites de nuestra existencia que dan vida a nuestra existencia. Todo salto es un dolor, todo salto es a su vez un parto. En todo proceso creativo hay dolor, en todo proceso donde nacemos hay dolor y hay etapas. Una es la acumulación de conocimientos, tenemos conocimientos anteriores acerca de la vida, de la ciencia. Es mentira todo lo que les nos han enseñado acerca de que primero se hace trabajo de campo� Lo primero que tiene el sujeto y que conoce es una intuición, hay que hacerle caso a la intuición. Lo que no hay que hacer es obrar por intuición, pero la intuición es un estado de la creación. Una vez que se tiene la intuición se puede ir al trabajo de campo, donde se acopia conocimiento. Allí hay que tener cuidado para ver si no estamos en una intuición loca, en una irracionalidad pura o en una proyección disparatada y después no tenemos nada. Antes del parto, tenemos un estado fuerte de miedo, parece que se nos borra todo, es un proceso que tenemos que respetar porque empieza a elaborarse la intuición, el conocimiento, las sensaciones, todo� El tiempo de elaboración es como un hervor: hay que dejar que hierva. Y la expresión es �¡nada!� Es un �nada� abrumador que después se hace claro. Por eso todo proceso de acción, de salto, de parto es doloroso.

Todos los autores de ciencias políticas y teoría política hablan desde la filosofía social, desde la religión, desde la ciencia política, no es más que la traducción de la mujer de parto en el antiguo testamento, no es más que la natalidad de Hannah Arendt, la única que se animó a poner en el concepto central de la política, el concepto de natalidad. Dijo: ¿qué es la política?, es �el arte de volver a comenzar�.

*Les pido que difundan, para que circule en las redes. ¡Gracias!