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Boston, Abril 16, 2013. Sr Presidente Dr Efraín Cepeda. Señores Miembros DNC. Apreciados amigos: Estamos en un momento en el cual la democracia de la región al igual que la de Colombia enfrentan serios desafíos. Además de los problemas conocidos de pobreza, desigualdad, delincuencia, inseguridad, corrupción, estamos viendo el colapso de la confianza ciudadana en la mayoría de las instituciones tal como en el caso de Colombia lo registra la encuesta # 93 del mes de Febrero del 2013, efectuada por la firma Gallup. Evidentemente todos los colombianos ansiamos la paz y estamos dispuestos a hacer los sacrificios personales que resulten necesarios para tal fin, pero el partido conservador , comprometido desde siempre con las instituciones más que con las personas como reza nuestro himno, debe lograr que su voz suene muy firme nacional e internacionalmente en defensa de los valores y de las instituciones de la democracia, cuyo ejercicio pleno es la base del estado de Derecho que debe enmarcar el acceso y la permanencia transparente en el poder como condición necesaria para el desarrollo social, político, económico e internacional de nuestros pueblos. Lo que sucede hoy en Venezuela es producto quizás de múltiples equivocaciones de su clase dirigente y de sus partidos en el pasado que nos debe llevar a una mayor reflexión sobre el papel que cumplen hoy nuestros partidos y nuestra clase dirigente en la defensa de la democracia mediante el fortalecimiento institucional y la mayor legitimidad del sistema democrático reconociendo las múltiples tareas pendientes de mejoramiento. No podemos prestarnos a ocultar el hecho de que en presencia del mundo entero se está socavando la legitimidad y credibilidad de la democracia del vecino país y se están desconociendo las instituciones regionales y multilaterales, entre ellas la Carta Democrática de la OEA, que en el año 2000 el Gobierno de Colombia en cabeza del presidente conservador Andrés Pastrana promovió en la región con gran liderazgo y participación de varios mandatarios. Cuando la credibilidad de la democracia de Venezuela está en juego, la paz y la democracia de largo plazo de Colombia empiezan a presentar nubarrones. Estamos de acuerdo con el principio básico del Derecho Internacional de la no intervención en los asuntos internos de

Carta a Efrain cepeda

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Page 1: Carta a Efrain cepeda

Boston, Abril 16, 2013. Sr Presidente Dr Efraín Cepeda. Señores Miembros DNC. Apreciados amigos: Estamos en un momento en el cual la democracia de la región al igual que la de Colombia enfrentan serios desafíos. Además de los problemas conocidos de pobreza, desigualdad, delincuencia, inseguridad, corrupción, estamos viendo el colapso de la confianza ciudadana en la mayoría de las instituciones tal como en el caso de Colombia lo registra la encuesta # 93 del mes de Febrero del 2013, efectuada por la firma Gallup. Evidentemente todos los colombianos ansiamos la paz y estamos dispuestos a hacer los sacrificios personales que resulten necesarios para tal fin, pero el partido conservador , comprometido desde siempre con las instituciones más que con las personas como reza nuestro himno, debe lograr que su voz suene muy firme nacional e internacionalmente en defensa de los valores y de las instituciones de la democracia, cuyo ejercicio pleno es la base del estado de Derecho que debe enmarcar el acceso y la permanencia transparente en el poder como condición necesaria para el desarrollo social, político, económico e internacional de nuestros pueblos. Lo que sucede hoy en Venezuela es producto quizás de múltiples equivocaciones de su clase dirigente y de sus partidos en el pasado que nos debe llevar a una mayor reflexión sobre el papel que cumplen hoy nuestros partidos y nuestra clase dirigente en la defensa de la democracia mediante el fortalecimiento institucional y la mayor legitimidad del sistema democrático reconociendo las múltiples tareas pendientes de mejoramiento. No podemos prestarnos a ocultar el hecho de que en presencia del mundo entero se está socavando la legitimidad y credibilidad de la democracia del vecino país y se están desconociendo las instituciones regionales y multilaterales, entre ellas la Carta Democrática de la OEA, que en el año 2000 el Gobierno de Colombia en cabeza del presidente conservador Andrés Pastrana promovió en la región con gran liderazgo y participación de varios mandatarios. Cuando la credibilidad de la democracia de Venezuela está en juego, la paz y la democracia de largo plazo de Colombia empiezan a presentar nubarrones. Estamos de acuerdo con el principio básico del Derecho Internacional de la no intervención en los asuntos internos de

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otros Estados, pero cuando de la defensa y credibilidad de la democracia se trata, tenemos no solo el derecho, sino la obligación de exigir que se cumplan los protocolos existentes y se den suficientes garantías de estabilidad democrática y de ejercicio de la oposición en la región. Por ello, solicito al Directorio Nacional Conservador y al partido en general , que pidamos del Gobierno de Colombia una posición de firmeza en respaldo a la Carta Democrática de la OEA, acompañando la solicitud de reconteo y auditoria a la votación presentada por los jóvenes, las mujeres y al menos la mitad del pueblo venezolano que en esta histórica elección demostró su anhelo de cambio. Los colombianos debemos solicitar que, para la tranquilidad , transparencia y legitimidad de la democracia venezolana, se produzca de inmediato el reconteo total de los votos de las elecciones del pasado Domingo tal como ha solicitado oficialmente Enrique Capriles . No es ética ni democrática la indiferencia que desconoce el clamor que a través de las redes sociales efectúan millones de venezolanos en una movilización sin precedentes que si bien en los países árabes produjo la conocida primavera árabe, en nuestro hemisferio se está desconociendo indolentemente, cuando ella representa una expresión rotunda de rechazo a la falta de transparencia y de garantías a la oposición en un proceso electoral que de seguro habrá de marcar no solo el futuro de Venezuela sino el nuestro. La Paz y la democracia de Colombia y Venezuela se retroalimentan, se necesitan mutuamente y la zozobra y violencia que empiezan a verse en las calles de Caracas y otras ciudades del vecino país, no solo auguran una evolución negativa de los esfuerzos del Estado colombiano contra la ilegalidad, el terrorismo y a favor de la paz; sino una gran inestabilidad democrática y social que puede tener efectos negativos en el hemisferio. Con sentimientos de consideración y aprecio, Marta Lucia Ramirez de Rincón.