Arquidiócesis de Cochabamba

CARTA PASTORAL 2012

Encontrarnos es Acogernos

Mons. Tito Solari Capellari

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Queridos hermanos

Laicos, consagrados y ministros:

Al comienzo del nuevo año, les envío el saludo más cordial y les hago los mejores votos. ¡Que el Señor y la Virgen nuestra Madre nos acompañen y nos bendigan!

Al mismo tiempo deseo volver a retomar con ustedes - y con todas nuestras fuerzas - la Misión Permanente.

El contexto en que nos movemos

Los tiempos que vivimos no nos muestran un lindo panorama. A nivel mundial oscuros nubarrones cubren la vieja Europa y crean un contexto económico poco tranquilo. Pero también sobre nuestra Patria se perfilan días inciertos por la fuerte tensión social y la falta de luz en el horizonte.

A nivel de Iglesia sufrimos la falta de vocaciones y respiramos un clima poco espiritual. Se nos van personas consagradas y un buen número de cristianos busca en otras Iglesias las respuestas a sus inquietudes. Igualmente se percibe también una mayor conciencia de identidad y una mayor convicción en los cristianos de base. De todos modos nada nos puede turbar estando Cristo con nosotros.

Retomamos el camino de la misión permanente

Teniendo en cuenta todo esto que nos rodea, nos unimos en el empeño de retomar el camino pastoral que nos ha permitido experimentar unidad en estos años, nos ha permitido tomar conciencia y profundizar nuestra identidad de que Somos Iglesia Diocesana y nos ha dado la sensación que algo podemos hacer cumpliendo un proyecto pastoral.

Este proyecto pastoral Arquidiocesano no es idea de los párrocos, de los Vicarios Foráneos, ni mucho menos de su servidor, sino que, tras el Documento de Aparecida, la asamblea del pueblo de Dios en Cochabamba asumió este Documento para comenzar un proceso de evangelización.

Todos sabemos que la primera fase de nuestro camino pastoral va desde el 2011 hasta el 2013 y que su

Carta Pastoral 2012

Mons. Tito Solari CapellariARZOBISPO DE COCHABAMBA

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objetivo es el “Encuentro personal y comunitario con Jesucristo vivo”.

Dentro esta fase durante el año 2011 nos hemos esforzado en cultivar la actitud de “acercarnos” al otro; durante este año nos comprometemos a cultivar la actitud de “acoger” al otro, para dedicarnos el próximo año a cultivar la actitud de “conocer” al otro.

El significado de cultivar una actitud

Antes de continuar permítanme responder a algunas interrogantes: “¿Qué importancia tiene cultivar una actitud en un camino pastoral?” Respondo diciendo que el cultivar una actitud hace que cultivemos todo nuestro ser; el cultivar una actitud es cultivar un elemento del Espíritu, fundamentalmente, es asumir un estilo de vida, el de Cristo.

La acción pastoral no se reduce a una acción de tipo social, ni tampoco a unas celebraciones litúrgicas o a una escuela de catequesis. No se agota en la acción de enseñar religión o de comunicar noticias religiosas en un programa de radio o televisión. La acción pastoral es encarnar el espíritu de Jesús y del Evangelio en la historia de hoy.

Son cabalmente estas personas de espíritu las que necesitamos en la acción pastoral y las encontramos entre las que saben cultivar el espíritu, es decir las que saben cultivar las actitudes espirituales.

Por lo tanto si no tomamos en serio el compromiso de cultivar las actitudes que se nos proponen, ¡vaciamos el proceso pastoral y lo hacemos nulo!

Año 2012: Cultivamos la actitud de la acogida.

El año 2012 nos encuentra, por lo tanto comprometidos en el cultivar la actitud de la acogida.

El acoger es un gran gesto humano. La persona que sabe acoger manifiesta sensibilidad, madurez y apertura. El acoger al otro, sin distinción de raza o de cultura o de condición social o religiosa, es pues ¡admirable! Actitudes así evidencian

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Fiesta de la Fraternidad 2011

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la superación de la discriminación, del racismo, del dogmatismo religioso.

Acoger de corazón apunta al máximo ideal que podamos soñar en este mundo: la comunión entre personas. Dios nos ha hecho a su imagen, una imagen que manifiesta la comunión que existe entre las tres personas de la Trinidad. Ahora, la persona que entra en comunión con otra, acogiéndola de corazón, realiza el proyecto de Dios: que vivamos en comunión entre nosotros, que nos amemos los unos a los otros, como Él nos amó.

El ejemplo de JesúsJesús nos viene a enseñar qué

debemos aprender sobre la acogida. ¡Él acoge a todos! De hecho da

la vida para todos, sin distinciones. ¡Acoge con amor! Acoge con preferencia a los

niños, a los necesitados y a los pobres. De esta manera nos muestra una forma distinta de ver y juzgar.

Acoge a los pecadores. Aquí entramos en el corazón de Dios. Para entenderlo, por lo menos mínimamente, recordemos la acogida que le dio el Padre del hijo pródigo al menor de los dos hermanos.

“Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión de él. Corrió a su encuentro y lo recibió con abrazos y besos”… Saquen pronto la mejor ropa y

vístanlo; pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el becerro más gordo y mátenlo. Vamos a celebrar esto con un banquete” (Lc 15,20-23). El padre, primero, acoge al hijo con el corazón (sintió compasión de él).

La primera acogida que le da la madre a su hijo

Me gustaría seguir considerando el tema de la acogida hasta descubrir que es un verdadero misterio, al que el Señor nos permite ingresar. Para esto les invito a contemplar una escena que vemos tantas veces y que de repente no profundizamos. Vean o, mejor aún, contemplen el gesto de la acogida que le da una madre a su hijo… recién nacido, cuando lo acerca a su pecho.

Esta acogida comprende el contacto sensible, la intimidad entre la madre y el hijo, un nuevo sentimiento, indecible, de la madre para con su hijo y algo increíble: la madre percibe algo que va más allá de lo sensible, que interpela el misterio.

Efectivamente la acogida hace que entre en ti algo que no te pertenece, que al mismo tiempo te enriquece y, además, algo misterioso. “Quien acoge a uno de estos más pequeños, me acoge a mí”, dice el Señor.

Encontrarnos es Acogernos

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Encontrarse es acogerseEl empeño común de cultivar

una actitud fortalece nuestra comunión y nos anima en la misión. La misma, que pastoralmente ha de cultivarse y promoverse desde el lema para este año 2012: “ENCONTRARSE ES ACOGERSE”.

El primer encuentro es con Jesús y desde Él estamos invitados a encontrarnos y a acoger al hermano:

Encontrarnos, desde la participación de muchos files laicos en la comunidad parroquial, que desean ser corresponsables de la tarea evangelizadora.

Encontrarnos, en la vida de muchos jóvenes solos, desorientados e indefensos por la ausencia de sus seres queridos y por la desintegración de sus hogares.

Encontrarnos, en las situaciones vulnerables y frágiles de las familias de hoy que están a la espera de quienes “gastando su tiempo”, les escuchen, se donen y ofrezcan su ministerio para darles esperanza y vida en estos tiempos tan difíciles.

Encontrarnos, en la vida del otro y con el otro para seguir creciendo como Iglesia, comunión de comunidades, que se construye en sus encuentros y reuniones, en sus tareas y obligaciones, en su servicio y ministerio.

Para así lograr:Acoger al hermano, como

Hijos de Dios y corresponsables en la construcción del Reino de Dios.

Acoger a los jóvenes, creándoles espacios donde se sientan valorados, escuchados y amados.

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Imagen de la actitud para el 2012: Acogernos

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Acoger a las familias, consolidando sus pequeñas comunidades y enseñándoles a encontrarse y apoyarse como hermanos y familias de Dios.

Acoger al otro, indefenso, frágil y débil que busca ser aceptado, reconocido, amado y perdonado.

Concluyendo yaPor eso, este año, asumiendo el

proceso pastoral, queridos sacerdotes, no dejemos de consolidar los Consejos y Equipos tanto vicariales como parroquiales, porque ahí esta el primer encuentro y la primera acogida; porque además son esos los espacios que nos permiten, escuchando al otro, asumir coherentemente nuestro ministerio a favor de la comunidad que nos fue designada para acompañarla.

Queridos laicos y los que trabajan con familias tampoco dejemos de lograr consolidar pequeñas y bellas comunidades de fe y vida, donde las propias familias puedan crecer como “Iglesias vivas”, comunidades eclesiales; siempre desde la experiencia y el acompañamiento que todos los agentes de pastoral puedan darles.

Los desafíos cada vez son mayores, los tiempos cada vez más difíciles, pero todo lo podemos en ÉL que nos fortalece.

Abramos las puertas a la esperanza

Así comencemos este año, queridos Laicos (as), Consagrados (as) y Ministros. “Abramos las puertas y ventanas”, dejémonos iluminar por la vida que nos rodea, que aún tiene esperanza; por los tantos jóvenes inquietos y sedientos de Dios, que aún quieren dar un sí al Señor y demandan de orientación y acompañamiento.

No olvidemos que somos “sembradores de esperanza” y por lo mismo, somos llamados a “sembrar y regar” lo que estamos cultivando ahora. Ya vendrán quiénes deban recoger los frutos que el Señor hizo crecer con nuestro esfuerzo. No nos dejemos intimidar por nuestros miedos e inseguridades. Dejemos de lado los rencores y diferencias, que nos enferman, y busquemos la paz que está presente en el diálogo, en la comunión, en el compartir, en el encontrase y acogerse.

Que nuestra Madre, la Virgen María, estrella de la evangelización, sea quien guíe este camino pastoral que vamos haciendo lentamente pero lo vamos haciendo juntos y en comunidad.

Con la alegría que nace del ser amados por Dios y por los hermanos, les saludo con mucho aprecio y afecto.

Mons. Tito Solari

Encontrarnos es Acogernos

Febrero 2012Cochabamba - Bolivia