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1 “Cartujo hacia adentro, jesuita hacia afuera” André Prévot Una valoración crítica con motivo del centenario de su muerte Heiner Wilmer Traducción al español de Adrián Granado García Control y revisión P. Fernando Rodríguez Garrapucho SCJ Nova et vetera 318 de la Provincia de Alemania Bonn 2014

“Cartujo hacia adentro, jesuita hacia afuera” André Prévot · Bonn, 26 de noviembre de 2013, en el centenario de la muerte del P. André Prévot. 5 Trataré de decirme en todo

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“Cartujo hacia adentro, jesuita hacia afuera”

André Prévot Una valoración crítica con motivo del centenario de su muerte

Heiner Wilmer

Traducción al español de Adrián Granado García

Control y revisión P. Fernando Rodríguez Garrapucho SCJ

Nova et vetera 318

de la Provincia de Alemania

Bonn 2014

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ÍNDICE Prólogo ............................................................................................................................................... 3

1. Introducción: como “el nuevo cura de Ars” ............................................................................ 6

2. Riqueza perdida, pobreza elegida: el camino hacia la Orden ................................................. 9

3. El mito .......................................................................................................................................... 12

3.1. ¡Con permiso, Prévot! Un hombre de cualidades excepcionales ................................. 12

3.2. Falso celo: de cómo los biógrafos han influido en la imagen de Prévot ..................... 13

4. El otro Prévot .............................................................................................................................. 17

4.1. El teólogo: inconformismo “de la cabeza al corazón” .................................................. 18

4.1.1. Abelardo contra Anselmo .......................................................................................... 18

4.1.2. Anticíclico y trinitario ................................................................................................. 21

4.2. El espiritual. Sobre el sacrificio, el amor al prójimo y una gran ambición .................. 23

4.2.1. Gertrud von Helfa y la existencia como “víctima” ................................................ 23

4.2.2. El Espíritu Santo y el problema de la perfección ................................................... 25

4.3. El pedagogo: “¡conserven la calma!” ................................................................................ 28

5. Perspectiva: “cartujo hacia afuera, jesuita hacia adentro” ..................................................... 32

6. Bibliografía comentada .............................................................................................................. 36

6.1. Fuentes ................................................................................................................................. 36

6.2. Bibliografía secundaria ....................................................................................................... 37

6.3. La positio: bases para el proceso de beatificación .......................................................... 39

Agradecimiento ............................................................................................................................... 40

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PRÓLOGO

Quien contemple los comienzos de nuestra Congregación encontrará a cada paso

un nombre: el del padre André Prévot (1840 - 1913), uno de los primeros sacerdotes del

Corazón de Jesús, maestro de novicios en Sittard durante muchos años y primer Provincial

de la Provincia Occidental. El padre Léon Dehon lo consideró alguna vez como el

auténtico fundador de la Orden. Naturalmente, los dehonianos son inconcebibles sin su

epónimo. Pero ¿lo son sin Prévot? Dehon sabe que también. Pues Prévot dejó una

impronta inigualable en la joven Congregación e introdujo a quinientos novicios en la vida

de la Orden: voto de obediencia, pobreza y celibato consagrado a Dios.

Cien años después de su muerte, se guarda silencio todavía en torno al maestro de

novicios. Mientras que en las pasadas décadas los estudios sobre Dehon han crecido de un

modo nunca antes conocido, la discusión pasa calladamente sobre Prévot. Exceptuando la

Positio y una biografía, no han aparecido grandes estudios sobre él desde 1960. Algo

reseñable.

Con este ensayo querría defender cuatro tesis:

1. La personalidad de Prévot ha sido malentendida. Hasta el día de hoy pervive en

la Orden una imagen estrafalaria. Por un lado encontramos la biografía autorizada por

Dehon, que instaba a una rápida canonización de Prévot. Por otro lado, el propio Prévot

proporcionaba material para ese mito que tras su muerte siguió creciendo, haciéndose cada

vez más visiblemente incompleto y apartándose cada vez más de la realidad histórica.

2. El teólogo Prévot está subestimado. Hasta hoy, nadie ha investigado su tesis

doctoral sobre Ricardo de San Víctor. Sin embargo, sería necesario hacerlo para

comprender los principales motivos teológicos que atraviesan la vida de Prévot.

3. Prévot estaba teológicamente adelantado a su tiempo. Pensaba de manera

anticíclica. Cuando la doctrina de la Iglesia y los teólogos se ocupaban de la teología

escolástica, Prévot se dedicó a la teología monástica. Cuando la moda eclesiástica giraba en

torno a cuestiones de dogmática, Prévot puso el foco en la mística. Cuando el fundador de

la Orden y la jerarquía eclesiástica se ocupaban de la relación entre Estado e Iglesia o del

dogma de la infalibilidad, Prévot se preguntaba por el significado del Dios trinitario y su

relevancia para la vida del hombre.

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4. Prévot fue un pedagogo genial. Aquellos textos que hasta ahora apenas han sido

tenidos en cuenta muestran a un hombre con una elevada inteligencia emocional.

Solidaridad y empatía eran sus rasgos distintivos en el trato con pobres y necesitados.

Según Prévot, lo “humanum” precede a lo “religiosum”, como en Ricardo de San Víctor.

Con esta contribución espero animar a que los hermanos de nuestra Congregación

y los expertos ajenos a nuestra Orden se confronten científicamente, tanto con André

Prévot como con el carisma fundacional de nuestra Congregación.

Pero ante todo, con estas reflexiones a modo de esbozo, querría recordar con

gratitud al padre André Prévot. A él dedicamos nuestro mayor aprecio y nuestro respeto

permanente.

Heiner Wilmer SCJ

Bonn, 26 de noviembre de 2013, en el centenario de la muerte del P. André Prévot.

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Trataré de decirme en todo momento que es necesario desbordar la medida de la caridad. Si el

amor propio quiere defender sus derechos, yo responderé: es necesario desbordar la medida de la caridad. Si

la pereza dice que quiere descansar, yo responderé: es necesario desbordar la medida de la caridad. Si la

prudencia de la carne pretende que no es preciso prodigarse para no perder su valor, yo responderé: es

necesario desbordar la medida de la caridad. Si estoy apurado, molesto, fatigado, me diré todavía entonces:

¡valor! Es necesario desbordar la medida de la caridad. Pues a mi vez, cuando yo o mis hermanos

necesitemos una ayuda, un consejo, una reprimenda, un consuelo, quizás un perdón o un sustento para

nuestro cuerpo o nuestra alma, me pondré delante de Jesús y le diré: “Maestro bueno, nos has prometido que

seremos medidos con la misma vara: es preciso que hagas desbordar, tú también, la medida de la caridad” 1

.

1 André Prévot, L'Année avec Marie ou Marie aidant à méditer l'évangile pour tous les jours de l'année, vol. II, Casterman, Tournai – Paris 1935, 670 páginas, pág. 186: “Je tâcherai de me dire dans toutes les occasions: il faut faire déborder la mesure de la charité. – Si l'amour-propre dit: il faut défendre son droit, je répondrai: il faut déborder la mesure de la charité. – Si la paresse dit: j'ai besoin de repos, je répondrai: il faut déborder la mesure de la charité. – Si la prudence de la chaire prétend qu'il ne faut pas se prodiguer pour ne pas perdre de sa valeur, je répondrai: il faut déborder la mesure de la charité. – Si je suis gêné, dérangé, fatigué, je me dirai encore: courage! Il faut faire déborder la mesure de la charité. – Puis à mon tour, quand j'aurai besoin d'un aide, d'un conseil, d'une correction, d'une consolation, peut-être d'un pardon, d'un secours pour le corps ou pour l'âme, pour moi-même ou pour mes frères, j'irai à Jésus: Bon Maître, vous avez promis de nous rendre la même mesure: il faut déborder, vous aussi, la mesure de la charité.”

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1. INTRODUCCIÓN: COMO “EL NUEVO CURA DE ARS”

Raspan. Cortan. Los bordes afilados se deslizan por la barbilla cortando la barba al

ras. El instrumento no le deja la cara suave, sino llena de heridas, en carne viva. André

Prévot se afeitaba con un trozo de vidrio roto para ahorrar en hojillas2. Esta es una de las

muchas historias que circulan sobre el hombre que, durante sus veinte años como maestro

de novicios, dejó una huella indeleble en los Sacerdotes del Corazón de Jesús. Allá donde

llegaba, daba pábulo a todo tipo de conversaciones, incluso lejos de los muros de la iglesia.

Se rumoreaba que Prévot llevaba ropa sucia porque apenas tenía mudas de recambio. Que

comía alimentos podridos y en mal estado, que se mortificaba y se torturaba. Esta es una de

sus caras. La otra nos habla de un Prévot que, incluso en vida, cultivó reputación de santo,

cuya cercanía y consejo eran buscados por muchas personas y al que llamaban “el nuevo

cura de Ars”3

Sin sombra de duda, Prévot se cuenta entre las personalidades más brillantes de

nuestra Orden. Su muerte a los 73 años de edad

.

4

2 Cfr. Jaques, Julien: Père André Prévot, a-d y 46 páginas (mecanografiadas y encoladas a mano que se conservan en la Curia General de los SCJ en Roma), aquí pág. 33. El padre Julien Jacques SCJ reunió entre 1946 y 1950 testimonios sobre Prévot de hermanos y antiguos novicios. Sus apuntes, no tenidos en cuenta hasta ahora, han resultado ser una verdadera mina. También se encuentran en ellos pasajes dedicados a las particularidades excéntricas de Prévot. Muchos testigos coinciden en que Prévot se afeitaba muy mal y que decía a sus novicios que era una gran mortificación hacerlo sin jabón. Las historias sobre el trozo de vidrio roto que utilizaba para rasurarse se apoyan en rumores.

, la noche del 25 al 26 de noviembre de

1913 marcó un punto de inflexión en la todavía joven Congregación. Este año se celebra el

centenario de su muerte. Razón suficiente para volver la mirada hacia este hombre y a sus

méritos para valorar a los dehonianos. Este aniversario nos ofrece también la ocasión de

volver a reflexionar sobre la imagen que proyecta. Hasta hoy, ha predominado en él lo

contradictorio: Prévot es el hombre piadoso y el teólogo erudito, pero también un tipo

extraño que disertaba sobre el sufrimiento, sobre cargar con la cruz, sobre la reparación.

3 Positio super Vita et Virtutibus, Beatificationis et Canonizationis Servi Dei Andreae Prévot, Sacerdotis Professi Congregationis Sacerdotum a S. Corde Jesu (1840 - 1913), vol. I, Roma, Tipografia Guerra, 1996, Praenotatio R. P. Ivonis Beaudoin, Causae Relatoris 1 - 5 págs., Informatio 1 - 98 págs., Biographia documentata 1 - 610 págs., Tabulae I - XIX págs., aquí: Biographia documentata, pág. 149. 4 Cfr. Jacques, Julien: Père André Prévot, pág. 45. Prévot murió como consecuencia de una infección pulmonar.

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Mientras que el fundador Léon Dehon se encuentra todavía muy presente en

nuestro pensamiento, el silencio rodea a Prévot5

Esta biografía influirá, junto a las historias oralmente transmitidas, en lo que hoy

pensamos sobre Prévot. En el presente ensayo queremos estudiar con detenimiento tanto

la biografía auspiciada por Dehon como su traducción alemana. Antes, echaremos un

vistazo a la evolución de Prévot. Apenas sorprende que se sepa tan poco sobre su familia

en la Orden: entró relativamente tarde –a la edad de 45 años– a formar parte de los

Sacerdotes del Corazón de Jesús. Pero ¿cómo vivió antes? Aparte de esto, planteamos la

pregunta sobre cómo pudo surgir la imagen negativa que está adherida a Prévot: ¿Qué es

real en ella? ¿Qué es ficticio?

. Un siglo después de su muerte debemos

preguntarnos cómo es posible que haya caído en el olvido cuando tenemos tanto que

agradecerle. Fue un hombre de la primera hora, uno de los padres de nuestra Orden. O si

se quiere: junto a Dehon, fue la segunda “personalidad estelar”. Y a juicio del propio

Dehon, Prévot habría sido el verdadero fundador de la Orden. ¿Un gesto de modestia? No

únicamente. Dehon conocía el gran influjo de su confidente, conocía el efecto que causaba.

Poco tiempo después de la muerte del maestro de novicios, encargó a un hermano la

redacción de una biografía sobre él.

El cuarto capítulo quiere lanzar nueva luz sobre el maestro de novicios. Aquí

dejamos hablar al mismísimo teólogo Prévot con ayuda de su tesis doctoral, no tenida en

cuenta hasta ahora, sobre Ricardo de San Víctor, cuyos escritos influyeron en su

pensamiento. Por otro lado, nos centraremos en su última obra sobre el Espíritu Santo, un

escrito moderno, adelantado a su tiempo y cada día más actual. Queremos mostrar que

Prévot también ha sido subestimado como teólogo hasta el día de hoy. Quizás lo dicho por

Prévot pueda tener hoy el carácter de rasgo identitario fundacional para nuestra Orden.

Para acabar queremos aproximarnos al “fenómeno Prévot” desde una perspectiva

totalmente distinta. ¿Qué encontraba la gente de fascinante en él? Para desvelar este secreto,

queremos observar cómo vivía cotidianamente su espiritualidad. Sin la posibilidad de

entrevistar a coetáneos o testigos de su época, esta tarea se ve notablemente dificultada. No

obstante, su correspondencia nos ofrece algunas indicaciones importantes. Entendemos el

“tictac” de Prévot a partir de las numerosas cartas que escribió a quienes en algún

momento fueron sus novicios. Tras la ordenación siguieron manteniendo el contacto con 5 Hasta el momento del Concilio, se habían escrito sobre Prévot tres biografías reseñables: la de Georges Bertrand (1920), la de Karel Feij (1925 - 1928) y la de Ellier Benedetto Caporale (1960). En los últimos años trabajan en Prévot sobre todo el P. Evaristo Martínez de Alegría y el P. Egidio Dirdonkx.

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su maestro y le pedían consejo. Si estaba verdaderamente tan “chiflado” como suponemos

hoy en día, ¿qué les movía entonces a confiarle sus preocupaciones y miedos más secretos?

¿Cómo encaja todo esto?

Esta contribución no se arroga de ninguna manera la pretensión de presentar un

estudio científico sobre Prévot. Se asemeja más a un puzle que intentamos volver a

componer. Y aunque sabemos que faltarán algunas piezas, esperamos poder contemplar al

final ante nosotros la vaga silueta de una nueva imagen del padre André Prévot que se

aproxime un poco más a la realidad histórica. De este modo, queremos refrescar el

recuerdo de un gran hermano y mostrar que tiene sentido el volver a ser conscientes de él

de nuevo.

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2. RIQUEZA PERDIDA, POBREZA ELEGIDA: EL CAMINO HACIA LA ORDEN

Es el año 1840. La reina inglesa Victoria se casa con el príncipe Alberto de Sajonia-

Corburg y Gotha. En Francia, quien será el emperador Napoleón III intenta destronar a

Luis Felipe I, el “rey de los franceses”. En Gran Bretaña se imprime el “One Penny Black”,

el primer sello postal del mundo. En los Estados Unidos, F. B. Morse patenta el telégrafo

inventado por él. En Dresde, muere Caspar David Friedrich, el pintor más importante del

romanticismo alemán. Y en el sur de Francia, en una pequeña ciudad a orillas del Ródano,

nace Léon Prévot6

Su padre, François Prévot, hijo de un comerciante de telas, es uno de los hombres

más adinerados de Le Teil. Tiene dieciséis hijos con su mujer Florentine. François comercia

con cereales y forraje antes de fundar una empresa de combustibles. La empresa florece.

Prévot padre invierte las ganancias en propiedades y gabarras con las que transporta

mercancías por el Ródano. Pero con el ferrocarril llega también la quiebra: la hasta

entonces rica familia empieza a pasar hambre. Prévot, que tiene fama de hombre sincero y

muy creyente, vende todos sus bienes. Quiere dejarles en herencia a sus hijos al menos su

buen nombre

. Muchos de nuestros hermanos apenas tienen conocimiento ni de su

procedencia, ni de su niñez y juventud. Pero tras su historia familiar se oculta una historia

que podría servir como argumento para una tragedia.

7

El descenso social y financiero de su familia debió marcar profundamente al joven

André Prévot. A diferencia de su abuelo y de su padre, no se decide por una carrera como

empresario o comerciante, sino que prefiere el sacerdocio. Ingresa en el pequeño seminario

del obispado de Viviers, pero decide no ordenarse como sacerdote de la diócesis. Al

contrario, con diecinueve años, comienza un noviciado con los jesuitas de Aix-en-Provence

que debe interrumpir contra su voluntad. Duerme muy poco, come muy poco, vive muy

.

6 En un principio, el nombre de Prévot era Léon. Cuando ingresó en la orden de los Sacerdotes del Corazón de Jesús, abandonó este nombre y se hizo llamar desde entonces André. 7 Caporale, Benedetto: Andreas Prévot. Ein Leben der Liebe und Sühne, manuscrito, Deutsche Ordensprovinz der Herz-Jesu-Priester, Provinzialat Bonn 1996, 140 págs. Traducción del original italiano “Il servo di Dio P. Andrea Prévot dei “Sacerdoti del S. Cuore' (Dehoniani)”, Roma 1960, de Bernhard Bothe, pág. 10.

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ascéticamente y critica a la jerarquía de la Orden, que lo envía de vuelta a casa8. Tras un

período de reposo, Prévot da clases como profesor particular a los hijos e hijas de familias

adineradas. Posteriormente, empieza a estudiar Filosofía y Teología 9

Mientras Prévot redacta en Aix una tesis doctoral sobre Ricardo de San Víctor,

también encuentra tiempo para dedicarse al cuidado de las almas. El joven sacerdote de la

diócesis quiere llevar a cabo entre las Ursulinas una nueva iniciativa litúrgica en el obispado:

una adoración mensual al Corazón de Jesús y en junio –el mes del Corazón de Jesús– misas

especiales. ¿Los miembros de la parroquia deben ir a rezar a otra parte? Algunos sacerdotes

se quejan de este inconveniente. El nuevo obispo, Téodore-Augustin Forcarde, se une a

ellos. Descontento con las habladurías sobre las prácticas santurronas de algunos miembros

de las parroquias y de algunos sacerdotes propensos al misticismo, entre los cuales incluye a

Prévot, lo traslada rápidamente a Port-de-Bouc, un pueblo a 40 kilómetros al suroeste de

Aix. Este es un castigo que le afecta profundamente.

. No se ordena

sacerdote en la diócesis de su obispado, sino en Aix-en-Provence. Su obispo, Georges

Chalandon, reconoce muy pronto tanto su talento pedagógico como su inteligencia, y lo

convierte en su protegido.

Aunque Prévot vive en Bouc apenas un año, nos ha llegado algo de esa época.

Organiza una oración vespertina, ofrece actividades a los jóvenes y funda un comedor para

los pobres. Visita a los enfermos, se preocupa por sus cuidados y envía dinero a los pobres.

Su casa parroquial está abierta para todos. Muchos de quienes le visitan atraviesan el

umbral, algunos incluso se aprovechan de él10. En la pequeña comunidad rural, Prévot se

hace pronto conocido como sacerdote más allá de los límites del pueblo. Para

consternación de las gentes del pueblo, terminará abandonando la parroquia, marchándose

con la pequeña maleta que traía el día de su llegada 11. Prévot es retratado como “un

sacerdote santo, un segundo cura de Ars”12

A los 45 años su vida da un nuevo giro: Prévot ingresa en la Orden de los

Sacerdotes del Corazón de Jesús. Fundada en 1878, la Congregación es todavía joven y

cuenta sólo con unos pocos hermanos. Una compañera común, la hermana Marie

Véronique, puso en contacto a Prévot con Léon Dehon, el fundador de la Orden. Tras sólo

.

8 Jacques, Julien: Père André, a-b. 9 Positio, vol. I: Biographia documentata, pág. 131. 10 Jacques, Julien: Père André, pág. 6. 11 Positio, vol. I: Biographia documentata, pág. 198. 12 Positio, vol. I: Biographia documentata, pág. 176.

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seis meses, le nombra maestro de novicios –aunque todavía no ha hecho la profesión

perpetua– y lo mantiene en el mismo puesto durante veinte años13. Prévot erige entonces el

nuevo noviciado de Sittard. Como superior de la casa, deja su impronta en la escuela, que

fue construida en Holanda, cerca de la frontera alemana. Logra que Sittard se convierta en

una gran institución que no sólo incluye un pequeño seminario, sino también otros

edificios como una tapicería, una carpintería y una imprenta. Además, escribe libros14

Retrospectivamente hablando, se puede decir que las circunstancias familiares

obligaron a Prévot a enfrentarse a una vida de pobreza desde muy temprana edad. Tras

unos primeros años de abundancia, el joven experimentó qué significaba pasar hambre.

Esta experiencia existencial lo sensibilizó con los pobres durante toda su vida y le proveyó

de una atención especial hacia el voto de pobreza. Tras su entrada en la Orden, se ganó

rápidamente el respeto y la confianza de Dehon, el fundador de ésta, quien lo puso al frente

de un puesto comprometido. Como maestro de novicios, Prévot es responsable del

crecimiento de la Orden durante casi un cuarto de siglo. Los hermanos más mayores

pueden hablarnos todavía hoy de aquellos que fueron sus novicios y le conocieron

personalmente. Inteligente, muy piadoso, dirían. Escrupuloso incluso, un poco meticuloso

en la fe y extraño

que

son traducidos a numerosos idiomas y son publicados en grandes tiradas durante décadas.

15

.

13 Dado que la Congregación era entonces todavía muy pequeña, no puede considerarse que la decisión de Dehon de nombrar maestro de novicios tan rápido a Prévot fuese una solución de emergencia. Prévot tampoco fue el primer maestro de novicios. Los Sacerdotes del Corazón de Jesús habían tenido ya dos maestros de novicios. 14 Entre ellos el “bestseller” de André Prévot: Amour, Paix et Joie. Spiritualité de la dévotion au Cœur de Jésus, Éditions J. Duculot, Tournai 1961, 328 págs. El libro gozó de ocho ediciones en suelo francés y la última apareció en 1961. Fue traducido al español, al portugués, al holandés y al alemán. 15 Como me ha contado el padre Peter Busch a partir de testimonios de los hermanos más mayores.

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3. EL MITO

3.1. ¡CON PERMISO, PRÉVOT! UN HOMBRE DE CUALIDADES EXCEPCIONALES

Si alguno de nosotros, dehonianos alemanes, piensa en Prévot, ante sus ojos

ondeará la siguiente imagen: un hombre entrado en años, con una nariz notable y una

frente alta, un birrete entre las manos arrugadas, la cabeza ladeada, la mirada ausente y una

sonrisa en los labios. Introvertido, profundamente ensimismado, pasado de moda: alguien

venido de otra época. Ese es el efecto que causa el septuagenario Prévot en una foto en

blanco y negro, una de las pocas que se conservan de él. Esto significa que se dejaba

fotografiar de mala gana16, algo que concuerda con una historia que todavía se cuenta entre

los miembros de la Orden. Al parecer, el ecónomo de Sittard le compró un espejo que

sustituyera al diminuto que colgaba de la pared de su cuarto. Pero en vez de alegrarse por el

regalo, Prévot lo rompió a propósito algunos días más tarde por temor a que el espejo

pudiera envanecerle17

¿Es real esta historia? Probablemente. Nuestra suposición se apoya en lo que

sabemos por oídas, pero no puede ser demostrada. Lo que la posteridad ha añadido ya no

puede separarse con nitidez de la realidad. A veces sólo nos queda la posibilidad de evaluar

aquellas historias que han pasado de boca en boca y los apuntes que los coetáneos nos han

legado sobre el maestro de novicios

.

18

Quienes lo conocieron concluyen que “su vida fue una mortificación permanente,

una completa renuncia de sí mismo”

. Hay algo seguro: la impresión de que era un hombre

extraño ha pervivido de generación en generación dentro de la Orden. Debe haber una

razón para esta pervivencia. Prévot exageró con mucha probabilidad su estilo de vida

ascético y se dedicó de un modo tal al ahorro y a la renuncia como para llegar a alejar y

repugnar a otras personas.

19. Se dice que ayunaba durante todo el año20

16 La foto mencionada pudo ser tomada en 1910. Cfr. Bertrand, Georges: Vers le Cloître et la Sainteté. Vie du R. P. André Prévot des prêtres du Sacré-Cœur, précédée d'une Préface par le T.R.P. Dehon, Société Saint-Augustin, Desclée, De Brouwer et Cie, Lille - Paris - Bruges, 1920, 432 págs, aquí págs. 35 - 36. Por lo tanto, los hermanos le habían engañado para hacerle un “photoshooting”. Esto quiere decir que se adivinaba el final de la vida de Prévot y se quería dejar a la posteridad una fotografía de esta personalidad fundadora.

. Debía

17 Como me ha contado el padre Egidio Driedonkx en una conversación telefónica. 18 Cfr. la nota 2. 19 “Sa vie était une mortification continuelle, un renoncement total à lui-même”, en: Jacques, Julien: Père André Prévot, pág. 27. 20 Bertrand, Georges: Vers le Cloître, pág. 127. Allí se dice: “A une époque, dit un troisième, il ne vécut que de pain sec.” (Durante una época, dice un tercero, vivió únicamente a base de pan.)

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comer poco y tan solo alimentos en mal estado, rechazando con asco cualquier otra cosa.

Los novicios contaban cómo mascaba el pan duro con moho y cómo devoró un huevo

podrido. También relataban que Prévot se flagelaba. Algunos recuerdan haber oído sus

gemidos. Otros relatan haber visto sogas ensangrentadas en el suelo de su cuarto21

Sus contemporáneos están de acuerdo en la preocupación de Prévot por el voto de

pobreza

.

22 y, ante todo, por una pregunta: ¿cuánto se puede utilizar una cosa hasta que se

vuelve inútil? 23 . Tanto en verano como en invierno, llevaba el mismo abrigo. Las

discrepancias aparecen en lo referente al desaliño y la suciedad de su modo de vestir. Unos

hablan de ropa sucia y ajada por el uso. Otros contradicen esta opinión: ropa usada, pero

no harapienta ni manchada24. Parece que también Dehon puso reparos abiertamente en

más de una ocasión a su aspecto: “Sea aseado. No quiero a ningún Benito Labre en la

Congregación"25

Comer copiosamente, tener un buen aspecto exterior, posesiones: Prévot parece

haber mostrado poco interés por todo esto. Su corazón, como veremos, se inclinaba hacia

otras cosas. Pero esta otra cara quedó eclipsada tras las historias que sobre él se contaban.

En vez de esto, se ha dado prioridad a aquellos relatos aparentemente “fascinantes” que

seguramente fueron posteriormente adornados.

.

3.2. FALSO CELO: DE CÓMO LOS BIÓGRAFOS HAN INFLUIDO EN LA IMAGEN DE PRÉVOT

Inmediatamente después de la muerte de Prévot, Dehon encomendó a un hermano

francés que se ocupase de escribir la historia de su vida. El padre Georges Bertrand reunió

y organizó los materiales26

21 Cfr. Jacques, Julien: Père André Prévot, págs. 27 - 28.

. Finalmente, escribió la biografía, en la que se concentraba en

describir el tiempo vivido por Prévot dentro de la Congregación. El texto, florido y muy

22 Cfr. Dorresteijn, Henri: Vie et Personnalité du Père Dehon, traducción del holandés de H. Dessain, Malines 1959, pág. 154. Dorresteijn nos informa del legendario amor de Prévot por la pobreza. 23 Otros Sacerdotes del Corazón de Jesús copiaron su comportamiento como ejemplar. Por ejemplo, el P. Gottgried Leopold Rupp (1892 - 1966), que ingresó en la Orden justo tras la muerte de Prévot, se lavó durante semanas con la misma agua para no derrochar nada. Su motivación era probablemente la de imitar a Prévot. – Conversación con el padre Peter Busch. 24 Cfr. Jacques, Julien: Père André, págs. 27, 32. 25 “Soignez-vous, je ne veux pas de Benoît Labre dans la Congrégation”, en: Positio, vol. I: Biographia documentata, pág. 341. Benito Labre (1748 – 1783) fue un monje trapense, peregrino y místico. En los últimos años de su vida vivió en la más total autonegación en las calles de Roma y murió en los escalones de la iglesia de Santa Maria ai Monti como un mendigo pobre. 26 Bertrand, Georges: Vers le Cloître et la Sainteté. Vie du R.P. André Prévot des Prêtres du Sacré-Cœur, précédée d'une Préface par le T.R.P. Dehon, Société Saint-Augustin, Desclée, De Brouwer et Cie. Lille - Paris - Bruges 1920, 432 págs.

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poético, se ciñe a la intención de Dehon, que autorizó la biografía, a la que añadió un

prólogo de su puño y letra. Fundamentalmente, como se desprende del prólogo a la edición

original del año 1920, Dehon no quería una biografía, sino una hagiografía:

El padre André Prévot estaba hecho de la madera de los santos sacerdotes de nuestra época, como

el santo cura de Ars, el padre Chevrier de Lyon, Don Bosco, etc. Como ellos, amaba la mortificación

incesante, la vida interior, la oración continua. (...) ¡Amor, paz y alegría! Esa fue su divisa, esa fue la

quintaesencia que extrajo de los escritos de Santa Gertrudis. Con una naturaleza primitivamente dura y

seca, se convirtió en todo caridad y –como el primer Sacerdote del Sagrado Corazón, el apóstol San Juan–

al final de su vida sólo hablaba de la caridad27

El deseo de Dehon era que la biografía abriese el camino a un rápido proceso de

canonización. Prévot es para Dehon “nuestro santo”

.

28

Dehon no sólo autorizó la redacción de esta biografía hagiográfica, sino que

también supervisó cada fase de su composición. Su objetivo era el rápido proceso de

canonización. Prévot debía convertirse, por deseo de Dehon, en el primer santo de su

Orden. A causa de esta –desde nuestra perspectiva actual– exagerada resolución se

sacrificaron algunos aspectos importantes: Bertrand se centra en las virtudes de Prévot pero

pone entre paréntesis sus méritos intelectuales y académicos. Ni siquiera menciona su tesis

doctoral sobre Ricardo de San Víctor. Por otro lado, silencia las debilidades de su

protagonista, subrayando y exagerando sus cualidades heroicas. Un error, como se

comprobaría posteriormente, pues la primera biografía, a la que se vuelven los ojos de los

posteriores biógrafos, fija la dirección a seguir.

. A la todavía joven Congregación no

podía pasarle nada mejor que tener un modelo semejante entre sus filas.

Todavía más sabor hagiográfico tiene el prólogo que Theodor Johannes Nepomuk

Heiserholt pone en boca de Léon Dehon en la edición alemana. Heiserholt hace decir a

Dehon en 1935 –diez años después de su muerte– el porqué instaba con tanta rapidez a

“dibujar la imagen de un santo”.

27 Bertrand, Georges: Vers le Cloître et la Sainteté, prefacio, págs. 9 - 10. “Le Père André Prévot était de la trempe des saints prêtres de notre temps, le saint curé d'Ars, le père Chevrier de Lyon, don Bosco, etc. Comme eux, il aimait la mortification incessante, la vie intérieure, la prière sans fin. (...) Amour, paix et joie! C'était sa devise, c'était la quintessence qu'il avait extraite des écrits de sainte Gertrude. Avec une nature primitivement dure et sèche, il était devenu tout charité –et comme le premier prêtre du Sacré-Cœur, l'apôtre saint Jean– il ne parlait plus guère, à la fin de sa vie, que de la charité.” 28 Dehon, Leo: Lettere circolari, Editrice Dehoniana, Bologna 1954, nº 210 - 212 [nota del 17 de diciembre de 1913]: “Il nostro santo è morto!” – “¡Nuestro santo ha muerto!” Que Prévot era un santo, ya lo mencionó Dehon poco después de que entrase en la orden. Cofr. Jacques Julien: Père André, d.

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Parece inadecuado dejar pasar una década tras otra para dibujar, a la luz de los recuerdos, la

imagen de un santo que quizás nos haga olvidar el hecho de que, antes de ser idealizado, el sujeto de nuestra

admiración también ha caminado entre nosotros poniendo sus debilidades a la vista de todos. Una imagen

semejante nos confirmaría probablemente en la oración, pero no ofrecería el aliciente necesario para imitarla

de manera valiente y confiada en nuestra vida cotidiana29

¿Por qué ha de transcurrir “década tras década” hasta que se hayan olvidado todas

las “dimensiones humanas” del “sujeto de nuestra admiración”? ¿Por qué esperar tanto

tiempo para dibujar “la imagen de un santo”? Heiserholt cree oír la voz de Dehon. Pero

Dehon nunca dijo nada semejante.

.

Aún más problemático es el título que aparecía en la cubierta de la primera biografía

alemana de Prévot. Este título utiliza un concepto teológico clave que no aparece en

ningún lugar tan llamativo en las ediciones francesas. Pero es justamente este concepto

clave el que las siguientes generaciones de Sacerdotes alemanes del Corazón de Jesús y

aquellos que fueron influidos por los alemanes unirán al nombre de Prévot: el de

“expiación”. La primera biografía alemana, que es no tanto una traducción cuanto un

resumen del libro de Bertrand, lleva por título “Expiación. Una biografía”.

De este modo, Heiserholt subraya las tendencias hagiográficas que ya Bertrand

había puesto de relieve en su biografía. Por así decir, Heiserholt aprovecha la ocasión para

idealizar a Prévot en un lenguaje todavía más florido y ampuloso que el utilizado por

Bertrand. Un ejemplo:

Con su modestia, con su nobleza y su lealtad se ganó [Prévot] la alta estima y el aprecio de

algunos de los “mejores círculos”, especialmente porque no solo quiso ser para sus alumnos un maestro

concienzudo y capaz en el ámbito científico, sino también un guía leal y de confianza en el camino hacia la

honradez y la virtud30

El panegírico de Heiserholt ha influido en gran medida sobre la imagen que los

religiosos alemanes tienen hoy de Prévot. Antes que cualquier otra cosa, el título que

aparece en la portada del libro es lo que más recuerdan. Con la palabra “expiación” vuelve

al primer plano un concepto que nunca fue central en el pensamiento de Prévot. Así surge

.

29 Heiserholt, Theodor Johannes Nepomuk: P. Andreas vom Herzen Jesu, ein Lebensbild nach dem französischen Original des Hochw. P. Georges Bertrand SCJ, eine Dankesschuld für wunderbare Hilfe. Allen Mitgliedern, Freunden und Wohltätern der Herz-Jesu-Priester in religiöser Verehrung zugeeignet. Selbstverlag der Herz-Jesu-Priester, Wien 1935; pág. 5. 30 Heiserholt, Theodor Johannes Nepomuk: P. Andreas vom Herzen Jesu, pág. 29.

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el prejuicio de que el maestro de novicios se dedicó teológicamente sobre todo a la huida

del mundo y al sufrimiento. Nuestros hermanos comienzan a preguntarse con razón si

estos temas encajan con el momento histórico posterior al Concilio Vaticano II. ¿Encaja

Prévot con nosotros, Sacerdotes del Corazón de Jesús? ¿Encaja con aquellos a quienes

Dehon, el fundador de la Orden, les dejó como divisa “¡acercaos al pueblo!”?31

Dehon es el sacerdote con la Biblia en una mano y el periódico en la otra. Estaba a

favor de la apertura al mundo, el compromiso social y la actividad: un manager y un hombre

de acción. ¿Y Prévot? En lo sucesivo, será el pasivo, el apartado del mundo

.

32 . La

consecuencia: cada vez más hermanos se apartan de él, pues se les ha vuelto casi penoso.

Esto se muestra, asimismo, en la historia de la recepción. Tras el Concilio aparecieron

todavía menos publicaciones sobre Prévot, una de ellas es la biografía de Paolo Tanzella

(1887)33

Giuseppe Girardi nos ofrece el ensayo más completo e importante de los últimos

años sobre Prévot. Con la mirada puesta en el proceso de beatificación, editó en los años

90 del siglo XX la Positio

.

34. Girardi puso así los cimientos para posteriores investigaciones,

aunque no incluyó en su trabajo materiales importantes. Por un lado, no viajó a Francia

para visitar el archivo en el que se conserva la correspondencia con la hermana Marie

Véronique35

La tradición oral y los primeros escritos sobre Prévot, que se superan mutuamente

en intención hagiográfica, dibujan una imagen que muestra a Prévot como un místico

apartado espiritualmente del mundo. Ejemplar en su conducta, pero extravagante en su

comportamiento; elegante en su conversación, pero mugriento en su apariencia externa;

puntual en sus obligaciones cotidianas, pero intempestivo en su vida comunitaria; experto

, la compañera más cercana a Prévot. Por otro lado, del mismo modo que sus

predecesores, descuidó los textos más tempranos, dejando de lado entre otros escritos la

tesis doctoral sobre Ricardo de San Víctor.

31 Dehon, Léon: Notes Quotidiennes, vol. I, Edizioni Dehoniane, Roma 1988, pp. 329 - 330. “Lo que hace falta es desvivirse, luchar, acercarse al pueblo y hacer como si todo dependiese de nosotros. Solamente entonces, Dios nos ayudará y actuará como sabe hacerlo”. Cfr. también Léon Dehon: Oeuvres Sociales, vol. II, Edizioni Dehoniane, Napoli 1976, p. 153: “¡Hay que acercarse al pueblo! Es una frase de León XIII. Se nos impone por la autoridad de quien la ha pronunciado y por su verdad intrínseca.” 32 Así en conversación con el padre Konrad Flatau. Según Flatau, la comunidad creyó que tras el Concilio Vaticano II era necesario subrayar la modernidad de Léon Dehon. André Prévot, según esto, no tendría cabida en una Congregación postconciliar. 33 Tanzella, Paolo: Carta Bianca. Vita di padre Adnrea Prévot, Edizioni Dehoniane, Napoli 1987. 34 Cfr. la nota 2. 35 Este material de archivo se conserva en el Archivo de las Victimes du Coeur de Jésus, la orden de la madre Verónica. Más tarde, la Congregación vendió su propiedad en Draveil y se trasladó con el material a La Roche-sur-Yon, en el departamento de la Vendée. Cfr. la conversación con el padre André Perroux.

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en las virtudes del amor divino, pero recluido en los miedos de sus escrúpulos. Un hombre

que corría la cortina y rechazaba mirar al mundo, tendido sobre una mezcla de fanático

idealismo pobrista, meditación permanente y huevos podridos mezclados con pan mohoso.

No sorprende que muchos hermanos frunzan el ceño todavía hoy cuando se empieza a

hablar de Prévot. En el mejor de los casos, esto significa que quiso ser un santo, pero no un

ejemplo.

Quizás el propio Prévot contribuyó también a este mito. Prévot, el humilde, el que

no se dejaba fotografiar, el que rehuía el banquete público y las convenciones sociales. Con

su actitud, su comportamiento y sus particularidades dibujó el borrador de una imagen

negativa que no puede, tal y como nos ha llegado, corresponderse con la verdad. ¿Cómo

pudo un tío tan raro entusiasmar a innumerables novicios? ¿Por qué seguían carteándose

muchos con su maestro de novicios incluso después de su ordenación sacerdotal para

pedirle consejo? ¿Cómo habría podido estar al frente de una escuela durante años de un

modo tan intensivo y enérgico? ¿Cómo habría logrado asegurar la situación financiera de la

creciente institución en Sittard como un eficiente recaudador de fondos?

4. EL OTRO PRÉVOT

6 y 7 de septiembre de 1893, Fourdrain, en el norte de Francia: hay crisis en la

Orden. Los Sacerdotes del Corazón de Jesús se reúnen en un capítulo general que ha sido

convocado de manera excepcional. El punto más importante del día es el siguiente: ¿qué

será de Léon Dehon, el fundador? El obispo Jean Baptiste Théodore Duval quiere

destituirlo como superior de la Orden y sabe que tiene el apoyo de una gran parte de la

Congregación. El obispo, que no asiste personalmente al capítulo, envía una carta en la que

reprocha abiertamente a Dehon descuidar a la comunidad y no estar a la altura de sus

obligaciones a causa de sus constantes viajes. Dehon presiente que su puesto está en

peligro. La presión es grande y una renuncia parece inevitable.

En esta situación, Dehon se acuerda de uno de sus confidentes más cercanos. Pide

a André Prévot que prepare a los hermanos en los ejercicios de cara al capítulo general. El

maestro de novicios lo hace. Les da impulso espiritual. Y algo más: utiliza esta posibilidad

para influir en ellos, para hacer un llamamiento de un modo no totalmente apolítico. Así, el

tema de sus ejercicios se titula: “Carácter y distinción (carattere e distintivo) de la

Congregación”. Prévot tiene éxito y “salva” a Dehon. La petición fracasa antes de que los

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delegados puedan votar la dimisión de Dehon en el capítulo general. Dehon se queda

gracias a Prévot.

El maestro de novicios muestra aquí la fortaleza de sus nervios y su aguante.

Encuentra una solución incluso cuando Dehon piensa en abandonar. Con sensibilidad y un

instinto político sutil logra apartarlo de la crisis. Prévot goza de su confianza. Es apreciado

no sólo como un aliado leal y un amigo, sino también como un hombre de acción y como

un colaborador36. Aquí se muestra su otra cara, la que nosotros quizás no conocemos, pero

que les era familiar a los hermanos de la Orden en aquella época, quienes conocían sus

capacidades. Pues no sólo lo apreciaban como el maestro de novicios que había

introducido a casi quinientos novicios en la vida de la Orden37. También gozaba de la total

aprobación de la Congregación y por ello Dehon le otorgó el cargo de primer provincial de

la Provincia occidental en 190938

4.1. EL TEÓLOGO: INCONFORMISMO “DE LA CABEZA AL CORAZÓN”

. Prévot, ¿pasivo y alejado del mundo? Difícilmente. En su

teología se muestra asimismo cuán lejos estaba de esta idea.

4.1.1. ABELARDO CONTRA ANSELMO

Prévot era un teólogo de gran cultura. Apenas es sabido que escribió dos tesis

doctorales. Una la redactó en la Gregoriana de Roma39. La otra en la universidad de Aix-en-

Provence40

36 Cfr. Jacques, Julien: Père André, pág. 35. Posteriormente, tuvo hacia el fundador de la Orden la mayor obediencia. Dehon, a cambio, respeto y admiración, permitiéndole lo que no le permitía a los demás, a saber: poner en duda alguna de sus decisiones.

. Nos centraremos ahora en su primera disertación. En 1868 Prévot empieza a

trabajar sobre un monje agustino medieval: Ricardo de San Víctor, un escocés que fue

durante muchos años prior de la abadía parisina de San Víctor hasta su muerte en 1173. Su

37 Después de que la Santa Sede le comunicase a la Congregación el permiso para dividirse en dos provincias el 6 de octubre de 1908, el padre Dehon nombra el 6 de enero de 1909 al padre Prévot como provincial de la Provincia Occidental (nombramiento en el Archivo Dehon B 16/9, inv. 126.02). Esta [provincia] fue dividida el 8 de abril de 1911 en una Provincia Holandesa y una Franco-Belga (Gallo-Belgica). Desde entonces, la Provincia Oriental, que desde el comienzo no sufrió ningún cambio, se llama Provincia Alemana [Deutsche Provinz]. Prévot se trasladó en 1907 a Manage (Bélgica) con los novicios no alemanes. En Sittard se quedaron los novicios alemanes, cuyo maestro de novicios sería el padre Konrad Wiese. En 1912 Wiese se fue con sus novicios a Fünfbrunnen, la que sería hasta 1954 el Noviciado de la Provincia Alemana. En 1911 Prévot se convirtió en Provincial de la nueva Provincia Franco-Belga. 38 Bertrand, Georges: Vers le Cloître et la Sainteté, págs. 178 - 179. 39 Cfr. Jacques, Julien: Père André, b. En Roma, en 1876, escribió su segunda tesis doctoral. La hermana Marie Véronique le instó a ello porque quería “plantarle el birrete de doctor romano”. Jacques escribe: “La Madre Verónica le instó a ir a Roma para perfeccionar sus estudios teológicos.” La Positio da la idea de que este trabajo, en comparación con la disertación sobre Ricardo de San Víctor, es mediocre. 40 A este trabajo le animó el entonces obispo de Aix-en Provence, Georges Chalandon, a quien dedica la obra.

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discípulo, Hugo de San Víctor, es considerado uno de los teólogos más importantes de su

época.

Ricardo intentó conciliar en su obra dos puntos de vista de la teología medieval que

hasta entonces parecían irreconciliables. En la escolástica se discute la relación entre fe y

razón. A un lado, el “padre” de la escolástica, Anselmo de Canterbury, que presenta la fe

como el punto de partida de toda reflexión. Lo que creo, así reza su definición, es aquello

que quiero determinar racionalmente y describir mediante conceptos racionales (“fides

quaerens intellectum”: la fe en busca del intelecto). Al otro, su “oponente”, Petrus Abaelardus,

un filósofo controvertido y combatido, también conocido como Pierre Abélard. En su

libro Sic et Non defiende rigurosamente el primado de la razón incluso en cuestiones de fe.

En su opinión, sólo quien emplea la razón puede encontrar la fe (“intellectus quaerens fidem”:

el intelecto en busca de la fe). Prévot rastrea en su tesis doctoral las huellas de estas

controversias teológicas, tendiendo con gracia este arco hacia su propia época:

Entre los dos métodos opuestos que hemos descrito y que, llevados a sus extremos, han producido

en nuestros días el racionalismo y el tradicionalismo, se abre una vía de conciliación que, por un eclecticismo

feliz, conserva lo que ambos tienen de exacto y rechaza lo que poseen de excesivo. Este camino de

reconciliación admite –con la segunda escuela [la de Abelardo]– que la razón debe preceder a la fe, y que

es ella la que ha de hacer pasar al alma a través de todas las verdades históricas y filosóficas que son como

el preámbulo de nuestras creencias. No obstante, cuando la razón ha llegado hasta la fe, ayudada por la

gracia, entonces este camino enseña –con la primera escuela [la de Anselmo]– que la fe debe buscar la

inteligencia y esforzarse por llegar a la verdad, no solamente mediante la fe (croyance), sino también

mediante la ciencia41

Prévot entiende que el racionalismo y el tradicionalismo “de nuestros días” son

consecuencia del modo de pensar medieval de Anselmo y Abelardo. A continuación,

expone la tesis de Ricardo, en la que explica cómo fue posible poner fin a esta disputa y

establecer una buena relación entre fe y razón. La teología se ocupa de verdades que son

objetos de fe, pero también necesita a la razón para profundizar en el conocimiento de la fe;

.

41 Léon Prévot: Étude sur Richard de Saint Victor, Achille Macaire, Aix 1870, 96 páginas [Tesis doctoral, Archivo de la Curia General del Sagrado Corazón de Jesús en Roma], pp. 23 - 25: “Entre les deux méthodes opposées que nous avons décrites et qui, poussées à leurs extrêmes, ont produit de nos jours, le rationalisme et le traditionalisme, se plaça une voie de conciliation, qui, par un éclectisme heureux, conserva ce que le deux autres avaient d'exact et rejeta ce qu'elles renferment d'excessif. Elle admit avec la seconde école, que la raison doit précéder la foi, que c'est à elle à faire passer l'âme, par toutes ces vérités historiques et philosophiques qui sont comme le préambule de nos croyances. Mais lorsque la raison, aidée de la grâce, est arrivée à la foi, alors elle enseignait avec la première école que la foi doit chercher l'intelligence et s'efforcer d'arriver au vrai, non seulement par la croyance, mais aussi par la science.”

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apropiándose, de este modo, del regalo que la propia fe constituye. Prévot coincide en este

punto con Ricardo y comparte su crítica a Bernardo de Claraval, quien mantuvo una agria

disputa con Abelardo.

San Bernardo exagera quizá un poco las doctrinas de su adversario y no habría que tomar al pie

de la letra lo que Bernardo dice cuando parece declarar culpable a aquel [i. e. a Abelardo] que busca en la

razón los apoyos de su fe. Las propias obras del santo testimonian con suficiencia que, aun prefiriendo la fe

que obra en virtud de la caridad, sabía conceder lugar a la razón que lleva una antorcha hacia el dominio

de las verdades reveladas para iluminar los fuegos de la contemplación42

Prévot no rechaza rotundamente las tesis de Abelardo, sino que ve en algunas de

ellas una oportunidad para establecer una buena relación entre fe y razón. Así, determina el

método de Abelardo en su introducción a la teología: “uno no cree algo porque Dios lo

haya revelado. Más bien lo acepta porque la razón lo ha convencido de ello”

.

43

Es evidente que el verdadero teólogo debería actuar así y esforzarse en reunir en sí mismo las dos

tendencias: el impulso del alma por perseguir con amor ardiente la verdad y el proceder lógico que quiere

alcanzarla por los caminos seguros del razonamiento. Se ha dicho que el hombre se mide de la cabeza al

corazón y como el espíritu humano dispone de todas sus fuerzas, es necesario que aúne la fuerza del

sentimiento y la fuerza de la razón

. Ricardo de

San Víctor dice que una y otra, razón y fe (ratio et fides), se necesitan mutuamente. Se

complementan, no se repelen. Prévot secunda esta idea:

44

Nuestro teólogo subraya que “el hombre se mide de la cabeza al corazón”. En esta

idea aparece veladamente uno de los secretos que consideraremos como un principio

fundamental en el pensamiento de Prévot. Lo que el joven Prévot contempla aquí de

manera intelectual se convertirá en sus últimos años en un fundamento existencial. Quien

quiera comprender por qué Prévot fue un exitoso maestro de novicios o por qué se le pedía

consejo tan a menudo en cualquier tipo de situaciones vitales, encontrará aquí al menos una

de las respuestas centrales: para Prévot, inspirándose fundamentalmente en Ricardo de San

.

42 Prévot, André: Étude sur Richard, pág. 21: “S. Bernard exagère peut-être un peu les doctrines de son adversaire, et il ne faudrait pas prendre à la lettre ses expressions, quand il semble déclarer coupable celui qui cherche dans la raison les appuis de sa foi. Les œuvres elles-mêmes du saint témoignent assez qu'en préférant la foi qui opère par la charité, il savait faire la part de la raison qui porte le flambeau dans le domaine des vérités révélées et y vient allumer les feux de la contemplation.” 43 Prévot, André: Étude sur Richard, pág. 21. 44 Prévot, André: Étude sur Richard, pág. 51: “Il est évident que le véritable théologien devait en agir de la sorte, et s'efforcer de réunir en lui les deux tendances l'élan de l'âme pour poursuivre la vérité par un ardent amour, et la marche logique pour l'atteindre par les voies sûres du raisonnement. L'Homme, a-t-on dit, se mesure de la tête au cœur, et pour que l'esprit humain dispose de toutes ses forces il faut qu'il unisse la puissance du sentiment à celle de la raison.”

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Víctor, el ser humano necesita ambas cosas, tanto la razón como el elemento afectivo:

calidez, cariño, sentimiento. Para poder actuar y decidir con justicia, la cabeza y el corazón

deben estar en armonía. Desde el punto de vista contemporáneo, esto admite una lectura

literal en la que resalta la sensatez. Pero, ¿y en su época?, ¿cuáles eran los temas teológicos

candentes cuando Prévot escribía su tesis doctoral?

4.1.2. ANTICÍCLICO Y TRINITARIO

Tras la vigorosa crítica de la Ilustración, la escolástica gozó en el siglo XIX de una

fuerte renovación auspiciada por el Papa León XIII. En el punto central se situaban

entonces la fundamentación racional de los dogmas eclesiásticos y la conciliación entre fe y

saber, religión y ciencia. Al mismo tiempo, los dogmáticos, que intentaban derivar toda la

doctrina eclesiástica de los artículos de fe, disputan con los místicos, que se basan en sus

experiencias espirituales. El principio según el cual el punto de partida está en el

pensamiento parece oponerse de manera radical en teología a aquel otro principio que

coloca el punto de partida en la experiencia.

La teología también recibe acometidas “desde fuera”. De un lado, Charles Darwin

hace que la comprensión eclesiástica de la creación se tambalee en su magna obra Sobre el

origen de las especies (1859). Del otro, el transcurso de la Revolución Industrial hace que

comiencen a plantearse explosivas cuestiones sociales. Surgen estructuras sociales, se

transforman. El surgimiento de los sindicatos, que toman partido por los perjudicados, le

disputa a la Iglesia su terreno. Se extiende una nueva conciencia democrática que se

escandaliza ante una jerarquía eclesiástica dividida “monárquicamente”. Surge una crítica a

la Iglesia que se endurece tras el Concilio Vaticano I (1869 - 1870), tras la decisión por la

infalibilidad del Papa.

Frentes enconados en teología, avance de las modernas ciencias naturales y arraigo

social de una nueva forma de pensamiento que se distancia de la Iglesia: Prévot escribe su

tesis doctoral sobre Ricardo de San Víctor. Mientras que otros teólogos caminan por las

sendas de la neoescolástica y en particular por las de Tomás de Aquino, Prévot se opone

totalmente a esta tendencia. Prévot piensa de manera anticíclica. Se ocupa de un hombre

que fue célebre ante todo por sus ideas sobre la Trinidad.

Si San Agustín había pensado todavía al Espíritu Santo como lazo de amor entre el

Padre y el Hijo, Ricardo de San Víctor lo contempla como una tercera persona real.

Resumamos brevemente su modo de razonar: El amor (amor) debe dirigirse hacia los otros

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para ser amor desinteresado y verdadero (caritas). El amor egoísta, como el que puede

insinuarse entre dos amantes, no tiene sitio en Dios. Ricardo de San Víctor entiende que

para garantizar la existencia de un amor desinteresado se necesita a aquel tercero que hace

saltar por los aires la estrechez de la unión entre dos [Zweisamkeit].

Y la demostración más alta de amor (amor) consiste en desear que aquel a quien

amamos y por quien somos amados sea, además, amado por un tercero45

Ciertamente, es este carácter conciliador lo que cimentó la gloria de la escuela de San Víctor en el

siglo XII, al mantener la relación de la verdad con el amor, la unión de la dogmática con la mística y la

consideración de la teología como una ciencia humana en lo referente a su forma y divina en lo referente a

sus principios

. Este tercer

coamante (condilectus) es el Espíritu Santo. Ricardo de San Víctor dice que el Espíritu Santo

perfecciona el amor intratrinatrio entre Padre e Hijo porque simultáneamente recibe y

devuelve amor. El Espíritu Santo es el verdadero dador, pues hace posible la experiencia de

la abundancia del amor desinteresado (caritas) para las otras dos Personas. Esta idea jugará

un papel importante en el siguiente capítulo de nuestro ensayo, pues trata de cómo el

maestro de novicios Prévot vivió su espiritualidad. Pero antes recapitulemos. En resumen,

¿qué piensa el teólogo Prévot?

46

Prévot considera que el secreto del éxito de Ricardo descansa en la conciliación

entre dogmática y mística. Aboga por una teología que deje espacio para la experiencia

mística y, al mismo tiempo, mantenga una posición abierta frente a las modernas ciencias

de la naturaleza. De este modo, Prévot se muestra como un inconformista. Al ocuparse de

Ricardo de San Víctor, no se sitúa frente a un escolástico –como lo hacían casi todos los

teólogos y la doctrina de la Iglesia– sino frente a un hombre que representa a la teología

monástica, frente a un precursor proveniente de la Edad Media. Como Ricardo, también

Prévot parece teológicamente adelantado a su tiempo

.

47

45 Prévot cita a Ricardo de San Víctor: Liber 3, c. 14, 8. En: Prévot, André: Étude sur Richard, pág. 86.

. Prévot hereda de Ricardo de San

Víctor un acceso positivo al mundo. Y también algo más: a través del estudio de sus

escritos, se interesa por un tema poco tratado por la teología de su tiempo y que ya nunca

46 Prévot, André: Étude sur Richard, págs. 51 - 52: “C'est certainement le caractère conciliateur, retenant la liaison de la vérité avec l'amour, unissant la dogmatique à la mystique, conservant à la théologie sa nature de science humaine dans sa forme et divine dans ses principes, qui fit la principale gloire de l'école de Saint Victor au douzième siècle.” 47 Casi 100 años más tarde, gracias al Concilio Vaticano II, este pensamiento suministró la base para una comprensión teológica actual.

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le abandonará. El giro hacia un Dios trinitario y, ante todo, hacia una estima singular del

Espíritu Santo.

4.2. EL ESPIRITUAL. SOBRE EL SACRIFICIO, EL AMOR AL PRÓJIMO Y UNA GRAN AMBICIÓN

4.2.1. GERTRUDIS DE HELFA Y LA EXISTENCIA COMO “VÍCTIMA”

Sube la fiebre. Le duelen los músculos y todas las partes del cuerpo. Gertrudis está

postrada en su cama cada noche sin poder dormir y teme por su vida, cuando de repente

tiene una visión: Jesús está frente a ella con la salud en una mano y la enfermedad en la otra

y le dice que debe elegir una de las dos. Gertrudis le toma ambas manos y le abre su

corazón: “Señor, –dice– no elijo”. Solo quiere estar a su lado y sentir la alegría de su

corazón. Jesús le responde: “Puesto que renuncias a tu voluntad para entregarte a la mía, te

colmaré con toda la dulzura y toda la alegría de mi divino Corazón”.

Prévot narra este relato sobre la visión de santa Gertrudis de Helfta en su último

libro48. Gertrudis es un “ejemplo alentador” con el que subraya que “no hemos de elegir

nada, no hemos de suplicar nada. Abandonémonos a la confianza total en la voluntad santa

y sabia de nuestro único amigo” 49

Sacrificio. Un concepto que, en relación con Prévot, resulta demasiado familiar a

muchos de nuestros hermanos alemanes. “Aceptar el sacrificio” suena para los oídos

alemanes como el deber de ofrecerse en satisfacción por los pecados de otros, como el

deber de expiar vicariamente las faltas de los demás, como el deber de resarcir el amor de

. Estamos ante un pasaje clave que nos sumerge

profundamente otra vez en el mundo intelectual de Prévot. Aquí se revela la fuente de todo

su comportamiento, la raíz de su actitud interior. Para vivir en la plenitud del sentido, nos

dice, el ser humano debe renunciar a su propia voluntad y consagrarse a la voluntad divina.

Al desembarazarse de sí mismo, no considera su ego como el centro del mundo, sino que

se une con Dios y ajusta su alma a la actitud de Jesús, que permitió que la voluntad de Dios

se cumpliese totalmente. Vivir así significa para Prévot vivir con la actitud sacrificial de una

“víctima”.

48 Prévot, André: Manuel de la Dévotion au Saint-Esprit ou Amour, Consolation et Trésors dans le Saint Esprit par le R.P. André Prévot S.C.J. Auteur d'“Amour, Paix et Joie”, Établissements Casterman, Paris-Tournai 1913, 193 páginas, aquí: págs. 26 - 27. 49 Prévot, André: Manuel de la Dévotion au Saint-Esprit, págs. 26 - 27.

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Jesús rechazado por los hombres, como el deber de consolar al Jesús pobre, solo y

abandonado en el Sagrario. Siempre resuena aquí la renuncia a la hermosura, el

compromiso con una existencia triste, privada de alegría y llena de privaciones. Sin duda,

estos ejercicios piadosos han existido. Existieron en relación con Prévot y con el carisma

fundacional de los sacerdotes del Corazón de Jesús. Pero nunca han sido un elemento

central, ni siquiera en el caso de Prévot.

Los textos de Prévot muestran cómo entendió el “ser víctima” [Victime-sein]. He

aquí un ejemplo de cómo utilizaba este concepto en el escrito que dirigió a los novicios del

Corazón de Jesús de Sittard en el Adviento de 1909:

Aceptemos generosamente, todos juntos, los sacrificios que la Providencia o que nuestra Regla

exigen de nosotros: sacrificios de silencio, de obediencia, de caridad, de paciencia. Ofrezcámoslos de buen

grado al Sagrado Corazón, por amor a Él y a las almas50

Para Prévot se trata de una mirada amplia, de un horizonte extenso, de escuchar a

Dios (Dt 6, 4), del “ojo de Dios” con el que cada cual debe contemplar las cosas del

mundo. La imagen de Dios de Prévot nos permite saber que no está abogando por una

disposición sacrificial pasiva, por un holocausto. Prévot se enfrenta críticamente al modo

de pensar según el cual Dios quiere “ver sangre”. Su Dios no necesita un culto, no necesita

sacrificios ni holocaustos. Por esta razón, el Dios de Prévot quiere a un ser humano que le

sirva en libertad, no por temor ni por miedo.

.

Pero, ¡ay! El Señor tiene muchos esclavos que le obedecen por temor, algunos mercenarios que le

sirven por sus recompensas, pero pocos hijos, pocos amigos, pocas almas desposadas que lo honran y se

regocijan por su amor51

“Esclavos” y “mercenarios” ya ha habido bastantes, viene a decir Prévot: seres

humanos que se unen a Dios por temor. Lo que cuenta no es el hombre atemorizado que

sacrifica a su Dios bajo una coacción interior. Contra tal relación intimista con Dios que se

alimenta del miedo del hombre, Prévot establece una relación con Dios que se abre en

libertad hacia Él y hacia los demás hombres. Lo que cuenta es la vigilancia, la atención y la

.

50 La carta de Prévot ha sido publicada como litografía y como texto en: Heiserholt, Theodor Johannes Nepomuk: P. Andreas vom Herzen Jesu, págs. 91 - 93. En el original, la cita es como sigue: “Acceptons généreusement, tous ensemble, les sacrifices que la Providence ou la Règle demanderont de nous: sacrifices du silence, de l'obéissance, de la charité, de la patience; offrons.les bien au S. Cœur par amour pour lui et pour les âmes”. 51 Prévot, André: Manuel de la Dévotion au Saint-Esprit, pág. 177: “Mais, hélas! le Seigneur a beaucoup d'esclaves qui lui obéissent par crainte, quelques mercenaires qui le servent pour ses récompenses, mais peu de fils, d'amis, d'âmes épouses, qui l'honorent et le réjouissent par leur amour.”

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apertura de espíritu ante lo desconocido y los desconocidos. De lo que se trata es de una

vida colmada por el “Espíritu del Amor” (charité).

4.2.2. EL ESPÍRITU SANTO Y EL PROBLEMA DE LA PERFECCIÓN

La fuente de todo amor, escribe Prévot en su última obra, es el Espíritu Santo. El

Manual de devoción al Espíritu Santo, en el que vuelve a referirse en varias ocasiones a

Gertrudis de Helfta, sale a la luz poco antes de su muerte, en abril de 1913. En este denso

volumen de 193 páginas hay lugar para numerosos consejos prácticos destinados a la

oración y a la meditación52

Hay dos obras que están conectadas circularmente en la vida de Prévot. Se trata

justamente de aquellas obras que han recibido poca o ninguna atención en la historia de la

recepción de sus escritos. Mientras que el joven Prévot, en su tesis sobre Ricardo de San

Víctor, intenta investigar el Espíritu Santo como un tema científico, el Prévot maduro se

acerca al Espíritu Santo desde otra perspectiva: explicando cómo puede vivirse esta

adoración a diario. La adoración al Espíritu Santo, viene a decir Prévot, lleva en última

instancia a una experiencia interior profunda de amor, paz y alegría. Recordemos que uno

de sus libros más conocidos lleva precisamente este título: Amour, Paix et Joie. Para cosechar

estos “frutos”, el hombre debe cumplir en primer lugar con sus “deberes hacia el Espíritu

Santo como principio de toda gracia”

. Con este trabajo, Prévot conecta con sus estudios tempranos,

aunque ahora de un modo más existencial.

53

Se remiten a tres principios: 1. El deseo. 2. Dejar que suceda por completo su acción en nosotros. 3.

La docilidad a la gracia

. Obligaciones: eso suena a austeridad, obediencia y

esfuerzo. Quien continúa leyendo se sorprende de lo que Prévot entiende bajo estas ideas:

54

La primera obligación es, tal y como la define Prévot, sentir deseo

.

55

52 El manual está dividido en 30 secciones, cada una de ellas dedicada a un día del mes, más una adicional dedicada al primer lunes y al primer viernes de cada mes.

. En su opinión,

en el primer plano no se sitúan acciones o esfuerzos, sino sólo el deseo y –por ello la

segunda obligación– que el hombre permita la acción de Dios en sí mismo (“fiat”).

53 Prévot, André: Manuel de la Dévotion au Saint-Esprit, pág. 16: “Nos devoirs envers le Saint-Esprit comme principe de toutes nos grâces.” 54 Prévot, André: Manuel de la Dévotion au Saint-Esprit, pág. 16: “Ils se ramènent à trois principaux : 1º le désir ; 2º rendre plus entière son action en nous ; 3º la docilité à la grâce.” 55 El jesuita Henri de Lubac introducirá tras la Segunda Guerra Mundial el concepto de “deseo humano” (desiderium naturale) al preguntarse cómo puede el hombre llegar a una unión ferviente y profunda con Dios.

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Desde una perspectiva teológica, Prévot subraya aquí la gratuidad de la gracia divina.

Si gracia y naturaleza, Dios y hombre, concurren en la unión mística, la parte que le

corresponde al hombre en este suceso consiste esencialmente en sentir la ausencia de esta

unión con Dios y abrirse a la acción divina.

Prévot se pregunta: ¿cómo puede un hombre convertirse en santo? Y responde:

permitiendo en sí mismo el efecto del Espíritu Santo, que es “el origen de la santidad”56.

“Veo mi alma como un templo sagrado donde reside el Espíritu Santo por la gracia

santificante”57

La benignidad es un gran índice de santidad, uno de los signos más manifiestos de la presencia del

Espíritu Santo, que, como dice la Sagrada Escritura, es un Espíritu suave, lleno de humanidad y de

bondad. De ordinario, también los hombres miden la santidad de un hombre por su benignidad. Es en

virtud de la benignidad que se dejan atraer, plegar, ganar y gobernar

, aclara Prévot poco antes de su muerte y con ello viene a decir que ya somos

santos, desde el momento de nuestro nacimiento. A su parecer, un santo es un hombre

totalmente normal que es profundamente bueno.

58

Prestemos atención a este pasaje: los hombres “miden” la santidad. Según Prévot

no es blanco o negro, no se trata de ser o no ser santo. El Sacerdote del Corazón de Jesús

establece aquí una escala según la cual es posible determinar grados de santidad.

¿Convertirse en santo como una competición? En este pasaje se nos revela otra faceta de

Prévot, probablemente su peor debilidad: él mismo intentó vivir ateniéndose a la santidad.

Como sabemos por las historias que se nos han transmitido oralmente, debió perseguir este

ideal con la mayor ambición. Pensemos en su modo ascético de vida y leamos lo que

escribe en su "Manual para la devoción del Espíritu Santo":

.

Escóndete sólo bajo los ojos de Dios. Ni una palabra que hable de ti mismo, ni una mirada

dirigida hacia ti mismo, ni un pensamiento inútil sobre ti mismo. ¡Oh! ¡Qué perfección de desprendimiento59

Prévot exige que no se diga ni una palabra, que no se tenga ni un pensamiento

sobre uno mismo. En su lugar, ser interiormente libre para lo más alto, concentrarse

!

56 Prévot, André: Manuel de la Dévotion au Saint-Esprit, pág. 18: “L'Espirt-Saint est le principe de la Sainteté”. 57 Prévot, André: Manuel de la Dévotion au Saint-Esprit, pág. 18: “Je vois mon âme comme un temple saint où réside le Saint-Esprit par la grâce sanctifiante.” 58 Prévot, André: Manuel de la Dévotion au Saint-Esprit, pág. 22: “La bénignité est un grand indice de sainteté, un des signes les plus manifestes de la présence de l'Esprit-Saint, qui, comme le dit la Sainte Ecriture, est un Esprit suave, plein d'humanité et de bénignité; aussi les hommes, d'ordinaire, mesurent la sainteté d'un homme à sa bénignité; c'est par la bénignité qu'ils se laissent attirer, fléchir, gagner et gouverner.” (Mgr. Gay). 59 Prévot, André: Manuel de la Dévotion au Saint-Esprit, pág. 22: “Vous tenir caché sous le regard de Dieu seul ; pas un mot de vous, pas un regard sur vous, pas une pensée inutile sur vous-même. Oh! Quelle perfection de détachement!”.

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totalmente en Dios olvidando tanto el propio cuerpo como a uno mismo. La fuerza

convive aquí junto a la debilidad. En este pasaje se muestra un modo de presentarse, que

podría fácilmente inclinarse hacia una falsa ambición. Con la palabra “perfección”, que

aparece en la última frase, se introduce una mentalidad pragmática. Perseguir con total

determinación los propios objetivos es bueno. Pero hacerlo con demasiado encono puede

hacer que los demás nos perciban forzados y extraños. Quizás era este el caso de Prévot.

En todo caso, hubo personas que se sintieron asqueadas por su afán de santidad60

Me gustaría vivir con él [i. e., con el abad Charcosset], pues no puedo dejar de acusar una

gran repugnancia al vivir en la única compañía del señor Prévot. Este sacerdote bueno y santo me pone cada

día más nervioso. Digo lo mismo del señor Gervais (el p. Lázaro), que también es uno de esos “mystico-

mysticas”, como los denomina Monseñor Forcade

. Por

ejemplo, el sacerdote Mario Galley, quien así se lo confesaba a la hermana Marie Véronique

en una carta de 1878:

61

Había aristas de Prévot que en ocasiones causaban repugnancia a otros. No era la

menor de ellas su aspiración a la santidad, que atraviesa toda su vida como un hilo rojo.

También han de tenerse en cuenta sus constantes referencias al sacrificio. En efecto,

aquello que se pierde en la traducción alemana de sus escritos y en la tradición oral era la

parte creativa unida a estas ideas. El ser humano debe colocarse en una actitud que

pregunta por la voluntad de Dios. Esta actitud libera. En esta actitud vive el hombre

colmado del Espíritu de Dios. Este Espíritu divino que revela el amor del Dios trinitario en

su abundancia ilimitada es también la fuente de cualquier amor humano. Vivir en la

conciencia del Espíritu Santo: en esto consiste el motivo principal de la vida de Prévot.

.

Durante toda su vida se preguntó Prévot cómo puede vivir el ser humano una

profunda relación interior con Dios. Fundamentalmente, Prévot contempla el bien en el ser

humano, pues desde su nacimiento el Espíritu Santo vive en él, lo eleva y por así decir lo

“ennoblece”. Cimentó la fe de los primeros sacerdotes del Corazón de Jesús sobre este

fundamento positivo: el Dios de Prévot no anuncia una moral, sino la salvación. El ser

humano ni debe someterse a él por miedo ni debe convencerle con sus actos. Y sin

60 Cfr. Jacques: Père André, pág. 8. Después hubo incluso disonancias. Un coetáneo dijo que Prévot ni se entendía con los otros padres ni cultivó una amistad con ellos. 61 Positio vol. I: Biographia documentata, págs. 165 - 166: “J'aimerais vivre avec lui (=l'abbé Charcosset), car je ne peux m'empêcher de m'accuser d'une grande répugnance de vivre en la seule compagnie de M. Prévot. Ce bon et saint prêtre m'agace de plus en plus. J'en dis autant de M. Gervais (= le p. Lazare), ces mystico-mysticas, comme les appelle Mgr. Forcade.” - Así aparece en la carta de Mario Galley a la Madre Veronique del 26 de enero de 1878.

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embargo, el propio Prévot se desenvolvía dificultosamente con esta idea. Su afán hacia la

santidad fracasa al separarse de una mentalidad pragmática. Deseo, sí, pero no un celo

exagerado como si se tratase de una competición. Quizás él no logró conseguirlo, pero, por

lo que parece, podría servir para motivar a otros.

4.3. EL PEDAGOGO: “¡CONSERVEN LA CALMA!”

Altas expectativas, clase con buen nivel. El profesor Prévot tiene fama de ser

estricto. A esta idea contribuyó su apariencia desaliñada, tanto para los estándares de la

época como para los actuales. Muchos lo trataban con un profundo respeto no exento de

reservas y suspicacias. Pero cuando le conocían más de cerca, en esto coinciden todos los

coetáneos, perdían su timidez62

[Prévot] hizo un bien infinito a la dirección de almas, haciendo que marchasen a pasos de gigante.

Atrajo a una multitud a su capilla para seguir sus instrucciones y su dirección

. ¿Por qué?

63

Un hombre con atractivo, con carisma: así describe Baptistine Richard a su primo.

André Prévot, decía, hizo a los hombres un bien “infinito”, les hizo caminar “con pasos de

gigante”. Sin rodeos, esto significa que Prévot daba a los hombres algo de lo que podían

alimentarse, algo que les hacía felices y les robustecía. Incluso obviando la cercanía a Prévot

y la valoración quizás excesivamente positiva que su prima tenía de él, este fenómeno –su

carisma singular– puede mostrarse a partir de otros ejemplos.

.

La correspondencia del maestro de novicios se presta a ello de manera ejemplar.

Prévot no sólo se cartea con algunos de sus antiguos novicios, sino también con otros

religiosos y religiosas que lo requieren como pastor de almas y como guía espiritual64

62 Cfr. Jacques: Père André, pág. 6; 15.

. Los

distintos pasajes revelan por qué lograba atraer hacia sí a distintas personas; por qué le

pedían constantemente consejo. Tomemos como ejemplo a los siguientes “discípulos”, que

se hacen partícipes de sus cuitas.

63 Positio, vol. I: Biographia documentata, pág. 149: “Il y fait un bien infini pour la direction des âmes, les faisant marcher à pas de géant. Il attirait une foule à la chapelle pour suivre ses instructions et sa direction.” La cita proviene de una carta de Baptistine Richard, la prima de Prévot, fechada el 3 de agosto de 1926. 64 Léon Dehon ha analizado esta correspondencia. En la Positio, vol. I: Biographia Documentata se encuentran sus notas bajo el título “Sa direction pour les nôtres” en las páginas 490 - 497. Si eran novicios o miembros masculinos o femeninos de otra Orden, Dehon convirtió en anónimos a todos los correspondientes y los introdujo en la misma categoría: “Le disciple” (el discípulo), fuesen hombres o mujeres. Pondremos por tanto “discípulo” entre comillas en lo sucesivo.

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El discípulo: Estoy sumergido más que nunca en mis pensamientos tristes y descorazonadores, con

el temor de arruinar todo lo que se me ha confiado.

Padre André: Beba del cáliz de la agonía de Jesús con la intención de quienes agonizan. Soporte el

temor. Rechace el escrúpulo enérgicamente65

El discípulo: Tengo momentos de lasitud y descorazonamiento.

.

Padre André: Una sus lasitudes a las de Jesús y tenga el doble de coraje66

Prévot no receta a quienes están tristes ningún tipo de remedio amargo, sino que les

aconseja de manera totalmente práctica: ¡No reprima esos sentimientos! ¡Acéptelos! Son

parte de usted mismo. Y les anima enérgicamente a no dejarse abrumar por la melancolía.

Prévot conocía muy bien –por propia experiencia– esta melancolía y sus efectos.

.

Entre los apuntes inéditos del P. Julien Jacques, conservados en el Generalato de

Roma, se encuentra una nota reveladora sobre Diemer, quien fuese en tiempos novicio de

Prévot. Diemer debía ser muy escrupuloso («très scrupuleux»), pero con ayuda de Prévot

logró curarse completamente de todos sus escrúpulos. En esta ocasión, Prévot confesó a su

novicio Franz Suso Diemer de manera totalmente excepcional sus propias debilidades. “Yo

mismo he sido escrupuloso («scrupuleux»)”67

A pesar de estos estados de ánimo de Prévot que quizá nunca podrán ser

desentrañados, sigue en pie aquello que llamaba la atención tanto de él como de sus

consejos. Prévot anima a actuar y prescinde de reprimendas morales, como en el siguiente

ejemplo.

. Esta escrupulosidad era para Prévot como una

espina clavada en la carne. La conocía bien, la consideraba superada. ¿Era realmente así?

¿Se engañaba a sí mismo? La pregunta permanece abierta. Lo que es seguro es que algunos

documentos y la tradición oral siempre han unido esta escrupulosidad a Prévot.

El discípulo: Descuido o abrevio mis adoraciones bajo pretexto de estar ocupado.

65 Positio, vol. I: Biographia documentata, pág. 492: Le disciple: “Je suis plus que jamais dans les pensées tristes, décourageantes, avec l'appréhension de gâter ce qui m'est confié". Le P. André: “Buvez au calice d'agonie de Jésus, à l'intention des agonisants. Supportez la crainte. Rejetez le scrupule énergiquement”. 66 Positio, vol. I: Biographia documentata, pág. 491: Le disciple: “Il y a des moments de lassitude et de découragement.” P. André: “Unissez vos lassitudes à celles de Jésus, et deux fois plus de courage”. 67 Jacques, Julien: Père André, pág. 16: “Par contre, le P. Diemer qui était très scrupuleux a été complètement guéri de cela par le P. A. [Prévot], para la voie d'une obéissance aveugle. Alors que le P. A. [Prévot] ne parlait jamais de lui-même, il lui aurait dit 'moi aussi j'ai été scrupuleux'”.

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Padre André: No las descuide. Ayúdese con un libro o con piadosas industrias. No se fatigue.

Que obren principalmente el corazón y la voluntad. Buen mes del Sagrado Corazón: abnegación, obediencia,

olvido de sí mismo68

El discípulo confiesa que reza poco. Prévot comenta este hecho con toda serenidad.

Uno no debe obligarse a rezar. Le tranquiliza y le da consejo. ¡Relájese y lea un libro! A

continuación, incluso le elogia. Es importante que “obren principalmente el corazón y la

voluntad”; y la autorreflexión que, al fin y al cabo, siempre está presente. El “discípulo” ha

notado por sí mismo sus negligencias. Tras el elogio, aparece otro refuerzo positivo.

¡Manténgase abierto y no se dé demasiada importancia! Prévot también trata con confianza

al siguiente correspondiente. Probablemente, se trata de uno de sus antiguos novicios que

le informa de un encuentro que no se le va de la cabeza.

.

El discípulo: He recibido hoy en el locutorio a un pobre sacerdote descorazonado y que estaba en

las últimas.

Padre André: Rápido, rápido, póngase, pongámonos manos a la obra para salvar a este pobre

sacerdote. Se trata de Jesús en su más grande dolor, se trata de la más grande gloria que podemos regalarle

a Jesús... Intente volver a verle, gáneselo con bondad. Haga que las comunidades recen por él. Escriba a las

hermanas de Namur para que se le envíe a una hermana que sea para él como una madre y que se

sacrifique por él. Téngame al corriente y ¡valor! Si queremos, le salvaremos69

En este pasaje se revela el gran talento pedagógico de Prévot. En primer lugar, se

solidariza con su correspondiente: “apresurémonos” quiere decir “no le dejo solo con su

petición”. Le prestaremos ayuda juntos. Después, le recomienda actuar. Su antiguo novicio

ha de visitar al “pobre sacerdote” y ganárselo “con bondad”. Es sorprendente que Prévot

vea en primer lugar al hombre y no al sacerdote. Le exhorta a encontrarse con este hombre

en un plano puramente humano, no a acercársele cargado de piadosos consejos. ¡Ni un

reproche más, ni una presión más, ni una oración más! Compórtese con sencillez y sea

bueno con ese hombre, viene a decir Prévot. El sacerdote necesita, en su opinión, cariño y

.

68 Positio, vol. I: Biographia documentata, pág. 493: Le disciple: “Je néglige ou j'abrège mes adorations sous prétexte d'occupation”. Le P. André: “Ne négligez pas, aidez-vous d'un livre ou des pieuses industries. Ne vous fatiguez pas les nerfs. Que le cœur et la volonté y opèrent principalement. Bon mois du Sacré-Cœur: abnégation, obéissance, oubli de vous-même”. 69 Positio, vol. I: Biographia documentata, pág. 492: Le disciple: “J'ai reçu aujourd'hui en parloir un pauvre prêtre découragé et bien exposé”. Le P. André: “Vite, vite, mettez-vous, mettons-nous à l'œuvre pour sauver ce pauvre prêtre; c'est Jésus dans sa plus grande douleur; c'est la plus grande gloire à donner à Jésus ... Revoyez-le, gagnez-le par la bonté. Faites prier pour lui dans les communautés. Ecrivez aux Soeurs de Namur pour qu'on lui donne une Soeur pour mère et pour victime. Tenez-moi au courant. Encouragez, si nous voulons, nous le sauverons”.

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cercanía. Otros pueden rezar por él: por ejemplo, las hermanas de Namur. Al final, Prévot

le pide a su discípulo que le tenga al corriente de lo que suceda y le anima de nuevo a tener

coraje. Prévot concede importancia primero a lo “humanum” y después a lo “religiosum”. Este

modo de pensar recuerda al Abelardo que levantó las sospechas eclesiásticas y a la tesis

doctoral sobre Ricardo de San Víctor.

El modo en el que Prévot aconseja nos habla de una elevada inteligencia emocional,

de una gran empatía y delicadeza. Le dedica a su prójimo un tipo de pensamiento tan

anómalo y sublime que apenas es posible reconocerlo en la primera lectura. A partir de ese

momento, sus palabras permiten reconocer un sosiego, una confianza absoluta y una

postura positiva hacia la vida. Este comportamiento tenía un efecto tranquilizador y

sugestivo al mismo tiempo. No sorprende que las personas que acudían a él se sintiesen en

buenas manos.

Dehon fue siempre consciente de este talento pedagógico, y lo vuelve a mencionar

en la correspondencia reunida tras la muerte de Prévot. Dehon sentencia que las

enseñanzas de Prévot son “su testamento” 70 . Un testamento que permite entrever su

sabiduría vital71. Porque cuando el Sacerdote del Corazón de Jesús escribía una carta a sus

entonces novicios o a otros religiosos y religiosas, ponía atención en salirles al encuentro

con algún tipo de bien. Su regalo era la confianza. Se ejercitaba en el amor al prójimo en

vez de comenzar subrayando la perspectiva del arrepentimiento sobre los pecados

cometidos, como lo exigía por ejemplo Ignacio de Loyola al comienzo de sus ejercicios

espirituales. Cuando Prévot conocía a alguien por primera vez, “ponía una sonrisa

encantadora”72. Esta delicadeza sorprendía a todos los que le conocían, pues sabían de

sobra cuán duro podía ser consigo mismo 73

. Lo que la gente apreciaba de Prévot era

aquello que estaba en el centro de su vida: amor, paz y alegría –sus conceptos clave.

70 Positio, vol. I: Biographia documentata, pág. 497: “Ces dernières directions sont comme le testament du Bon Père.” 71 Positio, vol. I: Biographia documentata, pág. 497: “Après sa mort, il parle encore: defunctus adhuc loquitur. Aidons-nous de ses lumières. Nous le croyons au ciel, demandons par son intercession l'esprit du Sacré Coeur.” “Tras su muerte”, escribe Dehon, “todavía sigue hablando [Prévot]: defunctus adhuc loquitur. Sirvámonos de su iluminación. Lo creemos en el cielo, pidamos por su intercesión el espíritu del Sagrado Corazón”. 72 Jacques, Julien: Père André, pág. 6: “Ponía la sonrisa más hermosa cuando se encontraba con alguien. Esta suavidad encantaba a las personas que sabían cuán duro podía ser consigo mismo”. 73 Ibid.

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5. PERSPECTIVA: “CARTUJO HACIA AFUERA, JESUITA HACIA ADENTRO”

Cuando muere el padre André Prévot, el padre Augustin Jacquemin, sucesor de

Prévot como maestro de novicios, le confiesa a un novicio: “Reúna todos sus efectos

personales, todo lo que recuerde a él: estamos haciendo historia”74

Prévot era un tipo raro y extravagante, no un compañero típico. Esto es un hecho.

Era distinto de los demás. Incluso entonces. No satisfacía ninguna prerrogativa estética.

Causaba extrañeza cómo vivía, cómo se afeitaba, cómo se vestía. A muchos les asustaba, a

algunos incluso les daba asco. No dedicaba ningún cuidado a su apariencia externa. La

descuidaba tanto como la presentación pública de su persona. Que le fotografiasen suponía

un horror para él. ¿No tenía ningún sentido de la belleza? Claro que sí. En cierto sentido,

era un esteta sacro. Estaba cautivado por lo sagrado. Entraba en la iglesia con profundo

respeto e incitaba a que sus novicios contemplasen la belleza de la liturgia. Quien

presenciaba de qué modo celebraba la Santa Misa, se veía irremediablemente atraído por la

belleza de este servicio sagrado.

. Para los compañeros de

la Orden es una evidencia: con Prévot se acaba una era. Uno de los “grandes” se ha ido.

Alguien con fama de santidad. Cien años después de su muerte contemplamos a este

hombre con sentimientos encontrados. Prévot sigue siendo difícil de atrapar. Su mito,

quizás lo más contradictorio en él, no se desvanece.

Prévot sabía que no era posible dirigirse hacia la santidad. Ni siquiera multiplicando

oraciones, rosarios, letanías, oficios divinos o misas. Sabía que sólo es posible abrirse a lo

sagrado –o mejor dicho– al Santo, que es algo totalmente distinto, sólo si se deja operar al

Espíritu, al Espíritu Santo, para que a través de la santidad el propio Dios nos ponga en su

camino.

Prévot era un reformador delicado. Un reformador silencioso. Le era muy querida

la pureza [Echtheit] del Evangelio. Cuanto más envejecía, más se sumergía en la Biblia. El

antiguo y el nuevo Testamento se fueron convirtiendo cada vez más en su punto de

referencia. Amaba a la Iglesia. Ciertamente, en sus escritos apenas aparece el concepto de

Iglesia elaborada institucionalmente. Mientras que Dehon cita constantemente al Papa, se

atiene a las encíclicas papales y escribe sobre los documentos eclesiásticos oficiales y la 74 Jacques, Julien: Père André, pág. 45: “El Padre Gustin [novicio en esta época], quien se encontraba en el noviciado cuando acaeció la muerte, se acordaba de lo que el P. Jacquemin dijo cuando le pedía recoger todos los efecto y los recuerdos del P. A. [Prévot]: 'Hacemos Historia'.”

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institución eclesial, en Prévot no hay ni rastro de todo esto. Mientras que el fundador

escribía sobre el Estado francés, sobre el significado de la nación, sobre las amenazas que

los masones, los grandes capitalistas y los círculos anticlericales suponían para su querida

nación, en el maestro de novicios no hay ni rastro de todo esto.

Prévot quería ser “víctima”, pero no en el sentido en el que alguien se convierte en

víctima porque su vida ha sido destruida, bien por sus propias manos, bien por los abusos

de otros, por los golpes de la enfermedad o del destino. No, eso sería malentenderle.

Quería ser “víctima” en el sentido de Jesús, en el sentido de este hombre de Nazareth que

entregó su propia voluntad. Prévot quería hacer de la disposición interior de Jesús la suya

propia. Del mismo modo que se expresó Jesús al entrar en el mundo, así se expresó Prévot

al entrar en la vida de la Orden:

“Por lo cual, entrando en este mundo, dice: No quisiste sacrificios ni oblaciones,

pero me has preparado un cuerpo. Los holocaustos y sacrificios por el pecado no los

recibiste. Entonces yo dije: Heme aquí que vengo –en el volumen del Libro está escrito de

mí– para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad”. (Hb 10, 5-7) El segundo fundador de nuestra

Congregación, buen conocedor de la Biblia, conecta este pasaje con el núcleo de la Torá:

“¡Escucha, Israel! Yahvéh nuestro Dios, Yahvéh es uno. Y amarás a Yahvéh tu Dios con

todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Dt 6, 4-5).

Estos textos aparecen una y otra vez en las charlas de sus ejercicios. Escuchar la

voluntad de Dios, aguzar el oído para lo que Dios quiere de mí y en esta escucha,

contemplar incluso a su superior, el padre Dehon, como instrumento de Dios. Esta

dinámica de obediencia la había aprendido Prévot de los jesuitas. La experiencia como

novicio en Aix-en-Provence siguió teniendo efecto durante toda su vida. Para Prévot era

claro: no hay vida heroica sin autorrenuncia. No hay vida jesuítica sin disciplina ni

obediencia. No hay obediencia sin pasión por la reflexión, por la meditación de textos

bíblicos y por el estudio de los grandes escritores y eruditos espirituales. No hay obediencia

sin celo por los hombres, sin consumirse por las almas y por el trabajo apasionado en la

viña del Señor.

Pero al igual que la obediencia, le era muy querida la pobreza. Vivió la pobreza

como un cartujo. Su ascético modo de vida se ha convertido en legendario. Su afán

consistía en recogerse totalmente, en vaciarse para dejarse llenar de nuevo por el Espíritu

de Dios. Pobreza y mística iban para Prévot de la mano. ¿Cómo puedo vivir la unión con

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Dios? ¿Cómo puedo, a partir de esta unión con Dios, dar forma a mi vida, a través de los

años, los meses, las semanas y los días que me han sido concedidos? ¿Cómo puedo

experimentar la misericordia de Dios? ¿Cómo puedo vivir de tal modo que el Altísimo se

apiade de mi pobre alma? ¿También iba el maestro de novicios en pos de la salvación de su

alma? ¿En pos de la unión íntima entre el Altísimo y él mismo, quien se consideraba lo más

insignificante? Ciertamente, pero sólo en parte. Prévot tenía los ojos fijos también en los

demás.

En su caso, la misericordia y el amor al prójimo brotan de la pobreza. En Prévot,

esta idea se desarrolla como sigue: porque conozco mi propia menesterosidad, porque

siento mis propias debilidades, porque experimento mi propia pobreza y me vivo en mi

propia bajeza, por todo esto necesito a un Dios amor, a un Creador indulgente. Por eso

necesito la misericordia de Dios y del hombre, por eso necesito el cariño de Dios y de los

demás. Cuando me acuerdo de este cariño, de que mi verdadera riqueza no proviene de mí

mismo sino de fuera, de que lo mejor en mi vida siempre es un regalo y nunca un resultado

de mi propia iniciativa; cuando tengo todo esto ante los ojos, lo recuerdo día tras día,

entonces no puedo sino salir al encuentro del otro. El cual ha sido creado por el mismo

Creador, y es siempre mi hermano o hermana, entonces no puedo sino tener en cuenta las

necesidades del otro, quien a su vez experimenta su debilidad, y vive su propia necesidad

porque siente su propia pobreza.

Cuando me hago consciente de todo esto, ha llegado el momento en el que ya no

puedo hacer otra cosa que desbordar la medida de la caridad. Incluso cuando no tengo

ganas, cuando estoy cansado, relajado, totalmente debilitado o cuando la sabiduría del

mundo ponga como pretexto que no puedo renunciar a nada. Entonces seguiré diciendo

que el amor no conoce medida. Esto en la esperanza de que al final encontraré a Jesús,

quien me prometió medirme con la misma medida del amor.

Podemos aprender del padre André Prévot un nuevo acercamiento al voto de

pobreza. Él lo sabía: cuanto más vacías tenemos las manos, tanto más receptivos somos

hacia lo que no merecemos. No poseer nada para no volver a ser poseído por nada. La

riqueza proviene no del tenerlo todo, sino de saber desprenderse de todo.

En el futuro, Prévot se convertirá en un desafío para nuestra Congregación.

Debemos plantearnos de nuevo cumplir esta tarea también mediante investigaciones

científicas realizadas por expertos. A ello nos desafía, entre otras cosas, la tensión existente

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en la personalidad de Prévot: vivir una vida activa al tiempo que contemplativa, anclar en la

vida el voto de pobreza de manera simultánea al voto de obediencia. De nuevo, la

correspondencia con sus “discípulos” nos proporciona información sobre cómo Prévot

intentó vivir y a quién tenía ante los ojos:

El discípulo: Me disgusta el trabajo y siento una gran atracción por la soledad.

El padre André: Guarde el gusto por el trabajo que hay que hacer en Jesús. Ame la vida interior

como el buen cura de Ars: cartujo hacia dentro, jesuita hacia afuera75

.

75 Positio, vol. I: Biographia documentata, pág. 495: Le disciple: “J'ai du dégoût pour les œuvres et un grand attrait pour la solitude”. Le P. André: “Gardez le goût pour tout travail qu'il faut faire en Jésus. Aimez la vie intérieure comme le bon Curé d'Ars: Chartreux à l'intérieur, jésuite pour l'extérieur”.

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6. BIBLIOGRAFÍA COMENTADA

6.1. FUENTES

DEHON, Léon: Notes Quotiennes, vol. I, Edizioni Dehoniane, Roma 1988, 570

páginas.

DEHON, Léon: Lettere circolari, Editrice Dehoniana, Bologna 1954, Nº 210 - 212.

DEHON, Léon: Oeuvres sociales, Vol. II, Edizioni Dehoniane, Napoli 1976, 485

páginas.

PRÉVOT, André: Amour, Paix et Joie. Spiritualité de la dévotion au Coeur de Jésus,

Éditions J. Duculot, Tournai 1961, 328 páginas.

PRÉVOT, André: L'Année avec Marie ou Marie aidant à méditer l'évangile pour tous les

jours de l'année, vol. II, Casterman, Tournai - Paris 1935, 670 páginas [Primera edición: 1902].

PRÉVOT, Léon: Étude sur Richard de Saint Victor, Achille Makaire, Aix 1876, 96

páginas. [Tesis doctoral, Archivo de la Curia General del SCJ en Roma].

PRÉVOT, Andreas: Liebe, Friede und Freude im Herzen Jesu. Betrachtungen nach der Hl.

Gertrud, 30 Betrachtungen über die fruchtbringendste Art der Andacht zum götllichen Herzen, aus den

Schriften der heiligen Gertrud. Traducción del original francés “Amour, Paix et Joie” de Leonz

Niderberger, edición 13ª - 15ª, editada por el “Freundeskreis der Herz.Jesu-Verehrung und

ihrer Stätten wie Kloster Helfta e.V.”, Halle / Saale, sin año, 192 páginas.

PRÉVOT, André: Manuel de la Dévotion au Saint-Esprit ou Amour, Consolation et Trésors

dans le Saint Esprit par le R.P. André Prévot, S.C.J. Auteur d'“Amour, Paix et Joie”, Établissments

Casterman, Paris - Tournai 1913, 193 páginas.

PRÉVOT, André: Méditations du Soir. Tirées de nos Saints Livres, pouvant servir pour la

méditation, la lecture spirituelle, etc., Casterman, Paris - Tournai 1908, 748 páginas.

PRÉVOT, André: Nuestra Señora del Sagrado Corazón a sus novicios “De Maria nunquam

satis”. Traducción y revisión del texto original - P. Evaristo Martínez de Alegría SCJ,

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Postulación General, Roma 2006, 48 páginas [como copia encuadernada en el

Provinzarchiv Bonn].

PRÉVOT, André: Vie de la Révérende Mère Marie Véronique du Cœur de Jésus, Caroline

Lioger, Fondatrice et première Supérieure Générale de l'Institut des Sœurs Victimes du Sacré-Cœur, fondé

au Diocèse de Grenoble, précédée d'une lettre préface par le T.R.P. Dehon, Librairie Vic et Amat, Paris

1903, 940 páginas.

6.2. BIBLIOGRAFÍA SECUNDARIA

BERTRAND, Georges: Vers le Cloître et la Sainteté. Vie du R.P. André Prévot des Prêtres

du Sacré-Cœur, précédée d'une Préface par le T.R.P. Dehon, Societé Sain -Augustin, Desclée, De

Brouwer et Cie, Lille - Paris -Bruges 1920, 430, páginas.

CAPORALE, Benedetto: Il Servo di Dio P. Andrea Prévot dei “Sacerdoti del S. Cuore”

(Dehoniani), Editioni Messagero, Padova, Edizioni Dehoniane, Roma 1960, 329 páginas.

CAPORALE, Benedetto: Andreas Prévot. Ein Leben der Liebe und Sühne, Manuskript,

Deutsche Ordensprovinz der Herz-Jesu-Priester, Provinzaliat Bonn 1996, 140 páginas;

traducción del original italiano “Il servo di Dio P. Andrea Prévot dei 'Sacerdoti del S.

Cuore' (Dehoniani)”, Roma 1960, por Bernhard Bothe. [Este texto está cosido y

encuadernado en una carpeta como copia en la Provinzarchiv der Deutschen Provinz SCJ

en Bonn].

DORRESTEIJN, Henri: Vie et Personnalité du Père Dehon, traducción del holandés de

H. Dessain, Malines 1959, 414 páginas.

DRIEDONKX, Egidio: De dienaar Gods P. Andreas Prévot (1840 - 1913). Leerling van

Zuster Veronica van het H. Hart Lioger, novicenmeester te Sittard (1885 - 1907), Nijmegen, enero

de 2012, 48 páginas [A4, manuscrito].

DRIEDONKX, Egidio: Herdenking - 100 jarig overlijden P. Andreas Prévot, Nijmegen

2013, 10 páginas [A4, manuscrito].

DRIEDONKX, Egidio: Pater Andras Prévot en het apostolaat van eerherstel van

het H. Hart, Nijmegen 2012, 24 páginas [A4, manuscrito].

DRIEDONKX, Egidio: El P. Andrés Prévot y la Asociación Reparadora del Sagrado

Corazón, Nijmegen 2012, 18 páginas [A4, manuscrito].

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DUCAMP, Albert: Le Père Dehon et son Œuvre, Les Éditions Bias, Paris 1936, 766

páginas.

HEISERHOLT, Theodor Joannes Nepomuk: P. Andras vom Herzen Jesu. Ein

lebensbild, nach dem französischen Original des Hchw. P. Georges Bertrand SCJ, eine Dankesschuld für

wunderbare Hilfe. Allen Mitgliedern, Freunden und Wohltätern der Herz-Jesu-Priester in religiöser

Verehrung zugeeignet, 1935, Selbstverlag der Herz-Jesu-Priester Wien XVI, Heilig-Geist-

Kirche, 122 páginas [Provinzarchive der Deutschen Provinz SCJ en Bonn; en la cubierta

delantera del libro aparece como título: “Sühne. Ein Lebensbild”].

JACQUES, Julien: Père André Prévot, a-d- y 46 páginas [mecanografiado y con las

páginas encoladas a mano. Archivo de la Curia General del SCJ en Roma. Nota preliminar:

este informe contiene expresamente la relación de los diversos testimonios recogidos por

mí a partir de 1946 hasta comienzos de 1950, momento de mi nombramiento como rector

en Bruselas, donde no he podido seguir mis investigaciones ni mis reflexiones así como

otras cuestiones que añadir eventualmente, tanto más cuando tuve que asumir al mismo

tiempo la documentación referente a la Causa del Padre L. DEHON, nuestro fundador,

como la del Padre A. PRÉVOT].

KEUP, Joannes: La Charité chrétienne. Recueil des plus belles pensées du Père André Prévot.

Choisies par le R. P. J. Keup, des Prêtres du Sacré-Cœur et précédées d'une étude sur la vie apostolique du

Père André Prévot, Casterman, Tournai - Paris 1947, 126 páginas [Archivo de la Curia

General del SCJ en Roma].

MARTÍNEZ DE ALEGRÍA, Evaristo: Le bon Père André Prévot, “Cartas sobre el

espíritu de abandono”. Correspondencia entre el p. Lazare osb y el p. André Prévot scj, II Dossier sobre su

persona y camino espiritual, Postulazione Generale, Roma 2006, 107 páginas [manuscrito

encuadernado, Provinzarchiv der Deutschen Provinz SCJ en Bonn].

MARTÍNEZ DE ALEGRÍA, Evaristo: Le bon père André Prévot. “Fare traboccare la

misura della caritá”, Dossier sulla sua persona e cammino spirituale, Studia Dehoniana, Centro

Generale Studi SCJ, nr. 57, Roma 2012, 179 páginas.

MCGUIRE, Paul: “Charism and Mission”, en Studia Dehoniana Nr. 2/2003, págs. 49

- 88.

TANZELLA, Paolo: Carta Bianca. Vita di padre Andrea Prévot, Edizioni Dehoniane,

Napoli 1987, 214 páginas.

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6.3. LA POSITIO: BASES PARA EL PROCESO DE BEATIFICACIÓN

Positio super Vita et Virtutibus, Beatificationis et Canonizationis Servi Dei Andreae

Prévot, Sacerdotis Professi Congregationis Sacerdotum a S. Corde Jesu (1840 - 1913), Vol.

I, Roma, Tipografia Guerra, 1996, Praenotatio R. P. Ivonis Beaudoin, Causae Relatoris

páginas 1-5, Informatio páginas 1-98, Biografía documentata páginas 1-610, Tabulae

páginas I-XIX.

Positio super Vita et Virtutibus, Beatificationis et Canonizationis Servi Dei Andreae

Prévot, Sacerdotis Professi Congregationis Sacerdotum a S. Corde Jesu (1840 - 1913), Vol.

II, Tipografia Guerra, 1996, Decretum super validitate Procesuum página 1, Tabella Index-

Testium páginas I-VII, Summarium páginas 1-186, Positio super scriptis a) Conspectus

biographicus páginas 1-2, b) Iudicium prioris Theologi Censoris páginas 3-39, c) Iudicium

alterius Theologi Censoris páginas 40-67, d) Decretum super revisione scriptorum página 1,

Vota Trium Consultorum super Causae Introductione páginas 1-30, Votum Promotoris

Generalis Fidei super Causae Introductione páginas 1-37, Rescriptum Congregationis pro

Causis Sanctorum super Causae Introductione 1 página, Decretum Introductionis Causae

páginas 1-4, Dispensatio a Processu Apostolico 1 página.

Relatio et Vota sulla Seduta dei Consultori Storici tenuta il 28 Settembre 1999,

Beatificationis et Canonizationis Servi Dei Andreae Prévot, Sacerdotis professi

Congregationis Sacerdotum a S. Corde Jsu (1840 - 1913), Roma 1999, 51 páginas.

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AGRADECIMIENTO

Esta contribución no hubiera sido posible sin el apoyo de muchas personas. Mi

agradecimiento va para el hermano Roberto García Murciego (Roma) por proveerme de la

tesis doctoral de Prévot sobre Ricardo de San Víctor y al P. José Carlos Briñon (Roma) por

el material no publicado conservado en el Generalato. Agradezco al P. Egidio Driedonkx

(Nijmegen), al P. Evaristo Martínez Alegría (Salamanca), al P. Paul McGuire (Hales

Corners), al P. André Perroux (Metz) y al P. Rafael Gonçales da Costa (Roma) las

numerosas apreciaciones, así como haber puesto a mi disposición la bibliografía más

importante. Estoy agradecido al P. Aloys Huppertz (Maria Martental), al P. Konrad Flatau

(Freiburg) y al P. Peter Busch (Osnabrück) por las conversaciones y los recuerdos sobre

antiguos hermanos y coetáneos. Doy las gracias a mis colaboradoras, doña Doris Paschek-

Bergmann y doña Brigitte Eickelkamp, así como al P. Heinrich Mentrup del Provincialato

de Bonn por la puesta en limpio del manuscrito y las correcciones. Doña Sabrina Becker

(Berlín) acompañó a esta contribución en todas las fases de su redacción. Su crítica

constructiva y su sensibilidad para los razonamientos complejos me fueron de gran ayuda.

Le doy las gracias de manera especial. Sin olvidar mi agradecimiento al obispo Virginio

Domingo Bressanelli (Neuquén, Argentina), quien echó la piedra a rodar cuando mencionó

en una carta que “con seguridad, la Provincia alemana hará algo para celebrar el centenario

del padre André...”.