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CASO 9 Diagnóstico del estilo de apego en la infancia por medio de la situación extraña de Mary Ainsworth Tomado de Cantero, M.J. (2006). Desarrollo socioafectivo. En A.I. Córdoba, A. Descalas, A. y M.D. Gil Llario. (coord.). Psicología del desarrollo en la edad escolar (173-178) Ed. Pirámide. El objetivo de este caso es familiarizar al lector con el procedimiento de la situación extraña diseñado por Mary Ainsworth para el diagnóstico de la calidad del apego en niños entre 12 y 24 meses de edad. Para que el lector pueda aplicar este procedimiento se expone, en primer lugar, la estructura detallada de la situación experimental; en segundo lugar, las categorías conductuales a analizar, y por último, los criterios diagnósticos de los distintos tipos y subtipos de apego infantil. Descripción del procedimiento de la situación extraña La «situación extraña» consiste en 8 episodios de 3 minutos de duración aproximadamente (a excepción del primero), donde el niño es expuesto a situaciones que difieren en el progresivo grado de estrés que le provocan y que culminan al ser dejado solo en una habitación que no le es familiar. El estrés tiene como finalidad la activación de las conductas de apego del niño para poder ser objeto de valoración y diagnóstico. Veamos el procedimiento que se sigue a lo largo de los 8 episodios poniendo como ejemplo la evaluación del apego de un niño hacia su madre: Episodio 1: Madre, niño y experimentador Éste es un episodio de introducción muy breve. La madre y el niño son introducidos en una habitación experimental, provista de juguetes atractivos para el niño y dos sillas (el resto del mobiliario debe ser apartado para permitir la exploración del niño). Se le muestra a la madre dónde colocar al niño y dónde tiene que sentarse. El experimentador abandona la habitación tan pronto como ha dado sus instrucciones. Episodio 2: Madre y niño (primer episodio de preseparación) La madre deja al niño frente a los juguetes, se sienta en una de las sillas y comienza a leer una revista que hemos dejado en ella. Se espera que el niño explore la habitación y manipule los juguetes que hay en ella. La madre ha sido instruida para que no inicie la interacción con el niño, aunque puede responder ante cualquier iniciativa de éste. Durante los dos primeros minutos, la madre no dirige la atención ni hacia los juguetes, ni hacia otros objetos de la habitación, simplemente hojea la revista. Si pasados los dos minutos, el niño no ha comenzado a jugar con los juguetes, se da una señal a la madre (golpe en la pared, en la puerta, etc.) para que lo lleve hacia ellos y trate de estimular su interés. Se permite que la madre estimule la exploración durante este último minuto. El foco de la observación se centra en la exploración del niño y en la cantidad y naturaleza de su orientación hacia la madre. Episodio 3: Extraña, madre y niño (segundo episodio de preseparación) Una extraña (el sexo del extraño debe coincidir con el de la figura de apego sobre la que estemos realizando la evaluación de la calidad del apego del niño) entra en la habitación y saluda. A continuación, se sienta en la otra silla y permanece en silencio durante un minuto. Durante este tiempo, puede observar al niño pero no debe mirarle fijamente si el niño parece inquietarse por su presencia. Al final del primer minuto, la extraña comienza a hablar con la madre. La madre, mientras tanto, ha sido instruida para no comenzar a hablar hasta que la extraña inicie la interacción. Finalizado el segundo minuto, la extraña inicia la interacción con el niño. Transcurridos los 3 minutos del episodio y cuando el niño parezca ocupado con la extraña o con los juguetes, la madre abandona la habitación discretamente dejando su bolso sobre la silla.

Caso Apego-lucia Tomas

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Pequeño experimento sobre el apego

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CASO 9 Diagnóstico del estilo de apego en la infancia por medio de la situación extraña de Mary Ainsworth

Tomado de Cantero, M.J. (2006). Desarrollo socioafectivo. En A.I. Córdoba, A. Descalas, A. y M.D. Gil Llario. (coord.). Psicología del desarrollo en la edad escolar (173-178) Ed. Pirámide.

El objetivo de este caso es familiarizar al lector con el procedimiento de la

situación extraña diseñado por Mary Ainsworth para el diagnóstico de la calidad del apego en niños entre 12 y 24 meses de edad. Para que el lector pueda aplicar este procedimiento se expone, en primer lugar, la estructura detallada de la situación experimental; en segundo lugar, las categorías conductuales a analizar, y por último, los criterios diagnósticos de los distintos tipos y subtipos de apego infantil.

Descripción del procedimiento de la situación extraña

La «situación extraña» consiste en 8 episodios de 3 minutos de duración aproximadamente (a excepción del primero), donde el niño es expuesto a situaciones que difieren en el progresivo grado de estrés que le provocan y que culminan al ser dejado solo en una habitación que no le es familiar. El estrés tiene como finalidad la activación de las conductas de apego del niño para poder ser objeto de valoración y diagnóstico. Veamos el procedimiento que se sigue a lo largo de los 8 episodios poniendo como ejemplo la evaluación del apego de un niño hacia su madre:

Episodio 1: Madre, niño y experimentador

Éste es un episodio de introducción muy breve. La madre y el niño son introducidos en una habitación experimental, provista de juguetes atractivos para el niño y dos sillas (el resto del mobiliario debe ser apartado para permitir la exploración del niño). Se le muestra a la madre dónde colocar al niño y dónde tiene que sentarse. El experimentador abandona la habitación tan pronto como ha dado sus instrucciones.

Episodio 2: Madre y niño (primer episodio de preseparación)

La madre deja al niño frente a los juguetes, se sienta en una de las sillas y comienza a leer una revista que hemos dejado en ella. Se espera que el niño explore la habitación y manipule los juguetes que hay en ella. La madre ha sido instruida para que no inicie la interacción con el niño, aunque puede responder ante cualquier iniciativa de éste. Durante los dos primeros minutos, la madre no dirige la atención ni hacia los juguetes, ni hacia otros objetos de la habitación, simplemente hojea la revista. Si pasados los dos minutos, el niño no ha comenzado a jugar con los juguetes, se da una señal a la madre (golpe en la pared, en la puerta, etc.) para que lo lleve hacia ellos y trate de estimular su interés. Se permite que la madre estimule la exploración durante este último minuto.

El foco de la observación se centra en la exploración del niño y en la cantidad y naturaleza de su orientación hacia la madre.

Episodio 3: Extraña, madre y niño (segundo episodio de preseparación)

Una extraña (el sexo del extraño debe coincidir con el de la figura de apego sobre la que estemos realizando la evaluación de la calidad del apego del niño) entra en la habitación y saluda. A continuación, se sienta en la otra silla y permanece en silencio durante un minuto. Durante este tiempo, puede observar al niño pero no debe mirarle fijamente si el niño parece inquietarse por su presencia. Al final del primer minuto, la extraña comienza a hablar con la madre. La madre, mientras tanto, ha sido instruida para no comenzar a hablar hasta que la extraña inicie la interacción. Finalizado el segundo minuto, la extraña inicia la interacción con el niño. Transcurridos los 3 minutos del episodio y cuando el niño parezca ocupado con la extraña o con los juguetes, la madre abandona la habitación discretamente dejando su bolso sobre la silla.

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El foco de la observación está en la cantidad y tipo de atención que el niño da a la extraña en comparación con la que dio a la madre o a la exploración, y sobre cómo el niño acepta las aproximaciones de la extraña.

Episodio 4: Extraña y niño (primer episodio de separación)

Cuando la madre se va, la extraña comienza a reducir su interacción con el niño para que éste tenga la ocasión de saber que su madre no está, si no se había dado cuenta de ello. Si el niño continúa explorando, la extraña se sienta silenciosamente como la madre lo hizo anteriormente, aunque puede responder a las aproximaciones que el niño haga. Si el niño llora, la extraña ha de intentar distraerle con los juguetes; si esto falla, intentará consolarle, cogiéndole en brazos si él lo permite y/o hablándole. Si consigue calmarle, entonces lo pondrá en el suelo e intentará interesarle por los juguetes. Este episodio puede tener una duración inferior a los 3 minutos requeridos si la aflicción del niño es elevada y la extraña no consigue distraerle ni consolarle.

En este episodio interesa valorar la conducta exploratoria del niño en comparación con los anteriores episodios, la respuesta del niño ante la ausencia de su madre y su reacción hacia la extraña.

Episodio 5: Madre y niño (primer episodio de reunión)

La madre se aproxima a la puerta cerrada y habla lo bastante alto para que el niño pueda oír su voz. Abre la puerta y se detiene, para permitir al niño darle una respuesta si quiere. En este episodio, la madre puede consolar al niño si está estresado e intentar interesarle nuevamente por los juguetes. Mientras tanto, la extraña se retira discretamente. En cuanto el niño se calme, la madre se sentará en su silla y actuará como lo hizo en el episodio 2.

Después de 3 minutos, o cuando se considere que el niño está lo bastante calmado para comenzar el siguiente episodio, se indica a la madre que abandone la habitación, diciendo adiós al salir.

La observación se centrará en el recibimiento del niño hacia la madre y la naturaleza de su interacción después de su regreso.

Episodio 6: El niño está solo (segundo episodio de separación)

El niño es dejado solo en la habitación. Si cuando la madre se va el niño llora, se le da una oportunidad para que se calme y pueda continuar explorando. Si no se recupera, el episodio se reduce. En este episodio el observador ha de valorar tanto la conducta exploratoria del niño (si la hay) como su reacción ante la ausencia de su madre.

Episodio 7: Extraña y niño (tercer episodio de separación)

La extraña regresa a la habitación. Se aproxima a la puerta cerrada y habla lo bastante alto para que el niño pueda oír su voz. Abre la puerta, y se para, permitiendo al niño dar una respuesta si quiere hacerlo. Si el niño está llorando, la extraña intentará calmarle, cogiéndole en brazos si él lo permite. Si se calma, lo pondrá en el suelo e intentará interesarle en el juego. Si se interesa por los juguetes y comienza a jugar, la extraña se retirará a su silla. Si el niño no está apenado cuando la extraña entra, ésta le invita a ir hacia ella. Si el niño no se acerca, se le aproximará e intentará jugar con él. Si él está interesado por los juguetes y comienza a jugar con ellos la extraña se retirará a su silla. En el caso de que el niño quiera interacción o contacto, la extraña responderá a sus deseos y ajustará su comportamiento al del niño.

En este episodio nos interesa la respuesta del niño hacia la extraña, cómo es calmado por ella, si busca o acepta el contacto, si interactúa con ella durante el juego y la comparación entre esta respuesta y la que el niño dio a la madre en el episodio 5.

Episodio 8: Madre y niño (segundo episodio de reunión)

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La madre regresa a la habitación, abre la puerta y se para antes de saludar al niño, dándole la oportunidad de responder espontáneamente. Si el niño no acude a ella por propia iniciativa, entonces la madre le habla y finalmente lo coge. Mientras tanto, la extraña abandona la habitación discretamente. Tras el recibimiento, la madre se sentará en su silla y actuará en función de lo que el niño le pida. Si el niño no requiere su atención, seguirá hojeando la revista.

La observación se centrará en el recibimiento del niño hacia la madre, si ha aceptado su contacto y la naturaleza de su interacción durante los 3 minutos.

Categorías conductuales a registrar

A continuación se detallan las categorías conductuales sobre las que se basa el diagnóstico. El observador deberá visualizar cada episodio y realizar una valoración cualitativa de las categorías que proceda evaluar en términos de bajo, moderado o alto:

• Interacción positiva en la distancia: Esta categoría evalúa el interés del niño por inte-ractuar con el adulto en la distancia. Ejemplos de conductas que corresponden a esta categoría: el niño sonríe a la madre mientras juega, le vocaliza, le mira, le ofrece juguetes, etc. Se evalúa en los episodios de preseparación y reunión.

• Búsqueda de proximidad: Esta categoría hace referencia al grado de iniciativa y esfuerzo activo del niño en la búsqueda de contacto físico o proximidad hacia el adulto. Se valora la intensidad y persistencia de los esfuerzos del niño por obtener el contacto. Ejemplos: el niño se desplaza hacia la madre, bien sea arrastrándose, gateando o andando, extiende los brazos hacia la madre o se inclina hacia ella, desde donde está, etc. Se evalúa en los episodios de preseparación y reunión.

• Mantenimiento de contacto: Esta categoría hace referencia al grado de iniciativa activa del niño a la hora de mantener contacto con el adulto una vez el contacto ha sido conseguido. Ejemplo: el niño está en brazos de su madre y se resiste activamente a cesar el contacto cuando la madre lo intenta. Se evalúa en los episodios de preseparación y reunión.

• Resistencia: Esta categoría evalúa el grado de enfado y rechazo del niño hacia el adulto. Ejemplos: golpear a la persona, dar patadas, resistirse a ser cogido en brazos o cambiado de lugar, rechazar los juguetes que se le ofrecen al intentar interaccionar con él, chillar, protestar o intensificar el llanto cuando el adulto se le aproxima, etc. Se evalúa en los episodios de reunión.

• Evitación: Esta categoría evalúa el grado de indiferencia del niño hacia el adulto y su esfuerzo por evitar la proximidad y la interacción con él. Ejemplos de conductas incluidas en esta categoría: la madre inicia una interacción y el niño vuelve la cara hacia otro lugar, el niño intenta salir de la habitación cuando la madre regresa, la madre inicia una interacción y el niño se aleja, etc. Se evalúa en los episodios de reunión.

• Búsqueda de la madre ausente en los episodios de separación: Esta categoría evalúa el nivel de inquietud del niño por la ausencia de su madre. Ejemplos: el niño va hacia la puerta, intenta abrirla, la golpea, el niño se dirige hacia la silla vacía de su madre, etc.

• Rechazo del extraño: Esta categoría hace referencia al grado de evitación o rechazo del niño hacia la persona extraña. Ejemplos: el extraño inicia un interacción y el niño la ig-nora o se aleja, el extraño ofrece juguetes al niño y éste los rechaza, el extraño inicia una interacción y el niño llora, etc. Se registra en los episodios de separación.

• Aceptación del extraño: Esta categoría evalúa el nivel de aceptación del niño hacia la persona extraña. Ejemplos: el niño se aproxima al extraño y requiere su atención. Se registra en los episodios de separación.

• Exploración y llanto: Estas dos categorías recogen las conductas que el niño manifiesta a lo largo de los distintos episodios de la situación experimental. Ejemplos: el niño se dirige hacia los juguetes y los manipula, el niño mira los juguetes o los objetos de la habitación, el niño llora, etc. Se registra en todos los episodios.

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Criterios diagnósticos generales

En este apartado se describen las características básicas de los 3 tipos tradicionales de apego infantil en función de la conducta del niño hacia la madre, hacia la extraña y su conducta de juego en la situación extraña, y los criterios diagnósticos del apego desorganizado. Posteriormente, se presentan unas tablas resumen con los perfiles de los tipos y subtipos tradicionales del apego infantil según la valoración de las categorías conductuales comentadas anteriormente (cuadros 1 y 2).

Niños seguros (tipo B)

• Conducta respecto a la madre. Los niños seguros muestran una interacción positiva y afectiva con ella mientras juegan durante la preseparación. Ante su ausencia pueden o no afligirse, pero todos tienen conductas de búsqueda de la madre en mayor o menor grado. En los episodios de reunión se observa siempre un buen recibimiento (se alegran de verla) y pueden variar en el grado de búsqueda de proximidad y deseo de contacto con ella. Si están afligidos, se consuelan con facilidad al verla y suelen reanudar el juego. No se observa evitación ni resistencia hacia la madre.

• Conducta respecto a la extraña. Los niños seguros o la rechazan abiertamente o pueden interactuar con ella con cierta cautela. Pueden llegar a ser consolados por el extraño, pero la madre lo consigue con mayor facilidad.

• Conducta exploratoria. Es alta si está la madre, y desciende cuando se va.

Niños inseguros huidizos (tipo A)

• Conducta respecto a la madre. Los niños inseguros huidizos o evitativos se muestran indiferentes hacia la madre y suelen evitar o ignorar los intentos maternos por lograr contacto o interacción. Durante las separaciones, aparentemente, no la echan de menos y no tienen conductas de búsqueda de su madre. Si lloran durante la separación, únicamente lo hacen cuando son dejados solos, y la causa del llanto es la soledad y no la ausencia de su figura de apego. En la reunión no buscan proximidad, interacción o contacto con su madre y sí se observa una notable evitación de interacción.

• Conducta respecto a la extraña. Los niños inseguros huidizos tienden a tratar a la extraña más que a la madre, le muestran menos evitación. Pueden incluso buscar activamente proximidad e interacción con ella. Si se afligen, al quedarse solos en el episodio 6, se dejan consolar fácilmente por la extraña.

• Conducta exploratoria. Estos niños tienen una conducta de juego alta a lo largo de todo el procedimiento. Puede descender única-mente cuando se quedan completamente so-los en el caso de que lloren.

Niños inseguros resistentes/ambivalentes (tipo C)

• Conducta respecto a la madre. Estos niños apenas se atreven a despegarse de ella. Se afligen extraordinariamente cuando se va, y en los episodios de reunión buscan consuelo en ella, pero al mismo tiempo se resisten a ser consolados, y es muy difícil lograrlo. Su conducta es de clara ambivalencia hacia su madre: quieren ser cogidos pero a la vez lloran y/o patalean en su intento por mostrarle su enfado por haberse marchado.

• Conducta respecto a la extraña. Los niños inseguros resistentes/ambivalentes rechazan abiertamente a la extraña, muestran un gran recelo hacia ella y no se dejan consolar.

• Conducta exploratoria. Estos niños suelen jugar poco y el juego no se recupera después de la primera separación.

Niño inseguro desorganizado-desorientado (tipo D)

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Un niño será diagnosticado como D, según los criterios de Main y Solomon (1986, 1990), si muestra comportamientos durante la «situación extraña» que encajan en alguno de los siguientes aspectos:

• Presenta conductas extrañas en presencia de su madre: tics, acercarse hacia ella con la cabeza hacia abajo, tirarse al suelo, quedarse inmóvil, balanceos, golpearse la cabeza, posturas de abatimiento, etc.

• Muestra en un mismo episodio y de forma simultánea pautas de conducta contradictoria: aproximación seguida de evitación, evitación y llanto, evitación y resistencia, etc.

• Muestra índices de temor o recelo hacia su madre.

• Se muestra desorientado en los episodios de reunión.

• Presenta una secuencia conductual incongruente según los criterios de clasificación tradicional del apego infantil (clasificación ABC). Por ejemplo: el niño llora y busca a la madre durante las separaciones, pero muestra indiferencia y evitación de la interacción durante la reunión. O niños que no buscan a su madre durante las separaciones y tienen elevada conducta de juego en su ausencia, pero lloran desconsoladamente y se muestran enfadados con ella durante la reunión.

CUADRO 1

Perfiles de los tipos y subtipos de apego según la clasificación tradicional del apego infantil (ABC). Conductas hacia la madre

Conductas del niño hacia la madre (episodios de reunión)

Apego Interacción positiva en la distancia

Búsqueda de proximidad

Mantenimiento del contacto Resistencia Evitación

Conducta de búsqueda de la madre en la separación

Al Baja Baja Baja Baja Alta Baja A2 Baja/mod Mod Baja Baja Alta Baja Bl Alta Baja Baja Baja Baja/mod Baja/mod B2 Mod. Mod/alta Baja Baja Baja Mod/alta B3 Baja Alta Alta Baja Baja Alta B4 Baja Alta Alta Baja/mod Baja Alta Cl Baja Alta Alta Alta Baja Alta C2 Baja Baja/mod Baja/mod Mod/alta Baja Alta

CUADRO 2 Perfiles de los tipos y subtipos de apego según la clasificación tradicional

del apego infantil (ABC). Conductas hacia la extraña

Conductas del niño hacia la extraña Apego Aceptación Rechazo Al Moderada/alta Baja A2 Moderada/alta Baja B1 Moderada/alta Baja/moderada B2 Moderada/baja Moderada B3 Baja Alta B4 Baja Alta C l Baja Alta C2 Baja Alta

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PREGUNTAS DEL CASO

1. ¿Qué entendemos por apego? ¿Por qué en las tareas expuestas intentan generar situaciones de estrés al niño/a?

2. ¿Por qué crees que esta tarea se hace con niños entre 1 y 2 años? ¿Cómo crees que reaccionarían los niños mayores? Analiza la pregunta desde la perspectiva de las etapas de formación del apego.

3. ¿Qué teorías han intentado explicar el apego? ¿Qué aportaciones se han hecho desde la perspectiva etológica?

4. ¿Qué factores podrían explicar que haya niños con apegos seguros y otros con apegos inseguros?

5. Los centros de infantil suelen planificar de manera graduada la inclusión de los niños nuevos en el centro. ¿Creéis que tiene alguna relación con el apego?

6. Es evidente que el tipo de apego va a conllevar que haya niños de la misma edad pero con distintos comportamientos emocionales y sociales en el aula. ¿Qué implicaciones puede tener esto para la escuela?

PREGUNTA CRUZADA. Comenta el siguiente texto desde la perspectiva del autoconcepto. (Por ejemplo, qué factores influyen en su desarrollo y qué áreas del mismo podrían verse afectadas).

Bianca había venido a España hacía tan solo unos meses y su escaso conocimiento del castellano le impedía seguir el transcurso de las clases del nivel que por ley y por edad le correspondía, 2º de primaria. Además de su timidez y de su escasa iniciativa para realizar las tareas, le acompañaba el hecho de que sus compañeros de pupitre, Carmen, le recordaba todo el rato lo tonta que era y las pocas cosas que podía hacer con su escaso dominio del español. A la hora de realizar las tareas, ni siquiera la intentaba y las copiaba directamente de un compañero, Carmen, generalmente. Un día me pidió ayuda (alumna de prácticas) y pude comprobar que al animarle a intentarlo, lo hacía bastante bien, sobre todo si yo le apoyaba un poco cuando tenía más dificultades. Unos días más tarde, con mi ayuda y mi apoyo (“muy bien”, has podido hacerlo bastante bien…), consiguió ser progresivamente más autónoma, pero aún así seguía pidiendo ayuda para hacer las tareas. Tras esta situación pensé en la importancia que tiene el autoconcepto en nuestra vida, cómo el hecho de creer que podemos hacer algo nos hace conseguirlo. A veces es importante conocer a los alumnos porque es únicamente el miedo lo que les impide hacerlo. Cuando esto ocurra, debemos potenciar sus cualidades delante de los compañeros. En caso contrario, podemos convertir a unos niños con cualidades en unos auténticos fracasados.