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Caso: El campo de juego global Diagnóstico 1) Determinación del problema El deporte, y todas las actividades relacionadas con este, bajo la concepción de ser objeto de mercado y fuente de ingresos y riquezas personales van en contra del deporte como derecho del pueblo, privilegio y fuente de salud y bienestar. Producto de la globalización en los últimos años, los deportes en general se han convertido en el negocio legal más lucrativo en todo el mundo, perdiéndose de vista el propósito principal de estos, además de los objetivos iniciales con que se crearon. 2) Análisis de la situación actual El vínculo de la empresa privada con el deporte, no es algo nuevo, sino que data desde los primeros juegos olímpicos modernos, pero este era reducido y de forma general la gran burguesía no pretendía hacer beneficios económicos con esta relación. Pero a comienzo de la década de los 70, con la apertura neoliberal y la retirada del estado, se produce un aumento sin precedente en la entrada de empresas privadas y en especial de las trasnacionales, que han visto en la actividad deportiva un medio para la obtención de altas ganancias , a partir de aquí el deporte se ha convertido en un negocio tan lucrativo como otro cualquiera de la producción y los servicios y la estrategia global del deporte se orienta entonces a ganar mucho dinero. Y es a partir de aquí que comienza un proceso desenfrenado de comercialización de los servicios deportivos, que abarca atletas, equipos, eventos, sedes deportivas, medios deportivos, etc.

Caso El Campo de Juego Globlal

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Caso: El campo de juego globalDiagnstico

1) Determinacin del problema

El deporte, y todas las actividades relacionadas con este, bajo la concepcin de ser objeto de mercado y fuente de ingresos y riquezas personales van en contra del deporte como derecho del pueblo, privilegio y fuente de salud y bienestar. Producto de la globalizacin en los ltimos aos, los deportes en general se han convertido en el negocio legal ms lucrativo en todo el mundo, perdindose de vista el propsito principal de estos, adems de los objetivos iniciales con que se crearon.

2) Anlisis de la situacin actualEl vnculo dela empresaprivada con el deporte, no es algo nuevo, sino que data desde los primerosjuegosolmpicos modernos, pero este era reducido y de forma general la gran burguesa no pretenda hacer beneficios econmicos con esta relacin. Pero a comienzo de la dcada de los 70, con la apertura neoliberal y la retirada del estado, se produce un aumento sin precedente en la entrada de empresas privadas y en especial de las trasnacionales, que han visto en la actividad deportiva un medio para la obtencin de altas ganancias , a partir de aqu el deporte se ha convertido en un negocio tan lucrativo como otro cualquiera de la produccin y los servicios y laestrategiaglobal del deporte se orienta entonces a ganar muchodinero. Y es a partir de aqu que comienza un proceso desenfrenado decomercializacinde los servicios deportivos, que abarca atletas, equipos, eventos, sedes deportivas, medios deportivos, etc.Las firmas transnacionales patrocinan a los deportistas a tiempo completo, dotndolo de lo ltimo en vestuario, de ultramoderno implementos y todo tipo de facilidades concontratosmultimillonarios en algunos casos para lapromocinde sus productos. Se han apoderado del mundo deportivo, han aprovechado sus inmensas posibilidades e influyen en las poblaciones y exigen para el patrocinio de equipos y atletas, y la asignacin de dinero y recursos, la incondicionalidad, la exclusividad y lapublicidad, muchas de ellas nada tienen que ver con el deporte, pero si con elconsumoy laventaa travs del espectculo y la popularidad del deporte. Otro actor importante que ha influido en el desarrollo y expansin de los deportes en todo el mundo a nivel mundial ha sido el conjunto de empresas multinacionales de comunicaciones, las cuales a travs de sus canales permiten que casi todo el mundo pueda seguir los deportes ms famosos en sus respectivos pases. La TV ha trado consecuencias tanto positivas como negativas para este mercado. Dentro de las positivas se encuentran la facilidad con que se puede acceder a la transmisin de cualquier deporte en vivo y el costo de adquisicin. Por otro lado, existen consecuencias negativas, dentro de ellas se encuentran que la TV ha condicionado e impulsado los constantes cambios en la reglamentacin tcnica de los juegos deportivos y de diferentes disciplinas atlticas para adecuarlos a sus intereses comerciales, lo cual en algunos casos ha hecho perder la esencia ms humana, sana y valiosa del deporte. Aqu se pueden citar por ejemplo las nuevas reglamentaciones ya aprobadas en el baloncesto, voleibol, boxeo amateur y otrosdeportesde combate, en el bisbol (K.O. y medidas dirigidas a acotar la duracin de los juegos), etc. Todo lo anterior confirma los criterios de los especialistas que plantean que la TV ya no sirve al deporte, sino que se sirve del deporte.Las transnacionales no solo son dueas de los medios de comunicacin, sino tambin estn monopolizando el proceso de produccin y comercializacin de implementos y medios deportivos, con el cual amplan su control sobre esta actividad de forma creciente, obteniendo con ello ganancias extraordinarias, por ejemplo se puede citar el caso de NIKE que en 1997 obtuvo 9 mil millones de dlares de beneficio por sus ventas de ropa y calzado deportivo fundamentalmente.Siguiendo el ejemplo, transnacionales como la misma NIKE, ADIDAS, MIZUNO, TIGER, SPALDING, ARENA entre otras, una vez que han asegurado este control estn presionando constantemente a las federaciones internacionales a cambios peridicos de reglamentacionestcnicas, que lo obligan a comprar nuevos productos elaborados por ellos, si se quiere participar en lascompetencias, a si se realizan cambios de vestuario, calzado adaptados a lanaturalezade las superficies de competencias, nuevos implementos deportivos etc. Todas estas modificaciones permiten la elevacin de los resultados deportivos, pero a su vez incrementan las diferencias entre los pases ricos y pobres en los resultados deportivos ya que los pases subdesarrollados en la mayora de los casos no estn en condiciones de adquirir estas novedades tcnicas, por el elevadopreciode las mismas. Solo un reducidogrupode poblacin en estos pases tiene acceso a estos productos (entre el 10 y 15 % de la poblacin), ya que la mayora de esta se encuentra en una situacin econmica difcil a partir del aumento deldesempleo, reduccin de sussalariosreales, reduccin de subsidios y otras ayudas estatales como consecuencia de la aplicacin de polticas neoliberales, todo ello convierte cada vez ms el deporte en una actividad exclusiva.La entrada sin restricciones de productos de estas transnacionales estn arruinando laindustriadeportiva de pases subdesarrollados y con ello se pone en peligro lasoberanay la independencia nacional que se supedita a los intereses del capital extranjero.Un elemento que tipifica el control transnacional sobre el deporte y que impulsan an ms el proceso de comercializacin es la compra de equipos deportivos por estas entidades de la produccin y los servicios, veamos algunos ejemplos en baloncesto y otros deportesDisney es propietaria de las siguientes. Firmas relacionadas con el deporte: ABC SPORTS, ABC SPORTS INTERNATIONAL, ABC SPORTSVIDEO, ESPN, EUROSPORTS, ANAHEIM ANGEL. Los Oligopolios de lastelecomunicacionesglobales que incluyen a NEWS CORP, time WARNER y DISNEY, estn programado, realizando y controlando de forma creciente competiciones y estn utilizando el deporte como un objeto de marketing. Rupert Murdoch, llamado el Zar de lascomunicacionespuede llegar con sus televisoras al 75% de la poblacin mundial NEWS CORPORATIVA, su mayor empresa est compuesta por 800 sociedades en 52 pases. Esta compaa es duea de los equipos de baloncesto LAKERS y KNIGTS y DODGERS DE BEISBOL EN LOS Estados Unidos.Es importante tambin resaltar la migracin de talentos deportivos de sus pases natales hacia las ligas ms grandes y famosas en el mundo y sus principales consecuencias. Las cifras de contratos millonarios expuestos son una incitacin permanente para los atletas de los pases subdesarrollados, muchos de los cuales son acosados para que deserten; la compra de talentos por los mercaderes del deporte constituye undaoconsiderable con los que se compra tambin laidentidady la soberana de un pas.Muchas veces para lograr sus propsitos se burlan leyes laborales y migratorias de las naciones,muestrade ello es lo que est pasando en la comunidad europea que se est nutriendo constantemente de atletas que emigran en ocasiones hasta condocumentacinfalsa. Otro mal relacionado con la transferencia de atletas es el pago de grandes sumas de dinero para sobornar a los representantes de los atletas en aras de concretar las transferencias.La contratacin de jugadores extranjeros ha sido una prctica de los clubes profesionales desde hace bastante tiempo fundamentalmente en las disciplinas deportivas del baloncesto, ftbol, bisbol, entre otros deportes. Estas contrataciones jams alcanzaron los niveles actuales de generalizacin y los atletas por lo general mantenan sus vnculos con sus pases natales, a los que representaban en determinadas competencias, aunque los clubes limitaban estas representaciones. En la actualidad este fenmeno se distingue por la nacionalizacin de los atletas con el pas al que pertenecen los clubes que representan, fenmenos que afecta en gran medida a los pases subdesarrollados, quienes a partir de sus limitado recursos de manera repentina son objeto del saqueo de atletas en los momentos menos esperados, ante ofertas financieras hechas por clubes de pases desarrollados, lo cual como es lgico ofrece trabas al desarrollo del movimiento deportivo subdesarrolladosAlternativasListar alternativas de solucin cada uno con sus respectivas:a) Ventajasb) DesventajasSe deben desarrollar alternativas que se enfoquen en la cooperacin y los cuidados en lugar de la bsqueda de obtener el mximo beneficio. El poder de las empresas trasnacionales es inmenso y tiene nefastas consecuencias sobre la vida y el bienestar social, reflejados principalmente en el derecho de los trabajadores y en la distribucin de la riqueza y la soberana alimentaria de los pueblos. Primera opcinUna primera opcin es fomentar y unirse a organizaciones que promuevan la resistencia contra las empresas multinacionales en todo el mundo. Estas organizaciones deben tener bien fundamentadas sus bases, por lo tanto es necesario establecer criterios que aporten coherencia prctica a la crtica poltica. Estos criterios han de enmarcarse en los principios de la biommesis (imitar a la naturaleza): cerrar los ciclos de la materia, consumir y producir residuos en funcin de las capacidades naturales, centrar la produccin y el consumo en lo local, basar la obtencin de energa en el sol, potenciar una alta diversidad e interconexin biolgica y humana, acoplar nuestra velocidad a la de los ecosistemas y aplicar el principio de precaucin. Todo ello representa las bases a partir de las cuales comenzar a actuar desde lo colectivo, para construir un modo de relacin con el entorno y con el resto de seres humanos en el que la economa no ocupe la centralidad.Actualmente, este tipo de organizaciones han estado cobrando fuerza principalmente en Europa y Amrica Latina. En el caso de Amrica Latina, muchas de estas propuestas alternativas han puesto a prueba la hegemona de las transnacionales y estn caminando hacia la concrecin de otro modelo socioeconmico, desde el caso de las empresas recuperadas en Argentina a la nacionalizacinde los hidrocarburos en Bolivia. Sin embargo, en el Estado espaol y en otros pases centrales este tipo de prcticas tienen un carcter ms incipiente: se estn construyendo y expandiendo proyectos que, a pequea escala, ensayan prcticas social y ambientalmente responsables, basadas en la economa social y ecolgica. Estas alternativas estn cada vez ms presentes y ponen en entredicho el sistema de produccin, distribucin, financiacin y consumo, a la vez que van acompaadas de una crtica profunda: el comercio actual no es justo ni equitativo, la banca convencional no es tica y la industria de la alimentacin no es sostenible.Podemos citar otros ejemplos que se han ido desarrollando en los ltimos aos. A partir de los aos noventa lleg el momento de las grandes campaas contra las empresas transnacionales. Sobre todo, tres compaas multinacionales fueron el blanco de las crticas, de donde destaca una que se relaciona mucho con los deportes: Nike, acusada de fomentar la explotacin laboral y el trabajo infantil en sus fbricas del sudeste asitico. Desde entonces, se han extendido las protestas frente al poder de las grandes corporaciones. Entre otras, se puso en marcha una campaa contra Coca-cola, para denunciar sus nexos con el asesinato de sindicalistas en Colombia y la contaminacin de las fuentes de agua de numerosas comunidades en la India, [9] y se seal a The Gap, Wal-Mart, Disney y Mattel con diferentes acciones en EE UU y en los pases donde se ubicaban sus fbricas, para poner freno a la explotacin infantil. Adems, se denunci que empresas como Pepsi, Chevron y Total tenan relaciones comerciales con el Gobierno de Birmania y se llevaron a cabo campaas contra las marcas que utilizaban alimentos modificados genticamente. Y, cuando ha sido posible, se ha recurrido a los procedimientos judiciales. Algunas desventajas de esta alternativa son el hecho de que an no ha cobrado la fuerza necesaria en todo el mundo como para considerarse un movimiento global y bastante organizado, principalmente por el poder que tienen las multinacionales, en nuestro caso podemos citar a Nike o las cadenas televisivas, para evitar la expansin y la llegada a travs de medios de comunicacin masivos, debido a que es obvio que no favorecen en nada a sus intereses econmicos.

Segunda opcinEl sistema econmico actual, en casi todo el mundo, se basa en la libertad de mercados definido por el modelo neoliberal adoptado. Los mercados generalmente tienden a regularse a s mismos y el papel del Estado en este sentido es el de brindar un apoyo mnimo para garantizar que no existan desequilibrios o anomalas en estos. Debido a que una importante consecuencia del capitalismo es la bsqueda de beneficios y la idea de que la desigual distribucin de la riqueza es vlida debido a que se premia el aporte de cada individuo a la sociedad. Por lo tanto, el continuo desarrollo y expansin de las grandes empresas transnacionales es inherente a este sistema capitalista y promovido por este. Ante esto, otra alternativa es la aparicin del Estado como un actor principal en la economa, establecindose de esta manera, indirectamente, nuevos sistemas econmicos que pueden ser por ejemplo el comunismo o el socialismo.Algunas medidas que puede tomar el Estado seran las siguientes: Propietario de aquellas producciones y ramas de vital importancia para el desarrollo econmico y social del pas, haciendo suyo el desarrollo de laeducacin, lasalud, eldeporte, laculturay laseguridadsocial.

Regulador del comercio exterior, aplicando una poltica proteccionista arancelaria consecuente, encaminada a proteger la produccin nacional contra aquellos productos no integrados y facilitando laexportacinde su produccin nacional. Adems, facilitar el proceso integracionista con pases del rea.

Facilitar lacomercializacinde susempresascon empresas de otras naciones sobre la base depreciosjustos y de beneficios mutuos.

Desarrollar polticas econmicas internas que permitan extender el desarrollo cientfico tcnico a laindustria, laagricultura, el comercio, el transporte, las comunicaciones y losservicios, as como a todo el territorio en busca de una industrializacin diversificada y un desarrollo sostenible.

Desarrollar polticas interna encaminadas a la proteccin de laecologay el medio ambiente.Existen ciertas desventajas al plantear esta alternativa, muchas de ellas estn relacionadas con el hecho de adoptar un nuevo sistema socioeconmico. Por ejemplo, se pierde la rapidez en las transacciones que ofreca el libre mercado. Adems la motivacin generada por la bsqueda de beneficios que existe en estos momentos se ve reducida por lo que se puede decir que existe la posibilidad de que el trabajo no resulte de forma eficiente. Por otro lado, la dificultad de poder llevar a cabo esta alternativa es una de las principales desventajas ya que es difcil cambiar el sistema econmico actual, que tanto xito ha tenido desde que se instaur como el eje de la economa. Sin embargo, esto no significa que el Estado pueda intervenir en algunas cuestiones que parecen ser un problema que necesita resolverse con urgencia.

Conforme las multinacionales han ido extendiendo su actividad por el planeta, se han creado distintasRESISTENCIASa este poder corporativo que trata de marcar los pasos de la economa mundial: las empresas recuperadas, la banca tica, las cooperativas de consumo o el comercio justo son ejemplos de alternativas que muestran que hay otra manera de producir que no se base en la lgica de la acumulacin. Son propuestas de base que critican y cuestionan el poder de las multinacionales, que plantean otra manera de organizacin entre los trabajadores y trabajadoras, y que ponen sobre la mesa la incompatibilidad entre un sistema socioeconmico basado en la extraccin y generacin de residuos creciente y un planeta con lmites.

En las ltimas dcadas, lasEMPRESAS TRANSNACIONALEShan venido creciendo no slo en tamao, sino tambin en influencia econmica, social y poltica. Por eso, hoy ya se han convertido en los principales exponentes del proceso de globalizacin neoliberal, con efectos devastadores sobre la sostenibilidad ambiental, los derechos de los trabajadores y trabajadoras, la distribucin de la riqueza y laSOBERANA ALIMENTARIAde los pueblos. Prueba de este hecho es que la produccin mundial se est duplicando cada 25 o 30 aos.Este crecimiento no es una consecuencia posible del sistema capitalista, es una condicin indispensable para que funcione. Si la economa deja de crecer se colapsa, es una cuestin de las reglas de juego que marcan, entre otros actores, las multinacionales: las empresas tienen que maximizar sus beneficios un ao tras otro, y maximizar los beneficios implica que lo nico que importa son las cuentas a final de ao. Esta expansin de la economa planetaria se hace a costa de un requerimiento de materiales que no para de crecer y de un incremento alarmante de las injusticias y desigualdades sociales.Las alternativas frente a las multinacionales como forma de resistenciaFrente a esta lgica capitalista surgen alternativas yRESISTENCIASal poder corporativo que tratan de transmitir y rebatir con la prctica el hecho de que este sistema est acabando con la vida en el planeta. Buscan construir nuevos espacios y prcticas que no se rijan por el mximo beneficio sino por la cooperacin y los cuidados.En este contexto, para generar alternativas se hace necesario establecer criterios que aporten coherencia prctica a la crtica poltica. Estos criterios han de enmarcarse en los principios de la biommesis (imitar a la naturaleza): cerrar los ciclos de la materia, consumir y producir residuos en funcin de las capacidades naturales, centrar la produccin y el consumo en lo local, basar la obtencin de energa en el sol, potenciar una alta diversidad e interconexin biolgica y humana, acoplar nuestra velocidad a la de los ecosistemas y aplicar el principio de precaucin. Todo ello representa las bases a partir de las cuales comenzar a actuar desde lo colectivo, para construir un modo de relacin con el entorno y con el resto de seres humanos en el que la economa no ocupe la centralidad.Estas alternativas son de diverso tipo y, en muchos casos, tienen un desarrollo desigual: mientras que algunas estn disputando el poder de las multinacionales, otras se encuentran en una etapa ms incipiente, constituyendo valiosos ensayos o laboratorios de experiencias. En uno u otro caso comparten el requisito de no ser actos individuales sino procesos colectivos que persiguen una accin poltica.Como muestra, un botn: algunos ejemplos de alternativasEn regiones como Amrica Latina, muchas de estas propuestas alternativas han puesto a prueba la hegemona de las transnacionales y estn caminando hacia la concrecin de otro modelo socioeconmico, desde el caso de las empresas recuperadas en Argentina a laNACIONALIZACINde los hidrocarburos en Bolivia. Sin embargo, en el Estado espaol y en otros pases centrales este tipo de prcticas tienen un carcter ms incipiente: se estn construyendo y expandiendo proyectos que, a pequea escala, ensayan prcticas social y ambientalmente responsables, basadas en la economa social y ecolgica. Estas alternativas estn cada vez ms presentes y ponen en entredicho el sistema de produccin, distribucin, financiacin y consumo, a la vez que van acompaadas de una crtica profunda: el comercio actual no es justo ni equitativo, la banca convencional no es tica y la industria de la alimentacin no es sostenible.Cada uno de estos proyectos nace a partir de objetivos distintos, pero comparten su riqueza a la hora de sealar posibles soluciones a los problemas del modelo econmico capitalista basado en las directrices que marcan las multinacionales.As, las cooperativas autogestionadas de consumo de productos ecolgicos son una iniciativa ciudadana que fomenta el trato directo entre quienes ejercen el consumo crtico y quienes se dedican a la produccin sostenible, adems de generar una cultura de cooperacin local y regenerar el tejido comercial que las grandes superficies han deteriorado. En el mismo sentido, el comercio justo propone unas relaciones comerciales ms equitativas, poniendo el nfasis en conseguir unas condiciones dignas de trabajo en distintas partes del planeta.Tambin las cooperativas de trueque y las redes de intercambio crean estructuras ciudadanas que intercambian bienes y servicios, cuestionando la cultura de la competitividad y el economicismo del comercio convencional. Son proyectos basados en la cooperacin y la ayuda mutua, alterando la esencia monetarista del sistema de intercambios.En un sistema en el que gran parte de los recursos naturales empleados se transforman en desechos, destacan diferentes iniciativas que apuestan por la recuperacin de residuos que, una vez tratados, vuelven al mercado. Los proyectos de reutilizacin como las tiendas gratis o libres van en la misma lnea: son espacios de gestin colectiva que recogen productos textiles para ofrecerlos de forma gratuita, partiendo de una crtica a la industria de la moda y a laDESLOCALIZACINde las actividades productivas hacia las zonas perifricas, donde los costes laborales son menores y hay una mayor permisividad ambiental.De la reutilizacin y del reciclaje nacen igualmente propuestas de bricolaje social, que reeducan a las personas en la reparacin y el arreglo de muebles, electrodomsticos y dems productos que son vctimas de la obsolescencia programada. Y este modelo de aprendizaje se ha extendido a muchos otros bienes, como pequeas viviendas, productos de elaboracin natural y alimentos artesanales.En definitiva, propuestas como estas, u otras similares que se basen en los mismos principios, suponen una apuesta por la imaginacin y la creatividad y tienen sus races en procesos colectivos y participativos, por lo que comparten no slo una mirada crtica al consumismo y al papel de las multinacionales, sino tambin una esencia propositiva para que pueda hacerse efectiva una transformacin del modelo de sociedad en que vivimos.La necesidad de crear alternativasLa propuesta neoliberal parte de su propia esencia contradictoria: ante el colapso social, ambiental y financiero nos propone seguir alimentando el mismo modelo de vida, de produccin, de acumulacin, de distribucin, de movilidad y de consumo que ha creado el problema.Por todo ello, urge la bsqueda de alternativas que se sustenten en crear un estilo de vida que apueste por recuperar el valor de lo colectivo, de la sencillez, la diversidad, lo duradero y lo lento, que d prioridad a los procesos de reproduccin frente a la hegemona de la produccin, que privilegie el equilibrio frente al crecimiento y el uso frente a la posesin. Un modelo comunitario y de cercana, donde la construccin de la cultura y la identidad no se basen en la adquisicin de bienes de consumo.En este sentido, es necesaria una transformacin de la conciencia colectiva que conlleve acciones polticas que promuevan un cambio del sistema y que potencie aquellas alternativas que rompan con el paradigma del crecimiento econmico y del mximo beneficio en el mnimo plazo. Para llegar a ser realmente alternativas al sistema socioeconmico, el desafo de estas propuestas es romper las barreras de lo micro y lo local para llegar a poder tener una perspectiva macro y global.Para comenzar este camino se hace necesario un cambio de mirada, una revisin de nuestros valores para poner en prctica cuestiones como colocar la vida en el centro de la reflexin y de la experiencia, vincularse al territorio prximo, alentar la diversidad, tejer comunidad y poder comunitario, hacer acopio de saberes que acercan a la sostenibilidad, desenmascarar y denunciar el actual modelo de desarrollo y, claro est, experimentar alternativas.Disputarles el poder a las multinacionales creando alternativas que rompan con su hegemona permitir crear otros mundos ms justos, sustentables y en paz con el planeta.

Corporaciones Transnacionales

Las iniciativas de resistencia frente a las empresas multinacionales

Corporaciones Transnacionales

La militancia contra las corporaciones aumenta porque muchos de nosotros sentimos ms agudamente que nunca la red de complicidad entre las marcas que se extiende sobre el mundo, y la sentimos precisamente porque nunca hemos estado tan marcados como en la actualidad.Naomi Klein [1]El poder de las grandes corporacionesLa intensificacin del capitalismo a escala mundial ha servido para que se produzca una redefinicin de los actores que participan en el mercado global. En la era de la globalizacin econmica, a la vez que los Estados-nacin han venido cediendo parte de su soberana, las compaas multinacionales han ido adquiriendo mayor influencia y poder. La expansin de las empresas transnacionales, cuyo origen se remonta al siglo XV -con la Banca de los Mdici en Florencia, que lleg a tener 18 sucursales por toda Europa-, se ha producido bsicamente en los ltimos cien aos. Y es que desde finales del siglo XIX y principios del XX, cuando algunas compaas estadounidenses como General Electric, United Fruit, Ford y Kodak se lanzaron a realizar sus actividades fuera de su pas de origen, hasta nuestros das, estas grandes corporaciones han evolucionado mucho. [2] Tanto, que hoy en da las empresas multinacionales acumulan una capacidad econmica mayor que la de muchos pases: Wal-Mart tiene un volumen de ventas superior al Producto Interior Bruto (PIB) de Austria o de Noruega, mientras que el de ExxonMobil es mayor que la suma de los de Venezuela y Chile. [3]El poder de las empresas transnacionales se ha acrecentado en los ltimos veinticinco aos, como consecuencia de la extensin a escala global de las polticas neoliberales. Desde 1980, las inversiones extranjeras han crecido a una tasa anual que duplica el PIB mundial, concentrndose fundamentalmente en el sector de los servicios, y las principales responsables de este crecimiento han sido las multinacionales: el 84% de la Inversin Extranjera Directa mundial se canaliza a travs de este tipo de empresas. [4] Por eso, a da de hoy, las corporaciones multinacionales controlan gran parte de muchos sectores clave de la economa mundial, como la energa, la banca, la agricultura, el agua y las telecomunicaciones. Y en todo esto ha tenido mucho que ver la estrecha relacin de las multinacionales con los Gobiernos, que les han beneficiado en perjuicio del inters de las personas. No es que los Estados se hayan plegado ciegamente a los intereses de las grandes compaas, lo que ha ocurrido es que los Gobiernos han promovido una serie de polticas para favorecer sus negocios. Se podra decir que se trata de una relacin de simbiosis, en la que los Estados y las corporaciones se benefician mutuamente, y donde, como dice Pedro Solbes, el cometido del Estado debe ser vigilar los fallos del mercado. [5]Los comienzos de las campaas contra las multinacionalesEn todo este tiempo, a la par que ha ido cambiando la posicin de las empresas en la economa global, se han venido modificando las dinmicas de contestacin social frente a las actividades de las multinacionales. El movimiento obrero y las organizaciones sindicales, que histricamente han jugado un rol decisivo en la consecucin de toda una serie de derechos sociales, han perdido su papel central en las reivindicaciones frente a las corporaciones transnacionales. [6] Y es que, antes, las empresas eran fundamentalmente el centro de trabajo, y los conflictos que se pudieran generar eran el resultado de este hecho. Ahora, con las deslocalizaciones, la divisin internacional del trabajo, las privatizaciones, las subcontrataciones, la flexibilizacin, la desregulacin y, en definitiva, con las transformaciones derivadas de los procesos de globalizacin econmica, las compaas multinacionales intervienen en casi todos los aspectos de la vida de las personas. Las corporaciones globales producen, distribuyen y comercializan los coches en los que nos movemos, las redes de telfono que utilizamos, los alimentos que comemos o la ropa que vestimos. Y eso por no hablar de lo que tradicionalmente se ha dado en llamar servicios pblicos, es decir, el agua, la sanidad, la educacin y la energa, que tambin han venido siendo progresivamente subordinados al mandato del mximo beneficio que imponen las empresas transnacionales.Naturalmente, el dejar que todas estas actividades dependan de la lgica empresarial ha provocado una serie de consecuencias sociales y ambientales. As, se han creado distintas categoras de ciudadana en funcin de los servicios a los que se pueda acceder segn los ingresos de cada cual, de la misma forma que se han antepuesto los criterios de rentabilidad econmica a la proteccin del entorno.Justamente, dado que la interaccin de las corporaciones con la sociedad no se limita ya al plano laboral, aunque ste por supuesto sigue resultando muy importante, en las ltimas dcadas tambin han cobrado especial importancia las denuncias de las personas afectadas por los efectos ambientales, culturales y socioeconmicos de las actividades de estas empresas. En muchas ocasiones, el impulso a estas nuevas formas de accin colectiva ha venido de la mano de los usuarios, consumidores, trabajadoras, indgenas, activistas y, especialmente, de las personas ms directamente afectadas por el problema, que son quienes estn sintiendo ms de cerca la indefensin y la violacin de sus derechos por parte de las compaas trasnacionales.Echando la vista atrs, se puede decir que ya desde los aos treinta del siglo pasado comenz a producirse la oposicin a las empresas multinacionales. Y el primer gran hito en la resistencia contra las empresas, que puede considerarse el predecesor de la lucha actual contra las marcas, viene de la campaa de boicot que se llev a cabo a finales de la dcada de los setenta contra Nestl: la empresa suiza, que estaba vendiendo su leche en polvo como un sustituto de la leche materna con el pretexto de que se trataba de una alternativa segura para la alimentacin de los pases empobrecidos, inici un pleito contra varios militantes que haban denunciado estos hechos y eso slo sirvi para darle mayor notoriedad a la campaa. [7] Posteriormente, en los aos ochenta, las acciones de solidaridad se centraron en la crtica de las dictaduras latinoamericanas y de los Gobiernos estatales, con un par de excepciones: el caso de Dow Chemical, empresa responsable de la emisin masiva de gases txicos en Bhopal (India), y el boicot a las multinacionales que mantenan relaciones comerciales con el rgimen sudafricano en tiempos del apartheid.Y, finalmente, en los aos noventa lleg el momento de las grandes campaas contra las empresas transnacionales. Sobre todo, tres compaas multinacionales fueron el blanco de las crticas: Nike, acusada de fomentar la explotacin laboral y el trabajo infantil en sus fbricas del sudeste asitico; Shell, denunciada por los impactos ambientales generados al querer hundir una plataforma petrolfera en el Ocano Atlntico y por permanecer impasible ante la ejecucin del escritor Ken Saro-Wiwa, quien haba encabezado un movimiento de protesta pacfica contra la petrolera y fue condenado a la pena de muerte junto con otros ocho activistas; y McDonalds, que, al denunciar a dos ecologistas por difundir octavillas en las que afirmaban que la compaa explotaba a sus empleados, colaboraba con el maltrato a los animales y era la mxima representante de la comida basura, se vio envuelta en un proceso judicial que dur siete aos y que puso de manifiesto la existencia de una censura corporativa. [8]Desde entonces, se han extendido las protestas frente al poder de las grandes corporaciones. Entre otras, se puso en marcha una campaa contra Coca-cola, para denunciar sus nexos con el asesinato de sindicalistas en Colombia y la contaminacin de las fuentes de agua de numerosas comunidades en la India, [9] y se seal a The Gap, Wal-Mart, Disney y Mattel con diferentes acciones en EE UU y en los pases donde se ubicaban sus fbricas, para poner freno a la explotacin infantil. Adems, se denunci que empresas como Pepsi, Chevron y Total tenan relaciones comerciales con el Gobierno de Birmania y se llevaron a cabo campaas contra las marcas que utilizaban alimentos modificados genticamente. Y, cuando ha sido posible, se ha recurrido a los procedimientos judiciales: por ejemplo, en EE UU se ha aprovechado una vieja ley que tiene ms de dos siglos para llevar a juicio a empresas transnacionales estadounidenses -como la minera Drummond- por sus actividades en terceros pases. [10]La resistencia frente a las empresas en Europa y Amrica LatinaDe manera especial, en los ltimos aos los procesos de resistencia contra las multinacionales han cobrado bastante relevancia en Europa y, sobre todo, en Amrica Latina. Ahora bien, mientras que en el continente europeo se ha dado prioridad a las movilizaciones contra las instituciones financieras internacionales y organismos supraestatales como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unin Europea y el G-8, [11] en Amrica Latina el foco de la crtica se ha centrado sobre las empresas transnacionales y los tratados de libre comercio -no en vano, a finales de 2005 se consigui parar el Acuerdo de Libre Comercio de las Amricas-.En Europa, el denominado movimiento antiglobalizacin, que adquiri ms visibilidad tras las movilizaciones de Seattle a finales de 1999 y lleg a ser multitudinario hasta las protestas contra la guerra de Iraq en el ao 2003, desarroll acciones de denuncia de las actividades de las grandes corporaciones en el marco de los foros alternativos y las contracumbres, si bien estas campaas no tuvieron el nivel de difusin y organizacin que alcanzaron las que sealaban a las instituciones financieras. [12] Por otra parte, en Amrica Latina, con la puesta en marcha de las medidas del Consenso de Washington, las corporaciones transnacionales europeas y estadounidenses llegaron a la regin y se aduearon de los servicios pblicos, las empresas estatales y los recursos naturales. En esos aos, en los que se dio un boom privatizador -entre 1986 y 1999, ms de la mitad del valor de todas las privatizaciones realizadas en los pases del Sur en el mundo entero se realizaron en Amrica Latina, especialmente en el sector de los servicios pblicos [13]-, las luchas se centraron en responder sobre el terreno a las actividades de las multinacionales. Por poner un ejemplo que valga para comparar: a mediados del ao 2000, mientras los movimientos sociales europeos se preparaban para bloquear la cumbre del BM y FMI en Praga, en Cochabamba (Bolivia) tena lugar lo que se conoci como la Guerra del agua, en la que la resistencia popular impidi que un consorcio encabezado por la multinacional Bechtel y la corporacin espaola Abengoa, apoyados por el Banco Mundial, se hiciera con la compaa local y se privatizara as el servicio de agua de la ciudad.A la hora de analizar las diferencias entre Europa y Amrica Latina en cuanto a las movilizaciones realizadas contra las empresas transnacionales -movilizaciones que, por cierto, no se pueden considerar sino complementarias-, se puede apuntar el hecho de que Amrica Latina es utilizada por las compaas extranjeras como fuente de recursos naturales y materias primas -petrleo, gas, carbn, oro, madera, caf, soja o palma africana- que son luego procesadas y consumidas, fundamentalmente, en otros mercados. Por ello, a la vez que los efectos de estas actividades extractivas y productivas se hacen notar en los pases latinoamericanas, Europa es el sitio donde nicamente se consumen y es difcil que la ciudadana sienta esos efectos en primera persona. Adems, en los casos de las empresas de servicios pblicos, las estrategias empleadas por las corporaciones transnacionales en Amrica Latina han tratado de hacer rentable econmicamente la inversin a corto plazo, cosa que no ha sucedido de forma tan exagerada en Europa, lo que podra explicar que en el viejo continente no se hayan producido movilizaciones parecidas a las que han tenido lugar contra Unin Fenosa en Nicaragua [14] o contra Suez en Argentina.En cualquier caso, lo que parece evidente es que en la mayor parte de los pases de Amrica Latina s que se ha extendido una mala imagen de las transnacionales extranjeras. Y, dentro de ellas, se encuentran las espaolas por ser las que tienen una mayor presencia en el continente, ya que son lderes de los sectores de los hidrocarburos (Repsol), la electricidad (Endesa), la banca (Santander) y las telecomunicaciones (Telefnica). En el ao 2004, slo el 29% de la poblacin latinoamericana crea que las inversiones forneas eran beneficiosas para su pas, frente a un 35% que se manifestaba abiertamente en contra. [15] Y las quejas de la poblacin obedecen a que se responsabiliza a las multinacionales de ser las causantes del expolio y el saqueo de los recursos naturales, la privatizacin de los servicios pblicos o la desregulacin del mercado laboral. Por eso, hay muchos casos de movimientos ciudadanos, campesinos e indgenas que han llevado a cabo campaas contra las empresas transnacionales. Como las organizaciones mapuches, por ejemplo, que durante aos se han resistido a ser desplazadas de su territorio ancestral por las empresas Endesa, en Chile, y Benetton, en Argentina. O las movilizaciones que se han producido contra Unin Fenosa en Colombia desde que la multinacional espaola adquiri las distribuidoras elctricas de la Costa Atlntica y empez a aplicar una agresiva estrategia de cobro para amortizar su inversin. [16] En ciertas ocasiones, incluso, han llegado a prosperar algunas demandas judiciales, como en el caso de la denuncia por la contaminacin generada por las explotaciones petroleras de Repsol y otras compaas en Argentina [17] o en el caso de Texaco en Ecuador, donde el proceso judicial dura ya ms de diez aos. Y stos son solamente unos cuantos casos representativos, porque en realidad tambin se han producido acciones y campaas contra otras multinacionales como BP, Oxy, BBVA, Nestl, Majaz, ENCE, Aracruz, Telefnica, Bayer, Unilever, Calvo y Wal-Mart. Es en este clima de hostilidad hacia las empresas transnacionales donde se enmarca el hecho de que algunos Gobiernos latinoamericanos hayan decidido acabar con las condiciones tan favorables de las que disfrutaban las empresas extranjeras presentes en su territorio.Por ltimo, vale la pena resaltar una iniciativa que est teniendo lugar en la actualidad en Amrica Latina y que resulta muy eficaz para visibilizar los efectos de las actividades de las multinacionales: el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP). [18] Este tribunal, que hasta ahora se ha reunido en ms de treinta ocasiones para juzgar desde situaciones de genocidio hasta las polticas de las instituciones financieras internacionales, ha servido para que en Colombia se est juzgando simblicamente a ms de dos decenas de empresas transnacionales -entre las que se encuentran Repsol, Coca-Cola, Anglogold, Nestl o Aguas de Barcelona [19]- por las consecuencias de sus operaciones sobre el medio ambiente, los pueblos indgenas y los derechos humanos, as como para que en Nicaragua se haya podido denunciar qu ha supuesto la presencia de Unin Fenosa en el pas. En este sentido, la Red Birregional Europa - Amrica Latina y el Caribe Enlazando Alternativas [20], que se constituye como un puente entre las resistencias a uno y otro lado del ocano, se encuentra preparando actualmente lo que ser la Cumbre de los Pueblos que se celebrar en Lima en mayo de 2008 coincidiendo con la cumbre de Jefes de Estado de la Unin Europea, Amrica latina y el Caribe, dentro de la cual se incluir una sesin del TPP sobre las empresas multinacionales europeas presentes en aquella regin.La realidad de la imagen corporativaQueda patente, pues, que las organizaciones y movimientos sociales de todo el planeta han ido desarrollando estrategias y nuevas formas de accin colectiva frente al poder corporativo. Pero, al mismo tiempo, parece claro que todava existen bastantes factores que operan en contra de los colectivos que abogan por otro modelo de sociedad. Entre los ms evidentes, se pueden citar el nulo inters que tienen la mayora de los Gobiernos y las instituciones econmicas mundiales en salirse de la ortodoxia neoliberal, el papel de los medios de comunicacin, que ser difcil que incluyan crticas a las grandes corporaciones mientras la publicidad sea una de sus principales vas de financiacin, y la notable desmovilizacin de la clase media europea, que se ha transformado en clase consumista y piensa que ejercer la libertad es poder elegir entre varias marcas de automvil. Y, adems, durante todos estos aos las propias empresas transnacionales tambin han ido aprendiendo cmo deben afrontar las crticas que se le hacen desde la sociedad civil.Es decir, que, del mismo modo que los colectivos sociales han mejorado sus campaas para cuestionar a las grandes compaas, stas, a su vez, han visto que no les conviene desarrollar una estrategia de confrontacin y que, por el contrario, resulta mucho ms eficaz forjar una imagen corporativa que trascienda el propio objeto de consumo. Y es que tantos aos de denuncias sobre la explotacin laboral y ambiental de estas corporaciones les ha obligado a disear un nuevo modelo empresarial que transmita los valores, imgenes y smbolos que gozan de prestigio social en la actualidad. Por eso, se han apuntado a la tendencia de vender valores y no productos, tan exitosamente desarrollada por las grandes empresas a nivel mundial, y, si hiciramos caso a sus anuncios publicitarios, parecera que son organizaciones ecologistas o defensoras de los derechos humanos en lugar de tratarse de las compaas responsables de la crisis ambiental y social que vivimos.En este sentido, la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), que naci cuando las empresas constataron que haban acumulado una lista de graves impactos sobre los derechos humanos y el medio ambiente y, especialmente, cuando vieron que se trataba de una forma de crear valor para la compaa, ha servido para poder proyectar una imagen positiva ante los consumidores de sus productos y servicios. En este mismo sentido se entiende la firma de cdigos de conducta por parte de las multinacionales, ya que son voluntarios y no les conlleva ninguna obligacin jurdica ms all del mero cumplimiento de la legislacin laboral y ambiental correspondiente. [21] Por lo tanto, como dice Naomi Klein, nada cambiar mientras las grandes empresas no se den cuenta de que no tienen un problema de comunicacin. El suyo es un problema con la realidad. [22]A modo de conclusin, se puede afirmar que las compaas transnacionales, con ms o menos capas de pintura sobre su desgastada imagen, siguen siendo entidades que buscan incrementar ao tras ao su volumen de beneficios. Y, ante esta realidad, la nica forma de asegurar que estos gigantes econmicos no pasen por encima de la voluntad y los derechos de millones de personas es continuar criticando sus operaciones. En definitiva, la cuestin central no es denunciar, exclusivamente, los efectos negativos que han generado unas multinacionales, sino las repercusiones sociales, ambientales y culturales que tienen las operaciones de todas las grandes corporaciones transnacionales por todo el planeta. Trascendiendo el discurso oficial, resulta imprescindible acabar con el mito de que las actividades de las multinacionales son un elemento que contribuye a disminuir las enormes desigualdades que asolan el mundo. Porque, a pesar de su tan trabajada imagen corporativa, lo que sucede es justo lo contrario: nicamente sirven para apuntalar el statu quo.

Alternativas3) Listar alternativas de solucin cada uno con sus respectivas:c) Ventajasd) Desventajas4) Escoger alternativa Planes5) Elaborar planes de solucin6) Elaborar un plan de contingencia