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Salí de Santander, sobre las 7:30 de la tarde en el tren y, cuando iba a subir, vi un señor que robó el bolso a una señora mayor. Un chico que lo vio salió corriendo detrás de él y yo, mientras, llamaba a la policía, le cogieron, pero yo me tenía que ir perdía el tren. Después de 5 horas de viaje, muy cansada, tenía sueño, pero no podía dormir. Llegué a mi destino y cuando fui a coger las maletas ¡casi me caigo! Tan cansada llegué al hotel, me dieron las llaves y el ascensor estaba roto y tuve que subir las escaleras: era la novena planta, por fin llegué. Me eché en la cama y me dormí como un cesto. Al día siguiente me fui a visitar las Casas Colgantes de Cuenca pasé mucho miedo, aquello estaba altísimo en una roca y yo pregunté: ¿esto se caerá?, pero el guía me dijo que no. Me marché corriendo al hotel, ya llegaba tarde a comer, comí espaguetis y un filete; el filete estaba un poco frío. De postre comí un yogur de fresa. Me marché corriendo, tenía que recoger y marchame. Cogí las maletas, iba directa al tren. Ahora fui viendo el paisaje: todo era marrón y estaba muy seco (como era verano). Cuando llegué a Santander deshice la maletas y me tumbé a relajarme ¡lo necesitaba! Alba

Castilla La Mancha

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Viajes por España

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Salí de Santander, sobre las 7:30 de la tarde en el tren y, cuando iba a subir,

vi un señor que robó el bolso a una señora mayor. Un chico que lo vio salió

corriendo detrás de él y yo, mientras,

llamaba a la policía, le cogieron, pero yo

me tenía que ir perdía el tren.

Después de 5 horas de viaje, muy

cansada, tenía sueño, pero no podía

dormir. Llegué a mi destino y cuando fui a

coger las maletas ¡casi me caigo! Tan

cansada llegué al hotel, me dieron las

llaves y el ascensor estaba roto y tuve que

subir las escaleras: era la novena planta,

por fin llegué. Me eché en la cama y me dormí como un cesto.

Al día siguiente me fui a visitar las Casas Colgantes de Cuenca pasé mucho

miedo, aquello estaba altísimo en una roca y yo pregunté: “¿esto se

caerá?”, pero el guía me dijo que no. Me marché corriendo al hotel, ya

llegaba tarde a comer, comí espaguetis y un filete; el filete estaba un poco

frío. De postre comí un yogur de fresa. Me marché corriendo, tenía que

recoger y marchame. Cogí las maletas, iba directa al tren. Ahora fui viendo

el paisaje: todo era marrón y estaba muy seco (como era verano).

Cuando llegué a Santander deshice la maletas y me tumbé a relajarme ¡lo

necesitaba!

Alba

Salimos desde Santander por la mañana y cogimos un tren a Cuenca. Hasta la hora de comer hicimos turismo y vimos las casas colgantes, estaban en unas rocas y parecía que volaran porque debajo había un precipicio. Comimos en un restaurante rural y fuimos al parque del Alto Tajo, tenía muchos lagos repletos de peces, muchos tipos de aves y árboles por doquier. A eso de las nueve nos hospedamos en un hotel ambientado en el salvaje oeste y tenia unas vistas preciosas. Al amanecer fuimos a desayunar al campo y a las tres en tren hasta Santander, se veía un paisaje lleno de árboles y pequeñas lagunas. Sira

Viaje a las casas colgadas

Hoy he ido a coger el avión. Mi destino era Cuenca, pues quería ver

las casas colgadas.

El viaje duró 1 hora y media. La comida era pollo con patatas.

Llegué y allí me esperaba mi prima Luisa. Fuimos a las casas colgadas, nos

subimos a ellas y daba

bastante vértigo.

Fuimos a merendar a una

heladería, yo pedí un helado

de yogur y Luisa uno de

limón.

Al día siguiente a las

09:00h de la mañana me tuve

que ir a casa, mis padres me

echaban de menos.

Yo no quería irme. Se me

cayeron algunas lagrimillas.

Fin

Marina D