Catalogo Expo 25 aniversario Congreso Unificación 1984-2009

7/31/2019 Catalogo Expo 25 aniversario Congreso Unificacin 1984-2009

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25 aniversariodel Congr eso de Unifi cac in(1984-2009)


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No me importa lo que digan

si lo que he dicho es cierto.

No me importa lo que harn,

sino lo que qued hecho.

Las palabras poco sirven,

lo que sirven son los hechos.

Sara Guilln Berenguer

En recuerdo de los encuentros anuales de Brziers

y de los compaeros y compaeras de la Agrupacin Confederal de la Emigracin


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ANIVERSARIO

Aniversario puede tener relaciones ilcitas con revisin y auto-

contemplacin; tambin con nostalgia, memorias heroicas y

derrotas tenidas a orgullo. Se trata, en este caso, de que nosuceda as y que la celebracin de estos 25 aos de esfuerzo colectivo en

el impulso de lo libertario, de una sociedad autogestionaria y antiauto-

ritaria, de un proyectode convivencia en libertad, ms all del poder y

delestado, sea lugar de cita para la reflexin y la sntesis y, sobre todo,puntode inflexin sobre el inmediato futuro, a todas lucescrtico y con-

flictivo, tanto desde la perspectiva de la lucha obrera, como para los

movimientos alternativos, y que en frentes diversos y dispersos (desde

la insumisin a la precariedad, desde la paz sin apelativos a la pasin

revolucionaria sin excusas), intentan, intentan e intentan...

Quede claro que existen las races, las tradiciones, los hechos hist-

ricos y las militancias dentro de CGT. Quede claro asimismo que la

contribucin del anarcosindicalismo a la lucha obrera y revolucionaria

en estas tierras, ha sido fundamental y decisiva... pero nosotros y no-

sotras, la Confederacin General del Trabajo (e implcitamente delparo), tambin pensamos, mirando hacia atrs que en este siglo y pico

que acumulamos sobre nuestras espaldas, se han producido demasiadas

disquisiciones intiles sobre la legitimidad de una u otra propuesta or-

ganizativa, demasiado historicismo en algunas ocasiones y demasiado

desarraigo en otras, demasiadas miradas por la nuca (por no decir otra

cosa) y, en algunos dolorosos momentos planteamientos demasiado ob-

soletos ante problemas de inmediatez exigente.


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Por ello, reconociendo nuestra vinculacin con la tradicin anarcosin-

dicalista ibrica (centenaria, memorable y en algunos casos contradic-

toria), debemosafrontar las cuestiones evidentes: el fortalecimiento del

estado autoritario, neoliberal e informtico;el recorteprogresivo delas

libertades aunque stas fueran formales; la nueva cultura ligada a laproductividad, desdelaeconoma submarina al problema estructural

de un paro que aumenta y sehace joven; el imperio del consumo a es-cala planetaria; elreflujo de la luchaobrera y el curioso pactismo para

salvar lacuriosa crisis con un no menos curioso descenso de dig-

nidades sindicales; el control asfixiante dela vida cotidiana, el chantaje

permanente que supone la amenaza nuclear, la beligerancia competitiva

de los estados... el intento de destruccin, en fin, de cualquier esperanza

material de alternativa para centenares de generaciones sucesivas, etc.

Afrontamos las cuestiones evidentes y otras que no lo son tanto con

nuevos mtodos operativos, con nuevas formas de contestacin y de lu-

cha, con planteamientos originales, profundizando en lo participativo y

en la autogestin, en nuestra capacidad de condicionar y modificar lasdiferentes realidades, en el rechazo de las jerarquas y de los lderes,en

el apoyo atodo movimiento que, sin plantearse coincidencias hastaque

lamuerte nos separe, seala y moviliza respecto a objetivos concretos

que tambinson nuestros, asumiendo nuestras presencias junto con los

movimientos alternativos, canalizando el potencial de resistencia que

anida en los mrgenes del sistema.

Y estalucha, podr serseal de autosacrificiomilitante al viejo y respe-

table uso, pero tambin debe ser gratificacin personal, juego y exceso

festivo. As la madurez de este 25 aniversario, debe serlo desde una

perspectiva joven. Continuidad y ruptura. La CGT nosolamente existe

en la historia, no solamenteencarna una tradicin y responde a unauto-

pa, sino que vivencia aqu y ahora su posibilidad.

Estavolantina con el anonimato necesario para completar cualquier

obra colectiva, es una invitacin sin firma ni fecha al cumpleaos de

la CGT. Seguimos creciendo, seguimos reuniendo fuerzas, seguimos

abriendo la brecha contra el poder. Celebrmoslo. Agrandmosla.


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Vamos a re ejar los aspectos u n-

damentales sobre los que se ha

construido nuestra realidad actual,

rindiendo homenaje a esos miles de mu-

jeres y hombres qu e de manera constan-

te y silenciosa, sin medallas ni reconoci-

mientos, han contribuido al desarrollo de

nuestro proyecto. Especialmente a todas

aquellas personas cuyo tesn a lo largo de

la historia, de las dcadas de exilio, crcely represin, nos han servido de reeren-

cia, de gua, de ejemplo de dignidad y de

ilusin.

Tenemos mucho recorrido, pero que-

da mucho por hacer. Especialmente

conquistar nuestro objetivo f nalista,

nuestro anhelo: el cambio social que haga

posible una hum anidad basada en la justi-

cia y en la igualdad. Para lograrlo, nuestro

modelo sindical conlleva de manera imp l-

cita una propuesta de lucha para conseguir

esa prounda transorm acin social trans-

cendiendo el estricto marco de lo labo-

ral. Aplicando los criterios y la lgica conla que pretendemos desarrollar nuestro

uturo modelo de sociedad. Siendo cohe-

rentes en nuestra cotidianid ad con lo que

decimos querer ser algn da.

Aron temos esta mirada sobre nues-

tro pasado reciente y abramos las

puertas al uturo, sin olvidar todo

el bagaje que nos precede de luchas y ex-

periencias libertarias durante ms de un

siglo de presencia organizada en estas

tierras ibricas, siendo conscientes de que

trabajamos por un uturo en el que los

postulados de igualdad, justicia y libertad,

deben ser los que term inen por def nir el

devenir de la vi da social.


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A partir del Congr eso d e Un if ca-

cin (29-30 de junio y 1 de julio

de 1984), el camino ha sido tre-

mendamente duro, sin tregua ni respiro

en nuestras luchas. Era la dcada de los

80, los aos de l as leyes de Reconversin

y los reales decretos de Reestructuracin

que iniciaron el pro ceso de desmantela-

miento del sector industrial.

El espacio sindical estaba ocupado

prcticamente en su totalidad por

el sindicalismo institucional, con-

ormando un nuevo modelo de gestin

burocratizado que rompe con la tradicin

asamblearia y combativa.

En el mbito poltico y social, 1984

es un ao clave para la sociedad es-

paola. El 30 Congreso del PSOE

acuerda respaldar la entr ada de Espaa

en la estructura militar de la OTAN.

En 1984 tam bin se intensif can las

negociaciones que conducen, unao ms tarde, a la entrada del es-

tado espaol en la Unin Europea, pro-

ceso que la CEE, especialmente con la

colaboracin en temas econmicos y de

seguridad, estimula y acelera.

Este es el contexto y ese es el reto

que decide arontar nuestra orga-

nizacin. Las circunstancias no son

ciles y no quedan demasiadas energas

para seguirlas desperdiciando en debates

estriles que no imp ort aban a nadie ms

que a los ltim os de nosotr@s mism@s.

Por ello el compromiso del Congreso de

Uni f caci n se proyecta como la ltima

posibilidad ante los retrocesos sociales

abiertos.


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Debemos situarnos en la expansin

de la 1 Internacional y la creacin

de su seccin en Espaa con la

constitucin de la Federacin Regional

Espaola en 1870, que desembocara en

el Segundo Congreso de la Conederacin

Regional de Sociedades de Resistencia

Solidaridad Obrera, celebrado en Bar-

celona el ao 1910, donde trabajadoras

y trabajadores de todo el estado acuer-dan constitu ir ...una Conederacin Ge-

neral del Trabajo.... Esta organizacin

f nalm ente sera legalizada como CNT y

dara paso a un perodo de luchas y de

conquistas revolucionarias hasta que la

dictadura masacr y diezm a la milit an-

cia libertaria.

La or ganizacin que surge en el ao

1976 nace de la ilusin de trasladar

los discursos y las conquistas revo-

lucionarias logr adas 40 aos atrs a una

sociedad que haba cambiado en pro un-

didad y que iniciaba un acelerado proceso

de transormacin.

La legalizacin de la organizacin

en 1977 da lugar a un estallido de

esperanza que impulsa la apertura

de locales, un crecimiento numrico in-

esperado y una capacidad de moviliza-

cin demostrada rente a los pactos de

la Moncloa, los con ictos d e Roca, Gaso-

lineras.... Pero l a represin selectiva por

parte del Estado y proun dos errores es-

tratgicos rustraron la posibilidad de una

implantacin real.

Dentro de un ambiente que nada te-

na que ver con una or ganizacin

liber taria, se pro duce una escisin

a prim eros de 1980, dando lugar a la CNT-

Congreso de Valencia, alternat iva prcti-

ca a las actuaciones del sector CNT-AIT,

en el que en 1983, tras un Congr eso ordi -

nario y otr o extraordinario, se produce su

rup tur a def niti va.

Entre lo s das 29 de junio y 1 de julio

de 1984 se celebra el Congreso de

Unif cacin, en el que la mayora del

anarcosindicalismo activo suma uerzas

e inicia una nueva andadura con la que

romper la marginacin y el aislamiento,

acabando con los debates internistas y

desarrollando una actividad enocada a

incorporar nuestros criterios participati-

vos a la dinmica sindical de los centros

de trabajo.

Nuestra or ganizacin ha conf gur a-

do, en estos 25 aos, una estra-

tegia sindical propia con la que,

desde una actuacin m ilitante y compr o-

metida, volvemos a ser un reerente vivo

de las luchas recientes de la clase traba-

jadora.


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Conservar el bagaje histrico y ser

un instrum ento que incida sobre la

realidad, son las dos pretensiones

que determinan el proceso evolutivo qu e

hemos seguido como organizacin y

nuestr a conf guracin como espacio abi-

erto a la totalidad de l@s trabajador@s

desde la aplicacin prctica de los prin-

cipios anarcosindicalistas.

En el momento histrico en que el

gobierno de Felipe Gonzlez dicta

su resolucin p oltica a travs del

Tribunal Suprem o, respecto al contencio-

so de las siglas, nos encontr amos en una

enorme disyuntiva. Se buscaron rmulas

y propu estas dier entes para seguir un-

cionan do hast a que al f nal se consoli d

el uncionamiento bajo las siglas CGT,

recuperando el nombre originalmente

decidid o en 1910.

Mantenemos el histrico A las

barricadas, como himno abso-

lutamente universal y la mismabandera rojinegra de nuestro origen.

Seguimos en la reivindicacin por la

cuanti f cacin adecuada y la devol ucin

del patrimonio histrico para que pueda

ser til a las luchas actuales del movi-

miento obrero.

Incorporamos a la simbologa de nues-

tra organizacin un anagrama ms

identi f cable y pr opio: las m anos en-

trelazadas del movimiento libertario que

ahora est presente en la prctica tot ali-

dad de las luchas que se desarroll an en el

estado espaol.

Somos la expresin viva de las lu-

chas histricas del movimiento

obrero, impulsadas por la idea de

que la emancipacin ser obra de l@s

trabajador@s mism@s y somos una po-

sibilidad nueva para esa emancipacin.

Una organizacin anarcosindicalista

para la totalidad de las trabajado-

ras y trabajadores que reivindica

su pasado y aprende en el da a da para

transormar el uturo.


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CGT es una Coneder acin de Sin-

dicatos que desarrol lan la vida

orgnica cotidiana a travs de

sus respectivas Conederaciones Terri -

toriales.

E

l Sindicato local, de rama, ofcios

varios o nico, es la base organi-

zativa de la Conederacin Gene-

ral del Trabajo, y el mximo rgano dedecisin del sindicato es la Asamblea

General de afliad@s al m ismo. Desde el

Sindicato es desde donde se desarrolla

la doble estructura, territo rial y sectorial,

en que se articula la org anizacin.

Dentro de cada Con ederacin Te-

rritorial, los dierentes Sindicatos

se agrup an en las diversas enti -

dades de mbito local, constituyendo

las Federaciones Locales, Comarcales,

Intercomarcales o Provin ciales.

La estructur a sectorial (las Federacio -

nes Sectoriales, de Industria o Rama)desarrolla y articula la Accin Sindi-

cal en los marcos reivindicativos secto-

riales.

Tanto las Conederaciones Territor ia-

les como las Federaciones Secto-

riales, es decir la Federacin Estatal

de Sindicatos de un mismo r amo, orm an

parte del Comit Conederal de CGT. A

travs de las Plenarias Conederales ce-

lebradas cada dos m eses se coordin a el

uncion amiento de la organizacin entre

Congresos.

Ante el crecimiento constante de

la organizacin, a la realidad de

las dierentes Secciones Sindi-

cales de mbito de empresa en lo local,

se aadi la constitucin de Secciones

Sindicales Estatales, correspondi entes a

empresas de mbito m ultiprov incial, que

en algunos casos han adquirid o la deno-

minacin de Sindicatos Federales

La posibilidad de negociar e inuir

cada vez ms en espacios de nego-

ciacin, interlocucin o reivindica-

cin, nos lleva a impulsar la coordinacin

de una accin sindical sectorial en las di-

erentes realidades laborales.


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La coherencia sindical, nuestra labor

en las mesas de negociacin y las

constantes movilizaciones, nos han

permit ido enrentarnos a la lgica del mer-

cado capitalista, con el f n d e cambiarla,

por otr a lgica que prime el reparto de la

riqueza y el trabajo , avanzando en el cami-

no hacia la autogestin.

Primero ue dar el paso de presentar-nos a las elecciones sindicales. Des-

pus vino el cara a cara con el tra-

bajo dentro de los com its. La siguiente

batalla ue la de la transparencia y la de la

participacin. Llegaron las mesas de nego-

ciacin colectiva y la labor en paralelo en

las asambleas, evidenciando las dieren-

cias patentes entre las negociaciones con

o sin presencia de CGT.

La uerza en las mesas de negocia-

cin ha dependido de la credibilidad

de nuestras propuestas y del apoyo

real en los centros de trabajo, exigiendo

lo alcanzable desde movilizaciones soste-nidas por l as trabajadoras y trabajadores,

obteniendo mejoras concretas que nos han

permitido desbordar de manera sucesiva

los marcos de negociacin impuestos por

patronales y sindicatos institucionales para

transmitir ilusin, posibilidades, demandas

y luchas nuevas.

Comenzamos con las m ovilizaciones

impulsadas por CGT como ini ciati-

va propia, hasta consolidar el traba-

jo sindical en las primeras m ovi li zaciones

desarrolladas po r CGT completamente en

solitario, y acabaron por llegar los prime-

ros xitos rente a la pr ecarizacin de las

condiciones de trabajo y a los despidos

represivos.

Apostando por el equilibrio entre

ser una organizacin r epresentati-

va en los centros de trabajo, res-

pondiendo a las exigencias cotidianas que

dicha responsabilidad impone, y el hecho

de ser una organizacin transormadora

que quiere opinar, reivindicar y movilizar

respecto al conjunt o de situaciones y pro-

blemas que aectan a la clase trabajadora

y a la sociedad en su conjunto .


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Convertir nuestra actuacin en los

centros de trabajo en un proyecto

de transorm acin social exige un

entramado comn entre la Accin Sindi-

cal y la Accin Social. Por eso, junto a las

reivind icaciones en el marco d e las rela-

ciones laborales, hemos m antenido per-

manentemente un campo reivindicativo y

activo en el marco de lo social.

Las acciones llevadas a cabo en deen-

sa de la ampliacin de lo s espacios

de libertad individual y colectiva, y la

ruptura de m odelos no solidarios y con-

sumistas, han buscado la imp lantacin de

una conciencia crtica y antiautoritaria.

Sobre las experiencias de interaccin

social y sindical, CGT ha impulsa-

do la elaboracin de una Cart a de

Derechos Sociales, con la que undimos

la totalidad de las realidades reivindica-

tivas y de los plano s de actuacin desde

la perspecti va de los derechos: desde el

derecho a tener derechos.

Hablamos en proundidad de la ne-

cesidad de avanzar en pr opuestas

de decrecimien to que, desde la de-

nuncia de l as desigualdades sociales y del

expolio capitalista al m edio ambiente, po-

sibilite eliminar el consumi smo y sus se-

cuelas, deendiend o criterios de igualdad,

servicios pblicos, vivienda digna, cui-

dados int egrales, prestaciones sociales,

transportes, pensiones, sanidad y educa-

cin pbli cas, laicismo, cultura libr e, anti-

milit arismo, agroecologa,.... Apostamo s

por la creacin de espacios autogesti ona-

rios que superen los estrechos mrgenes

del capital a travs de la creacin de nue-

vas realidades cotidianas.


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Apesar de la lucha histr ica de las

mujeres y de los logros conse-

guidos, la situacin de opresin

se sigue manteniendo. Es necesario r ei-

vindicar la igualdad absoluta, como un

discurso radical, anticapitalista, antipa-

triarcal y antiautorit ario, hacia dentro de

nuestra or ganizacin y desde ella, hacia

toda la sociedad con las propu estas quelanzamos y, sobre todo, en las vas de

construccin de esos mundos distintos

que buscamos.

Seguimos viviendo en una sociedad

basada en el desigual reparto de

los trabajos y las riquezas, donde

las desigualdades laborales y amil iares

se retroalimentan. Las mujeres asumen

los trabajos de cuidados no remunera-

dos, invisibilizados y poco valorados so-

cialmente, as como, mayoritariamente,

trabajos altamente precarizados y peor

pagados, siendo di scriminadas de mane-

ra generalizada en m ateria salarial o depromocin.

Los avances conseguidos se pueden

diluir ent re una vuelta a los valores

tradicionales y la laxitud en la d een-

sa de los derechos y espacios conquista-

dos. Por otra parte hay un desarrollo de

inorm acin e imposicin desde el poder

en el que el xito del eminism o pretende

medirse por su proceso de instituciona-

lizacin.

L

a lucha por la ig ualdad real es trans-

versal a la totalidad de los campos

de actuacin reivindicndose porCGT el concepto de cuidadana, para

que la economa est al servicio de las

necesidades humanas, para que se reco-

nozca el trabajo de cuidados, para que el

producti vismo no nos robe la vida.

A


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1 de Mayo

El 1 de Mayo es una jornada de mov i-

lizacin, lucha y recuerdo comparti-

da por todo el mundo obr ero. Tiene

su origen en la huelga por la consecucin

de la jornada laboral de 8 horas que se

inici en Chicago el 1 de mayo de 1886,

recordando la brutal represin que produ-jo un nm ero indeterminado de muer t@s,

herid@s, detenid@s,... y la condena a

muerte y ejecucin de cinco trabajadores

anarquistas.

Representat iv idad

Trabajamos pensando en el uturo

pero dando respuestas a cada uno

de los problem as inmediatos, con-

siguiendo mejoras notorias que permiten

anticipar progresos globales en cada situa-

cin, y hacindolo desde la participacin

y la toma de conciencia colectiva. Todo

hecho desde nuestra implantacin real enlos centros de trabajo y con una visin de

transormacin social.

Negociando y mov ilizando con una

visin amplia e integral de lo que

estamos demandando en cada mo-

mento, encuadrando las reivindicaciones

laborales y salariales en un marco en el

que la reduccin de jornada, la consecu-

cin de la igualdad o la solidaridad, sean

aspectos undamentales desde una pers-

pectiva social de reparto del trabajo y de

la riqueza.

Contra las Reformas Laborales

Durante estas dos dcadas y media

se ha mantenido de manera conti-

nuada una situacin de pacto social

perm anente; unas veces de manera activa,

frmando acuerdos globales entre empre-

sarios, burocracias sindicales y gobierno, y

otras veces de manera pasiva, simplemen-

te dejando hacer a los gob iernos. Todas y

cada una de las reorm as laborales, todos

y cada uno de los recortes en materia de

seguridad social, han sido contestadas por

CGT con nuestras posibilidades en cada

momento.

En defensa de los Servicio s Pbli cos

CGT ha actuado permanentemente

en deensa de la gestin y titulari-

dad pblica de todos los servicios

bsicos, considerando que la p rivatizacin

es un ataque a nuestro derecho a dispo-

ner de unos servicios esenciales pblicos,

universales y de calidad. En estos mo-

mentos la Unin Europea incorpora direc-

tivas como la Bolkestein, segn la cual los

servicios pblicos debern liberalizarse y

someterse a las leyes del mercado capita-

lista, al criterio de la competit ividad y el

benefcio empresarial.


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Contra los A ccidentes Laborales

La siniestralidad est directamente

relacionada con la precariedad, la

temporalidad en el empleo, la ausen-

cia de regulacin en la subcontratacin, el

incump limiento generalizado de la norm a-

tiva vigent e y la ausencia de volunt ad gu-

bernamental para imp ulsar una autntica

poltica de prevencin.

Se conocen las causas de la sangra,

pero quienes pueden atajarla se li-

mi tan a llevar a cabo costosas cam-

paas mediti cas que responsabilizan a las

vctimas y no a los culpables, repartiendo

el dinero de la Seguridad Social entre Mu -

tuas Laborales, organizaciones empresa-

riales y sindicatos institucionales.

NO a la OTAN

Ante el reerndum , que tuvo lugar el

12 de marzo de 1986, nuestra orga-

nizacin ll ev a cabo una campaapblica llamando a votar NO, apostando

decididamente por la salida de la OTAN.

La rabia sentida ante el resultado de la

enorme campaa de manipulacin del

gobierno slo pudo ser compensada por

el enorme im pulso que, pocos aos ms

tarde, adquiri el M ovimiento por la Insu-

misin y Contra la Guerra.

NO a la guerr a

D

espus de la invasin de Aganis-

tn, EE.UU. fj su objetivo militar

en Irak, empezando una guerra

cuyo objetivo real era controlar las reser-

vas de petrleo. CGTorm parte desde el

prim er instante de la movilizacin contra

la guerra, apoyando cuantas maniestacio-

nes y movilizaciones se convocaron. Impli-

cndose en la lucha hasta ser el ni co sin-

dicato convocante de una Huelga General

de 24 horas contra la guerra.

Contra la Precariedad

Contra la degradacin de los dere-

chos bsicos de las trabajadoras

y trabajadores, y la difcultad cada

vez mayor en el acceso a los mismos, es

undamental resaltar el alto nivel de vincu-

lacin de los aspectos laborales y sociales

junto con los de gn ero, edad , or igen...

en la conormacin de la precariedad, as

como tener en cuenta que el proceso un-

ciona como una cadena en la que se sabe

aproximadamente dnd e comienza, pero

cuyo ltim o eslabn es dicil de predecir.


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March as cont ra e l Paro

CGT particip e impu ls una serie de

iniciativas que, enrentndose a la

grave situacin de paro, desarroll

una crtica prounda del sistema Capitalis-

ta. Estas marchas tuvieron lugar en 1993

(desde Valencia), 1996 (con el M ovim iento

Anti -Maastricht) y 1997 (con Eurom archas).

Tambin se convocaron Marchas contra elParo en Catalunya (1996), Galicia (1998) y

Andaluca (2002).

Cont racumbres

Apartir de mediados de los aos

90 se ha ido estableciendo, des-

de los movimientos sociales, un

calendario de movilizaciones paralelas a

los encuentros organizados por los Jees

de Estado, las organizaciones fnancieras

internacionales, las estructuras militares

o los gr upos de pases ms ricos. CGT ha

estado en la prctica totalidad de estas mo-

vilizaciones internacionales:

ILP por l as 35 horas por ley

Entre diciembre de 1998 y junio de

1999, una plataorm a constitui da po r

CGT, junto con otr as organi zaciones

y el Movim iento Anti-Maastricht, pone en

marcha la recogida de 700.000 frmas para

presentar al Parlamento una Iniciativa Le-

gislativa Popular en la que se exige una

ley que aplique las 35 horas como jo rnada

mxima semanal. En noviembre de 1999

tuvo l ugar en el Parlamento el debate so-

bre la Iniciativa Legislativa Popular que,

como podamos esperar, ue rechazada.

Contra la Europa de l Capi t a l

Esta es la denominacin que se dio a

un conjun to de mov ilizaciones desa-

rrollado desde los movimientos so-

ciales y sindicales comb ativos y de base,

que se desarroll en paralelo al calendario

del primer semestre de 2002 (de diciem-

bre de 2001 a junio de 2002), perodo en

el que la Presidencia de la UE recaa en el

Gobierno espaol.

CGT se involucr desde el primer mo-

mento en estas movilizaciones, y

ue una de las principales impulso-

ras de esta campaa, que incluy la convo-

catoria de la Huelga General del 20 de junio

de 2002, segn lo acordado en nuestro XIV

Congreso (Valladolid 2001).


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Contra la integracin en

la Euro pa del Capital

CGT se ha ido oponiendo a las sucesi-

vas ases del proyecto de integracin

europea y participando en la coordi-

nacin de movimientos sociales opuestos a

esta Europa de los mercaderes, Contra-

cumbres a las cumbres de Jees de Estado,

movimiento anti-Maastricht, coordinadorade Euromarchas, campaa UE pa qu?,

denunciando el desequilibrio existente en-

tre la Europa que ha diseado el Capital y la

inexistente Europa Social.

De manera consecuente, se hizo campaa

activa por el NO a la Constitucin Europea

en el reerndum, de ebrero de 2005, sobre

el Tratado Constitucional que pretenda do-

tar de apariencia democrtica a decisiones

tomadas previamente por las lites polticas

y los poderes econmicos y militares.

Por los derechos sociales

y el reparto de la riqueza

Durante los primeros seis meses de

2006, CGT desarroll a lo largo de

todo el estado una campaa con este

lema, que intentaba unir la lucha contra la

Reorma Laboral y la lucha contra la Directiva

Bolkestein, haciendo visibles tambin todos

y cada uno de los problemas a que nos en-

rentbamos a nivel laboral y social.

La jornada del 10 de junio, que reuni a ms

de 20.000 personas, tuvo como objetivo unir

todas estas luchas, haciendo visible el con-

junto de agresiones que surimos, provengan

de la Unin Europea y de las organizaciones

fnancieras cuyas decisiones dictan sus pol-

ticas, o del Gobierno y de la patronal cuyos

intereses protege.

Campaa contr a la Crisis

Alo largo de los ltimos meses

(2008/2009), CGT ha convocado nu-

merosos actos contra la crisis, bien

en solitario, bien integrada en plataormas

ms amplias con movimientos sociales y

sindicales. La campaa de CGT defende que

las trabajadoras y trabajadores no somos

responsables de la crisis, que se trata de un

reajuste del propio sistema capitalista, y que

no estamos dispuestos a ser quienes sura-

mos sus consecuencias, por ello es necesario

articular una respuesta contundente contra

las continuas agresiones que surimos.

Hacia la Huelga General

En estos momentos se estn poniendo

en marcha una serie de actuaciones

enocadas a buscar un mayor nivel

de compromiso y de actitud reivindicativa,

como puede ser la convocatoria de una Huel-

ga General. A este llamamiento, nuestro re-

ciente XVI Congreso Conederal le ha dado

un impulso muy importante.


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En total se han convocado ocho huel-

gas generales a lo largo de estos 25

aos, cinco contra los gobiernos del

PSOE y tres cont ra los gobiernos del PP.

Si bien ninguna de las huelgas ge-

nerales ha tenido contenidos re-

volucionarios, ni ha supuesto una

movilizacin sostenida en el tiempo con

un objetivo de transormacin social, hayque valorarlas positivamente dentro de

un contexto generalizado de retrocesos y

como demostracin de que el sindicalismo

organizado es una herramienta vlida para

renar los intentos de arrasar los derechos

conquistados; teniendo siempre un impac-

to positi vo sobre las polticas en vigo r.

Los cambios acaecidos en el sistema

productivo, con un desplazamiento

de puestos de trabajo desde el sec-

tor industri al hacia el sector servicios y la

construccin, supusieron la paulatina des-

aparicin de grandes centros de t rabajo in-

dustriales y, por tanto, de un sindicalismouertemente organizado con su estructura

reconocida de d erechos sindi cales, incre-

mentndose de manera muy signifcativa

la temporalidad y el conjunto de rmulas

de la precarizacin. Todo ello ha incidido en

cmo desarrollar el trabajo sindical, pero

no ha limitado el eecto de las huelgas

generales que, cuando se han convocado,

han cumplido con su objetivo.

Ha sido en las Huelgas Generales, y

desde nuestro compromiso sincero

con su resultado, cuando m ejor he-

mos podido expresar todo nuestro poten-

cial organizativo y cuando m s ntido ha

llegado nuestro mensaje de lucha, desde

la cercana de unas movilizaciones muy

sentidas por todo el movim iento obrero.


19/32

El Congreso Conederal es el mxim o

rgano de decisin de CGT y su ex-

presin incondicional de resolucin

democrti ca. Acuden l@s representantes

direct@s de los sindicatos, elegid@s en

sus asambleas. Son convocados cada 4

aos de orma ordinaria para adoptar las

lneas generales de uncionamiento in ter-

no y de accin sindi cal y social.

Los Congresos han representado, en

su conjunto, la bsqueda en la con-

crecin de propuestas y la consolida-

cin de las responsabilidades para el desa-

rrollo de nuestra alternativa sindical.

El objetivo comn ha sido mantener

nuestro espritu libertario y conju-

garlo con las circunstancias, orien-

tndolo a la consecucin de nuestras aspi-

raciones y objetivos, evitando reproducir

los mecanismos que han llevado a otras

organizaciones a convertirse en valedoras

de un sistema que dicen combatir, siendo

los debates permanentes y las opinionesen cada momento mayoritarias, dentro

de la organizacin, nuestra n ica balanza

objetiva.

En estos debates permanentes, CGT

ha encontrado su propio camino, su

propia o rma de actuar, reencontrn-

dose, una y otra vez, ante el ondo ideo-

lgico de nuestro proyecto: la necesidad

permanente de dialogar, de contrastar ex-

periencias y de buscar consensos mayori-

tarios que nos permitan avanzar desde un

compromiso tangible.


20/32

La represin puede adoptar ormas

ms descarnadas o ms sutiles, pero

siempre ha estado pr esente, y lo es-

tar hasta que logremos cambiar l a socie-

dad. El estado se asegura los mecanismos

coercitivos para ponerlos al servicio de los

poderosos. Nuestra accin rente a la re-

presin se ha mantenido a lo largo de los

aos de manera permanente, al igual que

nuestro recuerdo a quienes dejaron su vidaen la lucha por la justicia y la libertad.

Las situaciones represivas ms in-

mediatas son las que se derivan de

nuestra actividad sindical cotidiana.

Aqullas que surimos por reivindicar,

por opinar o por nuestra af liacin a CGT,

siendo la represin sindical una de las ca-

ractersticas siempre pr esentes en las rela-

ciones laborales.

T

ambin debemos reejar la represin

surida por compaeros y compae-

ras desde nuestro compromiso con

las luchas por el derecho a la ocupacin,por el derecho al aborto, contra la depre-

dacin medioambiental, por la insumisin

al Ejrcito o por la solidaridad con l@s

oprimid@s de todo el mundo.

En todos los casos y situaciones he-

mos respondido de manera colectiva,

demostrando, una y otra vez, que so-

mos un sind icato que hace de la solidaridad

y el apoyo mutuo su arma undamental:

organizacin cohesionada, coordinacin

para la lucha, solidaridad eectiva y apoyo

mutuo como criterios bsicos, con el apo-

yo de una in raestructura consolidada y de

unos instrumentos: ondos de solidaridad,

gabinetes jurdicos, actuaciones conjuntas,

implicacin orgnica... enocados a garan-

tizar un respaldo adecuado a quienes en

cada momento ms lo necesitan.


21/32

El in ters y el esuerzo por transmitir

cultura, inormacin y transparencia

ha sido algo inherente al movim iento

libertario. Por otra parte, el control de los

medios de comunicacin por los poderes

institucionales y la oligarqua capitalista,

hace an m as importante, a la vez que di-

cil, nuestra labor en este sentido.

CGT ha trabajado, desde el Congre-so de Unifcacin, para consolidar

unos medios de comunicacin

propios que hicieran rente a los retos de

transerir inormacin y opinin a la af-

liacin as como de hacer llegar nuestros

mensajes al resto de la sociedad.

La primera cabecera que pone en mar-

cha nuestra organizacin despus del

Congreso de Unifcacin de 1984 ue

Solidaridad Obrera. Se editan seis nme-

ros ent re los aos 1985 y 1986.

En enero de 1988, se pone en m archa

el nmero 1 del Rojo y Negro, que enestos aos de andadura como porta-

voz de la Conederacin ha ido suriendo

cambios en ormato, cabecera (7 dieren-

tes), volumen, tipograa y color.

La revista Libre Pensamiento uncio-

na como un rgano permanente de

divulgacin de ideas y nuevas pro-

puestas.

www.cgt.es

www.rojoynegro.ino

www.librepensamiento.orgwww.cgtchiapas.es

www.memorialibertaria.org

www.lsqueluchan.org

www.in-ormacioncgt.ino

www.ruesta.es

Los nuevos tiempos estn aqu y las

nuevas tecnologas de la ino rmacin

se abren paso e imponen en todos los

mbitos.

Con el Taller d e Imgenes se ha pre-

tendido dotar a la organizacin de

flm aciones que recojan trabajos deinters para la militancia y de documen-

tacin visual para la diusin de nuestras

iniciativas.


22/32

El internacionalismo recogido en nues-

tros Estatutos es una necesidad de la

clase trabajadora para coordinar lu-

chas y esuerzos en un m undo globalizado

por la dictadura del capital, y a travs de

dierentes vas de relacin, hemos im-

pulsado y organizado sucesivas iniciativas

para dar orma a nuestro internacionalis-

mo, eectuando trabajos y acciones clave

con ese objetivo.

Fruto de estas lneas de trabajo, se ha

ido desarrol lando un m arco signif ca-

tivo de contactos que nos han llevado

hasta diversas partes del mundo, conf gu-

rando una red internacional que llega a 30

pases, en la que las parti cularidades de las

dierentes organizaciones y colectivos, as

como las dierentes circunstancias y cultu-

ras, imposibilitan t razar un m arco cerrado

de colaboracin; por ello hemos ido estruc-

turando d iversos niveles de relacin:

Coordinadora Roja y Negra

Sindicalismo AlternativoCoordinaciones sectoriales

Coordinadora Sindical Euromagreb

Coordinacin con Grupos Libertarios

Vinculacin con el Zapatismo y hermana-

miento con el MAR-RFM

Hermanamiento con la ANDCM y coordi-

nacin en el Magreb

Red de Hermandad y Solid aridad por Co-

lombia

Redes y campaas de solidaridad

E

s im prescindible abordar a nivel in-

ternacional la lucha contra el capita-

lismo, unif cando en una estrategia

internacional todas las realidades de lucha:

Movimiento Obrero, Indgena, Emigrante,

Sin Tierra, Social, Ecologista, Feminista,

Antim ilit arista... conf gurando una res-

puesta necesaria, nica y global a la agre-

sin del capitalismo, articulada desde una

perspectiva hor izontal y antiautoritaria.


23/32

El desarrollo de la ormacin, la cul-

tura y el pensamiento crtico es, y

sigue siendo, uno de los pilares b-

sicos del movim iento libertario . Tal es as

que el Ttulo I, Artculo 2 de nuestros es-

tatutos recoge varios puntos que defnen

claramente como objeto de CGT omentar

el pensamiento libertario y darlo a conocer

en el seno de la sociedad, contribuyendo a

una orm acin integral de las trabajadorasy trabajadores y diundiendo todo tipo de

inormacin.

El desarrollo de esta actividad, tanto

en los niveles conederales como

en los dierentes mbitos sectoria-

les o territo riales, se ha llevado a cabo en

un titnico esuerzo que nos ha permitido

generar mecanismos para este fn, perm i-

tindonos di sponer ahora de toda una se-

rie de elementos claves para la orm acin

a todos los niveles.

Araz del impulso dado a la orma-

cin, se han ido desarrollando cuan-tas iniciativas se han considerado

necesarias: Programa Formativo propio,

calendario de cursos para militantes, Grupo

de Memoria Libertaria, Ateneo Conederal,

Escuela de Form acin Conederal, la pgina

web in-orm acioncgt.ino, ...

La ormacin es una de las prior idades

undamentales para toda la organi-

zacin, a travs de un programa en

desarrollo que est enocado a dotar de

recursos prcticos a quienes van adqui-

riendo responsabilidades concretas ante

l@s trabajador@s; a ormar al conjunto

de la afliacin sobre los valores, conte-

nidos y caractersticas propias de nuestra

organizacin; a dar cumpl imi ento a nues-

tros acuerdos en materias estratgicas y

de actuacin, y a mantener inormado al

conjunto de la organizacin sobre cuantas

modifcaciones y cambios en las realidades

sociales, econmicas, polticas y laborales

nos aectan.


24/32

El olvido est lleno de memori a

pero rente a los que prefr ieron elegir el

olvido,

nosotros elegimos la memoria.

La victoria del ascismo en Espaa y

el terror que imper durante 40 aos

de ilegalidad impuesta por l as armas,unidos a una t ransicin vergonzosamente

pactada, supusieron la certif cacin de un

genocidio en las personas y en las ideas.

Aos de dictadura y tambin de resisten-

cia, de crceles y exilios, de torturas y

muerte. La lucha ue larga y dolorosa. El

movim iento libertario ue diezmado por su

eroz coherencia.

La memoria constituye un derecho en

s misma, que se transorma en dere-

cho colectivo para hacer a los pueblos

ms conscientes. En deensa de nuestra

memoria y de su vigencia, en deensa de

nosotros mismos y de nuestra historia, enhomenaje a todos aquellos que han per-

miti do que hoy sigamos existiendo, se han

multiplicado las actividades a lo largo de

los aos.

Aunque tanto surim iento y tanta lu-

cha no t endrn nunca el sufciente

reconocimiento, es inaceptable que

se contine avalando por el poder poltico

la validez legal de las sentencias polticas

ranquistas. La garanta de los derechos

humanos y la persecucin de los delitos

contra la humanidad no prescriben.

Por ell o la CGT maniest en su mo-

mento, y sigue maniestando pbli-

camente, su ms absoluto rechazo a

la Ley de Memoria Histrica, denunciando

que se pretende cerrar y dejar saldada la

deuda que la democracia tiene an pen-

diente con las vctimas del rgimen ran-

quista.

La Fundacin Salvador Segu se cons-

tituye en 1986 por un g rupo m ilitante

que pretende recuperar los materia-

les histricos de todos los tiempos. Duran-

te sus 22 aos, la FSS ha colaborado de

orm a permanente con la CGTdesarrollan-

do su trabajo en torno a sus sedes de Bar-

celona, Madri d y Valencia, y sus archivos

constituyen uno de los ondos documen-

tales trascendentales de reerencia para

historiadores y documentalistas.


25/32

Ruesta se encuentra en la provincia

de Zaragoza, a caballo de las comar-

cas de las Cinco Villas y la Jacetania,

corredor natural por el que discurre el Ca-

mino de Santiago en la variante llamada

camino rancs.

Veinte aos despus de la desapa-

ricin del trmino municipal de

Ruesta, tras la construccin del em -balse de Yesa y la posterior inundacin de

la mayor parte de los terrenos de huerta,

se inicia una poltica de cesin de pueblos

abandonados a distintas organizaciones

sindicales, con el fn de llevar a cabo una

actividad social, a la vez que se trabajara

en la rehabilitacin de los ncleos urbanos

abandonados.

El permanente intento del sindicato en

Ruesta, bien podra defnirse como

la intencin de construir un espacio

social creativo, autorregulado y sostenible,

de intercambio cultural y de turismo en la

naturaleza, donde distingui r valores de cor-te humanista, todos sinteti zables en la idea

de lo libertario.

Ruesta debe ser un ejemplo de m eta-

mor osis, donde conuyan aspectos

socio-humansticos y eco-tcnicos

con el objetivo de revitalizar el ncleo

abandonado, transormndose en una

eco-aldea socio-cultural. Y sobre todo

nos queda contribuir recuperando y diun -

diendo la inm ensa cultura heredada de la

riqusima tradicin libertaria.


26/32

El utur o pasa por consolidar nuestra

organizacin, abrir la a la clase traba-

jado ra y hacer de la pr ctica anarco-

sindicalista el pilar undamental que nos

permita potenciar la ormacin de hombres

y mujeres libres, due@s de su uturo des-

de una conciencia crtica, indi vidualmente

liberadora y socialmente libertaria.

Queremos ser protagonistas delcambio social. Es por ell o que de-

bemos estar preparad@s en todo

momento y alerta para aprovechar cada

situacin, cada grieta que nos p resente el

sistema para abrir nuevas vas de crtica y

respuestas.

Lo que va a ocurrir, dicilmente lo po-

demos vaticinar con exactitud, pero

nuestro trabajo sentar las bases

para que pueda hacerse. Se van a suceder

nuevas circunstancias y momentos en que

nuev@s protagonistas tendrn que reco-

rrer su propio camino y aprender de sus

propios errores. Esperamos, y para ellotrabajamos, que tambin se miren en el

re ejo de l a histori a y conserven l o esen-

cial de nuestro aliento.

Estamos en el comienzo de una nue-

va etapa global rente a un nuevo

capitalismo ms poderoso y mucho

ms descarnado; con una socializacin

ms extensiva de la pobreza, de la preca-

riedad y de la represin. Sin duda ste es el

mayor reto al que nos hemos enrentado,

abriendo la organizacin hacia el uturo y

permitiendo que generaciones nuevas de

luchador@s avancen en la consecucin

de un mundo ms justo y libre, sobre el

camino que ya tenemos andado, pero con

la conf anza puesta en sus prop ias decisio-

nes.

Buscadores infati gables de la utopa,nuestras ideas y esfuerzos constituyenun l azo de esperanza que nos mantiene

unidos al futuro.


27/32

Lo ms hermoso de aquella

Revolucin Espaola de Ju-

lio de 1936 ueron las nuevas

estructuras que se ensayaron

y que presentaban aspectos

nuevos del vivir social. Fue

aquella la revolucin de ma-

yor contenido anarquistaen la historia de las revolu-

ciones. Y las que hasta ayer

parecieron utopas de rea-

lizacin casi imposible, se

convirtieron en hermosas

realidades de bases amplias

y estructuras slidas. Y la

economa adquiri un nue-

vo aspecto, hasta entonces

desconocido, de espontneaequidad en los procesos de

autogestin, produccin y

consumo.

Leval, Souchy, Cano, La obra

constructiva de la Revolucin

Espaola, 1982


28/32

Ningn Gobierno es ms

uerte que el Pueblo. Ningn

pueblo es vencido, cuando

tiene la voluntad de vencer.

Ningn pueblo es reducido

a la esclavitud, cuando tiene

el amor activo de la liber-

tad. El Pueblo lo constituyenlos hombres ponindose de

acuerdo, pactando entre s

para la lucha por la li bertad

y para la organizacin y dis-

tribucin racional de la vida,

del trabajo, y de los produc-

tos en un rgim en basado en

la igualdad econm ica, en la

justicia y en el derecho.

Libro de oro de la Revolucin

Espaola, 1946


29/32

El 19 de julio los hombres y

mujeres de la CNT y del M LE

demostraron que no eran so-

lamente li bres por el pensa-

miento ; probaron que eran

dignos de la libertad y capa-

ces de organizarla

Libro de oro de la Revolucin

Espaola, 1946

En la colectividad existe un

salario amiliar. Se jubilan los

obreros a los 60 aos con 115

pesetas semanales en lugar

de 80 que les pasaba la anti-

gua empresa. Adems, exis-

te igualdad de salarios entrehom bres y mujeres, servicio

mdico y sanitario gratuito,

salario permanente en caso

de enermedad, subsidio en

caso de invalidez o muerte,

sin contar con la ropa y el

calzado gratuitamente sumi-

nistrados.

Tierra y Libertad, 30 de octu-

bre 1937.


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LUCHA NDO POR EL FUTURO


32/32

Edita: SP/CGT - Sagunto, 15 - 28010 - Madrid (Espaa) - Telfonos: 91 447 05 72 y 91 447 57 6 9 - Fax: 91 445 31 32Correo E: [email protected] - ww w.cgt .es

Colabora: Fundacin Salvador Segu - Sagunto, 15 - 28010 - M adrid (Espaa) - Correo E: [email protected] w w.fundacionssegui.org

Imgenes: CGT y F S Segu

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Catalogo Expo 25 aniversario Congreso Unificación 1984-2009