Pablo Castañeda santanaEXTRAÑO

Septiembre/Octubre 2014Hotel Gran Meliá Colón, Sevilla.

Maquetación y diseño: David Sánchez ReyPoemas: Daniel Ortega Cobacho

Pablo Castañeda santanaEXTRAÑO

Es bastante habitual, aún hoy, que se hable de pintor realista de aquel creador/artista que obedece a postulados que imitan la naturaleza. Habría que añadir que la realidad no es una y que una observación personal y coherente debería dar como fruto unos resultados diferentes en un plano ilimitado de posibilidades expresivas. Comentaba José Ramón Danvila, en una de sus innumerables críticas artísticas, que “ -Pintura del Natural- ha sido un término al uso y moneda de curso legal para calificar un sistema creativo debatido entre el naturalismo y la interpretación de esa realidad, pero asimismo sería preciso puntualizar la importancia que en todo momento ha tenido la originalidad, la manera o el logro del aspecto con que esa realidad pasó a figurar en la obra de arte.” El artista se enriquece con sus vivencias y éstas se deben al contacto que han tenido con su entorno y a todas las sensaciones vitales que le han sido permeables; pero están indisolublemente unidas al carácter insaciable en la búsqueda de nuevas emociones. En dicha búsqueda existen multitud de peripecias creativas que generan incertidumbres, titubeos y arrepentimientos. Este camino, tortuoso a veces, es parte de esa estrecha comunión entre naturaleza, vivencias y creación. La búsqueda de resultados a través del método, aunque se limiten a la consecución de los objetivos, es parte de la finalidad del arte. La capacidad de asombro y rebeldía, el deseo incontenible de desarrollar las propias ideas de crecer y evolucionar, en definitiva las particularidades con que cuenta el hombre para alcanzar su madurez, no encuentran campo propicio para desarrollarse en una sociedad ególatra que promueve demasiadas veces fáciles fórmulas de éxito y ascenso. No hay mejor forma de invertir esta situación que mediante el desarrollo de nuevas y mejores posibilidades sociales y humanas, y qué mejor medio que el artístico para conseguirlo.

Si a todo lo expresado con anterioridad le sumamos el aporte conceptual y los procesos metodológicos y técnicos, que lleva implícito una obra plástica, tendremos conformado todo un corpus que presumiblemente nos dará la talla y alcance de nuestros fines.

La obra pictórica sobre la que se sustentan estas líneas no deja de ser una investigación rigurosa, búsqueda y rebeldía de un joven pintor; en definitiva el desafío a lo impuesto, a lo perecedero. Pablo Castañeda pertenece a una generación de pintores universitarios recién egresados, pintores que disfrutan del placer y la compañía de la pintura; herederos de una tradición fecunda de grandes genios de la paleta e insertados en una ciudad amante de la luz y del color, sin que ello signifique identificarse con una tradición rancia de conceptos trasnochados. Al

contrario, aparecen en su obra nuevos elementos que apuestan por una nueva realidad. Realidad representada a través de espacios imaginarios cuyo cordón umbilical es el soporte pictórico. Este nuevo y poco frecuente papel que desempeñan nos hace un guiño inusual, un atrevimiento discursivo al espectador que se siente transportado a un nivel figurativo insólito.

Forma y materia se esfuerzan por enfatizar ciertas particularidades de la obra; luz y color son los recursos que utiliza con una espléndida simplicidad para gestionar el plano argumental de la misma. El espectador se siente envuelto en un apasionante y diferente contexto, un plano diversificado del entorno con pautas y reglas autónomas de observación. La comunicación está asegurada, pero a su vez ligada a un análisis más profundo del mensaje. Posiblemente para Marshall McLuhan el medio pictórico sería el masaje y estímulo perfecto para el órgano visual en el que el mensaje quedaría modificado y modelado por el medio alcanzando sus objetivos con certeza. Estos tiempos artísticos convulsos, donde los mass media y las técnicas de pantalla tienen una cuota paradigmática de mercado, están definidos por un evidente y visceral eclecticismo; las enseñanzas artísticas en general, y las Bellas Artes en particular, son consideradas por nuestra sociedad como un mero apéndice del sistema educativo como se empeñan los legisladores de demostrar una y otra vez. Los productos artísticos no son suficientemente demandados, rentabilizados y prácticos; y su utilización no se contempla en la vorágine globalizada del consumo.

En este orden de cosas reconforta recorrer una exposición en la que la apuesta se direcciona en proyectar nuevas ideas, el fruto de un nuevo universo plástico recién surgido del taller. Taller que muchos de nosotros seguimos defendiendo como un elemento fundamental en la definición, desarrollo y estrategias de nuestras enseñanzas como puente para posibilitar el hecho creativo. La mayoría de las veces es una apuesta valiente por encarar lo ignoto, renunciar conscientemente a lo establecido, y asistir al descubrimiento de lo nuevo y su posible transcendencia. Me consta que Pablo Castañeda se inscribe en este pensamiento, liberado y sacudido por su edad hacia nuevas inquietudes y proyectos; mundos inciertos en los que la creación se desarrolla atemporal e inmaterialmente, para posterior deleite de nuestros sentidos, en un cotidiano e íntimo lugar de su taller.

Alberto Mañero GutiérrezPintor y Profesor Titular de Universidad

DE LA REALIDAD COMO FICCIÓN (O LA FICCIÓN COMO REALIDAD)

Algunas de las corrientes artísticas de ruptura del siglo pasado iniciaron la búsqueda de diferentes sistemas de percepción de la realidad y por tanto de su representación. Pero nunca hasta ahora la interacción realidad y ficción había estado tan activa en el arte. Vivimos tiempos en que la actualidad nutre de forma inmediata la creación artística. Sin embargo, paralelamente al día a día existencial, el arte devuelve el favor inundando nuestra vida con asombrosos universos donde la frontera entre la realidad y la ficción se desdibuja.

En esta línea se desenvuelve Pablo Castañeda. Sus obras fascinan tanto como intrigan. El espacio pictórico está poblado de objetos de incertidumbre que pretenden provocar en el espectador el asombro y la duda. Unos objetos que extraídos de su contexto habitual adoptan nuevos roles y nuevas relaciones, siempre bajo la alargada sombra de la ironía y el doble sentido. Yuxtaponiendo estas imágenes familiares con iconos culturales fuertemente codificados, como el ratón Mickey o las figuras de Risk, el artista traduce su peculiar percepción de la realidad en la ficción de su producción artística.

Podemos apreciar en su estrategia narrativa algunos de los rasgos más visibles de la idiosincrasia del Carnaval de su Cádiz natal. El concepto de lo grotesco y la ironía presentes en la configuración de algunos de sus personajes, la provisionalidad de sus escenografías y los dobles sentidos que destilan las relaciones que establecen los distintos elementos de cada obra, son recursos retóricos muy próximos a la parodia carnavalesca.

Pablo Castañeda utiliza conscientemente recursos próximos a la pintura onírica como la alteración de la naturaleza de lo representado, el juego con las proporciones o con la fuerza de la gravedad. Estas estrategias generan un poético y sugerente diálogo visual a la vez que ofrecen al espectador la posibilidad de crear su propia narración y relacionarse con las obras a su manera. Estamos invitados a penetrar en esta ficción para echar una mirada atenta y crítica a nuestra propia realidad existencial.

Carmen Andreu LaraProfesora Titular de la Universidad de Sevilla

PABLO CASTAÑEDA - EL UNIVERSO PERVERSO

La emoción de crear es un placer que pocas personas tienen el privilegio de sentir.

La conjunción de talento, sensibilidad y dominio de un lenguaje plástico en ocasiones ofrece un resultado sorprendente.

Pablo Castañeda nos transporta a través de sus obras, a nuevos universos donde la iconografía cotidiana cambia de escala y adquiere nuevas dimensiones espacio-temporales dándoles un giro a las cosas, pervirtiendo su orden natural.

En las obras que reúne ésta muestra, brotan guiños surrealistas argumentados con ironía y destreza técnica. El espectador que se deje llevar enfrentándose a estas pinturas, podrá percibir ése placer del que hablaba al comenzar estas líneas, adentrándose al otro lado del espejo como en el relato de Carroll, sumergiéndose en un mundo onírico en el que las formas adquieren nuevos significados.

De alguna manera están presentes los ecos ensoñados de El Bosco, el descaro formal de Magritte o los disparates sublimes de Dalí. Espacios metafísicos plegados en una suerte de trampantojo que, efectivamente tienden una trampa ante nuestros ojos y a nuestra mente, transportándonos a nuevos espacios donde los personajes son re-conocidos.

Figuritas marciales de plomo dorado, un flamante porche carrera, una vaca meditabunda, una escultura de piedra sideral con pose rodiniana y amenazada por un falo-pistola de agua espacial, un maneki-neko a la caza de una Coca cola, o un tiburón a lo Damien Hirst con una pepita de oro en su cenit como espada de Damocles son parte de esta sorprendente iconografía Freaks con estética de RGF.

Talento, sensibilidad y destreza,… auguran un formidable porvenir en el camino que inicia este joven artista.

Daniel BilbaoSeptiembre de 2014

ES MUY FRECUENTE QUE ACABE POR SER JUGUETE DE SUS FICCIONES.

Las pinturas de Pablo Castañeda parten para su configuración de sus propios recuerdos y la memoria. Coincide en ocasiones, sobre todo en estas etapas tempranas de la configuración de la personalidad de los artistas el hecho de que la pintura es usada para entender el mundo que les rodea. Sus paisajes mentales demuestran una imaginación virtuosa a la hora de traducir aquello que le preocupa a través de la teatralización de las figuras y espacios que él selecciona para sus representaciones.

De la observación del trabajo de Castañeda podría deducirse una especie de proceso: En un primer momento, el espectador pueden recrearse en la epidermis de la representación y ser valorado atendiendo al grado de reconocimiento con respecto al objeto al que alude. Él utiliza elementos que le rodean y/o que poseen un significado espacial para contar una historia. Sin embargo, esta maestría nos conduce a un segundo estadio, que sirve para la creación de entornos virtuales donde los elementos provocan paradojas visuales. En último lugar, estas confusiones mentales lo que hacen sino, es crear un proceso de liberación del pensamiento en el receptor al tratar de averiguar la relación entre los participantes (figuras y espacios) de estos teatros y asumir el misterio y la imposibilidad que nos proponen.

Estas narraciones encriptadas son una característica del arte de nuestro tiempo que bien nos podrían remitir a los “problema-objeto” de René Magritte. Acertijos en forma de emblemas que debido a la disposición del sentido horizontal o vertical de las obras invitan a diferentes tipos de lecturas. Aunque la que podríamos destacar es el recorrido circular a modo de cinta de Möbius. Este tipo de sentido narrativo ha sido desarrollado ampliamente en el campo de la literatura. No es de extrañar que estas incertidumbres hayan influido en la configuración de las pinturas de Castañeda. Como podrían ser el juego de actor y autor, o mejor dicho, creador y objeto creado, de la novela de Miguel de Unamuno, llamada Niebla; el hombre gris de las Ruinas Circulares de J.L. Borges que se percata que es un sueño creado por otro hombre; La tragedia de Hamlet y la representación teatral que tiene lugar dentro de la propia trama shakesperiana.

A modo de resumen, podríamos decir, que las obras de Pablo Castañeda son un monólogo interior que va dejando fluir sus propios conflictos en forma de jeroglíficos pictóricos. En ellos podemos advertir la aparición de ciertos elementos desafiantes. Una especie de réquiem orquestado en el que no aparecen víctimas ni horror. Los actores de este drama se mueven en un determinado punctum temporis, en lo que todo está a punto de acontecer. Esta intranquilidad teatralizada es la que hace de aglutinante de estas composiciones magistrales provocando tensiones y campos de energía contrapuestos sobre la superficie del cuadro.

Simón ArrebolaSeptiembre 2014

EXTRAÑO, ¿LUEGO EXISTO?

¡No se extrañe!, pues no es extraño que se extrañe ante estas extrañeces, que en sus entrañas extrañan aquello que no es extraño, lo que no es extraño. Tampoco es extraño que extrañe usted a aquellos extraños que extrañamente dejaron de serlo, quienes, como extrañamente puedan, no extrañamente le estarán extrañando. Menos extraño es que aquel que extrañe, vea lo extraño como lo que entraña un riesgo para sus entrañas. Ni si quiera será extraño extrañar aquel año, por extraño entrañable. Lo extraño no es que extrañe, lo extraño, querido extraño o querida extraña, es que no extrañe.

Sin embargo,no se extrañe ante los cuadros que aquí se muestran, pues nada extraño ha de hallar en ellos. Lo que estas piezas representan, debe resultarle tan desconocido como yo, o incluso como usted mismo. Si bien es cierto que desconocer puede resultar a veces un primer paso para intentar conocer, en estas obras no encontrará la respuesta, sino, posiblemente, alguna incógnita más. No obstante, no se preocupe, pues nuevas preguntas, hallen o no respuesta, podrán abrirle nuevas vías, nuevos caminos, que se sumarán a ese recorrido (lineal, no lineal, como usted quiera entenderlo) que es nuestra existencia.

Se cuestionará el lector, tras esta pseudo-introducción que aparentemente nada introduce, o que a la Nada introduce, cómo en el segundo párrafo comienzo hablando de qué aparecerá representado en estos lienzos para, tras tres frases, concluir mencionando a la existencia. He aquí donde espero poder comenzar a aclararle algo la posible confusión generada por lo anteriormente escrito. Entendiendo la existencia como un transcurso, en estas obras se muestran composiciones de elementos, extraídos de distintos puntos de ese trayecto, de manera que, al ser descontextualizados, a veces transformados, e interrelacionarse, adquieren nuevos roles, ocupando, modificando y generando paisajes “inventados”, denominados “Espacios Mentales”. Estos “Espacios mentales”, ya sea en forma de composición imaginaria, de boceto, de instalación , de documento de Photoshop, de cuadro o de cualquier tipo de representación, desde el mismo instante en que son concebidos, forman ya parte del camino, forman parte del recuerdo.

En cualquier instante de nuestra existencia, todo lo vivido será recuerdo, o será olvido. Y la proyección de lo que podría ser futuro partirá de nuestra interpretación de lo pasado. El presente no es más que el tránsito de futuro a pasado, de previsión a recuerdo, entre los que se entromete la percepción. Y, si la imaginación se compone de recuerdos y los recuerdos quizás no sean más que imaginación, también es posible que ellos sean ficticios, o que creemos “falsos” recuerdos, que se tornarán en reales pues ya habrán existido, aunque sólo sea por menos de un

segundo en nuestra mente. ¿Es posible discernir entre lo real y lo irreal? ¿Existe verdaderamente algo irreal? Si alguna vez ha existido es, pues, real. Y cuando ya no exista ni haya quién o qué lo piense, dejará de serlo.

Topamos aquí con el concepto de inexistencia, de nada, con el antes y el después, con la ausencia infinita. En esa Nada, también se halla inmerso el Todo, siendo lo segundo indispensable para pensar, que no entender o percibir, lo primero. Sin embargo, ese Todo que engloba a cada sujeto, aparece y desaparece con él, pues para el individuo, el resto existe porque así lo percibe, lo piensa o lo siente. Tras su último momento, no hay nada, ni de él ni de Todo lo demás, aunque lo demás siga existiendo. Como esto no es más que una conjetura, las composiciones mentales representadas no aparecerán en la Nada, sino en una suerte de espacio indefinido, en un tiempo indeterminado, pero que forma parte de nuestra experiencia.

En relación con lo ya comentado, destacando el concepto de presente como tránsito fugaz y constante de futuro hacia pasado, las imágenes adquieren la apariencia de instantáneas, en las que se puede intuir qué ha ocurrido justo antes y qué pasará luego, aunque dicha intuición no se materializa en evidencia, dejando abierta cualquier posible interpretación. En este sentido, se representan objetos cayendo o en equilibrio (casi a punto de caer), armas apuntando de manera amenazadora, elementos flotando, aparentemente, en el aire, etc. Es te pie a las conjeturas, deja espacio al misterio, a no saber y, por ello, a intentar conocer.

¿Y qué intentamos llegar a conocer?.¿La verdad?, ¿la realidad? ,¿lo transcendental? Las dos primeras parecen no querer desvestirse jamás, es más, a veces parecen no existir y otras parecen querer serlo todo. Y la tercera, ¡Ay, la tercera!, la tercera juega demasiadas veces a no ser nada, o a ser nada. Como no es mi afán reiterarme ni venderles nada, o la Nada, o el Algo, volvamos a la segunda que, como la primera, lo poco que se deja ver, lo suele hacer a través de percepciones e interpretaciones. A algunas de esas interpretaciones se les llama, y se les ha llamado, Arte; si bien esta palabra abarca de igual manera aquellas propuestas cuyo interés va más allá de la realidad e intenta especular, dialogar o, incluso, actuar sobre la “tercera”.

Cuando parecía que, con los Ready-made de Marcell Duchamp, la Realidad se había adentrado en y adueñado de la expresión plástica y visual, muchos lo entendieron como la Gran Mentira del Arte Contemporáneo. Sin embargo, ¿no era acaso la pintura figurativa una ficción, más o menos fidedigna, de la Realidad, de las Ideas o del Mito? ¿no era la abstracción de Kandinsky, Pollock o Rothko una ficción de lo espiritual? ¿no era la instalación o la escultura la ficción de un espacio en el espacio?. Aunque la ficción se torna en una realidad en sí una vez se plasma, ya sea imaginariamente, ¿por qué renunciar a la mentira que nos permite descubrir nuevas expresiones

de la verdad? ¿por qué renunciar a la mentira que nos hace partícipes de la Belleza, sea cual sea? ¿por qué renunciar a la mentira que nos permite crear?

En estos lienzos, se hace hincapié en la función ilusoria del objeto artístico, en su recreación, cuya “impureza”, por alejada de la “Idea”, le confiere una nueva identidad propia. Así, aparecen representaciones pictóricas de fotografías que retratan objetos escultóricos, algunos realizados a partir de moldes, que reproducen un modelo. Con el fin de crear nuevos niveles de ficción dentro de la propia obra, algunos elementos ejercerán un falso cometido tridimensional, mientras otros serán imágenes bidimensionales dentro de otra imagen. Podría decirse que, para un gran número de entes que componen cada espacio mental, se reproduce en un medio pictórico una fotografía tomada de una, o más, intervenciones plásticas realizadas a partir de la sombra proyectada por una marioneta, que no vemos, en la pared de una caverna de la que nunca hemos salido. Sin embargo, otros han sido extraídos de imágenes tomadas por otros seres a los que no conozco, y que habitan sus propias cuevas, quizás a miles de kilómetros de distancia.

¿Es independiente, es creación aquello que trata de imitar? Un artificio realizado por un artífice, por un ¿creador? Pero éste intentaba copiar y ha hecho algo nuevo, algo por sí. Sin embargo, aquel que trata de crear lo nuevo, parte siempre, o por lo menos así parece ser, de elementos preexistentes, aunque sea un color,una forma, una nota, o una partícula, a partir de los que elabora nuevos elementos o composiciones. Aun así, ordenar y dar nuevos sentidos es una forma de crear, y también lo es desordenar. Y también al destruir se crea un estado nuevo. Y todo ello implica un...cambio. ¿Un cambio? Pero el cambio trae una nueva versión de lo ya conocido, lo no conocido o lo extraño.

Extrañamente somos nuestros propios extraños, más aún cuando, al retorcer otra vuelta más la mentira, se finge ser otra cosa u otra persona. En ese momento, y para ciertos espectadores o nosotros mismos, seremos esa otra cosa o persona. Y la cuestión no será tanto que nos confundan con ello, sino ser ambos entes a la vez, encarnar la ficción y hacerla realidad. Pasa como en cualquier tipo de performance, en la que creador, actor y espectador crean a un personaje al cual, a pesar de reunir determinadas características más o menos estables, imaginan y entienden de manera distinta al resto, haciendo además que en un plazo de tiempo sea real y exista, así como seguirá existiendo en forma de recuerdos y pensamientos a él asociados. y dejará de hacerlo en el olvido.

Hablando del recuerdo, hablando del olvido, no puedo olvidarme, hablando de ficción y hablando de máscara, del Carnaval. Es ésta otra de las constantes en mis obras y, por supuesto,también aparece en aquellas que conforman esta exposición, aunque en ocasiones más sutilmente. Y es, precisamente, una constante porque,

por un lado, es el instrumento perfecto para hacer, a base de realidad, una ficción, parodiándola hasta crear una realidad nueva, con la hipotética libertad que el Carnaval permite. El enmascaramiento conlleva la adopción de lo deseado y de lo temido. Lo oculto descubre lo más intrínseco, y desinhibe la mente del estreñimiento rutinario tan poco extraño, que extraña lo extra-lectivo y se extraña ante lo extravagante. De esta manera, unos objetos fingirán ser otros, los elementos aparecerán descontextualizados, dialogando entre sí y adquiriendo posibles interpretaciones, resultado de estas nuevas conexiones. Todo ello, generalmente, bajo una apariencia desenfadada y humorística, siempre bajo la alargada sombra de la ironía y el doble sentido de algún conocido. Por otra parte, parte la alusión a la festividad de don Carnal, o Carnival Party, de mi punto de partida en esta ínfima participación que es parte de la enésima parte de un Todo que es para partirse, donde partí a llorar tras un parto nada aparte. Pronto partí de allí, casi sin haber partido nada, para partir hacia allí cada vez que puedo, para ser parte participante y de algo formar parte, aunque sea como actor de reparto. De algo se parte.

Y parto de las tensiones provocadas por la conjunción elementos antagónicos para sugerir la ambigüedad de lo intermedio, para desnudarme en tierra de nadie, para que usted se tenga que mojar en aguas internacionales; no para adentrarse en su “yo” extraño, o su extraño “yo”, ni para que lo descubra, sino para que se descubra extrañándose ante lo conocido. Porque estos paisajes mentales no son más que reorganizaciones de lo vivido, y aunque es cierto que es sobre mi propia experiencia, en principio no debe diferir en demasía de la suya. No le pido que, al contemplarlos, piense o vea como yo al desarrollarlos; ni siquiera le pido que los entienda ni que le agraden, simplemente le imploro que haga con ellos sus propios paisajes mentales, que los interprete en función a sus propias vivencias, que los haga suyos, que cree. ¿Qué cree usted?

Y llegados al final, no puede olvidar que el final es el olvido, y aunque al olvido parece no querer recordarlo, no se olvide de él. Porque es el olvido el que no nos abandona, el que nunca olvida. Es el último compañero, pero también el primero.¿Por qué tanto rencor, si es la mejor forma de estar tranquilo?¿por qué tanto pavor, cuando nos protege del dolor? Hasta el miedo se asusta ante la nada, pues muy a nuestro pesar, nuestro pesar tiene los días contados. Sin embargo, espero que, sólo por un instante, al contemplar mis recuerdos le invada el olvido, y se olvide de la pesada carga de la rutina y de cualquier mal día, que a cualquiera amargaría. ¡No se extrañe! Pues algún día extrañará querer olvidar al olvido. Por ello le pido, querido extraño y querida extraña, que extrañe desconocer y se extrañe ante lo conocido, antes de caer en el olvido. ¡Jamás lo olvide!

Pablo Castañeda SantanaSeptiembre de 2014

OBRAPablo Castañeda santana

EspEjismos

Habla la luz,hablay no calla.Habla la luz,habla,de mi humilde alma.Habla en su idioma,habla,de fuego y agua,de tormenta y calma.Habla la luz,habla,y me llama.Habla su voz,habla,de campos y amalgamas,de oro y plata.

Y escucho.Y escruto.Y estiro el cuello.

Mas no veo más que hierba,árboles y ramas.

Habla la luz,habla mi alma,habla su voz,hablo, sin saberlo, yodesde lo más oscurode esta odiosa caja.

“El globo”óleo y acrílico sobre lienzo130 x 81cm

Falsa rEalEza

En su enfundada sonrisade quien despreocupa por todo,por todos,se encuentra la cruel esencia del ser humano.

Princesa imborrable de altos vuelosmuestra en su caídael amor inquebrantable por los cuervos.

Reina impertérrita de los magosde risa lacónicaal recuerdo de sus vasallos.

La maquiavélica impronta del egoísmo impertinentedel buen mirar de cara al frente,del rugir de los latidos en su presencia ausente.

La dualidad del pensamientoconduce necesariamentea la soledad del sentimiento y en su caso,conlleva inevitablementeuna llamada al sufrimiento.

“1 de aquí, 2 de allí”óleo y acrílico sobre lienzo130 x 97 cm

llévamE alto

El aire choca contra una piedra,la mueve,le susurra no sé qué historiassobre lo efímero de la existencia,sobre lo erróneo en la experiencia,la girale da una vueltamientras le habla dela gran mentira de los cinco sentidos,de lo vacuo de los suspiros,le dice que no tema,que no le hará daño.Le roza un beso en el poro izquierdo,y la deja caer sobre tu dedo meñique.

”señor D., vemos luego”óleo sobre lienzo130 x 81 cm

BrEathE

Como en una pecera.Siempre el mismo fluido filtrado una y otra y otra vez.Siempre la misma agua estancada con olor a sedentarismo.Y aún así tan sumamente transparente.Siempre observados por los grandes ojos que te alimentan.Siempre comida gratuita, insípida y aborrecible comida gratuita.Y aún así bailamos al son de su recibimiento.Siempre una luz arriba, intermitente cada 12 horas.Siempre más moho que oxígeno en las branquias.Siempre un cómodo lecho de hojas verdes plastificadas que destroza más que moldea espinas dorsales.Siempre un malsano cariño por darse de bruces contra el cristal.Una y otra y otra vez.Siempre la misma temperatura constantemente graduada.Siempre las mismas corrientes de agua ficticias.Compañeros nuevos cada mes y medio.Uno de ellos peleón.

El exterior parece más apacible, más apetecible y libertador.Pero...¿Cuál es el precio para conseguirlo?El último que tuvo el placer de conocerlo no nadaba desde hacía dos días.

Una pecera, una pequeña, húmeda y cubicada pecera.Eso es la vida, una maldita y jodida pecera.

Y yo soy el puto pez que escribe esto desde dentro.

“los Caprichos de la señorita thwale”óleo sobre lienzo130 x 97 cm

”Cuando baje el sabio”130 x 89 cmóleo sobre lienzo

timE

Besar un relojcomo el queabraza al tiempoque no tiene.

Estrujar entresus brazoscada segundopara que elfinal no llegue.

Lamer las horasdurante horassin conseguirque el tiempocorra sin correrse.

Reiterar y repetir,que es lo mismo,pero no,día tambiéntras día sí,hasta hacerdel continuoespacio-tiempoun bonitocaleidoscopiode socavones.

Y entre tantoy tan pocoimaginarque esto es real,pero no.

”Cuando baje el sabio”óleo sobre lienzo130 x 89 cm

inEFaBlE

¿Qué pasa? ¿qué me pasa?

Sólo el recuerdoalimenta el serde lo que siendono es más de lo que fue.

Mente atrofiadapor los sentidos alienadabusca en forma y colorla definición ya concebida.

No entiende más alláde lo dado,más allá de lo hallado.

En un mar de piedras perdidaencuentra el almadel que hablando olvida.

Mas no el sentido,no la dirección,sólo lo vividosin ninguna explicación.

Y ya en último recursoorgullo incólume de humano dolorido,usa en su lengua lo inefablepara explicar lo que no ha entendido.

“le dijo el delfín al coche” óleo sobre lienzo130 x 81 cm

hollow

Quizás, y sólo quizás,saltar al vacíosea lo más inteligentesi es por ti, por mí, y por todos mis miedos.

“Suficiente: está bien cariño, me gustan las focas”óleo sobre lienzo97 x 130 cm

nEgro soBrE toDo

¿Qué es lo que mirascuando nada ves?¿Qué es lo que oyescuando nada escuchas?¿Qué es lo que tocascuando nada sientes?

Negro.

Negro sobre negro.O negro sobre blanco.O negro porquenegro lo llamany no rojo.

Negro.

Negro sobre cualquier cosa.Pero negro sobre todo.

“Caja o cruz”óleo sobre lienzo60 x 30 cm

arriEritos

Vísteme de blanco los colores,que el agua de mismomentos de inerciaya no corre tras tus soles.

Quítame la ropa de los besosque nos quedan por venderque si el infierno ardeno es por el frío que escupes.

Escríbeme las verdades en lataque me debes y deja que las mentirasvuelvan a pisarnos los sueñosque no tuvimos juntos.

Retuerce el camino que ando,que de bifurcaciones no veomás que atajos y senderosy ninguno lleva a tus pasos.

Elimina el futuro de tus planes,pues ni un sólo ojalá será tuyomientras no sea yo el armade la bala perdida por tu espalda...Y pasa que ya no tengo pólvora.

”Donde el pelo rizado también se eriza”óleo y acrílico sobre lienzo100 x 100 cm

liFE

he sidosoyy espero ser.a eso se resume la existencia

“la depilación de King Kong”óleo sobre lienzo130 x 97 cm

QuiEro

Quiero un reinoque sea rey, nopor sí solo.

Quiero el oroque no valga talpero brille sol

Quiero un vientocon nombre propioy pronombre mío.

Quiero el istmoque en tu cara pintaesta noche de circo.

Quiero la muertea mi lado,que no de frentey un ramo de losassobre mi especie.

“Dehesa de aquella”óleo y acrílico sobre lienzo100 x 100 cm