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EN LAS LETRAS DE : MIGUEL DELIBES + SALVADOR VIVEROS AGUILERA la pasión lectora de felipe garrido andrea balanzario CATHE DRALIS L E T R A S + L E T R A S Síntesis 13 DE MARZO DE 2010 /SÁBADO/911 emilia sandoval: círculos capturados a su paso SANTIAGO ESPINOSA DE LOS MONTEROS

Cathedralis Letras+Letras No. 911

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La pasión lectora de Felipe Garrido

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EN LAS LETRAS DE : MIGUEL DELIBES + SALVADOR VIVEROS AGUILERA

la pasiónlectorade felipegarrido

andrea balanzario

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CAThEDRAliS

L E T R A S + L E T R A S

Síntesis 13 DE MARZO DE 2010 /SÁBADO/911

emilia sandoval: círculos capturados a su pasoSANTIAGO ESPINOSA DE LOS MONTEROS

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Oficinas generales, redacción, publicidad y distribución: Asociación Periodística Síntesis, S.A. de C.V. 23 sur No. 2504 Col. Volcanes CP 72410. Puebla, Pue., México Tel: 551 00 50 con 10 líneasRepresentantes de ventas en México:Av. Palmas # 731, Col. Lomas BarrilacoMéxico, D.F. CP11010Teléfono: 5202-166 (Con 10 líneas) / Fax: 5202-11-62Talleres gráficosLitografía Magno Graf, S.A. de C.V. Calle E No. 6, Fraccionamiento Industrial Puebla 2000 Tel. 2 97 82 00 | Apartado postal 58 Puebla, Pue.Sugerencias, colaboraciones y quejas:[email protected]

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Sábado 13 de marzo de 2010Número 911Publicación periódica;certificado de licitud de título: 14267certificado de licitud de contenido: 11840 Número de reserva de derecho de autor: 04-2008-022117372400-101

Los artículos firmados reflejan la opinión de sus autores, no necesariamente la de esta casa editorial.

Presidente: Armando Prida HuertaPresidente Adjunto: Armando Prida NoriegaVicepresidente Ejecutivo:Óscar Tendero GarcíaVicepresidente de Relaciones Políticas:Mariano Morales CoronaVicepresidentade Comercialización:María del Carmen Morales AlarcónVicepresidente Editorial:José Javier Reyes MéndezGerente de Arte y Diseño: Adrián Palma ArvizuGerente de Web:José Luis Benítez ArmasGerenta Comercial: Nydia Luisillo MartínezGerenta Administrativo:Judith Ramírez MonjarásCoordinación Editorial:Adolfo Santiago Durán SánchezEditor Responsable: Carlos Alcaraz RamírezDiseñador Responsable:Jorge González Rojano

S a l v a d o r v i v e r o S a g u i l e r a

Adormecido por la fraternidad de las oronjas;colorido bosque de sombreros de hule,anaranjados, rojos, verdes y blancos,vista sedosa de paz cifrada;la muerte me seduce apaciguada.

Sueño deslumbrante con su aliento me eleva,gloria que eludo por mi mal inveterado,agnosis en caparazón de isla sostenida,pero me despierto con la sangre agujeradadejando florecer su sonrisa placentera;sofisticado galanteo de fúnebre trastada.

Al fin la faz de las oronjas me sorprende,el fragor de mi sangrante pulso, paladeando,el cuerpo y el alma deflagrados, deletreandoen la mayor vertiente de mi espiritual declive,en los inciensos de su gran barcaza hundido,velero en el mar de las asfixias surcando.

En el hielo de las nieblas la catástrofe sucede;de su sapidez paradisíaca ávido disfruto,sórdido y rapaz, confiado degusto, entera mi alma los escombros evade,el dolor y la angustia van de balde,las oronjas, mi nuevo vendaval han abierto.

Asido de la luz encadenadaEleva su demencia adormecido,Sus manos como pájaros sin nidoSienten la inmensidad del agua alada.

Vuela por los arqueados precipiciosdonde sus lastrados pies van cayendo,abriéndose los cuerpos in crescendocomo voces del alma en sacrificio.

Con sumarios de carne desgarrada,su dolor en el fuego va subiendo,numinosa la tierra va sorbiendo,fundiendo el polvo de su sangre arada.

Del fuego, en el firmamento ya presa,su sangre se esfuma purificándose,en la fiebre de sus poros saciándose,en polvo de estrella su alma regersa.

En luz humeante luego se difunde,se expande entre los mundos milenarios,entre coros de alegros incendiarios,eurítmicos endriagos que refunde.

Morar las blancas riberas vertidas;banco de diamantes del río crecido,ecuménico deseo uncido al destino,ser luz en la vetusta horma hundida.

Canto de faro investido de fuego,vieja conjunción en los caminosde las múltiples formas del ente.

Perspectiva plasmada en los colores,explosión de las almas de la vida,azares de la vieja estampida.

Viaje al multiVerso de coronas blancas*

(Fragmento)

el cáncer acabócon el escritor

m i g u e l d e l i b e S

En El quiRófA-

nO EnTRó un hOMbRE

inTEli-GEnTE y

SAlió un lERDO.

iMPOSiblE VOlVER A ESCRibiR

Miguel Delibes falleció el pasado 12 de marzo, pero se despidió de la literatura mucho antes con un texto que fue publicado en el volumen

I de sus Obras completas (Círculo de Lectores | Ediciones Destino)

Aunque viví hasta el 20..., el escritor Miguel Delibes murió en Madrid el 21 de mayo de 1998, en la me-sa de operaciones de la clínica La Luz. Esto es, los últimos años lite-

rariamente no le sirvieron de nada.El balance de la intervención quirúrgica fue

desfavorable. Perdí todo: perdí hematíes, me-moria, dioptrías, capacidad de concentración... En el quirófano entró un hombre inteligente y salió un lerdo. Imposible volver a escribir. Lo noté enseguida. No era capaz de ordenar mi cerebro. La memoria fallaba y me faltaba ca-pacidad para concentrarme. ¿Cómo abordar una novela y mantener vivos en mi imagina-ción, durante dos o tres años, personajes con su vida propia y sus propias características? ¿Cómo profundizar en las ideas exigidas por un encargo de mediana entidad?

Estaba acabado. El cazador que escribe se termina al tiempo que el escritor que caza. Me faltaban facultades físicas e intelectuales. Y los que no me creyeron y vaticinaron que es-cribiría más novelas después de El hereje, se equivocaron de medio a medio. Terminé co-mo siempre había imaginado: incapaz de aba-tir una perdiz roja ni de escribir una cuartilla con profesionalidad.

No me quejaba. Otros tuvieron menos tiem-po. Al fin y al cabo, setenta y ocho años son bas-tantes para realizar una obra. Le di gracias a Dios, que me permitió terminar El hereje, y me dediqué a la vida contemplativa. Las cosas que intenté no eran serias. Con mi hijo Miguel hi-cimos un libro sobre el cambio climático, en el que no intervine más que para hacer pregun-tas propias de un ciudadano preocupado, pero no aporté una sola idea. En Muerte y resurrec-ción de la novela di a la estampa algo que tenía

hecho para dar la sensación de que trabajaba, de que aún disponía de una vida activa.

Los optimistas que sobreviven a un cán-cer suelen decir que lo vencieron. Yo no me atrevo a tanto. Los cirujanos impidieron que el cáncer me matara, pero no pudieron evitar que me afectara gravemente. No me mató pe-ro me inutilizó para trabajar el resto de mi vi-da. ¿Quién fue el vencedor?

Y bien: cuando mi obra, dicho lo dicho, es-tá concluida, y por tal la doy, veo con satisfac-ción que los prestigiosos editores de Círculo de Lectores y Ediciones Destino se ocupan ahora

de recopilarla y reunirla en los siete volúme-nes que van a configurar esta serie. Cada vo-lumen, además, irá prologado por un destaca-do estudioso de mi obra. ¿Qué hacer sino sen-tirme halagado y agradecido?

Si mi primera novela apareció en 1948 —hace ahora sesenta años— y la última en 1998, ha sido media centuria, la segunda del siglo XX, la que me he ocupado escribiendo y publicando libros. Y siempre con el beneplácito de mis lectores. Tam-bién a ellos, y a cuantos ahora se asomen a las pá-ginas de estas Obras completas, quiero agradecer sinceramente su benevolencia y fidelidad.

Fo

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AP

Miguel Delibes.* Tomado del libro Praderas del alma

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Uno de los privilegios del ejercicio periodístico es la oportunidad de conocer a quienes ya admiramos previamente por su trayectoria. El caso del maestro Felipe Garri-

do es ejemplar en el sentido de que es un hom-bre coherente con su forma de vivir. Su desem-peño como funcionario, como escritor y como profesor, además de sus labores como traduc-tor, editor y promotor editorial, coinciden con su personalidad: es un hombre de letras.

Felipe Garrido ha promovido desde sus en-sayos, en su participación en salones de clase y desde la plataforma del funcionario la necesi-dad de hacer coincidir en la escuela la lectura como ejercicio didáctico con la lectura como actividad lúdica para toda la vida.

Nos reunimos para la entrevista en la ca-fetería de la editorial Jus, ubicada en una ca-sona virreinal en la calle de Donceles. No pue-de haber un sitio más adecuado. En este lugar convergen lectores de todas latitudes para bus-car aquel título difícil de encontrar, coleccio-nistas de textos viejos, estudiantes universi-tarios. Todos los convocados por el amor a los libros hemos visitado en alguna ocasión esta gran librería que es Donceles.

Tiene la cortesía de no hacer esperar a su citada. Felipe Garrido es como sus escritos: amable, elegante y accesible. Lleva consigo una vieja libreta de apuntes forrada en cue-ro negro, gastada de tanto uso, además de una pluma que revela su vocación de escritor. De inmediato entramos al tema que nos vincu-la: la lectura.

Andrea Balanzario (AB): Felipe, muchas gracias por recibirme. Conozco bien tu tra-yectoria en el tema de la formación de lec-tores, me refiero específicamente a tu libro, me parece que el más conocido, El buen lec-tor no nace, se hace, en el cual la tesis princi-pal es la invitación de los profesores o los lec-

tores más avanzados para contagiar el gusto por leer, o sea superar la etapa de la decodi-ficación y lectura obligatoria y transformar-la en una actividad voluntaria en los alumnos ¿Cómo se consigue esto?

Felipe Garrido (FG): Te voy a contestar con otra pegunta. ¿Cómo aprenden los bebés a caminar? Pues primero gatean, es decir, lo intentan hasta que poco a poco caminan sin darse cuenta, igual como se aprende a bailar. Si ves bailar y ves cómo disfrutan los que bai-lan se te va a antojar y te vas a animar a dar tus primeros pasos. Igual pasa con los libros. En mi familia todos somos lectores, y a nadie se le obligó a leer porque todos tuvimos acceso a los libros, incluso recuerdo cuando éramos

chicos después de la Navidad o de Reyes nos reuníamos los primos a ver qué libros nos ha-bían regalado. Era natural leer porque ahí es-tuvieron los libros. ¡Todos leíamos de mane-ra natural! Hoy día tengo una nieta de cuatro años y ella lee “sus” libros, los tiene en un li-brerito, su mamá también lee. Como te digo, es natural leer si tienes libros cerca de ti. A leer se aprende leyendo.

AB: Con la experiencia que tienes de toda una vida en la investigación sobre la lectura, además de tu carrera como catedrático, ¿crees que el modelo didáctico vigente ha consegui-do formar lectores?

FG: Creo que la Secretaría de Educación Pública se puso como objetivo lograr la alfa-betización de la población en un periodo de veinte años comprendido entre 1980 y 2000, y lo consiguió. La población está alfabetizada, la SEP hizo un gran trabajo. Ahora bien, si la SEP se propusiera conseguir formar lectores auténticos en esos diez años en que tienen li-teralmente presos a los niños, es decir, de pri-maria hasta secundaria, se conseguiría que los jóvenes egresaran como lectores voluntarios. Claro, habría que implementar cursos y mate-riales, pero estoy seguro de que sí se consegui-ría esta meta. Falta voluntad política.

AB: Si alguien te preguntara para qué leer, ¿qué le contestarías?

FG: Mira, en tantos cursos que he dado no me han faltado los profesores que preguntan por el tipo de “estrategias” que tendrían que sacar de un curso de lectura. Me permito pre-guntarles por las estrategias que aprenden por oír la música que les gusta, por ver una pelícu-la o por unas vacaciones en la playa. Claro que contestan: ninguna. La lectura es una experien-cia vital, es ampliar la forma como uno ve la vi-da, es vivir otras vidas. La lectura es un placer, no tiene por qué ser pragmática. Es, simple y sencillamente, un gusto.

AB: Recuerdo los libros de español o de li-teratura, que más bien son historia de la litera-tura, no lectura, con sus fragmentos de gran-des obras, ¿te parece que la lectura de los frag-mentos elegidos realmente invita al estudiante a leer la obra completa?

FG: Sí. Si el fragmento es más que un pe-dazo de la obra, sí. Me explico, si un pasaje es completo por sí mismo puede invitar a leer el libro completo. Recuerda el pasaje en el que Fe-lipe Ángeles “libera” a unos prisioneros, les di-ce que si brincan la barda son hombres libres, pero resulta que uno de los hombres de Ánge-les le pasa una pistola y el general va matan-do por la espalda a todos, le pasan pistola tras pistola hasta que deja a todos muertos antes de llegar a la dichosa barda. Este fragmento en sí mismo es completo, es emocionante y cum-ple con la función de interesar al lector hasta el punto de leer la novela.

AB: ¿Cuando hablas de “lectura” no te re-fieres sólo a la literaria?

FG: Claro, un buen lector no es nada más li-terario. Hay muy buenos lectores de matemá-ticas, de física o de astrofísica, como la llaman hoy, o un traductor. Nada más piensa en la sa-tisfacción del lector que puede estar a punto de lograr lo que él considera una traducción perfecta o conseguir, por fin, comprender una fórmula química, cuando lo consigue el efec-to puede ser tan emocionante como la lectu-ra de un poema o un cuento, es una emoción casi orgásmica de tan intensa, ¿o no?

AB: Al hablar de la emoción de la lectura pienso en Borges, pienso que su escritura, al ser tan metafísica, tan intelectual, podrá ser, también, emocionante.

F.G. Sí. Así como hay lectores para lo fan-tástico, lo mágico o lo real, también están los lectores que tienen interés por una lectura muy intelectual. O pongamos también como ejemplo la escritura de Arreola que, podría-mos decir, requiere un tipo de lector que ha-ya leído la pléyade de lecturas y escritores que Arreola menciona para poder entender a este gran escritor. En otras palabras, la lec-tura es como un contagio, lees un libro y te lleva a otro. Un lector auténtico sólo de ha-blar con entusiasmo de su lectura conquis-ta lectores. Lo he repetido en tantas ocasio-nes, pero vale la pena mencionarlo otra vez: a leer se aprende leyendo.

la pasión lectora de Felipe garrido

a n d r e a b a l a n z a r i o g u t i é r r e z

un hOMbRE DE lETRAS

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Si las palabras son de uso común na-die puede ponernos delante el tema del robo del lenguaje, pues se supon-dría moneda de cambio con la cual cada uno nos damos a entender con

nuestros semejantes. Si de pronto un cúmulo de palabras organiza-

das de determinada manera por alguien (quien al hacer esto se convierte en autor), es usada por otros, no las palabras, no la sintaxis, sino aquella forma de acomodarlas es lo que las hace distin-tivas. Entonces sí, marcada esa diferencia, reco-nocemos la autoría de tal o cual escritor.

Si trasladamos esto a las artes visuales te-nemos que muchos de los lenguajes son libres en tanto son (como las palabras), de uso co-mún, sin embargo, cuando se usan elementos que ya tienen autoría y, más aún, que se pen-saron para destacar el trabajo personalísimo de alguien y se trastocan, se deforman, muti-lan, es decir, se recomponen por las manos de otro que no las hizo de primera instancia, auto-máticamente se genera un conflicto en el que surge la pregunta, ¿esto es de quien creó pri-mero la obra o de quien reensambló posterior a su creación esta NUEVA obra?

Rodeados como estamos de una imaginería visual ilimitada, las apropiaciones de aquello visto están en el proceso de hacerse legítimas en tanto habitan una atmósfera visual (iconós-fera, le llama Maris Bustamante…), que pasa ineludiblemente por delante de nosotros en cada momento de nuestro tiempo de elabo-ración de un nuevo discurso.

Tomamos aquellas palabras que compo-nen las frases de los grandes escritores y las reutilizamos para estructurar aquello nove-doso que diremos con ellas una vez que las te-nemos entre nuestras manos; igual sucederá con aquello visto, cuando a partir de la selec-ción de objetos, hagamos propuestas perso-nalísimas, novedosas y diametralmente dis-tintas aunque usemos las imágenes y los len-guajes de los demás.

Emilia Sandoval ha emprendido este compli-cado camino para su última muestra. Entre las se-ries de piezas producidas, se encuentran las que han nacido de la conjunción de imágenes a las que ha seleccionado para deconstruirlas y darles un significado totalmente distinto, no obstante echar mano de trabajos perfectamente recono-cibles y multirreproducidos fundamentalmente de creadores de su misma generación.

Si es verdad que se ha hecho cíclicamente un trabajo de apropiación de los grandes íco-

nos de las artes visuales de la historia de la hu-manidad, este juego viene a convertirse en al-go tan insípido como ir a cazar búfalos salvajes a la pradera, pero que se encuentran previa-mente atados para no fallar el disparo…

Todas aquellas imágenes que se tocan y trastocan generalmente tienen ya una carga semántica, histórica y de representación per-fectamente labrada por la historia. Sucede en-tonces que es verdaderamente sencillo simple-mente ponerle bigotes a la Mona Lisa , calzon-cillos al David o hacer juegos de emplastes que dejan de ser aportes visuales para convertir-se sólo en retruécanos que, es verdad, pueden agradar por su ocurrencia en un primer mo-mento, pero que mueren pronto una vez que esa impronta ha desaparecido en nosotros.

El trabajo emprendido por Emilia va más lejos. A partir de recortar círculos de algunas imágenes de otros autores y mezclarlos con los fragmentos más visibles de esas piezas, logra un

* Curador de arte, profesor invitado de la Unarte.

emilia sandoVal: cÍrculos capturados

a su pasoS a n t i a g o e S p i n o S a d e l o S m o n t e r o S *

El reconocido curador de arte Santiago Espinosa de los Monteros analiza la innovadora obra pictórica de

Emilia Sandoval (Chihuahua, Chihuahua, 1975)

misterioso lenguaje que nos obliga a empren-der en silencio una especie de reconstrucción visual que pronto es abandonada pues enten-demos, sin lugar a dudas, que ya esa es la nue-va vida de la pieza de la que teníamos en nues-tra mente una referencia distinta a la que aho-ra se nos presenta.

Cuando fragmentamos la realidad que nos rodea, parcelamos los objetos, rompemos lo que estaba unido, hacemos nuevas realidades, nuevas cosas que a partir de estas mutaciones voluntarias adquieren formas expresivas dife-rentes. Esto hace Emilia Sandoval cuando re-plantea las imágenes

El tema de la apropiación, largamente abor-dado por muchos autores, es muy cuidadoso desde el punto de vista de la resemantización de aquello que ahora vemos en otro estadío. Aquellas postales que en otro momento llega-ron a nuestras casas avisándonos de tal o cual muestra, ahora son una pieza distinta en tan-to se le ha alterado con elementos que vienen, por decirlo así, de la misma cepa. Una imagen apoya a otra; una imagen contradice a otra; una imagen ha nacido.

Rodeando a esto, un conjunto de círculos formados por más círculos nos abraza en for-

ma de luna. Algunas nos miran desde los retra-tos mínimos de quienes han cedido su rostro; otras más, ausentes de caras con facciones, nos dan la posibilidad a partir de esa desaparición, de completar una mirada ausente y trasladarla por las demás piezas hasta ir encontrando en cada una la identidad de las complicadas re-laciones entre ellas. Círculos, círculos dentro de los círculos; círculos capturados a su paso.

Los extraños universos delatados, lijas tra-bajadas que robaron a los materiales que aca-riciaron todas las cartas astrales que no cono-cíamos, dan pista igualmente de esa manera de apropiarse del universo y atraparlo en es-tos papeles misteriosos y autónomos.

Espacio Residual es una muestra de enga-ñosa sencillez que da pie a reflexiones de largo aliento. Comprometer la autoría de obras re-trabajadas o lo inherente de algunos materia-les, es abrir causes nuevos que permiten lectu-ras que normalmente no se dan. La creación contemporánea y actual es entre otras cosas eso: volver a ver aquello que creíamos que ya habíamos visto.

Lustro I. Lustro II. Lustro III.

Calados.

Abrasivos.

CuAnDO fRAGMEn-TAMOS lA REAliDAD

quE nOS RODEA,

PARCElA-MOS lOS

ObjETOS, ROMPEMOS

lO quE ESTAbA uniDO,

hACEMOS nuEVAS

REAli-DADES

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Como parte de su trabajo en la difusión del derecho a la información, la Fundación para la Libertad de Expresión presenta la segunda edición de Publicidad oficial, transparencia y equidad, de Ernesto Villanueva

Esta edición es fruto de una profunda investigación sobre uno de los temas centrales de la democracia

Una publicación más de la

Fundalex

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