C E M E N T E R I ON U E S T R O

PA D R EJ E S Ú S

MUJERESMURCIANAS

EN EL RECUERDOG U Í A D E V I S I TA

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Pedro Martínez CaveroKlaus Schriewer

(coords.)

Concejalíade Deportes y Salud

CEMENTERIO NUESTRO PADRE JESÚS:MUJERES MURCIANAS EN EL RECUERDO

CoordinadoresPedro Martínez CaveroKlaus Schriewer

Diseño originalÁngel Domingo Cayuela Portela

MaquetaciónDomingo Beltrán Corbalán

FotografíasPedro Martínez Cavero (cementerio)Sus autores (resto)

IlustracionesLuis Cánovas Martínez

ISBN978-84-949525-0-0

Depósito legalMU. 1331-2018

BIOGRAFÍA

01 Consuelo Pérez Villanueva

02 Ana Puig Feliú

03 Milagros Carrasco Martínez

04 María Maroto Conesa

05 Mercedes Alberdi Ibarra

06 Ma Encarnación Ruiz de Salazar

07 África Lozano Alonso

08 María Molina Terol

09 Elisa Séiquer Gutiérrez

10 Manuela Miró Ibáñez

11 Josefa Guaita Sánchez

12 Matilde Palacios García

Itinerario

Bibliografía y referencias web

AUTOR

Anna Briese

Gemma Segura Martínez

Theresa Brunnhuber

María Francisca Gran Mas

Laura Requena Véliz

Juan Francisco García García

Clara Galotta y Alma Ruiz Inarejo

Álvaro Gil Martínez

Francisco Miguel Espinosa Martínez

Olivia Donauer

Gemma Segura Martínez

Maria Savicka

Elcementerio Nuestro Padre Jesús es un elemento impor-tante de la historia reciente de la ciudad de Murcia. Sus

más de ciento treinta años de existencia propician que, entresus calles, podamos asistir a la contemplación del descansoeterno de las personas que han conformado la sociedadmurciana de los siglos XIX y XX. Además del rico patrimoniomaterial y artístico que suponen sus tumbas, panteones yotros monumentos, en su suelo está depositado el testimo-nio de los hombres y mujeres que con su trabajo, esfuerzo,ideas e inquietudes han hecho de Murcia la ciudad que es enla actualidad.

La guía «Mujeres murcianas en el recuerdo» supone laconsolidación del convenio suscrito en 2017 entre elAyuntamiento de Murcia y la Sociedad Murciana deAntropología (SOMA). En ella podemos encontrar el testimo-nio vital de doce mujeres que destacaron en un universopoco favorable para el desarrollo de sus cualidades profesio-nales y personales. El conocimiento de sus biografías poneen valor el papel de la mujer en la sociedad murciana y sirvede reconocimiento permanente de su buen hacer.

Es nuestro deber como responsables municipales pro-mover y fomentar este tipo de iniciativas culturales que res-catan de la historia de la ciudad lo mejor de nuestro pasadocomún. La edición de esta guía y las visitas concertadas quese realizan al cementerio Nuestro Padre Jesús están en esalínea de actuación. Espero que sean de su agrado y supon-gan un elemento más de compañía en la visita a sus seresqueridos.

José Ballesta GermánAlcalde de Murcia

Laguía «Mujeres murcianas en el recuerdo» está dedica-da a doce figuras femeninas que descansan en el

cementerio de Nuestro Padre Jesús. Esta elección no suponeninguna prioridad, preferencia ni jerarquía, tan sólo recono-cer mediante esta mínima representación el papel de lamujer en la sociedad murciana.

La presencia social de las mujeres ha variado en gran mediaentre nuestra primera representante, fallecida en 1900, y la másreciente, en 2016. Hace un siglo era muy difícil destacar en unmundo dominado por el varón. Por esta razón, en varias ocasio-nes hemos encontrado muchas dificultades o la imposibilidadde asociar la imagen de un rostro femenino a su nombre.

Las ocupaciones de nuestras protagonistas son variadas.La mayoría han destacado en el terreno artístico, pero tam-bién en la enseñanza, como propietaria o en la ocupaciónmás tradicional de ama de casa.

Esta nueva guía ha sido posible gracias al convenio firma-do por el Ayuntamiento de Murcia y la Sociedad Murciana deAntropología (SOMA), pero también gracias el trabajo realizadoen la asignatura Antropología de las Sociedades Europeas,impartida en la Facultad de Filosofía de la Universidad deMurcia. Las biografías han sido elaboradas por los alumnos enel marco del Proyecto de Innovación Docente «AprenderInvestigando», que lleva a cabo el grupo GIDAI. A ellos quere-mos agradecer su compromiso, como también la buena dispo-sición del Ayuntamiento de Murcia y particularmente deEduardo González Martínez-Lacuesta y Juan Antonio Ruipérez.

Como siempre, esperamos que esta guía les acompañeen su visita al cementerio y les permita recuperar sus valoresculturales junto con el recuerdo de sus seres queridos.

Pedro Martínez Cavero, Klaus Schriewer

SALUDA DEL ALCALDE PRESENTACIÓN

Eldrama que vivió Consuelo Pérez Villanueva esun triste ejemplo de cómo la desgracia puede

golpear a cualquier persona independientementede su condición social. Su historia nos llamó la aten-ción porque Consuelo Pérez fue una de las pocasmujeres que compró un terreno en el cementerio asu nombre para enterrar en él a sus difuntos.

Como la mujer del siglo XIX no solía dejar huellasen la vida pública, tenemos que reconstruir la vida deConsuelo en buena parte a partir de la informaciónque nos ha llegado sobre su marido, Paulino Maestrey Vera. Gracias a su profesión de notario, vivían enuna situación económicamente acomodada. Su her-mano, Emilio, fue Gobernador de Murcia, lo que indi-ca que la familia pertenecía a la clase media alta.

Consuelo Pérez y Paulino Maestre tuvierontres hijos: Paulino, nacido en 1873, Emilio, un añomás tarde y finalmente una hija, Inés, que vio laluz en 1882. Todo indicaba una vida tranquila y sinsobresaltos. En el año 1885 vivía con su madre, sumarido y sus tres hijos en su casa de la calle SantaGertrudis. Tenían, como era común en su clase,servicio doméstico.

La tragedia de Consuelo empezó con la muer-te de su hijo Emilio en septiembre de 1889, consólo 15 años de edad. Dos años después, el 4 demayo de 1891, falleció también su hijo mayor, con18 años. El periódico Las provincias de L evanteapuntó: «Víctima de una enfermedad cruel, hafallecido el joven D. Paulino Maestre Pérez, hijodel conocido notario del mismo nombre y amigonuestro». Tres semanas más tarde falleció sumadre Inés Villanueva y Muñiz. En esta ocasión elDiario de Mur cia desea a la familia del señorMaestre fuerzas «para poder soportar las repetidas

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ConsueloPérez Villanueva

Ama de casa

Sevilla, 16/05/1856 – Murcia, 24/05/1924

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desgracias que la agobian». Desconocemos la causaexacta de todas estas muertes, pero podemos sospe-char que pudo existir un vínculo con la epidemia decólera que en esos años afectó a Murcia. Un año mástarde, en octubre de 1892, murió también la hija peque-ña, Inés, de solo 10 años.

En cuatro años Consuelo Pérez había perdido a sustres hijos y a su madre. Pero el drama familiar no sedetuvo. En el mes de octubre de 1893 falleció su herma-no Emilio, de 43 años, y ella se quedó con su maridocomo única persona cercana. No hubo, sin embargo,piedad para Consuelo, en los siguientes años su marido

desarrolló una enfermedad que le impidió ejercer suprofesión. Finalmente, falleció el 10 de enero de 1897.

Después de la muerte de su marido, se pierden lashuellas de Consuelo Pérez. Lo único que sabemos esque en mayo de ese año compró un terreno en elcementerio en el que poder reunir a todos sus seresqueridos. Sin embargo, su propia muerte no dejó rastro.No hay lápida que indique que está enterrada en latumba familiar, ni se publicó su esquela en el periódico.Posiblemente no había nadie que pudiera escribir sunombre. La tumba de la familia, situada en la calle SanIsidoro, está formada por tres sencillas losas sepulcrales.

Enla historia del Conservatorio Profesional deMúsica de Murcia –un siglo aproximada-

mente–, pocas personas han tenido el privilegiode ser consideradas como sus «hijas adoptivas».Esta fue la consideración que se le hizo a Ana PuigFeliú, lo cual no se debía sólo a que era hija de unode los fundadores, tempranamente fallecido, sinoa su gran talento para la música.

Nació en Portugal en 1909, pero pronto setrasladó a Murcia, donde vivió toda su vida. Erahija de Antonio Puig, excelente músico y pia-nista, quien formó parte del primer claustro deprofesores del Conservatorio de Murcia (1917).Por esta razón estuvo ligada a la música desdemuy pequeña. En 1921 le dedicaron el fadoportugués Flores de Portugal, que se estrenóen dos funciones en el Teatro Romea con moti-vo de la muerte de su padre (1920). La jovenartista cursaría sus estudios de música y pianoen dicho Conservatorio, bajo la tutela de laprofesora Beatriz Martínez Arroyo, y en estainstitución trabajó después como profesora depiano.

En lo que respecta a su vida personal, AnitaPuig casó con Carlos Ruiz-Funes, hermano delministro republicano Mariano Ruiz-Funes y reco-nocido personaje murciano, dueño de una som-brerería en la céntrica calle Montijo, quien dejaríaun amplio legado cultural, fruto de sus muchas

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AnaPuig Feliú

Pianista

Portugal, 1909 – Murcia, 13/06/1985

MUJERES ENEL RECUERDOGUÍA DE VISITA

inquietudes. Juntos harían numerosos viajes y participarían en distintas ter-tulias y actividades culturales. Es tía del famoso director teatral GustavoPérez Puig.

En general, Anita Puig llevó una vida tranquila en Murcia, colmada decultura y arte, hasta el día de su fallecimiento el 13 de junio de 1985. Tras sumuerte, la prensa le dedicó estas palabras: «una persona de grandes dotes ycualidades, de valores morales, de cultura y elegancia poco comunes».

Larecuperación, promoción y difusión de losbailes y cantes populares murcianos, la

identidad y tradiciones surgidas de la huerta, elcampo y los pueblos de la Región, han sido lalabor a la que consagró su vida Milagros Carrasco.Por ello, se la ha definido como alma y corazón delfolklore murciano y su mayor defensora.

Durante 50 años, Milagros Carrasco fue direc-tora del grupo de coros y danzas Virgen de laVega, fundado en 1968, con un repertorio quesupera el centenar de piezas, compuesto en sumayor parte por parrandas y malagueñas, enmuchos casos recuperadas de los pueblos y peda-nías murcianas, en una labor casi etnográfica. Conmotivo de su 25 aniversario, el grupo recibió lamedalla de plata de la ciudad de Murcia, y poste-riormente la medalla de oro del FestivalInternacional de Folclore del Mediterráneo (FIFM).

Como presidenta de la Federación Murcianade Folklore, Milagros Carrasco difundió la músicatradicional dentro y fuera de la Región. A nivelnacional, entre 1989 y 2005 también fue presiden-ta de la Federación Española de Asociaciones de

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MilagrosCarrasco Martínez

Folklorista

Murcia, 1939 – Murcia, 23/09/2016

Folklore (FEAF), organización que reúne a más de cien agrupacionesfolklóricas de toda España.

También enseñó y dirigió la Escuela Municipal de Folklore, en sudeseo de transmitir a las nuevas generaciones el rico patrimonio tradi-cional. En 1990 fue nombrada directora del FIFM, fomentó los huertosde Malecón y las actividades y manifestaciones que conforman la feriade septiembre: ciclos de música de raíz, conferencias y exposicionesque han permitido dar a conocer el folklore murciano en todo elmundo, así como traer a Murcia diferentes grupos procedentes de loscinco continentes.

Su amor a Murcia y a sus tradiciones definen la vida de esta mujer.Milagros Carrasco llevó con orgullo su pasión por la tradición popularmurciana.

Laenseñanza primaria es hoy una profesiónmayoritariamente femenina. Sin embargo,

durante mucho tiempo muy pocas mujeres teníanacceso al estudio de una carrera que les permitie-ra ejercer su vocación por la enseñanza. Una de lasmujeres que primero traspasó esa barrera fueMaría Maroto Conesa.

Nació en una familia de impresores. Su infan-cia y parte de su juventud transcurren en Madrid.Con diecisiete años comenzó sus estudios en laEscuela Normal de Maestras, finalizándolos conveinte, en 1899.

Su primer destino fue Segovia. Tras unos añosde permanencia en dicha ciudad, en 1903 obtuvosu plaza en Murcia en la Escuela Graduada AnejaFemenina. Más tarde también impartió clase en laEscuela Normal de Maestras, que en aquellosmomentos pasaba una situación precaria. Ya noabandonaría Murcia hasta su muerte a los 88años. En esta ciudad desarrolló toda su vida profe-sional y personal. De su matrimonio con ManuelHerrero nacieron tres hijos, aunque uno de ellosmurió prematuramente.

Durante la República participó en las célebresMisiones Pedagógicas que se llevaron a cabo endiversos pueblos de la Región. Al final de esteperiodo cesó como directora del Magisterio mur-ciano, sufrió depuración, pero fue restituida en

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MaríaMaroto Conesa

Maestra

Murcia, 15/08/1878 – Murcia, 15/08/1966

1948, pues María Maroto trabajó siempre con ahínco, indepen-dientemente de las vicisitudes políticas que le tocó vivir. Comoreconocimiento de su excepcional labor profesional, se le dio sunombre al Colegio Nacional de Prácticas de Murcia.

Su labor pedagógica ha sido incansable. Tras su jubilaciónfue objeto de homenajes y premios. Unánimemente ha sidoreconocida como una maestra excepcional. Una calle y un cole-gio en Murcia llevan su nombre. Su pensamiento supuso unavisión novedosa sobre el lugar que debía ocupar la mujer en lasociedad. Defendió la idea de que la mujer podía realizar lamisma actividad intelectual que el hombre. Planteó la necesidadde la formación y educación de las niñas, sólo de esta maneralograrían salir del papel de sumisión y anonimato en que seencontraba la mujer.

Fue una mujer valiente, querida y admirada por muchas perso-nas, por ello merece ser destacada como personaje relevante en lasociedad murciana de la época. Amó a Murcia y Murcia la amó a ella.Hoy sus restos descansan en una sencilla tumba que no lleva sunombre en el cementerio de Nuestro Padre Jesús.

Apesar de la terrible situación en la que seencontraba España durante la postguerra y

los años cincuenta, el empeño irrefrenable de lasmujeres por seguir el mundo de la moda repre-sentó un soplo de aire fresco. Una de estas muje-res fue Mercedes Alberdi Ibarra.

Nacida en Guipúzcoa en 1921, a muy tempra-na edad mostró interés por la estética femenina,formándose con clases de dibujo. Realizó sus pri-meros bocetos de moda para la boutique de unaamiga. Algunos de estos dibujos fueron celebra-dos por el pintor Ignacio Zuloaga. Este fue elcomienzo de su carrera como figurinista. Lo quehabía empezado como un hobbie, acabaría dándo-le un puesto destacado en el mundo de la moda.

Trabajó como figurinista del modisto guipuz-coano Cristóbal Balenciaga, considerado uno delos más importantes creadores de la alta costurainternacional. Este tenía su casa central en París,pero también disponía de talleres en SanSebastián y Madrid. Junto a él pudo desarrollar sutalento en un universo tan complejo como el de lamoda.

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MercedesAlberdi Ibarra

Figurinista y modista

Guipúzcoa, 4/11/1921 – Murcia, 20/11/2012

En el año 1952 contrajo matrimonio conMariano González Guzmán, razón por la cual setrasladó a Murcia y con quien formó una familiade cinco hijos. Este hecho no le impidió conti-nuar con su carrera. Abrió en la calle Montijo deMurcia su propio taller de costura y fue, en lassiguientes décadas, un modelo de modernidady renovación de la sociedad murciana de sutiempo.

Esmuy poco lo que conocemos de María de laEncarnación Ruiz de Salazar. El texto de su

epitafio nos llama hoy la atención porque en él seha querido proclamar su profunda religiosidad:“modelo de señoras cristianas y caritativas”. Ruizde Salazar se nos presenta como una mujerdevota, protagonista, a su manera, de una historiaadmirable. Su singularidad responde a su labor deevangelización, con la que, según se proclama,consiguió convertir a su marido: “a cuya solicitudpiadosa debe su afligido marido el conocer yamar a Dios”.

Nos encontramos ante un documento que esresultado de unas circunstancias históricas yunas tradiciones culturales precisas, que enlazacon la mentalidad española de finales del sigloXIX. El texto plantea un dilema al lector, pues lehace preguntarse por quién fue la difunta, cómoconsigió los beneficios espirituales que procla-ma, quién era el objeto de su procupación ycómo se desarrolló esta especie de debate enminiatura que aparece en la lápida y que refleja,en cierto modo, uno de las grandes cuestiones

de los siglos XIX y XX, protagonizados por la cri-sis de la espiritualidad.

Sin embargo, la vida de María Ruiz de Salazarno presenta, hasta donde sabemos, ningunaaventura digna de una novela. Era originaria deVillanueva la Blanca (Burgos) y vino a Murcia en1883. La vemos como una mujer burguesa,propietaria de un inmueble en la calle SantaCatalina, en la que vive con ciertas comodidadesy una o dos sirvientas.

Casó dos veces. Su primer marido se llamóJosé Domingo y Damphin, fallecido el 20 de sep-tiembre de 1885. Con motivo del primer aniver-sario de su muerte, publicó un anuncio pidiendoasistencia a la misa solemne, vigilia y responso ensufragio de su alma. Hizo celebrar misas desde lasseis de la mañana hasta las doce del medio día,cada media hora, en la parroquia de SantaCatalina. Lo que repitió al menos al año siguiente.

Su segundo marido fue Joaquín NúñezCéspedes, el autor del epitafio. En la prensa de1899, Joaquín Núñez aparece como un político,orador y defensor de un programa que debía

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María EncarnaciónRuiz de Salazar

Ama de casaVillanueva la Blanca (Burgos) 21/03/1835 –

Murcia, 10/07/1900

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contribuir a la regeneración de España, tras lapérdida el año anterior de las últimas colonias.

Sin duda María Ruiz de Salazar fue unamujer devota pero también tenaz. No sabemossi su marido llegó a alcanzar el éxito en suproyecto regeneracionista. Ella parece que sí loobtuvo con él.

Siemprendemos un recorrido por el mundo delarte en la Región de Murcia, no podemos

olvidar a una mujer que dedicó toda su vida a sugran pasión, la cerámica. Su nombre es ÁfricaLozano Alonso, una de las artistas más creativasde la Región. Su obra destaca por su originalidady viveza, lo que la llevó a convertirse en una de lasmurcianas más relevantes del siglo XX.

África Lozano era hija de Victorino LozanoVega y Catalina Alonso Miranda. Nacida enMadrid, su familia se trasladó a Murcia cuandotodavía era una niña. En Murcia residió la mayorparte de su vida, aunque también por algún tiem-po en Cartagena. Vivió durante su niñez en la calleFrenería y en la calle San Nicolás tenía su taller yera fácil verla trabajar en él.

Sus estudios primarios los realizó en el colegioAndrés Baquero. En 1938, a la edad de once años,ingresó en el instituto Alfonso X el Sabio y, tras elbachillerato, en la Escuela de Artes Aplicadas yOficios Artísticos. En 1982 se graduó en la especia-lidad de Cerámica. Su relevancia artística ha sidoindudable. Expuso tanto de forma individual

como colectiva, dentro y fuera de la Región deMurcia. Pionera en su arte, creó todo un mundode figuras con expresiones que abarcaban desdela más terrible a la faz más dulce y angelical, invi-tándonos a viajar a la tradición de la tragicomediagriega. Una vez traspasada la puerta de su gabi-nete, se accedía a un universo particular habitadopor figuras extrañas, toreros, actores de teatro ytodo tipo de personajes del siglo XX.

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ÁfricaLozano Alonso

Ceramista

Madrid, 10/01/1927 – Cartagena, 30/11/2013

África era una mujer divertida y alegre. De suvida privada sabemos poco. Al parecer, nunca secasó, prefiriendo dedicarse a sus «cabezasexpresivas».

Murió en 2013. Su hermana Blanca, su cuñadaManuela y sobrinas asistieron a su funeral. El cuer-po de África Alonso descansa bajo un sarcófagorectangular de mármol blanco, en la cual pode-mos leer la inscripción «Lozano Alonso» en letragótica. En un mar de cruces latinas y colosaleslápidas de color gris, su tumba destaca por su dis-creción, sencillez y elegancia. No posee símbolosreligiosos ni fotos, únicamente nos encontramoscon el nombre de una mujer que, al igual queDios, empleó el barro para crear un mundo col-mado de seres extraños. La ceramista descansaen el cementerio Nuestro Padre Jesús, en la zona24, número 384.

Lamayor parte de las mujeres se han dedica-do durante muchos años a «sus labores» y

al cuidado de la casa de forma casi exclusiva.Obtener los mismos derechos y oportunidadesque los hombres y su acceso al espacio públicocomo ciudadanas ha requerido un esfuerzoconstante. En España, durante la SegundaRepública la mujer obtuvo el derecho a voto queejerció por primera vez en las elecciones de1933.

María Molina nació en Jumilla en abril de 1912y su actividad pública la realizó como afiliada alPartido Comunista y miembro del SindicatoAgrícola El Progreso y del Sindicato de la Aguja,ligados a UGT y CNT. Durante la guerra se encargóde las labores de costura al servicio de las necesi-dades del ejército republicano.

Nuestra costurera («abujera» la llama su expe-diente judicial) había nacido en una familia de jor-naleros. Estuvo casada con Andrés HerreroGuardiola, pero no tuvo hijos. Conoció años muydifíciles durante el periodo republicano por la len-titud y paralización de la reforma agraria que

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MaríaMolina Terol

Costurera

Jumilla, 04/1912 – Jumilla, 01/07/1942

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intentaba resolver los problemas del paroy del latifundismo del campo español.

Al inicio de la Guerra Civil se produje-ron algunos episodios de violencia pro-ducto del vacío de poder del gobiernorepublicano. Acabada la contienda, fuedetenida y juzgada por un tribunal militardel ejército franquista. Entre 1939 y 1942,junto con su cuñada Blasa Herrero, estuvoen varias cárceles. Su cuñada murió en pri-sión. María fue acusada de traición por suapoyo al gobierno republicano y su parti-cipación, según su expediente, en lamuerte de un concejal conservador, entreotros altercados. Fue condenada a la penade muerte y fusilada en julio del 1942.Tenía 30 años.

En 1976, con la llegada de la democra-cia, un grupo de vecinos, a pesar de laausencia de apoyo de la administraciónpública, recuperaron los restos de susfamiliares, entre ellos los de María, trasmuchos años de olvido en la dictadura.Fueron trasladados y enterrados en elcementerio municipal bajo un monolitocon el lema caídos por la libertad.

Unaplaca en el lateral del Museo de laCiudad recuerda el trabajo de la escul-

tora Elisa Séiquer: «Huyó del camino fácil paraadelantarse a su tiempo».

Como artista representa a una más de lasmujeres relevantes y olvidadas en el mundo de lacultura murciana. Representa a una mujer quejamás se traicionó a sí misma y que para las nue-vas generaciones es una antorcha que no debedejarse caer. En los años finales de la dictadura, sutrabajo supuso una ruptura con una sociedad tra-dicional por su condición de mujer y escultora, ala que unió su visión futurista del arte muy distin-to de los modelos aceptados en la Murcia de sutiempo, anclada aún en la escuela de Salzillo.

Se formó en la Escuela de Artes y Oficios deMurcia, en la Escuela de Bellas Artes de Valencia,en Madrid y en París. Formó parte el grupo artísti-co Aunar junto a varios pintores como José MaríaPárraga y José Hernández Cano. Ejerció como pro-fesora en distintos institutos de la Región como elFloridablanca o el Infante don Juan Manuel, entreotros. En 1971 fue la primera mujer que ganó el

premio Francisco Salzillo de escultura. Participóen la Exposición Universal de Sevilla de 1992 porel Pabellón de Murcia.

De estilo figurativo y vanguardista, algunade sus obras más recordadas son: «El salto», conla que obtuvo el Premio Salzillo de Escultura de1971; la «Sagrada Familia» que se puede con-templar en el colegio Maristas de Cartagena y,sobretodo, su «Juego de muchachos», realizadaen 1982. Representa a dos chicos desnudos que,agarrados por las muñecas, tiran en direccionesopuestas. Hoy se puede contemplar en elJardín de Isaac Peral, llamado descriptivamentede las Tres Copas, en el barrio capitalino de LaFlota. En 2001 su obra fue recordada en la SalaVerónicas de Murcia mediante una exposiciónretrospectiva.

Elisa Séiquer falleció el 20 de junio de 1996,con apenas cincuenta años de edad y tras unalucha prolongada contra su enfermedad.

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ElisaSéiquer Gutiérrez

Escultora

Murcia, 14/08/1945 – Murcia, 20/06/1996

Enla Murcia de la primera mitad del siglopasado, Manuela Miró fue una mujer

diferente en muchos aspectos. Reunió una delas fortunas más importantes de la ciudad, secasó con un hombre catorce años más jovenque ella y, tras la muerte prematura de su espo-so, gobernó sus amplias propiedades durantecuarenta años. Vivió hasta los 91 años y fue unade las mujeres más influyente de la Murcia desu tiempo.

Sus padres fueron el médico José Miró Pascual–natural de Alcoy, fallecido en Murcia en 1891– yCarmen Ibáñez Espinosa de los Monteros, en cuyafamilia había un título de nobleza.

El 30 de octubre de 1885, a la edad de 30 años,Manuela se casó con Enrique Guillamón Soriano,igualmente heredero de una gran fortuna y másjoven que ella, lo que era excepcional. Sabemosesto a pesar de que en varios padrones Manuelafigura con menos años de los que tenía en reali-dad. El matrimonio tuvo cinco hijos: José María,Enrique, Querubina y dos niñas –Amparo yCarmen–, que murieron en la infancia.

Su marido, Enrique Guillamón, fue alcalde deMurcia, aunque sólo por un breve periodo de seismeses. Murió en 1913 a los 44 años. A partir deese momento, Manuela se convirtió en la cabezade la familia durante casi cuatro décadas. Tenía sucasa en la calle Alfaro 6, en el barrio de SanBartolomé, donde vivía con hasta seis sirvientesregistrados.

Con el comienzo de la Guerra Civil debió pasaruna época difícil, lo que se deduce de que en 1936el Comité de Defensa de Murcia le obligase a pagar50.000 pesetas, una de las cantidades más altas

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ManuelaMiró Ibáñez

Propietaria

Murcia, 27/08/1856 – Murcia, 15/01/1947

para una persona privada, similar a la quetenía que abonar toda una serie de bancos.También su hijo Enrique tuvo que corres-ponder con 30.000 pesetas.

Parece que fue una dama inteligente,autoritaria y decidida, rasgos que le sirvie-ron para mantenerse en un mundo en elque mandaban los varones. Muestra deello puede ser el hecho de que el padrónla registre con una profesión, la de propie-taria, incluso en vida de su esposo.

El panteón de Manuela Miró no sólodestaca por su tamaño sino también porsu referencia a la arquitectura clásica: unafachada compuesta por cuatro columnasdóricas, entablamento y frontón triangu-lar, coronado por una sencilla cruz. Es unode los pocos panteones del cementerioque lleva el nombre de una mujer.

Unode los referentes de la danza murcianade la segunda mitad del siglo XX ha

sido sin duda Pepita Guaita Sánchez, una mujerque destacó por su elegancia, pasión y entrega aeste arte.

Nació en Alcoy, en una familia de trece herma-nos. El destino de su padre como director debanco hizo que se trasladara a Murcia. Desde unaedad muy temprana, Pepita y sus hermanos vivie-ron en contacto con el teatro y el baile, recibiendoclases del «maestro bolero» Anastasio Leandro.Desde joven intervino en distintas funcionesbenéficas, festivales y representaciones, que iríanincrementando su pasión por el baile.

En la postguerra española, Pepita contrajo unaenfermedad que la mantuvo inactiva duranteocho años. Superada esta circunstancia, dio algu-nas clases como ayudante sin sueldo en elConservatorio. Su deseo de terminar sus estudiosla llevaron primero a Valencia y luego a Madrid,donde cursó durante tres años la carrera de Danzaen el Real Conservatorio de Música y Declamación,que concluyó en el conservatorio de Murcia.

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JosefaGuaita Sánchez

Profesora de danza

Alcoy (Alicante) 1916 – Murcia, 13/12/2010

Acabada la carrera, abrió una academia privadade ballet, en lo que fue pionera. Esto supuso darsea conocer y un gran impulso a la afición a la danzaen la ciudad.

En 1959 contrajo matrimonio con EduardoLatonda Puig y siguió impartiendo sus clases hastael año 1965. En esa fecha se trasladó a Canarias. En1973, al quedar viuda, regresó a Murcia y retomó sucarrera profesional, siendo contratada como profe-sora interina del Conservatorio. En 1982 obtuvo laplaza de danza clásica, que ocupó sus últimos añosde vida laboral.

Pepita Guaita ha sido una persona muy queri-da. El 5 de junio de 2010 sería homenajeada duran-te la gala final del II Premio Tiempo de Danza, quese celebró en el Auditorio Víctor Villegas. Pocosmeses después, el 13 de diciembre, falleció a los 95años de edad. En el archivo del cementerio constaque está enterrada en la tumba familiar, aunque sunombre no figura en la lápida.

MatildePalacios García

Profesora de baileMadrid, 12/5/1890 – Murcia, 15/8/1979

LaMurcia de la segunda década del siglo XXfue una época predispuesta a recibir nove-

dades artísticas, un periodo caracterizado por laformación de diferentes grupos teatrales de tem-porada y en el que aumentaba la demanda de cla-ses de baile entre los jóvenes para mostrar sushabilidades en las fiestas familiares, carnavales obailes de casino. Matilde Palacios fue en esteperiodo una de las más famosas maestras dedanza de la ciudad. Dedicó gran parte de su vidaal baile y a la enseñanza.

Comenzó su actividad junto a su hermanoAntonio a la edad de seis años, siendo conocidosartísticamente como «Los niños boleros». Los her-manos Palacios llevaron su espectáculo por todoel mundo durante quince años. En su libro UnaÉpoca de Murcia, Luis Garay dice de ella: «lo que sírecuerdo es la gracia de Matilde Palacios, que erauna figura flexible». Sus diversos espectáculos lehicieron ganarse la simpatía de los murcianos, porlo que sus padres decidieron comprar una casa enla carretera de Monteagudo, donde se reunía laintelectualidad de la época. La casa disponía de unhermoso jardín y un teatrillo donde se realizaban

diferentes acontecimientos culturales y que pron-to se convirtió en el espacio artístico de Matilde.

El 10 de julio de 1915, tras contraer matrimo-nio con el empresario Andrés Gimeno Michavilla,se trasladó a Castellón. Como muchas mujeres,dejó su vocación en beneficio de su familia.Tuvieron cuatro hijos. Sin embargo, a principiosde 1922, tras la muerte de su marido, decidióregresar a Murcia.

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GUÍA DE VISITA

De nuevo, junto a su hermano Antonio, comenzó susactuaciones de baile, que le llevaron a realizar una girapor América. Tras ésta, dejó los escenarios para afincarsedefinitivamente en Murcia y continuar su labor docente.

Fue la primera profesora de baile de Murcia. Para susclases, Matilde calzaba siempre zapatos de medio tacón yllevaba su propio gramófono de manivela. Junto a laenseñanza, continuó bailando y colaborando en la coreo-grafía de bailes en el teatro. Con su hermano Antonio,montó y dirigió la zarzuela La Parranda por encargo de losmaestros Ardarín y Alonso, participando como pareja debaile en los dos estrenos, uno en el teatro Calderón deMadrid y otro en el teatro Romea de Murcia. Falleció enesta ciudad el 15 de agosto de 1979 a los 89 años.

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CANO BENAVENTE, J.: Alcaldes de Mur cia, 1886-1939, Murcia:Ayuntamiento de Murcia, 1985.

CRUZ FERNÁNDEZ, P. A. & CRUZ SÁNCHEZ, P. A.: Elisa Séiquer: una his-toria que no cesa, Murcia: Dirección General de Cultura, 2001.

Mujeres Relevantes en la Región de Murcia, Murcia: Instituto dela mujer de la Región de Murcia, 2008.

MUÑOZ ZIELINSKI, M.: Aspectos de la danza en Mur cia en el sigloXX, Murcia: Universidad de Murcia, 2002.

<http://esquelas.laverdad.es/esquela/dona-milagros-carras-co-martinez-17503.html>

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<https://www.laverdad.es/murcia/ciudad-murcia/maes-tra-imagino-escuela-20170730003626-ntvo.html>

Nota: las imágenes incluidas en esta Guía proceden de laspublicaciones citadas o han sido facilitadas por los familia-res de las protagonistas. Además reproducimos documen-tos procedentes del Archivo General de la Región deMurcia (AGRM), del Archivo Municipal de Murcia (AMM),del Archivo de la Universidad de Murcia (AUM) y prensalocal.

Bibliografía yreferencias web

Miembros del Grupo de Innovación Docente GIDAIque han participado en este proyecto:

Domingo Beltrán CorbalánSalvador Cayuela SánchezJosé Antonio García LorenteAlfonso García MarquésCarmen Guillén LorenteGabriel López MartínezPedro Martínez CaveroEmilio Martínez NavarroJosé Antonio Molina GómezMaría Dolores Palazón BotellaJuan Ignacio Rico BecerraKlaus Schriewer

Agradecimientos

Nuestro agradecimiento a los autores de los textos por sudedicación a escribirlos y a los miembros del Grupo deInnovación Docente GIDAI.

También a los familiares de las personas que aparecen enla guía y a todos aquellos que han contribuido a mejorar estetrabajo.

Un especial agradecimiento a María Jesús Álvarez Pérez(Chus) y a María Remedios Marín García (Reme), de la oficinadel cementerio, por su paciencia e incansable esfuerzo en labúsqueda de información.

Igualmente, nuestro reconocimiento al apoyo recibido deEduardo González Martínez-Lacuesta y Juan AntonioRuipérez.

En memoria de la escultoraElisa Séiquer

(Murcia, 1945-1996)

Su arte es auténtico.Su mundo, de dentro a fuera.Su mente, capta, elabora.Goza y sufre al mismo tiempo.Emplea su técnica, trabajo, equilibrioy esfuerzo sin dejar nada al azar.La frialdad aparente es técnica, sensibilidad.La soledad de su obra es patrimonio

de los seres humanos...pero intenta llegar con sus figuras, sin arroparlasni enmascararlas, porque son como la vida misma.

José María PárragaMarzo 2017

Carretera de Madrid s/n30100 EspinardoMurcia (España)

968 83 05 21