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CEREMONIAL Y PROTOCOLO 2
TP 7 HERÁLDICA Y VEXILOLOGÍA
Consigna
A los efectos de profundizar en el conocimiento de la ciencia de los Blasones (La
Heráldica) y estudiar las Banderas (Vexilología) y los símbolos patrios, realizaremos el
trabajo práctico grupal donde cada uno tendrá asignada la bandera y el escudo de un país
o provincia o municipio sobre la cual trabajar incluyendo la descripción del escudo.
Respecto a las banderas:
a) Indicar con gráficos las características de la bandera, los tonos del paño de la
bandera y su simbolismo. (Agregue fotos)
b) Incluir en láminas descriptivas los cambios en su diseño estructural desde su
aprobación como estandarte.
c) Indicar el ceremonial de la bandera, donde incluya los casos aplicables a las
exequias de jefes de estado (es decir las honras fúnebres) y precedencia en lugares
públicos y en eventos oficiales.
d) Indicar la fecha de la creación.
Respecto a los estandartes:
a) Incluya el gráfico descriptivo de su simbolismo y donde es incluido en las
papelerías o eventos.
b) Indique que tipo de organismo es y donde se encuentra.
Respecto a los escudos:
f) Indique las fechas en que se adoptaron.
g) Realice un gráfico que lo describa y enuncie sus características y simbolismos.
A continuación se asigna la tarea que le corresponde a cada uno:
VICTORIA.
Realiza el trabajo sobre la bandera Argentina y el escudo nacional (indicar además
de la consigna general cuando fue enarbolada por primera vez). Ya esta
Vexilología
Bandera Nacional Argentina
La Bandera Nacional Argentina es,
junto con la Escarapela de la Argentina, el
Escudo de la República Argentina y el Himno
Nacional Argentino, uno de los cuatro
símbolos nacionales de nuestro país y está
basada en la bandera creada por Manuel
Belgrano, quien la diseñó con los colores de
la escarapela nacional, y que enarboló por primera vez en la ciudad de Rosario, el 27 de
febrero de 1812, para utilizarla en el ejército de su mando, lo cual fue desautorizado por el
gobierno patrio.
Escarapelas
Según la fuente de Wikipedia consultada, La tradición
considera que la escarapela argentina surgió, por lo menos,
entre los días 22 y 25 de mayo de 1810. En esas fechas de la
Revolución de Mayo, los patriotas llamados "chisperos" (apodo
despectivo puesto por los realistas que querían seguir
subordinados a España), cuyos jefes más notorios eran French
y Beruti, repartían cintas entre los adherentes a la liberación.
Hay quienes suponen que eran rojas, blancas con la figura del
rey depuesto, y celestes y blancas como los colores que
identifican aún hoy a la dinastía de los Borbones, reconocidos
entre los partidarios de una monarquía limitada por una carta constitucional y un
parlamento (monarquía constitucional o liberal).
En 1812, las tropas a las órdenes de Belgrano comenzaron a utilizar una
escarapela bicolor celeste y blanco. El mismo Belgrano expresó en un informe oficial que
no usaba el rojo para evitar confusiones, ya que los ejércitos "realistas", los contrarios a la
independencia, usaban ese color. El 13 de febrero de 1812 Belgrano propuso al gobierno
la adopción de una escarapela nacional para los soldados y diez días después la adoptó
luego de que el 18 de febrero de 1812 la Junta declarara abolida la escarapela roja y
reconoció la blanca y celeste.
“Este será el color de la nueva divisa con que marcharán al combate los defensores
de la Patria”
Manuel Belgrano, 13 de febrero de 1812
Recién cuatro años más tarde, el 20 de julio de 1816, el Congreso de Tucumán
consagró definitivamente el pabellón celeste y blanco.
Bandera Nacional Argentina
El 27 de febrero de 1812, Belgrano estableció dos baterías
de artillería en ambas orillas del río Paraná, próximas a la
entonces pequeña población conocida como Villa del
Rosario, actual ciudad de Rosario. En esa misma fecha en
solemne ceremonia, Belgrano dispuso que fuera por primera
vez enarbolada una bandera de su creación, se cree que de
dos franjas horizontales, blanca la superior y celeste la
inferior. La tradición señala que esa primera bandera izada
por Belgrano fue confeccionada por una vecina de Rosario
de nombre María Catalina Echevarría de Vidal y quien tuvo el honor de izar la enseña fue
un civil, Cosme Maciel, también vecino de Rosario. En esta ciudad se encuentra el
Monumento Histórico Nacional a la Bandera asentado en el Parque Nacional a la Bandera.
El Gobierno Nacional prohibió el 3 de marzo de 1812 al general Belgrano utilizarla, por
razones de política internacional, ordenándole que la ocultara disimuladamente y que la
reemplazase por la usada en la Fortaleza de Buenos Aires (la rojigualda). Como Belgrano partió
hacia el norte para hacerse cargo del Ejército del Norte, no tomó conocimiento de la orden de
desechar la bandera. Luego de avanzar a San Salvador de Jujuy, el 25 de mayo de 1812 celebró
el segundo aniversario de la Revolución de Mayo con un Te Deum en la iglesia matriz, durante el
cual el canónigo Juan Ignacio Gorriti la bendijo. El 29 de mayo Belgrano informó al gobierno:
“(...) el pueblo se complacía de la señal que ya nos distingue de las demás naciones (...)”
El Triunvirato amonestó por ello a Belgrano el 27 de junio, quien contestó el 18 de julio
diciendo:
“La guardaré silenciosamente para enarbolarla cuando se produzca un gran triunfo de
nuestras armas”
El 24 de julio la entregó al Cabildo de Jujuy. El triunfo lo obtuvo él mismo el 24 de
septiembre de 1812 en la Batalla de Tucumán.
En enero de 1813 Belgrano volvió a confeccionar otra bandera, lo cual fue aceptado por la
Asamblea del Año XIII al iniciar sus deliberaciones el 31 de enero de 1813, siempre y cuando fuera
sólo usada como bandera del Ejército del Norte, y no del estado.
El día 13 de febrero de 1813 después de cruzar el río Pasaje, el Ejército del Norte prestó
juramento de obediencia a la soberanía de la Asamblea del Año XIII y fue Eustoquio Díaz Vélez,
como mayor general quien, además de conducir la bandera celeste y blanca reconocida por la
Asamblea, tomó juramento de fidelidad a la misma al general Belgrano, quien después hizo lo
propio con Díaz Vélez y el resto del ejército. Este acontecimiento ha sido reconocido como
trascedente por los historiadores.
El 20 de febrero de 1813 se libró la Batalla de Salta, en la cual Belgrano logró un triunfo
completo. Esta es la primera batalla que fue presidida por la bandera celeste y blanca, como
bandera del Ejército del Norte. Concluida la batalla de Salta la bandera fue colocada en el balcón
del Cabildo por Eustoquio Díaz Vélez y los trofeos apoderados de los realistas ubicados en la Sala
Capitular. Díaz Vélez, nombrado gobernador militar de la Intendencia de Salta del Tucumán, fue la
primera autoridad salteña en utilizar la bandera celeste y blanca. Fue usada durante la Segunda
expedición auxiliadora al Alto Perú hasta la Batalla de Ayohuma el 13 de noviembre de 1813.
La bandera fue adoptada oficialmente como símbolo de las Provincias Unidas del Río de la
Plata el 20 de julio o 25 de julio de 1816 por el Congreso General Constituyente de San Miguel de
Tucumán. Es el mismo Congreso que había proclamado el 9 de julio de 1816 la Independencia
argentina. En dicho Congreso participaron diputados que representaron a Tarija y otras zonas al
norte de Argentina, actual Bolivia. En esa sesión se confirmó el uso de la bandera creada por
Manuel Belgrano como la única bandera de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Esta
bandera es la que la República Argentina recibió en herencia.
La primera bandera argentina constaba de un cuadro celeste cosido a un cuadro blanco de
igual tamaño; las medidas son imprecisas, pues estas banderas eran elaboradas por militares en
servicio en circunstancias a veces adversas que no permitían tomar tanto tiempo en la elaboración
de un distintivo. Se cambió paulatinamente al diseño de fajas horizontales debido a que en
ocasiones las banderas eran de tamaños desproporcionados y debían izarse de formas distintas.
La bandera menor citada está dividida en tres franjas horizontales de igual. Un ejemplo del
diseño original, aunque sin el sol, de la bandera argentina son las dos encontradas en la
iglesia parroquial de la localidad actualmente boliviana de Macha. Tales banderas datan de
fines del año 1812 y eran las usadas por las tropas patriotas directamente comandadas
por Belgrano. Una de ellas, que ha quedado en Bolivia, tiene la franja central de color
celeste y las otras dos blancas, la otra es ya prácticamente el mismo diseño que el
adoptado por José Artigas, es decir, el que ya con el sol, se estableció en 1818. Los
colores de las banderas de Macha son blanco y celeste, aunque desteñidos por la acción
del tiempo y el clima. En esas fechas Manuel Belgrano donó al pueblo de Jujuy una bandera con
el escudo de la Asamblea. Esto ha provocado un equívoco, ya que se supuso que se trataba de la
primera bandera nacional argentina. En la actualidad, el diseño de tal bandera es el de la bandera
provincial de Jujuy. Por su parte en 1817 José de San Martín, inspirado por Belgrano, hizo
confeccionar para el ejército de su campaña emancipadora la llamada Bandera de Los Andes,
cuyo diseño es el que adoptó la provincia de Mendoza para su bandera.
Simbolismo de los colores de la bandera
En cuanto a las dos franjas celestes, cabe aclarar que Manuel Belgrano las propuso, al
igual que para la escarapela argentina, de un color azul próximo al turquesa. Pero como en la
Argentina de entonces, Provincias Unidas del Río de la Plata, era bastante difícil encontrar paños
de color celeste o turquesa, se optó por utilizar provisionalmente el color azul o el color celeste.
Una teoría sostiene que Belgrano se inclinó por dichos tonos porque eran los colores de la Orden
de Carlos III de la Casa de Borbón, la cual gobernaba España. En las escuelas argentinas ha sido
común el explicar que Belgrano se inspiró en los colores del cielo para los colores de la Bandera
Argentina. Sin embargo, los colores coinciden con varias populares advocaciones de La Virgen,
cuyas vestes tradicionalmente son o han sido albicelestes; en rigor ninguna de las teorías se
contradice, ya que los colores del cielo representan al manto de la Inmaculada Concepción de La
Virgen, cuyos colores fueron elegidos por la dinastía borbónica para su presea más importante
entonces otorgada: la citada Orden de Carlos III. De esta presea o condecoración surgió luego,
durante las Invasiones Inglesas, la escarapela y penacho del Regimiento de Patricios.
Virgen de Caacupé Virgen de Luján
Características de la bandera
Material: de tela de gros de seda en paño de doble confección lisa o con costura, sin fleco
alguno en su contorno ni emblemas. Llevará el sol, bordado en una faz y adherido en la otra, sin
ninguna inscripción en el paño.
Sol: será el que figura en la moneda de oro de 8 escudos y de plata de 8 reales, de nuestra
primera moneda por ley de la Soberana Asamblea General Constituyente de las provincias unidas
del Río de la Plata el 13 de abril de 1813, con los 32 rayos flamígeros y rectos colocados
alternativamente y en la misma posición que se observan en esas monedas. El color del sol será el
amarillo oro. Bordado en relieve, tendrá 10 cm de diámetro en su interior y 25 cm en sus rayos. El
mismo debe estar estampado de ambos lados, sus 16 rayos flamígeros orientados en el sentido
que gira el reloj, sea el lado que se la mire, ya que no posee anverso ni reverso. La proporción del
Sol con respecto a la faja blanca será de la sexta parte de esta.
Hasta el año 1985, existía una norma que limitaba el uso de la bandera con el sol, por lo
que particulares, asociaciones o entidades privadas debían usar solamente los colores nacionales,
sin sol, de escarapela o estandarte, con la Ley Nº 23.208 de 1985 tienen derecho a usar la
bandera oficial de la Nación el Gobierno Federal, los Gobiernos Provinciales, como así también los
particulares, debiéndosele rendir siempre el condigno respecto y honor. El paño sin sol, en la
actualidad se utiliza como ornamentación de fachadas de edificios, vehículos y comercios. En los
frentes de reparticiones públicas e instituciones en general pueden izarse mástiles menores,
siempre que se destaque del conjunto la Bandera Oficial, con sol.
Asta: será de madera de guayahivi u otro similar, de dos piezas, desarmable, lustrada, color
natural, con un largo de un metro cada pieza y un diámetro de tres y medio centímetro, llevará
cuatro grampas colocadas a treinta centímetros de distancia entre ellas, en las que irán atadas las
cintas.
Corbata: será de iguales colores que la bandera, de 50 cm. De largo por 10 de ancho, y
llevará como ornato fleco de gusanillo de 7 cm. de ancho y como única inscripción (en los casos de
las escuelas) el nombre y número del establecimiento, bordado en letras mayúsculas.
Tahalí: será de terciopelo de seda con iguales colores que la bandera, de 10 cm. de ancho,
terminando en una cuja forrada con los mismos colores.
Moharra: será de acero, de 20 cm. de largo, llevando como base una media luna, que
medirá de vértice a vértice 12 cm.
Regatón: será de acero, de 10 cm. de largo.
La Bandera Oficial de la Nación, está formada por tres franjas horizontales de igual tamaño,
dos de ellas celeste y una blanca en el medio. En el centro de la franja blanca se reproducirá el sol
en amarillo oro, en recordatorio de la primera moneda Argentina, con los treinta y dos rayos
flamígeros y rectos colorados alternativamente.
La enseña nacional jamás deberá ser izada con otras banderas en el mismo mástil, excepto
insignias militares y tampoco podrá tocar tierra o agua. La Bandera Oficial deberá izarse siempre al
amanecer y arriarse en el ocaso. Pero nunca deberá quedarse izada durante la noche, salvo en
tiempo de guerra donde no es arriada hasta que esta no finalice. Se iza rápido y se arría despacio,
cuando es izada junto a otras enseñas, deberá ser la primera en alcanzar el tope del mástil y la
última en descender. Luego de arriarse, deberá encanastarse, procurando dejar el sol en la parte
visible; se reúnen los pliegues en forma de bolsa invertida. En todo momento se rendirá a la
Bandera Nacional el máximo honor y respeto como afirmación de educación patriótica, dando el
ejemplo el personal del establecimiento que suspenderá toda tarea u ocupación a su paso para
rendirle el homenaje que se le debe.
Modificaciones que sufrió la enseña
Varias modificaciones sufrió la bandera argentina en estos primeros 200 años. El
presidente de la Asociación Argentina de Vexilología, la disciplina que estudia las
banderas, Francisco Gregoric, señaló al diario La Nación que el cambio más notorio del
pabellón nacional se produjo durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, porque usó
azul oscuro para las dos bandas, el sol era más rojo y en los cuatro ángulos había gorros
rojos de la libertad. Afirmó el experto en banderas que el pabellón nacional más cercano al
que creó Belgrano y que llega a la actualidad es el que autorizó el Congreso de Tucumán
el 25 de julio de 1816.
Buena parte de los historiadores coinciden en la teoría de que los colores del
pabellón estuvieron relacionados con la devoción mariana de Belgrano. La imagen de la
Inmaculada Concepción tenía un vestido blanco y un manto celeste, y, además, Buenos
Aires estaba bajo la protección de Nuestra Señora del Buen Ayre, con los mismos colores.
Los cambios más fuertes ocurrieron con José Gervasio Artigas y con Juan Manuel
de Rosas. En 1815, Artigas les agregó el color rojo a las banderas que él utilizaba para
sus campañas militares. La bandera de Entre Ríos es la inspiración de la creada hace 197
años por Artigas. Luego de la batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852, cuando el
general Justo José de Urquiza venció a Rosas, los símbolos federales fueron quitados del
pabellón nacional, aunque algunos siguieron siendo color azul oscuro o medio. Más que
en los colores, sí hubo cambios con respecto a la utilización del pabellón nacional a lo
largo de estos 200 años. Fue durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento que
se autorizó a la población a usar la bandera. Hasta 1869, el pabellón nacional era usado
solamente por las oficinas públicas y las Fuerzas Armadas. Quince años después, fue el
presidente Julio Argentino Roca el que decretó que sólo el gobierno y las Fuerzas
Armadas podían enarbolar el pabellón nacional con el sol en el medio. Los ciudadanos
podían izar banderas celestes y blancas. A partir de esa fecha, quedó en la población la
idea de dos banderas: una de guerra, con el sol en el medio, y otra civil.
En la presidencia de Edelmiro J. Farrel, por decreto 10.302 de 1944, se definieron
las características técnicas de la bandera nacional, de la banda presidencial, que pasó a
ser un símbolo nacional, del Escudo y del Himno. Por esa misma resolución quedó
definido cuál era el sol que debía utilizarse. "El sol evolucionó con el tiempo. Actualmente
tiene 32 rayos, pero hubo épocas en que tenía cara de mujer o de hombre, rayos curvos o
rectos", expresó Gregoric.
Aunque parezca sorprendente, la única fuerza que tiene legislada por decreto la
bandera nacional es el Ejército. El resto de las organizaciones militares del país estableció
su uso por reglamentación interna.
Con el regreso de la democracia, en 1985, Raúl Alfonsín promulgó la ley 23.208,
por la cual se anuló la disposición del presidente Julio Argentino Roca de una bandera con
sol incluido para las oficinas públicas y sin sol para los ciudadanos. Todos los argentinos
quedaron habilitados para exhibir la bandera con sol. Quizás a partir de 2016 la Argentina
pueda unificar de manera técnica la bandera nacional, teniendo en cuenta el decreto de la
presidenta Cristina Kirchner, firmado el 16 de noviembre de 2010, con la intención de
llegar al bicentenario del Congreso de Tucumán con un pabellón estandarizado.
La Argentina forma parte de las primeras naciones del mundo en estrenar bandera
nacional. La primera bandera que representó a una nación fue la del Reino Unido,
conocida como Union Jack, y fue creada en varias etapas. El pabellón que conocemos hoy
es de 1801 e incluye los atributos que representan a Inglaterra, Escocia e Irlanda. La
bandera francesa también es de principios del siglo XIX y mantiene los colores originales.
En América latina, en muy pocos años, buena parte de las naciones que se conformaron
tras la emancipación de España adoptaron sus banderas nacionales, que prácticamente
sin modificaciones sustanciales han llegado hasta la actualidad. La bandera de Perú fue
creada en 1820 por inspiración del general José de San Martín. En 1817, se creó el
pabellón de Chile. Le siguieron las banderas de México (1821), Uruguay (1830), Paraguay
(1842), Bolivia (1851) y Brasil (1889). Una de las primeras banderas del continente
americano fue la de Estados Unidos, creada en 1777. La única variante fue la suma de
estrellas que simbolizaron la adhesión de los estados como nación.
Ceremonial de la bandera argentina
Bandera en la cuja :
Elevar las banderas cuando el Sacerdote pone las manos sobre la Ostia en
el momento de la consagración.
Cuando se iza la bandera en el mástil
Al entonar el Himno Nacional.
Al escuchar o entonar el Himno de otro país.
Cuando se desfila ante la bandera.
Al paso de otra bandera
En los actos de bendición
Al paso del Presidente de la Nación, o cuando se desfila ante él.
En los sepelios: en el momento de pasar el féretro.
Cuando los alumnos realicen la promesa de Lealtad a la Bandera Nacional.
Bandera en el hombro: Solamente cuando el abanderado se desplace.
Bandera en descanso: En todo momento no consignado en los puntos anteriores.
Con el asta vertical y apoyada en el suelo
En los despachos o escenarios :
La bandera debe estar siempre a la derecha del estrado
Nunca deben darle la espalda.
Bandera de izar :
Idéntica a la de ceremonia, pero de poliamida.
Bandera en desuso : se corta longitudinalmente por paños, se incinera y se labra un
acta delante de testigos
Canto para izar : Aurora – Mi Bandera. Perteneciente a la ópera Aurora del
compositor y director argentino Héctor Panizza(1875-1967)
En 25 de Mayo y 9 de Julio : se iza simultáneamente con el Himno.
La bandera se iza aunque llueva.
Se iza al salir el sol y se arría al ponerse.
Nunca debe quedar izada por la noche.
No se lava, no se plancha, no se dobla, no debe tocar el piso (se hace un bollo con
el sol hacia arriba)
Se cambia solamente cuando no se distingue el color.
La Bandera de la nación debe ser izada más alta.
En inauguraciones: la cinta no debe caer al piso.
En caso de duelo: a media asta: primero izar al tope y luego descender.
Para arriarla: izar al tope y luego arriar.
En fechas Patrias: izadas al tope (25 de mayo, 20 de junio, 9 de julio, y 17de
agosto)
Ejemplo: días de duelo 24, 25 y 26 de mayo (24 y 26 a media asta – día 25: al tope)
En los edificios públicos :
Deben ser colocadas a la derecha de la puerta de entrada principal, mirando desde
la puerta para afuera.
Banderas de ornamentación :
Para la ornamentación de locales, se usarán los colores nacionales en forma de
bandera, sin sol, escarapela, estandarte o gallardete. Estas ornamentaciones nunca deben
ser colocadas a mayor altura que la Bandera Nacional.
Banderas Oficiales: Precedencia y Colocación.
Dado un acto organizado en la sede o en algún otro lugar por una institución, suele
surgir el problema de donde se coloca la Bandera Nacional y la Institucional. No solamente
surgen dudas sobre la ubicación, sino el tamaño que debe tener, con respecto a los
tamaños de la oficial; como se iza, como se arría, etc. Una cosa es su utilización como
elemento publicitario y decorativo, y otra cosa es la utilización en actos y eventos en los
que tiene que convivir con otras banderas e invitados. En el ámbito privado de una
institución, la bandera institucional puede estar en la entrada de la sede, montada sobre el
correspondiente mástil y en lugar bien visible. También puede estar en los despachos de
los directivos, en el hall de entrada, en la sala de juntas y en otras dependencias comunes,
a libre elección de los directivos o mandos correspondientes. En el caso de eventos o
actos, si debe lucir junto a banderas oficiales habrá que atenerse a las leyes vigentes del
país sobre la Bandera Nacional. Desde luego que una bandera de institución nunca debe
mezclarse con banderas oficiales, o sea colocarse en el mismo mástil, cosa que si sucede
con banderas oficiales de distintas autonomías. Deberá ondear separada de éstas.
Generalmente, las banderas oficiales se sitúan a la derecha de la puerta de entrada
(izquierda según se entra o mira al frente) y las de la institución y otras privadas hacia el
lado izquierdo (derecho según se entra a la sede o se mira de frente al edificio). De esta
misma manera se situarán las banderas en el interior en salas de juntas, de reuniones,
salones de actos y cualquier otra dependencia. Las banderas oficiales pueden ondear
siempre que se organice un acto público, o actos a los que asisten autoridades.
Dependiendo de las autoridades que asistan así será el número de banderas a ondear. La
Nacional y la Leonística, no deben faltar nunca. Luego se pueden izar más banderas a
medida que se conoce la asistencia de autoridades locales (bandera municipal),
autoridades de otras autonomías (su bandera autónoma), autoridades de otros países
(bandera de su país), etc. Ninguna bandera puede ser de mayor tamaño que la Bandera
Oficial de la Nación, ni puede estar por encima de ella. El izamiento y arrío siempre se
hace simultáneo. Hay que tener en cuenta que la primera que llega al tope del mástil es la
Bandera Nacional, y la última que llega cuando se arrían al final del recorrido también es la
Bandera nacional, debiendo quedar en este momento al pie del mástil como llega, sin
tocar el suelo, salvo que sea recibida y sacada del mástil. Tener siempre en cuenta que los
aplausos deben realizarse hasta que esté la Bandera Nacional al tope del mástil en el
izado; y al arrío se aplaude antes que se comience. También se aplaude a quienes fueron
designados para arriarlas. Es el último aplauso de la reunión protocolar.
Fórmula RES
Al momento de organizar banderas, es necesario tener en cuenta la "fórmula
R.E.S.", aplicable en todas las situaciones en las que nos podamos encontrar, tanto en el
plano organizativo, como en el plano de invitado a un acto. Simple y sencilla, comprensible
para todo el mundo. Respeto, Educación y Sentido común. Aunque parezca simple, en
estos tres conceptos se guarda la esencia fundamental para desenvolverse en sociedad.
La bandera de una nación, es su símbolo de identidad, y por ello toda manipulación con la
misma debe ser cuidadosa y respetando protocolarmente su uso. Se presentará en actos
públicos, donde generalmente participen autoridades locales, regionales, nacionales y/o
internacionales.
La bandera nacional, del país organizador, ocupará siempre el sitio de honor, y
nunca faltará en este tipo de actos. De acuerdo a las autoridades que asistan, será la
cantidad de banderas a ondear. El uso y orden de precedencia de las banderas oficiales
en cada país, atiende la legislación de cada uno; y se atenderá la legislación internacional,
cuando participen autoridades de otros países.
En el ámbito internacional está previsto que las banderas se coloquen en orden
alfabético, en el idioma del país organizador del evento, de acuerdo a normas de Derecho
Internacional y por la Regla de la Igualdad Jurídica de los Estados.
El sitio de honor por excelencia para la bandera nacional es el centro métrico del
salón, escenario o estrado, donde se ubican las autoridades que presiden el acto, y para el
resto de banderas nos basaremos en las leyes de precedencia. Es muy importante tener
claro nuestra propia ubicación; para ello siempre debemos pensarnos de frente al
auditorio, detrás de las banderas, o saliendo de un edificio hacia su fachada, para así
hacerlo correctamente, ya que hablaremos de la derecha e izquierda de los elementos,
banderas, estrado, fachada de un edificio, etc.
Las banderas tomarán el centro del escenario, detrás del estrado. En el caso de
que el número de banderas sea impar, se coloca en el centro la bandera nacional, y a
continuación el resto por la ley de la derecha, alternando las posiciones derecha e
izquierda del resto de banderas.
Si el número de banderas es par, entonces la de mayor importancia se determina
según la regla de la derecha absoluta. Es decir, se coloca la bandera nacional en la
extrema derecha ya sea del estrado o escenario, seguido por orden alfabético o de
importancia las demás banderas participantes de la ceremonia. Si solamente hay una
línea de banderas, estas se colocan a la derecha del estrado, comenzando por la de
honor, y hacia la izquierda las demás en orden de mayor a menor en importancia
Si las personas que presiden la reunión obstaculizan la visión de las banderas, o si
la posición de las mismas pudiese provocar un accidente, se establece que el lugar de
honor sea a la derecha del estrado. Si también es necesario desplazar un conjunto de
banderas nacionales por falta de espacio o por funcionalidad, para colocar una pantalla
por ejemplo, éstas se ubicarán a la derecha del centro métrico del estrado. Primero la
nacional y las demás a su izquierda, ordenadas alfabéticamente.
Si es el caso de otro país participando, se colocará en el salón la bandera nacional
a la derecha del lugar de honor y a la izquierda la del país visitante. También pueden estar
dispuestas en una línea doble de banderas, dispuestas a los costados del salón, con dos
líneas simétricas de banderas idénticas, una a la izquierda y otra a la derecha.
Respecto a los banners; una cosa es la utilización de los mismos y banderas
empresariales como elemento publicitario y decorativo, y otra cosa es su uso en actos y
eventos en los que tiene que convivir con banderas oficiales y/o internacionales, y además
compartiendo un estrado. Por regla, una bandera de empresa o banner nunca se
presentará junto con banderas oficiales. Deberán ondear separadas unas y otras. Si hay
más de una, se ubicarán en orden de jerarquía, o en su defecto en orden alfabético.
Siempre las banderas oficiales estarán separadas de las banderas privadas o
empresariales.
En el frente de un edificio u hotel, las banderas oficiales se sitúan a la derecha de la
puerta de entrada, mientras que las internacionales, y de empresas, en el lado izquierdo.
También pueden estar dispuestas en una línea doble de banderas, es decir, dos líneas de
banderas idénticas, simétricamente colocadas, una a la izquierda y otra a la derecha.
Todas las banderas deberían guardar el mismo tamaño, sin embargo, en caso de
que no fuera así, ninguna de las banderas colocadas puede ser de mayor tamaño que la
bandera nacional.
Caso: fallecimiento del ex Presidente Nestor Kirchner
Reflejando una crónica de los sucesos citamos un ejemplo sobre exequias
El funeral de Néstor Kirchner, cuyo fallecimiento se produjo el 27 de octubre de 2010 a
causa de un paro cardíaco, se realizó durante cuatro jornadas, hasta el día 30 del mismo mes.
Durante ese lapso rigió un duelo nacional que no afectó las actividades normales comerciales y
educativas. Participaron del sepelio diferentes figuras de la política nacional e internacional, de la
cultura y del espectáculo. Se destacó la visita de múltiples líderes internacionales. Cientos de miles
de personas hicieron fila más de ocho horas para poder ingresar a ver al ex presidente. El funeral
tuvo cobertura exclusiva las 24 horas del día, durante los tres que duró la ceremonia, en los
canales de televisión de aire y los de cable especializados en noticias. Además, las cadenas
internacionales de noticias cubrieron el acontecimiento con transmisiones en vivo durante gran
parte del velorio. Los diarios nacionales y del mundo se hicieron eco de la noticia a los breves
instantes de haber ocurrido, en sus sitios de Internet. El sepelio fue para el círculo íntimo, con la
presencia del entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez, pero no fue televisado ni se
permitió tomar fotografías. Los restos del ex presidente descansan en Río Gallegos, en el panteón
familiar de la familia Kirchner.
Al Salón de los Patriotas Latinoamericanos, habilitado como capilla ardiente, concurrieron
multitudes para despedir al exlíder del Partido Justicialista y expresar sus condolencias a la
presidenta y viuda, Cristina Fernández de Kirchner. Dicha multitud colapsó la Plaza de Mayo y
parte del centro de la ciudad de Buenos Aires. Al igual que en las exequias realizadas a los ex
presidentes Juan Domingo Perón en julio de 1974 y Raúl Alfonsín en marzo de 2009, se hizo
presente una persistente lluvia durante el velatorio, pero esto no fue suficiente para dispersar a la
multitud. El Gobierno argentino decretó tres días de duelo nacional, según lo establecido por el
decreto 1560 firmado por la presidenta, abarcando los días 27, 28 y 29 de octubre. En esos días,
la actividad laboral en escuelas y bancos fue normal, teniendo en cuenta las jurisdicciones donde
no hubo clases el jueves 28 debido al censo nacional, realizado el día anterior.
Filas de simpatizantes se formaron desde la noche anterior a las puertas de la Casa
Rosada, que fueron abiertas a las 10 de la mañana para dar paso a las expresiones de
solidaridad. Cerca del mediodía, entró hasta el salón la presidente Cristina Fernández,
acompañada de sus hijos Máximo y Florencia, así como de su madre Ofelia Wilhem,
haciéndose un silencio general en el salón. La viuda caminó hasta el féretro y lo acarició.
El silencio lo rompió una voz anónima que gritó “Viva Cristina, viva Néstor”, momento en
que fue secundado por los presentes y la presidente se recargó en el hombro de su hija.
“Fuerza Cristina”, “Estamos de pie junto a vos”, “Que el alma de Néstor sea un emblema
de justicia para Argentina”, “Néstor vive en nuestros corazones”, fueron algunos de los
mensajes colocados en esos días en el frente de la sede del Gobierno, cuyas banderas
ondearon a media asta a lo largo de tres días. Durante el fallecimiento del ex presidente
hubo que colocar la bandera a media asta para rendir homenaje a quien ocupara el sillón
de Rivadavia.
Entre los homenajes rendidos por el público en general, se destacó la de un joven tenor
quien cantó el Ave María y emocionó a los presentes en el Salón de los Patriotas
Latinoamericanos. Cristina Fernández, también visiblemente emocionada, se acercó a saludarlo,
en una de las raras ocasiones en que lo hizo, aunque aceptó todas las expresiones de apoyo y
solidaridad que le brindó el público. Hasta el salón llegaron los presidentes Hugo Chávez
(Venezuela), Evo Morales (Bolivia), Lula da Silva (Brasil), Fernando Lugo (Paraguay), José Mujica
(Uruguay), Juan Manuel Santos (Colombia), Rafael Correa (Ecuador) y Sebastián Piñera (Chile),
así como representantes diplomáticos de otras naciones como Patricia Espinosa, canciller de
México. Por parte de España acudió el ex presidente Felipe González. Concurrieron también a dar
el pésame el líder sindical Hugo Moyano; Estela de Carlotto y Hebe de Bonafini, de las Abuelas y
Madres de Plaza de Mayo, y el futbolista Diego Armando Maradona, quien dijo a la prensa haber
charlado en días pasados con el fallecido sobre fútbol. Además, se acercaron al velatorio todos los
gobernadores justicialistas, como el de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, de San Juan,
José Luis Gioja, de Misiones, Maurice Closs, de La Rioja, Luis Beder Herrera, de Formosa, Gildo
Insfrán, de Córdoba, Juan Schiaretti, del Chaco, Jorge Capitanich y de Mendoza, Celso Jaque,
entre otros. También dieron presencia referentes artísticos y del espectáculo como el popular
conductor de televisión Marcelo Tinelli y los actores Andrea del Boca, Florencia Peña, Nancy
Duplaa y Pablo Echarri.
Por otra parte, las ausencias más notadas fueron las del entonces vicepresidente Julio
Cobos y las de los ex presidentes Eduardo Duhalde, Carlos Menem y Fernando de la Rúa, siendo
que los dos primeros no pudieron concurrir por un pedido expreso del propio gobierno nacional,
para evitar cualquier episodio que pudiera haber generado un mal momento en la Casa Rosada.
En el caso de Duhalde, que se encontraba en Brasil y apresuró su regreso al país para participar
del funeral y ofrecer sus condolencias a la presidenta Cristina, vio finalmente frustrados sus
deseos de asistir a la ceremonia.
En imágenes de la Televisión Pública Argentina se observó cómo en el salón siguió el flujo
continuo de ciudadanos y había gente en vela en la Plaza de Mayo. Se rompía en aplausos por
momentos. El féretro permaneció ahí hasta las 12 del mediodía, para ser trasladado a su ciudad
natal Río Gallegos, ubicada al sur del país, en la provincia de Santa Cruz. Durante los tres días de
duelo y manifestaciones de dolor, no se ha registrado ningún tipo de incidente. Las medidas de
seguridad fueron estrictas e incluyeron la instalación de vallados en la Plaza de Mayo, de baños
químicos y el reparto de agua para la multitud de asistentes, además del cierre del tránsito en la
zona.
Desde la Casa Rosada hasta las inmediaciones del Aeroparque Jorge Newbery, miles de
ciudadanos despidieron los restos hasta la terminal aérea, de donde partió la aeronave que los
trasladó hasta su ciudad natal Río Gallegos, donde fueron inhumados. Bajo la lluvia, simpatizantes
del político fallecido corearon consignas de apoyo y abrieron paso al vehículo en que fueron
trasladados sus restos, que avanzó lentamente por largo rato resguardada por agentes de la
Policía Federal Argentina, hasta la Avenida 9 de Julio, donde ya fue escoltada por motos y tomó
mayor velocidad. El féretro dejó la Casa Rosada pasada la una de la tarde y una caravana, en su
mayoría de gente joven, provistos de banderas Argentinas y de carteles con consignas de apoyo
marchó por delante. Muchos intentaban tocar el vehículo mortuorio, al que le eran arrojadas flores
y banderas.
El velorio debía finalizar a las diez de la mañana pero se extendió varias horas más por
pedido del ministro Aníbal Fernández, debido a que una multitud continuaba llegando a la Casa
Rosada para despedir los restos mortales del ex mandatario.
En todo el trayecto, que tomó primero por las avenidas Leandro N. Alem, Córdoba, 9 de
Julio, Del Libertador y finalmente por la calle Jerónimo Salguero, en imágenes de la televisión se
pudieron observar personas despidiendo al cortejo mortuorio. Según reseñó el diario Clarín, en el
puente Salguero pudo verse tanto a vecinos de Villa 31, uno de los barrios precarios más
populosos de la capital, como del exclusivo Palermo Chico.
Los restos de Kirchner llegaron al Aeroparque Jorge Newbery custodiados por el
Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín, que lo depositaron en una cinta
transportadora. Fue embarcado luego en un avión Fokker F-28 de la Fuerza Aérea Argentina que
despegó a las dos de la tarde para aterrizar finalmente en el aeropuerto de Río Gallegos tres horas
más tarde. Posteriormente, fue trasladado hacia el cementerio local en un coche fúnebre
acompañado por una multitud en la Autovía 17 de Octubre. Otro contingente de personas
esperaba el arribo en el cementerio, a pesar del intenso viento patagónico reinante en la zona.A la
entrada del cementerio, Máximo Kirchner tuvo que pedirle a la multitud presente que permitiera
circular el auto, ya que ésta se abalanzaba sobre el coche para poder tocarlo. En Río Gallegos
numerosas personas esperaban la llegada del cuerpo al lado de la ruta y en las inmediaciones del
cementerio municipal, portando flores y carteles de aliento. Los restos mortales arribaron a las
cinco y media de la tarde a su destino final. El recorrido de siete kilómetros entre el aeropuerto y el
cementerio duró cerca de tres horas. La gente insistía en acercarse al cortejo, pero la policía lo
impedía, hasta que la presidenta Cristina Fernández indicó a los oficiales que permitieran a la
gente estar cerca.
El 1 de noviembre, la presidenta agradeció por cadena nacional el apoyo recibido durante
las exequias. El entierro no fue televisado ni se permitió tomar fotografías. El último día se
le solicitó a la prensa que retirara a los periodistas que aguardaban frente a la casa de la
familia Kirchner en Río Gallegos en espera de notas y tomar imágenes. De la ceremonia
de inhumación participó la familia, el círculo íntimo y el presidente de Venezuela Hugo
Chávez. Los restos descansan en la bóveda de Carlos Kirchner, tío del ex presidente.
Heráldica
Escudo de la República Argentina
Se sabe que la Asamblea del año XIII, con el propósito de ejecutar actos soberanos,
comisionó al diputado por San Luis, don Agustín Donado, la confección de un sello para autenticar
los escritos del gobierno en reemplazo del utilizado hasta entonces con las armas reales de
España, y que además serviría para acuñar la primera moneda nacional. Está también probado
que Donado confió esa tarea al grabador cuzqueño radicado en Buenos Aires Juan de Dios Rivera
y que, con el cuño por él tallado, fueron sellados algunos documentos emanados de la Asamblea;
por último, en el Archivo General de la Nación figura el decreto del 12 de marzo de 1813, por el
cual la Asamblea General Constituyente, con las firmas de su presidente, Tomás Valle, y el
secretario Hipólito Vieytes, ordena que el Supremo Poder Ejecutivo use el mismo sello de este
Cuerpo Soberano, con la sola diferencia de que la inscripción del Círculo sea la de Supremo Poder
Ejecutivo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Con esa formalidad quedó registrada la
fecha cierta de la creación de nuestro escudo. A partir de ahí empiezan las divergencias acerca de
quién fue realmente el autor del diseño respectivo. Ha sido atribuido al mismo Donado, al tallador
Rivera, al artista peruano Isidro Antonio de Castro y a Bernardo de Monteagudo, entre otros, pero
siempre haciendo la salvedad de que no existen constancias concluyentes que permitan sostener
con total seguridad a quién de los nombrados cabe asignarle la paternidad del escudo.
Simbolismo
La forma elíptica del cuerpo de este escudo, uno de los primeros escudos patrios en el
continente americano, se corresponde con la vista del perfil superior de una cabeza humana ya
que a ella se acomoda una laurea, tal escudo elíptico se halla dividido en dos campos: el de la
mitad superior es de esmalte azur (celeste) y el de la mitad inferior es de esmalte plata (blanco), es
decir: los colores de las franjas de la bandera argentina. A este diseño basal se suman otros
símbolos. A los antebrazos humanos que estrechan sus manos diestras se le atribuye el
hermanamiento de las provincias conformantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata
antecedentes directos de la actual República Argentina; el gorro frigio dirigido hacia la izquierda
(signo jacobino), de gules (o punzó), simboliza la libertad y está sostenido por ambas manos de
una pica vertical simétrica en medio de los campos del escudo que simboliza el compromiso de las
provincias de defender la libertad; en la antigüedad romana existía la ceremonia por la cual alguien
era reconocido libre al ser tocado con una pica en su cabeza. El Sol de Mayo que en el escudo
está ubicado cual timbre en forma de Sol Naciente acorde con las frases del Himno Nacional
Argentino: se levanta sobre la faz de la Tierra una nueva y gloriosa Nación, tal sol está
predominantemente pintado en esmalte oro, y dibujado con rayos rectos y flamígeros alternados
simboliza la nueva nación. La Laurea dispuestos como coronando la cabeza de todo argentino o
argentina, representan la victoria y triunfo en el logro de la independencia, y como reza el Himno,
deben ser mantenidos. Por último, la cinta en forma de moño, otro signo de unión, con los colores
azur (celeste) y plata (blanco), los mismos de los cuarteles del escudo, representan la nacionalidad
argentina que se emblematíza en los colores de un cielo diurno.
Bibliografía
Recuperado de:
http://www.diasdehistoria.com.ar/content/un-bicentenario-en-celeste-y-blanco
http://www.sitiosargentina.com.ar/2/CEREMONIAL_DE_LA_BANDERA.htm
http://www.leonismoargentino.com.ar/INST521.htm
http://www.ineventos.com/ar/blog/ceremonial-simbolos-patrios.aspx
http://es.wikipedia.org/wiki/Bandera_de_la_Argentina
http://www.protocolo.org/modelos/cursos_y_manuales/manual_protocolo_uni
versidad_cuyo/32_caracteristicas_de_la_bandera_argentina.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Escudo_de_la_Rep%C3%BAblica_Argentina