Cesar Ojeda - Francisco Varela y las ciencias cognitivas (2001)

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    FRANCISCO VARELA Y LAS CIENCIAS COGNITIVAS

    ARTCULO ESPECIAL

    Francisco Varela y las ciencias cognitivasFrancisco Varela and the Cognitive Sciences

    Csar Ojeda

    Biologist Francisco Varela worked in the fields of neurobiology, theoretical biology, epistemol-ogy, and especially, at the last, in cognitive neurosciences. He was Director of Research at theNational Institute for Scientific Research in France and Director of the Laboratory of CognitiveNeurosciences of La Salptrire Hospital in Paris. This article refers to three of his main works:Connatre: Les Sciences Cognitives; The Embodied Mind, andEthical Know-How (1, 2, 3).This article seeks to present the authors main ideas on cognition as an enactive process andto comment on its implications.

    Key words: cognitive sciences, enaction, neurosciencesRev Chil Neuro-Psiquiat 2001; 39: 286-95

    Nota: Una parte de este trabajo fue publicado en la seccin Artes y Letras de El Mercurio, el 15 de julio de 2001.

    Sociedad de Neurologa, Psiquiatra y Neurociruga, Santiago, Chile.

    Introduccin

    Las primeras obras de Francisco Varela fueronescritas junto a Humberto Maturana (4, 5), y

    no sern consideradas en este trabajo debido aque, con el tiempo, el pensamiento de ambos au-tores sigui un camino diferente; del mismomodo, aquellas especficamente relacionadas conel budismo zen exceden los objetivos de este tra-bajo (6, 7). Para una consideracin ms completadel pensamiento de Varela remitimos a su lt imolibro El fenmeno de la vida (8), en el que, ade-ms de exponer ampliamente la historia de susdesarrollos conceptuales, se hace cargo, desde labiologa, de la conviccin de algunos fsicos con-temporneos tarda y a la vez obvia que postu-

    lan que, para comprender el universo hay primeroque comprender la vida, y especficamente, el ce-rebro (9, 10). Es decir, que para comprender el

    conocimiento hay que comprender el acto de vi-vir que lo precede y lo hace posible.

    La orientacin enactiva

    La intencin en este trabajo es presentar y re-flexionar sobre la idea del conocimiento comoenaccin, de acuerdo a los planteamientos deFrancisco Varela. No obstante, para hacerlo es ne-cesario entregar algunos elementos previos. La di-ficultad para abordar directamente el tema radicaen que esta orientacin enactiva surge como undesarrollo de las ciencias cognitivas (CC) mismas,y slo desde ellas es posible situarla en su impor-tancia relativa. Para quien desee una exposicinms amplia de esa historia remitimos al libro del

    autor Conocer. Lo que aqu haremos es recorreralgunos de los puntos de ese desarrollo, pero so-bre la base de un concepto, a nuestro juicio crucial

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    para entender la diferencia entre la perspectivaenactiva y otras formas de la CC, como es el derepresentacin. Como probablemente el lectorsabe, Cognicin deriva de la palabra latinacognosco, que significa conocer por los sentidos,ver, saber, reconocer. Pero tambin, conocerpor la inteligencia, comprender o estar infor-mado. Por su parte, la expresin ciencias cogni-tivas se corresponde exactamente con la conocidapalabra de origen griego epistemologa, trminotal vez hoy en desuso, posiblemente por su largatrayectoria histrica (ms de 25 siglos) que le im-pide dar a entender el matiz novedoso que la cien-cia cognitiva atribuye a s misma, y que encastellano significa teora del conocimiento, es

    decir, los intentos por explicar el cmo conocemos.Varela define a las ciencias cognitivas como el

    anlisis cientfico moderno del conocimiento entodas sus dimensiones. Desde luego, el que conoz-camos parece ser de una evidencia inmediata, yeste conocer es algo que hacemos los seres huma-nos y muchos otros seres vivos, al menos. Pero, enotros momentos, el autor habla de las cienciasconsagradas al estudio de la mente y el conoci-miento. En el apartado, Qu son las cienciascognitivas? del libro De cuerpo Presente (2), jun-

    to a los autores que lo acompaan, dice: el trmi-no se usa para indicar que el estudio de la mentees en s mismo una empresa cientfica valedera.La aparicin de la palabra mente en estas carac-terizaciones complica sutilmente el sentido: el es-tudio del conocimiento resulta ser el estudio de la(o las) mentes. Por qu? Porque se parte de labase de que conocer es algo que hacen las men-tes? Ser as? Y, si as fuera, qu es mente? Esalgo, una cosa, un rgano, un sistema, una idea,una palabra, una distincin respecto de lo queno es mente? (11). Si se tratara tan slo de la

    manera en que designamos a un sistema que tie-ne la capacidad de conocer, por qu usar unaexpresin con tanta historia y carga semntica enla evolucin de occidente? Quiere decir esto quese est tratando de ampliar lo mental ms all dela conciencia, con la que suele confundrselo, yse est afirmando, por ejemplo, que entre mu-chas otras posibilidades biolgicas el sistemainmunitario es mental?

    Pero adems, no se trata de cualquier estudiode la mente y del conocimiento, sino de uno cien-tfico y moderno, empresa que al parecer se pre-sentaba hasta hace poco, por razones no muyclaras, como imposible. Sin embargo, ser la asi-milacin de conocimiento y mente un asuntobalad? Y, ser el anlisis cientfico moderno unasunto obvio? Nos referiremos a esto en el mo-mento oportuno. Por ahora, tan slo deseamossealar que, si quisiramos entender a cabalidadel campo de las CC, deberamos en algn momentopoder responder tres preguntas. La primera po-dra formularse del siguiente modo: qu quere-mos decir con conocimiento?; la segunda, qudecimos al decir mente?, y la tercera, en qu con-

    siste y qu alcance tiene un estudio cientfico mo-derno.

    Breve historia

    La historia de las CC parece empezar con lo quese ha llamado ciberntica. En griego, cibernti-ca () significa el arte del piloto, esdecir, del que sabe conducir, del que gobierna.Actualmente se la entiende como la imitacin, atravs de mquinas, de los sistemas de regulacin

    automtica de los seres vivos. Segn Varela, los l-deres iniciales de este movimiento opinaban queel estudio de los fenmenos mentales haba esta-do demasiado tiempo en manos de psiclogos yfilsofos y anhelaban expresar los procesos quesubyacan a los fenmenos mentales en mecanis-mos explcitos y formalismos matemticos. Enpocas palabras: crear una ciencia de la mente.Para ello era necesario, primero, aceptar que lalgica era una disciplina adecuada para compren-der el cerebro y la actividad mental, y, segundo,ver el cerebro como un rgano que encarna prin-

    cipios lgicos en sus elementos constitutivos oneuronas. Sobre esta base se construyeron los pri-meros computadores (con tubos al vaco) que, poras decirlo, representaban neuronas interconec-tadas.

    Tal vez ahora sean ms claras las razones deincluir a la confusa palabra mente en este campo:se trataba, al menos en los inicios y si hemos dedar fe de la historia, de producir un cambio de

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    mano, y arrebatar de las garras de la especulacina los fenmenos mentales, para generarles un ho-gar slido: la ciencia.

    Lo que nos interesa destacar de este iniciociberntico es la tendencia humana a imitar a losseres vivos incluido el mismo ser humano a tra-vs de artilugios pinsese en el ancestral deseo devolar construyendo alas mecnicas semejantes a lasde las aves. Sin embargo, si se trataba de crear in-teligencia, lo imitado deba ser el cerebro, puestoque parece aceptarse con muy pocas reservas queste es el rgano de aqulla. A este deseo se lo hadonominado en las CC, inteligencia artificial(IA). Era natural entonces preguntarse en qu con-sista la inteligencia, y de ese modo, aparte de imi-

    tar neuronas y cablera, sera posible definir laexigencia operativa que justificara el plantear quealgo as como IA se estaba alcanzando. Sin embar-go, y all est lo notable, la inteligencia fue defini-da por lo que hacan las mquinas que conocemoscomo ordenadores, es decir, por las propiedadesdel artilugio y no del original. Varela, refirindosea esta segunda etapa de las CC, a la que denominaCognitivismo, dice: la intuicin central ...era quela inteligencia (incluida la inteligencia humana) separece tanto a un ordenador en sus caractersticas

    esenciales, que la cognicin el conocimiento sepuede definir como la computacin de represen-taciones simblicas.

    Aparece de este modo la palabra representacinque, siendo clave en el pensamiento del autor quecomentamos, lo es tambin para el anlisis de laorientacin enactiva que realizamos aqu. Con-tina Varela: Un cmputo es una operacin reali-zada mediante smbolos, es decir, medianteelementos que representan algo. El punto centrales que el cognitivista afirma que el nico modode dar cuenta de la inteligencia(...) estriba en for-

    mular la hiptesis de que la cognicin consiste enactuar sobre la base de representaciones que ad-quieren realidad fsica con la forma de un cdigosimblico en el cerebro o en una mquina. Luego,a la pregunta qu es la cognicin?, deber respon-derse: procesamiento de informacin; manipula-cin de smbolos basada en reglas. Y la preguntacmo funciona?, ser respondida: a travs de cual-quier dispositivo que pueda representar y mani-

    pular elementos fsicos discretos: los smbolos. Elsistema interacta slo con la forma de los smbo-los (sus atributos fsicos), no con su significado.No desviaremos la discusin en algunas inexacti-tudes filosficas del autor, como por ejemplo elhacer sinnimos representacin e intenciona-lidad, o forma y atributos fsicos, puesto queno afectan de manera grave el desarrollo de su ar-gumento principal hasta aqu. Lo mencionamosporque ms adelante ellas pueden resultar funda-mentales.

    Sin embargo, el punto que ms inquieta al au-tor es que implcita o explcitamente en el cogni-tivismo se est afirmando que el cerebro procesainformacin del mundo exterior. Dicho con otras

    palabras, los smbolos representan a dicho mun-do, los que son procesados por el cerebro y deter-minan luego una respuesta. Los smbolos sonrepresentantes porque son acerca de algo (elmundo exterior), de all que si son exactos (si re-presentan bien), el cmputo podr generar unarespuesta satisfactoria (resolucin de problemas)del ser vivo en ese mismo mundo exterior.

    La emergencia

    No obstante dos lagunas impulsaban a reto-mar la idea de autoorganizacin desatendidahasta fines de la dcada de los aos 70. La prime-ra nos dice Varela es que el procesamiento deinformacin simblica se basa en reglas secuen-ciales, aplicadas una por vez(...) Este cuello debotella se convierte en una seria limitacin cuan-do la tarea requiere gran cantidad de operacionessecuenciales. Y, la segunda, es que el procesa-miento simblico esta localizado: la prdida odisfuncin de cualquier parte de los smbolos oreglas del sistema deriva en un grave dao.

    Pero adems, los cerebros reales operan a par-tir de interconexiones masivas, de forma distribui-da, de modo que las conexiones entre conjuntosde neuronas cambian como resultado de la expe-riencia. En sntesis agrega estos conjuntos pre-sentan una capacidad autoorganizativa que no espropia de la lgica.

    Esta vuelta al cerebro result inspiradora. Ya noera necesario partir de un programa, sino de una

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    hueste de componentes de tipo neural, no inteli-gentes, que, apropiadamente conectados, presentaninteresantes propiedades globales (emergencia).Como ejemplo, el autor nos ofrece el siguiente: To-memos nos dice un nmero total N de elemen-tos simples semejantes a neuronas y conectmoslosentre s (red de Hopfield). Luego presentemos alsistema una sucesin de patrones tratando algunosde sus ndulos como extremos sensoriales (diga-mos una retina). Al cabo de cada presentacin, de-jemos que el sistema se reorganice reacomodandosus conexiones de acuerdo con un principiohebbiano, es decir, incrementando los enlaces en-tre las neuronas que actan juntas ante el tem pre-sentado. La presentacin de la lista de patrones

    constituye la fase de aprendizaje del sistema.Despus de la fase de aprendizaje contina

    cuando volvemos a presentar uno de estos patro-nes al sistema, ste lo reconoce en el sentido deque adopta un estado global singular o configura-cin interna que presuntamente reproduce el temaprendido...ms an, el sistema realiza un correc-to reconocimiento aunque se le presente el patrncon ruido aadido, o aunque el sistema est par-cialmente mutilado.

    Ya no se trata entonces de construir un sistema

    a partir de smbolos o reglas, sino de componen-tes simples que se conectaran entre s de mane-ras densas. En este enfoque agrega cadacomponente opera slo en su mbito local, demodo que no hay un agente externo que, por asdecirlo, haga girar la manivela del sistema. Pero,dada la constitucin de red del sistema, hay unacooperacin global que emerge espontneamentecuando todas las neuronas participantes alcan-zan un estado mutuamente satisfactorio. En talsistema concluye no se requiere una unidad pro-cesadora central que gue toda la operacin.

    Las respuestas que el cognitivismo daba a laspreguntas fundamentales, ahora son distintas: lacognicin ser la emergencia de estados globalesen una red de componentes simples que funcionaa travs de reglas locales que gobiernan las opera-ciones individuales, y de reglas de cambio, quegobiernan la conexin entre los elementos. Su fun-cionamiento es adecuado cuando vemos que laspropiedades emergentes (y la estructura resultan-

    te) se corresponden con una aptitud cognitiva es-pecfica: la solucin feliz para la tarea requerida.

    Lo central en este nuevo enfoque es que los sm-bolos no desempean ningn papel.

    Enaccin y representacin

    Sin embargo, el tema de la representacinpermanece pendiente, y recordemos, ste es unode los principales conceptos que el autor intentadesmontar de la tradicin en las CC, y lo intenta,debido a una insatisfaccin ms profunda que labsqueda conexionista de otras posibilidades almargen del procesamiento simblico. Lo que afir-ma es que la cognicin no es representacin, pues

    en esta ltima se ocultan tres supuestos funda-mentales. El primero, es que habitamos un mun-do con propiedades particulares; el segundo, quecaptamos o recobramos estas propiedades re-presentndolas internamente, y el tercero, que unnosotros subjetivo separado es quien hace estascosas. Propone entonces la designacin enactivopara esta nueva orientacin de la cognicin neo-logismo que proviene del verbo ingls to enact, quesignifica poner en ejecucin (por ejemplo unaley), pero tambin representar o actuar en el

    sentido que se le da al trabajo del actor. Lo que ensuma desea enfatizar es la creciente conviccinde que la cognicin no es la representacin de unmundo pre-dado por una mente pre-dada sinoms bien la puesta en obra de un mundo y unamente a partir de una historia de la variedad deacciones que un ser realiza en el mundo.

    En la medida en que la palabra elegida contie-ne en una de sus acepciones la palabra represen-tacin, nos parece una eleccin poco feliz. Comoveremos enseguida, la idea matriz del movimien-to enactivo es que el conocimiento es accin en el

    mundo (que perfectamente podra llamarse eje-cucin) y no representacin del mundo. Este lle-var algo a cabo es lo que determina la historia delo que se puede llevar a cabo ms tarde, y es esomismo lo que hace emerger mundos en los cua-les se seguir llevando a cabo, en una espiral sinlmites precisables mientras el sistema permanez-ca activo o vivo. Varela piensa que esto es res-catar el sentido comn en la definicin de

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    cognicin. Precisamente dice la mayor capaci-dad de la cognicin viviente consiste en gran me-dida en plantear las cuestiones relevantes que vansurgiendo en cada momento de nuestra vida. Noson predefinidas contina, sino enactuadas: selas hace emerger desde un trasfondo, y lo relevan-te es aquello que nuestro sentido comn juzgacomo tal, siempre dentro de un contexto. Vale lapena insistir agrega en que se trata de una crti-ca de la nocin de representacin como ncleo delas CC, ya que slo se puede representar un mundoque est pre-definido (subrayo). En cambio, (...)si el mundo que vivimos va surgiendo o es mode-lado en vez de ser predefinido, la nocin de repre-sentacin ya no puede desempear un papel

    protagnico.Varela considera que las ciencias cognitivas se

    han mantenido hasta hace poco tiempo, en unatradicin abstracta, que no slo las caracteriza aellas sino tambin al mundo occidental. En quconsiste? En la tendencia a abrirnos paso hasta laatmsfera pura de lo general y de lo formal, de lolgico y lo bien definido, de lo representado y loplanificado.... Sin embargo, estas ciencias lenta-mente han ido cobrando conciencia de que lascosas han sido planteadas al revs y han comenza-

    do un radical viraje paradigmtico o epistmi-co(...), la conviccin de que las verdaderasunidades de conocimiento son de naturaleza emi-nentemente concreta, incorporadas, encarnadas,vividas; que el conocimiento se refiere a unasituacionalidad(...) Lo concreto no es un paso ha-cia otra cosa concluye, es cmo llegamos y dn-de permanecemos.

    Ms adelante agrega: El mundo no es algo quenos haya sido entregado: es algo que emerge a par-tir de cmo nos movemos, tocamos, respiramos ycomemos. Esto es lo que denomino nos dice la

    cognicin como enaccin, ya que la accin con-nota el producir por medio de una manipulacinconcreta.

    Bittorio

    Tal vez si el modelo fctico que represente me-jor lo dicho hasta aqu sea el artilugio que Vareladenomina Bittorio, y que aqu presentaremos de

    un modo extremadamente simplificado. Para en-tender la estructura de Bittorio debemos imagi-nar una unidad o clula simple que puede estarslo en dos estados, digamos uno o cero, o acti-vo o inactivo. Se conecta una hilera de estasunidades elementales en una disposicin circular.Este anillo de autmatas celulares nos dice ad-quiere una dinmica cuando se lo activa en un es-tado aleatorio y se permite que cada clula alcanceun estado actualizado en cada momento del tiem-po de manera sincrnica. Supongamos nos dicems adelante que simplemente arrojamos esteanillo en un mbito de unos y ceros aleatorios, talcomo una clula que se zambulle en un mbitoqumico. Imaginemos que cuando una de las c-

    lulas del anillo se topa con una de ambas alterna-tivas (0 y 1), el estado de la clula es reemplazadopor la perturbacin que ella encontr. Pero, comoesa clula est unida al resto de las clulas deBittorio en un sistema circular, lo que ocurre des-pus de ese encuentro casual indica el cambio (ofalta de cambio) con que el sistema compensa esaperturbacin. Ahora bien, dadas ciertas reglas deconfiguracin interna inicial, el sistema, por ejem-plo, producir un cambio en la configuracin anteuna secuencia impar de perturbaciones en el mis-

    mo lugar; en cambio, cualquier secuencia par noproducir cambio alguno. As concluye Varelade todas las innumerables secuencias de posiblesperturbaciones, este Bittorio escoge o seala en elmedio ambiente un subconjunto muy especfico,a saber: secuencias finitas impares, pues slo estassecuencias inducen un cambio repetible en la con-figuracin de Bittorio. En otras palabras, dada suregla, y dada su forma de acoplamiento estructu-ral, este Bittorio se transforma en reconocedor desecuencias impares. Algo semejante ocurre paraotros Bittorios con otras reglas. Uno de ellos, por

    ejemplo, slo reconoce (sufre un cambio de con-figuracin) ante una secuencia de dos perturba-ciones: todo lo que no sea una perturbacin dobleen un lugar deja intacto a este Bittorio. Varelaenfatiza que en estos dos casos especficos no seha dotado a Bittorio con un programa para dis-tinguir secuencias impares o dos perturbacio-nes sucesivas; en cambio, se han especificado unaforma de clausura para el sistema y el modo en

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    que el sistema se acoplar con un medio dado (re-emplazo del estado de cada clula por la pertur-bacin que encuentra en un mbito de unos y cerosaleatorios). El resultado agrega es que con eltiempo este acoplamiento selecciona o enacta, apartir de un mundo de azar, un dominio de dis-tinciones (secuencias impares o dos perturba-ciones sucesivas) que tiene relevancia para laestructura del sistema. En otras palabras, sobre labase de su autonoma, el sistema selecciona oenacta un dominio de significacin

    Las distinciones que selecciona Bittorio indi-can las regularidades con las cuales co-varaBittorio: estas regularidades comprenden lo quedenominaramos el mundo de Bittorio. Y, es

    manifiesto que este mundo no est pre-dado y lue-go es recobrado mediante una representacin.

    No diseamos a Bittorio para ser un recono-cedor de secuencias impares; simplemente se leha dotado con una cierta dinmica interna y lue-go ha sido arrojado a un mbito aleatorio. No obs-tante, dada la historia del acoplamiento entre ladinmica interna y ese mbito, secuencia imparse transforma en una distincin significativa paraBittorio. Por esta razn, decimos que el mundode Bittorio est enactuado a travs de una historia

    de acoplamiento estructural. Bittorio nos brin-da concluye un paradigma de cmo la clausura y el acoplamiento bastan para hacer emerger unmundo de relevancia para un sistema.

    Know-howyknow-what

    Varela, al igual que Echeverra, toma la idea detransparencia y quiebres de Fernando Flores(12). Se refiere con ellas a la trama que constituyenuestras vidas, a la manera inmediata en que ope-ramos en una situacin dada, al mundo en tanto

    vivido y no construido mediante abstracciones.A esto designa know-how (saber-cmo), que dife-rencia del know-what(saber-qu), es decir, entrela habilidad espontnea y el conocimiento o jui-cio racional. Cuando nos sentamos a la mesa paracomer nos dice el complejo know-how que im-plica el manejo de utensilios, las posturas corpo-rales y las pausas en la conversacin estn todospresentes sin que exista deliberacin. Podramos

    decir agrega que nuestro yo-almorzando estransparente. Obviamente, si en ese momentoempieza un temblor de tierra, se produce un quie-bre que nos saca de una situacin y nos pone enotra tambin de inmediatez. La situacin prime-ra, y la segunda, forman micro-mundos ymicro-identidades, y los quiebres son bisagrasque articulan los micro-mundos, y coherente-mente, las micro-identidades. Estas articulacio-nes estn a la base del carcter autnomo ycreativo de la cognicin en los seres vivientes.

    La encarnacin (el cuerpo)

    Varela sostiene que la cognicin depende de los

    tipos de experiencia que provienen del hecho detener un cuerpo con varias habilidades sensorio-motrices; y que estas habilidades individuales sealojan a su vez en un contexto biolgico y culturalms amplio. Desea enfatizar que los procesos sen-sorio-motrices, la percepcin y la accin, son fun-damentalmente inseparables en la cognicinvivida. Reproduce Varela el antiguo estudio deHeld y Hein (13), en el cual gatos criados en laoscuridad fueron expuestos a la luz. A un primergrupo de animales se les permiti desplazarse en-

    ganchados a un carro que portaba al segundo gru-po de animales. Por lo tanto, ambos gruposcompartieron la misma experiencia visual, pero elprimero era activo y el segundo pasivo. Unassemanas despus los gatos fueron puestos en li-bertad. El primer grupo se comport normalmen-te, pero los que haban sido transportados secomportaban como si estuviesen ciegos: chocabancon los objetos y perdan el equilibrio.

    Qu interpretacin o explicacin puede darsede estos hechos experimentales? Desde luego, sepuede decir que hay una diferencia, que no es lo

    mismo meramente ver, que actuar viendo. ParaVarela, el tradicional modo de comprender la per-cepcin es abstracto, y consiste bsicamente enexplicar cmo se procesa la informacin visualpara recuperar las propiedades pre-determinadasdel mundo. Sin embargo, cabe una explicacindiferente, en la que se comprenda la percepcincomo una accin guiada perceptualmente. Sinembargo, creemos que la objecin fundamental a

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    esta nueva explicacin, y que el mismo experimen-to sealado sugiere, es que, inadvertidamente, seest reduciendo la percepcin a percepcin vi-sual. El primer grupo de gatos, al accionar, tuvola posibilidad de interactuar con los objetos desdevarios sistemas perceptivos al mismo tiempo, vi-sual, tctil, propioceptivo y kinestsico, en cam-bio el segundo, slo desde la percepcin visual. Elcontra experimento que habra sido pertinente ycrucial, habra sido el comparar gatos, bajo lasmismas condiciones iniciales, que hubiesen ac-cionado con los ojos tapados, con el grupo visualpasivo (que iban en el carro). Habran los prime-ros actuado tan ciegos como los pasivos pasajerosdel carro?

    Sea como fuere, el punto de partida para enfo-car la percepcin como-accin, contina Varela,es el estudio de cmo el que percibe gua sus ac-ciones en situaciones locales. No se trata ya de unmundo pre-dado, independiente del que percibe,sino ms bien de la estructura sensoriomotriz delagente cognitivo, el modo en que el sistema ner-vioso une superficies sensoriales y motrices. Lapercepcin como accin guiada perceptualmenteno es ms que esquemas sensoriomotrices recu-rrentes, de los cuales surgen las estructuras

    cognitivas. Pero es evidente que la palabra percep-cin tiene aqu un significado ambiguo (es decir,polismico). Por una parte, es percepcin, y porotra, una parte de la percepcin. Esta ambige-dad, en apariencia inocente, es una reformulacinradicalde la percepcin. Cmo expresarla? La per-cepcin es accin, bien, pero, de acuerdo al autor,accin guiada visualmente. Luego, la visin no espercepcin, sino una parte de ella, y a la vez, sugua.

    Algunas preguntas

    Sin embargo, se refiere la representacin a unsupuesto mundo externo independiente y pre-es-tablecido, o a una experiencia?

    En los captulos iniciales de La presencia de loausente (14) hemos partido describiendo el recuer-do como la presencia de lo ausente. Esta presen-cia-ausente o presencia de lo sido, estrictamente,es volver a hacer presente algo que alguna vez fue

    presencia plena (presencia-presente) en nuestrahistoria, por lo que esta vuelta, si bien trae lo sido,lo trae en tanto falta. La reunin de ayer jamspodr volver a ser en el modo en que fue cuandofue: de tenerla de nuevo, la tengo como recuerdo(como lo que ya no est).

    Mas, la reunin aconteciendo ahora, y la re-unin recordada ahora como aconteciendo ayer,se me dan como experiencias completamente di-ferentes, es decir, sin que yo deba realizar reflexinalguna para darme cuenta que se trata de una o laotra. Ahora bien, volver a hacer presente algo quefue es, propia y estrictamente re-presentar. Es de-cir, si partimos de lo que efectivamente nos ocu-rre, no podemos prescindir de la experiencia de

    re-presentacin, a menos que podamos demostraro simplemente creer que se trata de un subpro-ducto, de algo que no encierra importancia sustan-tiva para el tema de la cognicin.

    Desde luego, no se trata ac de un concepto te-rico construido como aquel que dice, por ejem-plo, que el cerebro mediante smbolos representael mundo exterior. La representacin a la que nosestamos refiriendo aqu es algo que nos pasa demanera cotidiana: es una de las formas que tene-mos de hacer presentes las ausencias, y sin lo cual,

    ni el pensamiento ni la inteligencia ni la com-prensin ni los objetos percibidos ni el mundo nila temporalidad, seran posibles, como hemos in-tentado mostrar en los primeros captulos de laobra mencionada. La representacin es uno de lossectores del no de la experiencia, sectores de lafalta, de la carencia o del hueco, trados a presen-cia mediante imagos (representantes), y que arti-culan toda sintaxis, es decir, el lugar en el que elsentido emerge. Sin embargo, la representacin, aligual que todo el resto de las experiencias que he-mos denominado actos, como el percibir, el so-

    ar, el actuar, o el fantasear, y muchos otros, noimplican postular un mundo exterior indepen-diente de lo que somos y hacemos. Eso, sin em-bargo, no quiere decir que no experimentemos unmundo. No slo lo experimentamos sino quevivimos en l, anudados en l, y l es lo que es,merced a esa trama en la que somos. Lo que expe-rimentamos como mundo es una trama articuladade cosas, situaciones y personas, es decir que se

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    nos ofrecen en la experiencia con algn sentido,como por ejemplo que un automvil sea algo quede algn modo comprendemos, o que el compu-tador sea para escribir, o que la casa de Mirasolest en al litoral central de Chile: justamente esacomprensin hace al atomvil, al computador ya la casa. Pero, resulta que no hay articulacinposible sin la trada a presencia de ausencias, yestas ltimas son re o pre-presentacin, articu-lantes de las presencias-presentes. Si tuvisemosque decirlo brevemente: el mundo externo sloes tal por los imaginarios (re y pre-presentacio-nes) que lo constituyen en tanto sintaxis, es decir,dicho mundo es algo que no puede existir comotal mundo por s mismo. Sin embargo, eso no

    implica que confundamos nuestros recuerdos yfantasas, con lo que nos hace frente en el mundode modo presente-presente, como el automvil, elcomputador o la casa de Mirasol cuando estamosfrente a ellos. Las presencias presentes son lo quellamamos real. Pero lo real no es un mundo, amenos que est articulado por imagos, es decir, porla presencia de lo ausente: dicho de otro modo, loque estamos afirmando es que lo real no tienefisonoma ni puede constituir algo, una cosa,un objeto, ni menos un mundo por s mismo.

    No obstante, eso real es para nosotros inaccesi-ble en estado nudo, porque siempre toma ennuestra experiencia alguna fisonoma, algn sen-tido, se constituye en alguna sintaxis. Slo sabe-mos de l a travs de reconocer la diferencia entreimaginar un automvil (presencia-ausente) y serarrollados por un automvil (presencia-presente).All lo real se anuncia, pero nunca en s mismosino ya en medio del sentido, ya en medio de unmundo constituido, mundo al que por lo dems,no podemos renunciar. Que no puede existir unmundo real resulta ahora evidente: eso es seme-

    jante a sostener que puede existir un lenguaje sincontrastes fonticos. Lo real se entrama con lo noreal (imago) representante de lo que falta (deseo), y articulan un sentido: esa trama es el mundo.Luego, ni real ni no-real, ni aqu ni all, ni dentroni fuera, ni sujeto ni objeto: el mundo es un plexoarticulado de lo real y lo no-real, y all somos.

    Por otra parte, y ahora desde dentro de lasCC, la idea misma de recurrencia (experiencias

    recurrentes, patrones recurrentes, etctera) implicaal menos dos cosas: reconocimiento y tiempo. Algoes recurrente porque vuelve a ocurrir, es decir,porque de alguna manera se re-conoce como ocu-rrido antes. Pero, no requiere ese re-conoci-miento que lo ocurrido (lo que ya no es) est dealgn modo presente en la nueva experiencia? Y,cmo puede estar presente algo que ya no es, sinocomo una presencia-ausente? Del mismo modo,los esquemas sensorio-motrices re-currentes a quese refiere el autor, no implican que la experienciadeja algo en la estructura que afecta en ausen-cia lo que ser una nueva experiencia, y que slopor eso, siendo otra, es la misma? Qu significaque la Red de Hopfield re-conozca los patrones

    previamente presentados al sistema? O queBittorio re-conozca secuencias impares o dossucesivas? Qu significa que aprenda, sino que losido est de algn modo presente en lo siendo?

    Luego, no parece ser la re-presentacin el pro-blema de las ciencias cognitivas, sino la idea te-rica de que la re-presentacin es representacin deun mundo externo pre-establecido. Pero, la solucinno puede ser eliminar la re-presentacin, sinojustamente tomarla en cuenta del modo en quese da. El prejuicio de un mundo externo pre-esta-

    blecido no deriva de la experiencia fundamentalsegn hemos visto de re-presentar, sino delconstructivismo cientfico en general, que despre-cia la experiencia directa como fuente de conoci-miento, y luego se salta lo obvio, lo que no raravez significa dcadas de estriles controversiasempricas al interior de la ciencia misma.

    Mirado de este modo, no ocurre que las cien-cias, incluidas las cognitivas, producen slo repre-sentaciones (modelos tericos y fcticos), demanera que eliminar a la representacin es elimi-nar a las ciencias mismas?

    El punto que deseamos enfatizar ahora es quelas ciencias, por definicin y de hecho, no puedenromper con el know-what, aunque su tema sea elknow-how. Y esto no es un mero juego de pala-bras. La Red de Hopfield, que brevemente hemosdescrito como uno de los ejemplos que Varela uti-liza para explicar las propiedades emergentes oglobales de un sistema de unidades simplesinterconectadas, no son un cerebro ni una red

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    FRANCISCO VARELA Y LAS CIENCIAS COGNITIVAS

    gentica, ni una red de inmunidad, sino artilugiosque pretenden, en algn grado, representarlas.Cualquier modelo, fctico o terico, es un simula-cro, una representacin de algo que se supone estya encarnado: los cerebros y el conocimiento exis-ten, y por ello es posible creer que al construircomputadores se est en algn grado haciendo unmodelo de ellos. El sol y los planetas se dan porexistentes antes de establecer los modelos geo oheliocentristas. Del mismo modo, los postuladosde la enaccin son un conjunto de ideas que pre-tenden ser aunque embrionaria y promiso-riamente una explicacin del cmo conocemos,porque presuponen el conocimiento. No obstan-te, la explicacin, el modelo terico o el artilugio,

    como el anillo de autmatas celulares acoplados aun medio al que Varela denomina Bittorio, nopueden transformarse en aquello que explican.Explicar, por ejemplo, a travs de las ideas de emer-gencia y quiebres, de micromundos y microiden-tidades, de emergencia y de clausura operativa yotras el know-how de la accin de sentarnos a al-morzar y conversar con nuestra familia, no es nipodr nunca ser esa accin y seguir siendo unknow-what. Y no podr serlo, justamente, porqueesa accin o cualquiera otra, son por s mismas y

    no un modelo de s. Las explicaciones cientficasno pueden alcanzar lo explicado. Pero adems, laidea de Varela acerca de que el conocimiento nopuede partir de un mundo pre-establecido y quees mentalmente representado, contradictoria-mente atrapa tambin a la orientacin cognitivaenactiva: qu otra cosa son el autmata celular ylas explicaciones cientficas (modelos y teoras) delas CC, sino representaciones de mentes y cere-bros, pre-establecidos, dados, y sobre los cualespodemos hacer explicaciones y construir modelosfcticos?

    De all que, aunque compartimos ampliamen-te que el conocimiento es encarnado, corporal,concreto, ejecutado, sostenemos que la ciencia,

    debido a la tirana del mtodo que la define, ja-ms podr tener acceso a l cientficamente, porms moderna que se considere a s misma. Laexistencia misma de las ciencias hace de la experien-cia de representacin una posibilidad definitoria delcomportamiento humano, puesto que eso es lo quela ciencia hace: representar, emular, simular, lo quese supone existe en la realidad, de manera quesostener que el obstculo en las CC es la idea derepresentacin, es sostener que el obstculo es laciencia misma.

    Francisco Varela fue bilogo y su trabajo se desarroll en campos como la neurobiologa, labiologa terica y la epistemologa, y especialmente en el ltimo tiempo, en las neurocienciascognitivas. Fue Director de Investigaciones en el Centro Nacional de Investigaciones Cientfi-cas de Francia y Director del Laboratorio de Neurociencias Cognitivas en el Hospital de LaSalptrire, en Paris. El comentario que realizamos en este artculo est basado en tres de susobras principales: Conocer, De cuerpo presente y tica y accin (1, 2, 3). El propsito de esteartculo es presentar las ideas ms importantes del autor respecto de la cognicin como unproceso enactivo y realizar algunos comentarios acerca da las implicaciones que conlleva.

    Referencias

    1. Varela F. Conocer. Barcelona, Ed. Gedisa, l9902. Varela F, Thompson E, Rosch E. De cuerpo pre-

    sente. Barcelona, Ed. Gedisa, 19923. Varela F.tica y Accin. Santiago, Dolmen, 19964. Maturana H, Varela F. De mquinas y seres vivos

    (Segunda edicin). Santiago, Ed. Universitaria,1995

    5. Maturana H, Varela F. El rbol del conocimiento.Santiago, Ed. Universitaria, 1984

    6. Varela F, Hayward JW (Ed.). Un puente para dosmiradas. Santiago, Dolmen, 1997

    7. Varela F (Ed.). Dormir, soar, morir. Santiago,Dolmen, 1999

    8. Varela F. El fenmeno de la vida. Dolmen, Santia-go, 2000

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    CSAR OJEDA

    9. Penrose R. Las sombras de la mente. Barcelona,Grifalgo Mondadori, 1996

    10. Schwartzmann F. Historia del universo y concien-cia. Santiago, Ed. Universidad Arcis, 2000

    11. Gyarmati G, Velsquez O. Mente y Cuerpo: Aspec-tos Psicolgicos y Filosficos. Santiago, Fac. deCiencias Sociales y Fac. de Filosofa, Pont. Univer-sidad Catlica de Chile, 1994

    12. Echeverra R. Ontologa del lenguaje. Santiago,Dolmen, 1994

    13. Held R, Hein A. Adaptation of disarranged hand-eye coordination contingent upon re-afferentstimulation. Perceptual-Motor Skills 1958; 8: 87-90

    14. Ojeda C. La presencia de lo ausente. Santiago, Ed.Cuatro Vientos, 1998

    Direccin postal:Csar OjedaProvidencia 1939/52-BSantiagoEmail: [email protected]