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CESEDEN GEOESTRATEGJA“PROSPECTIVA”(*) (Por el Contralmirante LEIOTIER, “Revue de Defense Nationale”, Nov. 1965) (*) La “prospectiva” concepto que se cito últimamente con mucha frecuen cia sobre todo en las publicaciones francesas, se refiere al estudio de las po sibilidades futuras en muy distintos &denes, de acuerdo con los resultados de la investigacin actual, sus nuevos conceptos y su proyecciSn prevista; apl icndose dichas posibilidades a los programasde acciSn o desarrollar. N, del T, BOLETIN DE INFORMACION N2 2.- IV

CESEDEN - Dialnet · 2014. 10. 20. · la configuracin del suelo, Lc geo—poiflica se interesaba ante todo por los lrrnites territoriales de los diferentes estados, origen de clsicas

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  • CESEDEN

    GEOESTRATEGJA “PROSPECTIVA” (*)

    (Por el Contralmirante LEIOTIER, “Revuede Defense Nationale”, Nov. 1965)

    (*) La “prospectiva” concepto que se cito últimamente con mucha frecuencia sobre todo en las publicaciones francesas, se refiere al estudio de las posibilidades futuras en muy distintos &denes, de acuerdo con los resultados —de la investigacin actual, sus nuevos conceptos y su proyecciSn prevista;apl icndose dichas posibilidades a los programas de acciSn o desarrollar.

    N, del T,

    BOLETIN DE INFORMACION N2 2.- IV

  • —1-.

    La influencia cada vez ms evidente del progreso cientflico y t&ni—co y de las actividades pskohgicas sobre la Uprospectival2 estratgica, lleva a algunos a pensar que el papel de los factores geogrficos no tiene importancia en elestudio de esta disciplina.

    Frente a la escuela clska de geoestrategia, se levantan ahora lasmodernas escuelas t&nico—estratg ka y psico—estratg ¡ca,

    Para la primera do estas dos Itimas escuelas, la aparici6n de sistemas de armas niisil—nucleares de destruccicn global, anula toda otra consideracfn.

    Para la segunda, la evolucin estratgca esta dominada actualmentepor los sistemas de expansin del marxisrno—loninfsrno.

    ¿ Qu sgnifican —dicen los partidarios de la escuela t&nico—estratgica— la importancia “hist6rica” de Gibraltar, Suez, los estrechos turcos, el espacio ruso, el foso del Rhin, la insularidad britnica, etc, o la influencia de tdTo cual dial&tica revolucionaria en la poca de los misiles nucleares intorcontinentalos y espaciales ?.

    ¿ Qu importan no salo los factores geogrf fcos sino fambn un armamento cuya misma potencia de destrucci6n recrproca impide su empleo —dicenlos seguidores de le escuela psico—estratgica— cuando hoy el juego decisivo se —basa en la conquista sutil de los cerebros?.

    En realidad, en la base de todos los factores de la ostrategki, comode todas las actividades humanas, esta —por deficini6n— la inteligencia del hombre,fuente de los progresos dialcticos, cientflicos y tcnicos y el universo ffsico donde aciul toma todo lo necesario para su existencia y para la realizaci6n de todassus concepciones, comprendidos los sistemas de armas m& evolucionadas. Luego,es la misma geografra, en el sentido ms amplio de la palabra, !a que nos proveede todos estos medios fundamentales.

    Pero si estos medios geogrtficos han permanecido snsfblemente inmutables desde el comienzo de la historia humana, su empleo ha variado constantemente en funcn, por una parte, de su descubrimiento (aún determinado) —por el hombre y por otra, de los medios t&nfcos creados por estc para ¡ncrernen—tar sus posibilidades de accin,

    Por ejemplo, “la estrategia &tica” no podta existir antes, por unaparto, del descubrimiento de esta regin y por otra, del logro de aviones capacesde sobrevolar operativamente y de submarinos de propu!sin nucl?ar que pueden —operar durante largo tiempo bajo las balsas de hielo. Lo mismo se puede decir conrespecto a las aplicaciones de la energra de la explotacin de ks yacimientos de

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    carbn, pctr6leo y uranio, etc1

    1 1 0L/ os’e ec.1ops decir dci estudio de la evo!ucion de las posibilidades

    de empleo de todas las carcci-ertsticas geogrficas en un porvenir previsible, posiblemente dependa uno de los elementos de base ms firme para la estrategia mundial “prospectiva”.

    Laevoluci&geoestratgica

    A medida que la concepci6n estratgica se amplí’a, recurre a los datos geogrficos cada vez m& diversos y detallados.

    Cuando ¡a estrategia se limitaba a la maniobra de los antiguos ej&—citos contra los objetivos geogrficos determinados por la polttica, las relacionesde una y otra de estas disciplinas con la geografta, se limitcba esencialmente ala configuracin del suelo,

    Lc geo—poiflica se interesaba ante todo por los lrrnites territorialesde los diferentes estados, origen de clsicas disputas de soberanta geogrfica, enlas que intervenian los argumentos tan conocidos de “fronteras naturales e histlS—ricas”, materializadas generalmente por obstculos geogrffcos tales como litorales, nos o cresterras de montañas, O en su defecto, por delimitaciones convencionales que, en las regiones que no ofrcctan una clara divisoria basada en losobstcu!os naturales, regta el trazado de los paralelos o meridianos,

    0 • 1Tal fue la ¡inca de demarcacion planetaria establecida por la —

    “bula de particin” del Papa Alejandro VI en 1493, repartiendo las tierras por —descubrir en ultramar entre los españoles y portugueses segn quedasen a un ladou otro de un meridiano trazado en medio del At!&tico.

    Igual sistema de delimitaci&, se sigui durante este siglo para dividir los sectores &ticos por los meridianos que prolongaban las fronteras litorales de los estados ribereños y recientemente para las lfneas de! armisticio fijadaspor e! paralelo 38 en Corea y el 17 en lndochinae

    Por otra parte, la estrategia operativa no ha tenido en cuenta a lageografta, durante mucho tiempo, ms que desde el punto de vista de las posibilidades de maniobra de los ejrcitos, sea para comprometer a las fuerzas adversas en las condiciones ms favorables al bando propio, sea para atender a los objetivos geogrficos asignados por Ja poirtica.

    En todo caso, se trataba esencialmente de la geografra ftsica “desuperfici&’: distribuciSn de tierras y mares, posiciones relativas y superficies cornparadas de los diversos Estados, relieve, hidrografta, climas, colonizaciones humanas, recursos alimenticios, vtcs de comunicacin, obstculos naturales, etc,

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    Hoy dfa, la estrategia mundial —como la polttfca— no puede Umitarse a esta geograf r0 “de superfkie”. Por e contrario, debe estudiar a fondo todolo que puede concurrir a proporcionar a las diferentes naciones su verdadera potencia y por tanto, la geogrefra humana ¡ la distribucin de las materias primas, hamadas precisamente “estratgica?, los recursos alimenticios, energticos, las modernas vras de comunicacfn de varias clases, las instalaciones industriales y sucapacidad de producc;&, etc. Bosquejaremos sucintamente la evolucin gecestratgica de los diferentes factores.

    Geoestrateg ichumana

    El primer aspecto y posiblemente, desde el punto de vista “prospectivo11 el m& agobiante hoy dra de la geoestrategia humana, es la superpoblacSnen ciertos patses.

    Los organismos especializados en estos problemas nos demuestran quela poblac;3n mundial, que sumaba unos quinientos millones do personas hacia 1650,alcanza hoy los tres mil millones. En los illtimos cien años so ha duplicado con exceso y crece a tal ritmo que a final d siglo alcanzar probablemente 1 os cinco milmillones, entre ellos mil millones de chinos.

    Sobre una superficie pr&ticamente limitada de tierras emergidas queno ofrece mSs que una parte diftcflmente ampliable de suelo aprovechable para elcultivo, un crecimiento tan acelerado de consumidores tiene evidentes consecuer,cias tanto polrticas como estratgicas respecto a los cuales frecuentemente ser —

    u • ,, . ..dificih calcular la gravedad prospectiva ; puesto que esa superpoblac ion esta lo—ccl izada en las regiones que ya son o sern probablemente en el futuro los focosde perturbaciones geopolicas.

    ¿ No invocaron su necesidad imperativa de “espacio vital”la Alemania hitleriana, la Italia fascista y el Japn de 1941 para justificar su entrada enla segunda guerra mundial ? ¿ No es el crecimiento demogrfico musulmn, sobreun suelo de capacidad productiva limitada, una de las causas del drama argelino,cuya resolucn no depende de su independencia ? ¿ No es la expansin demogrfica negra el carctor dominante en el drama sudafricano ?, Y la de los chinos¿ no figura en el fondo del pblfco empeoramiento de las relaciones chino—sovi—ticas ?.

    En nuestro concepto, en estas hipertrof ras demogrficas locales existe una causa latente de conflictos, m& fuerte que cualquier otra consideracliSn,yla geoestratgia no lo puede ignorar, Desde esta perspectiva debe analizar losdiferentes aspectos del potencial humano de las naciones.

    Como en ci caso de la simple comparacicSn de la extensin. de lospatses, el conocimiento de la cifro global de sus poblaciones respectivas no es su

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    ficiente para calcular su potencial,

    Para establecer las caracteriticas del problema demogrfico hacefalta detallar la distribuci& de los indviduos por su edad, sexo y profesin, sulocalizacjn urbana o rural, la capacidad cientflica y t&nica del conjunto juzgado por la originalidad, la calidad, el perfeccionamiento y la cantidad de susrealizaciones en material moderno de todas clases y, particularmente, en sistemas de armas nuevas.

    Es igualmente necesario tener en consideracin el rendimiento deltrabajo individual y colectivo y el comportamiento psfcolgico, especialmente

    L * 1por lo que se refiere a succ.osLn noci’ r -, de valor civico, de grado de adhesien ci una ¡deologra militante, y de esprritu de sacrificio, resistencia, etc,

    Recientes acontecimientos como p. ej. la guerra entre Israel y E—gipto de 1956, han demostrado que los discursos inflamados, el número de efectivos y en armamento moderno importado no basta para asegurar la superioridadmilitar, Por el contrario, otros ejemplos como las guerras de Corea e Indochinahan puesto en evidencia que masas humanas que no poseian ms que armamentoligero, sin carros de combate ni aviacicSn, pero disciplinadas, fanatizadas, degran resistencia e insensibles a las p&dfdas podran traer en jaque a fuerzas dotadas de las armas ms modernas.

    Geoestrategjainsular

    No deja de tener inters al estudiar la geoestrategia humana, presente y futura, el observar como ostn situadas las diferentes comunidades que seenfrentan hoy dfa. Quiz te sea un resultado del “ hecho insular mundial “enque el determinismo sea posiblemente mucho ms duradero que e! episodio del —“hecho comunista mundial” de la actualidad.

    Todos los hombres son insulares en el justo sentido geogrfico de lapalabra, pues en nuestro universo no existe superficie terrestre que no esta “redeada de agua por todos sus lados”.

    Solo que hay diferentes grados de insularidad. El de los ingleses,p. ej. tiene consecuencias geoestratgicas y geopoltticas infinitamente ms acentuada que para los insulares euroasiticos, de los que descienden histricamente,al igual que puede con los insulares de las am&icas y probablemente con los detodas las otras islas del mundo, segGn las teorras de los geopolrticos.

    • u • _•Segun estas teorias,los primeros empulones demograficos surgieron entre los nmadas que giraban sobre el centro de la isla mayor del mundo, —u -. .• • •Eurasia , Ianzandolos a la busqueda de espacios vitales hacia las peninsulas e

    islas adyacentes, ms templadas y f&tiles, al Oeste, Este y Sur de dicha “isla”:

  • Europa, Oriente Medio, India, indochina e Indonesia, China, Japn e inclusoAmrica del Norte, en este caso a travs de los bancos de hielo del “Gibraltar”o estrecho de Behring.

    Las mayores facilidades de vida material e intelectual de la cuenca mediterrnea y de Europa Occidental favorecieron el progreso de las cienciasy t&nicas, especialmente las de la navegacin en alta mar, lo que origina a findel siglo XV la marcha de los europeos hacia Occidente para descubrir y expio —tar las tierras de ultramar poco habitadas, mientras que un siglo despus los rusoso europeos orientales partran en trineos y en barcos fluviales a explorar y tomarposesin de la parte central y del nordeste de Asia y despus de la costa noitete de Am&ica, hasta quedar detenidos en el Amur por las masas chinas.

    Al partir de Europa volvicndose la espalda, unos hacia Occidentelos otros hacia Oriente, estos conquistadores del planeta, tenn que encontrar—se fatalmente cara a cara en e1 otro extremo del globo terrestre, lo que sucedien Alaska, a principios del siglo pasado. Este dato geoestratgico es verdaderamente”histrko”, aunque pasa entonces casi desapercibido, porque marcaba elfin de las posibilidades de expansin de unos y otros sobre territorios poco poblados por hombres en estado primitivo y como consecuencia, la creaci6n en los an—trpcdas de una nueva frontera entre las dos comunidades humanas de nivel tcni—co comparable, procedentes de Europa.

    La evolucin a&ea permith a estos Gitimos conquistadores de ambos mundos bloqueados entre si, en el sentido Este—Oeste, dirigirse haci,a el Norte y volver a enfrentarse en las costas del “Mediterrneo &tico”.

    Es necesario referirse a estos datos geoestratgicos a fin de evitarincomprensiones naclas de una estrategia “egocentrista” afectadas por la posi—cian que se ocupa sobre el planeta6

    Para el “insular” de Europa, la actual situacitn del mundo est doII II — .. -minada por el hecho de que el supuesto perturbador no esta separado oe el mas

    que por una ltnea convencional transpenínsular. Para ci insular britnico estasitucicin se atenGa instintivamente, a pesar de la aviacin y de los misiles, porla existencia entre l y sus aliados del “foso anti—carro” de la Mancha.

    Finalmente, para ci insular norteamericano si bien el “perturbador”esta en contacto frsico con sus aliados de la cabeza de puente europea, m& aIIde los 6.000 Km del Oceano Atlcntico, el mismo perturbador so encuentra al —Norte de su isla, al otro lado del Artico y sobre todo a punto de tocar su propioterritorio al Noroeste donde no les separa mGs que ci “paso do Calais” de Bchring.

    ¿ Cmo, en estas condiciones, los puntos de vista estratgicos delos diversos aliados insulares no han de diferir aunque coincidan en sus opiniones

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    metafísicas sobre el marxismo—len mismo y sobre las posibilidades t&nicos de losdiferentes sistemas de armamento?.

    Los “insulares” europeos, ¿ pueden tener la misma reaccin geoestratgica que ios de Am&ica del Norte ante la ¡nstalaci& de misiles soviéticosen la isla de Cuba, situada frente a Ja costa americana, cuando esta dista 7.000Km. do Europa ?.

    Geoestrategiaecon6rnica

    Desde el punto de vista geo—econmico es esencia! tener en cuenta el grado de autonomía de las naciones desde el punto de vista de la alimenta—cian, materias primas industriales y cnerg&icas, transportes, capacidad cuantitativa y cualitativa de producci& industrial, etc.

    Desde el punto de vista de la alimenfach5n, por ejemplo, se oye aveces que la produccin agrícola francesa puede atender a las necesidades esenciales del país. Esto podría ser cierto en tiempos de Napolen, despu& de lasusfltucín del azucar de remolacha por el de caña, pero no lo es hoy día.

    Francia tiene que importar cada año, de Africa del Norte, un mi—lln de toneladas do fosfatos para abonos, sin los que la produccin agrícola bearia progresivamente hasta el 50 /o de su nivel normal. Pero aun es peor, dadala reciente y satisfactoria rnecanizaci6n general de la agricultura francesa, s—fa quedaría ¡nmedicta y completamente paralizada si fallese el aflujo constantedesde ultramar de los millones de toneladas de carburantes líquidos, indispensables a sus millones de tractores, camiones y otros vehículos utilizados en el cultivo, recolecci6n, preparacin y distribucin de los productos agrícolas,

    Es conveniente recordar, aunque se olvide en tiempos de normalidad, que todos los vehículos motorizados, —incluidos carros de combate, aviones, navios de guerra y transporte — dependen directamente de la ¡mportaci6ndel petrleo, que en 1939 supuso 3 millones de toneladas y hoy día alcanza los30 millones.

    La mayor parte de las materias necesarias a nuestras indusfrial,es—pecialmente para la electrnica y la fabricaci6n de armamento, han de importarse: cobre, estaño, niquel, cromo, plomo, zinc, manganeso, cobalto, antimonio,mercurio, platino, cuarzo, mica, grafito, etc. trayndolos de ultramar: Amri—ca de! Norte y del Sur, Africa del Norte, Centro y Sur, Madagascar y NuevaCaledonia. El agotamiento de las minas do Lorena nos obliga a enfrentarnos conla imporfacin de los minerales ricos en hierro del Onenza y Mauritania.

    Debemos importar la totalidad del algodn y las cinco sextas partos de la lana para nuestra vestimenta, la casi totalidad de la manera de cons—

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    truccn, pasta de papel y otros productos celulsicos, a raz&1 de siete millonesdo metros cbicos por año.

    Esta dependencia inmediata de aportaciones considerables de ultramar es coman a todos los pcrsos :e la :.Tr,comre-dcs los Estados Unidos.Esto se puso de relieve durante Ía guerra de Corea, cuando adquirieron todas las —materias primas disponibles en el mercado mundkl, a fuerza de dlares.

    En 1940 se habh mucho de la famosa “ruta dci hierro” alemn, parsi • II • —tiendo de Escandinavia. hoy dio las rutas del hierro del Labrador el Orinoco,

    Brasil, Pera, Chile y Guinea para los Estados Unidos jy Onenza y Mauritania pra todos los occidentales; la del petroleo de Oriente Medio,Africc del Norte yAm&ica Central; las de uranio, cobro, niquel, cromo, estaño, manganeso, maclera, lanas,algodcSn etc, son an ms vitales para occidente.

    Geoestrategadelostransportes

    Designamos asr ci examen comparativo de las caractrtsflcas ostra—tegicas do los diversos medios modernos de transporte en funcin de sus tcnicas —propias, del medio geogrfico y de las fuentes de energía.

    Desde este punto de vista es conveniente no dojarse cegar por la ge—neralizacin de las posibilidades espectaculares do los puentes areos.

    No hay que olvidar que los aviones actuales —sobre todo los de reac—cian— consumen un tonelaje do carburante de alta calidad —y por tanto costoso—,que so obtiene solamente en instalaciones muy especializadas y cuyo poso equivale a lc carga itf 1 durante unos 2.000 kms.

    Esto determina matomticamente, no solo el coste de su empleo, sino su misma posibilidad, puesto que ms cil de unos centonares de kilmetros,partiendo do los medios de su propio carburante, no pueden transportar por si mismosla cantidad que l es necesaria para el recorrido do ida y vulta de un “puente areo”.

    Por ejemplo, para transportar una tonelada a travs del Atlntico —Norte, un avin consume alrededor de dos toneladas de carburante mientras que —un barco de carga no consume ms que 15 Kilos de petroleo o 7 Kgs do gas—oil ounos gramos de uranio enriquecido. En cambio, si el peso y volumen de la mer—cancta lo permiten, la duracin del transporto por avn es inferior a las 10 horas,mientras que llega a los 10 ds por barco de carga.

    Estas consideraciones permiten apreciar moor las verdaderas carcc—terrsticas estratgicas de demostraciones tales como el puente a&eo Big Lift do —Octubre de 1963, que consisti en transportar en tres diis el personal de una di—

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    vísi&’ de los Estados Unidos a Alemania, Los 240 aviones de gran capacidad detransporte de la USAF movilizados a tal fin consumieron 29000 toneladas de —carburantes para reactor (de un valor de 20 mii Iones de dlares) que fu preciso colocar parcialmente de antemano por navios y oleoductos en las bases de —aviones nodrizas y en las bases alemanas para la vuelta. Por otra parte, parapoder emplear militarmente los hombres transportados estos tenran que encontrara su llegada la enorme cantidad necoscria para una divisin moderna (m llaresde vehrculos de todas clases, reservas de 1ciones, carburantes, municiones yrecambios), transportados previamente por barco, ferrocarril y carretera. Finalmente, en la realidad de una operacin de guerra y admitiendo que este materialdesplegado previamente sobre decenas de kiIrnetros de carretera, haya podidoponerse en manos de los soldados trados de Amrica (es decir, suponiendo queno haya sido capturado por un adversario que en situacin ventajosa y dueño deJa iniciativa) habnS hecho falta establecer un puente marrtimo de mantenimienlo.

    Á tftulo de compciracin, el transporte estratgico “Unitecl States”se ha construido para transportar la misma dvisin, con su material ligero y vanos miles de toneladas destinadas a su mantenimiento, en un salo viaje de tresds, llevando ademas las 6.000 toneladas de petncleo que le permiten regresara los Estados Unidos sin repostar en Europa.

    En e! estudio de todos los aspectos de un transporte estratgico —“operativo” no se puede olvidar que en Dfen—Ben—F, el “puente de coolies”

    — II — jise monto sobre e! puente acreo

    Perspectivasgeoestratg icas

    E! valor prospectivo de la geoesl-rategic no solamente se ha confirmado por la evolucion actual de las relaciones chino—rusas sino por todos los —acontecimientos que se han desarrollado despus de la implantacin del comunismo en Rusia.

    Si es verdad que el expansionismo sovi&ico tiene por fin —oficialmente— la expansfn del sistema ideolgico y social marxista—leninista sobre elmundo entero, no debemos olvidar que desde e1 advenimiento de este rgfmenen Rusia, Mosca, reconocida como “capital del proletariado mundial’1 no ha —deado de ser tambin la del ex—imperio de los Zares y que su expansionismo seha concretado por medio de conquistas terrtorfales, siempre que las circunstancias lo han hecho posible o en su defecto se ha recurrido a k•implantacin deestados ‘1satlftes”, segGn el sistema cl&fco de las anexiones o protectorados,en las direcciones geoestratgicas tradicionales de la expansin rusa anterioral comunismo,

    No fu por motivos ¡decrogicos por lo que se frmcS el pacto con

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    la Alemania hitierista de 1939 para el reparto de Polonia y se “liberaron” por elejrcito sovitico los Estados Bcílflcos, que eran independientes desde 1919, o porlo que se arranca en 1940 la Besarabki a Rumanfa o a Finlandia el istmo de Careha en 1940 y Petsamo en 1944.

    Como tampoco fu este el motivo de:

    La anexiSn de Prusia Oriental en 1945; ci desplazamiento por de—cision unilateral de la frontera de la nueva Polonia sovietica a la lineo de Oder—Neisso; la creaci&, de una Alemania Oriental sovietizada y ocupada por el ejr—cito rojo hasta 50 Kms. de los estrechos daneses y a 150 Km. del Rhin; la expon—sien del imperio sovitico por medio de Bulgaria hasta 150 Kms. de los estrechosturcos y a 50 Kms. del Mar Egeo.

    O del convencimiento de Stalin de poder realizar al fin el sueñoobsesivo de los Zares creyendo que podrta adueñarse de Grecia, merced al levantamiento comunista de Markos al mismo tiempo que intimaba a Turqufa para admitir la “defensa en coman” ruso—turca de los estrechos, lo que motiva la interven—cian de Truman el 12 de marzo de 1947.

    Como tampoco eran consideraciones ideolgicas las que empuaronal mismo Stalin a reclamar con insistencia en e1 Cairo, en Yalta y en Postdcm un“mandato ruso” sobre una de las ex—colonias italianas de Trtpoli, Libia o Eritrea.

    En fin, tampoco es por ideologl’a por lo que en el momento de laderrota del Japn, los rusos quitaron a los japoneses la mitad sur de Sakalfn y seanexionaron militarmente las islas Kuriles, convirtiendo tarnbin el Mar de — —

    • .• •Oknotsk en un mediterraneo sovietico, mientras que en cualquier ocasion reclaman la prohibicin de acceso al Mar del Japn a todas las fuerzas navales que nopertenezcan a los estados ribereños con el fin de conseguir pr&tkamente un nueyo mar ruso.

    En cuanto al problema cubano ¿ habría interesado hasta tal extremo a los Estado Unidos la adheshn de Fidel Castro a la ¡deologfa marxísta—lenínista si no fuera porque dominaba una isla situada a 150 Kms. de su territorio yporque habfa autorizado la instalacin de los misiles sovi&fcos dirigidos contraste ?.

    Inversamente ¿ no es gracias a su situacin geoestratgica por loque los Estados Unidos han podido decretar el bloqueo aero—naval de Cuba con —decisiva eficacia sin que Rusia pudiera oponerse miUtarmente, a pesar de sus sistemas de armas misil—nucleares intercontinentales, por temor a las correspondientos armas submarinas de los americanos?.

    Seguramente esta demostraciSn de fuerza no se habría desarrollado

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    si Castro y su ideologta se hubieran presentado, p. ej. en el Afganistan,

    La realidad del “comunismo mundial” no se puede negar, pero paranosotros no es ms que la justificacin social y el motor psicotgico del expansio —nismo contemporneo de Rusia y China, como lo fueron el Cristianismo y el Islamen la poca de las Cruzadas, la ¡deologfa de la revolucin francesa en el expansionismo napolenico, y, posteriormente, el nacismo y el fascismo, aunque estas Gltimas ¡deologtas que constitutan poderosos motores psicol6gicos internos no hayan sido invocadas abiertamente como ¡ustificacfn del expansionismo hiflerista o musotin iono.

    e fi o.Los hungaros han podido comprobar que la desestahnizacon no —ha renunciado ni a las conquistas territoriales de Stalin nf a las intervenciones delEjrcito Rolo, cuando se han estimado nccesarks para mantener a los satlifes ba —¡o la obediencia a MoscG

    Precrsamente porque el coloso domogrfico chino no ve ninguna ventajo en abandonar sus propios imperativos geoestratgicos histrfcos es por lo que —las fricciones “temporales” de antaño entre las naciones rusa y china se reavivanno obstante su supuesta unidad ideolgfca monolflica, afirmada corno dogma por losexpertos antes de producirse tas disensiones actuales. A5 lo registraba, despus —de descubrirse esta sftuacicSn, Zbigniew Brezniski, especiaUsta en temas sovliticosen la Universidad de Columbia, en la revista “Foreign Affcirs” : “Bajo la capa delcomunismo internacional, los dirigentes rusos y chinos, se entregan en realidad —al comunismo nacional”.

    La gran experiencia de prospecflva geoestrafgica del Almirante —Castex le habra permitido prever este acontecimiento. En su Gltima conferencia ¡dada en el Instituto de Estudios Superiores de la Defensa Nacional el 30 de juniode 1956 hacta esta pregunta : “ Esta Rusia, que pensaba servirse de Asia como untrampoltn cor)tra los occidentales ¿no se vera obligada corno enotras ocasiones a —convertirse en la vanguardia de Europa contra el perturbador asitico?. Entoncesvolvertamos en resumen, de Lenin a Miguel Strogoft. Situando la actitud de Ru —sia como consecuencia de las perturbaciones que se producen pericdicamente sobrenuestro vejo mundo pasarfmos directamente de la fase alemana a la china saltando por encima de la fase rusa que se prevera como sucesora de la alemana. Rusiase yerta entonces situada en corto—circuito. Figurarta —a tflulo defensivo tanto enla fase alemana como en la china, sin haber tenido tiempo de jugar un papel ofensivo en su propia fase”.

    En aquellos dtas, los expertos en asuntos chinos o sovflcos se en—cogtan de hombros ante el enunciado de esta hip&esis, pero siete años despus, loscorresponsales do prensa telegrafiaban desde Washington: “En los medios diplom—

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    ticos occidentalos existe el convencimiento de que la polftica del Kremlin esta actualmente —y lo estar en los años venideros— dominada por la realidad de un conflicto chino—ruso, ¡deolgico y geogrfico a la vez”.

    Mientras que en el curso de una sesin plenaria y pbUca de la O.N.U., e1 secretario del Forefgn Office, declaraba:

    “Actualmente, existe una situacfn que podrta abrfr el camino a unnuevo caprtulo de la cooperackn entre la Unf6n Sovitica y Occidente.

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