34

Cesim 4 - 2002 · Situación global en el siglo XXI” Frederic S. Pearson y J. Martin Rochester “Estado y Nación. Ernest Gellner y la teoría del nacionalismo

Embed Size (px)

Citation preview

ESCENARIOSACTUALES

El Centro de Estudios e InvestigacionesMilitares (CESIM), creado en el año1994, es un organismo del Ejército deChile cuya función es dirigir y gestionarla investigación y extensión en el ámbi-to de las ciencias militares e ingenieríamilitar, con el objeto de fomentar el co-nocimiento y dar respuesta a los reque-rimientos sobre temas relativos a la se-guridad y defensa nacionales.

Para desarrollar sus tareas académicasel CESIM cuenta con un Departamentode Planificación y Estudios Militares, unDepartamento de Investigación, un De-partamento de Extensión y un Departa-mento de Informática, de Documenta-ción y Publicaciones, los que orientan suacción hacia áreas tales como: estrate-gia militar y defensa nacional, fuerzas ar-madas y sociedad, colaboración al de-sarrollo nacional, e ingeniería militar ydesarrollo tecnológico.

“Escenarios Actuales” es editada y difundida porel Centro de Estudios e Investigaciones Militares(CESIM), en forma bimensual. Las ideas vertidasen los artículos contenidos en ella son de exclusivaresponsabilidad de los autores y no representannecesariamente el pensamiento, doctrina o posi-ción oficial del CESIM o del Ejército de Chile.

C O N T E N I D O S

EDITORIALPág. 1

ARTÍCULOS:

Relaciones Internacionales y Seguridad Hemisférica: unavisión desde la estrategiaGDB. José Miguel Piuzzi CabreraPág. 2

Tendencias de la Seguridad Hemisférica posteriores al 11de septiembre de 2001TCL. Jorge Fuenzalida Pezzi - TCL. Claudio Andaur UrbinaPág. 14

PANORAMA INFORMATIVOPág. 23

IMÁGENES DEL ENCUENTRO DEL COMANDANTEEN JEFE DEL EJÉRCITO CON LA COMUNIDADACADÉMICA NACIONALPág. 24

IMÁGENES DE LA JORNADA ACADÉMICA “TURBULENCIASEN LOS ANDES: MÉTODOS DE ANÁLISIS”Pág. 27

LECTURAS RECOMENDADAS“Relaciones Internacionales. Situación global en el siglo XXI”Frederic S. Pearson y J. Martin Rochester“Estado y Nación. Ernest Gellner y la teoría del nacionalismo”John A. HallPág. 29

REVISANDO LOS CLÁSICOSRaymond AronPág. 30

Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002.ISSN 0717-6805

CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002 1

EditorialEn esta cuarta edición de Escenarios Actuales del año 2002, el Centro de

Estudios e Investigaciones Militares ha seleccionado dos temas ligados al que-hacer de nuestra Institución en el contexto actual.

La situación mundial, incluyendo el ámbito regional, está viviendo proble-mas relativamente complejos. Las Fuerzas Armadas, que deben actuar en esteescenario de inestabilidad, necesitan adecuarse en concordancia con las realesamenazas actualmente vigentes, para lo cual se requiere una preparación profe-sional que permita asumir diferentes tipos de desafíos. En ese contexto, en estenúmero presentamos temas que tratan de explicar percepciones o realidadesdesde diversas perspectivas: “Relaciones Internacionales y SeguridadHemisférica: una visión desde la estrategia” y “Tendencias de la SeguridadHemisférica posteriores al 11 de septiembre de 2001”.

Al respecto, en el seminario “Las Relaciones Internacionales de Chile en elContexto de la Seguridad Hemisférica”, organizado por el Consejo Chileno deRelaciones Internacionales y la Academia de Guerra del Ejército, se expusierondiversas ponencias, entre las cuales se efectúa un análisis de la seguridadhemisférica desde el punto de vista de la estrategia. En este sentido se relacionala posición del país en el concierto de naciones latinoamericanas, lo que refuerzala idea de vincular la estrategia y la función militar a la política exterior paraenfrentar con mayor éxito los desafíos del mundo actual.

Como es tradicional, se incluye un panorama informativo con las activida-des recientemente realizadas y en las que ha participado este Centro de Estu-dios. También destacamos como lecturas seleccionadas el libro de Frederic S.Pearson y J. Martin Rochester “Relaciones Internacionales. Situación global enel siglo XXI”, en el cual los autores exponen su visión sobre las complejas varia-bles de las relaciones que existen hoy, con el fin de que se entienda la situaciónglobal contemporánea. Otra lectura que se sugiere como fuente de consulta es“Estado y Nación. Ernest Gellner y la teoría del nacionalismo”, donde se analizala influencia de esta teoría y por qué ha surgido en torno a ella un intenso deba-te intelectual. Por último, se menciona a un autor clásico, Raymond Aron, cuyaobra nos ayuda a comprender la realidad y el mundo en que vivimos con con-ceptos que son de utilidad permanente.

Director del CESIM.

2 CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002

INTRODUCCIÓN

Adentrarse enel tema de la segu-ridad hemisférica,desde la óptica dela estrategia, im-plica vincular lafunción militar conlas relaciones in-ternacionales y, de

alguna manera, con la realidad propia de lasnaciones. Igualmente, supone aproximarse des-de uno de sus ángulos, que en cierta medidamotiva controversias, ya que en un contexto re-gional de baja percepción de amenazas, o biendonde éstas no parecen apremiantes, situar elproblema de la convivencia internacional en elmarco del conflicto puede parecer distante yhasta poco atractivo.

Sin embargo, hay que precisar que el incu-rrir en dicha apreciación conduciría a una sobre-simplificación al no reconocer que la estrategia,enmarcada en la función militar, conlleva unagestión que comprende todo el espectro conte-nido entre los estadios de paz y de guerra, la

cual transita en escenarios dinámicos y cuyosreferentes globales experimentan variaciones degran importancia. Por ello, al iniciar este nuevosiglo se hace necesario superar la idea de que laestrategia militar significa centrarse en un mar-co que se relaciona unívocamente con el con-flicto bélico. La realidad exige hoy una nuevaconceptualización, pues ni la naturaleza del pen-sar ni del hacer circunscriben una ciencia o unarte en su aplicación prudencial a un momentoespecífico de la realidad social. Por el contrario,la estrategia militar supone una concepción ge-neral de los asuntos relativos al sujeto estratégi-co particular, que es el Estado-Nación, o de unocolectivo, como puede ser una dimensión de se-guridad hemisférica. De hecho, si seguimos aBeaufre,3 podemos decir que la seguridad en unadimensión hemisférica viene a ser, para un Es-tado, parte de su estrategia total para cumplirlos objetivos fijados por la conducción política.En esa estrategia total, la función militar, basa-da en una concepción estratégica propia de suquehacer, participa en el marco de la políticageneral aportando a la prevención de los con-flictos, a la resolución de algunas controversias,como también a la disuasión y, en caso de agre-sión, al empleo del potencial militar para recu-

1 Ponencia presentada en el seminario “Las relaciones Internacionales de Chile en el contexto de la Seguridad Hemisférica”,organizado por el Consejo Chileno de Relaciones Internacionales (CCRI) y la Academia de Guerra del Ejército de Chile(ACAGUE), desarrollado en Santiago, el 6 de mayo de 2002.

2 Director del Centro de Estudios e Investigaciones Militares del Ejército, es Oficial de Estado Mayor, Profesor de HistoriaMilitar y Estrategia, egresado del Magíster en Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile, Magíster en CienciasMilitares con mención en Planificación y Gestión Estratégica de la Academia de Guerra del Ejército y Doctor enSociología de la Universidad Pontificia de Salamanca, España.

3 Beaufre, André. “Introducción a la Estrategia”. Ediciones Ejército, Madrid, 1980, p. 10 y ss.

CENTRO DE ESTUDIOS EINVESTIGACIONES MILITARES

CESIMRelaciones Internacionalesy Seguridad Hemisférica:

una visión desdela estrategia 1

GDB. JOSÉ MIGUEL PIUZZI CABRERA2

CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002 3

perar la paz, con el mínimo de costos. Así, tantoel fin de la defensa, que es asegurar la paz, comolas capacidades y medios que se emplean des-de distintos ámbitos para su logro se van inte-grando en una estrategia general ajustada a unarealidad específica, para prevenir y resolver pa-cíficamente los conflictos y, en definitiva, paracontribuir al bien común de la nación.

Las guerras, como los conflictos en general,no son la simple expresión de lo militar. No loson ni en su origen ni en su desarrollo. Desdelos filósofos griegos y, antes de éstos, los chi-nos, hasta quienes estudiamos la guerra en laactualidad, sabemos que detrás de ello está elhombre y su condición humana con toda sucomplejidad.4 La guerra, según Keegan, impli-ca mucho más que la política como señalabaClausewitz, ya que siempre es una expresión dela cultura, es muchas veces un determinante delas formas culturales y, en algunas sociedades,la cultura en sí,5 produciendo un nivel de incer-tidumbre en las ciencias sociales que no encuen-tran ni una regularidad ni predicción en susmanifestaciones de violencia. Así las relacionesaltamente complejas carecen de la linealidadcaracterística de las ciencias exactas; de allí lariqueza, también, de estos fenómenos, cuyascondiciones son naturalmente irreproducibles.

Quizás por este último aspecto las relacio-nes internacionales, como trasfondo de la segu-ridad hemisférica y de la estrategia, no puedenser abordadas exclusivamente desde un marcorestringido de estructuras o sistemas, ya que, sibien generan algunas luces adicionales, no lo-gran resolver la dificultad y variedad propias delser humano y de su conducta.

Por otro lado, hablar actualmente de seguri-dad hemisférica concita dudas e incluso suspi-cacias.6 Las razones son muchas, pero, sobre

todo, lo que está presente es una gran dosis deincertidumbre frente a un mundo que no pode-mos comprender, ya que la globalización, laextensión de la democracia y de la integraciónno han suprimido la inestabilidad del sistemamundial, y, a pesar de todos los avances de quedisponemos, no es posible establecer prediccio-nes certeras sobre los conflictos.7

Hemos querido plantear estos asuntos sóloa modo de enunciados, porque, desde esta pers-pectiva, la presente ponencia intenta establecerlos vínculos y los aportes concretos que la fun-ción militar puede brindar, desde la estrategia, ala conducción de las relaciones internacionales;en particular, en el ámbito de la seguridadhemisférica.

Para tal efecto, el desarrollo de esta ponen-cia comprenderá los siguientes aspectos:

— Seguridad hemisférica en el marco de la Gue-rra Fría.

— Panorama actual y sus desafíos.— Estrategia, función militar y seguridad

hemisférica.— Reflexiones finales.

I. Seguridad hemisférica en el marco de laGuerra Fría

Cuando, en 1947, 19 países americanos sus-cribieron el Tratado Interamericano de Asisten-cia Recíproca (TIAR), y dieron forma a un siste-ma de seguridad hemisférico, la situación delcontinente era, en muchos aspectos, muy distin-ta a la actual. América, en su conjunto, no supe-raba los 326 millones de habitantes, es decir, el35% de la población actual. Chile, a su vez, teníaaproximadamente cinco millones y medio dehabitantes8 y su economía se centraba básica-mente en la producción de cobre y en la agricul-

4 Sorokin, Pitirim, “Sociedad, cultura y personalidad”, Aguilar Ediciones, Madrid, 1966.5 Keegan, John, “Historia de la Guerra”, Ed. Planeta, Madrid, 1995, p. 31.6 Son muchas las publicaciones previas y posteriores a los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos

que ponen en duda la vigencia del TIAR y su efectividad en el presente.7 Bien sabido es el grado de asombro que produjo en el mundo político y académico la caída del Muro de Berlín, en

1989.8 Petersen, William. “La población. Un análisis actual”. Madrid, Ed. Trinos, 1968.

4 CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002

tura, sin una mayor diversificación. Las FuerzasArmadas disponían de un equipamiento muybásico, que correspondía en parte a material deguerra desarrollado a partir de la Primera GuerraMundial. El entrenamiento e instrucción se ajus-taban a los cánones establecidos por la reformaprusiana de fines del siglo XIX, a la cual se ha-bían incorporado los avances en materias de tác-tica y técnica de empleo de la fuerza vigentes enel período de entre guerras y algunas desarrolla-das durante la Segunda Guerra Mundial. De he-cho, el Estado Mayor General del Ejército y laAcademia de Guerra renovaron sus procedimien-tos de trabajo y los planes de estudios conformea esos nuevos desarrollos profesionales.9

En el ámbito nacional, y desde una aproxi-mación sicosocial, el término de la SegundaGuerra Mundial concitó sentimientos diversos.Por una parte, se hacía presente una suerte deperplejidad ante la magnitud y el desenlace delconflicto, en especial debido al empleo de labomba atómica en Hiroshima y Nagasaki. Porotra, se evidenció la demostración palpable deldesequilibrio de los actores del continente, al po-seer uno de ellos, Estados Unidos, una capaci-dad nuclear que excedía la guerra convencionaly alteraba de modo drástico los niveles de ladisuasión. En este panorama, la firma del TIARse entendía como un acuerdo de seguridadhemisférica “destinado a prevenir y reprimir lasamenazas y los actos de agresión contra cual-quiera de los países de América”,...10 “sustenta-do por los ideales democráticos y la voluntad depermanente cooperación,11 lo que, a la vez, per-mitía afrontar eventuales amenazas bajo la tu-tela de Estados Unidos.12 Para los países ameri-canos constituía, pues, una suerte de doble se-

guro: se lograba mejorar los procedimientos desolución de controversias al interior del conti-nente y se protegían de agresiones del exterior.

No obstante, el expreso compromiso asu-mido a través del TIAR de “ayudar a hacer fren-te al ataque, en ejercicio del derecho inmanentede legítima defensa individual o colectiva...”,como la posterior creación de la OEA, no tuvie-ron un mayor impacto en las soluciones estra-tégicas que mantenían los países miembros nien la percepción de las amenazas que enfrenta-ba cada Estado, en forma particular.

Esta suerte de desfase entre el diseño deseguridad hemisférica y la seguridad militar decada país fue la expresión del peso de la reali-dad geoestratégica de la región, en la cual laposibilidad de una acción extracontinental al surdel Río Grande se percibía muy lejana y persis-tían antiguas disputas, especialmente vecinales.

En el caso de Chile, por ejemplo, las hipóte-sis de conflicto fueron durante el siglo XX esen-ciales en la concepción estratégica y, como ta-les, determinaban el desarrollo de la fuerza ensu potencial humano y material. Ello era así, nosólo como resultado de la primacía de una con-cepción territorial en la cual había numerososdiferendos fronterizos pendientes que, además,de tiempo en tiempo se hacían más intensos yvariados, abarcando a veces Argentina, otras aPerú y Bolivia o a cada una de ellos por separa-do. Objeto de estas tensiones fueron los territo-rios de la I y II regiones, producto del interés dePerú y de Bolivia, y las regiones X a la XII, en loque se refiere a Argentina. Esto, por las razoneshistóricas que conocemos y porque en el caso

9 Historia del Ejército de Chile, Estado Mayor General del Ejército, 1985, tomo IX, capítulo IV, pp.129-191.10 Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, 1947, considerando 1°.11 También dentro de los “considerandos” se afirma “que la obligación de ayuda mutua y de común defensa de las

Repúblicas Americanas se halla esencialmente ligada a sus ideales democráticos y a su voluntad de permanentecooperación...”. TIAR, 1947, considerando 6°.

12 Entre otros testimonios, el diario El Mercurio del 3 de septiembre de 1947 expresa en su editorial que “se han reafirma-do y vigorizado los conceptos básicos de solidaridad y cooperación interamericana que fueron enunciados en el Actade Chapultepec. Se han logrado mejorar los procedimientos interamericanos para resolver por medios pacíficos lascontroversias, puntualizándose las obligaciones de ayuda mutua y defensa común”, y agrega: “se ha condenadoformalmente la guerra y no recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza, de acuerdo a las disposiciones de las NacionesUnidas”.

CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002 5

del país trasandino se había desarrollado unaescuela geopolítica, de amplia difusión y acogi-da en los ámbitos políticos y militares, que pro-piciaba la idea de proyectar su país en ambosocéanos, posibilitando así convertirse en la po-tencia regional dominante del hemisferio sur.13

De allí que, más allá de que fuera la presenciade una situación conflictiva la que justificara lashipótesis, eran las amenazas latentes el basa-mento de estas apreciaciones.

A diferencia de Europa, que contó con unmayor grado de institucionalización en mate-rias de seguridad y defensa, además de unaestabilidad democrática, en los países de Amé-rica primó cierta ambigüedad, asumiendo quela seguridad hemisférica, cuando ella fuese re-querida por el TIAR o mediante la OEA, se con-solidaría siempre en un esquema donde la po-tencia eje, Estados Unidos, lideraría el esfuer-zo principal.

Ello provocó que en varias ocasiones sepusiese en duda la efectividad del TIAR, ya que,como un “instrumento”, los mecanismos de con-vocatoria y uso se restringieron principalmenteal criterio emanado de Washington.14 En estesentido la seguridad hemisférica, concebida através del citado Tratado, fue evidenciando susdebilidades y, más que representar un sistemainteramericano de seguridad de verdaderaoperatividad, quedó circunscrito a un ámbitomás bien formal, no obstante lo cual era nece-sario mantener. Lo cierto es que, una vez más,la fuerza de la realidad se imponía sobre las in-tenciones, y los intereses y expectativas a ve-ces divergentes de Estados Unidos y AméricaLatina derivaron pronto en desencanto y frus-tración. Nuestra región, a juicio del actual Mi-nistro Heraldo Muñoz, “confiaba en que el siste-ma de seguridad colectivo implicaría un esque-ma de cooperación similar al Plan Marshall y un

compromiso de EE.UU. con el principio de nointervención. Sólo hubo desilusión en ambosaspectos”.15

En este contexto general, y entrando en unplano más propio del pensamiento estratégico,el razonamiento que orientaba las materias re-lativas a la seguridad hemisférica fue decantan-do en ciertas premisas que de algún modo afec-taron la necesaria integración que debía darseentre la política exterior, la política de defensa,y la estrategia, en beneficio de la seguridadhemisférica. Si bien este hecho se entiende comoexpresión de una realidad propia de una época,donde muchos de los países de la región expe-rimentaban problemas internos y la interaccióncivil militar era bastante limitada, en nuestro casoésta se agravaba por la carencia de un equipa-miento militar adecuado frente a una situacióngeoestratégica altamente compleja.

En este marco, lo militar fue quedando cir-cunscrito a la guerra, al conflicto, y a tareas decolaboración en el orden interior, aun cuandoen el caso de Chile el Ejército participaba desde1948 con observadores en Naciones Unidas, yen otras misiones de paz.

Sin embargo, lo más delicado, y que ha ten-dido a prevalecer en el tiempo, se presenta enla lógica que primaba en la forma de decidir ma-terias estratégicas de alto nivel. Al respecto, porvariadas razones, se fue produciendo un traspa-so de las categorías de análisis estratégico encuanto a niveles de conducción (los niveles po-lítico, político estratégico, estratégico institucio-nal) a una arquitectura normativa que regulabauna correspondencia casi exclusiva con los ac-tores que debían participar en los procesos detoma de decisiones de cada nivel. Es decir, adiferencia de lo que ocurría en los países desa-rrollados, especialmente en Estados Unidos, con

13 Cheyre, Juan Emilio, “La economía, una variable en la relación estratégica y geopolítica en el Cono Sur de América”,Tesis doctoral, Madrid 2001. p. 280. Ver también: Saavedra Fuentes, Marcelo. Anatomía de un delirio. Nacionalismo,cultura virreinal y visión geopolítica argentina, Editorial Pillán, Temuco, 1999.

14 EE.UU. intervino empleando sus fuerzas, entre otros casos, en Grenada, Panamá y Haití, sin considerar el TIAR.15 Exposición del entonces Subsecretario de RR.EE. Heraldo Muñoz, en Revista XXIV Conferencia de Ejércitos America-

nos, Santiago de Chile, diciembre de 2001.

6 CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002

la organización del Poder Ejecutivo y de la es-tructura de defensa, donde en todos los nivelesde la conducción estratégica, especialmente enlos más altos, se integraban distintas concep-ciones en beneficio de resolver el problema es-pecífico con una visión multidisciplinaria, ennuestro ámbito se produjo una separación entrelos niveles político y estratégico, agravado porun débil desarrollo del nivel político estratégico,el que se suponía debía integrar ambas concep-ciones. Esta anomalía fue percibida por algu-nos estudiosos que, con sus críticas, contribu-yeron a la creación de instancias de comple-mentación.16 En todo caso, esta formacompartimentada de trabajar los asuntos estra-tégicos y de la defensa, en general, con visionesdiferentes en cada uno de ellos y en los quesecuencialmente se intentaba responder a re-querimientos que no son del todo divisibles, nofavoreció la integración que exigía la complejasituación nacional.17

Con todo, en la realidad descrita se fue ma-nifestando en la región una suerte de dicotomíadonde, en el plano de las relaciones internacio-nales, se podía evidenciar, en un extremo, unadiplomacia que cumplía los lineamientos de lapolítica exterior y, en otro, una estrategia comoexpresión de la función militar y de poder, conniveles de integración muy escasos.

Quisiera precisar que ésta fue una tenden-cia que prevaleció sobre el conocimiento quepudo haber respecto a los beneficios propios delparadigma realista que destaca conceptos comoel interés nacional, el poder nacional, el valorde la estrategia militar y el uso de la diplomaciacomo visiones complementarias para constituiruna política exterior coherente sobre la base deuna percepción adecuada del peso del país enel sistema internacional. En todo caso, ya en la

década de los años 50 se conocían traduccio-nes y análisis de los trabajos y perspectivas deautores modernos como Hans Morgenthau; y,desde antes, nuestros diplomáticos se interesa-ban por clásicos como Tucídides y Nicolás Ma-quiavelo, pero ello no impedía que las relacio-nes internacionales fuesen vistas primordialmen-te como un asunto de derecho internacionalencauzado en las organizaciones internaciona-les.

Por cierto, sería injusto afirmar que en el casonacional no hubo ocasiones en los que primóuna visión integradora en que el poder nacio-nal, el valor de la diplomacia y de la estrategiainteractuaron intensamente. Ello ocurrió en losmomentos de las mayores crisis vecinales y fueun factor fundamental que contribuyó a la solu-ción pacífica de las controversias.

Hoy no cabe duda de que la gestión estraté-gica implica un trabajo especializado, pero, a lavez, muy integrado y participativo de los distin-tos niveles de la conducción estratégica. Peroello no era fácil de comprender en un mundomuy regulado y donde la interacción que pri-maba era la que se desarrollaba entre los Esta-dos, con recursos muy escasos, y en un mo-mento en que en el terreno de las mentalidadesy del hacer se enfatizaba la especialización. Hayque decir también que la situación expuesta noimpidió, en nuestro caso, contar con una diplo-macia de reconocido prestigio, ni tampoco fueun freno al desarrollo de un nivel de prepara-ción militar, que ha sido especialmente desta-cado en América Latina.

II. Panorama actual y sus desafíos

Hoy, el mundo y la realidad en que nos en-contramos insertos son otros. En los pocos más

16 Mediante ley 7.144, de 31.DIC.1941, se crea el Consejo Superior de la Defensa Nacional (CONSUDENA). Por DFL.181, de 23 de marzo de 1960, se establece el Consejo Superior de Seguridad Nacional (CONSUSENA) y la Junta deComandantes en Jefe.

17 Numerosos escritores militares desde distintos enfoque se refirieron a la necesidad de una mayor integración entre lapolítica y la estrategia. Entre ellos destacan el TCL. Julio Campo Sepúlveda, que en 1948 publica “La II GuerraMundial, la Política y la Estrategia”; el CRL. Manuel Montt Martínez, autor de “La Guerra, su Conducción Política yEstratégica”, 1955. En 1986, el entonces TCL. Juan Emilio Cheyre Espinosa, actual Comandante en Jefe, publica sulibro “La interpenetración político estratégica”.

CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002 7

de cincuenta años de vida del TIAR se han pro-ducido cambios enormes. El comercio entrepaíses tan lejanos como Singapur y Chile eshabitual y los flujos financieros entre Nueva York,La Paz, Tokio o Sydney son instantáneos. Losarmamentos han evolucionado notablemente, lainformación abruma fluyendo vertiginosa a tra-vés de Internet y las noticias y sucesos en unpaís o región son conocidos y vistos simultá-neamente en diversos puntos del planeta. Dehecho la efectividad de las imágenes es tan gran-de que algunos han postulado que la globaliza-ción genera “tribus” de individuosinterconectados entre sí por temas o agendasespecíficos, produciendo la fragmentación de in-tereses a un grado impensable hace algunosaños. Las relaciones transnacionales entre gru-pos de distinta naturaleza son un fenómeno nue-vo que ha abierto todo un campo de estudio yque tiene un impacto en las relaciones interna-cionales. Ello no sólo adquiere importancia porsu magnitud y alcance geográfico, sino, sobretodo, por cuanto se ha institucionalizado, po-tenciando enormemente su acción.

Un escenario más interdependiente como eldescrito exhibe unas relaciones mucho más in-trincadas entre los entes estatales, a los que sehan sumado otros actores, como las organiza-ciones internacionales gubernamentales (OIG)18

y las organizaciones no gubernamentales,ONGs.19 Éstas últimas han pasado a jugar unpapel importante, ya que han sido capaces desituar sus demandas en las agendas de los or-ganismos internacionales y en los Estados, con-dicionando, de algún modo, su acción en mu-

chos temas que antes se reservaban a la sobe-ranía de éstos.20 El Yearbook of InternationalOrganization registra en la actualidad sobre10.000 organizaciones no gubernamentales, loque representa más de 30 veces el número deorganizaciones intergubernamentales en las quelos Estados tienen participación.21

Este nuevo escenario obliga al Estado-Nación a fortalecer el ejercicio de las funcionesque le son propias, de manera de ajustar y ba-lancear las fuerzas divergentes de la integracióny la fragmentación. El buen manejo entre lascrecientes presiones internacionales y los nive-les de descontento interno que genera la globa-lización contribuye a reducir el debilitamiento delEstado,22 en un contexto en el que la sociedades más exigente y demanda una mayor protec-ción por parte de éste.

El panorama actual tiende, entonces, a laconfiguración de un sistema de relaciones múl-tiples en la forma de una red o telaraña, con untejido de vínculos políticos, económicos, socia-les y militares desplegados por actores e intere-ses muy diversos que producen, en definitiva,una convergencia flexible y dinámica de intere-ses entre los distintos países. En todos estoscampos se ha hecho presente la complejidad yvariedad y, con ello, la incertidumbre que hacenecesarias más cuotas de seguridad.

Tal vez por eso, la seguridad hemisférica esvista de diferentes formas por los países de laregión. Todos concuerdan en que el TIAR es uninstrumento que refleja las asimetrías entre Es-

18 Las OIG son organizaciones conformadas por Estados soberanos. Entre ellas se cuentan la ONU, OEA, ASEAN, OAU,Unión Europea, Unión Europea Occidental, etc.

19 Las ONGs han experimentado un aumento explosivo en los últimos años. Así, por ejemplo, el número de ONGsregistradas en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pasó de 1.600 en1980 a 2.970 en 1993. En 1995 las ONGs internacionales habían crecido de 176 en 1909 a 28.900 en 1993. Existenregistros que permiten avalar su espectacular crecimiento en los pasados cinco años (...) Por ejemplo, Nepal, que en1990 tenía 220 ONGs, para 1993 la cifra ya era de 1.210. En Bolivia las cifras pasaron de 100 en 1980 a 530 en 1992.Revista Debate Legislativo Nº 11, junio de 1999, México.

20 La actual crisis argentina es un claro ejemplo del poder del FMI, organismo que exige la adopción de medidas tendien-tes a disminuir el abultado gasto fiscal y otras de ordenamiento financiero como condición para cursar nuevos présta-mos, con implicaciones en lo social y político de ese país.

21 Citado en Pearson y Rochester, “Relaciones Internacionales, situación global en el Siglo XXI”.22 Clark, Ian, “Globalization and Fragmentation. International Relations in the Twentieh Century”. Oxford University Press,

London, 1997.

8 CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002

tados Unidos y América Latina, especialmenteen los aspectos tecnológicos y el poder econó-mico y militar, por lo cual su eficiencia y utilidadestán condicionadas por esta relación desigual.Estados Unidos ha propiciado un sistema co-operativo, donde se sostiene que las fuerzas ar-madas de Centro y Sudamérica deben partici-par en actividades destinadas a combatir algu-nas de las nuevas amenazas, como el narcotrá-fico.23

Argentina ha respaldado gran parte de lasiniciativas norteamericanas, siendo incluso re-conocida como Aliado Extra OTAN por el paísdel norte. Brasil ha mantenido una postura másindependiente de Estados Unidos en materiasde seguridad y defensa debido al liderazgo quedesea ejercer en Sudamérica. Chile también si-gue una línea más independiente, habiendo he-cho explícita su política de defensa en 1997,donde define una postura disuasivo defensiva,24

cuyas Fuerzas Armadas, además de estar ca-pacitadas para cumplir sus misiones tradicio-nales, pueden cooperar en el plano internacio-nal a través de la ayuda humanitaria o partici-pando en operaciones de paz.

En este sentido hay que comprender las te-sis que en materia de seguridad sugieren losproblemas transversales o transnacionales comoel narcotráfico, el tráfico ilícito de armas, el cri-men organizado y el terrorismo, entre otros.Dado el modo de operar de algunos grupos, losrecursos de que disponen, sumados al acceso ala tecnología, podrían llegar a constituirse enfuentes de conflicto.

Así, en América conviven las hipótesis deconflicto convencional, en muchos casosreplanteados y muy atenuados con nuevas ame-nazas que, en la medida que adquieran fuerza,podrían llegar incluso a transformarse en hipóte-sis de conflictos no convencionales. De ello evi-

dentemente no se puede deducir que estamosplanteando una suerte de militarización del temade la seguridad en su conjunto y en sus diferen-tes formas; por el contrario, el desafío actual estáen precisar y distinguir cuál de ellas pueden te-ner una connotación estratégica militar y que, portanto, pueden ser incorporadas por el conductorpolítico al análisis político estratégico.

Como se ha logrado advertir, las artificialesdivisiones entre seguridad externa e interna nose ajustan a la realidad de redes complejas, a lainterdependencia y a la transnacionalización delescenario internacional en que hoy vivimos. Esdecir, los “complejos de seguridad”, como se-ñala Buzan, no están insertos en sectores espe-cíficos, sino que, en la lógica regional, puedencomprender distintos tipos de actores.25

El debate sobre los alcances y los límitesentre ambos espacios de seguridad se ha am-pliado en el último tiempo a raíz de los atenta-dos ocurridos en Estados Unidos, los que evi-denciaron el anacronismo de conceptos rígidosacerca de lo interno y lo externo, inapropiadostambién para la interoperabilidad funcional quedemandan las nuevas amenazas.

Es por todo lo anterior que, dentro de losdesafíos que surgen al enfrentar la seguridadhemisférica a las exigencias que en la actuali-dad presenta nuestro continente, está el plan-tearse las posibles opciones estratégicas a la luzde los escenarios que se pueden proyectar. En-trar en este terreno no es asumir modas o que-darse en el plano de la teoría. Es lo propio de laexperiencia práctica en un mundo que cambia,y donde los países no necesitan ser grandespotencias para adquirir importancia y peso in-ternacional.

América Latina tiene varias opciones estra-tégicas para enfrentar los desafíos del momento

23 “Cooperación Regional y Defensa Nacional”, investigación académica CESIM. Inst. Est. Int. U. de Chile, año 2000/2001.

24 Libro de la Defensa Nacional de Chile, año 1997, p. 89.25 Existen sistemas de seguridad de tipo homogéneos y heterogéneos. Ver Buzan, Barry. “Security. A New Framework for

Analysis”. Lynne Rienner Publisher, London, 1998. p. 16.

CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002 9

actual. Para ello se puede partir de una concep-ción basada en lo geográfico, como también deuna más amplia que responda a la totalidad delas interacciones que, en el ámbito de las rela-ciones internacionales y de la seguridad respon-dan a la variedad y amplitud que, incluso másallá del hemisferio, presentan los vínculos de lospaíses americanos.

En nuestros estudios desarrollados en elCESIM, en la participación en distintos semina-rios académicos y en los trabajos preparatoriosde la nueva versión del Libro de la Defensa Na-cional, hemos planteado el detalle de estas op-ciones y de los posibles escenarios, razón por lacual estimo innecesario abordarlos en esta oca-sión.26 Sin embargo, cuando nos estamos refi-riendo a los nuevos desafíos, no es posible dejarde mencionar, aunque sea muy someramente,los alcances estratégicos del panorama actual,como también las implicaciones estratégicas deéste en la formulación de una política de defen-sa. Respecto de los alcances, éstos se refieren alos objetivos estratégicos, la fuerza, el escena-rio y la gestión estratégica.

En primer lugar, el objetivo, desde unaaproximación estratégica, es un elemento cen-tral que orienta la acción, a la vez que constitu-ye el referente esencial para la función militar.En el presente, fijar estos objetivos estratégicoses más difícil que en el pasado, por cuanto mu-chas veces responden a amenazas no conven-cionales, donde el potencial enemigo no estáclaramente identificado, pero su acción implicaun alto grado de letalidad y repercusión en losintereses estratégicos del país.

El segundo alcance corresponde a la fuer-za, la que en el presente debe ser capaz de res-ponder a distintas realidades, lo cual supone unaadecuación de los medios y una preparaciónmuy especializada en materias de alta comple-jidad, dadas las variadas formas en que las ame-

nazas se pueden presentar y su nivel de sofisti-cación. Esto impone un reto de proporcionescuando queremos estar presentes en las instan-cias de cooperación regional.

El escenario, como tercer alcance, tiene, paranosotros, una importancia capital. Baste decir quealguna de las nuevas amenazas puede adquiriruna dimensión estratégica, en lo que se refiere alnecesario resguardo de zonas aisladas del país.A modo de ejemplo, quisiera señalar que sólo elhipotético caso de un interés compartido de gru-pos organizados en la zona próxima a la fronteraentre Perú, Bolivia y Chile, decididos a asentarseen parte del altiplano chileno, es un riesgo deproporciones que, en otros continentes, ha deri-vado en pérdidas territoriales, por la falta de unadebida consideración político estratégica y laconsecuente falencia en la prevención y respues-ta, en cuanto a oportunidad y medios.

El cuarto alcance hace referencia a la ges-tión estratégica, lo que significa integrar proce-sos y sistemas de información, evaluación yanálisis que faciliten la toma de decisiones tan-to para la cooperación como para la disuasión.Asimismo, la gestión estratégica demanda vi-siones de mediano y largo plazo, coherente conuna visión de Estado.

Una vez vistos estos cuatro elementos, nopodemos dejar de mencionar que, desde la es-trategia, surgen también ciertas condicionantesa considerar en la política de defensa. De mane-ra muy concreta parece necesario, en primer lu-gar, revisar, de acuerdo a lo visto precedentemen-te, la posición del Estado en materia de fronterasinteriores, como una forma de reducir las vulne-rabilidades que ellas representan. En la práctica,y como todos sabemos, difícilmente hay un terri-torio que demande mayores desafíos al ingenioestratégico que el de nuestro país. La presenciade fronteras interiores representa un desafío so-cial que repercute seriamente en lo militar.

26 Seminarios realizados por el CESIM en 2000 y Mesa Redonda 2001. Ver Investigación Académica “CooperaciónRegional y Defensa Nacional” CESIM. - IEI., 2000-2001. Ver también Smith, Peter. “Strategic Options for Latin Amé-rica”, en Latin America in the New International System, Joseph S. Tulchin, Ralph H. Espach (editores), Lynne RiennerPublishers, 2001.

10 CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002

En segundo lugar, conviene potenciar eldesarrollo integrado en áreas de interés civilmilitar común, en particular en ciencia y tecno-logía, tales como la seguridad informática, ladetección y nuevas formas de control de tráficode material radiactivo, el empleo de sistemasde información geográficos digitales, entre otros.

Finalmente, junto a los dos aspectos anterio-res, parece fundamental el fortalecimiento de laintegración social y del espíritu de defensa en unsentido amplio. Es imperativo cautelar el legadode unidad y cohesión heredado de nuestros an-tepasados, quienes contribuyeron a forjar esesentimiento único de pertenencia que identificatanto al chileno de Arica como al de Isla Grandede Tierra del Fuego, más allá de las diferencias ycaracterísticas particulares. Asimismo, Chile po-see altos niveles de valorización de la funcióndefensa y ése es un gran capital que pertenece atodo el país. Ambos aspectos requieren de unapermanente atención, ya que los efectos de lafragmentación pueden llegar a erosionar el espí-ritu de unidad y la cohesión nacional.

III. Estrategia, función militar y seguridadhemisférica

La concepción de un mundo globalinterrelacionado, compuesto por redes, lleva avisualizar la realidad nacional y continental atra-vesada por un sinfín de actores no gubernamen-tales que compiten con el Estado-Nación en losámbitos –cada vez menos identificables– inte-rior y exterior. Hoy día, si bien no se discute,pese a haberse erigido algunas tesis en contra-rio,27 que el Estado-Nación es el eje del sistemainternacional, ha surgido una multiplicidad deactores que afectan a los países y, en ocasio-nes, restan facultades a los Estados.

En este entorno un tanto difuso vincular laestrategia militar con la seguridad hemisférica

en el ámbito de las relaciones internacionales,para lograr el objetivo de preservar la paz y con-tribuir a la estabilidad democrática de los paísesdel continente, no es tarea fácil, y, como en to-das las grandes empresas, requiere de una uni-dad de propósitos mínima y de una voluntad dealcanzar los fines que se persiguen.

Lograr esta ecuación entre paz y seguridadno consiste en experimentar fórmulas que a pocoandar perderán su vigencia. Es más, parecieraque en el momento actual hay que contribuir ala credibilidad colectiva de los esfuerzos querealizan los países en bien de la seguridad, avan-zando en sistemas muy sustentados en la reali-dad y a partir de los cuales se pueda progresaren el tiempo. Al respecto conviene recordar lametodología de Francisco de Vitoria, quien acu-de a la teoría de la “paz dinámica”, donde plan-tea que es justamente una secuencia de esfuer-zos coherentes en el tiempo los que día a díacontribuyen a la paz.

Esto nos lleva a plantear la relación entre laestrategia y la seguridad hemisférica en un sen-tido práctico, a partir de ciertas consideracio-nes básicas que a continuación se exponen, lasque no comprometen, necesariamente, nivelesy categorías de análisis:

La primera de ellas se refiere a la relaciónque se establezca entre el bien por cautelar, quees la paz, y lo que se defina como amenaza. Locentral es considerar como elemento básico dereferencia los objetivos estratégicos comunesque sirvan a la concepción general de la seguri-dad hemisférica frente a las amenazas transna-cionales. Estos podrían ser asumidos por losEstados al nivel de los objetivos estratégicospropios, en forma no privativa. Ello, puesto quecuando se mira la situación nacional o bienhemisférica a través de los objetivos estratégi-cos comunes,28 se logra dar coherencia y res-

27 Por ejemplo Ohmae, Kenichi. El fin del Estado Nación. El ascenso de las economías regionales, Editorial Andrés Bello,Santiago, 1997 (The End of the Nation State, 1995) y sobre todo Bergalli, Roberto y Resta, Eligio. Soberanía: unprincipio que se derrumba, Paidós, Barcelona, 1996.

28 Un objetivo estratégico es aquel que involucra aspectos vitales para la supervivencia del Estado-Nación y para laseguridad y estabilidad de la comunidad nacional.

CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002 11

ponder en buena forma al requerimiento que seformule desde el nivel político. Permite, además,pensar estratégicamente, evitando una acciónde lo militar en ámbitos que no le son propios y,en los casos que comprometan la función mili-tar, contribuye a una acción preventiva y decooperación, incluso de disuasión, que puedeevitar exponer innecesariamente las comunida-des en las que estas amenazas se manifiesten.

Al respecto, y llevado al campo nacional,ello podría hacer necesario revisar la concep-ción que ha surgido acerca de las nuevas ame-nazas, en la que se plantea que la fuerza militardebe actuar cuando la fuerza policial es sobre-pasada. En principio, nos parece que esta ideapodría ser adecuada como una medida prácticade reflejar la gradualidad del empleo de los me-dios de que dispone el Estado, pero, desde elpunto de vista de una gestión estratégica, noconllevaría, necesariamente, una visión queaporte a prevenir el conflicto o a evitar que ésteescale. Tampoco facilitaría orientar un eventualempleo de la fuerza militar en la forma más efi-caz, en términos de reducir las bajas y provocarel mínimo de convulsión.

Adicionalmente, esa primera forma de con-cebir el empleo de la fuerza militar frente a lasnuevas amenazas se alejaría de la tipología pos-tulada por algunos autores, en la medida quesupone una suerte de relevo entre antiguas ynuevas amenazas, proceso que no recogería, enla práctica, la realidad de muchos países ameri-canos, donde, a la fecha, coexisten ambas.

La segunda consideración adscribe a la ne-cesidad de asumir una visión donde los paísespuedan participar efectivamente en el sistemade seguridad hemisférico. Para ello, el partir deun supuesto de multifuncionalidad, entendidacomo una capacidad que le permita servir tantoa la cooperación como a la disuasión, en lo na-cional y hemisférico, es fundamental. Esta ideade multifuncionalidad permite que la fuerza mi-litar se desarrolle en términos reales frente a losprobables empleos y, además, que pueda res-ponder frente a escenarios que a su vez son di-versos, de acuerdo a los compromisos adquiri-

dos por el país. Esta característica, se cree, re-cogería la optimización del empleo de la fuerzapermitiendo desarrollar capacidades que lospropios Estados demandan y que tienen unaaplicación en los requerimientos de una seguri-dad continental.

Llevado al plano nacional se permitiría res-ponder, además, a la creciente complejidad querepresentan los acuerdos hemisféricos,subregionales y bilaterales, donde el nivel decompromiso, desde el punto de vista militar, tien-de a ser distinto. Esto es fácil de ejemplificar: ElTIAR, el MERCOSUR y la próxima asociacióncon la Unión Europea suponen, aparte de loselementos de diálogo político y de la constitu-ción de un libre mercado, elementos asociadosde seguridad y defensa no siempre explícitos.Éstos, en variadas ocasiones, han avanzado,incluso, más allá, institucionalizándose medianteinstrumentos o regímenes, mecanismos milita-res de eliminación o mitigación de hipótesis deconflicto, acuerdos de cooperación y otros, es-trategias todas que buscan hacer viable un cli-ma de seguridad favorable a la integración polí-tica y económica. En efecto, la mitigación dehipótesis de conflicto forma parte de una estra-tegia destinada a proveer un contexto mayor denegociación e integración política y económica.Dado lo anterior, la función militar debería, en-tonces, adaptarse a esta forma de concebir larealidad multifuncionalmente.

La tercera consideración se fundamenta enla generación e intercambio de información yde conocimiento. Baste decir que difícilmentese podrá avanzar en un sistema de seguridadhemisférico u otro de cualquier tipo que no ten-ga un basamento en un conocimiento e infor-mación mínimas, que reduzcan las asimetríasque se presentan entre los países. En lo esen-cial se trata de desarrollar una masa crítica queesté en condiciones de participar en conjuntocon los países más desarrollados en los estu-dios y apreciaciones orientados a la preven-ción y al desarrollo de medidas en beneficio dela seguridad. En este sentido, varios paísesamericanos tienen la potencialidad de vincu-larse en materias de alta complejidad con los

12 CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002

países más desarrollados, lo cual aporta a laconfianza mutua y permite reducir la brechadel desarrollo tecnológico, a través del conoci-miento. Adicionalmente, contar con informa-ción oportuna acerca de aquellos elementosque pudieran constituir amenazas comunes alos países miembros permitiría coordinar lasacciones eficientemente, en especial luego delnuevo entorno estratégico posterior al 11 deseptiembre de 2001.

Una cuarta consideración se refiere a la ne-cesaria integración entre la política de defensay la política exterior, como marco que dé sus-tento a una concepción político estratégica na-cional y a las estrategias conjuntas y militares.Esto es básico, por cuanto otorga una real con-sistencia al esfuerzo estratégico y, en definitiva,brinda sustentabilidad a un sistema de defensay seguridad tanto nacional como hemisférico.Asimismo crea las condiciones para potenciarlos vínculos del país y para proyectarse a me-diano y largo plazo.

En síntesis, las cuatro consideraciones bá-sicas expuestas precedentemente crean las ba-ses para que la función militar pueda aportar através de la cooperación y la disuasión, a la di-plomacia y al campo de las relaciones interna-cionales.

IV. Reflexiones finales

La seguridad hemisférica es un tema de lamayor importancia en la actualidad. El país haalcanzado una posición relevante en el concier-to de las naciones latinoamericanas, especial-mente en algunos ámbitos como la economía,la calidad de vida y la estabilidad política, lo quele ha permitido posicionarse más allá del conti-nente. Esta favorable ubicación internacionalimpone integrar esfuerzos en todas las áreas parapotenciar aún más el desarrollo y la seguridad.Ello hace necesario vincular la estrategia y lafunción militar a la política exterior para así en-frentar con éxito el mundo de redes y de com-plejas relaciones actuales. Sin embargo, se ob-serva que en Chile dicha integración no se en-cuentra aún en el nivel propio de compenetra-

ción que exhiben las principales democraciasoccidentales.

Lo cierto es que Chile está inserto de modopeculiar en la geografía de organismos e ins-trumentos con los cuales mantiene diversosgrados de implicación. De ellos, los más rele-vantes en el ámbito hemisférico son la OEA, elMERCOSUR, el Grupo de Río, los Acuerdos deComplementación Económica con Argentina,Perú y Bolivia, así como con México, Canadá yen el futuro presumiblemente con Estados Uni-dos. Una posición a adoptar frente a ello es quecualquiera sea la opción estratégica que elija-mos debe respetar la diversidad y pluralidadde un sistema internacional concebido en re-des. Incluso, es posible prever un interés na-cional extendido más allá de la región con elreciente acuerdo con la Unión Europea que, porsus condiciones de facilitar el diálogo político,impondrá consideraciones en materias de se-guridad y defensa.

Esto quiere decir que nuestro país tendrá queresponder a variadas demandas y a los com-promisos de seguridad hemisférica, subregional,y bilateral. Y frente a tal reto un sistemaadaptativo flexible es un camino concreto co-herente que vincula las distintas áreas en quese proyecta el país, incluida la militar, con lascondiciones del mundo actual y las posibilida-des que hoy se nos presentan. Asimismo, unsistema adaptativo flexible no reduce la seguri-dad y la defensa a un solo tipo de amenazas,asumiendo una visión reduccionista de lo nue-vo y lo viejo, tan corrientemente usada en algu-nas concepciones.

Como hemos podido observar, todo fenó-meno social es de por sí complejo, y el conflictoy la guerra lo son en particular en la medida queinvolucra al ser humano, a grupos y nacionescon intereses diversos. Difícil es, por tanto, lo-grar aprehender esta realidad, llevada al planode la seguridad hemisférica como marco de lasrelaciones internacionales. De allí que las pro-posiciones aquí hechas constituyen un esfuerzopor intentar aproximarse a esta realidad socialtantas veces inasible, compleja y dinámica.

CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002 13

En todo caso, nuestro desafío es ser conse-cuentes con lo que nos demanda la historia, ycon las tantas generaciones que han trabajadopor el desarrollo de la paz y la seguridad. A ellosno podemos defraudarlos, menos aun cuandotenemos las condiciones para producir un saltocualitativo aprovechando las ventajas que nosproporciona la globalización mediante una ac-ción integrada y participativa de todos los sec-tores. Que tengamos éxito no sólo es importan-te para la seguridad de nuestra patria, sino igual-

mente importante para las generaciones de chi-lenos que aún no han nacido.

Esfuerzos como este seminario, y tantosotros, son los que trazan el camino hacia el fu-turo que realmente podemos alcanzar. Porqueen el mundo en que vivimos, un país pequeño,pero bien integrado, que aproveche las capaci-dades y talentos de nuestros hombres y muje-res, tiene la oportunidad de progresar y ubicar-se en el sitial que soñaron sus fundadores.

14 CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002

INTRODUCCIÓN

El término de la Guerra Fría, el colapso delcomunismo y la reunificación de Alemania hanpermitido el surgimiento de fenómenos políticos ysociales con efectos significativos en la vida de lasnaciones. En efecto, la globalización económica yde las comunicaciones, la existencia de una rela-ción más estrecha e interdependiente entre los Es-tados, la proliferación de actores internacionalesno estatales y la mayor extensión de las empresasmultinacionales hacia todas las regiones del mun-do han caracterizado al mundo de inicios del sigloXXI y conforman un nuevo paradigma en las rela-ciones internacionales.

Una consecuencia inmediata de la globali-zación se puede observar en la restricción de la

soberanía de las naciones y en el resurgimientode disputas de carácter étnico y racial, los quejunto a conflictos interestatales tradicionales yotros nuevos o “emergentes” comienzan a ge-nerar este nuevo escenario. Este panorama pos-terior a la Guerra Fría ocurre en un ambiente endonde todos los Estados se ven en la necesidadde recurrir a otros actores, ya que por sí solosno pueden promover completamente sus inte-reses nacionales, aspecto que, crecientemente,se traduce en una tendencia hacia la cooperacióninternacional.

El ataque sufrido por EE.UU. el 11 de sep-tiembre de 2001 dio origen a un nuevo tipo deguerra liderada por esta nación; se trata de unestado de “guerra contra el terrorismo dondequiera que éste se halle”.

El desarrollo de los acontecimientos, a partirde esa fecha, indica que no parece posible queesta nación imponga su hegemonía y asegureun orden internacional de paz. La realidad señalaque los conflictos persisten y la guerra seguirácondicionada por la voluntad soberana de losEstados. Agrava esto último el hecho de que laglobalización es resistida y rechazada por un altoporcentaje de la población mundial, que visualizaen ella una amenaza a sus creencias religiosas, asus valores éticos y a su sistema de vida.

1 Oficial de Estado Mayor, Profesor de Academia en la Cátedra de Organización y Personal. Es Magíster en Gestión y Plani-ficación Estratégica de la Academia de Guerra del Ejército. Actualmente se desempeña como Oficial analista del CESIM.

2 Oficial de Estado Mayor, Profesor de Academia en la Cátedra de Organización y Personal. Es Magíster en Gestión y Plani-ficación Estratégica de la Academia de Guerra del Ejército. Actualmente se desempeña como Oficial analista del CESIM.

CENTRO DE ESTUDIOS EINVESTIGACIONES MILITARES

CESIMTendencias de laSeguridad Hemisférica

posteriores al 11 deseptiembre de 2001TCL. JORGE FUENZALIDA PEZZI 1

TCL. CLAUDIO ANDAUR URBINA2

CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002 15

En este clima internacional, donde EE.UU.juega un rol preponderante en las relaciones in-ternacionales, el presente artículo se orienta aefectuar un análisis de los principales elemen-tos que han caracterizado a la seguridad colec-tiva de las Américas antes de la caída del co-munismo soviético, el impacto que representóel accionar terrorista el 11 de septiembre de2001, la identificación de las principales tenden-cias de la seguridad hemisférica en la región ainicios del nuevo siglo y las principales conclu-siones que de estos antecedentes se derivan.

SITUACIÓN DE LA SEGURIDAD HEMISFÉRICACON EL FIN DE LA GUERRA FRÍA

El fin de la Guerra Fría y del conflicto ideo-lógico puso en evidencia la obsolescencia delSistema de Seguridad Hemisférica, fundamen-talmente derivado de la desaparición de lasamenazas pos Segunda Guerra Mundial en quese encontraba sustentado.

En efecto, los elementos del Sistema deSeguridad Hemisférico, entre los que se desta-can la Carta de la OEA, el Tratado Interameri-cano de Asistencia Recíproca, diversas conven-ciones internacionales, acuerdos e instrumen-tos subregionales, entre otros, han demostrado,durante este período, ser poco eficaces paraenfrentar esquemas concebidos para un cuadrode relaciones internacionales superado.

En su gestación, los principios y procedi-mientos establecidos sobre Seguridad Colecti-va, y que fueran protocolizados el año 1948 enlos artículos 27 y 28 del capítulo VI de la Cartade la OEA, constituyen la consecuencia directadel instrumento de seguridad de las Américasmás importante puesto en vigencia un año an-tes, denominado “Tratado Interamericano deAsistencia Recíproca” (TIAR).3

Ya en enero 1962, la exclusión de Cuba deltratado, justificada entonces en el marco de lacarta de la Organización de Estados America-nos (OEA) y de las disposiciones del TIAR, pu-sieron en evidencia que la lucha ideológica con-tra el comunismo era más trascendental que lasolución pacífica de las controversias en el con-tinente. Poco después, durante la Crisis de losMisiles en Cuba, el TIAR volvió a invocarse, si-guiendo los intereses militares de EE.UU.

Después de esta situación de gran impactoen el ámbito de la Guerra Fría, el tratado de 1947comenzó su declive. La desconfianza regionalhacia este único compromiso de seguridad co-lectiva se hizo cada vez más notorio. A pesar deque en 1975 se redactó un Protocolo de Refor-mas al TIAR, éste no llegó a entrar en vigor por-que sólo fue ratificado por ocho de los 21 paísesfirmantes (Brasil, Costa Rica, Estados Unidos,Guatemala, Haití, México, Perú y República Do-minicana).

Posteriormente, durante la crisis de lasMalvinas, en 1982, Argentina invocó al TIAR sinresultados positivos.

A fines de los años 90, el tratado nuevamentefue objeto de estudio, no sólo por su valor in-trínseco, sino por las realidades internas y enfunción de las agendas externas de algunos paí-ses del área, como fueron las diversas opinio-nes que Argentina y Chile emitieron respectode este mecanismo.4

Sin embargo, fue la opinión de Venezuela laque marcó una posición de disidencia respectode la mantención del TIAR al considerarlo ana-crónico, obsoleto e incapaz de enfrentar las nue-vas amenazas surgidas como la pobreza y elnarcotráfico. El propósito de esa nación fue elde redefinir la doctrina militar de la región y para

3 La Seguridad Colectiva fue un tema que comenzó a ser considerado en el Sistema Interamericano en la década del 30,como resultado de la situación existente en ese entonces y que desembocó en la Segunda Guerra Mundial.

4 Argentina propuso adecuar los mecanismos de seguridad del continente ante la amenaza del terrorismo internacional,fenómeno que vivió en su propio territorio con los atentados a la embajada de Israel en 1992 y a la Asociación MutualIsraelita Argentina (AMIA) en 1994. Asimismo, al igual que Chile, buscó que los instrumentos vigentes fueranreformulados en el marco de las discusiones de órganos como la Comisión de Seguridad Hemisférica de la OEA. Estosdos países insinuaron así que el TIAR resultaba ya inadecuado e inoperante.

16 CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002

ello propuso, durante la IV Conferencia de Mi-nistros de Defensa de las Américas, estableceruna nueva estructura de seguridad regional. Laposición del gobierno venezolano, sin embargo,no produjo la adhesión suficiente para una posi-ble reestructuración del TIAR.5

EVOLUCIÓN DE LOS ACONTECIMIENTOSREGIONALES A PARTIR DEL11 DE SEPTIEMBRE DE 2001

En los primeros años del nuevo siglo la bre-cha económica y tecnológica entre los hemisfe-rios norte y sur ha continuado acentuándose.

Estados Unidos, basado en su poder políti-co y económico, como también en su influenciaen materias de seguridad y defensa, ha conti-nuado imponiéndose como actor predominanteen el esquema de las Américas. En este nuevoperíodo, caracterizado por la incertidumbre, laintegración económica, la superación de con-flictos ideológicos y la velocidad en el desarro-llo de los acontecimientos, se ha configuradoun nuevo cuadro político y económico con fuer-te incidencia en los procesos democráticos.

Éstos y otros fenómenos sociales configu-ran un nuevo escenario que afecta la realidadestratégica y las consecuentes necesidades deseguridad y la defensa en el continente.

Esta misma nación ha insistido en incorpo-rar en la agenda regional los siguientes temas yque hasta ahora no han sido acogidos por algu-nos países de la región, incluyendo a Chile:6

participación de las FF.AA. en la represión del

narcotráfico; legitimación de operaciones de in-tervención armada; creación de una fuerza deoperación multilateral y consiguiente requeri-miento de interoperatividad entre las FF.AA. delcontinente; organización de una fuerza multina-cional antinarcóticos; y orientación prioritaria delhacer de las FF.AA. hacia la protección del me-dio ambiente y tareas de ayuda en desastresnaturales.

Por otra parte, y en coherencia con la temá-tica que ha impulsado en las Cumbres Ministe-riales de Defensa, no ha variado su posición deintervenir coercitivamente cuando se lesionensus intereses o éstos se vean amenazados.

Continuando con las reiteradas denuncias dela obsolescencia del Sistema de SeguridadHemisférica y a su principal mecanismo de apli-cación, México presentó, a comienzos de sep-tiembre de 2001, su retiro del TIAR y manifestósu interés en acelerar el debate en torno a unrenovado tratado de seguridad hemisférica.7 Enefecto, y a pesar de que su retiro no prosperó, elgobierno mexicano ha considerado al TIAR comoun claro ejemplo de inutilidad.8 Circunstancial-mente, el listado de nuevas amenazas mencio-nadas por el Presidente Fox coincidía, en granparte, con la proposición de la Junta Interameri-cana de Defensa (JID) en su informe “Hacia unnuevo Sistema de Seguridad Hemisférica”.9

Por otra parte, los actos terroristas del 11de septiembre del 2001 motivaron una rápida yenérgica reacción de apoyo a EE.UU. El 12 deseptiembre los países miembros de la OTANmanifestaron su apoyo recurriendo al artículo V

5 Manaos, Brasil, octubre de 2000. La posición de Venezuela excluía a EE.UU. del Protocolo de Acuerdo.6 Conclusiones relativas al Ejército de Chile derivadas de la investigación conjunta realizada el año 2000 entre el CESIM

y el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile “Cooperación Regional y Defensa Nacional: Unavisión prospectiva al año 2010”, p. 9.

7 Luego del histórico proceso electoral de 2000 que significó la victoria del Partido de Acción Nacional (PAN) sobre elPartido Revolucionario Institucional (PRI).

8 Según lo señaló el Presidente Vicente Fox en su discurso ante la OEA del 6 de septiembre de 2001, instancia en la quepropuso un nuevo sistema de seguridad en el hemisferio que considerara los desafíos generados por el atraso econó-mico, el crimen organizado y la destrucción del medio ambiente, entre otros temas.

9 En efecto, el mismo 6 de septiembre este organismo, en el informe “Hacia un nuevo sistema de seguridad hemisféri-co”, afirmaba que las amenazas principales eran el terrorismo, la degradación ambiental y el crimen organizadointernacional, entre otras.

CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002 17

del acta constitutiva de su organización; con fe-cha 14 de septiembre Australia invocó el artícu-lo IV del pacto firmado con Nueva Zelandia yEstados Unidos (ANZUS) y, por último, la reso-lución de la OEA del 21 de septiembre otorgópleno apoyo a la nación norteamericana basán-dose en el artículo 3º del TIAR.

En todos estos casos, los artículos mencio-nados establecen que un ataque contra uno desus miembros se considera un ataque contratodos.

En el ámbito subregional, Brasil apeló a esteúnico acuerdo hemisférico en materias de se-guridad y defensa para demostrar el respaldode la región a Estados Unidos. En los hechos,sólo tuvo un carácter protocolar y simbólico,pues éste no implicó un compromiso que con-dujera al envío de tropas al territorio norteame-ricano.

Quizás el elemento más importante se sus-citó cuando este gobierno, luego de consultascon los gobiernos de Argentina y Chile, solicitócon fecha 17 de septiembre de 2001 la convo-catoria a una sesión extraordinaria de la OEApara que este organismo se pronunciara sobreel ataque terrorista y evitar, de esta forma, ac-ciones desvinculadas de las naciones de la re-gión.

Queda claro que Brasil, con esta acción,quiso demostrar una actitud de liderazgo regio-nal.

En otro ámbito, Argentina y Brasil, en elcontexto del Mercado Común del Sur (MERCO-SUR), han continuado intentando integrar a lospaíses del Cono Sur y otros geográficamenteadyacentes para consolidar los fines de esteacuerdo comercial.10 Esta integración ha bus-

cado proyectarse no sólo en lo referido al régi-men de aranceles y otros de la agenda econó-mica, sino que también hacia temas de políticaexterior, seguridad y defensa.

Asimismo, los vínculos entre los países ame-ricanos han continuado desarrollándose en áreastales como la adopción de medidas de confian-za mutua para reducir la percepción de amena-zas, la transparencia en cuanto a gastos milita-res y los procedimientos para compararlos bajoparámetros comunes, la participación combina-da en operaciones de paz, así como diversasactividades de cooperación regional y bilateral,generando un sistema de obligaciones que re-gulan crecientemente el accionar de los paísesde la región en el ámbito de la defensa.

En este sentido, la posibilidad de ocurren-cia de conflictos vecinales se ha ido atenuandosignificativamente.

En el Cono Sur, los procesos de integracióneconómica y física entre Chile y Argentina hanavanzado con regularidad, basados en protoco-los anexos a la Declaración Presidencial sobreLímites de 1991 y a lo establecido en el Tratadode Medio Ambiente y en el Memorándum deEntendimiento sobre Integración Física yFacilitación Fronteriza.11 El conjunto de estasnormas y procesos en marcha está gestando unalto nivel de interdependencia que privilegia unclima cooperativo en la solución de controver-sias entre ambos Estados.

Por otro lado, el Acta de Ejecución de obraspendientes conforme al Tratado de Límites de192912 eliminó el único motivo de fricción decarácter limítrofe con la República del Perú, demanera que, objetivamente, en la actualidad nosubsisten motivos de discordia con esta nación.Asimismo, el hecho de que ambos Estados sean

10 La posición del gobierno de Chile frente al MERCOSUR se ha caracterizado por ser variable. En la actualidad lasseñales emitidas permiten deducir que no pretende acelerar su incorporación como miembro activo, por la atractivaposibilidad de materializar en el corto plazo un TLC con EE.UU. y Europa.

11 En el mismo contexto deben mencionarse el Acuerdo de Complementación Económica entre Chile y Argentina de1991 y el Tratado de Integración y Complementación Minera.

12 Suscrito el 13 de noviembre de 1999.

18 CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002

miembros del Grupo de Río contribuye a des-alentar eventuales situaciones de conflicto.

Aun cuando las relaciones de Chile conBolivia permanecen limitadas en lo diplomáticoa la presencia de un Cónsul General, existenvínculos normales en otros planos, en especialen el comercial. Asimismo, la calidad de Aso-ciados al MERCOSUR, y, por ende, los interesescomunes y obligaciones que emanan de ese Tra-tado generan un clima favorable para la norma-lización de las relaciones diplomáticas.

Eventualmente la situación con este últimopaís cobrará progresivamente mayor importan-cia, en la medida que prosperen las negociacio-nes que se llevan adelante para el trazado de ungasoducto y plantas de tratamiento de este pro-ducto por costas del norte de Chile.

PRINCIPALES TENDENCIAS QUE SEVISUALIZAN EN MATERIAS DE SEGURIDAD

Y DEFENSA EN EL MARCO DEL HEMISFERIO

Visión General

Actualmente se ha iniciado un proceso dedebate y reformulación de los conceptos de se-guridad, orientado principalmente por el cam-bio de un esquema estructurado para enfrentaramenazas de la Guerra Fría hacia otro en quelas amenazas son difusas y el peso de los facto-res militares se ve reducido.

Lo anterior ha conformado un nuevo para-digma, en el cual, reconociendo el conflicto y laconfrontación, se coloca énfasis en lacooperación y en la presencia de solucionesasociativas para materializar este ambiente fa-vorable a la paz entre las naciones.

Esta visión ha requerido gran voluntad polí-tica de los actores involucrados para su articu-lación.

Si en el período de la Guerra Fría primaronlos conceptos de seguridad enfocados en la pers-pectiva estatal, o aquellas ramificaciones haciala seguridad internacional vinculadas a la segu-

ridad estatal y la militarización de dichos víncu-los, hoy ha aparecido con fuerza la dimensiónde la seguridad humana como un conceptoarticulador clave en el mundo en transición.

Respecto del término “Sistema de Seguri-dad Hemisférico” no existe ningún documentoni tratado que formalmente establezca dicho sis-tema; ni siquiera hay una aceptación general desu existencia.

Por otro lado, los países latinoamericanoshan mantenido una posición coincidente respec-to de la necesidad de revisar el acuerdo que dealguna manera se refiere al tema (TIAR). Enefecto, el Tratado Interamericano de AsistenciaRecíproca, también llamado Pacto de Río (deJaneiro), ha sido el principal de los acuerdosque, en estas materias, se considera aplicabledesde Alaska a Tierra del Fuego.

Por su parte, la OEA, en el capítulo VI de laCarta de su constitución, refuerza los compromi-sos suscritos en el Pacto de Río. Sin embargo, ytal como se ha evidenciado en los hechos, sucapacidad como mecanismo de prevención deconflictos ha sido ampliamente sobrepasada.

Por otra parte, la Junta Interamericana de De-fensa (JID) -instancia organizada durante la Segun-da Guerra Mundial para coordinar un esfuerzo deguerra militar y económico por parte de las repú-blicas americanas y una zona de defensa en la cualse aplicarían dichos esfuerzos- en términos con-cretos ha cumplido un rol auxiliar en la prepara-ción de documentos preparatorios en materias deseguridad colectiva y en la tarea de adoctrinamien-to de alumnos provenientes de las Fuerzas Arma-das del continente americano, alejada de la fun-ción jurídicamente aprobada de “planificación mi-litar de la defensa común del continente y mante-nerla actualizada en estrecho contacto con los go-biernos a través de sus delegaciones respectivas”.

PRINCIPALES TENDENCIAS EN MATERIASDE SEGURIDAD HEMISFÉRICA

La seguridad hemisférica y la preservaciónde la paz en el continente son temas que han

CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002 19

adquirido especial prioridad para la comunidadde naciones de las Américas.

En los últimos años han ocurrido transfor-maciones fundamentales en el contexto inter-nacional y regional que promueven una mayorcooperación y fortalecimiento de la paz y la se-guridad en la región.

Este nuevo panorama exige una redefinicióndel sistema interamericano de seguridad colec-tiva, al igual que una nueva orientación del al-cance y de la defensa de las instituciones mili-tares hemisféricas.

En ese sentido, es posible destacar los apor-tes realizados por la Comisión sobre SeguridadHemisférica de la OEA. y los que, sobre estamateria, ha realizado la Junta Interamericana deDefensa.13 En todo caso, y tal como lo recono-ce adecuadamente esta última instancia, cual-quier proyecto en Seguridad Hemisférica debe-rá armonizarse con la asimetría esencial quepresentan las diferentes naciones de la región ycon sus consecuentes intereses.

Un elemento en el que existe gran coinci-dencia entre los países de la región se relacionacon la definición de las amenazas que asolan elcontinente. Éstas, de origen múltiple y diverso,traspasan el ámbito puramente militar, vincu-lándose con riesgos e incertidumbres de tipopolítico, económico y social. Se puede advertirque estas amenazas provienen de nuevos y com-plejos fenómenos no tradicionales que se dantanto al interior como fuera de los Estados.

Estas amenazas emergentes a la SeguridadHemisférica pueden provenir, entre otras, de lassiguientes fuentes: expansión del narcotráfico,el narcoterrorismo y el crimen organizado inter-nacional; atentados de grupos terroristas inter-nacionales, en cualquiera de sus formas, contraintereses diversos, normalmente de caracterís-ticas religiosas o étnicas; incremento de movi-

mientos migratorios de carácter masivo entreEstados vecinos y paravecinos o desde regio-nes sobrepobladas hacia los grandes espaciosvacíos de terceros países; intensificación delproceso desintegrador que llevan a cabo etniasindígenas, con apoyo de ONGs internacionalesy, eventualmente, de potencias extranjeras; de-gradación del medio ambiente; tráfico ilícito dearmas; la corrupción, en cualquiera de sus for-mas; y la persistencia de asuntos pendientes denaturaleza territorial y fronterizos.

Uno de los problemas que más afecta laimplementación de un nuevo proyecto de Se-guridad Hemisférica se relaciona con las discre-pancias entre EE.UU. y Latinoamérica por losasuntos que marcan sus respectivas áreas deinterés, por la dificultad en la integración de losEstados debido a la desconfianza en sus rela-ciones, por la falta de utilización de los meca-nismos establecidos y por las asimetrías entrelos países de la región.

De igual forma, la tendencia al derrumba-miento de fronteras sociales, económicas y po-líticas ha permitido el surgimiento de espaciosterritoriales compuestos por más de un Estado,con unidad y coherencia distintas a otras áreasde la región o subregión. En éstos se presentanoportunidades de dar cabida a dimensiones po-líticas, económicas, sociales, culturales y demedio ambiente que le son mayormente aplica-bles. De allí que un concepto amplio de seguri-dad debería posibilitar instancias asociativaspara la cooperación que permitieran, en el tiem-po, extender su aplicación hacia otras áreas dela subregión o del hemisferio americano.

En síntesis, la tendencia actual que imperaen el continente demuestra que las relacionesde cooperación prevalecen sobre las de conflic-to y de allí se desprende, como premisa básica,que un nuevo esquema debería orientarse, ensus inicios, a la búsqueda de “asociaciones deseguridad”, concepto amplio en cuanto a sus

13 El informe de la JID, del 6 de septiembre de 2001, denominado “Hacia un Nuevo Sistema de Seguridad Hemisférico”,identifica, fundamentalmente, las amenazas y problemas que afectan la seguridad del hemisferio y las medidas que seestiman adecuadas para contrarrestar su efecto.

20 CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002

componentes, no solamente restringidos a lavariable militar, sino que también orientado ha-cia una efectiva búsqueda de solución de pro-blemas de distinta índole, que al ser vencidos oaminorados generen un creciente esquema decooperación.

En consecuencia, el diseño de un nuevo es-quema de seguridad deberá considerar, entreotros, los siguientes elementos:

• Reconocer la importancia de EE.UU. y surol preponderante en la región. Sin embar-go, para que este nuevo esquema prosperecon efectividad, esta nación deberá tener encuenta la visión e intereses de los demásEstados involucrados y tomar debida consi-deración de las amenazas emergentes quelas afectan.

• La aceptación de un esquema cooperativoque renueve la vigencia del TIAR, sin consi-derar las particularidades de los demás paí-ses de la región, constituye un elemento per-turbador para materializar un proyecto quedé origen a verdaderos acuerdos y organiza-ciones y a un marco jurídico justo e igualita-rio entre las naciones que lo integren.

• Considerar, entre otros aspectos, el respetoa la soberanía de los países, la consolida-ción democrática de éstos, el respeto mu-tuo en las relaciones civiles-militares y a lalegislación vigente, la existencia de volun-tad de cooperación e integración, el desa-rrollo y vigencia de una economía abiertade los Estados partes y el respeto a los de-rechos humanos como imposiciones paraestablecer relaciones válidas de seguridadentre las naciones.

• Orientado a constituirse en un medio eficien-te para canalizar los mecanismos de asocia-ción en materias de seguridad, cooperacióne integración. El nuevo esquema no deberárestringirse a la variable militar, sino que tam-bién hacia otros potenciales elementos con-flictivos que, al ser aminorados, fortalezcanel esquema de cooperación.

• Sin embargo, se considera importante subra-yar que el interés de Chile deberá continuarcentrándose en la búsqueda de la paz en elentorno inmediato (Cono Sur), mediante ins-tancias asociativas de seguridad que gene-ren bases para que ésta, posteriormente, seextienda progresivamente al subcontinente ya la región.

• Considerar que la seguridad humana, con susrespectivos efectos sociales, económicos,políticos y ambientales, debe constituir unapreocupación de las naciones del hemisferioy de los órganos de seguridad que se defi-nan, sin que ello se constituya en un referen-te para justificar intervenciones que afectenla soberanía y seguridad que a cada Estadole corresponda enfrentar, en el ámbito de supropia autodeterminación.

• Incorporar como parte del sistema y comomedios del mismo a las Medidas de Confian-za Mutua (MCM), como instrumentos válidospara reforzar la paz en la región.

• Generar una renovada relación multilateral ybilateral mediante organizaciones y normasjurídicas acordes a la realidad imperante y alas nuevas características de las amenazasdefinidas para el continente. En este sentido,se estima importante revisar su principal nor-ma reguladora en materias de seguridad co-lectiva, el TIAR, adaptándola a los nuevos re-querimientos de la región.

• Considerar la necesidad de mantener un sis-tema disuasivo en el contexto internacional,condición que puede ser lograda a partir dela preocupación por generar un nivel de es-tabilidad política, económica y social de laregión y del mantenimiento de Fuerzas Ar-madas tecnológicamente vigentes.

• Establecer el diseño de mecanismos de aler-ta temprana ante la aparición de conflictosinterestatales en la región, como también pro-cedimientos oportunos para la evaluación dela información a ser entregada a los Estadose instancias de mediación. Al respecto, dos

CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002 21

de los elementos relevantes en la estructurade un Sistema de Seguridad serán la genera-ción de políticas transparentes sobre gastomilitar y transferencia de armas que eviden-cien el compromiso y voluntad por lacooperación y distensión, y la realización pro-gramada de entrenamientos combinados condifusión de los resultados obtenidos.

• Fortalecer, mediante una activa representa-ción, instancias que complementen el Siste-ma de Seguridad definido, como por ejem-plo: las “Cumbres de las Américas” y sus con-secuentes planes de acción, atendiendo quelos países de la región han concertado es-fuerzos en esta línea; y las “Cumbres Minis-teriales de Defensa”, en atención a que cons-tituyen foros que favorecen la solución paci-fica de conflictos.

En el caso particular de nuestra nación, éstadeberá conciliar institucionalmente los objetivosnacionales permanentes y la ejecución de polí-ticas sectoriales en lo internacional, a través deuna mayor relación entre el sector Defensa yRelaciones Exteriores, tanto internamente, aldelinear posiciones frente a temas que involucreno interesen a la defensa nacional, como en elexterior, en el tratamiento de asuntos estratégi-cos; de desarme y seguridad internacional; y deseguridad y cooperación regional y vecinal.14

CONCLUSIONES

La reestructuración del sistema de seguri-dad en el hemisferio -que implica actualizar omodificar el TIAR- requerirá una gran conver-gencia latinoamericana. La generación de con-sensos, la capacidad de acción colectiva y lamadurez diplomática serán aspectos esenciales

para gestar una política de seguridad que satis-faga y fortalezca los intereses de la región. Elgran desafío para las potencias subregionales ypara las naciones medias de América del Surestará dado por sus aportes y adhesión a unaestructura continental de seguridad efectiva, vi-gorosa y que, fundamentalmente, considere losintereses de todas las naciones partes.

Sin embargo es posible establecer que Es-tados Unidos procurará mantener un esquemade seguridad cooperativo que, a semejanza delo ocurrido al término de la Segunda Guerra Mun-dial, favorezca una estrecha interdependenciade los países latinomericanos con esta nación.

La actual posición en política exterior de estanación, contando o no con el patrocinio de or-ganismos internacionales o regionales, tenderíaa consolidarse en el futuro cualquiera sea el es-quema de seguridad que se defina.

Lo anterior se justificaría ante la necesidadde destruir eslabones de redes terroristas queutilicen a la región como refugio, área de tránsi-to, entrenamiento y apoyo. Asimismo, para di-rimir trastornos políticos, económicos o de alte-ración de la institucionalidad democrática que,bajo su percepción, constituyan actos de atro-pello a los derechos humanos.15

Se espera que en el marco del fortalecimien-to de la confianza mutua, y con ocasión de laConferencia Especial sobre Seguridad a desa-rrollarse el próximo año, se obtengan los funda-mentos necesarios que permitan revisarexhaustivamente todos los temas que se refie-ren a la seguridad y la defensa en el contextodel hemisferio y de sus consecuentes mecanis-mos de aplicación.

14 Una instancia de coordinación vigente en Chile, y que eventualmente pudiera potenciarse, es el “Consejo de PolíticaExterior” establecido en el artículo 12° del “Estatuto Orgánico del Ministerio de Relaciones Exteriores” como organis-mo consultivo permanente que tiene por función formular recomendaciones respecto de los problemas relativos a lasrelaciones internacionales que someta a su consideración el Ministro de Relaciones Exteriores y en el cual tienenparticipación las FF.AA. a través de sus Jefes de Estados Mayores.

15 Con fecha 15 de octubre de 2001 el coordinador de la oficina de contraterrorismo, Francis Taylor, manifestó que elDepartamento de Estado estaba “muy preocupado” por la presunta actividad de grupos fundamentalistas islámicosen la Triple Frontera de Sudamérica. Agregó que “nos preocupan los extremistas que actúan en esa zona y por elloqueremos trabajar con los gobiernos (de Buenos Aires, Brasilia y Asunción) para interrumpir sus operaciones”.

22 CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002

En este sentido, la mayor responsabilidad,sin duda, recae en la “Comisión de SeguridadHemisférica” (CHS) de la OEA, organismo al quese le ha asignado la tarea de conducir la revi-sión del sistema interamericano en materia deseguridad y de organizar una Conferencia Es-pecial sobre Seguridad Hemisférica.

En el nuevo escenario de seguridadhemisférica planteado, Chile deberá generarcondiciones que permitan llevar a cabo una po-lítica de integración subregional y regional, enel ámbito de la Seguridad y la Defensa, que pro-porcione las necesarias condiciones de estabili-dad y seguridad en respaldo de nuestros intere-ses y a los vínculos políticos, comerciales y eco-nómicos con otros Estados de la región.16

Por otra parte, los cambios en el entornomundial no sólo han afectado el equilibrio delas potencias, sino que también las relacionesentre los Estados, al tiempo que otros actoresemergentes, no estatales, abren nuevas for-mas de amenazas, de asociación internacio-nal y de modelos jurídicos supranacionales queafectan los conceptos de seguridad, amplián-dolos más allá del Estado y de lo militar y queobligan a redimensionar el actual esquema deSeguridad Colectivo de las Américas para ajus-tarlo a las nuevas necesidades de cooperacióne integración.

Es posible deducir -derivado del estudio deantecedentes y, fundamentalmente, de la posi-ción asumida por los distintos países de la re-gión sobre el tema- que en la actualidad no exis-te una visión que permita enfrentar las diver-sas dimensiones de la seguridad y defensahemisférica que aglutine, de manera unánime,el interés y el compromiso de los gobiernos delcontinente. Lo anterior valida la idea de queserá fundamental, en el ámbito institucional na-cional, ampliar la vinculación entre política dedefensa y política exterior, dentro de una es-

tructura que resguarde los intereses del Estadode Chile.

El Mercado Común del Sur permitiría multi-plicar las medidas de confianza mutua ya mate-rializadas. La presencia de Argentina y Boliviaen esta instancia se considera de importanciaporque tiende a anular las posibilidades de con-flicto con nuestro país. Cabe recordar que en laXIV Cumbre Presidencial de este mercado co-mún realizada en julio de 1998, en la ciudad deUshuaia (Argentina), se declaró al mismo “zonade paz” y “libre de armas de destrucción masi-va”, se propugnó el fortalecimiento de la demo-cracia representativa (la cláusula democrática),el respeto a los Derechos Humanos, las liberta-des fundamentales, el progreso social y la pro-tección del medio ambiente, todos aspectos ne-cesarios para la conformación de un nuevo es-quema regional de Seguridad Hemisférica.

Dentro de este nuevo ambiente decooperación17 e integración regional y subregio-nal se asume que las naciones no se percibenmás como confrontadas entre sí, sino en posi-ción de entendimiento y colaboración. En con-secuencia, el nuevo entorno hace también ne-cesario un esquema que origine un Sistema deSeguridad Hemisférico de carácter cooperativo,con margen para materializar instanciasasociativas de seguridad que den aplicabilidadoperacional a los requerimientos de paz.

En este sentido se debe apoyar decididamen-te la generación de una política exterior y de de-fensa coordinada en la búsqueda de compartir elliderazgo estratégico con Brasil y Argentina en elsubcontinente, en el contexto de unareformulación de las relaciones internacionales,orientándolas a “Asociaciones de Seguridad”,cuyo objetivo sea la mantención de la paz en lasubregión y/o región. Este último concepto debeprimar por sobre el de “cooperación regional”como una reedición de los mecanismos existen-tes.

16 Las reuniones del Comité Permanente de Seguridad Chileno-Argentino y el funcionamiento ininterrumpido de suSecretaría proporcionan condiciones propicias para el seguimiento e impulso de acciones cooperativas. Igual situa-ción se espera en el ámbito de funcionamiento del Comité Permanente de Seguridad Chile Perú (COSEDE).

17 El rasgo cooperativo comprende, como elementos básicos, una mentalidad abierta para entender las relaciones entreEstados, para percibir la realidad e idiosincrasia de otras realidades e implica dominio de idiomas, entre otros aspec-tos.

CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002 23

Panorama InformativoEn la presente edición el CESIM continúa entregando antecedentes relacionados con su partici-

pación en el acontecer de la comunidad académica institucional, nacional e internacional. Al res-pecto cabe resaltar la asistencia del Mayor de Justicia Jorge Arias Garrido al curso sobre “DerechoInternacional de los Conflictos Armados”, efectuado en Italia durante el mes de septiembre.

Posteriormente, el 14 de octubre de 2002, se efectuó en el Ministerio de Relaciones Exterioresun seminario en conmemoración de 25º aniversario de los Protocolos Adicionales I y II de losConvenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, con la participación del Coronel Luis Lobos Santosy del Mayor Jorge Arias Garrido. Expusieron la señora María Teresa Infante Cafii y la doctora Cris-tina Pellandini, asesora del Comité Internacional de la Cruz Roja para América Latina. También seasistió al seminario organizado por la Universidad de Los Andes “Régimen de Gobierno en Chile,¿Presidencialismo o Parlamentarismo?”, donde expusieron el señor Enrique Brahm García, el señorRaúl Bertelsen Repetto y el señor Andrés Amunátegui Echeverría. Esta actividad se llevó a cabo el21 de octubre en la Facultad de Ciencias Sociales de dicha Universidad.

El 24 de octubre de 2002 se realizó un encuentro del Comandante en Jefe del Ejército con lacomunidad académica nacional en el Club Militar Lo Curro, el que permitió reafirmar los lazos de laInstitución con esta instancia académica. En este encuentro se intercambiaron ideas sobre el pro-ceso en que se encuentra involucrado el Ejército, estrechando vínculos para emprender unacooperación que contribuya al desarrollo nacional.

El 29 de octubre asistió el Teniente Coronel Jorge Fuenzalida Pezzi, del CESIM, al InstitutoGeográfico Militar, donde se efectuó el seminario “Efectos de la Globalización”, participando comoexpositora la abogado Marisol Peña Torres. Posteriormente, el 30 de octubre, concurrieron el Coro-nel Luis Lobos Santos y el Teniente Coronel Humberto Mantero Vargas a la conferencia “Las Rela-ciones Internacionales como Eje de la Estrategia Nacional de Chile” efectuada en la Academia deGuerra Naval, con intervenciones del senador Gabriel Valdés Subercaseux y del embajador CristiánBarros M.

Finalmente, el 7 de noviembre de 2002 se efectuó la jornada académica “Turbulencias en losAndes: Métodos de Análisis”, en el auditorium del CESIM, con la participación del Instituto deEstudios Internacionales de la Universidad de Chile y de Oficiales del Depto. de Extensión Acadé-mica del CESIM. En esta oportunidad se destaca el trabajo e invitación conjunta efectuada entrenuestro centro de estudios e importantes académicos de esa prestigiosa Universidad.

24 CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002

Imágenes del encuentro delComandante en Jefe del Ejército conla Comunidad Académica Nacional

Durante el encuentro académico, se dirige a los presentes el Comandante en Jefe del Ejército,General de Ejército Juan Emilio Cheyre Espinosa.

CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002 25

Entre los asistentes al encuentro académico, realizado en el Club Militar de Chile, en un primer plano el señor LuisRiveros Cornejo, Rector de la Universidad de Chile; el Comandante en Jefe del Ejército, General de Ejército Juan

Emilio Cheyre Espinosa, y el señor Pedro Pablo Rosso Rosso, Rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

El señor Roberto Ossandón Irarrázabal, Presidente del Instituto Libertad y Desarrollo; la señora Lucía Santa Cruz;el General de Ejército Juan Emilio Cheyre Espinosa,

Comandante en Jefe del Ejército; las señoras María José Lecaros y Pilar Rodríguez.

26 CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002

El señor René Salamé, Vicerrector Académico de la Universidad Mayor; el señor Guillermo Bruna Contreras, Académi-co de la Corporación de Estudios Estratégicos; el General de Brigada José Miguel Piuzzi Cabrera, Director del Centro

de Estudios e Investigaciones Militares; el señor Rubén Covarrubias Giordano, Rector de la Universidad Mayor,y el señor Gonzalo Rojas Sánchez, de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica.

CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002 27

Imágenes de la Jornada Académica“Turbulencias en los Andes: Métodos de Análisis”

En esta actividad realizada en conjunto con el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile seobserva a la Directora de ese instituto, señora Jeannette Irigoin Barrenne, y al señor Walter Sánchez, profesor yDirector del Centro de Estudios Estratégicos del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile.

Expone la Directora del Instituto de Estudios Internaciones de la Universidad de Chile en la salade reuniones del Centro de Estudios e Investigaciones Militares. Preside el Director del CESIM.

28 CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002

Parte de la audiencia. Se observa al General de División Agustín Toro Dávila, profesor del Instituto de EstudiosInternacionales de la Universidad de Chile; al Coronel Jorge Villagrán Calderón, Subdirector del CESIM; al Subsecretario

de Guerra Gabriel Gaspar Tapia y a Ricardo Israel, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Chile.

CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002 29

Lecturas Recomendadas“Relaciones Internacionales. Situación global en el siglo XXI”

• AUTOR

Frederic S. Pearson y J. Martin Rochester.

• ANTECEDENTES DE PUBLICACIÓN

Interamericana S.A., Bogotá, Colombia. Cuarta Edición, año 2000, 665 páginas.

• COMENTARIO

Los autores exponen su visión sobre las complejas variables de las relaciones que existen hoy,con el fin de que se entienda la situación global contemporánea y de que se llegue a juicios y adecisiones coherentes respecto a los asuntos internacionales. Esta última edición aparece pre-cisamente en un momento especial del mundo, el cambio de milenio, y cuando el siglo XX cedesu paso a un nuevo siglo, en el cual impera la globalización, el nacionalismo y el transnaciona-lismo, la seguridad y la transformación que vive el mundo.

“Estado y Nación. Ernest Gellner y la teoría del nacionalismo”

• AUTOR

John A. Hall (Editor).

• ANTECEDENTES DE PUBLICACIÓN

Cambridge University Press, España. Edición, año 2000, 415 páginas.

• COMENTARIO

Esta obra fue publicada por primera vez en Gran Bretaña y reimpresa en Madrid el año 2000. Enella varios autores aportan antecedentes o establecen críticas a los lineamientos del nacionalis-mo como una de las principales cuestiones sociales y políticas de la era moderna, establecien-do que la teoría más importante e influyente del nacionalismo es la de Ernest Gellner. En suanálisis se hace referencia, entre otros aspectos, a la relación entre nacionalismo y fundamen-talismo islámico, como también a los mitos y equívocos en el estudio del nacionalismo.

30 CESIM, Año 7, Nº 4, Octubre - Noviembre de 2002

Revisando los ClásicosRaymond Aron

Raymond Aron, el gran pensador francés, escribió numerosas obras y artículos, entre otras“Introducción a la Filosofía de la Historia”, “Dimensiones de la conciencia histórica”, “Un siglo deguerra total”, “El opio de los intelectuales”, “Estudios Políticos” y “Paz y Guerra entre las Naciones”.

Aron, nacido en 1905 y fallecido en 1983, abordó disciplinas como la filosofía de la historia. Apartir de sus análisis determina que existe una arbitrariedad de la historia, por lo que llega a laconclusión de la dificultad que existe para hablar de “objetividad histórica” y establece que lo quemás se podría acercar a la objetividad es la metodología para el estudio de esta disciplina. Fue unode los grandes analistas de la sociedad actual y de la actuación de los intelectuales de la época.

Al respecto, su trabajo intelectual lo realizó en diversos medios de comunicación y trabajóestrechamente con Charles de Gaulle, el que en varios de sus discursos postuló la idea de que unaEuropa unida debía cumplir, como tercera fuerza, la tarea pacificadora y limitadora del equilibrioentre las potencias del este y del oeste.

En ese contexto, Aron establece diversas consideraciones favorables a esta posibilidad de unión,pero llega a advertir que sólo el tiempo dirá si es posible llevar a cabo esta idea unificadora, para locual se debería traspasar los obstáculos con que chocan todas las tentativas de integración europeadebido a que los países son estructuras excesivamente diferentes, por lo que, aun prescindiendo delos obstáculos puramente políticos, es difícil que se pueda en pocos años consentir en una fusiónreal y verdadera del continente. En este sentido, es necesario destacar sus ideas sobre alianzas deltipo militar. Al respecto afirma que cualquier alianza o unión de Europa deberá considerar un claroentendimiento militar; incluso insiste en que una fuerza militar común deberá pasar por una clarareconciliación entre Francia y Alemania. Aron establece que si no se logra la unificación de losaparatos militares, de ningún modo podría hablarse de la existencia de un Estado supranacional.

La lectura de los textos de Aron es de gran interés, ya que permite clarificar las consecuenciaspropias del conflicto vivido durante la Guerra Fría, el que afectó a toda la sociedad internacional ensu conjunto, y que, a pesar de la tensión permanente, la amenaza militar constante, tanto conven-cional como nuclear, junto a la confrontación ideológica y guerra económica, no produjo el choquefrontal de ambas potencias, evitando con esto consecuencias impredecibles para el mundo.

Bandera Nº 52, SantiagoTeléfonos:

Dirección: 4501982Subdirección: 4501903

Departamento de Planificación y Estudios:4501930 - 4501932 - 4501976 (fax)

Departamento de Investigación:4501925 - 4501926 - 4501974 (fax)

Departamento de Extensión:4501916 - 4501924 - 4501973 (fax)

Centro de Documentación:4501958 - 4501959 - 4501977 (fax)

Página Webhttp://cesim.cl

http//estudiosmilitares.clhttp://investigacionesmilitares.cl

E-mail:[email protected]