View
218
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
8/11/2019 Chiejaus.pdf
1/11
apitulo
2
s
S
Al sur de la Isla de Tierra del Fuego, separado de ella por
el Canal Beagle, se extiende en el Ocano Pacfico el Archipi-
lago del Cabo de Hornos, pas de los
ymana.
Desde la tortuosa pennsula Brecknock, por el oeste, donde
el mar golpea con estruendo, las costas isleas ventosas y fras
prolongan
sus
roqueros emergiendo cada vez ms imponentes
hasta el corazn de la gran isla Hoste
(Usin);
hacia la isla
Nueva
(Shzinushu),
al extremo este del archipilago, las altu-
ras bajan progresivamente en suaves lomajes y los litorales re-
dondean
sus
orillas. All, las aguas, aunque siempre expuestas
a fuertes ventoleras, son ms tranquilas. Las islas Wollaston
(Ykusin),
albas y negras de hielos y peones, continan ms
al sur su lucha de siglos con la bravura austral del Pacfico. La
Cordillera de Los Andes, al norte del Can al Beagle
(Onashaga),
tras domear el paisaje cae al estrecho Le Maire para luego
emerger airosa en la Isla d e los Estados.
Es
bellsimo este archipilago chileno. Arboles aislados
que alargan sus brazos en la direccin de los vientos. Bos-
ques de canelos y robles donde el chilco puntea de campanitas
rojas la espesura. Prados d e coirn, turbales ocres y verdes, ria-
chuelos transparentes que culebrean desde los sillares de gra-
nito donde la nieve y el glaciar derriten su blancura. El sol,
entre nubarrones y tempestades, muy esquivo al oeste, entrega
con frecuencia
su
luz y
su
calor en el otro extremo. Vuelan
las aves marinas y terrestres por millares, desde el majestuoso
cayelij,
albatros (Diomedea exulans), hasta el minsculo
t u t z t
chercn (Troglodytes aedon chilensis)
,
Zorros, guanacos, chun-
gungos, son los principales mamferos terrestres. En las aguas
la inmensa ballena
(wapsa),
la orca voraz, delfines, lobos ma-
rinos,
(wala),
sierras, rbalos, sard inas y rayas; centollas, erizos,
cholgas y mauchos, entre muchas otras especies, pueblan
los
canales, bahas, roqueros y fondos marinos.
El hombre domin, con los medios ms primitivos y desde
milenios, esta naturaleza moldeada con fro, viento, nieve y sol.
No fue siempre el mismo. Muchos pueblos se sucedieron. En
los yacimientos, las capas ms profundas nos indican que los
ms antiguos eran diferentes a los habitantes recientes. Estos
ltimos se autodenominaban
ymana.
Presentes en todas las
riberas del archipilago, an hoy, ya casi extinguidos, ntanse
las huellas de sus
z urj
-pequeas viviendas rodeadas de con-
chales- desde y hacia donde, en cont inua bsqueda de comida,
navegaban prodigiosamente en sus livianos
anan.
E n estos vastos litorales vivan cinco grupos m arcadam ente
independientes, diferenciables no slo por el propio mbito geo-
grfico, sino tambin por dialectos diferentes y algunas pecu-
liaridades determinadas por la alimentacin. Los habitantes de
las islas occidentales constituan el grupo
lnalumala,
dedicado
de preferencia a la caza de lobos marinos (Otaria flevescens y
Aretocephalus austral is) , y del chungungo (Lutra fel ina). En
las islas situadas al sur de la isla Hoste,
Usin
en lengua primi-
tiva, estaban los
Ilalumala,
y en la regin del Canal Murray
(Yagashaga),
los
Wakimala,
el grupo central. En el extremo
oriental de la isla Navarino
(Vrala),
vivan
10s Nalumala,
de mayor estatura y agilsimos en el
uso
de la flecha. Por fin,
en las solitarias Wollaston
(Ykusin,
grupo de numeroras islas),
moraban
los
feroces
Yekusinzala,
temidos por el resto de los
ymana.
Al Canal Beagle, lmite natural de su territorio, lo
l lamaban
Onashaga,
canal d e los
ona
(gente del norte).
Ambos pueblos eran enemigos.
Los ymana
se desplazaban
libremente por las islas del Canal, pero a su costa norte,
Qnai-
,sin
(tierra de la gente del norte), atracaban slo en invierno
y comienzos de primavera, pocas en que la Cordillera de los
Andes, cubierta por hielo y nieve, impeda a los nmadas
haush
y
selknain
(ambos
ona)
deambular por la costa. En
los
en-
cuentros los ymana llevaban la peor parte, pues sus contendo-
res, gigantescos flecheros, eran ms diestros y veloces en tierra.
Por otra parte, a los
selknanz
les apeteca comer productos ma-
rinos, mas eran torpes en su bsqueda, por lo cual la presencia
en su t r ibu de una mujer
ymana
solucionaba el problema. La
conseguan mediante el ataque imprevisto y el rapto, a menudo
compaado del asesinato de los varones.
Para estos seres humanos la canoa,
anan,
constitua la vi-
vienda durante la mayor parte de su vida, Eternos navegantes,
magnficos marinos,
sus
pequeas mujeres de 1.49 m. de al tura
media, eran quienes preferentemente bogaban.
El
hombre, 1.58
m. como promedio de estatura, al acecho en la proa del
anan,
provisto de arpones, flechas y honda, cumpla su papel de pro-
veedor de carne a la familia: aves, peces, elefantes
y
lobos
marinos. Confeccionaban a veces con piel de chungungo, un
pequeo taparrabos para los adultos y una capita que cubra
1 5
8/11/2019 Chiejaus.pdf
2/11
P
.
8/11/2019 Chiejaus.pdf
3/11
Lmina 111
Familia ~ m a n a abitante del Archipilago del
Cabo de Hornos, al sur del Canal Beagle.
Vi-
va gran parte de su vida navegando en livianas
canoas de corteza, llamadas a m n
U k u t j , cabaa ydmana Dibujo esquemtico.
poco ms de la espalda. Acurrucados dentro del
unan ,
no ne-
cesitaban mayor proteccin. La lluvia, la nieve o el viento he-
lado no atormentaban sus cuerpos desnudos de ancho busto,
vigorosos brazos
y
cortas piernas.
Pueblo de leyendas
y
tradiciones, de pedagogos
y
sabias, de
sencillos artfices, arriesgados cazadores y recolectores incansa-
bles, tena una visin de s mismo, de las relaciones entre los
hombres
y
frente a
su
mundo, centrada en la presencia
de
Dios,
Wa t a u i n e i w n , de quien se saban sus hijos. Cada familia teja
su vida independientemente con el continuo navegar, recalan-
do en alguna de las mil caletas donde la abundancia, la tem-
pestad
o
la noche se hicieran presentes. Los contactos entre di-
ferentes familias estaban condicionados por una regla bsica
:
Nosotros, hombres y mujeres, ante todo debemos ser buenos
y
tiles a la comunidad. Desde la infancia hasta la muerte,
acompaaba al
yman a
este principio aprendido de los mayores
en el hogar y perfeccionado en el chi ejus. Esto ltimo era el
perodo de iniciacin de la pubertad, verdadera escuela de for-
macin del carcter y las costumbres, camo asimismo aprendi-
zaje de todas las tcnicas para enfrentar a la Naturaleza. Esta
institucin fundamental es el centro de la cultura ynzana. Su
realizacin ceremonial configuraba un gran acontecimiento en
la vida personal
y
comunitaria. Alegremente acudan
los
par-
ticipantes, algunos tras varias jornadas de viaje, a un sitio pre-
fijado tras meses de contactos y acuerdos entre los ms cono-
cidos jefes de familia. Gua l a i u parece haber sido el sitio pre-
ferido por el grupo central de los
W aki rnala .
Cada tres a cinco
aos se efectuaba un chi ejus.
Arriba la familia, el hombre sentado en la proa de la
canoa, entre vtores de quienes los han precedido. Si no
hay un buen sit io para atracar, la esposa, despus de haber re-
mado incansablemente durante el trayecto, se echa al agua
para aproximar el unan ;
los
perros la acompaan nadand o; luego
transporta a t ierra a su marido, a los nios pequeos,
y
al
fuego cuidado por los menores durante el viaje, sobre arena y
champas, en el centro de la embarcacin. Har
lo
mismo con
las pieles, alimentos y utensilios. Todo el hogar ha llegado en
la canoa. Cuando sta no puede ser varada una vez descarga-
da, la mujer la conduce al rompeolas de algas, howash, muy
abundantes en toda la oril la. Terminado el desembarco, la fa-
milia elige un lugar apropiado, prximo a las dems cabaas,
para construir el
ukurj .
El marido se interna en el bosque en
busca de lea y ella corta varas ad ecuadas para la construccin.
El u k u r j consiste en un cono de palos de roble clavados
en un lugar parejo
y
apoyados unos con otros en la cspide.
Esta armazn se cubre con pieles de oca, ramas y champas de
pasto, dejando el vrtice sin obstruir para que pueda escurrir
el humo del fogn. Los carbones encendidos, tan cuidadosa-
mente transportados, se colocan al centro de la habitacin. Que-
da sin tapar un orificio entre dos palos a modo de puerta, a ras
del suelo, de no ms de
80
centmetros de altura y otros tan-
tos de ancho. Los nios ayudan en el acarreo de
los
elementos,
pero es la madre la que lleva la responsabilidad
y
el peso de
la construccin. Rpidamente el
u k u r j
est terminado. Habr
entonces tiempo para visitas, ayudas
y
para enterarse de los
acontecimientos y preparativos.
Mientras tanto los mayores se han puesto de acuerdo
so-
bre una serie de decisiones importantes relativas al encuen-
tro, que sin tener una fecha fija de trmino, podra prolon-
garse hasta por cinco meses: quin ser el maestro de cere-
monia,
sus
ayudantes, los candidatos de ambos sexos a la ini-
ciacin y sus padrinos, y el lugar donde se levantar la gran
cabaa
ma r n a .
La magni tud de s ta depender del nmero
de personas que deba cobijar: maestros, padrinos
y
discpulos.
La base ser un valo alargado de por lo menos ocho metros
de largo
y
tres de ancho; la altura bordear el metro setenta.
Los
palos, vigorosamente clavados en tierra, se en trecruz an fo r-
mando una bveda muy resistente, abierta en sus dos extre-
mos por sendos accesos que permiten ingresar a gatas.
Todo, salvo las entradas, se cubre de abundante ramale
Mientras dura la construccin, el vigilante elegido para
el efecto, tocado con un cerquillo de plumas blancas, pintado
su
rostro
y
cuerpo de blanco
y
bermelln, se encarga de ahu-
yentar con fortsimos gritos, aspavientos
y
amenazas, a los ni-
os y a las personas que no ingresarn al vzarna . En esta
forma va crendose un cIima de expectacin, sobre todo en
los que por primera vez participarn en la ceremonia.
Uno
a uno los padrinos elegidos por
los
padres de los can-
didatos con la anuencia del director. silenciosos
y
en actitud
recogida ingresan al marna ; sentados, sin dirigirse la palabra ni
17
8/11/2019 Chiejaus.pdf
4/11
..
: :
distraerse, se concentran durante horas esperando estoicamente
el momento decidido por el maestro, en el que los jvenes po-
drn ingresar al recinto.
Los traen amarrados, tirndolos. Algunos alumnos tratan
de huir, entonces los ayudantes del vigilante los transportan en
vilo a pesar de sus protestas
y
llantos. Los padres, deseosos de
que
sus
hijos se formen rectamente, jams se oponen a los rigo-
res de la enseanza. Nadie podr casarse si antes, por lo menos
una vez, no ha pasado por las pruebas de la iniciacin.
A medida que van ingresando al
in rn
una gritera re-
cibe a cada postulante, Hay que ahuyentar al espritu maligno
que aherroja a cada joven. Este por su parte, aterrorizado,
transpira de miedo.
lo largo de
los
muros, los padrinos reciben a sus res-
pectivos ahijados, quienes se encuclillan dndoles la espalda.
El mismo sitio asignado deber ser ocupado por el postulante
mientras dure la ceremonia.
A
un l ado
los
jvenes asesorados
por un hombre y una mujer; al frente las jovencitas asesora-
das por dos mujeres. Al centro y
a lo
largo, se encienden
fo-
gones que ya no se apagarn. Toda la comunidad permanece
en funcin del chiejhus Toda la comunidad se beneficia cuan-
do sus miembros son alumno s aprovechados.
Quienes no se desempean como padrinos y alumnos es-
tn prontos a cualquier ayuda. Mientras tanto, cuidarn a los
nios pequeos en el distante grupo d e cabaas familiares.
Se aquietan los gritos. Ingresa, solemne, el maestro tocado
con
u n
cintillo de albo plumn, pintado todo su cuerpo de
blanco con algunas rayas coloradas transversales en el rostro,
pecho y piernas. Del techo cuelgan tablil las pulidas de madera,
punteadas de rojo; los palos del armazn estn decorados tam-
bin con puntos
y
rayas negros, blancos y rojos. Todos los pre-
sentes han ornamentado rostros
y
cuerpos con finos lunares
y
lneas d e colores.
Por primera vez para algunos, se escucha con tanta auto-
ridad y solemnidad la vieja mxima de conducta oda desde la
infancia: Nosotros, hombres y mujeres, ante todo debemos ser
buenos
y
tiles a la comunidad.
El
maestro se encuclilla sobre
el pso recubierto con una alfombra de ramas de canelo
y
ire,
ubicndose a un costado del centro del
ma r n a .
Todos estn pen-
dientes de su boca. Ha comenzado l a iniciacin de la pubertad.
18
8/11/2019 Chiejaus.pdf
5/11
Su mira da acalla las ltimas voces e imp one , hasta en los ms inquietos y atemoriza-
dos, una profunda y reverencia1 expectacin. Ha sido elegido por su sabidura, pru-
dencia
y
conocim iento de las artes de la navegacin, la caza y las relaciones humanas.
Debe conocer profundamente las tradiciones
y
costumbres
y
adems sobresalir por
su
agilidad y actividad.
El ltimo
m a m a
se construy en A s s i f , Puerto Mejillones, en la isla Navari-
no, en abril de 1923 All se celebr, poco antes de la extincin casi total de la ra-
za, el ltimo
chi ejus. Su
director se llam
M asi k en sh ,
el postrer maestro en
la historia ynana. Martn Gusinde, nico iniciado sh ip in (extranjero) que haya
participado en las ceremonias de este pueblo primitivo, nos ha transmitido
sus
ma-
ravillosos secretos
:
Cada cual debe tener autoridad sobre su cuerpo
y
sobre cada uno de sus
miembros. Si aprende s bien esto, has sido u n buen alumno.
Ahora ests en las ceremonias de iniciacin como un aspirante. Debes quedar-
te aqu hasta que todo haya concluido. T no debes actuar ni moverte l ibremente
como los que estn ah afuera. Aqu tienes que obedecer a todas las personas ma-
yores. Sigue ntegra, fielmente y con buena voluntad todos los consejos que vamos
darte.
El fuego chisporrotea. Mientras tanto, los padrinos han comenzado sus fun-
ciones. Obligan al aspirante a mantenerse todo el tiempo en cuclillas, los brazos
cruzados sobre el pecho, el tronco erguido, la cabeza inclinada hacia abajo. Al
menor descuido vendr la reprimenda.
Tras las plticas del maestro, continan horas de silencio sin moverse del si-
tio asignado. Se debe reflexionar sobre los consejos recibidos. El cam pam ento
se
impregna de un espritu de meditacin y recogimiento.
Llega la hora de la comida. La traen las mujeres encargadas de la cocina
ceremonial. Abundantsima. Pero slo para los mayores. Los alumnos deben con-
tentarse con una cholga o un erizo y un poco de agua.
Los
padrinos pueden con-
tinuar comiendo en sus viviendas si as
lo
desean; los postulantes, inmviles, es-
peran.
Todo est previsto, todo el tiempo distribuido. La tarde se va oscureciendo.
Aseo personal. Despus, reunidos en un prado vecino, escuchan al inspector, un
anciano de aspecto agradable y que cuen ta con el respeto general. Amonesta, corrige
suavem ente, vigila que todo se cum pla d e acuerdo a lo planeado.
Entrada la noche, siempre en silencio, para los jvenes llega la hora de dor-
mir. Debern hacerlo en la misma postura encuclillada y bajo severa vigilancia.
De madrugada, tras cinco horas de escurridizo sueo, comienza la actividad
febril
y
el duro aprendizaje. Un puetazo del padrino despierta de sbito al ahi-
jado. Lavarse, peinarse, arreglar su sitio en el
m am a .
Los aspirantes se adornan el
;ostro con trazos blancos queparten radialmente de los prpados inferiores. Luego,
Yacush, puntas de flecha y de lanza ymana
tamao natural):
1
2 8
o Douglas
Asalaiacu).
3 Puerto Toro A f l u r u w a i a ).
4 7 Puerto Meiillones A s s i f ) . Isla Navarin
H u a l a ) .
5 , 6 Estrecho Murray Yagashaga).
9
8/11/2019 Chiejaus.pdf
6/11
Piedra horadada de
uso
desconocido
tamao
natural). Puerto Eugenia Am h u a i a ) .
nuevas horas de inmovilidad, la vista en el suelo, recordando las
palabras del maestro el da anterior. Un padrino cuenta un chis-
te. Los mayores lo celebran ruidosamente. A la menor sonrisa
del alumno, no habr comida para l ese da. Alguien coloca un
coleptero en una de las espaldas desnudas; un solo movimiento,
aun que sea el arqueo de una ceja, significar la privacin de ali-
mento al da siguiente. Los padrinos obligan a sus ahijados a ca-
minar erguidos con dignidad, la cabeza inclinada, la vista en tie-
rra. H oras de inmovilidad. Das sin pronunciar palabra. Semanas
sin sonrer. Meses sin ver a la m adre, al amigo, a la her ma na. Los
iniciados avanzan trabajosamente hasta que una primera etapa de
dominio personal quede afianzada. Cualquier reincidencia en
una falta trae castigos cada vez mayores. Se introducen varia-
ciones en las actividades. D as enteros, del alba al crepsculo, los
presentes cantan a coro. Danzan imitando
a
la gaviota,
quevacu ,
al martn pescador, ahemakaia, al zorro, a la centolla,
ush ta -
ca lush . A veces las voces no se interrumpen ni siquiera du-
rante la noche.
A
las horas establecidas, vuelve el maeitro.
Lo que aqu pasa a nte tus ojos, mantenlo slo para ti ; no
lo cuentes a nadie de afuera. La prohibicin se dirige en pri-
mer lugar contra toda divulgacin a los nios, cuyo respeto
y
temor al
m a m a
deben permanecer hasta la edad conveniente.
Aqu se te dice: s aplicado en tus trabajos; ejecuta r-
pida
y
gustosamente tus deberes. Levntate temprano todas la?
maanas, pues entonces estars siempre dispuesto para todas las
necesidades.
Mustrate respetuoso con las personas mayores. Ayuda
a los hurfanos. Lleva algo de comer a aquellos enfermos que
no se puedan levantar y contina hacindolo as en
lo
que res-
te de tu vida.
Si encuentras en tu camino a un hombre ciego, acr-
cate a l y pregntale: (Dnde vas? El te lo dir. Quizs
comprendas que se ha equivocado. Entonces dile inmediata-
mente: Has errado
el
camino. Agradecido te contestar: Pues
me he perdido. Entonces pregntale : (Dnde quieres ir para
llevarte? El te responder: Quiero ir a mi cabaa Cgelo
enseguida de la mano
y
llvalo all.
No
lo dejes seguir cami-
nando si estaba equivocado. No te burles de l; si tartamudea
y est torpe, no te sonras ni pienses: El no me ve. Cgelo
amablemente de la mano
y
llvalo a su cabaa. Los dems te
alabarn al hablar de ti y dirn: Aquel que est all e5 bueno.
Atiende mucho a tus parientes y s alguno viene de lejos,
acgelo enseguida en tu cabaa. Entrgale lo que necesite.
Puede ser que vayas de visita a una cabaa
y
un hombre
se encuentre enfermo en el lecho. Seguramente necesitar al-
guna cosa
y
por ello te dir de inmediato: Yo quisiera aquello
que est colgado en la pared. Levntate al momento y alchn-
zale lo que desea. El no te quera mandar, por eso te lo h a e x
presado
as,
en ese delicado gesto. Pero ese hombre lo referir
por todas partes y dir de ti : Aqul es un hombre bueno.
Dondequiera que vayas despus, la gente hab lar elogiosamente
de ti , diciendo: Este es bueno. Te acogern y atendern con
Para poner en prctica
los
consejos y aprender efectiva-
mente a servir a la comunidad y a las familias o personas ms
necesitadas, de continuo mandan a los aspirantes a buscar le-
a, asear las cabaas, recolectar alimentos y repartirlos sin de-
jar nada para s, siempre bajo el ojo atento de sus tutores.
N O
un a sino mltiples veces.
A medida que pasan los das aumentan los ejercicios y
aprendizajes.
Los
ms diestros artfices ensean a los varones la
confeccin de instrumentos de caza: el arpn aserrado, ana ia ,
para la obtencin de peces; el gran arpn,
shushw ai a,
para
abatir a
los
lobos marinos y a los grandes cetceos. El ms pe-
queo, para la nutria
y
el delfn. La enseanza se imparte con
gus o.
20
8/11/2019 Chiejaus.pdf
7/11
Arpones yma na de hueso de ballena tamao
natural):
1
3 4
Arpones aserrados, Shushw ai a. Puer-
to Willians
Uspashun ) .
3
Puerto Eugenia
Amashuaia).
4
Caleta las Casas, Isla Nueva
S hnushu).
2 6 Arpones de una barba, Ana i a . Caleta Pie-
dras, Isla Picton Shu k a k u ) .
Arpn de doble barba. Puerto Eugenia
A
ma
shua ia ) .
.
:
2
21
8/11/2019 Chiejaus.pdf
8/11
Form n de hueso tam ao natural). Puerto
Amashuuiu).
Lezna de hueso de ave marina tamao na-
Shnushu).
Arpn de hueso de doble corrida de dientes
A fZ u r uw u i u ) .
prolijidad: cmo pulir las astillas de hueso de ballena; cmo hacer las muescas con
filudas conchas; cmo unirlas al asta de roble que deb e estar canteada con precisin,
mediante hilillos de tripas. Una
y
otra vez se repasan los ejercicios. Cul piedra per-
mite confeccionar las mejores punta s d e flecha,
yacush.
Los arcos de madera,
las
hondas de cuero de foca, las diversas trampas para cazar el kimoa, caiqun,
o
al
alucush. Dato auetro: las Diedras. redes v Drtigas Dara los Deces y las centollas;
lente. Cada hombre
n diestro en su
uso.
cicio prolongado.
n
pirita
y
plumillas
tcnicas de navega-
in cualquier oleaje.
%rigen a
sus
alum-
la impermeabilidad
enfrentarn solos,
l a meditacin. El
ientaciones se gra-
agua. Auxliala en
ts
y mujeres
de
ti.
haces, tambin cu-
origen a murmura-
ara obsequiar a to-
no te lances ense-
Iespus habla a so -
mas cruzadas. Mira
no vuelvas a nadie
ipedidos. Si te falta
mientos humanos y
da que hablen mal
2jos.
Todas las ma-
mes .
8/11/2019 Chiejaus.pdf
9/11
Lminas IV ,
V
Hombre y mujer ymuna ilustraciones incon-
clusas).
8/11/2019 Chiejaus.pdf
10/11
..
: i
.
8/11/2019 Chiejaus.pdf
11/11
Lmina VI
Mujeres ymuna giles buceadoras, durante la
recoleccin de mariscos. Provistas de un cesto
y
esptulas de madera
o
hueso permanecan
largo rato bajo las heladas
aguas.
Punta tica tamao natural). Puerto Eugenia
Amashuaia).
2
Cuchillo de piedra tamao natural). Caleta
las Casas, Isla Nueva
Shnushu).
Transcurren los das; varan los horarios; se modifican los
programas; se repasan las lecciones. Los oportunos cambios man-
tienen siempre atentos y renovados a los alumnos. Al crepsculo
se recuerda a los antepasados. Otro da se narran las antiguas
leyendas, el origen de ciertas costumbres, la curacin de las en-
fermedades. Llega el momento en que se habla con mayor pro-
fundidad sobre Wa t a u i n e i w a , Dios, Principio de todas las co-
sas, constante com paero de triunfos y penurias durante toda la
vida.
H id bua n ,
mi Padre, el gran Espritu puro, siempre pre-
sente como nico poder. Hay ms de doscientas formas de lla-
marlo.
Todo lo que en estas ceremonias pasa ante ti , no ha sido
invencin de los
ynana ;
todo proviene de
W a t a u i n ei w a .
El ha
enseado a nuestros predecesores cmo debemos celebrar las ce-
remonias de iniciacin a la pubertad. Nosotros nos ajustamos
lo ms posible a ello, pues est siem pre vigilando.
La vida diaria del ynana , desde pequea, est referida a
Dios Todopoderoso, y ante c ualquier necesidad o aun sin ella, el
ynana se dirige con palabras sencillas a Wa t a u i n e i w a Gra-
cias, Snos propicio.
La tradicin se hace hbito en los educandos. Transcurren
los meses. La comunidad cuenta con nuevos miembros tiles.
Comienzan a manifestarse los naturales deseos de continuar la
vida nmada independiente de cada familia. Se prepara un gran
banquete de carne de lobos marinos, delfines, pescados, cent6-
llas y mariscos. Regocijo general. A cada alumno, aliviado de
tanta tensin, el maestro le regala u n tubito de hueso de ave para
sorber el agua y una varita puntiaguda de hueso de ballena para
rasc ar las picadur as de los piojos. Ambas cu elgan de l cuello.
Canciones suaves
y
colectivas imprime n a la despedida una
alegre nostalgia. Cada familia con algo de tristeza se aleja en
su
unan .
Al trmino de la ceremonia pueden quedar concer-
tados algunos matrimonios. Con fumarolas se indicar en su
oportunidad la fecha del acontecimiento. Permitir una nueva
reunin, aunque ms reducida.
Hombres y mujeres enfrentarn, renovados, la soledad y
las aventurera s caceras y bsqueda de alimento, acompaados
por Wa t a u i n e i w a y el poderoso respaldo del ltimo chi ejus.
Esto es algo de aquel maravilloso pueblo, representante
de los ms primitivos seres human os q ue ha n poblado la T ierra.
(Por qu desaparecieron?
Loberos, nutrieros y balleneros de todas las nacionalidades
llegaron a sus caletas y, al mismo tiempo que arrasaban con las
loberas, los chungungos y las ballenas, algunos, de paso, se
apoderaron de sus mujeres. Otro tanto hicieron ciertos buscado-
res de oro. La obra comenzada con las balas, continu con la
sfilis, el sar ampi n y la tuberculosis. El alcohol finaliz la tarea.
No bast que los bondadosos misioneros anglicanos trataran de
detener el mal. Un pueblo tan puro y tan primitivo, no tuvo de-
fensas para enfre ntar la civilizacin.