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Por fin rompemos el pacto de silencio que hicimos cuando el verano llegó. La vuelta siempre cuesta, pero aquí estamos otra vez con más ganas que nunca.
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#chú
editorial
Por fin rompemos el pacto de silencio que hicimos cuando el verano llegó. La vuelta siempre cuesta, pero aquí estamos otra vez con más ganas que nunca.
En este número Chú despedimos a Caro y le damos la bienvenida a Naty, Nat (según la apodan algunos), Natalie… la mujer del uno y mil nombres, cuya casa tiene millones de curiosos objetos de sus antepasados alemanes, rusos, uruguayos y nos enseñó los beneficios curativos que la heladera tiene para los esmaltes de uñas secos y los rollos de películas caducados ¿Interesante verdad?
Seguimos caminando por el universo en el que hacemos lo que nos copa, conocemos gente que nos inspira y cada vez estamos más animados, porque Latrompo está girando y ha conectado a personas de diferentes países y eso es lo que andábamos buscando.
Salud!
sumario
Una manera de pisar el asfalto. Unaforma de vida.
Empezando el día con el romper de las olas.
El nuevo vecino en el Barrio de las Artes.
Funk, noche, decibelios y mucho baile.
Especialistas en protegerel descanso eterno.
Bajo el lema “ser y perdurar”, el Arte del Desplazamiento es más que un deporte, es una forma de vida.
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Con pantalones holgados y largos, re-meras anchas y unos championes es-peciales, comienzan a trepar muros y a realizar espectaculares acrobacias para desplazarse de un lugar a otro de un modo natural, eficiente, útil y estético. Los traceurs del parkour tienen una vi-sión casi arquitectónica del mobiliario urbano. Primero observan, después mi-den, en tercer lugar reflexionan y, por úl-timo, trepan. La acción es tan dinámica, que conforma el movimiento de forma natural.
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“SER
FUERTE
PARA
SER ÚTIL”
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“Saber que con mi cuerpo puedo hacerlo y superarme a mi mismo. (…) Ser fuerte para ser útil”, afirma Mateo Vega prac-ticante de parkour desde hace casi siete años, quién explica que no es solo una práctica sino un entrenamiento de vida que te hace crecer interiormente. En el país comenzó hace apenas ocho años a través de la web Parkour Montevideo y las redes sociales, donde concretan encuen-tros, postean artículos y suben video tu-toriales con las bases de dicho deporte y, en la actualidad, cuentan con más de 400 adeptos.
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La explanada de la Embajada de EE.UU, la playa o la Plaza Mistral son algunos de los lugares donde se dan cita, aun-que también han viajado a Paysandú y Argentina, entre otros, para reunirse con otros compañeros y compartir cono-cimientos. Tras años de lucha y de ense-ñar a cientos de personas que el parkour no es vandalismo, Mateo Vega, junto a otros colegas, imparten clases para ni-ños y dan talleres en INJU, además de di-fundir allá donde van la filosofía del Arte del Desplazamiento.
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ADRIÁN RIOS
FEDERICOBIURRA
MATEO VEGA
parkour.com.uy
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Todo comenzó un 23 de diciembre de hace tres años, cuando Anaclara y su hermano Tacuabé esperaban al fin la llegada de las cuchetas para poder recibir a sus pri-meros huéspedes. La verdad es que no sabían la que se les venía encima, por-que armar un hostel en plena navidad y en el Cabo Polonio es más que una aventura.
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Willkommen
BenvenutiBem-Vindo
Bienvenu
Bienvenidos
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El tiempo les hizo madurar y amoldarse cada vez mejor a las dificultades del pe-queño paraíso de arena y olas. La falta de recursos, como es el agua corriente y la electricidad, agudizó el ingenio de los hermanos de un modo asombroso. De hecho, Anaclara comenta que “el Cabo te saca el instinto y la capacidad de sobrevivir con lo que hay” y la verdad es que no hay más que observar al De la Buena Vista para percatarse de los diferentes mecanismos que han creado para facilitar su día a día.
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El refrán dice que “a grandes males, grandes remedios” y los hermanos lo han elevado a su máximo exponente. Con ayuda de Amaral, al que apodamos “el ingeniero de Cabo Polonio”, fabri-caron una lavadora a pedales. Cómoda-mente sentado mientras haces ejercicio con unas espectaculares vistas, la ropa se enjabona, se enjuaga y, con un poco de potencia, incluso la centrifugás. Como si esto fuera poco, el mismo mecanismo sirve para hacer licuados de frutas.
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Lo de limpiar los platos también se com-plicaba sin una canilla que diera agua, pero en De la Buena Vista también encontraron la solución. Esta vez, se sir-vieron de un simple balde y de un trozo de manguera que, ayudado por la gra-vedad, dispensara el líquido necesario para dejar la loza reluciente.
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“En el desayuno se genera una comu-nidad” afirma Anaclara que junto a Tacuabé preparan cada mañana chapa-tis caseros con requesón, tomates, hue-vos revueltos o dulces con mermeladas, yogurt hecho con yocas, ensaladas de frutas y café con leche o té. Un suculen-to menú que comparten junto a todos los huéspedes amenizado por diálogos, guitarras, percusión y cero estrés. Una verdadera familia que varía con las idas y venidas de las personas que visitan el Cabo, pero con la misma premisa: bue-na onda.
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Las lúgubres historias y las leyendas em-piezan a sucederse una tras otra. José Veleda, apodado “El Flaco”, tiene bas-tante experiencia en mantener el descan-so eterno, lleva más de dos años pasean-do entre las tumbas de Buceo y pasó tres en el Cementerio Norte. Comenta que en este último, el más veterano de los compañeros se vestía con una frazada, agarraba un cajón y paseaba entre las lá-pidas para asustar a los novatos. Él pasó la prueba y, aunque en la actualidad aún no sabe por qué se metió en este rubro, siempre tuvo una energía especial para captar fenómenos paranormales. “El Flaco” vivió episodios de apariciones es-pirituales en El Cerro, por lo que trabajar por la noche en la cuidad de los muertos no le causa temor.
Las nubes impiden que la luz de las estrellas iluminen el camino en esta oscura noche donde la luna no se atrevió a salir, el viento silba y mece tímidamente las hojas de las palmeras, no se ve más de dos metros a la redonda y la primera de las cinco rutas está a punto de comenzar.
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José Veleda
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Henry Montero
Henry Montero, “El Enano”, en cam-bio, se ha enfrentado cara a cara con la muerte. Su profesión como militar lo llevó al Congo en misión de paz con los cascos azules. “Hay que tenerle más miedo a los vivos que a los muertos” afirma, y es que su desconfianza en el ser humano es natural tras ver las atro-cidades cometidas en el continente afri-cano durante casi dos años de servicio. Confiesa que durante el tiempo que lle-va trabajando en el Cementerio de Bu-ceo ha visto entes paseando entre los ár-boles durante sus noches de vigía y que hay zonas donde uno tiene que ir con respeto.
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La recorrida continúa entre flores, cruci-fijos, esculturas de ángeles, bustos y, por supuesto, lápidas de mármol amarillen-to y envejecido por el tiempo que anun-cian los nombres de los difuntos cuyos restos yacen bajo tierra. Es el momento de “El Túnel”, la energía se intensifica notablemente y el olor a descomposi-ción visita la pituitaria de un modo des-agradable y sin previo aviso. La poca luz que a duras penas iluminaba la estan-cia se apaga conforme el pasillo, vestido con nichos alineados, se hace más y más largo. “El Enano” y “El Flaco” caminan uno junto al otro, como guardándose las espaldas, y el choque de sus botas con-tra el suelo al caminar inundan el lugar. Cualquier sombra, sonido o movimiento es interpretado como algo sobrenatural. Los cinco sentidos están a flor de piel. A lo lejos, una leve luz anuncia que el final de “El Túnel” está cerca. Confor-me salen del lugar, la energía se diluye dando lugar a una extraña sensación de liviandad.
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Es el momento de revisar que las tumbas que están abiertas no hayan sido profa-nadas. En una de las calles que parten de la principal, los “guardianes de almas” atraviesan los pastos con decisión hasta frenarse frente a un panteón de gran-des dimensiones, que se multiplica por dos en profundidad. “El Enano” saca la linterna que ilumina cinco plantas ha-cia abajo, donde los cajones apilados se colocan ocupando cada piso, como si se tratara de un bloque de viviendas y los difuntos fueran vecinos. Al parecer, según comenta “El Flaco”, incluso des-pués de muerto, el ser humano sigue pagando alquiler y viviendo junto a otros en unos lugares que la sociedad estima que son los adecuados.
A pesar de ello, si deciden disfrutar de su vida eterna en la ciudad de los muertos los “guardianes de almas” velarán por que nada ni nadie perturbe su descanso.
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“HAY QUE TENERLE MÁS MIEDOA LOS VIVOS QUE A LOS MUERTOS”
“HAY QUE TENERLE MÁS MIEDOA LOS VIVOS QUE A LOS MUERTOS”
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“LO DIFÍCILES BUSCAR
Y CREARUNA SESIÓN
QUETE GUSTE
Y QUECONECTE
CON LAGENTE”
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Raka Barneche creció escuchando Zitarrosa y rock argentino bajo la premisa “haz tu camino, comete tus errores”. Con el tema de Django Rein-hardt, de la bso Sweet and Lowdown de Woody Allen, despertó su amor por la música y con el saxo de Charlie Parker su pasión por el jazz.
Tenemos que remontarnos años atrás para conocer la trayectoria del dj. En un primer momento, hacerse hueco en la noche montevideana fue complicado porque no trabajaba los estilos de moda del momento como la cumbia, la elec-trónica o el pop.
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Pero siguió caminando y, junto a su ami-go “El Pala”, fueron a parar en Paullier y Guaná en la fiesta Brookl&n, un evento te-mático que trataba de la noche neoyorkina de los años 80. Desde entonces, Raka se ha hecho un hueco en el panorama mu-sical de la ciudad y no ha parado de pa-sar temas y temas para levantar la noche. El estilo que le caracteriza es el disco y el funk, pero no deja de sorprender con otros ritmos.
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“Hay mucha música rolando por el mun-do. Hay que buscar lo que te gusta y marcar la idea, pero te enfermás porque descargás y descargás música que des-pués tenés que escuchar”. Raka confie-sa que sigue investigando hacia atrás y que a la hora de trabajar en una sesión intenta encontrar el punto de inflexión entre lo que le hace vibrar y lo que co-necta con la gente. Puede que la clave se halle en la fusión entre sus conocimien-tos en biología sobre “La Percepción del Movimiento” y su amor por la música, porque lo que si que está claro es que no hay ningún músculo del cuerpo que se resista a seguir los temas que pasa.
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Este melómano lleva en sus auriculares a Sixto Rodríguez, considera que “no hay música mala” y cuando toca en casa para su hermano, del que acuña que “tiene un corazón enorme como sus manos”, siente una liberación mental que le deja ser 100% como es. Afirma que “en la noche juegas con la borrachera” y que ver a la gente bailando lo crece.
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En la actualidad está retornando a lo que realmente le gusta: el jazz. Consi-dera que este género musical “abre la mente porque dice sin palabras algo que era ilógico” y que no se trata de un es-tilo de eruditos e intelectuales. Por ello quiere “ir a barcitos que curtan cultura jazz y que no sean nocturnos, sino res-taurantes”, además de producir música propia y versionar temas.
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Mural Colectivo Licuado
Mural Colectivo Licuado
UN ESTIMULANTE ESPACIO CULTURAL DONDE EL ARTE CONTEMPORÁNEO ES EL PROTAGONISTA.
En pleno Barrio de las Artes, en la calle Wilson Ferreira Aldunate esquina Mal-donado, se encuentra Pera de Goma, un espacio de arte que apuesta fuerte por jóvenes artistas emergentes y por un arte contemporáneo de calidad. Con tan solo tres meses de vida, está adqui-riendo una gran importancia dentro del circuito montevideano.
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El proyecto surge como respuesta a la imperiosa necesidad tener algo entre manos al salir de la universidad. Tras me-ses de divagar sobre la idea y concentrar en un núcleo duro la organización, nace Pera de Goma. “La creación del colecti-vo fue algo natural porque éramos ami-gos, todos de la misma generación de Bellas Artes” afirma Ana Ró, que junto a Ignacio Veliovich, Alicia Fornaro, Clau-dio Tamosiunas, Fernando Corbo y Mer-cedes da Costa integran el equipo del espacio cultural y conviven junto a Olika, la tienda de muebles vintage.
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“Fuimos nuestros propios albañiles, pin-tores y electricistas” comenta Nacho Ve-liovich al explicarnos los primeros pasos del proyecto. El duro trabajo que lleva-ron a cabo para adecuar el lugar, la elec-ción de obras, la organización general con lo que ello conlleva, entre otras mu-chas cosas, se reflejaron en la gran acep-tación que Pera de Goma tuvo entre el público. En la inauguración convocaron a más de 300 personas y los siguientes episodios consiguieron aumentar el nú-mero de adeptos.
A través de “una curaduría instintiva” y un arte renovado, Pera de Goma se ca-racteriza por ser un espacio fresco y di-námico, donde diversas manifestaciones artísticas encuentran su lugar. Muestra de su espíritu se observa en sus varnis-sage que siempre sorprenden al público y en episodios anteriores constaron de algodón de azúcar, tortas fritas y estu-vieron amenizadas por música en vivo.
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Artistas de la talla Aldo Baroffio, Jorge Faruelo, Maan House, Badvina, Santia-go Giani, Juan Manuel Ruétalo, Maria-na Fossatti o el Colectivo Licuado, en-tre muchos otros, han pasado por Pera de Goma en sus anteriores episodios. En la actualidad, han hecho un llamado mediante las Redes Sociales invitando a muchos otros a que se animen a ocupar sus paredes en esta nueva temporada que arranca a finales de marzo.
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“Altar de la Coca-Cola” Mercedes da Costa
“FUIMOSNUESTROS
PROPIOSALBAÑILES,PINTORES Y
ELECTRICISTAS”
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“Padre sin ojos con niño” Badvina
“Niña jugando al Mario” Badvina
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De la serie “Superhéroes en terapia” Jorge Faruelo
De la serie “Superhéroes en terapia” Jorge Faruelo
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“Perca fluviatilis” Santiago Giani
“Tramp” Santiago Giani
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Serie “Better Days” Maan House
“Zorro-Hombre” Maan House
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Alicia Fornaro, Ignacio Veliovich y Ana Ró, integrantes de Pera de Goma.
facebook/peradegoma
textos Rocío garcíaFotos Nacho turell
diseño NATALIE MIKHALOFFproducción ruth beltramelli
agradecimientos:A TERE ALLEGUE POR SUS CRÍTICAS
CONSTRUCTIVAS, A PATO POR SU
FRESCURA Y ACOMPAÑARNOS EN CADA
REUNIÓN, a valentina cardellino
por ilustrar los buhos que cuidan
las espaldas del raka, AL XAVI Y A
TROTI POR PADECER TROMPOSIS DE
VERANO Y A TODOS AQUELLOS QUE
NOS DAN PA’ DELANTE Y LA HACEN
GIRAR.
latrompo.com
