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Historia de la ciencia y la tecnología en España Saltar a: navegación, búsqueda Fragmento del Atlas catalán de Cresques Abraham, 1375. Historia de la ciencia y la tecnología en España es la denominación con que se suele englobar la historia de la ciencia y la historia de la tecnología en España. Al no existir un consenso académico son igualmente usadas las designaciones historia de la ciencia en España, historia de la ciencia española, historia de la ciencia y la tecnología españolas o historia de la ciencia y de la técnica en España.1 El mismo deslindamiento de qué llamar ciencia, qué técnica y qué tecnología es un asunto delicado, del que se ocupan los estudios de ciencia, tecnología y sociedad, de reciente definición. Mientras que las actividades científicas y técnicas son tan antiguas como el ser humano, el establecimiento de una verdadera tecnología (entendida como la integración de conocimientos sistemáticos, recursos materiales, habilidades y procedimientos técnicos aplicados a la trasformación de un proceso productivo con una metodología consciente —que supere el nivel de lo artesanal—), ha de esperar a la Edad Contemporánea, momento que para el caso de España llegó trágicamente atrasado, en comparación con la precocidad y empuje con que entró en la modernidad. Muy pocos científicos españoles (salvo excepciones como Servet o Cajal) fueron protagonistas de alguno de los cambios de paradigma que caracterizaron las sucesivas revoluciones científicas; es por eso que buena parte de los estudios de historia de la ciencia consisten en el rastreo de su recepción en España, y lo mismo sucede con las transferencias tecnológicas. Hasta tal punto la ciencia y la tecnología han sido en España una «realidad marginal en su organización y contexto social»,2 que tal marginalidad se ha llegado a convertir en una especie de estereotipo nacional español, unas veces rechazado por impropio o humillante y otras veces asumido con orgullo y desdén, como en la lapidaria expresión de Miguel de Unamuno cuyo repetido uso y abuso ha producido un tópico o cliché que se utiliza con sentidos opuestos: ¡Que inventen ellos! Miguel de Unamuno, varias versiones, 1906-1912 El uso del masculino ellos, tampoco es casual (hay quien plantea su contrario: «Que inventen ellas»).3 El predominio de varones en ciencia y tecnología ha sido casi absoluto históricamente, y únicamente ha sido desafiado en términos cuantitativos desde las últimas décadas del siglo XX. No obstante, los denominados gender studies (traducidos habitualmente como estudios de género) y la historia de las mujeres aplicada a la historia de la ciencia y la tecnología se han ocupado de visibilizar a las personalidades femeninas significativas en estos campos. Astrolabio de al-Sahlî, fabricado en Toledo en 1067. Museo Arqueológico Nacional. De izquierda a derecha, el Telescopio William Herschel, el Telescopio Abierto Neerlandés, el Carlsberg Meridian, el Telescopio Solar Sueco, el Telescopio Isaac Newton (segundo por la derecha) y el Telescopio Jacobus Kapteyn (el más lejano por la derecha), en el Observatorio del Roque de los Muchachos, isla de la Palma, Instituto de Astrofísica de Canarias. Útiles de esparto procedentes de las explotaciones mineras romanas de Carthago Nova (Cartagena). Museo Arqueológico Municipal de Cartagena. Índice [ocultar] 1 Presente y normativa 2 Introducción histórica

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  • Historia de la ciencia y la tecnologa en Espaa Saltar a: navegacin, bsqueda

    Fragmento del Atlas cataln de Cresques Abraham, 1375.

    Historia de la ciencia y la tecnologa en Espaa es la denominacin con que se suele englobar la historia de la ciencia y la historia de la tecnologa en Espaa. Al no existir un consenso acadmico son igualmente usadas las designaciones historia de la ciencia en Espaa, historia de la ciencia espaola, historia de la ciencia y la tecnologa espaolas o historia de la ciencia y de la tcnica en Espaa.1

    El mismo deslindamiento de qu llamar ciencia, qu tcnica y qu tecnologa es un asunto delicado,del que se ocupan los estudios de ciencia, tecnologa y sociedad, de reciente definicin. Mientras que las actividades cientficas y tcnicas son tan antiguas como el ser humano, el establecimiento deuna verdadera tecnologa (entendida como la integracin de conocimientos sistemticos, recursos materiales, habilidades y procedimientos tcnicos aplicados a la trasformacin de un proceso productivo con una metodologa consciente que supere el nivel de lo artesanal), ha de esperar ala Edad Contempornea, momento que para el caso de Espaa lleg trgicamente atrasado, en comparacin con la precocidad y empuje con que entr en la modernidad. Muy pocos cientficos espaoles (salvo excepciones como Servet o Cajal) fueron protagonistas de alguno de los cambios de paradigma que caracterizaron las sucesivas revoluciones cientficas; es por eso que buena parte de los estudios de historia de la ciencia consisten en el rastreo de su recepcin en Espaa, y lo mismo sucede con las transferencias tecnolgicas. Hasta tal punto la ciencia y la tecnologa han sidoen Espaa una realidad marginal en su organizacin y contexto social,2 que tal marginalidad se ha llegado a convertir en una especie de estereotipo nacional espaol, unas veces rechazado por impropio o humillante y otras veces asumido con orgullo y desdn, como en la lapidaria expresin de Miguel de Unamuno cuyo repetido uso y abuso ha producido un tpico o clich que se utiliza con sentidos opuestos:

    Que inventen ellos!Miguel de Unamuno, varias versiones, 1906-1912

    El uso del masculino ellos, tampoco es casual (hay quien plantea su contrario: Que inventen ellas).3 El predominio de varones en ciencia y tecnologa ha sido casi absoluto histricamente, y nicamente ha sido desafiado en trminos cuantitativos desde las ltimas dcadas del siglo XX. No obstante, los denominados gender studies (traducidos habitualmente como estudios de gnero) y la historia de las mujeres aplicada a la historia de la ciencia y la tecnologa se han ocupado de visibilizar a las personalidades femeninas significativas en estos campos. Astrolabio de al-Sahl, fabricado en Toledo en 1067. Museo Arqueolgico Nacional. De izquierda a derecha, el Telescopio William Herschel, el Telescopio Abierto Neerlands, el Carlsberg Meridian, el Telescopio Solar Sueco, el Telescopio Isaac Newton (segundo por la derecha) y el Telescopio Jacobus Kapteyn (el ms lejano por la derecha), en el Observatorio del Roque de los Muchachos, isla de la Palma, Instituto de Astrofsica de Canarias. tiles de esparto procedentes de las explotaciones mineras romanas de Carthago Nova (Cartagena).Museo Arqueolgico Municipal de Cartagena.ndice [ocultar] 1 Presente y normativa2 Introduccin histrica

  • 3 Ciencia y tcnica en la Espaa medieval 3.1 Ciencia y tcnica en la Hispania visigoda3.2 Ciencia y tcnica en al-ndalus: la Espaa musulmana3.3 Ciencia y tcnica en los reinos cristianos peninsulares medievales 3.3.1 Alta Edad Media3.3.2 Baja Edad Media 3.3.2.1 Traductores judos3.3.2.2 Universidades y escuelas de traductores3.3.2.3 Tecnologa naval4 Ciencia y tcnica en la Edad Moderna o Antiguo Rgimen espaol 4.1 Ciencia y tcnica en el Siglo de Oro espaol 4.1.1 El contacto con las culturas precolombinas4.1.2 Las universidades espaolas en el siglo de Oro4.1.3 Instituciones cientficas y tcnicas de los Siglos de Oro 4.1.3.1 Carrera de Indias. Navegacin. Ingeniera4.1.3.2 Metalurgia. La amalgama: plata y mercurio4.1.3.3 Matemticas y astronoma4.1.3.4 Medicina4.1.3.5 Colegio Imperial de la Compaa de Jess4.1.3.6 Otras ciencias4.1.4 Los novatores4.1.5 Las mujeres en la ciencia y la cultura del Siglo de Oro espaol4.2 Ciencia y tcnica en la Ilustracin espaola 4.2.1 Instituciones cientficas y tcnicas de la Ilustracin espaola4.2.2 Expediciones espaolas del Siglo de las Luces4.2.3 Inicios de la aeronutica4.2.4 Las mujeres en la Ilustracin espaola5 Ciencia y tcnica en la Edad Contempornea espaola: el fracaso de la Revolucin Industrial 5.1 Ciencia y tcnica en el siglo XIX espaol 5.1.1 Instituciones cientficas del siglo XIX5.1.2 La recepcin del evolucionismo5.1.3 Expediciones espaolas del siglo XIX5.1.4 Inicios de la fotografa y el cine5.1.5 Los inicios de la electrificacin en Espaa5.1.6 Los ferrocarriles en Espaa5.1.7 El textil y la ingeniera en Catalua5.1.8 La explotacin minera en el siglo XIX. La siderurgia malaguea, asturiana y vasca5.1.9 La incorporacin de la mujer a las instituciones culturales espaolas del siglo XIX5.2 Ciencia y tcnica en el siglo XX espaol 5.2.1 Las ltimas expediciones coloniales5.2.2 Expediciones al interior: el redescubrimiento de Espaa5.2.3 El desarrollo de la electrificacin en Espaa5.2.4 La ciencia y la tecnologa en la Edad de Plata 5.2.4.1 Instituciones cientficas y tecnolgicas de la Edad de Plata5.2.4.2 La recepcin de la revolucin relativista5.2.4.3 Otros cientficos espaoles del primer tercio del siglo XX5.2.5 La ciencia y la tecnologa durante el franquismo 5.2.5.1 Los inicios de la revolucin informtica5.2.6 La ciencia y la tecnologa en la democracia5.2.7 La mujer espaola accede a la ciencia y la tecnologa5.2.8 La divulgacin cientfica y la proteccin de la naturaleza6 Vase tambin

  • 7 Referencias8 Enlaces externos

    Presente y normativa[editar]Artculo principal: Ciencia y tecnologa en Espaa

    En los ltimos aos Espaa ha alcanzado una alta posicin (la novena, con el 2,5 % de las publicaciones) en los rankings cientficos internacionales,4 pero se enfrenta a un sombro presente acausa de los fuertes recortes presupuestarios de la actual crisis.5 Una de las debilidades del sistema espaol de ciencia y tecnologa (o sistema nacional de innovacin)6 es la carencia de inversiones enI+D+i de las empresas privadas y, consecuentemente, su dependencia de las inversiones pblicas, una diferencia destacable con otros pases industrializados.7

    Con muchos cambios en los ltimos aos, al menos tres ministerios (Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte, Ministerio de Economa y Competitividad que incluye la Secretara de Estado de Investigacin, Desarrollo e Innovacin, anteriormente de rango ministerial como Ministerio de Ciencia e Innovacin y Ministerio de Industria, Energa y Turismo) comparten actualmente competencias sobre esta rea, regulada por la Ley 14/2011, de 1 de junio de la Ciencia, la Tecnologa y la Innovacin.8 Hay un Plan Estatal de Investigacin Cientfica y Tcnica y de Innovacin,9 y una red de Organismos Pblicos de Investigacin (OPI), con el CSIC en su vrtice, Grandes Instalaciones Cientficas (GIC), Instalaciones de Tamao Medio (ITM) y parques cientficos y tecnolgicos (Asociacin de Parques Cientficos y Tecnolgicos de Espaa, APTE).Introduccin histrica[editar]

    A pesar de su dificultad metodolgica (ausencia de fuentes escritas), la reconstruccin de aspectos del pensamiento pre-cientfico y pre-tecnolgico (interpretacin y transformacin de la naturaleza) en pocas prehistricas se ha intentado con el anlisis e interpretacin del arte paleoltico, que en la pennsula ibrica tiene muestras de extraordinario valor; as como con las tcnicas lticas e incluso con las reconstrucciones anatmicas.10

    La teora de la revolucin neoltica implica para esta zona una interpretacin difusionista para innovaciones como la agricultura o la cermica,11 mientras que, desde posturas poligenistas, se argumenta que la metalurgia del cobre en el calcoltico (Los Millares, principios del III milenio a. C.) podra haber surgido de una innovacin endgena, simultnea a un incremento de los rendimientos agrcolas por el regado (acequia del poblado del Cerro de la Virgen de Orce), al amurallamiento y a la estratificacin social.12

    Ya en poca plenamente histrica para el Prximo Oriente (pero protohistrica para Europa Edad de los Metales), el papel de las tierras del Extremo Occidente en el comercio de metales a larga distancia con las primeras civilizaciones fue fundamental para la incorporacin de las tcnicas metalrgicas de la edad del bronce; mientras que las de la edad del hierro fueron introducidas a finales del II milenio a. C. y comienzos del I milenio a. C. simultnea e independientemente por los pueblos colonizadores mediterrneos (griegos y fenicios, en la costa oriental y meridional) y los celtas centroeuropeos (en el centro, oeste y norte). La llegada de otras manifestaciones tcnicas como la rueda, el arado o la vela son an ms difciles de constatar.

    La romanizacin fue muy profunda en Hispania, y dan muestra de ello las tcnicas constructivas que permitieron resultados tan acabados como el Puente de Alcntara o el Acueducto de Segovia, uncomplejo trazado de calzadas, las primeras presas hidrulicas (cuya entidad est siendo debatida)13 o explotaciones mineras de todo tipo, desde la aurfera a tan gran escala como las Mdulas hasta la del lapis specularis (vase tambin Economa en la Hispania Romana).

  • Por Cdiz pasaron algunos de los ms importantes cientficos de la poca helenstica, como Polibio, Artemidoro y Posidonio, que tuvo oportunidad de medir all las mareas (fenmeno ms visible en elAtlntico que en el Mediterrneo) y proponer sus causas.14 Autores bticos como el algecireo Pomponio Mela o el gaditano Columela estn entre los escasos tratadistas hispano-latinos de cuestiones cientficas. El primero, gegrafo, con su De Chorographia; el segundo con Res rustica y Liber de arboribus, de cuestiones agronmicas. Una lcida reflexin de Columela representa claramente cmo el carcter especulativo de la actividad cientfica en el mundo grecorromano est desconectado de las tcnicas y el trabajo manual; como corresponde a la radical separacin entre el otium propio de los filsofos y el mundo del negotium y los esclavos.

    Y no puedo acabarme de admirar, cuando considero que escogiendo los que desean hablar bien un orador cuya elocuencia imiten; buscando los que quieren aprender las reglas del clculo y de las medidas un maestro de esta enseanza que tanto les agrada; procurando los aficionados a la danza ya la msica con el mayor cuidado maestros de estas artes; llamando los que quieren hacer un edificio operarios y arquitectos; los que quieren confiar al mar una embarcacin hombres que sepan manejarla; los que emprender guerras personas inteligentes en la tctica; y para decirlo todo de una vez, haciendo cada cual diligencia, para el estudio a que quiere aplicarse, del mejor director que pueda encontrar; y finalmente, eligiendo cada uno de entre el nmero de los sabios una persona que forme su espritu y sea su maestro en la virtud: solamente la agricultura, que sin duda est muy cerca de la sabidura, y tiene cierta especie de parentesco con ella, carece de discpulos que la aprendan y de maestros que la enseen.Lucio Junio Moderato Columela

    Los doce libros de la agricultura, De las cosas del campo (De re rustica), mediados del siglo I.15 Esfera armilar de la Biblioteca de El Escorial. La fragua de Vulcano, Diego Velzquez, 1630. El trabajo manual, relegado en la mitologa grecorromana al dios ms feo y deforme (Hefaistos-Vulcano, deshonrado por su bella esposa, Afrodita-Venus, y por el gallardo dios de la guerra, Ares-Marte), era tambin despreciado socialmente en la Espaa del Barroco, que tambin pona la honra muy por encima de todo lo material. Este mismo genial pintor tuvo que demostrar documentalmente, contra toda evidencia, quejams en su vida (como no fuera por servicio al rey o por amor al arte) haba incurrido en tal incompatibilidad con la condicin de nobleza a la que aspiraba.16

    La ciencia medieval, dentro de sus limitaciones inherentes, tuvo algunos de sus mximos desarrollos en la pennsula ibrica, compartida por reinos cristianos y musulmanes, y con una influyente presencia intelectual hebrea. Antes incluso, la Edad Oscura de la Alta Edad Media tuvo en el reino visigodo de Toledo y en el monacato hispnico alguna de sus aisladas lumbreras (destacadamente, san Isidoro y sus Etimologas). Las transiciones entre distintos modos de produccin implicaron transformaciones tecnolgicas impulsadas o frenadas por las diferentes configuraciones econmico-sociales, que en el caso espaol se sustanciaron en diferentes formas de renovar las tcnicas agrcolas, ganaderas y de la industria alimentaria y otras ramas de la artesana; a veces por iniciativa institucional (monstica o gremial) o por la dinmica propia de las actividadesproductivas, ms o menos sometidas a secretos de oficio y desprestigiados socialmente en la sociedad estamental (incompatibilidad entre trabajo y nobleza, calificacin de oficios viles y mecnicos).17 Los ejemplos ms aparatosos son las norias del sureste espaol y otras tcnicas de regado introducidas o perfeccionadas por la civilizacin rabe-hispana.

    La inclusin de los reinos bajomedievales espaoles en las rutas comerciales europeas, entre el Atlntico y el Mediterrneo, estimul no slo la tecnologa naval y la investigacin cartogrfica y

  • astronmica aplicable, sino tambin la experimentacin de tcnicas comerciales y financieras innovadoras, tanto en la Corona de Aragn (Lonja de la Seda, Taula de canvi, Consulado del mar) como en la de Castilla (con ferias como las de Medina del Campo, Medina de Rioseco y Villaln),18 en las que se firmaron las primeras letras de cambio, y se inici la reflexin que, tras el impacto decisivo que supuso la conquista y colonizacin de Amrica y sus efectos negativos en Espaa (revolucin de los precios, desincentivacin de las inversiones productivas y fomento del conservadurismo social e ideolgico) termin dando origen a la ciencia econmica (no en vano uno de sus textos fundacionales, el de Toms de Mercado se titul, parafraseando a la Suma teolgica desu tocayo santo Toms de Aquino, Suma de tratos y contratos, 1571).19 En algunos casos, estas prcticas estaban ligadas a la minoras juda y conversa (el prstamo a inters era considerado pecado de usura tanto para la moral cristiana como para la islmica), lo que estuvo en el origen de cuestiones tan decisivas para la historia cultural e intelectual como la dialctica cristiano nuevo-cristiano viejo y la propia conformacin de la hacienda y la burocracia (almojarifes) de la naciente monarqua autoritaria que peculiariz a la Monarqua Hispnica unificada desde la poca de los Reyes Catlicos, para quien la poltica de mximo religioso justific tambin toda una serie de decisiones que determinaron graves consecuencias para el tejido productivo, la ciencias y las tcnicas en Espaa, como la expulsin de los judos (1492) y la expulsin de los moriscos (1609), lapersecucin de toda clase de disidentes religiosos o intelectuales (alumbrados, protestantes, erasmistas) as como la sujecin de las conciencias al sistema inquisitorial que universalizaba la sospecha, la delacin y la autocensura.

    Quedaron todos los circunstantes admirados, y algunos de ellos, ms simples que curiosos, en altas voces comenzaron a decir:

    Milagro, milagro!

    Pero Basilio replic:

    No milagro, milagro, sino industria, industria!Miguel de Cervantes

    Don Quijote de la Mancha (Segunda parte, captulo XXI), ao 1615.

    La importancia econmica de la Carrera de Indias y la explotacin minera del Nuevo Mundo hizo que la demanda cientfica y tecnolgica impulsada desde el inmenso poder de la Monarqua Hispnica fuera de altsimo nivel, sobre todo en los mbitos naval y metalrgico. La prioridad indiscutible en cualquier programa cientfico que hubiera podido disearse era claramente la que marcaban las necesidades del inmenso Imperio ultramarino.