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"CIEN COPLAS POPULARES DE ROSARIO DE LA FRONTERA" es la primera publicación de coplas de este departamento del sur de la provincia de Salta, Argentina, a partir de una selección efectuada por Carlos Jesús Maita entre más de mil coplas recopiladas entre los años 1985 y 2000. Una segunda parte reúne "Coplas por mi abuelo Eleuterio Ovallo" cuyo autoría corresponde al recopilador. La obra fue editada en el año 2001 por el Grupo Cultural Takku de Rosario de la Frontera.
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100 COPLAS POPULARES
de Rosario de la Frontera
(Recopiladas por Carlos Jesús Maita, 1985 – 2000)
INCLUYE
“Coplas por mi abuelo Eleuterio Ovallo”de Carlos Jesús Maita
1
Introducción
La copla, herencia hispánica, es el vínculo primitivo de la expresión literaria regional con vigencia
plena. Se trata de una estrofa de cuatro versos, casi siempre octosilábicos, de carácter popular, con rima
asonante o consonante en los versos pares. Puede ser recitada o cantada. Hay coplas de amor,
humorísticas, tristes, picarescas, patrióticas, de costumbres, religiosas, etc.
Todo pueblo tiene su cancionero, sus coplas. Todo cancionero popular es anónimo. Yo salí a recoger
unas coplas por Rosario de la Frontera, mi tierra natal, para dejar testimonio escrito de su cancionero. Mi
búsqueda se extendió por más de 15 años.
Golpee varias puertas. Con el tiempo comprobé que en la ciudad –sobre todo en las nuevas
generaciones– la copla fue cayendo en el olvido. Por suerte perdura en algunos mayores de las zonas
campesinas, tal vez porque allí, la TV y otros chiches de la urbanidad no avasallan la memoria, aunque sí
causan estragos la miseria y la marginación.
Las coplas que logré recopilar me fueron referidas con respeto y cariño. Unos las extrajeron de un
cuaderno amarillo de algún familiar difunto. Otros hicieron fuerza por recordar las que entonaron en
remotas carpas de Carnaval o yerras y pifiaron una y otra vez hasta pulir el recuerdo. Otros las soltaron
del corazón como quien da una cuchillada a un odre lleno de vino.
Reuní muchas coplas. Para armar el presente trabajo las seleccione, clasifiqué y agrué siguiendo un
criterio personal de afinidad temática. Habrá algunas que nos suenen de otro lado. Ocurre que la adopción
y la adaptación de coplas es una característica del cancionero popular. Juan Alfonso Carrizo lo pone de
relieve en su singular recopilación del cancionero de las provincias del Norte Argentino donde, en sendos
casos, se observan coplas ya cantadas en otras regiones del mundo.
Repaso emocionado las páginas en la computadora. Me parecen un milagro, una rosa encendida en
medio de los hierros retorcidos de la globalización. Tengan los lectores estas coplas como un documento
básico de la literatura de Rosario de la Frontera. Es mi humilde aporte al rico Cancionero Popular de
Salta.
Carlos Jesús Maita
Rosario de la Frontera, Salta
Carnaval de 2001
2
Mi canto tiene raíces
del presente y del ayer,
sin pasado ni presente
futuro no ha de tener.
Carlos Jesús Maita(De “Coplas de la Comparsa”,
Ed. Tunparenda, Salta, 1992)
3
Agradecimiento
Aquí refiero a modo de AGRADECIMIENTO los nombres de quienes me transmitieron las
coplas de este libro:
Néstor “Chiquito” Chávez
Zenón Casasola
Ricardo López
Juana ramos
Mónica Lobo
Nimio Núñez
Adrián Guerrero
Pedro Pinto
Carlos Alfonso Rivas
Oscar “Negro” Romano
Mario “Gareca” González
Demetrio Maita
José Moya
Pedro Montenegro
Sixto Masías
Santos F. Medina
“Lalo” Delgado
Ginés “Flaco” Palazón
Sonia Condorí
“Pancho” Rivero
Justina Aparicio
Felipa Aparicio
Cristina Burgos de Méndez
Candelario Rojas
Carlos Gómez
Antonio Velata
Juan “Zorro” Colque
Marcelo Condorí
Mercedes Luna
Don Uvence, de Pozo Verde
Don Cañete, de Las Lechuzas
Reymundo Zapana
“Machaquita” Machaca
Ramona E. Lombardi
Comparsa “Los Indios Chamorros” de Villa
Vivero, fundada en 1902
Eleuterio Ovallo
Escuelas del Departamento de Rosario de la
Frontera
5
Del pago
Yo soy de este pago hermoso,
Rosario de la Frontera,
donde se enlutan los vasos
cuando muere un calavera.
A mi vino lo derramo
en la tierra en carnaval,
pa’ que beban mis abuelos
enterraos en El Ceibal.
Salta tiene por el Sur
a Rosario de portal,
verde valle, cielo azul,
buena gente, agua termal.
Soy del pago de Rosario,
de La Hoyada pa’ más dato,
a veces no paro la olla
porque soy un pelagato.
A Rosario yo lo llevo
desde el día que nací,
apenas digo mi nombre
mi tierra salta de mí.
Para mí todito es lindo,
para mí todo es igual,
soy un gaucho aquerenciado
n’ el pago El Algarrobal.
Yo no sé qué tiene el vino
que a mí me da por chupar,
cuando estoy alegre chupo
y cuando estoy por llorar.
6
El vino tiene esas cosas
que al hombre lo hacen cantar,
llora y ríe, ríe y llora,
puede morir o matar.
Yo ‘i nacido en El Naranjo,
donde el Cristo Articulado,
y como el Cristo me paso
sentadito o acostado.
De allá abajo mi venido
cruzando zanja y zanjones,
nada me han hecho los tigres,
qué me han de hacer los leones.
De amor
7
En la punta de aquel cerro
yo hi clavado mi facón,
así clavaste tus ojos
adentro mi corazón.
Lloviendo está sobre el río
y ya saltan los pescaos,
así salta el corazón mío
cuando te veo en algún lao.
Tu corazón es más dulce
que la misma chirimoya
pero a mí me hace llorar
cual si fuera de cebolla.
Tata Dios me ha dao los ojos
pero pa’ hacerme sufrir,
te veo pasar tan hermosa
pero no sos para mí.
Ayer te canté en Los Churquis,
hoy te canto en Tinajeras,
en el cielo o el infierno
te cantaré cuando muera.
No mezquinés tu hermosura
china linda, mostraméla,
que nadie hai querer mirarte
cuando ya seas abuela.
Mañana por la mañana
va a correr un viento frío,
no le echés la culpa al viento
que son los suspiros míos.
Picantes y picaronas.
8
La pucha qué lindas son
las mujeres de La Hoyada,
si vestidas son tan lindas
qué serán así sin nada!
Qué grandes tenís los pechos,
edondos como la luna,
las puntas han de ser dulces
como el arrope de tuna!
Gustito a pan son tus manos
y tus pechos gusto a rosa
y tendrás gustito a charqui
bajo tu vientre otra cosa.
Como lambe el río la arena,
como la vaca la sal,
así yo te lambería
noche y día sin parar.
Yo soy como el caschi yuto
cuando quiero un amor nuevo,
como no tengo la cola
siquiera el tronco lo muevo.
Si querís tener chinitas
atendelas con ternura
porque son como las moscas:
las atrae la dulzura.
Dicen que a los casados
se les corta la alegría,
yo soy casado hace mucho
y ando alegre todavía.
De amor, dolidas y tristonas.
En Los Sauces fuiste mía,
9
te perdí en El Arenal,
volví a tenerte en Horcones
y te perdí en El Ceibal.
Los sauces cómo reían
el día que te conocí,
ahora que te he perdido
los sauces lloran por mí.
Bajo los sauces llorones
me senté a llorar tu adiós,
llorando estaban los sauces
pero más lloraba yo.
El anillo que me diste
fue de vidrio y se quebró,
el amor que yo te tuve
fue de agua y se derramó.
No hay cosa más dolorida
que el corazón del humano
cuando la amada lo deja
y él sigue amándola en vano.
De amor, casamenteras y sabiondas.
Ya quisiera verte yo
en la finca El Duraznito
10
donde hasta el gaucho más vivo
puede pisar el palito.
Ya quisiera verte yo
en la finca de Ojo de Agua
donde hasta el gaucho más duro
se ablanda por una enagua.
Ya quisiera verte yo
campo adentro, allá en Mogotes,
donde el más arisco sale
con el lazo en el cogote.
Ya quisiera verte yo
en la finca La Australasia
donde casarse no es nada,
parar la olla es la desgracia.
Ya quisiera verte yo
casándote en el altar,
tenís gana i decir noy el sí sale por azar.
De carnaval
Yo tenía en vez de cabras
penitas en mi corral,
11
ayer me ha dentrao el lión
que se llama Carnaval.
Ya se viene el Carnaval
por los cerros de Ojo de Agua
haciendo chispear las coplas
como el acero en la fragua.
En las carpas bailan todos
borrachos y coloraos,
Mandinga les tiró encima
la sangre de un puñaleao.
Me gusta andar por las carpas
de Cámara y San Martín,
bagualeando con mi caja
mi alegría no tiene fin.
En Carnaval una tarde
bagualié mientras llovía
y la copla agua de lluvia
de sólo estar se volvía.
Tapalo con hojas secas
cuando caiga el Carnaval,
cuando le pase la macha
se hai volver a levantar.
Por andar carnavaleando
A mi mujer descuidé,
Cuando volví pa’ mi rancho
Ni el rastrito le encontré.
De desdicha
No quieren cantar conmigo
reparando en mi pobreza,
pero nunca canto solo,
12
me acompaña la tristeza.
Copo Quile, así se llama
la tierra donde he nacido,
de verme sufrir mi madre
maldice haberme parido.
Yo nací para ser pobre,
el El rico me mira mal,
se olvida que puse el lomo
pa’ que él tenga su caudal.
El negro que tiene plata
en cualquier parte entra y sale,
como yo soy negro pobre
ninguna puerta se me abre.
De mi pago me fui un día
porque allí no era querido,
en el pago de Rosario
soy un bicho aborrecido.
Nací el primero de agosto
y la Virgen ha lloraro
diciendo: -Este pobre diablo
seguro hai ser desgraciao.
Cuando yo era una guagüita
me alzaban todos a mí,
ahora que ya soy grande
ando tirao por ahí.
Por la vida andoy rodando
sin quién me quiera querer,
pobrecito cuando muera
ni una vela me han prender.
Diez hijos tuvo mi madre
13
y a los diez los ha criado,
nueve fueron muy dichosos
y sólo yo el desgraciado.
Los diablos son muchos, doña,
y el agua bendita es poca.
viudita con tantos críos
diande han comer tantas bocas.
Niño rico, niño pobre,
cada cual con su destino.
Niño blanco, niño negro,
Diosito partió el camino.
La gente si no hay trabajo
pa’ Güenosaire se va,
qué triste que andan los pobres
penando por la ciudá.
Cuando me fui de El Potrero
de nadie me despedí,
tan sólo mi madrecita
quedó llorando por mí.
De costumbres
Pa’ los primeros de agosto
sahumamélo al rancho mío,
ma ver si se va la yeta
que tanto tiempo i tenío.
14
Chinita, ya va a llover,
segurito que graniza,
pal viento hacéte en el patio
una crucita i ceniza.
Mi abuelita me ha enseñao
cómo debo comer tunas,
se debe comer impar
pa’ que vaya guiando una.
Mi agüelo sin saber ler
tenía su sabiduría,
panza arriba ponía un sapo
y en plena seca llovía.
Mi mama sabía decirme
los días de mucho calor:
-Hay que tener cuidadito
porque puede haber temblor.
Li traido, doña Venancia,
a m’hija con ojeadura,
tiene abierta la mollera
como calzón sin costura.
Pa’ que el cielo no se aburra
Diosito inventó a las aves
y ha inventado la inorancia
pa’ entretener al que sabe.
Pal locro ollita de fierro,
batea de palo pal pan,
pa’ cocinar fuego i leña
de quebracho y guayacán.
Para hacer buena empanada
echale papa y huevito,
15
cebolla, carne picada,
pasa de uva y ajicito.
I llegao a esta cantina
guiado por dos instintos;
sírvame un locro pulsado
y una jarra i’ vio tinto.
Por los campos de Balboa
cuatreriando mos andao.
Mos enlazao a escondidas,
escondidos mos carniao.
Siento una cosa bien fiera
cuando degüello un novillo,
igual que si me corriera
por el cogote un cuchillo.
De noche por Barba Yaco
se aparece el Ucumar,
hay que ser bien corajudo
pa’ bandear ese lugar.
Si te silban las almitas
no te de por contestar,
te aporrean sin que las veas
y hasta te pueden matar.
Los espantos andan sueltos
por el Paso La Angostura,
ai pasa la Viuda Negra
montada en el Alma Mula.
Una lechuza que chita
es una bruja encarnada,
mostrale un trapito blanco
pa’ que se venga en picada.
16
Virgencita de los Valles,
ti traído mi puñal,
vendecilo que esta noche
vua peliarle al Familiar.
De humor
El marido está en la cama
y ella está en la cabecera
con el rosario en la mano
rezando pa’ que se muera.
17
Mis hijos cuando me enfermo
corren a darme asistencia
y a la vuelta de mi cama
discuten sobre la herencia.
Cuando murió su mujer
ese viudito celoso
cuidaba que la finada
no se le cruce de pozo.
L’otro día pal día las almas
a tu tumba fui a alumbrar,
al recordar tus engaños
me puse encima a bailar.
¡Qué lindos los cementerios
el día de los difuntos,
tan floridos y alumbrados,
dan ganas de ser pie-juntos!
Con los pulgares mi suedra
las empanadas repulga,
pensar que con esos dedos
también revienta las pulgas.
Mi suedra aparenta mansa
pero no es tan oveja,
pasemén el ensillao
para domarla a esa vieja.
Parece que se enrollara
la luna cuando se mengua,
qué lindo si te enrollaras
vieja chismosa la lengua.
De delante de las suedras
espantaos corren los yernos
como jueyen los santitios
18
de las puertas del infierno.
Mi suedrita es bondadosa,
siempre quiere verme bien,
bien aplastao en las vías
bajo las ruedas de un tren.
Una chica de quince años
se empachó comiendo tunas,
al cabo de nueve meses
tiró el empacho en la cuna.
Estas chicas de mi pago
son como jardín florido,
no saben pegar remiendos
y quieren tener marido.
-Adios, arrope de tuna,
por tu amor vivo quisquido.
-Aguantá que ahorita viene
a destrancarte mi marido.
El coi anda en los caminos,
la perdiz en los maizales,
vos aquí y tu mujercita
con otro en los pajonales.
Si tu mujer anda rara,
santulona y religiosa,
seguila que con el cura
debe andar haciendo cosas.
Sombreros tienen los gauchos,
los reyes tienen corona,
pero vos tenís los cuernos
que te pone la patrona.
19
Mis vecinos me critican
porque me paso de vicio,
no saben que es el descanso
el mejor de los oficios.
Si un policía te dice:
-Venga, maula, marche preso…
meté la mano al bolsillo
que lo arreglás con un peso.
Cuando me pongo a cantar
no tengo sueño ni duermo,
mandemén a trabajar,
ai ya no puedo de enfermo.
Quedé inútil pal trabajo,
la yeta hizo que me quiebre.
debe ser chistoso ver
a un rengo correr la liebre.
Canten como yo canto,
como yo canto así canten,
no de adelante pa’ tras
sino de atrás pa’ delante.
Quién dice que el toro es bravo,
yo soy más bravo que el toro,
el toro pela y mete,
yo meto cuero y todo.
Como las ollas de fierro
tenís de negras las patas,
los güevos hai ser más negros,
ni qué pensar la batata.
Yo soy bravo como el tigre
y metedor como el potro,
me gusta robar ganao
20
y a la mujer de los otros.
Quisiera ser buscapié
pa’ brincar entre tus patas
y mirarte de abajito
aunque se enoje tu tata.
Dicen que la garza mora
lo cruza al mar de un volido,
yo también lo cruzaría
si nos juna tu marido.
Cuando hai venir pa’ Rosario,
lo invito con gran placer;
a usté le daré el asao
y el chorizo a su mujer.
Ropa de chala la humita,
ropa de chala el tamal,
sin ropa vení, chinita,
te espero dentro el maizal.
Coplas
21
por mi abuelo Eleuterio Ovallo
A su memoria
Carlos Jesús Maita, 1980-1985
Por mi abuelo Eleuterio
Mi abuelo fue analfabeto
22
pero leía de corrido:
en las miradas el alma,
en la luna los destinos.
Siempre tenía un refrán
dispuesto como un cuchillo
y sabía leer los rastros
escritos en los caminos.
Mi abuelo, peón de arreo,
medio coya y medio indio,
se instruyó leyendo el campo
siempre abierto como un libro.
Hablaba de Martín Fierro
como de alguien conocido
y punteando una guitarra
lo recitaba seguido.
Cantaba sin apurarse
bajo el parral, con su vino,
cerrando fuerte los ojos
para mirar dentro mismo.
Mi abuelo salteño ha sido,
nació en el cerro El Cajón,
era bravo trabajando,
fue copla su corazón.
23
de a poquito me hice duro,
curtido como el quebracho.
Medio el monte me crié
hambreando y trenzando lazos,
con el arreo y el hacha
se encallecieron mis manos.
No soy cría de patrones,
apenitas soy un gaucho,
a la muerte la respeto
y a la vida me la aguanto.
Madrugo en los callejones
Sombra y perro, senda y zaino,
Como el viento en los tierrales
Suelto mis penas silbando.
El viento silba sus penas,
Yo silbo por no llorar,
Y así silbando en el monte
Los dos vamos a la par.
Sé del vino y de la sed,
Sé de la nada en el vaso
Cuando beben tierra seca
Los vasos de mi caballo.
25
Unos caballos lo encuentran
Y se lo beben a él.
La montaña es la mujer
Que se desnuda en invierno
Y cuando llega el verano
Se viste de pasto tierno.
La montaña tiene pechos
Como tiene la mujer;
Maman la luna grande
Y el sol del amanecer…
Espejo de agua es el río
Donde los cielos se bañan;
Yo me baño con las nubes,
Los potros y las montañas.
Tempranito en la montaña
Veo la tierra florecer,
Así florece en los hombres
El amor por la mujer.
El río lleva en su canto
la música del amor,
es decir lleva alegrías,
es decir lleva dolor.
27
ser como el grillo quisiera
y que tú, como la noche,
enamorada me oyeras.
El amor en ocasiones
es igual que el carnaval,
dura poco, sin embargo
no se lo puede olvidar.
Sangre dulce de otros días
saben guardar las granadas,
ay, la miel entristecida
de tu boquita pintada.
El vino de tu mirada
me duele cuando lo trago,
por esos clavos azules
yo vivo crucificado.
Tengo una pila de leña
juntito del alambrado
pa’ quemar mi corazón
cuando te estoy recordando.
Frente a mí todo es oscuro,
hasta el sol más encendido;
se enlutan con tu recuerdo
las cosas que yo he querido.
29
que el pago viene con uno
llorando adentro del pecho.
Cuando uno se va alejando
de los lugares queridos
la sangre entera es recuerdo
y hasta es recuerdo el olvido.
Ir llorando en los caminos
sin olvido ni consuelo,
mojando con sal la tierra
debajo del dulce cielo.
Aunque se sequen los ojos
ir llorando por adentro…
El corazón contraído
como una flor en el fuego.
Cuando andamos otros pagos
no somos nosotros solos,
hablamos y ya se sabe
que el pago va con nosotros.
Andar andando caminos
sin poder volver atrás,
Como el río peregrino
que no regresa jamás.
31
Siempre soñando volver
andamos en otros pueblos.
¿No es el sueño recordar,
recordar no es sólo un sueño?
Los sueños son traicioneros,
lo agarran a uno dormido;
los recuerdos como perros
nos siguen por el camino.
Si hay pena más dolorosa
que la de ser forastero
cuando en el pago de uno
lo tratan como a extranjero.
Coplitas tristonas
Oscurito se levanta
silbando mi corazón
32
como bandada i charatas
cantando en la ramazón.
La agüita besa las flores
en el verde pastizal
pero a mi alma ha besado
la boca del arenal.
Mis amigos fueron muchos
mientras tuve unas monedas,
las monedas se acabaron,
ningún amigo me queda.
Soy del monte y tomo vino,
mi tata fue alambrador,
los postes le florecían
mojados por el sudor.
Pongo el lomo para el rico
puntualmente, sol a sol;
él compra tractor y finca,
yo compro frascos de alcohol.
No lo quisiera ofender
pero tengo una gran duda,
si su amistad es sincera
o si es como la de judas.
33
El agua de lluvia borra
las manchas de soledad,
pero yo he nacido justo
donde hay sólo sequedad.
Por esos cerros, silbando,
de tarde me gusta andar,
que oiga el viento silbador
que yo también sé silbar.
Como va la almita en pena
yo voy de noche silbando,
más despacio que el silencio,
como el alma, más despacio.
Por las noches me conformo
con matear junto al fogón,
la nostalgia que no es nada
de golpe se hace un montón.
A bagualear me invitaron
y yo no sé bagualear,
la copla se vuelve herida
y mi canto empieza a sangrar.
34
Sabe que partió sin vuelta
Mi hermano, el Emilio Ovallo.
De la muerte hablar no quiero
Pero tengo un dolor fuerte
Y a fuerza de desahogarme
Empiezo a hablar de la muerte.
La vida es un pollo blanco,
La muerte es un gallo negro,
Siempre bebe sangre tierna
La arena del reñidero.
La vida como una rosa
Con los pétalos de arena
En el viento se deshoja
Cuando la sopla la pena.
Cuando alguien muere, qué cosa,
En los velorios se advierte
Que no lloramos al muerto
Sino nuestra propia suerte...
Esta noche tengo el alma
Como las ruedas de un carro,
Dos bueyes color de sombra
Callados la van tirando.
36
Coplas de caja y muerte
La muerte tiene una caja
Que sabe de contrapuntos,
Por payador que uno sea
37
Lo mismo queda difunto.
“Ya murió Eleuterio Ovallo,
Ya lo llevan a enterrar…”
Así cantará mi sombra,
Conmigo la enterrarán.
Si se muere este critiano
No tiene por qué haber pena,
Cantemén coplas alegres,
No me recen la novena.
Cuando yo muera no digan
“el viejo Ovallo se ha muerto”
porque si alguien me recuerda
será como estar despierto.
Para pelearle a la muerte
el hombre es igual que el grillo,
de aliada tiene en la sombra
la copla como un cuchillo.
Con aloja empapemén
cuando muera mi mortaja
y por flores pongamén
entre mis manos mi caja.
38
Coplas de amor y de olvido
Vidita, si me enamoro
crecen flores en la arena
y en el viento lloran pájaros
39
los ojos de mi pena.
Como un caballo con alas
una copla suelto al viento,
yo voy cabalgando en ella
machadito de contento.
Todo se hace musical
cuando el agua da en la roca
y todo se vuelve miel
cuando yo beso tu boca.
Me besa moca la tierra
en cada trago de vino,
cuando me acueste con ella
será el final del camino.
Qué hermoso será morirse,
morirse siendo querido,
pero qué amarga la muerte
cuando el amor es olvido.
Qué pena la de la rosa,
nacer para morir pronto,
si no en la mano del hombre
se muere sola en su tronco.
40