Ciencia y Técnica Nacional

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Ciencia y Tcnica nacional: aval a un mejor futuro

Ciencia y Tcnica nacional: aval a un mejor futuro

Jaime RequenaI. TRASCENDENCIA DE LA ACTIVIDAD CIENTIFICA Y TECNOLOGICA

El panorama mundial muestra un fuerte cambio como consecuencia del proceso de generacin, difusin y comercializacin de nuevas tecnologas, en buena parte llevado a cabo por esfuerzos empresariales y como resultado del avance y aplicacin de la ciencia. Esta ola de innovacin est afectando a todos los campos de la actividad humana, siendo su denominador comn, las llamadas altas tecnologas. Estas son entre otras: microelectrnica, informtica, biotecnologa y nuevos materiales. Como consecuencia se sta produciendo una tendencia a nivel mundial de la redistribucin de las actividades productivas mediante la cual los pases menos industrializados, a pesar de sus abundantes recursos humanos y naturales, empiezan a permanecer como simples usuarios (o receptores) de procesos tecnolgicos desarrollados por las naciones industrializadas.

Nuestras naciones conocen la existencia de una brecha en lo cientfico- tecnolgico con las naciones desarrolladas y que ese distanciamiento reduce, proporcionalmente, las posibilidades del uso y la aplicacin del conocimiento para el mejoramiento de las condiciones de vida de nuestras conciudadanos. Y es que la calidad de vida, como reflejo del juicioso empleo de las nuevas tecnologas, est sustentada en la aplicacin del conocimiento descubierto a travs de la ciencia. Por sta simple razn, la actividad cientfica en cualquier sociedad debe ser amplia, a travs de todas las ramas del saber, para poder ser efectiva a la hora de requerir su aplicacin. No obstante, en nuestros pases, el liderazgo no parece percatarse que la ciencia de hoy en da puede ser la tecnologa del maana y que ambas actividades, ntimamente concatenadas, son uno de los pilares fundamentales (junto con la salud y la educacin) sobre los que se sustenta el desarrollo integral.

Por qu existe sta brecha y por qu la ciencia y la tecnologa en nuestros pases estn tan poco desarrolladas? La respuesta a sta interrogante es una y solo una. En nuestras sociedades, el liderazgo del poder -las lites polticas, econmicas y sociales- han relegado a un segundo plano el uso, real y efectivo, de la ciencia y de la tcnica como instrumentos de cambio social.

La comprobacin de sta afirmacin es evidente al revisar los niveles de uno de los ndices tradicionalmente utilizado como descriptor del grado de desarrollo; los fondos que el pas destina a la Investigacin cientfica y al Desarrollo tecnolgico (I&D). Un anlisis comparativo con aquellos ndices que representan los gastos en defensa, educacin y salud como porcentajes del Producto Territorial Bruto (PTB), sera muy ilustrativo, especialmente, cuando se hace a nivel de las cuentas nacionales o con las de otros pases. En efecto, los pases industrializados gastan, en promedio, un 5.6% de su PTB en defensa. Un porcentaje similar se dedica en los pases menos desarrollados al mismo rubro. Los gastos en educacin son para los pases desarrollados del orden de 5.2% mientras que para nosotros llegan al 3.8% del PTB. En salud, los pases industrializados emplean 4.8% de su PTB mientras que los pases en desarrollo destinan 1.5% del PTB. En relacin a los gastos en ciencia y tecnologa, los pases mas desarrollados invierten 2.5% de su PTB mientras que los menos industrializados dedican menos de 0,3% a ste rengln, exceptuando Argentina, Brasil, Cuba, Venezuela, India y Corea del Sur que invierten de un 0.1% a un 0.2% mas de su PTB en esas labores. En otras palabras, con la excepcin de los gastos de defensa, en todos los dems sectores de la vida nacional los pases industrializados invierten mas que nosotros. Y aunque las diferencias en los otros rubros no son considerables, en el caso de Ciencia y Tecnologa s lo es, ya que los pases industrializados suelen invertir hasta 10 veces ms en ello que los pases en vas menos desarrollados.

En el caso concreto de Venezuela (y el pasar de los aos ha sido el mejor testigo), la fraccin de nuestra riqueza que va para las labores de ciencia y tecnologa es considerablemente inferior a la que recomienda como mnimo la UNESCO (1%). En efecto, en nuestro pas ste indicador se ha mantenido oscilante alrededor del 0.4% del PTB, dependiendo de la metodologa que se utilice para su medicin o de que tan grande es el inters del Estado en inflar ste parmetro. Es obvio, entonces que el poder poltico y social de Venezuela le han dado a la ciencia y a la tecnologa a lo sumo una consideracin secundaria y ello para no lucir como contrarios a la modernidad. Ello, y hay que repetirlo, a pesar de la creciente toma de conciencia del rol de la ciencia y la tecnologa como sustento cultural y base de una mayor esperanza en el mejoramiento de la calidad de vida.

Cuando se escriben estas lneas el pas se cimbra bajo la percepcin, entronizada desde mediados de la dcada de los ochenta, de que en medio de una grave crisis, ciencia y tcnica, son un lujo y que los esfuerzos nacionales han de dirigirse hacia otras esferas, mas productivas en lo inmediato. El resultado no es otro sino una duda en las efectividad de los creadores de conocimiento y el consiguiente deterioro de las capacidades de nuestro sistema cientfico tecnolgico. En efecto, las crisis econmicas de los aos 84 y 94, nos han postrado en un estado de desanimo y frustracin que pone en peligro la inmensa inversin que los gobiernos democrticos han hecho para promover ciencia y tcnica en nuestro medio. Y es que el sistema de investigacin cientfica y desarrollo tecnolgico, como toda actividad humana que se base en el largo plazo, no puede estar sujeto a cambios bruscos de poltica, violentas reducciones presupuestarias o controles innecesarios que limitan el flujo de sus insumos bsicos. Ciencia y tcnica necesitan de un crecimiento continuo y sostenido en sus rubros de infraestructura y recursos humanos, aunque sea para mantener igual la brecha que nos separa con los pases mas desarrollados. Y eso para no hablar de disminuir esa brecha, cuando el esfuerzo que el pas requerira hacer para lograrlo tendra que ser, simplemente, titnico.

II. ANTECEDENTES RECIENTES

El 14 de abril de 1967 en Punta del Este, Repblica de Uruguay, los Jefes de Estado de los pases del continente, hicieron una declaracin conjunta reconociendo que "el progreso de los conocimientos cientficos y tecnolgicos, estn transformando la estructura econmica y social de muchos pases. La ciencia y la tecnologa ofrecen infinitas posibilidades como medios al servicio del bienestar al que aspiran los pueblos. Entre tanto, en los pases latinoamericanos ste acervo del mundo moderno y su potencial, estn muy lejos de alcanzar el desarrollo y el nivel requerido. La ciencia y la tecnologa son verdaderos instrumentos de progreso para Amrica Latina, y exigen un impulso sin precedentes en la hora actual."

Desde entonces en Venezuela se han venido implantando una serie de iniciativas que han impulsado las actividades cientficas y tecnolgicas y, por su intermedio, al desarrollo econmico y social del pas. Es as, que en el sector pblico se han creado instituciones como el Consejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tecnolgicas (CONICIT), la Direccin General Sectorial de Tecnologa del Ministerio de Fomento, el Fondo de Financiamiento para la Innovacin Tecnolgica (FINTEC), las Fundaciones para el Desarrollo Cientfico y Tecnolgico Estatales, los Centros Regionales de CONICIT, CONDIBIECA, CECOTUP y FUNDEI, entre otras. Todas ellas, organizadas con el fin de fortalecer la infraestructura cientfico -tcnica nacional y utilizar ese potencial en la solucin de los grandes problemas de nuestra sociedad.

A estos esfuerzos se sumaron los de la creacin en el sector publico de entes mayoritariamente acadmicos o con vocacin hacia la esfera tecnolgica-industrial, dentro y fuera de las Universidades: Instituciones o Centros de Investigacin y Desarrollo como el Instituto Venezolano de Investigaciones Cientficas (IVIC), el Centro de Investigacin del Estado para la Experimentacin Agroindustrial (CIEPE), el Centro de Investigacin y Desarrollo de Petrleos de Venezuela (INTEVEP), la Fundacin Instituto Internacional de Estudios Avanzados (IDEA) y la Fundacin Instituto de Ingeniera (FII), el CITO, CICASI, Centro de Investigacin de Boca de Ro, INVESTI, Centro Tecnolgico del IVIC, INVEDI de la Universidad Simn Bolvar (USB), los Comits y unidades de tecnologa en empresas bsicas de Guayana como son el Comit Sectorial de Gestin Tecnolgica de la CVG o el Centro de Investigacin SIDOR y los nacientes Parques Tecnolgicos de Sartenejas y Barquisimeto; todos con excelente equipamiento, alta capacidad tcnica y con una vocacin de servicio comercial, s la misin institucional as lo requiere. Estas iniciativas junto las unidades de desarrollo tecnolgico en empresas del sector privado como son los de CORIMON, POLAR, SIVENSA, Grupo Qumico, VENOCO, entre otros, y de organizaciones civiles como es la Asociacin Venezolana para el Avance de la Ciencia (ASOVAC), han permitido crear y ayudar a crecer a otras instituciones, formando investigadores, profesionales, administradores y gerentes.

III. LA INSTITUCIONALIZACION DE LA ACTIVIDAD EN EL PAIS

Un anlisis de la situacin actual del Sector Ciencia y Tecnologa demuestra que a pesar de esfuerzos trascendentes, an prevalece poca coordinacin entre los entes del sector productivo de bienes y servicios, y los organismos gubernamentales que planifican, fomentan, generan y utilizan ciencia y tecnologa. Esta realidad se traduce en una dispersin de esfuerzos y recursos.

Los logros mas importantes del proceso de institucionalizacin, hasta el presente, han sido: En primer lugar, la profesionalizacin de la actividad de investigacin en ciencia (y tecnologa) y la formacin de una generacin de investigadores y tecnlogos de reconocida capacidad profesional, tanto a nivel nacional como internacional, gracias a la accin del Instituto Venezolano de Investigaciones Cientficas (IVIC), las Facultades de Ciencias de las Universidades Nacionales y del INTEVEP, filial de Petrleos de Venezuela S.A.; la Ley del CONICIT, la cual le da a ste organismo la rectora de un Sistema Nacional de Ciencia y Tecnologa; las Polticas de desarrollo industrial adelantadas por el Ministerio de Fomento; y las Rondas de Negociacin Tecnolgica, que han permitido sentarse en una misma mesa a investigadores e industriales. Se han realizado adems, progresos en materia de esfuerzos institucionales, especialmente a nivel corporativo (PDVSA, CVG, CADAFE y CANTV), a objeto de aprovechar la capacidad nacional de investigacin y desarrollo, ingeniera y consultora. Finalmente, se han logrado importantes avances en materia de normalizacin y control de calidad; modernizacin del sistema de propiedad industrial y; de investigacin y mejoramiento de la productividad y en particular en promocin de la industria de bienes y servicios de capital. De igual forma se han conformado nueva firmas de ingeniera que han comenzado a cubrir el mercado de ingeniera de consultora, proyectos y de montaje.

No obstante, quien sabe si el hecho mas significativo dentro de este proceso ha sido el crdito otorgado hace unos aos por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a la nacin, por intermedio del CONICIT. El simple hecho de obtener el crdito, del orden de 100 millones de dlares americanos, mostr la confianza de la comunidad internacional en nuestro sistema cientfico y tecnolgico. El objeto del crdito es el fortalecimiento de la infraestructura cientfica del pas y su modernizacin con miras a proveer el aparato educativo y productivo con una base cierta de soporte de las actividades propias. Hoy cuando el crdito esta por expirar, viene la prueba de fuego y es saber s el dinero fue bien invertido y podemos optar a un nuevo crdito que permita consolidar lo alcanzado. Empero, para ello se impone realizar un balance objetivo de su gestin y una planificacin muy cuidadosa de las necesidades que se deben cubrir con mas endeudamientos.

IV. LOS RECURSOS HUMANOS: La perdida de talento

A pesar de los grandes esfuerzos realizados por el pas para formar, al mejor nivel, importantes contingentes de recursos humanos que pudiesen contribuir con el desarrollo endgeno (principalmente a travs de la Fundacin Gran Mariscal de Ayacucho (FUNDAYACUCHO)), no se ha podido contener la tendencia a perder lo mas capacitado de ese talento. En efecto, las grandes diferencias en condiciones laborales y facilidades para desempear el trabajo creativo ha venido estimulando la perdida de nuestro talento. Esto ha puesto en peligro las posibilidades de desarrollo en reas tan crticas para Venezuela como son por ejemplo la electrnica, telecomunicaciones, la informtica y la biotecnologa. El principal problema que genera sta situacin es que la nacin emplea preciosos recursos (tiempo y dinero) para no aprovecharlos a cabalidad.

Es conocido que muchos de nuestros mejores talentos, formados en estos campos, han sido captados por Centros de Investigacin y Universidades de otras latitudes. Ellas han sido atrados principalmente por una formidable infraestructura de trabajo que al permitir multiplicar su rendimiento intelectual y personal y que los lleva a alcanzar grados de desarrollo profesional, muy superiores a lo que podran obtener dentro de nuestro medio. Si a eso se le suma un reconocimiento social libre de mezquindades y una mejor remuneracin, se arriban a las causas primarias de la llamada 'fuga de cerebros'.

Existe otra faceta de este fenmeno poco conocida pero no por ella menos preocupante. Se trata de la 'movilizacin descalificada' de talentos de un sector como el acadmico o el cientfico-tecnolgico hacia otros sectores de la vida nacional. En sta modalidad, generalmente escogida como prembulo a la clsica 'fuga de cerebro', el talento cambia de trabajo ya que, o bien no puede desarrollar, a plenitud, la capacidad que adquiri durante la etapa de formacin superior o, simplemente, por motivos salariales. Esta modalidad adquiere relevancia cuando el nuevo trabajo implica un cambio de actividad profesional o la realizacin de labores que exigen un menor grado de competencia que las que se poseen. Esta variante se ha producido en el pasado y contina producindose en forma acelerada. Sus causas no son muy diferentes a las de la fuga de talento al exterior y de ah su relacin. La diferencia estriba en la motivacin de la persona que, en el caso en cuestin, no es tan grande, por la razones o limitaciones que sean, como para abandonar al terruo. Entre las causas especificas de esta variante, hay que mencionar la virtual inmovilidad laboral que se observa en el pas para los niveles de personal altamente calificados: este es el caso de las Universidades Nacionales en donde solo se puede acceder a los altos rangos una vez cumplido con el requisito de los 'aos de servicios'. Tambin hay que sealar las diferencias salariales por la remuneracin de trabajos comparables y observada entre los diversos organismos, pblicos y privados.

El fenmeno en discusin, la perdida de talento, adquiere toda su perniciosidad, para sus dos modalidades o variantes, si durante la 'movilizacin descalificada' dentro de nuestras fronteras o la 'fuga de talento' hacia el exterior, la institucin que pierde el talento no es capaz, por las razones que sea, de reemplazar al talento perdido con otro de igual competencia o potencialidad.

Afortunadamente, se est tomando conciencia del problema y aplicando algunos correctivos. En la esfera acadmica, propiamente dicha, a travs del Sistema de Promocin del Investigador del CONICIT (PPI) y, en otras esferas, a travs de iniciativas como el Programa TALVEN XXI desarrollado por nuestra delegacin diplomtica ante la UNESCO y su anlogo gubernamental de reciente creacin por parte del CONICIT y FUNDAYACUCHO, el Programa Prez Bonalde, cuyos objetivos no son otros sino tratar de mantener en contacto los centros de investigacin y acadmicos nacionales con nuestros nacionales fugados al exterior.

V. NUESTRA PRODUCTIVIDAD

En 1983 y de acuerdo al censo oficial, Venezuela tena 4568 personas involucradas directamente en la investigacin cientfica y tecnolgica. Sin embargo, solamente 2,493 de ellas fueron consideradas como investigadores activos por el CONICIT. Esto representa un factor de 54.6%. Del total de 'investigadores activos', 70.8% eran de sexo masculino.

A pesar de ese status 'oficial', 858 de los investigadores activos nunca haban publicado nada durante su vida profesional. El porcentaje de 'investigadores activos improductivos', es el 34.5%. Este nmero es, coincidencialmente, muy cercano al valor reportado al final de la dcada de los '60s (39.4 % de Gasparini, 1969), y aquel obtenido al principio de 1970 por Arnao de Uzctegui et al. (36.5%, 1973), pero un poco mas alto que aquel encontrado por Roche y Freites (1982) al final de la dcada de los '70s (25.0%). Por su parte y para una seccin muy selecta de la comunidad biomdica del pas, Avila Bello (1983) estableci en un estudio piloto de 51 proyectos aprobados por el CONICIT, en el perodo 1970-1976, que el 89% de los investigadores en esos proyectos haban al menos publicado un articul para el momento de introducir el proyecto ante el CONICIT.

De los 2493 investigadores clasificados como activos por el CONICIT, dos tercios de ellos, es decir, 1635 (65.5%) han al menos publicado un articul dando un total acumulado de 10,884 publicaciones hasta 1983. Estas cifras arrojan una productividad promedio para el cientfico Venezolano de 6.66 artculos por investigador. 66.2% de los hombres y 63.9% de las mujeres en este grupo han publicado algo durante su vida profesional. No obstante, las investigadoras parecieran ser, en promedio, menos productivas que los investigadores: 3.74 vs 7.64 publicaciones por persona.

La presencia entre los investigadores e investigadoras de Venezuela de un porcentaje muy significativo de no -publicadores se debe, en primer lugar a "la insuficiente dedicacin de quienes ocupan posicin de investigador a esa actividad" (Gasparini, 1969); en segundo lugar destaca la poca importancia que nuestra cultura acadmica le asigna a la publicacin, de hecho "no hay presin para publicar, ni recompensas ni sanciones al hacerlo o no hacerlo" (Roche y Freites, 1982: 283) y, finalmente, los obstculos para llevar a cabo investigacin cientfica y tecnolgica son substanciales y numerosos en una sociedad como la nuestra (control de cambio; bajos niveles de financiamiento; dificultades para obtener insumos bsicos, equipos y servicios; escasez de informacin bibliogrfica y recursos informticos). Ante estos inconvenientes, "muchos sucumben y caen en una resignada esterilidad" (Roche y Freites, 1982).

En 1992, el censo oficial estableca que 7112 personas estaban empleadas en el sector ciencia y tecnologa (CONICIT 1993). Si se aplica un factor de correccin a los datos del censo de 1992 y similar al encontrado en el censo anterior, el pas deba contar con unos 3880 'investigadores activos'. Asumiendo que dos tercios de ellos deberan tener en su haber una publicacin durante su vida profesional, Venezuela tendra, en teora, unos 2587 publicadores para 1992. Este nmero representa un crecimiento del 58.2 % sobre un perodo de 9 aos o, aproximadamente, 6.5% interanual.

Estos ndices, sin embargo, deben ser utilizados con sumo cuidado ya que en 1992 el pas registro unos 949 investigadores dentro de su Programa de Promocin del Investigador o PPI. Esta es una iniciativa de orden salarial, lanzada por el gobierno nacional en 1990, para estimular a los investigadores nacionales y prevenir la fuga de talento. El requisito fundamental para acceder al Programa no es otro sino el contar con alguna publicacin y mantenerse activo en el pas en el trabajo propio, con un ritmo estable de publicacin. Esta discrepancia entre el nmero terico de 'publicadores' de acuerdo al censo o beneficiados por el PPI (2587 vs 949) puede deberse a la aparente ocaso de la comunidad cientfica nacional, una situacin percibida en algunos estudios sociolgicos (Roche y Freites, 1992) pero, por supuesto, vigorosamente negada por las fuentes 'oficiales'.

La Tabla I muestra que 35.3 % de nuestros cientficos y tecnlogos trabajaban en el rea de las ciencias Exactas y Naturales (Matemticas, Biologa, Fsica y Qumica); 20.4 % en las Ciencias Agrcolas y Pecuarias; 17.5 % en Ciencias del Hombre y Sociales; 15.4 % eran Ingenieros y Arquitectos y; finalmente, 10.8 % estaban dedicadas a las Ciencias Mdicas y sus tecnologas relacionadas. El mayor volumen de trabajos publicados por sta comunidad estaban concentrados en los campos de la Ciencias Exactas y Naturales y el menos en las Ingenieras y Arquitectura. El porcentaje mayor de publicadores se encontr entre los Mdicos (78.5%) y el menor entre los Ingenieros (41.4%). Estos representan los dos polos de productividad nacional: 10,43 vs 3.62 publicaciones por investigador.

Si la productividad es evaluada en base al tiempo transcurrido desde que el (o la) investigador(a) obtuvo su grado universitario, los datos censales pueden ser descritos mediante un complejo modelo con dos variantes. La primera, comprende aquellos investigadores con menos de 29 aos de servicio al sistema mientras que la segunda variante, comprende aquellos con mas de 30 aos de servicio.

Para los investigadores con 29 aos o menos de haber egresado de la Universidad, la distribucin de autores y publicaciones como funcin de los aos de graduados es bastante similar a una normal. El modo de la distribucin de los autores y de las publicaciones se localiza, para los primeros, alrededor de los 10 aos de graduados, donde se encuentra el 15,6% de los investigadores que han publicado 8,6% de trabajos. El modo en la distribucin de las publicaciones se localiza en los 16 aos, con 15,5% de los trabajos escritos por 15,4% de los autores. Este grupo muestra un ndice de productividad constante, siendo ste de 0.52 publicaciones por ao y por autor; es de resaltar que ste nmero se acerca al valor reportado por Roche y Freites (1982) para dos instituciones del rea metropolitana de Caracas como son la Universidad Central de Venezuela (0,6 articul/ao) y la Universidad Simn Bolvar (0,5 articul/ao). Estas cifras, segn Roche y Freites, 1982, (vase Tabla IV), son mas bajas por un factor de cuatro veces que las observadas en pases como USA, Reino Unido, Alemania y la India. Es conveniente resaltar que la productividad de los investigadores con 30 o mas aos de graduados, es hasta 8 veces superior que la de sus pares. Este comportamiento obedece, en parte, al hecho que en ste grupo se encuentran 6 de los 8 autores mas prolficos que tiene la comunidad cientfica del pas, y sobre los hombros de estos investigadores recae 8,2% del total de papeles publicados hasta 1983 en el pas.

TABLA I

PRODUCTIVIDAD DE ACUERDO CON EL CAMPO DE ACTIVIDAD

Investigadores Publicaciones

Campo de la CienciaPublicadores (A) Base (B)(%)Productividad

(B/A)

Medicina Agrcola Pecuaria y270 2122211(20.3) 10.43

5093181547(14.2)4.9

Naturales y Exactas8806625045(46.3) 7.62

Ingeniera y Arquitectura384 159577(5.3) 3.62

Sociales y Humanidades437 2801476(13.5) 5.3

Otras134 28(0.3)7.0

TOTAL24931635 10884(100%)6.65

Finalmente, el estudio sobre el cual se basa ste anlisis de nuestra productividad (Lemoine et al, 1988) determino que el nmero de investigadores que publican es mayor entre quienes cuentan con un doctorado en su formacin acadmica.

V. LA COOPERACION INTERNACIONAL

La ciencia como concrecin de la accin intelectual superior es por principio y naturaleza una actividad sin fronteras. Es por ello que es necesario utilizar ms eficientemente a los recursos internacionales existentes, a travs de agresivas polticas que permita a la comunidad nacional beneficiarse de las bondades y facilidades de los pares acadmicos forneos.

Una de las iniciativas mas interesantes en ste campo la constituye el novel Programa "Bolvar" de cooperacin regional. Una idea de la Repblica con el auxilio financiero de los entes multilaterales y cuyo objeto es fomentar, en la regin, la cooperacin entre industriales e investigadores de desarrollo sin que medien las fronteras. Este programa, ya en marcha, ha puesto en contacto, por ejemplo, a industriales venezolanos con investigadores colombianos, quienes juntos se aprestan a resolver problemas de inters comn.

Desafortunadamente, una de las facetas mas lamentables de la crisis nacional se ha visto emerger en el rea de la cooperacin cientfica. Esta actividad, que haba adquirido un inmenso auge desde el Centro Internacional de Cooperacin Cientfica "Simn Bolvar" de la Fundacin Instituto Internacional de Estudios Avanzados (IDEA) de Caracas se ha venido a menos. En efecto, en una reciente reformulacin del IDEA, en sus nuevos Estatutos se suprimi el calificativo de 'Internacional' de su nombre y se elimino esa actividad dentro de su misin especifica. El IDEA fue creado por la Repblica, a principios de la dcada de 1980, con ese objetivo en mente y venia desarrollando su vocacin de cooperacin internacional a travs del CICSB, que era un Centro Regional de la UNESCO creado en homenaje al Bicentenario del Natalicio de El Libertador. Otras instituciones de cooperacin cientfica han visto, tambin, sus actividades de cooperacin disminuidas al mnimo; este es el caso del Centro Latino Americano de Biologa y el Centro de Ecologa Tropical, ambos con sede en el IVIC.

VII. LA INFORMATICA

Los sistemas de informacin cientfica y tcnica debe ser organizados con el fin especfico de propiciar la actualizacin, intercambio y difusin de las fuentes bibliogrficas y de informacin propiamente dichas, a fin de mantener a los usuarios con elevados niveles de acceso al conocimiento y la utilizacin de resultados provenientes de instituciones sectoriales, tanto a nivel nacional e internacional. A los efectos de lograr est compleja meta, es indispensable adecuar los mecanismos existentes, optimizando las virtudes de los sistemas modernos de la informtica, las redes de computadoras, las conexiones nter-bibliotecas y los mas avanzados sistemas de transmisin de datos. Este ha sido el espritu que abriga al Sistema Automatizado de Informacin Cientfica y Tecnolgica (SAICYT) y rebautizado como una Red Acadmica o REACCIUM por el CONICIT.

VIII. UNA VISION DEL FUTURO

Hoy cabe, en nuestro pas, preguntarnos cual ha sido el efecto de todos los esfuerzos llevados a cabo en ciencia y tecnologa; de cun eficiente ha sido el manejo de los recursos asignados y si, en definitiva, se han alcanzado lo objetivos propuestos. La respuesta a stas interrogantes parece ser solo una: al carecer de un apoyo poltico real, sin una voluntad de Estado para asignar a la actividad cientfico y tcnica su rol protagnico dentro de la sociedad moderna (la cual hace dcadas se identifico como necesaria), la ciencia y la tecnologa no se han convertido en verdaderas fuerza de cambio social en nuestro pas. Por todo ello, ante la mas grave crisis que vive nuestra sociedad, se hace necesario validar la importancia de la ciencia y la tecnologa, otorgndole el apoyo poltico (y por ende financiero) que se requiere para entrar con pie firme en el siglo XXI.

Uno de los problemas que aquejan a la comunidad es el deterioro de las condiciones para llevar a cabo la investigacin. Las dificultades para adquirir insumos, reactivos equipos e informacin, conspiran en contra del proceso creativo. Ello aunado a otros problemas conexos como son el mantenimiento y servicio de la infraestructura existente, determinan la necesidad de implementar polticas que tiendan a facilitar la labor de investigacin. En ste contexto, se hace necesario agilizar los mecanismos de entrega de recursos a los centros de investigacin, fomentar la presencia de grupos de mantenimiento de instrumental cientfico especializado y ampliar los programas de intercambio de recursos humanos dentro del Sector, tanto con el exterior como en el interior del pas. Merece especial atencin el fortalecimiento de los centros e institutos existentes, donde se hace necesario iniciar un proceso de actualizacin de equipos cientficos as como asegurar su efectiva interconexin mediante eficientes sistemas de transferencia de informacin y datos, a travs de la llamada 'autopista de la informacin'.

Se debe fortalecer la infraestructura cientfica y tecnolgica, pero dicha accin debe estar orientado a las soluciones de los grandes problemas del pas, bajo el criterio de eficiencia social. Entre las necesidades bsicas de nuestra poblacin, resaltan la salud, la alimentacin y la educacin. En lo econmico, sta la atencin a las empresas con miras a que aumenten su capacidad y productividad. Ello, aunado a la necesidad primordial del pueblo de tener y poseer conocimiento justifican el que se impulse la ciencia y la tecnologa con vigor dentro de nuestra sociedad.

Se hace, entonces, impostergable el que se imponga un nuevo estilo en el manejo de la ciencia y la tecnologa, el cual nos asegure alcanzar un mejoramiento de la calidad de vida. Un determinante en todo esto lo constituye el factor infraestructura. En Venezuela existe hoy una importante infraestructura en ciencia y tecnologa y una masa apreciable de recursos humanos -investigadores y profesionales- a los cuales hay que garantizar las mejores condiciones operacionales para que desarrollen su actividad creadora. Ellos deber ser provedos, los cientficos de ahora y del futuro, con informacin actualizada a travs del fortalecimiento de las bibliotecas y la proliferacin de modernos y eficientes sistema informticos. En lo que al trabajo diario se refiere, se hace necesario garantizarles el oportuno ingreso de los insumos como libros, revistas especializadas, reactivos y equipos. Finalmente, la captacin de los recursos humanos calificados que han sido formados a travs de programas como los de FUNDAYACUCHO y que no estn ejercitando a cabalidad su capacidad profesional, debe ser prioritario para nuestra sociedad. Esto ltimo con miras a la formacin de la generacin de relevo para asegurar la continuidad del proceso creador.

La situacin econmica que atraviesa Venezuela en los actuales momentos, constituye un importante incentivo para resolver, localmente, muchas de nuestras dificultades. Dentro de ste contexto es importantes propiciar la regionalizacin del Sector Ciencia y Tecnologa, dndole a los Estados capacidad de decisin y recursos financieros adecuados para sumir su propia problemtica cientfico-tecnolgica. Esto exige cambios en la concepcin, conduccin, criterios gerenciales y modelos de desarrollo institucional del Sector Ciencia y Tecnologa. Estas acciones llevan implcita la voluntad poltica de convertir a la ciencia y a la tecnologa en prioridad nacional, introduciendo los cambios deseados e insertando en dicho proceso, a los verdaderos actores del fenmeno cientfico-tecnolgico, estos es, los cientficos, en los cuadros ejecutivos y legislativos del pas.

En conclusin, podemos decir que a pesar de inmensas dificultades, existen voluntades y capacidades para garantizar el despegue definitivo en lo cientfico y tecnolgico en nuestro pas. Lo que nos falta, es simplemente enraizar dentro de nuestro contexto social y comunitario, las condiciones que favorezcan la generacin del mejor conocimiento y la mayor autodeterminacin tecnolgica, Estos valores deben ser implantados desde las esferas del Poder Nacional como autnticos y perennes valores culturales de nuestra sociedad.