70
CIENCIAS DE LA CONDUCTA Revista del Centro Caribeno de Estudios Postgraduados Tema Principal: Familia Vol. I Nam. 1 funio 1985 "Cada nuntero contard con un tema principal de littera"

CIENCIAS DE LA CONDUCTA - bookshelf.albizu.edubookshelf.albizu.edu/newbookshelf/pdf/Ciencias de la Conducta 1985... · Es menester reconocer, sin embargo, que existen entre nosotros

Embed Size (px)

Citation preview

CIENCIAS DE LA

CONDUCTA Revista del Centro Caribeno de Estudios Postgraduados

Tema Principal: Familia

Vol. I Nam. 1

funio 1985

"Cada nuntero contard con un tema principal de littera"

CIENCIAS DE LA CONDUCTA

Revista del Centro Cariberio de Estudios Post-graduados

Centro Caribelio de Estudios Post-graduados

Avenida Ponce de Leon 1409, Sto. piso Parada 20 — Santurce, Puerto Rico

Apartado 41246 MiniIlas Station, Santurce, Puerto Rico 00940

INDICE DE CONTENIDO:

Nota Editorial Pedro A. Vales, Ph. D. Presidente, Junta Editora 2

Carta de Presentación Salvador Santiago-NegrOn, Ph.D:M.P.H. Presidente Centro Caribeho de Estudios Postgraduados 3

Junta Editora Comité Ejecutivo Miembros de la Junta 4

CONTENIDO:

El Adolescente Puertorriqueflo: Algunos Comentarios en Torno a su Personalidad, Valores y Transformaciones.

Carlos Albizu-Miranda, Ph. D. Adaptado por: Ana Maria Pi, Ph. D. (c) 5

Análisis Regresional y Descriptivo de Resultados en el W.I.S.C. de Estudiantes en Programas de F.ducación Especial y Capftulo I.

José I. Cabiya Morales, Ph D 19 La FunciOn del Padre en el Crecimiento Emocional del Nifio y su Importancia en la Prevención Primaria de los.Descirdenes Mentales en la Nifiez.

Saturnino Castro, Ph D 23 Bases Neuropsicologicas del Autismo lnfantil Temprano.

/err A. Herrera, Ph D 32 Patrones Diagnosticos del Sindrome de Maltrato Fisico en el Puertorriqueno en Función de la Distorción de la Imagen Corporal

Aracely Beatriz Llanos Pinera, Ph D 39 Hipnoterapia: Las Contribuciones de Erickson, Bandler y Grinder.

Angela Masini, Ph D 40 Satisfacción de Vida de Envejecientes Puerto- rriquenos Institucionalizados y No-Institucio- nalizados y la Relación en la Familia.

Alba Nydia Rivera, Ph. D. Pura Quesada, Ph D 44

Familismo en Puerto Rico Pedro A. Vales, Ph. D 49

Wolfgang Kohler & Donald Hebb Una Comparación de sus Teorfas de Percepción.

Ruben Velez Garcia M A 55 Referencias de Autores• 63

Carlos Albizu-Miranda José Cabiya Morales Satt.finino Castro Jorge Herrera Aracely Llanos Angela Masini Alba Nydia Rivera Pedro A. Vales Rubén Velez Garcia

Nota Editorial

La imaginacicin no tiene limites, segOn postulado planteado por muchos pensadores. La Revista Profesional de Ciencias de la Conducta surge como consecuencia de la imaginaciOn creativa de nuestro querido amigo y maestro Carlos Albizu Miranda. Por más de un afio, quiz& por mucho más tiempo, estuvo jugando con la idea de un vehfculo de expresión profesional en la psicologia puertorriqueña, sin que ello excluyera creaciones literarias y cientfficas en disciplinas asociadas.

El Dr. Albizu anhelaba una revista que fuese, no sOlo un medio de expresiOn cientffica, pero que constituyera a su vez un compendio de trabajos originales con uso pedagOgico.

A esos efectos, un grupo de profesores y estudiantes, del Centro Caribetio de Estudios Postgraduados, nos dimos a la tarea de hacer realidad las ideas de nuestro amigo. Nuestro primer objetivo consistici en crear una revista cientifica, centrada en la psicologfa, pero sin excluir otras disciplinas relativas a la conducta humana. Esta revista publicará trabajos originales, especialmente aquellos relativos a la realidad puertorriqueria. Cada nOmero tendrá una concentraciOn en algün area.de interés académico. este primer nürnero focaliza la familia como interés principal. No tenemos

• duda alguna que ese hubiese sido el interés del fundador de esta lnstitucicin.

Con fiamos en que la colaboracicin de esfuerzos, imaginaciOn, creatividad y dedicaciOn de alumnos, ex-alumnos, profesores y colegas de las diferentes instituciones, redunde en una obra digna de la psicologia puertorriquena y de esta institucicin.

Pedro A. Vales, Ph.D.

Presidente, Junta Editora

2

Carta de Presentación

El establecer una revista profesional en el area de la conducta hurnana que sirva de foro para la diserninaciOn de ideas y de conocirniento nuevo, es un paso de avance de significativo valor en el desarrollo del Centro Caribeño de Estudios Postgraduados.

Esta revista presenta el esfuerzo de intelectuales visionarios con un alto sentido de cornpromiso hacia el desarrollo del conocirniento en el campo de las Ciencias Sociales.

Esperarnos que este esfuerzo sirva de estirnulo para el desarrollo profesional de los que laboran dia a dia en la producción de nuevas ideas en el area de la conducta humana. Para que este esfuerzo de publicación se institucionalice en forma perrnanente requiere nuestro decidido apoyo.

La publicaciOn de esta revista rnarca unas nuevas etapas en el desarrollo de nuestro quehacer profesional. Esperarnos que este esfuerzo que aqui cornienza sirva de inspiración a otros cientificos sociales y nos perrnita romper con la poca tradiciOn de investigaciOn que existe en nuestra naciOn.

Sirvan estas notas para expresar rni respeto y admiración por aquellos que se han preocupado por dejar una huella indeleble en e/ area del quehacer psicolOgico mediante la producción de la revista Ciencias de la Conducta: Revista del Centro Caribefio de Estudios Postgraduados.

Salvador Santiago-Negrón, Ph.D.; M.P.H. Presidente

CENTRO CARIBEICIO DE ESTUDIOS POSTGRADUADOS

3

JUNTA EDITORA:

Comité Ejecutivo:

Pedro A. Vales. Ph. D. Saturnino Castro Ph. D Alba Nydia Rivera Ph. D. Carlos Fernández Ph. D. Ana Maria Pi Ph. D.

Miembros de la Junta:

Sra. Angeles J. Acosta

Sra. Giovanna de Juan Sr. Juan Arturo Chavez Sta. Maria Eugenia Cabruja Sra. Nivea Velez Sra Maria Staffa Sra. Mercedes Cintrón Sr. Osvaldo Rios Sr. Ruben Vélez Sr. José Miguel Justel Sra. Evelyn Cruz Llopez Dr. Miguel Martinez Sr. Gilberto Cintrón

Sra. Evelyn Ortiz*

*Especial Reconocimiento por su Labor Desinteresada.

Presidente Coordinador Comité Editor Coordinador Comité Sostén Coordinador Comité Impresor Oficial AdministraciOn

Estudiante Estudiante Estudiante Estudiante Estudiante Estudiante Estudiante Estudiante Estudiante Estudiante Estudiante Facultad Arte

Secretaria Depto. Investigaciem

4

EL ADOLESCENTE PUERTORRIQUENO

Algunos Comentarios en Torno a su Personalidad, Valores y Transformaciones

Carlos Albizu-Miranda, Ph. D. Adaptado por: Ana Maria Pi, Ph. D. (c)

La psicologia cientifica puertorriqueha, hoy por hoy, no posee la información que se requiere para elaborar un perfil del joven puertorriquelio, basado en los hallazgos de la investigación cientifica. Aim cuando el proceso de desarrollo y socialización de la juventud de este pais ha sido objeto de interés, por parte de los profesionales que trabajan en los campos relacionados a las ciencias del comportamiento, en este momento histórico contamos con muy pocos estudios que puedan darnos respuest\as a la multiplicidad de interrogantes que tenemos sobre esta etapa de vida.

La primera dificultad que confrontamos, al intentar analizar a nuestro adolescente es el hecho de que la mayor parte de lo que se ha hipotetizado sobre la personalidad del puertorriqueho se fundamenta principalmente en procesos inferenciales y subjetivos. Por otra parte, a pesar de que puede existir un hilo comt:in que enlace a todos los puertorriquehos y que permita definir su caracter nacional, no debemos referirnos a una personalidad del puertorriqueho corno tal.

Sobre este particular Albizu-Miranda y Marty -Torres (1958) apuntan que:

"Los puertorriquenos tenemos una imagen Intima de lo que somos como pueblo. Hemos ofdo decir repetidas veces que uno de nosotros puede identificar a otro coterráneo fuera del lar nativo. Esta identificación no se fundamenta Cmicamente en la apariencia ffsica, sino que responde, además a caracterfsticas psicologicas relativamente imprecisas."

Es menester reconocer, sin embargo, que existen entre nosotros diferencias marcadas que surgen de la posición que cada cual ocupa en la escala socioeco-nómica, del grupo étnico al cual pertenece, del lugar donde naciO y fué socia-4ado, las oportunidades que ha tenido para el aprendizaje y la naturaleza de lo que se aprende, entre otros factores. Como es obvio, los pueblos los componen personas con marcadas diferencias individuales. Estos factores, a su vez, interac-alan entre si para configurar la personalidad singular de cada individuo.

No obstante la ausencia de estudios cientificos que fundamenten las caracte-risticas de personalidad del ser puertorriqueho, tanto los cientificos sociales como los literatos nos han caracterizado como recelosos, desconfiados, frustados, padeciendo de sentimientos de minusvalia, indecisos, resignados, dóciles, pasivos, y por óltimo, "encojonados". Cabe sehalar, sin embargo, que a .pesar de todas estas caracteristicas aparentemente negativas, durante los pasados

40 años hemos podido transformar nuestra sociedad de una sumida en la pobreza abyecta a una relativamente próspera; de una analfabeta, a una que goza de una alta tasa de literacia; de una que tenia necesidad urgente de importar talento a una con talento propio suficiente como para poder servir a otros pueblos y otras gentes. En los Cl It i mos 40 arlos hemos caminado por pedregales hacia las estrellas. Si aim no hemos alcanzado las estrellas no se debe a que nuestro pueblo no haya sido capaz de meterle manos a la obra. A pesar de las limitaciones psicologicas que se nos puedan adscribir, la historia nos senala como un pueblo luchador, apto para forjar su propio destino.

Aquellas caracteristicas de nuestra personalidad que, a simple vista, pudieran. parecer como deficiencias o debilidades, se tornan en fortalezas al escudrinar más a fondo. La jaiberia, el matar a cuchillo de palo, la pelea monga, el no ense-fiar las garras, el Unjum!, constitufan y constituyen nuestro patron de lidia. Du-rante los pasados 475 afios nos hemos tenido que debatir entre gigantes; primero con Espana y luego con los Estados Unidos de America. Una isla pequeria contra dos potencias mundiales; un David frente a un Goliat. Los comportamientos ca-racteristicos de nuestro pueblo que muchos autores--tanto literatos como cienti-ficos sociales-- han tildado de debilidades, han constituldo, de cierto, nuestras fortalezas. David no puede contra Goliat con las mismas armas de éste ni bajo las

condiciones dictadas por éste. Si asi lo hiciera lo hal - fan papilla. Tiene que ser jai-ba, pelear la pelea monga para que el golpe del adversario duela menos, matar a cuchillo de palo para que no tomen en serio su agresividad; no ensefiar las garras porque si lo hiciera se las cortan y lo debilitan, decir jUnjum! para que el adversario se convenza que él cree todo lo que se dice, ailn sabiendo que tratan de engaiiarlo y de manipularlo;

El esfuerzo que la historia y la cultura nos ha dado, nos ensefia a adoptar este patron de pelear. Y hay que admitir que el mismo ha sido bastante exitoso. Si apa-rentamos ser ladinos-- y no debe tomarse ésta como una faceta despreciativa de nuestra personalidad-- es porque la historia nos ha enseriado que sOlo asi podemos luchar efectivamente contra un mundo que, a todas, luces, lo hemos percibido como hostil. Frente a este mundo hemos tenido que aprender a lidiar con maria, con astucia, con ingenio, con sagacidad,dada nuestra pequefiez y falta de fuerza. Si nos hubiéramos puesto la armadura del Goliat y hubiésemos adoptado sus armas, nos hubiesen vencido y jamás hubiésemos alcanzado los logros que hemos alcanzado.

Se ha dicho, además, que el puertorriqueno no es capaz de aunar fuerzas y Ilevar a cabo una acciOn colectiva. Es esa una generalizaciOn, y como toda gene-ralización, tiene en ella algo de verdad y algo de falsedad. Es decir, es una verdad a medias. Todo depende, de quien trate de aglutinarnos, cOmo lo Ileva a cabo, y para qué propOsito lo hace: Se nos sefiala como "individualistas", y de hecho lo somos. Cuando el amigo nos necesita, respondemos. Pero no por ello dejamos de pensar que "El amigo es un peso en el bolsi llo," 0 "...el ratOn del queso." las contingencias de nuestras vidas nos han condicionado a vivir con suspicacia. No confiamos totalmente en el otro, condición que se evidencia al decir, cuando otro nos adula, que "Esc huevo quiere pero estamos dispuestos a dar generosamente nuestra ayuda cuando reconocemos la necesidad legitima del otro.

6

A fin de afirmar atin más todo cuanto hasta este momento he dicho sobre la personalidad puertorriquefia, voy a referirme a un estudio de reciente cuiio Ilevado a cabo por una distinguida y competente colega. Tenia su estudio la finalidad de someter a andlisis cientifico la auto-imagen del puertorriquefio. Segtin sus propias palabras: "...he creido pertinente disenar un estudio en-caminado a auscultar cuSles son las percepciones que tiene el puertorriquefio de si mismo como pueblo y como individuo en la dimension de docilidad-agresividad y en otras dimensiones afines o relacionadas..." La autora utilizO como sujetos a 297 estudiantes y 102 trabajadores de uno y otro sexo, pertenecientes a la clase social media-media. Luego de someter sus datos a ang-lisis estadisticos, la autora setiala:

"A la luz de estas investigaciones puede conduit -se que si bien es cierto que que sectores de la población puertorriquena manifiestan unas percepciones del ser puertorriquefio como chid!, vago, dependiente y poco asertivo, no puede aseverarse que este fenómeno este presente en todos los puertorri-queños y mucho menos que sea producto de su naturaleza intrinseca. Más bien la presencia y/o ausencia de estos rasgos y/o percepciones son produc-

to de una realidad social, histórica, politica y económica; y no estamos desti-nados a morir (ni como individuos, ni como pueblo) siendo dóciles. Por el contrario, si se crean y fomentan las condiciones sociates necesarias te-nemos en potencia y en acciOn la semilla de la asertividad, la valentia y la fortaleza." (Enfasis suplido)

"Ningün nino nace siendo dócil o agresivo. Las condiciones de socializacián le forman segtin los objetivos a que estas condiciones responden." (Rivera, 1982)

Es éste uno de los pocos estudios cientificos que sobre la personalidad puer-torriqueria se han Ilevado a cabo. En el 1982 dicho estudio confirma las caracteristicas que a lo largo de la historia se le ha atribuido a los puertorri-quenos. Nuestra compariera y colega tiene sobrada raz6n al setialar que tales caracteristicas no son inherentes a la naturaleza del ser puertorriquerio y si producto de factores culturales, históricos, sociales, económicos, y politicos.

La Adolescencia Contrario la creencia popular, no existen, a decir verad, teorias de la ado-

lescencia, ya que todo punto de vista relativo a dicho estadio forma parte de un enfoque general del desarrollo biologico, psicologico o social de la persona. De-bemos sefialar que muchas de las formulaciones relativas a la adolescencia no son aseveraciones cientificas, sino meras normas descriptivas. At.in más, los biologos, fisicilogos y psicOlogos evolutivos han tenido serias dificultades para definir esta etapa del desarrollo del ser humano. Los estudiosos de este campo no han podido ponerse de acuerdo en cuanto a fijar la edad en que esta etapa co-mienza y en la que termina. La mayoria de las teorias fijan el inicio de esta fase evolutiva en la presencia de cambios hormonales y morfologicos que preparan al organismo creciente para la procreaciOn y que culmina cuando el adolescente

deja de crecer fisicamente. Un gran niimero de estudiosos de la adolescencia ubican este proceso entre los diez y veinticuatro atios de edad.

La adolescencia se caracteriza por unos cambios dramáticos en todo el sistema socio-psico-biológico de la persona. En la dimension ,fisico-biologica ocurre un proceso de maduración acelerado. Estos cambios se manifiestan en el crecimiento del organismo y cambios hormonales dirigidos a preparar al indi-viduo para la procreaciOn. Es durante este periodo que aparecen las caracterkti-cas sexuales secundarias. Paralelo a esto, y en parte como consecuencia del desarrollo psicofisiologico, se observa en el adolescente un marcado interés por las relaciones beterosexuales. Durante la adolescencia se acrecenta y agudiza la necesidad de pertenecer a grupos de iguales (peer groups) con multiples consecuencias sociales y familiares. Contrario al periodo de la niñez en que el niño se orienta y se apega a sus padres, durante la adolescencia el joven emergente busca la autonornia de sus padres. Su orientación es hacia afuera, hacia el grupo de iguales, y de ahi su constante necesidad de establecer su sen-tido de independencia de criterio, de actitud, de valoración y de libertad.

En la dimensiOn ética-cognoscitiva y afectiva la adolescencia es un periodo también de cambios marcados. Es durante esta etapa de su vida que el adolescen-te internaliza los estándares, normas y principios de moralidad de la sociedad. Este proceso de internalización vendrá a formar parte esencial de su personali-dad y, a su vez habrá de ejercer marcada influencia en su comportamiento y orientaciOn valorativa en su vida adulta.

Como caracteristica importante del adolescente, debemos hacer referenda a su desarrollo cognoscitivo. Es durante la adolescencia que adviene al ser huma-no la capacidad intelectual necesaria que le permite proyectarse hacia el futuro. El alcance de esta etapa evolutiva le permite medir y pesar las alternativas que la sodedad le hace disponible en cuanto a su futuros roles como ciudadano, profesional, padre, madre, etc. (Phillips, 1981).

En este estadio de su desarrollo psicobiologico, el adolescente es altamente susceptible a las influencias y estimulos ambientales, sociales y culturales. Por lo tanto es una población de alto riesgo potencial. Como ya hemos apuntado, la adolescencia no tiene que ser indefectiblemente un periodo de tensiOn y de conflictos. En un sentido muy real es la sociedad la que determina el giro y direcciOn que las personas habrán de tomar al traspasar por este periodo de su desarrollo.

De todo lo antes expuesto se desprende que no existe una personal idad puer-torriquefia como tampoco una personalidad tipica del adolescente. No todos los adolescentes están cortados por el mismo patron, no se han comportado de modo igual en diferentes épocas histOricas. El adolescente de nuestros tiempo no es el mismo del tiempo-de nuestros padres.

Tampoco debemos suponer que es caracterfstica esencial e indispensable de la adolescencia la ansiedad, la inestabilidad psicolOgica, la depresión, la agresión o la rebeldia. Un gran numero de estudios cientificos han revelado que en el caso de aquellos adolescentes que han manifestado conducta delictiva, la misma esta

8

ba presente desde los afios de la nifiez y no hizo su aparición por primera vez en este periodo de la vida. Lo mismo puede decirse de los Ilamados disturbios emocionales.

Veamos algu nos ejemplos relativos a la diversidad de comportamientos entre grupos de adolescentes. En el 1958 Fernández-Marina, Von Eckard y Maldonado-Sierra (1969), Ilevaron a cabo un estudio con muestra de veinte adolescentes puertorriquehos, 10 masculinos y 10 femeninos. Los hallazgos del estudio, aim cuando los autores señalan que no puede generalizarse a la población general de adolescentes, reflejaron que los sujetos no se identificaban totalmente con valores tradicionales hispanos ni con valores anglonorteamericanos.Tampoco daban indicios de que estuvieran interesados o preocupados por el llamado conflicto entre culturas, ni dieron muestras de estar concernidos con desarrollar una singular identidad cultural puertorriqueña. En verdad, merecen ser tipificados como la generación sobria, o, como les llama Keniston (1960), los jóvenes no comprometidos.

En contrapunto a esta generación sobria encontramos en la década del 60 a los Ilamados Hippies, los adolescentes de la contra-cultura. ACin cuando este movimiento no tuvo mucho arraigo ni impacto en Puerto Rico, vale la pena mencionarlo ya que se conforma a nuestra tesis de que es la sociedad la que en iltima instancia influye en el modo en que el adolescente piensa, siente y actáa y,

por lo tanto, ES. En Estados Unidos se le conoció como la juventud de los descontentos. En su credo hada eco el dicho socráticó "Haz lo tuyo." Estos rebeldes opuestos a los valores decadentes de su sociedad propon Ian una revolución en contra del mundo adulto. Su filosoffa inclu fa antipatia hacia el mercantilismo imperante en su época, a los conceptos de gobierno, orden y disciplina. Muchos de los estudiosos del movimiento de los Hippies sehalan que si el mismo no tuvo éxito como movimiento revolucionario, se debió a la falta de una ideologia coherente que trabara sus sistemas de creencia. con la acción apro-piada y no a la filosof la de vida que lo animaba. Cabe sehalar, de paso, que dejaron su contribución en el campo de la literatura y el arte. A ellos se debe el llamado arte psicodélico.

El distinguidp historiador inglés Arnold Toynbee los compara con los primeros cristianos y el efecto que éstos tuvieron sobre el mundo greco-romano. Apunta Toynbee que el movimiento de los Hippies era meramente un sintoma de la generación insurgente de los Estados Unidos en contra del ideal de la afluencia ganado a tray& del valor intrinseco del trabajo mismo. Finalmente este grupo de adolescentes se desvanece y en la década del 70 nos encontramos con el adolescente que enarbola el estandarte contra la represion politica. Dada la condición de vida politica en Puerto Rico, este movimiento arraiga y tiene sus repercusiones socio-politicas.

Debemos entender que el ardor y pasión con que los jOvenes generalmente adoptan y defienden sus posiciones socio-politicas responde, en gran medida, a los cambios fisiológicos y hormonales que en ellos ocurre. Varios teóricos, tanto en el campo de la psicologia evolutiva como en el de la sociologia, sostienen que

9

existe una relación positiva y significativa entre los valores que una persona sustenta y el ritmo biologico de su organismo. En otras palabras, dada la agitación fisiologica y hormonal tipica de la la etapa de la adolescencia, es de esperarse que en su mayoria los adolescentes estén más propensos a un comportamiento de mayor pujanza y espiritu, contrario a la edad madura cuando disminuye el ritmb biolOgico y tendemos a adoptar y defender valores más sobrios, convencionales y tradicionales. Esta posicion también se evidencia por el hecho de que el ser humano es más innovativo, creador y variable durante su juventud y más rigido, convencional y tradicional durante la edad madura y su vejez.

Compartimos con Friedenberg (1959) el criterio de la adolescencia no es un simple proceso fisico que inicia la madurez sexual, sino que, ante todo, es un proceso social cuya tarea fundamental es la auto-identificación clara y estable. Dada la percepción y concepción general que la sociedad tiene del adolescente como un ser rebelde y agresivo, este proceso social puede frustarse con el consiguiente resultado para muchos adolescentes de no poder desarrollar una auto-imagen clara y definida.

Queremos puntualizar sobre los vocablos clara y definida. No es que el adolescente no desarrolle una identidad sino que desarrolla una borrosa y sombria en vez de una personalidad transIticida o transparente. Es este adolescente el que eventualmente habrá de convertirse en el puertorriquetio básicamente triste y melancOlico. Nuestra aparente bullangueria no es otra cosa que una reacción formativa de este estado de Snimo.

No todos, sin embargo, sucumben a esta situaciOn. Algunos se rebelan y se tornan agresivos, cumpliendose asi la profecia que sobre ellos se hal:4a hecho. Por otra parte, muchos otros se convierten en nuestra "generaciOn sobria", caracterizada por la reticencia, la alineación, la apatia. Son éstos los que deben constituir motivo de preocupaci6n y no los que se rebelan. Repitiendo a Friedenberg, "Es el adolescente completamente humano -- el adolescente que se enfrenta a la vida con amor y desaffo-- el que se convierte en un aberrante. "A estos quienes son esencialmente normales, se les puede aplicar el termino acuñado por Fritz Redl (1971), de hiper-resistentes. Redl los describe como jOvenes que por ser normales y saludables, tienen un olfato perspicaz para aquellas situaciones sociales pótridas, para las experiencias que son enfermizas, para el comportamiento de padres, maestros u otros adultos que es patentemente anormal e imposible de tolerar. En fin, estos jóvenes tienen la perspicacia para identificar situaciones que les pueden enfermar y de las cuales es menester defenderse. Por ende, puede uno encontrarse con un comportamiento que, bajo otras circunstancias podria tildarse de sintomático de una patologia, cuando en realidad es una sana protección contra-el daño que proviene de afuera. Para abreviar, es normal que jóvenes normales se comporten de modo aberrante como defensa contra el daño que ellos sienten que emana de una sociedad•enferma.

Por otro lado, no todo comportamiento aberrante por parte del adolescente constituye una defensa contra un posible daño. Hay adolescentes cuyo compor-

tamiento es decididamente anormal. Es necesario identificar a éstos sin confundirlos con los otros. La tarea, aim cUando dificil, es posible. Primero, debemos tomar en cuenta que el desarrollo y aprendizaje social es continuo; comienza en la primera infancia y termina con la muerte.

El llamido comportamiento anormal que manifiesta un adolescente puede deberse a factores situacionales patógenos contra los cuales el reacciona, o puede atribuirse a un proceso regresivo que tuvo su origen en la nifiez. El primero no necesariamente acusa un desorden emocional, mientras que el segundo evidentemente lo es.

Segundo, como ya hemos discutido, debemos reconocer "que la rebeldia de los adolescentes, sus contradicciones y sus normas de agrupación no constituyen invariantes, y que las expectativas del adulto respecto al adolescente dependen de la sociedad (Eichhorn, 1979). Tercero, aim cuando el indice de la delincuencia -y trastornos mentales se eleva durante la adolescencia, debemos considerar que "una gran porción de los muchachos manifiestan los primeros sintomas patologicos mucho antes de Ilegar a la adolescencia."

El tercer punto lo confirman un sinniimero de estudios sobre el compOrtamiento psicopatologico en la nifiez y adolescencia, siendo el más importante entre ellos el de Peterson, Quay y Tiffany (1961). Sefialan estos auto-res que los desórdenes del comportamiento que en la adolescencia se manifiestan como conducta agresiva o delictiva tienen sus origenes en la niñez. Las circunstancias de medio social, la familia, limitaciOn de los modelos que la sociedad provee (el héroe y el antiheroe), los valores y estindares de comportamiento que se refuerzan mediante la recompensa y el castigo, todo ello resulta en un adolescente o socialmente competente o socialmente des-viado.

El Adolescente Puertorriqueflo: Algunos Comentarios en Torno a su Personalidad, Valores y Transformaciones:

Los valores de un pueblo no se pueden entender sino como una respuesta a la estructura social existente (Icken Safa, 1973). Por tal razón, al acercarnos al estudio del adolescente y sus transformaciones valorativas, se hace imperativo estudiar la sociedad y cultura en que se comportan y que los forma.

A finales del siglo XVIII, el pueblo puertorriquetio es descrito por los historiadores, como una sociedad que depende de la agricultura para sus subsistencia económica. Existian, para aquél entonces, clases soCiales bien diferenciadas y con roles definidos. La autoridad correspondia al varcin, mientras que las mujeres les obedecian y criaban a sus hijos.

El Siglo XIX nos pregenta una familia patriarcal y extendida caracterizada por un alto sentido del respeto Steward (1959) ; Wolf (1951). Como normas de comportamiento prevalecia el culto al machismo, la virginidad y conciencia de paternidad responsable. La unidad bisica de la sociedad puertorriqueña del Siglo XIX era el nucleo familiar, formado por el marido, la mujer y los hijos solteros. Dicha familia mantenia contacto estrecho con sus parientes próximos, cerca de quienes vivian. De este modo, padres, abuelos, tIos y otros familiacgs

1 1

consangufneos o politicos, constitufan una familia extendida, unida por lazos de lealtad y obligaciones recfpocras. Todos compartfan la tarea de criar a los nifios aim cuando la responsabilidad primaria recafa sobre los padres. En este nocleo la funciOn dominante del padre y el papel subordinado de la esposa reforzaban las normas de buena conducta y obediencia que se ensefiaba a los hijos. La configu-raciOn de relaciones deseables entre marido y mujer, padres e hijos, daba lugar a una vida familiar autoritaria.

En esta familia tradicional, el padre es duefio y seiior. Conforme a su posición, recae sobre él tomar las decisiones, fijar las reglas e impartir la disciplina. Es a la misma vez el sostén y onico contacto de la familia con el mundo exterior. La mujer era su docil ayudante, en ocasiones más sirvienta que compaiiera. Para ella era inconsevible salir sin el marido u otra companfa aprOpiada. Esta superio-ridad masculina, con origenes en la tradición judeo-cristiana, era factor determinante en las relaciones entre esposos. Min desde el momento del compromiso, se deja sentir indiscutiblemente el respeto que la mujer debfa al hombre y el poder absoluto de este. Hill (1955) nos dice: "al hombre comprome-tido le exigen una actitud de marido dominante, no solamente el padre de la novia y sus amigos varones sino la novia misma. Con ellos sabe que se ha com-prometido con un hombre fuerte y energico."

Dada la escasez de escuelas que para entonces existfa, la responsabilidad para la educación de los hijos recafa casi exclusivamente sobre la familia. Era en ella que se transmitian los valores culturales, las normas de comportamiento, y en donde se Ilevaba a cabo el proceso de aprendizaje vocacional u ocupacional. Elena Padilla (1958) nos dice: "El concepto de respeto le exige al niño que no se extralimite en lo que se espera de él. Que obedezca sin cuestionar y acepte docilmente la decision de las autoridades; a saber, sus padres y sus mayores."

Esta familia tradicional mantenia una clara distinción entre la condiciOn y función de los niños frente a la de los padres. "El niño - nos dice Padilla - no tiene voz en los asuntos familiares, ni aon en aquellos que le afectan directa y exclusivamente. Tiene que ser invariablemente obediente, porque la obediencia es senal de respeto.' La alta valoraciOn de la obediencia y el respeto ix imped fan, sin embargo, el desarrollo de un alto sentido de solidaridad familiar.

La madre era importante como promotora de valores afectivos: no solamente era fiel ejecutante de ordenes paternas, sino que era la tierna y bondadosa pro-tectora de los hijos. Este alto tono afectivo de la familia puertorriquefia del siglo XIX inclufa a todos los miembros de la familia extendida. Los compadres, por ejemplo, se debian afecto, confianza y consideraciOn mutua.

El patron de crianza de los hijos varones destacaba una constante insistencia en la masculinidad como estilo de acciOn acual debfan aspirar. El énfasis era en el "machismo" como el comportamiento esperado y socialmente reforzado. Nose permitfa, sin embargo, que el niño actuara agresivamente, en especial con extraños. Esta ambivalencia es la causa, a juicio de algunos autores, de su dependencia e inseguridad como adultos.

12

Cat6licos, por guardar los ritos y por la fe, nits que por su conocimiento de la doctrina, para los puertorriquenos de clase baja y rural, el catolicismo popular ayudd a generalizar la premisa del fatalismo. En las ciudades, el contacto con la iglesia era más frecuente y esta promovfa actitudes de deferencias y respeto hacia los mayores y hacia aquellos que ocupaban posiciones de poder en la escala econdmica.

En resumen, el sistema de valores y premisas axiologicas que servfa de marco a la familia puertorriquelia tradicional era el siguiente:

1. Premisa fatalista: presupone que la vida está determinada por fuerzas que trascienden el control del hombre. Los pesares de la vida terrenal deben soportarse porque es la voluntad divina.

2. Adscripción: Exista la creencia de que la sociedad es jerarqu fa por natu-raleza. El lugar de cada cual en esta jerarqufa depende de la cuna de la cual proven fa.

3. Personalismo: Se es 6nico y por ende merecedor del respeto de los semejantes.

4. Superioridad masculfna: Creencia de que el hombre es inherentemente superior a la mujer.

5. Respeto, dignidad, verguenza: Es el valor dominante. Todos tienen derecho al respeto y a ofenderse por palabras o hechos que demuestren falta del mismo. Los de una condición econ6mica superior, sin embargo, ten fan derecho a mayor respeto que los de una condición más baja. También, los ancianos, más que los j6venes.

6. El afecto no es tan dominante como el respeto, pero es un valor importante. Mientras que el respeto obliga a todos, se espera el afecto de los Intimos y se estimula la expresidn emotiva.

7. Se tenfa en alta estima el contacto personal, siendo este preferido sobre las relaciones personales.

Con la ocupacidn de la isla por los norteamericanos a fines del Siglo XIX se in icia un proceso de trasculturacidn que trastoca los valores, normas de compor-tamiento, y el estilo de las relaciones interpersonales del puertorriqueno. La misma trae consigo una multitud de cambios nuestra sociedad que ocurren de modo casi imperceptible en el transcurso del tiempo. La industrializacidn modifica de modo dramático el mundo del trabajo, el cual, a su vez, afecta la constitucidn y estabilidad de la vida familiar. La familia extendida comienza a ser sustitufda por la nuclear; las esposas e hijos se les permite participar en la toma de decisiones; las lealtades que antes se reservaban para la familia se extienden a otras organizaciones sociales y cfvicas.

En contraste con el fatalismo del puertorriquefio se presenta un americano que tenfa la convicción de que podia comprender el mundo ffsico, controlarloy cambiarlo para sus propios fines. Segün la ética protestante, el progreso era posible, tanto en su dimension espiritual, como personal y maternal. El individualismo, o el ser humano cemo dueflo de su propio destino, era premisa

13

fundamental de los red& Ilegados. La adquisición de bienes materiales era también valor de gran arraigo entre ellos. La educación y el conocimiento, considerdos como los medios para Ilegar a otros fines, eran altamente valorados.

Con frecuencia al trato entre personas en el mundo del comercio, los norte-americanos rápidamente dejaron saber que no era necesario el cultivo de relaciones interpersonales significativas como condiciOn previa al cierre de un negocio. Una conducta machista y dominante tampoco era imprescindible. Tenian una actitud pragmatica y utilitaria, con énfasis en lo funcional y empirico, que contrastaba con las consideraciones estéticas y humanistas del puertorri-queno de antaño. El idioma, innecesario decirlo, era distinto.

Con la Ley orgánica promulgada en el año 1900 comienzan los cambios institu-cionales que enmarcan la penetracion cultural. La escuela se convierte en el principal instrumento de transculturación. Se prohibió la ensefianza religiosa y

impone el inglés como vehiculo de enseñanza, relegando el español a la categoria de asignatura especial. La hacienda puertorriqueña cediO ante el empuje corporativo, de tono impersonal, y orientado al lucro. Desapareció con ello la especial relación que existia entre hacendado y campesino; relación de la cual emanaba la seguridad psicologica del segundo.. Los obreros de la poca industria que existia tuvieron que adaptarse a las rutinas de una producción, mecanizada e impersonal.

Para la década del 30, aim cuando en la constitución de la familia puerto-rriquena se notaban pocos cambios, si se observaban diferencias en su orienta-ción valorativa. Cobró importancia el bienestar material; aumentO el nLimero de estudiantes en las escuelas; la economfa cambiosignificativamente, quedando la agricultura en manos de latifundistas extranjeros y ausentes, por lo que sus beneficios no se reparten en la isla.Con el desarrollo de la industria, en especial de manufactura, surge una nueva clase: el proletariado urbano. Las costrumbres norteamericanas empiezan a manifestarse, y surge asi la celebración del dia de Santa Claus, la noche de Halloween, el dia de Washington y el dia de Acción de Gracias. Bajo estas condiciones, Puerto Rico se transforma en una sociedad en donde valores nuevos y extranjerizantes se imponen en un empeno por coexistir con los valores tradicionales. El resultado de este fencimeno es una combinación desacorde e inestable, que produce normas de conducta inciertasxambiantes e incoherentes. Desde este momento y hasta nuestros dias encontramos unas familias tradicionalistas en algunos aspectos de su vida, y en otros desorientadas y ambivalentes. Sigue existiendo la familia extendida, pero proliferan los hogares de ancianos y los estudios universitarios separan a nuestros hijos de sus hogares.

El hombre es aGn el simbolo de apoyo y seguridad, y la mujer es simbolo de afectividad. Las demandas sociales y el interés material fomentado por camparias publicitarias millonarias, promueven e imponen cambios en los roles familiares. La mujer se incorpora masivamente al mundo del trabajo y de la politica. ACin cuando se sigue considerando el manejo del hogar como su mayor respOnsabilidad, demanda la cooperación del esposo. El divorcio coma alternativa a la sumisión, comienza a alcanzar cifras altisimas.

14

El proceso de socialización y educación de los hijos, aunque muchos considerari que tiene como centro a la familia, es compartido con otras institu-ciones. La escuela, la television, que ha sido considerado como el reemplazo definitivo de las voces adultas en el proceso de socialización, proveen modelos variados y, con mucha frecuencia, disonantes por lo que el desarrollo de identidad e identificación coherente del nitio se dificulta. Vázquez, Gonzalez, y Mu rioz (1978) consideran este problema como "la amenaza mayor" del proceso de transculturación. Quiz& no podamos decir que hay un tipo de familia representativa de la familia puertorriquena, pero en las ciudades es fácil encontrar familias de clase media y alta que tienen un gran parecido con la familia norteamericana promedio. Es una familia con uno o dos hijos, donde ambos padres trabajan, tienen uno o más carros, pertenecen a un club, y viajan una vez al atio. Los hijos se van a estudiar a Estados Unidos y regresan en vacaciones con hábitos y costumbres que, a pesar del "modern ismo" ostentado por la familia, genera conflictos. Son familias, no lo olvidemos, de origen tradicionalista, con tendencia a la protecciOn y a la ayuda emocional y econ& mica. Quedan atrapados en un sistema que recompensa y estimula la independencia, al ser "cool", y al dinero. Cuando los hijos actüan conforme a e-sos valores,la familia se estremece porque descu bre su contradicción. El cu Ito al machismo y la virginidad, por ejemplo, se critican como cosa del pasado o de ignorantes. Pero si el hijo se descubre como homosexual o la hija queda em-barazada, la crisis no se hace esperar.

En las clases más pobres, la masa obrera y la poblaciOn de la zona rural, predominan valores tradicionales. Entre los obreros, encontramos el fenómero de una clase que no se reconoce como tal y que aspira a adquirir lo que poseen los privilegiados. Los medios masivos de comunicación, y en especial la omnipotente televisiOn, estimula entre ellos el consumo conspicuo, y les hace creer que con empetio perseverante ellos también pueden alcanzar la riqueza y gozar de sus beneficios. Nos parece que el impacto de esta ideologia de consumo y del "American Dream" (suelio americano) acabará penetrando tam-bién en estos sectores.

Repetimos que no conocemos con certeza córno es nuestro adolescente, pero el anglisis sociologico, la experiencia clInica, la realidad que vivimos nos permite hipotetizar lo siguiente:

1. La sociedad puertorriquetia presenta una fachada de modernismo y pera-lidad, tras la cual se evidencia la existencia de una sociedad tradicional y cristiana.

2. Algunos sectores de esas sociedades estan evidentemente en crisis, y esa crisis se refleja en algunos adolescentes ya que estos son influenciados por el medio en que viven. Indicativo de ello es que el informe de la Secretaria Auxiliar de Prevencidn del Departamento de Servicios Contra la AdicciOn, señala que el 5% de la poblaciOn atendida, compuesta en su mayorfa por adolescentes y nitios, se considera de alto riesgo con respecto al uso de drogas y alcohol. En su infcsrme sobre la Magnitud del Problema de la Adicción a Drogas en Puerto Rico

(1976-1977), el Departamento senala que:

"Una inspección sobre edades en las cuales los adictos iniciaron su experimentación con drogas refleja una tendencia preponderante a que dicha actividad se concentra en la juventud especialmente en el adoles-cente". (p. 15)

Del 47.8% de la población de la isla que consume bebidas alcohólicas, es sign ificativo sefialar que el 52.3% de ese total estS constituido por jóvenes entre 15 y 19 afios de edad (171,916 jewenes consumidores de alcohol, de un total de jovenes en la población de 328,609).

Entre 1966 y 1977 la tasa de trastornos mentales au mentó un 2.1% por cada 100 personas. En el 1978, segün el informe de estadfsticas sociales, el 21.88% de la población fué atendida o tratada por problemas de salud mental. En ese mismo informe se obseva que el 40.8% de los que recibieron servicios son menores de 19 arms (p.55).

En el 1980, la tasa de desempleo para los jóvenes entre 16 y 19 afios de edad era de 44.7% No sabemos si estos porcientos están constituldos por los mismos jóvenes. De lo que no dudamos es que necesitan ayuda preventiva o aumentarán aün más esas tasas.

3. Ronald Wingfield (1977) durante el alio 1975-76 realizO un estudio entre es-tudiantes varones de escuela superior. Dicho estudio nos confirma la existencia de diversos tipos de adolescentes en Puerto Rico, cada grupo manifestando actitudes y valores diferentes.

Al preguntarseles si la familia debfa permanecer como está aunque quizas cambiara en algo, el 64% contestó afirmativamente. Es interesante notar que los jóvenes de clase pobre y del campo fueron los más insatisfechos y los que deseaban un cambio.

Segün el estudio, el 70% de los jOvenes estan de acuerdo con que "nuestra sociedad esta en problemas" (p.28). Esto nos sugiere una juventud consciente de su realidad socio-económica, preocupada y con deseo de cambio, pero no subversiva (solamente el 3% piensa que la (mica alférnativa posible es la revoluciOn, si no se perm iten otras soluciones). Considerando otros aspectos de la investigacion, tenemos que el 96% considera que la religion juega un papel importante en sus vidas. Por otr parte, el 62.5% se expreso orgulloso de ser ciudadano americano y de la relaciOn entre Estados Unidos y Puerto Rico. Con respecto a la educación, 8 de cada 10 piensan que se deben introducir cambios al sistema educativo. La mitad piensa que el cambio debe ser_general, mientras

que el otro cincuenta porciento favorece una reforma gradual.

El uso del tiempo libre parece estar más dedicado a actividades pasivas (ofr mCisica - 63% TV - 53%, deportes - 48%). El 28% de los jOvenes admitió haber usado drogas. De éstos, el 42% eran jóvenes de clase baja, 31% clase alta y 7%

residfa en areas rurales. La actitud hacia la liberación sexual, es más conservadora que en los Estados Unidos, pero.la tendencja es hacia una mayor libertad. Por

16

otra parte el 68% aspira a una educación universitaria, lo cual se ve como una forma de mejorar sus vidas.

Es evidente, que estamos necesitados de estudios cientificos que arrojen luz sobre la problematica de nuestra juventud, la identificación de las fuentes de donde se originan dichos conflictos, y los modos más efectivos de prevenirlos. No debemos limitarnos a evitar el desarrollo de la psicopatologia. Tenemos también la obligacion de facilitar el desarrollo del comportamiento normal y fomentar la salud mental entre aquellos que ya la poseen. No basta rehabilitar. Es menester prevenir.

REFERENCIAS:

Albizu-Miranda, C. y Marty-Torres H. (1958). Atisbos de la Personalidad Puertorriquelia. Revista de Ciencias Sociales, 2 (3), 383-400

Eichhorn D.(1979)Addescencia. En Gran Enciclopedia RIALP, Madrid: Ediciones RIALP, I p.82.

Fernández-Marina, R; Van Eckard, U. y Maldonado-Sierra, E. (1969) The Sober Generation: Children of Operation Bootstrap Rio Piedras: University of Puerto Rico Press. Friedenberg, E. (1959) The Vanishing Adolescent. New York: Dell Publishing Co., Inc.

Hill, R. (1955). Courtship in Puerto Rico: An Institution in Transition. Marriage and Family Living.

Icken Safa, H. (1973). Progress and Poverty. A study of Relocated Shanty Town Families in Puerto Rico.The Family in the Caribbean Gerber Stanford Editions. 95- 103.

Keneston, K. (1960) The Uncommitted: Alienated Youth in American Society New York: Harcourt, Brace and World. Padilla, E. (1958). Up from Puerto Rico. New York: Columbia University Press.

Peterson, D. R; Quay, H.D. y Tiffany, T.C. (1961). Personality factor Related to Juvenile Deliquency. Child Development, 355-372.

Phillips, J.L. (1981). Piaget's Theory: A Primer W. H. Freomand and Company.

Redl, F. Foreward. En Long, N.; Morse, W. y Newman, R. (Eds.) Conflict in the Classroom: The Education of Children with Problems. 2nd. Edition Belmont, California: Wadworth Publishing Company, Inc.

Rivera, A. N. (1982). La Auto-imagen del Puertorriqueno. Revista Latinoamericana de Psicologia, 14 (1), 81-91.

Steward, J. (1956). (Ed.) The People of Puerto Rico. Urbana: University of Illinois Press.

17

Wolf, E. (1951) Culture Change and Culture Stability in a Puerto Rican Coffee Community. Cambridge: Eagle Enterprises.

Vázquez-Calzada, J. (1978). La Población de Puerto Rico y su Trayectoria His-tórica. Escuela de Salud Püblica, Recinto de Ciencias Médicas, Universidad de Puerto Rico, 1978.

Wingfield, R. (1977). Life Style of Puerto Rico's Youth. Centro de I nvestigaciones Sociales, Universidad de Puerto Rico.

18

ANALIS1S REGRES1ONAL Y DESCRIPTIVO DE RESULTADOS EN EL W.I.S.C. DE ESTUDIANTES EN PROGRAMAS DE EDUCACION ESPECIAL Y CAPITULO I*

José J. Cabiya Morales, Ph. D.

Se ha comentado en repetidas ocasiones (Nurse Allende, 1984) sobre los problemas envueltos con la administración de pruebas de inteligencia que son utilizadas sin haber sido validadas con muestras puertorriquerias tales como la Escala de Inteligencia Wechsler para nifios (WISC) y el Stanford Binet. Segün Nurse Allende, uno de los problemas principales implicitos en la utilización de estas pruebas es que las mismas son utilizadas para determinar el ingreso a determinadas escuelas o a programas educativos especiales o remediativos. Sin embargo, al no haberse derivado normas para la población puertorriquefia resulta cuestionable la adecuacidad de estas pruebas en este tipo de determinaciones.Por otro lado, Nurse Allende considera que dado que los cocientes de inteligencia son determinados en gran medida por la educación

recibida, estas pruebas sirven de instrumentos discriminatorios para los estudiantes en el sistema de instrucción p0blica.

En un estudio con la Escala de Inteligencia para Adultos, Herrans, 1984, declara que sus resultados demuestran que los residentes en la zona urbana obtienen consistentemente un CI mayor que los residentes en zonas rurales. En adicicin ella recomienda que se investigue la relacicin entre edad y CI total. Sin embargo, ningim estudio ha analizado como la edad y area residencial están relacionadas con el CI obtenido en el WISC. Por tanto, el presente estudio fué dirigido a investigar la relaciOn de las variables edad y zona de residencia y los Cl's obtenidos en el WISC con estudiantes del sistema escolar püblico los cuales fueron evaluados como parte de los servicios ofrecidos por los programas del Capftulo 1 y Educación Especial. Se hipotetizó que a mayor edad, menor serfa el CI y que a menor la zona residencial (en términos económicos) mayor serfa el Cl. Adernds, se predijo que estudiantes asignados al programa Capftulo I obtendrfari un CI mayor que los estudiantes signados al Programa de EducaciOn Especial.

METODO

Sujetos:

Los sujetos fueron 217 estudiantes de los Programas de Educación Especial (60) y Capitulo I (157) del sistema escolar p0blico evaluados por el presente autor entre los meses de enero a junio del 1984. Sus edades fluctuaban entre los 6 y los 16 arms.

*Se le agradece la ayuda prestada a Alma Rosado Roman e Iris Giusti Martinez por su asistencia en

este proyecto.

19

Procedimiento:

A los estudiantes le fueron administrados los WISC's en oficinas de trabajadores sociales y salones regulares en escuelas en la Regi6n VI del Distrito de Rio Piedras. Los estudiantes fueron clasificados de acuerdo al area donde residian. Cinco areas residenciales fueron establecidas, a saber, 1) rural, 2) residencial pUblico, 3)Condominio Cooperativo, 4)Urbanización Clase medio baja, 5) Condominio Privado. Los estudiantes fueron clasificados de acuerdo al programa al que pertenecian (Educaci6n Especial vs. Capitulo I) y se obtuvo sus edades cronolOgicas. El Programa de Capitulo 1 consiste en el ofrecimiento de enseñanza remediativa a estudiantes que se mantienen asistiendo a un salOn de clases regular. Por otro lado, los estudiantes del Programa de Educación Especial reci ben toda su ensefianza en grupos pequefios donde se sigue un pro-grama acorde con sus fortalezas y debilidades.

Resultados

Los datos fueron analizados por medio de un análisis correlacional y un análisis de regresión mOltiple. La Tabla I demuestra la matrix de correlaciones donde se incluyeron las variables : area de residencial edad, programa educacionall y CI total.

1 Nota:Estas dos variables fueron tratadas como variables ordinales. Especial mente, se le asign6 un valor de 1 al area residencial rural, un valor de 2 al residencial ptiblico, 3 al Condominio Cooperativo, 4 Urbanización Clase Media Bata y 5 Condominio Privado. Con respecto a la variable Programa se le asign6 un valor de 1 al Programa de Educaci6n Especial y 2 al Programa de Ca-pitulo 1.

Tabla I: Matrix de Correlaciones

Residencia Edad Programa CI TOTAL

Residencia Edad Programa CI Total

1.0000 -.0196 .0941 .1825*

1.0000 -.3700* -.3823*

1.0000 .3971* 1.0000

*Correlaciones significativas al p...01

Como se puede apreciar en la Tabla I el CI total correlacionO sign ificativamen-te con todas las otras. También, se puede notar qué Edad se correlacionO signi-ficativamente y en una direcciOn negativa con el programa.

Dado que CI total se correlacion6 significativamente con todas las otras va-riables, se procedió a computar un análisis regresionai mUltiple utilizando el CI Total como variable dependiente y Area Residencial (F.337) y Programa (F=18445) como variables independientes. Los resultados demuestran que Area Residencial, Edad y Programa explicaron una porción significativa (p<.01) de la

9(1

varianza de los totales en los CI's. Por tanto, se demuestra que Zona Residencial es un buen predictor de CI Total al igual que Edad y Programa.

En Tabla II demuestra los promedios de estudiantes clasificados bajo las cinco categorlas de areas residenciales para los dos programas educacionales.

Tabla II: Distribución de Estudiantes por Area Residencial y Programa Educacional

Area Residencial Educación Especial Capitulo 1

Rural 8% 6% Residencial Páblico 53% 45% Condominio Cooperativo 18% 36% Urbanización Clase Media Baja 5% 9% Condominio Privado 3% 4%

DISCUSION

Los resultados confirman la hipótesis de que el CI aumenta de acuerdo a lo bien acomodada económicamente que sea el area residencial del estudiante y disminuye segUn aumenta su edad independientemente del area residencial. En adición, los resultados sugieren que en los primeros afios de educación del ni Flo hay mayor probabilidad de que el estudiante con problemas académicos obtenga un CI que lo ubique en un programa de ensefianza remediativa con participaciOn en un salon de clases regular. Pero, segiin avanza su edad, las probabilidades aumentan que el CI disminuya al punto que sea ubicado en un programa de Educación Especial sin participaciOn en un salon de clases regular. Sin embargo, segün Nurse Allende (1984), los beneficios de estos programas son cuestionables debido a la falta del material educativo necesario y limitaciones en personal especializado. Por tanto, es muy probable que al estar removiendo al estudiante de un sal& regular se le estén coartando aim más cualquier posibilidad de optar seriamente por una ocupación bien renumerada en nuestra sociedad.

En conclusiOn, los resultados en conjunto son consistentes con la tesis de que las pruebas de inteligencia sirven e instrumento para perpetuar unas diferencias dadas entre las clases sociales en Puerto Rico. Por tanto, el psicologo que administra estas pruebas se encuentra ante la disyuntiva de si servir de instrumento para la perpetuaciOn de este' orden social o convertirse en instrumento de cambio social. Al igual que Nurse Allende, considero que la

solución ante esta disyuntiva por parte de cada psicOlogo debe darse tanto al niVel microsocial como al nivel macrosocial. Por mi parte sugiero que la solución en el nivel microsocial sea que se le de menos énfasis, si alguno, a la otorgacion de Cl's en forma numeral y mucho más énfasis a la discusión de fortalezas, debilidades y recomendaciones en la presentacion de los informes. En adición el

21

psicologo debe velar y advocar porque las recomendaciones sean seguidas apropiadamente. Como solución en el nivel macrosocial, recomiendo que el psicologo abogue por cambios en el sistema educativo y gubernamental de forma tal que el mismo sirva efectivamente para desarrollar al máximo el potencial de todos los individuos independientemente de la clase social de donde provenga.

REFERENCIAS:

Anastasi, Test Psicológicos, Aguilar S.A. Ediciones Madrid, 1973. Pags. 65-66.

Haber, A. & Runyon, R.p. General Stadistics, Addison-Wesley: Mass, 1977.

Herrans, L.L. The Spanish WAIS or EIWA, Homines, 8 (1), 1984 Pags. 413 -420.

Nurse Allende, L. la Psicometria en Puerto Rico. un anglisis sobre la educación e inadecuación de las pruebas de inteligencia, Homines, 8(1), 1984, Pags. 401 -412.

22

LA FUNCION DEL PADRE EN EL CRECIMIENTO EMOCIONAL DEL NINO Y SU IMPORTANCIA EN LA PREVENCION PRIMARIA

DE LOS DESORDENES MENTALES EN LA NINEZ

Saturnino Castro Morales Jr. Ph. D.

Ponencia presentada en el Primer Seminario Internacional de Psicologia de la Salud.

La Habana, Cuba —Diciembre 4-7, 1984

INTRODUCCION

El propósito de este trabajo es el revisar la funciOn del padre en el crecimiento emocional del niflo. Se discutirá brevemente la literatura pertinente y se estu-diará el impacto de la "privación paternal" (father hunger) y conducta paternal en la salud mental del nitio. Se ofreceran alternativas terapéuticas y psicoeducativas dentro de un marco teórico sistémico y psicoeducativo como es-trategias de prevención primaria de los desórdenes mentales en la nifiez. Se re-calcara la importancia de la intervención preventiva con familias al igual que el adiestramiento sistemático a padres como estrategias de promoción de la salud mental. Se proveerá un breve esquema de las microdestrezas y areas importantes en el desarrollo de la paternidad empática y nutriente.

La Familia

La familia es una institución psicosocial la cual comprende un complejo de normas, valores, transacciones interpersonales y roles de acuerdo al sexo y posición del individuo. Como subsistema (microsistema) dentro de la sociedad, la familia desempena dos roles diferentes: como sujeto básico de los cambios que originan y operan fuera del circulo familiar y como agente activo que puede darle una orientaciOn y significado al cambio social. Por ende, la familia puede Ilegar a constituir un factor del desarrollo económico y social dentro del macro-sistema (lnforme Social, 1980).

Como agente de socialización, la familia es la principal fuente de transmisión de las normas culturales a las generaciones subsiguientes (Merton, 1960). Como consecuencia, la familia perpettia y nutre la estructura social; al mismo tiempo que transmite la vida a una nueva generaciOn. Esta le transmite la cultura o su b-cultura del estrato de los padres, y junto con ellos los bienes económicos y el status social. En su fund& como sujeto pasivo del cambio, la familia es basi-camente una institución estabilizadora de la sociedad y un agente efectivo de control psicosocial.

Finalmente, la familia es una estructura psicosocial que se origina en la union voluntaria de dos personas mediante el matrimonio o union consensual, con la funci6n basica de la procreación y socialización de los hijos. En su funciOn socia-lizante, la familia juega un papel importante en el desarrollo de la personalidad, identidad y salud mental de cada uno cle sus miembros.

23

La Familia y la Salud

La familia provee al individuo un sentimiento de pertenencia, identidad, continuidad histórica y psicologia y es por ende la unidad básica de salud y enfermedad. Dentro del marco teórico sistemático, la salud y la enfermedad son considerados como polaridades de un proceso continuo que ocurre en un contexto familiar social, donde el individuo enfermo representa una senal o sintoma de una estructura disfuncional. El paciente identificado es visualizado como el portador de sintomas de la familia y la etiologia dela enfermedad es una multicausal donde los factores psicológicos, sociales y ambientales tienen tanta importancia como los factores geneticos, orgánicos o fisicos (Canino & Rodriguez Santiago, 1980).

Varios investigadores han establecido que existen factores disfuncionales fa-miliares que influyen en el desarrollo, exacerbación y mantenimiento de una en-fermedad o desorden mental. Existen también factores funcionales u óptimos que fomentan el bienestar psicologico y la salud mental del individuo a la vez que permiten que el paciente se rehabilite y no se incapacite por una enfermedad. Algunos de los rasgos funcionales de una familia saludable son los siguientes (Lewis, et. al., 1976): comunicación abierta y directa, atr • dsfera de calor humano, percepcion realista y positiva, intimidad, expresióri libte de emociones negativas y positivas, individualización y autonomia, y una relaciOn marital saludable. La familia funcional posee destrezas para solucionar problemas y ajustarse a la crisis y constituye un buen modelaje sociocultural y psicologico para cada uno de sus miembros.

La familia funcional o saludable es aquella que fomenta la salud mental de todos sus miembros al igual que capacita al individuo a superar diferentes crisis a lo largo de sus transacciones con el medio ambiente. Estudios realizados por diferentes; investigadores han identificado una estrecha correlación entre funcionamiento familiar y la incidencia de desórdenes mentales y fisicos. Se puede concluir, que la familia es la fuente básica de la salud, prevención y rehabilitación psicosocial del individuo.

Los Padres y su Influencia en la Salud Mental del Nifio

Los padres juegan un papel crucial en la socialización y desarrollo emocional de los niiios. Ellos crean un ambiente emocional que facilita e interfiere con la maduración y el desarrollo de su salud mental (Erickson, 1950; Benedek, 1970; Mahler, 1958). Virginia Satir (1967), seriala que los padres son los "arquitectos de la familia y por consecuencia son responsables de la maduración y autoestima de sus hijos. La autoridad y funciones ejecutivas de los padres segün Salvador Minuchin (1967) proveeri estructura a la familia y facilitan transacciones constructivas y saludables entre padres e hijos. El "aprecio positivo" segün Carl Rogers (1961) de parte de los padres hacia sus hijos, es crucial para el des-arrollo de una autoestima saludable y vital para la posterior autorealización como adultos.

La formación y desarrollo de la personalidad saludable es un proceso interpersonal en el cual la madre juega un papel determinante. De acuerdo con

24

los psicoanalistas ortodoxos, la relación madre-hijo, es el precursor de la identidad y salud mental del nirio. Erik Erikson (1950) seriala que una relación positiva y empatica entre la madre y su criatura, genera un sentimiento de con-fianza básica en otras personas y el medio ambiente en general. Esta sensación de confianza básica provee una seguridad interna que es a su vez pre-requisito para la salud mental. Es esta confianza básica la que permite desarrollar relaciones interpersonales positivas e Intimas en la vida adulta.

Margaret Mahler (1975) en su libro El Nacimiento Psicologicp del Infante le atribuye un rol de observador participe a la madre, ya que es ella quien facilita el proceso de separaciem - indiyidualización del nitio. Como resultado de este proceso el ni Pio puede discriminar entre "yo" y "otro" y surge como una entidad psicologica automata e independiente de su madre.

Psicoanalistas británicos como Klein (1932) y Winnicott (1960), aunque desde posiciones teóricas divergentes, también le atribuyen un rol cdsi exclusivo a la madre en el desarrollo emocional del nirio. Para ellos, la introyección de una imagen maternal benévola dirige el curso y desarrollo de un ego saludable.

Los teorizantes de la escuela conductal cognoscitiva establecen que ambos padres,mediante adiestramiento y enserianza, dispensan refuerzos y castigos que moldean la conducta del niño. Bandura y Walters (1963) postulan que los padres son modelos para los niños y enfatizan el aprendizaje social como un proceso esencial en el desarrollo de la personalidad.

Parsons (1954, 1958; Parsons y Bales, 1955), al igual que Mowrer (1950) han propuesto una teoria de personalidad que consiste en una elaboración de la teoria de identificación de Freud (Bronfenbrenner, 1960, 1961 a). Parsons y Mowrer concuerdan que el mundo social del infante consiste de madre e hijo inicialmente, pero que este subsistema se expande e incluye al padre durante la fase edipal del desarrollo psicosexual. Antes de esta etapa, la madre ejerce una fund& expresiva (empática, nutriente) como una fund& instrumental (competencia, destrezas). Después de la fase edipal el padre ejerce Ia función instrumental limitando asi la función de la madre a una de carácter expresiva y afectiva.

Psicoanalistas y otros investigadores contemporáneos están focalizando su atención en las funciones que ejerce el padre en el crecimiento emocional del niño, (Lamb, 1976). Estos autores entienden que los teorizantes de personalidad, por lo general han ignorado el rol del padre y han enfatizado la importancia de la madre en la formación y desarrollo de la personalidad. El concepto "privación paternal" (ausencia ffsica o psicológica del padre), parece ser una variable crucial en el estudio ,de la socializaciOn y cuido del niño asi como en el desarrollo emocional del individuo.

La identificación de esta entidad psicologica pareada con la alta tasa de divorcio, liberación femenina y por consecuencia, desintegracion familiar, han generado una serie de estudios e investigaciones explorando la influencia del padre y estilo de paternidad en el crecimiento y desarrollo del nifio. Estudios

25

realizados en Norte America han establecido una relaci6n estrecha entre la participación empática del padre y el desarrollo moral, identidad, autoestima y aprovechamiento académico del niño. Otros estudios han identificado la privación paternal (ausencia fisica o psicologica) como la causa principal de muchos desórdenes mentales en la niñéz, como por ejemplo, los problemas de ajuste, el suicidio, la delincuencia juvenil y problemas de identidad sexual (Lynn, 1974; Lamb, 1976).

El Rol del Padre y la Conducta Paternal

La conducta paternal no se limita a los humanos ya que existe evidencia de ésta en diferentes grupos y especies del rei no animal (Lynn, 1974; Lamb 1976). Obser-vaciones sistemáticas real izadas por los estudiosos de la conducta animal revelan que la conducta paternal varia desde infanticidio hasta la conducta tierna y empatica que se asemeja a lo que se ha definido tradicionalmente como conducta maternal. Estudios realizados con monos del Nuevo Mundo (Sur America, America Central), revelan que 'el macho adulto juega un papel importante en la socialización de la prole. El mono Titi es el más paternal dentro de este grupo. En una familia básicamente monogárnica, el macho adu Ito carga y cuida a su prole consistentemente.

Existen otros ejemplos de conducta paternal en donde el macho construye el nido para que la hembra (pez o ave),pueda depositar los huevos. Una vez depositados, el macho proteje el nido y su prole contra toda adversidad.

Los "baboons" (cinocéfalos o monos grandes) demuestran una gran variedad de conducta paternal en donde el macho adu Ito se encarga de asear, jugar, acariciar y proteger a su prole y adoptar cualquier prole que haya sido abandonada.

Un estudio realizado por Burton (1972) en Gibraltar identificó cuatro tipos de conclucta paternal entre los monos "Barbary Macaques": (1) Facilitan y promueven destrezas motoras y sociales mediante el juego, (2) Orientan a la prole sobre peligros al igual que la protegen del enemigo, (3) Refuerzan conductas aceptadas por el grupo y finalmente, (4) Censuran toda aquella conducta inaceptable al grupo.

Existen grandes diferencias culturales en la percepcion y funciones adscritas al rol paternal, pero estudios antropologicos . revelan que la función bisica del padre es una de disciplina y autoridad. En algunos grupos culturales, sin embargo, es el padre quien se encarga del cuidado afectivo y formación de los nitios ya que éste es su privilegio y es un simbolo de status en la comunidad. El ro,l y la participación del padre depende del tipo de organización social de los recursos disponibles para el consumo y del tipo de estructura familiar. Las familias monogdmicas y las familias no industriales tienden a tener padres más activos en la socialización de sus hijos (Lynn, 1974). Actualmente el rol del padre moderno se visualiza como uno de proveedor, quien gana el pan para su familia.

Varios estudiosos han querido reevaluar este rOI paternal, ya que entienden que ta inversion y participaci6n psicologica del padre en la vida familiar es de

suma importancia en el desarrollo emocional de los ni hos. Para Meerloo (1956), por ejemplo, la figura paternal representa el orden social que promueve el funcionamiento social del nino. Segtin él, un nino con una figura paternal ausente puede desarrollar dificultades con la autoridad y normassociales, ya que no ha internalizado la putoridad que el padre representa. Las posición de Freud (1933).es similar. El padre, segt.in los postulados freudianos, es quien facilita el desarrollo del superego, la parte moral de la personalidad.

La participacion activa del padre durante la infancia ejerce un gran impacto en el desarrollo interpersonal del nino. Ninos quienes han tenido contacto limitado con sus padres experimentan mayor ansiedad al ser separados de sus madres y demuestran reacciones adversas ante extraños y experiencias nuevas. Durante la infancia, el padre juega un papel crucial en la fase de separación-individuación. El neutraliza la relación madre-hijo y sirve de objeto transicional en el desarrollo de la confianza básica (Erickson, 1950; Mischel, 1958). Mediante el juego empS-tico con sus hijos (deportes, etc.), el padre promueve el desarrollo de destrezas motoras y sociales al igual que establece las bases para la confianza y la intim idad.

La conducta paternal inadecuada (pobre, autoritaria, rigida, etc.),„ ha sido correlacionada con un alto nivel de ansiedad y problemas de ajuste en, la ninez (Lamb, 1976). El nifio con privaciOn paternal demuestra un alto grado de ansie-dad, inseguridad y problemas de autoestima. Un sentimiento de inadecuacidad y actitud derrotista permean su funcionamiento académico y socidl. Por el contrario, nifios que perciben a sus padres como afectivos y emocionalmente accesibles tienden a ser más generosos y sociables con sus pares (Rutherford & Mussen, 1968).

Durante las tres fases de la adolescencia (temprana, media y tardia) el padre desempena una fund& crucial en la identificaciOn sexual y facilita el proceso de autoconocimiento y autonomia (Lamb, 1976). Una vez esta autonomia es internalizada el padre se convierte en modelo, maestro y compariero para su hijo adolescente.

Una relación pobre entre padre-hijo ha sido frecuentemente vinculada con el desarrollo de la homosexualidad. Jóvenes homosexuales usualmente relatan el haber tenido padres frios y distantes quienes los rechazaban abiertamerite. Una relación abusiva entre padre-hija, usualmente genera serias dificultades en la ni-na cuando se relaciona con el sexo opuesto. Como resultado la nina puede desa-rrol lar diferentes desórdenes sexuales en su intento desesperado de capturar el afecto que le privó su padre.

En resumen la literatura revisada kenala que el padre juega un papel im-portante en el desarrollo del nino. La participacion del padre en el cuidado y socialización de los ni nos es vital en la formación y desarrollo de ni nos saludables emocionalmente.

La comunicación efectiva y la participaciOn activa y empática del padre en la vida familiar fomenta en el nino una seguridad y confianza básica que permiten una identificación y autoestima saludable. Por ende el nino desarrolla una

27

actitud positiva hacia otros y al medio ambiente, y le permite desarrollarse Optimamente en el Ambito intelectual y emocional.

Es importante sefialar también que la participaci6n empatica del padre tiene un impacto en su vida interna. El sentimiento de ternura y mutualidad inherente a dicha interacción nutre la autoestima del padre, al igual que solidifica su iden-tidad como hombre y como proveedor. Esta experiencia Intima con su hijo, provee continuidad psicologica al rol de padre y Ilena el vacio existencial que ge-nera el machismo (Esman, 1982; Kestemberg et. al., 1982).

Participación Paternal y la Paternidad Empitica en la Prevención Primaria de los Desiordenes mentales en la Nifiez.

La prevenciOn primaria tiene como objetivos la anticipacion del desorden y la promociOn de la salud integral Optima (Goldston, 1978). El concepto de pro-moción de la salud implica una intervención psico-cultural, educativa y sisternica. Mientras el modelo medico enfatiza las enfermedades y los sintomas, la intervenciOn psicocultural sistémica recalca el desarrollo de crompetencias sociales, destrezas de manejo, adaptaciOn y fortalecimiento del ego (Danish & D'Augelli, 1980)

Lamentablemente la mayoria de los servicios de salud en general ignoran o excluyen al padre en la prestaciOn de sus servicios. Esta prictica está basada en una filosof fa sexista que descarta la paternidad empAtica y nutriente Como una posibilidad. Muchos hospitales no permiten que los padres permanezcan en las habitaciones con sus hijos durante la noche, pero si permiten a la madre. Los horarios son poco flexibles excluyendo asf la participaciOn del padre. Se ofrecen licencias por maternidad y no por paternidad, (aunquealgunos pafses de Europa tienen esta práctica). Los pediatras y otros especialistas en nifios con frecuencia ignoran y no promueven la participaciem del padre en el cuidado pre-natal y del

Ferholt & Gurwitt (1982) encontraron que muchas agencias e instituciones exclu fan al padre en la prestacion de sus servicios por diversas razones:

1. Limitación programatica' y administrativa,

2. estereotipos y prejuicios sobre la paternidad y machismo,

3. lagunas teelricas y filosesficas y

4. problemas contratransferenciales de parte de los proveedores de servicios.

Ahora bien, si se adopta una visiOn sistemática de la salud, la inclusiOn y participaciOn del padre es una necesidad imperativa. La conducta disfuncional del nifio es el resultado directo de una interacciOn conflictiva del sistema familiar en donde ambos padres juegan un papel importante. En adiciOn, los servicios de salud deben ser de carácter preventivo más que remediativos. Dichos servicios deben tener como objetivos centrales el erecimiento personal y el cambio (Al bee, 1980).

Para poder ofrecer unos servicios de salud mental de carácter preventivo utilizando a los nifios como grupo en riesgo.,..es recomendable incorporar las

28

BIBLIOGRAFIA

Albee, G.W. A competency model must replace the defect model. En B. Lynne, J.C. & Rosen, Competence and Coping During Adulthood. New Hampshire: University Press of New England, 1980.

Bandura, A. & Walters, R. H. Social Learning and Personality Development New York: Holt, Rinehart, Winston, 1963.

Benedek, T. Fatherhood and Providing. En E. J. Anthony and T. Benedek (Eds.), Parenthood, Its Psychology and Psychopathology. Boston: Little, Brown, 1970.

Bonfenbrenner, U. Freudian theories of identification and their derivatives.Child Development, 1960, 31, 15-40.

Bonfenbrenner, U. Parson's theory of identification. En M. Black (Ed.) The Social Theories of Talcott Parsons. Englewood Cliffs, N.J.: Prentice Hall, 1961.

Burton, F.D. The Integration of Biology and Behavior in the Socialization of Macara Sylvana of Gibraltar. En F. E. Poirier (Ed.), Primate Socialization New York; Random House, 1972.

Canino, G. & Rodriguez, Santiago J. La Familia: Salud, Prevención y Rehabilitación, Manuscrito, 1980.

Danish, J.S. & D'Augelli, A.R. Promoting Competence and Coping in Adolescents and Young Adults. En B. Lynne, J.C. & Rosen, Competence and Coping During Adulthood. New Hampshire: University Press of New England, 1980.

Erikson, E. H. Childhood and Society. New York: W. W. Norton & Company, Inc., 1950.

Esman, A.H. Fathers and Adolescent Sons. En S.H. Calh et. al., Father and Child, Developmental and Clinical Perspectives. Boston: Little, Brown & Company, 1982.

Ferholt, J.B. & Gurwitt. Involving Fathers in Treatment.

En S.H. Calh, et. al., Father and Child, Developmental and Clinical Perspectives. Boston: Little, Brown & Company, 1982.

Goldston, S.H..Defining Primary Prevention. En G. W. Albee & J. M. Joffe, Primary Prevention of Psychopathology. New Hampshire: University Press of New England, 1978.

Guttentag, M. The Prevention of Sexism. En G. W. Albee & J.M. Joffe, Primary Prevention of Psychopathology. . New Hampshire: University Press of New England, 1978.

Informe Social 1980. Junta de Planificación, Estado Libre Asociado de Puerto Rico.

Kesten berg, J. S. & et. al. The Development of Paternal Attitudes. En S. H. Calh, et. al., Father and Child Developmental and Clinical Perspectives. Boston: Little, Brown & Company, 1982.

30

Klein, M. The Early Development of the Conscience of the Child. Contributions to Psychoanalysis, 1933.

Lama, M.E. The Role of the Father in Child Development. New York: John Wiley & Sons, 1976.

Lynn, D.B. The Father: His Role in Child Development. California: Brooks/Cole Publishing Company, 1974.

Mahler, M.S. Problems of Identity. Journal of American Psychoanalytic Association, 1958, 6 131142.

Merloo, J.A. The Father Cuts the Cord. American Journal of Psychotherapy, 1956, 10, 471-480.

Minuchin, S. Families and Family Therapy. Cambridge: Howard Press, 1974.

Mischell, W. Sex Typing and Socialization. En P.H. Mussen (Ed.), Carmichael's Manual of Child Psychology (3rd. ed.) Vol. 2 New York: Wiley, 1970.

Mowrer, 0. H. Identifiation: A link between learning theory and psychotherapy. En Learning Theory and Personality Dynamics. New York: Ronald, 1950.

Parsons, T. Social Structure and the Development of Personality: Freud's contribution to the integration of psychology and sociology. Psychiatry, 1958, 21 321-340.

Parson, T. & Boles, R. F. Family, Socialization and Interaction Process .Glencol, Ill: Free Press, 1955.

Rogers, C. On Becoming a Person. Boston: Houghton Mifflin, 1961.

Rutherford, E.E. & Mussen, P. H. Generosity in Nursery school boys. Child Development, 1968, 39 775-765.

Satir, V. & et. al. Peoplemaking. Palo Alto; California: Science and Behavior Books, Inc. 1972.

Winnicott, D.W. Mother and Child. New York: Basic Books, 1960.

31

BASES NEUROPSICOLOGICAS DEL AUTISMO INFANTIL TEMPRANO Jorge A. Herrera, Ph. D.

El austimo infantil temprano representa uno de los retos de todos los tiempos para la psicologfa, la medicina y la educación especial. Constituye una condicien relativamente poco frecuente, pero con efectos devastadores para quien lo padece y sus familias (cf. Park, 1979). Como concepto viene siendo manejado desde hace aproximadamente cuarenta ahos, y la literatura lo ha descrito de formas diversas y a veces contradictorias.

Fue el psiquiatra suizo Eugene Bleuler a quien se le atribuyó el origen del termino. En 1906, Bleuler describie), dentro del cuadro de "esquizofrenia", vocablo también introducido por el, o "dementia praecox", como era Ilamada entonces, una condición de auto-centrismo y pobreza en el desarrollo del ego, la cual describió como "autista". Es interesante notar que Bleuler utilize) el termino de forma descriptiva, es decir, como un adjetivo, y no como sustantivo (Ritvo, 1976).

El psiquiatra norteamericano Leo Kanner aplicei el termino por primera vez a un grupo de ni hos quienes presentaban una incapacidad severa para relacionarse con los dernas, desde etapas muy tempranas (Kanner, 1943). En su articulo inicial, Kanner indicó que estos ni hos sufrian "perturbaciones autisticas en el contacto afectivo", siguiendo el uso descriptivo del término, tal y como lo utilizó Bleuler.

Es importante notar que, a raiz del descubrimiento de Kanner, cobre• un auge desmesurado en los Estados Unidos la conceptualización psicoanalitica de la personalidad y la psicopatologfa. Esto se debid, en parte, a la emigración desde la Europa germano-parlante de eminentes discipulos de Freud, quienes hu fan de la presecucion Nazi. Debe ahadirse, además que los autores "neo-freudianos" hicieron hincapié en los procesos del ego, dándole a éstos un papel mucho más importante que el que les habia otorgado eJ mismo Freud.

Dentro del contexto psicoanalftico, particularmente el "neo-freudismo", la psicosis, en general, y la esquizofrenia, en particular, fueron vistas como la inundación del ego por parte de los traumas y contenidos bizarros del inconsciente. Algunos "neo-freudianos", especialmente Ana Freud (1965) y Erick Erikson (1963) describieron los cuadros de psicosis presentados por los ni-?los con un fracaso en el desarrollo del ego. Erikson describe en detal le el caso de una nifla cuya sintomatologfa fue ubicada dentro de un cuadro de esquizofrenia infantil, cuyos procesos de relación con la realidad eran inadecuados para Ilenar las exigencias de su medio.

File el psicoanalista e investigador británico John Bowlby, quien en sus estudios sobre el desarrollo del apego (1968) y los efectos nocivos de la separaciem (1973) de la madre y el niño en edad temprana, sentó las bases cientificas del estudio de las perturbaciones de este vfnculo, y su relación con cuadros psiceticos tempranos en el nilio. Las conceptualizaciones psicoanalfticas

32

hallaron su mejor expresión en relación al cuadro de autismo infantil temprano, tal y como lo describiera Kanner, en el trabajo cte Bruno Bethleheim (1967). Para Bethleheim, el niño autista habla quedado encerrado en una "fortaleza vacia" debido a experiencias traumáticas tempranas, particularmente en la relación con su mama. Se rodeaba de mecanismos de defensa primitivos e ineficientes, los cuales protegian su débil y frágil ego. Bethleheim explicó de esta forma la conducta ritualista del nifio autista, su distancia afectiva de los demás y la evitación del contacto visual. Las ideas de Bethleheim han sido severamente criticadas por la culpa que atribuyen a los padres (Cohen & Caparulo, 1975).

0. Ivar Lovaas (cf. Lovaas & Newson, 1976) obtuvo un éxito extraordinario en el tratamiento de un grupo 'tie niños autistas, utilizando técnicas de condicionamiento operante. A partir del trabajo de Lovaas, el uso de la modificaciOn de conducta se convirtió en el tratamiento más frecuente con niños autistas. El conductismo de la época se adhiriO fuertemente a la noción de que la explicación de las causas de la conducta, más allá de sus contingencias, no era de la incumbencia de la psicologia. Asino parece haber una "explicación conductista" de la naturaleza del autismo infantil temprano. La literatura reporta, más bien, móltiples estudios de caso, donde se aumenta la tasa de conductas adaptivas y se disminuye la tasa de conductas inapropiadas. (cf. Ashem & Poser, 1973).

U no de los col aterales positivos del uso de la modificación de conducta en el autismo infantil temprano es el hecho de que los padres pueden participar en el proceso terapetitico. El articulo de Shreibman y Koegel (1975) es un ejemplo representativo de este enfoque. Estos autores minimizan la importancia de las explicaciones tedricas de la naturaleza y causas de la condición y ofrecen a los padres una serie de pasos concretos que pueden seguir en su papel de terapeu-tas. Dentro de los "cinco pasos esenciales" que Shreibman y Koegel enuncian, estS, en primer lugar, la identificación de una "conducta meta". Advierten en es-te sentido, que se deben evitar las metas globales y aconsejan que se establezcan metas sencillas, que el nino pueda lograr con facilidad. Un segundo paso es la presentación de instrucciones simples y sencillas, tratando de captar la atención del niño, y a la vez, en momentos en que no se estén presentando conductas perturbadoras. El tercer paso, sugerido por Shreibman y Koegel es el apoyar respuestas correctas que se aproximen a la deseada. Como cuarto paso sugieren el encadenamiento y el moldeamiento de la conducta, y , por ültimo, el ofrecer consecuencias eficaces.

Shreibman y Koegel (1975) dan, adernás, un perfil de los padres que tienen éxito como terapistas. Los describen como aquellos a quienes les importa mucho tener éxito, mostrindose felices cuando los nirios mejoran y frustrados cuando no. Perciben, además a los niños, no como "enfermos", sino que se preocupan por aumentar las conductas normales. Muestran, por ültimo, la voluntad de hacer un mayor esfuerzo personal para ayudar a sus hijos, en vez ce confiar exclusivamente en la asistencia profesional.

En la actualidad, coexisten dos vertientes interesantes en relación al autismo

33

infantil temprano. En términos de su etiologfa, existe una fuerte tendencia a hacer mayor hincapié sobre factores de tipo organico. Por otro lado, existe un auge en el enfoque educativo en el tratamiento de la condici6n.

Ritvo (1976) ejemplifica clarAmente la conceptualización organica de las cau-sas del autismo. Utilizando el término como sustantivo, en vez de adjetivo, Ritvo clarifica, que, dentro del modelo actual, se presenta la hipótesis de que "una dis-función del sistema nervioso central existia en todos los pacientes y causaba un desarrollo desviado y sintomatologia especifica (p. 5)." Ritvo indica, en la misma obra, que las perturbaciones de personalidad que presenta el nirio autista son secundarias a la disfunción neurolOgica. Esta, continua Ritvo, presenta dos caracteristicas importantes. En primer lugar, debe ser sutil, ya que escapa frecuentemente los exámenes neurologicos de rutina. Segundo, parece que guarda relación con los circuitos de regulacion o modulación del sistema nervioso central.

Una serie de investigaciones Ilevadas a cabo por Ornitz (1969,1970,1974) y por Ornitz y Ritvo (1968 a, 1968 b), han arrojado alguna luz sobre la naturaleza neurologica de los sintomas presentados por los nifios autistas. Estos parecen tener que ver con areas del cerebro que:

...actuan como filtros para modular la entrada (input) perceptual, mantener la regulacion homeostatica de las funciones sensoriales y motoras, y coordinar la responsividad de otras partes del sistema nervioso. Las mejores conocidas de estas areas son el sistema reticular activador y el sistema vestibular (Ritvo, 1976,

P. 5).

Ritvo (1976) concluye, reafirmando su postura de la manera siguiente:

Basado en esta evidencia, y en las investigaciones de muchos otros, creo que podemos decir con certeza que el autismo . es una enfermedad fisica del cerebro. Ya sea conocido el agente estiologico especifico que se asocia con el "autismo" — como se puede demostrar en ciertos casos de PKU o el sindrome de rubeola de SNC — o sea desconocido, estos pacientes comparten un pro-ceso neuropatofisiológico que interfiere con el desarrollo y la modulación o integración de informaciOn sensorial (in-put) dentro del cerebro. Estas pertur-baciones, entonces, Ilevan a otros sIntornas tipicos del trastorno - perturbaciones de la motilidad, perturbaciones del lenguaje y perturbaciones de la personalidad espresadas por psicosis e incapacidad de relacionarse con los dernas (p. 6).

Maukhin e lsaer (1975) Ilevaron a cabo un estudio exhaustivo de una muestra de nitios autistas en la Union Soviética. Reportaron que la presencia de signos f Isicos que sugieren una "disgenesis cerebral subyacente" fue alta. Diferencian el grupo de nitios autistas de un grupo. de nifios esquizofrenicos en relación a la presencia de atrasos o peculiaridades en el desarrollo de la inteligencia, respuesta a estimulos externos y defectos motores en los primeros. Mauhkin e lsaer concluyen, en base a sus estudios de caso, que los niños autistas.que describieron padecen una deficiencia organica del funcionamiento cerebral, determinada Congenitamente o en el periodo post-natal temprano.

34

Ornitz y Ritvo (1976) han descrito cuidadosamente las dimensiones clinicas del sindrome del autismo infantil temprano. En primer lugar, establecen que la edad de comienzo de la condición es probablemente el momento del nacimiento. Indican que, en este sentido, hay dos cuadros tipicos. Por un lado, la madre puede notar, poco después del nacimiento, que el nifio se comporta de manera "extrafia", aunque se le haga dificil especificar la causa. Se presentan dos cua-dros. Uno con falta de respuesta a la estimulación, y otro de intensa irritabilidad y excesiva reactividad a cualquier forma de estimulaciOn. El otro cuadro tipico es el reportar un desarrollo relativamente normal aproximadamente durante el primer afio y medio o inclusive hasta los dos afios. A partir de ahi; se comienzan a reportar los sintomas. En cuanto a pronostico se refiere, Ornitz y Ritvo comentan que cuando los sintomas se reportan después, el pronóstico puede ser algo mejor, ya que es comón reconocer los sintomas en formas más leves de la enfermedad.

Ornitz y Ritvo (1976) describen cinco tipos de sintomas conductuales en el autismo. Estos incluyen: perturbaciones de la percepción, el desarrollo, la relación, el habla y el lenguaje, y la motilidad.

Las perturbaciones de la percepción de los nifios autistas fluct6an entre la hipo-reactividad y la hiper-actividad frente a los estimulos. En la fase de hipo-reactividad, el niño autista ignora el estimulo, a veces por completo y puede dejar de preseritar, inclusive hasta reflejos caracteristicos frente a estimulos fuertes. En la fase de hiper-reactividad, no solamente reacciona de forma exagerada a los estimulos, si no que se buscan activamente, mostrando aumentos en la consciencia de la presencia del estimulo, como en la sensibilidad hacia el mismo. Ornitz y Ritvo (1976) indican, además, que los niños autistas parecen mostrar una preferencia por los "receptores próximos" (tacto, olfato y gusto) en vez de los "distales" (visiOn y audición). Sus procesos de percepcion visual no parecen ser muy eficientes y dependen mucho más que los demás de la retroalimentación motora para decodificar la informacióri.

En relación a las perturbaciones del desarrollo, Ornitz y Ritvo (1976) reportan que el nifio autista presenta una alteración en el orden o secuencia de presentacion de las pautas evolutivas. Sefialan, además, la presencia caracte-ristica de "secuencias de rápidos surgimientos y mesetas", asi como de "habilidades (destrezas) especiales" en ciertos nifios autistas, quienes presentan un marcado retardo en otras areas.

Dentro de las perturbaciones de relación que indican Ornitz y Ritvo (1976) se encuentran: pobreza o desviación del contacto visual, atraso o ausencia de la sonrisa social y de la respuesta anticipatoria al ser cargado, aversicin aparente al contacto ffsico, tendencia a reaccionar solamente a una perte de la otra persona, falta de interés en jugar con otros y exacerbación de la ansiedad frente a los extrarios. Estos autores indican que la literatura apoya la noción de que las perturbaciones de relación son fundamentalmente, si no secundarias a las perturbaciones de la percepción.

Dos tipos de perturbaciones del habla y del lenguaje son frecuentes en los

35

niños autistas, segOn Ornitz y Ritvo/1976). Por un lado, puede haber un retraso total o mutismo y por otro, una "fijación" en el curso normal del desarrollo. La ecologla y el uso inadecuado de pronombres es frecuentes.

Ornitz y Ritvo (1976) indican que la apariencia, a veces bizarra y extrafia, de los niños autistas, se debe a sus manerismos y patrones motores peculiares. Abundan los movimientos complejos estereotipados, aunque estos no aparentan ser involuntarios. Es decir, no parecen ser del tipo asociado con las convulsiones. Abundan los movimientos de las manos frente a los ojos, caminar sobre la punta de los pies, mecerse y agitar y golpearse la cabeza. Estos patrones motores pueden presentarse de forma continua o intermitentemente.

Si la etiologia del autismo infantil temprano es de origen neuropatofisiologico, tal y eomo sugieren los autores arriba mencionados, se hace sumamente importante poder realizar un diagnostico diferencial adecuado entre este y las dem& formas de psicosis infantiles y otros tipo de manifestaciones de patologia cerebral.

Algunos autores establecen una diferencia entre el autismo infantil temprano y otros cuadros de psicosis infantiles en relación a la edad de presentación (cf. Josephson & Porter, 1979). El autismo infantil temprano cae dentro de las psicosis de comienzo temprano, siendo la edad de 30 meses, el nivel generalmente establecido como crucial (Schwartz & Johnson, 1981).0tros autores distinguen el autismo de otras formas de psicosis infantiles a base de diferencias en el curso de la condición. Rimland (1964; 1971), por ejemplo, seriala diferencias entre el lenguaje del autista y del esquizofrenico y anota, adernás que los niños autistas no Ilegan , por lo general, a ser esquizofrenicos adultos. Senala también que el autismo está presente en el mornento del nacimiento, o poco después, mientras que ía esquizofrenia infanta se presenta generalmente después de tin periodo de desarrollo normal del ego.

El Manual de Diagnóstico y Estadistica (DSM III) de la Asociación Americana de Psiquiatria (APA, 1980) ubica el autismo infantil temprano dentro de la categoria de trastornos del desarrollo, diferenciando aquellos que son especificos de los que son generalizados. El autismo cae dentro del segundo tipo. El DSM III presenta seis criterios para el diagnostico de esta condición: 1) comienzo antes de los 30 meses de edad, 2) falta generalizada de responsividad frente a las dernás personas (autismo),3) deficits gruesos en el desarrollo del lenguaje, 4) patrones peculiares de habla, si esta está presente, 5) respuestas bizarras a diversos aspectos del entorno y 6) ausencia de delirios, alucinaciones, asociaciones disparatadas e incoherentes, tal y como se evidencian en la esquizofrenia.

REFERENCIAS:

American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders. 3rd. Ed. Washington: APA, 1980.

Ashem, B.A. y Posey, E.G. Adaptative Learning: Behavior Modification with Children. N.Y.: Pergamon Press, 1975.

2A

Bethleheim, B. The Empty Fortress. N.Y.: Free Press, 1967.

Bowlby, J. Separation N.Y.: Basic Books, 1973.

Bowlby, J. Attachment N.Y.: Basic Books, 1968.

Cohen, D.J. y Caparulo, B. "Childhood Autism". Children Today, July/August 1975. Reprinted in Readings in Autism, Guilford, Connecticut: Special Learning Corporation, 1978.

Erikson, E.H. Childhood and Society N.Y.: W.W. Norton, 1963.

Freud, A. Normality and Pathology in Childhood: Assessments of Development. N.Y.: International Universities Press, 1965.

Josephson, M.M. y Porter, R.T. Clinicians Handbook of Childhood Psychopathology. N.Y.: Jason Aronson, 1979.

Kanner, L. "Autistic Disturbances of Affective Contact" Nervous Child, 1943,2, 217-250.

Lovaas, 0.1. y Newson, C.D. "Behavior Modification with Psychotic Children". In H. Leitenberg (Ed.) Handbook of Behavior Modification and Behavior Therapy, N.Y.: Appleton - Century - Crofts, 1976.

Mauksin, S.S. e lsaer, D.N."On the'Organic Nature of Some Forms of Schizoid or Autistic Psychopathy. "Journal of Autism and Childhood Schizophrenia, 1975, 5 2. Reprinted in Readings in Autism, Guilford, Connecticut: Special Learning Corporation, 1978.

Ornitz, E.M. "The modulation of sensory input and motor output in autistic children". Journal of Autism and Childhood Schizophrenia, 1974, 4, 197-214.

Ornitz, E.M. "Vestibular disfunction in schizophrenia and childhood autism".Comprehensive Psychiatry, 1970, 11 159-73.

Ornitz, E.M. "The disorders of Perception common to early infantile autism and schizophenia". Comprehensive Psychiatry, 1969, 10, 259-75.

Ornitz, E.M. y Ritvo, E.R. "Medical Assessment. In E.M. Ornitz y E.R. Ritvo (Eds.) Autism, N.Y.: Spectrum Publishing. Reprinted in Readings in Autism, Guilford, Connecticut: Special Learning Corporation, 1978.

Ornitz, E.M. y Ritvo, E.R. "Perceptual Inconstancy in Early Childhood Autism". Archives of General Psychiatry, 1968(a), 17, 76-98.

Ornitz, E.M. y Ritvo, E.R. "Neu rophysiologic mechanisms underlying perceptual inconstancy in autistic and schizophrenic children". Archives of General Psychiatry, 1968 (b), 19, 22-27.

Rimland, B. "The differentiation of childhood psychoses: an analysis of check lists for 2,218 psychotic children" Journal of Autism and Childhood Schizophre-nia, 1971, 1, 161-74.

Rimland, B. Infantile autism: The syndrome and its implications for a neural theory of behavior. N.Y.: Appleton-Century - Cofts, 1964.

37

Ritvo, E.R. Autism: from adjective to noun, N.Y.: Spectrum Publishing 1976.

Shreibman, L. y Koegel, R.L. "Autism: a defeatable horror". Psychology Today". march, 1975. Reprinted in Readings in autism, Guilford, Connecticut: Special Learning Corporation, 1978.

Scwartz, S. y Johnson, J.H. Psychcipathology of childhood: a clinical experimental approach. N.Y.: Pergamon Press, 1981.

PATRONES WAGNOSTICOS DEL SINDROME DE MALTRATO FISICO EN EL PUERTORRIQUENO EN FUNCION DE LA DISTORCION

DE LA IMAGEN CORPORAL

Aracely Beatriz Llanos Pitiera, Ph. D., (Abstract)

Tesis Doctoral Centro Caribelio de Estudios Postgraduados

RESUMEN:

Se estudió un modo de subsanar la dificultad para el diagnostico del sindrome de maltrato corporal en el nifio puertorriquefio de nueve a doce afios de edad. La posibilidad del diagnostico fué investigada a través de la medida de la distorsión de la imagen corporal del nifio abusado. Se parti6 del planteamiento de que el castigo corporal abusivo es capáz de dafiar la percepción que el nifio ha adquirido de su cuerpo como estructura y función. La literatura fué revisada para auscultar la evidencia en torno a la distorsiOn de la imagen corporal en fund& del castigo ffsico. Este estudio obedeci6 a la carencia de evidencia con respecto a este punto.

La medición de la distorsión de la imagen corporal estuvo a cargo de tres pruebas proyectivas: el Dibujo de la Figura Humana (DAP, Koppitz 1968); el Dibujo de la Familia (DAF, Koppitz, 1968); el Sistema de Puntuaciones de respuestas de Barrera en el Rorschach (Fisher y Cleveland, 1958) y del Cuestionario de Distorsión del Cuerpo (BDQ Fisher, 1970). Los instru-mentos fueron aplicados a una muestra de 44 nifios.

Se obtuvieron unos hallazgos principales en base a dos anSlisis de varianza, disefio factorial 2 x 4 x 2. En ninguno de los análisis fué posible rechazar las hipOtesis de diferencias en función del sexo (variable S), las pruebas (P), el sexo las pruebas (S x P) y la triple interacci6n entre sexo, las pruebas y el maltrato (S x PxM). Dado que se encontr6 significacion en la interacción del maltrato y las pruebas (PxM) se procedió a equiparar los métodos de codificación de las cuatro pruebas, invirtiendo matemáticamente la escala de respuestas de Barrera. En el segundo análisis de varianza, se note) la eliminación de la interacción entre las variables prueba y maltrato (PxM). Se pudo conclufr que dicha interacción fué artificiosa pues respondió a que el Sistema de Puntuación de Respuestas de Barrera estaba midiendo en la dirección contraria a la del resto de las tres pruebas.

El estudio sugiere que el problema ético y de diagnostico del maltrato ffsico de menores, que confronta el psicologo, puede rebasarse a la I uz del constructo de la imagen del cuerpo. El castigo corporal abusivo es capaz de distorsionar la imagen corporal del niño y este deo puede medirse a través de instrumentos confiables, válidos y objetivos. Teóricamente, el abuso corporal distorsiona la imagen del cuerpo del mismo modo que lo hacen las enfermedades severas y terminales; las cirugfas, particularmente las- amputaciones y las cicatrices y defectos por efecto de quemaduras serias y otras anomalfas.

39

HIPNOTERAPIA Las Contribuciones de Erickson, Bandler y Grinder

Angela Masini, Ph. D.

Ponencia ofrecida por la Dra. Angela Masini en el Primer Congreso Puertorri-quetio de Psicologia y Salud Mental: El Quehacer Psicologico: Experiencias y Perspectivas — marzo de 1984.

Pocas areas dentro de la psicologia han estado rodeadas de la controversia que ha caracterizada a la hipnosis. Comenzó como una ciencia oculta; fué precedida por una imagen de charlataneria; se afincó en la medicina con el trabajo de Janet, Charcot y Freud, siendo luego objeto de desencanto de este ültimo al decidir que no era el camino real al inconsciente; y es hoy en dia considerada un quehacer legitimo tanto en la práctica clInica como en la investigación. Aunque at.in hay muchas preguntas sobre el proceso de la hipnosis para las cuales no hay respuesta, por lo menos ya se ha empezado a formular una serie de leyes y de propiedades. Setiala Weitzenhoffer (1957), que al sistematizar estas propiedaes y asi entender más racionalmente lo que ocurre durante la hipnosis, podemos hablar de un proceso cientifico, o por lo menos de un proceso que se presta a la investigación cientifica. Sin embargo, aón tenemos que ver a la hipnoterapia como un arte. Es asi porque el éxito de las técnicas hip-nOticas, por rns que se logren sistematizarlas, va a depender en gran medida del hipnotizador. Sus destrezas, se ha comprobado, deben incluir, ademas de conocimientos básicos, perspicacia, flexibilidad, originalidad y un alto grado de habilidad para establecer "rapport" con sus pacientes.

Estas destrezas son precisamente las que se yen demostradas en la persona de Milton Erickson. A pesar de sus obvias limitaciones fisicas o tal vez en respuestas a esas limitaciones: dislexia, daltonismo, deficiencias visuales y auditivas, artritis y parálisis de las piernas resultantes de 2 episodios de polio—se le puede consi-derar un genio en el campo de la hipnoterapia. A diferencia de muchos hipnotistas que recurren a la sugestión directa ("vas a caer en un trance profun-do"), Erickson preferia formas indirectas de sugestion y lo que él Ilamaba el en-foque de utilización.Asi lo Ilamaba porque en ese enfoque se utilizaban las aso-ciaciones y memorias, el potencial, y hasta la resistencia del cliente para ayudarlo a lograr sus propios fines.

Rossi, discipulo de Erickson nos da una descripción de utilización (Erickson & Rossi, 1976).

Estrategia de Utilización

Se comienza por evaluar cuidadosamente el historial del paciente, para asi poder usar conceptos que encajen en su marco de referencia.

Se sigue por un proceso de focalización indirecta a través del uso de asociaciones donde se van intercalando los conceptos de consciente y de in-consciente. Con esto se sientan las bases para luego poner al paciente donde tenga que responder ya sea con su consciente o su inconsciente. Las expectativas

40

del paciente se alzan al pedirle que se prepare para una pregunta que inicia una bilsqueda interior para procesos inconscientes que van a conducir a una respuesta ideomotora o ideosensorial. Hay en todo esto un énfasis en el placer de aprender y una continua utilización de areas de interés de parte del paciente.

El dilema consciente — inconsciente se estructura de modo que cualquier respuesta que haga el paciente se utliza para facilitar el trance hipnótico. Una vez se obtenga la primera respuesta ideomotora, ésta se generaliza a una inducción de trance que envuelve una directiva implicita, como por ejemplo:

"al levantarse tu mano, notaras que tus ojos se quieren cerrar y caeras en un trance profundo".

Cabe sefialar que para que esta estrategia que Rossi describe sea efectiva, tiene que existir "rapport" entre el terapista y el paciente. "Rapport" y utilización marchan a la par en la inducciem del trance: el "rapport" es imprescindible al comenzar el proceso y a su vez, se sigue estableciendo a medida que el terapista utiliza los intereses del paciente en sus instrucciones. Pero, Kcimo definir "rapport" en términos Ericksonianos? Un problema al estudiar a Erickson es que él nunca describió claramente cómo establecia "rapport" con sus pacientes. De hecho, las dificultades de Erickson en sistematizar sus estrategias eran fuente de frustración para sus estudiantes. Relata Andreas (1980), que al visitar a Erickson en Fénix, lo observe) trabajando con sus pacientes y obteniendo resultados increibles, aim cuando utilizaba técnicas completamente opuestas para el mismo tipo de problema. Al preguntarle los criterios que empleaba en su terapia, la respuesta fué: "confia en tu inconsciente". Si, dice Andreas, muy buen aviso si se tiene la mente de Erickson — pero si nO,Iqué hacer?.

Como si en respuesta a ese dilema, John Grinder y Richard Bandler (1980) aplican sus conocimientos neurolingOisticos a observar, sistematizar y describir detalladamente el trabajo de Erickson. Su libro "The Patterns of the Hypnotic Realities" of Milton Erickson, M.D., (1982) recoge sus observaciones y ofrece explicaciones precisas de un nómero de patrones empleados por Erickson. Y, precisamente, un grupo de patrones a los que les dan gran importancia es a los que constituyen la técnica de establecer "rapport".

Grinder y Bandler definen "rapport" como un proceso donde el terapista lo usa como un mecanismo de retroinformación al tratar de parear los procesos que observa en el paciente. No todos los procesos son pareados, ya que ésto podria ocasionar distracciones en el cliente, pero si aquel los procesos más sutiles, tales como el ritmo de la respiraciOn, el tempo de la voz, la postura, y los movimientos de los ojos. Un aspecto relacionado es el de describirle estos procesos al paciente, como por ejemplo, decirle "y al respirar podrás notar la temperatura de tus manos, los sonidos en la habitación, y el movimiento de tu cuerpo". Aqui se ve como el "rapport" y la utilización en uno, ya que se van utilizando los procesos del paciente al darle retroinformación.

El terapista, al describirle estos procesos al paciente ayuda a profundizar el trance ya que el paciente puede verificar que lo que dice el terapista es cierto.

41

Un ejemplo de mi practica clinica podra servir para aclarat los puntos expuestos: Juan (asi lo Ilamaremos) es Lin hombre de 36 ahos, alto y corpulento. Su apariencia fisica es significativa ya que la usaba para intimidar a otros, lo cual hada frecuentemente, especialmente bajo la influencia del alcohol u otras drogas. Divorciado hada unos ahos de su segunda esposa, Ilevaba alrededor de 10 meses conviviendo con una mujer varios ahos menor que él. Vino a terapia porque a pesar del afecto que profesaba sentir hacia sO'compañera, abusaba de ella tan a menudo que temia que ella estuviera pr6xima a dejarlo. También insultaba a sus compaheros de trabajo de tat forma que ya contaba con escasos o con ningtin amigo. Juan habia estado en psicoterápia por varios afios antes de iniciar este nuevo intento. Expres6 que a través de su terapia anterior habia logrado adquirir un autoconocimiento profundo. Entendia por ejemplo, que la fuente de su rabia yada en el maltrato y rechazo de que él fué victima cuando pequetio. Ahadió que no obstante este mayor entendimiento, no hal:4a tenido éxito cambiando su comportamiento agresivo.

Juan exhibia una manera agitada de comportarse: hablar rápido, muchos movimientos de lbs brazos, manos y cabeza; respirar poco profundo. Pareando sutilmente estos rasgos se estableci6 el "rapport" inicial; luego se gui6 al paciente, mediante modelaje sutil, a reducir sus movimientos, aun hablar más lento, yaun respirar más profundo. Despu és se utilizó material de su historial al sugerir asociaciones encaminadas a disociar el consciente y el inconsciente.

Por ejemplo:

"Y aunque tu consciente te ha ayudado a desarrollar unos patrones de conducta que te hacen sentir fuerte y en control, tu inconsciente sabe que la verdadera fortaleza es interna".

Se repite ese tema a través de varias sugerencias, elaborando la idea de que la verdadera fortaleza interna tiene que ver más con opciones tales como estar en control, y no con despliegues impulsivos. Luego se crea la expectativa de cambio con sugerencias como la de:

"Tti y yo sabemos que tu inconsciente, si se lo permites, va a ayudarteenorme-mente, sugiriendote formas para que destubras tu fortaleza interna".

La idea del placer de descubrir algo nuevo se incorporaba a las sugerencias:

"y sentirás gran satisfacción al saber lo que es ser fuerte de una manera más real de la que hasta ahora te ha sido posible".

Se utilizaron las manifestaciones ideomotoras de Juan para profundizar el trance, y al lograrse esto, se brego con la queja principal con Juan bajo hipnosis.

En sesiones subsiguientes se utilizO bisicamente el misrho proceso de inducción pero una vez Juan entraba en trance, se introdujeron una serie de variaciones basadas en las técnicas neurolingilisticas de Grinder y Bandler. Estas iban encaminadas a enfocar la agresividad de Juan desde varios Sngulos.

La técnica de re-enmarcar se emple6 para facilitar que el inconsciente de Juan le ofreciera a su consciente otros medios más constructivos de obtener lo que

42

hasta le fecha habfa obtenido mediante la agresión: respeto de otros y autoesti ma.

La técnica de cambio de historia se us6 para regresar a Juan a edades tempranas y, de nuevo, facilitar la adquisicion de estrategias mds constructivas.

La técnica de inducir y utilizar imágenes se us6 al ayudar a Juan a visualizar situaciones donde se viera fuerte y en control.

Los resultados se vieron luego de la primera sesión y se mantuvieron durante el transcurso de la terapia. Juan dejó de abusar de su compatiera asf como de sus comparieros de trabajo. Al mismo tiempo, encontr6 formas de utilizar su agresiOn de manera más constructiva. Las estrategias utilizadas en este caso y los resultados obtenidos no son 6nicos. La falta de tiempo impide traer más ejemplos. Tanto en el caso de Juan comp en otros, las técnicas mencionadas se usan de una manera integrada. Todas, utilizando los procesos del paciente, van encaminadas a ayudarlo a liberarse de hábitos que lo limitan severamente y a darle nuevas opciones.

Aunque no serfa prudente generalizar en base a lo presentado, creo que el material por lo menos sugiere lo siguiente:

1. que el enfoque de hipnoterapia es tan solo eso — un enfoque — un grupo de estrategias que ayudan al cliente a focalizar su atención y asf hacer contacto con otros aspectos de su ser.

2. que al usar la estrategia de utilizaciOn, se manipula al cliente (y en toda terapia hay un elemento de manipulaciOn) es para ayudarlo a desarrollar un mayor n6mero de alternativas todas las cuales son, producciones de él.

REFERENCIAS:

Bandler, R., y Grinder, J. (1982) Patterns of the Hypnotic Realities of Milton Erickson, M.D., (Vol. I) California, Meta Publications.

Erickson, M.H. y Rossi, E. L. (1976). Hypnotic realities. N.Y. Irvington Publishers.

Grinder, J. y Bandler, R. (1980) Trance-formation. Utah, Real People Press.

Weitzenhoffer, A.M. (1957) General Techniques of Hypnotism N.Y. Grune and Statton.

43

SATISFACCION DE VIDA DE ENVEJECIENTES PUERTORRIQUENOS INSTITUCIONALIZADOS Y NO INSTITUCIONALIZADOS

Y LA RELACION DE LA FAMILIA

Alba Nydia Rivera, Ph. D. Pura Quesada, Ph. D.

La familia puertorriquefia ha sentido el impacto de los cambios econOmicos y sociales que la sociedad ha experimentado en su totalidad. Uno de los cambios más significativos ha sido el hecho de que la familia ha pasado de una extendida a una nuclear. Los abuelos constituyen cada vez menos, una parte integral de la familia. Por otra parte, las tareas adicionales que se han sumado a la familia, como por ejemplo, el trabajo de la mujer fuera del hogar, hacen cada vez más dificil que esta asuma las responsabilidades dei cuidado del envejeciente necesitado.

A pesar de tales cambios, nuestra sociedad no provee para el entendimiento del ser humano envejeciente ni para que éste pueda continuar una vida satisfactoria sin que se perciba como una carga para la familia o para la sociedad.

El tema de los envejecientes es sumamente importante para la familia puertorriqueria, ya que la población envejeciente va en aumento.

En Puerto Rico, igual que en Estados Unidos, el segmento de la población mayor de 65 afios, ha au mentado más rápidamente que el resto de la población. La expectativa de vida para un recién nacido, se ha duplicado en este siglo, aumentando desde 32 años en el 1900 hasta 74.5 afios en el 1980. (Avanzada del Censo Poblacional de Puerto Rico, 1980).

En este corto periodo de tiempo la poblaciOn total de envejecientes ha aumentado en cerca de un 18.4%, comparado con el crecimiento de atios anteriores. Tomando como punto de partida este aumento poblacional, se ha estimado que para el afio 2,000, el 50% de la población será mayor de cuarenta arms. Esta población, esencialmente vieja, que vivirá más tiempo y demandará una vida mejor, nos retará en un futuro muy cercano. La presencia de tantos envejecientes es motivo de preocupaci6n para los gerontologos, los prestadores de servicios de salud y los demografos, que no saben si consideran ese au mento en la expectativa de vida como "el problema de los envejecientes", 6, "la conquista humana de las enfermedades degenerativas" (Butler, 1975).

Sin embargo, a pesar de que l tendencia poblacional se mueve hacia una población vieja, la investigación relacionada con esta áltima etapa de vida, ha sido muy escasa. Peor a6n, casi toda la investigaciOn realizada en el area, ha sido con el 5% de envejecientes institucionalizados. Los hallazgos de esta muestra poco representativa, han fomentado el enfoque negativo de la vejez, describiendo este periodo como una etapa de soledad, depresión y pérdidas.

Una de las areas en que se hace necesaria la investigación es en el area de la satisfacción de vida de los envejecientes; con el propOsito de conocer los factores responsables en el desarrollo de una mejor calidad de vida de este grupo

44

poblacional. Esta información podria utilizarse en el desarrollo de unas circunstancias generadoras de satisfacción de vida para la tercera edad.

Una de la variables independientes, que a nuestro juicio, guarda relaciOn con la mayor o menor satisfacciOn de vida de los envejecientes es su lugar de residencia. Se hipotetiza que el hecho de que un envejeciente viva o no institucionalizado es una variable importante en el disfrute de vida de este. En Puerto Rico existe adernás la modalidad de centros de cuidado diurno; lugar donde el envejeciente pasa parte del dfa con otros miembros de su grupo de iguales. Esta subcultura de envejecientes, a nuestro modo de ver, combina elementos de convivencia tanto de envejeciente con hogar propio, como del envejeciente institucionalizado, y por lo tanto genera otro nivel de la variable de satisfacción de vida.

Esta es la razón por la cual este estudio va dirigido a explorar el nivel de satisfacción de vida del envejeciente puertorriquefio en las tres modalidades de viviendas antes mencionadas: instituciones para envejecientes, el hogar del envejeciente y el centro de cuidado diurno como alternativa de vivienda.

Para ampiar estudios que hasta la fecha se habfan real izado mayormente con el 5% de envejecientes en instituciones y para presentar una imagen más real de nuestra población envejeciente en especial la puertorriquefia, disenamos el presente estudio. El mismo se dirige a la corroboración de las siguientes hipótesis generales:

Existe una correlación directa entre el tipo de residencia y la satisfacción de vida del envejeciente puertorriqueno.

Las variables de ingreso, movilidad, sentimientos hacia el ambiente y famil ia-res, actitud hacia el ambiente y estado de &limo segUn percibidos y procesadas cognoscitivamente por el envejeciente reflejan una relaciOn directa con su satisfacción de vida.

La libertad de.movimiento y la interacción con su grupo (sub-cultura) gene-ra mayor satisfacción de vida en el envejeciente puertorriqueno.

Para corroborar estas hip6tesis se disefi6 un estudio que conforma un 2 x 3 x 5 factorial. El cual como variables independientes atribuidas consideramos la ubicación residencial de los sujetos en las siguientes modalidades; (1) envejecientes residentes en una institución a intérvalos, (2) residentes en un hogar y asistiendo todo el dia a un centro de cuidado diurno (3) y aquellos que residen dentro de la comunidad sin recibir ningán servicio. En cinco regiones geograficas de Puerto Rico.

Para correlacionar las variables de ingreso, salud fisica, sentimientos hacia hijos y familiares y estado de gnimo con la variable satisfacciOn de vida incluimos en nuestro instrumento medidas al respecto.

La variable dependiente de satisfacción de vida se operacionalizó con la utilización de la Escala Revisada de Satisfacción de Vida de Neugarten, de Tobin and Havighurst, (1961) validada en un estudio anterior Factores

45

sociopsicológicos que afectan la satisfacción de vida de pescadores envejecientes en dos Areas geogrificas de Puerto Rico (Quesada, y Rivera 1981).

METODO

Sujetos:

Los sujetos escogidos para el presente estudio consistieron en 150 envejecientes cuyas edades iban .desde 60 a 90 afios o más. La muestra se subdividió en 68 (Ss) femeninos y 82 (Ss) masculinos. Se distribuyen por lugar de residencia, en envejecientes institucionalizados, no institucionalizados y re-sidentes en la comunidad. Los (Ss) escogidos al azar representan las regiones de San Juan, Arecibo, Mayaguez, Ponce y Humacao. Dicha division geografica es la utilizada por el Registro de Establecimientos para el Cuidado de Ancianos, fué preparado por la Comisi6n Puertorriquefia de Gericultura, en el 1980. Los pueblos representados se seleccionaron al azar obteniéndose la siguiente composición: por la regiOn de San Juan: Guaynabo y Rio Piedras; por Arecibo: Hatillo y Arecibo; por Humacao: Fajardo y Yabucoa: por Pbnce: Juana Diaz y Ponce y por Mayaguez: Cabo Rojo y Mayaguez.

Materiales:

Se disefió un cuestionario integral consistente de un total de 47 variables; con el propOsito de medir la percepciOn de los envejecientes con relaciOn a las variables de vivienda, ingresos, salud, escolaridad, sentimientos, hacia hijos y familiares funcionamiento mental, estado de Animo, aceptación y razón para estar en la institución. Ademds, se incluyeron otras variables demograficas (sexo, edad, estado civil, etc.). El propOsito de medir dichas variables es poder relacionarlas con el indice de satisfacción de vida. Para medir el criterio de satisfacciOn de vida se utilizó La Escala Revisada de SatisfacciOn de Vida de Neugarten, Tobin y Havighurst (1961) segün validada por Quesada y Rivera (1981).

Procedimiento:

Las investigaciones adiestraron a un grupo de estudiantes graduados para la aplicación de los cuestionarios y la escala a los envejecientes en sus respectivas residencias, Centros de Cuidado Diurno e Instituciones.

Los estudiantes procedieron a recopilar la informaciOn en el cuestionario preparado para este propOsito mediante una entrevisra con el sujeto.

Los datos obtenidos fueron sometidos a los análisis correspondientes para la corroboración de la hipOtesis especificas.

Para medir los efectos primordiales de la variable residencia y area geografica en sus tres niveles, institucionalizados, no institucionalizados y centros de cuidado diurno se sometieron los datos a un análisis de varianza para un diseño factorial 2 x 3 x 5.

1. El efecto primordial de la variable residencia fue significativa (F=7.92, gl. 2/147, p. 05). Es decir, los participantes de los Centros de cuidado Diurno re-

AA

flejaron un Indice de satisfacción de vida mayor que (X=12.52) el de los participantes en la Comunidad (R=11.72) y el de las Instituciones (X=8.98).

2. Hubo además una diferencia significativa entre las diferentes regiones geo-graficas (F=7.54, gl. 4/145, p. .05). Las residentes de la region de Ponce mostraron un Indice mayor (X=12.26) de satisfacción de vida, seguido por las regiones de San Juan (X=11.77) y Arecibo (X=11.66); el indice menor de satis-facción lo mostraron los residentes de Humacao (X=8.9) seguido por Mayaguez (X 10.9).

3. Para corroborar las predicciones sobre las relaciones existentes entre las variables ingreso, movilidad, sentimientos hacia el ambiente y hacia los fa-miliares y estado de Snimo con satisfacción de vida se llev6 a cabo un anglisis de regresión miltiple y se obtuvieron las correlaciones entre las variables.

El análisis de regresión mUltiple arrojó la siguiente ecuación :S.V =.8516 F+ 8430 E+ .6432 A + 35011.

Donde S V = Satisfacción de Vida

F= Sentimientos, hacia la familia

E= Ambiente

I= Ingreso

La ecuación explica el 82% de la variabilidad de satisfacción de vida.

Es decir, las variables que mayor impacto tuvieron en la satisfacción de vida del envejeciente fueron, en orden de prioridad; sus sentimientos hacia su familia, su estado de &limo, el ambiente institucional y el ingreso.

Las correlaciones demuestran una relación significativa entre sentimientos familiares y satisfacci6n de vida (r= .88, p .05) y estado de dnimo y satisfacci6n de vida. (r = .82, p. .05), sugiriendo que estas variables demuestran una gran influencia en la satisfacción de vida del envejeciente puertorriqueno.

Discusión:

Las hipótesis principales del estudio fueron confirmadas. Hubo un indice mayor de satisfacción de vida entre los envejecientes residentes en su hogar y asistiendo durante el dia al Centro de Cu idado Diu rno y los envejecientes institu-cionalizados. Estos hallazgos están de acuerdo con los estudios realizados por Larzon, (1975) el cual expone que las condiciones de vivienda, amplitud y la comodidad de estas están relacionadas con satisfacciOn de vida. A mayor co-modidad y bienestar residencial mayor satisfacción de vida.

Los envejecientes institucionalizados al perder movilidad y estar restringido en sus actividades, pierden la relación con sus familiares y el ambiente, por lo cual muestran un Indice menor de satisfacción de vida.

Si tomamos en consideración los resultados que sefialan una correlación alta y positiva entre sentimientos familiares y satisfacción de vida, podemos observar la

47

gran importancia que tiene para el envejeciente puertorriqueno el apoyo familiar. Estos resultados combinados con el hecho de que los envejecientes que asisten a Centros de Cuidado Diurno manifiestan mayor satisfacción de vida que los que están en instituciones cerradas nos Ilevan a concluir que una vida donde el envejeciente pueda tener actividades productivas dentro de un ambiente social positivo y de pares, combinadas con relación, apoyo y actividades familiares producirian mayor satisfacci6n a nuestros envejecientes.

Por tanto, a tenor con estos resultados deseamos serialar que en el desarrollo de politica p6blica deben considerar la creación de mayores Centros de Cuidado Diurnos para los envejecientes con las facilidades adecuadas que redunden en Mayor bienestar para estos. Entendemos que dicha politica resukaria de gran ayuda y felicidad a la familia puertorriquelia.

Nos atrevemos a sugerir aón más. La Creación de Consejos de Envejecientes mediante los cuales éstos puedan aportar sus conocimientos y experiencias al adelanto de la sociedad. CLJáritas aportaciones en conocimientos pueden of recer nuestros envejecientes a nuestros ni nos y jovenes que estarán a cargo de la forja de las nuevas familias y de la nueva sociedad ?

REFERENCIAS:

Avanzada del Censo Poblacional de Puerto Rico. Estado Libre Asociado, Oficina de Planificación, 1980.

Butler, R.N. Being Old in America. Harper and Row, New York, 1975.

Larson, R. Thirty years of research on the subjective. Well Being of Older Americans,Journal of Gerontology, 1978, Vol. 33, No. 1; 109 - 125.

Neugarten, B. Personality in Middle and Later Life. New York, Atherton Press, 1974.

Neugarten, B. The future of the young old, The Gerontologist, 1975, 15, 1 part 2: 4-9.

Neugarten, B. L., & Tobin, S.S. The measurement of life satisfaction, Journal of Gerontology, 1961, 16: 134-143.

Quesada, P., Rivera, A.N. Factores Sociopsicologicos que Afectan la Satisfacción de Vida de Pescadores Envejecientes en Dos Areas Geograficas de Puerto Rico. FORUM — Universidad de Puerto Rico — Arecibo, 1984.

Rivera, A.N., La Mujer Puertorriqueña: Investigaciones Psicológicas. Centro para el Estudio y Desarrollo de la Personalidad Puertorriquena (CEDEPP) 1985, Rfo Piedras.

48

FAMILISMO EN PUERTO RICO

Pedro A. Vales, Ph. D.

Introduccion:

El estudio de los valores sociales se Ileva a cabo por su relevancia para el. entendimiento de la sociedad y para la implantación y desarrollo de programas de acción, y no bajo premisas de mera curiosidad intelectual.

En muchas ocasiones se han desarrollado programas que no solo están destinados al fracaso, pero que a la larga culminan creando un malestar mayor que el que pretendian resolver. Es evidente, por lo tanto, la necesidad urgente por investigaciones serias y abarcadoras sobre los valores sociales, su dinSmica y los patrones de interacción de aquellos donde se intenta desarrollar algán programa.

Antes de entrar más de Ileno en el tema de "FAMILISMO" quisiera hacer mención de una observaciOn comün en nuestro aeropuerto internacional y relativa a nuestras familias. La dinSmica observada transmite la impresión de que el viajar es una experiencia familistica, la cual estd asociada con diferenctes estados anfmicos o emocionales. Los viajes hacia el extranjero (o sea, fuera del pais), dan la impresión de estar cargados de tristeza y de resistencia a la separación fisica indudablemente producida por el viaje. Las Ilegadas de extranjero están asociadas con el jábilo, la alegria, la reunificación de la familia. Se observa un estado de Snimo de celebración, de fiesta. Ambas reacciones emo-cionales están significativamente relacionidas al sistema de interacciOn intenso, extenso y comprensivo que hay en las eitructuras familiares puertorriquerias, especialmente en la familia extendida. La promoción de las lineas aéreas explotan esta dindmica familiar.

En nuestra sociedad se han Ilevado a cabo bastantes estudios cientificos sobre las actitudes psico-sociales y los valores sociales de la familia puertorriquefia. Tradicionalmente se le ha considerado como la unidad básica de nuestra socie-dad, primordialmente responsable por el proceso de socialización y la transmi-skin de los valores, las normas y las formas de comportamiento de una genera-ción a otra..

Factores Económicos que Influyen en la Vida Familiar:

En muchos de los estudios realizados sobre la familia puertorriquena, ésta ha sido analizada en términos de un esquema subcultural o de clase sociales. Como resultado, las diferencias observadas en la organizaciOn familiar puertorriquena han sido asociadas a las actividades econ6micas particulares a cada subcultura o a cada clase social.

AO

El libro de Steward (1956), considerado como el estudio más amplio de la sociedad puertorriquena hasta esta fecha realizado, incluyetrabajos de un grupo de eminentes sociologos y antropologos que presentaron unas interpretaciones subculturales de la familia puertorriquena. La familia se presenta como un reflejo de una infraestructura econOmica particularmente circunscrita a la economia azucarera, cafetalera y tabaquera.

El profesor Eugenio Fernández Mendez (1965), antropologo puertorriqueño contemporáneo de gran reconocimiento, refiriéndose a las familias rurales, dice:

"Encontramos en las zonas rurales de Puerto Rico tres grandes regiones sub-cu ltu rales, sobre las cuales históricamente, por lo menos desde inicios del siglo XX, ha habido una adaptacicin económica especial" Estas son:

1. Areas del cultivo de la caña. 2. Areas del cultivo del café. 3.Areas del cultivo del tabaco.

Más a6n, seiiala el profesor Fernández Mendez que:

"En cada una de estas areas encontramos diferentes formas de explotación económica, sistemas particulares de tenencia de terreno, valores, ideas, prácticas religiosas, patrones sociales y estructuras familiares consistentes con las diferentes formas de explotación econOmica".

Katheleen Wolfe (1953), en su estudio sobre patrones de crianza señala que las practicas de socialización de la familia rural y la formación de la personalidad del ni rio pueden ser fuertemente determinadas por la infraestructura econOmica de la region rural.

Evidentemente los patrones de socialización rigurosos tienden a conformarse a las diferentes formas económicas. Sin embargo, dentro de cada tipo de sistema económico parece haber un énfasis especial en el rol de la familia, no solamente al nivel psicosocial de identidad, pero además también a nivel de sosten emocional y objetivo, como elementio para bregar con las crisis y tensiones re-lacionadas al sistema econOmico.

Independientemente de las diferencias en patrones familisticos entre Manicaboa y Poyal, la sefiora Wolfe apunta a una alta fertilidad comün para am bas areas.

Otros patrones comunes fueron encontrados por el doctor Joseph M. Stykos (1955), en su estudio sobre patrones de fertilidad de las familias de clase pobre. Dicho sea de paso, Stykos se desliga de la atención exclusiva hacia la ruralia, e inicia su estudio para la época en que se asume comienzan las migraciones internas (del campo a la ciudad) en Puerto Rico, precisamente luego de la Segunda Guerra Mundial. Stykos identific6 dos patrones de conducta básicos, los cuales permean todo el proceso de socialización de la cultura puertorriquena.

Oscar Lewis (1965), presenta un cuadro de la familia puertorriquelia diferente

so

a Stykos. Lewis encontró una incidencia alta de matrimonios rotos, una gran in-cidencia de mujeres como jefes de hogar y una ausencia al culto de machismo y virginidad entre los sujetos del arrabal urbano contrapuesto a las familias rurales estudiadas por Stykos. Sin embargo, Lewis presenta una gran cantidad de evidencias que demuestran la presencia de un sentimiento fuerte de familismo, en la familia puertorriquena de la pobreza,tanto en Nueva York como en Puerto Rico.

Anos más tarde, Lloyd Rogler (1972), un cientifico social puertorriqueno, publica su libro sobre migrantes puertorriquenos en Estados Unidos, en el cual seriala la tendencia del puertorriqueño a dejar pasar oportunidades económicas y de trabajo más lucrativas y atractivas que implicaran irse de su pueblo, precisamente por no romper con los vinculos familiares que tenian.

El concepto de familismo, o sea, la tendencia. hacia la proteccion, ayuda económica, sostén emocional y afectividad existentes entre personas vinculadas consanguineamente, por rito o por amistad que los hace sentirse parte de una misma familia, con los compromisos y obligaciones que ello conlleva, aón cuando dichas personas hayan formado grupos familiares por separado. En forma más ilustrativa es como si se mantuviera en estado latente el concepto de familia extendida entre personas fisicamente separadas, el cual resurgirla en momentos de necesidad en una forma espontinea y genuina.

Estas orientaciones puertorriquelias al familismo fueron más intensamente estudiadas en la sociedad rural tradicional, y su presencia en la vida contemporánea en general, y en especifico en el contexto urbano, ha estado frecuentemente asociado con el movimiento migratorio posterior a la Segunda Guerra Mundial. A esto se debe la atención desproporcionada a la ruralla a la clase pobre presentada por Steward, Stykos, Wolfe, Manners y otros, explicabdo en cierta manera su relativa indiferencia hacia el enfoque de la clase media emergente.

Las observaciones limitadas que estos estudiosos y de otros como Fernandez Méndez (1965), Seda Bonilla (1964), y Paul K. Hatt (1952), hicieron sobre las familias de clase media, reconocen que esas familias tienden a representar más la estructura de familia nuclear, pero que al mismo tiempo han mantenido valores y patrones de conducta asociados con la rural ia, incluyendo el familismo. En el contexto contemporaneo, familismo juega un papel de gran importancla dada sus implicaciones y consecuencias para facilitar los procesos de ajuste social de las familias urbanas enVueltas en movimientos migratorios rapidos.

Celia Fernandez y Pedro A. Vales (1975), en un estudio reciente de migrantes puertorriquenos encontraron que la relación de "familismo" sobrevive entre familias puertorriqueñas, ya en un nuevo escenario dentro de su propia sociedad, asi como en una sociedad o cultura extrana. De hecho puede ser el factor más importante en la ubicación y acomodo de los migrantes puertorriquenos fuera o de regreso a Puerto Rico. En el estudio aludido, en-contró que cerca de u no de cada tres puertorriquenos clasificados como migran-tes que regresan, fueron motivados por enfermedades en el hogar, enlaces

51

familiares y nostalgia por las instituciones puertorriquenas,tinto en su primer re-greso como en el Oltimo.Está claro que estas razones son indicadoras de la relación de familismo.

Cientificos sociales que han estudiado la familia puertorriqueña en los Estados Unidos, tales como Elena Padilla (1972), han puntualizado la funciOn importante que la familia, lazos amistosos y rituales juegan en el ajuste del migrante reciente, o sea, el recién Ilegado al continente. Como ejemplo podemos serialar que el sistema del padrinazgo puede establecer vinculos o lazos entre personas de diferentes clases sociales, status, procedencia, y/o grupo de sangre. Estos vinculos familiares tradicionales en nuestro sistema son transpuestos y reconstruldos en los Estados Unidos, convirtiéndose en vehiculos de apoyo eco-Fiómico, social y emocional. Prácticamente hacen la función de un sistema in-formal de seguridad social.

Dentro de este ,marco de referencia, el concepto de "familismo" asume una importancia diferencial en la solución de necesidades de las diferentes clases so-ciales y grupos en nuestra sociedad. Mientras que los valores familiares son nombrados más frecuentemente en la clase rural y en la clase baja que entre los grupos de clase media urbana, nosotros podemos notar una dependencia•más bien emocional existente en la ültima.

En un estudio interesante a nivel urbano, hecho por Lloyd H. Rogler y August B. Hollingshead (1965), de las familias de clase baja de San Juan, el cual incluye miembros diagnosticados como esquizofrenicos, encontraron que esas familias of recian un contexto de apoyo social y emocional que permitian a los sujetos esquizofrenicos funcionar eficientemente dentro de su ambiente familiar. Además, el análisis de la muestra de control obtenida de sujetos en las mismas condiciones socioeconómicas y geográficas revel() que la muestra de control estaba caracterizada por atributos similares a la muestra de esquizofrenicos.

Ambas muestras de familias demostraron tener la capacidad para reforzar el comportamiento exitoso o aceptable de aquellos miembros que exhiblan rasgos que médicamente podrian spr diagnosticados como patologicos. Miembros de las familias clasificados como esquizofrenicos eran capaces de funcionar eficientemente dentro del contexto familiar, sin embargo, una vez clasificados esquizofrenicos, su competencia se convirtió aftamente cuestionable en términos de su conducta en grupos extrafamiliares. En esta relación, la capacidad de la familia para apoyar conducta adecuada de sus miembros dentro de la gran sociedad fué insatisfactoria. Aán cuando el "familismo" era un valor que movilizó apoyo o comprensión a los miembros esquizofrenicos, este apoyo fué deficiente en términos clq las necesidades de los miembros dentro de las instituciones extrafamiliares de la sbciedad, tales como la estructura ocupacional, la educacional, de salud y otras.

Otro ejemplo lo encontramos en el estudio sobre retardaciOn mental en Puerto Rico hecho por Carlos Albizu, N. Matlin y H. Stanton (1966). Este estudio reveló que existian unas personas diagnosticadas como incompetentes sociales, sin embargo, con frecuencia tiene una integraciOn exitosa dentro del contexto

1Significa esto que Kohler y Hebb asumen el mismo paradigma epistemologico? De ninguna manera. Aunque ninguno esti de acuerdo con el paradigma E — R, cada cual tiene sus supuestos distintos. Kohler rechaza la posiciOn de Skinner porque visualiza a un organismo activo en la percepci6n que influye la misma. Por ejemplo, en su discusión teórica sobre como se precibe la "agrupación" (grouping) de unidades similares, sus comentarios reflejan claramente la cualidad. "selectiva" del organismo percibiente:

"Grouping can be influenced by the subject...the attitude of the subject may strongly interfere with any rules which recall follows whithout such an influence" (1965, p. 141-142).

Kohler se opone al énfasis de Skinner en cuanto a la sola necesidad de los "hechos" (facts) y a la desestimaciOn de toda consideración teórica. Para Kohler, teorizar es un elemento importante y esencial de la ciencia. Aim en la fisica, "los hechos y las teorfas forman una estructura unitaria que nadie se inclinaria a des-true (1965, p. 122) Aón más el enfoque empiricista de Skinner es tanto más peligroso para Kohler por cuanto, segUn él, existe un "ambito" (realm) de la experiencia que escapa a los hechos directamente observables:

"...understandable relationships may partly depend on further facts in a way that is not fullyaccessibleto direct experience. In such cases the psychologist will once more have to apply his indirect procedures in order to discover the nature of those hidden conditions... As a rule psychological discoveries refer to facts of functional dependence which are not as such experienced. Thus the rules in which we formulate these relationships imply the occurrence of certain functions in a realm that is surely not the phenomenal realm." (1949,p. 44 y 53).

De los discutido hasta ahora resulta evidente que para Kohler el estimulo de por si no es determinante. Por el contrario, existe un ambito que trasciende al mero estimulo, determinado enteramente por la función y actividad del organismo. Su paradigma epistemolOgico es, evidentemente, orD.. E.

Este no es de manera alguna, el caso de Hebb. De hecho, Hebb critica severamente a Kohler por su recurrencia a "un agente misterioso que se define de forma no-f Isica y.que sin embargo tiene efectos fisicos" (1949, p. xiii). No hay cabida para tal cosa, segtin Hebb. El organismo tiene un lugar determinante, pero no en el sentido de Kohler, sino en el sentido de conexiones neurologicas. En la misma portada del libro de Hebb, ya formula lo que es a nuestro juicio su paradigma epistemologico: "Stimulus and response — and what occurs in the brain in the interval between them". Hebb indica que tradicionalmente se han utilizado dos formulas para la conceptualizaciOn te6rica psicolOgica: 1) la teoria de interruptores y conexiones sensoriomotoras y 2) la teoria de campo. La de Kohler pertenece a la segunda, la de Hebb a la primera (1949), p.xvii). Ref iriendose a su propia teoria, Hebb dice los siguiente:

"The theory is evidently a form of connectionism, one of the switchboard, variety, though if does not deal in direct connections between afferent and

Fernindez Méndez, Eugenio; La identidad y La Cultura. San Juan, Puerto Rico: Instituto de Cu!tura Puertorriqueña, 1965.

Fitzpatrick, Joseph P.; Puerto Rican Americans: The Meaning of Migration to Mainland. Englewood Cliffs, New Jersey: Prentice-Hall, 1971.

Hatt, Paul K.; Backgrounds of Human Fertility in Puerto Rico: A Sociological Survey. Princeton: Princeton University Press, 1952.

Lewis, Oscar; La Vida: A Puerto Rican Family in the Culture of Poverty-San Juan and New York New York: Random House, 1965.

Olsen Sr., Clarence; The Puerto Ricans: Strangers, Then Neighbors. Chicago: by Quadrangle Book in cooperation with the Anti-Defamation League of Binai Brith, 1965.

Padilla, Elena; Up from Puerto Rico. New York: Columbia University Press, 1958.

Rogler, Lloyd Henry & Hollingshead, August B.; Trapped Families and Schizo-phrenia. New York: Wiley Press, 1965.

Migrant in the City: The Life of the Puerto Rican Action Group. 1972, Basic Book.

Seda Bonilla, Eduardo; interacción Social y Personalidad en una Comunidad de Puerto Rico. Ponce de Leon, Ed.: San Juan, Puerto Rico, 1964.

Steward, Julian Haynes; Manners, Robert A.; Wolf, Eric R.; Seda, Elena Padilla; Mintz, Sideney W.; & Scheele, Raymond L. The people of Puerto Rico: A Study in Social Anthropology. Illinois: University of Illinois Press, 1956.

Stykos, J. Mayone; Family and Fertility in Puerto Rico: A Study of the Lower income Group. New York: Columbia University Press, 1955.

Vales, Pedro A.; Geographical Distribution of Families: Structure and Functions of Lay and Public Support Systems. Technicals Report prepared for the Puerto Rican Senate Social Security System Commission, 1976.

Vales, Pedro A. & Hernández, David D.; Hacia la Resocialización de los Terapeutas Puertorriqueflos. Rio Piedras, Puerto Rico; Centro de Investi-gaciones Sociales, Universidad de Puerto Rico, 1974.

Wolfe, Katheleen L.; Growing Up and its Price in Three Puerto Rican Subcultures, Psychiatry 15 (4), 1953.

54

WOLFGANG KOHLER & DONALD HEBB UNA COMPARACION DE SUS TEORIAS DE PERCEPCION

Ruben Velez Garcia, M.A.

Resumen: Se elabora una comparación entre las teorfas de percepci6n de Wolfgang Kohler y Donald Hebb a partir de los supuestos filosbficos y metodol6gicos respectivos. Se analiza el paradigma espistemológico subyacente a cada teorfa y se discuten las semejanzas y diferencias entre las mismas. Finalmente se discuten las implicaciones en lo referente a las dimen-siones del reduccionismo / no reduccionismo, determinismo / indeterminisrno,m.onismo / dualismo, relación fisiologica / psicologfa y meto-dologfa. Se concluye que las diferencias entre sus teorfas se deben no tanto a la evidencia empfrica recopilada, sino a los supuestos filosóficos a través de los cuales se intrepreta tal evidencia.

El presente ensayo tiene como propósito establecer una comparación entre las teorfas de percepciOn de Wolfgang Kohler y Donald Hebb. Existen por lo menos dos maneras en que esto puede hacerse. Por un lado se puede hacer una comparación del contenido de las teorfas. En este modo de comparar, el énfasis recaerá en comparar los diversos constructores o conceptos que cada teorizante elabora y formula Este es el modo de eomparación más comunmente utilizado. Por otro lado, se puede hacer una comparación de los supuestos filosóficos 'y metodologicos que existen detrás de cada formulack5n teórica, ya que son estos los "cimientos' sobre los cuales cada teorizante construye su superestructura teórica. Este modo de comparación no es muy com6n. No obstante, a nuestro juicio, provee un marco más comprensivo para la conceptualización y el en-tendimiento cabal de una teorfa particular.

En este ensayo se pretende utilizar el segundo modo de comparación. El énfasis, por lo tanto, no estari en la definición abarcadora de los conceptos for-mulados por los teorizantes seleccionados, aunque por necesidad se mencionarán varios de ellos. En su lugar, el énfasis residirá en el "como" o, si se quiere ver asf, en el "a partir de que" cada uno formula sus coceptos.

A tono con esto, se presenta en primer lugar una comparación de lo que hemos decidido Ilamar el paradigma epistemologico. Dado el caso que se considera que este es el elemento clave de toda consideración teórica, se dedica más espacio a este punto que a los demás. Luego entramos en otras comparacioness que nos han parecido importantes: el elemento reduccionista/no reduccionista, el elemento determinista/indeterminista, el elemento monismo/dualismo, la relación entre la psicologfa y la fisiologfa y finalmente el elemento de la metodotogfa. Se ha tratado de citar en lo posible las obras originales para evidencia los argumentos planteados en este ensayo.

El Paradigma Eplatemoldgico Se ha indicado que toda teorfa de percepción obedece en esencia a un intento

55

de proveer contestaciOn o sotuciOn al "problema epistemologico", a saber, como se adquiere el conocimiento. Se ha indicado además, que a pesar de los multiples intentos por contestar el mismo, las soluciones propuestas se enmar-can en dos posibles tipos de soluciOn: La primera enfatiza el rol del organismo como uno determinante e interviniente que no puede ser ignorado sino que tiene que ser tornado en consideración. De hecho, se afirma aqui que el organis-mo antecede al estimulo, ya que no hay forma de Ilegar al estirnulo sino solo mediado por el sujeto percibiente. La segunda categoria de soluciOn minirniza el rol del organismo, y en su más extrenia manifestación, lo Ilega a descartar totalmente, afirmando que es el estimulo el determinante de la percepción.

Utilizando estos dos elementos, el estfmulo (E) y el Organismo (0) se puede formular lo que se denomina en este ensayo un "Paradigma epi§temologico" que establece la relación entre ellos. En la primera categorfa mencionada, el paradigma serfa de la siguiente forma:

0 E

Es decir, el organismo antecede al estfmulo. En la segunda categoria el paradigma tomaria la forma:

E R

donde R es la respuesta del organismo al estimulo percibido.,Naturalmente, existen variaciones del paradigma descrito, pero las anteriores son sus "formas" más puras.

En este punto, cabe preguntarnos: como Kohler y Hebb responden al problerna epistemologico, o lo que es igual, cuál paradigma epistemologico asumen como punto de partida.

Encontramos aqui punto de similaridad entre ellos a la vez que un punto de discrepancia. Por un lado, ambos reaccionan en contra del paradigma E — R, afirmando que el Organismo tiene una contribuci6n que no se puede desestimar. De hecho, ambos elaboran criticas en contra de Skinner, uno de los principales representantes y defensores de este paradigma. Kohler critica la posicion "reduccionista" de Skinner quien se oponia, segim Kohler, a la elaboración de todo tipo de teoria y de "explicaciones". Kohler interpreta tal actitud como una "negación del contenido racional en la ciencia" e indica que la misma no es necesaria (1965, P. 122). Hebb también critica a Skinner y a su paradigma.

"The argument is related to modern positivism, emphasizes a method of correlating observable stimuli with observable response, and recognizing that 'explanation' is ultimately a statement of relationship between observed phenomena, proposes to go to the heart of the matter and have psychology confine itself to such statement. The present book is written in profound disagreement with such a program for psychology". (1949 p. xiv).

56

1Significa esto que Kohler y Hebb asumen el mismo paradigma epistemologico? De ninguna manera. Aunque ninguno estA de acuerdo con el paradigma E R, cada cual tiene sus supuestos distintos. Kohler rechaza la posicion de Skinner porque visualiza a un organismo activo en la percepción que influye la misma. Por ejemplo, en su discusión teórica sobre como se precibe la "agrupación" (grouping) de unidades similares, sus comentarios reflejan claramente la cualidad "selectiva" del organismo percibiente:

"Grouping can be influenced by the subject...the attitude of the subject may strongly interfere with any rules which recall follows whithout such an

influence" (1965, p. 141-142).

Kohler se opone al énfasis de Skinner en cuanto a la sola necesidad de los "hechos" (facts) y a la desestimación de toda consideración teórica. Para Kohler, teorizar es un elemento importante y esencial de la ciencia. Aim en la fisica, "los hechos y las teorfas forman una estructura unitaria que nadie se inclinarla a des-true (1965, p. 122) Aün más el enfoque empiricista de Skinner es tanto mAs peligroso para Kohler por cuanto, segün él, existe un "Ambito" (realm) de la experiencia que escapa a los hechos directamente observables:

"...understandable relationships may partly depend on further facts in a way that is not fullyaccessibleto direct experience. In such cases the psychologist will once more have to apply his indirect procedures in order to discover the nature of those•hidden conditions... As a rule psychological discoveries refer to facts of functional dependence which are not as such experienced. Thus the rules in which we formulate these relationships imply the occurrence of certain functions in a realm that is surely not the phenomenal realm." (1949,p. 44 y 53).

De los discutido hasta ahora restilta evidente que para Kohler el estimulo de por si no es determinante. Por el contrario, existe un Ambito que trasciende al mero estimulo, determinado enteramente por la función y actividad del organismo. Su paradigma epistemológico es, evidentemente, Oa E.

Este no es de manera alguna, el caso de Hebb. De hecho, Hebb critica severamente a Kohler por su recurrencia a "un agente misterioso que se define de forma no-f Isica y.que sin embargo tiene efectos fisicos" (1949, p. xiii). No hay cabida para tal cosa, segán Hebb. El organismo tiene un lugar determinante, pero no en el sentido de Kohler, sino en el sentido de conexiones neurologicas. En la misma portada del libro de Hebb, ya formula lo que es a nuestro juicio su paradigma epistemologico: "Stimulus and response — and what occurs in the brain in the interval between them". Hebb indica que tradicionalmente se han utilizado dos formulas para la conceptualizacion teórica psicologica: 1) la teoria de interruptores y conexiones sensoriomotoras y 2) la teorfa de campo. La de Kohler pertenece a la segunda, la de Hebb a la primera (1949), p.xvii). Refiriéndose a su propia teoria, Hebb dice los siguiente:

"The theory is evidently a form of connectionism, one of the switchboard, variety, though it does not deal in direct connections between afferent and

57

efferent pathways: not an "S—R" Psychology, if R means a muscular fesponse. The connections serve rather to establish autonomous central activities, which then are basis of further learning." (1949, p. xix).

De aqui puede inferirse que el paradigma epistemolOgico de Hebb es realmente una elaboración de paradigma de Skinner, a Saber:

E — 0 — R

donde 0 es la actividad neurologica del organismo.

Otros Aspectos

Es nuestro parecer personal el mismo que expresa Hebb:

"The particular formula chosen mainly determines the nature of the psycholo-gical theory that results, and the need of choosing is the major source of theoretical schism." (1949 3 p. xvii)

Pero solo en la medida en que por la expresión "la formula particular" se entienda el paradigma epistemologico. Por esta razón se considera que la prin-

cipal comparación entre dos teorfas debe ser la coniparaciem entre los paradig-mas epistemologicos y que lo demás es tan solo un contingente lógico a los mismos. Es por esta razOn que se hace a continuación una comparaciOn entre al-gunos otros aspectos de manera breve. En los mismos se notará el elemento de contingencikantes mencionado.

1. Reduccionismo/no-reduccionismo

Kohler se niega a todo tipo de reduccionismo o a todo intento reduccionista, at:1h dentro de sus Mismas conclusiones teóricas. Por el contrario, visualiza la disciplina cientifica de lapsicologia como un proceso di ndmico, en constante re-evaluación y reformulación: "For the most parts our rules give us facts of functional dependence which we cannot regard as ultimate and irreductible" (1949, p. 51). Más aón, Kohler propone que el entendimiento de la conducta hace necesario el rompimiento con el "reduccionismo disciplinario". Es decir, que no se debe pretender limitar el estudio de la conducta a la sOla disciplina de la psicologia: "I have serious doubts whether these questions will ever be satisfactorily answered if our thinking remains restricted to psicological concepts" (1949, p. 53).

Hebb, por el contrario, asume una posición abiertamente reduccionista. Al ref erirse a la meta Ultima del psicologo, la define en términos de "entender los principios de la conducta" en términos de "entender los principios de las reacciones quimicas", aunque acepta que tal meta está aón lejós de ser alcanzada (1949, p. xi). En otro lugar redefine esta meta ültima como "reducir la conducta al control del cerebro" (1949, p. xiii). Su intento, como ya bien lo ha sefialado en el subtitulo de su libro - A Neuropsychological Theory - no es otra que reducir la conducta a la acción neural del cerebro y los sistemas neurolO-gicos afines: "The problem of understanding behavior is the problem of understanding the total action of the nervous system, and vice versa" (1949, p. xiv).

58

2. Determinismo/indeterminismo

Kohler es decididamente indeterminista en su posicion, oponiéndose tenazmente a todo tipo de formulación simplista de causa y . efecto. A esto obedece que'recurra a lo que el llama un "análisis de campo' (1963, P. 15). Se opone asi al concepto de "sensación" debido a que el mismo encierra el peligro de considerar los elementos o unidades particulares como "dependientes de procesos locales del sistema nervioso, cada uno de los cuales estaria, en prin-cipio, determinado por un estimulo local" (1963, p. 16). El análisis de campo implica tomar en consideración la manera en que los elementos se relacionan entre si, afectándose mutuamente y rompiendo asi, por ende, con la conceptualización lineal del esquema de causa y efecto:

"The first and most essential assumption which we shall have to inteoduce... (is that) the correlate of a percept... as a dynamic agent... extends into the su-rrounding tissue, and that by this extension its presence is represented beyond its circumscribed locus... It should be emphasized at once that the interpre-tation of the perceptual field will not for this reason assume a merely sum-mative form" (1965, p. 72).

Un concepto clave de Kohler que implicitamente niega la reiación de causa y efecto es el concepto de "dependencia funcional":

"To a degree one can distinguish between psychological facts as such and psychological facts of functional dependence... psychological facts as such one vividly experienced, cohere as of their dependence on other facts there is no immediate awareness whatsoever" (1965, p. 12).

Hebb, por el contrario deja clara su posición determinista desde la primera linea de su libro. Al definir la tarea del psicologo lo hace de la siguiente forma:

"...understanding behavior and reducing the vagaries of human thought to a mechanical process of cause and effect..." (1949, p. xi).

Para Hebb las posiciones indeterministas y vitalistas constituyen un peligro que hay que evitar a toda costa. Segün Hebb, el supuesto de que la conducta y la "función neural" están "perfectamente correlacionadas, que la una está completamente causada,por la otra", es un "supuesto de trabajo" (working assumption) el cual, aunque quiz& en algan futuro deba ser rechazado es, no obstante, necesario en el presente sin que exista eviclencia en su contra. Más aim, Hebb aboga por lo que podria Ilamarse una "consistencia determinista" interdisciplinaria: "One cannot logically be a determinist in physics and chemistry and biology, and a mystic in psychology" (1949, p. xiii).

3. Monismo/dualismo

Ya se mencion6 anteriormente en la discusión del paradigma epistemolOgico las referencias que hace Kohler sobre unos hechos que escapan a los hechos di-rectamente observables. Esta es una afirmaci6n fundamentalmente que permea toda su teoria:

'...the field arounda percept is indeed not directly observable. For this reason

59

we are unable to test the present theory by any simple inspection of percepts" (1949, p. 87).

Esta posicion que hace referencia a dos realidades distintas, una observable y otra no observable, una en el Smbito de la experiencia directa y otra que escapa a esa experiencia directa, una fisica y otra "mistica" - como diria Hebb — es una posición totalmente dualista la cual tiene implicaciones directas para la teoria de la percepción, segOn el mismo Kohler admite:

"Our present knowledge of human perception leaves no doubts as to the general form of any theory which is to do justice to such knowledge: a theory of perception must be a field theory. By this we mean that the neural functiOns and processes with which the perceptual facts are associated in each case are located in a continuous medium; and that events in one part of this medium influence the events in other regions in a way that depends directly on the properties of both in their relation to each other...ln the present situation of psychology the great importance of perception lies in this fact..."(1965, p. 61- 62).

Es posible que sea en este punto donde Hebb formula su máS severa critica a Kohler. Hebb es monista, y no conci be una psicologia que pretenda ser de otro modo. Sobre su propio libro, dice lo siguiente:

"This book presents a theory of behavior that is based as far as possible on the physiology of the nervous system, and makes a sedulous attempt to find some community of neurological and psychological conceptions" (1949, p. 1).

Hebb no puede admitir el dualismo. Para el los elementos dualistas — anatomia neural y conciencia — son mutuamente excluyentes: "an explanation cannot be half neural and half consciousness" (p.2), y se hace necesario que se acepte uno y se rechase el otro.

4. Relación fisiologia/psicologia

Al considerar esta dimensiOn encontramos un elemento de similaridad bastante significativo entre Kohler y Hebb. En efecto, hay un parecido asombroso entre ambos si se toma en consideración que ambos parten de supuestos epistemologicos muy distintos. Claro está, también aqui se evidencian grandes diferencias. Kohler recomienda que una teoria de percepción debe ser una "teoria biologica", (1965, P. 121) en el sentido en que debe tomar en consideración todos los conocimientos neurologicos disponibles. Establecer una apologia en el sentido de que un marco teórico psicologio coherente solo será posible en la medida en que se integren los conocimientos biologicos con los psicolOgicos (1969, p. 115-11fi). Un argumento similar es planteado por Hebb, en el sentido que existe una relación tan estrecha entre ambas disciplinas gue no solo se hace posible su ayuda reciproca sino, más atm, necesaria (1949),p. xiii). Sin embargo, las diferencias mencionadas hasta aqui los Ilevan, a pesar de su mutuo acuerdo sobre la necesidad de integraciOn interdisciplinariá, por caminos totalmente distintos. El énfasis de Kohler sigue siendo psicolOgico. Formula sus

60

ideas sobre los "coirelatos fisiologicos" — experiencias fisiologicas que corresponden con exactitud a las experiencias reales — lo cual lo Ileva a formular el principio del "isomorfismo psicoffsico", es decir, el hecho de que "las propiedades estructurales de la experiencia son a la misma vez las propiedades estructurales del correlato biologico" (1965, P. 115). Pero su teoria, a nuestro juicio, es una teoria poco desarrollada desde el punto de vista neurologico, segtin el mismo admite.

Hebb hace todo lo contrario. En este sentido, su determinismo, reduccionismo., monismo, en fin, toda su posición epistemologica — lo Ileva a elaborar una teorfa sumamente detallada. Hebb propone la existencia de "energias nerviosas especificas" a raiz de las cuales se pueden explicar los fenOmenos estudiados por la Gestalt (Kohler entre ellos). Distintos patrones geométricos tienen un complemento neurologico en redes organizadas de connecciones celulares que denominó "ensamblajes celulares" los cuales actóan como una unidad funcional simple como resultado del aprendizaje perceptual. El supuesto implicito en este proceso es que "cualquiera dos células o sistemas celulares que se mantienen repetidamente activos de manera simultánea tender -Sri a asociarse de tal forma que la actividad de uno facilita la actividad del otro" (1949, p. 70). En adición a esto, Hebb postula la existencia de ciertas unidades temporeras de un orden superior que denomina las "secuencias de fases" (1949, p. 98). Las mismas obedecen a ciertos ensamblajes celulares actuando en cierto patron particular de tal forma que la actividad de un ensam-blaje facilita la excitaciOn de otros ensamblajes de manera transitoria. La acti-vidad de una percepción no es un patrOn simple y persistente de actividad cerebral sino la ocurrencia de las fases de un ciclo irregular ocurriendo en inter-valos cortos. La percepción de una figura total y distintiva — "la integracion de t"—envuelve una secuencia de eventos corticales con componentes motores (1949, p.99).

5. Metodologia

Ya mencionamos anteriormente que de acuerdo con Kohler, existe una experiencia que escapa a la experiencia directa, a saber, las relaciones de dependencia funcional. Este hecho presenta una seria consideración metodológica puesto que, si acaso los mismos deben ser objetos de estudio, como el mismo Kohler argumenta, entonces los métodos experimentales normalmente usados serfan inefectivos. Kohler sostiene que tal tipo de experiencia es accesible a través de lo que denomina los "procedimientos de experimentación indirecta" (1965, P. 21) Aim cuando Kohler no define claramente en que consisten tales procedimientos, si indica que son procedimientos que pretenden lograr acceso a "una relación particular en la cual las cosas o conceptos actualmente se me presentan en un momento dado" (1965, p. 43). Kohler alude a los "procedimientos inductivos de la ciencia" com-binados con una metodologia deductiva. El proceso es descrito de la siguiente forma:

"...our procedure is phychological in its first part, the discovery of a psychological rule; it then penetrates as theory or hypothesis into the realm of physical nature; and it emerges again into the psychological realm when the

61

consequences of the theory are compared with experimental facts" (1965,

P. 60).

Es preciso notar que tal metodologia concuerda, evidentemente con el modelo racionalista.

Nuevamente nos encontramos con un punto de similaridad, pero solo de manera parcial, entre Kohler y Hebb. Hebb accepta la necesidad de teorizar. De hecho, su libro es una teoria basada en un proceso deductivo. Sin embargo, no creemos que Hebb Ilegue tan lejos como Kohler. Si bien es cierto que Hebb propone una serie de hipótesis sobre el funcionamiento neurologico, también es cierto que hace un esfuerzo por mantenerse dentro de los limites de los datos empiricos neurológicos. Quizás se pudiera criticar a Hebb este sentido partiendo de su propia posicion epistemologica, pero se debe también tener en cuenta que el campo particular que hace objeto de estudio es uno que, desde el punto de vista práctico y ético, ofrece o presenta grandes dificultades y obstáculos para la i nvestigación expeki mental.

Comentarios Finales

La comparaciOn arriba realizada entre las teorfas de percepción de Kohler y Hebb demuestra la tesis formulada en la introducción de este ensayo en el sentido de que los supuestos filosóficos sobre los cuales se fundamenta Lin teórico son determinantes en el modo y manera en que habrd de estructurar su teoria. La evidencia empirica que se pueda recopilar seri interpretada necesariamente a la luz de tales fundamentos, y en la mayoria de las ocasiones, la misma bósqueda de evidencia será guiada por los mismos de tal suerte que la misma evidencia se utilizará para formular distintos conceptos y Ilegar a distintas conclusiones.

De ahi la necesidad de que cada teórico sepa reconocer con claridad y sin ambiguedades los supuestos filosóficos desde los cuales parte, particularmente aquellos relacionados con el problema epistemologico. De ahi la necesidad también de reconocer las limitaciones que tales supuestos nos imponen, querramoslo o no.

REFERENCIAS:

Hebb, D. Organization of Behavior: A Neuropsychological Theory. Nueva York: Wiley, 1949.

Kohler, W. Dynamics of Psychology. Nueva York: Washington Square Press, 1965.

Kohler, W., Woffka, K. y Sander, F. Psicologfa de la Forma. Paidos, 1963.

REFERENCIA DE AUTORES

Carlos Albizu Miranda

El Dr. Carlos Albizu Miranda (1920-1984) nació en Ponce, Puerto Rico. Recibió un bachillerato en educación B.A. en la Universidad de Puerto Rico y un doctorado en Psicologia Clinica, Ph.D., en la Universidad de Purdue en Estados Unidos. Durante su larga vida profesional ocupi5 varias posiciones en el area de la enseñanza y la investigación. En el ano 1966, funde• el I nstituto Psicologico de Puerto Rico, hoy Centro Caribeño de Estudios Postgraduados, Instituto Psi-cologico de Puerto Rico.

El Dr. Albizo recibio premios tales como el de Salud Mental, concedido por la Coalición Nacional de Servicios Humanos. Fué miembro de la Psi Chi Sigma Xi, el Comité de Evaluación de la Fundación Ford para Becas a Estudiantes de Grupos Minoritarios y otras. Es autor de multiples publicaciones en el area de

personalidad, psicologia social y retardación mental.

José J. Cabiya

Dr. José J. Cabiya; B.A. 1976, Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras. Ph.D. 1983 State University of New York, Albany. Director del Departa-mento de Psicologia de Rio Piedras, Puerto Rico. Ayudante especial de la Decana Académica del Centro Caribeño de Estudios Postgraduados.

Saturnino Castro

Saturnino Castro posee un doctorado en psicologia clinica de Adelphi University y una maestria en trabajo social psiquidtrico de Simmons College. Actualmente es consultor en la Secretaria Auxiliar de Salud Mental del Departamento de Salud y coordina la concentración de terapia de familia y disfunciones sexuales del Centro Caribeño de Estudios Postgraduados.

Ha participado en numerosos paneles cientificos locales e interacionales y ha publicado varios articulos en periódicos y revistas profesionales en el campo de la psicologia y trabajo social.

Jorge A. Herrera Pino Jorge A. Herrera Pino; B.A., Psicologia, Universidad de Miami; M. Ed.,

Psicologia Educacional, Universidad de Miami; Sp. A., Psicologia Escolar Eastern Michigan University; Ph. D., Neuropsicologia Clinica y Educación Wayne State University. El Dr. Herrera posee móltiples publicaciones en el area de Neuropsi-cologfa Clinica. Actualmente es Vice Presidente Auxiliar del Centro Caribeno de Estudios Postgraduados y Director Ejecutivo del Miami Institute of Psychology.

fi3

Aracely Llanos Pifiera

Aracely Llanos Pinera; B.A. Psicologia; Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras; M.S. Psicologia Clinica, Universidad Canplutense de Madrid, Espaiia Ph.D. boctorado en Filosofia con especialización en Psicologia Clinica, Centro Caribetio de Estudios Postgraduados.

Posición actual: Coordinadora del Programa de Psicologia Clinica con Concentración en Justicia Criminal en el Centro Caribelio de Estudios Postgra-duados. Consultora del Programa Relaciones de Familia y del Programa de Menores del Tribunal Superior, Sala de Bayamón.

Publicaciones:

Patrones Diagnósticos del Sindrome de Maltrato Fisico en el Niño Puertorri-queño. Tesis Doctoral. Centro Caribeño, 1982. Resumen Comprensivo de los 30. Indicadores Emocionales de Elizabeth Koppits en la Prueba del Dibujo de la Figura Humana. Publicado por el Centro Caribeño de Estudios Postgraduados 1982-1983. La Ansieclad Adaptativa. Articulo publicado en la Revista de Me-nores del Tribunal Tutelar, Sala de Bayamón, 1982.

Angela Masini

Angela Masini, recibió su maestria y doctorado en Psicologia Clinica de Louisiana Stat II., Baton Rouge, La. Ha tornado cursos post-doctorales en Terapia de Familia a través de la Universidad de Georgetown, Wash., D.C., y en Terapia Gestalt en Pine River Center, Atlanta. También tiene un año de estudios en N.P.L. del N.L.A., Institute of Miami. Ha sido directora del programa de Alcoholismo y Drogadicción de Overlook Mental Health Center y del Programa de Alcoholis-mo en St. Mary's Medical Center, ambos en Knoxville, Tn. Actualmente se desempeiia como profesora y decana de estudiantes en el Centro Caribefio de Estudios Postgraduados.

Publicaciones:

"The Bender Gestalt Test and The Background Interference Procedure in The 'Discernment of Organic Brain Damage.' Perceptual and Motor Skills, 1975,40, 103 — 109. "Issues in Psychotherapy with Women" Paper presented at the Annual Meeting of the Tn. Phychological Association, Nashville, Tn. 1976. Alcoholic Profiles in the California Personality, Paper presented at the annual Meeting of the Inventory, South Eastern Phychological Assoc., New Orleans, La., 1978. Alcoholism and Women. Conference presented at the Annual School of Substance Abuse, Nashville, Tn., July 1982.

Pedro A. Vales

Pedro A. Vales, Ph.D. Psicologia Clinica, Sociólogo, Profesor del Centro Caribeiio de Estudios Postgraduados y Catedrático Asociado en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras. Natural de Arecibo. Cursó estudios de bachillerato en la Universidad de Fordham en Nueva York y doctorado en la

64

Universidad de Pennsylvania. Dirigi6 el Centro de Investigaciones Sociales de la Universidad de• Puerto Rico y el Instituto de Investigaciones Cientificas del Departamento de Servicios Contra la Adicci6n.

En la actualidad es profesor de Criminologia, Asesor en Investigaciones Cientificas en el Departamento de Servicios Contra la Adicción, Profesor de Métodos de Investigación en el Centro Caribetio de Estudios Postgraduados en psicologia y en la Escuela de Trabajo Social Beatriz Lasalle. Entre sus trabajos se encuentran: Potencial y Motivaciones Educativas entre Residentes de Areas de Privacien Socio-Econemicas, Social Dynamics of Return Migration to Puerto Rico; Crimen Conocido y Desconocido en Puerto Rico; Humacao 1978; Alienacien Cultural y la Adiccien a la Heroina; Familismo en Puerto Rico; El Efecto del Sistema de Libertad Bajo Palabra en la Rehabilitación de Confinados; Magnitud y Patrones de Criminalidad en Puerto Rico; Evaluacien del Programa de Alcoholismo de Carolina; y otros.

Ruben Velez Garcia

Ruben Vélez Garcia; B.S.C.E., Ingenieria Civil, Recinto Universitario de Mayaguez; M.Th., Maestria en Teologia del Seminario Evangelico de Puerto Rico; Ph. D(c) Candidato al grado de Doctor en Filosofia en Psicologia Clinica en el Centro Caribeiio de Estudios Postgraduados.

Alba Nydia Rivera Ramos

La Dra. Alba Nydia Rivera Ramos, nació en Rio Piedras, Puerto Rico y vivi6 la mayor parte de su vida en Mayaguez. Se gradu6 de B.A (Magna Cum Laude) en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayaguez en 1972. Ese mismo alio se trasladó a State University of New York en Albany para continuar estudios doctorales en psicologia. Termin6 el grado de Ph. D. en Psicologia en 1976.

Desde 1980 dirige el Instituto de Investigación Cieniffica del Centro Caribefio de Estudios Postgraduados y actualmente es la Presidenta de la AsociaciOn de Psicólogos de Puerto Rico.

Ha realizado innumerables investigaciones que se han publicado en revistas profesionales de Estados Unidos, Latinoamérica y Puerto Rico. Entre la areas in-vestigadas se encuentran la conducta equitativa, conducta agresiva, y criminalidad femenina. Autora de los libros: Hacia una Psicoterapia para el Puertorriquefio y La Mujer Puertorriquefia: Investigaciones Psicosociales.

fiS

INDICE DE CONTENIDO:

El Adolescente Puertorriqueño: Algunos Comentarios en Torno a su Personalidad, Valores y Transformaciones.

Carlos Albizu-Miranda, Ph. D. Adaptado por: Ana Maria Pi, Ph. D. (c) 5

Análisis Regresional y Descriptivo de Resultados en el W.I.S.C. de Estudiantes en Programas de Educación Especial y Capitulo I.

José J. Cabiya Morales, Ph. D. 19

La FunciOn del Padre en el Crecimiento Emocional del Niño y su Importancia en la Prevención Primaria de los DesOrdenes Mentales en la Nifiez.

Saturnino Castro, Ph. D. 23

Bases Neuropsicologicas del Autismo Infantil Temprano.

Jorge A. Herrera, Ph. D. 32

Patrones Diagn6sticos del Sindrome de Maltrato Fisico en el Puertorriqueno en Función de la Distorción de la Imagen Corporal

Aracely Beatriz Llanos Pi fiera, Ph. D. 39

Hipnoterapia: Las Contribuciones de Erickson, Bandler y Grinder.

Angela Masini, Ph. D. 40

Satisfacción de Vida de Envejecientes Puerto- rriquetios Institucionalizados y No-Institucio- nalizados y la Relación en la Familia.

Alba Nydia Rivera, Ph. D. Pura Quesada, Ph. D. 44

Familismo en Puerto Rico Pedro A. Vales, Ph. D. 49

Wolfgang Kohler & Donald Hebb Una Comparación de sus Teorias de Percepción.

Ruben Velez Garcia, M.A. 55

Referencias de Autores: 63

Carlos Albizu-Miranda José Cabiya Morales Saturnino Castro Jorge Herrera Aracely Llanos Angela Masini Alba Nydia Rivera Pedro A. Vales Ruben Velez Garcia