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107 Departamento de Ciencias Sociales Universidad Arturo Prat. Iquique REVISTA CIENCIAS SOCIALES Nº 20 Primer Semestre 2008 pp. 107-127 ISSN 0717-2257 TRAYECTORIAS DEL PROTESTANTISMO Y REDEFINICIONES éTNICAS ENTRE LOS INDíGENAS GUAMBIANOS-COLOMBIA Juan Diego Demera 1 A partir de un estudio de caso y de la antropología histórica, este texto identifica algunos de los principales conflictos e intereses puesto en circulación tras la diversificación religiosa de una comunidad indígena en los andes colombianos. La mirada diacrónica del proceso permite construir las continuidades y las rupturas de las primeras misiones norteamericanas, dirigidas hacia al universo étnico latinoamericano en la primera mitad del siglo XX, con la reciente pluralización de las ofertas protestantes, el impacto del pentecostalismo y el surgimiento de iglesias relativamente independientes. La relación entre estas instituciones, prácticas y creencias con la construcción de la identidad y la etnicidad locales es un elemento vital a la comprensión de su implantación y de su desarrollo en medio de esta y de otras sociedades étnicas regionales. Palabras claves: Etnicidad, identidad, protestantismo, cambio cultural. From a study of case and based on historical anthropology, this essay aims to identify some of the major conflicts of interests derived from the religious diversification of an indigenous community at the Colombian Andes. A diachronic gaze of the process allows to build the continuities and ruptures of the first U.S. religion missions who addressed to the Latin American ethnic universe in the first half of the twentieth century, also including the recent Protestant offers plurality, the impact of Pentecostalism and the emergence of churches relatively independent. e relationship between these institutions, practices and beliefs with the construction of local identity and ethnicity is a vital element to understanding its implementation and development in the midst of this and others regional ethnic societies. Key words: Ethnicity, Identity, Protestantism, Cultural Change.

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    Departamento de Ciencias SocialesUniversidad Arturo Prat. Iquique

    REVISTA CIEnCIAS SoCIAlES n 20Primer Semestre 2008 pp. 107-127

    ISSn 0717-2257

    TRAyECToRIAS DEl PRoTESTAnTISmo y REDEfInICIonES TnICAS EnTRE loS InDgEnAS gUAmbIAnoS-ColombIA

    Juan Diego Demera1

    A partir de un estudio de caso y de la antropologa histrica, este texto identifica algunos de los principales conflictos e intereses puesto en circulacin tras la diversificacin religiosa de una comunidad indgena en los andes colombianos. la mirada diacrnica del proceso permite construir las continuidades y las rupturas de las primeras misiones norteamericanas, dirigidas hacia al universo tnico latinoamericano en la primera mitad del siglo XX, con la reciente pluralizacin de las ofertas protestantes, el impacto del pentecostalismo y el surgimiento de iglesias relativamente independientes. la relacin entre estas instituciones, prcticas y creencias con la construccin de la identidad y la etnicidad locales es un elemento vital a la comprensin de su implantacin y de su desarrollo en medio de esta y de otras sociedades tnicas regionales.

    Palabras claves: Etnicidad, identidad, protestantismo, cambio cultural.

    From a study of case and based on historical anthropology, this essay aims to identify some of the major conflicts of interests derived from the religious diversification of an indigenous community at the Colombian Andes. A diachronic gaze of the process allows to build the continuities and ruptures of the first U.S. religion missions who addressed to the Latin American ethnic universe in the first half of the twentieth century, also including the recent Protestant offers plurality, the impact of Pentecostalism and the emergence of churches relatively independent. The relationship between these institutions, practices and beliefs with the construction of local identity and ethnicity is a vital element to understanding its implementation and development in the midst of this and others regional ethnic societies.

    Key words: Ethnicity, Identity, Protestantism, Cultural Change.

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    Presentacin

    Este trabajo explora algunos componentes centrales de las trayectorias protestantes y de sus vnculos con la etnicidad y la identidad tnica guambiana1. me interesan los mltiples procesos de imposicin, de transformacin y de competencia entre los diversos sentidos que circulan la contemporaneidad del resguardo2 indgena guambiano, en la cordillera central del Cauca colombiano. la amplia diversidad de las ofertas religiosas presentes entre los guambianos, que incluye desde el encarnado catolicismo colonial hasta los movimientos revivalistas ms eclcticos, pasando por las misiones transnacionales protestantes y el movimiento regional de renovacin pentecostal, se funde rpidamente con los tiempos y los espacios indgenas, as como con las luchas de poder locales y con la reproduccin identitaria y tnica guambiana.

    la mirada diacrnica de este proceso nos permite seguir cuatro momentos centrales: la primera introduccin protestante en el resguardo, a mediados del siglo veinte, la posterior pluralizacin religiosa a partir de los aos ochenta, la ms reciente renovacin pentecostal y la creacin de un movimiento religioso con profundos vnculos sincrticos. Cada uno de estos espacios y tiempos han definido diversas suertes para los proyectos misioneros y sobre todo particulares maneras de tejer la memoria y la identidad tnicas, en medio de la movilidad y el cambio.

    las ofertas religiosas y el cuestionamiento del dominio catlico

    Sin duda, el resguardo guambiano de principios y mediados del siglo XX estaba profundamente delimitado en su actuar poltico, social y cultural por los tiempos y los espacios catlicos. El cabildo guambiano, por ejemplo, tomaba posesin de su cargo el da de la fiesta de reyes, en la plaza central del municipio de Silvia, frente a la iglesia catlica y el centro poltico administrativo no indgena.

    En medio de este panorama, heredado del catolicismo colonial, una nueva ola misionera, catlica y protestante, se abri paso desde los primeros aos del siglo XX. Una evangelizacin intensa, educacin escolarizada, medicina occidental y diferentes proyectos productivos,

    1 Este trabajo parte de una investigacin etnogrfica realizada durante los aos 2001 y 2002 en el resguardo indgena de guamba. El anlisis aqu desarrollado parte de la reflexin sobre esta experiencia precedente, si bien no he incluido referencias directas de los datos recolectados.

    2 El resguardo indgena es una figura territorial colonial dirigida a constituir parcialidades territoriales indgenas delimitadas y con ttulos de propiedad. Esta figura perdura durante la repblica y hoy es reivindicada por los pueblos indgenas nacionales como un elemento de propiedad colectiva de la tierra y de preservacin de los territorios originarios.

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    hicieron parte de los intereses comunes de estos misioneros nacionales y extranjeros, dedicados casi exclusivamente a los territorios indgenas (gros, 2000; le bot,1994).

    los proyectos de educacin, de salud, de produccin y de modernizacin, estuvieron permanentemente ligados a esta influencia catlica y protestante, y a esta va religiosa del desarrollo local3. la oferta de un cmulo de experiencias sociales y religiosas novedosas, la radio, la escuela, los viajes, la lectura y la escritura, el material grfico o la participacin de espacios transnacionales, estuvieron siempre presentes en los intereses de los indgenas cercanos a las misiones. En efecto, un enorme panorama de ofertas y espacios sociales novedosos se abri paso gracias al contacto religioso con los misioneros y a travs de diversas movilidades y transformaciones espaciales, econmicas y sociales operadas por las misiones.

    la creacin de vnculos relativamente estables con otros proyectos religiosos regionales y con nuevos sectores de la sociedad nacional, e incluso, con las grandes empresas misioneras norteamericanas, significaron la adquisicin de un capital social apreciable para aquellos nuevos grupos. El ideal de la modernizacin y una posibilidad efectiva de acceso a numerosos itinerarios geogrficos y sociales, fueron motores importantes de la profundidad social y de la extensa presencia de estas misiones religiosas en el espacio indgena.

    Ahora bien, si las Hermanas de la madre laura y la Alianza Cristiana y misionera Internacional, compartieron permanentemente su papel como mediadoras religiosas de cierta modernidad local, su ubicacin en un espacio tnico particular, marcado por una extensa y compleja relacin con el catolicismo, marcaron rpidamente destinos dismiles para cada proyecto. De esta manera, la ubicacin de un nuevo campo religioso, ajeno a los circuitos de poder tradicional catlico del medio local, as como una nueva propuesta de relacin con el mundo no indgena a travs de la creacin de una nueva identidad religiosa, le dieron al protestantismo la fuerza necesaria para constituirse en una alternativa religiosa y social muy efectiva en toda la regin latinoamericana (gros, 2000).

    En este sentido, la participacin de pastores extranjeros, ajenos a los conflictos histricos locales y nacionales de las comunidades indgenas, as como su oferta de una nueva comunidad, religiosa, que incorporaba algunos elementos de horizontalidad entre sus miembros y que era particularmente reivindicativa de ciertos aspectos de la vida y de la cultura indgenas, en

    3 observaciones similares han sido desarrolladas para otras latitudes latinoamericanas, generalmente en torno a la participacin protestante ligada a las grandes misiones interdenominacionales norteamericanas; Ver Aubre, 2004; Andrade, 2005.

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    especial de las diferentes lenguas4 , fueron elementos recurrentes de los contactos locales con estas enormes misiones itinerantes.

    Por supuesto, de la idea misionera tambin se desprendieron profundas crticas a un sinnmero de prcticas ligadas a la tradicin y a la memoria indgena. Algunas de ellas renovaron las persecuciones religiosas coloniales catlicas, especialmente frente a las actividades chamnicas. otras imprimieron nuevos elementos vinculados a la creacin de una nueva identidad religiosa, claramente diferenciable de cualquier otro registro previo. Entre otros, la prohibicin de los calendarios festivos tradicionales, la lucha encarnada contra prcticas no concensuadas con la misin, el control del alcohol y la desregulacin de la socializacin y del poder catlico previo, marcaron profundas rupturas en la reproduccin social, cultural y poltica del grupo tnico.

    De hecho, tal como veremos enseguida, la adopcin del protestantismo por parte de una parcialidad del territorio indgena, siguiendo las rutas del parentesco y de la familia extensa, convoc un frreo enfrentamiento durante varias dcadas en torno a la redefinicin de las identidades religiosas y tnicas, que condujo a la reformulacin tanto de la etnicidad como del protestantismo local. Sin duda, la irrupcin de una nueva identidad religiosa en medio de esta sociedad tnica andina, con enormes vnculos con el catolicismo colonial, permiti la emergencia de numerosos contrastes, de nuevas posturas y de redefiniciones permanentes de las pertenencias tnicas y de las reivindicaciones identitarias. Al mismo tiempo, la etnicidad se situ en el centro del debate sobre la circulacin y la transformacin de los referentes transnacionales de los proyectos misioneros.

    la etnicidad, la construccin de la diferencia dentro de un Estado-nacin a partir de la pertenencia a un pasado comn y de su reivindicacin (Poutignat, 1995), es un proceso histrico y dinmico que vincula tanto los procesos polticos ms instrumentales de su defensa como aquellos sociales, culturales y simblicos que cimientan y mantienen buena parte de la colectividad y de la diferencia (barth, 1976). la existencia del grupo tnico, de la unidad social coherente que reivindica una identidad especfica y que moviliza los recursos necesarios en su defensa, son los procesos que Cardoso (1992) caracteriza mediante las categoras de grupo tnico, identidad y articulacin tnica, inseparables de la construccin social del proceso ms global de construccin de la diferencia, la etnicidad.

    4 ligadas permanentemente al Instituto lingstico de Verano, y con miras a desarrollar una comprensin ms certera del texto bblico, las misiones protestantes desarollaron sistemticamente una revaloracin local de las lenguas indgenas, consideradas el punto de partida para un nuevo proyecto de evangelizacin y de educacin escolar, que compiti por largo tiempo con la educacin catlica del resguardo

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    la violencia antiprotestante y la redefinicin de las identidades

    El discurso misionero protestante no buscaba una movilizacin poltica directa, aunque intent permanentemente ofrecerse como una va pacfica y religiosa de solucin a los profundos problemas indgenas latinoamericanos. no obstante, la aparicin de nuevas ofertas de vinculacin social, la crtica a la cultura poltica y ritual catlica, as como las nuevas alianzas transnacionales ofrecidas por los misioneros protestantes, hbilmente asumidas por los indgenas convertidos, implicaron profundas luchas por el poder y por la definicin tnica.

    Coincidiendo con los tiempos de la violencia antiprotestante en el pas (Demera y Rodrguez, 2003), pero ligada a la reproduccin de los lazos tnicos y a una recia disputa por el poder local, la violenta reaccin de los cabildos5 indgenas, de los colegios catlicos y de las autoridades locales se abri paso. De esta manera, durante las dcadas de 1940 y 1950 los ataques catlicos a los convertidos protestantes, atomizados en la vereda Puente Real y en su mayora miembros de la familia Tunubal, fueron frecuentes, especialmente durante los momentos festivos y en las convocatorias colectivas del pueblo guambiano.

    Destruccin de iglesias, insultos escolares, cnticos catlicos y enfrentamiento a golpes, fueron parte de mltiples episodios comunes en medio del enfrentamiento cotidiano entre la mayora catlica y el ncleo protestante. Sin embargo, un episodio queda grabado en la memoria de esta confrontacin como un elemento central, el asesinato del gobernador del cabildo indgena en 1954, que qued registrado en las actas de la siguiente manera: mrtir por cuestin religiosa, lo mataron los protestantes (Actas del Cabildo Indgena de guamba, s.f ).

    ms que un problema restringido a la cuestin religiosa, aunque fuertemente ligado a ella, la muerte de esta autoridad indgena, recordado como recio y fuertemente catlico, signific la emergencia de un conflicto latente frente al ejercicio del poder en el territorio indgena. Realmente el hecho no estuvo ligado a una confrontacin directa con un guambiano protestante, sino a un miembro de la vereda evanglica, que era catlico y que era perseguido por el gobernador del cabildo para ser castigado con el ltigo por un supuesto adulterio. En medio de una confrontacin casual en un establecimiento pblico del resguardo, el acusado hiri de muerte a la autoridad indgena. Porqu entonces aparecen como autores del homicidio los protestantes de la vereda de Puente Real? En ese momento, toda crtica al poder ejercido por el cabildo indgena era asociada con la disidencia religiosa protestante que haba despertado varias tensiones en torno a la autoridad, seguramente latentes previamente.

    5 figura colonial de autoridad indgena andina. Hoy son una institucin de poder dentro de los resguardos indgenas del pas, reivindicados por el ejercicio de cierta autonoma tnica

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    As, la crtica protestante frente a la frrea autoridad tnica, vinculada permanentemente con la reproduccin del catolicismo local, se pleg a nuevas posiciones, no necesariamente protestantes, aunque permanentemente asociadas a estas en el medio local, para ejercer un cuestionamiento rotundo al desarrollo de la autoridad y del poder tnico. Sumado a esta disidencia poltica efectiva, en medio de una comunidad relativamente cohesionada en torno al catolicismo de la costumbre, la ausencia de los nuevos convertidos de los espacios rituales y de socializacin, as como las numerosas crticas de estos ltimos al imaginario catlico y tradicional guambiano, generaron permanentes fracturas, difciles de sobrepasar.

    En medio de la violencia, las comunidades protestantes se expandieron enormemente durante las dcadas de 1960 y 1970, llegando a nuevos territorios y familias guambianas. El programa mundial de evangelismo a fondo inund el resguardo con un sinnmero de proyectos sociales que incluyeron el texto impreso, la imagen grfica, la radio comunitaria, la formacin de nuevos lderes protestantes en Armenia o bogot, las formaciones tcnicas en medicina domstica o en leyes colombianas. la violencia inicial disminuy significativamente pero las divisiones entre catlicos y protestantes hicieron parte de la cotidianidad del territorio y de la poltica indgena.

    Por supuesto, no sera esta la nica dislocacin entre un universo indgena reglado por el catolicismo folk y la aparicin de nuevas corrientes religiosas, pues esta relacin alterar de diversas maneras la participacin poltica y la construccin de la etnicidad en toda la regin latinoamericana. Sin duda, los sistemas de fiesta, las sociedades de castas y las autoridades indgenas de Amrica latina, estaban profundamente vinculados a la reproduccin del vnculo catlico colonial, e indudablemente atados a la constitucin de las caractersticas que definan la pertenencia y la movilizacin de los grupos tnicos de la regin. Al mismo tiempo, despus de la introduccin de la economa de mercado y de la vinculacin de estos poderes locales a otras redes de poder, la crtica ejercida al modelo social tradicional, construido en buena parte sobre el catolicismo, deriv fcilmente en una nueva alternativa religiosa, social y poltica.

    Interesa tambin examinar las diversas estrategias de reproduccin tnica y de resolucin de las tensiones ejercidas. gros (2001) analiza este aspecto particular en el caso mexicano. Tal como revela su anlisis, para los Totonaca de la regin de Puebla, el protestantismo signific la posibilidad de una mayor distancia frente al mundo blanco local y las instituciones poltico religiosas del catolicismo popular indgena, conduciendo a cierta recomposicin poltica del grupo a partir de los elementos modernizadores y contestatarios aportados por los nuevos creyentes tnicos.

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    En contraste, los chamula de la regin de Chiapas se vieron comprometidos en una intensa lucha por el poder local as como por el control econmico que ejercan los caciques catlicos indgenas locales, frecuentemente con base en el desarrollo del calendario festivo catlico tradicional (bastian, 2005). En este caso, la vieja alianza entre los chamula catlicos y las instancias de poder local y nacional, derivaron en la expulsin de la parcialidad evanglica chamula del territorio indgena (garma, 1987). En todos estos casos, la construccin de la pertenencia tnica ha sido profundamente cuestionada mediante una lucha interna de poder vinculada a nuevos proyectos religiosos. no obstante, la imposicin del poder catlico chamula, ligado histricamente a instancias polticas como el PRI, permiti quebrar unilateralmente toda posibilidad de unidad y motiv, no sin resistencias y cuestionamientos, la exclusin de la disidencia religiosa del proyecto tnico.

    En el caso guambiano, slo treinta aos despus de los primeros encuentros violentos entre catlicos y protestantes, y de la divisin profunda de la comunidad tnica, la aparicin de un movimiento social con profundas races tnicas, contestatario y ciertamente antirreligioso, permiti la renovacin de la unidad tnica sobre bases muy diferentes a las catlicas o protestantes. la defensa del territorio ancestral, del derecho tnico y de la cultura guambiana tradicional fueron los componentes de la bsqueda de esa unidad social que convoc a todas las facciones y divisiones previas del resguardo indgena.

    Para el ao de 1980, los guambianos lograron volcar sus esfuerzos hacia la consolidacin de un proyecto poltico propiamente tnico, fundado en una tradicin fuente de un derecho autnomo: el Derecho mayor (findji 1992:112, citada en gros, 2000: 151). En este contexto aparecieron fuertes crticas a las misiones religiosas, catlicas y protestantes, presentes en el territorio indgena as como a sus proyectos sociales y polticos, claramente excluidos del discurso del movimiento social. Evidentemente, el surgimiento del movimiento indgena, vinculado con el movimiento campesino y acompaado por un cierto nmero de antroplogos e intelectuales colombianos, teji profundas distancias frente a la participacin social y religiosa del proyecto protestante e incluso luch fuertemente contra la idea del rebao religioso. no obstante, las diversas negociaciones en bsqueda de la unidad y el fortalecimiento del movimiento indgena, mostraron tanto lo lejos que se encontraba el grupo tnico de ejercer nuevas polarizaciones como la falsa idea del rebao de ovejas entre los creyentes indgenas.

    Cierto, en momentos en que la articulacin tnica estaba en juego, tras la apuesta tnica a la recuperacin de las tierras y de la cultura tradicionales a finales de la dcada de 1970, las crticas a la divisin protestante inicialmente se exacerbaron. la adquisicin de un nmero limitado de tierras por parte de los nuevos creyentes o el mejoramiento de los pequeos lotes protestantes a travs del ahorro y la abstencin al alcohol, generaron algunos ataques hacia a

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    las propiedades protestantes, dirigidas a lograr cierta redistribucin interna de las exiguas propiedades indgenas. Al mismo tiempo, la iglesia protestante intent permanentemente inculcar una tica del no-conflicto, de la sumisin a los obstculos terrenales y de la bsqueda de soluciones religiosas y sociales, siempre mediadas por la institucin protestante. Elementos en franca oposicin a los mtodos y a las acciones emprendidas por el movimiento indgena.

    A partir de la dcada de 1980 las tensiones se hacan mayores pero tambin el movimiento indgena caucano fue adquiriendo mayor consistencia y apoyo. En este contexto, la participacin protestante en la recuperacin de tierras se hizo posible, fundamentalmente a partir de la convocatoria hecha por el cabildo de 1980, producto del movimiento indgena acumulado, promoviendo la integracin de todas las divisiones internas al movimiento tnico. la bsqueda de unidad y de autonoma permiti la emergencia de una autoridad poltica incluyente y mucho ms alejada de los preceptos sociales y religiosos ligados al catolicismo de la costumbre.

    El movimiento indgena gener profundas crticas a la presencia religiosa en los territorios tnicos, al mismo tiempo que promovi la reconstitucin de los vnculos polticos que tejan la etnicidad y que la ligaban permanentemente a los tiempos y a los espacios catlicos locales. En efecto, a partir de 1980 el cabildo indgena abandon la plaza municipal de Silvia y el seis de reyes como espacios y tiempos rituales de su instalacin. En contrava, estableci el primero de enero y el patio central de la primera hacienda recuperada, Santiago, como lugar de encuentro y de proyeccin de la poltica guambiana.

    Esta actitud permiti simultneamente la recuperacin de la autoridad indgena, sobre el ideal de cierta autonoma tnica, y la vinculacin efectiva de una poblacin religiosa disidente, hasta all vista con profunda reserva, al proyecto poltico indgena emprendido. Slo a partir de entonces, los iniciales temores de los lderes protestantes, en torno a la participacin en este movimiento sin vnculos religiosos, rpidamente se disiparon y se dio paso a una real participacin protestante en las acciones polticas del cabildo indgena y en la recuperacin efectiva de las tierras indgenas.

    A partir de 1980 una larga serie de nuevos lderes protestantes se sucederan en diferentes posiciones de liderazgo dentro del cabildo indgena, incluso como lderes de las posteriores recuperaciones de tierras. Esta relativa secularizacin del cabildo indgena, evidenciada en la emergencia de esta tercera va propiamente tnica, tambin tuvo consecuencias en la prctica contempornea del liderazgo protestante en el cabildo guambiano. De hecho, una vez en el poder indgena, los lderes protestantes dejan de lado su actividad proselitista y buena parte de su liderazgo en la iglesia. Esta pausa en la actividad religiosa ms pblica corresponde a

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    la participacin anual de las actividades del cabildo indgena y busca renovar esta apertura e inclusin de la poltica tnica, al sobrepasar los eptetos religiosos ms radicales.

    Efectivamente, tal como lo afirma gros (2000), la existencia de una autoridad indgena ajena al catolicismo folk, permiti en el caso de los guambianos la continuacin del proyecto tnico y la vinculacin del protestantismo al movimiento social. Por su parte, como lo expone Rappaport (1984), el papel activo de los protestantes guambianos restringi fuertemente la predicacin protestante a los campos de la vida social que no entraban en conflicto con el inters ms poltico y social del grupo tnico, circunscribiendo las directrices religiosas a otros campos de la vida social.

    Estos particulares procesos de dilogos sociales y de participaciones religiosas activas impidieron el desarrollo del etnocidio, es decir, de una fractura definitiva a la reproduccin de la colectividad tnica, y al contrario, hicieron parte de una recomposicin vital de la unidad social y de su reproduccin, activada desde mltiples frentes (gros, 2000). no obstante, lo que evidencia el anlisis diacrnico del proceso es que el trayecto hacia la inclusin y la articulacin social slo fue posible tras numerosos dilogos y en especial fuertes confrontaciones alrededor de los componentes e imaginarios que delineaban la pertenencia tnica y la articulacin de las colectividades locales; proceso que incluy una tajante divisin inicial, la violencia antiprotestante, la emergencia de diversas crticas a la autoridad y a las tradiciones catlicas, el surgimiento de un movimiento tnico profundamente autnomo y hasta una relativa secularizacin de las pertenencias tnicas y de la autoridad indgena.

    las nuevas rutas del trabajo y las inacabadas bsquedas protestantes

    la pluralizacin religiosa se abra paulatinamente su cauce y dentro de la comunidad protestante, ligada a la histrica Alianza Cristiana y misionera, nuevas denominaciones e iglesias comenzaran a aparecer, a partir de las dcadas de 1980 y 1990. Slo una vez resueltos los problemas polticos y sociales ms sensibles de la participacin protestante local, la inmensa ola de nuevas denominaciones protestantes y pentecostales a nivel nacional y latinoamericano comenz a tener eco en el territorio indgena. Al mismo tiempo, la creciente movilidad regional de los guambianos, en direccin a una nueva recuperacin de territorios, esta vez en las zonas clidas y a travs de la compra, permiti establecer nuevos contactos con las nacientes denominaciones religiosas que se expandan por doquier en la regin.

    Estas nuevas iglesias, protestantes y pentecostales, no estaban especialmente dirigidas a una poblacin tnica determinada. Incluso la mayora de las veces su ubicacin y su introduccin

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    en los territorios indgenas respondi ms a una iniciativa coordinada entre pastores nacionales e indgenas creyentes, que a un espritu misionero planificado y proyectado al espacio tnico, como el que describimos previamente. la existencia de grandes proyectos de intervencin social dentro de los creyentes locales tambin es un elemento que desaparece sustancialmente en las nuevas ofertas religiosas. Adicionalmente, las conversiones masivas, incluso territoriales por la va del parentesco extendido, dan paso a la conversin de grupos ms pequeos o de familias no extendidas.

    las nuevas iglesias protestantes trinitarias, cercanas a la propuesta netamente religiosa de la antigua misin, crecieron a partir de antiguos protestantes aliancistas, quienes vieron en el carisma de nuevos pastores, generalmente mestizos, la oportunidad de renovar los vnculos de poder dentro del universo protestante local. las enormes posibilidades de fusin, de disolucin y de creacin de comunidades religiosas derivadas de una misma orientacin protestante, permitieron la permanente fisin de los antiguos creyentes guambianos y el surgimiento de nuevos lderes. Una movilidad dirigida a la reconstitucin permanente de los grupos de creyentes, as como de los vnculos de poder entre las diferentes facciones y dirigentes protestantes locales (bastian, 2001). Un movimiento de adquisicin y de circulacin del poder religioso que es hoy una constante de la renovacin protestante y pentecostal en toda la regin latinoamericana.

    En el caso guambiano, la participacin de pastores forneos fue la garanta de una mayor disciplina protestante, es decir, una manera de anular las negociaciones previas del protestantismo local frente a la socializacin guambiana, especialmente frente a la paulatina aparicin y el fortalecimiento de la figura del simpatizante protestante6, y sobre todo, una manera de distinguirse claramente de la antigua misin aliancista. Al mismo tiempo, el mayor rigor de las nuevas iglesias y estos intensos itinerarios religiosos estaban vinculados con la bsqueda de una profunda renovacin de los vnculos religiosos y con el afn de encontrar de nuevo cierto sentido de comunidad de convertidos; un sentimiento que la antigua misin dej de proveer y que tambin parece vital para la reproduccin del protestantismo latinoamericano.

    De esta manera, el movimiento seguido por el protestantismo fundamentalista local ha ejercido varias de las vas observadas en otras sociedades tnicas, rurales y urbanas del continente. Una profunda fragmentacin de las pertenencias institucionales, a travs del recurso al carisma

    6 numerosos jvenes educados dentro de hogares protestantes, ejercieron permanentemente algunas pausas en su compromiso religioso ms disciplinado. De esta manera, la socializacin juvenil, los espacios festivos y hasta la consecucin de alianzas matrimoniales se hicieron en general por fuera de las iglesias, a travs del intercambio ritual y social permanente con la totalidad de la comunidad tnica. lo mismo ocurri con algunos hombres mayores protestantes, quienes una vez reconocidos y aceptados con plenos derechos en la comunidad tnica, tejieron vnculos itinerantes entre las tradiciones y las prcticas protestantes, las redes y los espacios no religiosos. De esta manera, un cierto nmero de estos viejos y nuevos protestantes, hicieron parte de lo que la crtica religiosa protestante designara como: Evanglicos de da y catlicos de noche.

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    de los lderes fundacionales, permite constantemente la disolucin y la recomposicin de las colectividades religiosas, recompone las relaciones de poder en el campo religioso local y refuerza la socializacin interna de los grupos de creyentes. Al mismo tiempo, la intervencin constante de pastores mestizos, la lucha frente a la figura del simpatizante y la localizacin de las prcticas rituales, ubica de nuevo a estas iglesias en un plano local y tnico.

    All, las distintas iglesias van a ejercer nuevas identidades religiosas y ticas, que recomponen constantemente las relaciones de fuerza y las negociaciones precedentes. De manera general, todas las nuevas colectividades adhieren a la participacin en el seno del cabildo y obedecen la autoridad poltica indgena. no obstante, en otros campos en donde los acuerdos iniciales con el protestantismo previo haban sido esenciales, la recuperacin de tierras y el vestido tradicional guambiano, por ejemplo, mltiples posiciones se tejen hoy en medio de la negociacin permanente entre las identidades religiosas y tnicas. Dentro de la permanente movilidad religiosa local, los referentes que determinan la pertenencia tnica o la identidad cultural, son dispuestos a una negociacin constante que los realza, los adapta o los niega, en medio de la transformacin de las creencias y de las luchas de poder.

    En efecto, a partir de las profundas negociaciones entorno a la etnicidad y a la participacin del proyecto tnico en la dcada de 1980, difcilmente un guambiano protestante o pentecostal puede sentirse excludo o excluirse de su participacin plena en la reivindicacin de la identidad tnica. El papel cumplido no slo por los lderes locales sino por el movimiento indgena nacional y mundial, ha permitido el surgimiento de una identidad muy fuerte con el universo indgena y con la identidad tnica guambiana.

    no obstante, cuando damos un paso ms all de las identificaciones ms certeras o de las apelaciones iniciales, un sinnmero de segmentaciones y de matices florecen alrededor de los componentes que definen la identidad guambiana y la pertenencia a una comunidad poltica, social y cultural. En este sentido, si bien poltica y socialmente se ha permitido la reproduccin permanente de la colectividad, diversos planos de discusin, como el vestido tradicional, los repertorios mticos, las prcticas rituales o incluso, la participacin de las nuevas recuperaciones de tierras, generan permanentemente nuevas negociaciones y posturas frente a la etnicidad, en medio de esta nueva, mvil y paulatina transformacin religiosa.

    El pentecostalismo regional y el sincretismo local

    Recientemente, numerosos anlisis han sugerido que el xito de la prctica pentecostal dentro de las comunidades tnicas latinoamericanas se debe a cierta continuidad entre las

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    nuevas ofertas rituales y el universo religioso previo (miller, 1979; bastian, 2005). De esta manera, el pentecostalismo se transforma poco a poco hasta quedar inscrito en complejos e inacabados flujos de hibridez religiosa. Si bien aqu desarrollo de manera parcial esta interesante hiptesis, comienzo por resaltar que este proceso de negociaciones simblicas no se limita al campo tnico. En este sentido, bastian (2004) ha desarrollado la tesis de un pentecostalismo regional ajeno al protestantismo originario y ms bien como el resultado de una permanente endogenizacin religiosa que responde a componentes protestantes, catlicos, mgicos y populares latinoamericanos.

    En efecto, la movilidad asociada a las iglesias pentecostales, su frecuente atomizacin y fisin, as como el desarrollo de una teologa y de una ritualidad que reactualizan varios registros de las tradiciones previas, son constantes del movimiento pentecostal en toda la regin. Tal como afirma martin (1990:17, citado en guerrero, 2005), la fuente de poder del pentecostalismo radica en su increble capacidad para unir y combinar lo viejo con lo nuevo. Esta hibridez, en el sentido de una composicin original relativamente eclctica de mltiples tradiciones en ocasiones difciles de distinguir (mary, 2005), est presente en la manera de concebir la salud y la enfermedad, las terapias sociales y subjetivas, el carisma de los dirigentes religiosos, la teologa referente a los espritus malficos y benficos, la taumaturgia y la centralidad de las diversas manifestaciones rituales. Tales elementos estn presentes en las ofertas pentecostales rurales, tnicas o urbanas, y hoy son centrales en los procesos de bsquedas simblicas y de conversiones religiosas en todo el subcontinente.

    lejos de las ofertas teolgicas, sociales o polticas ms amplias, ligadas a otras iglesias protestantes, estas religiones de proximidad, profundamente pragmticas al encontrarse encarnadas en la vida cotidiana y ritual de los creyentes, ofrecieron un nuevo panorama del creer, tejido simultneamente en continuidad y en ruptura con las religiosidades populares de toda la regin. En el caso guambiano, numerosas iglesias pentecostales ocuparon durante las dos ltimas dcadas el dinmico campo religioso indgena. Pastores mestizos e indgenas se encargaron de la labor carismtica asignada al dirigente pentecostal y aseguraron la reproduccin ritual de los nuevos creyentes.

    De nuevo, las terapias religiosas de salud/enfermedad, la lucha contra los males e infortunios, una particular demonologa y una inmensa creatividad, hicieron de las iglesias pentecostales locales movimientos hbridos, que se alejaban y se aproximaban constantemente de las tradiciones religiosas precedentes. En el caso guambiano, al igual que las nuevas iglesias del fundamentalismo protestante, estos grupos de creyentes se mantuvieron bajo la sumisin al cabildo y a la autoridad indgena, y an hoy siguen ejerciendo cientos de negociaciones entre su pertenencia religiosa, su memoria cultural y su vinculacin tnica.

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    Importante resaltar que una persecucin rotunda de las prcticas religiosas y rituales previas a la conversin pentecostal y una satanizacin permanente, aplicada sobre los elementos ms cotidianos de la vida guambiana fuera de las iglesias, se impone de manera radical, asumiendo permanentemente distancias de otros grupos y prcticas. Al mismo tiempo, cierta reactualizacin de elementos rituales mgicos, de luchas espirituales por obtener la salud o de concepciones que funden enfermedad fsica, moral y social, emergen como elementos tejidos en continuidad con los repertorios simblicos y rituales precedentes. Una hibridez evidente emerge como caracterstica fundamental del pentecostalismo regional y por supuesto, de sus variantes tnicas. De esta manera, las prcticas pentecostales funden de manera permanente una enorme cantidad de registros religiosos y culturales muy diversos, dentro de los cules se encuentran el protestantismo, la renovacin carismtica, el catolicismo, los sistemas mgicos y otros numerosos tipos de rituales.

    Ahora bien, nos interesa subrayar que en el caso de determinados pentecostalismos tnicos, algunos autores han sugerido la renovacin de los procesos sociales y simblicos ligados a particulares sincretismos religiosos indgenas. Tal como lo afirma Parker (2002:8), se trata de una fuerte expansin del pentecostalismo indgena bajo formas de expresin religiosa sincrticas que contribuyen a la creacin de identidades tnicas renovadas. Como lo seala mary (2005:7), el sincretismo implica un cara a cara entre dos sistemas simblicos o dos matrices culturales. En este sentido, muchos analistas subrayan en el sincretismo la profundidad histrica de ciertas prcticas rituales, inmersas en los intercambios simblicos de la configuracin pentecostal. En este sentido, estas prcticas sincrticas sobrepasan en profundidad los procesos de hibridacin, entendidos estos ltimos como una creacin que funde diversas tradiciones pero que son difcilmente diferenciables (mary, 2005).

    Ahora bien, recuerda Chaumeil (2000), estos profundos procesos sincrticos no puede ser vistos como simples conjugaciones, ms o menos heterclitas, de determinados repertorios culturales. Es necesario sobrepasar esta perspectiva culturalista, y esto implica el anlisis de estos procesos tnicos en trminos de estrategias culturales concientes y colectivas, articuladas alrededor del dualismo identidad/alteridad (Chaumeil, 2000). En esta perspectiva, los procesos de creacin sincrtica se vinculan a las dinmicas de rememoracin y de olvido cultural, al nativismo y a la transformacin tnica, a las negociaciones permanentes entre lo propio y lo ajeno.

    En el caso de un particular movimiento mesinico chiriguano surgido del pentecostalismo, por ejemplo, Alb (2005:303) muestra la manera en que las prcticas rituales del movimiento van a estar fuertemente atadas a la continuacin simblica de sustanciales temas tradicionales chiriguanos. Curar y operar extrayendo gusanos malignos del cuerpo del enfermo, as como

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    el manejo y el control de la lluvia, la lucha contra el tigre-demonio o la idea de la tierra sin mal, afirma Alb, son elementos fuertemente atados a la sociedad chiriguana, que encuentran espacio en medio de la transformacin pentecostal. Por su parte, foerster (2005:395) habla del papel de los sueos entre los pentecostales mapuche y del prestigioso papel asignado a este elemento ritual en las nuevas iglesias. Para este autor (foerster, 2005:396), el pentecostalismo local queda atrapado en la lgica del sincretismo mapuche.

    En el caso guambiano, estas trayectorias estn ligadas a la iglesia Dios es Amor, un movimiento surgido del pentecostalismo brasilero que lleg al resguardo a travs de un profesor de la escuela bilinge y multicultural guambiana, Juan Tunubal. Rapidamente, este movimiento sufri enormes transformaciones a la luz de las recreaciones rituales locales y gracias a la emergencia de numerosos elementos anclados en la tradicin chamnica y en el registro mtico precedentes.

    Ejemplo de ello son las concepciones de salud/enfermedad. En el caso que nos ocupa, tanto los taitas y mdicos tradicionales guambianos como los pastores de la iglesia Dios es Amor afirman que muchos de los seres que producen enfermedades viajan en la noche y pueden ser atacados en ella, y a esta consideracin responden las reuniones y vigilias de los sbados en la noche, que diferencian a la iglesia Dios es Amor del tiempo de culto de las dems iglesias del resguardo (Demera, 2006).

    Para esa lucha que se libra contra los espritus de enfermedades y males, el creyente renueva el papel de las varas de poder, utilizadas por los miembros de los cabildos indgenas en smbolo de poder y autoridad poltica, y por los Mrpik7 para ejercer oficios de sanacin y limpieza. As mismo, los sueos son espacios rituales significativos para ambos dominios, y a travs de ellos se imprimen los rumbos y las explicaciones ms urgentes. Darle relevancia a los sueos e interpretarlos como seales ciertas, es una antigua prctica guambiana, frecuentemente interpretada por el mdico tradicional, que forma parte de la ritualizacin necesaria para hacer frente a las actividades venideras y cotidianas de los guambianos, y que al mismo tiempo, fue asumida por los lderes de la iglesia Dios es Amor como la forma en que se manifestaron los derroteros de su iglesia, las visiones y las prcticas fundacionales.

    Adems, algunos sueos de Juan Tunubal recurren constantemente a la presencia infantil, y a pesar de tener caractersticas profundamente modificadas, nos recuerdan la recurrente asociacin que en guamba se hace de estos sueos con los designios y la presencia

    7 El mrpik es quien interpreta, el que sabe ver, un sabio propio (Vasco, Dagua y Aranda, 1998: 37-38). los chamanes guambianos se encargan entre otras cosas del equilibrio de los seres del agua, de la interpretacin de los sueos, de la curacin de las enfermedades y de la limpieza de los espritus de los muertos.

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    del Pishimisak y Kallim8 y la importancia de estos pequeos personajes en los repertorios mticos y mgicos del resguardo indgena. Por su parte, el agua es utilizada en la iglesia Dios es Amor guambiana para procedimientos rituales que los acercan a las prcticas chamnicas, bien sea para las prcticas curativas, para la prosperidad de las cosechas, para las limpias de las nuevas casas o para los espritus de los muertos, todas prcticas ancladas en repertorios rituales ya transitados por la tradicin guambiana.

    Ahora bien, en el pensamiento de Juan Tunubal se refleja un claro pesimismo cultural y la emergencia de numerosas ideas que discriminan las posesiones guambianas actuales y realzan un pasado cultural y ritual pretrito; considera que con la conquista y el dinero se perdi esa relacin espiritual que tenan los semidioses (los Mrpik) y quedaron convertidos en brujos, los sabios se metieron en las peas para no mirar las cosas que estaban pasando, y los guambianos de hoy cada vez pierden ms la cultura propia (2002).

    En este caso, algunas ideas de la recuperacin cultural de 1980 y un nuevo revivalismo tnico que gira en torno a cierta edad de oro de la cultura guambiana, anclada en el pasado, se conjugan con una profunda crtica a las prcticas chamnicas ms prximas y contemporneas. As, los lderes de Dios es Amor se piensan como cierta opcin sustitutiva del oficio del chamn. Sin duda esta nueva opcin encuentra races en las particularidades rituales y culturales del grupo tnico aunque se delimita radicalmente del universo chamnico.

    En este particular sentido toman relevancia las apreciaciones de Drumond (1980, citado en Poutignat, 1995:121), al ver las categoras tnicas como smbolos cuyo contenido vara en funcin de las situaciones pero que forman, en conjunto, un sistema de significaciones interconectadas. Esta aproximacin neoculturalista de la etnicidad permite la elucidacin del contenido simblico de la etnicidad y de las interrelaciones entre las categoras tnicas puestas en accin dentro de un nter sistema (Poutignat, 1995). Una preocupacin central en el plano del dinamismo y de la profundidad de las representaciones culturales implcitas en las transformaciones y en la reconstruccin de la diferencia. En este sentido, es indudable que buena parte de la efectividad y de la singularidad de este movimiento religioso guambiano est en estrecha relacin con las diferentes prcticas, repertorios y ritos construidos en dilogo con agudos registros de la tradicin chamnica guambiana, que le dieron sustento, memoria y efectividad a este discurso de ruptura.

    8 Principal ser de la creencia y de la palabra mtica guambiana. Dueo del agua, del humano y de todo. Ensea a cultivar, da sueos de aprendizaje y enferma, l dio orden de cmo vivir y dio poder por medio del sueo para curar las enfermedades. Kallim siempre aparece entre nubes o entre chispiadero del pramo. Pishimisak es dos, es un par, pakat; es Kallim, que es macho, y es propio Pishimisak. Es la unicidad (Vasco, Dagua y Aranda, 1998: 37-38).

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    As, es evidente que los movimientos pentecostales contemporneos se tejieron en toda la regin latinoamericana en sintona con los repertorios simblicos locales, dotaron de particulares contenidos las expresiones rituales novedosas y permitieron la creacin de religiones y prcticas populares profundamente hbridas, que combinaron permanentemente protestantismo, catolicismo, magia, chamanismo y religiosidad popular. no obstante, algunos de estos movimientos, insertados en el espacio tnico y expuestos a una profunda manipulacin indgena, sobrepasaron ampliamente la figura de la hibridez religiosa regional y tejieron ms bien profundas configuraciones sincrticas, ampliamente conocidas por la historia indgena.

    En este sentido, si bien la mayora de las iglesias pentecostales presentes actualmente en el territorio guambiano ejercen permanentes localizaciones y endogenizaciones de sus prcticas y discursos, la particularidad del movimiento Dios es Amor, as como del movimiento mesinico chiriguano o del pentecostalismo mapuche expuestos, consiste en la enorme visibilidad de hondos registros de las tradiciones previas y chamnicas indgenas. Este particular componente ha hecho de estos movimientos religiosos iglesias relativamente aisladas del movimiento pentecostal regional, en especial porque sus cdigos tnicos, es decir, su particular disposicin simblica y ritual, ampliamente reconocida a nivel local, no se propagan con la misma facilidad de las ideas religiosas transnacionales.

    De otro lado, al mismo tiempo que existen concordancias y negociaciones importantes, se hacen tambin evidentes distancias y transformaciones. Para Chaumeil (2000) y Tennekes (1984, citado en guerrero, 2005), si bien existen mltiples elementos recurrentes a ambas tradiciones, explotados en uno y otro sentido, muchos de los elementos que frecuentemente se leen como enlaces entre el chamanismo y el pentecostalismo se ubican ms en el campo de la forma que del contenido, y abriran disidencias remarcables entre uno y otro lenguaje. Chaumeil seala como este nuevo chamanismo pentecostal, ahora es permanente y pblico, cambiando as buena parte de sus implicaciones simblicas y sociales. En efecto, en el chamanismo, las acciones rituales emprendidas responden al control de las imprevisiones y los desrdenes eventuales de la vida individual y social, a travs de una relacin ntima entre paciente, espritus y chamn (Hell, 1999). En definitiva, tal como afirma Tennekes, en medio de estos dos sistemas de representacin, las interpretaciones de la vida y el mundo son profundamente diferentes.

    Adems, no podemos olvidar que el pentecostalismo, al igual que las misiones fundamentalistas iniciales, basa buena parte de su xito en las diferentes relaciones sociales entabladas con nuevos universos sociales. Este factor, sumado a la composicin social pentecostal, mucho ms sectaria, ha permitido tambin el desarrollo de una teologa y una prctica local que excluyen fuertemente las tradiciones rituales y sociales ajenas a aquellas consensuadas por la iglesia. la satanizacin permanente de las actividades ajenas al pentecostalismo

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    es indudablemente otra de las caractersticas ms recurrentes del movimiento, as como la creacin de cierta comunidad de elegidos que separa permanentemente dios y mundo (le bot, 1994:232; Ceriani y Citro, 2005).

    Desde esta perspectiva, resulta paradigmtico que este movimiento pentecostal cree frecuentes puentes con las tradiciones mgicas y religiosas precedentes, a tal punto de configurar algunos movimientos profundamente sincrticos, y al mismo tiempo ejerza una ms frrea lucha contra las actividades ajenas a aquellas establecidas por la iglesia, considerndolas como resquicios paganos o como parte de los males del mundo. la exclusin y la satanizacin son sntomas de la creacin de una distancia radical que delimite posibles semejanzas? Sin duda, el pentecostalismo se inscribe en la continuacin de una larga cadena de persecuciones al chamn y al chamanismo, aunque hoy esta nueva competencia religiosa recurre cada vez ms a registros compartidos y a rituales tejidos en continuidad.

    Conclusin

    El protestantismo es despus de un siglo uno de los elementos recurrentes de la historia y de las luchas de poder en los territorios indgenas del subcontinente, as como un componente definitivo de las reconstrucciones identitarias de los grupos tnicos. En efecto, una enorme profundidad sociolgica emerge a partir de la aparicin de importantes procesos de la historia tnica en las narraciones protestantes y en sus propias dinmicas. Elementos externos e internos hicieron parte de este proceso, especialmente la opresin previa de las comunidades indgenas por las autoridades catlicas locales, las diversas privaciones o los sistemas de creencia (Wrigt, 2002). As mismo, los espacios transnacionales, regionales, tnicos y locales, actuaron en diversas ocasiones y de maneras diversas para darle movilidad y sentido a las estrategias puestas en juego.

    En el espacio internacional, los territorios indgenas fueron campos privilegiados tanto de las intervenciones misioneras norteamericanas de principios de siglo como de las ms diversas ofertas contemporneas de religiosidad en toda la regin latinoamericana. En este sentido, la llegada de un nuevo proyecto socio religioso dirigido a esta poblacin indgena a partir de principios del siglo XX as como la posterior bsqueda de espacios sociales significativos y la aparicin de nuevos portadores de poder religioso, han sido grandes movimientos que sobrepasan ampliamente el espacio local e incluso tnico. Un carcter similar liga la aparicin de nuevos movimientos religiosos de carcter pentecostal, quienes renuevan constantemente las dirigencias religiosas y la hibridez de las creaciones y de las bsquedas simblicas en toda Amrica latina.

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    Sin embargo, es evidente que la localizacin de estos proyectos en el espacio tnico regional, determin definitivamente las rutas emprendidas. Efectivamente, la aparicin del protestantismo como un poder extranjero a las histricas relaciones entre el catolicismo y las sociedades tnicas, marc definitivamente el xito de los proyectos misioneros. En este sentido, la opcin de una disidencia religiosa estuvo siempre presente, como una alternativa social, poltica y cultural frente a las luchas internas de poder y a los caminos de la modernidad tnica, en medio de sociedades no secularizadas. los contactos transnacionales entre estos espacios tnicos disgregados en la geografa regional y las primeras misiones protestantes de carcter global permitieron el establecimientos de novedosos vnculos no slo religiosos, sino sociales, polticos y culturales, ligados a la modernidad socioreligiosa local.

    Ahora bien, tal como lo desarrolla obadia (2004), la construccin de esta modernidad religiosa est ligada a mltiples adaptaciones locales y a lecturas particulares del proyecto de modernidad occidental. ms all de un periodo histrico europeo, de un proyecto unvoco o de una configuracin sociolgica definida, la construccin de la modernidad en estas sociedades est ligada a las mltiples y diversas maneras de enfrentar las transformaciones provenientes de las instituciones, rituales y creencias contemporneas, as como de elementos tan dismiles como la pluralizacin religiosa, la secularizacin o la mercantilizacin de la tradicin.

    En este sentido, slo el espacio local dar a todos estos movimientos religiosos la definicin de sus impactos y de sus estrategias de participacin. En el caso guambiano, la introduccin de nuevos medios de comunicacin, de ciertas formas de produccin agrcola y de la escritura de la lengua guambiana, as como la formacin de una nueva generacin de lderes guambianos formados en los centros de instruccin protestante a nivel nacional o internacional, entre otros muchos elementos, determinaran una enorme movilidad religiosa, social y espacial para los nuevos creyentes y para el resto de la comunidad guambiana.

    El contacto permanente con misioneros extranjeros dentro del territorio indgena as como la posibilidad de asistir a otras latitudes o a misiones lejanas, estuvieron siempre presentes en los intereses de los nuevos convertidos guambianos. El acceso a un nuevo capital social, en trminos de educacin escolarizada, de relaciones sociales con el mundo no indgena y en particular con otros grupos ajenos a los conflictos locales y nacionales, generaron tanto la continuacin de la transformacin tnica como el desentramiento de los poderes locales.

    Al mismo tiempo, las nuevas actitudes y los compromisos religiosos adquiridos, dentro y fuera del resguardo, fueron permanentemente cuestionadas tanto por las facciones ms catlicas del resguardo indgena como por el naciente movimiento indgena, que vea en la divisin religiosa una fragmentacin evidente de la unidad tnica y de las reivindicaciones

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    sociales y culturales en la dcada de 1980. De hecho, los nuevos lderes protestantes que salan de los resguardos guambianos difcilmente se integraban con xito en sus comunidades de orgen. En este sentido, y a pesar de las indicaciones misioneras, los miembros de la comunidad protestante guambiana privilegiaron siempre la formacin de lderes religiosos locales, y por esta va, ejercieron cierta autonoma de las iglesias y de los derroteros del protestantismo en este particular medio tnico.

    Por su parte, otra movilidad geogrfica posterior tomara relevancia. muy diferente en trminos geogrficos, sociales y polticos, esta segunda movilidad asociada al protestantismo no tuvo como protagonistas a las grandes misiones religiosas mundiales que se desplazaban hacia los territorios perifricos sino a sujetos indgenas en permanente movilidad sobre el espacio regional y nacional. Una nueva bsqueda de espacios de trabajo y de vivienda generaron la renovacin de los espacios protestantes, la explosin de los lderes y fundadores de iglesias, y finalmente, la renovacin de los componentes simblicos y rituales asociados tanto al protestantismo como al chamanismo.

    Sobre este ltimo aspecto, es evidente que la aparicin del pentecostalismo ha significado una lucha ms tenaz frente a las tradiciones no institucionales, al mismo tiempo que una recurrente reinsercin de antiguas tradiciones, de repertorios chamnicos y populares dentro de las nuevas iglesias. Por esta va, resulta determinante la aparicin de profundos sincretismos en el medio tnico, a travs de la aparicin de tiempos y espacios transitados previamente. Este sincretismo de algunos pentecostalimos tnicos es un carcter fundamental que distingue a estos movimientos sincrticos tnicos del pentecostalismo regional, si bien ambos comparten su carcter general de movimientos hbridos.

    As, nos encontramos frente a diversas rutas de religiosidad, ofrecidas e incorporadas en tiempos y espacios indgenas que le dan movilidad a los recursos sociales, polticos y simblicos puestos en juego, en medio de la transformacin y la movilidad tnica. Juegos de rememoracin, de manipulacin y de olvido que atraviesan lo tnico, lo transnacional y lo local, a partir del desplazamiento permanente en la modernidad. Sin duda, el protestantismo guambiano defini a su manera buena parte de los caminos a seguir, as como las confrontaciones, los encuentros y los dilogos entre los diferentes registros religiosos, sociales y polticos expuestos. Un complejo e inagotable proceso de movilidad religiosa ha tejido paulatinamente la divisin del territorio tnico, la pertenencia misma de la comunidad protestante a la colectividad tnica, la redefinicin de la autoridad indgena, de la identidad y de la etnicidad.

    los caminos emprendidos y las soluciones encontradas, en uno y otro sentido, permiten hoy hablar de la coexistencia de mltiples identidades religiosas dentro del resguardo de

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    guamba y de la continuidad de los lazos polticos y sociales que fundan la pertenencia al territorio y al grupo tnico. no obstante, otras muchas negociaciones siguen su cauce y la permanente movilidad asociada a las bsquedas sociales, culturales, simblicas y religiosas de los guambianos de hoy, nos dejan frente a una explosin significativa de las pertenencias y de las prcticas. De manera permanente, aparecen de nuevo las crticas, las resistencias y las manipulaciones permanentes de los mltiples referentes que circulan en medio de la modernidad del resguardo indgena y de la movilidad de sus habitantes.

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