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HEMOGLOBINA

Una opinión sobre el Plan Nuclear

La moda de la Ecología

Mesa redonda La Universidad en América Latina

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Editoriales: Esfuerzos. Las bibliotecas olvidadas IPB: Becas externas para argentinos Novedades de ciencia y tecnología DINEA: Motivación del aprendizaje Comentarios de libros Cursos y reuniones científicas Juegos Matemáticos Libros nuevos Correo del lector Problemas de Go Metegol

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MESA REDONDA: LA UNIVERSIDAD EN AMERICA LATINA Alfredo Jadresic Vargas, Risieri Frondizi, Oscar Maggiolo, Fernando Stomi, Darcy Ribeiro

Ecología: una toma de conciencia Reportaje a Jorge H. Morello, el Gabinete de Ecología Vegetal del INTA y el Grupo de Ecología Animal de la CNÉA

Primera Reunión de Ecología

Rudolf Carnap (1891-1970) Thotnas Moro Simpson

Sobre el éxodo de científicos: una experiencia positiva Alberto P. Maiztegui

Capital tecnológico y autofinanciamiento de la expansión de las empresas Mario Kamenetzky

¿Continuaremos con la investigación científica? Alexandre Grothendieck

Generadores magnetohidrodinámicos Grupo de Física del Plasma

La política nuclear argentina Comisión de Profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica

La organización del espacio nacional (II) Alberto Luis Cignoli

Plan mundial de acción sobre la aplicación de la ciencia y la tecnología al desarrollo Víctor Urqttidi

El juego de Go (IV) Hilario Fernández Long

De las opiniones expresadas en los artículos firmados son responsables exclusivos sus autores.

Nuestra tapa y los pintores

Oscar Smoje nació en Tigre (Provincia de Buenos Aires) a las 10,20 A.M. Dibuja desde su tierna infancia, estudia diseño gráfico y colabora con varias agencias de Buenos Aires (campañas de Aerolíneas Argentinas, Austral, IKA-RENAULT, Di Telia, Mau-Mau, etc., etc.). Paralelamente pinta y dibuja, expone en muestras colectivas en 1962, 63 y 66. En 1967 viaja un año por Europa (España, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Polonia y Checoslovaquia). En 1969 realiza una exposición titulada "Retrospectiva 1939-69" mostrando todos los dibujos realizados hasta ese momento (desde los 6 a los 30 años de edad). Envía obras al Museo de la Solidaridad en Santiago de Chile y al de Arte Moderno de La Habana. Tiene obras en colecciones privadas en Buenos Aires, Chile, España, Francia, Polonia y Checoslovaquia. Ahora tiene 30 años y 9 meses. Chau.

O. S.

Nuevo teléfono

45-7175 Es una publicación de Editorial Ciencia Nueva S.R.L., Av. R. Sáenz Pefia 825, 9" P., of. 93, Buenos Aires, República Argen-tina, Tel.: 45-7175. Distribuidores: en la República Argentina Ryela S.A.I.C.LF. y A., Paraguay 340, Capital Federal, Tel.: 32-6010 al 29; en Capital Federal, Vaccaro Hnos., S.R.L., Solis 585, Capital Federal. Impreso en Talleres Gráficos DI-DOT S.C.A., Luca 2223, Buenos Aires. Precio del ejemplar: ley 18.188 $ 5 (m$n. 500). Suscripciones: Argentina, ley 18.188 $ 50 (m$n. 5.000) por doce números; Uruguay, $ 3000, exte-rior, por vía ordinaria, u$s. 15 anual. Registro de la propiedad intelectual ti> 1.049.414. Hecho el depósito de ley. Derechos reservados en castellano y cualquier otro idioma para los tra-bajos originales, y en castellano para colaboraciones traducidas.

¡•Sí

Director Ricardo A. Ferraro

Director Adjunto Hebe Mitlag

Asesores Héctor Abrales Hernán Bonadeo Daniel Goldstein Roberto Lugo Jorge Schvarzer Ricardo Schwarcz

Secretario de redacción Horacio Speratti

Redacción Lucía Bonadeo Katia Fischer Ana Tedeschi

Diseño gráfico Isabel Carballo

Dibujo Fernando Díaz María Angélica Peña

Humor Julio Moreno Suar

Secretaría María Susana Abrales Rodolfo D'Amario

Corresponsales Boston: Carlos Abeledo Jerusalén: Eduardo Fischbein Londres: Eduardo Ortiz Los Angeles: Julio Moreno México: Jaime Kravsov Montevideo: Juan Arturo Grompone Ñápales: Esteban Levialdi París: Alain Jaubert - Beatriz Ottonello San Pablo: Ricardo Albizuri Santiago de Chile: Juan Pablo Schifini

Esfuerzos Por razones técnicas, el número de páginas de una revista debe ser múltiplo de 16 o, por lo menos, de 8. Por ello no es posible ajustar periódicamente el es-pacio disponible específicamente para material de lec-tura. Pero en este número hemos logrado un aporte publicitario que nos permite extendernos otras 8 pá-ginas y así mantener una adecuada proporción de ma-terial estrictamente periodístico. Este hecho, que re-presenta primordialmente un esfuerzo económico, nos complace de manera especial porque varias veces, des-de este mismo espacio, hicimos desesperados llamados a la solidaridad y a la colaboración de los lectores para asegurar la continuidad de CIENCIA NUEVA, amenazada únicamente por factores económicos.

Nuestra segunda Mesa Redonda en el Centro Cul-tural General San Martín, extendida luego a una re-unión con los panelistas extranjeros en el Centro de Artes y Ciencias, dejó un valioso aporte y un hálito de frescura para nosotros argentinos, a quienes, tras años de destrucción y de persecuciones, una Univer-sidad verdadera parece una entelequia. La programa-ción sufrió algunos cambios de último momento: Au-gusto Salazar Bondy, por enfermedad; Eduardo Novoa Monreal fue reemplazado por Arturo Jadresic Var-gas, Decano de la Facultad de Medicina de la Univer-sidad de Chile; Jorge Taiana faltó a la cita pese a haber confirmado personalmente su participación.

La Mesa dejó otras consecuencias positivas. Grupos de alumnos y profesores de Rosario, Córdoba, Bari-

loche y la Asociación Física Argentina (curiosamente, todos especializados en Física) se acercaron a nuestra redacción, solicitando la colaboración de CIENCIA NUEVA para organizar mesas o ciclos de charlas en sus respectivas ciudades o centros de estudio.

La publicación de libros fue, desde siempre, uno de nuestros objetivos. Desde hace una semana tene-mos en la calle el Pequeño Tratado del Juego de Go, de S. Padovano, revisado por el "padre" del go en nuestro país, ingeniero Hilario Fernández Long. Otros cuatro libros se encuentran ya en las primeras etapas de producción.

En la reciente Feria de Ciencias de Baradero CIEN-CIA NUEVA tuvo un stand donde se exhibió la revista y, a pedido de los organizadores, los dibujos de Julio Moreno, y se realizaron ventas y suscripciones. Asimis-mo dos miembros de la redacción fueron invitados a participar como jurados. Nos sentirnos particularmen-te cómodos en medio de un millar de jóvenes estu-diantes secundarios, ávidos por tener un contacto más profundo y más íntimo con el mundo en que viven.

Finalmente, hemos cedido derechos de reproducción de material de CIENCIA NUEVA a la División Libro Parlante Para Ciegos del Ministerio de Bienestar So-cial. Dicha División, edita la revista parlante Expre-siones donde las notas de CIENCIA NUEVA desper-taron singular interés, según nos manifiesta en una cálida carta de agradecimiento, el Jefe de División res-ponsable de esa publicación.

Las bibliotecas olvidadas

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Un nuevo factor parece sumarse en los últimos tiem-pos al deterioro de la actividad científica y cultural en el país. Como una suma azarosa de coincidencias, desde algunos de los más diversos ámbitos oficiales los cañones apuntan ahora a un instrumento útil a profesionales, tanto como a investigadores o estudian-tes: las bibliotecas.

No es nuevo en la Argentina el problema de las de-ficiencias de una red de bibliotecas tan intrincada co-mo despareja. Sin embargo, se añade ahora lo que otras veces supo evitarse: una generalizada despreocupación de las autoridades de gobierno, no ya por promoverlas, sino siquiera por proteger sus acervos y servicios.

Al menos, tal podría inferirse de una serie alarman-te de hechos que empañan muchas enfáticas declara-ciones de optimismo sobre las perspectivas del desa-rrollo científico y técnico.

En el Ministerio de Bienestar Social por ejemplo, la biblioteca tuvo que sufrir, un año atrás, las necesidades de espacio que se derivaban del censo de los jubilados. Pero en los últimos meses, las cosas se han agravado a raíz de una nueva y poderosa invasión que ocupa sus estanterías: las tarjetas del PRODE han llegado para

quedarse mientras los libros se amontonan en precarias condiciones, dificultando los servicios del centro do-cumentario.

Un caso menos patético pero no menos grave es el de la biblioteca del Consejo Nacional de Desarrollo, dependiente de la Secretaría de Planeamiento y Acción de Gobierno. Desde hace aproximadamente tres me-ses ha debido suspender la atención al público, que-dando sus servicios reducidos al uso de los funciona-rios y a los préstamos interbibliotecarios.

Si se tiene en cuenta que ésta es prácticamente la única biblioteca completa sobre temas de desarrollo económico y planificación en lo que hace a la Argen-tina, la medida resulta especialmente lamentable. Más de 300 préstamos mensuales han dejado de hacerse, o sea, más de 10 consultas diarias que satisfacían otras tantas necesidades de estudiantes, profesionales o in-vestigadores no pertenecientes a los organismos esta-tales. El motivo que condujo a esta situación restric-tiva fue la falta de personal. Ya mínimo desde antes, una nueva reducción afectó, naturalmente, los servicios al público.

Distinto es lo que ha sucedido en la biblioteca de la

Dirección Nacional de Geología y Minería. De acuerdo a diversas informaciones, la saludable decisión de cen-tralizar el fondo bibliográfico de esta dependencia con otras de Ja Secretaría respectiva dejó, empero, un sal-do peligroso. Por falta de disponibilidades en el nuevo local, las colecciones de revistas fueron a parar a un depósito del subsuelo, quedando fuera del alcance de bibliotecarios y lectores. Y es sabido que las revistas especializadas son fuente de consulta tan vital para el investigador como los mismos libros.

Algo similar ocurrió en la biblioteca de Agua y Energía. La sección de hemeroteca también sufrió aquí los efectos del resolucionismo oficial y las colecciones de revistas, en su mayor parte de 1968 para atrás, se trasladaron a un depósito fuera del edificio, a la espera de tiempos mejores que las reconviertan en material útil.

La actitud de las autoridades se refleja asimismo en el ámbito universitario. Las bibliotecas de las faculta-des de Medicina e Ingeniería son ejemplos de grandes fondos bibliográficos tradicionales en la Universidad de Buenos Aires, en crisis ahora, por arduas situacio-nes presupuestarias.

En la Facultad de Ingeniería, el problema parece aproximarse al límite. Hace casi 5 años que el presu-puesto de la biblioteca se conserva en la misma suma, 5 años en que la moneda argentina se devaluó en un 300 por ciento respecto al dólar, y del aumento gene-ral de los precios en el mercado bibliográfico interna-cional. Quizá este mismo año, de no mediar una fuerte inyección monetaria, alumnos y profesores de la fa-cultad deban comenzar a despedirse de la lectura re-gular de casi la mitad de las 900 revistas especializa-das que se venían recibiendo por medio de suscripcio-nes pagas.

Los ejemplos podrían seguir y la descripción hacerse más minuciosa. Cabría citar entonces, la falta de di-fusión que padece el Centro de Documentación Inter-nacional (en manos del Ministerio de Educación), bi-blioteca depositaría de todos los materiales producidos por las Naciones Unidas, Unesco, y demás organismos del sistema. O bien, para empezar por el principio, re-

SOLICITADA — —

flexional- acerca de los aproximadamente 7 mil pesos viejos al año que, para todo gasto, le corresponden a cada una de las bibliotecas populares del país. O in-cluso, saltando hasta las fronteras propias de la mejor picaresca española, mencionar la breve historia de la biblioteca del Consejo Nacional de Educación Técnica que, luego de fervorosos trabajos fundacionales, termi-nó transmutada en garage para los autos de los funcio-narios mientras sus libros eran alojados en un aula de la escuela industrial Otto Krause.

Pero no se trata de enumerar casos particulares, cu-ya consideración pormenorizada podría inducir a esti-maciones superficiales y para los que, además, segura-mente existe mil aparentes justificaciones. Por el con-trario, se trata de advertir la ausencia de una política eficaz —que en los hechos se convierte en otra políti-ca— y sus consecuencias concretas.

No está lejos dicha política de la que llevó el año pasado a estimar al libro como un artículo de lujo y gravar su, importación con un 15 por ciento. Tampoco está lejos de las otras trabas y dificultades que sufre la investigación científica y tecnológica en el país.

Desde el cargo burocrático, la biblioteca puede ser vista, simplemente, como un recuadro en el organigra-ma. Pero una vez más, en una porción más, lo que se sacrifica es el desarrollo del país al que tanto procla-mamos aspirar.

No puede creerse ya en las sencillas casualidades. Durante décadas, el prestigio de Argentina en el mun-do debía su origen al carácter culto y aparentemente progresista de sus grupos dominantes, blancos, euro-peos y tan refinados que se distinguían de los del resto de América Latina. La defensa de la actividad cientí-fica y cultural constituía parte de ese progresismo y parecía propio de la naturaleza de nuestros gobernantes.

^ Pero cuando el libro y la investigación quedan his-tóricamente en la disyuntiva de beneficiar a todos o no beneficiar a nadie, los herederos de aquella Argen-tina descubren su verdad y el mito del progreso se de-rrumba, no importa si en un sótano, si con excusas presupuestarias o si gracias al prode nuestro de todos los días. O

ASOCIACIONES DE CIENTIFICOS Y PROFESIONALES ANTE LOS SUCESOS DE TRELEW

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Mesa redonda:

La Universidad en América Latina

Con la participación de Risieri Frondizi (Buenos Aires), Arturo Jadresic Vargas (Chile), Oscar Maggiolo (Uruguay), Darcy Ribeiro (Brasil) y Fernando Storni (Córdoba), CIEN-CIA NUEVA realizó el 1° de agosto pasado, su segunda Mesa Redonda en el Centro Cul-tural San Martín de la Municipalidad de Buenos Aires. La discusión destacó la situación (pie vive la universidad argentina frente a sus necesidades reales y mostró las posibilidades de algunas soluciones originales que ensayan otros países del continente. Publicamos aquí un extracto de las opiniones más destacadas.

CIENCIA NUEVA

"Hace doce meses, en esta misma sala, la revista CIENCIA NUEVA reunió un panel de científicos en una Mesa Redonda cuya temática estuvo centrada so-bre las posibilidades del desarrollo científico en la Ar-gentina actual.

El éxito de aquella mesa gratificó lo que fue, para nosotros, un esfuerzo singular. CIENCIA NUEVA es una revista independiente y por su especialización no se dirige a un público masivo. Estas dos características quieren poner en evidencia que su publicación no es una aventura con objetivos comerciales, sino un acto de fé, de militancia, por parte de todos los que la hacemos.

El éxito de aquella primera mesa nos mostró que teníamos la posibilidad y la responsabilidad de alentar la discusión sobre temas de primordial importancia en la Argentina de hoy.

Entre los muchos temas que nuestra actividad toca, hay uno que lo sabemos y lo sentimos como priori-tario: la Universidad. Sentimos una profunda satisfac-ción por haber provocado la presencia conjunta de al-gunos especialistas en gestión universitaria, de cuatro países de este continente, para realizar una discusión pública sobre la Universidad en América Latina.

Por todo ello queremos insistir en que la posibili-dad física que una revista como CIENCIA NUEVA se publique actualmente en la Argentina y que se rea-licen reuniones como esta, está en ustedes que com-pran, que leen y que contribuyen a difundir CIENCIA NUEVA".

Alfredo Jadresic Vargas

"Chile es un país que afortunadamente ha tenido una trayectoria democrática, prácticamente a lo largo de toda su historia, sin una interrupción importante, y se ha respetado para las Universidades desde su funda-ción (y también prácticamente de una manera ininte-rrumpida ) lo que comprendemos como autonomía uni-versitaria. Esta Universidad ha podido jugar un papel a lo largo de su. historia condicionada a lo largo de las diferentes etapas por lo que ha sido la trayectoria del país. Fue en un momento la depositaría de los conceptos y principios republicanos, más tarde de las corrientes liberales; a principios del siglo presente y fines del anterior, ella se hizo parte en la lucha por un laicismo en la educación. Durante el presente si-glo y acentuándose a través de los años hasta el pre-sente, ha tenido una orientación fuertemente determi-nada por la existencia en nuestro país de un régimen capitalista y liberal. Esa fue la situación en que noso-tros encontramos a nuestra Universidad de Chile en 1968, cuando a lo largo de todo el país se hacía sentir una fuerza inmensamente mayoritaria por los cambios.

"Se ha reclamado también una democratización ma-yor del ingreso a la Universidad y esto ha sido a lo largo de estos últimos 4 años un motivo de preocupa-ción muy grande por la Universidad y, yo diría, de satisfacciones progresivas que se han acentuado enor-memente después del 4 de septiembre de 1970 en que un nuevo gobierno popular ha tomado el control de

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Alfredo Jadresic Vargas nació en 1925 y se diplomó como médico cirujano en la Universidad de Chile, Ha sido Pro-fesor Extraordinario de Medicina (1950), Profesor de Medicina en 1968 y, desde ese año, Decano de la Fa-cultad de Medicina de la Universidad de Chile. Autor de más de 100 trabajos publicados en su especialidad —en-docrinología— es miembro titular y honorario de varias sociedades científicas extranjeras, entre ellas la Royal So-ciety of Medicine y la New York Academy of Science. En 1969 fue candidato a Rector de la Universidad de Chile.

los destinos del país. De esta manera ha sido posible introducir un cambio sustancial en lo que era la tra-dición del ingreso a las universidades chilenas que ha significado establecer por primera vez un concurso es-pecial para el ingreso a ella de los trabajadores. Existen a nivel nacional pruebas de selección de alumnos que se aplican a todos los egresados de enseñanza media, pero el mismo tipo de selección se está aplicando aho-ra a grupos de trabajadores.

"En el año anterior se favoreció el ingreso de los trabajadores por un sistema de becas. Nosotros esta-mos _ claramente en contra del sistema de becas que significa alejar de sus actividades a los trabajadores para alcanzar la educación superior. Creemos que ese sería el mecanismo más seguro para producir eso que llamamos un descasamiento de los trabajadores en su afán de llegar a las Universidades para ascender den-

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tro del status social y económico del país. Eso no es lo que queremos lograr con el ingreso de los trabaja-dores a la Universidad; queremos exactamente lo con-trario: que la Universidad contribuya a romper las cla-ses sociales de tal manera que no importa de que sec-tor social vengan nuestros estudiantes, al cabo de 4, 5 o 6 años la Universidad esté entregando una sola clase: clase trabajadora, clase que haya llegado a una muy clara comprensión de que lo que está recibiendo de esta Universidad, es algo que debe tener esencial-mente una proyección social".

Risieri Frondizii

"La Universidad latinoamericana es un tema muy ge-neral y complejo. El tema me recuerda un examen que redactaron un tanto en broma los estudiantes franceses en mayo de 1968, el examen decía: Describa el cosmos, sea breve y preciso. Indique dos ejemplos.

La Universidad latinoamericana es un cosmos, en cierto sentido. En realidad es una idea abstracta y como toda idea abstracta, tiene cualidades que son antitéti-cas: es grande y pequeña, revolucionaria y reaccionaria, moderna y anticuada, etc. Por esta razón no me podré detener en una caracterización de la Universidad lati-noamericana en general.

Como la mayoría del público está, a su vez, com-penetrado de las condiciones en que se encuentran las Universidades argentinas, me voy a restringir a un tema muy preciso que es señalar por orden de menor importancia los defectos que, a mi juicio, tienen las Universidades latinoamericanas:

1) ^las Universidades latinoamericanas mantienen todavía su carácter colonialista y elitista;

2) no forman los profesionales, técnicos y científi-cos que el país necesita;

3) tienen bajo porcentaje de graduados; 4) bajo nivel y / o dependencia de la investigación

de las formas extranjeras de encarar los problemas; 5) falta el mínimo indispensable de planeamiento

en todos Jos órdenes: hay una anarquía completa; 6) el éxodo.

"El 40 por ciento de los estudiantes en la capital, y el 50 por ciento en el noroeste del país, abandonan la enseñanza media en primer año. Ese alto porcentaje que es estadística del Ministerio de Educación, no se debe decididamente a fracasos de orden intelectual, sino a la necesidad que tienen los muchachos aun en 1er año , cuando tienen 12 años, de trabajar y aportar de algún modo a la familia. Llegar a la enseñanza media también implica ya un privilegio, puesto que el 50 por ciento de los estudiantes en la capital' y el 72 por ciento de los estudiantes en el noroeste no terminan la escuela primaria; y es evidente que los que concurren a la escuela primaria no representan el 100 por ciento de las personas que deben concurrir de acuerdo a las disposiciones de la ley.

"Esto ocurre en la Argentina que tiene un altísimo porcentaje de alfabetos. Haití, en cambio, con un ele-vado^ porcentaje de analfabetismo, el 89 por ciento, imaginen Uds. qué ocurrirá en cuanto al privilegio que supone el concurrir a la Universidad.

Oscar Maggiolo nació en 1920 y obtuvo su diploma de ingeniero en la Universidad de la República, Montevideo. Ha sido becario en Francia y Gran Bretaña en temas de modelos hidráulicos físicos, especialidad en la que actual-mente orienta trabajos de investigación. Ha sido experto de las Naciones Unidas en Chile y Venezuela. Es profesor titular del Departamento de Máquinas de la Facultad de Ingeniería y autor de trabajos sobre la enseñanza superior. Actualmente es Rector de la Universidad de la República en Montevideo.

"Estos son los defectos, a mi juicio, fundamentales que tienen niveles distintos —repito— según las uni-versidades y los distintos países, pero que están pre-sentes en su mayoría, en todos los países.

"El otro problema sería, ¿qué hacer para remediar-lo? Problema mucho más complejo que el señalado. Por otra parte yo me he tomado el trabajo de indi-carlos en el libro La Universidad en un mundo de ten-siones y no creo prudente ni siquiera intentar resumir esas ideas. Quiero centrar más bien en la determinación de la enfermedad; si llegamos a ponernos de acuerdo acerca de la enfermedad, creo que ya habremos dado un paso muy importante para remediarlo. Lo grave es no tener conciencia de algunos de estos defectos y seguir practicándolos con gran entusiasmo patriótico y espíritu retórico y arcaico".

Oscar Maggiolo

"Pienso que la Universidad, en la medida que quiere efectivamente contribuir a producir un cambio, a ter-minar un proceso de independencia que ha quedado trunco, tiene que tener como característica fundamen-tal y esencial, la de formar profesionales y la de pro-ducir una investigación científica que sean esencial-mente críticos. Es decir, que el profesional no salga

Risieri Frondizi fue Decano de la Facultad de Filosofía y Letras y Redor de la Universidad de Buenos Aires de 1957 a 1962. Profesor de Etica hasta 1966 cuando renunció como protesta a la intervención de las Universi-dades. Antes y después de 1966 fue Profesor Visitante de Filosofía en varias Universidades sud y norteamericanas, donde ha dado también conferencias y en muchas Uni-versidades europeas. Con excepción de las Universidades chinas conoce las principales Universidades del mundo desde la Unión Soviética a Australia, de la India y Japón a Finlandia. Fue miembro del Instituto de Estudios Avan-zados en Princeton, ex-presidente de la Unión de Univer-sidades de América latina, miembro del Consejo Directivo durante dos períodos de la Asociación Internacional de Universidades; ex-presidente de la Federación Interame-rícana de Filosofía. Es actualmente miembro permanente del Instituto Internacional de Filosofía de París y muchas otras instituciones universitarias y filosóficas. Es autor de varios libros de filosofía, dos de ellos traducidos al inglés y un centenar de artículos y de un libro titulado La Uni-versidad en un mundo de tensiones: Misión de la Univer-sidad en América latina, editado en 1971.

simplemente capacitado para resolver determinados problemas técnicos que son sumamente importantes a la sociedad, sino que encare esos problemas técnicos con espíritu crítico. Vale decir, que sea capaz de de-tectar en las dificultades que se encuentran para re-solver los problemas, aquellas que provienen de defec-

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tos de carácter estructural, de defectos de carácter general, de aquellos problemas que son menos impor-tantes y que se dan simplemente por las circunstancias muy específicas en que se vive en ese momento en la sociedad.

"Por eso diría que la Universidad latinoamericana debe tener como misión tres rubros que en nuestro concepto son inseparables: la enseñanza superior, la investigación científica y la extensión universitaria. Es-tos serían los tres ingredientes fundamentales de nues-tra Universidad y estos ingredientes son, naturalmente, los de todas las Universidades, no sólo de América latina. Pero en la medida en que esta enseñanza su-perior, esta investigación científica y esta extensión universitaria, no se realicen en forma tal que se incida permanentemente con el medio en el cual la Univer-sidad está operando, yo comenzaría por decir que la Universidad no cumple la misión esencial que espera-mos de la misma.

"En lo que respecta a la extensión universitaria, que es posiblemente el concepto más vago de los tres que hemos definido como los fundamentales de la uni-versidad, nosotros entendemos que debe componerse de dos aspectos: la asistencia y la difusión cultural. La asistencia puede ser técnica, sanitaria o jurídica (tomo el ejemplo de la Universidad de Montevideo). La di-fusión consiste esencialmente en, no sólo llegar al pue-blo, que por las distintas causas que quienes me han precedido han analizado no puede acceder a la Univer-sidad. No tiene que ser solamente el llevar la cultura superior a ese pueblo, sino que tiene que ser una difu-sión que contribuya a proporcionarle a ese pueblo una formación tal que lo haga capaz de razonar, de pensar los problemas que fundamentalmente lo afectan. Es de-cir, que la extensión universitaria, a través de su tarea de difusión, tiene que ser la exteriorización de la fun-ción crítica de la Universidad con respecto a su socie-dad, llevada al pueblo extra-universitario fundamental-mente.

"Para terminar, repito que creo que el concepto fun-damental es que antes de ponernos de acuerdo sobre lo que la Universidad latinoamericana debe ser, debemos definir qué queremos con nuestros países, ver dónde están los defectos estructurales y tratar de acondicionar nuestra Universidad para facilitarle superar esa situa-ción y, en la medida en que esa situación se vaya superando, eso se va a retrovertir sobre la propia Uni-versidad y muchos de los elementos que en este mo-mento son evidentemente antieconómicos e ilógicos, en una sociedad organizada van a quedar resueltos —yo diría automáticamente— dentro de la propia Univer-sidad".

Fernando Storni

"Cuando CIENCIA NUEVA me. invitó a participar agradecí mucho, en primer lugar por ser de una Uni-versidad privada, pequeña, y sobre todo por ser del interior, cuya voz era importante que se oyera en Buenos Aires. En segundo lugar vi, tomando las dos palabras —Universidad y América latina— que era importante señalar el desafío que América latina plan-tea en estos momentos a esa vieja institución que es la Universidad y que, por lo tanto, aun reconociendo

Fernando Storni S. ]., nació en Buenos Aires en 1920. Es abogado, se graduó en Derecho en la Universidad de Buenos Aires; Licenciado en Filosofía en la Compañía de Jesús y Doctor en Teología en la Universidad Pontificia Grego-riana de Roma. En 1965 es nombrado rector de la Uni-versidad Católica de Córdoba, cargo que sigue desempe-ñando. En 1972 fue nombrado primer vicepresidente de la Unión de Universidades de América Latina (UUAL). Es autor de un libro titulado Reformas Universitarias en las Américas.

que muchos de esos desafíos que plantea la sociedad a la Universidad nacen por un efecto de los mismos universitarios sobre la sociedad, considero que la Uni-versidad debe realizar grandes esfuerzos para ponerse a la altura de este continente en ebullición. Y aunque le parezca raro a los argentinos, yo soy optimista sobre la Universidad; no tanto quizás sobre la Universidad argentina, pero después de haber estado un mes en compañía de unos 27 educadores, la mayoría rectores latinoamericanos, veo que la Universidad latinoameri-cana está en el proceso de responder a ese desafío del continente.

"La Universidad en la proyección social con su comunidad, nos plantea lo que voy a señalar co-mo último problema y que lo han señalado ya otros, es decir hasta dónde afecta la autonomía la necesidad de planificación de todo ese esfuerzo científico, y en-tonces esa autonomía que debe ser respaldada y de-fendida desde el punto de vista de la autonomía del saber, es necesario defenderla aún cuando en muchos casos en América latina el gobierno esté dispuesto a aceptar toda esta transformación de la Universidad. Es decir, que se le permita —y este es el gran prin-

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Darcy Ribeiro nació en Minas Gerais en 1922. Estudió Antropología, Sociología y Ciencia Política en San Pablo ,en donde se graduó en 1945. Pasó diez años con las tri-bus del Amazonas y el centro del Brasil. Más tarde fue profesor de la Universidad de Brasil en Río de Janeiro, y primer rector de la Universidad de Brasilia en 1961. En 1962 fue Ministro de Educación y Cultura; en 1964, pro-fesor de Antropología en la Universidad de la República (Montevideo) y en 1970 profesor de la Universidad Cen-tral de Venezuela. Actualmente se desempeña en la Uni-versidad de Chile.

cipio de la autonomía— que frente a la planificación y frente a una especie de mayor connivencia entre la Universidad y el gobierno aun en beneficio del pueblo, la autonomía debe mantenerse en cuanto que eso es lo que respalda el espíritu crítico de la Universidad; que la Universidad de tal manera, pueda mantener su ac-titud crítica y de concurso del saber racional con res-pecto a la comunidad nacional.

"Por eso el desafío de América latina a la Univer-sidad hoy en día. Parece que ella quiere responder a través de proyección social, tecnología y ciencia pro-pias, profesores que sean realmente investigadores, una participación de toda la comunidad en la marcha ge-neral de la Universidad y, por último, una defensa de la autonomía frente a la planificación, siempre y cuan-do esta autonomía se entienda como la autonomía del saber científico y técnico en la ayuda del mejor desarrollo de su comunidad".

Darcy Ribeiro

"Hace casi 20 años que trato con Universidades: in-tenté inventar universidades y modalidades nuevas,

busqué renovar universidades existentes, y debo con-fesar aquí, que mi sensación, mi sentimiento, es de frustración. . .

"La primera constatación frustradora es de que la Universidad latinoamericana es una institución alta-mente exitosa, formidablemente exitosa, pero no para los pueblos latinoamericanos, sino para la capa domi-nante. Durante el período colonial, la Universidad formó 150.000 letrados: 150.000 personas que fueron dignificadas con títulos universitarios, que pudieron situarse bien en la sociedad, que pudieron progresar personalmente y que pudieron aportar algo a su so-ciedad.

"Después de la Independencia hubo un esfuerzo formidable que hizo la gloria de muchos universitarios en el sentido de abandonar el viejo patrón hispánico y adoptar uno nuevo, el francés, el patrón napoleónico de la Universidad, con gran éxito. Claro que este mol-de nunca logró los éxitos que logró en Francia; nunca logro hacer de la Universidad una institución activa-dora y unificadora de la civilización francesa. Sin em-bargo, fue una institución que pudo preparar miles de abogados y de médicos modernos que hicieron su pro-pia prosperidad.

"Esta constatación puede llevarnos a otra: la Uni-versidad no sólo fue 'exitosa' sino que fue siempre connivente con el orden social. Uds. pueden decir que no hubo connivencia porque la Universidad siem-pre funciono como una agencia política en la cual se defendieron ideas libertarias y que representó un papel importante en las luchas políticas de América latina. Pero hay que preguntarse también si en esta función, la Universidad no era una entrenadora de los cacho-rros del sistema que después de aprender a morder aquí y allí se acomodaban muy bien como custodios.. . La verdad es que el 99 por ciento de los egresados de las Universidades, y quizás más, se acomodan muy bien después de egresados y su diploma puede no ser de primera categoría, pero de alguna forma logra reco-nocimiento de la sociedad v prepara su propia indepen-dencia, su propia posteridad".

"Un importante pensador argentino, Oscar Var-savsky, dijo una vez que el mal de nuestra Universidad latinoamericana es que no es nuestra: no es nuestra en dos sentidos: porque no es de nuestros pueblos, y no es nuestra por que no genera un saber propio.

"Ahora bien, después de este panorama tan triste y pesimista, quiero dar una carga mayor de pesimismo: esta Universidad nuestra, fracasada o ingenuamente vanidosa de pequeñas hazañas, universidad fracasada de sociedades fracasadas, está llamada ahora a enfren-tar un desafío terriblemente más difícil que los desa-fíos que ella enfrentó en cualquier tiempo: nosotros, seres humanos de cualquier punto de la tierra, estamos involucrados en un vuelco de extraordinaria profundi-dad del carácter mismo de la civilización. Ya son vi-sibles los síntomas de una civilización nueva que emer-ge, una civilización tan radicalmente distinta de la que existió hasta ahora, cuanto fue distinta la civilización preindustrial de la industrial. La independencia en América latina, que es un episodio de la Revolución Industrial. Esta nueva civilización va a provocar trans-formaciones aún más radicales en todo el mundo". O

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Ecología: Una toma de conciencia

Algunos fenómenos tales como la contaminación de la atmósfera en los países más des-arrollados y la destrucción deliberada de la naturaleza en Vietnam, han llevado a la eco-logía a un primer plano de la consideración mundial. Para informar acerca de este tema, Ciencia Nueva entrevistó a investigadores del Grupo de Ecología Animal de la CNEA y del Gabinete de Ecología Vegetal del INTA.

Ciencia Nueva: ¿A qué se debe la notoriedad que ha adquirido la Ecología?

Jorge H. Morello: La preeminencia de la Ecología en los últimos diez años no obedece a ningún avance meto-dológico especial ni a ningún descubrimiento que haya tenido una trascendencia tecnológica inmediata. La ex-plicación de por qué la Ecología es importante, difiere si se la da en un país industrializado o en un país en desarrollo: para un país desarrollado el ascenso a la notoriedad de la Ecología obedece a que se considera que es la ciencia que es capaz de resolver las tres crisis a las que esos países atribuyen importancia: la crisis de recursos, la del aumento de población y la de la con-taminación.

Los países industriales consideran por ejemplo que la contaminación obedece a que la sociedad industrial, que ha sido muy eficiente en algunos aspectos, ha sido ineficiente para eliminar los deshechos de su propia actividad.1 Esa es la óptica sueca, alemana, norteame-ricana o italiana.

En nuestro caso, la crisis ambiental deriva de hechos mucho más sencillos, por ejemplo, que muchos recursos renovables son explotados como recursos no renovables (se saca hasta que no hay más y cuando no hay más se abandona) o la forma de aplicar tecnología para "so-lucionar" problemas del agro (mucho pesticida, mucho abono), ya que de esta forma se los vuelve más pro-ductivos pero mucho más delicados.

Nuestra crisis es sencilla: básicamente es la conse-

Jorge H. Morello es doctor de Biología de la Universidad de La Plata. Fue docente en las Universidades del Litoral (1949-52), Tucumán (1953-61), y Buenos Aires (1961-66) en cuya Facultad de Ciencias Exactas fue Codirector del Proyecto de Cooperación Internacional "Estudios Fitoecológicos del Chaco Argentino". Desde 1966 trabaja en el INTA, cuyo Gabinete de Ecología actualmente dirige. Desde 1960 es miembro de la Carrera del Investigador del CONICET.

cuencia de los modos de explotación, conservación y manejo del medio natural.

Esos modos han sido impuestos por los países cen-trales y están estrictamente ligados a nuestra situación de país dependiente.

Eso es lo que quiere decir la frase, que se ve tan seguido en los diarios, de "deterioro progresivo" ya sea de cultivos perennes tradicionales como la alfalfa, de la producción de pasturas naturales, de los bosques natu-rales, de los suelos, etc.

C. N.: Pero ¿qué es lo que hace que se considere a la Eoología como adecuada para tratar esos temas?

J. H. M.: Su enfoque englobante, totalizador; su capa-cidad de captar el todo como un todo.

En cierta medida, la búsqueda de una ciencia englo-bante lleva implícito el reconocimiento que el enfoque analítico ha sido impotente para resolver ciertos pro-blemas. Es decir, el éxito del método analítico en cien-cias biológicas se debió a que era capaz de resolver un problema aislándolo. Por el contrario, el éxito de la Ecología se basa en que es la disciplina biológica que se acerca a la naturaleza en cnanto a sistema organizado, en su totalidad.

Eso se ve en muchos rasgos de la ciencia ecológica, por ejemplo, en que los parámetros que mide son sinté-ticos. Veamos algunos:

diversidad: es un valor que se mide en Ecología y que en cierta medida trata de expresar cuántas máquinas biológicas distintas hay en un ambiente determinado;

estabilidad: es una manera sintética de expresar resis-tencia a acciones de disturbio. Es una manera de deter-minar cuántas acciones de destrucción se pueden ejercer y con qué intensidad para provocar determinada ade-cuación del sistema;

1 En cuanto a las crisis da contaminación y de agotamiento de recursos, el planteo de "incapacidad" de la sociedad indus-trial debe leerse así: Las dos crisis son una consecuencia de la estructura de la sociedad de consumo la que para autoperpe-tuarse, tiende a un aumento no limitado y no discriminado de la producción industrial.

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pattern (diseña): es una medida del grado de hetero-geneidad del sistema. En el espacio horizontal y en el vertical; por ejemplo estratos de un bosque y distri-bución de los individuos de cada especie;

biomasa: medida de la cantidad de material vivo que hay en determinado volumen de ambiente físico. Da una idea del stock biológico que participa en determinada producción;

productividad: medida de la cantidad de material vivo que se forma en determinado lapso de tiempo, en determinado ambiente.

En general, los atributos de los sistemas biológicos que interesan en Ecología, son sintéticos. Además se da más importancia a las relaciones entre elementos que a los propios elementos.

De un estudio ecológico puede esperarse, además de los resultados habituales, el descubrimiento de constric-ciones: dónde están los "cuellos de botella", las per-turbaciones para el funcionamiento del sistema.

El enfoque ecológico es crítico de la totalidad porque la analiza toda. Como toda ciencia muy joven, y de desarrollo incipiente en la Argentina, tiene muchas ob-servaciones, muchas menos mediciones y a pesar de haber elaborado algunas teorías, debe reconocerse que el avance ha sido reducido en cuanto a capacidad de predecir y controlar los eventos ecológicos. Uno de los avances más notables ha sido la adquisición, como uni-dad conceptual, y metodológica, del ecosistema.

C.N.: ¿Qué es un ecosistema?

/ . H. M.: Ecosistema es un sistema abierto, de seres vivos y porción del ambiente ubicado en el espacio y el tiempo y cuyas propiedades de funcionamiento y autorre-gulación derivan de las interacciones entre todos los componentes.

C.N.: ¿Qué consecuencias tiene para nuestro país el auge actual de la Ecología?

/ . H. M.: El auge de la Ecología en los países indus-triales influye profundamente en la Argentina . . . pero implica muchos riesgos: el riesgo de transposición mecá-nica de problemas ecológicos de un país central a un país marginal, el riesgo de distracción de esfuerzos lo-cales en la solución de problemas que no son del país sino de los desarrollados, el riesgo de adiestramiento defasado en nuestros becarios: es frecuente que becarios que llegan de países desarrollados vienen permeados por el problema global, se interesan por el problema de la superpoblación en el orbe pero no están aptos para resolver problemas regionales o locales. Implica también el riesgo de que las empresas multinacionales signen a sus filiales en la Argentina un papel en la política de la contaminación que contribuya a resolver esos problemas en sus centrales, pero no aquí.

( En otras palabras, implica el riesgo que las orienta-ciones y prioridades se establezcan de acuerdo a necesi-dades que no son las de la Argentina.

C.N.: ¿Cómo encuentra al país una ciencia que accede a la notoriedad?

/. H. M.: Hay fenómenos que es necesario destacar: —en Argentina se acabaron las tierras vírgenes y, si

la agricultura avanza, lo hace sobre tierras cuyo pro-ducto es cada vez menor y cuyas constricciones eco-

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lógicas son cada vez mayores. Dicho de otra forma: ahora, para expandir la agricultura, queda el Chaco; pero en el Chaco las tierras buenas ya han sido ocu-padas y, por lo tanto, los estudios deben ser cada vez más eficientes y profundos porque cada vez que se hace una sustitución, se la hace en tierras con menor aptitud.

En ese sentido ha encaminado el INTA sus es-fuerzos al desarrollar la línea de cartografía de suelos y la de diagnóstico de los tapones a la productividad;

—el país está entrando en la construcción de grandes represas, grandes usinas hidroeléctricas, de grandes complejos industriales, etc., que pueden tener inci-dencia catastrófica. Es el caso de Futaleufú, Yaciretá-Apipé, Salto Grande. En otras partes del mundo •—en los casos en los que tampoco se hicieron estu-dios ecológicos de ese tipo de proyectos— hubo re-sultados no previstos y efectos residuales que llegaron a ser catastróficos. Hay muchos casos conocidos, en-tre ellos el de la destrucción de la flota pesquera en la desembocadura del Nilo al construir la represa de Assuan;1

—la Argentina está al borde de cambios irreversibles, por ejemplo, casi todos los pastizales en el deslinde entre la zona chaqueña y la pampeana se están lle-nando de leñosas por mal manejo. Disminuye la pro-ducción de forraje natural y aumenta la de leñosas. Es un fenómeno que si hubiese ocurrido en la pampa húmeda ya hubiese sido declarado problema de emer-gencia nacional, pero como ocurre en un área margi-nal, en un área donde la tierra no vale mucho no es emergencia nacional, pero a corto plazo puede serlo.

El plan Vinal (INTA - provincia de Formosa) pue-de ser el prólogo de una investigación más integrada;

—estamos en la etapa de eliminación definitiva de cier-tas especies, sin conocer sus nichos, es decir, sin que todavía sepamos qué papel ecológico desempeñan. Un ejemplo entre muchos es el del oso hormiguero, el tapir, el tigre, el ocelote, etc.;

—estamos en una etapa de utilización intensa no sólo de combustibles fósiles sino también de agua fósil. To-do el riego en la zona de Chilecito, parte del de Mendoza y casi todo el de San Luis y centros de La Pampa, proviene de agua que ya no tiene reemplazo, de napas que no se recargan. Debe analizarse este producto —el agua de napa fósil— de la misma for-ma en la que se analiza el petróleo, ya que cuando se acaba, se acaba. Es decir que en Argentina (pero no sólo en Argentina, ya que es un fenómeno común a los países dependientes) la explotación de los recur-sos naturales precede siempre a los estudios ecoló-gicos;

—estamos perdiendo "buffers" o almohadillas climáti-cas, como son los bosques, sin saber exactamente qué va a pasar cuando ellos desaparezcan.

C. IV.: ¿Hay antecedentes de estudios ecológicos para los proyectos argentinos?

J. H. M.: Conozco sólo tres casos: en el caso de Salto Grande una de las propuestas incluye un equipo de ecó-logos y en el proyecto de la planta de aluminio de

1 Dejaron de llegar los nutrientes orgánicos e inorgánicos que anualmente proporcionaban las crecientes y desaparecieron los cardúmenes de las bocas del Nilo.

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FIG. 2 _ DIAGRAMA DE LOS FLUJOS DE ENERGIA EN tJQS ECOSISTEMAS DE PASTOREO Y LOS PROCESOS ASOCIADOS

(SEGUN'. GALLOPIN • 1972 - MODIFICADO-) CARTOGRAFO! P.VIDAL MEDINA

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Puerto Madryn se encargó a la Fundación Bariloche la elaboración de un corte en el tiempo, es decir, cómo están ahora los sistemas ecológicos para luego ver qué pasa. En los proyectos del alto Paraná el Instituto Na-cional de Limnología de Santa Fe, actúa como consultor.

C.N.: ¿Cuál es el estado actual del desarrollo de la Ecología?

J. H. Ai.: La ecología acuática puede considerarse bien desarrollada, ya que ha tenido un refuerzo enorme por intereses de la FAO y apoyo de la Marina y del Consejo Nacional de Investigación Científicas y Técnicas. La terrestre está en la etapa en la que hay un cúmulo de observaciones y un cúmulo de descripciones estructura-les pero recién se empieza a analizar el funcionamiento del sistema.

En una palabra, en ecología terrestre hay muchos estudios sobre de qué está compuesto el sistema pero muy pocos acerca de cómo funciona ese sistema. En ese sentido la reunión de la Asociación Argentina de Ecología, realizada este año en Vaquerías, mostró que había un solo grupo trabajando en ciertos atributos de funcionamiento: el de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, que está definitivamente concentrado hacia la productividad de pastizales. Hay algunos estudios excelentes de poblaciones, hechos por el grupo de la doctora Di Pace, por la Universidad de Córdoba (palomas y hormigas) y la Facultad de Cien-cias de la UBA (roedores), pero ninguno de análisis de ecosistemas completos. Hay ramas enteras de la Ecología que no están cubiertas, por ejemplo, micrometeorología, balance energético, fenología de comunidades, etc.

Yo agregaría que Argentina sigue viviendo el drama del desarrollo independiente de la Zoología y la Botá-nica; además, todavía tiene el drama de que se trabaja en el mar de una manera, en la tierra de otra y en los ambientes de agua dulce del continente de otra. Es re-

velador que en Vaquerías se elaboraron tres informes diferentes para el mar, la tierra y el agua dulce. Y que el diálogo entre zoólogos y botánicos fuera un diálogo difícil por falta de elaboración en común.

C.N. : ¿Qué proyectos ecológicos considera necesario desarrollar?

/ . H. M.: Los proyectos y prioridades se fijan en base a consideraciones socioeconómicas pero, aceptando que debe haber una tendencia hacia el desarrollo nacional independiente, pienso que hay dos tipos de proyectos: el proyecto regional, grande, y el proyecto circunscripto, en tema o superficie.

Proyectos regionales grandes serían las investigaciones para definir las perspectivas a largo plazo de los gran-des proyectos de desarrollo regionales; se elaborarían modelos para definir esas perspectivas, fortalecer las previsiones, etc. Esos grandes proyectos de desarrollo regional son bastante conocidos: —la coalescencia de intereses entre la industria de hierro

y la producción de carbón vegetal. Básicamente la producción de hierro está en Zapla y hay un bosque que provee carbón. Pero no hay ningún estudio in-tegral de cómo funciona un bosque virgen de madera dura, qué productividad tiene (a veces se habla de 5 m3/ha, sin aclarar si es virgen o si se le ha pasado una primera, segunda o tercera mano). Un miembro de nuestro equipo participa en el único estudio eco-lógico-forestal que conozco vinculado con el aprovi-sionamiento de carbón para Zapla (convenio entre la provincia de Formosa y Fabricaciones Militares). Además se habla de la explotación de los Yacimientos

de Mutún con carbón vegetal sin haber encarado estu-dios forestales. Resumiendo, si Argentina va a tener una política de carbón vegetal, es imprescindible un estu-dio de estructura y funcionamiento de los bosques na-turales. Incluso es necesario estudiar decisiones posibles

H O M B R E . ;

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FIG. 3 _ DIAGRAMA DE LOS FLUJOS DE NUTRIENTES EN LOS ECOSISTEMAS DE PASTOREO Y LOS PROCESOS ASOCIADOS

- POR M O R E L L O MODIFICADO DE GALLOPIN —

CARTOGRAFO; P.VIDAL MEDINA

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en cuanto al uso de gas natural como complemento o en sustitución del carbón vegetal en la industria del hierro:1

—el uso múltiple de las aguas del Bermejo: en él juega un papel muy importante el análisis de la vegetación y los sistemas naturales para predecir posibilidades cuando se transformen en agricultura. Se trata del proyecto conocido como Canalización del Bermejo;

—la creación de una serie de oasis de regadío en la ve-cindad de la Cordillera, usando aguas del Bermejo y canalizándolas hacia los cauces, hoy secos, del Salado y del Dulce en La Rioja, San Juan y Mendoza. Se trata de un proyecto elaborado, en parte, por geó-logos que se desempeñaron en YPF;

—los problemas metropolitanos de Buenos Aires, en contexto, es decir excediendo el marco del propio problema urbano. Ello consistiría en analizar las re-laciones entre el sistema de la gran ciudad, el sistema rural, que le proporciona energía, y el sistema acuá-tico que, hasta ahora, ha funcionado como depósito de deshechos en tránsito y como vehículo para la transferencia de energía y/o material fuera del siste-ma nacional.

El Gran Buenos Aires, si lo analizamos en su rela-ción con la pampa, la mesopotamia y el río de la Plata es un proyecto que, en nuestra opinión, tiene más pers-pectivas de adquirir poder predictivo que el análisis de problemas parciales, como podría ser el de los des-hechos industriales, producidos por la gran ciudad.

Los grandes proyectos mencionados son solo eso: pro-yectos, pero hay dos que están en marcha y en los que no sólo participan los ecólogos sino que están verte-brados en la ecología: el estudio del valle del Paraná y el del desarrollo pesquero. En cuanto al segundo me remito al Dr. Olivier, del Instituto de Biología Marina de Mar del Plata, que tiene un estudio integral sobre los recursos pesqueros marinos.

El valle del Paraná es inundado cada año y cada inundación significa un pulso de nutrientes que hace que sea uno de los sistemas productivos más importan-tes de la Argentina. El valle del Paraná ya tiene un instituto de investigaciones, el INALI del Consejo Na-cional de Investigaciones Científicas y Técnicas, que es-tá trabajando en el proyecto de analizar el valle (que lle-ga a tener hasta 40 kilómetros de ancho) como un todo.

En cuanto a proyectos limitados, hay algunos que creemos que son más importantes: el estudio del siste-ma semiárido que, además de difícil, es donde va a avanzar la actividad agropecuaria Argentina cuando deje la pampa húmeda. No hay información sobre sistemas semiáridos y, en particular, faltan estudios sobre el efec-to de actividades que se superponen en el espacio, por ejemplo, la explotación forestal y la ganadera, ya que en nuestros montes naturales hay vacas pastoreando.

Otro es el sistema de montaña-, tenemos montañas pero no las incorporamos ni siquiera al contexto local. Salta tiene muchas montañas y la actividad del hombre de alta montaña tiene poco que ver con la del valle, y menos con la del de la llanura de aluvión. Faltan estu-dios de cómo incorporar la actividad minera, la ganadera

1 El gas de los yacimientos del norte y el que compramos por convenio a Bolivia, pasan por Palpalá.

Los entrevistados

El Grupo de Ecología Animal pertenece a la Divi-sión Agropecuaria de la Gerencia de Investigaciones de la Comisión Nacional de Energía Atómica y está orientado hacia el estudio de dinámica de pobla-ciones y la aplicación de técnicas radioisotópicas en ese estudio y otros dentro de la Ecología.

Actualmente se dedica a una población que es plaga de la alfalfa, isoca de la alfalfa (eolia lesbia), en convenio con el INTA, en laboratorios del Cen-tro de Investigaciones en Ciencias Agronómicas. Por otra parte realiza tareas de asesoramiento en aplicación de técnicas radioisotópicas en problemas de índole ecológica.

El G. de E. A. está coordinado por la licenciada María J. Di Pace, integrado por los licenciados Car-los Bernstein, Griselda Alsina y Miguel Villareal y cuenta con la colaboración de los técnicos auxiliares especializados Pedro Cuello y Santiago Ezcurra.

El Gabinete de Ecología Vegetal del INTA está dirigido por el doctor Jorge H. Morello y trabaja en distintos proyectos: Inventario de recursos na-turales (licenciadas Nélida Gazia, Mónica Adler y Nora Prudkin; ingenieros Rodolfo Burkat y Enri-que Riegelhaupt, y Ana de Michelis) que "es una lectura de la situación actual de vegetación y suelos y poder hacer un mínimo de predicciones sobre dos alternativas: si eso no se cambia y, si eso se cambia, para qué cambiarlo. Este estudio lleva el sesenta o setenta por ciento de la capacidad del equipo". Otro equipo analiza la estructura de comunidades y po-blaciones (licenciadas Inés Gómez y Ana Inés Mal-várez). Estudian la estructura de población de una planta que es plaga fundamental del centro del Chaco, el vinal, una leñosa que ha avanzado explo-sivamente en los últimos treinta o cuarenta años sobre territorios de pastizales. "La otra línea de trabajo es en gran parte de entrenamiento, cola-borando con el Plan de Estructura y Evolución de Ecosistemas del International Biological Program realizamos un estudio del desierto argentino y del desierto norteamericano (Plan Estructura y Función de Arbustal de Desierto: licenciado Guillermo Gold-stein)."

"Con la provincia de Formosa estamos integrados en una serie de proyectos que son mucho más am-plios: uno de ellos es el Plan Vinal que consiste en analizar cómo se instala, por qué y cómo puede controlarse la maleza leñosa que es más agresiva. Es un problema fundamental en una provincia de 75.000.km2 que tiene de 35 a 40.000 km2 ocupa-dos por esa planta.

"Estamos también en convenio con la Dirección de Investigaciones Forestales y Agrícolas de la pro-vincia de Formosa colaborando en un plan de eva-luación forestal enfocado fundamentalmente hacia la utilización de los bosques como productores de carbón para la industria metalúrgica."

Son auxiliares de investigación Marta Sierra y Luis Lando.

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y los recursos naturales de la montaña a un sistema ar-mónico de manejo de todo el gradiente topográfico.

El tercer estudio importante es, para nosotros, la integración de los gradientes locales del territorio na-cional. Parte de la República Argentina (la montaña y el Chaco, por ejemplo) está estructurada como un mo-saico de cosas muy chicas a las que sólo un enfoque ecológico puede permitir un estudio económico de su integración.

C.N.: ¿Cuál es el aporte de la ecología a la solución de los problemas del campo?

}. H. M.: Creemos que en cualquier sistema de valores que regule la vida nacional hay preguntas del campo que requieren una respuesta ecológica. Se han venido hacien-do estudios parciales —y muy bien— pero sólo para resolver problemas coyunturales, de hoy. Pero cada vez aparecen en la actividad agropecuaria más constricciones, ese "deterioro" del que hablamos; desde 1941, en San Luis, sabemos que la alfalfa se muere, pero cada vez se muere más y cada vez hay más problemas con la alfalfa.

C. N.: ¿Cuál es el problema de la alfalfa?

María J. di Pace: La alfalfa es un cultivo perenne; a principios de siglo un alfalfar duraba en plena produc-ción veinte a veinticinco años, alrededor del año 30, de diez a quince, hoy un alfalfar dura dos años, uno de tres o cuatro es un caso excepcional. Ya han disminuido el número de cortes. Por supuesto que ha disminuido tam-bién el área cultivada.

C. ZV.: ¿Qué orientaciones sería necesario desarrollar?

J. H. M.: Veamos ahora qué preguntas requieren res-puesta ecológica: ¿Cómo responden los sistemas agríco-las cuando se ejercen acciones mecánicas? Hay muchas inquietudes, por ejemplo, que las acciones mecánicas que se ejercen están estimuladas por la potencia de los tractores y la maquinaria agrícola que se vende; ¿en qué medida el agricultor mueve la tierra simplemente porque pagó mucho un tractor y se desespera de verlo inmóvil o porque es realmente necesario para la pro-ducción? ¿Cómo responden los sistemas agrícolas a la incorporación de nutrientes y de pesticidas? La pregun-ta de fondo es ¿cómo reaccionan a la aplicación de los tres tipos de acciones que son las más usuales y más con-flictivas, porque son caras, porque puede haber conflic-tos comerciales?

Otra pregunta es ¿cuál es la real migración de nu-trientes de un determinado cultivo, por qué canales se produce, por desplazamiento lateral del agua, por ero-sión, por la cosecha que se lleva, por la forma en que se mineraliza lo que queda en el campo? Todavía no cono-cemos la respuesta.

¿Como funciona un sistema de pastoreo natural y qué estimadores permiten evaluar si el manejo es exitoso o no? En este tema los grupos —de la Facultad de Agro-nomía de la Universidad de Buenos Aires y varios gru-pos del INTA— están trabajando muy bien en la pampa deprimida y en el espinal semiárido. Pero, para la impor-tancia que tienen las pasturas naturales, como "creado-

ras" de carne en nuestro país, hay muy poco trabajo hecho. Es muy difícil saber exactamente qué papel des-empeñan las pasturas naturales en la producción de carne argentina; pero este no es el único dato difícil de con-seguir, tampoco se conoce con exactitud, por ejemplo, cuánto producen o pueden producir los bosques natu-rales en relación a la demanda nacional de productos forestales. En este sentido hay una frase que se oye mucho —y puede ser un mito, pero aún no lo sabe-mos— que dice que nuestros bosques producen un producto que no tiene demanda externa . . . que produ-cen muy poco.1 Otra pregunta es ¿cuál es el mecanismo de explosión de plagas en cultivos de larga tradición como la alfalfa? En ese sentido el INTA, las Universi-dades y la Comisión de Investigación Científica están en un esfuerzo mancomunado. Pero en mi opinión falta el enfoque del alfalfar como ecosistema. En los últimos tiempos hay un tema que preocupa mu-chísimo al ambiente rural: los roedores. Básicamente los llamados de alerta vienen de dos lugares distintos: uno que ustedes seguramente conocen, los maizales de la zona de Pergamino; el otro, los cañaverales del norte, en donde los roedores se llevan una proporción impor-tante de la caña de azúcar.

C. N.: ¿Qué opina acerca de la enseñanza de la Ecolo-gía en la enseñanza secundaria y universitaria?

J. H. M.: Creo que ya han sido explicitadas. La reciente-mente creada Asociación Argentina ele Ecología ha prio-rizado algunas: el análisis del ecosistema (creo que el proyecto que pondrán en marcha la Fundación Bariloche y la Administración de Bosques Nacionales es el primer análisis de un ecosistema que se hace en el país, se trata del estudio de un bosque de Nothofagus)-, los estudios funcionales para que vayan enriqueciendo la información que proveen los estudios de estructura (sobre todo, de productividad), el desarrollo de la micrometeorología, el estudio de dinámica de poblaciones y el estudio de sistemas urbanos.

Carlos Bernstein: Este fue uno de los temas que se dis-cutió más álgidamente en la reunión de Vaquerías. En particular, no sólo la enseñanza universitaria sino en los institutos secundarios y aun primarios. Había, por ejem-plo, gente del INEC 2 que relató experiencias piloto en algunas provincias. Por otra parte el equipo de Morello está relacionado con una experiencia parecida.

Inés 'Malvarez: Así es. Hemos preparado un curso de actualización en Ecología para profesores secundarios de Ciencias Naturales. En cuanto a la experiencia que comentaba Carlos, agregaría que consiste, fundamental-mente, no en enseñar conceptos de Ecología, sino de dar Ciencias Naturales con un enfoque totalmente dis-tinto, un enfoque integrado de niveles de organización, o sea con una perspectiva ecológica.

C. B.: Por supuesto en Vaquerías se habló mucho de la enseñanza universitaria. El panorama es más'o menos el siguiente: en la Facultad de Ciencias Exactas de la Uni-

1 El creciente auge de las placas de madera oscura y veteado intenso en Japón y en los países nórdicos parecería sugerir lo contrario.

2 INEC: Instituto Nacional para el mejoramiento de la En-señanza de la Ciencia.

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SIMPLICIDAD

COMPLEJIDAD

PRODUCTIVIDAD

ESTABILIDAD

Figura 4. Los sistemas complejos, cotí muchas poblaciones, reciben el nombre de maduros. Son sistemas de baja productividad y muy alta resistencia que pueden ejemplificarse en un bosque de muchas especies. Sistema inmaduro es una etapa previa y sistema intervenido es una consecuencia de la explotación del sistema maduro. Los elementos de transformación de un sistema en otro y las variables implicadas, se indican en la figurav

Figura 5. Elementos de un ecosistema:

V: vegetales; E.S.: energía solar; m: material; H: consu-midores primarios (herbívoros); C: consumidores carni-ceros^ S: descomponedores.

versidad de Buenos Aires hay una cátedra de Ecología Animal, pero no hay de Ecología Vegetal; en Agronomía y Veterinaria hay una de Ecología Vegetal (pero no de Animal). En la Universidad de La Plata hay una carrera de Ecología que despertó mucha discusión. En la Uni-versidad de Córdoba hay una cátedra de Geobotánica con un grupo asociado de Ecología Animal. En Rosario se crea un grupo de Ecología (en formación). En Tu-cumán, en el Instituto Lillo y en la Facultad de Agro-nomía, se dicta Ecología. En Bahía Blanca se dicta Ecología Vegetal.

Con respecto a la única carrera de Ecología que se dicta en el país la discusión se centraba fundamental-mente, en si es conveniente formar a biólogos como ecólogos desde el comienzo o si es mejor formar buenos biólogos que luego se especializaran en Ecología. Fue este último enfoque —el de especialización a nivel de post-grado— el que se impuso en Vaquerías, pero por ahora no hay posibilidades concretas de llevarlo ade-lante.

J. M.: El único curso de postgrado con implicancia eco-lógica que existe es el de la Escuela de Graduados que funciona acá, en Castelar en el INTA, y que es un pro-yecto INTA-OEA-UBA-Universidad del Sur, encarado para agrónomos y que culmina con un Master en Pro-ducción Vegetal.

/. H. M.: La otra posibilidad es cursar, aquí y allá, ma-terias en otros institutos.. .

C. B.: . . . y que no se dictan para biólogos, por ejemplo, cursos de matemáticas para físicos o químicos o cursos de estadística para economistas.

M. J. D.: Los únicos cursos que se dictan en el país de Ecología merecen llamarse Introducción a 1a. Ecología o Ecología I.

C.N.: ¿En otros países de América Latina hay algún ejemplo que valga la pena mencionar?

J. H. M.: Chile. Por razones que no conozco bien, tuvo una fuerte tradición ecológica; un ecólogo italiano hizo escuela —Francesco Di Castri— un ecólogo chileno-alemán, Guillermo Mann, y un grupo fuerte en la Uni-versidad Católica. Todo esto le permitió tener un cri-terio ecológico integrado. Han fundado este año una Sociedad de Ecología y tienen, en la Universidad Cató-lica, un Instituto de Ecología que estudia y desarrolla muy bien tres o cuatro temas, entre ellos el análisis cli-mático y el de descomponedores.

En Venezuela pueden citarse el IVIC y el grupo de Mérida, formado fundamentalmente por argentinos.

C.N.: ¿Qué prioridad atribuye al estudio de la conta-minación?

J. H. M.: Querría empezar comentando esa confusión que se hace al inferir que Ecología es sólo un artefacto para destruir la contaminación. La Ecología tiene algo que ver con la contaminación, pero Ecología es el es-tudio de la estructura y el funcionamiento de la Natura-leza. La literatura de divulgación confunde mucho, sin hablar de los intereses que pueden existir para que nazca y crezca esa confusión. Pero Ecología es una cosa y contaminación otra.

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Una segunda aclaración es que la contaminación es un fenómeno de muy antigua data y cuya intensidad o no-toriedad es actual. Recuerdo que en 1958 estaba en Pasadena, California, y que en el laboratorio en el que trabajaba mi esposa se distribuían máscaras cada vez que el viento traía el smog de Los Angeles. En el fito-trón del CALTECH en el que yo trabajaba, con clima controlado, se usaban dos filtros distintos para los días en los que había, o no, inversión térmica y nosotros percibíamos lo que llamábamos el "olor a químico". En nuestro país hay otro tipo de contaminación —por ero-sión— y por destrucción de los "buffers". De su efecto hay noticias desde 30 años después de la segunda fun-dación de Buenos Aires. Repito: el fenómeno es viejo —y conocido— sólo la notoriedad es actual.

Creemos que no puede ignorarse la importancia del problema de la contaminación en nuestro país (que hay napas contaminadas, que el río Reconquista no tiene peces, etc.), pero que su priorización sólo puede surgir cuando se haga un análisis del problema ecológico glo-bal, nacional.

Por ejemplo, es evidente que para Mendoza es mucho más importante el manejo de torrentes que el de cual-quier tipo de contaminación del aire, que en Tucumán es fundamental el control de la erosión del área rural circunvecina (cada vez que llueve un torrente de lodo cubre prácticamente los bajos de la ciudad de Tucu-mán), que en Sáenz Peña (Chaco) la obtención de agua potable supera también la contaminación.

Consideramos importante señalar que en ambiente urbano es fundamental la ejecución de proyectos de es-tudios ecológicos sobre la primera napa. La primera

napa es la cloaca. Un ecólogo francés creó toda una es-cuela de ecología de primera napa, que es lo que primero se contamina y es receptante. Lo mismo para las aguas superficiales.

C.N.: ¿En qué forma interviene la Ecología para de-cidir el destino de un recurso, renovable o no?

C. B.: Creemos importante destacar que la contamina-ción es una forma de deterioro de ecosistemas, pero hay muchas otras. Es decir, en áreas urbanas como Buenos Aires o Rosario puede ser un problema, pero está el resto del país en que no lo es y ahí predominan otros problemas, como la creación de zonas áridas, la desapa-rición de grandes carnívoros, el mal manejo de recursos, el descenso de la napa de agua. E. R.: Creemos también que el concepto de gravedad debe ir ligado al de reversibilidad de los procesos^ de degradación: un proceso de degradación por contamina-ción del aire es en gran medida reversible, mientras que un proceso de degradación del suelo por destrucción de la estructura, es casi irreversible, prácticamente irrever-sible. J. H. M.: Hay otro aspecto de la degradación de eco-sistemas que es el siguiente: cuando en un sistema quedan pocos organismos, quedan pocas posibilidades de defensa; a fuer de obtener un monoproductor se crea algo tan inestable que puede provocar pequeñas catás-trofes; la producción siempre se paga con un impuesto: la pérdida de la estabilidad, la pérdida de la capacidad de autocicatrización.

Vocabulario técnico

Ecología: Es la ciencia que estudia la estructu-ra y el funcionamiento de la Naturaleza. "Pero cree-mos que puede decirse algo más: hay que poner el énfasis en las relaciones; no interesa tanto cuáles son los elementos, sino cómo son las relaciones. En cierta época se habló que Ecología era ser vivo y ambiente, actualmente se considera que ese punto de vista es anticuado; Ecología es relaciones entre seres vivos y además, entre ellos y el ambiente pero las acciones más intensas en investigación ecológica se centran en relaciones entre seres vivos."

Nicho: Es el papel que desempeña un organis-mo dentro del sistema. "Veamos un ejemplo: en todo bosque hay plantas de crecimiento rápido, aun en aquellos bosques estructurados para el crecimien-to lento. El papel de esas plantas de crecimiento rápido es 'cicatrizar' el bosque: si se abate un árbol, tapan el techo. El nombre que se da a esas plantas es, lógicamente, el de cicatrizantes."

Agua fósi l : Es la que en el pasado se ha insta-lado como napa sobre un estrato impermeable, y que la situación climática actual no permite que sea re-

emplazada si es sacada. Es el agua subterránea de napas que no tienen recarga actual.

Gradiente: Es una secuencia de determinada variable ecológica.

Descomponedores : Son bacterias y hongos que toman materia orgánica y la descomponen, hacién-dola recidable.

Dinámica de poblaciones: Significa estudiar una población como sistema y como funciona, es decir, cómo se dispersa, cómo se mantiene, qué controles ambientales o biológicos hay que hacer para gobernar el crecimiento de la misma, etc.

Comunidad: Es el conjunto de poblaciones. Por ejemplo la población de quebracho más las po-blaciones de todas las otras especies de plantas que coexisten con él en el "quebrachal". Comunidad y población dan origen a dos niveles de organización diferentes en la Ecología.

Población: Es el conjunto de individuos de una especie determinada en un lugar determinado.

J. H. M.: El problema escapa a los límites de la disci-plina y entra en el campo de las decisiones socioeco-nómicas.

C.N. : ¿Qué significa la Asociación Argentina de Eco-logía?

J. H. M.: Cosas muy interesantes. Significa posibilida-des de corregir los errores de nuestra formación: en la Asociación de Ecología por primera vez se estableció un vehículo coherente de integración zoológico-botánica y de integración mar-tierra-agua dulce. Las tareas a que se ha dado la Asociación son muy humildes: básicamen-te publicar las actas, es decir, prácticamente publicar la situación de la Ecología en Argentina en 1972 y estimu-lar la superación del trabajo de ese tipo, reuniéndonos anualmente.

Guillermo Goldstein: En la última reunión de la Co-misión Directiva se acordaron las siguientes tareas: 1) difundir la creación de la Asociación entre los trabaja-dores científicos y en el público, a través de los dis-tintos medios de comunicación de masas, 2) publicar las actas, 3) publicar un boletín y 4) organizar cursos y seminarios, uno de los cuales ya está en marcha: "En-foques ecológicos de los problemas de producción agríco-la"; otro curso será el de "Economía de los recursos naturales" que va a dictar Bartolucci, de la Facultad de Agronomía, a fines de setiembre; hay dos seminarios en marcha: "Dinámica de poblaciones", a dictarse en el Instituto de Biología Marina, con la coordinación de Olivier, e "Inventario de recursos renovables".

Hay otra serie de actividades propuestas, por ejemplo, promover la visita guiada de estudiantes de biología a distintos laboratorios de Ecología. O

Primera reunión de Ecología Vaquerías (Córdoba) - 24 al 29 de abril 1972

Entre el 24 y 29 de abril de este año se realizó la Primera Reunión Argentina de Ecología y Seminario Latinoamericano de Problemas Eco-lógicos, en Vaquerías, Córdoba, con la asistencia de cerca de 160 parti-cipantes.

En la misma se expusieron alre-dedor de 70 comunicaciones que abarcaron distintos aspectos de la ac-tividad científica en ecología en una amplia gama, desde los puramente descriptivos que predominaron, has-ta los realizados con enfoque funcio-nal, incluyendo tanto estudios teó-ricos como de aplicación inmediata.

Fue notable la ausencia de estu-dios integrados al nivel de ecosiste-

ma, lo que representa probablemen-te una herencia del sistema educativo tradicional en biología, dividido en botánica y zoología, así como un re-flejo de la dificultad de los estudios globales.

En base a las comunicaciones pre-sentadas, fue evidente que el nivel general de la ecología en el país, si bien mejor que en los últimos años, es aún relativamente bajo, aunque se pudo notar una tendencia al cam-bio de enfoques y aumento del rigor metodológico cuyo efecto probable-mente sea evidente en las investiga-ciones de los próximos años.

Los últimos días de la reunión fueron dedicados al Seminario Lati-

noamericano de Problemas Ecológi-cos de América Latina, con la parti-cipación de científicos de Brasil, Chi-le, México y Uruguay.

En el seminario se discutieron di-versos aspectos de los problemas de la ecología en Latinoamérica y se puntualizó su relación estrecha con las políticas científicas y los factores económicos y sociales. El alto grado de participación y la seriedad y pro-fundidad con que se discutieron es-tos problemas mostró que los parti-cipantes, aunque de composición muy heterogénea, compartían casi unánimemente la opinión de que los problemas y actividades científicas están profunda y evidentemente con-dicionados por los factores socioeco-

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nómicos y políticos y, por lo tanto, no pueden ser considerados aislada-mente.

Este rechazo general a la posición de la torre de marfil marcó el clima dominante en las discusiones y po-nencias, como puede confirmarse por el contenido de las recomendaciones aprobadas.

Recomeudactones aprobadas

Un número de ponencias se refirió a la relación entre las investigacio-nes ecológicas y las necesidades de los países. Se recomendó que las po-líticas nacionales referentes a recur-sos naturales y problemas ecológicos, sean dictadas con el necesario y ade-cuado asesoramiento ecológico, así como alertar sobre aquellos casos en que se estén tomando medidas erró-neas. Se puntualizó que la conser-vación y utilización de recursos na-turales posee un fundamental com-ponente socioeconómico y se decidió recomendar que se tenga en cuenta estos factores en toda adopción de medidas conservacionistas.

Se insistió en que las investigacio-nes ecológicas deben ajustarse a ór-denes de prioridades dentro de los lincamientos de las políticas cientí-ficas de los países latinoamericanos, las que deben ser fijadas en función de las necesidades reales de cada país, evitando la transposición mecá-nica de problemas ecológicos de paí-ses con diferente desarrollo econó-mico. Al respecto, se advirtió que la presente difusión y popularización de la ecología en los países subde-sarrollados, está centrada en el pro-blema de la contaminación ambien-tal, el cual afecta principalmente a los países o zonas altamente indus-trializadas. El peligro de esta tenden-cia a adoptar un orden de priorida-des importado, es el desplazamiento de la mayor parte de los escasos estudios ecológicos locales hacia los problemas de moda, en detrimento del estudio de problemas ecológicos más primarios y urgentes para nues-tros países. Se decidió propiciar un estudio de evaluación de prioridades para la ecología en Argentina. Tam-bién se tuvo en cuenta el problema de la relación de dependencia que existe entre los países en desarrollo con respecto a los altamente indus-trializados, la que en muchos casos ha sido aprovechada por éstos im-plantando en aquéllos tecnologías ob-

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soletas de elevado poder contami-nante. Esto se concretó en una reco-mendación de evitar que los países latinoamericanos se constituyan en receptores de tecnologías contami-nantes.

Otro tema intensamente debatido en el Seminario fue el de la enseñan-za. Se destacó que la ecología, por su carácter esencialmente interdis-ciplinario y sus objetivos de estudio, no es patrimonio cíe una sola carrera universitaria, sino que resulta rele-vante para biólogos, agrónomos, zoo-técnicos, arquitectos, sociólogos, mé-dicos, etc. Las recomendaciones in-cluyeron propugnar la introducción de los conceptos básicos de la ecolo-gía en los programas de las escuelas primarias y secundarias, que las aso-ciaciones de ecología designen Sub-comisiones Asesoras para la Ense-ñanza de Ecología en los respectivos países latinoamericanos, que en las carreras universitarias ligadas al que-hacer ecológico se incorporen los cursos específicos necesarios. En lo que respecta a las carreras más direc-tamente relacionadas con la ecología (Ciencias Naturales, Agronomía, Ve-terinaria, etc.), se recomendó que se provean los conocimientos de mate-máticas, química, física, biología, etc., indispensables para encarar el estudio integral de los recursos na-turales renovables y su utilización racional.

También se recomendó que la es-pecialización en Ecología se provea mediante la realización de cursos de post-grado, lo que representa una posición contrastante con la emitida por el Rector de la Universidad Na-cional de Buenos Aires en una re-unión sobre ecología, convocada por el_ Rectorado el 20 de abril de este año. En esa reunión, el Rectorado anunció que la Universidad de Bue-nos Aires planea crear la Licencia-tura de Ecología, Conservación y • Manejo de Recursos Naturales. En la reunión de Vaquerías se debatió extensamente la conveniencia de crear la carrera de ecología y se de-cidió mayoritariamente por la nega-tiva.

En otro orden de cosas, y consi-derando que la gran importancia de los estudios globales sobre ecosiste-mas va aunada a su alta complejidad, se_ recomendó acordar la máxima prioridad a todos los estudios refe-ridos al Análisis de Sistemas como enfoque metodológico cuantitativo que permite atacar los problemas de

estructura y función de sistemas com-plejos. También se recomendó fuer-temente la constitución de núcleos de investigación y equipos interdis-ciplinarios y la activación de la co-municación entre los investigadores, favoreciendo congresos, seminarios, intercambio de investigadores, etc.

Con respecto a la asistencia técni-ca internacional, se la consideró va-liosa, pero se destacó la necesidad de que los países receptores la re-chacen cuando sea condicionada o inadecuada a sus necesidades.

Reconociendo el rol del periodis-mo en la comunicación entre los cien-tíficos y el público general, se reco-mendó que las Escuelas de Periodis-mo de los países latinoamericanos desarrollan al máximo la rama del periodismo científico.

Se decidió también propiciar la formación de Sociedades de Ecolo-gía en los países latinoamericanos, con miras a la ulterior formación de una Sociedad Latinoamericana de Ecología, teniendo en cuenta que las situaciones y problemas ecológicos de América Latina son a menudo dis-tintos que los de los países más de-sarrollados, y la necesidad de una acción conjunta de los ecólogos de la región.

Otras recomendaciones aprobadas fueron de índole más especializada como las de crear una reserva bioló-gica en Vaquerías, propiciar investi-gaciones sobre aves y mamíferos, promover el control de la introduc-ción de especies exóticas, promover la investigación ecológica internacio-nal para el conocimiento y uso de cuencas hidrográficas, etc.

Memoria de [a Comisión Directiva y Elecciones

Luego de aprobarse el informe de la Comisión Directiva Provisional, se procedió a votar a los miembros propuestos para la Comisión defi-nitiva, la que quedó constituida co-mo sigue: Presidente: Jorge H. Mo-rello; Vicepresidente: Argentino Bo-neto; Secretario General: Santiago R. Olivier; Secretario de Actas: Eduardo Rapoport; Tesorero: Alber-to Soriano; Protesorero: Jorge Ares; Vocales dudares: Julio' Coniferas, Ricado Luti, María di Pace; Vocales suplentes: Guillermo Goldstein, En-rique Bücher; Revisores de cuentas: Rolando Braun, Gloria de Villafa-fie, Jorge Adámoli. O

Pero todo es posible. La falta de linealidad en los componentes electromecánicos de un reproductor de sonido, permiten a Holimar desarrollar su capacidad de trabajo a nivel artesanal. Por ejemplo, no existen dos cápsulas repro-ductoras de discos, cuyos canales sean exac-tamente iguales y mucho menos que tengan una respuesta a frecuencia plana. Con los parlantes sucede lo mismo. El primer paso es medir la cápsula y con sus curvas trazadas ecualizar el pre-amplificador, de tal manera que igualdad de canales y respuestas sean correctas (Correcto es para HOLIMAR una máxima desviación de 0,5 dB). Luego se prueban gran cantidad de parlantes, inyectándoles ruido blanco, en comparación a un elemento patrón; los que pasan esta prueba son juzgados con el sentido de encontrar pares en donde las diferencias sean mínimas. Estos pares son envejecidos artificialmente, obteniéndose así'la frecuencia de resonancia

final del parlante; en otras palabras, evitamos el sonido a "bombo" que producen los baffles después de un año de funcionamiento, por co-rrimiento de la frecuencia de resonancia, ablan-dándolos previamente. La boca de sintonía de los baffles no tiene una medida standard, por lo tanto es calibrada individualmente con el parlante que se usa. Se sobreentiende que estamos refiriéndonos a sistemas reflectores de bajos. La suma de estos trabajos y muchos otros, lar-gos de enumerar, nos permiten ofrecer un sis-tema completo de sonido, con la garantía de obtener el máximo de calidad con los elemen-tos empleados. Nada es fácil, pero sabemos que nuestras posibilidades nos acercan bastante a la per-fección. Compruébelo en nuestro laboratorio. Belgra-no 2482 - 47-1996.

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Rudolf Carnap

1 C.iandu lo conocí tenía 76 años y estaba con el cuer-po en dLir,it,i, pero la mente apasionada y lúcida. Fue ¡»' dfcefnbv de 1967 y en su casa de Los Angeles, a h que lL'jrné tn compañía de Aíonzo Church. Me im-prei.Tt la gravidez de su mirada honda y receptiva, vi naturalidad y su afectuosa disposición para el diá-logo. R, cuerdo que durante la conversación mencioné i.n artía-'o sobre paradojas modales, vinculado a su p.)L:tnk .i .en Williard Quine; después de buscarlo sin éxin> en si luhero tomó una ficha y anotó laboriosa-mente ton su ¡nano temblorosa que ya no obedecía a mi vi>l'iti.,id. Al promediar el atardecer su hija dio por terminad.! Li entrevista. Supe posteriormente que desde tut u tu rapo m médico le había prohibido que hablara dt }n,.',,tn d^pués de las seis de la tarde; es que le ies.ult.ihi imposible interrumpir la corriente de su pea-MTTwm, qut; seguía agitándose en él durante varias tMrj, * quizas nunca se detenía del todo. Se le puede

1 "7"•'"'•""eme esta frase de Hegel: "el que está . mMrjJ l t a « hlosoto", sólo que Carnap vivía esta t< ' «..va i--,. h modestia de un hombre que consagra

1 ''h. ! lüsquedf d e c k r i d a d y racionalidad en los i u u,., konuB y humanos y que sobre todas las

i-, tii sut iornprcnder

22 1.1 imanen que guardo de él se compagina natural-

mente con el carácter impersonal de su estilo polémico; no empleaba las discusiones teóricas como u n a másca-ra "honorable" para el ataque personal y l a autograti-ficación en desmedro de otros. Las normas ele claridad y objetividad eran también normas de su conducta. Cuando Gilbert Ryle, en una violenta reseña sobre su libro Significado y Necesidad escribió q u e la teoría semántica de Carnap era "grotesca y peligrosa", res-pondió con serena objetividad en el célebre artículo Empirismo, semántica y antología-, buena o mala des-de el punto de vista teórico —el asunto es discuti-ble— esta respuesta muestra a un hombre en quien el orgullo personal no ensombrece la búsqueda desin-teresada del conocimiento.

Era fácil percibir el cariño y la devoción que rodea-ban a Carnap; a Carnáp, como decía su discípulo Da-vid Kaplan, autor de una tesis doctoral en que com-bina y desarrolla las teorías semánticas de Carnap y Alonzo Church. En un momento dado le pregunté su opinión sobre esa tesis y su respuesta fue t ípica: "No es una simple tesis sino un tratado importantísimo. Después de leerlo abandoné por completo m i objeción a la jerarquía infinita de niveles semánticos que se produce en la teoría de Frege-Church; ahora creo que es inevitable". El que así acaba de cambiar de opi-nión —la tesis de Kaplan había sido terminada solo tres años antes— tenía entonces 76 años. E n la en-trevista estaba presente Alonzo Church, po r quien Carnap sentía una admiración ilimitada. Merece seña-larse que Church ha sido uno de los más agudos crí-ticos de las teorías semánticas de Carnap; ignoro el grado de amistad que hubo entre ambos, p e r o me pa-rece claro, por una anécdota que contaré e n seguida, que no fue enturbiada por las discrepancias teóricas. Durante la conversación se habló de un artículo que Church escribiría en respuesta a un trabajo de Israel Scheffler y que yo deseaba incluir en una antología semántica cuyo proyecto discutí con Church; de pron-to Carnap dijo: "Si el profesor Church dice que Scheffler está equivocado, entonces Scheffler está equi-vocado". Carnap poseía, sin duda, una gran capacidad de admiración.

• 2¡ C a r n a P n a c i ó e n 1 8 9 1 e n u n a pequeña ciudad de Alemania. Durante los años de s u infancia su madre escribía empeñosamente un largo l ibro sobre Ja vida de su propio padre, que fuera maestro y pe-dagogo; el, Rudolf, quedó "fascinado por l a actividad magica de «fijar los pensamientos sobre un papel»", y amo desde entonces esta práctica extraña. E s este el primer hecho importante que relata en su b reve Auto-biografía.^ Educado en un hogar profundamente reli-gioso, se desprendió gradualmente de sus creencias mís-ticas y adquirió ya en sus días preuniversitarios una concepción naturalista del mundo: el h o m b r e no es mas que una forma elevada de la vida orgánica; está solo en el universo sin protectores ni enemigos sobre-naturales; el sentido de su vida es obra enteramente suya; el objetivo más alto es el desarrollo d e la perso-

w í f l M d L a l y d e í e I a d o n e s h u m a n a s ^ n a s y f Í J u c h o s a ñ o s d«Pués , en el Manifiesto del

£ m o ° A V m a ( } 9 3 0 ) ' C u a n d o I a del na-C x e n ? 1 C 3 y e n d ° s o b r e , E u r o P a ' Ocluyó a Carlos ^ ontri íní '5 P T C U t S ° i e s d e l P™«vismo lógico, por su contnbucion al estudio científico de la historia él son S u v q u e

/m a y ° r Afluencia tuvieron sobre

SOn G o L t I o b F r e ge (1848-1925) y Bet t rand Russell

(1872-1970); el primero por su obra lógica y el se-gundo, además, por su introducción del "método ló-gico-analítico" en filosofía. Asistió a cursos de Frege en 1910 y 1913; vale la pena recoger lo que nos dice de este hombre solitario que se propuso construir toda la matemática sobre la base de axiomas y conceptos ló-gicos, formulando así la primera definición puramente lógica de número natural. En 1913 los alumnos de Frege —considerado el lógico más grande desde Aris-tóteles— eran exactamente tres: Carnap, un amigo de éste y un mayor retirado que tenía el hobby de la matemática. Carnap cuenta que Frege "raramente mi-raba a la audiencia; por lo común sólo veríamos su espalda, mientras trazaba en el pizarrón los extraños diagramas de su simbolismo". Esto nos recuerda a Moisés contemplando las espaldas de Dios en el monte Sinaí. Quizás Frege creía haber arrancado a Dios los secretos sobre la naturaleza del número; según Car-nap, antes de Frege "nadie (incluyendo a los matemá-ticos) comprendía realmente el significado de las ex-presiones numéricas". Pero su hazaña no impidió que debiese costear por sí mismo la edición de sus obras, pues lo rodeó la indiferencia.

La empresa de Frege culminó con los tres volúmenes de Principia Mathematica, de Whitehead y Russell, cuyo objeto era realizar el proyecto fregeano sobre bases nuevas. La fe logicista de esos años es hoy una flor agónica; pero Carnap mantuvo hasta el final su confianza en ella, por motivos que es razonable eludir en esta evocación. De una manera complicada, este empirista radical llegó a ser tal vez el último logicista puro del siglo xx, el último heredero de Leibniz, con-sagrado celosamente a separar las "verdades de razón" de las "verdades de hecho". Para que no se mezclaran inventó sus célebres "sistemas semánticos", que están asociados al nombre de Carnap como las golondrinas al de Gustavo Adolfo Bécquer.

No encuentro mejor modo de caracterizar su estilo de pensamiento que esta frase exacta de Williard Quine: "Carnap fue el primer empirista que, no con-tento con afirmar la reductibilidad de la ciencia a términos de experiencia inmediata, efectuó serios pasos hacia la realización de tal reducción". El fracaso de esta empresa desmedida no disminuye su gloria. Gra-cias a él sabemos hoy mucho más acerca de los límites del empirismo clásico; y Carnap fue el primero en extraer las consecuencias precisas, corrigiendo paulati-namente, con honradez imperturbable, las tesis más drásticas del positivismo lógico. Sus cambios de frente revelan tanta firmeza filosófica como las perplejidades de Platón en el Teetelo.

3. La guerra del 14 lo afectó de manera profunda. Fue "una catástrofe incomprensible" que aventó su ilusión de que la humanidad "estaba ya en la senda del progreso continuo". En 1917, después de servir tres años en el ejército alemán, fue transferido a Ber-lín, donde se dedicó a estudiar las causas de la guerra y "las ideas del movimiento obrero socialista". Como sus amigos de Berlín, dio la bienvenida a la revo-lución bolchevique y a la posterior revolución alemana. Y aunque a los pocos años contempló con desilusión los frutos del triunfo revolucionario, su inclinación por el socialismo no desapareció ya nunca.

Las ideas sobre el hombre y la sociedad que man-tuvo hasta el fin eran comunes a la mayor parte de los miembros del Círculo de Viena. Carnap gustaba de-

nominarlas "humanismo científico" y constituyen la maduración de su "naturalismo" inicial. Pueden resu-mirse en tres puntos:

a) La acción deliberada presupone un conocimiento del mundo y por eso el método científico —que es el mejor modo de obtenerlo— es el instrumento más valioso para la transformación de la vida.

b) La solución de los problemas sociales y econó-micos exige la planificación racional, lo que implica alguna forma de socialismo. Pero

c) el socialismo no es un fin absoluto: es solo un medio organizativo para "la realización del fin últi-mo: el enriquecimiento de la vida", el logro de una sociedad "en la cual el valor máximo no sea el poder del estado sino el bienestar y el desarrollo del indi-viduo . . .".

En la postulación de este "humanismo científico" Carnap se revela como un genuino discípulo de Rus-sell, quien también encarnó la tradición humanista que atraviesa la historia de Sócrates a Marx.

4. Uno de los últimos escritos de Carnap —proba-blemente el último— es un informe sobre los filósofos encarcelados en México por causas políticas después de las masacres de Tlatelolco, donde el ejército asesinó a centenares de estudiantes. Este informe fue redac-tado por Carnap pocas semanas antes de morir y estaba destinado a un Comité especial de la Asociación Filosófica Americana. Carnap estuvo en México en enero de 1970 y entrevistó en la cárcel a los filósofos Eli de Gortari y Nicolás Molina Flores, a quienes ofreció ayuda económica. Dice en el informe que Eli de Gortari "parecía muy contento y estimulado por la visita de un profesor (sic) con intereses afines". Esta frase sencilla muestra al hombre de cuerpo entero. En cuanto a Molina Flores, Carnap se enteró con pesar de que los presos comunes habían destruido los ma-nuscritos de su antología sobre empirismo lógico. "Le conté —dice después— que la traducción castellana de mi libro sobre los fundamentos de la física había apa-recido en Buenos Aires". Incluyo este detalle porque de algún modo nos incluye. "La señora de Gortari —sigue informando Carnap— me dio dos tarjetas y me pidió que escribiera unas pocas líneas a ambos filó-sofos . ; . Yo escribí para cada uno algunas palabras de admiración por su fortaleza, la tenacidad y ecuani-midad con que soportaban su suerte. Ambos leyeron las tarjetas y estaban visiblemente emocionados; dije-ron que la conservarían con cariño durante toda la vida. De pronto las trompetas y tambores señalaron el fin de la visita y nos abrazamos afectuosamente con Gortari y Molina. Me agradecieron cálidamente y me dijeron que este había sido su mejor día desde setiem-bre de 1968. Mientras me dirigía a la salida miré hacia atrás varias veces, vi que ambos estaban de pie en la puerta del corredor y los saludé con la mano".

En una milonga dedicada al guapo Nicolás Paredes, Borges lo imagina en el cielo jugando al truco. Ahora que Carnap también se ha ido, me complace imaginarlo en un cielo platónico, contemplando eternamente to-dos los sistemas semánticos posibles y paseándose en-tre las cantidades abstractas como un empirista empe-dernido.

Thomas M. Simpson

Sobre el éxodo de científicos: una experiencia positiva

Alberto P. Maiztegui

1. Brevísima información general sobre la Física y la Matemática en la Argentina en 1956, año de creación del Instituto de Matemática, Astronomía y Física (IMAF)

Hasta principios del año 1954, el to-tal de doctores en Matemática y en Física graduados en todas las univer-sidades argentinas desde su creación era 36, según un informe de la Di-rección Nacional de Investigaciones

Alberto P. Maiztegui es Doctor en Ciencias Visteo Matemáticas (Universidad Nacional de Buenos Aires, 1960), Profesor de Física y de Matemática (Instituto Nacional del Profesorado Secundario de Buenos Aires, 1942) y Maestro Normal (Escuela Normal Mañano Acosta, 1938). Ejerció la docencia media, superior y universitaria en diversas instituciones del país y es profesor fundador del Instituto de Física "Balseiro" de Bariloche (1955-61). Desde 1961 es Director del I.M.A.F. de la Universidad Nacional de Córdoba. Su actual campo de trabajo es la Enseñanza de las Ciencias, tema en el que ha realizado diversas publicaciones. Escribió con Jorge Sábato el texto "Introducción a la Física" (Editorial Kapeluz, 1955). En el I.M.A.F. dirige, desde 1964, un grupo de trabajo interdisciplinario. Ha sido y es consultor de la UNESCO en problemas de educación científica. Bajo su dirección, el I.M.A.F. introdujo en la Argentina las Actividades Científicas Extraescolares, creando la infraestructura de las Ferias de Ciencias y Tecnología y dándoles su organización actual.

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Científicas y Técnicas. Con ese nú-mero está claro que ni las tareas de investigación ni las de docencia es-taban atendidas como hubiera co-rrespondido a un país como la Ar-gentina. Tan es así que cuando la entonces recién creada Comisión Na-cional de Energía Atómica planificó sus tareas, debió organizar y crear en 1955 el Instituto de Física de Ba-riloche (hoy Instituto Balseiro), pa-ra satisfacer sus necesidades de in-vestigadores en física.

Al año siguiente, la Universidad Nacional de Córdoba creó el Insti-tuto de Matemática, Astronomía y Física —IMAF— sobre la base del personal científico y las disponibili-dades materiales del Observatorio Astronómico. Los primeros cursos de Física y de Matemática fueron atendidos principalmente por astró-nomos, por docentes de dedicación ordinaria y por profesores que desdé otras ciudades viajaban a Córdoba cada una o dos semanas, pues no ha-bía en la Argentina científicos dis-ponibles para organizar los cursos ni los grupos de investigación de acuer-do con modelos deseables.

Sin embargo, los esfuerzos reali-zados por la Universidad Nacional de Córdoba fueron fructificando; y hacia 1965 se logró organizar la do-cencia en forma aceptable y comen-zó a producir resultados un grupo de trabajo en Física Teórica y otro en Enseñanza de las Ciencias.

A pesar de esto, se podía adver-tir con claridad que era imprescin-dible una acción enérgica y eficaz para encaminar el IMAF hacia una producción científica capaz de lograr consideración en el ambiente de nuestras especialidades, tanto nacio-nal como internacional.

2. El Plan para formar nuestro personal

La experiencia adquirida hasta 1965 y la producción de graduados en otras universidades mostraron que el camino más prometedor era prepa-rar a nuestros propios egresados pa-ra que fueran constituyendo grupos de trabajo en los campos de investi-gación elegidos. Pero para que ellos adquirieran la formación deseable eran necesarios investigadores madu-ros y bibliotecas y laboratorios que no había entonces en IMAF, al me-nos en la cantidad o especialidad ne-cesarias para atenderlos.

Fue así como se elaboró un Plan para la formación del personal, sobre la base de un envío masivo del per-sonal joven (prácticamente todos con menos de 2 años desde la fecha de su graduación) a centros cientí-ficos del país o del exterior.

Las características más señaladas del Plan son las siguientes:

2.1. El IMAF, directamente o a través de científicos de reconocido prestigio, buscó especialistas en te-mas de interés para el IMAF, a cuyo lado pudiera avanzar en su forma-ción nuestro personal joven.

2.2. Una vez logrado un "direc-tor de trabajos", se buscó la forma de financiar la estada de nuestro jo-ven licenciado por un lapso lo sufi-cientemente largo como para que al-canzara a desarrollar un trabajo cien-tífico de buen nivel y —si fuese po-sible— un trabajo de Tesis. Ese lap-so no es fijo —por cierto— ni el mismo para todos; pero lo que sí se previo y se cumplió, fue que debía ser un lapso excepcionalmente largo puesto que al comienzo se contaba

con un joven graduado inexperto y con deficiencias en su formación científica y al cabo del mismo se re-incorporaría al IMAF un joven y ma-duro científico con capacidad para trabajar independientemente, condi-ción esencial para que el gran esfuer-zo realizado verdaderamente fructifi-cara. Esta es una de las claves del Plan.

En general, la financiación se ba-só en dos tipos de fuentes: una beca de alguna organización nacional o del exterior o una ayudantía en su lugar de trabajo (corresponde desta-car que en los últimos años se han obtenido varias becas del Consejo Nacional de Investigaciones Cientí-ficas y Técnicas —CONICET—) y se adoptó el sistema de enviar al per-sonal "en comisión" y no con "li-cencia con goce de sueldo", como un medio más de destacar el sentido de la permanencia fuera del IMAF y de asegurar más el regreso del per-sonal.

Por otra parte, cada uno firmó un compromiso, por su honor, de regre-sar al IMAF, salvo causas aceptables para la Universidad Nacional de Cór-doba.

2.3. Durante la estada de cada miembro del personal fuera del IMAF, la Dirección debía ocuparse de:

2.3.1. Proveer la Biblioteca con un mínimo de revistas y libros de la especialidad de cada grupo de tra-bajo en formación.

2.3.2. Proveer los laboratorios de un mínimo de equipos, materiales e instrumental.

2.3.3. Prever la incorporación al IMAF de graduados más jóvenes.

2.3.4. Prever que quién se hu-biere doctorado encontraría a su re-greso la posibilidad de progresar en su carrera universitaria, compitien-do en concursos de títulos, antece-dentes y oposición. De esta manera se trató de eliminar las causas de éxodo más conocidas: el joven y maduro científico que re-gresa del exterior con temas para trabajar y sabiendo cómo desarrollar-los y se encuentra con un laborato-rio sin equinos, una biblioteca sin revistas, nadie con quien trabajar y el mismo sueldo que antes de partir.

El plan se comenzó a ejecutar en 1966; los primeros regresos se pro-dujeron a fines de 1969 y aún sigue en ejecución.

3. Algunas reflexiones

Las hipótesis que constituyeron nuestro punto de partida para resol-ver el problema de formar nuestros grupos de trabajo pueden conden-sarse esencialmente así: lo que un científico quiere y necesita para de-dicar su vida a la investigación es poder trabajar y poder mantener de-corosamente a su familia.

Poder trabajar significa simple-mente (pero nada más y nada me-nos):

3.1. Disponer de una biblioteca con no gran número de libros, pero sí con un mínimo conjunto de revis-tas especializadas recibidas sin ex-cesivos atrasos (pueden aceptarse demoras de 2, 3 ó 4 meses en la re-cepción de cada número).

3.2. Disponer de equipo, instru-mental y materiales mínimos, aun-que se reciban los productos de im-portación con 1, 2 ó 3 años de de-mora.

3.3. Disponer de pequeñas canti-dades de dinero para Caja Chica.

3.4. Poder concurrir a reuniones científicas nacionales de su especia-lidad, cada año o cada 2 años.

3.5. Poder concurrir durante unos 3 a 6 meses, cada, aproximadamente, 3 años, a centros internacionales de alto nivel. Precisamente para cumplir este objetivo en su campo, atendien-do principalmente a físicos de países en desarrollo, se ha creado el Inter-national Centre of Theoretical Phy-sics, en Trieste.

Un científico puede considerar tri-vialidades a estos 5 puntos y tal vez tenga razón. Pero debe advertir que muchos universitarios, particular-mente quienes también desempeñan profesiones liberales, no considera-rán los 5 puntos como condiciones necesarias ni mucho menos y quizá algunos puedan considerarlas como abusivas. Los científicos harán bien en comprender que la evolución que ha experimentado la forma de ad-quirir formación e información por parte de un científico es tremenda-mente brusca en estos últimos 10 años y es difícil de comprender para quien no la vive: ya no es el libro el vehículo para comunicarse y casi ya no lo es la revista (de ahí la crea-ción de los "Preprints"). Me decía un matemático de muchísima fama, residente en EE. UU.: "Casi no com-pro libros y casi no leo revistas: ha-blo con la gente". La profusión con

que viajan los científicos de un país a otro es casi increíble, pero razo-nable; poco más o menos, significa lo mismo que hace 50 años signifi-caban los viajes a diferentes biblio-tecas o laboratorios de una misma ciudad o de ciudades cercanas.

Los 5 puntos del "poder trabajar" son necesarios para que el trabajo producido esté razonablemente al día y sea considerado de algún interés (naturalmente: no son condiciones suficientes).

En cambio hay un punto al que no debemos dejar a un lado al men-cionar condiciones necesarias para poder trabajar: la negativa intromi-sión de la política partidista en los centros de estudio y de investiga-ción, provenga de donde proviniere, del gobierno o de la oposición. En 1966 IMAF perdió casi la mitad de sus profesores por motivos políticos y estoy profundamente persuadido de que no hay fundamentación capaz de convalidar que se juegue en un día lo que al país le costó años de esfuerzos humanos y de esfuerzos económicos.

4. Resultados

Lo razonable de nuestra hipótesis ha quedado va demostrado, a pesar de que el Plan no ha finalizado: prácticamente el 100 por ciento del personal enviado fuera del IMAF ha regresado al terminar su estada y se encuentra trabajando en el Instituto. El personal que aún no ha regresado está en comunicación permanente con nuestros Grupos de Trabajo.

IMAF ha enviado 30 miembros de su personal a perfeccionarse en otras Instituciones, 26 del exterior y 4 argentinas: —Diez de ellos aún permanecen fue-

ra del país completando sus estu-dios.

—Dos continúan sus estudios en otras Instituciones de la Argenti-na.

—Uno ha fallecido. —Uno desarrolla sus actividades en

la Escuela para Graduados en Ciencias Agropecuarias (INTA —Balcarce— Buenos Aires), con la aprobación de la Universidad Nacional de Córdoba.

—Trece han regresado a la Argen-tina y desarrollan sus actividades

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en el IMAF; 8 de ellos ya han ob-tenido el Grado de Doctor (7 en Física y 1 en Matemática).

—Uno regresó a la Argentina, obtu-vo su título de Doctor en Física, trabajo en el IMAF y actualmente desarrolla sus tareas en la Univer-sidad Nacional de Rosario, hacien-do uso de licencia sin goce de sueldo.

—Dos de los que salieron apoyados por el IMAF no han regresado y han dejado de pertenecer a nues-tro personal.

O sea, quince han regresado; do-ce continúan sus estudios, uno ha fallecido y sólo dos parecerían ha-ber desertado.

En el período de organización del IMAF, diecisiete de sus estudiantes completaron su licenciatura en otras instituciones del país; cinco de ellos continúan en el IMAF formando par-te de su personal y preparando sus trabajos de tesiá.

El intercambio de científicos y la promoción de reuniones científicas

Es abundante el conjunto de decla-raciones, recomendaciones, normas, etc., emanadas desde los más altos niveles de gobierno (administrativos y científicos), que promueven el in-tercambio de científicos y las reunio-nes científicas dentro y fuera del país. En este sentido, la Dirección del IMAF ha realizado todos los es-fuerzos a su alcance para cumplir con aquel conjunto, pues está íntima-mente persuadida de que estas acti-

vidades cumplen en el ambiente cien-tífico una función análoga a la de oxigenar la sangre.

Es así como en 1971 se produje-ron en nuestro instituto los siguien-tes movimientos:

—Tres de nuestros profesores han sido invitados a desarrollar cur-sos en otras Instituciones del país; estos cursos duraron un total de ocho semanas y la participación de nuestros profesores fue total-mente financiada por las Institu-ciones invitantes.

—Ocho miembros de nuestro perso-nal han asistido a cursos en otras Instituciones, tres de ellas del ex-tranjero. Totalizaron 22 sema-nas de cursos; en 7 casos los gas-tos fueron atendidos por las Ins-tituciones invitantes y sólo en 1 por la Universidad Nacional de Córdoba.

—Diecisiete de nuestros docentes asistieron a Congresos y Semina-rios organizados fuera del IMAF, 14 de ellos en el extranjero; es-tos Congresos y Seminarios tota-lizaron 29 semanas; en 26 casos los gastos no estuvieron a cargo de la Universidad Nacional de Córdoba y sí lo estuvieron en los 3 restantes.

—Cinco miembros de nuestro per-sonal desarrollaron parcialmente sus trabajos científicos en otras instituciones, tres de ellas del ex-tranjero. Los gastos de 2 fueron atendidos por organizaciones in-ternacionales; de 2, por la UNC; y uno atendió sus propios gastos.

—Once profesores no residentes en Córdoba, uno de ellos extranjero,

han desarrollado cursos en el IMAF sumando un total de 32 se-manas de actividad. Los gastos de cinco de ellos han estado a cargo de la Universidad Nacional de Córdoba y los de los otros seis, de otras Instituciones.

—Seis profesores no residentes en Córdoba, cuatro de ellos extranje-ros, han dado conferencias en el IMAF. Los gastos de dos fueron financiados por la Universidad Nacional de Córdoba; y de los otros cuatro, por otras Institucio-nes .

—Cinco profesores no residentes en Córdoba uno de ellos extranjero, han conducido Seminarios en el IMAF; uno de ellos pagado por la Universidad Nacional de Córdoba y los cuatro restantes con fondos de otras Instituciones.

—Diez personalidades científicas, dos de ellas extranjeras, han visi-tado el IMAF dejando su aporte y asesoramiento; uno de ellos fue traído por la Univesidad Nacio-nal de Córdoba y los nueve res-tantes enviados como colaboración de otras Instituciones.

Todo lo expuesto conforma un sis-tema de trabajo que consideramos propicio para eliminar, o al menos disminuir, causas capaces de contri-buir al éxodo de científicos. Creo que el caso de nuestro IMAF no es único, por cierto; y sería interesante que se hicieran conocer otras experien-cias análogas: puede resultar una fructífera recopilación de informa-ción para el difícil problema de com-batir el éxodo de científicos y téc-nicos. O

los libros Suscripción anual (12 números) $

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N9 23: La lucha de clases en la Universidad

N? 24: Uruguay: La estrategia de los tupamaros

N? 25: Psicoanálisis y política en la Argentina

N9 26: El imperialismo en la Argentina

N9 27: Los canales del Gran Acuerdo

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im 5 COI y tec-

Capital tecnológico y autofinanciamiento de la expansión de las empresas

Mario Kamenetzky

La Empresa se considera habitualmente como un ente o sistema actuando entre un mercado financiero y un mercado económico.1

Del mercado financiero toma los capitales con los que constituye sus medios de actividad y mediante es-tos últimos genera los bienes o servicios que vuelca al mercado económico, y a cambio de los cuales recibe el valor de las ventas.

Al mismo mercado económico vierte el pago de los insumos físicos utilizados y el del trabajo empleado para la producción de los mencionados bienes o servicios. La diferencia da los resultados de la empresa, los cuales

P E L I G R O •ALTATEMSiOM

después de cubrir las amortizaciones de las inmoviliza-ciones del activo y los intereses de los préstamos reci-bidos del mercado financiero, constituyen los beneficios brutos.

El Estado toma una parte de esos beneficios brutos, a través del impuesto a los réditos, para sostener la infraestructura de los respectivos sistemas nacionales y el beneficio neto resultante debería retribuir los aportes de capital previa constitución de las reservas para el autofinanciamiento de la expansión.

Es en este modelo clásico, desarrollado en la figura adjunta, en el que se propone introducir algunas va-riantes.

1. El mercado tecnológico

La tecnología debe ser considerada como un factor de producción con individualidad propia y al mismo nive! que el capital, el trabajo y los recursos físicos. No basta con que un país tenga petróleo y capitales y mano de obra para explotarlo, necesita "saber cómo" hacerlo.

Los sistemas científicos y técnicos del propio país y del exterior constituyen un mercado tecnológico donde las empresas acuden en busca de los conocimientos necesarios para sus realizaciones productivas y donde vuelcan los resultados de su propia actividad creativa cuando ésta excede el marco de sus propias necesidades o los límites geográficos del mercado económico sobre el que vuelca su actividad productora.

El intercambio de la empresa con el mercado tecno-lógico origina algunos hechos que normalmente no se reflejan en los balances y cuentas de explotación. Por ejemplo los siguientes:

1.1 Las personas que han recibido de los sistemas científicos y técnicos, a través de la educación, el cono-cimiento tecnológico y que se incorporan a la Empresa para suministrar, el "saber cómo hacer" las cosas, po-drían considerarse como su capital tecnológico. Con esos recursos humanos se constituye uno de los principales medios de actividad de la Empresa.

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Los recursos humanos se asemejan al capital social en cuanto en cualquier momento pueden salir de la Em-presa y por ello formarían parte al igual que aquel de su pasivo. Su cuantificación podría lograrse por ejemplo por el procedimiento utilizado en Argentina por la Fun-dación Bariloche.2 Consiste en tomar la inversión edu-cacional promedio hecha por el país en cada tipo de recurso humano y agregarle el lucro cesante por no haber trabajado a partir de los 14 años.

Por otra parte, en tanto que medios de actividad, podrían considerarse como una inmovilización cuyo va-lor retorna a caja por vía de la amortización. La men-cionada Fundación Bariloche considera con ese objeto un período de vida útil que va desde el egreso del corres-pondiente nivel educativo hasta los 65 años que co-rresponde a la expectancia de vida en la Argentina en 1969.

Pero sucede que la inversión en educación no es un gasto real hecho por la Empresa. Se trataría pues de inversiones y amortizaciones ajenas, como bien lo dife-rencia la institución que se viene mencionando en este punto, al decir que pertenecen a la persona. Se podría agregar que además de ajenas, dichas inversiones y amortizaciones son virtuales desde el punto de vista de la Empresa.

La Fundación Bariloche incluye en el valor de sus recursos humanos, las sumas necesarias para la actua-lización del personal (educación permanente). Estas po-drían sin embargo ser tratadas aparte, como provisiones para cubrir la depreciación del conocimiento. La amor-tización contemplaría la reposición del capital tecnoló-gico como medio de actividad; la provisión aseguraría los gastos que hay que realizar para luchar contra la obsolescencia, es decir para mantener ese medio de acti-vidad en niveles óptimos. La primera seguiría siendo ijena y virtual. La última sería propia de la empresa y real.

Las dificultades, en todo esto, estriban en que mien-tras que con el capital social y los préstamos se consti-tuyen medios de actividad netamente diferenciados de Sos medios de financiamiento, el capital tecnológico es en sí mismo un medio de actividad.

1.2 El capital tecnológico podría dividirse en dos partes:

- un capital tecnológico operativo aplicado directamen-te a la producción, y

- un capital tecnológico creativo afectado a la genera-ción y adquisición de la innovación.

1 3 La compra o la generación interna de nuevas tec-nologías jumenta las inmovilizaciones del activo. Esas tecnologías deberían ser amortizadas en función de sus correspondientes expectativas de vida.

El activo registraría entonces: -tecnologías en uso compradas en cuenta capital o

generadas internamente menos sus correspondientes amortizaciones; F

- tecnologías vendidas a plazos mayores que un año; -tecnologías en curso de desarrollo o en stock-- realizable por venta de tecnologías a corto plazo, ni pasivo incluiría a su vez:

-deudas a largo plazo por compra de tecnologías; -deudas a corto plazo por compra de tecnologías. . 1.4 Los intercambios con el mercado tecnológico ori-

f ™ " nn

r e s u , . t a d o P ° s i t í v o o negativo que debería a ^ -f c o n . s u S18r»° respectivo al resultado originado por

el mercado económico para poder establecer lo" benefS-

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cios globales brutos de la empresa. Los pagos por tec-nologías alquiladas (regalías o licencias) deberían con-siderarse como parte de esos intercambios con el mer-cado tecnológico más que como gastos efectuados en el mercado económico.

1.5 Podría imaginarse una cuenta de gestión de la tecnología en la empresa .

Se le acreditarían: - l o s productos de la venta de tecnologías a terceros; - las retribuciones que virtualmente podrían obtener-

se por las tecnologías en uso y en stock; - los ahorros por mejor negociación de las tecnologías

compradas; ~ los menores costos logrados en la producción por la

optimización de los procesos u operaciones existen-tes;

- l o s precios de cesión de sus servicios de asistencia técnica a las ventas y de control de calidad a la pro-

ducción. Se le debitarían:

- l o s sueldos y salarios de los recursos humanos crea-tivos;

- los valores de locación, virtuales o reales, de los lo-cales ocupados;

- l a s amortizaciones de los equipos afectados; - l o s costos de los servicios utilizados; - l a s amortizaciones de las tecnologías compradas en

cuenta capital; - l o s gastos originados por los contratos para genera-

ción externa a la empresa de nuevas tecnologías. La enumeración anterior es simplemente ilustrativa y

no pretende ser exhaustiva. 1.6 Existe correspondencia entre el nivel cualitativo

y cuantitativo de la tecnología manejada y el valor cua-litativo y cuantitativo de los recursos humanos emplea-dos. No puede concebirse una tecnología compleja y costosa manejada con un capital tecnológico escaso y de bajo nivel.

_ Así como cuando las necesidades de medios de acti-vidad superan las posibilidades de los medios de finan-ciamiento existentes se aumenta el capital social o se solicita préstamos; cuando las tecnologías a manejar superan el capital tecnológico interno, es el momento de incorporar recursos humanos de mayor nivel al plantel de la empresa o pedirlos "prestados" al sistema científico-técnico.

2. El autofinanciamiento de la expansión

La constitución de las reservas de autofinanciamiento de la expansión que señala la sana teoría económica, suele quedar reducida en muchos sistemas socio-econó-micos a nada más que eso: una buena teoría. En la practica lo mas frecuente es que los beneficios netos ni siquiera retornen al mercado financiero: o salen al ex-terior o se aplican al consumo masivo o suntuario. El proceso de desarrollo se ve así fuertemente trabado por la penuria de capitales locales.

En es_as condiciones la constitución del fondo de au-tofmanaaimento podría llegar a hacerse obligatoria siem-

n , n ™ ^ E f a d ? a u t ° r i z a s e a formarlo mediante del E l ' f , e ^ ^ b e n e f i c i o s brutos antes del pago sn v X 3 ! Í l l t 0 S y S e H c i e s e cargo de asegurar

d i ñ o i Z T : T d ° 1 ° C n m ° n e d a P a t r ó n y dejándolo a disposición de las respectivas empresas para ser apli-

cado únicamente a desarrollos tecnológicos realizados dentro de la empresa o por contrato dentro del sistema científico-técnico nacional; a la instalación de nuevas unidades productivas o a la ampliación de las existentes.

El Estado jugaría así un doble rol: - a través de las inversiones que realiza en el sistema

educativo, para la formación de recursos humanos efectuaría los aportes de capital tecnológico que ne-cesitan todas las empresas;

- p o r la formación del fondo de autofinanciamiento de la expansión y el mantenimiento posterior de su valor monetario local promovería la utilización in-tensiva de ese capital tecnológico.

3. Consideraciones generales

Estas sugerencias surgen de la labor de un tecnólogo. Se publican con el objetivo de excitar la imaginación de los economistas e incitarlos a desarrollar instrumentos de contabilidad y control de gestión que tengan en cuen-ta la irrupción de la teconología como variable separada en la ecuación de la producción.

Quedan para el tecnólogo muchas dudas y problemas que por sí mismo no sólo no podría resolver, sino tan siquiera estudiar metódicamente. ¿Qué pasaría con las reservas de autofinanciamiento en el caso de empresas deficitarias? ¿Y qué en el caso de quiebras? ¿Cómo se debe amortizar la inversión en capital tecnológico y quién debe hacerlo? ¿Debería el Estado garantizar el valor del fondo de autofinanciamiento de la ex-pansión en monedas más estables que las locales, pagar además intereses cuando las correspondientes sumas no fuesen utilizadas? ¿Sería extensible el concepto a la creación de fondos de amortización con garantía anti-inflaciónaria? ¿Cómo conviene contabilizar los gastos

que exige la generación de la innovación intraempresaria o por contrato? ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de incorporar tecnologías al activo frente a la posibi-lidad de alquilarlas? El alquiler de tecnologías, ¿se ca-pitaliza a través de los recursos humanos? Aun cuando así fuera, ¿no sigue siendo un capital ajeno?

Los economistas dirán si conviene crear grupos inter-disciplinarios para considerar estos interrogantes y otros que seguramente han de surgir o si estas fantasías care-cen de todo valor y son sólo el efecto lateral de una mala terapia al pretender el tecnólogo autoadministrar remedios económicos cuyo mecanismo no conoce a fon-do para atacar los males tecnológicos que le toca so-portar.

Una observación final: el intento de cuantificar algu-nos aspectos del papel de la tecnología en la vida de las empresas, no debe llevar a la pretensión de reemplazar la visión cualitativa de los diferentes aspectos involu-crados (nivel de los recursos humanos empleados, tipo de tecnología generada y/o empleada, relaciones con los sistemas científicos locales y externos, etc.) por una ex-presión matemática que relacione el debe y el haber tecnológicos o las entradas y los gastos originados por la tecnología.

Más que una medida que entraña siempre la compa-ración con una unidad patrón y está expuesta a los errores del sujeto que la realiza, lo que se debe buscar es una expresión que explicite el rol de cada uno de los insumos y productos de la actividad tecnológica y que traduzca en cierta forma sus cualidades. <C>

Referencias 1. Boucbet, G., Comment controler la rentabilité de votre en-

treprise, Tomo I, 4* ed. Entteprise moderne d'edition, París, 1965.

2. Fundación Bariloche, Informe 1970-1971, San Carlos de Ba-riloche, 1971.

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Hewlett-Packard presenta ventajosos avances tecnológicos en calculadoras

Lenguaje algebraico de programación. Presentación alfanu-mérica visual o impresa.

Nuestras nuevas calculadoras elec-trónicas establecen una comunicación natural entre el operador y la máquina. Los algoritmos se entran en la misma forma que se escriben. Las instrucciones se dan en idioma claro en lugar de código y los resultados se obtienen en la misma forma, sin necesidad de anotaciones.

Nuestro modelo 20, por ejemplo, en su forma básica tiene suficiente capacidad para 17 ecuaciones simul-táneas, pero puede resolver hasta 36 con la incorporación de módulos enchu-fabas optativos. La capacidad y adaptabilidad de la calculadora puede aumentarse aun más agregándole equi-

pos periféricos de la amplia línea que ofrece Hewlett-Packard, tales como una graneadora rápida de gran exactitud (con capacidad de escritura), unidad de cinta magnética de cassette, máquina de escribir, lectora y perforadora de cinta de papel y muchos otros aparatos.

El teclado de la calculadora puede adaptarse a funciones especiales me-diante pequeños módulos enchufables que contienen memoria de lectura solamente. Estos dispositivos posibilitan el desarrollo de cálculos complicados por comando de una sola tecla.

Con otros módulos enchufables se puede controlar el funcionamiento de equipos periféricos, tales como la máquina de escribir, la grafícadora o unidades de entrada y salida. También se puede disponer la intercomunica-

ción de unidades periféricas con comando por teclado.

Entre otras ventajas del modelo 20 se destaca la facilidad de efectuar correcciones o cambios. Con una sola tecla se localiza cualquier paso del programa para hacer correcciones, eliminaciones o inserciones a voluntad.

Con el modelo 20 no se necesita un operador especializado y puede evitarse una gran inversión de capital en computación.

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Señor Director

Le envío para su publicación, un ar-tículo sobre el papel político de la ciencia, aparecido en la revista fran-cesa Survivre de octubre 1971. Su con-tenido no va a resultar muy novedoso para los lectores argentinos que ya cuentan con variado material de ideas similares, pero además de su claridad y fuerza, este artículo tiene la impor-tancia de estar firmado por A. Gro-thendieck, uno de los dos o tres nom-bres más respetados en la Matemática actual (en la misma revista colaboran C. Chevalley y P. Samuel, otros dos matemáticos de primerísima línea). Como por desgracia el criterio de au-

toridad sigue valiendo para muchos, es bueno que se vea cómo empiezan a aparecer en la línea "anticientificis-ta" nombres respetados hasta por los más conservadores. Quiero además hacer justicia a Gro-thendieck, a quien acusé en un recien-te libro (Hacia una política científica nacional) de haber hecho cientificis-mo en Vietnam del Norte, inculcando una falsa idea de la ciencia que debe hacer una persona de ideas socialistas. En estos dos años Grothendieck parece haber avanzado mucho con respecto a su visión de la ciencia actual.

Oscar Varsavsky

¿Continuaremos la investigación científica? Alexandre Grothendieck

Desarrollo y objetivos de las ciencias exactas

Desde sus comienzos en el siglo xvi, las ciencias exactas se lian desarro-llado en gran parte independiente-mente de nuestras necesidades pri-mordiales. Por el contrario, su desa-rrollo ha estado muy condicionado por presupuestos y objetivos econó-micos e ideológicos anteriores; estos últimos, a su vez, han sido fuerte-mente influidos por la ciencia lle-vándola por caminos alejados de la realidad. Esta influencia se ha hecho sentir no solamente por las conse-cuencias de los progresos técnicos que la ciencia ha hecho posibles, sino también en la justificación que las formas de pensar llamadas "cientí-

ficas" proporcionan cada vez más a las condiciones de vida que prevale-cen en la actualidad y a la ideología dominante que las sostiene. En ese aspecto es particularmente significa-tiva la super-especialización de la cual todos somos víctimas en todos los dominios de la actividad (tanto manual como intelectual) y la estra-tificación de la sociedad siguiendo los criterios llamados "objetivos" de subordinación de las diversas espe-cialidades unas a las otras, o de com-petencia individual (o de mérito) dentro de cada especialidad.

La ideología cientificista

En el siglo xvi, la forma del pensa-miento científico en Occidente, atra-

vesó una etapa importante para lle-gar a ser en nuestra época la forma de conocimiento dominante. Esa for-ma de conocimiento pretende ser universal y más aún , quiere ser la única verdadera. Verdadera por que sólo ella "da cuentas de la realidad", es decir, que sólo el uso del método experimental-deductivo permite te-ner acceso a conocimientos valede-ros. Progresista en una época, la ciencia, por su tendencia imperialis-ta, se ha transformado en una de las más poderosas herramientas de des-trucción de otras formas de conoci-miento: —destrucción de culturas no técni-

co-industriales —encarnada en nuestros países por

la tecnocracia, n o tolera entre la

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gente otros deseos y verdades que no sean los referidos a ella.

El cientificismo ha llegado a ser, en la actualidad, la ideología domi-nante de todos los países del globo (con reservas para el caso de Chi-na). Según esa ideología, sólo el ex-perto estaría habilitado para pronun-ciarse sobre cuestiones que son del dominio de su especialidad. El mito del cientificismo asienta las bases del poder colectivo de la tecnocracia y de sus privilegios. Resulta entonces que el cientificismo es además la ideología de la tecnocracia que a su vez es un instrumento dócil en las manos de la clase dominante, forma-da por los grandes patronos políti-cos, industriales, financieros y mili-tares.

La ciencia actual como principal fuerza negativa

La ciencia tal como la conocemos hoy, es una de las principales fuer-

3 2

zas negativas en el desarrollo de la sociedad. No se la puede criticar sin cuestionar al mismo tiempo a los que la definen por su práctica misma: los científicos, que forman las capas superiores de la tecnocracia. Esos as-pectos negativos se expresan por:

1) Independientemente de las motivaciones de los investigadores individuales, la ciencia pone en ma-nos de una minoría de " je fes" un poder inmenso y potencialmente des-tructor, cuando tal como están las cosas es inevitable que un poder se-mejante será utilizado de mil mane-ras destructivas, poniendo de ese modo en peligro nuestra misma su-pervivencia por primera vez en la historia de la especie humana.

2) El conservadorismo de la cas-ta científica y los mitos pretendida-mente "científicos" del cientificis-mo, sirven para justificar las condi-ciones dominantes de la sociedad ac-tual y la tendencia auto-destructiva —llamada "progreso"— de la civili-zación industrial que lleva a un cre-

cimiento ilimitado de la producción industrial, del consumo, de la cien-cia actual y de las técnicas que la acompañan; crecimiento concebido como un fin en sí mismo, sin tener en cuenta nuestras necesidades y nuestros deseos ni las exigencias de humanidad y de justicia.

3) El método de las ciencias, en su práctica actual, engendra relacio-nes alienantes (competencia, jerar-quía, nepotismo . . .), entre los in-vestigadores científicos y una mar-cada tendencia hacia el elitismo y el esoterismo. Esas tendencias se refle-jan fielmente en tendencias idénticas de la sociedad global.

4) En la gran mayoría de los ca-sos, la motivación de la investiga-ción científica no es ni la felicidad de la humanidad ni la necesidad de creatividad del investigador, sino que reside en una fuerte presión so-cial, ya que la publicación de resul-tados ha llegado a convertirse en fac-tor de promoción social, es decir de la simple "supervivencia" social para

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mantener su empleo o para conse-guir alguno. Así la investigación científica, tanto como los estudios y como el dinero, se han transformado en un fin en sí; para la sociedad un simple medio de selección social y para la persona un arma en la lucha por un lugar bajo el sol. Esto se re-fleja también, en condiciones análo-gas, en el conjunto de la sociedad: con raras excepciones, la actividad profesional de todos y cada uno de nosotros es alienante, castrante. Cumple entonces perfectamente su función de insertarnos dócilmente en una civilzación incoherente en su totalidad, marcada por la competen-cia, por la expansión ciega, por la represión que sufrimos todos desde que nacemos, por la explotación y por la pérdida de cada uno de noso-tros sin excepción de todo poder so-bre nuestra vida.

Hacia una nueva cultura

La civilización industrial tal como la conocemos, ocasiona tales catás-trofes que nos parece condenada a derrumbarse en el curso de los pró-ximos decenios. Este derrumbe no podrá ser evitado con enmiendas o incluso con cambios puramente téc-nicos. Por el contrario, ya es tiempo de poner en primer plano los deseos y las necesidades de la gente. De este modo podrían nacer civilizaciones y culturas nuevas que representarían una nueva etapa en la evolución de la vida. Gérmenes de esa Nueva Cul-tura ya existen y desde ahora pode-mos asociarnos a su crecimiento. Co-mo potente catalizador de semejan-te evolución, podemos prever el as-censo de oleadas sucesivas de revo-luciones culturales en diversos paí-ses del Este y del Oeste, como la que ha tenido lugar en China y (en una escala más modesta) en Francia en 1968, desencadenadas por la pro-gresiva toma de conciencia por parte de las masas de alienación de cada uno de nosotros y de la incoherencia global de nuestro tipo de civiliza-ción.

Hacia una nueva ciencia

Esas transformaciones se produci-rán paralelamente al nacimiento y la progresión de una nueva ciencia, es decir de una nueva práctica científi-ca, que será la de nuestras necesida-des y nuestros deseos. Se distingui-rá de la práctica actual:

1) En la elección de los objetivos, que se subordinarán siempre a las necesidades y a los deseos de todos los hombres. El principal esfuerzo de la investigación se centrará en ta-reas como la agricultura, la ganade-ría y la piscicultura, la producción de energía descentralizada para pe-queñas comunidades, la "medicina popular", el desarrollo de tecnolo-gías "livianas" utilizando poco o nin-gún material no renovable como los metales, todo ello dentro de un es-píritu "ecológico", preocupado cons-tantemente por el mantenimiento de los equilibrios naturales.

2) En el Método, que no deberá continuar ateniéndose a una separa-ción artificial entre las facultades puramente racionales y otros pode-rosos medios del conocimiento como la intuición, la sensibilidad, el senti-do de lo bello y de la armonía, el sentido de la unidad en la naturaleza y con la naturaleza. Desaparición del tipo de "especialista", al ligar estre-chamente la investigación de cada uno con su vida de todos los días y la satisfacción de las propias necesi-dades, de las de su familia, de su co-munidad y de su pueblo. Reunión de las actividades corporales y men-tales, en contacto constante con el medio natural.

3 ) En las relaciones humanas pro-movidas por el trabajo científico: desaparición de las relaciones jerár-quicas entre especialistas, sobre todo de la subordinación de los oficios "manuales" a los oficios "intelectua-les". Cada uno (principalmente si es colono, jardinero, pastor, piscicultor, médico, técnico. . . ) , es potencial-mente en su actividad principal un científico, un investigador. Desapari-ción del centralismo científico así co-mo de cualquier otro centralismo; el centro de gravedad de la investiga-ción se desplaza del laboratorio hacia el campo, los estanques, los talleres, los astilleros, los lechos de los enfer-mos . . . , con un despliegue de las fuerzas creadoras del pueblo en su totalidad. Intentos de aproximación hacia esa Nueva Ciencia se están de-sarrollando en China y en menor es-cala en América bajo la influencia de un grupo de científicos, los Nuevos Alquimistas, que se han propuesto como meta desarrollar y aplicar des-de ahora ciertas técnicas que prefi-guran las de la era post-industrial, por los esfuerzos combinados de mi-les de colonos, jardineros y artesa-nos de todos los rincones del país.

La ciencia como juego

El primero y más urgente objetivo de la Nueva Ciencia será el de per-mitirnos asumir nuestras necesidades materiales esenciales (alimentación, vestimenta, vivienda), sin ser sus esclavos por un trabajo agotador y sin atractivos. Ello se logrará sólo cuando una gran parte de la pobla-ción se asocie creativamente a su de-sarrollo, transformándose en inves-tigador en su práctica cotidiana. De este modo nuestro trabajo, devuelto a su primera función de medio para la satisfacción de nuestras necesida-des materiales, podrá al mismo tiem-po transformarse en una "praxis", una actividad creadora completa, aproximándose cada vez más al jue-go que es en sí mismo su propio fin. A medida que lleguemos a satisfacer mejor nuestras necesidades materia-les, este aspecto de juego tomará un lugar preponderante en todas nues-tras actividades, incluyendo el desa-rrollo de la Nueva Ciencia. Es po-sible que en una etapa ulterior, la Nueva Ciencia retome con un es-píritu nuevo alguno de los principa-les temas de la ciencia de hoy, de los cuales la mayoría, si no todos, ha-brán caído en merecido desuso en el curso de las revoluciones culturales sucesivas.

La nueva ciencia participa en el proceso de cambio a una nueva civilización

Por su misma naturaleza, la nueva ciencia será un agente de transfor-mación radical de la sociedad actual. Su práctica presupone que ella sea realizada por la libre iniciativa de to-dos y no reservada a élites o van-guardias de iniciados. Es uno de los medios para ir más allá de la simple crítica y realizar nuestro deseo de construir otra vida y para destruir las bases mismas de las relaciones de poder y de explotación.

La Nueva Ciencia puede definir-se como la ciencia del pueblo y no como la ciencia para el pueblo. Una transformación semejante es sólo po-sible cambiando profundamente a la vez el contenido de la ciencia actual y su método que se definirá por la práctica diaria del pueblo. Sólo de esta manera la ciencia dejará de ser, en las manos de unos pocos, un ins-trumento para afianzar su domina-ción. O

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Generadores magnetohidrodinámicos

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Grupo de Física del Plasma

Las sociedades industriales modernas funcionan en base a energía eléctri-ca, con un consumo que se duplica aproximadamente cada 10 años. Sin embargo, la mayoría de las fuentes primarias proveen energía calórica. Esto plantea la necesidad de desa-rrollar procedimientos para trans-formar energía térmica en eléctrica.

Aun cuando en todo proceso de conversión de energía se trata de ob-tener el máximo de potencia eléc-trica a partir de la potencia térmica disponible, la eficiencia de las plan-tas actualmente en uso escasamente alcanza el 40 por ciento.

Es ilustrativo considerar la evo-lución de estas cifras en los últimos 30 años.

1939 31 % 1959 35 % 1962 38 % 1970 40 %

Si bien ello muestra un progreso sostenido, todo parece indicar que eficiencias más allá del 42-43 por ciento serán difícilmente alcanzabl.es por limitaciones de tipo tecnológico.

Por otra parte, la evolución arriba señalada muestra un esfuerzo per-manente en procura de eficiencias más altas o sea de un mejor aprove-chamiento de los recursos dispo-nibles.

De cualquier forma, la transfer-

ís/ grupo de Física de Plasmas de la Comisión Nacional de Estudios Geoheliofísicos realiza investigación en generación MHD en su laboratorio de San Miguel, provincia de Buenos Aires. Trabajan en el mismo un grupo de ocho científicos. El proyecto MHD fue iniciado

LL. a comienzos de 1971.

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mación considerada no puede ser perfecta; sólo una fracción de una cantidad dada de energía térmica se puede transformar en eléctrica; el porciento o rendimiento dependen del método utilizado (máquina a va-por, turbina, motor de combustión interna, etc.). La fracción de ener-gía que no se transforma en elec-tricidad se pierde en forma de ener-gía térmica que está a una tempera-tura menor (ver figura 1).

fuente caliente maquina a temperaturas transformadora

Figura 1.

Cualquiera sea el procedimiento de transformación utilizado, la ter-modinámica fija un límite teórico superior a la fracción de energía eléctrica obtenible. La fracción má-xima (o rendimiento de Carnot) está dada por la diferencia relativa de temperaturas (expresadas en gra-dos Kelvin o absolutos) entre la fuente caliente y la fuente fría. La temperatura de la fuente fría es en general la ambiente, 300°K, de ma-nera que el rendimiento o eficiencia de conversión está controlado por la temperatura de la fuente caliente y será tanto mayor cuanto más elevada sea ésta. _ En la figura 2 se representa la va-

riación de 1]C (rendimiento) con la temperatura. Se ve que a tempera-turas del orden de los 1500°K el rendimiento de Carnot es igual al 80 por ciento y a 2500 °K igual a 85 por ciento, de modo que podría pensarse razonablemente en éste úl-

timo valor como el límite superior de la temperatura de la fuente ca-liente a partir del cual todo incre-mento no reportaría ventajas apre-ciables.

Fuentes térmicas a temperaturas del orden de los 2000-2500°K son p r o d u c i d a s corrientemente; por ejemplo, en las calderas de vapor, la llama de los quemadores alcanza temperaturas del orden de los 2100° K y en general mediante la combus-tión del carbón, gas o petróleo pue-den lograrse temperaturas que varían entre 1900°K y 2500°K.

No obstante, consideraciones tec-nológicas y propiedades del fluido termodinámico limitan la temperatu-ra del vapor de una caldera a los 900 °K. Lo mismo puede decirse para las turbinas de gas si se re-quiere un funcionamiento prolonga-do. Se derrocha de este modo una parte substancial del salto de tempe-raturas disponible. Ello explica, en buena medida, que las eficiencias que se obtienen no son más que la mitad del rendimiento de Carnot que permitiría la fuente térmica usada (ver figura 3) .

El desarrollo de g e n e r a d o r e s MHD ofrece la posibilidad de modi-ficar este panorama. Los primeros intentos de convertir energía por medios hidromagnéticos se remon-tan a la época de Faraday, quién con su habitual genio planeó una ex-periencia sobre el río Támesis, supo-niendo que fuera un adecuado con-ductor de electricidad y tratando de aprovechar el movimiento del mismo a través del campo magnético te-rrestre. Se tiene con ésto esbozado el principio de funcionamiento de un generador MHD que puede ver-se en la figura 4.

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y VARIACION CON T Tfria. * 300 °K

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500 1000 1500 2000 2500

Figura 2. Variación del redimiento de Carnot en ¡unción de la temperatura de la fuente caliente.

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2000

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800

Turb ina a vapor Turbina a gas Temperatura de llama Temperatura de llama

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usado para la conversión de energía

salto de temperatura disponible

utilizados para turbina Figura 3. Saltos de temperatura disponibles y a vapor y a gas.

El principio de funcionamiento de los generadores MHD es similar al de una dínamo convencional. Cuando un medio conductor se mueve a tra-vés de un campo magnético estático B, se induce en éste un campo E proporcional a la velocidad del me-dio y al campo magnético (E v B). El campo eléctrico a su vez ori-gina una corriente eléctrica / que circula por un circuito exterior.

En el caso de una dínamo, el me-dio que se mueve es un sólido con-ductor (cobre), en el de un gene-rador MHD un gas conductor de la electricidad (plasma).

La idea importante de los genera-dores MHD consiste precisamente en utilizar los mismos productos de combustión como fluido termodiná-mico (a 2000°K o más). Se satis-face de este modo uno de los reque-rimientos básicos mencionados ante-riormente en cuanto a la convenien-cia de aprovechar la parte superior del salto de temperaturas dispo-nibles, completando la planta con-vencional con una primera etapa MHD. Dado que la idea no es subs-tituir sino complementar la parte convencional, ello puede resultar ventajoso, aun cuando el rendimien-to de la etapa MHD sea moderado.

La idea de funcionamiento de los generadores MHD guarda analogía con las turbinas de gas. Igual que éstas conservan la idea de utilizar los productos de combustión como fluido termodinámico, pero en lugar de expandirlos contra los alabes de la turbina se expanden "contra" el campo magnético transformando aho-ra energía térmica en eléctrica, con la ventaja de que, al no haber partes sólidas móviles, la temperatura má-xima del ciclo puede ser mucho mavor.

Esto último es tanto más necesa-rio por cuanto la conductividad eléc-trica de los gases de combustión, que es uno de los parámetros que de-termina la potencia generada por uni-dad de volumen, demanda tempera-turas elevadas.

Conductividad eléctrica

Para entender la vinculación entre la conductividad del plasma y la tem-peratura, debemos hacer referencia a la estructura de la materia. La materia macroscópica es un agre-gado de moléculas formadas por uno o más átomos. Los átomos, estruc-turas compuestas, tienen en su cen-

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tro el núcleo que contiene la mayor parte de la masa y que está rodeado por una nube de electrones. La carga eléctrica negativa de los electrones neutraliza la carga positiva del nú-cleo.

A bajas temperaturas las molécu-las, por medio de fuerzas atractivas de cohesión, se agrupan formando cristales o sólidos amorfos. A medi-da que la temperatura aumenta, au-menta también la agitación molecu-lar y el sistema adopta estructuras menos rígidas: líquidos y gases. Por fin se alcanza una temperatura para la cual la agitación térmica es tan intensa que ios choques moleculares producen disociación de moléculas en átomos y desprendimientos de electrones de las capas exteriores de estos átomos (ionización térmica). Las moléculas dejan entonces de ser neutras y se transforman en iones. El conjunto de moléculas o átomos neutros (gas neutro), iones y elec-trones constituye entonces un cuar-to estado de la materia denominado plasma.

De la descripción anterior se des-prende que los plasmas, al contener

una cierta proporción de electrones libres, son conductores de la elec-tricidad y que esta conducción será tanto mayor cuanto más alta sea la temperatura.

La clave de los progresos realiza-dos en esta última década en el de-sarrollo de generadores MHD ha si-do la posibilidad de obtener valores adecuados de a, la conductividad eléctrica. Esto se consigue agregan-do a los productos de combustión una pequeña fracción de un gas fácil-mente ionizable, potasio o cesio, de-nominado siembra.

En la figura 5 puede verse la va-riación de la conductividad con la temperatura de una llama de kero-sene con oxígeno a la que se le ha agregado pequeñas cantidades de po-tasio (1 por ciento). Puede verse también la conductividad del cobre, del orden de un millón de veces mayor. Se deducen de ello, dos im-portantes características de los plas-mas de un generador MHD: 1) La necesidad de trabajar a altas tempe-raturas para obtener valores de a aceptables. 2) La utilización de grandes volúmenes de generación pa-

ra compensar la escasa conductividad del gas comparada, por ejemplo, con la del cobre. Enseguida veremos de qué orden son estos volúmenes.

Aquí es necesario hacer las si-guientes consideraciones. En primer lugar trabajar a altas temperaturas, 2300°K o más, tal como lo exige una conductividad eléctrica aprecia-ble, no significa tener que disponer de un recipiente que soporte esa temperatura, bastaría con refrigerar-lo adecuadamente para que su tem-peratura no fuera superior a los 300°K.

No obstante, cuando mayor sea la refrigeración o el salto de tempe-raturas entre el gas y el recipiente, mayor será el calor que fluirá hacia el exterior a través de las paredes y, en consecuencia, mayores serán las pérdidas en el conducto. Por con-siguiente, todo desarrollo tecnológi-co en el sentido de elevar la tem-peratura de trabajo del conducto significa disminuir las pérdidas. Pe-ro además, dado que las pérdidas son proporcionales a la superficie y la extracción de energía al volumen, es conveniente trabajar con grandes po-

Figura 8. Planta de 75 MW instalada en Masar en 1971. Figura 4. Esquema de generador MHD.

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Figura 5. Conductividad eléctrica de una llama de kerosén con oxígeno con agregado de 1 por ciento de potasio, en función de la temperatura.

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COMBUSTIBLE

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Figura 6. Esquema de planta combinada MHD a ciclo abierto y turbina de gas.

tencias, lo cual permite fijar la tem-peratura de las paredes del conducto como resultado de estos dos factores competitivos. Las grandes potencias, del orden de los 500 MW o más, resultan ser interesantes en el caso de la generación MHD, lo cual coin-cide por otro lado con la tendencia actual en materia de centrales tér-micas donde potencias de 1000 MW comienzan a manejarse habituaí-mente.

Plantas de ciclo abierto

El concepto de generación que se acaba de explicar se denomina de ciclo abierto, en razón de que los ga-ses de combustión al abandonar el conducto son desechados. Sin em-bargo, aquí debe hacerse una acla-ración. Los generadores MHD no son necesariamente competitivos con los generadores convencionales, sino complementarios: utilizar la parte superior del salto de temperaturas disponible que habitualmente es de-saprovechada. A la salida del gene-rador MHD los gases de combustión conservan todavía una fracción con-siderable de la potencia térmica ini-cial que puede ser extraída acoplan-do el generador MHD a un genera-dor convencional que cubra la parte inferior del salto de temperaturas. De esta manera, aun cuando la etapa MHD tenga un rendimiento mode-rado se pueden obtener rendimientos totales elevados. Si se supone que sólo el 25 por ciento de la energía térmica es transformada en eléctrica en la etapa MHD y que la planta convencional opera al 40 por ciento de eficacia, se puede obtener para una planta combinada MHD conven-cional una eficiencia total del 55 por ciento. Esto muestra que la com-plementación de la etapa convencio-nal permite incrementar el rendi-miento en un 15 por ciento v dis-minuir el gasto de combustible en un 27 por ciento.

La posibilidad de llevar a la prác-tica el concepto de generación de ciclo abierto depende de la capaci-dad de desarrollar materiales que re-sistan durante largos períodos de tiempo la corrosión v las altas tem-peraturas involucradas.

En la figura 6, se puede ver un esquema de planta combinada que funciona de acuerdo al principio mencionado, combinando un gene-rador MHD y una turbina de gas. Los gases que salen de la cámara de

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combustión atraviesan el conducto generador; como la temperatura de salida de este último es aún excesi-vamente alta para la turbina de gas, se los hace pasar previamente por un intercambiador de calor que per-mite así precalentar el aire usado en la combustión.

La turbina está acoplada sobre el mismo eje con un compresor que envía el aire a la cámara y con un alternador que aprovecha la energía remanente.

Plantas de ciclo cerrado

La necesidad de trabajar a 2500°K surge no tanto como resultado de consideraciones termodinámicas, co-mo de la necesidad de obtener un valor máximo de conductividad eléc-trica que permita a su vez reducir el volumen de generación y abaratar los costos de capital y de producción de energía.

Si mediante algún procedimiento fuera posible obtener la conductivi-dad requerida a temperaturas del orden de los 2000°K o menores, se conservarían aún las ventajas men-cionadas y se aprovecharía mejor el salto de temperatura disponible ali-viando a la vez los problemas de ma-teriales.

En ciertas condiciones, el grado de ionización de la siembra no de-pende directamente de la tempera-tura de la masa de gas neutro, sino de la temperatura o grado de agita-ción de los electrones libres. En esta situación, resulta interesante calen-tar selectivamente los electrones sin tener que llevar el gas que los arras-tra hasta temperaturas muy elevadas.

En principio existen mecanismos que producen calentamiento selecti-vo de los electrones: son las corrien-tes^ eléctricas que circulan en el in-terior del plasma. En los generado-res^ de ciclo abierto los electrones están en interacción con las molécu-las poliatómicas que forman los ga-ses de combustión. Los átomos que forman estas moléculas tienen posi-bilidades de vibrar o rotar alrededor del centro de la molécula. Estos mo-dos de vibración o rotación se lla-man grados internos de libertad. Al chocar los .electrones con estas mo-léculas, excitan esos grados internos de libertad y transfieren así su ener-gía a los gases de combustión, en-friándose los primeros y calentándo-se estos últimos, hasta llegar a un equilibrio o una temperatura común

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Figura 7. Esquema de planta combinada MHD a ciclo cerrado y turbina de vapor.

Figura 9. Prototipo Mark V construido por AVCO, EE.UU.

a ambos. Si, en cambio, los electro-nes están en contacto con moléculas monoatómicas, no existe esta posi-bilidad de transferencia de energía porque las moléculas formadas por un sólo átomo no tienen grados de libertad internos. En este caso la transferencia de energía entre elec-trones y átomos subsiste, pero es mucho menos eficiente y, por lo tanto, las corrientes eléctricas que fluyen en el plasma permiten lograr una elevación de la temperatura de los electrones por sobre la del gas. Este es el principio en el que se basa el funcionamiento de los gene-radores a ciclo cerrado, en los que se usa argón o helio (en lugar de gases de combustión) que son gases monoatómicos, sembrados, como en los generadores de ciclo abierto, con cesio. El He se puede usar como gas refrigerante de un reactor nuclear de alta temperatura, calentándose a 2000°K y los electrones pueden lle-gar a tener temperaturas del orden de los 3000°K. En estos generado-res, por motivos económicos, el He no se deshecha sino que se recircu-la, de donde se origina el nombre de ciclo cerrado. Los generadores a ciclo cerrado tienen la ventaja adi-cional de poder utilizar energía tér-mica proveniente de combustibles nucleares (aunque ésto no es im-prescindible). En la figura 7 se muestra el esquema de una planta combinada de ciclo cerrado y turbi-na de vapor. El gas noble sembrado con cesio recorre un circuito prima-rio, siendo a la vez refrigerante del reactor y gas generador en el con-ducto. Pasa luego por un generador de vapor (caldera), donde transfie-re su energía remanente al secun-dario y, suficientemente frío, puede ser comprimido en el compresor y volver al reactor para recomenzar el ciclo. El ciclo secundario es el habi-tual de un turbogenerador de vapor.

Desarrol lo actual de las plantas MHD

Los dos conceptos de generación descritos han alcanzado grados de desarrollo diversos. En el esquema de ciclo abierto, los problemas físi-cos están básicamente resueltos y los problemas tecnológicos han alcanza-do un avanzado estado de desarro-llo; el futuro permite prever la construcción de plantas a escala cre-ciente y la obtención de mejoras que

Cuadro I

Ventajas derivadas del uso de generadores MHD

1 —Rendimiento en el corto plazo: 50-53 %. 2 — Rendimiento en el largo plazo: 60 %. 3 — Gastos moderados de las componentes MHD. 4 — Disminución de la contaminación térmica debido a la alta

eficiencia (ver columnas 4 y 5 del cuadro I I ) . 5 — Control de la contaminación atmosférica (SOa, NO, etc.). 6 — Habilidad para operar en altas potencias de generación. 7 —- Buen uso en la utilización de los recursos energéticos perecederos.

Cuadro II

Comparación de diversos tipos de plantas para una potencia generadora de 100 MW

Tipo de planta Eficiencia %

Nuclear actual 0,32 Térmica actual 0,39 Térmica (proyección) 0,41 MHD (corto plazo) 0,52 MHD (largo plazo) 0,60

Energía de entrada (MW)

3.125 2.570 2.4-50 1.920 1.670

Calor disipado

(MW)

2125 1570 1450

920 670

Calor disipado al agua (MW)

2125 1250 760 740 540

se conseguirán como resultado de es-tos desarrollos. Los esfuerzos más importantes corren por cuenta de la URRS y de EE.UU.

En marzo del año 1971 se inau-guró en Moscú el U 25, planta de ciclo abierto que producirá 50 MW. Es la realización más importante den-tro de su género y está concebida como una planta que habrá de pro-porcionar energía de base (figu-ra 8).

Los parámetros más importantes de esta planta son los siguientes:

Potencia del generador MHD: 25 MW. ,

Combustible: gas natural enrique-cido con O2.

Caudal: 50hg/seg. Temperatura cámara de combus-

tión: 2600°K. Campo magnético: 2 Tesla. El conducto tiene las siguientes

dimensiones: Sección de entrada: 1 X 0,76 m. Sección de salida: 2,50 X 0,76 m. Largo: 5,00 m. En EE.UU. el esfuerzo está enca-

minado en una primer etapa, a ob-tener generadores de pico, para ab-sorber los aumentos del consumo durante las horas críticas (proyectos de planta de 50 MW). Este tipo de generadores no tiene requerimientos

de gran eficiencia, pero sí de rápida puesta en marcha. Los generadores MHD pueden ponerse en marcha con la misma velocidad que un mo-tor de avión, o sea en pocos segun-dos, y constituyen un medio ideal desde este punto de vista (figura 9) .

La experiencia ganada en estas plantas permitirá rápidamente pasar al diseño de plantas de base. Es de hacer notar que el programa de' los EE.UU. incorpora imanes supercon-ductores.

Los generadores a ciclo cerrado se encuentran en una etapa previa de desarrollo. Hace aproximadamen-te un año se demostró por primera vez la factibilidad del método en pequeños generadores de Frascatti (Italia) y en General Electric (EE. UU..). Se han comenzado a resolver algunos problemas tecnológicos y se está avanzando en la comprensión de los problemas físicos. A partir de los parámetros observados en estas experiencias se pueden predecir ren-dimientos realistas del 51 por ciento y densidades de potencia del orden de los 50 MW/m3 . En esta área las perspectivas de utilización son a me-diano y largo plazo.

Las ventajas de ambos métodos de generación MHD se resumen en los cuadros I y I I . O

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La política nuclear argentina

Asociación de Profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica

La APCNEA asigna singular trascendencia a la inmi-nente decisión del Poder Ejecutivo respecto del tipo de combustible a utilizar en la Central Nuclear de Córdoba. De esa decisión y de las medidas que inelu-diblemente deberán complementarla depende esencial-mente que la integración de la energía nuclear en el esquema energético nacional constituya un aporte po-sitivo al desarrollo tecnológico y económico de nuestro país o se convierta en un instrumento más del sub-desarrollo y la dependencia política y económica. Por ello la APCNEA, en su carácter de institución que agrupa a los profesionales argentinos directamente li-gados por su quehacer al desarrollo de la ciencia, tec-nología, economía, seguridad y operación de centrales nucleares, considera un deber inexcusable manifestar públicamente su opinión y que la misma debe ser te-nida en cuenta por los órganos de gobierno involucra-dos en esa decisión.

El año próximo la Central Nuclear Atucha comen-zará a entregar energía eléctrica a la red interconec-tada Gran Buenos Aires-Litoral; en estos momentos se evalúan las ofertas presentadas para la Central Nu-clear Córdoba y se prevé la instalación de tres centra-les más (entre 600 y 1.000 MWe cada una) en distin-tos lugares del país antes de 1980. La energía nuclear comienza, pues, a desempeñar un papel relevante en el sistema eléctrico argentino. Por lo tanto es impres-cindible que la Central Córdoba no constituya el fruto de una decisión aislada, sino la base de una política nuclear que se inspire en los siguientes principios bá-sicos:

- óptima y racional utilización de los recursos uraní-feros del país;

- manejo total del ciclo del combustible; - consolidación de una infraestructura de ingeniería

y tecnología a través de la adquisición por profe-sionales y técnicos argentinos del conocimiento y de la capacidad tecnológica necesarios para la con-cepción y el diseño de las futuras centrales nu-cleares;

- promoción de la actividad industrial nacional que asegure la adquisición de capacidad para la máxi-

ma realización de las futuras centrales por nui propios medios.

El Plan Nuclear Argentino, por otra parte, no ser elaborado al margen del Plan Energético Nac el cual debe encararse con criterios de independe] soberanía equivalentes a los ya expresados, optii: do el aprovechamiento de los distintos recursos géticos de los que el país dispone: fósiles, hídri nucleares.

La necesidad de adoptar una política nuclear a con los principios expuestos obliga a analizar e blema concerniente al tipo de combustible —i natural o enriquecido— y a la línea de reactores todas las accesibles, más convenientes para la ¿ tina.

Sobre la base del estudio realizado por sus g de trabajo, la APCNEA ha llegado a la conclusi que la línea más conveniente a seguir es la que e uranio natural como combustible. Esta conclusiói tentada por el estudio de los aspectos técnicos, es rente con los principios antes enunciados emer¡ de los aspectos generales de esta cuestión, q fundamentalmente política.

Los principales aspectos del problema se esb< continuación.

Optima y racional utilización de los recursos uraníferos

Si bien los recursos uraníferos nacionales asegu provisión del combustible necesario para satisfac requerimientos del actual plan nuclear, es conve establecer una estrategia adecuada para su ópt racional utilización.

Es sabido que, a igualdad de potencia geners consumo de mineral de uranio es menor cuar emplea uranio natural como combustible. Aden producción de plutonio es casi el doble que la zada al utilizar uranio enriquecido. En la actual ración de reactores —denominados térmicos— < tonio puede adicionarse al combustible de uran

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lizado disminuyendo de esta manera los requerimientos de mineral. Además, el plutonio debe ser considerado fundamentalmente como el combustible del futuro, por cuanto su utilización en los reactores de segunda gene-ración —reactores rápidos— permite producir mayor cantidad de este combustible que la que se consume.

Debe destacarse la urgente necesidad de proveer los fondos que permitan a la CNEA intensificar sus trabajos de prospección, explotación y procesamiento del mineral uranífero, a fin de que el país aproveche plenamente sus valiosos recursos y cuente con el com-bustible necesario para asegurar un plan nuclear a largo plazo.

Manejo total del ciclo de combustible

Este aspecto es de decisiva importancia. Las dos posi-bilidades actualmente en consideración, uranio natural o enriquecido, presentan características diferentes a la luz de los objetivos señalados como base para la defi-nición de una política nuclear.

La diferencia esencial consiste en lo siguiente: en el caso del uranio natural, todos los procesos que debe sufrir el mineral hasta su ingreso en el reactor pueden realizarse enteramente en nuestro país, mientras que en el caso del enriquecido, el proceso de enriqueci-miento requerido debe realizarse en los EE. UU., único país del mundo que efectúa regularmente ese proceso en escala exportable.

Si bien ciertos países tienen proyectos para instalar plantas de enriquecimiento utilizando métodos diferen-tes del que emplean los EE. UU., éstos aún están en desarrollo y nada permite concluir que en un futuro cercano comiencen a operar comercialmente. De hecho, entonces, la adopción del uranio enriquecido como combustible implica, por un lapso indefinido, la de-pendencia estrecha de un único proveedor, lo cual afecta directamente el control del servicio eléctrico, situación generadora de presiones políticas y econó-micas.

Mas aún, debe recalcarse que el costo global de com-bustible a base de uranio natural es apreciablemente inferior al de uranio enriquecido, a lo cual debe aña-dirse que el envío del mineral al exterior para su enriquecimiento, a lo largo de la vida útil de una central (25-30 años), resulta en un drenaje perma-nente e inevitable de divisas (pago del enriquecimien-to, elevadas tarifas por fletes y seguros).

Por último, en diversos congresos y publicaciones internacionales ha sido destacado que, hacia fines de la presente década o comienzos de la siguiente, se pro-ducirá una crisis mundial en la provisión de uranio enriquecido, caracterizada por un desequilibrio en la relación demanda-oferta; por lo tanto no está garan-tizada la provisión del combustible necesario para continuar instalando centrales que respondan a esa línea. Además, existe una incertidumbre en la evolu-ción de los precios, debido a que por una parte, la dimensión de las nuevas plantas de enriquecimiento que deberán ser instaladas es función de la entrada en competencia de los reactores de segunda generación y, por otra, a que su amortización incidirá en el costo del combustible, lo que actualmente no sucede, puesto que las plantas en funcionamiento ya han sido amor-tizadas.

Fabricación de elementos combustibles y de agua pesada Con respecto a la fabricación de elementos combus-tibles, la línea de uranio natural permite mantener la continuidad de los importantes avances científico-tec-nológicos logrados por la CNEA en el manejo del com-bustible nuclear y abriría las puertas a una industria nuclear de múltiples efectos beneficiosos para nuestra economía. Esta vía es más accesible que la que ofrece el uranio enriquecido y, además, no está sujeta a los vaivenes ya señalados en la provisión del combustible.

Debido a que los reactores a uranio natural actual-mente en consideración utilizan el agua pesada como moderador, debe señalarse que, en principio, el abas-tecimiento de este elemento no constituye un problema crítico. En efecto, la instalación de una planta para su producción en el país, es factible y económicamente ventajosa, con lo cual, por un lado, se obtendría inde-pendencia en el suministro y ahorro en divisas y, por otro, se promovería un importante desarrollo indus-trial.

Estos hechos contrastan notoriamente con la impo-sibilidad de realizar en el país, por su elevado costo y gran consumo de energía, el proceso de enriquecimien-to de uranio mediante las técnicas actuales y con la incertidumbre que rodea a los nuevos métodos en desarrollo.

Considerados hasta aquí los fundamentos principa-les que cimentan la posición de la APCNEA, es con-veniente efectuar breves consideraciones sobre diversos argumentos empleados contra los reactores a uranio natural que, al basarse en criterios de "confiabilidad", "menor inversión inicial", "obsolescencia" y "tenden-cias mundiales", oscurecen el panorama con un enfoque pragmático y eficientista que no valora debidamente los múltiples aspectos e implicancias del problema.

Confiabilidad Desde el punto de vista de la confiabilidad, las distin-tas líneas de reactores presentan un comportamiento equivalente. El hecho de que en la actualidad se en-cuentren más difundidos los de la línea de uranio enriquecido no está, de ningún modo, asociado a un mayor grado de confiabilidad, sino que corresponde a consideraciones de otro orden, emergentes de situa-ciones particulares de cada país.

Por otra parte, el alto grado de desarrollo de las investigaciones, de los métodos de cálculo y diseño y de la tecnología de fabricación de reactores nucleares, permite asegurar que la confiabilidad de cualquier tipo de reactor actualmente utilizado, ya sea de uranio na-tural o enriquecido, equivale a la de cualquier instala-ción o sistema convencional de generación de energía.

Inversión inicial Otro de los argumentos utilizados con frecuencia es la mayor inversión inicial requerida por los reactores de uranio natural en comparación con los de enriquecido. La argumentación de los costos iniciales fue esgrimida en el pasado para cuestionar y postergar fundamentales obras hidroeléctricas en beneficio de los proveedores externos de centrales térmicas y combustibles fósiles.

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Hoy reaparece, adornada de consideraciones financie-ras y seudoeconómicas basadas en criterios de mínima inversión y máxima ganancia, que no son precisamente los adecuados para evaluar obras de la envergadura de las centrales nucleares, cuyo papel principal es ser-vir de herramienta propagadora de efectos sobre la tecnología, la industria y la economía general del país.

Pese a que las anteriores consideraciones son las fundamentales, es preciso recordar que, si bien son mayores las inversiones iniciales en los reactores a uranio natural, los menores costos de combustible com-pensan esta diferencia a lo largo de la vida útil de la central, con lo que se relativiza técnicamente la impor-tancia de aquella afirmación.

Obsolescencia A lo largo de la historia contemporánea, las grandes potencias industriales han manejado a discreción y de acuerdo a sus particulares intereses los criterios de obsolescencia de un determinado proceso industrial, y los mejores logros del saber científico y tecnológico no siempre han sido volcados de manera inmediata a perfeccionar los procedimientos industriales vigentes. Ello muestra claramente que dichos criterios no deben definirse en forma absoluta y fuera del contexto polí-tico, social y económico de cada país.

En el caso de centrales nucleares los criterios de ob-solescencia emergentes de una sistemática comparación con los adelantos que incorporan los grandes provee-dores de tecnología nuclear no deben servir para este-rilizar los esfuerzos encaminados a cimentar una indus-tria nuclear en nuestro país, sino que deben ser estu-diados atentamente, a fin de asimilar todo aquello que sea compatible con la línea adoptada.

A fin de que sean satisfechos los objetivos pro-puestos al comienzo, es preciso que la línea de reacto-res a adoptar tenga abierta las posibilidades de un mayor desarrollo tecnológico, de manera de permitir la incorporación progresiva de mejoras en las técnicas empleadas: optimizar económicamente la administra-ción del ciclo de combustible, estudiar la incorporación al mismo de otros elementos fisionables como el plu-tonio y el torio, introducir técnicas y componentes sustitutivos para el medio refrigerante del reactor y promover el desarrollo de componentes y sistemas principales cuya producción sea encarada por una in-dustria auténticamente nacional.

De lo que antecede, surge la necesidad de definir la vigencia de una línea de reactores, a menos que se eluda el problema central y se adopte como norma la aceptación sistemática de la oferta internacional, lo cual trae aparejado la compra de centrales nucleares bajo un criterio absoluto de optimización.

La APCNEA afirma que la línea a adoptar debe in-cluir, necesariamente, posibilidades de mejoramiento sostenido y que, una vez adoptada esa línea, su vía de concreción debe ser recorrida sin vacilaciones.

La línea de reactores a uranio natural propiciada debe ser encarada, en principio, como un capítulo previo y necesario para la incorporación de los reac-tores rápidos a la generación nucleoeléctrica. La fecha de incorporación de estos reactores al sistema eléctrico argentino no puede estar signada exclusivamente por su temprana o tardía aparición en el escenario comer-

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cial internacional, sino por el momento en que, de acuerdo a sus propias pautas de crecimiento, la inge-niería y la industria argentinas se encuentren maduras para afrontar nuevas actividades en ese terreno.

La tendencia mundial Al tratar este punto, no debe tomarse exclusivamente el número de reactores de uno u otro tipo que se están instalando, sin analizar la situación particular de cada uno de los países involucrados.

En este sentido, hay diversas situaciones que pue-den considerarse típicas:

- E E . UU.: continúan instalando en su territorio y vendiendo a otros países reactores a uranio enri-quecido, siendo el único productor y proveedor regular del combustible utilizado;

-Francia, Inglaterra y República Federal Alemana: siguen actualmente la línea de uranio enriquecido, pues disponen de recursos económicos y poseen la necesaria infraestructura tecnológico-industrial co-mo para empeñarse en la búsqueda de nuevas téc-nicas de enriquecimento;

- J apón : los ingentes excedentes de su balanza de pago con los EE. UU. le permiten efectuar, en este momento, importantes compras de uranio en-riquecido como para integrar un stock preventivo capaz de abastecer hasta 1985 la demanda de com-bustible correspondiente a su plan de instalación de centrales nucleares. Instala, por consiguiente, centrales a uranio enriquecido y busca simultánea-mente entrar en un programa multinacional para la instalación de plantas de enriquecimiento;

-España: compra reactores a uranio enriquecido (llave en mano) y depende de EE. UU. para la provisión del combustible;

-Canadá: a través de la línea de uranio natural Ka llegado a un notable desarrollo tecnológico en el campo nuclear y se ha convertido en una potencia industrial de envergadura suficiente como para ser exportador de centrales nucleares;

— India: sigue la línea de uranio natural, con lo cual ha llegado a construir por sí misma sus centrales y se autoabastece de combustible a través de un plan que " . . . está respaldado por un fuerte sentimiento nacionalista, de trabajo y sacrificio, que se nota existe en todos los colaboradores". "Políticas ex-tranjeras en centrales nucleares" (conferencia pro-nunciada por el presidente de la CNEA, el 17-5-1971 en la Sociedad Científica Argentina).

Los ejemplos citados son indicativos para concluir que nuestro país, que no dispone de suficiente capa-cidad tecnológica industrial que le permita encarar en forma autónoma el desarrollo de un proceso de enri-quecimiento, ni tampoco del poderío económico y fi-nanciero como para obviar, mediante un stock volumi-noso, la dependencia en el aprovisionamiento en el combustible nuclear, no puede, razonablemente, adop-tar una línea de centrales a base de uranio enriquecido.

* * *

Tal como se deduce de todo lo expuesto, la APCNEA sostiene que la decisión a tomarse en relación al caso concreto de la Central Nuclear Córdoba debe ser la de seleccionar un reactor que utilice como combustible uranio natural y necesariamente debe incluirse dentro de una política nuclear nacional basada en los princi-pios enunciados al comienzo, los que se reiteran a •continuación en forma explícita:

1. Adoptar una línea de reactores acorde con el principio fundamental de pleno control de los recursos energéticos nacionales, tanto naturales como produci-dos en reactores nucleares.

2. Fijar una política para la utilización nacional y preservación de los yacimientos de mineral de uranio, adoptando la línea de reactores que consuma, a igual-dad de potencia generada, la menor cantidad de mine-ral y produzca la mayor cantidad de plutonio, futuro combustible de reactores nucleares. ^ 3. Promover la investigación y el desarrollo tecno-

lógico para cortar el drenaje de divisas que significa el pago de regalías por utilización de ingeniería y tec-nología extranjeras por parte de las empresas locales proveedoras de suministros "nacionales".

4. Promover el desarrollo de la industria nacional tanto en lo que se refiere a componentes nucleares como convencionales, manteniendo la continuidad de la línea de modo de inspirar a dicha industria la con-fianza suficiente para planificar su actividad a largo plazo.

5. Establecer la propiedad y el poder de decisión por parte del Estado sobre los yacimientos uraníferos, las centrales nucleares y las fábricas de elementos com-bustible y de agua pesada que se instalen.

Finalmente, es necesario destacar la urgencia de ade-cuar la estructura de la CNEA, aumentando los recur-sos humanos y materiales al nivel que conduzca a la consecución de los objetivos en materia de centrales nucleares en particular y en las aplicaciones pacíficas de la energía atómica en general. O

RIGOLLEAU CRISTALERIAS RIGOLLEAU S.A.I.C.

Se transcribe la disposición N<? 4 fecha 14 de Junio 1972, de la División Pesas y Me-didas de la Dirección Nacional de Comer-cio Interior, relacionada con las Probetas Marca PYREX de 250-500-lOOOrnl-

Buenos Aires,

Visto la p r e s e n t a c i ó n en el expediente N9 24.985/71 SEICI producida por la firma CRISTALERIAS RIGOLLEAU S.A., inscripta en la DIVISION PESAS Y MEDIDAS bajo el número 1.316 y atento a lo aconsejado por la mencionada dependencia,

EL COORDINADOR DEL AREA LEALTAD COMERCIAL DISPONE:

1? — Autorizar la presentación a la verifi-cación primitiva, como similares a! tipo aprobado C 5001, de las probetas gradua-das de DOSCIENTOS CINCUENTA, QUI-NIENTOS y MIL MILILITROS (250, 500 y 1000 mi.) de capacidad, construidas, tubo y base, con vidrio borosilicato, tal como se documenta en el expediente N<? 24.985/71 SEICI, fojas 5 a 7.

21? — El sellado de verificación primitiva se aplicará en la proximidad y por encima de la graduación que indica la capacidad del instrumento.

39 — Expedir copias de ia presente Dispo-sición para las publicaciones establecidas en el artículo 6? de la Resolución Ministe-rial de fecha 9 de setiembre de 1926.

4? —• Comuniqúese, regístrese. Cumplido, vuelva el expediente N? 24.985/71 SEICI a la DIVISION PESAS Y MEDIDAS para ía notificación de la firma interesada y su re-serva como antecedente técnico.

DISPOSICION N9 4

* Marca Registrada de Corning Glass Works, U.S.A.

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La organización del espacio nacional Segunda par te

Alberto Luis Cignoli

LOS TRANSPORTES Y LAS COMUNICACIONES

Hoy más que nunca, dada la época de gran movilidad que vivimos, el sistema de transportes está directa-mente ligado a la implantación de las tramas urbanas por una parte y a la reestructuración de las ciudades por la otra.

En el primer caso constituye un factor clave en la elaboración de una nueva estrategia de organización del espacio nacional destinada a lograr una distribución geográfica más equi-librada de la población y las activi-dades del país; en el segundo cons-tituye el soporte de toda propuesta de reorganización de los espacios ur-banos propiamente dichos.

La red de transportes de la Ar-gentina todavía mantiene en general una configuración radial, cuyo tra-zado fue originado por las necesida-des de encauzar la producción agrí-cola y las materias primas hacia las ciudades portuarias, especialmente a Buenos Aires que, por imperio de esas circunstancias constituye hoy el punto más accesible de la trama existente.

Esta configuración del sistema de transportes satisface y promueve el comercio internacional pero no el in-terregional y contribuye a la desin-tegración territorial del país.

Para alcanzar los objetivos de des-centralización industrial, promoción de la producción agraria y desarrollo regional debe establecerse una nueva estrategia de transportes, mediante la creación de ejes preferenciales que resulten acordes con tales objetivos.

Pero ello presupone tomar en cuen-ta la concurrencia y complementa-ción de los diferentes medios de transporte y la elaboración de una política de conjunto, ya que ningún medio de transporte debe conside-

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rarse como un problema aislado del de los otros.

También hay que tener en cuenta que la infraestructura de transportes representa un significativo porcen-taje del patrimonio nacional y que no puede subestimarse la inercia considerable del sistema existente ni el hecho de que el monto de las inversiones requeridas restringe con-siderablemente las posibilidades de su modificación. Pero lo importante es no acentuar la situación existente y seleccionar prudentemente las in-versiones.

Conviene pasar rápida revista a varias consideraciones. En principio, el automotor constituye el medio de transporte que ofrece mayor flexibi-lidad y capacidad de adaptación tan-to para las vinculaciones urbanas co-mo interurbanas. La generalización del empleo del automóvil resulta ser un proceso más rápido que el de la habilitación de la infraestructura re-querida y se traduce en presiones cada vez mayores sobre las deman-das actuales; ello conduce al refuer-zo de los ejes existentes, los que no en todos los casos resultan ser los más adecuados ni para el conjunto de la economía nacional ni para la apli-cación de una nueva racionalidad en materia de transportes. Por otra par-te el actual crecimiento del parque automotor no puede ser absorbido ni por el sistema vial ni por el tejido urbano de las ciudades. La conges-tión y los estrangulamientos de ella derivados han llegado a puntos críti-cos que obligan a replantear toda la política seguida al respecto hasta la fecha. Una vez más la experiencia mundial nos debe servir de referen-cia; en la mayoría de los países alta-mente urbanizados, incluso en los Estados Unidos, se han adoptado medidas que indican un retorno a la prioridad de los transportes comunes

sobre la de la circulación automóvil individual.

En cuanto a la red troncal, el plan-teo debe ser voluntarista, dejando de adoptar como únicos elementos de juicio, los criterios de volumen de tránsito o de rentabilidad inme-diata, si se quiere modificar la es-tructura espacial actual en beneficio de la descentralización y la mejor vinculación con los países limítrofes.

Una política de conjunto implica actuar simultánea y coordinadamente sobre los diferentes medios de trans-porte. En lo que respecta a los ferro-carriles, se hace necesaria la recupe-ración del servicio en función de dicha política global, aprovechando a pleno la infraestructura existente, abandonando criterios de prioridad otorgados al transporte automotor que resulta una de las políticas más discutidas de los comienzos de ía década del sesenta. En lo que res-pecta a la red vial debe actuarse de manera de acelerar la construcción o pavimentación de rutas interregiona-les y de las redes secundarias corres-pondientes.

En cuanto a las grandes áreas ur-banas, debe tenerse en cuenta que su estructura resulta determinada en gran parte, por la circulación y trans-porte de sus habitantes que se des-plazan en grandes cantidades ya sea cotidianamente, desde su lugar de residencia a su lugar de trabajo, se-manalmente, desde su lugar de resi-dencia hacia lugares de esparcimien-to suburbanos y periódicamente, desde la ciudad hasta el lugar elegido para sus vacaciones. Por lo tanto deben estudiarse y resolverse con premura los sistemas de accesos y circulación eficientes en las mismas.

La renovación y modernización del sistema de transporte fluvial es otro de los factores que no puede dejarse de lado en el desarrollo de

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una política de descentralización in-dustrial. La experiencia de países al-tamente industrializados demuestra k influencia positiva que constituye para el desarrollo de estas activida-des el transporte fluvial, debido a la facilidad intrínseca que aporta a la industria, al independizarla de los medios de transporte terrestres y de su tarificación.

Las posibilidades que ofrece al res-pecto el sistema de puertos del lito-ral fluvial argentino debieran ser aprovechadas al máximo. La moder-nización del equipamiento portua-rio, el desarrollo de sistemas como el de convoyes desplazados por bar-cazas de empuje y la introducción de modificaciones a las reglamentacio-nes vigentes, para igualarlo en lo que respecta a la tramitación de despacho de cargas al de los otros medios, constituyen factores que influirán fa-vorablemente en la reactivación del sistema.

Ya hemos señalado el papel que desempeñan los puertos en la estruc-turación del territorio, como "pun-tos de transbordo" en donde se con-centran actividades ligadas al comer-cio, a la transformación de materias primas y a la inversión de exceden-tes generados por actividades pro-ductivas, localizadas en otras áreas territoriales. Al respecto uno de los temas que en beneficio de la econo-mía nacional requiere una especial atención, es el de la localización de un puerto de aguas más profundas que los existentes. Ello significa ace-lerar al máximo los estudios nece-sarios para la ejecución del proyecto que debería ser concretado en un futuro próximo. En este caso tampo-co pueden aplicarse criterios de ren-tabilidad inmediata, dada la impor-tancia de los beneficios indirectos, imposibles de cuantificar con las ac-tuales técnicas de evaluación.

La costa atlántica requiere que sea modernizada la red de instalaciones portuarias existentes. Las prioridades deberán establecerse en función de las actividades de interés nacional, la extracción de minerales, la pesca de altura, las exportaciones de lana o cereales, etc., y en función de la promoción de la actividad regional. En la costa patagónica reviste parti-cular importancia el desarrollo de centros urbanos directamente ligados a las actividades portuarias. Tam-bién en este caso debemos insistir en la necesidad de que el problema sea considerado dentro de una política global que contemple la posibilidad

de una fluida vinculación entre estos puertos y el resto del territorio y facilite la canalización de la produc-ción hacia las áreas de consumo in-terno y externo.

Dada la extensión del territorio nacional, el transporte aéreo consti-tuye un factor de peso para la pro-moción del desarrollo regional y la descentralización de las actividades. La aplicación de una política dife-rencial de tarificaciones que favo-rezca a las áreas más aisladas del país contribuirá con tales objetivos.

La infraestructura aérea argentina ha alcanzado una importancia signi-ficativa. Además de los aeropuertos internacionales y de cabotaje, la ex-tensa red de aeródromos ubicados en los centros de menor magnitud configuran un valioso aporte para la satisfacción de necesidades de sus pobladores y facilitan, en caso nece-sario, las vinculaciones rápidas con los centros regionales o metropoli-tanos. Esta infraestructura constitu-ye un factor relevante en el estable-cimiento de tramas urbanas de apoyo en áreas rurales o extensas.

Por último no podemos dejar de mencionar el papel importante que desempeña una adecuada red de te-lecomunicaciones en la descentraliza-ción de actividades. Reducen consi-derablemente las distancias y si bien en algunos casos no pueden sustituir a los contactos humanos, tienden a facilitarlos.

Al respecto deben intensificarse los esfuerzos para recuperar el atraso del país en materia de telecomuni-caciones, cuya demanda insatisfecha tanto a nivel urbano como interur-bano alcanza todavía valores signi-ficativos.

La centralización en un ente esta-tal de los diferentes sistemas cuya administración hoy comparten dis-tintas reparticiones, con las consi-guientes "deseconomías de escala", podría contribuir a solucionar más racionalmente los problemas que hoy se plantean.

LOS INSTRUMENTOS PARA LA ACCION

La serie de objetivos enunciados implica pasar del actual proceso de "ocupación espontánea" del territo-rio y de soluciones casi siempre co-yunturales que contribuyen a acen-tuarlo, a otro de "organización vo-luntaria" del espacio territorial de la nación, de sus regiones y de sus

ciudades, con visión de conjunto y perspectivas de largo alcance.

La organización del espacio terri-torial requiere el apoyo de diferentes disciplinas que coadyuvan para su formulación y por lo tanto constitu-ye una actividad pluridisciplinaria por excelencia, pero la responsabi-lidad de su aplicación recaerá fun-damentalmente sobre aquellos que, estando en contacto con la realidad diaria, deban ponerla en práctica. Quizá sea éste uno de los problemas más difíciles, el paso de lo concep-tual a lo operativo, tarea que debe ser responsabilidad de la Adminis-tración Pública, como brazo ejecutor del Estado. Ello requerirá la real transformación de las actuales es-tructuras jurídico-administrativas y la creación de un conjunto de meca-nismos institucionales que hagan fac-tible el paso del pensamiento a la acción. Como una constante inter-acción entre teoría y práctica, la or-ganización del espacio está ligada ín-timamente a la acción política, eco-nómica y social de la nación, cons-tituye "un proceso de decisión" tal como lo define el actual derecho ad-ministrativo francés.

La elaboración de los planes y pro-gramas deben estar a cargo de los servicios técnicos permanentes de los gobiernos nacional, provinciales o municipales. A ellos corresponde de-finir los problemas que se tratan de solucionar y el marco de los estudios de base requeridos. Los organismos de la Administración deben estar en condiciones de preparar y proponer líneas de acción que posibiliten la ta-rea concreta de gobierno, lo que pre-supone una actitud pragmática y fle-xible, un dinamismo constante. Las investigaciones fundamentales o apli-cadas que constituyan los elementos de base necesarios deben estar a cargo de institutos específicos; al respecto las Universidades Naciona-les tienen un gran papel que desem-peñar.

Para el desarrollo de una acción de conjunto y coherente, que impida medidas fragmentarias y muchas ve-ces de efectos contradictorios, con-viene y así se ha hecho en muchos países, la creación de organismos de "impulsión", promoción y coordina-ción que cumplan funciones de "fo-cos dinamizadores" dentro de la Ad-ministración. Pero la finalidad de es-tos organismos no es impedir una solución de continuidad entre ellos y los organismos tradicionales de la

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Administración. De lo contrario con-tribuirían a reforzar y no a romper la actual compartimentación de los organismos públicos y dividirlos en-tre los ocupados en tareas "nobles" y los relegados a las tareas de ges-tión "comunes y rutinarias". Esta es, en parte, la situación que se ha pro-ducido en el país entre los organis-mos de "planificación" y los servi-cios más tradicionales como las Em-presas del Estado, las instituciones financieras oficiales, los entes des-centralizados, etc., que constituyen a su vez especies de "feudos" inabor-dables para una acción concertada.

También consideramos convenien-te referirnos a la situación creada por la tendencia que se ha acentuado en los últimos años, de delegar en grupos de consultores privados ta-reas que, por su carácter, son irre-nunciables para los organismos ofi-ciales. Los consultores privados pue-den ser convocados para realizar es-tudios de apoyo que pueden consti-tuir valiosas contribuciones, pero siempre que se encuadren dentro de programas trazados por los organis-mos de la Administración. En la ac-tualidad los estudios de consultores privados son raramente implementa-dos y en la mayoría de los casos constituyen otro factor de fractura porque crean resentimientos entre los cuadros de funcionarios perma-nentes, cuyas retribuciones resultan en general significativamente inferio-res a los honorarios profesionales re-conocidos a los consultores privados, quedando relegados los primeros a una situación de "lumpen-técnicos", mientras se reserva a ciertos "exper-tos" las oportunidades más intere-santes, precisamente por no perte-necer a la Administración. El proble-ma se agudiza cuando dichos grupos consultores son impuestos directa o indirectamente por organismos inter-nacionales, lo cual contribuye a la importación de tecnología y de mé-todos que pueden no resultar los que más se adapten a las necesidades na-cionales por un lado y a fomentar la desocupación de los técnicos ar-gentinos por el otro.

La Argentina carece de instru-mentos legales como los que se apli-can en muchos países de economía capitalista para la ejecución de sus políticas de organización y equipa-miento territorial. Resulta necesario dotar al Estado de los instrumentos legales y financieros que posibiliten el desarrollo de proyectos integrales

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de equipamiento, mediante la crea-ción de entes específicos que permi-tan una acción concertada, ya sea desde el punto de vista técnico, fi-nanciero, administrativo o social. Ello supone garantizar una direc-ción con el suficiente grado de auto-nomía y fuentes de financiación es-pecíficas, mediante la provisión de fondos que permita la asignación de las operaciones a partidas globales.

Por otra parte, si bien es cierto que existen mecanismos que de al-gún modo asignan recursos a niveles regionales, la experiencia indica que es necesario proceder a un ajuste de dichos mecanismos, para viabilizar el logro ele los objetivos que se per-siguen.

Frente a la exigüidad de los pre-supuestos provinciales se hace indis-pensable revisar algunos de los aspec-tos de las finanzas intergubernamen-tales. Los regímenes de coparticipa-ción federal deben ser modificados de manera tal que retorne a las ju-risdicciones provinciales la capacidad financiera que se ha absorbido a tra-vés de la tributación, estableciéndose además un sistema de redistribución en favor de las áreas de menor desa-rrollo relativo. Este sistema debe ser compatibilizaclo con un claro reor-denamiento en materia de asignación de responsabilidades sobre los dis-tintos sectores (educación, vivienda, infraestructura vial, etc.) para cada una de las jurisdicciones políticas. También debe impulsarse la acción de la banca de fomento con criterios de descentralización regional del cré-dito y la reorientación de esta acti-vidad tanto por parte de los estable-cimientos oficiales como de los pri-vados.

Otra situación que debe ser en-carada resueltamente es la derivada de la falta de un marco institucional adecuado para el gobierno de las áreas urbanas que, por sus caracte-rísticas, trascienden la jurisdicción de una o más comunas. Existen hoy en la Argentina aglomeraciones que llegan a agrupar más de veinte co-munas de desigual tamaño, diferen-tes densidades de población y de dis-tintas capacidades financieras, que adoptan criterios y aplican decisiones restringidas a sus ámbitos jurisdic-cionales. En tales condiciones armo-nizar los intereses y conveniencias de todas ellas resulta tarea ímproba.

Por otra parte, es imposible or-ganizar especialmente las grandes áreas urbanas a través de una simple

yuxtaposición de planes municipales, o de criterios y decisiones localistas que muchas veces resultan opuestas entre si. Los problemas del transpor-te y la circulación, del equipamiento infraestructura!, del abastecimiento, no constituyen fragmentos indepen-dientes unos de otros y requieren decisiones concertadas en función de un conjunto que constituye un solo sistema y como tal debe ser conside-rado. Un factor de peso que también debe ser tenido en cuenta si se adop-tan criterios pragmáticos, es el he-cho de que la mayoría de las muni-cipalidades argentinas carecen de re-cursos financieros y técnicos y todas de los legales para la aplicación de cualquier política de desarrollo ur-bano.

Por último no podemos dejar de señalar que una ele las condiciones básicas para la concreción de un ur-banismo operativo, presupone la mo-dificación del actual sistema de te-nencia de la tierra urbana, el cual debe ser ajustado en beneficio del conjunto de todos los ciudadanos.

CONSIDERACIONES FINALES

En las consideraciones prelimina-res hemos hecho hincapié en que la organización del espacio territorial y los programas de desarrollo econó-mico-social constituyen un todo cu-yos componentes actúan continua-mente los unos sobre los otros. Pol-lo tanto una política de configura-ción voluntaria del espacio nacional implica cambios en el sistema econó-mico-social en su conjunto. De nin-guna manera pretendemos afirmar que una descentralización de las ac-tividades del país y el desarrollo más equilibrado de sus regiones con-duzcan por sí solos a una redistribu-ción del ingreso. Sobre este punto consideramos necesario insistir ante la posición hoy en boga que pretende asociar los niveles de ingreso de la población con su localización geográ-fica, desconociendo por ejemplo, la proporción creciente de sectores de bajos ingresos o en condiciones de subsistencia que se concentran en la Región Metropolitana y su área de influencia inmediata. Esta posición que fomenta el tradicional en frenta-miento entre Buenos Aires y el resto del país tiende a desviar consciente o inconscientemente la atención de los verdaderos factores estructurales que provocan la actual situación del país y a parcializar el problema.

Para que una política de organi-

zación y equipamiento del territorio nacional como la que propiciamos sea una realidad y no quede en el

' í v ^ plano de la especulación intelectual, t VSt». deben darse las condiciones que per-

mitán la aplicación, entre otros, de f ^ ^ los siguientes principios normativos: '•'/vi - L o s objetivos por alcanzar de-f''"11:;- ben ser definidos cualitativamente u l J i > para horizontes que alcancen por lo

menos a una generación, es decir a períodos de treinta años, como mí-nimo. La cuantificación debe ser un

•y® . proceso posterior. - E l término "desarrollo" tiene

^ i * significación positiva siempre que no se la limite al de "crecimiento eco-

.f-4:. nómico". _ L a teoría económica de por sí

no es suficiente para encarar un pro-ra::;:; ceso de desarrollo planificado, coi-;. - La necesidad de abandonar mé-

-'"-.... todos cada vez más abstractos y por .:•:•-.; ende cada vez más alejados de la

realidad por un lado y de un lenguaje contable propio de la empresa pri-vacia y de una forma de producción

itÜSj basada en la ganancia, por el otro. • La preocupación por la mejora

fr\i:r, del nivel de vida de la población, en contraposición con la de los "mode-

ífrii los eficientistas" que se refieren fun-damentalmente al crecimiento global

at'tp de la economía, sin tener en cuenta • I] la forma de distribución del ingreso. ¡d:¿;.. - L o s planes deben incluir entre i con.- sus objetivos no solo los destinados ¡S"; fi' al impulso de los "sectores de base

de la economía" sino también las acciones necesarias para el desarrollo de la investigación y formación cien-

-.IV- tífica y técnica y la previsión de ser-; . - vicios sociales a la población y para ¿:Ijí la protección de los recursos natu-

rales renovables o no. .:,;;¡v. - La adopción de una política de e fe pleno empleo y desarrollo regional, ,2,f;: Centros urbanos de más de 10.000

habitantes según cifras provisionales cresa del Censo Nacional de Población de 8¿á 1970

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Area Metroi)olitana 5® np.o..: -

•nS¿ Q P más de 500.000 hab. ~ a"

• "'jl % más de 200.000 hab.

• más de 100.000 hab. • más de 50.000 hab.

— • mas de 30.000 hab. f® ° más de 10.000 hab,

red ferroviaria red vial pavimentada

I aeropuerto internacional 4- aeropuerto principal

que requiere una expansión del con-junto de la economía nacional.

- L a s inversiones y los esfuerzos del país no pueden "espolvorearse" a través de todo su territorio, pero la solución no consiste en concen-trar hasta la congestión las activida-des en ciertas áreas, abandonando a su propia suerte a vastas regiones.

— La urgencia en encarar resuelta-mente los estudios referentes a la definición de una nueva concepción del derecho de propiedad, contem-plando los factores sicológicos, eco-nómico-financieras y legales de esta delicada cuestión.

- U n proyecto de desarrollo na-cional independiente no presupone necesariamente aislar al país del res-to del mundo. La experiencia mun-dial debe servir de marco de referen-cia y ser analizada críticamente para aplicarla a nuestras necesidades. No se puede ignorar la existencia de una competencia internacional cada vez más predominante y agresiva.

- Los planes de mediano plazo de-ben inscribirse en una perspectiva de largo alcance y los planes operativos anuales deben coincidir con las ten-dencias de aquellos. La planificación no es un acto para plantearse perió-dicamente, sino un proceso continuo que asegure homogeneidad en las múltiples decisiones que se deben adoptar diariamente.

Los principios normativos que enumeramos indican claramente que la organización del espacio nacional no puede ubicarse fuera del proceso político. No constituye una simple operación técnica, sino un proceso fundado en un conjunto de políticas de largo alcance que implican una idea tanto del destino nacional como de la sociedad. Disponer de una téc-nica adecuada es condición necesaria pero no suficiente. Esto considera-mos conveniente reiterarlo ante la actual consagración del mito tecno-lógico que proclama que los proble-mas socio-económicos sólo dependen de la práctica científica y hallan res-puestas en soluciones puramente téc-nicas, por lo tanto "objetivas"y "po-

líticamente neutras". En su última interpretación esta posición supone la tecnificación de la gestión, incluso de la gestión política y resulta con-secuente con el nuevo dogma del "fin de las ideologías".

Este "tecnocratismo" constituye un universo de instrumentalidad pu-ra donde se sustituyen los fines pol-los medios y se hace residir la jus-teza de una solución en la exactitud de los cálculos. (Viene al caso seña-lar la mitología que se está expan-diendo en estos momentos en el he-misferio norte, tanto en el "sector occidental" como en el del "este Europeo", sobre las virtudes del pro-cesamiento electrónico de la infor-mación como factor en sí de trans-formación social).

La denuncia del "tecnocratismo" no implica la subestimación de la técnica como tal, ya que ello signifi-caría una posición antihistórica, pero supone reintegrarla al contexto po-lítico y por eso mismo negar que pueda sustituir a la acción política. Por otra parte ya afirmamos tam-bién que, en el estado actual del conocimiento, la organización del es-pacio dista mucho de ser u.na ciencia, resulta más bien un método empí-rico, sin que con ello se quiera signi-ficar que esta posición no resulte mucho más científica que la que pro-viene de la aplicación ilusoria a pro-cesos complejos y dinámicos de es-quemas simplificadores.

En las actuales circunstancias, una política como la que proponemos exige como objetivo fundamental la formulación de un proyecto nacional de desarrollo independiente y una estrategia de cambio que pasa nece-sariamente por la constitución del Estado Nacional y el sustento de la amplia participación y movilización popular. De lo contrario los organis-mos de planificación seguirían exis-tiendo para cumplimentar requisitos formales de prestigio o de obtención de créditos externos. Limitada a es-to último la planificación tiende a acentuar, en vez de neutralizar la dependencia externa.

En tal caso los planes devienen un conjunto de documentos analíti-cos y de declaraciones de buenas intenciones y en la práctica son sus-tituidos por la programación empre-sarial de los grandes consorcios mul-tinacionales, que determinan así la orientación y localización de las in-versiones, las pautas de consumo, las actitudes, los comportamientos y las formas de vida de la población.

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Instituto de Promoción Becaria

Becas externas para argentinos

Becas de postgrado en Brasil

Para los profesionales de todas las ramas que deseen seguir es-tudios de postgrado en universi-dades del Brasil ofrece becas el Ministerio de Relaciones Exterio-res de dicho país. Las becas tie-nen una duración de 3 a 8 meses y cubren el pasaje de ida o vuel-ta y una asignación mensual de 150 dólares. Los interesados de-ben dirigirse a la Embajada, Co-rrientes 330, Capital, durante los meses de octubre y noviembre.

Cooperativas Agrícolas Para un curso sobre Coopera-

tivas de Mercado Agrícola que se llevará a cabo en Israel durante 2 meses el año próximo ofrecen be-cas la OEA y el gobierno de Is-rael. Requisitos: título universi-tario o experiencia equivalente, ser funcionario público o técnico de larga experiencia en agencias gubernamentales o privadas. Los formularios de inscripción deben retirarse y devolverse debidamen-te completados, antes del 1 de diciembre próximo, en la Subse-cretaría de Desarrollo, Hipólito Yrigoyen 250, 6? piso, oficina 635, Capital.

Becas ofrecidas por el Gobierno Popular de Polonia

Para el curso de postgrado en Planeamiento Regional y Urbano que se realiza anualmente en Po-lonia durante 6 meses. El curso se dictará en inglés y la beca cu-bre los gastos de estadía en Polo-nia. Requisitos: título universita-rio en ciencias sociales o arqui-tectura con experiencia en la materia. Inscripción: antes del 1

de noviembre en la Embajada de la República Popular de Polonia, Alejandro Ma. de Aguado 2870, Capital.

Estudios e investigación en fisiología de la reproducción

El Population Council de la Universidad de Rockefeller en los Estados Unidos de Norteamérica ofrece becas de postgrado para estudios e investigación en uni-versidades americanas sobre el te-ma fisiología de la reproducción. Requisitos: ser médico o tener doctorado en una de las ciencias biológicas. La beca cubre el pasa-je de ida y vuelta, una asignación mensual y seguro médico. Diri-girse directamente al Population Council, Bio-Medical División, Rockefeller Univers i ty , York Avenue and 66th street, New York 10021. Cierre de inscrip-ción: 1 de diciembre.

Estudios de postgrado en México

La Universidad Nacional Autó-noma de México ofrece becas de postgrado para cursar estudios en las materias que se dictan en la Universidad. Los candidatos de-ben tener título universitario, promedio superior a 8 y ser pre-sentados oficialmente por la uni-versidad de donde son egresados. La beca cubre los gastos de ma-trícula y su duración es de 2 se-mestres. Para mayor información sobre los programas y becas dis-ponibles dirigirse directamente a la Universidad, Dirección General de Intercambio Académico y Cul-tural, Oficina Administrativa n? 2, Ciudad Universitaria, México 20.

Desarrollo y administración industrial

El gobierno de los Países Bajos ofrece becas para funcionarios pú-blicos con título universitario y muy buenos conocimientos de in-glés para participar en dos cursos internacionales que se llevarán a cabo durante 5 meses en la ciu-dad de Delft, Holanda. El tema de los cursos es desarrollo indus-trial regional y administración in-dustrial. Se dará preferencia a los candidatos con varios años de experiencia en el tema dentro de la función pública. La beca cu-bre pasaje de ida y vuelta, asig-nación mensual y seguro médico. Los interesados deben inscribirse, antes de enero 1973, en la Em-bajada de los Países Bajos en Buenos Aires, Maipú 66. Los pro-gramas pueden consultarse en el Instituto de Promoción Becaria.

Prácticas rentadas en el exterior

La Asociación Internacional de Estudiantes de Ciencias Económi-cas y Comerciales —AIESEC— ofrece becas para estudiantes y graduados en ciencias económicas que deseen realizar prácticas ren-tadas en el campo de la economía, administración de empresas y con-tabilidad. Estas prácticas rentadas se llevan a cabo en cualquier país miembro de AIESEC y tienen una duración de 6 semanas a 18 meses, la beca cubre una asigna-ción mensual que varía entre los 100 y 500 dólares. Los requisitos son diferentes según la empresa u organismo donde el becario rea-lice su práctica rentada. Para ma-yor información deben dirigirse al Comité Nacional del AIESEC, Tucumán 1668, 2° piso, Capital.

Lavalle 7 1 0 - 2* "D" - Buenos Aires, Argentina - Tel. 392-0388/6177

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i

Plan mundial de acción sobre la aplicación de la ciencia y la tecnología al desarrollo

Víctor Urquidi

Se dio a conocer a fines de 1971 el Plan de Acción Mundial de las Naciones Unidas sobre la Aplicación de la Ciencia y la Tecnología al Desarrollo.1 Dicho Plan fue elaborado por el Comité Asesor de las Na-ciones Unidas sobre la materia,s dentro de los lincamientos del Segun-do Decenio del Desarrollo y tiene por objeto ayudar a normar tanto la acción gubernamental como la de las comisiones económicas regio-nales, los organismos especializados y otros que forman parte del con-junto de las Naciones Unidas. El siguiente resumen del Plan fue pre-parado por Víctor Urquidi, Presidente del Comité Asesor.

Víctor Urquidi es Doctor en Economía, título que obtuvo en la London School of Economics. Autor de numerosos trabajos, entre los que se cuentan Viabilidad Económica de América Latina y Trayectoria del Mercado Común Europeo, es tm estudioso de los problemas económicos. Actualmente es miembro del Club de Roma y Presidente del Colegio de México.

1 Documento de las Naciones Unidas E/4962/Rev. l/ST/ECA/146. Número de venta: E.71.II.A.18. 1971, 1972. _

2 El Comité de las Naciones Unidas sobre la Aplicación de la Ciencia y la Tecnología al Desarrollo fue establecido en 1964, a raíz de la Conferencia de las Naciones Unidas celebrada en 1963 acer-ca de ese tema. Es órgano consultivo del Consejo Económico y Social y del Secre-tario General para auxiliarlos en la pro-moción y coordinación de actividades de las Naciones Unidas resultantes de aque-lla conferencia y de otras que pudieran surgir. Sus 24 miembros actúan a título personal y representan a las distintas re-giones del mundo y a varias áreas de conocimiento científico y económico; en-tre ellos se cuentan tres latinoamericanos: el Dr. Carlos Chagas, del Brasil; el Ing. José Valenzuela, de Chile; y el Lic. Víc-tor L. Urquidi, de México.

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Casi resulta obvio afirmar que gran parte del progreso económico y so-cial es expresión directa del adelan-to científico y de su aplicación como tecnología incorporada en los pro-cesos productivos. Pero también es verdad que el desarrollo científico y tecnológico se ha realizado, en su gran mayoría, en las naciones hoy industrializadas y que no ha sido transferido en suficiente medida, ni en las formas más adecuadas, a los países de menor desarrollo. Por otra parte, estos últimos países no han podido llevar a cabo un esfuerzo propio en materia de ciencia y tec-nología que les permita, junto con la aplicación de capital y fuerza de trabajo, cerrar la brecha de produc-tividad que aún los separa de los países de mayor nivel de vida. Por ello es evidente el papel que puede desempeñar la acción concertada de las Naciones Unidas en el estímulo al desarrollo científico y tecnológi-co autónomos, a la par que en la cooperación internacional destinada a acelerar las aplicaciones de los des-cubrimientos científicos y tecnológi-cos del mundo en bien de un desen-

volvimiento económico y social más equilibrado y más justo. El Plan de Acción Mundial, que se presentó a la consideración del Con-sejo Económico y Social en su pe-ríodo de sesiones de julio de 1971, y es ahora objeto de estudio por los Estados miembros, fue preparado tras extensas consultas con todos los organismos interesados, a lo largo de más de tres años, y representa los puntos de vista de estos organismos, así como del propio Comité Asesor, acerca de lo que convendría hacer en el próximo decenio en materia de: i) infraestructura científica y tecno-lógica, ii) nueva investigación cientí-ca aplicable a los problemas del de-sarrollo, y iii) aplicación al desarro-llo de los conocimientos científicos y tecnológicos existentes. El Comi-té Asesor, durante su décimocuarto período de sesiones el mes de febre-ro de 1971, culminó sus tareas con la aprobación de un informe dividi-do en dos partes, una, relativamente breve, en la que se resumen las me-tas y se establecen prioridades dentro de la muy variada y extensa acción que ha sido recomendada por los or-

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ganismos especializados y otros; y la segunda, de mayor extensión, en que se presenta una síntesis de las pro-puestas hechas por dichos organis-mos, por temas principales.

Cabe hacer notar que el Comité tuvo a su cargo previamente la for-mulación de orientaciones generales sobre el alcance y el volumen de la acción científica y tecnológica a es-cala mundial, para su incorporación en el documento de la Asamblea Ge-neral sobre la Estrategia del Segun-do Decenio del Desarrollo. A este respecto, el Comité Asesor recomen-dó la adopción de tres metas. 1) da-do el escaso gasto en ciencia y tec-nología en los países en desarrollo, éstos deberán esforzarse por alcan-zar, hacia fines del Decenio un nivel medio de gasto equivalente al 1 por ciento de su producto bruto, com-puesto de 0,5 por ciento en inves-tigación y experimentación propia-mente dichos (R y D) y otro 0,5 por ciento en el desarrollo de servi-cios científicos y tecnológicos; 2 ) los países desarrollados deberán desti-nar a la cooperación científica tecno-lógica con los menos desarrollados el 5 por ciento de la cooperación ex-terna total a estos países, o sea el 0,05 por ciento de su producto bru-to nacional si la cooperación externa total alcanza la meta del uno por ciento del producto nacional de los primeros 3) los países de mayor de-sarrollo deberán llegar a gastar el 5 por ciento de su presupuesto total de gastos en investigación y experi-mentación de carácter no militar en temas de utilidad práctica para los países de menor desarrollo.

Se comprende que estas metas de-ben verse como parte de un proceso a lo largo del Segundo Decenio del Desarrollo y que no son, en conse-cuencia, asequibles de inmediato. La Asamblea General, debe advertirse, sólo adoptó en términos cuantitati-vos la primera de las tres metas y dejó para consideración posterior la fijación numérica de las otras dos, aun cuando las aceptó como objeti-vos cualitativos. La importancia de las metas puede apreciarse al expre-sarlas, además, en términos absolu-tos aproximados: si se estima el pro-ducto bruto de los países de menor desarrollo en unos 500.000 millones de dólares en la actualidad, el 1 por ciento gastado en ciencia y tecnolo-gía representaría el equivalente de 5.000 millones de dólares, o sea unas

cinco veces lo que se gasta en el pre-sente, _ y requeriría unos 400.000 científicos e ingenieros. En cuanto a la segunda meta, suponiendo un producto bruto de 2.500.000 millo-nes (2 billones 500.000 millones) de dólares en los países de mayor desarrollo (el 83 por ciento del pro-ducto mundial), el 0,05 por ciento de esta cantidad sería 1.250 millo-nes de dólares transferidos a los paí-ses de menor desarrollo para acti-vidades científicas y tecnológicas en forma de asistencia técnica que in-cluyera 20.000 científicos e ingenie-ros, ecjuipo y ayuda financiera. Por último, la tercera meta, en caso de cumplirse, supondría para 1980 que los países de mayor desarrollo des-tinarían 2.250 millones de dólarps a investigaciones y experimentaciones, en su propio territorio, a favor de los problemas que interesan al desa-rrollo de los países de menor evolu-ción económica, lo que representaría la ocupación de 75.000 investigado-res científicos e ingenieros.

Del vasto panorama de posibili-dades de aplicación de la ciencia y la tecnología al desarrollo, el Comité Asesor hizo un examen pormenori-zado para presentar en forma concisa los principales campos de acción, por sectores de actividad. Todo ello presupone, desde luego, que los paí-ses de menor desarrollo harán, con la cooperación internacional que pue-dan requerir, un examen de sus me-tas a corto y a largo plazo, a fin de constituir sobre base nacional los ins-trumentos de política y las institucio-nes que se requieran para llevar a cabo una expansión de la infraes-tructura científica y tecnológica, en cuanto a formación de investigado-res, creación y ampliación de institu-tos, fortalecimiento de la educación superior y técnica y mejoramiento de la educación científica al nivel me-dio. Paralelamente, se deberán crear o mejorar los servicios científicos y tecnológicos destinados a la explora-ción de recursos naturales, a los ser-vicios meteorológicos, a la documen-tación científica, al establecimiento y divulgación de normas, a servicios de extensión agrícola e industrial, y muchos otros. Asimismo, se reque-rirá crear o fortalecer los mecanis-mos de coordinación e impulso a la investigación científica y tecnológica,

El Comité Asesor representa re-comendaciones concretas, formuladas por los organismos especializados y

otros del conjunto de las Naciones Unidas y basadas en la amplia ex-periencia de éstos, en los siguientes sectores: recursos naturales, agricul-tura y alimentación, industria, trans-porte y comunicaciones, vivienda, construcción y desarollo urbano, sa-lud, población. Examina asimismo tres campos de nueva tecnología: la de! espacio, la nuclear y la de la com-putación.3 Consideró conveniente, sin embargo, poner de relieve las que a su juicio son las áreas prioritarias para nueva investigación, y para !a aplicación de conocimientos existen-tes. Este señalamiento de priorida-des, que voy a describir brevemente a continuación, obedece a la nece-sidad de proveer los elementos de lo que desde un punto de vista glo-bal de las Naciones Unidas, sus or-ganismos y los países miembros, po-dría constituir un verdadero plan de acción concertada. La enumeración que se hace no implica orden descen-diente de importancia: las áreas prioritarias son todas de importan-cia trascendente. La distinción entre investigación y aplicación de cono-cimientos existentes no es, por otra parte, rígida ni de hecho posible: sirve solamente para indicar la dis-tinta índole de algunos problemas. El objetivo es impulsar el desarrollo económico y social: para ello se ne-cesita tanto la investigación básica como la aplicada y una mayor inten-sidad en la utilización de lo que la ciencia y la tecnología ya enseñan como posibilidades prácticas.

Entre los temas que merecen ma-yor atención por el lado de la inves-tigación figura el desarrollo de se-millas de altos rendimientos, a fin de extender a otros cultivos lo que ya se está haciendo en materia de cereales. El Comité recomienda, en-tre otras cosas, que se amplíen los centros internacionales relativos al trigo y el maíz, y al arroz, estable-cidos en México y en Filipinas, res-pectivamente, y que se establezcan durante el Decenio siete centros nue-vos destinados a investigación sobre productos tales como mijos, sorgo, tubérculos, legumbres y cultivos de alto contenido proteínico. Los ali-mentos proteínicos han sido objeto de atención por parte del Comité Asesor en época anterior y a su jui-

3 El Comité no trató la contaminación del medio ambiente en vista de que esta materia sería abordada en la Conferencia especializada que se llevó a cabo en Esto-colmo en junio de 1972.

51 •

ció deberán seguir recibiendo alta prioridad desde diversos ángulos de investigación y con referencia a me-joramiento de productos existentes y desarrollo de nuevos; se hace no-tar la necesidad de promover la dis-tribución y el consumo de alimentos de alto contenido proteínico.

En materia de pesca, se hace no-tar la necesidad de desarrollar técni-cas para la pesca en aguas profundas por medio de barcos de pequeña di-mensión, así como para la pesca de especies no convencionales que exis-ten en grandes cantidades. En gene-ral, se estima que falta mucha inves-tigación sobre recursos marinos que haga posible su mayor aprovecha-miento por Jos países de menor de-sarrollo.

El uso de insecticidas y pesticidas, tanto en la agricultura como en el control de enfermedades endémicas o epidémicas, se ha generalizado, pe-ro como es bien sabido acarrea a su vez efectos indirectos de carácter ecológico y en la salud humana y animal que resultan altamente in-convenientes. Por ello, se recomien-da especial esfuerzo en la investiga-ción que permita controlar o elimi-nar estos efectos, así como en la que permita sustituir su uso por otros métodos, por ejemplo, mediante control biológico.

Es bien conocida la riqueza po-tencial de los países de menor de-sarrollo en cuanto a recursos fores-tales y fibras tropicales. Para su debido aprovechamiento se hace ver la necesidad de llevar a cabo mayor investigación en cuanto a conoci-miento de los recursos disponibles, técnicas de explotación forestal, con-servación de recursos y equilibrio ecológico, utilización de especies se-cundarias e industrialización de fi-bras.

Los aspectos climáticos, hidroló-gicos, geológicos y agronómicos de las tierras áridas constituyen para muchos de los países en desarrollo un área necesaria de mayor volumen de investigación. Por otro lado, son pocos los países que aprovechan sus aguas subterráneas, que en muchos casos existen en volúmenes muy su-periores al flujo potencial de aguas de superficie a través de decenas de años. A este respecto, se señala tam-bién la necesidad de la investiga-ción sobre desalinización, en particu-lar con objeto de reducir el costo del

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agua desalinizada para usos agrícolas y otros.

En el área de los recursos natu-rales, entra en juego también el ma-yor conocimiento y control de los recursos atmosféricos, mediante téc-nicas desarrolladas recientemente con apoyo de satélites y equipos de com-putación. En general, se subraya co-mo prioritario todo el campo de prevención de desastres naturales, in-cluidos los de origen atmosférico, telúrico e hidrológico.

Dada la importancia de la vivien-da en el terreno social y en el eco-nómico, el Comité Asesor acogió co-mo área de elevada prioridad en la investigación científica y tecnológica la relativa a la utilización de mate-riales de construcción de proceden-cia local, sobre todo en lo que hace a materiales para techar vivienda; sin descuidar, por supuesto, el me-joramiento de los materiales existen-tes y su adaptación a condiciones climáticas especiales, tanto en la vi-vienda como en la construcción de caminos.

El campo de la investigación in-dustrial es sumamente amplio. El Comité Asesor tuvo en cuenta di-versos criterios para la aplicación de la ciencia y la tecnología, entre ellos la necesidad de ampliar las oportunidades de creación de em-pleo, de incremento de las exporta-ciones, de utilización de materias primas locales, de transferencia de tecnología y otras. Entre las ramas industriales en las cuales se ha he-cho notar la insuficiencia de la in-vestigación tecnológica en los países de menor desarrollo, o bien en los países desarrollados en cuanto a las necesidades de aquellos, se cuentan, a su juicio, las de los procesos me-talúrgicos, la fabricación de cerámi-ca y vidrio, la producción química y la utilización de fibras textiles. Se requiere asimismo investigación so-bre diseño de equipo y de plantas industriales para favorecer la indus-tria artesanal y la de pequeña escala. En general, deberá darse fuerte im-pulso a la investigación industrial tendiente al aprovechamiento de productos locales y a la introducción de técnicas y métodos que permitan economizar capital y, antes bien, hacer mejor uso de la abundante mano de obra que caracteriza a los países de menor desarrollo y contri-buir así a aliviar y resolver los pro-blemas de empleo. Los servicios de

reparación y mantenimiento de equi-po y la estandarización de equipo y componentes son igualmente necesa-rios. La selección de las tecnologías apropiadas debe ser objeto de cuida-doso estudio, de acuerdo con las condiciones que prevalecen en cada país.

En el área de la salud, el Comité Asesor considera de la mayor prio-ridad que se destinen recursos ade-cuados a la investigación sobre la esquistosomiasis ( b i l h a r z i a ) , que afecta a unos 200 millones de ha-bitantes de las zonas tropicales y subtropicales. Las incógnitas cientí-ficas son todavía grandes para per-mitir que ese flagelo se elimine a corto plazo.

Por lo que hace a la fecundidad humana, el Comité Asesor, cons-ciente de los adelantos científicos de los últimos años, así como de su aplicación en muchos países de me-nor desarrollo, considera que es pre-ciso extender y profundizar la in-vestigación en los aspectos fisiológi-cos, bioquímicos y físicos, así como en los psicológicos y sociales, además de en los métodos y experiencias de la planificación familiar.

Si bien, como se dijo antes, la in-vestigación nueva y la aplicación del conocimiento existente van frecuen-temente unidos, se estimó oportuno señalar unas cuantas prioridades re-ferentes a temas en que el acento principal debe ponerse en lo segundo y donde, en especial, se requieren programas oficiales coordinados en que intervienen aspectos educativos, de promoción o de control. Uno de estos temas es el del almacenamien-to y la conservación de productos agropecuarios, respecto a los cuales no se carece de conocimiento de los principios científicos y las técnicas necesarias, pero falta, en los países de menor subdesarrollo, la adapta-ción a las condiciones locales. Es ob-vio que se podrían evitar enormes pérdidas anuales de cosechas y de alimentos en distribución, y que las perspectivas de aplicación de las se-millas de altos rendimientos y otros avances hacen indispensable estar debidamente preparados para los mayores volúmenes necesarios de conservación.

_ La producción pecuaria es suscep-tible de importantes avances en pro-ductividad resultantes de la aplica-ción y extensión de las investigado-

nes de los últimos años, en materia de selección de razas de ganado va-cuno, reducción de mortalidad de becerros y elevación de la fecundi-dad, explotación e industrialización ilc. ganado porcino, desarrollo de la avicultura, control y eliminación de enfermedades animales, etc. Entre Jsi.is merece destacarse la tripano-somiasis que afecta tanto al ganado como a la población humana y tiene graves consecuencias económicas y sitiales; el control de la fiebre af-tosa traería también obvios bene-ficios.

Entre las enfermedades del hom-bre, la tripanosomiasis africana o enfermedad del sueño requiere la erradicación de la mosca transmisora en un área de 250.000 kilómetros cuadrados durante el D e c e n i o e l mal de Chagas debiera ser objeto también de intensa acción combati-va. La viruela podría eliminarse de América Latina a corto plazo y, me-diante una acción intensa, en pocos años más en Africa y Asia. La lepra y el cólera, aun con los conocimien-tos actuales y sin perjuicio de nueva investigación, podrían reducirse o eliminarse siempre que a la vez se llevaran a cabo las campañas sani-tarias y de introducción de agua po-table que son indispensables.

Además de las necesidades de in-vestigación sobre materiales de cons-trucción, existen ya amplias posibi-lidades de mejorar la construcción de vivienda por medio de la racio-nalización, la prefabricación y la me-canización, de acuerdo con las con-diciones locales; para ello se requie-re formar personal y divulgar cono-cimientos y métodos, con tendencia a reducir costos y acelerar los plazos de la construcción.

En muy pocos países existen ser-vicios adecuados de extensión indus-¡ tial que permitan divulgar y aplicar técnicas adecuadas, métodos de au-mentar productividad, mejorar dis-tribución, etc. La organización de estos servicios deberá corresponder a instituciones oficiales o semioficia-les. Dos de los campos que precisan de mayor prioridad son el de aseso-ría sobre adquisición de equipo ade-cuado y el de mantenimiento y re-paración.

Por último, el Comité Asesor vuelve a subrayar, como ya ta había hecho en un informe especial en

1968, la necesidad de mejorar y ex-tender la enseñanza de la ciencia en el ciclo medio de educación, no sólo porque sea necesario preparar debi-damente a quienes después sigan estudios universitarios sino porque también es esencial que quienes no los sigan salgan al trabajo con una base de conocimientos que les per-mita entender la aplicación de la ciencia y la tecnología a los procesos productivos. A este respecto, el Co-mité hace suyas las recomendaciones que en tan importante materia ha venido haciendo la UNESCO a lo largo de los años.

No cabe duda de que la enume-ración que se ha hecho de los temas prioritarios seleccionados por el Co-mité Asesor requeriría un examen más detallado y completo, sobre todo a la luz de los problemas y las nece-sidades de determinadas regiones o países. El Comité las ha considerado desde el punto de vista global. Co-rresponde ahora a los organismos apropiados, en particular las comi-siones económicas regionales de las Naciones Unidas, con el asesoramien-to de los organismos técnicos res-pectivos, revaluar las prioridades en términos regionales y, en su caso, incluir otras áreas que también apa-recen en el Plan Mundial de Acción, por ejemplo, transporte, energía, tec-nología nuclear, servicios sanitarios y otros. Los documentos de que opor-tunamente dispondrán los gobiernos a través del Consejo Económico y Social y la Asamblea General, así como directamente, permitirán exa-minar con la debida atención todo el panorama de investigación y aplica-ción de la ciencia y la tecnología, y de edificación de la infraestructura correspondiente.

El Comité Asesor, consciente de la amplia significación del Plan de Acción Mundial en la estrategia del Decenio del Desarrollo, no se ha li-mitado a hacer recomendaciones so-bre áreas de investigación y aplica-ción, sino que también ha previsto la necesidad de que el sistema de las Naciones Unidas provea los medios convenientes para llevar a cabo el Plan. Además de su implementación formal por los órganos superiores del sistema, inclusive los organismos especializados y otros, y de las re-comendaciones a los gobiernos miem-bros para su aplicación nacional e internacional, el Comité considera que, dentro del incremento de re-

cursos con que se estima podrá con-tar en los próximos cinco años el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, se establezca una cuenta especial o un fondo cuyos re-cursos se destinen, a petición de los países y conforme a las modalidades de programación nacional, regional o global, según el caso, a llevar a cabo los proyectos de ciencia y tec-nología. De esta manera, la acción de las Naciones Unidas podría tener un efecto catalítico y atender en es-pecial las áreas prioritarias. Si los recursos del PNUD se elevaran gra-dualmente, como se espera, a 500 millones de dólares para el año de 1975, la cuenta especial o fondo que se sugiere podría contar con unos 30 millones en 1972 y subir a 125 en 1975. Se podrían establecer pro-porciones destinadas a investigacio-nes, a aplicación de conocimientos existentes y a infraestructura cientí-fica y tecnológica. El Comité Asesor esperaría mantenerse en contacto con los órganos superiores a fin de in-troducir la flexibilidad necesaria a la luz de nuevos datos y considera-ciones. Estas propuestas en el orden financiero permitirían que el Plan de Acción Mundial no quedara como simple conjunto de orientaciones ge-nerales sino que se tradujera en una realidad integrada en los procesos de aceleración del desarrollo econó-mico y social.

Por último, el Comité Asesor asigna a las comisiones económicas regionales un papel decisivo en la implementación del Plan Mundial de Acción en Ciencia y Tecnología debido a su conocimiento de los pro-blemas del desarrollo de las regiones y al estrecho contacto que guardan con los gobineros miembros, lo que permite asesorar a éstos en la for-mulación de proyectos concretos den-tro del Plan. En el caso de CEP AL, al igual que en el de las Comisiones Económicas para Asia y el Lejano Oriente y para Africa en su área res-pectiva, la Secretaría Ejecutiva ha intervenido en la preparación de! Plan Regional Latinoamericano del Plan de Acción Mundial, en coor-dinación con los organismos especia-lizados y otros del sistema de las Naciones Unidas, así como con los organismos del sistema interameri-cano; en este último caso en vista de la existencia, desde 1969, del Programa Interamericano de Ciencia y Tecnología, que está en proceso de aplicación. O

53

El juego de GO (IV) Hilario Fernández Long

Aperturas en el juego sin ventaja

Hay 5 puntos en los rincones en los cuales suele hacerse las jugadas iniciales: 'a', punto 3-4, "komoku" o punto

chico. 'b', punto 3-3, "san-san" o tres-

tres. 'c', punto 4-4, "hoshi" o estrella. 'd', punto 5-3, "moku-hazushi" o

alejado. 'e', punto 5-4, "taka-moku" o pu*-

to alto.

ll > - C

> _ í-c u 1 -ll > - C

> _ í-c u 1 -

tarse con un movimiento de pinzas, "hasami", en d, e, £, g o h.

Los "shimari" para complementar "komoku" son:

"Kogeima-shimari", "shimari" del pequeño caballo (de ajedrez). Este "shimari" puede ser atacado en a.

c-e-Ó-

Obsérvese que puntos "hoshi" y "san-san" hay cuatro de cada uno de ellos en el tablero, uno en cada rin-cón. En cambio, de los otros puntos existen ocho de cada uno, dos en cada rincón. Al efectuar la primera jugada, es indistinto qué rincón se elige, y dentro del rincón, es indife-rente cuál de las jugadas a, d o e se selecciona; pero ya en la segunda jugada no es indiferente si se juega en el rincón opuesto en diagonal, o en uno de los otros. La teoría de aperturas o "fuseki" Índica cuál es la secuencia más conveniente.

"Komoku". La ficha en 3-4, "ko-moku", es fácilmente defendible, y por lo tanto constituye una manera segura de jugar. El rincón puede consolidarse con un "shimari", o sea una ficha amiga en a, b o c. Si una ficha enemiga se coloca en uno de esos puntos, "kakari", puede contes-

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"Ikken-shimari", "shimari" de un punto. Puede ser atacado en a.

"Ogeima-shimari", del caballo grande. Es menos efectivo para con-solidar el rincón. Puede ser atacado en a, b, c o d.

i 1 1 l j

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l - t M H /

l - t M H 9

El ataque a la apertura "komoti puede efectuarse ocupando la p< ción correspondiente al "shima con una ficha enemiga. Esta es i ley general del Go que podría eru ciarse así: "La mejor posición p; mi enemigo, es la mejor posici para mí". Este ataque se llama " fcari":

4 k , J 9

y -* < i 9

y -* < j 1

"Kogeima-kakari". Es el más vero ataque al "komoku" y pue continuarse en a o en b. La fon usual de contestar es con un "ha mi" en 2, o en a, b, c o d.

i i * V ' c: V T 1

J e V

"Ikken-Takagakari", ataque ci un punto alto. El blanco contesta | neralmente en a, b. c o d. La respu< ta usual del negro es e o f. Este & que es menos efectivo que el anteri para atacar el rincón; pero en camfc logra influencia hacia el centro.

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4 I.

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« • mejor .

"Ogeima-kakari". Se usa sólo en circunstancias especiales, y se res-ponde con 2.

i k , w '

\ \ J K J

La decisión sobre si se deben efec-tuar "shimaris" o "kakaris" y en qué orden deben hacerse, depende de la configuración total del tablero, y pertenece a la teoría de "fuseki" o apertura.

"San-san". La apertura "san-san" permite tomar el rincón de un solo

-d-- c -

a-b-

golpe. La posición puede consolidar-se jugando en a o b. Si el enemigo ataca en a o b, la posición se de-fiende jugando en c o d.

La apertura "hoshi" pretende ejer-cer influencia sobre el centro del ta-blero. No es aconsejable formar un "shimari" en a o b, porque el adver-sario fácilmente invadiría el rincón en c o en d. Pero una invasión del rincón por el adversario, permite al negro confinar a su enemigo en esa área y formar una espesura hacia el centro.

H i

H *

i - t -i i - t

(ataque enemigo) en la misma po-sición.

La intención de "taka-moku" es principalmente obtener influencia en el centro del tablero.

Esta jugada no es muy usual ac-tualmente porque un "kakari" en a es difícil de contestar. Por supuesto, si el adversario falla en hacer este "kakari", el negro puede hacer un "shimari" en ese mismo lugar.

La apertura "moku-haznshi" (pun-to alejado), tiene la intención de expandirse hacia el costado. Existe la posibilidad de un "Shimari" (fi-cha amiga) en a, o de un "kakari"

' r -aubr . & driii-i "tasás" j p*

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"" 1 sr: jt, b, c o A Ejemplo de "fuseki"

1, 2 y 3 son "komoku". 4 es "san-san". 5 es "kogeima-shimari" y 6 "kogeima-kakari". 7 es "hasami", pin-.zas. 16, "ogeima-shimari". 17 y 18 son extensiones.

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S . P a d o v a n o Revisión técnica por e! Ing. Hilario Fernández Long

El mejor principio para quienes desean iniciarse en la práctica de este |uego, verdadera guerrilla de mesa ya popular en nuestro país.

Una breve gran lección de estrategia Una publicación de Editorial Ciencia Nueva

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Ejemplo de una partida Jugadas 1 a 42 son la apertura o "fuseki"; 43 a l l í ,

juego medio; a partir de 112, final o "yose". La jugada 42 es "atari" . Pero las dos fichas amenazadas, 15 y 39 no pueden ser defendidas. Esto es "shicho" o escalera, y deben ser abandonadas. 55 es una conexión llamada •"watari", que vincula las fichas negras superiores con

las inferiores. 58 es un intento para reducir el territorio negro. 59 es una jugada defensiva, que simultáneamente ataca a 58. 60 es una retirada que tiende a buscar cone-xión con otras fichas blancas. 61 y 63 cierran el camino. 80 termina salvando un grupo blanco amenazado.

La ficha negra marcada con un triángulo y la 113, a su lado, están aisladas. Sin embargo están fuertemente conectadas a 125 y 115 por un nudo de bambú.

Después de las jugadas blancas 210 y 212, la jugada negra 213 es obligatoria para salvar el grupo negro casi aislado.

Con la jugada 218, el partido queda prácticamente terminado. Ninguno de los jugadores tiene más nada que ganar. Sin embargo, todavía es necesario realizar jugadas de rutina: alternativamente ambos jugadores llenan los "da-me" o intersecciones neutrales, marcadas con trián-gulos. En esta etapa debe tenerse cuidado porque puede quedar alguna ficha en jaque, o alguna conexión esencial puede quedar cortada. Los puntos a, b y c deben ser ocupados por el negro para evitar que el blanco ponga en jaque un grupo negro muy grande. Finalmente se retiran las fichas negras marcadas con x. Para simplificar el cómputo, las fichas capturadas se colocan dentro del territorio de su color, y luego se rectifican los territo-rios, reorclenándolos. La configuración final no está dibujada. Gana el blanco por 32 puntos.

Bibliografía: Basic Techniques of Go, por Haruyama y Na-gah ara, Ishi Press.

Novedades de ciencia y tecnología

1 Navegación mundial por radio En breve, estaciones transmisoras de varias partes del mundo serán co-nectadas entre sí y formarán una red de navegación radial, de alta precisión, para barcos y aviones. Posteriormente tal red, llamada sis-tema Omega, será ampliada a otros países, entre ellos la Argentina. El equipo radial especial necesario para utilizar los servicios del sistema Omega ha sido diseñado por una firma electrónica británica.

El Omega, proyectado por la ma-rina de guerra de Estados Unidos y fundado en investigaciones efectua-das en el Real Establecimiento Ae-ronáutico^ de Farnborough, Inglate-rra, entró en funcionamiento en el pasado mes de junio en el hemisferio Norte. Calcúlase que en 1974 el mundo entero será cubierto por una red de ocho transmisores radiales sincronizados, situados en Argentina, Tasmania, la isla de Reunión, Japón, Noruega, Trinidad, Estados Unidos y Hawaii.

Bajo su forma inicial, el Omega permitirá a barcos o aviones deter-minar sus posiciones con una apro-ximación no inferior a 1 milla náu-tica. Este resultado es de por sí notable, en vista del pequeño núme-ro de transmisores y la gran distan-cia a que estarán de la mayor parte de los usuarios. Pero finalmente será posible, mediante pequeñas modifi-caciones del sistema, reducir el mar-gen de error a sólo pocos centenares de metros.

El principio básico del Omega se

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aplica ya en algunos dispositivos au-xiliares de navegación de corto radio de acción, como el sistema Decca. Si dos transmisores radiales envían uno hacia el otro ondas de la misma longitud de onda, en ciertos puntos las crestas o las ondas emitidas por ambos transmisores coinciden. Si los transmisores están sincronizados, las crestas coinciden en puntos fijos. Si todos esos puntos de coincidencia son unidos, se obtiene un sistema de líneas ligeramente curvas y casi paralelas. Tales son las líneas de po-sición del sistema de navegación ra-dial. Las líneas de posición del Ome-ga están aproximadamente a 16 ki-lómetros de distancia entre sí. Como las líneas de distintos pares de trans-misores se cortan entre sí, forman una suerte de retícula sobre la Tie-rra y tomando puntos de referencia con más de un par de transmisores puede establecerse exactamente la posición.

Como es lógico, para cubrir el mundo con ocho transmisores •—que están aproximadamente a 10.000 kilómetros de distancia entre sí cada uno de ellos debe poseer gran alcance. Además, las ondas que emi-ten no deben ser desviadas, distor-sionadas ni modificadas al propa-garse por la atmósfera. Tales requi-sitos sólo pueden ser satisfechos si se emplean ondas muy largas. La longitud de onda de los transmiso-res Omega supera bastante los 30 kilómetros.

Para que el sistema funcione, de cualquier modo, es indispensable mantener todos los transmisores ri-gurosamente sincronizados, pues si no las crestas de sus ondas no se cruzarían allí donde deben hacerlo. Un transmisor radial consiste, básica-mente, en un oscilador acoplado a una antena. Lo importante es la es-

tabilidad del oscilador. En el sistema Omega, cada transmisor posee cua-tro relojes atómicos, los cuales son cotejados entre sí y con los de los restantes transmisores. Los 32 relo-jes son tan excepcionalmente preci-sos que su error a largo término no debe ser superior a ± 1 segundo en 30.000 años.

¿Cómo utiliza el Omega el nave-gante de un barco? Todo cuanto ne-cesita es una carta de tipo standard, sobre la que se han impreso las lí-neas de posición proporcionadas por pares de transmisores pertenecientes al sistema Omega. Tales líneas tie-nen denominaciones que permiten identificarlas. Por ejemplo, las líneas formadas por la comparación del transmisor A con el transmisor B se denominan todas AB. El receptor Recufon, instalado en el barco, trans-ada automáticamente las señales ra-diales entrantes a una referencia de linea de posición que aparece en forma de fila de letras y números iluminados. Por ejemplo, si el re-ceptor presenta la referencia AB741, el navegante sabe que se encuen-tra aproximadamente sobre la línea AB741 de su carta. Como para ob-tener la posición exacta se necesitan lecturas de más de un par de trans-misores, el receptor de navegación Redifon Omega presenta, uno tras otro, tres grupos de referencias de hneas de posición. Por tanto el na-vegante, con ayuda de su carta, pue-de tomar nota de una secuencia de referencias tales como AD798, BC 726 y AB750, que se cortan sobre la carta y le dan su posición. El receptor Redifon además, registra con estilete, sobre una carta, la in-formación de posición entrante, lo que permite al navegante ver no sólo donde está, sino también el curso seguido.

2 Investigaciones sobre resistencia al avance

P.ira obtener más velocidad de avio-nes y barcos, sin aumentar la po-tencia de sus motores o bien para obtener las mismas velocidades con motores de menor potencia, los cíen-tííicos de todo el mundo se han volcado, durante los últimos años, al estudio intenso de las fuerzas de resistencia al avance de los ve-hículos.

En los barcos, el fenómeno se debe a la resistencia opuesta por la superficie del casco que se encuen-tra en contacto con el agua. Esta debe deslizarse por aquella superfi-cie, como es obvio; sin embargo, las condiciones ideales para que se pro-duzca ese deslizamiento no son sim-ples, ni se ha logrado hasta ahora comprenderlas en la medida sufi-ciente. Según se comprobó, la mo-dificación de la capa de contacto entre el casco y el agua permite au-mentar los valores de la relación en-tre velocidad y potencia. Uno de los medios que ya se emplean con ese fin consiste en la descarga, a través de ranuras practicadas en los cascos, de un gel de polímero: el óxido de polietileno llamado Polyox, que re-duce en un 20 por ciento la resis-tencia al avance, sin grandes modi-ficaciones en los cascos. Además su experimentación y uso dejó grandes enseñanzas acerca de los mecanismos de producción de esa fuerza negati-va. Por otra parte también se ex-perimenta con fibra de amianto sus-pendida en agua, método más eco-nómico y que, en condiciones de laboratorio, ha llegado a reducir hasta en un 45 por ciento la resis-tencia al avance.

En aeronáutica, el problema es más complejo: la resistencia al avan-ce es allí resultado de muchas com-ponentes, de las cuales la resistencia superficial es apenas una. Por otra parte, se presenta en este campo el problema de obtener más velocidad con menos potencia tanto en el vue-lo subsónico como en el supersónico. La Hawker Siddeley investiga el tema desde hace años y ha informa-do ahora que ha logrado mayor éxi-to que el esperado en la solución

del problema de la conmoción que se presenta cuando ciertas partes de una aeronave alcanzan velocidad su-persónica respecto del aire, mientras que otras no lo hacen. Se descubrió que, cuando se aplana en cierta me-dida la cara superior de las alas y al mismo tiempo se ahueca —también en cierta medida— la superficie in-ferior de las mismas, no só'.o se su-pera la conmoción propia de la "ba-rrera del sonido" —cosa que per-mite el vuelo a la velocidad precisa de este último— sino que también se reduce la resistencia al avance a velocidades subsónicas y supersó-nicas.

Estos descubrimientos se aplica-ron a la modificación de un mo-derno avión de pasajeros, el Tri-dent, cuya nueva versión, que pronto entrará en servicio, tendrá 320 ki-lómetros más de radio de acción (debido a que necesita menos po-tencia y por consiguiente menor con-sumo de combustible para mantener su velocidad de crucero) y podrá transportar hasta quince pasajeros más.

El diseño de la nueva ala, deno-minada supercrítica, le valió a la Hawker Siddeley el contrato de cons-trucción de las alas de l"aerobús" europeo.

3 Balanza exactísima

De acuerdo al famoso Guiness Book of Records (1971) , la micro-balanza QO.l de Oertling es la más exacta del mundo. Puede determi-nar el peso de un mosquito (el que aparece en la fotografía pesaba 0,45896 mg) e incluso puede medir con precisión el peso de un punto de tinta. Con una precisión de 0,0002 mg, esta balanza tiene una capaci-dad máxima de 2,50 mg. A diferen-cia de las microbalanzas convencio-nales, no depende del uso de cuchi-llas. Un rayo triangular de fibra de cuarzo estirada y un sistema de ele-

mentos de flexión de cuarzo sopor-tan el peso de los platillos. El peso se lee directamente en los diales, lo que hace que este instrumento sea eminentemente adecuado para es-cuelas y colegios así como para labo-ratorios y muchos tipos de investi-gaciones.

4 Una esferográfiea para la computadora Un sistema electrónico de escritura, desarrollado por la Siemens, puede transmitir información manuscrita directamente a la computadora, para su almacenamiento o a líneas telefó-nicas. Esta máquina que traza los caracteres siguiendo el movimiento de la punta de una esferográfiea es-pecial, es conceptualmente similar a un dispositivo de energía de entrada elaborado por la U. K. National Phy-sical Laboratory.

El dispositivo de la NPL utilizaba dos hojas finas de material conduc-tor, el lugar en que estas se junta-ban determinaba la posición de la lapicera en ese instante. El disposi-tivo de la Siemens, usa en su lugar una hoja de un material cerámico

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piezoeléctrico que transmite una se-ñal cada vez que es presionado. Se hacen pasar pulsaciones de sonido ultrasónico desde dos lados adyacen-tes, alternadamente, comprimiendo el material lo suficiente como para crear lo que son en realidad dos ondas de tensión eléctrica. La pluma capta esta tensión y la transmite a un cir-cuito lógico. Esta unidad lógica re-gistra el tiempo que necesita cada onda para llegar a la pluma y ela-bora un recorrido bidimensional.

La salida de la unidad lógica pue-de ser almacenada, mostrada por medio de un dispositivo visual o transmitida a una computadora como información en tiempo real. La ve-locidad de repetición del pulso es suficiente como para dirigir un re-corrido del orden de 0,2 milímetros, con lo cual hasta los movimientos más rápidos de la pluma, tales como las firmas, son transmitidas correc-tamente.

5 El supermotor eléctrico El primer motor de superconducción verdaderamente grande del mundo acaba de completar las pruebas a plena potencia de sus 3.250 HP y ya se encuentra en servicio, afectado al bombeo de agua para el sistema refrigerador de un turbogenerador instalado en la central eléctrica de Fawley, Inglaterra.

El electroimán que genera el cam-po magnético del estator pesa sólo 5 toneladas y el peso total de la unidad excede apenas la décima par-te de lo corriente en motores eléc-tricos convencionales de potencia si-milar. Esta formidable economía de peso, sumada a otro gran ahorro en la energía necesario para su funcio-namiento, constituyen los aspectos más importantes de los motores de superconducción.

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La superconductividad, descubier-ta en 1911, consiste en que, a temperaturas extremadamente bajas —como la del helio líquido, que es de —269° C— ciertos metales pier-den toda resistencia al paso de la electricidad. Teóricamente pues, to-da corriente eléctrica suministrada a un conductor sometido a tales con-diciones, se mantendría in aeternum sin consumo ulterior de energía. No obstante la relativa antigüedad del descubrimiento, su aplicación no fue posible hasta hace poco, debido, por una parte, a la carencia de buenos refrigeradores comerciales capaces de producir y mantener el helio en estado líquido y, por otra, a un pro-blema aún más serio: las corrientes generadas por el sistema creaban campos magnéticos y se descubrió que, en estado puro, los metales que sufrían el fenómeno sólo se podían emplear en campos magnéticos de-masiado pequeños para brindar uti-lidad alguna; cuando el campo mag-nético excedía esos valores minúscu-los, la superconductividad desapa recia.

Hoy se producen aleaciones espe-ciales que permiten establecer cam-pos magnéticos de magnitudes útiles. Con algunas de ellas, sin embargo, no se puede producir alambre por ser demasiado duras o demasiado quebradizas. Con todo, se llegó a desarrollar una, de niobio y titanio, que resulta utilizable. Pero se pre-sentaron nuevos problemas: aunque en tramos cortos el material se com-portaba adecuadamente, cuando se lo devanaba en bobinas no lo hacía. Ello se debe a la generación de las pequeñas corrientes inducidas entre las espiras cuando estas corrientes se descargan, generando energía, el superconductor se calienta y pierde la superconductividad.

Para superar el nuevo inconve-niente, se estabilizaron los conduc-tores mediante grandes cantidades de cobre, que disipa el calor. Se ha-lló un método original de unir eí cobre y el niobio-titanio, lo que pro-dujo el superconductor llamado co-mercialmente Niomax M,

6 Cristales oftálmicos

La Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos ha establecido nuevas normas en mate-ria de cristales oftálmicos. A partir del 1? de enero de este año, todos los cristales para anteojos deben ser capaces de resistir sin romperse, el impacto de una bola de acero de 16 milímetros de diámetro, arrojada desde una altura de 20 mentímetros

Esta norma ha obligado a los fa-bricantes de ese país y de Europa a investigar nuevos métodos para re-forzar las lentes. El método usual consiste en calentar el cristal casi hasta el punto de fusión y luego en-friar rápidamente la superficie ex-terior con un chorro de aire. Pero este sistema no es practicable con cristales de un espesor inferior a 2 milímetros y medio.

Una empresa de Nueva York anunció un nuevo método de tem-plado químico en el que un cristal que contiene sodio es sumergido en un baño de sales de potasio en estado de fusión. Este proceso está aún en desarrollo, pero sus creadores sos-tienen que permitirá hacer cristales 20 veces más fuertes que lo exigido por las normas norteamericanas y que se pueden realizar lentes de 1,2 milímetros de espesor.

Es necesario alcanzar este temple para poder competir con las lentes de plástico que, aunque se deterioran más ráidamente con el uso, son mu-cho más resistentes al impacto que los cristales convencionales para an-teojos.

mea 1STEHIC DE CULTURA Y EDUCACION

Motivación del aprendizaje

La mayor parte de los teóricos del aprendizaje se han encontrado ante la necesidad de establecer algu-nos principios de motivación, como parte de sus teorías del aprendizaje. Del libro TEORIAS SOBRE LA MOTIVACION DEL APRENDIZAJE que la Editorial Trillas publicará este mes en su Biblioteca Técnica de Psicología, hemos seleccionado fragmentos del capítulo de Robert S. Woodworih que desa-rrolla los fundamentos de una teoría sobre la primacía conductal de la motivación.

El contenido principal de este trabajo es que la con-ducta consiste en un dar y tomar activo, entre el orga-nismo y el medio. Esta interrelación puede llamarse "pactar con el ambiente". Para tratar con el medio, el organismo, además de recibir estímulos o dar respues-tas musculares, debe usar los estímulos como indica-dores de objetos en el espacio y usar los músculos para efectuar movimientos adaptados a los objetos; esto es exactamente lo que hace el organismo

Intentaremos demostrar que el organismo percibe y aprende hechos objetivos, tales como el tamaño, la for-ma, la localización y otras características de los obje-tos. Aquí, hacemos la denuncia de que esta dirección de la actividad receptiva y motora hacia el medio, es la tendencia fundamental de la conducta humana y ani-mal, y de que es la motivación primaria totalmente penetrante de la conducta. Esto es lo que queremos dar a entender con una teoría de la primacía conduc-tual de la motivación.

Lo que queremos dar a entender al llamar a la ten-dencia objetiva de la conducta "totalmente penetran-te", se aclara comparando las actividades lúdricas in-cidentales, como rayonear, con cualquier sistema de acción propositiva bien desarrollada. La conducta pro-positiva tiene un fin o meta definida, con ^medios adoptados para alcanzarla. La conducta lúdrica inciden-tal no tiene el propósito de lograr ninguna meta remo-ta, pero trata con el medio inmediato y produce re-sultados objetivos. No es actividad muscular al azar, porque usa estímulos como indicadores de objetos, tales como el lápiz y el papel, y produce resultados inmediatos que están engranados a los objetos. A par-tir de sus observaciones cuidadosas sobre la conducta de chimpancés en cautiverio, Nissen (1954, página 313 y siguientes)1 ha llegado a las siguientes conclusiones:

Nuestra preocupación, más bien unilateral, por las insistentes demandas del organismo para mantener las condiciones esenciales para sobrevivir, tiende a oscu-recer el hecho de que una gran parte, si no la más importante, de las actividades diarias no contribuyen

obviamente a las necesidades básicas de la vida. Esto es igualmente verdadero para el hombre y los anima-les .. . La observación de animales y humanos en "li-bertad", y aun en situaciones altamente "estructura-les", indican que se emplea mucho tiempo . . . en actos breves, reservados, y a menudo repetitivos, los cuales contienen su propia razón, están motivados autónoma-mente y no se interpretan como pequeñas contribu-ciones a un propósito remoto críticamente importante.

Predicción a partir de la teoría de la primacía comluctual

Nuestra queja con relación a la teoría de la primacía de la necesidad, representada por Freud o por Hull, era que fallaba en predecir los motivos e intereses en los adultos humanos o los intereses lúdricos de los niños. Para obtener mayor capacidad de predicción, tendríamos que agregar algo más parecido a la con-ducta. Lo que proponemos es que las capacidades con-ductuales de cualquier especie deben agregarse. Con fundamento en la capacidad que tiene el pájaro para volar, podemos predecir que volará y, aparentemente, gusta de volar, o al menos prefrirá volar a caminar.

Lo que parece ser verdad es que la criatura joven alcanza considerables progresos al dominar su tipo de locomoción antes de empezar a usar esta habilidad con el fin de cazar. El volar, se hace per se, por sí mismo, al principio, y sólo después se hace para servir a necesi-dades orgánicas. Si podemos decir que cualquier ca-pacidad conductual tiene su propia motivación intrín-seca, nuestra teoría tendrá mucho mayor poder de predicción. _ •

Una teoría de primacía-capacidad de la motivación ha sido propuesta más de una vez. El impulso para realizar nuestras capacidades (Goldstein, 1940)2 será una importante fuente de intereses humanos. Ver no es sólo obtener el estímulo visual; rápidamente se de-

sarrolla en un alcanzar objetos o en una locomoción hacia ellos. Hasta la capacidad humana para recordar y pensar se desarrolla en un método del más alto nivel de relación con el medio, para solucionar problemas y planear para lo futuro. Las capacidades se desarrollan, no como procesos puramente intraorgánicos, sino en la "vida de relación" con el medio.

Hay un interesante paralelismo entre la teoría aquí presentada y la teoría "holística" de Kurt Goldstein ( 1 9 3 9 , 1 9 4 7 4 ) . El organismo, dice este autor, nece-sariamente funciona como un todo y su motivación es unitaria. Su "impulso básico, el único impulso por el cual se determina la vida del organismo", es la "ten-dencia a realizar su naturaleza, a realizarse a 'sí mis-mo' . . . el impulso de autorrealización". Pero, puesto que el organismo tiene varias capacidades o potencia-lidades, la autorrealización, lleva en sí una variedad de actividades que realizan sus capacidades. "Podemos decir que un organismo está gobernado por la tenden-cia a realizar, en tanto sea posible, sus capacidades in-dividuales, su 'naturaleza' en el mundo" (1939, pági-nas 196-198). Lo que la presente teoría indica es que el impulso inclusivo es la tendencia a tratar con el medio, y que las capacidades son capacidades para in-teraccionar con el medio de diferentes maneras. Reali-zar una capacidad, por consiguiente equivale al apren-dizaje de cómo tratar con algún aspecto del medio.

Con base en las capacidades lingüísticas y vocales del infante humano, podemos predecir una gran canti-dad de conducta lúdrica. El simple ejercicio de los músculos vocales, probablemente tendría muy poco va-lor de recompensa para el niño; pero combinando la actividad de la boca y la de la laringe con un soplo de aire expulsado por los pulmones, produce una can-tidad de sonidos audibles que es evidente que son gratificantes puesto que los produce una y otra vez sin ninguna motivación extrínseca.

Combinación de la necesidad orgánica y de la tendencia couductual Las necesidades orgánicas son autónomas. Pero la con-ducta que se enlista al servicio de una necesidad or-gánica, tiene sus propias recompensas, además de la reducción de la necesidad. Los adultos tienen una sensación de dominio al subir agua de una cister-na, por medio de una bomba manual de succión. De hecho, están ejerciendo un control sobre la na-turaleza, tomando parte activa en un proceso físico —generalmente sin entenderlo—. Cuando el bebé llega al estadio de morder y masticar, se dedica asiduamente a esta forma de dominar los objetos, y se sabe que los adultos mascan los chicles con vigor muchísimo después de que han extraído todo su sabor. El asunto es que la conducta que sirve a una necesidad orgánica, aún es conducta de relación con el medio, y tiene sus propios logros, consumaciones y reforza-mientos conductuales inmediatos.

Algunas de tales recompensas inmediatas externas son bien conocidas, pero normalmente se catalogan como reforzamientos secundarios y no primarios. Pue-den ser ambos a la vez, no existe razón por la que un estímulo que tiene algún valor de recompensa primaria,

no pudiera convertirse en una prenda o señal de re-forzamiento importante. El click de la máquina de entrega de pildora de la caja de Skinner, es una de tales señales, y se convierte en un reforzamiento se-cundario para la presión de la barra, como queda de-mostrado por la prueba de extinción. Ahora, hasta una rata inexperta, que nunca haya obtenido pildoras ali-menticias presionando la barra, y que no obtenga nin-guna durante el experimento, presionará la barra de cuando en cuando, es decir, con una frecuencia rela-tivamente lenta, llamada el "nivel operante", manifes-tando su nivel de actividad general o tendencia explo-ratoria.

Otro aparato presenta al animal una elección entre una plataforma que se mueve y suena, cuando se la pisa, y otra que da mucha menor retroalimentación sensorial; la plataforma que se mueve y hace ruidos es mucho más preferida.

Significado de estos ejemplos de motivos conductuales primarios y reforzamientos Un crítico podría inclinarse a preguntar la importancia de los ejemplos antes dados. Recalcamos, en contrapo-sición, que nuestros ejemplos tienen una doble impor-tancia,

1. Sirven como experimentos fundamentales refu-tando las pretensiones de universalidad de la teoría de la primacía de la necesidad. Nadie niega que las ne-cesidades orgánicas son factores en la motivación; pero la teoría de la primacía de la necesidad afirma que todos los motivos primarios son necesidades orgánicas o, cuando menos, necesidades básicas del organismo. El impulso exploratorio posiblemente pueda aceptarse como una necesidad básica del organismo, una nece-sidad de descubrir lo que está presente en el medio. Pero los casos que hemos citado van más allá del im-pulso exploratorio.

2. Los ejemplos señalan el camino de una multitud de objetos y actividades que son atractivas y retadoras a los niños y adultos humanos y que proveen sus pro-pios reforzamientos directos.

Los seres humanos tienen más capacidades para tra-tar con el medio de muchas maneras que van mucho más allá de la manipulación y locomoción simples. ¿Cuál es la motivación de un niño que trata de clavar un clavo? ¿Es el ganar el aplauso y evitar la crítica?, ¿o no es su meta primaria introducir el clavo recta-mente sin lastimar sus dedos, y no es su reforzamiento primario el clavo bien introducido? Parecería que una persona con capacidad para construir está motivada a construir y obtiene su reforzamiento más directo de los resultados logrados. O

1 H. W. Nissen, The Nature of the drive as innate deter-minant of behavioral organizatiun. En Nebraska Symposium on Motimion, editado por Marshall R. Jones. Lincoln: Univ. Nebraska Press, 1954, 281-321.

2 K. Goldstein, Human Nature in the Light of Psycopa-thology. Cambridge, Mass.: Harvard Univ. Press, 1940.

3 K. Goldstein, The Organism, a Holistic Approach to Biology Derived from Pathological Bata in Man. Nueva York: American Book, 1939.

4 K. Goldstein, Organismic approach to the problem o£ motivation. Trans., N. Y. Acad. ScL, 1947, 9, 218-230.

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Comentarios de libros

Lógica y algoritmos Korfhage, Robert R.

Limusa-'Wiley, S. A. México, 1971

Este libro tuvo su origen en un cur-so sobre lógica básica para estudian-tes de matemáticas y ciencias de computación de la Universidad de Purdue y en otro, análogo pero más elemental, presentado a un grupo de industriales usuarios de computado-ras que, en general, no tenían una base matemática muy superior a la adquirida en el bachillerato. Al desarrollar estos cursos, se des-cubrió que los libros de lógica po-dían agruparse en tres categorías fundamentales: los escritos por fi-lósofos, inclinados a enfatizar el sig-nificado y uso de la lógica en la con-versación cotidiana; los libros de ló-gica matemática, que prescinden de tales interpretaciones y se concen-tran en un enfoque formal algebrai-co y los libros escritos para ingenie-ros, que tratan de las aplicaciones del álgebra booleana a la teoría de circuitos y sólo hacen una ligera re-ferencia a la lógica en cualquier otro contexto.

Esta obra se ha escrito bajo la hi-pótesis de que los usuarios y dise-ñadores de computadoras necesitan tener algún conocimiento de los tres aspectos mencionados de la lógica, así como los fundamentos de la teo-ría de algoritmos. En último térmi-no, nuestro problema es de comuni-cación —entre personas, o entre per-sonas y computadoras—. Los tópi-cos que aquí se tratan se han esco-gido con ese criterio. Primeramente, los elementos de lógica que discuti-remos son importantes en sí para la precisión en la comunicación. Pero lo que es más significativo, nos pro-porcionan un ejemplo simple y no obstante elaborado, de una manipi>

lación de símbolos formales, es de-cir, de un sistema de comunicación. A través del libro, debe tenerse presente que, aunque estamos ha-blando de lógica, los mismos tipos generales de reglas y técnicas de ma-nipulación simbólica se usan en el manejo de todos los símbolos, sean estos lógicos, matemáticos, quími-cos, lingüísticos o de cualquier otro tipo.

La idea de conjunto forma un con-cepto unificante en la matemática moderna y es la base de este libro. Así, pues, el primer capítulo cubre los conceptos básicos que aparecen en el álgebra de conjuntos, las rela-ciones y los mapeos.

Las álgebras booleanas constitu-yen una simple abstracción de las ál-gebras de conjuntos y se discuten a continuación. Estas álgebras, no so-lamente son de importancia en el diseño de las computadoras digita-les, sino que también proporcionan un nexo entre la teoría de conjun-to?. y la lógica elemental.

El tema mismo de la lógica, se divide entre los capítulos 3 y 6, con el cálculo proposicional en el pri-mero y la teoría de cuantificación en el último. En estos capítulos la mayor parte del material es no axio-mático aunque, hacia el final de ca-da uno, se introducen y discuten sistemas axiomáticos apropiados.

En el campo de la computación a menudo oímos a principiantes expre-sar cierta extrañeza porque la com-putadora, supuestamente un dispo-sitivo numérico, pueda "leer" carac-teres alfabéticos. En el capítulo 4 se trata de señalar la naturaleza abstrac-ta de las representaciones simbóli-cas internas de una computadora, examinando varias interpretaciones posibles de un sector binario.

El capítulo sobre algoritmos o mé-todos de resolución de problemas se basa inicialmente en los trabajos de

Turing y Markov, pues se cree que estos dos enfoques son los que po-nen de manifiesto más claramente los conceptos involucrados. Sin em-bargo, como las máquinas de Turing y los algoritmos de Markov son en la práctica herramientas de cálculo muy pobres, se han presentado tam-bién ejemplos de algoritmos escri-tos en los lenguajes usados en com-putación, diagramas de flujo, un len-guaje Assembler rudimentario, y el lenguaje MAD.

De acuerdo con el criterio de que nuestro principal problema es de co-municación, estos diversos tópicos se relacionan entre sí y con la lingüís-tica a través de los lenguajes forma-les. Finalmente, se incluye también en el libro una breve historia del de-sarrollo de los tópicos tratados. Sumario: 1 — Conjuntos, relaciones y mapeos. 2. — Algebras booleanas. 3.—-El cálculo proposicional. 4 . — Una visión de los vectores binarios. 5.—Algoritmos y máquinas com-putadoras. 6. — El cálculo de pre-dicados de primer orden. 7. — Len-guajes formales. 8. — Una breve his-toria.

Histoire du principe de rélativité M. A. Tonnelat

Flammaríon, París, 1971 564 págs., 66 figs.

Esta obra de Marie-Antoinette Ton-nelat (n. 1912), de la Academia In-ternacional de Historia de la Cien-cia, es un notable estudio de historia de la ciencia, concebida como inves-tigación de la evolución del pensa-miento científico con sus concomi-tancias filosóficas y sus eventuales prolongaciones en el pensar contem-poráneo.

63

El hilo conductor es la relatividad en sentido amplio o relativismo, co-mo un abandono de lo particular e inmediato a fin de lograr una inva-riancia que ha de proporcionar un criterio de la realidad.

En tal sentido la obra desarrolla una historia de la física centrada en la mecánica, con sus vinculaciones con el electromagnetismo y la ópti-ca, desde sus comienzos, cuando la diversidad y colorido del mundo sen-sibles son superados por una visión única subyacente a los cambios, me-diante los números y las mediciones, hasta toda "eliminación de conside-raciones antropomórficas" (Planck) de la relatividad de hoy.

No nos es posible ir más allá en la reseña de esta obra, que agota el tema sin pesada erudición; nos limi-taremos a dar los títulos de sus ca-pítulos a los que precede una breve "Introducción" sobre relatividad y relativismo: I. Relativismo y relati-vidad desde la antigüedad hasta el renacimiento. I I . Galileo. Nacimien-to de la noción de relatividad. III . La relatividad de Descartes a Newton. IV. Relatividad y electro-magnetismo en el siglo xix. V. La relatividad de Lorentz y de Poinca-ré y las premisas de la teoría de 1905. VI. Las bases y desarrollos de la relatividad restringida. VIL Las aparentes "paradojas" de la re-latividad restringida. VIII. Relativi-dad restringida y filosofía. IX. Tres "principios" y su parentesco: prin-cipio de Mach, principio de equiva-lencia, principio de relatividad ge-neralizada. X. Relatividad general o teoría no euclidiana del campo de gravitación. XI. Las extensiones de la relatividad general, Teorías unita-rias y teorías cosmológicas. XII . Sig-nificado y alcance del principio de relatividad.

Siguen una "Conclusión" con in-teresantes consideraciones acerca de la ciencia, la filosofía y.el arte, en las que vemos sintetizado el pensa-miento de la autora en la frase: "Lo esencial de la filosofía de la relati-vidad misma"; y unos "Complemen-tos": Experimento de Michelson; Constancia de la velocidad de la luz y verificación experimental; La vi-sión directa de los objetos tridimen-sionales; Principio de Mach y rela-tividad general.

Una bibliografía de 30 páginas, clasificada por capítulos, y un índice de unos 500 autores citados, com-pletan el volumen.

J. B. 64

The life of the honourable Robert Boyle F.R.S. R. E. AV. Maddison

Taylor and Francia Luí. Londres, 1969, 332 páginas

llobert Boyle (1627-1691) es una de las figuras más prominentes de la historia de la ciencia del siglo xvn en Inglaterra (una suerte de puen-te entre Francis Bacon e Isaac New-ton ); entre los nombres de los fun-dadores de la Royal Society, el suyo es uno de los que más se destacan. Su contribución a la química es muy importante y más que en aportes concretos (algunos de ellos muy va-liosos, por ejemplo, la introducción de los indicadores), consiste en la revaloración de esta ciencia como ra-ma de la filosofía natural. Para lo-grarlo, Boyle hubo de hacer un en-foque crítico de los fundamentos de la química. En su Químico escépti-co de 1661, examina "basándose más en experimentos que en silogismos" las doctrinas existentes acerca de los constituyentes últimos de los cuer-pos y las rechaza totalmente.

En el campo de la neumática se destaca también la labor de Boyle. Mediante el perfeccionamiento de la bomba de vacío pudo estudiar en forma sistemática los parámetros del estado gaseoso. Lleva su nombre la ley que vincula el volumen de un gas con la presión que éste soporta. ^ Pero, además de sus méritos cien-

tíficos, la figura de Boyle presenta muchos otros rasgos distintivos. Era hijo de Richard Boyle a quien la Rei-na Isabel, junto con la posesión de muchas tierras en Irlanda, designó Primer Duque de Cork. Robert no tuvo ni aspiró a ningún título nobi-liario; utilizó las ventajas que le ofrecía su posición sólo en pro de la difusión de las ideas protestantes y del conocimiento científico. La época en^que le tocó vivir no fue de las más acordes con un programa tan pacífico: en ella se sucedieron la re-belión en Irlanda, la guerra civil, la decapitación de Carlos I, el Protec-torado de Cromwell, la Restauración de la monarquía, la Gran Peste, el incendio de Londres.

Boyle recibió una formación cul-tural característica de un noble de la época. Estudió desde pequeño con preceptores; desde los ocho a los doce años concurrió a Eton donde se distinguió por sus dotes intelec-

tuales. Completó luego su educación en un viaje de cinco años al Conti-nente con su hermano Francis y un preceptor. (Estuvieron en Francia, Italia, los Países Bajos y Ginebra).

A su regreso, poco después de la muerte de su padre, Robert se hizo cargo de sus posesiones y vivió su-cesivamente en Stalbridge, Oxford y Londres. Los dos últimos períodos son los más importantes desde el punto de vista científico. Aunque su interés por los temas científicos se manifiesta hacia 1649 (confiesa en-tonces que la química lo había "he-chizado"), su primera publicación sobre estos temas (aparecida en for-ma anónima) es de 1655, poco antes de trasladarse a Oxford. A partir de 1659 se transforma en un escritor prolífico y publica muy frecuente-mente ensayos en los que da cuenta de los varios experimentos que, con la colaboración de ayudantes, reali-zaba en forma simultánea. Muchos de estos ensayos se tradujeron al la-tín en poco tiempo. Sus obras com-pletas fueron publicadas en 1744 (The Works of (he Honorable Ro-ben Boyle, Londres 1744, 5 v o k , folio). En ellas se incluyó una bio-grafía escrita por Thomas Birch: The Life of the Honourable Robert Boyle. Desde entonces la figura de Boyle fue objeto de varios trabajos biográficos y bibliográficos. Mencio-nemos en especial las bibliografías compiladas por J. F. Fulton: A Bi-bliography of the Honourable Ro-bert Boyle, Oxford, 1932; Addenda to the Bibliography . . . , Oxford, 1933 y los trabajos de Marie Boas:' Robert Boyle and XVII Century Chemistry, Cambridge, 1958; Ro bert Boyle on Natural Philosophy. An essay with selcctions from his luritings, Bloomington, 1965. (La úl-tima obra constituye una excelente introducción a la vida y obra de Boyle).

Madison, el autor del libro que comentamos (bibliotecario de la Ro-yal Astronomical Society), ha pu-blicado muchos artículos sobre as-pectos particulares de la vida y obra de Boyle y prepara en la actualidad una edición anotada de su corres-pondencia. Como lo aclara en el pró-logo, este libro no es una mera re-copilación de los artículos anteriores.

Su propósito es "describir los suce-sos de la vida de Robert Boyle para servir de complemento al libro de Birch y proporcionar una guía a tra-

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vés ele los múltiples aspectos de su vida y obra". No intenta en absolu-to "analizar en detalle el contenido de las muchas publicaciones de Boy-le, ni la importancia de su posición, ni la influencia de su obra en sus contemporáneos y en la posteridad".

Se trata, pues, de un propósito bastante limitado para libro tan vo-luminoso. No nos sorprende por lo tanto, encontrar que la obra tiene ese carácter de crónica circunstancial y extraordinariamente documenta-da en que se dilucidan con el má-ximo de detalle los puntos investiga-dos (cualquiera sea la importancia de los mismos) pero que no permite obtener una visión de síntesis del tema.

El libro está dividido en siete ca-pítulos. Madison estudia en el pri-mero la vida de Boyle hasta 1644 e incluye el fragmento autobiográfi-co: An account of Philaretus during bis minority que ya había aparecido en la biografía de Birch, pero al que agrega muchas notas y aclaraciones. Los otros cuatro capítulos se refie-ren respectivamente al período de Stalbridge (1645-1655), de Oxford (1656-1668), al período de Londres (1668-1691) y a su muerte. De los dos capítulos restantes, el sexto con-sidera algunos aspectos de su testa-mento (que se reproduce en un apéndice) y el último, que lleva el título de Miscelánea, discute asuntos muy variados, por ejemplo, la salud de Boyle; se dan detalles de la bom-ba de aire, producto de su elabora-ción con Hooke y se reproducen dos poemas compuestos en honor de este aparato; se consignan opiniones so-bre el estilo literario de Boyle, se mencionan productos químicos o far-macéuticos que llevan su nombre, etcétera.

Hay asimismo apéndices, uno de los cuales es una larga carta genea-lógica; el libro tiene un detallado índice y está ilustrado por cuarenta láminas fuera de texto.

Esta enumeración muestra que la obra es resultado de una larga tarea. Creemos sin embargo, que debe ser considerada más bien como un apor-te documental para una biografía fu-tura y de ningún modo recomenda-ríamos su lectura para un primera aproximación a la vida y obra de Boyle.

Leticia Halperin Donglii

Cursos y r e u n i o n e s C l1C Í1 11 jfii C- J3L S

C. E. C. El Centro de Estudios de Ciencias, Chile 1481, Buenos Aires, ha dado a conocer su programa de activida-des para los meses de octubre, no-viembre y diciembre de 1972:

Temas de Historia de la Ciencia. Curso a cargo de José Babini que se desarrollará como continuación del curso iniciado en el primer tér-mino y se referirá fundamentalmen-te a la ciencia en el siglo xix. Las reuniones se realizarán los miércoles a las 19. Iniciación 6 de setiembre.

Cuestiones de Lógica Contempo-ránea. Curso a cargo de Raúl Ora-yen y Ricardo Pichel. La reunión inaugural se realizó el lunes 4 de setiembre a las 19.

Seminario sobre sistemas

Durante el primer término del pre-sente año se iniciaron las activida-des de este seminario que incluye-ron ocho exposiciones sobre diver-sos aspectos del tema. El seminario está coordinado por Manuel Sadosky y se reúne los vier-nes a las 19. Hasta ahora se han programado las siguientes reuniones: Análisis del sistema de Descartes. A cargo de Marcelo Abadie (29 de setiembre) y Análisis de factibilidad de un pro-yecto. A cargo de David Jacovkis (20 de octubre).

Temas polémicos

Ciencia y Cientificismo, por Grego-rio Klimosky. Viernes 27 de octubre a las 19. Contaminación, población y política científica. Panel coordinado por Os-car Varsavsky. Viernes 24 de no-viembre a las 19.

Seminario bibliográfico

Tiene por objeto proporcionar in-formación y promover la discusión de novedades bibliográficas de con-tenido científico, humanístico y fi-losófico, tomando en cuenta su in-terés y valor específicos e interdis-ciplinarios. El seminario se reúne los primeros viernes de cada mes a las 19. En cada reunión una persona especialista designada al efecto co-menta una o más obras sobre un mismo tema. Coordina las tareas Eduardo Rabossi. Marcelino Cereijido: "Energy flow in Biology" Harold J. Morowitz, Academic, New York, 1968 (6 de octubre). Thomás M. Simpson: Reflexiones sobre los conceptos de ideología, bi-bliografía reciente (3 de noviem-bre) .

Temas socio-jurídicos

Ciclo de reuniones dedicado a temas de actualidad conectados con las proyecciones sociales y económicas de algunos problemas que se plan-tean en el derecho. Los detalles re-ferentes a este ciclo se anunciarán oportunamente.

Grupo de estutlio

Centro de planificación matemática. Bajo la dirección de Oscar Varsavs-ky continúa trabajando en la elabo-ración de un modelo socio-económi-co que permita ensayar diversas es tructuras de desarrollo.

Curso Panamericano de Metalurgia Como parte del Programa Multina-cional de Metalurgia de la OEA, la Comisión Nacional de Energía Ató-mica organizará, a partir del 1? de marzo de 1973, el Noveno Curso Panamericano de Metalurgia, reser-vado a ingenieros y graduados en Metalurgia, Química y Física de toda América. El plazo de inscripción vence el 30 de noviembre próximo. Para obtener mayor información di-rigirse a Dra. Nellv A. de Libanati, CNEA, Av. Libertador 8250, Bue-nos Aires.

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i

Los Polihexas

Juegos Matemáticos Manuel Risueño

Para completar la serie de las figu-ras formadas por « polígonos regu-lares, que comprende los poliaman-tes y los polióminos, ya mencionados varias veces en estas columnas,1 nos corresponde referirnos hoy a los po-lihexas, figuras formadas por n hexá-gonos regulares.

Es fácil ver que con estas figuras la serie queda completa, pues los triángulos equiláteros, los cuadrados y los hexágonos regulares son los únicos polígonos regulares que pue-den unirse entre sí cubriendo una porción del plano sin dejar espacios libres. En efecto, para que esto pue-da producirse es necesario que el ángulo del polígono regular sea un divisor exacto de 360°. Seis trián-gulos regulares, con un ángulo de 60 cada uno; cuatro cuadrados, con ángulos de 90° y tres hexágonos con ángulos de 120°, constituyen las únicas posibilidades de unir polígo-nos regulares iguales formando un total de 360°. Los ángulos de los

pentágonos regulares son de 108°, que no es factor de 360°, y los án-gulos de los polígonos regulares de siete o más lados todos exceden de 120° sin alcanzar los 180° y, por lo tanto, tampoco son factores de 360°.

A diferencia de los poliamantes y de los polióminos, que tienen padre y padrino conocidos, no se sabe quien engendró ni bautizó a los po-lihexas. Ello se debe a que consti-tuyen el complemento lógico de la serie que nos ocupa y por ello se les ocurrió a muchos la posibilidad de su existencia; en cuanto al nombre, su derivación también es obvia, pues a falta de una "falsa etimología" co-mo las otras dos, derivadas de dia-mante y de dominó,2 era lógico ele-gir una denominación que indicara que se trata de figuras formadas por hexágonos.

Como en los otros dos elementos de la serie, nadie ha podido indicar una fórmula que relacione el número total de los polihexas con el número

de los hexágonos que los forman. Evidentemente, hay un solo mono-hexa y un solo bihexa, pero ya hay tres trihexas diferentes y siete tetra-hexas diferentes, (Véase fig. 1, en la que también indicamos los nom-bres dados por Gardner1 a cada pie-za.) Dejamos al cuidado del lector encontrar los 22 pentahexas diferen-tes y, si la paciencia le alcanza, de-terminar el número de los hexahexas, heptahexas, etc.

En tanto que los poliamantes y los polióminos, especialmente estos últimos, han permitido a muchas per-sonas largas horas de análisis y de grato esparcimiento, los polihexas han sido muy poco estudiados; sin duda porque la circunstancia de que los lados de las figuras que se for-man no pueden formar líneas rectas sino que tienen una apariencia ondu-lada^ irregular, posiblemente poco estética para muchos.

Esa circunstancia nos permite ha-cer este artículo más breve que la

MonoHexa BiHexa Recto Anguloso

TRIHEXAS Triangular Barra

Gancho

^ p * y | 5 w >

P i s t o l a Gusano

TETRAHEXAS Figura 1

, Abeja

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P^Wis'iai; ' >¿ cuitó

r.j"riO(le¡oi!ia:n

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7 .•.¡nkmilfcesiE ."-ví una ípítiendaE.-

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2 Soluciones

8 Soluciones

1 S o l u c i o n

mayoría de los nuestros, complacien-do así al editor quien, no sabemos si por represalia por haber tomado demasiado espacio en el artículo an-terior, nos ha restringido el espacio disponible para éste.

Naturalmente, con sólo tres trihe-xas, que en conjunto solamente cu-bren nueve hexágonos básicos, no se pueden formar muchas figuras de interés. Con 22 pentahexas, por el contrario, el número de piezas se ha-ce ya demasiado grande y poco ma-nejable. Por ello, casi todas las figu-ras que se han formado emplean los 7 tetrahexas, bien sea solos o en combinación con los 3 trihexas. En la figura 2 indicamos algunas figuras que se pueden formar con los 7 te-trahexas y el número de soluciones que se conocen para cada una de ellas.

Recordamos que no se consideran soluciones distintas aquellas que pue-den obtenerse de otras por rotación

8 Soluciones

3 S o l u c i o n e s

3 Soluciones

5 Soluciones

2 6 S o l u c i o n e s

Figura 2

o simetría de toda la figura, pero sí aquellas en que sólo una parte de la figura puede ser alterada mediante dichas operaciones geométricas. Por ejemplo, las dos soluciones de la fi-gura indicada en primer lugar, sólo difieren entre sí por la posición de dos piezas que, en conjunto, forman una figura que tiene un eje de sime-tría y que, en consecuencia, pueden colocarse de dos maneras diferentes.

Extrañará que entre las figuras dadas en la figura 2 no esté el triángulo equilátero con siete hexá-gonos por lado, cuya superficie es exactamente de 28 hexágonos y po-dría, por lo tanto, ser cubierta pol-los siete tetrahexas. Ello se debe a que, desgraciadamente, no es posible cubrir con los siete tetrahexas dife-rentes, la superficie del triángulo, co-mo es fácil constatarlo analizando las tres posibles posiciones diferentes de la "hélice".

Usando los siete tetrahexas y los

tres trihexas, se obtienen una super-ficie total de 37 hexágonos básicos, que es exactamente la superficie de un hexágono regular de 4 hexágonos por lado, tal como el reproducido en la figura 3, en que hemos indicado además, con letras mayúsculas, las distintas clases de casillas. Una ins-pección somera nos demostrará que es imposible que el hexágono central de la hélice ocupe casillas del tipo A o B. Para todos los otros tipos de casillas existen numerosas soluciones en que la casilla central de la hélice ocupa una casilla del tipo conside-rado. Unicamente si los lectores lo solicitan, daremos en un próximo número un ejemplo de cada tipo de solución, así como una o más solu-ciones de las figuras dadas en la fi-gura 2.

Obsérvese que para dibujar los polihexas es conveniente usar el mis-mo papel ísométrico que menciona-mos al tratar de los poliamantes.5

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Las soluciones de los problemas dados en el artículo anterior son las siguientes:

1" Ana es recepcionista. La so-lución de este problema, utilizando una sola matriz es fácil, siempre que se tenga cuidado de asignar a Inés la columna o la línea central, lo que lleva a la conclusión que Inés es la secretaria por cuanto Marta no pue-de golpearle la pared a Ana por no ser vecinas.

2° En este caso la solución me-diante una sola matriz es aún más simple y lleva a la conclusión que el señor Tintorero es carpintero.

3° Es evidente que el primer pre-guntado no puede ver dos bonetes verdes, pues hubiera sabido en se-guida que el suyo era rojo; tampoco el segundo puede ver un bonete ver-de, pues haciendo el raciocinio an-terior, hubiera llegado a la conclu-sión de que el suyo debía ser rojo; por lo tanto, el bonete del lector es rojo.

4? Como en todo triángulo cada lado debe ser superior a la diferencia de ios otros dos e inferior a su suma, los únicos números primos que el héroe de nuestro cuento podía tener en la frente eran 3, 5, 7 u 11. De éstos, el primero queda excluido porque el perímetro del triángulo resultaría ser de 15 unidades, que no es número primo; 5 puede también excluirse porque quien tiene el 7 en la frente vería dos números 5 y po-dría determinar su número razonan-do como sigue: "Veo dos 5, de modo que sólo puedo tener 3 ó 7. Pero si tuviera 3, los otros dos debieran lle-gar a la conclusión que tenían un 5, porque sólo podrían tener 3 ó 5, y si uno tuviera un 3, el otro sabría con certeza que tenía 5". Como quien tenía el 7 no llegó a tal con-clusión, es evidente que nuestro hé-roe no podía tener un 5. Tampoco podía tener un 7, porque en ese caso quien tuviera el 5 vería dos 7 y lle-garía a la conclusión que sólo podía

Figura 3

tener 3 ó 5, pero que si tuviera 3, los otros dos sabrían de inmediato que cada uno tenía un 7. En conse-cuencia, el número de nuestro héroe es un 11. Es interesante señalar que para este tipo de juegos quien tiene el número mayor está en condiciones más favorables, de modo que el ma-go no fue enteramente imparcial al asignar los números!

5° Como cada uno de los tres miembros de la familia hizo una afir-mación verdadera y una falsa, tene-mos las ecuaciones:

a + 2 1 = l b-f 18 = 1 c - ) - 2 5 = l a21 = 0 b l8 = 0 c25 = 0

Además, hay que tener presente que toda expresión que contenga el pro-ducto de dos edades debe ser cero y que tanto ab como ac también son cero, por ser contradictorias, mien-tras que be puede igualmente bien tener el valor 1 ó 0.

Multiplicando las tres primeras ecuaciones y suprimiendo los térmi-nos que contienen el producto de dos edades, se obtiene:

(a-f-21) (b-f 18) ( c + 2 5 ) = 1 ( a b + a l 8 + b 2 1 ) ( c + 2 5 ) = l abe + ab25 + ac 18 •+ bc21 = 1

y como tanto ab como ac son 0, esta expresión se reduce a

bc21 = 1

de donde se concluye que el hijo se llamaba Jaime y no Juan y tenía 21 años de edad.

Algunos lectores habrán llegado a la solución de este problema refle-xionando que la afirmación del pa-dre de que el hijo de los Pérez se llamaba Juan no puede ser correcta, ya que llevaría a la conclusión for-zosa de que o bien la madre o bien el hijo habría hecho dos afirmacio-nes incorrectas. En consecuencia, el hijo de los Pérez tenía 21 años de edad (única afirmación correcta del. padre) y se llamaba Jaime (hacien-do correctas las afirmaciones de la madre y del hijo sobre el nombre). Con un poco de reflexión es fácil ver que esta solución "intuitiva" es en el fondo igual a la anterior, sólo que despojada de su formulación matemática mediante el cálculo de Boole. La ventaja de este último, co-mo la del álgebra en muchos proble-mas matemáticos, puede no ser apa-rente en este caso tan simple, pero se hace obvia si las condiciones del problema son mucho más numero-sas. Una expresión con sólo tres tér-minos se puede considerar intuitiva-mente; si los términos son cinco, ya es dudoso que pueda hacerse, y si pasan de seis, no cabe duda que el problema se hace insoluble sin la ayuda de Boole. O

1 Ver CIENCIA NUEVA, N? 1, p. 20; N? 4, p. 15; N? 8, p. 49 y N? 13, p. 43.

2 Ver los artículos en los NM- 1 y 13 de CIENCIA NUEVA citados en la nota anterior.

3 En el artículo citado en la nota si-guiente.

4 La única publicación que el autor co-noce es la de Martin Gardner en Scien-tific American de Junio de 1967, p. 126, y ocho líneas en la p. 135 del libro de Solotnon W. Golomb, "Polyominoes", Charles Scribner's Sons, New York, 1965.

5 Ver CIENCIA NUEVA, N? 13, p. 43.

Libr

Feria Provincial de Ciencias en Baradero La participación de CIENCIA NUEVA en la 5ta. Feria Provin-cial de Ciencias y Tecnología en Baradero, realizada entre el 8 y 10 de setiembre pasado, resultó una experiencia impactante: los temas elegidos, los métodos de investi-gación, la seriedad y profundidad de los trabajos, configura un ma-

terial que resulta difícil imaginar que pueda ser manejado con ido-neidad por chicos de escuelas pri-marias y secundarias de rincones más o menos remotos de la pro-vincia de Buenos Aires pero, en to-do caso, suficientemente alejados de centros de actividad científica y tecnológica.

No hemos cesado de maravillar-nos frente al interés y a la respon-sabilidad con que se manejan los adolescentes que participaron en la Feria de Ciencias a quienes debe-mos, hasta el próximo número, un informe de mayor amplitud acer-ca de lo sucedido en Baradero.

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Control de la conducta humana

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Psicologismos

El objeto de esta comunicación es doble:

1. Solicitar mi suscripción a vues-tra revista, ya que siendo su venta en San Luis, "poco eco-nómica", no tengo posibilidad de comprarla desde el 15" nú-mero.

2. Denunciar las condiciones "científicas" en que se desa-rrollaron las "Efímeras Jorna-das de Psicología de la Per-cepción".

Sobre el primer punto no hay mu-cho que conversar. Sobre el segundo sería preferible no tener que conver-sar. Pero hay que hacerlo.

Esta reunión de la Sociedad Ar-gentina de Psicología demostró una vez más el verdadero valor de una ciencia dependiente: el triste signifi-cado de nuestra condición de colo-nizados cultural y científicamente.

Un gropúsculo de carcamanes en-caramados alrededor de un puesto que ocupara años ha, nada menos que José Ingenieros (ni siquiera tu-vieron el pudor de no mencionar esa usurpación), lanzó con gran apoyo económico oficial (y nada más que eso) una campaña publicitaria para la realización de estas Jornadas, que dieron la impresión de que poseía como único objeto decirles a todos los embarcados en nuestra área de estudio: "Ustedes son unos imbéci-les y nosotros, como tenemos la ma-nija, hacemos lo que nos da la gana".

Las Jornadas contaron con una muy buena organización .. . policial. Y punto.

Se presta en cuanto a contenido, ya que lo formal mejor ni mencio-narlo (gran despliegue suntuoso), la respuesta al más genial de los char-latanes en materia psicológica (me refiero a Sigmund Freud). "En to-do lo que se dijo había algo de cierto y algo de nuevo . .. solo que ló cier-to no era nuevo y lo nuevo no era cierto".

Si en otras áreas se nos corre con pseudo-argumentos y falacias como los de ciencia pura y aberraciones por

el estilo, aquí se nos divirtió con flo-ridos delirios por un lado, o se nos aburrió con vetustos lugares comu-nes por otro.

Podría presentar un frondoso anecdotario, pero a qué seguir escu-piendo hiél, cuando lo que se presta es tomar posiciones, acudir a la pra-xis, en síntesis: olvidar a estos in-morales y solemnes enemigos de la ciencia y el pueblo y realizar con-gresos y reuniones realmente cien-tíficas y comprometidas, por nuestra cuenta.

Quiero hacer mención a las hon-rosas excepciones de quienes, creyen-do que se trataba de psicología r percepción, hicieron humildes pero valiosos aportes. A estos ingenuos, ¡salud!... Y los esperamos en un congreso de veras: que sea conscien-temente una reunión dispuesta a po-ner al frente un cartel que diga "LA CIENCIA CON EL PUEBLO".

A. Birgier San Luis

Club de Roma

En el último número de CIENCIA NUEVA aparece, junto a mi artícu-lo titulado "Un Proyecto Latinoame-ricano de 'Modelo Mundial", una pá-gina de Oscar Varsavsky dedicada al Club de Roma. El artículo no se refiere directamente (por su nom-bre) a nuestro trabajo, pero su re-ferencia a la Fundación Bariloche, el tono general empleado, y el hecho de que Varsavsky reaccione al mo-delo del Club de Roma con casi un año de retraso, y precisamente en el mismo número de la revista en que se expone nuestro modelo, deja po-cas dudas a los lectores en cuanto a los destinatarios de sus conceptos. Por esta razón, y con el propósito de evitar equívocos, creo necesario exponer lo siguiente.

El modelo en construcción no for-ma parte del proyecto del Club de Roma, y es independiente del mis-mo. Su contenido está determinado exclusivamente por las ideas de las personas que participan en su cons-

trucción v cuya lista completa pro-porcionaremos al próximo número de CIENCIA NUEVA.

La crítica al modelo M.I.T. —ún i -co modelo patrocinado hasta ahora por el Club de Roma— fue hecha por primera vez en América Latina por el grupo de personas que aho-ra constituye el Comité Ejecutivo del modelo cuyos rasgos esenciales expuse en el número anterior de CIENCIA NUEVA, y con un alcan-ce y profundidad mucho mayores que la que efectúa Varsavsky en su breve nota. Esta crítica fue expues-ta en un documento titulado "De-finición de las hipótesis básicas para construir un modelo alternativo al modelo World 3 del Club de Roma" que es de conocimiento público, y que fue presentado a la reunión de CLACSO en Buenos Aires en el mes de octubre de 1971.

El punto central de la crítica fue precisamente que era inaceptable su-poner la estabilidad del sistema so-ciopolítico mundial en el período abarcado por el modelo. El docu-mento afirma que de no producirse cambios radicales que supriman la actual tendencia de creciente des-igualdad entre naciones, y dentro de éstas, se llegará a conflictos de aniquilación a escala mundial. En de-finitiva, se rechazaba totalmente el marco de referencia a que se refiere Varsavsky: ". . . la sociedad desa-rrollada seguirá con su organización y su estilo de vida actual; el Tercer Mundo será desarrollista: seguidista del modelo norteamericano o euro-peo."

Repito aquí para mayor claridad, uno de los conceptos que fundamen-tan nuestro modelo, y que expuse en el artículo ya citado: ". . . las socie-dades subdesarrolladas no pueden sa-lir de su estado de atraso, como ya es evidente, siguiendo las pautas de desarrollo de los países actualmente industrializados. Por otra parte, aun-que fuera posible no es deseable, ya que sería repetir el camino que ha elevado a estos últimos a la actual situación de consumo dispendioso e irracional, de acelerado deterioro so-

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cial y, en última instancia, de cre-ciente alienación," Se dice también: ". . . la construcción de esta funda-ción de necesidades básicas exige re-visar profundamente los conceptos vigentes sobre el tema, en su mayo-ría condicionados por los usos y mo-dalidades de los países desarrolla-dos."

Nuestro modelo postula un mun-do igualitario, tanto social corno in-ternacionalmente; no consumista; con la producción regida exclusiva-mente por las necesidades humapas y no por la ganancia; con el aprove-chamiento total de la capacidad crea-tiva y de trabajo de todos los seres humanos; y con participación plena e igualitaria en todas las decisiones sociales. No creo que Varsavsky ni nadie, pueda llevar su ingenuidad política hasta el punto de creer que esta sociedad se pueda alcanzar "sin poner en peligro el predominio de las grandes potencias y las clases pri-vilegiadas". Por otra parte, no alcan-zo a ver el contraste entre esta so-ciedad y la que postula Varsavsky: "nacional, participante, solidaria, creativa".

Finalmente, Varsavsky se refiere a los "defensores o colonos cultura-les de la civilización norteamerica-na". Utiliza así el método que ha he-cho que en los últimos 20 ó 30 años, todos los argentinos que alguna vez

hicieron algo —cutre ellos Varsavs-ky—• hayan sido tildados alguna vez de ser colaboradores, representantes o agentes del oro de Moscú, del im-perialismo yanki, de la C.I.A., del Departamento de Estado, de las Cor-poraciones Multinacionales, de Mao, de intereses foráneos, etc. Es un mé-todo sin riesgos, que, sobre todo cuando no se dan nombres, y argu-mentos muy concretos, permite arro-jar dudas sobre el mayor número de personas posibles, y deja muy poco lugar a la defensa. En efecto, si la persona atacada indirectamente no reacciona, es una prueba de que la imputación es cierta; si lo hace, siem-pre se puede decir que no se refe-rían a ella, y que la reacción indica que tiene "cola de paja".

Este método de ataque ha sido utilizado tradicionalmente por quie-nes no tienen ideas que oponer. Co-mo este no es el caso de Varsavsky, es lamentable que se rebaje a utili-zarlo.

El contenido y características de nuestro modelo mundial han sido dados a conocer. Seguramente puede ser objeto de muchas críticas. Sólo le pedimos a Varsavsky, como a cual-quier otra persona, que base sus crí-ticas en las ideas contenidas en el modelo y no en supuestos gratuitos de intencionalidad.

Amílcar O. Herrera

Metegol 15 Cinco hombres y un mono nau-

fragaron en una isla desierta. Se pasaron el día recogiendo cocos, que juntaron en una sola pila y después se fueron a dormir. Por la noche uno de los hombres se despertó, dividió los cocos en cinco pilas y le sobró uno que dió al mono. Escondió su parte y volvió a juntar los cocos res-tantes. Al rato el segundo hom-bre se despertó e hizo lo mismo. Le sobró también un coco y se lo dió al mono. Y los cinco hom-bres hicieron lo mismo, uno tras otro: cada uno llevó un quinto de los cocos que encontró y a cada uno le sobró uno para el mono. A la mañana siguiente dividieron los cocos restantes y obtuvieron cinco partes iguales. ¿Cuántos cocos había en un principio? ¿Có-mo sería la respuesta si también en la división final sobra un coco?

Solución a Metegol N9 14 10 020 316 1 124

80 809

Problema de GO Juegan las Negras. Este es un

famoso problema de tsume-Go. Sin embargo, es de mucha utili-dad aprender de memoria el or-den de las jugadas.

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GO: soluciones Ha/te en 1, oki en 3, sagari en

5 y ttchikaki en 7. Es un ejemplo típico de una descarga de tesugis contra las Blancas.

o Í— © 9 r O @ € h

. 0 0 + © ( É #•0000 O f "

Diagrama ele referencia a): Si las Blancas tratan de hacer

ojos jugando en 4 contra la Negra 3, las Negras pueden jugar sagari en 5. Eso es todo.

i ' @ - r O í f > € H ~ Q © 4 #•000 o#er

Diagrama de referencia b) : En el caso en que las Blancas

jueguen un tsugi en 4, las Negras jugarán una vez más sagari en 5. Entonces, el intercambio Blanca 6 y Negra 7 dará la respuesta.

Diagrama de referencia c): El tsuke de la Negra 1 se usa

algunas veces, pero en este caso conduce al fracaso.

Diagrama de referencia d): El punto común vital de 2-1

será el mismo.

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